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Full text of "Bibliografia critica de las obras de Miguel de Cervantes Saavedra"

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BIBLIOGRAFÍA  CRÍTICA 

DE  LAS  OBRAS 

DE 

MIGUEL  DE  CERVANTES  SAAVEDRA 


bibliografía  critica  \i^^- 


DE  LAS  OBRAS 


DE 


MIGUEL  DE  CERVANTES 


SAAVEDRA 


POR 


D.  Leopoldo  Rius 


II 


MADRID 

Administración:  Librería  de  M.  Murillo 

calle  de  Alcalá,  7. 

1899 


t,^- 


Queda   hecho   el   de- 
pósito que  marca  la  ley. 


bibliografía  critica 

DE   LAS 

OBRAS  DE  CERVANTES 


biografías  y  noticias  biográficas 


1. — Relación  de  las  fiestas...  á  la  canonización  de  San  Hyacintho.  <¡^a- 
ragopa,  1595. 
En  8.0 

En  la  Décima  de  los  jueces  al  premio  que  en  este  certamen  ganó  Cervantes, 
se  cree  que  éste  era  hijo  de  Sevilla. 

2. — Topographia,  ||  e  histo-  |1  ría  general  de  Ar-  1|  gel,  repartida  en 
cinco  tra-  ||  tados,  do  fe  verán  cafos  eftra  ||  ños,  muertes  efpanto- 
fas,  y  tormentos  exquifitos,  ||  que  conuiene  fe  entiendan  en  la  Chris- 
tian-  II  dad:  con  mucha  doctrina,  y  ele- 1|  gancia  curiofa.  ||  Dirigida 
al  limo.  Sr.  D.  Diego  de  Haedo,  Ar^obifpo  dePalermo...  ||  ...  ||  por 
el  Maeftro  fray  Diego  de  Haedo  Abad  de  Fromefta  ||  (Escudo  de  armas  dei 
Mectnas)  ||  Con  Privilcgio  II  En  Valladolid,  ||  Diego  Fernandez  de  Cor- 
doua...  Año  de  M.DC.XII  ||  A  cofta  de  Antonio  Coello. 

En  folio,  de  5  hojas  preliminares,  otra  en  blanco,  210  folios  con  el  texto,  más  8,  sin 
numerar,  para  la  tabla. 

Una  Licencia  fechada  en  el  Pardo  á  18  de  Febrero  de  16 10. — Aprobación 
de  Antonio  de  Herrera,  en  Madrid,  á  18  de  Octubre  de  1608. — Aprobación  de 
Fr.  Juan  de  Valles  en  el  convento  de  San  Benito  el  Real,  y  en  virtud  de  ella  se 
dio  la  Licencia  del  General  de  San  Benito,  en  Valladolid,  á  6  de  Octubre  de 
1604. — Carta- dedicatoria,  á  25  de  Diciembre  de  1605. 

En  el  folio  185  se  refieren  los  sucesos  de  Cervantes  durante  el  cautiverio  de 
Argel,  y  se  dice  que  era  un  hidalgo  principal  de  Alcalá  de  Henares. 

Esta  noticia,  la  primera  que  de  la  verdadera  patria  de  Cervantes  se  dio  á  la 
estampa,  quedó  sepultada  en  el  olvido  cerca  de  siglo  y  medio  [13];  así  como  los 
interesantes  pormenores  que  Haedo  nos  da  acerca  de  los  trabajos,  sufrimientos 
y  heroicidades  del  cautivo  de  Argel.  Ya  veremos  [13  y  22]  como  el  año  1752, 
el  Benedictino  Fr.  Martín  Sarmiento  halló  en  el  libro  de  Haedo  la  noticia  de 

Tomo  II  1 


Biografías  y  noticias  biográficas 


ser  Alcalá  de  Henares  la  cuna  de  Cervantes,  y  transmitiéndola  á  sus  amigos, 
buscaron  y  hallaron  éstos  en  aquella  ciudad  la  partida  de  bautismo  del  autor 
del  Quijote,  documento  que  fué  el  primero  en  publicar  D.  Agustín  de  Montiano 
y  Luyando,  en  1753  [:3].'  . 

El  Dr.  Sosa  era  amigo  y  confidente  de  Cervantes  y  con  quien  éste  consultaba 
los  proyectos  y  planes  de  fuga  y  otras  aventuradas  empresas.  Sosa  sabía  cuanto 
pasaba  en  Argel  >  lo  apuntaba  día  por  día.  Esto  le  permitió,  no  solamente  dar 
por  escrito  al  capitán  Ramírez  todo  lo  que  se  refiere  en  la  historia  de  Haedo 
acerca  del  cautiverio  de  Cervantes,  sino  también  explicarlo  y  narrarlo  nueva- 
mente al  Arzobispo  de  Palerrao,  tío  de  Haedo,  según  así  se  desprende  de  la 
dedicatoria  del  libro. 

En  esta  Carta- Dedicatoria  al  Arzobispo  de  Palermo  D.  Diego  de  Haedo 
(tío  del  autor),  manifiesta:  «la  segunda  razón  para  dedicar  á  V.  S.  I.  estos  escri- 
tos... es  auerlos  compuesto  V.  S.  siendo  informado  de  Christianos  cautiuos:  es- 
pecialmente de  los  q.  fe  contiene  en  los  Diálogos  que  estuuieró  muchos  años  en 
Argel,  y  auernos  los  entregado,  estando  yo  en  Palermo  en  su  seruicio...  De 
Fromesta  25  de  Deziembre,  1605.» 
He  aquí,  ahora,  un  extracto  de  lo  más  esencial  de  esta  obra: 
Capítulos  I  á  XXXXI.r=Fol.  1-46:  Topographla  de  Argel— ¥o\.  47-95'  30<^- 
pltulos  que  contienen:  Epitome  de  los  Reyes  de  Argel. — Fol.  96-146:  20  divisio- 
nes: Diálogo  primero.  De  la  captiuidad  de  Argel.  Argumento:  «Entrando  Anto- 
nio González  de  Torres  cauallero  de  San  Juan,  á  visitar  al  Doctor  Sosa  fu  amigo, 
en  las  prifiones  en  que  esta  captiuo,  y  encarcelado:  tratan  los  dos  quan  infelice 
fuerte  fea  la  del  captiuerio....  y  finalmente  de  las  grandes,  miserias,  trabajos, 
tormentos,  y  martirios,  que  oy  dia  padecen  los  captiuos  Chriftianos,  en  peder 
de  moros  y  turcos,  principalmente  en  Argel.» — Fol.  184':  Diálogo  segundo.  De 
los  Martyres  de  Argel.  Argumento:  «Visitando  el  capitán  Gerónimo  Ramírez  al 
Doctor  Sosa....  tomaron  ocasión  de  tratar....  también  algunos  martyrios...  que 
Turcos  y  Moros  han  dado.  ..  á  Christianos  en  Argel.» — Fol.  185:  Refiere  Sosa 
que  «en  1577  á  los  primeros  dias  de  Setiembre  ciertos  Christianos  cautiuos.... 
que  serían  por  todos  quinze,  concertaron  como  de  Mallorca  viniese  un  bergantín 
y  los  embarcasse  vna  noche  y  licuase  a  Mallorca,  ó  España.  Este  concierto  hi- 
cieron con  vn  Christiano  Mallorquín,  que  se  dezia  Viana....  a  este  tiempo  casi 
todos  los  quinze  estauan  recogidos  en  vna  cueua  que  estaua  hecha,  y  muy  se- 
creta en  el  jardín  del  Alcayde  Asan....  que  está  házia  Levante  como  tres  millas 
de  Argel....  Solo  dos  Christianos  lo  sabían,  uno  de  los  quales  era  el  jardinero 
del  jardín....  y  el  otro  era  vno....  el  qual  auiendo  renegado  siendo  mogo,  después 
boluio  a  ser  Christiano...  por  sobrenombre  se  dezia  el  Dorador....  El  Viana,  lle- 
gado que  fue  a  Mallorca....  en  pocos  dias  puso  a  punto  el  bergantín:  y  a  los 
vltimos  de  Setiembre....  tomó  su  camino  para  Argel  donde  llegó  á  los  veynte  y 
ocho  del  mismo  mes....  se  acostó  a  tierra....  Pero  fue  la  desuentura  que  al  mismo 
momento....  acertaron  a  passar  ciertoe  Moros  por  allí....  y  comentaron  dar  vozes 
diziendo:  Christianos,  Christianos,  barca,  barca,  como  los  del  baxel  oyeron  esto... 
fueron  forjados  hazerse  luego  á  la  mar,  y  boluerse  por  aquella  vez  sin  hazer 
algún  efeto....  los  Christianos  que  estauan  en  la  Cueua....  se  consolauan  con  la 
esperanía....  cuando  el  demonio,  cegando  al  Dorador....  hizo  en  el  q.  se  bol- 
uiesse  otra  vez  Moro....  se  fue  al  Rey  Asan....  diziendole....  en  tal  cueua  estaua 
quince  Christianos  escondidos,  que  esperauan  vna  barca  de  Mallorca....  Holgóse 
el  Rey....  mandó  al  momento....  á  su  guardián  Baxi....  y  licuando  (este)  consigo 
hasta  ocho  o  diez  Turcos  a  cauallo  y  otros  24  a  pie...  fueron  con  tan  buen  gula 
(como  otro  ludas  yua  delante)  al  jardín:  y  prendiendo  luego  al  jardinero  fue- 
ronse  a  la  cueua...  y  haciendo  salir  della  los  Christianos  los  prendieron  luego  á 
todos,  y  particularmente  maniataron  á  Miguel  Cervales  vn  hidalgo  principal  de 


Biografías  y  noticias  biográficas 


Alcalá  de  Henares  q.  fuera  el  autor  deste  negozio  y  era  por  tato  mas  culpado.... 
El  Rey  retuvo  solamente  en  casa  á  Miguel  Cerbátes,  del  qual  por  muchas  pregun- 
tas que  le  hizo,  y  có  muchas  y  terribles  amenazas....  nunca  otra  cosa  pudiesse 
sacar  de  Miguel  Ceruantes  sino  que  el,  y  no  otro  fuera  el  autor  deste  negocio 
(cargándose  como  hombre  noble  á  sf  solo  la  culpa),  embiole  a  meter  en  su 
baño,  tomándole  por  esclavo,  aunque  después  a  el,  y  a  otros  tres  o  quatro  huuo 
de  boluer  por  fuerga,  a  los  patrones  cuyos  eran.,..  Cosa  marauillosa,  que  algunos 
dellos  estuuieron  encerrados  sin  ver  luz,  sino  de  noche  quando  de  la  cueua 
sallan,  mas  de  siete  meses....  sustentándolos  Miguel  de  Cervantes,  c6  gran  riesgo 
de  su  vida:  la  qual  quatro  vezes  estuvo  a  punto  de  perdella,  empalado,  o  engan- 
chado, o  abrassado  viuo,  por  cosas  que  intento,  para  dar  libertad  a  muchos.  Y 
si  a  su  animo  yndustria  y  tracas,  correspondiera  la  ventura,  oy  fuera  el  dia  que 
Argel  fuera  de  Christianos,  porque  no  aspirauan  a  menos  sus  intentos....  del  cau- 
tiuerio  y  hazañas  de  Miguel  de  Ceruantes,  se  pudiera  hazer  una  particular 
historia.  Dezia  Asan  Baxá  Rey  de  Argel;  que  como  el  tuuiera  guardado  al  Es- 
tropeado español,  tenía  seguros  sus  Christianos,  baxeles,  y  aun  á  toda  la  ciudad: 
tanto  era  lo  que  temía  las  tragas  de  Miguel  de  Cervantes,  y  sino  le  vendieran  y 
descubrieran  los  que  en  ella  le  ayudaban,  dichoso  vuiera  sido  su  cautiverio,  con 
ser  de  los  peores  que  en  Argel  aufa,  y  el  remedio  que  tuuo  para  asegurarse  del, 
fue  cópralle  de  su  amo  por  500.  escudos  en  que  se  aula  concertado,  y  luego  le 
acerrojo,  y  le  tuuo  en  la  cárcel  muchos  dias,  y  después  le  doblo  la  parada,  y  le 
pidió  mil  escudos  de  oro  en  que  se  rescató,  auiendo  ayudado  en  mucho  el  padre 
fray  Juan  Gil,  redentor  que  entonces  era,  por  la  santissima  Trinidad  en  Argel.» 
— Según  dice  el  libro  (fol.  153),  «Sosa  tenía  escritps  estas  relaciones  de  varios 
Martiryos  de  Christianos,  desde  el  año  15 16  hasta  1580,  todo  lo  qual  sabía  por 
informes  y  noticias  que  había  tomado,  y  esos  papeles  dio  á  leer  á  Ramírez.» — 
Fol.  192-210,  últ.°  8  hojas.  Tabla  sin  numerar.  Diálogo  tercero,  De  los  Mora- 
butos  de  Turcos,  y  Moros.  Argumento:  «Amud,  hijo  de  renegado  y  renegada, 
y  yerno  del  Patrón  del  Dotor  Sosa,  del  modo  de  saludar  y  consolar  al  mismo 
Dotor  en  las  prisiones  en  que  está,  le  da  ocasión  para  que  trate  y  le  muestre,  los 
grandes  errores  y  las  falsas  opiniones,  que  los  Morabutos  (esto  es),  los  letrados 
y  Chazires  de  los  Turcos  y  Moros,  les  enseñan  y  tienen  persuadido.» 


3. — Letanía  moral por  Andrés  de  Claramonte  y  Corroy. 

villa  por  Matías  Clavijo. — Año  161 2. 

En  8° 


En  Se- 


En  la  pág.  482  de  esta  obra,  escrita  antes  de  1610,  su  autor,  poeta  murciano 
y  representante,  cree  que  la  patria  de  Cervantes  era  Toledo. 

Da  esta  noticia  Pellicer  (Ensayo...  año  1778),  y  la  reproduce  D.  M.  Fernán- 
dez Navarrete  en  su  Vida  de  Cervantes,  págs.  203  y  553. 

En  el  Inquiridion  de  los  ingenios  invocados,  que  es  un  índice  de  los  poetas 
citados  por  Claramonte  en  el  curso  de  su  obra,  dice  solamente:  «Cervantes,  el 
dignísimo  poeta  español,  autor  de  Don  QuijoteT>\  pero  en  la  décima  de  la  pá- 
gina 482,  hablando  de  Toledo,  dice: 


O  clarísimos  varones 
Gerarquías  de  su  coro, 
De  sus  píes  dominaciones, 
A  la  Patrona  que  adoro 
Sagradle  estas  oblaciones. 


Pero,  Leocadia,  ya  al  son 
Del  Tajo  en  arenas  de  oro, 
Un  Cervantes  y  un  Chacón 
Vierten  del  pico  sonoro 
Dulzura  y  admiración. 


Biografías  y  noticias  biográBcas 


4. — Historia  de  D.  Juan  de  Austria,  por  D.  Loren90  Van  der  Hamen, 
Madrid,  1627. 
£04.0 

Obra  que  puede  servir  de  auxilio  para  estudiar  las  expediciones  marítimas 
contra  los  turcos  desde  1570  á  1575,  en  que  tanta  parte  tomó  Cervantes. 

5. — Junta  de  libros  la  mayor  que  jamás  ha  visto  España:  Año  de  1624. 
Art.  Miguel  de  Cervantes. 

fObra  M.  S.  de  D.  Tomás  Tamayo  de  Vargas  que  se  conserva  en  la  Biblio- 
teca Real. — El  autor  hace  á  Cervantes  natural  de  la  villa  de  Esquivias,  acaso 
por  las  alusiones  de  La  Galatea  y  los  elogios  que  hizo  de  este  pueblo,  de  donde 
era  su  mujer,  y  donde  estuvo  avecindado  después  de  haber  contraído  matrimo- 
nio. »  (Noticia  dada  por  Nicolás  Antonio,  y  reproducida  en  la  Vtda  de  Cervan- 
tes por  Navarrete,  tal  como  la  transcribo). 

6. — Laurel  de  Apolo,  por  Frey  Lope  Félix  de  Vega  Carpió, . .  Ma- 
drid, 1630. 

En  4.° 

En  las  silvas  5.*  y  8.'  elogia  á  Cervantes,  y  da  á  entender  que  era  natural 
de  Madrid. 

7. — Afcendencia  ilvftre,  ||  gloriofos  hechos,  ||  y  pofteridad  noble  ||  del 
famofo  Ñuño  Alfonfo  ||  Alcaide  de  la  Imperial  Ciudad  de  Toledo, 
etc..  II  ...  II  Qve  efcrive  ||  Rodrigo  Méndez  Silva,  Coronifta  General 
de  ftos  Reinos  de  ||  ...  |1  Y  la  dedica  ||  Al  Excelentiffimo  Señor  don 
II  Diego  López  Pacheco.  Acuña,  Cabrera,  y  Bobadilla,  ||  Marques 
de  Villena  ||  etc..  ||  Año  («cudo dei Mecenas)  '1648.  II  ...  II  En  Madrid  por 
Domingo  García  y  Morras.  ||  A  cofta  de  Tomas  de  Alfai...  || 

En  4.°,  de  8  hojas  prelimÍDares  y  6o  folios. 

Extractaré  de  esta  obra  lo  concerniente  al  linaje  de  Cervantes.=Pág.  33: 
«Florian  de  Ocampo  en  el  libro  que  escribió  de  linajes,  y  armas,  fol.  61  afirma, 
que  la  familia  de  Cervantes  defciende  de  la  de  Cervatos,  y  afsi  lo  Tiente  Rades 
en  la  Coronica  de  Calatraua,  c.  28,  fol.  59.  Compruenálo  las  armas  de  que  vía, 
dos  ciernas  de  oro  en  campo  verde.»  Fol.  33  v:  fLa  primera  noticia  que  ay  de 
los  Ceruates,  es  en  el  año  1248,  quando  el  Santo  Rey  Don  Femando  3.0  de  Car- 
tilla ganó  de  los  Moros  la  famofa  ciudad  de  Seuilla,  donde  le  acompañó  Gonga- 
lo  de  Ceruantes...  eto  «Y  era  Gonzalo  hijo  de  Alfonfo  Munio  Ceruatos,  hijo 
del  grande  Ñuño  Alfonfo...» 

Viene  la  geneologla  de  los  Cervantes  desde  Gonpalo,  con  detalles  de  las  ra 
mas  que  fe  transplantaron  á  Nueva  España  (México),  á  Extremadura,  á  Talavera 
de  la  Reyna,  y  otros  puntos;  sigue  la  mención  de  que  alguno  de  los  sucesores 
tornando  á  Galicia  fundó  en  tierra  de  Sanabria  la  villa  denominada  Cervantes; 
y  termina  Méndez  de  Silva  su  libro  enumerando  algunos  ilustres  descendientes 


Biograffas  y  noticias  biográficas 


de  Ñuño  Alfonso,  entre  los  cuales  coloca  á  Cervantes,  de  quien  dice  (fol.  6o): 
«Miguel  de  Ceruátes  noble,  Cauallero  Caftellano,  eftando  cautiuo  en  Argel  año 
1577,  en  compañía  de  otros  14,  los  fufientó  á  fu  corta  7  meses  en  vna  obfcura 
cueua,  por  lo  qual,  y  otras  cofas  que  intentó  para  libertar  muchos  criftianos  cor- 
rió grá  riefgo  4.  vezes  fu  vida,  y  fue  tal  fu  heroico  animo,  y  fingular  induftria, 
q.  fi  le  correfpondiera  la  fortuna,  entregara  al  Monarca  Felipe  2.  la  ciudad  de 
Argel,  á  quien  temió  tato  el  rey  Azan  Baxá,  q.  dezia:  Como  tuuiefe  Jeguro  á 
t/te  E/pañol,  lo  e/iaria  Argel,  y  fus  baxeles,  Refcatofe  al  fin  por  mil  afeudes, 
de  cuyas  proezas  fe  pudiera  hazer  dilatada  hiftoria;  afsi  lo  dize  el  M.  Fr.  Diego 
de  Haedo  Abad  de  Fromifta,  en  la  Historia  de  Argel.  Dialog.  2.  fol.  184  y  185.» 

8. —Biblioteca  hisp.  nova,  auct.  Nicolao  Antonio,  Roma,  1672-79. 

Dos  tomos  en  folio. — Tomo  II,  pág.  105. 

Cree  que  Cervantes  era  natural  ú  oriundo  de  Sevilla  fundándose  equivoca- 
damente en  haber  asistido  allí,  cuando  niño,  á  las  representaciones  de  Lope  de 
Rueda;  y  también  por  ser  sevillanas  muchas  familias  nobles  de  los  Cervantes. 

Y  prohijó  esta  opinión  de  Nicolás  Antonio,  el  historiador  D.  Diego  Ortíz  de 
Zúñiga  en  sus  Anales  ecl.  y  sec.  de  Sevilla,  Madrid  1677. 

9. — Discurso  breve  del  apellido  de  Cervantes.  M.  S.  en  la  Biblioteca 
Real  de  Madrid:  est.  K.  cod.  161.  p.  166. 

Cita  esta  obra  del  Marqués  de  Mondexar,  Pellicer  en  su  Vida  de  Cernantes. 

10. — Vida  II  de  Miguel  ||  de  Cervantes  ||  Saavedra.  ||  Autor  ||  Don  Gre- 
gorio il  Mayáns  y  Sisear,  ||  Bibliothecario  del  Rei  ||  Catholico.  ||  En 
Briga-Real,  ||  Año  MDCCXXXVII.  || 

En  8.°,  de  4  hojas  preliminares  y  204  págs. 

I."  hoja. — Portada.=2.*  y  3.^  id. — Dedicatoria  de  Mayans  al  Excmo.  Sr.  don 
Juan,  Barón  de  Carteret,  que  fué  quien  le  encargó  recoger  las  noticias  pertene- 
cientes á  los  Hechos  y  Escritos  de  Cervantes  con  objeto  de  poner  su  vida  al 
frente  de  la  edición  del  Quijote  que  aquel  magnate  iba  á  patrocinar .=4.°  hoja. 
— índice  de  materias. 

Luego  viene  el  texto  bellamente  impreso.  No  he  visto  mencionada  por  nin- 
gún bibliógrafo  esta  primera  impresión  de  la  Vida  de  Cervantes. 

Faltando  á  Mayans  las  noticias  y  documentos  importantes  que  acerca  de  la 
patria  y  vida  de  Cervantes  más  tarde  se  descubrieron,  tuvo  que  formar  esta  Bio- 
grafía recogiendo  lo  que  de  sí  mismo  dice  Cervantes  en  sus  obras;  y  así  lo  ma- 
nifiesta en  la  Dedicatoria  al  Barón  de  Carteret,  Creyó,  pues,  que  la  patria  del 
autor  del  Quijote  fué  Madrid,  congeturando  que  á  la  Corte  de  España  se  refiere, 
entre  otros  pasajes,  aquel  verso  del  Viaje  del  Parnaso.,  cap.  I: 

Hoy  de  mi  Patria  y  de  mi  mismo  salgo; 

y  señala  el  año  1549  como  fecha  del  nacimiento  de  Cervantes,  coligiéndolo  de 
aquellas  palabras  que  éste  dijo  en  14  de  Julio  de  1613,  prólogo  de  las  Novelas: 
tgue  al  cincuenta  i  cinco  de  los  años,  gano  por  nueve  mas,  i  por  la  mano.t  «Por  la 


Biografías  y  noticias  biográficas 


mano»  entiende  Mayans  la  anticipación  de  algunos  días.  Recuerda  que  Tamayo 
de  Vargas  cree  á  Cervantes  hijo  de  Esquivias  y  Nicolás  Antonio  de  Sevilla,  y 
afiade:  cEn  Lucena  dicen,  que  ai  tradición  de  aver  nacido  alli.  Quando  se  prue- 
ve  la  tradición,  ó  fe  exhiba  la  fé  de  fu  bautifmo,  deverémos  creerlo.»  Oyó  decir 
que  Cervantes  fué  con  una  comisión  al  Toboso,  y  que  por  ella  dieron  con  él  en 
una  cárcel;  por  cuyo  motivo  hizo  manchegos  á  su  Caballero  y  á  su  Dama. 

Aunque  el  ímprobo  trabajo  biográfico  de  Mayans  debía  de  resultar  forzosa- 
mente pobre  de  datos,  tanto  que  ningún  suceso  cierto  de  la  vida  de  Cervantes 
nos  aclara,  en  cuanto  á  erudición  y  á  sus  juicios  no  deja  de  tener  mérito;  y 
siempre  tendrá  el  de  haber  sido  la  primera  vida  que  de  Cervantes  se  ha  escrito. 

Mencionaré  las  siguientes  reimpresiones  y  traducciones  de  esta  Fida  de  Cer- 
vantes, por  Mayans:  1738,  Londres,  en  4.0— Al  frente  de  la  lujosa  ed.  del  Qui- 
jote, impresa  en  4  t.  por  J.  y  R.  Tonson. 

Vida  de  Cervantes,  Amsterdam,  8." — Citada  con  esta  vaguedad  en  un  catá- 
logo de  Obras  de  Mayans  publicado  en  1750,  llamándola  Tercera  edición.  Creo 
se  referirán  á  la  Vida  de  Cervantes^  que  ocupa  los  principios  de  la  edición  del 
Quijote  impresa  en  La  Haya  el  año  1744  por  Gosse  y  Moetjens. 

La  4.*  edición  figura  al  frente  del  Quijote  impreso  por  S.  Martín  en  Madiid, 
año  1750,  y  tengo  la  Quinta  que  describiré:  «Vida  de  Miguel  de  Cervantes  Saa- 
vedra,  natural  de  Madrid,  etc.  ...Quinta  impresión  según  la  primera.  Año  de 
MDCCL.  En  Madrid:  A  costa  de  Don  Pedro  Joseph  Alonso  i  Padilla. — 8.°  p.  de 
10  hoj.  prel  y  235  pág. — Ocupan  los  prel'.,  Una  censura  del  p.  fr.  Juan  de  la 
Concepción  ág  de  Septbre.  de  1750,  la  Licencia  al  librero  Padilla,  la  Fé  de 
erratas  y  la  Tassa.  Alcanzó  hasta  la  Séptima  impresión. 

De  las  varias  traducciones  merece  especial  mención  la  siguiente:  «La  Vie  de 
Michel  de  Cervantes  Saavedra,  par  Don  Gregorio  Mayans  y  Sisear,  ...  Traduite 
de  l'Espagnol,  avec  quelques  remarques  du  Traducteur,  par  le  Sieur  D.  S.  L. 
(Pierre  Daudé.)  A  Amsterdam,  chez  Frangois  Changuion.  MDCCXL.  2  tomos 
en  12.°»  Las  notas  que  acompañan  esta  traducción  son  apreciables;  y  va  al  fin 
una  tabla  alfabética  de  materias.  Además,  la  Vida  de  Cervantes,  de  Mayans,  fué 
la  fuente  á  donde  acudieron  durante  una  porción  de  años,  los  escritores  extran- 
jeros que  desearon  publicar  noticias  biográficas  del  autor  del  Quijote. 

11. — Comedias  y  Entremeses  de  Cervantes.  Madrid,  1749. 
Dos  t.  en  4  • 

En  el  crítico  razonado  Prólogo  que  precede  á  esta  edición,  su  autor  D.  Blas 
Nasarre  nos  ofrece  dos  interesantes  datos,  hasta  entonces  desconocidos,  para 
ilustrar  la  vida  de  Cervantes:  Uno  de  ellos  está  en  la  hoja  ii.»  donde  dice:  «Cer- 
vantes defde  muy  niño  fe  aplicó  á  la  lectura,  y  obfervacion  de  eftos,  y  de  otros 
libros  antiguos:  tuvo  por  Maeftro  de  humanidad,  y  buenas  letras  en  Madrid  á 
Juan  López,  Cathedratico  del  Eftuftio  (i)  de  efta  Villa:  y  compufo  en  Latin,  y 
en  vulgar  los  verfos  que  fe  leen  en  la  Hiftoria,  y  Relación  del  Tranfito,  y  Exe- 
quias de  la  Reyna  Doña  Ifabél  de  Valois,  impreffa  en  Madrid  el  Año  de  1569.» 

El  otro,  que  es  la  partida  de  defunción  de  Cervantes  sacada  de  los  Libros  de 
la  Parroquia  de  San  Sebastián  de  Madrid,  va  al  fin  del  mismo  prólogo:  «En  23. 
de  Abril  de  1616.  años  murió  Miguel  Cervantes  Saavedra,  cafado  con  Doña  Ca- 
thalina  de  Salazar,  Calle  del  León.  Recibió  los  Santos  Sacramentos  de  mano  del 
Licenciado  Francifco  López.  Mandófe  enterrar  en  las  Monjas  Trinitarias.  Man- 


(i)     Errata;  debe  decir:  Estudio. 


Biografías  y  noticias  biográficas 


dó  dos  Mi/fas  del  alma,  y  lo  demás  á  voluntad  de  fu  muger,  que  es  Teítamen- 
taria,  y  al  Licenciado  Francifco  Nufiez,  que  vive  alli.  Fol.  270.» 
(En  el  niím.  [121]  veremos  que  el  nombre  del  Ldo.  es  Martínez.) 

12. — Geographia  Histórica...  por  el  Padre  Pedro  Murillo  Velarde,  Ma- 
drid, 1752. 

En  el  prólogo  del  1. 1  se  conduele  de  que  no  se  haya  descubierto  la  verda- 
dera patria  de  Cervantes,  y  en  el  t.  X,  libro  X,  en  que  trata  ^De  los  varones 
insignes  de  todo  el  Mundo,*  pág.  28,  dice: 

«Miguel  Cervantes  Saavedra  de  Sevilla,  según  Nicolás  Antonio,  era  Secre- 
» tario  del  Duque  de  Alva.  En  Madrid  fué  tratado  con  desprecio  por  el  Duque 

»de  Lerma y  por   vengarse,  escribió  el  libro  de  Don  Quixote. — Alfonsso 

»Fernz.  de  Avellaneda,  Eclesiástico,  escribió  la  2.*  P.  en  Tarragona  el  año  de 
>  1614.  Después  la  escribió  Cervantes,  y  se  quexa,  que  le  quitaron  sus  papeles.... 
íHizo  12  Novelas.,.,  pero  el  libro  de  D.  Quixote  es  el  mas  famoso  y  traducido 
»  en  todas  las  lenguas.  Los  Estrangeros  le  estiman,  no  tanto  por  aplaudir  su  in- 
»  genio,  quanto  por  hacer  ridicula  la  Nación....  en  fm  de  64  murió  en  Madrid.» 

Las  erróneas  noticias  del  P.  Murillo  fueron  tomadas  de  Moreri  en  su  Diccio- 
nario, desde  donde  se  difundieron  grandemente  por  Europa  [125]. 

13, — Discurso  segundo  sobre  las  Tragedias  Españolas,  por  D.  Agustín 
de  Montiano  y  Luyando.  Madrid,  Orga,  Año  de  1753. 

En  8.» 

En  la  pág.  10  inserta,  por  vez  primera,  la  partida  de  bautismo  de  Cervantes, 
cuya  certificación  dada  por  el  cura  de  la  parroquia  de  Santa  María  de  Alcalá 
tiene  la  fecha  de  19  de  junio  de  1752. 

La  pondré  luego,  según  la  copia  facilitada  á  Pellicer.  [18] 

14. — Disertación  sobre  la  Cebra  que  escribió  en  Madrid  el  P.  M.  Fray 
Martín  Sarmiento. 

Conjetura  por  las  palabras  del  Cura,  (Q.  P.  L,  cap.  29),  en  donde  llama  á 
Alcalá  la  gran  Cómpluto,  que  «Cervantes  miraria  acaso  á  señalar  su  patria  con 
aquel  elogio  de  grande,  siendo  cierto  que,  segiin  el  P.  Haedo,  era  Miguel  de 
Cervantes  un  hidalgo  principal  de  Alcalá  de  Henares. » 

15. — Noticia  sobre  la  verdadera  patria  de  Cervantes. 

En  esta  disertación,  escrita  por  el  P.  Sarmiento  el  afio  176 1,  dice  el  erudito 
benedictino  que  habiendo  hallado  en  la  Historia  de  Argel  del  P.  Haedo  la  no- 
ticia de  que  Cervantes  era  un  hidalgo  principal  de  Alcalá  de  Henares,  lo  dijo  á 
varios  amigos,  y  que  D.  Agustín  Montiano  el  primero,  y  luego  el  Sr.  Pingarrón, 
buscaron  y  hallaron  en  Alcalá  la  partida  de  bautismo  de  Cervantes.  (Obras 
M.  S.  del  P.  Sarmiento,  en  la  Biblioteca  del  Duque  de  Medinafidoniá). 

He  visto  un  M.  S.,  que  parece  copia  de  la  época,  en  la  Biblioteca  Arús.  Por 
algunas  notas  autógrafas  de  Martínez  del  Romero,  se  ve  que  perteneció  á  este 
literato. 


Biografías  y  noticias  biográñcas 


He  aquí  la  descripción  del  códice  del  P.  Sarmiento: 

M.  S.  de  37  pliegos  de  á  4  hojas,  ü  8  págs.  Van  numeradas  hasta  la  177  y 
sigue  el  m.  s.,  sin  numerar,  hasta  la  pág.  189. 

Divide  la  obra  en  292  párrafos,  más  un  Suplemento  marcado  asi  (29'),  que 
evidentemente  quiso  decir  293. 

La  I."  de  las  3  hojas  en  blanco,  dice:  «Obra  inédita  del  benedictino  |  Sar- 
miento.» 

El  epígrafe  de  la  obra  (pág.  i),  dice: 

«Noticia  de  la  Verdadera  Patria  (Alcalá)  de  El  Miguel  de  Cervantes  estro- 
peado en  Lepanto,  Cautivo  en  Argel  y  Autor  de  la  Historia  de  Don  Quixote,  y 
conjetura  sobre  la  ínsula  Baratarla  de  Sancho  Panza.  Por  el  Rmo.  P.  M.  F. 
Martín  Sarmiento,  Benedictino.» 

A  la  pág.  80  concluye  la  Noticia  y  empieza  la  ínsula  Barataría  hasta  la 
pág.  94,  donde  viene  una  disertación  sobre  Amadis  de  Gaula  que  alcanza  hasta 
la  pág.  250;  siguiendo  otro  trabajo  sobre  el  Tiempo  de  Marras. 

Viene  luego  al  §  291  con  Epílogo  Chronologico  comparando  las  respectivas 
edades  del  Cervantes  de  Alcázar  y  de  Cervantes  en  diferentes  épocas  para  de- 
mostrar que  aquél  no  pudo  ser  el  autor  del  Quijote. 

Da  detallada  cuenta  del  libro  de  Háedo  dividido  en  6  secciones,  y  de  la  5.^ 
que  es  el  Diálogo  de  los  Mártires  á  la  pág.  185,  en  el  cual  se  manifiesta  por  dos 
veces  que  Cervantes  era  un  hidalgo  natural  de  Alcalá  de  Henares. 

No  sé  de  donde  saca  Sarmiento  que  Moreri  pone  en  1585  la  muerte  de  M." 
Antonio  Colona.  En  la.«  ediciones  del  Moreri,  que  he  visto,  se  dice  que  murió  á 
1.°  de  Agosto  1584. 

£1  Sr.  Bonsoms  va  á  costear  una  lujosa  impresión  del  precioso  M.  S.  del 
P.  Sarmiento. 

16. — Aduana  Crítica,   ó  Hebdomadario  de  los  sabios  de  España,  por 
D.  Josef  Miguel  de  Flores. — Año  de  1765.  Madrid. 

Hace  una  disertación  sobre  la  verdadera  patria  de  Cervantes,  é  inserta  en 
el  t.  lU,  pag.  274,  la  partida  del  rescate  de  Cervantes,  que  dice:  «En  la  Ciudad 
de  Argel,  á  19.  días  del  mes  de  Septiembre  de  1580.  en  presencia  de  mí  el  di- 
cho Notario,  el  R.  Fr.  Juan  Gil,  Redentor  susodicho,  rescató  á  Miguel  de  Cer- 
vantes, natural  de  Alcalá  de  Henares,  de  edad  de  31.  años,  mediano  de  cuerpo, 
bien  barbado,  estropeado  del  brazo  y  mano  izquierda,  cautivo  en  la  Galera  del 
Sol,  yendo  de  Ñapóles  á  España,  donde  estuvo  mucho  tiempo  en  servicio  de  su 
Magestad;  perdióse  á  26.  de  Septiembre  del  año  de  1575.  Estaba  en  poder  de 
Asan  Baxá,  Rey,  y  costó  su  rescate  500.  escudos  de  oro  en  oro:  no  le  quería  dar 
su  Patrón,  si  no  le  daban  escudos  de  oro  en  oro  de  España,  porque  sino,  le 
echaba  á  Constantinopla:  y  así  atento  esta  necesidad,  y  que  este  christiano  no 
se  perdiese  en  tierra  de  Moros,  se  buscaron  entre  Mercaderes  220.  escudos  a 
razón  cada  uno  de  125.  ásperos:  porque  los  demás  que  fueron  280.  había  de 
limosna  de  la  Redención:  y  los  dichos  500  escudos  son  y  hacen  doblas  á  razón 
de  135  ásperos  cada  escudo  1340  doblas.  Tuvo  de  adyutorio  300  ducados,  que 
hacen  doblas  de  Argel,  contado  cada  real  de  a  quatro  por  47.  ásperos,  775  y  25 
dineros.  Fue  ayudado  con  la  limosna  de  Francisco  de  Caravanchel,  de  que  es 
Patrón  el  muy  ilustre  Señor  Domingo  de  Cárdenas  Zapata,  del  Consejo  de  su 
Magestad  con  cinquenta  doblas;  y  de  la  limosna  general  de  la  orden  fue  ayu- 
dado con  otras  50.  y  lo  demás  restante  al  cumplimiento  de  las  1340.  hizo  obli- 
gación de  pagarlas  acá  dicha  orden,  por  ser  mrs.  para  otros  cautivos,  que  dieron 


Biografías  y  noticias  biográficas 


deudos  en  España  para  su  rescate,  y  por  no  estar  al  presente  en  este  Argel,  no 
se  han  rescatado,  y  estar  obligada  dicha  orden  a  volver  a  las  partes  su  dinero, 
no  rescatando  los  tales  cautivos,  e  mas  se  dieron  9.  doblas  á  los  Oficiales  de  la 
Galera  del  dicho  Rey  Azan  Baxá,  que  pidieron  de  sus  derechos.  En  fé  de  lo 
qual  lo  firmaron  de  sus  nombres  Testigos  Alonso  Verdugo,  Francisco  de  Agui- 
lar,  Miguel  de  Molina,  Rodrigo  de  Frias,  cristianos. =Fr.  Juan  Gil.«=Pasó  ante 
mi  Pedro  de  Ribera,  Notario  Apostólico.» 

Halló  esta  partida  D.  Juan  de  Iriarte  por  los  años  de  1748  á  49,  en  la  Biblio- 
teca Real,  en  una  relación  impresa  en  Granada  el  año  de  1581,  por  Rene  Rebut, 
de  185  cautivos  rescatados  por  los  PP.  Fr.  Juan  Gil  y  br.  Antonio  de  la  Bella, 
de  la  Orden  de  la  Santísima  Trinidad;  y  comunicó  el  hallazgo  con  el  P.  Sar- 
miento, quien  ya  en  1752  [14^  conjeturaba  que  la  patria  de  Cervantes  era  Al- 
calá de  Henares.  Confirmándoselo  la  presente  partida  del  rescate,  llevó  adelante 
sus  investigaciones,  y  gracias  á  su  celo,  dos  literatos  amigos  suyos  hallaron,  casi 
simultáneamente,  la  be  de  bautismo  de  Cervantes.  Uno  de  ellos,  D.  A.  Mon- 
tiano,  la  publicó  en  1752  [13],  y  el  otro,  que  fué  D.  Manuel  Martínez  Pingarrón, 
la  guardó  entre  sus  papeles  que,  á  su  fallecimiento,  pasaron  á  manos  del  señor 
D.  J.  A.  Pellicer,  quien  dio  á  luz  la  copia  en  1778  [18]. 

La  gloria  del  descubrimiento  de  la  verdadera  patria  de  Cervantes  debe, 
pues,  principalmente  adjudicarse  al  P.  Fr.  Martín  Sarmiento  y  al  bibliotecario 
D.  Juan  de  Iriarte,  si  bien  hemos  de  hacer  partícipe  de  ella  á  D  Vicente  de  los 
Ríos,  quien  hacia  el  año  de  1765,  descubrió  también  la  partida  de  rescate  [19]. 

En  efecto,  sabemos  de  un  modo  certísimo  por  mil  pasajes  de  las  obras  y  es- 
critos del  autor  del  Quijote,  que  él  es  el  Cervantes  Atjo  de  D.  Rodrigo  de  Cer- 
vantes y  de  Dfi  Leonor  de  Cortinas,  y  natural  de  Alcalá  de  Henares  á  que  se  re- 
fiere la  partida  de  rescate  hallada  por  Iriarte,  y  tal  importantísimo  documento 
confirma  á  su  vez  de  un  modo  irrecusable  la  fe  de  bautismo,  por  la  cual  consta 
que  Miguel  de  Cervantes,  autor  del  Quijote,  nació  en  Alcalá  de  Henares,  en 
donde  fué  bautizado  el  9  de  Octubre  de  1547. 

Y  no  basta  á  destruir  la  fuerza  de  ambos  documentos,  el  hallazgo  acaecido 
el  año  de  1758,  de  la  fe  de  bautismo  de  otro  Cervantes  en  Alcázar  de  S.  Juan. 
Sin  embargo  de  esto,  en  aquellos  momentos  de  controversia,  creyó  litil  el  se- 
ñor Flores  insertar  en  su  Aduana  crítica  este  documento  que  á  la  letra  dice: 
cAño  1558.  en  9.  dias  del  mes  de  Noviembre  baptizó  el  Licenciado  Alonso  Diaz 
Pajares  un  hijo  de  Blas  de  Cervantes  de  Saavedra,  y  de  Catalina  López,  que  le 
puso  nombre  Miguel.  Fué  su  padrino  de  pila  Melchor  Ortega,  acompañados 
Juan  de  Quiros  y  Francisco  Almendros,  y  sus  mugeres  de  los  dichos.» 

Al  pronto  dio  autoridad  á  esta  fe  de  bautismo  el  segundo  apellido  de  Saa- 
vedra que  el  padre  de  este  Cervantes  lleva,  pero  tal  circunstancia  no  solamente 
es  por  si  sola  inválida,  sino  que  también  ha  sido  erróneamente  aplicada  como 
veremos  al  nüm.  (82).  Recientemente  se  ha  probado  [121]  que  la  tal  partida 
de  Alcázar  de  S.  Juan  es  apócrifa. 

17. — Memorias  eruditas  para  la  historia  de  Ronda,  por  D.  Juan  M.*  de 
Rivera,  Córdoba,  1766. 

En  8." 

Menciona  esta  obra  el  Sr.  Asensio  diciendo  que  en  ella  se  da  ia  noticia  de 
haber  estado  Cervantes  en  Ronda. 

18. — Ensayo  |  de  una  Bibliotheca  |  de  traductores  españoles  ||  donde 

Tomo  n  2 


Biografías  y  noticias  biográficas 


se  da  noticia  ||  de  las  traducciones  que  hay  en  castellano  ||  de  la  sa- 
grada escritura,  ||  etc.  etc.  ||  Preceden  varias  noticias  literarias  [j 
para  las  vidas  ||  de  otros  escritores  españoles.  ||  ...  Por  D.  Juan  An- 
tonio Pellicer  y  Saforcada.  ||  En  Madrid  por  D.  Antonio  de  Sancha, 
Año  M.DCC.LXXVIII. 

En  4°,  de  8  hojas  preliminares,  y  el  texto  dividido  en  dos  partes. 

La  primera,  de  206  págs.  separadas  del  resto  del  volumen,  contiene  noticias 
biográfico-literarias  de  los  hermanos  Argensolas  y  de  Cervantes.  La  segunda,  de 
175  págs.  comprende  el  Ensayo  de  una  Biblioteca  de  traductores  españoles. 

Para  justificación  de  las  noticias  referentes  á  Cervantes  pone  Pellicer  varias 
notas  é  inserta  además  los  siguientes  documentos: 

A.  Carta  de  D.  Bernardo  de  Iriarte  á  Pellicer,  fechada  en  S.  Ildefonso  á  20 
de  Agosto  de  1772,  dándole  detallada  cuenta  del  hallazgo  de  la  partida  de  res- 
cate de  Cervantes,  hecho  por  su  tío  D.  Juan  hacia  1748. 

B.  Cartas  del  Dr.  D.  Sandago  Gómez  Falcón  Abad  de  la  Magistral  de 
S.  Justo  y  Pastor  de  Alcalá  á  D.  Manuel  Martínez  Pingarrón. 

En  l.'\  I,  de  20  Julio  de  1752  (i),  le  remite  la  certificación  y  Fe  de  Bautismo 
de  Cervantes,  que  dice  así:  «Certifico  yo  el  Dr.  D.  Sebastian  García  y  Calvo, 
Cura  propio  de  la  Parroquial  de  Santa  Maria  la  mayor  de  esta  ciudad  de  Alcalá 
de  Henares,  como  en  uno  de  los  Libros  de  Bautismos,  que  dio  principio  en  el 
afio  de  153;  y  finalizó  en  el  de  1550,  al  fol.  192  b.  hay  una  partida  cuyo  tenor 
es  como  se  sigue:  Domingo  nueve  dias  del  mes  de  Octubre  año  del  Señor  de  mil 
quinientos  y  quarenta  y  sieti  años  fué  baptizado  Miguel,  hijo  de  Rodrigo  de  Cer- 
vantes, y  su  muger  Doña  Leonor.  Fueron  sus  compadres  Juan  Pardo:  baptizóle 
el  Reverendo  Señor  Bachiller  Serrano,  Cura  de  nuestra  Señora.  Testigos  Bal- 
tasar Vázquez,  Sacristán,  y  yo  que  le  baptiza  y  firmé  de  mi  nombre.  Bachiller 
Serrano.  Concuerda  con  su  original,  etc..  Alcalá  á  18  de  Julio  de  1752... > 

En  la  II  carta,  de  Agosto  de  1752,  le  avisa  que  alguien  sacó  la  misma  par- 
tida de  bautismo  con  algunos  días  de  antelación,  (fué  la  de  Montiano);  y  dícele, 
que  en  cuanto  á  la  fe  de  casados  de  sus  padres,  y  el  Testamento,  no  se  han  en- 
contrado. 

C.  Copia  de  la  fe  de  bautismo  que  de  otro  Cervantes  se  halla  en  Alcázar 
de  S.  Juan.  [16] 

D.  Carta  de  D.  Antonio  Remírez,  Beneficiado  de  Esquivias,  de  fecha  9  Ju- 
nio de  1755,  á  D.  Manuel  Martínez  Pingarrón,  acompañando  la  esquela  del  cura 
de  dicha  población,  en  donde  le  dice:  cHabiendo  leído  la  vida  de  Miguel  de 
Cervantes,  escrita  por  Mayans,  tuve  la  curiosidad  de  ver  los  libros  de  esta  Par- 
roquia, y  en  el  año  de  1584,  se  halla  una  partida  de  matrimonio  de  Miguel  de 
Cervantes  con  Doña  Catalina  Palacios...  Persuádeme  á  que  es  la  partida  de  ma- 
trimonio de  Cervantes  Autor  de  Don  Quixote  por  la  identidad  de  los  nombres 
y  apellidos...  pues  es  constante  que  en  Esquivias  á  la  familia  de  los  Palacios 
muchas  veces  se  le  da  el  apellido  de  Solazar.» 

E.  €  Carta  de  pago  de  31  de  Julio  de  1579.  en  Madrid,  ante  el  Notario  Pe- 
dro de  Anaya,  de  la  cantidad  de  300  ducados  de  á  once  reales  que  entregaron 
Dona  Leonor  de  Cortinas,  viuda  de  D.  Rodrigo  de  Cervantes  y  Dona  Andrea 
de  Cervantes,  vecinos  de  Alcalá  estantes  en  la  Corte,  á  los  PP.  Fr.  Juan  Gil  y 
Fr.  Antón  de  la  Bella,  para  ayuda  del  rescate  de  Miguel  de  Cervantes,  hijo  y 


(i)     El  impreso  dice  por  error:  l7S3i 


Biografías  y  noticias  biográficas 


hermano  de  las  susodichas,  eto  esta  carta  de  pago,  tal  como  la  inserta  Pellicer 
en  la  pág.  195  de  este  Ensayo,  dice  asi: 

cY  después  de  lo  susodicho  en  la  dicha  Villa  de  Madrid  en  31.  dias  del  mes 
de  Julio  del  dicho  año  de  1579.  en  presencia  de  mi  el  presente  Notario  y  tes- 
tigos de  suso  escriptos,  recibieron  los  dichos  PP.  Fr.  Juan  Gil  y  Fr.  Antón  de  la 
Bella  300.  ducados  de  a  once  reales  cada  ducado,  que  suman  ii2"soo  mrs.  los 
250,  ducados  de  mano  de  Doña  Leonor  de  Cortinas  viuda,  mugar  que  fué  de 
Rodrigo  de  Cervantes;  y  los  50  ducados  de  Doña  Andrea  de  Cervantes,  vecinos 
de  Alcalá  estantes  en  esta  Corte  para  ayuda  del  rescate  de  Miguel  de  Cervantes, 
vecino  de  la  dicha  Villa,  hijo  y  hermano  de  las  susodichas,  que  está  cautivo  en 
Argel  en  poder  de  Ali  Mami,  Capitán  de  los  Baxeles  de  la  Armada  del  Rey  de 
Argel,  que  es  de  edad  de  33.  años,  manco  de  la  mano  izquierda,  y  de  ellos  otor- 
garon dos  obligaciones  y  cartas  de  pago,  y  recibo  de  los  dichos  mrs.  ante  mi  el 
presente  Notario,  siendo  testigos  Juan  de  Quadros,  y  Juan  de  la  Peña,  Corredor, 
y  Juan  Fernandez  estantes  en  esta  Corte.  En  fé  de  lo  qual  lo  firmaron  los  dichos 
Religiosos  e  yo  el  dicho  Notario. =Fr.  Juan  Gil.  Fr.  Antón  de  la  Bella.  Pasó 
ante  mi  Pedro  de  Anaya  y  Zúñiga.> 

F.     Partida  de  rescate  de  Cervantes.  [16] 

G  Certificación  de  las  copias  de  las  dos  antecedentes  partidas  de  rescate, 
librada  por  D.  Fr.  Alonso  Cano,  Obispo  de  Segorve  Redentor  General,  en  el 
Convento  de  la  Sma.  Trinidad  de  Madrid  á  22  de  Octubre  de  17Ó5. 

H.     Partida  de  muerto  de  Cervantes.  [11] 

I.  Soneto  que  hizo  Cervantes,  satirizando  el  tardío  socorro  que  las  tropas 
mandadas  por  el  Duque  de  Medina,  dieron  á  Cádiz. 

Con  estos  importantes  documentos  y  otras  noticias  que  andaban  esparcidas 
y  diseminadas,  reunió  Pellicer  una  abundante  copia  de  nuevos  datos  con  que 
aumentó,  los  hasta  entonces,  escasos  materiales  para  formar  la  biografía  del  autor 
del  Quijote,  que  en  esta  obra  ocupa  63  págs. 

Por  los  Sonetos  A  la  entrada  del  Duque  de  Medina  en  Cádiz,  y  Al  túmulo 
de  Felipe  J/sa.he  Pellicer  que  Cervantes  estaba  en  Sevilla  los  años  de  1596  y 
1598,  pero  desconoce  sas  sucesos  desde  1587  á  1596,  y  desde  1598  á  1604;  así 
como  no  puede  darse  cuenta  de  cuándo  ni  en  dónde  fué  la  prisión  de  Cer- 
vantes. 

19. — Vida  de  Miguel  de  Ceirvantes  por  D.  Vicente  de  los  Ríos. 

Va  al  frente  de  la  suntuosa  edición  del  Quixote  impresa  por  cuenta  de  la 
Real  Academia  Española  en  Madrid,  el  año  1780. 

Cúmpleme  transcribir  las  siguientes  palabras  del  prólogo  de  la  Academia: 
«Mucho  tiempo  antes  de  haberse  publicado  el  Ensayo  de  Pellicer,  D.  Vicente 
de  los  Ríos  habla  escrito,  y  también  leído  en  la  Academia  su  Vida  de  Cervan- 
tes y  los  documentos  que  la  comprueban:  y  no  debe  extrañarse  que  sin  haberse 
comunicado  uno  á  otro  su  trabajo,  hubiesen  adquirido  iguales  noticias  y  docu- 
mentos, porque  son  de  cosas  de  hechos  y  unas  mismas  las  fuentes  de  donde  de- 
bían sacarse  para  que  fueren  verídicos.  Lo  que  esto  prueba  únicamente  es,  que 
D.  J.  A.  Pellicer  y  D.  V.  de  los  Rios  trabajaron  con  igual  diligencia,  y  por  di- 
versos medios  y  conductos  llegaron  á  conseguir  un  mismo  fin.» 

En  efecto,  reflexionando  D.  Vicente  de  los  Rios  tque  los  documentos  perte- 
necientes al  rescate  de  Cervantes  era  regular  se  encontrasen  en  el  archivo  de  la 
Redención  general,  y  conociendo  que  su  hallazgo  decidiría  la  duda,  y  compro- 
barla la  identidad  del  Cervantes  del  Padre  Haedo  con  el  autor  del  Quixote, 
en  r."  de  Septiembre  de  1765  pidió  al  limo.  Señor  Obispo  de  Segorve  (entonces 


Biografías  7  noticias  biográficas 


Redentor  general)  hiciese  registrar  el  expresado  archivo  desde  el  año  de  1578, 
hasta  el  de  1580,  y  en  él  se  encontraron  efectivamente  dos  partidas  correspon- 
dientes al  rescate  de  Cervantes >  La  respuesta  del  P.  Redentor,  dada  en  Ma- 
drid á  7  del  mismo  mes  y  año  fué  la  siguiente:  clogro  particular  satisfacción  en 
poderla  dar  á  Vm.  con  la  copia  adjunta  que  solicita,  y  es  sacada  de  la  redención 
original,  executada  el  ?ño  de  1580  en  Argel  por  el  Reverendo  P.  Fr.  Juan  Gil, 
que  se  conserva  en  el  archivo  de  este  Convento, 

Sin  embargo....  sobre  otros  fundamentos  positivos  y  casi  decisivos,  que  ten- 
go, para  inclinarme  á  darle  otra  patria  al  célebre  Miguel  de  Cervantes  Saave- 
dra,...  me  dexa  todavía  en  la  perplexidad  de  si  el  referido  cautivo  Cervantes  es 
distinto,  ó  idéntico  ccn  el  segundo 

El  P.  Mtro.  Cano,  poco  conocedor  por  lo  visto  de  las  alusiones  que  clara- 
mente en  sus  obras,  hace  el  mismo  autor  del  Quixoie  á  su  cautividad,  se  fijó 
únicamente  en  el  segundo  apellido  Saavedra  que  figuraba  en  la  partida  de  Al- 
cázar de  S.  Juan.  Por  tal  motivo  Ríos  le  escribió  segunda  vez  en  10  de  Septiem- 
bre «haciéndole  presente  la  cronología,  las  circunstancias  del  cautiverio,  de  la 
manquedad  y  demás,  que  evidencian  ser  uno  mismo  el  Cervantes  del  P.  Haf^do, 
el  de  la  partida  bautismal  de  Alcalá,  y  el  de  las  fees  de  rescate  con  el  autor  del 
Quixoíí...  y  en  su  ingenua...  respuesta  de  18  del  mismo  mes,  el  F.  Cano  se  da 
por  convencido.» 

Por  lo  expuesto  se  ve  claro  que  Ríos  en  1765  descubrió  las  partidas  origina- 
les de  rescate,  sin  conocer  el  hallazgo  que  de  las  mismas  habían  hecho  otros 
[i 4' 1 6],  y  que,  por  tanto,  debe  participar  de  la  gloria  del  descubrimiento,  así 
como  contribuyó  al  esclarecimiento  de  la  verdadera  patria  de  Cervantes. 

Además  de  los  documentos  ya  publicados  por  Pellicer  inserta  Ríos  en  las 
I'ruebas  de  la  Vida  de  Cervantes,  los  siguientes: 

1.0  Partida  de  casamiento  de  Cervantes  con  D.'  Catalina  de  Palacios,  en 
Esquivias  á  12  de  Diciembre  de  1584. 

lEn  12.  de  Diciembre  (no  expresa  el  año,  pero  de  las  partidas  antecedentes 
y  consiguientes  colígese  ser  el  de  mil  quinientos  ochenta  y  quatro)  el  Reverendo 
señor  Palacios  (digo)  /uan  de  Palacios  Teniente,  desposó  d  los  señores  Miguel 
de  Cervantes,  vecino  de  Madrid,  y  Doña  Catalina  de  Palacios,  vecina  de  Esqui- 
vias. Testigos  Rodrigo  Mexia,  Diego  el  Mozo  y  Francisco  Maras  =  El  Dr.  Es- 
cribano.. =  Concuerda  dicha  partida  con  su  citado  original....  que  queda  colo- 
cado en  el  archivo  de  esta  parroquial,  á  el  que  me  remito:  y  para  que  conste 
donde  convenga,  doy  la  presente  que  firmo.  Esquivias,  Septiembre  veinte  y  cinco 
de  mil  setecientos  y  setenta  y  uno.=Don  Cosme  Martínez  Cabeza  de  Vaca.» 

2.°  Una  carta  de  D.  Antonio  Ruidíaz,  fechada  en  Madrid  á  16  Diciembre 
de  1775,  en  que  asegura  á  Ríos  haber  visto  el  Buscapié  unos  16  años  antes,  y 
lefdolo  en  casa  del  difunto  Conde  de  Saceda. 

Sin  embargo  de  que,  en  cuanto  á  datos  biográficos,  poco  adelanta  esta  Vida 
escrita  por  Ríos  á  la  biografía  de  Pellicer,  le  es  superior  en  la  contextura  y  en 
las  observaciones  críticas;  sieado,  además,  preciso  confesar  que  sus  infatigables 
diligencias  y  acertadas  conjeturas,  llegaron  á  convertir  en  evidencia  la  presun- 
ción que  ya  se  tenia  de  ser  Alcalá  la  patria  de  Cervantes.  Apoyado  en  la  tradi- 
ción, dice  que  el  lugar  de  la  Mancha  donde  Cervantes  estuvo  preso,  es  Argama- 
silla. 

20. — Gerardi  Joannis  Vossii  ||  Rhetorices  ||  contractae,  ||  sive  \  partitio- 
num  II  oratoriarum  ||  libri  quinqué,  |1  ...  |  ...  \  Praemissus  est  ||  Fran- 
cisci  Ccrdani  J.  U.  C.  ||  Commentarius  ||  de  praecibus  Rhetoribus 


Biografías  y  noticias  biográficas  13 

Hispanis.  |1  Matriti  []  Anno  M.DCC.LXXXI  ||  Apud  Antoníum  San- 
cham...  I 

En  8.",  de  LXXX-456-270  págs. 

La  última  paginación  de  esta  Retórica  de  Vosio  abraza  los  3  Apéndices  de 
D.  Francisco  Cerda  y  Rico,  y  en  el  III,  pág.  227,  hay  un  brevísimo  resumen  bio- 
gráfico tomado  de  la  Vida  de  Cervantes  por  Ríos;  y  luego  copia  Cerda  casi  to- 
das las  frases  que  Nicolás  Antonio  dedicó  á  la  memoria  del  autor  del  Quijote. 

21. — Teatro  de  la  elocuencia  española,  por  D.  Antonio  de  Campmany. 
Madrid,  Sancha,  1786-94. 

Cinco  t.  en  8." 

Al  fin  del  t.  IV,  impreso  en  1788,  hay  un  cSumario  de  la  Vida  y  escritos  de 
Cervantes, >  sacado  de  las  que  escribieron  Pellicer  y  Ríos. 

22. — Noticia  de  la  vida  y  de  las  obras  de  Cervantes. 

Ocupa  L  páginas  en  los  prel.  de  la  pequeña  edición  del  Quixote,  de  Madrid, 
1797,  Imprenta  Real,  6  t.  16.0  Escribió  esta  Noticia  D.  Manuel  José  Quintana 
con  los  datos  ya  conocidos  hasta  entonces,  y  la  refundió  más  tarde  en  1852. 
(V.  niím.  33). 

23. — Vida  de  Miguel  de  Cervantes  Saavedra,  por  D.  Juan  Antonio  Pe- 
llicer. 

Va  al  frente  de  su  edición  del  Quixote,  impresa  por  Sancha,  Madrid,  1797- 
98,  5-  t.  8.0  m. 

Sirviéndole  de  base  la  biografía  publicada  por  él  en  1778,  y  á  merced  de  los 
datos  y  noticias  nuevamente  adquiridos  pudo  formar  Pellicer  una  Vida  de  Cer- 
vantes bastante  nutrida,  superior  en  datos,  en  extensión  y  en  exposición  á  las 
anteriores. 

Inserta  íntegra  la  escritura  dotal  que  Cervantes  otorgó  á  favor  de  D.*  Cata- 
lina de  Salazar  Vozmediano  y  Palacios,  su  mujer,  en  Esquivias,  á  9  de  Agosto 
de  1586.  En  este  documento,  que  halló  Pellicer  en  la  escribanía  de  la  villa  de 
Esquivias,  consta  que  Cervantes  era  vecino  de  dicha  población,  que  recibe  de 
la  madre  de  su  mujer  la  dote  en  varios  bienes  muebles  y  raices;  que  Cervantes 
manda  á  su  mujer  en  arras  100  ducados  que  confiesa  caben  en  la  decima  parte 
de  sus  bienes;  y  que  la  dicha  dote  de  su  mujer  con  los  dichos  100  ducados  suma 
y  monta  182,297  maravedís. 

«Sepan  quantos  esta  Carta  de  Dote,  é  Arras  vieren  como  yo  Miguel  de  Cer- 
vantes Saavedra,  vecino  del  lugar  de  Squivias,  jurisdicción  de  la  ciudad  de  To- 
ledo, digo:  Que  por  quanto  á  servicio  de  Dios  N.  S.  é  con  su  gracia  é  bendición 
yo  estoy  desposado  e  casado  legítimamente  é  según  orden  de  la  Santa  Madre 
Iglesia  de  Roma  con  Doña  Catalina  de  Palacios  é  Salazar,  hija  legitima  de  los 
señores  Femando  de  Salazar,  Vozmediano,  y  Catalina  de  Palacios,  su  muger,  ve- 
cinos del  dicho  lugar  de  Esquivias,  con  la  qual,  al  tiempo  que  se  trató  el  dicho 
casamiento,  la  dicha  señora  Catalina  de  Palacios  me  prometió  é  mandó  en  dote 
é  casamiento  cierta  cantidad  de  maravedis  en  bienes  raices  é  muebles  aprecia- 


14  Biografías  y  noticias  biográficas 

dos:  é  al  presente  por  haberse  efectuado  el  dicho  matrimonio,  la  dicha  señora 
Catalina  de  Palacio,  cumpliendo  lo  que  prometió  é  mandó,  me  da  y  entrega  á 
buena  cuenta  y  en  parte  de  pago  de  la  dicha  Dote  los  bienes  muebles  é  raices 
que  aquí  irán  declarados;  de  los  quales  se  me  pide  haga  é  otorgue  Escritura  de 
Dote  é  Arras  en  favor  de  la  dicha  dona  Catalina  de  Palacios  é  Salazar,  mi  mu- 
ger:  é  queriendo  cumplir  ansf,  otorgo  é  conozco  que  á  buena  cuenta  y  parte  de 
pago  de  la  Dote  que  se  me  mandó,  he  recibido  é  recibo  de  la  dicha  señora  Ca- 
talina de  Palacios,  mi  señora  é  suegra,  por  bienes  dótales  de  la  dicha  Doña 
Catalina  de  Palacios  y  Salazar,  mi  muger,  los  bienes  muebles  é  raices  en  los  pre- 
cios, é  de  la  manera  siguiente: 

Un  majuelo  en  término  del  dicho  lugar  de  Esquivias,  donde  dicen  el 

Apartado,  que  cabe  tres  aranzadas  y  media apreciado  en  mrs.      30.000 

ítem:  otro  majuelo  á  Trascabeza,  que  cabe  dos  aranzadas,  en  mrs.     .      14.000 
Otro  majuelo  al  camino  de  Sereña que  cabe  tres  aranzadas  y  me- 
dia, en  mrs 34.000 

Otro  majuelo  adonde  dicen  la  veredilla  de  los  Quartos,  que  cabe  aran- 

zada  y  media,  en  mrs 10.000 

Otro  majuelo,  que  dicen  el  Herrador,  que  cabe  una  aranzada,  en  mrs.        4.000 
ítem:  un  huerto  cercado  con  su  puerta  y  cerradura,  en  mrs.     .     .     .      20.000 
Un  colchón,  etc.,  etc.,  etc.  (con  muebles,  ropas,  utensilios,  etc.  en  nú- 
mero de  83  partidas)  (i)  apreciadas  en  junto  en  mrs 

Los  quales  dichos  bienes  se  apreciaron  á  mi  coatento  y  en  su  justo  precio 
é  valor; 

E  yo  el  dicho  Miguel  de  Cervantes  mando  á  la  dicha  Dona  Catalina  de  Pa- 
lacios é  Salazar,  mi  muger,  en  arras,  y  proternupcias,  y  donación  inrrevocable, 
que  el  Derecho  llama  entre  vivos,  cien  ducados,  que  valen  37.500  maravedis, 
que  confieso  que  caben  en  la  décima  parte  de  mis  bienes,  derechos  é  acciones; 
y  si  de  presente  no  son  tantos  le  mando  los  dichos  cien  ducados  de  las  dichas 
arras  de  los  bienes  que  de  presente  tengo  é  adelante  tubiere  y  adquiriere  en 
cualquier  manera;  é  desde  luego  doy  é  pongo  á  la  dicha...  mi  muger  en  la  pose- 
sión de  las  dichas  arras  en  los  dichos  mis  bienes,  quedando  como  queda  é  re- 
servo en  roí  la  administración  dellos:  con  los  quales  cien  ducados suma  é 

monta  la  dicha  dote  de mi  muger,  ciento  y  ochenta  y  dos  mil  y  doscientos  y 

noventa  y  siete  maravedis E...  me  obligo  que  cada  é  quando que  entre  mi 

y  la  dicha  Doña  Catalina  mi  muger  fuere  disuelto  ó  separado  el  dicho  matri- 
monio por  muerte,  ó  por  otra  causa  de  las  que  el  Derecho  permite,  yo,  e  quien 
de  mi  la  obiere restituiremos,  é  pagaremos  á mi  muger,  é  á  sus  herede- 
ros  los  dichos  182,297  n*rs.  de  la  dicha  su  Dote  é  Arras sin  ninguna  di- 
lación. 

E  para  el  cumplimiento de esta  Escritura  obligo  mi  persona  é  bienes 

habidos  é  por  haber 

E  yo  Doña  Catalina  de  Palacios  é  Salazar otorgo  que  acepto esta  Es- 
critura de  Dote según  é  como  en  ella  se  contiene  é  declara En  testimonio 

de  lo  qual otorgamos  esta  Carta  ante  el   Escribano  público  é  testigos  aqui 


(i)    Entre  ella«  hay  una  que  dice:  tQuatro  colmenas  en  el  huerto   del  Palomar;  en 
3.000  maravedís. 


Biografías  j  noUcias  biográñcas  ij 


contenidos:  que  fue  fecha  é  otorgada  en  el  dicho  lugar  de  Esquivias  a  nueve 
dias  del  raes  de  agosto  de  mil  é  quinientos  y  ochenta  y  seis  años,  estando  pre- 
sentes por  testigos  Francisco  Marcos,  é  Antón  Doblado,  y  Antón  Doblado,  su 
hijo,  vecinos  del  dicho  lugar.  Y  los  otorgantes,  a  quien  yo  el  dicho  Escribano 
doy  fe  que  conozco,  lo  firmaron  de  sus  nombres:=Miguel  de  Cerbantes  Saave- 
dra.=Dofia  Catalina  de  Palacios  y  Salazar.=Ante  mi,  Alonso  de  Aguilera,  Es- 
cribano. > 

Apoyado  en  una  declaración  de  D.  Manuel  Rodado,  cura  de  Totanes,  re- 
fiere la  tradición  que  se  conservaba  en  Consuegra,  cabeza  del  priorato  de  San 
Juan,  de  haber  sido  mandado  Cervantes  á  Argamasilla  de  Alba  para  cobrar  los 
diezmos  del  Gran  Prior,  y  que  los  vecinos  de  esta  población  le  pusie.on  preso. 
Con  la  cual  tradición,  cree  Pellicer,  se  llena  y  suple  el  intermedio  y  vacío  de  la 
vida  de  Cervantes  desde  que  volvió  de  Sevilla  hasta  Valladolid. 

Otro  notable  descubrimiento  hizo  Pellicer  en  el  archivo  de  la  cárcel  de 
Corte,  y  es  el  proceso  original  de  la  causa  seguida  á  Cervantes  y  á  su  familia  y 
vecinos  en  Vallado'.id  con  motivo  de  la  muerte  dada  en  27  de  Junio  de  1605  á 
D.  Gaspar  de  Espeleta  por  un  desconocido,  inmediato  á  la  casa  en  que  vivia  el 
autor  del  Quijote,  junto  al  Rastro.  Por  esta  causa,  de  la  cual  extracta  el  biógrafo 
las  principales  declaraciones,  se  saben  algunas  noticias  nuevas  y  se  confirman 
otras  ya  sabidas.  Sábese  de  nuevo  que  era  agente  de  negocios^  y  que  no  sólo  los 
trataba  en  Valladolid,  sino  también  en  Sevilla.  Y  sábese  por  primera  vez  que 
vivía  con  Cervantes  una  hija  natural,  llamada  D.^  Isabel  de  Saavedra,  otra 
de  las  declarantes  en  la  causa. 

Extractaré  las  declaraciones,  según  las  que  copió  Pellicer: 

Procedió  el  alcalde  D.  Cristóbal  Villarroel  á  la  averiguación  del  homicida 

y  la  primera  delaración  que  tomó  fué  al  cirujano  Sebastián  Macías,  que  declaró 
tenia  D.  Gaspar  dos  heridas  penetrantes:  la  una  en  el  vientre...  la  otra  en  el 
muslo  derecho,  y  que  ambas  se  hablan  abierto  con  espada  ó  arma  de  punta. 

Recibió  después  declaración  al  mismo  herido  y  dixo:  tque  la  noche  del  dia 
27  de  junio  viniendo  de  casa  del  marques  de  Falces  (donde  acostumbraba  á  en- 
trar, con  el  qual  comía  y  cenaba  por  ser  su  amigo)  con  su  espada  y  broquel,  y 
la  capa  de  su  criado;  y  llegando  un  poco  mas  abaxo  de  donde  se  hace  el  pilón, 
oyó  una  música,  la  qual  se  paró  á  escuchar,  é  pasada,  queriéndose  ir  la  calle 
adelante,  vio  un  hombre  de  mediana  estatura,  con  un  ferreruelo  negro  largo, 
que  le  dixo  que  se  fuese  de  allí;  y  este  confesante  le  dixo  que  tarde  se  iría  de 
allí,  y  que  sobre  esto  se  habían  trabado,  y  este  confesante,  visto  que  todavía  por- 
fiaba de  echarle  de  allí,  habia  echado  mano  á  la  espada  que  tenía,  é  á  un  bro- 
quel que  llevaba,  y  que  ambos  á  dos  se  habían  acuchillado;  y  que  el  se  había 
metido  tanto  con  él,  que  el  dicho  hombre  le  habia  herido  de  las  dos  heridas 
que  tenía,  y  que  ambos  á  dos  hablan  reñido  bien,  é  que  no  vio  qué  armas  tru- 
xese  el  dicho  hombre  mas  de  una  espada,  y  que  quando  refilan,  había  caido  en 
el  suelo,  y  se  había  levantado,  y  entonces  le  había  herido,  é  que  no  sabe  mas 
de  que  luego  se  fué  huyendo  la  calle  arriba  hacia  la  puerta  del  campo...  y  que 
la  dicha  persona  que  riñó  con  él,  se  acuchilló  como  hombre  honrado,  y  que  él 
fue  el  que  primero  metió  mano  á  la  espada  contra  él.» 

Tomóse  igualmente  declaración  á  Miguel  de  Cervantes,  la  qual  dice  así:  <En 
la  ciudad  de  Valladolid  en  27  del  mes  de  junio  de  lócs,  para  averiguación  de 
lo  susodicho,  se  recibió  juramento  en  forma  de  derecho  de  Miguel  de  Cervantes 
de  edad  de  mas  de  50  afios,  que  vive  en  las  casas  nuevas  de  junto  á  el  Rastro, 
preguntado  dixo:  que  este  testigo  conoce  de  vista  á  un  caballero  del  hábito  de 
Santiago,  que  dice  se  llama  Don  Gaspar,  el  qual  nombre  le  ha  oido  nombrar 
esta  noche,  y  estando  este  testigo  acostado  en  la  cama  esta  noche  á  hora  de  las 
once  poco  mas  ó  menos,  oyó  ruido  e  grandes  voces  en  la  calle  que  le  llamaba 


l6  Biografías  y  noticias  biográficas 

Don  Luis  de  Garibay,  y  este  testigo  se  levantó,  y  el  dicho  Don  Luis  de  Garibay 
dixo  á  este  testigo  que  le  ayudase  á  subir  un  hombre,  el  qual  este  testigo  vio,  y 
era  el  que  tiene  declarado,  el  qual  venía  con  una  herida,  y  luego  un  barbero 
desde  a  poco  entró,  y  le  curaron  de  una  herida  encima  de  la  ingle,  y  le  pregun- 
taron dixese  quien  le  habla  herido,  el  qual  no  quiso  responder  ninguna  cosa: 
y  esto  es  verdad  para  el  juramento  hecho,  y  lo  firmó.»  (Aquí  el  facsímil  de  la 
firma  Miguel  de  Cerbantes). 

El  alcalde  Villarroel  pensó  que  la  pendencia  habla  sucedido  por  causa  de 
alguna  mujer.  Confirmáronle  en  este  pensamiento  ciertos  rumores  que  llegaron 
á  sus  oídos  de  que  en  la  casa  donde  entró  herido  Don  Gaspar,  y  que  solía  fre- 
quentar  en  vida,  vivían  algunas  mujeres  que  admitían  visitas  de  caballeros  y  de 
otras  personas  de  dia  y  de  noche  con  alguna  nota  de  la  vecindad,  no  teniendo 
por  otra  parte  renta,  ni  entretenimiento  alguno,  ó  pensión.  Determinó,  pues,  el 
juez  hacer  una  pesquisa  general  de  su  vecindario. 

Uno  de  los  primeros  testigos  que  examinó  fué  la  criada  de  Cervantes,  natu- 
ral de  Barcena,  de  edad  de  18  años,  que  dixo:  testa  en  servicio  de  Miguel  de 
Cervantes  desde  el  dia  de  Pasqua  del  Espíritu  Santo,  y  en  la  dicha  casa  están  el 
dicho  Miguel  de  Cervantes  é  su  muger,  é  una  beata  que  se  llama  Doña  Magda- 
lena, é  Doña  Isabel,  que  es  hija  del  dicho  Miguel  de  Cervantes,  é  Doña  Cons- 
tanza, que  es  sobrina...  Preguntada  declare  qué  personas  ó  caballeros  entran  en 
casa  de  dicho  Miguel  de  Cerbantes...  asi  de  dia  como  de  noche.  Dixo:  que  des- 
pués que  está  con  el  dicho  Miguel  de  Cervantes  esta  testigo,  no  ha  visto  entrar 
en  la  dicha  casa  ninguna  persona  de  dia  ni  de  noche,  ni  ha  tenido  cuenta  con 
ello;  porque  solamente  trata  de  servir  á  sus  amos  en  lo  que  le  han  mandado,  é 

no  ha  tenido  cuenta  con  mas.  Preguntada:  si  ha  ido  en  compañía  de  las  dichas 
sus  amas  quando  van  á  misa,  ó  á  otras  partes,  y  en  el  camino  se  han  hallado  con 
algunas  personas.  Dixo:  que  nunca  ha  ido  con  sus  amas  á  misa,  ni  á  otra  ningu- 
na parte,  é  que  quando  salen  fuera,  van  unas  veces  todas  juntas,  y  otras  de  dos 
en  dos,  ó  tres,  é  nunca  la  han  llevado,  porque  ella  se  queda  en  la  casa  guardán- 
dola, porque  no  tienen  otra  moza  mas  de  esta  testigo.» 

Doña  Isabel  de  Ayala,  viuda  (i),  que  hacia  profesión  de  beata,  informó  des- 
pués al  juez  de  que  Doña  Mariana  Ramírez  (2)  tenía  trato  y  conversación  sos- 
pechosa con  Don  Diego  de  Miranda:  de  que  en  casa  de  Cervantes  entraban  al- 
gunas personas  no  sin  nota  de  la  vecindad,  especialmente  Don  Hernando  de 
Toledo,  señor  de  Cigales,  y  Simón  Méndez,  natural  del  reino  de  Portugal,  á 
quien  había  reprendido  esta  testigo:  de  que  las  viudas  Doña  Maria  de  Argome- 
do  y  Doña  Juana  Gaytan  (3),  y  las  solteras  Doña  Luisa  de  Ayala  y  Doña  Cata- 
lina de  Aguilera,  admitían  en  su  casa  muchas  visitas  de  dia  y  de  noche  de  algu- 
nos caballeros,  como  eran  el  duque  de  Pastrana,  y  el  conde  de  Concentaynas, 
y  el  señor  de  Cigales:  y  de  que  había  oído  decir  que  la  pendencia  de  Don  Gas- 
par de  Espeleta  había  sido  por  una  muger,  pero  que  no  conocía  ni  sabía  quien 
fuese.  A  esto  añadió  Doña  GerOnima  de  Sotomayor  que:  «el  difunto  visitaba  en 
el  aposento  de  Doña  Juana  Gaytan  y  Doña  Maria  de  Argumedo.» 

En  estas  y  otras  declaraciones  encontró  el  juez  la  energía  necesaria  para 
mandar  prender  y  llevar  á  la  cárcel  Real  de  la  Corte  de  Valladolid  á  Miguel  de 
Cervantes  y  á  su  hija  Doña  Isabel  de  Saavedra,  á  Doña  Andrea  de  Cervantes  y 
á  su  hija  Doña  Constanza  de  Ovando,  á  Doña  Juana  de  Gaytan  y  á  su  sobrina 
Doña  Catalina  de  Aguilera,  á  Doña  Maria  de  Argumedo  y  á  su  hermana  Doña 


(i)     De  edad  de  mis  de  40  afios,  vivía  en  el  quarto  tercero. 

(2)  Vivía  en  el  quarto  2.°,  izquierda. 

(3)  Vivían  en  el  quarto  2.°,  derecha. 


Biografías  y  noticias  biográficas  17 

Luisa  de  Ayala;  y  juntamente  á  Doña  Mariana  Ramírez,  á  Don  Diego  de  Mi- 
randa, y  á  Simón  Méndez. 


£1  día  30  de  junio  se  tomó  la  confesión  en  la  cárcel  á  Doña  Constanza  de 
Ovando  y  preguntada:  «¿Simen  Mendaz,  portugués,  á  quien  visita  en  el  quarto 
desta  confesante,  y  si  es  ordinario  de  visita  de  dia  y  de  noche  en  el  dicho  quar- 
to y  casa?  Dixo:  que  el  dicho  Simón  Méndez  alguna  vez  ha  ido  á  visitar  á  Mi- 
guel de  Cervantes  su  tio,  por  tratar  de  sus  negocios.  Preguntada:  si  en  el  quarto 
desta  confesante  entra  á  visita  Don  Hernando  de  Toledo,  señor  de  Cigales,  de 
noche  y  de  dia,  por  cuyo  respeto  (cortejo)  es  la  dicha  visita?  Dixo:  que  de  un  año 
que  ha  que  está  esta  confesante  en  esta  Corte,  una  noche  fué  alli  el  dicho  Her- 
nando de  Toledo  á  ver  á  su  tio  por  asuntos  que  tenía  con  el  desde  la  ciudad  de 
Sevilla  y  en  esta  ciudad.* 

De  la  Confesión  de  Doña  Andrea  de  Cervantes. — Preguntada:  ¿las  noches  ó 
dias  antes  de  la  dicha  pendencia  qué  personas  son  las  que  entran  de  visita  en 
el  aposento  desta  confesante?  Dixo:  que  algunas  personas  entran  á  visitar  al  di- 
cho su  hermano  Miguel  de  Cervantes,  por  ser  hombre  que  escribe  y  trata  nego- 
cios, é  que  por  su  buena  habilidad  tiene  amigos.  Preguntada:  si  en  el  quarto 
desta  confesante  es  continuo  de  visita  ordinaria  Simón  Méndez,  portugués,  por 
trato  que  tiene  con  Doña  Isabel  de  Saavedra  su  sobrina?  Dixo:  qne  Simón  Mén- 
dez, de  quien  se  le  pregunta,  algunas  veces  ha  visitado  á  Miguel  de  Cervantes 
su  hermano,  sobre  ciertas  fianzas  que  le  ha  pedido  que  vaya  á  hacer  al  reyno 
de  Toledo  para  las  rentas  que  ha  tomado,  é  que  por  otro  titulo  ninguno  no  ha 
entrado.» — (Estas  rentas  serian  acaso  las  decimales  de  la  villa  de  Esquivias,  que 
no  sólo  está  en  el  reyno  de  Toledo,  sino  que  era  la  patria  de  Doña  Catalina  de 
Palacios,  mujer  de  Cervantes.) 

De  la  confesión  de  Doña  Isabel  de  Saavedra. — «Preguntada:  antes  de  la 

noche  que  hirieron  al  dicho  Don  Gaspar  ú  otros  dias  que  visitas  han  entrado 
en  su  casa?  Dixo:  que  no  sabe  que  en  casa  desta  confesante  haya  entrado  per- 
sona ninguna  en  visita  particular,  é  que  Don  Hernando  de  Toledo  particular- 
mente ha  visitado  dos  veces  solas  al  dicho  su  padre  Miguel  de  Cervantes  por 
amistad  que  tiene  desde  Sevilla  con  él.  Preguntada:  ¿si  esta  confesante  conoce 
á  Simón  Méndez,  portugués,  y  de  que  le  conoce?  Dixo:  que  le  conoce,  porque 
es  amigo  del  dicho  su  padre,  é  porque  iba  á  tratar  y  comunicar  sus  negocios 
con  él.» 

De  la  confesión  de  Doña  Juana  Gaytan. — Preguntada:  si  conoce  á  Don  Gas- 
par de  Ezpeleta,  y  de  que  trato  y  comunicación  le  conoce?  Dixo:  que  le  conoce 
de  mas  de  catorce  años  á  esta  parte  que  visitó  en  la  villa  de  Madrid  á  su  marido 
el  Pagador,  é  que  de  tres  meses  á  esta  parte  le  vio  que  la  fue  á  visitar  á  esta 
confesante,  y  dalle  el  pésame  de  la  muerte  del  dicho  su  marido,  porque  la  habia 
visto  en  el  Carmen  en  habito  de  viuda.  Preguntada:  otros  dias  e  noches  antes 
que  personas  han  continuado  visitar  en  el  quarto  desta  confesante  e  Doña  Maria 
de  Argomedo  su  huéspeda?  Dixo:  que  á  esta  confesante  la  han  visitado  dos  ó 
tres  veces  el  duque  de  Pastrana,  y  el  conde  de  Concentayna  é  sus  criados...  por 
razón  de  dos  libros  que  tiene  dirigidos  al  dicho  Duque  de  las  obras  del  dicho 
Pedro  Laynez  su  marido,  é  que  era  á  dalle  las  gracias  dello.» 

En  vista  de  estas  y  otras  confesiones  mandó  el  juez  que  Miguel  de  Cervantes 
fuese  suelto  en  fiado,  ó  baxo  de  fianzas:  que  las  mugeres  procesadas  fuesen  tam- 
bién sueltas  baxo  fianzas,  pero  la  casa  por  cárcel:  que  Simón  Méndez  quedase 
en  la  cárcel  á  prueba,  y  que  Don  Diego  de  Miranda  dentro  de  quince  dias  sa- 
liese de  la  Corte. 

Presentó  después  Gerónimo  de  las  Cueva  en  nombre  de  las  sobredichas  ua 

Tomo  II  \ 


18  Biografías  y  noticias  biográficas 

pedimento  á  la  Sala,  pidiendo  se  les  alzase  la  carcelería  doméstica,  del  qual  se 
mandó  dar  traslado  á  la  otra  parte. 

Doña  Andrea  de  Cervantes  solicitó  también  lo  mismo  y  cpor  un  otro  si  Mi- 
guel de  Cervantes  suplica  á  V.  S.  mande  que  vayan  por  unas  calzas  y  un  jubón, 
y  una  ropilla,  que  tiene  en  su  poder  de  Don  Gaspar  de  Ezpeleta,  porque  se  pu- 
dre con  la  sangre  que  tiene,  eto  Y  con  efecto  en  9  de  julio  se  entregó  de  todo 
Juan  de  Sotomayor. 

Copiada  al  vivo  de  este  proceso,  estampa  Pellicer  aquí  la  firma  de  Cervan- 
tes, y  es  el  primer  autógrafo  de  nuestro  autor  cuyo  facfmile  se  haya  publicado. 

Inserta  igualmente  Pellicer  una  Certificación  del  archivo  de  la  V.*  Orden 
Tercera  de  S.  Francisco,  en  Madrid,  en  que  hace  constar: 

I. o  Que  entre  las  personas  que  recibieron  el  hábito  en  8  de  Junio  de  1609, 
se  hallan  las  dos  partidas  siguientes:  uNum.  72;  Doña  Andrea  de  Cervantes, 
viuda  del  General  Alvaro  Mendaño:  vive  en  la  calle  de  la  Magdalena,  á  las  es- 
paldas de  la  duquesa  de  Pastrana.» — Num.  "¡3:  Doña  Catalina  de  Salazar  Voz- 
mediano,  muger  de  Miguel  de  Cervantes  Saavedra:  vive  en  la  mesma  casa  de  la 
de  arriba:  ya  vive  á  las  espaldas  de  Elorito.» 

2."  Que  entre  las  personas  que  profesaron  en  27  de  Junio  de  16 10,  hay  esta 
partida,  nüm.  68:  «Doña  Catalina  de  Salazar  Bozmediano:  vive  en  la  calle  del 
León,  frontero  de  Castillo,  panadero  de  Corte»  y  que  en  el  fol.  130  b.  del  mis- 
mo libro  de  profesiones  hay  una  partida  que  dice:  «En  2  de  Abril  de  1616  pro- 
fesó en  su  casa  por  estar  enfermo,  el  hermano  Miguel  de  Zerbantes:  en  la  calle 
del  León,  en  casa  de  D.  Francisco  Martinez,  clérigo,  hermano  de  la  Orden.  > 

Dícenos  que  «Recibía  también  el  autor  del  Quijote  otros  auxilios  de  sus 
amigos,  especialmente  de  un  Pedro  de  Morales,  á  quien  califica  de  recreo,  de 

gracia,  de  donayre  de  las  Musas,  y  de  asilo  donde  se  reparaba  su  ventura.*  (Via- 
je del  Parnaso,  capítulos  2  y  8.) 

Finalmente  publica  también  Pellicer  los  siguientes  documentos,  sacados  de 
los  libros  de  la  parroquia  de  S.  Sebastián  de  la  Corte: 

Partida  de  difunto  de  D.*  Andrea  de  Cervantes,  á  9  de  Octubre  de  1609. 

«En  Madrid  en  nueve  dias  del  mes  de  Octubre  de  mil  y  seiscientos  y  nueve 
afios  murió  de  calenturas  Doña  Andrea  de  Cervantes,  viuda  de  Sante  Ambrosi, 
florentin,  de  hedad  de  65  afios.  Dexó  una  hija  y  no  testó.  Recibió  los  santos  sa- 
cramentos de  mano  del  licenciado  Francisco  López,  Teniente  de  Cura  de  la 
dicha  Iglesia.  Enterróla  Miguel  de  Cerbantes,  su  hermano,  que  ambos  vivian  en 
la  calle  de  la  Magdalena,  frontero  de  Francisco  Daza,  maestro  de  hacer  coches. 
Enterróse  en  S.  Sebastian  en  orden  de  dos  ducados.» 

Partida  de  difunto  de  D.^  Constanza  de  Obando,  que  murió  en  22  de  Sep- 
tiembre de  1624. 

«Dofia  Constanza  de  Obando,  soltera,  murió  en  la  calle  del  Amor  de  Dios 
en  22.  de  septiembre  de  1624.  afios.  Recibió  los  santos  sacramentos  de  mano 
del  licenciado  Corbalan.  No  testó.  Enterróla  Luis  de  Molina,  secretario  de  Car- 
los Strata:  de  fabrica  [ó  sepultura)  12.  ducados.» 

Partida  de  difunto  de  D."  Catalina  de  Salazar,  viuda  de  Cervantes,  que  mu- 
rió en  la  calle  de  los  Desamparados  en  31  de  Octubre  de  1626. 

«Doña  Catalina  de  Salazar,  viuda,  murió  en  la  calle  de  los  Desamparados 
en  31.  de  octubre  de  1626.  afios.  Recibió  los  santos  sacramentos  de  mano  de 
Carlos  Manrique:  testó  ante  Alonso  de  Valencia,  secretario:  su  fecha  en  20.  de 
este  presente  mes  y  afio.  Enterróse  en  el  convento  de  las  Trinitarias,  y  mandó 
le  dixesen  trescientas  misas  de  alma:  y  fundó  una  Memoria.  Albaceas  Luis  de 
Molina,  secretario,  y  Francisco  de  Palacios,  que  vive  en  la  misma  casa.» 

Partida  de  difunto  de  Freí  Lope  Félix  de  Bega  Carpió. 

Y  por  ultimo  esta  partida  de  Bautismo  de  una  hermana  de  Cervantes,  halla- 


Biografías  y  noticias  biogiá6cas  I9 

da  en  Santa  María  de  Alcalá  de  Henares:  «En  25  de  Agosto  de  1546  el  señor 
Bachiller  Serrano  bautizó  una  hija  de  Rodrigo  de  Cervantes,  y  de  Leonor  de 
Cortinas,  su  muger,  la  que  se  llama  Loisa,  etc.» 

Describe  Pellicer  la  Relación  de  lo  sucedido  en  Valladolid,  etc., 
que, — cree  él — tno  desdice  del  ingenio  de  su  autor;»  y  luego  consigna  la  gran 
acogida  que  tuvo  el  Quijote  á  raíz  de  su  aparición,  por  lo  cual  y  por  otras  refle- 
xiones que  aduce,  rechaza  la  especie  del  Buscapié  á  la  que,  con  demasiada  cre- 
dulidad, dio  fe  el  Sr.  de  los  Ríos.  Termina  el  trabajo  biográfico  de  Pellicer, 
un  breve  pero  curioso  paralelo  entre  los  sucesos  de  Camoens  y  los  de  Cer- 
vantes. 

El  Sr.  Navarrete,  en  su  Vida  de  Cervantes,  si  bien  juzga  que  la  de  Pellicer 
está  sobrecargada  de  digresiones  y  episodios  demasiado  prolijos,  confiesa  «que 
se  mirará  siempre  como  un  rico  almacén  ó  copioso  depósito  de  noticias,  adonde 
acudirán  á  tomarlas  cuantos  quieran  escribir  la  vida  de  Cervantes  ó  ilustrar  sus 
obras;  y  que  á  él  mismo  le  han  sido  de  mucho  auxilio  las  investigaciones  de 
Pellicer. 

Reimprimióse  esta  Vida  en  la  edición  pequeña  del  Quixote  corregida  por 
Pellicer,  Madrid,  1800,  12°;  y  se  hizo  una  corta  tirada  á  parte  en  gran  papel 
avitelado,  de  la  cual  poseo  un  hermoso  ejemplar.  Va  al  fin  un  índice  de  las  cosas 
notables. 

24. — Vida  de  Miguel  de  Cervantes  Saavedra,  escrita  é  ilustrada  con 
varias  noticias  y  documentos  inéditos  pertenecientes  á  la  historia  y 

literatura  de  su  tiempo,   por  D.  Martín   Fernández  Navarrete, 

Publícala  la  Real  Academia  Española.  Madrid  en  la  imprenta  Real, 
Año  de  1819. 

En  8.0,  de  643  págs. 

En  dos  partes  divide  Navarrete  su  trabajo.  La  primera  está  dedicada  á  la 
narración  histórica  de  los  sucesos,  y  juicio  crítico  de  las  obras;  y  la  segunda, 
que  forma  los  dos  tercios  de  la  obra,  contiene  las  Ilustraciones,  pruebas  y  docu- 
mentos que  confirman  los  hechos  que  se  refieren  en  la  Vida  de  Cervantes.  Va  al 
fin  un  índice  de  las  principales  materias. 

Muchos  y  preciosos  son  los  nuevos  documentos  y  noticias  que  en  esta  Vida 
salen  á  luz,  y  que  constituyen  el  más  importante  trabajo  biográfico  de  Cervantes 
que  se  ha  escrito.  Navarrete  consigna  los  nombres  de  los  amigos  que  le  ayuda- 
ron en  sus  investigaciones.  D.  Manuel  de  Lardizábal  le  dijo  desde  Alcalá:  «las 
matrículas  y  libros  de  la  universidad  los  he  visto  por  mí  mismo,  y  se  puede  ase- 
gurar que  Miguel  de  Cervantes  no  cursó  en  esta  universidad,  ni  el  M.  Juan  Ló- 
pez de  Hoyos  fué  catedrático  en  ella.»  D.  Tomás  González,  catedrático  de  retó- 
rica que  fué  en  la  universidad  de  Salamanca  le  dijo,  sin  darle  pruebas  de  ello, 
que  «entre  los  apuntamientos  de  sus  antiguas  matrículas  habia  visto  el  asiento 
de  Miguel  de  Cervantes  para  el  curso  de  filosofía  durante  dos  años  consecutivos, 
con  expresión  de  que  vivia  en  la  calle  de  Moros.»  D.  Juan  Sans  de  Barutell  le 
facilitó  diversos  documentos  hallados  en  Simancas,  que  dieron  nuevas  luces  sobre 
los  destinos  de  nuestro  escritor  en  las  campañas  de  Italia,  de  Levante  y  de 
A/rica,  y  sobre  la  embajada  del  cardenal  Aquaviva. 

De  estos  documentos  y  otras  noticias,  resulta  evidente  que  el  sumo  pontífice 
Pío  V,  á  instancias  de  los  venecianos  preparó  sus  galeras  al  mando  de  Marco 
Antonio  Colonna,  y  unidas  á  las  de  España  y  Venecia  se  encaminaron  en  el  ve- 
rano de  1570  á  los  mares  de  levante  para  contener  los  progresos  de  los  turcos 


30  Biografías  y  noticias  biográficas 

que  habían  invadido  la  isla  de  Chipre...;  que  entre  las  49  galeras  de  España,  que 
á  cargo  de  Juan  Andrea  Doria  se  unieron  en  Otranto  con  Colonna  para  seguir 
su  estandarte,  se  comprendían  veinte  de  la  escuadra  de  Ñapóles  que  mandaba 
el  marqués  de  Santa, Cruz,  llevando  entre  sus  tropas  la  compañía  de  Urbina,  y 
en  ella  servía  Cervantes,  así  como  volvió  á  seguir  bajo  el  mando  de  Colonna  en 
las  jornadas  de  levante  de  1572.  Esta  circunstancia  la  corrobora  la  información 
de  1578,  verificada  i.  instancia  del  padre  de  Cervantes,  en  la  cual  declara  el  tes- 
tigo Mateo  de  Santisteban:  <que  el  dia  de  la  batalla  que  D.  Juan  de  Austria  dio 
á  la  armada  turquesca...  vio  que...  Cervantes  sirvió  en  la  batalla,  y  era  soldado 
de  la  compañía  del  capitán  Diego  de  Urbina  en  la  galera  Marquesa  de  Juan  An- 
drea y  que  un  año  antes  habia  que  el  dicho  M.  de  Cerv.  servia  en  la  dicha  com- 
pañía, porque  lo  vio  este  testigo...  que  se  halló  presente  por  ser  soldado  de  la 
misma  compañía.» 

Observa,  pues,  atinadamente  Navarrete  la  perfecta  concordancia  de  estos  he- 
chos con  las  palabras  de  Cervantes  en  la  dedicatoria  de  La  Galatea  al  abad  As- 
canio  Colonna  donde  le  dice  que  habia  seguido  las  vencedoras  banderas  de  su 
padre  Marco  Antonio;  lo  cual  no  significa,  como  lo  interpretaron  varios  biógra- 
fos de  Cervantes,  que  éste  se  hubiese  alistado  en  las  galeras  del  Papa,  sino  que, 
siendo  soldado  español  como  lo  era,  y  embarcado  en  las  galeras  del  almirante 
español  Juan  Andrea  Doria,  asistió  á  varias  de  las  jornadas  que  mandó  en  jefe 
el  general  de  S.  S.  Marco  Antonio  Colonna. 

Y  buena  prueba  de  que  Cervantes  servía  en  el  ejército  español  desde  1570, 
ó  quizás  antes,  la  tenemos  en  la  Información  del  año  1578  donde  dice  su  padre 
que  su  hijo  <habia  servido  al  Rey  de  diez  años  á  aquella  parte,»  y  el  mismo 
Cervantes  en  un  Memorial  al  Rey  fechado  en  Mayo  de  1590,  aseguró  también 

tque  sirvió  en  las  jornadas  de  mar  y  tierra  que  se  habían  ofrecido  veintidós 
años  á  aquella  época.» 

De  esos  documentos,  los  primeros  en  el  orden  cronológico  son  las  siguientes 
cartas:  cDos  de  Felipe  11  desde  Córdoba  á  24  de  Abril  de  1570  y  del  Escorial  á 
15  de  Julio  1570,  al  Marqués  de  Santa  Cruz  diciéndole  que  para  complacer  á  S.  S. 
ha  mandado  á  Juan  Andrea  Doria  que  con  todas  las  galeras  españolas  que  pueda 
recoger  se  junte  en  el  reino  de  Sicilia  con  las  del  Papa,  y  obedezca  á  Marco  An- 
tonio Colonna  como  á  general  y  siga  su  estandarte;  y  le  avisa  esto  para  que  siga  la 
orden  que  él  le  diere  (Orig.  en  el  arch.  del  marq.  de  Santa  Cruz,  n.  18,  leg.  ó).* 
De  Felipe  II,  fechada  en  Madrid  á  18  de  Octubre  1570,  á  Marco  Antonio  Colon- 
na, contestando  á  una  carta  suya  del  2 1  de  Agosto,  en  la  que  le  participaba  «que 
Juan  Andrea  habia  llegado  á  Otranto,  adonde  él  le  aguardaba  y  la  resolución 
que  habia  tomado  de  ir  á  Candía,  etc.»  Del  mismo  Felipe  11,  desde  Madrid,  26 
de  Diciembre  15/0,  al  marqués  de  Santa  Cruz  contestando  á  sus  cartas  5  y  17 
Septiembre,  13  Octubre,  10  y  rs  Noviembre  en  las  que  avisa  al  rey  «del  discur- 
so de  la  jornada  que  este  verano  han  hecho  las  armadas,  y  de  que  hubiese  lle- 
gado á  Ñapóles  en  salvamento  con  las  galeras  de  su  cargo,  á  invernar.» 

Inserta  luego  Navarrete  varios  libramientos  ó  cédulas  de  cantidades  de  ayu- 
da de  costa,  d  Miguel  de  Cervantes  y  entre  ellos  figuran  los  siguientes: 

«A  29  de  dicho  mes  (Abril  de  1572)  se  ordenó  á  los  oficiales  de  la  armada 
que  asienten  en  los  libros  de  su  cargo  á  Miguel  de  Cervantes  tres  scudos  de  ven- 
taja al  mes  en  el  tercio  de  D.  Lope  Figueroa  en  la  compañía  que  le  señalaren.» 

«En  dicho  dia  (it  de  hebrero  de  1573  en  Ñapóles)  se  ordenó  á  los  oficiales 
de  la  armada  libren  á  Miguel  de  Cervantes,  soldado  de  la  compañía  de  D.  Ma- 
nuel Ponce  de  León,  diez  scudos  á  buena  cuenta  de  lo  que  se  le  debe.» 

«A  15  de  hebrero  de  1574  (en  Ñapóles),  se  ordenó...  que  librasen  á  Miguel 
de  Cervantes,  soldado  de  la  compañía  de  D.  Manuel  Ponce  de  León,  treinta 
scudos...» 


Biografías  y  noticias  biográficas 


D.  Juan  Agustín  Cean  Berraudez,  comisionado  segunda  vez  por  Carlos  IV 
para  el  examen  y  arreglo  de  los  papeles  del  archivo  general  de  Indias,  halló  los 
siguientes  documentos,  que  Navarrete  da  por  copia: 

«Información  de  Miguel  de  Cervantes  de  lo  que  ha  servido  S.  M.  y  de  lo  que 
ha  hecho  estando  en  Argel,  y  por  la  certificación  que  aquí  presenta  del  Duque 
de  Sesa  se  verá  como  cuando  le  captivaron  se  le  perdieron  otras  muchas  informa- 
ciones, fees  y  recados  que  tenia  de  lo  que  habia  servido  á  S.  M.»  «Señor=Mi- 
guel  de  Cervantes  Saavedra  dice,  que  ha  servido  á  V.  M.  muchos  años  en  las 
jornadas  de  mar  y  tierra  que  se  han  ofrecido  de  veinte  y  dos  años  á  esta  parte, 
particularmente  en  la  batalla  naval,  donde  le  dieron  muchas  heridas,  de  las  cua- 
les perdió  una  mano  de  un  arcabuzazo,  y  el  año  siguiente  fué  á  Navarino,  y  des- 
pués á  la  de  Túnez  y  á  la  Goleta,  y  viniendo  á  esta  corte  con  cartas  del  Sr.  Don 
Joan  y  del  Duque  de  Sesa  para  que  V.  M.  le  hiciese  merced,  fué  captivo  en  la 
galera  del  Sol,  él  y  un  hermano  suyo,  que  también  ha  servido  á  V.  M.  en  las 
mismas  jornadas  y  fueron  llevados  á  Argel,  donde  gastaron  el  patrimonio  que 
tenían  en  rescatarse,  y  toda  la  hacienda  de  sus  padres  y  los  dotes  de  dos  herma- 
nas doncellas  que  tenia,  las  cuales  quedaron  pobres  por  rescatar  á  sus  hermanos, 
y  después  de  libertados  fueron  á  servir  á  V.  M.  en  el  reino  de  Portugal  y  á  las 
Terceras  con  el  marques  de  Santa  Cruz,  y  agora  al  presente  están  sirviendo  y 
sirven  á  V.  M.,  el  uno  dellos  en  Flandes  de  alférez,  y  el  Miguel  de  Cervantes 
fue  el  que  trajo  las  cartas  y  avisos  del  alcaide  de  Mostagán,  y  fue  á  Oran  por  or- 
den de  V.  M.,  y  después  ha  asistido  sirviendo  en  Sevilla  en  negocios  de  la  ar- 
mada por  orden  de  Antonio  de  Guevara,  como  consta  por  las  informaciones  que 
tiene,  y  en  todo  este  tiempo  no  se  le  ha  hecho  merced  ninguna.  Pide  y  suplica 
humildemente,  cuanto  puede,  á  V.  M  sea  servido  de  hacerle  merced  de  un  oficio 
en  las  Indias  de  los  tres  ó  cuatro   que  al  presente  están  vacos,  que  es  el  uno  la 

contaduría  del  nuevo  reino  de  Granada,  ó  la  gobernación  de  la  provincia  de  So- 
conusco en  Guatimala,  ó  contador  de  las  galeras  de  Cartagena,  o  corregidor  de 
la  ciudad  de  la  Paz,  que  con  cualquiera  de  estos  oficios  que  V.  M.  le  haga  mer- 
ced la  recibirá,  porque  es  hombre  hábil,  y  suficiente  y  benemérito  para  que  V.  M. 
le  haga  merced  porque  su  deseo  es  continuar  siempre  en  el  servicio  de  V.  M.,  j 
acabar  su  vida  como  lo  han  hecho  sus  antepasados.=Miguel  de  Cervantes  Saa- 
vedra A  veinte  y  uno  de  Mayo  de  mil  quinientos  noventa.» 

El  decrete  puesto  á  este  memorial  fué  el  siguiente:  «Busque  por  acá  en  que 
se  le  haga  merced.  En  Madrid  á  seis  de  Junio  de  mil  quinientos  noventa.  El 
Dr.  Nuñez  Morquecho.»  La  certificación  del  duque  de  Sesa  está  dada  en  Ma- 
drid á  25  de  Julio  de  1578. — Al  pie  hay  este  decreto:  «S.  M.  á  suplicación  de 
D.''  Leonor  de  Cortinas,  y  en  consideración  de  lo  en  esta  certificación  conteni- 
do, hizo  merced  de  dar  licencia  para  que  del  reino  de  Valencia  se  pudiesen  lle- 
var á  Argel  2.000  ducados  de  mercaderías  no  prohibidas,  con  que  el  beneficio 
sirviese  para  el  rescate  de  Miguel  de  Cervantes...  en  Madrid  á  17  Enero  de  1580.» 
— Esta  merced  de  esta  cédula  no  está  aun  despachada  ni  vendida,  porque  no 
dan  por  ella  sino  sesenta  ducados. 

Información  hecha  en  Madrid  á  17  Marzo  de  1578,  por  D.  Rodrigo,  padre 
de  Cervantes,  presentando  4  testigos  que  dan  fe  de  que  Miguel  de  Cervantes, 
hijo  del  dicho  Rodrigo  de  Cervantes  y  de  su  mujer  Doña  Leonor  de  Cortinas, 
ha  servido  al  Rey  en  Italia,  La  Goleta,  Tiinez  y  en  la  batalla  de  Lepanto;  que 
fué  cautivado  por  los  moros  y  está  aun  captivo  en  Argel. 

«En  la  villa  de  Madrid  á  diez  y  siete  del  mes  de  Marzo  de  mil  é  quinientos 

é  setenta  é  ocho  años,  etc Rodrigo  de  Cervantes,  estante  en  esta  corte,  digo 

que  á  Miguel  de  Cervantes,  mi  hijo...  conviene..,  probar,  etc.  A  vmd.  pido  é  su- 
plico mande  rescibir  la  información,  etc.=E  visto  por  el  dicho  Sr.  Alcalde  man- 
dó se  tomen  é  reciban  al  tenor  del  dicho  pedimento  los  testigos  que  el  dicho 


Biograífas  y  noticias  biográficas 


Rodrigo  de  Cervantes  presentare,  etc. — Por  estas  Preguntas  pido  sean  examina- 
dos, etc.: 

I.*  Sean  preguntados  si  conocen  al  dicho  Rodrigo  de  Cervantes  y  al  dicho 
Miguel  de  Cervantes,  su  hijo,  cativo. 

3.*  Si  saben  e  que  el  dicho  Miguel  de  Cervantes  es  hijo  legítimo  del  dicho 
Rodrigo  de  Cervantes  y  de  Doña  Leonor  de  Cortinas,  su  mugar  legítima,   etc.. 

¡."^  Si  saben  que  el  dicho  Miguel  de  Cervantes  es  de  edad  de  treinta  años 
poco  mas  ó  menos,  y  de  diez  años  á  esta  parte  ha  servido  como  muy  buen  sol- 
dado á  S.  M.  el  Rey  D.  Felipe  nuestro  Señor  en  las  guerras  que  ha  tenido  en 
Italia  y  la  Goleta  y  Túnez,  y  en  la  batalla  naval,  que  el  Sr.  D.  Juan  de  Austria 
tuvo  con  la  armada  del  Turco,  á  donde  salió  herido  de  dos  arcabuzazop  en  el 
pecho,  y  otro  en  la  mano  izquierda,  que  quedó  estropeado  della. 

4.''  Si  saben  que...  en  la  dicha  batalla...  estaba  el  dicho...  Cervantes  con  ca- 
lentura, y  unos  amigos  suyos  le  dijeron...  que  se  metiese  debajo  de  la  cubierta 
de  la  galera,  pues  no  estaba  sano  para  pelear,  y...  Cervantes  respondió...  que 
mejor  era  morir  como  buen  soldado  en  servicio  de  Dios  é  del  Rey,  y  así  peleó 
como  valiente  soldado...  y  después  de  la  batalla  sabido  por  el  Sr.  D.  Juan  de 
Austria  cuan  bien  le  habla  servido,  le  acrescentó  cuatro  ducados  mas  de  su 
paga. 

5  .•  Si  saben  que  podrá  haber  dos  años,  poco  mas  ó  menos,  que  viniendo 
de  Italia  á  España  en  la  galera  del  Sol,  en  que  venia  Carrillo  de  Quesada,  cati- 
varón  turcos  de  Argel  el  dicho  Miguel  de  Cervantes,  adonde  al  presente  está 
cativo. 

6.^  Si  saben  que  el  dicho  Rodrigo  de  Cervantes  es  hombre  hijodalgo  y  muy 
pobre,  que  no  tiene  bienes  ningunos,  porque  por  haber  rescatado  á  otro  hijo,  que 

ansimesmo  le  cautivaron  la  mesma  hora  que  á  dicho  su  hermano,  quedó  sin  bie- 
nes algunos.» 

Los  cuatro  testigos  presentados  están  contestes  en  las  preguntas  del  interro- 
gatorio^ por  haber  presenciado  ú  oido  respectivamente  lo  que  contienen:,  en  obse- 
quio de  la  brevedad  solo  se  hará  aqui  mención  de  sus  nombres  y  clases  y  délo  mas 
notable  que  cada  uno  añadió. 

i."  «Mateo  de  Santisteban,  natural  de  Tudelade  Navarra,  y  alférez  de  la 
compañía  que  nuevamente  se  habia  levantado  y  conferido  al  capitán  Alonso  de 
Carlos.  Fué  camarada  de  Cervantes  en  Italia  en  la  del  capitán  Diego  de  Urbina, 
vio  la  acción  heroica  de  Cervantes  en  Lepanto,  etc.,  pues  estaba  Santisteban  en 
la  propia  galera,  nombrada  la  Marquesa,  que  era  de  Juan  Andrea  Doria,  situada 
en  el  cuerno  de  tierra.  Volvió  á  verle  en  Ñapóles  el  año  1575  cuando  estaba 
para  venir  á  España;  y  conoció  también  á  Rodrigo  de  Cervantes,  hermano  de 
Miguel,  en  los  parajes  que  á  él. 

2."  Gabriel  de  Castañeda,  natural  del  lugar  de  Saláya,  valle  de  Carriedo  en 
las  montañas  de  Santander,  y  alférez;  presenció  el  denuedo  con  que  se  distinguió 
Cervantes  en  Lepanto,  etc.  Le  vio  entrar  después  cautivo  en  Argel;  porque  ya 
entonces  lo  estaba  también  Castañeda:  leyó  las  cartas  que  llevaba  Cervantes  de 
D.  Juan  de  Austria,  en  que  lo  recomendaba  á  S.  M.  para  que  le  diese  una  com- 
pañía de  las  que  se  formasen  para  Italia,  por  ser  hombre  de  méritos  y  servicios: 
cuyas  cartas  hicieron  que  el  capitán  que  le  cautivó  le  tuviese  en  mucho  para  el 
rescate. 

3.°  Antonio  Godinez  de  Monsalve,  natural  de  Madrid,  y  sargento  de  la 
compañía  de  D.  Juan  de  la  Cárcel.  Conoció  y  trató  á  Cervantes  el  año  1573  en 
la  jornada  de  Túnez.  Estando  Godinez  cautivo  en  Argel  el  año  1575  vio  que 
Dalí  Maraí,  capitán  de  la  mar,  y  otro  capitán  de  galera,  trajeron  cautivos  á  Mi- 
guel y  Rodrigo  de  Cervantes,  hermanos:  que  éste  se  rescató  en  1577;  y  aquel 
quedaba  allí  en  78  esclavo  de  Cenagá,  Rey  de  Argel. 


Biografías  y  noticias  biográficas  SJ 

4.°  D.  Beltran  del  Salto  y  de  Castilla,  residente  en  Madrid,  á  quien  cauti- 
varon los  turcos  en  la  Goleta  el  año  1574,  y  lo  llevaron  á  Argel.  Conoció 
aquí  á  Miguel  de  Cervantes,  y  le  vio  manco  de  la  mano  izquierda...  Cuando  este 
testigo  salió  de  allí  rescatado  en  1577  dejó  á  Cervantes  cautivo  en  poder  de... 
Arnaute  Mamí...  quien  lo  tenia  en  gran  estima  á  causa  de  ciertas  cartas  que  le 
halló  de  D.  Juan  de  Austria  y  del  duque  de  Sesa,  en  que  lo  recomendaban  á 
S.  M.  para  que  le  hiciese  merced  de  una  compafiia,  como  persona  que  lo  mere- 
cia  muy  bien.> 

Información  hecha  por  el  mismo  Cervantes  en  Argel  á  10  de  Octubre  de 
1580,  presentando  12  testigos  que  dan  fe  de  todos  los  sucesos  del  cautiverio,  y 
de  la  vida  y  costumbres  de  Cervantes.  Este  es  el  documento  más  importante  de 
todos  los  descubiertos.  Por  él  no  solamente  se  confirma  por  boca  del  mismo 
Cervantes  que  era  natural  de  Alcalá  de  Henares,  sino  también  se  nos  revela 
todo  el  heroísmo,  toda  la  abnegación,  todas  las  virtudes  de  que  dio  pruebas,  y 
los  largos  sufrimientos  que  tuvo  que  soportar  durante  su  cautiverio. 

Los  dos  datos  que  más  aclaran  la  personalidad  de  Cervantes  en  esta  Infor- 
mación, hecha  ante  el  M.  R.  Fr.  Juan  Gil  redentor  de  España,  y  autorizada  por 
Pedro  de  Ribera,  escribano  y  notario  apostólico  entre  los  cristianos  en  Argel, 
son  los  siguientes  que  extracto:  <  Miguel  de  Cervantes,  natural  de  la  villa  de 
»  Alcalá  de  Henares  en  Castilla,  y  al  presente  estante  en  este  Argel,  rescatado 
»  para  ir  en  libertad,  dice:  que  estando  el  agora  de  camino  para  España,  le  im- 
»  porta  hacer  una  información  con  testigos,  ansi  de  su  cativerio,  vida  y  costum- 
>  bres,  como  de  otras  cosas  tocantes  á  su  persona,  para  presentarla...  en  consejo 
»  de  S.  M.  y  requerir  le  haga  merced. 


»S."'  Que  en  el  año  de  quinientos  y  setenta  y  siete,...  dio  orden  como  un  her- 
mano suyo  que  se  llama  Rodrigo  de  Cervantes,  etc.:  «El  alférez  Luis  de  Pedrosa, 
natural  de  Osuna...  dice  especialmente,  que  Cervantes  era  nieto  de  Juan  de  Cer- 
vantes, corregidor  que  fut  de  Osuna...  lo  que  sabia  sin  género  de  duda,  porque 
su  padre  (de  Pedrosa)  había  sido  muy  amigo  del  corregidor,  eto 

Veinte  y  cinco  artículos  ó  preguntas  contiene  esta  Información  en  la  cual 
Cervantes  hace  la  historia  dp  todo  lo  acaecido  durante  su  cautiverio  en  Argel, 
de  sus  repetidos  trabajos,  aventuras  y  esfuerzos  para  obtener  la  libertad  y  darla 
á  muchos  de  sus  compañeros  cautivos,  estando  por  ello  cuatro  veces  á  pique  de 
perder  sn  vida;  confirma  en  este  documento  los  sucesos  ya  narrados  por  el 
P.  Haedo  [  ],  los  amplia  con  detalles  y  noticias  ignoradas;  manifiesta  la  ene- 
mistad que  le  profesaba  el  Dr.  Juan  Blanco  de  Paz,  y  atestigua  que  éste  frayle 
descubrió  al  Rey  Azán  la  ultima  tentativa  de  fuga  que  Cervantes  había  proyecta- 
do con  sesenta  cristianos  cautivos,  por  la  cual  delación  y  por  ser  hombre  revol- 
toso, fué  Blanco  de  Paz  aborrescido  de  todos,  corrido  y  afrontado.» 

Todo  lo  que  Cervantes  relata  en  esta  Información  fué  atestiguado  y  ratifica- 
do por  los  doce  testigos  presentados,  que  fueron:  Alonso  Aragonés,  Diego  Cas- 
tellano, Rodrigo  de  Chaves,  Hernando  de  Vega,  Juan  de  Valcázar,  Domingo 
Lopino,  Fernando  de  Vega,  Cristóbal  de  Villalón,  D.  Dkgo  de  Benavides,  el  al- 
férez Luis  de  Pedrosa,  Fr.  Feliciano  Enríquez,  y  el  Dr.  Antonio  de  Sosa. 

Y  el  P.  Fr.  Juan  Gil,  después  de  mandar  que  se  dé  á  Cervantes  un  testimo- 
nio de  la  precedente  información,  certifica  ser  verdad  todo  lo  en  ella  contenido 
y  lo  firma  en  Argel  á  23  del  mismo  mes  de  Octubre  de  1580. 

D.  Tomás  González  comunicó  á  Navarrete  varios  documentos  hallados  en 
Simancas,  entre  los  cuales  citaré  los  siguientes: 

I."  Fianza  otorgada  en  Sevilla  ante  el  escribano  Pedro  Gómez,  á  12  de 
Junio  de  1588  por  el  licenciado  Juan  de  Nava  Cabeza  de  Vaca,  y  por  Luis  Mar- 


Biograflas  ynoticias  biográficas 


molejo  á  favor  de  Cervantes  residente  en  dha  ciudad  y  nombrado  comisario  del 
proveedor  Antonio  de  Guevara. 

1."  Con  el  núm.  1179  del  archivo  de  Simancas,  c varias  cuentas  de  Cer- 
vantes correspondientes  á  la  comisión  de  Guevara.  De  ellas  consta  que  se  le  hi- 
cieron cuatro  libramientos,  en  28  de  Junio,  9  y  31  de  Agosto,  y  24  de  Diciem- 
bre de  1588,  desde  Sevilla,  y  todos  al  parecer  sobre  Ecija,  que  ascendian  i. 
2.900  ducados,  y  que  en  esta  ciudad  y  en  Marchena  acopió  en  Setiembre,  Oc- 
tubre y  Noviembre,  aceite,  trigo  y  cebada.» 

3.°  Varias  cuentas  de  Cervantes  y  otros  documentos  correspondientes  á 
ésta  comisión  durante  los  años  1591  y  92- 

4.°  Fianza  en  Julio  y  Agosto  de  1594  para  la  cobranza  de  cantidades  en  el 
reino  de  Granada. 

«Información  de  que  D.  Francisco  Suárez  Gaseo  es  sugeto  abonado  para  fia- 
dor de  Cervantes,  pedida  por  éste  en  Madrid  á  i."  de  Julio  de  1594,  y  concluida 
en  3  de  Agosto  siguiente.» — Fianza  otorgada  por  Gaseo:  «En  la  villa  de  Madrid 
á  I."  dia  del  mes  de  Agosto  de  1594  años,  ante  mi  el  escribano  publico...  pares- 
ció  presente  D.  Francisco  Suárez  Gaseo,  estante  en  esta  corte  y  vecino  de  la  vi- 
lla de  Tarancon,  y  dijo:  que  por  cuanto  los  señores...  del  consejo  de  contaduría 
mayor  de  hacienda  del  Rey  nuestro  Señor  han  nombrado  á  Miguel  de  Cervantes 
Saavedra  para  que  vaya...  á  la  ciudad  de  Granada,  y  otras  partes  donde  fuere 
necesario,  á  hacer  pago  á  S.  M...  de  24.59989  mrs.  que  á  S.  M...  se  le  deben  de 
lo  procedido  de  las  alcabalas  y  tercias  reales  y  otras  rentas,...  y  porqué  el  dicho 
Miguel  de  Cervantes  ha  de  dar  fianzas...;  y  el  dicho  D.  Francisco  Suárez  quiere 
ser  tal  su  fiador  hasta  en  cantidad  de  4.000  ducados...,  otorgó  que  se  obligaba 
quel  dicho  Miguel  de  Cervantes  dará  buena  cuenta  con  pago  leal  de  todos  é 
cualesquier  mrs.  que  en  su  poder  entraren  de  lo  tocante  á  la  dicha  comisión  y 
cobranza...;  donde  nó,  que  él,  como  su  fiador  y  principal  pagador...  lo  hará  y 
pagará  el  alcance  ó  alcances  que  se  le  hiciesen  al  dicho  Miguel  de  Cervantes.. 

D.  Francisco  Suárez  Gaseo.  Pasó  ante  mi :  Gerónimo  Félix,  escribano. » = 
«M.  P.  S. — Miguel  de  Cervantes  Saavedra,  digo:  que  V.  A.  le  ha  hecho  merced 
de  una  comisión  para  cobrar  2.000.500  mrs.  que  se  deben  á  S.  M.  de  fincas  en 
el  reino  de  Granada,  para  lo  cual  ha  dado  fianzas  de  4.000  ducados,  vistas  y 
admitidas  por  V.  A.,  y  con  todo  esto  el  contador  Enrique  de  Araiz  me  pide  mas 
fianzas...  A  V.  A.  suplico,  atento  que  yo  no  tengo  más  fianzas,  y  que  son  bas- 
tantes 4.000  ducados,  y  ser  yo  hombre  conocido,  de  crédito  y  casado  en  este 
lugar.  V.  A.  le  mande  se  contente...  que  en  ello  recibiré...  merced...  Miguel  de 
Cervantes  Saavedra.»  (Es  todo  de  letra  de  Cervantes).  Al  respaldo  dice:  «En 
Madrid  á  XX  de  Agosto  de  1594. — El  contador  E.  de  Araiz  informe — Rubri- 
cado.— En  Madrid  á  XXI  Agosto  de  1 594. — Que  se  despache  la  comisión  con 
las  fianzas  que  tiene  dadas  y  con  que  se  obligue  él  y  su  muger. — Rúbrica  del  con- 
iador. *=tEB...  Madrid  á  21...  Agosto  de  1594,  ante  mi...  parescieron  M.  de  Cer- 
vantes y  Dofia  Catalina  de  Salazar  y  Palacios,  su  muger,  vecinos  de  la  villa  de 
Squivias...  dijeron:  que  por  cuanto...  han  nombrado  al  dicho  Miguel  de  Cervan- 
tes para  que...  vaya  á...  Granada  y  otras  partes...  á  hacer  pagado  á  S.  M.  de 
2.550.000  mrs.  que...  se  le  deben  de...  y  alcabalas...;  y  porque  el  dicho  Miguel 
de  Cervantes  se  ha  de  obligar  y  dar  fianzas...,  en  su  cumplimiento  otorgaron  que 
se  obligaban...  debajo  de  la  dicha  mancomunidad,  que  el  dicho  Miguel  de  Cer- 
vantes dará  la  dicha  cuenta...:  y  para  el  cumplimiento  dello...  obligaron  sus  per- 
sonas y  bienes  y  muebles  e  raices,...  E  la  dicha  Dofia  Catalina  de  Salazar  re- 
nunció las  leyes,  etc.,  y  juró  de  no  venir  contra  esta  scriptura...  ni  por  alguna 
manera,  ni  por  razón  de  su  docte  é  arras  é  bienes  parraferaales  y  hereditarios... 
y  lo  firmaron,  etc..  ante  mí:  Gerónimo  Félix,  scribano  de  S.  M.»=<Ü.  Felipe 
por  la  gracia  de  Dios  etc:  A  vos  Miguel  de  Cervantes,  sabed:  que  conforme  á  la 


Biografías  y  noticias  biográficas  »$ 

cuenta  que  se  tiene  en  mis  libros  de  relaciones  de  los  tnrs.  que  se  me  deben  en 
el  reino  de  Granada  de  lo  procedido  de  mis  alcabalas,  tercias  y  otras  rentas 
hasta  el  tercio  primero  de  este  año  de  1594...  están  por  pagar  del  finca  que  que- 
dó para  mi,  los  mrs.  siguientes:  {son  7  partidas,  á  saber:  /.*...  de  la  casa  de  la 
moneda  de  Granada;  2.*...  de  la  renta  de  la  Agüela  de  esta  ciudad;  3?-...  de  la 
tierra  de  Ronda:  4?-...  de  las  alcabalas  y  tercias  de  Lo; a  y  Alkatna;  J".*...  de  las 
de  Guadix  y  su  partido;  6?-...  de  la  ciudad  de  Baza;  y  7.'...  de  Almuñecar,  Mo- 
tril y  Salobreña):  que  todas  las  dichas  partidas  suman  245998^  mrs.;  y  porque 
á  mi  servicio  y  buen  recaudo  de  mi  hacienda  conviene  que  se  cobren,...  con- 
fiando de  vos  que  lo  haréis  con  el  cuidado  y  diligencia  que  se  requiere,  fue 
acordado  de  vos  lo  cometer...,  y  os  mando  que  luego  vais  con  vara  alta  de  mi 
justicia...  donde  fuere  necesario,  y  requeráis...  á  cualesquier  personas  que  los  de- 
bieren pagar,  que  os  lo  den  y  paguen  luego...;  y  si  no  os  los  dieren  y  pagaren, 
haréis  en  sus  personas  y  bienes  y  de  sus  fiadores  todas  las  ejecuciones  y  dili- 
gencias necesarias....;  y  cobrado  que  hayáis  los  dichos  mrs.  los  traeréis  á  mis 
arcas  de  tres  llaves...  á  D.  Pedro  Mesia  de  Tovar,  que  hace  el  oficio  de  mi  teso- 
rero general...  E  mando  á  mis  justicias,  tribunales  y  audiencias,...  que...  vos 
den  todo  el  favor  y  ayuda  que  les  pidiéredes...:  en  lo  cual  os  habéis  de  ocupar 
cincuenta  dias,  ó  los  que  menos  fuere  menester,  con  mas  la  ida  y  vuelta  á  esta 
mi  corte,  contando  á  razón  de  ocho  leguas  por  dia;  y  en  cada  uno  de  ellos  ha- 
béis de  llevar  550  mrs.  de  salario...:  dada  en  Madrid  á  13  de  agosto  de  1594 
años.» 

5.°  Diligencias  de  ejecución  efectuadas  por  Cervantes  en  Baza,  á  9  Sep- 
tiembre de  1594. 

fEn  la  ciudad  de  Baza  á  9  dias  del  mes  de  Setiembre  de  1594  afíos,  Mi- 
guel de  Cervantes  Saavedra,  juez  ejecutor  por  S.  M.  dijo:  que...  ha  venido  á  esta 
ciudad  á  tomar  cuenta  del  valor  que  han  tenido  este  año  de  1594  las  rentas  de 
tercias  y  alcabalas...  para  saber  el  finca  que  queda  para  S.  M...;  é  la  dicha  cuenta 
la  hizo  con  intervención  del  Lie.  Antonio  de  Rueda,  tiniente  de  corregidor,  es- 
tando presentes  Alonso  de  España  tesorero  propietario...,  é  Gaspar  Osorio  de 
Tejada,  tesorero  nombrado  para  este  año....  [hecho  el  cargo  y  las  bajas,  resultó 
el  tercio  de  2y.go4  mrs.) 

£  luego  dicho  Miguel  de  Cervantes,  requirió  al  dicho  alcalde  mayor...  que  le  se- 
ñale de  quien  pueda  cobrar  los  dichos  rars...;  y  el  dicho  alcalde  mayor...  le  se- 
ñala... á  Simón  Sánchez,  mayordomo  de  esta  ciudad,  y  a  Juan  de  Cuenca...;  é 
por  el  dicho  ejecutor  visto,  mandó  que  se  notifique  luego  á  los  dichos...;  é  ansí 
lo  proveyó  é  firmó  Miguel  de  Cervantes  Saavedra — Cristóbal  Minguez,  escriba- 
no.»— {Siguen  dos  notificaciones  del  escribano  d  los  mismos  Cuenca  y  Sánchez). 
Y  continúa  así:  <En  Baza  á  10  dias  del  mes  de  Setiembre  de  1594  años,  ante 
mí...  parescieron  Juan  de  Cuenca  é  Simón  Sánchez,  é  dijeron  que  ellos  quieren 
pagar  á  él  dicho  Miguel  de  Cervantes  los  dichos  27.904  4  mrs.,é  ansí  se  los  dieron 
é  pagaron,  y  se  los  recibió  de  los  susodichos,...  de  que  doy  fe;...  Ante  mi:  Cris- 
tóbal Minguez,  escribano.» 

6.°  Carta  autógrafa  de  Cervantes  al  Rey,  fechada  en  Málaga  á  17  de  No- 
viembre de  1594  dándole  cuenta  del  estado  de  su  cobranza. 

<Muy  P.o  Señor. — Escribí  a  V.  Mgd.  los  dias  pasados  lo  que  hauia  hecho  en  la 
cobranza  q  Por  mandado  de  U.  Mgd.  vine  a  hazer  de  las  fincas  de  las  tercias  y 
alcabalas  de  algunos  lugares  deste  Reyno  de  granada  y  auise  que  dos  Partidas 
contenidas  en  mi  comisión  qe  fueron  la  de  la  casa  de  la  moneda  de  granada  y  la 
de  Motril  y  Salobreña  y  almuñecar  hauian  salido  muertas  Porque  estauanya  Paga- 
das de  las  demás  qe  son  Baga,  gudix  Agüela  de  granada  y  loxa  e  cobrado  ya  el 
din.o  dellas  excepto  dos  mil  Reales  e  embiado  en  póliza  segura  a  esa  corte  Re- 

Tomo  II  4 


25  Biografías  y  noticias  biográficas 


mitida  A  Alonso  Pérez  de  yna  criado  del  licenciado  Laguna,  después  acá  e  estado 
en  velez  málaga  y  por  estar  la  tierra  apretada  y  los  receptores  no  poder  cobrar  de 
los  arrendadores  rae  e  contentado  de  tomar  cédulas  del  din.o  para  fevy.'  que  me 
lo  darán  dentro  de  ocho  dias,  no  me  queda  Por  cobrar  mas  de  la  partida  de  Ron- 
da qe  son  400  g  mrs.  áseme  acabado  el  termino.  U.  Mgt  sea  seruido  de  que 
se  me  den  20  dias  mas  en  el  qual  abre  acabado  con  todo  y  yre  a  entregar  el 
din.o  donde  se  me  mande.  Puédeseme  enbiar  el  despacho  á  Malaga  donde  que- 
do esperándole.  Wr°  17— Miguel  de  Cerbantes  Saavedra.» 

{Dice  en  la  carpeta:  recibida  en  28  de  Noviembre  de  g4.) 

«Real  provisión  de  29  de  Noviembre  de  1594  años  contestando  á  otra  carta 
de  Cervantes  de  8  de  Octubre  en  que  le  avisaba  que  no  podia  cobrar  las  alca- 
balas y  tercias  de  Almufiecar,  Motril  y  Salobreña  porqué  la  persona  que  habia 
hecho  el  oficio  de  receptor  tenia  ya  aceptada  una  libranza  por  mayor  cantidad. 
El  rey,  vistos  los  libros  de  su  contaduría,  le  aclara  como  y  de  quien  ha  de  co- 
brar; y  luego  le  concede  para  su  comisión  los  veinte  dias  más  de  proroga  que 
Cervantes  habla  pedido  en  su  carta  anterior.» 

«Yo  Sebastian  de  Montalban,  escribano  de  S.  M.  y  de  sus  reales  rentas 
en  esta  ciudad  de  Ronda,  doy  fe...  como  Miguel  Cervantes,  juez  ejecutor  de 
S.  M.,  vino  á  esta  ciudad  á  cobrar  de  finca  de  las  tercias  del  año  pasado  de  593, 
454924  mrs.;  y  solo  cobró  dellas  429849  mrs...  porqué  por  recados  del  recetor... 
pareció  no  deber  mas,  como  todo  mas  largamente  consta  por  los  autos  que  que- 
dan en  mi  poder,  y. ..  de  pedimento  del  dicho  Miguel  Cervantes  di  la  presente 
en  Ronda  en  9  dias  del  raes  de  Diciembre  de  1594  años.» 

«Yo  Miguel  de  Cervantes  Saavedra  otorgo...  que  he  recibido  de  Juan  Lecler- 
que,  mercader  flamenco,  4000  rs.  de  plata  castellanos,...  en  virtud  de  una  letra 
de  Francisco  Pérez  de  Vitoria,  en  fecha  en  Malaga  á  2 1  dias  de  Noviembre  pa- 
sado... fecha  la  caria  en  Sevilla  á  15  del  mes  de  Diciembre  de  1594  afios — Mi- 
guel de  Cervantes. — Yo  Joan  de  Velasco,  escribano  publico  de  Sevilla  lo  fice 
escribir.» 

«D.  Felipe  etc.  A  vos  el  Dr.  Bernardo  de  Olmedilla,  mi  juez  de  los  grados 
de  la  ciudad  de  Sevilla,  sabed  que  por  parte  de  Miguel  Cervantes  Saavedra  me 
ha  sido  hecha  relación  que  por  mi  mandado...  obo  de  cobrar  cierta  cantidad 
de  mrs.  de  las  tercias  de  Velez  Malaga,  y  las  personas  que  lo  obieron  de  pagar 
se  lo  libraron  en  Sevilla,  lo  cual  cobró,  y  por  no  hacer  costas  de  traerlo  á  esta 
corte,  dio  7400  rs.  á  Simón  Freiré  de  Lima,  el  cual  le  dio  cédula  sobre  si  mismo, 
á  pagar  en  esta  villa  de  Madrid,  y  por  no  haber  venido  el  susodicho  á  ella,  es- 
cribió á  Gabriel  Rodriguez,  portugués,  para  que  se  los  pagase,  y  no  lo  hizo,  y  en 
el  Ínterin  que  pasó  esto  habia  quebrado  el  dicho  Simón  Freiré...  y  por  ver  si  los 
podia  cobrar  habia  vuelto  á  esa  dicha  ciudad,  y  no  habia  sido  posible  por  estar 
embargada  su  hacienda  por  otros  acreedores...  lo  cual  visto...  os  mando...  hagáis 
que  se  cobren  los  dichos  7400  rs...  y  haréis  todas  ejecuciones,  prisiones  y  rema- 
tes de  bienes  que  sean  necesarias,...  Dada  en  Madrid  á  7  de  Agosto  de  MDXCV 
afios.» 

<{El  cobro  y  giro  de  los  7400  rs.  por  el  juez  Olmedilla,  consta  por  la  6.*  nota 
de  las  puestas  d  continuación  de  la  real  cédula  de  13  de  Agosto  de  I5()4y  de  las 
partidas  que  remitía  Cervantes  d  la  tesorería  general,  y  por  el  informe  dado  á 
los  contadores  mayores  por  los  de  relaciones,  con  fecha  en  Valladolid  á  13  Se- 
tiembre de  i6oj.)> 

7.°  Cartas  de  pago  y  reales  provisiones  referentes  á  dicha  cobranza,  año 
1595,  al  licenciado  Gaspar  de  Vallejo,  juez  de  Sevilla 

8."  Rea!  provisión  de  i.o  de  Diciembre  de  1597,  por  la  cual  aparece  lo  si- 
guiente: Que  en  6  de  Setiembre  del  propio  año  el  Rey  mandó  al  mismo  juez 
que  compeliese  á  Miguel  de  Cervantes  le  diese  fianzas  de  que  dentro  de  ao  dias 


Biografías  7  noticias  biográñcas  27 

se  presentaría  en  la  corte  á  dar  cuenta  de  la  comisión  de  alcabalas  y  pagar  el 
alcance  que  se  le  hiciese,  y  no  dándole  las  dichas  fianzas  le  prendiese  y  enviase 
á  buen  recaudo  á  la  cárcel  real  de  la  corte;  que  en  virtud  de  esta  real  carta  Va- 
llejo  prendió  á  Cervantes;  que  éste,  desde  la  cárcel,  representó  al  rey  que  si  le 
soltaban  iria  á  la  corte  á  fenecer  la  dicha  cuenta;  que  visto  por  el  presidente  y  con- 
tadores de  hacienda  en  los  libros  de  relaciones  que  lo  debido  por  Cervantes  eran 
solamente  79.804  mrs.,  el  rey  mandó  en  la  fecha  de  esta  provisión  que,  dando 
Cervantes  fianzas  legas,  llanas  y  abonadas  de  que  dentro  de  30  dias  irá  á  la  corte 
y  dará  la  dicha  cuenta,  le  soltase  de  la  cárcel.  , 

«El  otro  documento  es  una  relación  jurada  y  firmada  por  Cervantes,  con  fe- 
cha en  Sevilla  á  28  del  citado  Abril  de  1598,  del  trigo  y  cebada  que  por  medio 
de  su  ayudante  Nicolás  Benito,  y  por  orden  del  proveedor  Isunza  habia  sacado 
desde  28  de  Febrero  hasta  8  de  Mayo  de  1592  de  las  tercias  de  la  villa  de  Teva, 
que  tenia  en  arriendo  Salvador  de  Toro:  el  trigo  para  provisión  de  las  galeras  de 
España,  y  la  cebada  para  las  recuas  que  lo  llevaron  á  Málaga,  donde  el  mismo 
ayudante  lo  entregó  al  tenedor  de  bastimentos  Alonso  de  Iniesta;  y  añade  Cer- 
vantes en  el  encabezamiento  de  esta  relación,  que  la  daba  á  los  contadores  de 
S.  M.,  que  en  es'a  ciudad  de  Sevilla  toman  cuentas,  no  obstante  tengo  otras  par- 
tidas de  la  misma  comisión  de  que  darlas,  que  esto>  haciendo  y  juntando  mis 
papeles  para  ello,  que  están  en  la  ciudad  de  Málaga.» 

Pág.  415 — «Receta  de  los  contadores,  en  Sevilla  á  31  Marzo  1598  á  Gaspar 
de  Afiastro,  para  que  dé  razón  de  lo  que  recibió  Cerv.  siendo  comisario  de  Isun- 
za en  91  y  92;  y  á  continuación  está  la  respuesta  que,  por  ausencia  del  provee- 
dor Afiastro,  dio  Diego  de  Rui  Saez  en  el  Puerto  de  Santa  María  á  9  de  Abril 
siguiente,  por  la  cual  aparece  los  libramientos  que  se  le  hicieron  y  los  acopios 
que  verificó,  etc.» 

9.°  Informe  del  contador  Ipenarrieta,  en  Valladolid  á  24  En.°  1603,  mani- 
festando que  se  hablan  dado  cartas  para  que  el  Sr.  Bernabé  de  Pedroso  soltase 
á  Cervantes  de  la  cárcel  en  que  estaba  en  Sevilla,  para  dar  cuenta  de  su  cobran- 
za y  hasia  ahora  no  ka  venido  ni  hay  razón  de  las  diligencias  que  se  han  hecho,* 
«en  Madrid  á  6  de  Noviembre  de  1608  se  dio  auto  contra  el  dicho  Miguel  de 
Cervantes  y  D.  Francisco  Xuarez  Gaseo,  vecino  de  Tarancon,  como  su  fiador 
en  termino  de  diez  dias...  Y  en  24  de  dicho  mes  y  año  se  notificó  al  dicho  Mi- 
guel de  Cervantes,  y  respondió  que  lo  oia;  y  el  dicho  auto,  y  un  pliego  respon- 
dido... están  en  el  libro  de  autos  de  particulares  de  esta  contaduría.» 

El  propio  D.  Tomás  González  en  una  de  sus  ultimas  cartas  dice  á  Navarrete; 
«No  he  hallado  nada  que  acreditase  la  tradición  de  que  Cervantes  fué  preso  en 
la  Mancha  y  alK  compuso  el  Quijote;  y  por  todos  los  pasos  que  se  han  averigua- 
do documentalmente  de  su  vida  desde  i¿88  hasta  lóoj,  conjeturo  que  esta  fábu- 
la se  engendró  en  Sevilla  en  1595  hasta  1603.» 

También  inserta  Navarrete  las  partidas  de  bautismo  de  los  hermanos  de 
Cervantes,  Rodrigo  y  Andrea,  en  Alcalá,  á  12  Diciembre  1543  y  24  Noviem- 
bre 1541. 

Además  refiere  Navarrete  la  tradición  de  Alcázar  de  San  Juan  respecto  á  la 
creencia  de  ser  Cervantes  natural  de  allí,  y  de  haber  compuesto  en  dicho  lugar 
sus  mejores  obras;  é  inserta  una  carta  del  presbítero  señor  Liaño,  quien,  apoyado 
en  la  tradición  de  Argamasilla,  se  empeña  en  probar  que  Cervantes  era  man- 
chego  y  no  alcalaino  y  que  estuvo  encarcelado  en  la  casa  llamada  de  Medrano 
de  aquella  población,  desde  donde  escribió  una  carta  á  su  tío  don  Juan  Bernabé 
de  Saavedra,  vecino  de  Alcázar,  solicitando  le  socorriese  en  su  triste  situación. 

Ni  estas  tradiciones,  ni  la  partida  de  bautismo  de  un  Cervantes  de  Alcázar, 
hallada  muchos  años  antes,  apoyan  en  lo  más  mínimo  la  suposición  del  señor 
Liaño  y  otros  que  la  prohijan,  pues  con  los  nuevos  y  repetidos  documentos  pu- 


2g  Biografías  y  noticias  biográficas 


blicados  por  Navarrete,  queda  demostrado  de  un  modo  irrefutable  y  aparece 
más  claro  que  la  luz  del  sol,  que  el  autor  del  Quijote  nació  en  Alcalá. 

También  descubrió  Navarrete  en  el  primer  libro  de  recepciones  de  la  con- 
gregación de  la  calle  del  Olivar,  la  partida  de  Cervantes,  que  es  la  segunda  al 
folio  12,  y  dice  así:  tRecibiose  en  esta  santa  hermandad  por  esclavo  del  Santí- 
simo Sacramento  á  Miguel  de  Cervantes,  y  dijo  que  guardaría  sus  santas  cons- 
tituciones, y  lo  firmó  en  Madríd  á  17  de  Abril  de  1609.» 

No  es  de  los  menos  interesantes  el  capítulo  de  las  Ilustraciones  y  Documen- 
tos destinado  á  la  Cronología  de  Cervantes  (pág.  232  á  250.) 

Ampliando  la  genealogía  de  los  Cervantes  que,  desde  el  grande  Ñuño  Al- 
fonso, dio  el  erudito  Méndez  Silva  [7],  asciende  Navarrete  al  orígen,  que  lo 
tuvo  en  Tello  Murielliz,  ríco  hombre  de  Castilla,  oriundo  de  familias  gallegas, 
que  vivió  por  los  años  de  988;  prosigue  su  descendencia  que  se  dividió  después 
en  dos  ramas,  la  de  Cervatos  y  Cervantes;  y  da  detallada  noticia  del  abuelo  de 
Cervantes,  don  Juan,  de  su  bisabuela,  doña  Juana  de  Avellaneda,  hija  de  don 
Juan  Arias  de  Saavedra  y  de  sus  padres,  mujer  y  hermanos,  así  como  de  la  ca- 
lidad ilustre  de  la  familia  de  nuestro  Cervantes. 

Respecto  á  la  hija  de  Cervantes,  no  habiendo  Navarrete  podido  disfrutar  de 
los  documentos  que  ha  poco  se  han  descubierto,  se  limita  á  conjeturar  que  doña 
Isabel  fué  hija  de  alguna  dama  portuguesa,  con  quien  Cervantes  tuvo  trato  du- 
rante su  estancia  en  Portugal. 

La  Viita  de  Cervantes,  por  Navarrete,  fué  reimpresa  por  Gorchs,  en  Barce- 
lona el  año  1834,  para  acompañar  su  edición  del  Quijote  en  6  tomos. 

Reuniendo  y  ordenando  todos  estos  descubrimientos  y  ayudado  de  su  pro- 
fundo criterio  de  historiador  compuso  Navarrete  un  trabajo  completamente  nue- 
vo, precisando  sucesos  de  la  Vida  de  Cervantes  hasta  entonces  desconocidos,  de 
tal  modo  que,  hasta  aún  hoy  puede  decirse  que  la  obra  de  Navarrete  es  lo  mejor 
que  poseemos  en  esta  materia.  Con  justicia  puede  lisonjearse  el  insigne  biógrafo 
de  thaber  dado  tanta  luz  y  novedad  á  los  sucesos  de  Cervantes,  que  parece  la 
vida  de  otro  sugeto  diferente  si  se  compara  con  las  anteriormente  publicadas.» 
Terminaré  estampando  las  frases  que  Ticknor  le  dedica:  ees  sin  disputa  una  de 
las  obras  biográficas  más  bien  pensadas,  y  escritas  con  mas  juicio  que  existen 
en  ningún  país.> 

D.  B.  J.  Gallardo,  en  el  nüra.  I  átEl  Criticón  {año  1835),  afirma  que  el  año 
de  1809  descubrió  en  Sevilla  la  Información  de  Argel  y  se  preparaba  algunos 
años  más  tarde,  hallándose  en  Londres,  á  publicar  una  Vida  de  Cervantes,  cuando 
supo  que  se  le  había  adelantado  Navarrete,  y  desistió  p>or  entonces  de  su  empresa. 

25. — Diccionario  histórico  ó  Biografía  universal  compendiada  por  A. 
B.  T.  y  M.  h.  Barcelona,   1831. 

12  tomos  en  4° 

Hay  una  biografía  de  Cervantes,  que  ocupa  10  páginas  á  dos  columnas,  en 
parte  extractada  de  Pellicer. 

26. — Vida  de  Cervantes,  por  D.Mariano  de  Rementeria  y  Fica.  Al 
frente  de  su  obra:  Honores  iributados  á  la  memoria  de  Cervantes^ 
Madrid,  1834. 

Es  una  biograiía  sumamente  apreciable  por  sus  levantados  conceptos  y  jui- 
ciosas observaciones. 


Biografías  y  noticias  biográficas  29 

27. — Cervantes. 

Noticia  biográfica  en  los  números  8.°  y  9.°  del  Observatorio  pintoresco,  del 
año  1837. — Madrid.  Pretende  el  articulista  haber  visto  la  partida  original  de 
rescate  de  Cervantes  y  dice  que  en  ella  aparece  ser  de  Madrid.  Como  en  todas 
las  copias  auténticas  de  dicha  partida,  una  de  ellas  mandada  á  la  Real  Acade- 
mia Española,  se  lee  que:  «Fr.  Juan  Gil  rescató  á  Miguel  de  Cervantes,  natural 
de  Alcalá  de  Henares...  vecino  de  la  villa  de  Madrid,  eto,  es  evidente  que  el 
articulista  del  Observatorio  pintoresco  vio  y  copió  mal,  tomando  el  lugar  de  la 
vecindad  por  el  de  la  naturaleza.  Este  error  ha  ocasionado  más  tarde  ciertas 
discusiones  [  81  ]. 

cTengo  entendido,  —  rae  dice  D.  M.  Menéndez  Pelayo,  —  que  el  autor  de 
este  articulo  fué  D.  Basilio  Sebastián  Castellanos  de  Losada.  > 

28. — Cervantes  y  sus  obras. 

Artículo  biográfico  de  don  Jacinto  de  Salas  y  Quiroga,  inserto  en  el  nú- 
mero 14  de  -£/  Laberinto,  día  16  de  Mayo  de  1844. 

29. — Semanario  pintoresco  español.  Madrid,  i8  de  Octubre  de  1840; 
págs.  329  y  siguientes  del  tomo. 

Artículo  biográfico  de  Cervantes,  por  don  José  de  la  Revilla. 

30. — Semanario  pintoresco  español.  Año  de  1844. 

En  la  página  408  hay  un  tosco  facsímile  de  la  firma  de  Cervantes. 

31. — Vida  de  Cervantes,  por  D.  Eugenio  de  Ochoa.  Va  al  frente  de  la 
edición  del  Quijote  impresa  en  París,  1844;  Ch.  Hingray. 
En  8.» 

No  ofrece  nada  de  notable. 

32. — Manual  de  literatura,  por  D.  Antonio  Gil  de  Zarate.  Madrid, 
1842-44. 

4  tomos,  en  8.° 

Hay  una  noticia  biográfica  de  Cervantes. 

33. — Vida  de  Cervantes,  por  D.  Buenaventura  Carlos  Aribau.  Va  al 
frente  del  t.  I  de  la  Biblioteca  de  Autores  Españoles,  que  contiene 
las  Obras  de  Cervantes.  Madrid,  Rivadeneira,  1846. 

En  4-"' 

Desde  la  aparición  de  la  Vida  de  Cervantes,  por  Navarrete,  los  sucesos  más 
culminantes  de  ella  quedaron,  como  ya  dije,  aclarados,  y  los  posteriores  biógra- 
fos se  vieron  libres  del  deber  de  demostrar  hechos,  antes  dudosos.  Asi  lo  estima 


70  Biografías  j  noticias  biográficas 

Aribau,  añadiendo  luego  que:  «A  más  de  las  noticias  y  documentos  contenidos 
en  las  obras  de  los  citados  escritores,  hemos  tenido  á  la  vista  unos  extensos  es- 
tudios sobre  Cervantes  que  en  el  año  de  1832  preparaba  en  París  para  la  impre- 
sión el  señor  Arrieta,  conocido  ya  por  otros  trabajos.  Este  curioso  manuscrito, 
fruto  de  largos  años  de  lectura  y  meditación,  se  halla  en  poder  de  nuestro  ami- 
go el  señor  Hartzenbusch,  quien  ha  tenido  la  bondad  de  facilitárnoslo  para  con- 
sultan; y  continua  Aribau  diciendo  que  con  autorización  del  señor  Quintana  se 
ha  aprovechado  de  algunas  ideas  de  su  vida  de  Cervantes. 

Aunque  escrita  con  pretensiones  modestas,  es  sin  embargo  excelente  y  dig- 
nisima  de  aprecio  esta  nutrida  y  hermosa  biografía,  ya  por  su  exposición  clara 
y  elegante  y  su  correcto  estilo,  ya  por  sus  elevados  juicios.  Con  razón  dice  de 
esta  Viífa  Piferrer:  «Por  la  abundancia  y  exactitud  de  datos  compite  con  las  más 
celebradas;  pero  á  las  más  supera  en  la  bondad  de  la  dicción,  en  lo  oportuno 
de  las  reflexiones  y  en  el  acierto  de  sus  juicios. »  En  suma,  bien  acreditó  en  este 
trabajo  el  biógrafo  catalán  aquella  frase  de  Quintana:  «Aribau  es  el  primer  pro- 
sista castellano. » 

33  bis.  —Miguel  de  Cervantes  Saavedra. 

Noticia  biográfica  escrita  por  don  Pablo  Piferrer.  {Clásicos  españoles,  Bar- 
celona, 1846.) 

Aunque  sucinta,  está  expuesta  con  claridad,  gusto  y  maduro  juicio.  Esta  bio- 
grafía fué  reimpresa  en  un  tomo  de  Estudios  de  crítica,  de  Piferrer  (imprenta 
del  Diario  de  Barcelona,  i}$6...) 

34. — Historia  y  retratos  de  los  hombres  útiles.   Colección  de  81  retra- 
tos abiertos  en  acero.   Madrid.  —  Barcelona,   Impr.  y  librería  de 
Llorens  Hermanos,  1846. 
En  4°  de  91  pág.  á  2  col. 

Lleva  una  suscinta  biografía  extractada  de  la  de  Ríos.  La  misma  se  halla, 
con  ligerísimas  variantes,  en  la  siguiente  obra:  Celebridades  del  mundo  6  sea 
anales  de  todos  los  siglos,  impresa  el  mismo  año  por  los  mismos  editores.  La 
acompaña  un  precioso  retrato  de  Cervantes  grabado  en  acero  por  Hopwood. 

35. — Recuerdos  de  un  viaje  por  España.  Quinta  parte,  Madrid,  1851, 
Mellado. 
En  4.» 

A  la  página  48  empieza  una  noticia  biográfica  de  Cervantes  algo  detallada, 
con  recuerdos  de  la  tradición  de  Argamasilla. 

36. — Vida  de  Cervantes.  Figura  en  las  Obras  completas  de  Quintana, 
t.  XIX  de  la  Biblioteca  de  A.  A  Españoles  de  Rivadeneira,  impreso 
el  año  de  1852. 

Precede  esta  Advertencia  del  autor: 

«Este  opúsculo  escrito  para  la  edición  del  Don  Quijote  hecha  en  la  imprenta 
Real  en  1797,  era  una  noticia  demasiado  sucinta,  que  por  el  tono  de  declama- 
ción y  por  la  inconsiderada  ligereza  de  sus  censuras  daba  á  entender  bien  claro 
los  pocos  años  que  entonces  tenía  su  autor.  Ahora  sale  ampliada,  rectificada  y 
casi  refundida  del  todo.  En  los  hechos  principales,  además  de  los  que  dan  de  sí 
los  escritos  de  Cervantes  y  de  otros  autores  coetáneos,  se  han  tenido  presentes 
sus  biógrafos  principales,  Mayans,  Rios,  Pellicer  y  Navarrete.  El  último,  sobre 


Biografías  y  noticias  biográficas  31 

todo,  nada  deja  que  desear  en  esmero  y  diligencia,  en  prolijidad  de  investiga- 
ciones y  en  copia  de  erudición.  Así,  en  la  parte  histórica  la  noticia  presente  no 
es  más  que  un  resumen  de  lo  que  han  escrito  los  autores  citados,  especialmente 
los  dos  últimos,  en  lo  demás  hay  la  diversidad  indispensable  y  necesaria  entre 
quienes  se  ocupan  de  un  mismo  objeto,  pero  con  diferente  gusto  y  diferentes 
principios.  > 

Forman  interesante  remate  de  esta  biografía  siete  cortos  apéndices  dignos 
de  ser  estudiados.  Sus  epígrafes  son:  «Sobre  si  hubo  ó  no  alguna  hostilidad  en- 
tre Lope  de  Vega  y  Cervantes»;  «Sobre  las  alabanzas  que  daba  Cervantes  á  los 
autores  coetáneos  suyos»;  «Sobre  los  versos  de  Cervantes»;  Sobre  un  pasaje  de 
la  comedia  de  Pedro  de  Urdemalas  relativo  al  purgatorio»;  «Sobre  las  obras  que 
Cervantes  dejó  por  concluir»;  «Sobre  si  es  bastante  conocido  el  carácter  parti- 
cular de  Cervantes»;  y  «Sobre  el  Viaje  al  Parnaso  de  César  Caporali.» 

37. — Diccionario  geográfico-histórico  y  estadístico  de  España,  1849-50. 

16  tomos. 

En  el  artículo  «Madrid»  da  esta  noticia:  «El  P.  Fr.  Alejandro  de  la  Madre 
de  Dios,  en  su  Crónica  de  la  O.  de  Trinitarios  descalzos,  expresó  terminante- 
mente que  desde  1612  hasta  1639,  residieron  las  Monjas  Trinitarias  en  su  con- 
vento de  la  calle  de  Cantarranas...  lo  que  prueba  que  Cervantes  fué  sepultado 
en  este  mismo  convento  de  la  calle  de  Cantarranas  y  no  en  la  del  Humilladero, 
como  generalmente  se  cree  y  como  registran  varias  obras,  inclusa  la  interesante 
Vida  de  aquel  ingenio  publicada  por  el  apreciable  caballero  y  sabio  modesto 
D.  M.  Fernandez  Navarrete.  » 

38. — Facsímile  de  la  partida  de  bautismo  de  Miguel  de  Cervantes  Saa- 
vedra,  de  sn  firma  y  la  de  su  mujer  D.'  Catalina  de  Palacios  y  Sa- 

lazar.   (Portada  orlada  con  el  busto  de  Cervantes  v  una  escena  del  ^ni/íi/f  correctísima.) 

Son  dos  hojas  de  facsímiles,  acompañadas  de  un  texto  de  12  páginas  impre 
sas  en  Madrid,  por  Aguado,  el  año  de  1852.  Las  publicó  don  José  de  Velasco 
Dueñas.  Después  de  poner  la  traducción  de  la  partida  de  bautismo  en  francés, 
inglés,  alemán,  italiano  y  portugués,  aduce  oportunas  observaciones  para  de- 
mostrar que  la  patria  de  Cervantes  es  Alcalá  de  Henares,  rebatiendo  la  errónea 
afirmación  del  Observatorio  pintoresco  [  27  ].  Inserta  el  Soneto  «Voto  á  Dios 
que  me  espanta  esa  grandeza»,  sacado  de  un  manuscrito  con  variantes. 

39. — Pintura  de  las  inmediaciones  y  pueblo   de  Esquivias,  donde  es-  i 

cribió  Cervantes  una  parte  del  Quixote.  Reseña  de  esta  obra  in-  I 

mortal,  por  D.  Joaquín  M.  López. 

Según  el  señor  Asensio,  de  quien  tomo  esta  noticia,  fué  este  artículo  publi- 
cado en  las  obras  del  autor  y  en  varios  periódicos  el  año  de  1849,  luego  en  La 
Platea,  periódico  sevillano,  en  1852,  y  más  tarde,  (1874),  coleccionado  en  la 
Biblioteca  de  la  Asamblea. 

40. — Don  Cayetano  Alberto  de  la  Barrera,  en  los  tomos  11,  III  y  IV  de  la  Revista 


32  Biografías  y  noticias  biográficas 


de  Ciencias,  Literatura  y  Artes,  de  Sevilla,  correspondientes  á  los  años  de  1856 
al  1858,  dio  á  la  estampa  diversos  artículos  conteniendo  noticias,  notas  y  datos 
reunidos  con  el  objeto  de  adicionar  la  Vida  de  Cervantes,  escrita  por  Navarrete. 
Después  en  el  Catálogo  bibliográfico  y  biográfico  del  teatro  español,  Madrid, 
1860,  4°,  insertó  una  biografía  de  Cervantes,  que  más  tarde  completó  enrique- 
cida con  nuevos  é  interesantes  datos  en  su  excelente  trabajo  titulado:  «Nuevas 
investigaciones  acerca  la  Vida  y  Obras  de  Cervantes»,  que  va  al  frente  de  la 
edición  de  Obras  completas  de  Cervantes,  impresa  por  Rivadeneira  en  Madrid, 
1863,  12  tomos  4.°,  acompañándolo  con  preciosas  y  eruditísimas  notas.  Hay 
entre  ellas  la  noticia  de  haberse  descubierto  la  sentida  carta  que  en  26  de  Mar- 
zo de  1616  escribió  Cervantes  al  Arzobispo  de  Toledo  dándole  gracias  por  sus 
nuevas  mercedes;  y  cita  á  Alonso  de  Salas  Barbadillo,  quien  en  la  dedicatoria 
de  la  Estafeta  del  Dios  Momo,  después  de  referir  que  el  Arzobispo  de  Toledo 
señaló  una  pensión  á  Vicente  Espinel,  añade :  «  La  misma  piedad  ejercitó  con 
Miguel  de  Cervantes,  porque  le  parecía  que  el  socorrer  á  los  hombres  virtuo- 
samente ocupados  era  limosna  digna  del  Primado  de  las  Espafias.»  Esta  noticia 
la  había  dado  Pellicer  en  el  Ensayo  de  trad.  esp.  1778. 

41. — Don  Juan  Eugenio  Hartzenbusch  en  el  prólogo  á  la  edición  pequeña  del  Qui- 
jote, impresa  en  Argamasilla,  año  1863,  da  unas  noticias  biográficas  de  Cer- 
vantes. 

Pone  sucintamente  de  relieve  la  prueba  de  ser  Cervantes  hijo  de  Alcalá, 
cotejando  los  documentos  ya  conocidos. 

Narra  Hartzenbusch  una  tradición  de  Argamasilla,  en  que  se  dice  que  el 
principal  factor  de  la  prisión  de  Cervantes  fué  don  Rodrigo  Pacheco,  quien  es 
el  presunto  modelo  del  héroe  D.  Quijote,  pues  se  sabe  que  habla  estado  loco  en 
alguna  ocasión,  y  se  asegura  que  Pacheco  es  el  personaje  de  rostro  largo  y  es- 
trecho, ojos  espantadizos  y  largos  bigotes,  retratado  en  un  cuadro  existente  en  el 
crucero  de  la  parroquia  de  Argamasilla  que  lleva  la  siguiente  inscripción: 
€  Apareció  Ntra.  Sra.  á  este  caballero  estando  malo  de  una  enfermedad  gravísi- 
ma... afio  de  M.bc.l  i  encomendándose  á  esta  s...  llamándola  de  dia  y  de  no- 
che del  gran  dolor  que  tenia  en  el  celebro  de  una  gran  frialdad  que  se  le  quajó 
dentro.» 

42. — En  el  Museo  Universal  át\  29  de  Julio  de  t86o,  hay  un  artículo  anónimo  ti- 
tulado: «Iglesia  de  San  Marcos  (Sevilla).»  Al  final  se  estampa  este  recuerdo  ó 
suposición:  «Desde  ella  con  harta  frecuencia,  cuando  apenas  era  mas  que  simple 
soldado,  contemplaba  Cervantes  el  hermoso  rostro  de  Isabela  que  cercana  á  la 
iglesia  vivia,  mujer  de  quien  la  fama  cuenta,  fué  el  verdadero  amor  del  manco 
de  Lepanto.  > 

43. — La  Estafeta  de  Urganda,  por  D.  Nicolás  Díaz  de  Benjumea. 
Londres,  1861. 

En  8." 

En  la  sección  denominada  Narración  preliminar  documentada,  (pág.  39  y 
siguientes),  después  de  opinar  que  Cervantes  ya  en  sus  primeros  años  de  adoles- 
cencia «recreó  su  imaginación  con  la  lectura  de  los  libros  de  caballerías»,  y  que 
por  esto  su  vida  «presto  se  convirtió  en  exacta  copia  de  las  vidas  de  los  andan- 
tes caballeros»,  hace  un  juicioso  comentario  de  la  Información  de  Argel,  en 
donde,  en  bellísimos  períodos  hace  resaltar  el  lustre  y  grandeza  de  los  hechos 


Biografías  y  noiicias  biográficas  33 

maravillosos  que  por  su  solo  valor  é  industria  Cervantes  llevó  á  cabo  en  su  cau- 
tiverio, «la  heroica  virtud  y  abnegación  con  que  expuso  su  vida  para  salvar  las 
de  sus  compañeros»,  su  proyecto  de  «apoderarse  de  la  ciudad  de  Argei,  y  ofre- 
cerla á  aquel  Monarca  que  olvidado  le  tenía  en  oscuras  prisiones»,  y  la  enemis- 
tad que  le  tenía  Juan  Blanco  de  Paz,  quien  «fué  el  origen  de  ¡a  desventura  de 
Cervantes  durante  su  vida.»  «He  aquí. — dice  el  señor  Benjumea, — revelado  gran 
parte  del  misterio  que  envclvía  la  malandanza  de  Cervantes,  y  un  indicio  de 
quien  era  ese  invisible  enemigo  que  de  ordinario  perseguía  al  buen   Quijano.» 

Pág-  33: 

«  Al  tiempo  que  en  Alcalá  de  Henares  nuestro  poeta,  nacía  otro  Cervantes 
de  Saavedra  en  la  Mancha,  del  cual  se  sabe  que  se  ejercitó  en  comisiones  de 
apremio  y  diligencias  de  justicia.  ¿No  es  probable  que  muchas  de  las  tradicio- 
nes, noticias,  memorias,  cartas  y  documentes  convengan  con  el  manchego  y  no 
con  el  castellano?» 

pág.  35:  «Hablase  de  una  hija  natural  de  Cervantes,  que  Navarrete  considera 
ser  fruto  de  un  galanteo  con  una  dama  portuguesa.  Yo  apuntaré  mi  congetura. 
Léase  al  final  del  Quijote  de  avellaneda  y  cotéjese  la  mención  del  mesón  de 
Valdeasíillas^  con  el  conjuro  que  hace  el  tamborilero  á  Berganza,  en  aquel  dia 
memorable,  y  con  la  novela  de  la  Ilustre  Fregona.  Todas  estas  corresponden- 
cias, la  inclinación  de  Cervantes  á  tomar  sobre  sí  cuidados  ágenos,  concurren  á 
hacerme  creer  que  el  epílogo  de  Avellaneda  es  alusión  á  un  suceso  verdadero 
que  pasó  á  Cervantes.  Es  probable,  pues,  que  un  acto  de  hidalguía,  de  generosi- 
dad y  de  caridad,  sea  haber  recogido  esta  huérfana  doña  Isabel.» 

La  conjetura  no  puede  ser  más  novelesca,  así  como  la  especie  de  que  Blanco 
de  Paz  fue  el  origen  de  la  desventura  de  Cervantes  duran.e  su  vida. 

Respecto  al  supuesto  nacimiento  de  otro  Cervantes  en  la  Mancha,  ya  vere- 
mos [122]  que  la  partida  de  bautismo  de  Alcázar  de  San  Juan  es  apócrifa.  Caen, 
pues,  por  su  base  todas  las  cavilaciones  que  Benjumea  compone  apoyándose  en 
tal  Cervantes  manchego. 

44. — iiNotas   á  la    Vida  de  Cervantes  de  Navarrete,  por  D.  Cayetano 
Alberto  de  la  Barrera.  2  t.  8."  m.  s.  s.  Madrid.  1852-64  y  1864-66. >• 

Estos  dos  tomos,  encuadernados,  hállanse  en  la  sección  de  manuscritos  de 
la  Biblioteca  Nacional  de  Madrid. 

El  t.  1  comprende  las  Nuevas  investigaciones  acerca  de  la  vida  y  las  obras  de 
Cervantes,  publicadas  en  el  t.  1  °  de  la  edición  de  Obras  completas  de  Cervantes 
(Madrid,  1863-64,  12  ts.  en  4.°),  con  algunas  adiciones  y  nuevas  notas  tomadas 
principalmente  de  la  Vida  de  Cervantes,  de  Moran. 

Los  nuevos  datos  y  noticias  y  los  más  notables  puntos  esclarecidos,  son  los 
siguientes: 

«en  la  Reseña  histórica  de  la  ciudad  de  Salamanca.,  hecha  por  los  doctores  y 

catedráticos  de  ella,  Z>.  M.  H.   Ddvila,  D.  S.  Ruiz  y  D.  S.  D.  Madraza 

(obrita  que  vio  la  luz  pública  en  1849,  y  Quc,  redactada  con  presencia  de  los 
documentos  que  se  guardan  en  aquel  archivo,  contiene  un  extenso  catalogo  no- 
minal de  los  hombres  célebres  que  cursaron...  en  aquellas  aulas),  no  se  encuen- 
tra mencionado  el  nombre  de  Cervantes.»  Esto  rebate  la  aserción  de  D.  Tomás 
González  [24]. 

«Recibió  el  público  la  i."  P.  del  Quijote  con  extraordinaria  aceptación...; 
hecho  que  por  sí  solo  evidencia  la  falsedad  de  la  absurda  especie  que  se  propaló 
en  el  pasado  siglo,  y  se  ha  reproducido  una  y  otra  vez,  suponiendo  que  Cer- 
vantes necesitó  llamar  la  atención  hacia  su  obra,  por  medio  de  un  papel  anóni- 

Tomo  11  c 


34 


Biografías  y  noticias  biográficas 


mo,  titulado:  El  Buscapié,  en  el  cual  descubría  las  ocultas  y  misteriosas  alusio- 
nes que  la  misma  encerraba.  > 

«Regresó  (Cervantes)  con  la  Corte  á  Madrid  en  el  año  de  1606...  Durante 
aquel  verano,  con  ocasión  tal  vez  de  evacuar  diligencias  relativas  á  su  antiguo 
destino,  visitó  de  nuevo  á  Sevilla,  donde,  en  4  de  Julio,  concurrió  á  la  fiesta  que 
celebraron  en  San  Juan  de  Alfarache. ..  varios  amigos,  poetas,  estudiantes  y 
otros  caballeros,  vecinos  ó  residentes  á  la  sazón  en  aquella  ciudad.»  [I,  421] 

«Fundados  en  el  prólogo  del  Ar«V«,  los  biógrafos  han  asegurado  que  la 
estancia  de  Cervantes  en  Esquivias....  fué  durante  la  semana  de  Pascua  anterior 
á  su  muerte....  Fero....  no  es  de  manera  alguna  creíble  que  constituido  ya  el  en- 
fermo en  una  postración  tal,  que  le  impidió  salir  de  su  casa  el  día  2  de  Abril 
para  profesar  de  Tercero....  pudiese  en  los  16  días  que  transcurrieron  hasta  el 
18,  en  que  recibió  la  extrema-unción,  emprender  semejante  viaje.» 

«Cuando  Cervantes  murió,  su  hija  natural  D."  Isabel  de  Saavedra  era  ya, 
hacia  tres  años,  religiosa  en  el  expresado  convento  de  trinitarias  descalzas.» 

Esta  era  la  creencia  general,  cuando  la  Barrera  escribió  las  precedentes  li- 
neas. Posteriormente  las  investigaciones  de  los  Sres.  Sbarbi,  Sigüenza,  Foron- 
da y  oíros  han  patentizado  que  la  hija  de  Cervantes  no  fué  monja. 

«Doña  Catalina  Salazar  de  Palacios  sobrevivió  á  su  esposo  Cervantes  unos 
diez  años  y  medio;  había  heredado  bienes,  después  de  viuda,  de  su  tío  don 
Francisco  de  Palacios  y  Salazar. 

«resulta  de  dos  fehacientes  documentos,  referentes  al  rescate  de  Cervantes 
[18],  que  su  madre  estaba  ya  viuda  en  31  de  Julio  de  1579...  Sin  embargo,  su 
partida  de  defunción,  existente  en  la  parroquia  de  San  Justo  de  esta  corte,  en 
libro  que  comienza  á  9  de  Agosto  de  1576  y  concluye  en  23  de  Setiembre  de 
1590,  tiene  la  fecha  de  13  de  Junio  de  1585,  y  se  halla  como  á  la  mitad  del 
libro.  Testó  ante  Diego  Hernández;  nombró  por  sus  albaceas  á  doña  Leonor, 
su  mujer,  y  á  doña  Catalina  de  Palacios,  viuda  de  Hernando  de  Salazar.  Fué 
enterrado  en  la  Merced.» 

Si  esta  partida  es  fiel,  debe  de  estar  equivocada  la  fecha  de  1585,  pues  se 
halla  en  contradicción  con  la  de  1579,  donde  D.*  Leonor  manifiesta  que  era 
viuda.  Tal  vez  esta  partida  no  se  refiera  al  Rodrgo,  padre  de  Cervantes. 

«Ignorase  cuando  y  donde  falleció  doña  Leonor  de  Cortinas,  madre  de  Cer- 
vantes. Yo  presumo  que  en  Esquivias.  Acaso  fué  natural  de  este  pueblo,  en  el 
cual,  por  lo  menos,  tenía  íntimas  relaciones  con  doña  Catalina  Palacios,  antes 
de  ser  esta  su  consuegra. » 

Las  repetidas  pruebas  de  ser  Cervantes  hijo  de  Alcalá  de  Henares,  que  en 
los  núms.  16,  19  y  24  he  consignado,  las  reúne  y  coordina  el  Sr.  La  Barrera 
con  sumo  acierto  y  proligidad. 

Todas  las  noticias,  olDservaciones  é  ilustraciones  son  interesante^,  pero  la 
que  envuelve  gran  importancia,  es  la  siguiente  nota  d  la  pág.  LXIV:  «Refiere 
el  Sr.  Moran  las  indagaciones  nuevamente  hechas  en  Valladolid  para  el  descu- 
brimiento de  la  casa  donde  moraba  Zervantes.  En  la  Biblioteca  Nacional  exis- 
te {C)\7í  causa  con  motivo  de  la  muerte  de  Ezpeleta.  De  la  declaración  prestada 
por  Isabel  de  Ayala  (2),  beata,  resulta  que  Doña  Isabel  de  Saavedra  estaba  pú- 
blica y  notoriamente  amancebada  con  el  portugués  Simón  Méndez.  Ocultaron  este 
hecho  Pellicer  y  Navarrete,  como  si  la  falta  (si  fuese  cierta)  de  Isabel  empañase 
la  gloria  de  Zervantes.» 


(i)     Ahora  está  en  la  Real  Academia  Espafiola. 
(2)     Creo  que  debe  de  decir  Ayuda. 


Biografías  y  notician  biográficas  3$ 

Tamaña  aseveración  necesita  ser  examinada  y  discutida  para  desentrañar  su 
certeza.  Lo  cierto  es  que  las  declaraciones  de  la  tal  beata  Ayala  alcanzaron  á 
otras  personas  de  la  casa,  y  llevan  trazas  de  ser  calumniosas  murmuraciones. 

Ilustraron  este  tomo  «.fieles  copias  de  las  Partidas  originales  del  rescate  de 
Zervantes,  además  de  los  j  principales  retratos  de  Zervantes ;  el  pintado  por 
F.  Pacheco  y  descubierto  por  Asensio;  el  de  la  Academia  y  el  pintado  por  Kent 
en  Londres.^ 

Pero  el  documento  quemas  lo  enriquece  es  el  «Facsímile  fotográfico  de  la 
carta  de  Cervantes  al  arzobispo  de  Toledo,  en  Marzo  de  1616»,  documento  que 
había  ya  publicado  el  Sr.  La  Barrera  en  sus  Nuevas  investigaciones,  etc.,  pági- 
na LXXL  He  dado  el  texto  de  esta  carta  en  el  t.  I  de  esta  Btbliograjía,  sec.  de 
«Autógrafos». 

El  t.  II  contiene:  «Los  Nuevos  documentos  del  Sr.  Asensio,  etc.» — «La  Cau- 
sa instruida  en  Valladolid  desde  27  de  Junio  de  1605,  á  consecuencia  de  la 
muerte  de  Ezpeleta», — y  el  «Facsímile  de  la  partida  de  bautismo  de  Cervantes, 
por  Velasco  Dueñas.» 

En  la  sección  de  «Notas  y  Comentarios»,  daré  cuenta  de  los  muy  intere- 
santes y  curiosos  que  el  Sr.  La  Barrera  en  su  citado  trabajo  acumuló;  y  al  hablar 
de!  Buscapié,  transmitiré  la  importante  polémica,  en  la  cual  fué  La  Barrera  el 
principal  adalid. 

45. — Cervantes  y  Lope  en  1605.  Articulo  de  D.  Juan  E.  Hartzenbusch, 
publicado  por  vez  primera  en  Madrid,  el  año  1862,  en  la  Revista 
Espajiola,  y  reimpreso  en  La  España  Literaria,  de  Sevilla,  año 
1863;  en  La  América,  de  Madrid,  año  1866,  y  en  el  tomo  de  Notas 
á  la  pritnera  reprodttcción  foto-zincográfica  del  Quixoíe,  impreso  en 
Barcelona  el  año  de  1874. 

En  este  curioso  y  erudito  trabajo  hace  el  autor  varias  citas  y  aplicaciones 
relativas  á  los  dos  esclarecidos  ingenios,  y  al  mencionar  los  dardos  que  Lope 
dirigió  a  Cervantes  en  dos  de  sus  cartas  el  año  de  1604,  consigna  que  más  tarde 
ambos  se  hicieron  la  justicia  debida  como  lo  atestiguan  los  mutuos  elogios  que 
en  sus  obras  dejaron  estampados. 

Según  Navarrete,  {Vida  de  Cervantes,  pág.  457),  defendió  á  Cervantes  de 
haber  sido  émulo  de  Lope  de  Vega  don  Juan  Pablo  Forner  en  sus  Reflexiones 
de  Tomé  Cecial,  año  1786. 

45  bis. — La  cárcel  de  Miguel  de  Cervantes  en  Argamasilla  de  Alba. 
Museo  Universal,  1862,  ntím.  27,  t.  VI,  pág.  210. 

Artículo  anónimo,  apoyando  la  tradición  de  Argamasilla.  Van  la  vista  y  el 
plano  de  la  casa  de  Medrano  en  Argamasilla. 

46. — Vida  de  Cervantes,  recopilada  y  añadida  con  nuevos  datos  por 
D.  Jerónimo  Moran.  Madrid.  En  la  Imprenta  Nacional.  1863. 

Folio  de  XIX  391  páginas,  más  una  hoja  con  la  Advertencia  del  editor, 
3  páginas  para  el  índice,  y  una  con  la  lista  de  las  láminas. 


36 


Biografías  y  noticias  biográficas 


Forma  el  tomo  III  de  la  edición  del  Quijote,  editada  por  Dorregaray  [I,  137]. 

El  mismo  señor  Moran  nos  da  cuenta,  en  el  prólogo,  del  plan  que  ha  segui- 
do en  su  rico  y  bien  meditado  trabajo:  «Hemos  preferido  el  sistema  de  recopi- 
lar sobre  la  base  de  la  Vida  de  Cervantes^  tan  primorosamente  escrita  como 
sabiamente  ilustrada  por  el  señor  Navarrete,  cuantas  noticias  y  datos  dignos  de 
fe  hemos  logrado  recoger  relativos  á  las  extrañas  vicisitudes  de  la  historia  de 
Cervantes,  sin  olvidar  los  demás  escritos  consagrados  á  la  misma  por  los  escri 
tores  de  más  nota.»  «El  señor  Navarrete  tenía  acopiados  varios  nuevos  datos 
curiosos,  mas  antes  de  coordinar  y  dar  á  la  estampa  los  materiales  reunidos, 
cortó  la  muerte  el  hilo  de  sus  días.  El  señor  don  Eustaquio  Fernández  de  Na- 
varrete, digno  nieto  de  tan  eminente  académico,  posee  esos  manuscritos  inédi- 
tos y  con  una  generosidad  que  nunca  podremos  estimar  bastante,  nos  ha  fran- 
queado copia  de  ellos,  deseoso  de  que  puedan  ser  útiles  a  la  pública  ilustración  » 

Las  noticias  más  culminantes  que  añaden  datos  nuevos  para  ilustrar  la  vida 
del  autor  del  Quijote,  enseñar : 

Que  Felipe  II,  por  dos  cédulas  fechadas  en  Tomar  á  21  de  Mayo  de  1581, 
libró  á  favor  de  Cervantes  cien  ducados,  ten  atención, — dice, — que  va  á  ciertas 
cosas  de  nuestro  servicio. t  Sospecha  Moran  fundadamente  que  estas  cosas  fueron 
las  cartas  para  el  gobernador  de  Oran. 

Que  ya  en  el  año  de  1587  estaba  Cervantes  en  Sevilla  empleado  en  acopiar 
trigo,  con  el  salario  de  12  reales  al  día,  por  comisión  de  Diego  Valdivia,  Al- 
calde de  aquella  Real  Audiencia.  (Consta  por  recepta  de  los  libros  de  la  paga- 
duría á  cargo  de  Agustín  de  Cetina,  firmada  en  ausencia  de  éste  por  Juan  de 
Tamayo,  en  Sevilla,  á  24  de  Noviembre  de  1592.) 

Que  el  primer  nombramiento  de  comisario  que  en  la  misma  ciudad  de  Sevi- 
lla le  confirió  don  Antonio  de  Guevara  fué  en  1 2  de  Enero  de  1588,  confiriéndole 
nuevo  nombramiento  de  comisario  para  acopios  de  trigo,  cebada,  etc.,  en  15  de 
Junio  del  propio  año. 

Que  continuó  Cervantes  siendo  comisario  de  Guevara,  quien  en  5  de  Sep- 
tiembre del  mismo  año  le  confirió  desde  Sevilla  nueva  comisión  para  sacar 
2.000  arrobas  de  aceite  de  Marchena;  en  17  de  Octubre  otra  para  sacar  trigo  de 
Ecija  y  molerlo;  y  en  20  del  propio  mes,  otra  comisión  para  sacar  2.500  arrobas 
más  de  aceite  de  Ecija;  en  esta  última  le  dice  que  procure  hacer  tos  acopios  sin 
rigor ^  lo  cual  induce  á  sospechar  que  Cervantes  se  vio  quizá  obligado  á  usarlo 
alguna  vez,  por  oponerle  dificultades  los  que  habían  de  entregarle  las  cosas 
mandadas. 

Que  en  23  de  Marzo  de  1590,  el  proveedor  general  Miguel  de  Oviedo  nom- 
bró comisario  á  Cervantes  para  acopiar  aceite  en  Carmena. 

Que  en  27  de  Agosto  de  1590  Cervantes  presentó  en  Sevilla  relación  jurada 
del  trigo,  cebada  y  maravedises  que  recibió  en  1587,  88  y  89,  siendo  comisario 
de  Valdivia  y  de  Guevara,  (números  i  á  6),  y  de  lo  que  gastó  en  las  moliendas 
que  estuvieron  á  su  cargo. 

Que  en  2  de  Abril  de  1591  y  en  20  de  Octubre  del  mismo  afio  presentó  en  Se 
villa  relaciones  juradas  de  los  acopios  hechos  por  orden  del  proveedor  Guevara. 

Que  el  año  1592  fué  reducido  á  prisión  en  la  villa  de  C.istro  del  Río,  á  con 
secuencia  de  una  causa  que,  por  haber  vendido  300  fanegas  de  trigo  sin  orden 
para  ello,  y  por  ciertas  culpas  que  contra  él  resultiban  en  su  comisión,  le  formó 
el  corregidor  de  Ecija  don  Francisco  Moscoso,  juez  contra  comisarios,  y  que, 
suelto  bajo  fianzas,  pasó  á  Madrid  y  con  este  motivo  á  i.°  de  Diciembre  pre- 
sento un  Memorial  pidiendo  que  no  se  molestase  al  proveedor  Pedro  de  Isunza, 
pues  el  daría  clara  cuenta  del  trigo  que  se  denunciaba.  El  facsímil  de  este  me- 
morial va  á  la  pág.  207. 

El  seflor  don  Julián  Apraiz,  en  un  apreciabillsimo  libro  que  acabo  de  reci- 


Biografías  y  noticias  biográficas 


:?7 


bir,  {Cervantes  Vascófilo,  Vitoria,  1895),  demuestra  con  nuevos  documentos  que 
la  ida  de  Cervantes  á  Madrid  y  su  representación  al  Rey  para  que  no  se  moles- 
tase á  Isunza,  no  fué  por  esa  prisión  de  Castro  del  Río,  sino  por  otra  toma  de 
trigo  de  Teba,  de  las  tercias  arrendadas  ¿  Salvador  del  Toro.  Más  adelante  daré 
cuenta  detallada  del  libro  del  señor  Apraiz. 

Que  en  24  de  Noviembre  de  1592  la  cuenta  de  las  moliendas  números  3  y  5 
se  feneció  en  Sevilla  por  los  contadores  Pedro  Ruiz  de  Otalora  y  Francisco 
Vázquez  de  Obregon,  y  resultaron  de  alcance  contra  Cervantes  128.281  mara- 
vedises. 

Que  en  17  de  Enero  de  1593,  presentó  Cervantes,  en  Sevilla,  otra  relación 
jurada,  que  fué  comprobada  con  las  receptas  de  los  proveedores  Oviedo  y  Gue- 
vara. 

Que  en  7  de  Julio  de  1593,  el  proveedor  Miguel  de  Oviedo  confirió  comisión 
á  Cervantes  para  sacar  30  mil  fanegas  de  trigo  en  una  zona  de  12  leguas  á  la  re- 
donda de  Sevilla:  Que  en  19  de  Agosto  siguiente  el  mismo  Oviedo  le  confirió 
nueva  comisión  para  sacar  1 2  mil  fanegas  más  de  trigo  en  Llerena,  Villagarcía 
y  demás  pueblos  de  su  contorno. 

Que  en  30  de  Junio  de  1594  se  liquidó  en  Sevilla,  por  los  contadores  Otalora 
y  Obregon,  la  cuenta  del  acopio  del  aceite  y  no  resultó  alcance  ninguno  contra 
Cervantes. 

Que  al  contestar  Cervantes  la  recepta  de  los  contadores  de  3 1  Marzo  de 
1598  [24],  estaba  en  la  prisión  y  manifiesta  que  si  salía  pronto  de  ella  podría 
rendir  las  cuentas  que  se  le  pedían,  para  lo  cual  necesitaba  algunos  papeles  que 
estaban  en  Málaga 

Que  en  15  de  Septiembre  de  1569  se  expidió  en  Madrid  Real  Provisión 
«para  que  el  alguazil  Juan  de  Medina  vaya  á  Sevilla  y  á  todas  las  otras  partes 
que  fuere  nezesario  y  prenda  á  un  Myguel  de  Zerbantes  prozesado  en  rebeldía 
sobre  aber  dado  ciertas  heridas  en  esta  corte  á  Antonio  de  Sigura  por  lo  qual 
dicho  Zerbantes  fué  condenado  á  que  le  fuese  cortada  la  mano  derecha  y  en 
destierro  por  diez  años.»  El  señor  Moran  aduce  varias  razones  en  apoyo  de  la 
hipótesis  de  qu,e  el  Cervantes  citado  en  este  documento  sea  el  autor  del  Quijote; 
y  si  bien  sus  conjeturas  nada  prueban,  merecen  ser  meditadas. 

También  inserta  el  señor  Moran  la  carta  en  verso  escrita  por  Cervantes  du- 
rante su  cautiverio  al  secretario  Mateo  Vázquez. 

Y  otro  de  los  nuevos  datos  que  avaloran  esta  obra  es  el  del  descubrimiento 
de  la  casa  donde  habitaba  Cervantes  en  Valladoüd. 

Termina  el  libro  la  «Lista  bibliográfica  de  las  ediciones  del  Quijote,  publi- 
cada por  Navarrete,  aumentada  ahora  con  los  apuntes  que  dejó  inéditos,  y  con- 
tinuada por  el  señor  Moran. 

Ilustran  esta  Vida  7  láminas  grabadas  en  cobre  y  el  facsímile  del  Memorial 
ya  citado. 

47. — Vida  de  Cervantes,  porj.  M.  Guardia.  Escrita  en  francés  y  pu- 
blicada al  frente  de  su  traducción  francesa  de  £/  Viaje  del  Parnaso^ 
París,  1864. 

En  12." 


Acompaña  á  esta  Vida  el  precioso  autógrafo,  descrito  en  el  t.  1  de  esta  Bi- 
bliografía [444],  que  es  la  Relación  jurada  de  los  gastos  menudos  en  la  molienda 
de  Ecija  por  comisión  del  Sr.  Antonio  de  Guevara  los  años  de  88  y  8g. 


jg  Biografías  ynotieias  biográficas 


48. — Nuevos  documentos  para  ilustrar  la  vida  de  Miguel  de  Cervantes 
Saavedra;  con  algunas  observaciones  y  artículos  sobre  la  vida  y 
obras  del  mismo  autor,  y  las  pruebas  de  la  autenticidad  de  su  ver- 
dadero retrato,  por  D.  José  María  Asensio  y  Toledo.  Precedidos  de 
una  carta  escrita  por  el  Sr.  D.  Juan  Eugenio  Hartzenbusch,  é  ilus- 
trados con  la  copia  del  retrato  que  pintó  Francisco  Pacheco,  sacada 
de  un  dibujo  del  Sr.  D.  Eduardo  Cano.  —  Sevilla. — Librería  de 
D.  J.  Geofrin,  1864. 

En  folio,  de  XVIII  95  iiágs.,  en  gran  papel- 
Bien  puede  decirse  que  la  materia  de  este  libro,  si  es  corta  en  cantidad,  es 
rica  en  calidad;  tan  curiosos  é  interesantes  son  los  11  nuevos  documentos  que 
en  ella  presenta  su  ilustrado  autor,  amén  de  otras  notables  noticias  cervánticas 
que  nos  da,  ccontribuyendo,  —  como  justamente  dice  —  á  ilustrar  con  hechos 
ciertos  la  vida  del  inmortal  autor  del  Quijote.» 
Citaré  los  más  notables: 

I.  Poder  á  Femando  de  Silva,  en  Sevilla  á  24  de  Febrero  de  1588,  para 
que  en  nombre  de  Cervantes  pida  la  absolución  de  la  excomunión  que  contra 
él  puso  la  autoridad  eclesiástica  por  haber  embargado  el  trigo  de  las  fábricas  de 
Ecija  para  servicio  dei  Rey  y  por  orden  y  comisión  del  licenciado  Diego  de 
Baldivia. 

II.  Poder  á  Miguel  de  Santa  María,  en  Sevilla  á  26  de  Junio  de  1589  para 
administrar,  cobrar,  pagar  y  para  pleitos,  etc.,  y  otro  sí,  para  que  pueda  dar  en 
nombre  de  Cervantes  las  cuentas  de  la  molienda  de  trigo  de  la  ciudad  de  Ecija 
que  tiene  por  comisión  de  Antonio  de  Guevara  y  cobrar  lo  que  oviere  de  aber 
por  las  dichas  cuentas.  (Consta  Cervantes  como  vecino  de  Esquibias). 

III.  Finiquito  de  cuentas  entre  Cervantes  (vecino  de  Esquibias)  y  Tomás 
Gutiérrez,  á  26  de  Junio  de  1589,  en  Sevilla,  ante  Alonso  de  Cívico,  Escribano 
público  de  Sevilla. 

IV.  Carta  de  pago  otorgada  por  Cervantes,  en  Sevilla,  á  27  de  Marzo  de 
1590,  ante  el  notario  Luis  de  Porras,  á  favor  de  Diego  de  Zufre  de  la  suma 
de  400  rs.  en  plata  los  cuales  son  para  cuenta  de  los  salarios  devengados  y  á  de- 
vengar en  la  saca  del  aceite  que  por  comisión  de  Francisco  Benito  de  Mena  que 
hacía  oficio  de  prouoedor  por  D.  Antonio  de  Guevara,  se  saca  de  la  ciudad  de 
Ecija  y  villa  de  Carmona  y  otras  partes  desta  Andalucía  para  provisión  del  ar- 
mada de  S.  M. 

V.  Poder  firmado  en  Sevilla,  por  Cervantes  á  27  de  Junio  de  1592,  ante  el 
notario  Luis  de  Porras,  á  fauor  de  Diego  de  Ruy  Sayez,  para  cobrar  del  pro- 
veedor Pedro  Isunza  los  maravedís  que  pareciere  deberle  por  sus  salarios  y  por 
el  tiempo  que  Cervantes  ha  servido  á  S.  M.  con  comisión  de  dicho  proveedor.... 
...  y  así  mismo  para  cobrar  de  Nicolás  Benito  comisario  de  S.  M.  340  reales  que 
le  debía. 

VI.  Carta  de  pago  firmada  por  Cervantes  en  Sevilla,  á  14  de  Julio  de  1592, 
ante  el  escribano  Luis  de  Porras,  á  Diego  de  Ruy  Sayez,  de  3.200  reales  de  pla- 
ta en  cuenta  del  salario  de  Cervantes  del  tiempo  que  sirvió  á  S.  M.,  en  la  saca  y 
conducción  del  trigo  de  Jaén,  Ubeda,  Baeza  y  otras  partes  de  Andalucía. 

VII.  Fianza  por  Juan  Fortuní,  á  5  de  Agosto  de  1592,  en  Sevilla,  ante  el 
notario  Luis  de  Porras.  (Acciona  Cervantes  como  vecino  de  Madrid  residente 
en  Sevilla.) 

VIII.  cEn  Sevilla  á  5  de  Agosto  de  1592...  parescíó  Miguel  de  Cervantes  Saa- 


Biografías  y  noticias  biográficas  39 

vedra  comisario  de  S.  M  y  dijo  que  se  hazia  cargo  de  1.137  fanegas  y  2  quar- 
tillos  de  trigo  y  510  fanegas  de  cebada  que  Nicolás  Benito  su  ayudante  saco  por 
él  en  la  villa  de  Teba  de  las  Tercias  Reales  que  estaban  á  cargo  de  Salvador  de 
Toro  el  año  pasado  de  91,  el  cual  trigo  y  cebada  lo  hizo  conducir  con  diferen- 
tes arrieros  el  dicho  Nicolás  Benito  á  las  ciudades  de  Malaga  y  Antequera  y 
para  que  el  señor  proveedor  D.  Pedro  de  Isunza  se  las  mande  pagar  otorgó  lo 
dicho...  ante  mí...  Luis  de  Porras  Escribano  público  de  Sevilla.» 

IX.  «Contrato  con  Rodrigo  Osorio,  autor  de  comedias,  vecino  de  Toledo, 
(Cervantes  consta  como  vecmo  de  Madrid),  en  Sevilla  á  5  de  Setiembre  1592, 
obligándose  á  componer  seis  comedias  y  paresciendo,  después  de  representadas, 
que  son  de  las  mejores  comedias  que  se  han  representado  en  España,  le  ha  de 
pagar  por  cada  una  50  ducados,  y  sino  son  tales  como  está  dicho,  no  le  ha  de 
pagar  nada.» 

X.  «  ..  yo  Miguel  Cervantes  de  Saavedra  criado  del  rey  N.  S.  otorgo...  que 
he  recibido  de  Andrés  de  Cerio  vecino  de  Córdoba...  600  rs.  de  plata  por  mi 
salario  de  60  dias  á  razón  de  10  rs  cada  dia  que  me  ocupe  en  ayudar  al  dicho 
Cerio  en  el  embargo  que  hizo  de  5.000  arrobas  de  aceite  en  Ecija  y  Marchena 
y  el  Arahal  y  Utrera...  dada  en  24  de  Octubre  del  año  pasado  de  92...  y  le  otor 
go  esta  carta  de  pago  en  Sevilla  á  8  de  Julio  de  1593...  —  Luis  de  Porras,  es- 
cribano público  de  Sevilla.» 

XI.  «Poder,  en  Sevilla,  á  12  de  Julio  de  1593,  ante  el  escribano  Luis  de 
Porras,  á  favor  de  Juan  de  Salinas  procurador  de  los  consejos  de  S.  M.,  para 
pleitos.» 

Cita  ademas  el  señor  Asensio  las  anotaciones  de  otros  documentos  que  no 
han  podido  copiarse  por  no  existir  los  libros  á  que  se  refieren  los  índices  del 
escribano  Porras.  En  el  del  año  1590  hay  esta  anotación:  «Poder  (por  otorgar.) — 
Miguel  de  Cervantes  d  su  muger.11  Lo  que  parece  probar  que  ésta  habitaba  en- 
tonces en  Sevilla.  Pero  ¿no  es  extraño  que  en  1589  (documentos  11  y  ni)  figura 
Cervantes  como  vecino  de  Esquivias  y  en  1592  (documentos  VII  y  IX),  como 
vecino  de  Madrid? 

Siguen  á  los  documentos  dos  artículos  uno  de  los  cuales  versa  sobre  La  £s- 
pañola  Inglesa,  señalando  la  época  exacta  en  que  fué  escrita. 

Digno  coronamiento  del  libro  son  los  argumentos  que  el  Sr.  Asensio  aduce 
para  probar  la  autenticidad  del  retrato  hallado  en  un  cuadro  de  Pacheco  exis- 
tente en  el  Museo  de  Sevilla;  argumentos  que  merecen  ser  meditados  y  apre- 
ciados. 

Entre  otros  justos  encomios  que  este  trabajo  mereció,  citaré  un  articulo  de 
D.  Joaquín  Guichot  en  El  Porvenir,  de  Sevilla,  el  mismo  año. 

49. — Memoria  sobre  el  soldado  de  Lepanto.  Artículo  de  D.  A.  Sán- 
chez Moguel,  en  £^/ /'(7/'Z'^«2>,  periódico  de  Sevilla,  correspondiente 
á  Diciembre  de  1864. 

50. — ^Juan  Valera.  —  Estudios  críticos  sobre  Literatura,  Política  y 
costumbres  de  nuestros  días.  Madrid,  1864. 

Dos  tomos  en  8.° 

En  el  segundo,  los  artículos  publicados  antes  en  el  Contemporáneo  contra  las 
interpretaciones  de  la  Estafeta  ae  Urganda. 


íQ  Biograh'as  y  noticias  biográficas 


51.— Huellas  de  Cervantes.  Artículo  de  D.  Enrique  de  Cisneros,  es- 
crito en  Alicante  á  23  de  Abril  de  1864  y  publicado  en  la  Revista 
de  España,  segundo  año,  T.  XI,  1869. 

Según  nota  de  la  pag  i,  este  breve  escrito  forma  parte  de  un  extenso  ex- 
pediente, acompañado  de  planos  y  documentos,  ofrecido  por  el  autor  á  la  Real 
Academia  Española.  Con  motivo  de  la  aparición  de  la  edición  pequeña  del 
Quijote^  impresa  en  Argamasilla,  en  cuyo  prólogo  el  Sr.  Hartzenbusch  refiere  la 
tradición  que  hay  en  Argamasilla,  de  haber  Cervantes  tomado  á  un  hidalgo  de 
dicha  población  cerno  modelo  para  la  creación  de  su  inmortal  tipo,  el  Sr.  Cis- 
neros refuerza  esta  conjetura  con  nuevos  datos  y  descripciones,  tanto  de  la  casa 
de  Medrano  como  de  la  de  los  Pachecos  y  de  la  iglesia  parroquial,  esforzándose 
en  probar  que  se  ajustan  á  estos  lugares,  los  sitios  por  donde  paseó  Cervantes 
al  hijo  de  su  fantasía,  y  encontrando  «singulares  coincidencias  entre  el  altar 
votivo  de  los  Pachecos,  las  tradiciones  del  solar  de  éstos  y  la  estampa  y  mono- 
manía que  atribuyó  Cervantes  al  protagonista  de  su  novela.» 

52. — Nuevos  documentos  relativos  al  rescate  de  Cervantes. 

La  Real  Academia  Española  formó  el  proyecto  de  hacer  una  edición  monu- 
mental del  Quijote,  y  para  este  objeto  nombro  el  año  de  1865  una  Comisión  de 
su  seno.  Los  distinguidos  señores  académicos  que  la  formaban  no  sólo  se  ocupa- 
ron en  aquella  importante  tarea,  sino  que,  con  ilustradísimo  celo,  procuraron 
allegar  cuantas  noticias  y  escritos  pudieron  acerca  de  Cervantes.  Fruto  de  sus 
trabajos  fueron  varios  datos  y  documentos,  entre  los  cuales  citaré  los  siguientes: 
\.°  Cita  de  un  iibiilo  francés  impreso  en  Parfs  el  año  de  1582,  en  el  que  se 
menciona  a  Cervantes  entre  186  cautivos  rescatados  en  Argel. 

En  la  sesión  del  28  de  Diciembre  de  1865,  de  la  Real  Academia  Española, 
se  leyó  una  carta  de  D.  Leopoldo  Augusto  de  Cueto  dando  noticia  de  un  artículo 
sobre  Cervantes  en  La  Patrie,  de  París,  de  29  Septiembre  de  1863,  en  el  cual 
se  cita  un  librito  en  francés  titulado:  «Discours  du  rachatde  cent  quatre  vingt  et 
»six,  tan  chrestiens  que  chrestiennes,  tous  captifs,  d'entre  les  mains  de  Tures  et 
«barbares,  avec  leurs  noms,  surnoms  et  captivités.  Le  tout  fait  par  les  religieux 
»et  par  l'ordonnance  de  R.  P.  Fr.  Bernard,  general  de  la  tres  Saínete  Trinité  et 
íRedemption  dts  Captifs;  ensemble  le  rachat  de  quelques  saínetes  reliques. — A 
»Paris,  G.  Chaudiére  — 1582,  in  8  °»  Y  decía  el  Sr.  Cueto  que  entre  los  cautivos 
rescatados  está  el  nombre  de  Miguel  de  Cervantes,  de  edad  30  años  y  natural 
de  Alcalá  de  Henares. 

2."  Memorial  de  D.*  Leonor  de  Cortinas  al  Consejo  de  Cruzada,  relativo 
al  rescate  de  su  hijo  Miguel. 

En  la  sesión  de  25  de  Enero  de  1866  se  dijo  que  «la  Comisión  recibió  un 
calco,  de  un  memorial  de  D.*  Leonor  de  Cortinas  al  Consejo  de  Cruzada,  en  24 
de  Marzo  de  1579,  relativo  al  rescate  de  su  hijo  Miguel  de  Cervantes,  remitido 
por  D.  Felipe  Moyano  del  archivo  de  Simancas,  y  se  acordó  solicitar  al  Gobier- 
no autorizase  al  Sr.  Moyano  para  que  busque  y  copie  lo  relativo  á  Cervantes,  no 
publicado  por  Navarrete. 

3°  Real  Cédula  de  s  Diciembre  de  1576  concediendo  á  D.*  Leonor  de 
Cortinas  60  escudos  para  ayuda  de  rescate  de  sus  hijos. 

En  la  sesión  del  30  de  Mayo  de  1866  se  dio  cuenta  del  fallecimiento  del  se- 
ñor Moyano  y  de  que  un  amigo  suyo  remitía  copia  de  los  siguientes  documen- 
tos de  Simancas:  i.o  cReal  Cédula  de  Felipe  II  fecha  en  el  Pardo  a  5  Diciera- 


Biografías  y  noticias  biográficas 


41 


bre  de  1576,  accediendo  á  la  petición  de  D.*  Leonor  de  Cortinas  para  que  se  le 
diesen  algunos  maravedís  del  fondo  de  redención  de  cautivos  con  que  ayudar 
al  rescate  de  sus  2  hijos...  y  el  Rey  manda  se  le  den  60  escudos  de  oro  que  va- 
len 24000  maravedís.»  2.°  «Obligación  otorgada  por  D.^  Leonor  de  devolver 
los  60  escudos  si  dentro  de  un  año  no  se  había  verificado  el  rescate.) 

53. — Viaje  de  Cervantes  á  Italia.  Artículo  de  D.  Nicolás  Díaz  de  Ben- 
jumea  en  el  Boletín  bibliográfico  español^  de  Hidalgo,  correspon- 
diente al  15  de  Enero  de  1866.  Se  insertó  más  tarde  en  los  números 
de  28  de  Marzo  y  4  de  Abril  de  1869  del  Museo  Universal. 

Supone  el  Sr.  Benjumea  que  Cervantes  se  pintó  á  sí  mismo  en  el  Saavedra, 
protagonista  de  la  comedia  El  Gallardo  español,  y,  fundado  en  la  relación  de 
su  amante  Margarita,  conjetura  que  en  edad  muy  temprana  cortejó  á  doña 
Catalina  de  Palacios,  y  que  rechazado  con  desprecio  por  su  hermano,  quiso 
hallar  su  desagravio  en  la  punta  de  su  acero,  hiriéndole  en  desafío;  y  temiendo 
luego  la  venganza  del  ofendido,  fuéle  forzoso  ausentarse  de  España  y  pasó  á 
Italia;  añade  que  este  contrariado  amor  subsistió  en  su  pecho  y  engendró  el 
poema  de  La  Calatea. 

Apoyó  esta  opinión  del  Sr.  Benjumea,  D.  Antonio  Díaz  Benzo,  en  un  artí- 
culo, titulado:  «Cervantes  y  D.  Quijote»,  que  vio  la  luz  pública  en  la  Revista 
Cervantes,  de  22  de  Agosto  de  1871;. 

54. — Educación  científica  de  Cervantes.  Dos  artículos  de  D.  Nicolás 
Díaz  de  Benjumea,  en  los  números  de  17  y  31  de  Enero  de  1869, 
del  Museo  Universal. 

Tratando  de  la  instrucción  que  recibió  Cervantes  en  su  juventud,  se  declara 
por  la  parte  de  que  fué  autotélica.  Rebate  de  paso  la  noticia,  que  dieron  á  Na- 
varrete,  de  haber  Cervantes  estudiado  dos  años  en  la  Universidad  de  Salaman- 
ca, pues  á  pesar  de  las  indagaciones  que  se  han  hecho  en  los  libros  de  aquel 
establecimiento,  nada  se  ha  hallado  que  confirme  aquel  apunte. 

Del  mismo  Benjumea  veo  citado  por  el  Sr.  Asensio  {Nota  de  algunos  li- 
bros.... sobre....  Cervantes,  i8S¿),  el  siguiente  artículo:  «La  infancia  de  Cer- 
vantes.— Eco  de  Ambos  Mundos,  diario  de  Manila,  año  XXIII.» 


55. — Carta  acerca  de  los  restos  de  Cervantes. 

Art.  en  La  Política  de  Madrid,  de  16  de  Julio  de  1869. 

56. — La  sepultura  de  Miguel  de  Cervantes.  Memoria  escrita  por  en- 
cargo de  la  Academia  Española  y  leída  á  la  misma  por  su  Director 
el  Marqués  de  Molins. — Imprenta  de  M.  Rivadeneyra,  1870. 

En  12.*',  de  228  págs. 

Las  sabias  y  minuciosas  investigaciones  del  ilustre  Director  de  la  Real  Aca- 
demia le  permitieron  formar  un  eruditísimo   trabajo,  en  el  cual  prueba:   «1.°, 

Tomo  II  6 


^2  Biografías  y  noticias  biográficas 


que  el  Convento  de  las  Trinitarias  fué  erigido  en  1612,  en  el  mismo  local  que 
hoy  ocupa;  2.°,  que  en  él  fué  sepultado  Cervantes  el  24  de  Abril  de  1616,  y  3.", 
que  allí  yace  ahora  mismo  el  Grande  Hombre,  no  habiendo  las  vicisitudes  que 
ha  sufrido  el  edificio  y  la  Comunidad,  hecho  otra  cosa  más  que  imposibilitar  la 
identificación  y  aun  el  hallazgo  de  sus  preciosos  restos.» 

«Navarrete  (pág.  535),  ya  duda  de  que  las  Trinitarias  se  estableciesen  en  la 
calle  del  Humilladero,  y  sólo  lo  consigna  como  tradición  que  conservaba  la 
comunidad.» 

MoUns  descubrió  la  Crónica  de  los  PP.  Descalzos  de  la  Santísima  Trmidad. 

Madrid,  1707,  4  ts.  f.°  y  un  MS:  Fundación  de  los  Conventos  Descalzos  de 

la  Santísima  Trinidad  de  Madrid,  etc. 

Según  estos  documentos  auténticos  (págs.  46  á  66),  «En  i.°  de  Noviembre 
de  i6i2,  Francisco  Santander  y  su  mujer  D.^  Mana  del  Valle,  según  escritura 
ante  Hernando  Recas,  escribano,  vendieron  á  D.»  Francisca  Romero,  dos  casas, 
una  en  la  calle  de  las  Huertas,  y  otra  en  la  de  Cantarranas. »  «El  20  del  mismo 
mes  el  Dr.  Gutierre  de  Cetina,  en  representación  del  limo.  D.  Bernardo  de 
Sandoval  y  con  licencia  del  Consejo  de  Castilla,  dio  allí  mismo  el  hábito  de  Tri- 
nitarias á  la  fundadora  y  á  las  nueve  señoras  que  ésta  presentó.»  «En  1615,  au- 
mentado el  número  de  religiosas  y  ante  la  necesidad  de  enterrar  A  una  que 
murió,  se  compró  el  solar  de  unas  casas  contiguas  en  la  calle  de  Cantarranas,  y 
se  agregó  al  convento.» 

«En  23  de  Abril  de  1616  se  enterró  allí  á  Cervantes,  quizás  en  la  capilla;  y 
en  13  de  Agosto  del  mismo  año,  las  religiosas  compraron  otra  casa  contigua 
para  agrandar  su  mansión;  y  en  1626  otra  casa  con  el  mismo  objeto.» 

Pág.  67:  «Queda  probado  que  el  convento  de  las  Trinitarias  Descalzas  es- 
taba en  la  calle  de  Cantarranas,  y  que  allí,  por  lo  tanto,  está  también  la  sepul- 
tura del  Grande  Hombre.» 

Esto  resulta  acreditado  con  hechos,  consignado  en  libros,  probado  con  do- 
cumentos, que  sin  duda  no  tuvo  la  fortuna  de  ver  Navarrete,  cuando  afirmó  que 
Cervantes  se  mandó  enterrar  en  las  monjas  Trinitarias,  calle  del  Humilladero.» 
Pág.  75.   «En  28  de  Febrero  de  1621,  tomó  el  hábito  Marcela  del  Carpió, 
hija  de  Lope  de  Vega.» 

En  cuanto  á  la  admitida  tradición,  que  entre  las  monjas  se  conserva,  de  que 
allí  profesó  la  hija  de  Cervantes  D.*  Isabel  de  Saavedra,  varias  é  ingeniosas  son 
las  conjeturas  que  el  Sr.  Marques  de  Molíns  hace,  pero,  como  él  mismo  con- 
fiesa, son  solo  vagas  conjeturas.  Ya  veremos  luego  como  éstas  se  desvanecieron, 
ante  la  evidencia  de  importantes  documentos  que,  referentes  á  la  hija  de  Cervan- 
tes se  han  descubierto.  Además,  las  eruditas  investigaciones  del  Sr.  Marqués 
de  Mollns  permiten  conjeturar,  como  así  lo  consigna  el  autor,  que  Cervantes  es- 
tuvo en  relaciones  cordiales  con  la  Comunidad,  y  que  tal  vez  fué  su  amistoso 
agente  en  las  varias  gestiones  que  ante  las  autoridades  eclesiásticas  y  civiles  tu- 
vieron que  practicar  para  conseguir  su  instalación.  Basta  ello  solo,  pues,  para 
explicar  el  motivo  de  querer  ser  enterrado  en  las  Trinitarias,  sin  necesidad  de 
acudir  á  las  conjeturas  de  que  allí  estuviese  su  hija  Isabel. 

El  libro  del  Sr.  Marqués  de  Mollns  es  interesante  y  digno  de  estudio. 
Los  amantes  de  nuestras  glorias  literarias  hallarán  en  él  curiosas  noticias  refe- 
rentes á  Cervantes,  á  Calderón  y  á  la  hija  de  Lope  de  Vega,  monja  Trinitaria. 

57. — ¿En  qué  día  nació  Cervantes?  Artículo  de  D.  R.  L.  Mainez  en  la 
Crónica  de  los  Cervantistas^  t.  I,  pág.  28,  Octubre  de  1871. 

Creo  conveniente  extractar  este  artículo  porque  en  él  se  condensan  varías 
de  las  opiniones  manifestadas  sobre  tan.  debatido  punto. 


Biografías  7  noticias  biográficas  43 

Los  que  piensan  que  Cervantes  nació  en  9  de  Octubre  de  1547,  porque  en 
el  mismo  día  fué  bautizado  en  Alcalá  de  Henares,  se  apoyan  en  las  costumbres 
de  la  generalidad  de  los  pueblos  de  entrambas  Castillas,  donde  reciben  las  aguas 
del  bautismo  los  niños  á  las  pocas  horas  de  nacer;  y  de  esta  opinión  fueron  Ríos, 
Capmany  y  otros  antiguos,  y  el  moderno  autor  D.  Manuel  Diana. 

Ticknor  y  algún  otro  creen  que  Cervantes  nació  en  los  primeros  días  de  Oc- 
tubre. 

Otros  como  Hartzenbusch,  conjeturan  que  nació  el  29  de  Septiembre,  día 
de  S.  Miguel,  por  ser  también  costumbre  vulgarizada  en  ambas  Castillas  poner 
á  los  recién  nacidos  el  nombre  mismo  del  santo  correspondiente  al  día  en  que 
ven  la  luz. 

En  pro  de  esta  conjetura  citó  el  Sr.  Asensio  el  hecho  de  haber  nacido 
Lope  de  Vega  el  25  de  Noviembre,  día  de  S.  Lope,  y  no  ser  bautizado  hasta 
el  6  de  Diciembre  siguiente;  pero  el  Sr.  Maínez  dice  que  «consta  que  Lope  de 
Vega  no  fué  bautizado  antes  porque  lo  impidió  determinada  enfermedad.» 

Queda,  pues,  el  punto  todavía  indeciso. 

Sarmiento  opina  que  nació  el  i.°  de  Octubre. 

58.— Don  Juan  Ruíz  de  Alarcón,  por  D,  Luis  Fernández  Guerra.   Ma- 
drid, 1871. 

En  las  págs.  VE,  8,  27,  30,  34,  36,  37,  38,  42,  44,  47,  48,  54,  56,  62,  130, 
131,  150,  162,  167,  168,  207,  209,  210,  215,  216,  239,  247,  248,  285,  305,  390, 
468  y  474,  hállanse  curiosas  é  interesantes  noticias  de  la  Vida  de  Cervantes,  y 
acerca  de  sus  relaciones  con  varios  poetas  contemporáneos.  Este  es  un  impor- 
tante estudio  de  la  sociedad  literaria  en  la  época  del  autor  del  Quijote. 

59. — Miguel  de  Cervantes  Saavedra.  Reseña  biográfica  por  D.  F.  M. 
en  El  Contribuyente  de  28  de  Abril  de  1873,  diario  de  Madrid. 

60.  -Historia  de  la  literatura  española,  por  D.  Pedro  de  A.  García. 
Madrid,  1872.  Tomo  2." 

Hay  una  biografía  de  Cervantes,  que  abraza  desde  la  pág.  642  á  la  647. 

61. — Cervantes  y  el  Quijote,  por  D.  Francisco  M.  Tubino,  1872,  Ma- 
drid. 

Capítulos:  «El  Barrio  de  las  Musas  ó  de  Cervantes»  y  «La  Sepultura  de  Cer- 
vantes.» 

Hay  en  ellos  curiosas  noticias  biográficas  de  Cervantes. 

62, — La  Ilustración  republicana  federal,  de  Madrid,  número  del  23  de 
Abril  de  1872. 

Art.  biográfico  de  Cervantes,  por  D.  Javier  Alvarez  Linde. 


í  jj  Biografías  y  noticias  biográficas 

63. — «García  Samaniego  (D.  Hermógenes). — Recuerdos  de  la  vida  de 
CeT\a.ríi&s.— Ateneo  Miliiav,  23  de  Abril  de  1872.)) 

(Asensio,  n.°  121.) 

64, — Miguel  de  Cervantes. — El  aniversario  de  Cervantes. — Artículos 
de  Tubino  en  La  Iltcstración  Española  y  Americana^   1872. 

65. — Revista  de  Archivos^  Bibliotecas  y  Museos.  Año  1872.  Suplemento 
al  núm.  5. — Madrid. 

Inserta  un  documento  relativo  al  rescate  de  Cervantes,  procedente  del  Ar- 
chivo de  la  Antigua  Bailía  general  de  Valencia.  Después  de  referirse  á  las  an- 
teriores cédulas  de  15787  1579,  que  publicó  Navarrete,  lo  más  substancial  es  este 
apartado: 

«Y  agora  por  parte  de  la  dicha  D.'  Leonor  de  Cortinas  nos  ha  sido  hecha 
relación  que  no  a  podido  vsar  de  las  dichas  cédulas  ni  se  le  a  dado  la  dicha 
licencia,  ...  y  he  hauido  por  bien  de  prorrogalle  por  nueuo  termino  por  otros 
seys  meses  mas,  para  que  con  lo  producido  de  la   dicha  licencia  pague  lo  que 

deviere  de  lo  que  costo  el  rescate  de  dicho  Miguel  Seruantes 

.     .     .     En  San  Lorenzo  el  Real  á  11  de  Agosto  de  1584.» 

Y  luego  consta  que  en  el  mes  de  Diciembre  tuvo  efecto  la  licencia  y  partie- 
ron las  mercaderías  para  Argel. 

Este  interesante  documento  revela  con  cuanta  constancia  y  escrupulosidad 
procuraron  Cervantes  y  su  madre  que  se  pagase  la  parte  de  su  rescate  que  le 
prestaron  en  Argel. 

66. — Escritura  de  las  capitulaciones  celebradas  para  el  matrimonio  de 
Doña  Isabel  de  Cervantes  Saavedra,  viuda  de  Don  Diego  Sanz,  é 
hija  legítima  de  Miguel  Cervantes  Saavedra,  con  Luis  de  Molina, 
vecino  de  Cuenca. 

Este  importante  documento,  publicado  en  la  Revista  de  Archivos,  Bibliotecas 
y  Museos  del  15  de  Junio  de  1874,  fué  encontrado  por  el  relator  Sr.  Travadillo 
en  la  titulación  de  unas  fincas  con  motivo  de  un  pleito  que  se  vio  el  afio  1853 
en  la  Audiencia  de  Madrid,  en  cuyo  archivo  debe  de  existir  el  original  á  que  se 
refiere;  y  á  su  publicación  en  esta  Revista  contribuyó  de  un  modo  especial  el 
Sr.  D.  José  M.^  Sbarbi.  Las  cláusulas  esenciales  son  las  siguientes: 

«En  Madrid  á  28  de  Agosto  de  1608  ante  el  escrivano  Luis  de  Velasco... 
parecieron  los  Sres.  Juan  de  Urbina...  y  Miguel  de  Cerbantes  Saavedra  residente 
en  esta  corte  de  la  una  parte  y  de  la  otra  Luis  de  Molina  vecino  de  Cuenca,  y... 
dijeron:  que  por  cuanto  está  tratado  que  el  dho.  Luis  de  Molina  se  haya  de  ca- 
sar... con  la  Sra.  D.^  Isabel  de  Cerbantes  y  Saavedra,  viuda,  muger  que  fué  de 
D.  Diego  Sanz,  hija  legítima  de  dho.  Sr.  Miguel  de  Cervantes...  otorgan  la  capi- 
tulación sigte.:  Primeramente  el  dho.  Luis  de  Molina  se  obliga  que  dentro  de  un 

mes...  se  casará...  con  la  dha.  Sra.  D.^  Isabel  de  Cervantes — Iten  los  dhos. 

Sres.  Juan  de  Urbina  y  Miguel  de  Cerbantes  prometen  en  dote  al  dho.  Molina... 
dos  mil  ducados  los  cuales  se  obligan  á  pagar  al  dho.  Luis  de  Molina...  dentro 


Biografías  y  noticias  biográficas  45 

de  tres  años — ítem...;  y  porque  la  dicha  Sra.  D.*  Isabel  Sanz  del  primer  ma- 
trimonio tiene  una  nifia  que  se  llama  Isabel  Sanz  de  edad  de  ocho  meses  poco 
mas  ó  menos,  la  cual  tiene  una  casa  en  esta  dha.  villa  en  la  Red  de  San  Luis... 
es  condición  que  si  dha.  nifia  faltase  antes  de  tomar  estado  hayan  de  gozar  la 
casa  su  madre  y  dho.  Molina  mientras  aquella  viviere,  y  si  la  dha.  D.^  Isabel 
faltase,  aunque  deje  hijos  deste  matrimonio  ha  de  gozar  las  dichas  casas  el  dho. 
Miguel  de  Cerbantes  y  después  de  su  muerte  quien  él  quisiese...» 

No  hay  necesidad  de  ponderar  la  importancia  de  este  documento.  Las  per- 
sonas que  en  él  intervienen  no  pueden  ser  otras  que  nuestro  Cervantes  y  su  hija 
Isabel.  Sabemos,  pues,  que  esta  es  hija  legítima,  de  aquél,  y  no  hija  natural  como 
lo  daba  á  entender  la  causa  de  Valladolid;  y  sabemos  que  el  año  de  1608  era  ya 
viuda,  y  que  luego  contrajo  segundas  nupcias.  Nuevos  documentos,  posterior- 
mente descubiertos,  nos  permitirán  convencernos  de  que  la  monja  Isabel  de  las 
Trinitarias,  no  era  la  hija  de  Cervantes,  como  la  tradición  hacía  presumir. 

67. — Biografía  infantil,  por  don  Cayetano  Vidal  y  Valenciano.  Barce- 
lona. Bastinos,  editores,  1874^ 
En  8.°,  con  grabados. 

Entre  otras  de  las  biografías  que  este  curioso  libro  contiene,  hállase  la  de 
Cervantes. 

68.  —Varias  obras  inéditas  de  Cervantes,  por  D.  Adolfo  de  Castro. — 

Madrid,  1874. 
En  4  o 

Se  encuentran  diversas  noticias  biográficas  de  nuestro  autor,  en  este  notable 
libro.  Apuntaré  estas  dos: 

A  la  página  13.  «De  mis  investigaciones  resulta  que  en  la  parroquia  de  Om- 
nium  Sancíorum  (Sevilla),  existe  la  capilla  de  los  Cervantes,  con  el  escudo  de  su 
apellido.  El  rey  de  armas  de  los  Reyes  Católicos,  Castilla,  en  la  Crónica  de  los 
linajes  de  España  (Biblioteca  Colombina,  códice  B.  4.^  450-35),  dice  hablando  de 
esclarecidos  linages,  que  hay  otro  en  Sevilla  que  se  dice  de  Cervantes,  en  que 
hay  buenos  caballeros;  y  son  sus  armas  un  escudo  verde  con  dos  ciervas  amari- 
llas...* 

Enumera  luego  Castro  varios  personajes  del  apellido  de  Cervantes  naturales 
de  Sevilla. 

Y  á  la  página  451,  dice:  cSe  ignoraba  el  día  de  la  llegada  de  Cervantes  al 
puerto  en  que  Don  Juan  de  Austria  se  encontraba  juntando  su  poderosa  armada. 
Pues  bien;  en  la  Biblioteca  Colombina,  (códice  A  A,  núm.  7,  tab.  3),  existe  copia 
de  carta  de  Don  Juan  á  Felipe  n  escrita  en  Mesina  á  6  de  Septiembre  de  1571 
donde  le  dice:  <iA  los  dos  (del  presente)  por  la  mañana  acabaron  de  llegar  d  este 
puerto  las  once  naves  que  estaban  en  Ñapóles.  El  mismo  dia  llegó  también  Juan 
Andrea  de  Oria  con  sus  once  galeras.  > 

Da  luego  el  Sr.  de  Castro  interesantes  noticias  sobre  la  construcción  y  méri- 
to superior  de  la  Galera  Real  de  Don  Juan  de  Austria,  cuyo  casco  fué  construido 
en  Barcelona  por  ser  uelpino  de  Cataluña — dice — el  mejor  leñame  que  en  Asia, 
África  y  Europa  se  halla,  fuera  de  las  Indias  Orientales.  (Descripción  de  la  Ga- 
lera Real,  etc., por  Juan  de Mallara.) » 


^5  Biografías  y  noticias  biográficas 


69,— El  Porvenir  Filipino,  periódico  de  Manila. 

En  la  i.^  página  del  núm  de  23  de  Abril  de  1874  hállase  un  razonado  y  bien 
escrito  articulo  biográfico  de  Cervantes,  por  D.  Valentin  González  Serrano,  en 
el  que  descuellan  acertadas  y  elocuentes  frases  en  loor  del  gran  Ingenio. 

70.— Zfl  Renaxensa,  periódich  de  Literatura,   Ciencias  y  Arts.  Barce- 
lona. Número  de  Agost  de  1874.— Any  IV. 

Hay  un  artículo  de  Roca  Perreras,  titulado:  La  casa  de  en  Cervantes.  [  79  ] 

71. — El  Ateneo,  periódico  quincenal  de  Sevilla.  —Núm.  I. —  i."  de 
Diciembre  de  1874. 

En  un  articulo  titulado:  Curiosidades  el  Sr.  D.  José  M.*  Asensio  publica  un 
nuevo  documento  descubierto  en  el  Archivo  municipal  de  Sevilla.  Es  un  expe- 
diente formado  á  instancia  de  Agustín  de  Zetina  pidiendo  se  le  incluyera  en  el 
padrón  de  los  vecinos  de  la  ciudad  y  presenta  á  varios  testigos  uno  de  los  cuales 
es  Cervantes.  Consta,  pues,  de  su  declaración,  hecha  en  Sevilla  á  2  días  del  mes 
de  Mayo  de  1600  años,  que  era  €  vecino  de  dicha  ciudad  en  la  Collación  de  San 
Niculás  » 

Dato  precioso  que  demuestra  el  largo  tiemqo  que  habitó  Cervantes  en  Sevi- 
lla y  en  otras  partes  de  Andalucía  (desde  1587  á  1600).  Conjetura  en  vista  de 
ello  el  Sr.  Asensio  que  los  sucesos  de  la  Mancha,  si  son  ciertos,  debieron  suceder 
al  paso  de  Cervantes  para  Madrid  durante  su  vecindad  de  Sevilla,  y  de  vuelta  á 
su  domicilio  bosquejaría  su  inmortal  novela  durante  su  encarcelamiento  en  esta 
ciudad,  el  año  de  1597,  como  lo  sostiene  D.  Aureliano  Fernández  Guerra. 

72. — El  Ateneo,  revista  de  Sevilla. 

En  el  número  de  1°  de  Febrero  de  1875  hay  un  artículo  de  D.  José  María 
Asensio,  titulado  cEl  Conde  de  Lemos,  estudio  biográfico>.  En  este  bien  escrito 
trabajo  introduce  el  distinguido  cervantista  la  noble  ñgura  de  Cervantes  en  oca- 
sión de  ofrecer  al  Conde  la  Dedicatoria  de  sus  Obras. 

73. — Cervantes  y  el  Conde  de  Lemos,  por  D.  Adolfo  de  Castro. — 
Ilustración  Española  y  Americana,  1875,  t.  I,  pág.  251. 

Añade  un  dato  referente  á  la  vida  del  Conde  de  Lemos,  á  los  que  contiene 
el  Estudio  histórico  del  Sr.  Asensio. 

74. — Crónica  de  los  Cervantistas,  Cádiz. 

En  el  número  correspondiente  al  14  de  Marzo  de  1876  hay  un  articulo  de 
D.  Manuel  Víctor  Garda  en  el  cual  reúne  los  siguientes  recuerdos  de  Cervantes 
que  Esquivias  conserva:  t  Tradicionales:  El  de  sus  amores.  El  de  su  residencia. 
El  de  haber  encontrado  en  él  personajes  y  motivos  de  estimulo  para  la  confec- 


Biografías  y  noticias  biográficas  47 

ción  de  sus  mejores  obras  literarias.  El  de  que  allí  se  escribieron  parte  de  estas. 
El  de  haber  venido  á  buscar  aquí  la  tranquilidad  y  la  salud. — Históricos:  Su 
firma  al  pie  de  la  carta  dotal  de  D.'  Catalina.  Su  partida  de  matrimonio.  La 
casa  que  poseyó  y  habitó.  Las  fincas  rústicas  que  poseyó  como  propias  de  su 
esposa. » 

75. — La  Cuna  de  Cervantes^  periódico  de  Alcalá. — Núm.  8,  corres- 
pondiente á  23  de  Abril  de  1876. — «Cervantes  y  Shakespeare». 

En  este  articulo  D.  Julián  de  Mores  y  Sanz  aclara  el  error  en  que  varios  bió- 
grafos de  Cervantes  han  incurrido  al  suponer  que  éste  murió  el  mismo  día  que 
Shakespeare.  Explica  el  Sr.  Mores  que  la  corrección  gregoriana  no  fué  adoptada 
en  Inglaterra  hasta  el  afio  de  1752,  de  manera  que  en  dicho  país  el  día  marcado 
en  su  calendario  como  el  23  de  Abril  de  16 16  correspondió  diez  días  después 
del  23  de  Abril  del  calendario  español.  El  afio  de  1836  aclaró  ya  este  error  cro- 
nológico Mr.  L.  Viardot.  A  él  pertenece,  pues,  el  honor  de  la  rectificación. 

76. — Hombres  y  mujeres  célebres  de  todos  tiempos.  Barcelona,  1876. 
Dos  t.  en  4." 

Ocupa  las  páginas  355  á  383  del  tomo  U  una  Biografía  de  Cervantes,  por 
D.  Juan  Landa.  Acompaña  un  retrato. 

77. — Discurso  leído  por  D.  Ramón  de  Castro  y  Artacho,  en  la  sesión 
celebrada  en  Valladolid  en  honor  de  Cervantes,  el  día  23  de  Abril 
de  1876. 

Hace  á  grandes  rasgos  una  reseña  de  las  vicisitudes  y  penalidades  de  Cer- 
vantes, bordando  su  trabajo  con  excelentes  y  atinadas  reflexiones. 

78. — Cervantes.,  revista  literaria. — Barcelona,  23  de  Octubre  de  1876. 
— «La  Cárcel  de  Cervantes». 

Artículo  del  Director  Sr.  Tello  en  el  que  apoya  la  excitación  hecha  al  Go- 
bierno por  la  Crónica  de  Ciudad  Real  á  fin  de  que  se  restaure  y  conserve  la  casa 
de  Medrano,  en  donde  se  supone  estuvo  Cervantes  preso. 

79. — Cervantes.,  revista  quincenal. —Barcelona,  15  de  Octubre  de  1876. 
— «La  Casa  llamada  de  Cervantes  en  Barcelona». 

Artículo  de  O.  J.  Narciso  Roca  opinando  cuerdamente  que  la  tradición 
acerca  de  haber  habitado  Cervantes  una  casa  de  la  muralla  del  Mar  cerca  de  la 
plaza  de  San  Sebastián,  en  donde  aparece  un  busto  esculpido  sobre  el  balcón, 
es  probable  sea  cierta;  pero  que  no  tiene  fundamento  suponer  que  la  cabeza  ó 
busto  indicado  quiera  representar  á  Cervantes,  puesto  que  la  casa  y  el  busto  son 
obra  de  principios  del  siglo  xvi. 


^g  Biografías  y  noticias  biográficas 


80.— Memoria  escrita  sobre  el  rescate  de  Cervantes,  por  Muley  Rovic- 
dagor  Nallat.  Cádiz. 

En  8°,  de  23  págs. 

En  este  folleto,  fechado  en  Julio  de  1875,  su  autor  D.  Manuel  Gallardo  y 
Víctor,  interpretando  deplorablemente  la  partida  de  rescate  de  Cervantes,  la 
declara  falsa,  nula  y  de  ningún  valor;  y  asegura,  sin  demostrarlo  en  manera  al- 
guna, que  el  rescate  del  autor  del  Quijote  se  verificó  en  solos  los  300  ducados 
que  entregaron  su  madre  y  hermana,  y  que  por  tanto  ninguna  gloria  ni  mérito 
debe  concederse  á  los  PP.  Trinitarios. 

81. — Vida  de  Miguel  de  Cervantes  Saavedra,  por  Ramón   León  Mái- 
nez,  Director  de  la  Crónica  de  los  Cervantistas.  Cádiz,  1876. 

En  8.",  de  400  págs. 

Aprovechando  y  reuniendo  los  nuevos  datos  y  noticias  acerca  de  los  acon- 
tecimientos de  la  vida  de  Cervantes,  que  en  los  dos  lustros  anteriores  se  habían 
obtenido,  el  Sr.  Mainez  hizo  una  biografía  extensa  y  verdaderamente  nueva; 
completando  su  trabajo  con  un  estudio  crítico-literario  de  todas  las  obras  de 
Cervantes,  materia  que,  preciso  es  confesar,  ningún  biógrafo  había  tratado  con 
la  extensión  y  detenimiento  con  que  el  Sr.  Mainez  lo  hace.  «Todo  cuanto  afir- 
mamos,— dice, — y  corregimos  en  nuestra  obra  lo  efectuamos  como  resultado  de 
serias  indagaciones,  comprobaciones  y  evidencias,  y  por  lo  mismo  debe  dispen- 
sársenos que  no  lo  prolonguemos  demasiado  con  citas  é  ilustraciones  á  cada 
momento.  > 

Me  permitiré  apuntar  algunas  de  las  noticias  que  da,  acompañándolas  con 
los  reparos  que  á  ellas  pueden  quizás  ponerse. 

Afirma  el  Sr.  Mainez  que  «Cervantes  estudió  en  Alcalá  privadamente  con  el 
M.  López  de  Hoyos»;  pero  no  lo  prueba. 

Dice, — no  sé  si  con  fundamento, — que  las  palabras  de  agradecimiento  al 
conde  de  Lemos  que  Cervantes  en  sus  obras  le  dirige,  «nunca  patentizan  que 
real  y  verdaderamente  aquel  señor  le  protegiera». 

Afirma  que  Cervantes,  luego  que  salió  de  casa  del  cardenal  de  Acquaviva  se 
alistó  en  Roma,  en  las  huestes  mismas  romanas  en  las  naves  que  mandaba  el 
Sr.  Antonio  Colonna,  y  en  corroboración  dice  que  «un  cervantista  italiano  le 
ha  comunicado  la  noticia  de  que  en  un  códice  de  la  Biblioteca  de  Roma,  hacién- 
dose circunstanciada  mención  de  las  fuerzas  marítimas  con  que  Pió  V  contaba 
en  157 1  y  délos  soldados  que  componíanla  escuadra  de  Colonna,  se  lee  el 
nombre  de  Miguel  de  Cervantes».  Serían  de  desear  detalles  concretos  de  esta 
vaga  noticia;  tanto  más  cuanto  contradicen  tal  aserto  los  documentos  presen- 
tados por  Navarrete,  según  ya  hemos  visto.  [24] 

Inserta  un  documento  italiano  en  el  cual  consta  que  después  de  la  victoria 
de  Lepanto,  la  escuadra  se  dirigió  á  Italia  y  por  causa  del  tiempo  tuvo  que  arri- 
bar á  Gaeta,  en  donde  depositó  Don  Juan  de  Austria  el  estandarte  de  la  Liga. 
De  aquí  deduce  el  biógrafo  que  fué  Gaeta  y  no  Mesina  en  donde  Cervantes  curó 
de  sus  heridas. 

Niega  las  tradiciones  de  Argamasilla  y  de  Esquivias  y  dice:  «no  demos  nun- 
ca asentimiento  á  la  permanencia  improbable  y  falsísima  de  Cervantes  en  la 
Mancha». 

Aquí  el  distinguido  biógrafo  ha  llevado  sus  negaciones  demasiado  lejos.  Es 
verdad  que  no  está  probada  la  prisión  de  Cervantes  en  Argamasilla,  pero  es  im- 


Biografías  y  noticias  biográñcas  49 

posible  negar  que  el  autor  del  Quijoít  vio  y  conoció  la  comarca  manchega,  cu- 
yo;:  sitios  tan  acertadamente  describe  y  cuyas  personas  y  costumbres  tan  al  vivo 
retrata. 

En  cuanto  á  la  crítica  de  las  Obras  de  Cervantes,  son  notables  los  juicios  del 
Sr.  Mainez. 

El  Sr.  Mainez  proyecta  publicar  una  edición  de  lujo  de  su  vida  de  Cer- 
vantes, corregida  y  aumentada. 

En  el  Diario  La  Palma,  de  Cádiz,  días  5,  8  y  10  de  Septiembre  de  1876,  y 
con  motivo  del  proyecto  de  reparación  de  la  casa  de  Medrano  de  Argamasilla 
de  Alba,  en  que  se  supone  estuvo  preso  Cervantes,  publicó  el  Sr.  Mainez  tres 
artículos  en  forma  de  exposición  al  Ministro  de  Fomento,  esforzándose  en  recha- 
zar la  tradición  argamasillesca,  y  sosteniendo  que  Cervantes  no  estuvo  en  la 
Mancha. 

Elogiaron  esta  Vida  D.  Juan  Guillen  Buzarán  en  La  Integridad  de  la  Patria, 
periódico  político  de  Abril  de  1880,  y  D.  Francisco  Miquel  y  Badía  en  el  Dia- 
rio de  Barcelona. 

82. — Polémica  entre  Alcázar  de  San  Juan  y  Alcalá  de  Henares. 

En  los  números  6,  14,  17  y  26,  (desde  4  de  Junio  á  27  de  Agosto  de  1876), 
del  periódico  complutense  La  Cuna  de  Cervantes,  insertó  D.  Francisco  Mores 
y  Sevilla,  entre  otros,  los  documentos  referentes  á  la  partida  de  bautismo  de  Cer- 
vantes, y  por  remate  añadió,  copiada  de  Pellicer,  la  del  otro  Cervantes  bautiza- 
do en  Alcázar  de  San  Juan  á  9  de  Noviembre  de  1558. 

A  poco  de  esto,  en  el  diario  madrileño  La  Patria  de  12  de  Octubre  siguien- 
te, apareció  un  comunicado  fechado  en  Alcalá  de  Henares  á  28  de  Septiembre, 
y  suscrito  por  un  tal  D.  Juan  Díaz  y  Sánchez,  acusando  á  Mores  de  haber  al- 
terado la  fecha  de  la  partida  de  Alcázar  que,  según  él,  debe  de  ser  año  ij88;  y 
para  probarlo  hace  historia  como  sigue:  «En  1858  se  suscitó  en  el  diario  políti- 
co La  Esperanza,  una  polémica  sobre  la  patria  de  Cervantes  entre  el  P.  Domin- 
go Hévia,  que  con  grande  erudición  presentó  un  cuadro  de  interesantes  particu- 
laridades conformes  con  ser  la  verdadera  Alcalá,  y  D.  Juan  Alvarez  Guerra 
que  desde  Alcázar  de  San  fuan  la  impugnó  con  brío  extraordinario,  defendien- 
do que  de  esta  última  villa  era  hijo  aquel  grande  hombre,  y  adujo  una  copia  de 
la  partida  de  bautismo  de  un  Cervantes,  extendida,  según  decía,  con  más  forma- 
lidad que  la  de  aquí.  Dicha  partida  lleva  la  fecha  de  nueve  de  noviembre  de  mil 
quinientos  ochenta  y  ocho.  Dicho  documento  tiene  todos  los  caracteres  posibles 
de  autenticidad  que  me  persuaden  ser  el  verdadero,  y  gravemente  erróneo  lo 
transcrito  por  el  Sr.  Mores  como  pretendida  copia  del  mismo.  Inmediata- 
mente que  aquel  salió  á  luz  dos  personas  distintas  del  P.  Hévia  enviaron  comu- 
nicados á  La  Esperanza  refutando  á  Guerra  con  los  dos  anacronismos  de  gran 
marca  que  resultaban  por  ser  imposible  que  el  Cervantes  de  Alcázar,  nacido  en 
1588,  hubiese  asistido  en  15^1  á  la  batalla  de  Lepanto,  y  estado  cautivo  en  Ar- 
gel desde  1575  á  i¿8o.  Pues  bien,  á  pesar  de  lo  mucho  que  se  comprende  que 
debió  de  sentir  el  Sr.  Guerra  esta  refutación,  guardó  silencio...»  Hasta  aquí  don 
Juan  Díaz.  Sigamos  la  polémica. 

En  cinco  razonados  artículos  que  figuran  en  La  Cuna  de  Cervantes,  desde 
26  de  Noviembre  de  1876  á  1.°  de  Enero  de  1877,  se  defiende  el  Sr.  Mores  de 
los  cargos  que  le  dirige  el  Sr.  Díaz  manifestando  que  el  texto  de  la  partida  de 
Alcázar  la  copió  de  Pellicer  y  la  comprobó  con  las  noticias  de  Sarmiento,  y  de- 
mostrando detenidamente  que  ofrecía  muchos  mayores  grados  de  autenticidad 
que  la  publicada  en  La  Esperanza  de  1858. 

Tomo  II  7 


JO  Biografías  y  noticias  biográficas 

£1  mismo  Sr.  Guerra,  sin  quererlo,  vino  á  rebatir  el  cargo  del  Sr.  Díaz, 
reconociendo  que  aquella  fecha  de  1588  estaba  equivocada,  (¡cómo  no  lo  había 
de  confesar  si  ello  le  daba  pie  para  sustentar  su  pretensión!);  y  en  el  árbol  ge- 
nealógico de  la  familia  del  Cervantes  de  Alcázar,  que  publicó  en  hoja  suelta  en 
Madrid  el  afio  de  1877;  consigna  en  letras  claras  la  casilla  siguiente:  cMiguel  de 
Cervantes  Saavedra,  autor  de  Don  Quijote,  9  de  Noviembre  de  1558». 

Continuó  el  Sr.  Alvarez  Guerra,  sustentando  su  pretensión  de  que  nuestro 
gran  Cervantes  era  hijo  de  Alcázar,  en  diferentes  artículos,  impresos  ya  sueltos, 
ya  en  varios  periódicos  fechados,  unos  en  Alcázar  de  San  Juan  y  otros  en  Ma- 
drid,_durante  los  años  1876,  de  77  y  78. 

El  principal  argumento  que  con  ofuscada  tenacidad  aduce  repetidísimas  ve- 
ces, es  que  el  Cervantes  de  Alcalá  deberla  llamarse  Cervantes  de  Cortinas  por- 
que el  apellido  de  su  madre  es  Cortinas.  A  lo  que  bastará  contestarle  que  su 
Cervantes  de  Alcázar  de  San  Juan,  no  debe  llamarse  Miguel  de  Cervantes  Saa- 
vedra, como  él  pretende,  sino  Miguel  de  Cervantes  y  López,  puesto  que  su  ma- 
dre se  llamó  Catalina  López  Además,  en  el  siglo  xvi  no  había  regla  fija  ni  uso 
constante  en  cuanto  al  orden  de  los  apellidos  paterno  y  materno,  y  aun  era  fre- 
cuente usar  un  segundo  ó  tercer  apellido,  ya  del  padre,  ya  de  la  madre. 

Pero  no  necesitamos  acudir  á  este  nimio  detalle.  Ya  he  dicho,  y  lo  repito, 
que  todos  los  documentos  descubiertos  referentes  á  su  rescate  y  á  su  familia  to- 
da, atestiguan  y  demuestran  clarísimamente  que  el  autor  del  Quijote  es  natural 
de  Alcalá  de  Henares,  é  hijo  de  D.  Rodrigo  de  Cervantes  y  D.*  Leonor  de  Cor- 
tinas. 

La  pretensión  del  Sr.  Alvarez  Guerra  en  pro  de  Alcázar  de  San  Juan  es 
propiamente  una  obcecación.  Mas,  ahora  que  se  ha  descubierto  la  falsedad  de  la 
partida  de  bautismo  de  dicha  villa,  el  Sr.  Alvarez  Guerra,  si  viviera,  á  buen  se- 
guro que  confesarla  su  error. 

El  Sr.  D.  José  María  Cazenave  en  escrito  de  Valladolid,  en  Noviembre  de 
1876,  inserto  en  la  Revista  Cervantes,  dio  contundente  réplica,  á  la  par  que  me- 
recido varapalo,  al  Sr.  Alvarez  Guerra  por  unas  insidiosas  frases  soltadas  por 
este  señor  al  hablar  de  la  suscripción  al  monumento  de  Cervantes  que  el  señor 
Cazenave  había  iniciado. 

83. — El  Globo^  diario  de  Madrid,  del  23  de  Abril  de  1877. 

Hay  una  sucinta  reseña  biográfica  de  Cervantes  por  D.  José  M.a  Andreu, 
quien  comete  la  herejía  de  apuntar  que  la  primera  parte  del  Quijote  ffué  reci- 
bida por  el  público,  según  refiere  la  crónica  de  aquella  época,  con  bastante 
desprecio  é  indiferencia.» 

84.— Za  Enseña  bermeja^  de  Zamora. — 25  de  Abril,  2  y  16  de  Mayo  de 
1877. 

Tres  artículos  de  D.  Tomás  M.  Garnacho,  cuyo  objeto  hállase  explicado  por 
las  siguientes  frases:  «Cervantes,  ni  en  las  obras  que  escribió  en  su  juventud,  ni 
en  ningún  pasaje  de  la  primera  parte  del  Quijote,  mencionó  las  cosas  de  esta 
tierra,  y  únicamente  en  la  segunda,  escrita  ó  cuando  menos  ideada  en  Vallado- 
lid,  donde  vivió  por  espacio  de  cinco  años,  nombra  dos  veces  á  los  Sayagüeses 
en  exactísimas  comparaciones  que  solo  pueden  hacerse  con  propiedad  después 
de  vistos  y  hablados.» 

«Dos  veces  también  hace  mención  de  la  gaita  zaraorana» 

«Y  si  á  todo  esto  se  añade  que  uno  de  los  compañeros  de  Cervantes  en  las 


Biografías  y  noticias  biográñcas  JI 

mazmorras  de  Argel  fué  Francisco  de  Valencia,  natural  de  Zamora...  ¿no  estará 

demostrado  que  Cervantes  estuvo  en  Zamora.'» 

«Y  debió  traerle  á  Zamora  la  venida  de  la  Condesa  de  Lentos  con  la  corte 
de  Felipe  UI  y  el  deseo  de  abrazar  después  de  tantos  años  á  su  compañero  de 
infortunio. » 

85. — El  apellido  Cervantes  y  la  genealogía  de  tan  ilustre  escritor. — 
Discurso  de  D.  Tomás  Periago,  leído  en  Abril  de  1878,  en  f\  Ateneo 
Lorquino . 

Empieza  esta  genealogía  en  el  undécimo  grado  de  los  antepasados  de  Cer- 
vantes, que  lo  fué  D.  Juan  de  Cervato,  (diminuto  de  Ciervo),  biznieto  del  bravo 
Alfonso  VI  rey  de  León,  Castilla  y  Galicia,  quien  entró  en  posesión  del  castillo 
de  San  Servando  que,  corrompida  después  esta  palabra,  vino  á  llamarse  de  San 
Cervantes;  y  va  descendiendo  el  árbol  genealógico  hasta  nuestro  Miguel.  Expli- 
ca el  hecho  de  haber  tomado  Cervantes  su  segundo  apellido  de  su  tatarabuela 
ü.a  Juana  Abellaneda  de  Saavedra  por  la  costumbre  generalizada  durante  los 
dos  tercios  del  siglo  xvi  de  preferir  uno  de  los  apellidos  de  cualquier  ascendien- 
te ó  colateral  lejano  al  de  los  padres. 

86. — La  verdad  sobre  el  Quijote. —  Novísima  historia  crítica  de  la  vida 
de  Cervantes,  por  Don  Nicolás  Díaz  de  Benjumea.  —  Madrid.  — 
Imp.*^  de  Gaspar.  1878. 

En  8.»,  de  III-344  ] 


Es  un  trabajo  notable  y  que  puede  también  ser  consultado  por  todos  los  que 
intenten  hoy  trazar  la  biografía  de  Cervantes,  descartando,  empero,  ciertas  con- 
jeturas aventuradas.  El  espíritu  que  en  esta  curiosa  Vida  reina,  se  refleja  en  al- 
gunas frases  del  prólogo:  «No  se  echaran  de  menos  novedades  en  la  biografía  ó 
mejor  dicho  historia  critica  que  de  Cervantes  hoy  al  publico  ofrecemos,  pues  no 
consisten  aquéllas  exclusivamente  en  la  publicación  de  documentos  hallados  en 
archivos  ó  bibliotecas.  Hay  otro  archivo  importantísimo  que  nunca  se  investiga 
en  vano  y  son  las  obras  mismas  del  escritor  famoso.  En  esta  parte  podemos 
presentar  á  la  consideración  de  los  lectores  variedad  de  juicios,  que  fundados 
en  una  recta  interpretación  de  pasajes  ó  indicaciones  de  sus  obras,  corrigen 
errores,  desvanecen  dudas  ó  establecen  conjeturas  aceptables  aun  á  los  ojos  de 
los  críticos  más  intransigentes.» 

He  de  repetir  que  varias  de  las  conjeturas  del  Sr.  Benjumea  son  poco  pro- 
bables. 

87. — Más  pruebas  irrecusables  sobre  la  verdadera  patria  de  Miguel  de 
Cervantes  Saavedra,  autor  del  Quijote.  —  Números  desde  Marzo  á 
Septiembre  de  1879,  de  La  Cuna  de  Cervantes. 

Se  insertan,  por  copia  íntegra,  los  Memoriales  de  servicios  de  Cervantes, 
Interrogatorio-pedimento  de  su  Padre,  Certificación  del  duque  de  Sessa  é  Infor- 
mación de  Argel. 

La  publicación  de  estos  documentos,  tiempo  había  conocidos,  no  careció  de 


52  Biografías  y  noticias  biográficas 

oportunidad,  para  contestar  al  Sol  de  Cervantes,  hoja  suelta  del  Sr.  Alvarez 
Guerra,  quien,  con  una  constancia  digna  de  mejor  causa,  se  empeñaba  todavía 
en  sostener  que  el  manco  de  Lepanio  era  hijo  de  Alcázar  de  San  Juan. 

88. — Crítica  Literaria.  —  Artículo  de  D.  Manuel  de  la  Revilla,  en  La 

Ihtstración  Española  y  Americana^  iS79- 

Fué  reimpreso  en  las  Ohras  de  Revilla,  Madrid,  1883. 
Impugna  el  autor  algunas  de  las  aventuradas  conjeturas  apuntadas  por  el 
Sr.  Benjumea  en  su  libro  La  verdad  sobre  el  Quijote. 

89. — Revista  de  España.,  del  13  de  Abril  de  1880.  —  Artículo  de  don 
Luis  Vidart,  titulado:  «Una  noticia  poco  conocida  acerca  de  la  pa- 
tria de  Cervantes». 

Dice  el  apreciable  cervantista  que  habiendo  leído  en  el  Diccionario  de 
Historia  y  de  Geografía  de  Mellado,  (Madrid,  1846),  la  especie  de  que  Cervan- 
tes era  hijo  de  Madrid  porque  así  lo  confesaba  en  su  partida  de  rescate  de  la 
que  publicó  una  copia  exacta  el  Observatorio  Pintoresco  de  183J,  recurrió  á  esta 
revista  literaria  en  donde  vio  efectivamente  que  aquella  copia  tomada  por  don 
Basilio  Sebastián  Castellanos  decía:  Miguel  de  Cervantes,  natural  de  la  villa  de 
Madrid. 

El  Sr.  Vidart,  dando  fe  á  esta  copia,  aduce  en  su  apoyo  la  opinión  de  Ma- 
yans  y  de  Lope  de  Vega,  y  para  explicar  esta  patria  supone  que  los  padres  de 
Cervantes  avecindados  en  Alcalá  tuvieron  un  hijo  llamado  Miguel,  el  cual  mu- 
rió, y  que  luego,  avecindados  en  Madrid,  D.*  Leonor  fué  madre  de  otro  hijo  en 
1549,  siendo  este  segundo  Miguel  el  autor  del  Quijote. 

Pero  el  Sr.  Vidart,  comprendiendo  que  son  éstas  muchas  suposiciones,  pru- 
dentemente afíade,  que  para  esclarecer  la  verdad  deben  consultarse  las  partidas 
originales  de  rescate  y  además  buscar  en  las  parroquias  de  Madrid  si  se  halla 
una  partida  de  bautismo  de  un  Miguel  de  Cervantes  nacido  en  1549. 

Pues  bien,  lo  primero  que,  se  ha  hecho  tiempo  ha,  y  así  lo  dejo  claramente 
consignado  en  dos  anteriores  artículos,  [16,  18];  y  conste  por  lo  tanto  que  la 
cédula  original  de  rescate,  existente  hoy  en  la  Academia  de  la  Historia,  dice: 
€  Cervantes  natural  de  Alcalá  de  Henares.»  Las  copias  del  Observatorio  Pinto- 
resco y  del  Diccionario  de  Mellado  están,  pues,  alteradas,  y  así  lo  he  manifes- 
tado antes  [27]. 

90. — Miguel  de  Cervantes  Saavedra.— Biografía  de  Cervantes,  por  don 
Cayetano  Rosell,  en  el  Almanaque  de  La  Ilustración  Española  y 
Americana  para  el  año  1879.  —  Madrid. 

Dice  que  el  convento  de  monjas  Trinitarias,  «por  estrechez  ó  mal  estado  de 
su  fábrica,  poco  después  hubo  de  reediíjcarse,  y  con  este  motivo  desaparecieron 
para  siempre  aquellos  preciosos  restos.» 

Dice  que  la  casa  en  que  habitó  Cervantes  con  su  esposa  en  Esquivias  perte- 
neció á  un  D.  Alonso  Quijada,  y  aun  es  hoy  conocida  por  el  nombre  de  casa 
de  los  Quijadas. 


Biografías  j  noticias  biográñcas  53 

91. — Vida  de  Cervantes,  por  Don  Nicolás  Díaz  de  Benjumea. — Va  al 
frente  de  la  suntuosa  edición  del  Quijote,  editada  por  los  Sres.  Mon- 
taner  y  Simón,  Barcelona,  1880. 

Este  trabajo  es  el  mismo  publicado  por  el  autor  en  1878,  [86],  revisado 
ahora  y  modiñcadas  algunas  apreciaciones.  Una  de  ellas  envuelve  contradicción 
con  la  que  entonces  hizo.  Dijo  en  1878:  «Que  residiese  algún  tiempo  en  la  Man- 
cha es  indudable,  según  lo  da  á  entender  el  conocimiento  que  tenia  de  sus  usos, 
costumbres,  antigüedades  y  cosas  particulares  que  nos  refiere  y  describe,  así  de 
la  cueva  de  Montesinos  como  de  las  lagunas  de  Ruidera,  curso  del  Guadiana  é 
itinerario  que  siguió  Don  Quijote.»  Y  dice  ahora,  después  de  negar  las  tradicio- 
nes de  la  Mancha:  «no  hay  en  todo  el  poema  detalle  alguno  de  localidad  que 
indique  grande  y  minucioso  conocimiento  en  el  autor  de  los  lugares  en  que  pa- 
san los  sucesos,  etc. » 

Cree  el  biógrafo  que  Cervantes  se  retrató  á  sí  mismo  en  el  mozo  Clemente 
de  La  Gitamlla  de  Madrid,  cuando  dijo  «que  estaba  en  Madrid  en  casa  de  un 
titulo  á  quien  servía,  no  como  á  señor,  sino  como  á  pariente.»  Con  esta  ayuda 
y  protección  de  un  título  explica  Benjumea  la  estancia  y  estudios  de  Cervantes 
en  Madrid  desde  muy  niño.  Luego  enlazando  los  sucesos  del  Saavedra  de  la 
comedia  El  Gallardo  Español  {i)  con  los  del  Cervantes  mandado  prender  por 
heridas  á  Sigura  (2),  y  con  el  suceso  que  narra  Clemente  en  la  citada  novela  La 
Gitanilla,  de  la  muerte  dada  en  desafío  á  dos  contrarios  de  su  amo,  explica 
Benjumea  su  conjetura  de  que  obligado  Cervantes  á  huir  de  España,  adoptó  por 
segundo  apellido  el  de  Saavedra  y  marchó  á  Italia,  en  donde  tuvo  ocasión  de 
entrar  al  servicio  del  cardenal  Aguaviva  aunque  por  tiempo  brevísimo. 

Llámale  á  Benjumea  justamente  la  atención  el  ascendente  ó  fascinación  que 
tuvo  Cervantes  sobre  Agan-Agá,  pues  á  pesar  de  sus  muchas  maquinaciones  para 
fugarse  él  y  sus  compañeros,  el  rey  le  respetó  y  no  le  hizo  ningún  daño.  Con  tal 
motivo  dice  que  «Agán  es  el  linico  contemporáneo  que  midió  á  Cervantes  con 
la  verdadera  medida  de  su  grandeza».  «Su  calvario  en  Argel, — continúa  el  bió- 
grafo,— junto  con  su  esfuerzo  de  ánimo,  fueron  el  germen  de  esa  sublime  pintura 
que  hace  en  el  Quijote  del  hombre  de  bien  luchando  con  la  adversidad  y  bata- 
llando contra  los  males  de  este  mundo.» 

92. — Revista  de  Valencia.  —  Niims.  I,  II  y  XIII,  correspondientes  á 
Noviembre  y  Diciembre  de  1880  y  Noviembre  de  1881. — Tres  artí- 
culos de  D.  José  María  Torres,  bajo  el  epígrafe  de:  «Aclaraciones  á 
la  Vida  de  Cervantes». 

Extracta  una  información  de  testigos  hecha  por  Juan  Bautista  Villanueva  el 
afio  1583,  en  la  cual  consta:  «que  en  el  año  1571  se  asentó  por  soldado  en  la 
ciudad  de  Valencia  en  la  companya  del  capitán  diego  durbina,  que  era  del  tercio 
de  D.  Miguel  de  Moneada,  y  fué  con  dicha  companya  la  cual  y  este  proponiente 
se  embarcaron  en  la  villa  de  binaros  del  dicho  reyno  de  Valencia  domingo  de 
la  Trinidad  del  dicho  anyo  en  la  Galera  Capitana  del  Comendador  mayor  de 
Castilla»;  «que  la  dicha  companya  se  hizo  en  esta  ciudad  de  Valencia»;  «que  en 


(i)     Conjetura  explanada  en  el  artículo  c Viaje  de  Cervantes  á  Italia»  [49]. 
(2)     Vida  de  Cervantes,  por  Moran  [43J. 


j4  Biografías  y  noticias  biográficas 

Mallorca  recogieron  otras  Galeras  de  Ü.  Sancho  de  Leyva  y  después  se  fueron 
á  Barcelona  donde  se  embarcó  D.  Juan  de  Austria,  y  de  allí  fueron  á  Genova  y 
después  á  Ñapóles,  y  luego  á  Mesina  adonde  se  juntaron  con  la  armada  vene- 
ciana»; «que  las  armadas  se  encontraron  con  la  armada  del  gran  turco  en  Le- 
panto  donde  hubo  grande  bateria  y  matanza  y  el  dicho  proponiente  se  halló 
presente  yendo  por  soldado  en  la  dicha  compañía  y  en  la  galera  llamada  Mar- 
quesa de  Joan  Andrés  Doria  y  en  la  escuadra  de  Agustin  Barbárico  veneciano, 
donde  peleó  siempre  como  buen  soldado  y  fué  herido»;  «que  después  del  ven- 
cimiento la  armada  de  su  magestad  fué  á  la  ciudad  de  Mesina  donde  fue  cura- 
do, y  de  allí  fueron  á  Rijoles  en  la  Calabria,  donde  invernó  dicha  companya.» 
«Que  de  allí  hicieron  otro  viage  á  Lepanto  y  hasta  Navarino  Modon  y  Coron»; 
«que  en  todo  el  tiempo  de  las  dichas  jornadas  y  alojamientos  siempre  sirvió  de 
soldado,  y  fué  por  tiempo  de  tres  anyos  y  aun  mas  hasta  que  después  se  em- 
barcó en  las  galeras  de  Espanya,  en  la  galera  del  Sol,  en  la  esquadra  de  Don 
Alonso,  (¿Sancho?)  de  Leyva,  y  vinieron  en  Espanya  sirviendo  de  soldado  en 
dicha  galera.» 

Copia  luego  el  articulista  algunos  pasajes  de  la  Rebelión  de  los  moriscos  por 
Luis  de  Mármol  en  los  que  se  habla  de  D.  Miguel  de  Moneada  como  capitán. 
«Si  Moneada — dice  el  Sr.  Torres — no  era  Maesse  de  Campo  en  1569  ni  en  1570, 
no  podía  mandar  tercie,  y  por  consiguiente,  no  pertenecía  al  suyo,  por  no  exis- 
tir, la  compañía  del  capitán  Diego  de  Urbina,  que  tampoco  suena  en  ninguno  de 
los  que  á  la  sazón  militaban  en  Italia.»  «No  sería  conjetura  descabellada  supo- 
ner que  hallándose  Cervantes  en  Madrid,  fuese  recomendado  al  Duque  de  Sessa, 
y  que  mostrándole  deseos  de  asistir  á  la  joyiada  que  se  preparaba,  le  procurase 
plaza  en  la  compañía  que  se  disponía  á  levantar  el  capitán  Diego  de  Urbina. 
Lo  cierto  es,  que  éste,  por  Mayo  de  157 1  entró  en  Valencia  á  reclutar  su  gente 
y  aquí  la  enganchó,  como  lo  prueba  la  información  de  Villanueva.»  Y  halla  com- 
probada la  ruta  de  éste  por  la  que  siguen  los  peregrinos  en  la  2?  parte  del  Per- 
siles:  «hed  aquí — dice — como  yo  creo  que  la  peregrinación  de  Periandro  y  Auris- 
tela  alude  en  buena  parte  á  las  huellas  que  estampó  El  Manco  de  Lepanto  cuando 
desde  Madrid  vino,  con  Diego  de  Urbina,  á  tomar  puerto,  pasando  por  Villa- 
real,  en  Vinaroz.»  iLa  equivocación  de  Navarrete  y  demás  que  le  copian,  parte 
de  suponer  que  Cervantes  se  alistó  como  soldado  en  Italia  y  ya  hice  ver  que  la 
compañía  de  Urbina  se  formó  en  Valencia  en  Mayo  de  157 1,  y  en  ella  hubieron 
de  ingresar  por  vez  primera  los  hermanos  Rodrigo  y  Miguel  de  Cervantes  según 
lo  revela  éste  en  el  pasaje  de  Persiles  cuando  uno  de  los  dos  fingidos  cautivos  di- 
rigiéndose al  alcalde  de  un  lugar  de  la  Mancha  le  dice:  «Nuestros  padres  no  nos 
enseñaron  oficio  alguno,  etc.» 

Acerca  de  este  controvertido  punto,  cúmpleme  repetir  lo  probado  ya  por 
Navarrete  [24];  esto  es,  que  Cervantes  militaba  ya  el  año  de  1570  en  las  galeras 
españolas,  en  la  expedición,  que  al  mando  supremo  de  Colona,  salió  de  Otranto 
para  los  mares  de  levante.  Podría  conjeturarse  que,  cuando  se  preparó  la  ex- 
pedición de  la  Liga  entre  el  Papa,  el  rey  de  España  y  la  república  de  Venecia, 
algunos  capitanes  españoles,  y  entre  ellos  Urbina,  pasarían  á  España  á  reclutar 
gente  para  reorganizar  y  completar  sus  compañías;  y  que  á  este  hecho  se  refiere 
la  información  de  Villanueva. 

Enlazando  luego  el  Sr.  Torres  lo  anterior,  con  tres  pasajes  de  la  Española 
Inglesa,  de  la  Calatea  y  del  Persiles  infiere  «que  la  galera  El  Sol,  que  navega- 
ba á  la  descubierta  en  un  viaje  de  vuelta  á  España  el  Setiembre  de  1575,  fué 
sorprendida  en  la  costa  de  Francia  por  una  flotilla  al  mando  de  Amaute  Ma- 
ttJÍ,  después  de  muchas  horas  de  combate  fué  entrada  y  habiendo  muerto  el  ca- 
pitán y  toda  la  más  gente,  defendióse  con  desesperación  la  que  sobrevivía,  parte 
de  la  cual  fué  cautivada  (entre  ellos  los  dos  hermanos  Cervantes),  y  en  este  pun- 


Biografías  y  noticias  biográficas  55 


to  aparecieron  las  naves  de  D.  Sancho  de  Leyva  y  sin  que  Arnaute  Maml  hubie- 
ra podido  rendir  El  Sol,  ni  á  los  demás  que  á  su  bordo  en  pie  quedaban,  dióse 
á  huir,  no  logrando  darle  caza  los  nuestros.»  Apoyan  esta  deducción  las  decla- 
raciones de  vecinos  de  Villena  y  Villamiel  en  el  año  1575,  hallados  por  D.  Fran- 
cisco Asenjo  Barbieri  en  un  libro  de  descripción  de  los  pueblos  de  España,  (Bi- 
blioteca del  Escorial)  donde  se  da  relación  de  que  la  galera  Sol  después  de  com- 
batida pudo  salvarse  y  llegar  á  España.  Y  la  corrobora  también  la  declaración 
del  testigo  Diego  Castellano  en  la  información  de  Argel  levantada  por  Cervantes 
en  1580,  que  dice:  «que  conocía  áCervantes  desde  1570:  supo  en  Ñapóles  que  lo 
habían  cogido  los  turcos  en  la  galera  Sol;  la  cual  ellos  abandonaron  porque  vieron 
acudir  oirás  dost.  Por  todo  lo  cual,  parece  que  no  merece  tanta  fe,  aun  que  Na- 
varrete  cree  lo  contrario,  la  declaración  de  Hernando  de  la  Vega  que  dice:  €que 
la  dicha  galera  (El  Sol)  fui  Iraída  para  Argel  donde  este  testigo  la  vido  d  ella 
y  ala  dicha  gente. ■> 

93.—  Aclaraciones  á  la  vida  de  Cervantes. — Artículo  de  D.  José  María 
Torres,  en  el  núra.  XIII  de  la  Revista  de  Valencia,  día  i.°  de  No- 
viembre de i88r. 

Dando  por  cierto  lo  que  en  el  Sr.  Asensio  era  sospecha,  cree  que  el  Ricare- 
do  de  la  Española  Inglesa  cuando  vuelve  del  cautiverio  con  el  bonete  azul  re- 
dondo, es  el  mismo  Cervantes;  que  ese  bonete  formaba  parte  del  hábito  de  los 
que  vienen  rescatados,  según  vio  el  autor  en  un  cuadro  de  los  P.  P.  Redentores 
de  la  Merced;  y  como  esta  Orden  tenía  el  privilegio,  para  el  reino  de  Valencia, 
de  administrar  los  bienes  y  mandas  pertenecientes  al  rescate,  aunque  fueran  he- 
chos por  los  Trinitarios,  y  de  hacer  procesiones  públicas  de  redenciones  de  cau- 
tivos, deduce  el  Sr.  Torres  que  Cervantes  desembarcó  en  Valencia,  y  recibió  el 
traje  de  manos  de  los  Mercenarios,  aunque  él  hubiese  sido  rescatado  por  los  Pa- 
dres de  la  Trinidad. 

94. — Cervantes  esclavo  y  cantor  del  Santísimo  Sacramento,  por  don 
Aureliano  Fernández  Guerra.  —  M.  S.  de  la  Biblioteca  Floreciana 
de  la  Real  Academia  de  la  Historia  y  artículo  del  autor.  —  (De  la 
Revista  Agustiniana).  —  Valladolid.  —  Viuda  de  Cuesta,  1882.  — 
In  4.° —  22  páginas. 

El  mismo  Director  de  la  Revista  Agustiniana,  el  ilusUado  P.  Conrado  Mui- 
ños,  residente  por  temporada  en  la  casa  de  los  Agustinos  de  Gracia,  ha  tenido 
la  amabilidad  de  franquearme  el  tomo  del  afio  1882,  en  donde,  desde  la  página 
336  á  la  355,  se  halla  ese  curioso  trabajo. 

Con  el  epígrafe:  Poesías  inéditas  de  Cervantes,  va  un  prefacio  del  entonces 
Director  de  la  Revista  y  hoy  Obispo  de  Salamanca,  limo.  Fr.  T.  Cámara,  en  el 
cual  refiere  que  en  la  Biblioteca  Floreciana  halló  varias  poesías,  en  un  M.  S.  de 
8  págs.,  de  letra  del  siglo  pasado,  tan  parecida  á  la  del  P.  Mtro.  Diego  Gonzá- 
lez, que  creyó  haber  hallado  alguna  joya  suya.  Mas,  consultado  el  caso  con  don 
Aureliano  Fernández  Guerra,  éste  le  dijo  que  sospechaba  fuesen  de  Cervantes, 
y  que  él  había  escrito  algo  acerca  de  Cervantes  esclavo  del  Santísimo  Sacramen- 
to. Examinadas  las  poesías,  decidieron  publicarlas  íntegras  en  la  Revista  Agus- 
tiniana, y  anotadas  por  ambos.  «La  última,  —  dice  el  P.  Cámara,  —  dedicada  á 


56  Biografías  y  noticias  biográficas 

la  Resurrección,  la  2."  y  3.»,  y  la  que  comienza  Divino  pan  que  das  eterna  vida, 
se  hallan  también  en  la  colección,  recogida  por  el  P.  Méndez,  de  las  poesías 
atribuidas  á  Fray  Luis  de  León,  que  venimos  publicando  en  esta  Revista.* 

Viene  seguidamente  el  artículo  Cervantes  esclavo  del  Santísimo  Sacramento. 

Empieza  el  Sr.  Fernández  Guerra  historiando  la  creación  y  fundación  de  la 
Hermandad  y  Congregación  á  28  de  Noviembre  de  1608,  en  el  nuevo  edificio 
de  los  Trinitarios  Descalzos,  sus  primeras  juntas,  sus  fiestas.  «Pronto, —  dice,— 
se  vio  inscripto  en  la  hermandad  cuanto  lucido  y  noble  encerraba  en  8í  la  capi- 
tal de  dos  mundos.  Al  lado  del  patriarca  de  las  Indias,  de  altivos  proceres  y  de 

sujetos  respetabilísimos ,  sentábanse  en  las  juntas  el  carbonero,  el  humilde 

oficial  y  el  roto  soldado.» 

« A  la  vuelta  del  i."  1 2  del  libro  de  asientos,  hay  esta  partida:  Reciviose  en 
esta  Sla.  Hermandad  por  Esclabo  del  Smo.  Scramto.  d  Miguel  de  Cerbantes  y 
dixo  guardaría  sus  santas  constituftones  y  lofirmb  en  md.  d  17  de  Abril  de  lóog. 
—  esclavo  del  Smo.  Sacramento  —  Miguel  de  Cerbantes.* 

«Prometió  al  recibir  el  escapulario y  con  religiosidad  suma  vino  á  cum- 
plirlo durante  los  7  años  que  le  quedaron  de  vida,  oir  misa  cada  día,  hacer  en 
todos  ellos  por  la  noche  examen  de  conciencia,  comulgar  dignamente  en  el  pri- 
mer domingo  de  cada  mes,  rezar  en  este  tiempo  la  corona  de  flores,  no  faltar 
nunca  á  los  ejercicios  de  oración  y  disciplina  que  se  tenían  lunes,  miércoles  y 
viernes,  en  la  capilla,  visitar  los  hospitales  y  acompañar  el  cadáver  de  todo  her- 
mano honrándole  el  día  del  entierro.» 

Pinta  el  Sr.  Fernández  Guerra  con  hermosísimas  pinceladas  la  piedad  que 
aquellas  fiestas  de  la  Congregación  inspiraban,  «enriqueciendo  para  lo  noble  y 

grande  el  espíritu  de  Cervantes quien  nunca  esterilizó  ni  envileció  el  ingenio 

con  bufonadas  impías.» 

«Veinte  y  siete  cargos  y  oficios  se  contaban  en  la  hermandad.  Apenas  entra- 
do en  ella  Lope  de  Vega,  cuando  ya  se  le  nombraba  consiliario.  Cervantes  ni 
pretendió  ni  obtuvo  ninguno:  sólo  faltaba  á  una  junta  cada  año;  á  la  en  que  se 
elegían  los  oficios.»  «Por  el  contrario,  las  actas  manifiestan  que  de  los  cuatro- 
cientos esclavos,  era  Cervantes  uno  de  los  treinta  señores  que  con  un  santo  celo 
y  gran  devoción  acuden  así  á  las  fiestas  como  á  lo  demás  que  se  ofrece  á  la 
Congregación.» 

«Para  las  primeras  fiestas  del  Corpus  de  1609,  designó  la  Congregación  tres 
personas  que  hicieran  versos  en  alabanza  del  Santísimo  y  abrieran  un  certamen 
juntamente  y  dieran  premios;  siendo  los  tres  sujetos  honrados  un  teólogo,  un 
religioso  trinitario  y  Cervantes.  iLástima  que  se  hayan  perdido  aquellas  tiernas 
composiciones!» 

«Para  las  fiestas  del  Corpus  de  1612,  distribuyeron  los  trabajos  y  encar- 
gos  ;  á  don  Antonio  de  Mendoza  que  escriba  en  octavas  la  relación  de  la 

fiesta  y  los  gerogllficos  el  señor  Miguel  de  Cervantes  y  han  de  ser  treinta.» 

«En  1614,  creciendo  la  pompa  y  el  boato  de  estas  fiestas  (á  las  que  asistie- 
ron Felipe  III,  la  reina  de  Francia,  el  principe  de  Asturias,  etc.),  los  religiosos 
descalzos  dijeron  á  la  Congregación  que  tenían  que  renunciar  á  la  música  y 
versos,  á  colgar  la  iglesia,  y  á  la  procesión  grande,  porque  todo  ello  era  contra 
la  pobreza  y  humildad  del  trinitario  instituto.»  «Los  esclavos  (excepto  seis)  no 
se  allanaron  á  semejantes  condiciones,  y  por  cincuenta  votos  de  la  junta  deci- 
dieron mudarse  de  casa ;  pero  los  mismos  seis  desearon  que  no  se  dejase  la 

casa.»  «Yo  veo,  —  dice  el  Sr.  Fernández  Guerra,  —  en  esa  piadosa  minoría  el 
voto  de  quien  debió  su  libertad  á  los  trinitarios.» 

Vienen  luego  las  poesías,  con  el  juicio,  al  pie,  de  D.  Aureliano: 


Biografías  y  noticias  biográficas  ¡j 

«M.  S.  de  la  Bib."  Floreciana,  con  copia  de  algunas  poesías  inéditas  de 
Cervantes.» 

CANCIÓN  DE  SAN  DIEGO 
«Gloriosfsímo  Diego,  etc.  > 


(Madrigal  endeble,  de  poeta  mediocre. — A.  F.  G.) 

CANCIÓN  AL  SANTÍSIMO  SACRAMENTO 

lEl  cristalino  cielo 
De  nueva  luz  se  viste,» 

(Lindo  madrigal  de  la  pluma  de  Cervantes.  Véase  mi  artículo  «Cervantes 
esclavo  del  Santísimo  Sacramento». — A.  !F.  G.) 

OTRA 

<Si  en  pan  tan  soberano 

Se  recibe  al  que  mide  cielo  y  tierra,» 


(Precioso  rasgo  de  Cervantes. — A.  F.  G.) 

OTRA 
<  Divino  pan  que  das  eterna  vida» 


(Canción,  también  de  estilo  cervántico. — A.  F.  G.) 

OTRA 
<E1  agua  viva  de  la  eterna  fuente,» 


(Canción  escrita  verosímilmente  por  un  religioso  teólogo. — A.  F.  G] 

OTRA 
cComo  el  sediento  corzo  fatigado» 


(Canción  cervántica,  para  las  fiestas  á  que  aludo  en  el  articulo  mencionado. 
—A.  F.  G.) 

A  LA  RESURRECCIÓN  DE  NUESTRO  SEÑOR 
«Divino  Sol  en  una  cruz  traspuesto» 


(Hecha  en  Madrid  hacia  la  segunda  década  del  siglo  xvii.) 

95. — 1881,  Marzo  i.°  Niim.  V.  de  la  Revista  de  Valencia. —  Artículo  de 
J.  M.  Asensio:  «El  testamento  de  Cervantes«.  Carta  al  Sr.  D.  Juan 
Guillen  Buzarán. 

De  ella  extracto  estos  interesantes  párrafos:   «acababa  de  leer  por  3.*  ó  4." 
vez  en  La  Integridad  de  la  Patria  el  precioso  artículo  de  su  delicada  pluma 

Tomo  II  8 


¡8  Biografías  y  noticias  biográficas 

consagrado  á  juzgar  la  Vida  de  Cervantes,  escrita  por  D.  R.  L.  Mainez...  y  vine  á 
detenerme  en  el  punto  donde  fija  V.  su  atención  en  la  Escra.  de  capitulaciones 
matrimoniales  entre  D.^  Isabel  de  Cervantes  Saavedra  y  Luis  de  Molina  á  28  de 
Agosto  de  1608,  publicada  por  la  Revista  de  Archivos  en  1874,  viniéndoseme  á 
la  memoria  un  dato  .curioso  sobre  la  existencia  del  testamento  de  Cervantes  que 
me  comunicó  el  Sr.  D.  C.  A.  de  la  Barrera  en  carta  de  14  de  Octubre  de  1864. 
Declame  que  a  principios  de  Febrero  de  1854  el  Escribano  D.  M.  Fernández  del 
Canto  le  manifestó  que  tenía  noticia  del  paradero  del  dicho  testamento;  que  pre- 
guntado de  nuevo  aquél  por  la  Barrera  y  Hartzenbusch  dijo:  «que  lo  s&bia.  por 
noticia  que  le  había  comunicado  su  amigo  y  colega  de  profesión  jurídica  D.  /.  M. 
González  Azevedo,  decano  del  Colegio  de  Abogados  de  Madrid;T>  y  que  por  re- 
sultado de  las  entrevistas  tenidas  con  el  Sr.  Azevedo  solo  se  pudo  sacar  que  este 
señor  conocía  el  documento,  que  formaba  parte  de  un  espediente  judicial,  pero  que 
no  había  parecido  por  más  que  buscó.-»  «¿Sería  el  documento, — dice  Asensio, — 
aparecido  en  1874,  que  senombra  Escra.  de  capitulaciones  de  Isabel  de  Cervan- 
tes, el  que  se  dijo  haber  visto  en  tiempo  del  Sr.  González  Azevedo,  suponiéndole 
testamento?  Asi  lo  sospecho.» 

96. — 1882,  Abril  30.  El  Averiguador  Universal.  «A  Cervantes,  en  el 
266.'  aniversario  de  su  muerten. 

En  este  artículo,  el  Sr.  Sbarbi  después  de  consignar  su  creencia  de  que 
Sevilla  es  la  patria  nativa  de  Cervantes  ó  que,  sino  nació  allí.,  desciende  de  al- 
guno de  los  vastagos  de  aquella  ciudad\  v  que  aquel  suelo  fué  desde  sus  más  tier- 
nos años  su  segunda  cuna,  entra  el  autor  en  ligeras  pero  delicadas  reflexiones  y 
consideraciones  acerca  de  la  serie  de  calamidades  y  contradicciones  que  aquejaron 
la  existencia  del  Manco  sano. 

97. — Cervantes  Vascófilo,  por  D.  Julián  de  Apraiz, — Vitoria,  1881. 

El  autor  ha  hecho  en  1895  una  segunda  edición,  aumentada  con  nuevos  é 
interesantes  trabajos,  que  describiré  más  adelante. 

98. — La  Ilusiraciótt  Española  y  Americana.  —  8  de  Mayo  de  1882.  — 
uLa  hija  de  Cervantes»,  artículo  de  D.  Julio  de  Sigüenza. 

Inserta  cinco  interesantes  documentos  descubiertos  por  él  en  el  archivo  del 
extinguido  Consejo  de  Castilla,  hoy  á  cargo  del  Tribunal  Supremo. 

El  primer  documento  dice:  «Cubierta.— 1625.— F.  5.— El  S.°  Juan  de  Urbi- 
na  con  Luis  de  Molina,  s  s.°....  (falta  lo  restante.) 

El  segundo  documento  es  la  escritura  de  capitulaciones  matrimoniales  entre 
Luis  de  Molina  é  Isabel  de  Cervantes  á  28  de  Agosto  de  1608.  Publicóse  ya  este 
documento  en  la  Revista  de  Archiios  el  año  de  1874  [66]. 

El  tercer  documento  es  un  apuntamiento  ó  relación  del  pleyto  promovido 
por  Juan  de  Urbina  contra  Isabel  y  su  marido  Molina  sobre  propiedad  de  la 
casa  de  la  Red  de  San  Luis. 

El  cuarto  documento  es  un  poder  otorgado  por  Urbina  para  entender  en 
dicho  pleyto. 

El  quinto  documento  es  la  demanda  interpuesta  por  el  procurador  de  Juan 


Biografías  y  noticias  biográñcas  $9 

de  Urbina  contra  D."  Isabel  de  Saabedra  y  Cerbantes  y  Luis  de  Molina  su  ma- 
rido en  31  de  Enero  de  1622.  Dice  en  ella  Urbina  que,  en  virtud  de  las  capitu- 
laciones matrimoniales  entre  Luis  de  Molina  y  su  muger,  las  dichas  casas  de  la 
Red  de  S.  Luis  debian  volver  á  Miguel  de  Cervantes;  que  éste  otorgó  escritura 
de  declaración  en  favor  de  Urbina  y  por  haber  muerto  D.*  Isabel  Sanz  há  llega- 
do el  caso  por  donde  pertenece  á  Urbina  la  dicha  casa;  y  atento  á  que  la  dicha 
D.*  Isabel  de  Saavedra  se  jacta  de  que  la  dicha  casa  es  suya  en  propiedad. = 
Suplica  á  Vmd.  declare  que  la  dicha  D.^  Isabel  solo  tiene  derecho  para  habitar 
dicha  casa  por  su  vida  y  está  obligada  á  restituírsela  por  su  muerte  sus  herede- 
ros al  dicho  Juan  de  Urbina  y  los  suyos.» 

La  importancia  de  estos  documentos  se  revela  por  su  sola  lectura  y  así  lo 
pone  de  relieve  el  Sr.  Sigüenza  en  este  artículo;  el  cual  termina  anunciando  su 
deseo  de  que  se  descubran  todos  los  demás  papeles  que  puedan  aclarar  el  tér- 
mino de  la  cuestión  litigiosa  y  arrojar  nueva  luz  sobre  la  vida  de  la  hija  de 
Cervantes. 

99. — Partida  de  defunción  de  Doña  Magdalena,  hermana  de  Cervantes. 

«En  z8  de  Enero  de  161 1  años  murió  Doña  Magdalena  de  Jesús,  hermana  de 
Zerbantes.  Recibió  los  Santos  Sacramentos  de  mano  del  Licenciado  Francisco 
López,  no  testó,  era  natural  de  aquí  y  era  pobre,  y  tanto  que  la  hicieron  enterrar 
los  hermanos  tercerones  de  San  Francisco  en  12  reales.» 

Descubrió  esta  partida  en  los  libros  de  la  Iglesia  de  San  Sebastián  de  Ma- 
drid, el  maestro  D.  Francisco  Asenjo  Barbieri  y  envió  la  copia,  en  carta  privada, 
al  Dr.  Thebussem,  quien  la  facilitó  al  Sr.  Mainez,  para  que  la  insertara,  como 
así  lo  hizo,  en  la  Crónica  de  los  Cervantistas,  23  de  Abril  de  1872. 

Ahora  bien;  ¿quién  es  esta  Magdalena,  hermana  de  Cervantes?  ¿Será  la  doña 
Magdalena  de  Sotomayor,  que  aparece  viviendo  en  compañía  de  Miguel,  en 
Valladolid,  el  año  de  1605?  Así  lo  revelan  otros  documentos  recientemente  des- 
cubiertos, de  que  daré  cuenta  más  adelante. 

100. — La  Ihistración  Española  y  Americana.  — Núms.  correspondien- 
tes al  30  de  Marzo  y  8,  15  y  23  de  Abril  de  1883.  —  «La  hija  de 
Cervantes».  — Artículos  de  D.  Julio  de  Sigüenza. 

En  este  interesante  y  erudito  trabajo,  el  Sr.  Sigüenza,  después  de  demostrar 
el  poco  fundamento  de  la  especie  vertida  por  el  Sr.  Navarrete  y  aceptada  por 
otros  biógrafos  de  Cervantes  respecto  á  la  existencia  de  una  dama  portuguesa, 
supuesta  madre  de  la  hija  de  Cervantes  D.*  Isabel  de  Saavedra;  después  de  opi- 
nar que  en  la  declaración  de  D.^  Andrea  en  el  proceso  de  Valladolid  las  pala- 
bras hija  natural  no  excluyen  que  D.^  Isabel  fuese  hija  legltima\  después  de 
comentar  y  glosar  las  capitulaciones  matrimoniales  de  dicha  D.^  Isabel  y  los 
demás  documentos  nuevamente  descubiertos,  de  los  que  resulta,  según  hemos  ya 
visto  que  fué  casada  dos  veces  y  que  el  año  de  1622  vivía  aún  con  su  marido 
Molina  en  la  casa  de  la  Red  de  San  Luis;  da  cuenta  el  Sr.  Sigüenza  de  las  inteli- 
gentes indagaciones  practicadas  por  el  Ilustre  Escritor  D.  José  María  Octavio  de 
Toledo,  distinguidísimo  biblotecario  en  la  Nacional  de  la  corte.  Este  beneméri- 
to Cervantista  descubrió  en  la  sección  de  manuscritos  de  la  biblioteca  Nacional 
(Est.  2,  n.°  303),  un  clibro  de  los  nombres  y  calles  de  Madrid,  sobre  que  se  paga 
incómodas  y  tercias  partes»,  y  en   «Visita  comenzada  á  11  de  Diciembre  de 


¿Q  Biografías  y  noticias  biográficas 


1625»,  hállase  este  asiento:  «  [/na  cassa  de  Luis  de  Molina  se.""  y  de  D?  Isabel 
de  Saabedra  su  mujer:  iassada  en  48  ducados  se  subió  á  55  ducados,  t  En  la  mis- 
ma sección  de  manuscritos  descubrió  el  Sr.  Octavio  de  Toledo  una  «Planimetría 
general  de  Madrid  en  la  cual  consta  un  asiento  del  año  1771  referente  i.  la  casa 
que  ocupa  el  solar  número  343,  en  el  que  se  dice  que  «fué  de  Luis  de  Molina.> 

Y  en  la  parroquia  de  San  Luis  se  halla  la  partida  de  difunto  que  en  extracto 
dice:  «Luis  de  Molina  marido  de  D.^  Isabel  de  Saavedra  murió  oy  biernes  23  de 
Henero  de  1632,  en  la  calle  de  San  Luis  enfrente  de  la  de  los  Jardines  en  sus 
cassas...  Nombró  por  su  albacea  á  la  dicha  su  mujer...  y  al  Ldo.  Francisco  Mar- 
tínez Capellán  en  las  monjas  Trinitarias  descaigas.» 

De  estos  documentos  se  desprende,  y  así  lo  observa  el  Sr.  Sigüenza,  que  el 
fallo  del  pleito  debió  de  ser  favorable  á  D.*  Isabel  de  Cervantes  y  que  ésta  con- 
tinuaba viviendo  en  la  casa  de  la  Red  de  San  Luis  en  1632,  época  del  falleci- 
miento de  su  marido  Luis  de  Molina. 

Oigamos  ahora  la  conclusión  final  del  Sr.  Sigüenza:  «¿Después  de  los  sucesos 
referidos,  llegó  D.*  Isabel  de  Saavedra  á  ser  monja?  Contestaré.  Desde  la  funda- 
ción del  monasterio  Trinitario  descalzo,  en  161 2,  ó  en  1609  como  algunos  quie- 
ren, hasta  1666,  solo  se  registran  cuatro  Isabeles,  ya  mencionadas  anteriormen- 
te, que  profesaron  después  del  año  1632,  en  que  quedó  viuda  de  su  segundo 
marido  la  hija  de  Cervantes.  El  ser  conocidos  los  padres  de  todas  ellas  me  hace 
excusar  detenerme  sobre  su  estudio.  ¿Ingresó  después  de  1666?  Una  razón  pode- 
rosísima se  presenta  para  asegurar  lo  contrario.  D.^  Isabel  nació  en  1585;  tenia 
por  tanto  en  1666,  ochenta  y  un  años,  edad  no  muy  viable  para  emprender  una 
vida  de  ayuno...»  «Si  los  restos  de  la  hija  de  Cervantes,  como  monja  no  se  ha- 
llan enterrados  en  el  convento  de  Trinitarias  descalzas  de  Madrid,  ¿es  probable 
que  lo  estén  como  seglar?  Puede  que  algún  día  dé  resuelto  este  problema.  Mien- 
tras tanto...  yo  así  lo  supongo.» 

Los  hechos  ciertos,  pues,  son:  que  D.^  Isabel  de  Saavedra  hija  legitima  de 
Cervantes,  vivía  aún  en  1632,  habitando  en  la  casa  de  la  Red  de  San  Luis,  don- 
de quedó  viuda  de  Luis  de  Molina. 

El  Sr.  Sigüenza  se  esfuerza  en  probar  que  la  declaración  de  D.^  Andrea  en 
la  causa  de  Valladolid  dando  á  D.*  Isabel  el  dictado  de  hija  natural  de  Cer- 
vantes no  excluye  el  que  pudiese  ser  hija  legitima.  Yo  creo,  según  más  adelante 
diré  [121],  que  pudo  entonces,  en  1605,  ser  Isabel  hija  natural  de  Cervantes,  y 
en  1608,  serlo  legítima.  Siento,  pues,  disentir  de  la  opinión  del  Sr.  Sigüenza, 
quien  afirma  que  la  madre  de  D.*  Isabel  fué  la  propia  esposa  de  Cervantes,  dofia 
Catalina  Palacios  de  Salazar. 

lOJ. — Revista  de  Archivos^  Bibliotecas  y  Mtiseos.  Año  IX,  núm.  12,  co- 
rrespondiente al  31  de  Diciembre  de  1883. 

Comunica  el  Sr.  D.  Patricio Ferrer  y  Ruiz  Delgado,  cinco  documentos  halla- 
dos en  el  archivo  de  Simancas,  relativos  á  las  gestiones  hechas  por  la  madre  de 
Cervantes  para  el  rescate  de  su  hijo. 

i!°  Petición  de  D.^  Leonor  de  Cortinas  para  pasar  8,000  ducudos  de  mer- 
caderías de  Valencia  á  Argel.  (Fué  ya  publicado  por  el  Sr.  Navarrete.) 

2.0    Informe  del  Consejo  de  Guerra  al  Rey,  favorable  á  la  petición. 

3.°  Real  cédula  de  6  Diciembre  de  1578  al  Capitán  General  del  Reyno  de 
Valencia,  ordenándole  que  permita  á  D.'  Leonor  sacar  2,000  ducados  de  mer- 
caderías. 

4.°  Real  cédula  de  5  de  Marzo  de  1579  al  mismo  Capitán  General  dicíén- 
dole  que  ha  representado  D."  Leonor  de  Cortinas  no  serle  posible,  por  ser  pobre 


Biografías  y  noticias  biográficas  6l 

y  viuda,  dar  la  seguridad  que  se  le  exigió  en  la  cédula  anterior,  y  por  tanto  se 
le  otorga  que  la  dé  ante  uno  de  los  alcaldes  de  la  corte. 

5-°  Cédula  de  19  de  Agosto  de  1579  al  mismo  concediendo  á  D.*  Leonor 
prórroga  de  seis  meses. 

102. — «Cervantes  en  ValladoHd».  Trabajo  de  D.  Pascual  de  Gayangos 
en  la  Revista  de  España,  t.  XCVII,  págs.  481  y  siguientes  (Marzo  y 
Abril  de  1884), 

Cita  unas  cartas  del  i.°  y  14  de  Abril  de  1584  del  licenciado  Sanctoyo  á  Ma- 
teo Vázquez  recomendando  á  Cervantes  para  una  plaza  de  la  Orden  de  Santiago 
en  Segura  de  la  Sierra,  con  estas  palabras:  «el  Cervantes  es  muy  benemérito,  y 
sirvió  ya  el  partido  de  Montanches  muy  bien.» 

Yo  creo  que  este  Cervantes  no  es  el  autor  del  Quijote,  pues  en  su  memorial 
de  servicios  á  Felipe  II  nada  dice  de  que  hubiese  tenido  tal  empleo. 

Da  luego  cuenta  de  un  manuscrito  portugués,  anónimo  (i)  y  mutilado,  nú- 
mero 28,364  del  Museo  Británico,  intitulado:  Papeles  del  Consejo  de  las  Ordenes 
y  Consultas  originales  de  su  Presidente  entre  los  años  de  1572  y  158=;,  y  tiene  el 
título  postizo  de  Memorias  de  Valladolid,  y  contiene,  entre  otros  tratados,  el 
diario  extenso  de  todo  lo  ocurrido  al  autor  y  á  sus  compañeros  portugueses  des- 
de la  Semana  Santa  hasta  fines  de  Julio  de  1605,  narrando  los  sucesos  más  no- 
tables, así  públicos  como  privados,  nos  presenta  un  retrato  fiel,  aunque  un  tanto 
realista,  de  los  usos  y  costumbres  de  una  corte  como  la  de  Felipe  ni,  de  la  cual 
dice:  «en  este  año  de  1605  es  la  más  espléndida,  culta,  entretenida  y  alegre  de 
cuantas  en  el  mundo  hay.» 

Cita  el  pasaje  en  que  la  mujer  de  Lope  García  de  la  Torre,  mientras  éste  se 
acostaba  temprano,  jugaba  200  y  300  ducados;  y  una  noche  que  su  marido  la 
llamó,  ella  responde:  «Callad  y  dejadme  jugar,  Lope  García.  ¿Ño  queréis?  Cer- 
vantes, dame  acá  agüella  palmatoria  y  veremos  si  logro  hacerle  callar.^ 

En  otra  aventura  cuenta  que:  ^pasando  un  Don  Quixote  vestido  de  verde, 
flaco,  alto  de  cuerpo  y  desmadejado,  o  teó  debajo  de  un  álamo  ciertas  mujeres. 
Púsose  el  Don  Quixote  de  hinojos  á  enamorarlas  y  echarles  requiebros...  Mas 
de  200  personas  acudieron,  siendo  tales  y  tantos  los  chistes  y  donosas  burlas  que 
al  caballero  y  á  su  postura  se  hicieron,  que  no  pudo  ser  más.  Callaba  el  caballe- 
ro como  calló  Sancho  y  continuaba  en  su  fervorosa  devoción,  etc.» 

Gayangos  cree  que  el  Cervantes  citado  es  nuestro  autor,  porque  es  cierto 
que  estuvo  en  Valladolid  entre  1603  y  1607  y  estando,  como  estuvo,  en  relacio- 
nes con  Freyre  da  Lima,  banquero  de  Sevilla,  y  más  tarde  con  el  célebre  asen- 
tista Simón  Mendes,  es  más  que  probable  que  fuese  conocido  y  aun  amigo  del 
anónimo  portugués. 

Advierte  Gayangos  que  lo  citado  prueba  que  el  Quijote,  aun  antes  de  ser 
impreso,  era  conocido  y  casi  popular  en  Valladolid. 

Cree  que  la  Relación  de  lo  sucedido  en  Valladolid  desde  el  nacimiento  del  prin- 
cipe Don  Felipe^  etc.,  no  es  de  Cervantes,  pero  sí  opina  que  más  bien  podría  ser 
suya  la  descripción  del  torneo  en  la  huerta  del  duque  de  Lerma,  cuyo  titulo  es: 
Relación  de  las  fiestas  que  delante  de  su  Majestad  y  de  la  Reyna  nuestra  señora, 
hizo  y  mantuvo  el  Principe  de  Piamonte.  Valladolid,  domingo  diez  y  ocho  de  Julio 


(i)  Posteriormente  Gayangos  dio  á  conocer  el  nombre  de  este  autor  portugués,  el  cual 
no  es  otro  que  Tomé  Pinheiro  da  Veiga,  (Véase  la  Revista  de  España,  tomo  104,  artículo 
titulado  La  corte  de  Felipe  III  v  aventuras  del  conde  de  Vtllamediana.) 


62  Biografías  y  noticias  biográficas 


de  1604  años;  de  que  hay  dos  ediciones,  ambas  de  Valladolid  y  del  afio  1605, 
una  por  el  licenciado  Varez  de  Castro,  otra  por  los  herederos  de  Juan  Iñiguez 
de  Lequerica. 

Hasta  aquí  todo  lo  referente  á  Cervantes.  Gayangos  continúa  en  los  folios 
98  y  99  de  la  Revista  el  extracto  del  manuscrito  portugués  que  describe  el  resto 
de  sus  aventuras  en  Valladolid  y  las  de  las  cortesanas  de  aquel  año. 

103. — La  casa  natal  de  Cervantes,  en  Alcalá  de  Henares. 

En  15  de  Diciembre  de  1885  el  Sr.  D.  Miguel  Velasco  y  Santos,  Jefe  del  Ar- 
chivo general  central  de  Alcalá  de  Henares,  dirigió  al  Director  de  Instrucción 
pública  una  comunicación  en  la  que,  desvaneciendo  una  alarma  propalada  por 
varios  periódicos  respecto  al  derribo  de  la  casa  en  que  se  suponía  nació  Cervan- 
tes, le  dice  que  «empotrada  en  la  tapia  de  una  huerta  del  que  fué  Convento  de 
Capuchinos  se  colocó  hace  años  una  lápida  donde  se  hace  constar  que  allí  estu- 
vo la  casa  en  que  nació  Cervantes.  Qué  fundamento  tuvo  para  esta  afirmación 
el  que  la  mandó  colocar,  se  ignora,  existiendo  más  bien  datos  é  indicios  de  que 
en  otro  paraje  de  esta  misma  Ciudad  pudo  acaso  verificarse  aquel  suceso. 

Después,  corriendo  la  noticia  de  que  se  derribaba  el  solar,  Velasco  indagó 
lo  siguiente:  i.°  Que  el  Municipio,  en  vista  de  las  exhorbitantes  exigencias  de 
los  dueños,  renunciaba  á  adquirir  dicho  terreno.  2°  Que  el  derribo  lo  ejecuta- 
ban aquellos  acaso  con  intento  de  edificarlo  ó  de  venderlo.  3.0  Que  el  Munici- 
pio proyectaba  que  en  el  nuevo  edificio  ó  casa  que  tal  vez  se  levantase  se  pu- 
siese un  recuerdo  de  ser  la  casa  en  que  nació  Cervantes,  (hipotéticamente). 

Más  tarde,  á  primeros  de  1886,  la  Real  Academia  de  la  Historia  tomó  un 
acuerdo  referente  al  mismo  asunto,  y  el  Sr.  Velasco  le  dirigió  un  razonado  in- 
forme con  fecha  i.°  de  Enero  de  1886,  reproduciendo  la  comunicación  que  en- 
vió al  Director  de  Instrucción  pública  y  tranquilizando  á  la  Academia  con  estas 
palabras : 

«Por  desgracia  no  existe  un  monumento  tan  digno  de  respeto  y  de  vene- 
ración para  los  españoles,  como  el  que  malamente  se  supone  en  vísperas  de  des 
aparecer.  Lo  sensible  es  que  se  hace  cundir  noticia  tan  estrafía  y  se  nos  haga 
pasar  ante  Europa  por  un  país  grosero.» 

104.  —Luisa  de  Cervantes,  hermana  del  autor  del  Quijote. 

El  ilustrado  escritor  D.  Esteban  Azafia,  en  su  notable  Historia  de  la  ciudaa 
de  Alcalá  de  Henares,  Madrid,  1885,  '^^i  nutrida  de  noticias  curiosas  para  los 
cervantistas,  nos  ofrece  (T.  11,  pág.  408),  un  dato,  hasta  entonces  desconocido. 
Consta  en  el  registro  del  convento  de  la  Concepción  de  Alcalá,  que  la  hermana 
de  Cervantes,  Luisa,  nacida,  como  sabemos,  el  año  de  1546,  tomó  el  hábito  el  11 
de  Febrero  de  1 565,  asistió  á  la  santa  visita  el  año  de  1572,  tres  años  después  fué 
nombrada  sacristana,  siendo  elegida  Subpriora  en  1596,  cuyo  cargo  ejerció  hasta 
el  99  en  que  quedó  de  Clavaria,  luego  fué  elegida  Priora  en  1602  y  reelegida 
en  1605;  después  volvió  á  ser  Clavaria,  Subpriora,  y  en  1620  otra  vez  fué  elegida 
Priora. 

Desgraciadamente  no  llega  á  más  el  registro  referente  á  Luisa  de  Cervantes, 
ignorándose,  por  tanto,  la  fecha  de  su  fallecimiento. 

105. — «Tres  biógrafos  de  Cervantes."  Dos  artículos  de  D.  Luis  Vidart 
en  La  Ilustración  Española  y  Americana.  30  de  Abril  y  22  de  Ma- 
yo de  1886. 


Biografías  y  noticias  biográficas  63 

Emite  algunas  observaciones  acerca  de  las  biografías  de  Cervantes,  escritas 
por  Mayans,  Pellicer,  Ríos  y  Quintana. 

Se  imprimieron  también  sueltos  estos  artículos. 

106. —  "El  gran  cervantista  D.  Martín  Fernández  de  Navarrete».  Artícu- 
lo de  D.  Luis  Vidart  en  La  Ilustración  Española  y  Americana^  día 
de  Junio  de  1887. 

A  grandes  rasgos  expone  el  Sr.  Vidart  las  excelencias  de  la  Vida  de  Cervan- 
tes, compuesta  por  el  Sr.  Navarrete  y  apunta  algunas  noticias  biográficas  de  este 
eminente  cervantista. 

107, — «Un  documento  más  acerca  de  Cervantes".  Carta  del  Bachiller 
Singilia  al  honorable  Dr.  Emilio  W.  Thebussem,  en  Medina  Sido- 
nía,  fechada  en  Madrid  á  23  de  Abril  de  1887  y  publicada  en  Mayo 
siguiente  en  el  núm.  7168  de  El  Impar cial. 

En  este  artículo  se  da  cuenta  de  una  carta  hallada  en  el  archivo  de  la  casa 
de  los  marqueses  de  la  Pefia  de  los  Enamorados,  cuyo  último  párrafo  dice  así: 
«El  señor  Luis  de  Godoy  besa  las  manos  de  mi  señora  doña  Mencía,  y  está  de- 
terminado de  ser  su  servidor  y  devoto,  assi  por  lo  que  toca  á  su  gran  merescer, 
como  por  ayudarme  al  padescer  de  mi  pena.  Y  esto  sin  duda  hará,  con  que  el 
pobre  Cervantes,  ante  todas  cosas,  sea  restaurado  en  su  acostumbrada  libertad, 
dexandole  en  el  exercicio  de  su  estudio;  y  que  esto  por  todo  lo  debe  su  md. 
hacer,  lo  uno  por  lo  que  toca  á  la  acusación  que  sobre  ello  le  porná  su  concien- 
cia, y  lo  otro  porque  el  ecelente  fruto  que  de  su  habilidad  y  eloqüencia  se  es- 
pera, gocemos;  porque  en  otra  manera,  sería  padescer  la  pena  que  de  lo  dicho 
y  de  otras  muchas  culpas  redundarían;  y  para  ello  pide  gracia,  favor  y  aceto 
ausilio....  ceso  con  que  v.  m.  nos  la  haga  en  todo  tomar  por  nuestra  intercesora 
é  impetradora  á  mi  sefiora  dofia  Catalina  Faxardo....> 

Ahora  extractaré  las  aclaraciones  del  erudito  articulista:  «El  documento  es 
un  borrador  de  carta,  sin  encabezamiento,  data  ni  firma  que  lo  autorice.  La  le- 
tra, sin  embargo,  es  (en  esto  no  cabe  duda),  de  la  segunda  mitad  del  siglo  xvi; 
y,  á  mayor  abundamiento,  sábese  que  en  aquella  época  vivieron  los  personajes 
que  en  la  misiva  se  mencionan....  Luis  de  Godoy....  nació  en  Antequera  por  los 
años  de  151 2....;  pasó  al  Perú  obteniendo  el  importante  puesto  de  Contador  del 
Cuzco....  y  falleció  en  la  villa  de  Argar,  diócesis  de  Toledo,  á  la  edad  de  65  años, 
en  el  de  1577  (dos  después  del  cautiverio  de  Cervantes)».  Cree  el  bachiller  Sin- 
gilia que  al  cautivo  de  Argel  puede  referirse  esa  carta,  mas  al  final  de  su  artícu- 
lo le  asalta  la  sospecha  de  «si  sería  ese  Cervantes  de  la  carta  personaje  distinto 
del  autor  del  Ingenioso  Hidalgo». 

Efectivamente,  á  mí  distinto  me  parece,  con  sólo  fijarme  en  un  dato  que  al 
autor  del  artículo  se  le  habrá  escapado.  En  un  párrafo  de  la  citada  carta ,  ante- 
rior al  transcrito,  se  dice:  «El  ser.  Luis  de  Godoy  está  bueno...,  galán  y  gentil 
hombre,  y  de  tal  arte,  que  á  todos  y  d  todas  satisface  con  el  contento  que  con 
su  vista  y  persona  dá....» 

Hombre  galán  de  tales  circunstancias,  no  es  presumible  que  pase,  y  quizás 
ni  que  llegue  á  los  40  años.  Si  nació  Godoy  en  151 2,  podríamos  dar  á  esa  carta 
la  fecha  de  1552,  en  cual  año  nuestro  Gran  Cervantes  sólo  tenía  cinco  de  edad. 
Además,  los  términos  con  que  se  impetra  en  el  documento  descubierto  la  líber- 


64 


Biografías  y  noticias  biográñcas 


tad  de  Cervantes,  no  parecen  referirse  al  cautiverio  de  Argel;  y  menos  pueden 
aplicarse  á  los  encarcelamientos  sufridos  en  1594  y  1597  por  el  autor  del  Qui- 
jote,  porque  ya  no  existfa  el  Luis  Godoy  que  en  esa  carta  tanto  figura.  A  mi  en- 
tender, el  Cervantes  mencionado  en  esta  carta  puede  muy  bien  ser  el  escritor 
toledano  Francisco  Cervantes  de  Salazar,  que  publicó  sus  primeras  obras  en 
1546,  pasando  luego  á  Méjico,  donde  murió.  Todas  las  sefias  coinciden,  y  quizá 
el  motivo  de  su  ida  á  América  fuera  la  prisión  á  que  esta  carta  se  refiere. 

408.— «El  Licenciado  Juan  de  Cervantes  y  su  hija  D.*  María».  —  Artí- 
culo de  D.  Julio  de  Sigüenza,  en  La  Ihistración  Española  y  Ame- 
ricatia,  correspondiente  á  22  de  Septiembre  de  1887. 

Continuando  este  entendido  y  diligentísimo  cervantista  sus  investigaciones 
acerca  de  la  vida  de  Cervantes,  ha  encontrado  varios  documentos  con  los  que 
puede  establecerse  de  un  modo  preciso  la  personalidad  del  abuelo  y  del  bis- 
abuelo de  Cervantes.  Así  lo  hace  en  su  curioso  artículo  el  Sr.  Sigüenza,  dándo- 
nos como  ilustración  de  sus  noticias,  este  árbol  genealógico: 


NicolXs  de  Cervantes,  fundador  en  Talavera  de  la  Reina  de  la  casa  de  Cervantes. 

Murió  antes  de  1538. 


Licenciado  Juan 
de  Cervantes. 


...? 


I 


Leonor  de 
Cortinas. 


Rodrigo  de 
Cervantes. 


D.'  María  de 
Cervantes 
+  en  1559 


Martín  de 
Mendoza. 


Miguel  de  Cer- 
vantes Saavedra 


lii 


Catalina  de 
Palacios. 


Diego  Díaz  de 

Talayera. 


_|   Martina  de  Men- 
doza y  Cervantes. 


Diego  Sanz. 


¥ 


Isabel  de 
Saavedra. 


Luis  de  Molina. 


Isabel  de  Men- 
doza. Casó  con 
Lorenzo  Hurtado 
de  Mendoza. 


Isabel  Sanz 
-|-  párvula. 


Isabel   de  Molina 
-|-  pár^'^ula. 


109. — Lápida  conmemorativa  del  cautiverio  de  Cervantes  en  Argel. 

Los  periódicos  de  Barcelona  correspondientes  al  5  de  Agosto  de  1887,  pu- 
blicaron este  suelto: 

<En  el  vapor  «Nuevo  MahoDés>,  que  debe  salir  esta  tarde,  ha  sido  embar- 
cada para  Argel  la  lápida  de  hierro  que  ha  de  perpetuar  la  memoria  de  la  ocul- 


Biografías  y  noticias  biográficas  6$ 

tación  de  Cervantes  en  una  gruta  de  aquella  costa,  con  el  fin  frustrado  de  li- 
brarse del  cautiverio  que  allí  sufrió.  Esta  lápida,  fundida  en  la  Maquinista  Te- 
rrestre y  Marítima,  es  debida  al  reciente  viaje  de  la  escuadra  de  instrucción  á 
aquel  puerto.» 

110, — Solicitud  de  Cervantes  al  Ayuntamiento  de  Carmena,  á  12  de 
Febrero  de  1590,  para  sacar  quatro  mil  arrobas  de  Azeite. 

Este  documento,  que  es  autógrafo,  lo  halló  el  P.  Fita  en  el  archivo  munici- 
pal de  Carmena,  y  lo  publicó  la  Real  Academia  de  la  Historia  en  su  Boletin, 
Mayo  de  1887. 

111.— «Primera  educación  de  Cervantes^. — Dos  artículos  de  D.  Luis 
Carreras,  en  La  Ihislración  Ariistíca^  de  Barcelona.  Mayo  y  Junio 
de  1887. 

Aceptando  el  Sr.  Carreras,  literal  y  estrictamente,  aquella  conocida  frase: 
«el  estilo  es  el  hombre»,  opina  que,  siendo  elegante  el  estilo  de  su  dicción, 
elegantes  también  debieron  de  ser  su  educación  y  los  estudios  de  su  juventud, 
asi  como  su  porte  y  sus  costumbres. 

112. — "Un  documento  inédito  sobre  Cervantes".  — La  Ilustración^  Bar- 
celona, Tasso,  día  29  de  Julio  de  1888. 

Dase  noticia,  por  copia  íntegra,  de  un  documento  descubierto  por  D.  Ra- 
món León  Mainez. 

Es  una  cédula  de  comisión,  librada  en  Sevilla,  á  9  de  Julio  de  1 588,  por  An- 
tonio de  Guevara,  Comisario  de  provisiones  por  S.  M.,  á  favor  de  «Miguel  de 
Cerbantes  Saabedra,  para  que  vaya  á  la  ciudad  de  Ecija  y  á  los  cortijos  y  partes 
de  ella  donde  entendiere  haber  y  hallar  trigo  y  cebada  y  toda  la  cantidad  que 
hallare  la  tomara  y  sacara  de  poder  de  cualesquier  Personas  que  lo  tubieren  de 
qualquier  Stado  y  condición  que  sean....  y  lo  hará  almacenar....  para  que  se  lleve 
á  las  moliendas....  para  que  se  muela  en  arina  y  della  se  labre  el  vizcocho  para 
las  provisionos  de  su  cargo....  y  la  cebada  sirba  para  dar  á  los  arrieros  que 
ubieren  de  azer  la  conducta  de  dha.  arina....» 

113. — El  Ingenioso  hidalgo  Don  Quijote.  Madrid,    1888.  Felipe  Rojas 
González,  editor. 
Dos  t.  folio. 

Al  final  de  la  obra  hay  una  extensa  Vida  de  Cervantes,  extractada  de  la  de 
Navarrete,  con  la  adición  de  algunos  datos  modernos. 

114. — «La  Hija  de  Cervantes».  —  Tres  artículos  de  D.Julio  de  Sigüenza 
en  los  números  de  La  Ilustración  Española  y  Americana.,  corres- 
pondientes á  los  días  22  y  30  de  Septiembre  y  8  de  Octubre  de  1889. 

Tomo  11  g 


66  Biografías  y  noticias  biográficas 


Con  motivo  del  hallazgo  de  dos  nuevos  documentos  referentes  al  pleito  pro- 
movido por  la  nieta  de  Cervantes,  contra  D.  Juan  de  Urbina,  para  asegurar  el 
cumplimiento  de  una  cláusula  de  la  escritura  de  promesa  de  dote  otorgada  el 
afio  de  1608,  el  Sr.  Sigüenza  se  ratifica  en  las  conclusiones  establecidas  en  sus 
artículos  de  los  años  1882  y  83  [100].  En  una  de  estas  conclusiones  afirma 
el  distinguido  cervantista  que  D.''  Isabel  de  Saavedra  fué  habida  del  matrimo- 
nio de  Miguel  de  Cervantes  con  D."  Catalina  de  Salazar;  pero  ya  veremos 
que  tal  afirmación  queda  contradecida  por  nuevos  documentos  hallados  y  re- 
cientes estudios  verificados. 

115. — «Tres   biografías  de  Cervantes".  —  La  Ilusiración  Española  y 
Americana  de  30  de  Junio  de  1889. 

— «Los  liltimos  biógrafos  de  Cervantes".  —  Artículo  de  D.  Luis 
Vidart,  en  el  número  correspondiente  al  22  de  Julio  de  1889,  de 
La  Ilustración  Española  y  Americana. 

Emite  el  Sr.  Vidart  algunas  observaciones  á  las  Vidas  de  Cervantes,  respec- 
tivamente escritas  por  los  Sres.  Mainez  y  Benjumea.  Con  este  trabajo  «completa 
— dice  el  distinguido  cervantista, — la  galería  de  los  biógrafos  de  Cervantes  en 
la  España  del  siglo  xix.» 

116. — La  Casa  de  Cervantes  en  Valladolid,  por  D.  Felipe  Picatoste.  — 
Madrid,  tip.  J.  Gongora,  1888. 
En  8.0,  de  32  págs. 

Cinco  son  los  capítulos  en  que  se  divide  este  interesante  folleto. 

En  el  I,  manifiesta  el  autor  que  la  noticia  del  proyecto  de  demolición  de  la 
casa  que  habitó  Cervantes  en  Valladolid,  le  ha  inducido  á  dar  á  conocer  aque- 
lla pobre  casa,  refugio  de  familias  ilustres,  en  que  por  extraña  coincidencia  se 
albergó  Cervantes  para  escribir  tal  vez  ó  terminar  y  publicar  su  obra  inmortal. 

II. — Pruebas  de  que  el  8  de  Febrero  residía  Cervantes  en  Valladolid,  por- 
que en  ese  día  firmó  un  recibo  de  las  labores  hechas  por  su  hermana  D.a  An- 
drea para  el  Marqués  de  Villafranca. 

Describe  á  grandes  pinceladas  el  estado  de  ruinosa  esplendidez  de  la  corte 
al  llegar  á  Valladolid,  celebrando  fiestas  mientras  medraba  la  miseria  pública. 

El  cap.  ni  está  dedicado  á  describir  la  casa  en  que  se  instaló  Cervantes  con 
su  familia,  y  los  vecinos  que  la  ocupaban. 

En  el  IV,  con  el  epígrafe  de  Vida  de  Cervantes  en  Valladolid.— Su  tertulia. 
— Proceso  de  la  muerte  de  Espeleta,  hace  el  autor  sentidas  «comparaciones  entre 
la  desgraciada  suerte  del  inválido  de  Lepanto  y  la  de  los  cortesanos  que,  á 
pocos  pasos  de  su  mísera  mansión  derrochaban  en  ruinosas  fiestas  y  en  el  escan- 
daloso juego,  capitales  inmensos!»;  cita  los  nombres  de  quienes  formaban  pro- 
bablemente la  sociedad  de  Cervantes,  «desde  aquella  casa, — continúa  el  autor, 
— pudo  conocer  la  fama  que  tan  rápidamente  adquirió  su  libro.»  Aceptando, 
como  cierto,  según  el  manuscrito  descubierto  por  Gayangos  [102],  que  Cer- 
vantes frecuentaba  la  casa  de  D.  Lope  García  de  la  Torre,  opina  que  «asis- 
tirla á  ella  como  literato,  haciéndose  lugar  con  su  ingenio  y  no  como  jugador.» 
Al  fin  de  este  capítulo  menciona  el  Sr.  Picatoste,  muy  ligeramente,  el  arresto 
de  Cervantes  á  consecuencia  de  la  muerte  de  Espeleta. 


Biografías  y  noticias  biográñcas  67 

Más  importante  que  los  demás  es  el  V  y  último  capítulo  titulado:  «¿Qué  es- 
cribió Cervantes  en  Valladolid?» 

Después  de  creer  probable  \a.  afirmación  de  los  Sres.  Pérez  Minguez  (i)  y 
Ortega  y  Rubio  (2)  de  que  el  Quijote  se  escribió  en  Valladolid,  demostrando 
(dice  el  Sr.  Picatoste),  la  traslación  directa  de  Cervantes,  desde  Sevilla  á  Valla- 
dolid, sin  detenerse  en  Argamasilla,  conjetura  que  en  su  casa  de  Valladolid  pudo 
componer  la  primera  parte  ó,  á  lo  menos,  corregirla  y  terminarla....  «Probable 
es — añade  el  autor — que,  ademas  de  la  revisión  del  Quijote,  nuestro  ingenio 
escribiese  en  Valladolid  El  coloquio  de  los  perros,  El  casamiento  engañoso  y  La 
Gitanilla.  Por  otra  parte,  no  probada  de  modo  alguno  la  residencia  de  Cervan- 
tes por  algún  tiempo,  el  necesario  para  componer  el  Quijote,  en  Argamasilla  de 
Alba,  y  habiendo  una  verdadera  laguna  en  la  vida  de  su  autor,  desde  que  resi- 
día en  Sevilla  en  1599  hasta  que  apareció  en  Valladolid  en  1603,  queda  en  pie 
la  afirmación  del  erudito  D.  Tomás  González,  archivero  de  Simancas,  de  que  es 
una  fábula  la  composición  del  Quijote  en  la  Mancha,  aunque,  según  su  opinión, 
se  escribió  en  Sevilla  desde  1595  á  1603,» 

El  Sr.  Ortega  y  Rubio  publicó  también  en  1888,  con  el  título  de  Cervantes 
en  Valladolid,  un  curioso  folleto  que  contiene  el  extracto  más  extenso  que  hasta 
ahora  se  ha  publicado  de  la  causa  de  Ezpeleta.  (Debo  esta  noticia  al  Sr.  Me- 
néndez  y  Pelayo.) 

117. — Artículo  biográfico  de  Cervantes,  en  el  Dtccionarto  Enciclopédico 
Hispano- Americano ^  publicado  por  Montaner  y  Simón,  de  Barce- 
lona. —  Tomo  IV,  impreso  en  1888. 

«en  Alcalá....  nutrió  sólidamente  su  espíritu  por  medio  de  la  lectura,  el  es- 
tudio y  la  reflexión,  y  adquirió  la  filosofía  que  rebosa  en  todos  sus  escritos». 
Hallándose  ya  en  Madrid  á  los  20  años,  ó  mucho  antes  como  es  lo  más  verosí- 
mil, no  es  posible  que  antes  hubiese  ya  adquirido  toda  esa  filosofía,  que  sólo 
acumuló  en  sus  largos  viajes  y  tratos  con  toda  clase  de  gente,  en  edad  más  ma- 
dura. 

Biografía  galanamente  escrita  y  bastante  nutrida  de  noticias  hasta  la  llegada 
de  Cervantes  á  Madrid  hacia  1607;  más,  desde  esta  época  hasta  el  fallecimiento 
del  inimitable  escritor,  la  narración  de  los  sucesos  corre  demasiadamente  rápida 
y  concisa,  notándose  la  falta  de  las  circunstancias  que  rodearon  y  siguieron  á  la 
aparición  de  la  2.*  parte  de  la  obra  inmortal  de  Cervantes,  y,  sobre  todo,  las 
referentes  al  falso  Quijote  de  Avellaneda,  á  su  escondido  autor;  así  como  de  la 
publicación  del  Viaje  del  Parnaso  y  de  Las  Novelas  ejemplares,  de  las  cuales 
obras  no  se  habla  una  palabra. 

Tampoco  tiene  en  cuenta  el  biógrafo  la  nueva  luz  que  acerca  de  la  hija  de 
Cervantes  han  arrojado  los  documentos  ha  pocos  años  descubiertos,  probándose 
con  ellos  que  Isabel  de  Saavedra  no  fué  monja. 

118.  —Historia  de  la  verdadera  cuna  de  Miguel  de  Cervantes  Saavedra 
y  López,  autor  del  Don  Quijote  de  la  Mancha,  con  las  metamorfosis 
bucólicas  y  geórgicas  de  dicha  obra;  vida  y  hechos  del  Príncipe  de 
los  Ingenios  Españoles,  y  una  refutación  de  las  biografías  de  este 


(i)     Casa  de  Cervantes,   discurso  pronunciado  por  su  Presidente  en  1879. 
(2)     Historia  de  Valladolid,  1881. 


68  Biografías  y  noticias  biográficas 

autor  que  se  han  impreso  hasta  el  día,   por  D.  Tomás  Lizcano  y 
Alaminos.  Madrid,  1892. 

En  8.°  pequeBo,  de  454  págs. 

La  I."  parte  que  abraza  172  págs.,  viene á  ser  unos  brevísimos  apuntes  de 
algunos  hechos  referentes  á  la  Historia  de  Espafia,  hasta  el  siglo  xiv,  con  lige- 
ras noticias,  acerca  del  establecimiento  de  las  Ordenes  Militares  de  San  Juan  en 
Alcázar. 

La  2."  parte  (págs.  173  á  325)  contiene  la  Novela  del  capitán  Cautivo  que, 
según  el  Sr.  Lizcano,  es  la  Vida  y  hechos  de  Miguel  de  Cervantes  Saavedra  y 
López,  sin  notar  ya  desde  el  principio  que  el  capitán  dice  ser  natural  de  un  lu- 
gar de  las  montañas  de  León,  que  luego  el  Cura  lo  repite,  y  lo  confirma  el  oidor 
su  hermano  Ruiz  Pérez  de  Viedma  diciendo :  que  es  de  un  lugar  de  las  monta- 
ñas de  León.  Para  adaptar  la  historia  del  Cautivo  á  lo  que  el  Sr.  Lizcano  dice 
que  es  la  vida  del  autor  del  Quijote^  inventa  un  cuento  (cap.  V.),  (no  apoyado 
en  dato,  ni  tradición  alguna),  llevando  al  capitán  Cautivo  y  á  Zoraida  desde  las 
ventas  del  «Puerto»  hasta  que  se  establecieron  en  la  casa  paterna  en  Alcázar  de 
San  Juan,  Es  chusco  queremos  hacer  creer  esta  paparrucha  (que  por  cierto  ter- 
mina con  unos  malos  versos);  pero  lo  gracioso  es  que  el  mismo  forjador  de  tal 
cuento  no  lo  cree,  ya  que  tiene  buen  cuidado  de  poner  esta  notita:  «No  se  res- 
ponde de  la  veracidad  de  este  viaje  que  hicieron  el  Capitán  y  Zoraida,  etc.» 

Viene  luego  el  cap.  VI:  «De  los  destinos  que  desempeñó  el  Capitán  en  su 
lugar  hasta  su  fallecimiento.»  Parecía  que  íbamos  á  encontrar  en  este  capítulo 
algo  que  probase  la  identidad  del  Cervantes  de  Alcázar  con  el  autor  del  Qui- 
jote, pero  nada  de  ello  aparece.  Después  de  hablar,  como  de  pasada,  del  empleo 
en  la  cobranza  de  alcabalas  de  la  Orden  de  San  Juan,  pasa  de  un  salto  al  afio 
1609  en  que  el  verdadero  Cervantes  se  recibió  en  la  Hermandad  del  Santísimo 
Sacramento  de  la  Corte,  y  trata  ligerlsimamente  de  su  muerte.  En  todo  ello  no 
aparece,  ni  por  asomos,  prueba  alguna  de  que  el  autor  del  Quijote  sea  el  Cer- 
vantes López  de  Alcázar  de  San  Juan. 

Cap.  VII.  «Que  trata  de  la  estatua  que  le  erigieron  después  de  su  muerte.» 
Hasta  ahora  he  calificado  de  inocente  el  trabajo  del  Sr.  Lizcano,  pero  en  este 
capítulo  asoma  ya  algo  que  no  lo  es.  Dígolo,  porque  en  la  pág.  308  pone  estas 
palabras:  «Téngase  siempre  presente  que  desde  1738,  que  salió  á  luz  su  bio- 
grafía, hasta  1809,  nadie  se  acordó  de  él  (Cervantes)», con  lo  cual  el  autor  omite 
mencionar  los  importantísimos  hallazgos  y  trabajos  biográficos  de  D.  Vicente  de 
los  Ríos,  de  D.  J.  Pellicer,  D.  M.  Sarmiento  y  otros  documentos  publicados  des- 
de 1770  hasta  1800.  ¿Por  qué  los  omite?  Claro  es  el  motivo.  Porque  en  las  bio- 
grafías de  Cervantes  que  elaboraron  aquellos  ilustradísimos  escritores  se  evi- 
dencia y  se  prueba  clarísimamente  que  el  autor  del  Quijote  era  hijo  de  Alcalá 
de  Henares.  Y  como  las  pruebas  que  allí  se  dan,  convencen  á  todo  el  que  tenga 
ojos  para  ver,  y  al  Sr.  Lizcano  le  conviene  hacerse  el  ciego,  he  ahí  por  qué  las 
omite  en  este  lugar,  sin  embargo  de  que  en  la  3.*  parte  se  ve  obligado  á  hablar 
de  estos  autores  para  refutar  sus  biografías  de  Cervantes. 

En  el  Apéndice  (i)  á  la  2.^  parte — dice  el  autor — que  «demuestra  las  meta- 
morfosis bucólicas  y  geórgicas  del  Quiiote^,  y  añade:  «que  Cervantes  tomó  el 
nombre  de  Cide-Hamete,  de  los  dos  infantes  árabes  que  se  mencionan  en  la 
Crónica  de  D.Juan  //»,  ([valiente  descubrimiento!);  «que  en  el  Caballero  déla 
Triste  Figura  trató  de  ridiculizar  Cervantes  el  escudo  de  armas  de  Alcázar  de 
San  Juan,  y  repite  que  esta  ridiculización  «fué  el  primordial  objeto  del  autor  del 


(1)     Cita  también  la  carta  de  nobleza  de  los  Cervantes,  que   vi  en   la  Academia  el  alio 
1886. 


Biografías  y  noticias  biográficas  69 

Quijote,^  (iqué  desencanto!),  üe  modo  que  Cervantes  ridiculizó  á  su  patria;  bien 
al  contrario  del  Cervantes  de  Alcalá  de  Henares,  que  enalteció  la  suya. 

Continúa  diciendo,  «que  la  ínsula  Barataría,  es  aquella  heredad  que,  según 
la  novela  del  Cautivo^  fué  vendida  al  tío  D.  Bernabé,  que  era  de  Cide-Hamete 
Benengeli,  en  12,000  ducados  las  tres  terceras  partes,  situada  á  7  kilómetros 
de  Alcázar»,  y  la  detalla  punto  por  punto,  con  lo  cual — dice — «se  entiende  me- 
jor la  obra  del  Quijote,  que  son  muchos  los  que  no  la  entienden. » 

¿Rtsum  teneatis? 

Después  habla  del  origen  de  la  casa  de  los  Saavedras,  y  concluye  con  una 
lista  de  «los  hombres  célebres  de  la  provincia  de  Ciudad  Real»;  (entre  los  cua- 
les, modestamente,  el  autor  del  libro  se  coloca). 

Tercera  parte. — Cap.  I.  Pone  la  partida  de  bautismo  de  Alcalá,  haciendo 
mucho  hincapié  en  que  figura  en  ella  el  apellido  Carvantes.  Este  reparo  es  muy 
fútil,  porque  además  de  que  se  sabe  que  en  aquello.^  tiempos  de  ortografía  des- 
cuidada, muchas  personas  del  linaje  de  Cervantes,  se  firmaban  Carvantes;  ade- 
más de  esto,  digo,  tenemos  que  el  mismo  autor  del  Quijote,  quien  en  el  pedi- 
mento presentado  en  Argel  á  10  de  Octubre  de  1580,  para  que  se  recibiese  la 
Información  de  su  cautiverio,  dice  terminantemente  que  es  hijo  de  Alcalá  (esta 
es  una  prueba  decisiva),  él  mismo  adoptó  la  forma  Cerbantes.  Y  como  última 
muestra  de  la  sinrazón  de  este  reparo,  haré  observar  al  Sr.  Lizcano  que  en  las 
partidas  de  bautismo  de  Andrés  y  Luisa,  hermanos  del  autor  del  Quijote,  apa- 
rece el  apellido  Cervantes  claramente  escrito. — En  una  nota  á  esta  partida  de 
bautismo  alega  el  Sr.  Lizcano  lo  siguiente:  «El  autor  del  Quijote  se  ve  por  el 
Prólogo  de  las  Novelas  que  dice:  Mi  edad  no  está  ya  para  burlarse  con  la  otra 
vida;  que  al  ¿¿  de  los  años,  gano  al  Sr.  Conde  por  nueve  meses  más  y  por  la 
mano.  Asi  es,  que  desde  1558,  que  nació  éste,  9  de  novbre.,  hasta  el  13  de  Julio 
de  1613,  que  le  dedicó  al  Sr.  Conde  sus  novelas,  resultan  los  55  años,  4  meses 
y  5  días.»  Aquí  asoma  la  mala  fe,  porque  Cervantes  no  dice  tal  cosa.  Cervantes 
dice:  «a/ 55  de  los  años  gano  por  g  mas  y  por  la  mano,^  Véase  cuan  diferente. 
— En  suma,  el  argumento  de  Lizcano  se  reduce  á  decir  que  el  de  Alcalá  es 
Cervantes  y  Cortinas  y  el  de  Alcázar  es  Cervantes  Saavedra  y  López.,  autor 
arábigo  y  manchego.  *_ 

Hace  el  Sr.  Lizcano  otro  extracto  de  la  biografía  de  Navarrete  cuando  éste 
cita  el  pedimento  de  Cervantes  en  1580  en  Argel,  para  la  información  de  su 
cautiverio  y  la  Información  que  su  padre  hizo  en  Madrid  en  1578,  donde  consta 
que  era  hijo  de  Alcalá,  hijo  de  D.  Rodrigo  y  D.*  Leonor  de  Cortinas,  etc.  A  estos, 
indiscutibles  documentos  llama  Lizcano  sospechas  vagas  y  conjeturas  ineficaces 
diciendo  arrogantemente  que  él  ha  sacado  los  verdaderos  documentos.  ¿  Cuáles 
son? 

La  vida  del  Cautivo  y  la  fe  de  bautismo  de  Alcázar. 

Copia  luego  y  ensalza  las  cartas  de  Marafión  y  Sánchez  á  Fernández  Nava- 
rrete en  defensa  de  Alcázar,  y  pone  también  la  partida  de  bautismo  del  Cervan- 
tes de  Consuegra. 

En  los  cap.  III,  IV  y  V,  último  de  la  obra,  para  refutar  los  documentos  de 
Argel,  la  Vida  de  Cervantes,  por  Mainez,  y  los  datos  de  Velasco  Dueñas,  da 
nuevamente  vueltas  á  la  novela  del  Cautivo,  sin  salirse  de  sus  trece. 

Perdóneseme  esta  minuciosa  refutación  de  los  argumentos  del  Sr.  Lizcano. 
Verdaderamente  pudiera  habérmela  excusado,  con  sólo  manifestar  al  Sr.  Liz- 
cano, que  la  partida  de  bautismo  de  su  Cervantes  de  Alcázar,  es  falsa. 

119. — Manifiesto  literario  sobre  Restitución  de  la  verdadera  cuna,  nom- 
bre y  obras  descarriadas  de  Miguel  de  Cervantes  Saavedra,   por 


•JO  Biografías  y  noticias  biográficas 


D.  Leonardo  de  Almedo,  juez  de  primera  instancia  electo  de  Mon- 
talván.  —  Madrid,  20  de  Octubre  de  1893. 

(Lo  cita  Apralz  en  Cervantes  vasca  filo). 

120. — Cervantes  macero.  Carta  III,  de  XX  (Dr.  Thebussem).  1888.  — 
Segunda  Ración  de  Artículos  del  Dr.  Thebussem.  —  Madrid,  1894. 

Hállase  en  la  pág.  159,  la  siguiente  curiosa  noticia: 

«En  el  libro  La  Guerre  de  Chipre  et  la  bataille  de  Lepante,  por  el  vicealmi- 
rante Jurien  de  la  Graviére,  impreso  en  París  en  el  presente  afio  de  1888,  hay 
una  nota  á  la  pág.  217  del  tomo  II,  que  traducida  al  español,  dice  así:  «Cervan- 
»tes  enfermo,  consumido  por  la  fiebre,  mandaba  á  bordo  de  La  Marquesa  un 
^pelotón  de  doce  soldados....  Muerto  su  capitán,  recibe  dos  heridas  frente  al 
senemigo,  y  no  por  eso  deja  de  permanecer  en  su  puesto  hasta  el  fin  del  com- 
íbate....  ¿La  patria,  á  quien  debía  ilustrar,  fué  agradecida?  Nosotros  vemos  figu- 
»rar  en  las  nóminas  del  Consejo  Real  de  Ñapóles  hasta  el  15  de  junio  de  1572. 
»Don  Miguel  Cervantes  de  Saavedra,  lisiado  por  toda  su  vida,  ha  llegado  d  ser 
tuno  de  los  materos  del  Consejo.  Pagad  dos  ducados  al  mes — dicen  las  cédulas 
fde  enero  y  julio  de  1572 — á  e%X.& porlatore  dimazza.-» 

«Por  mi  parte  declaro — dice  el  Dr.  Thebussem — que  no  tenía  conocimiento 
de  tal  particularidad,  y  entiendo  que  los  cervantistas  españoles  agradecerían 
mucho  al  ilustre  Almirante  francés  que  la  ampliase  y  aclarase,  con  citas  de  do- 
cumentos, cuanto  le  fuese  posible.» 

121. — Cervantes  en  la  Exposición  histórica-europea,  por  D.  Manuel  de 
Foronda...  con  una  carta-prólogo  del  Excmo.  Sr.  D.  Luis  Vidart, 
y  dos  apéndices  conteniendo  el  artículo  del  «Doctor  Póstumo"  y  el 
fotograbado  de  cuatro  de  las  páginas  del  libro  parroquial  de  Santa 
María,  de  Alcázar  de  San  Juan. —  Madrid.  —Librería  de  Gutten- 
berg,  1894. 

En  l6.°,  de  95  págs. 

Conferencia  leída  por  su  autor  en  el  gran  salón  de  actos  del  edificio  desti- 
nado á  Bibliotecas  y  Museos,  el  día  30  de  Junio  de  1890  (i),  en  que  tuvo  lugar  la 
clausura  de  las  Exposiciones  Históricas  con  que  España  conmemoró  el  cuarto 
Centenario  del  descubrimiento  de  América. 

El  libro  del  Sr.  Foronda  es  importantísimo  para  la  historia  de  nuestro  Cer- 
vantes y  de  su  familia. 

Además  de  ampliar  las  noticias  de  varios  documentos  ya  conocidos,  describe 
otros  varios,  ignorados  hasta  ahora. 

Extractaré  lo  mucho  de  interesante  que  acerca  de  unos  y  otros  contiene  la 
obra  del  Sr.  Foronda. 

A. — Libro  de  bautismos  de  la  parroquia  de  Alcázar  de  San  Juan,  en 


(I)     Errata  de  imprenta,  por  1892. 


Biografías  y  noticias  biográficas  7 1 

el  que  se  halla  la  partida  de  un  Miguel,  hijo  de  Blas  de  Cervantes 
Saavedra  y  de  Catalina  López. 

«La  llegada  á  la  Exposición  del  libro  de  Bautismos  de  la  parroquia  de  Al- 
calá de  Henares...  excitó  la  curiosidad  del  público;  y  tanto  ésta,  como  las  indi- 
caciones de  la  prensa  y  las  gestiones  del  propio  Lizcano  y  de  otros  particulares, 
hicieron  que  llegara  á  Madrid  el  libro  de  bautismos  de  la  parroquial  de  Alcázar 
de  San  Juan.» 

«Como  una  bomba  cayó,  entre  los  que  habitualmente  á  la  Delegación  con- 
currimos, el  articulo  que,  firmado  por  el  Doctor  Postumo,  vio  la  luz  pública  en 
El  Heraldo  de  Madrid  correspondiente  al  dia  23  del  pasado  Abril  (i);  artículo 
en  el  cual,  de  una  manera  terminante  y  precisa,  se  consigna  que  el  Miguel  de 
Cervantes  Saavedra  y  López  no  pudo  ser  ni  fué  el  manco  de  Lepanto,  el  cautivo 
de  Argel,  el  marido  de  Doña  Catalina  de  Palacios  Salazar,  el  padre  de  Isabel 
de  Cervantes,  el  autor  del  Quijote^  en  fin,  sino  que  el  Cervantes  y  López  no 
llegó  á  existir,  puesto  que  la  partida  que  aparece  en  el  libro  de  Alcázar  era, 
no  sólo  apócrifa  en  su  contexto,  sino  que  los  caracteres  extrínsecos  que  la  infor- 
man dejan  ver  bien  á  las  claras  la  mixtificación  más  palmaria,  la  falsificación 
más  tosca  que  jamás  se  dio  en  casos  semejantes.» 

«Como  era  natural,  todos  acudimos  á  comprobar  por  nosotros  mismos  las 
aseveraciones  del  encubierto  Doctor  Postumo^  y  tras  nosotros  todos  los  que  en 
Madrid  por  las  cosas  de  Cervantes  se  interesan,  contándose  entre  éstos  paleó- 
grafos distinguidos  cuya  competencia  no'  cabe  poner  en  duda.»  «El  juicio  fué 
unánime.  La  partida  de  Alcázar  fué  considerada  por  todos  como  apócrifa.»   ' 

«Pero,  ¿cómo  ha  logrado  pasar  inadvertida  hasta  hoy  tan  patente  falsifica- 
ción? ¿Cómo,  tantos  eruditos  que  del  documento  se  han  ocupado,  no  han  visto 
que  tras  dos  partidas  de  nacimiento  anotadas  con  fecha  15  de  Noviembre  de  1558 
y  otra  de  fecha  18  del  mismo,  vienen,  inmediatarbente  después  (2),  otras  dos  de 
fechas  13  y  14  del  propio  mes  y  año,  es  decir,  que  se  anotaron  cinco  días  des- 
pués nacimientos  que  se  habían  verificado  cinco  días  antes?» 

«La  persona  que  tal  irregularidad  cometió  se  dio  desde  luego  cuenta  de  ella; 
y  lo  comprueba  el  trozo  de  hoja  arrancada  al  final  de  la  partida  del  18,  en  que, 
sin  duda,  la  firma  no  salió  tan  menos  toscamente  imitada  como  en  las  tres  an- 
teriores, y  las  señales  que,  al  parecer,  evidencian  el  propósito  de  borrar,  6  al 
menos  de  hacer  poco  legible,  la  fecha  13  que,  á  pesar  de  esto,  la  partida  subsi- 
guiente conserva.»  «Estas  y  otras  parecidas  observaciones  eran  las  que  todos 
hacían  á  la  vista  del  documento. » 

«Pero  sea  de  ellas  lo  que  quiera,  yo...,  no  he  podido  menos  de  rendirme  ante 
el  convencimiento  que  han  llevado  á  mi  ánimo  las  razones  en  que  se  han  apo- 
yado personas  tan  doctas  y  tan  poca  inñuidas  por  la  cuestión  de  localidad  como 
lo  son  las  que,  estudiando  y  comprobando  las  afirmaciones  del  Doctor  Postumo, 
las  han  corroborado,  dando  como  resultado  final  el  de  que,  con  motivo  de  la 
venida  á  la  Exposición  del  libro  de  Alcázar,  se  ha  aclarado  de  una  vez  y  para 
siempre  este  concepto:  que  Alcázar,  si  camina  de  buena  fe  en  esta  cuestión,  no 
podrá  seguir  aferrado  en  sus  opiniones.» 


(1)  Figura  como  Apéndice  en  el  libro  del  Sr.  Foronda,  que  voy  describiendo. 

(2)  En  el  Apéndiec  final,  pone  el  Sr.  Foronda  la  reproducción  de  cuatro  páginas  del 
libro  de  Alcázar. 


•J2  Biografías  y  noticias  biográficas 


B. — Libro  de  Bautismos  de  la  parroquia  de  Santa  María  de  Alcalá  de 
Henares. 

«Se  halla  en  la  Exposición,  y  además  de  la  partida  del  autor  del  Quijote, 
contiene  las  de  sus  hermanos  mayores  Andrés,  Andrea  y  Luisa.  Respecto  de  lo 
que  fué  de  Andrés  y  Luisa  nada  ha  podido  comprobarse;  puesto  que  el  Rodrigo 
de  Cervantes,  de  quien  se  ha  supuesto  que  era  el  llamado  Andrés  en  la  partida, 
y  que  cambió  este  nombre  de  pila  por  el  anteriormente  dicho,  no  pasa  este  aser- 
to de  la  categoría  de  las  suposiciones  aventuradas;  y  respecto  de  Luisa,  no  es 
posible  creer  que  sea, — por  igual  metamofosis  de  nombre, — la  Doña  Magdalena 
de  Sotomayor,  beata,  ya  que  aparece...  en  Valladolid;  ni  la  Doña  Magdalena  de 
Jesús,  también  beata  y  también  «hermana  de  Cervantes.» 

En  efecto,  ya  hemos  visto  [104],  que  Luisa  fué  monja  en  Alcalá  de  Henares. 

C. — Libro  IV  de  defunciones  de  la  parroquia  de  San  Sebastián,  de 
Madrid. 

«Contiene  el  libro  IV  de  defunciones...  tres  que  se  refieren  á  Cervantes,  á  su 
hermana  Andrea  y  á  su  también  titulada  hermana  Magdalena...?» 

«La  partida  de  Doña  Magdalena  de  Jesús,  (al  fol.  99  del  libro),  consigna 
que  ésta  era  hermana  de  Cervantes,  natural  de  Madrid,  y  que  falleció  en  28  de 
Enero  de  161 1.» 

«No  parece  aventurado  suponer  que  la  Doña  Magdalena  de  Sotomayor  que, 
como  hermana  de  Cervantes,  aparece  en  las  actuaciones  de  Valladolid,  dada  la 
calidad  de  beata  con  que  en  aquéllas  figura,  adoptase  el  sobrenombre  de  Jesús 
en  substitución  del  menos  místico  de  Sotomayor.» 

«Al  folio  270  se  halla  la  partida  de  óbito  de  Miguel  de  Cervantes  Saave- 
dra...;  mandó  dos  misas  del  alma  y  lo  demás  á  voluntad  de  su  mujer,  que  es 
testamentaria,  y  del  licenciado  Francisco  Martínez,  (no  Núñez,  como  todo  el 
mundo  ha  dado  en  leer). »  « A  la  vista  de  esas  palabras,  ¿puede  tenerse  por  aven- 
turada la  conjetura  de  que  Cervantes  hiciera  testamento?...  ¿No  merece  alguna 
disculpa  mi  paciencia  al  rebuscar  184  protocolos,  y  más  tarde,  al  emprender 
con  el  Sr.  Santa  María  la  caminata  á  Esquivias  en  busca  del  pretendido  testa- 
mento?» 

«La  partida  de  defunción  de  D.*  Catalina  de  Salazar,  que  lega  300  misas  y 
y  funda  una  memoria,  y  las  capitulaciones  matrimoniales  de  la  hija  de  Cervan- 
tes, dotada  con  más  de  36,000  reales  y  propietaria  de  una  casa  en  la  calle  de  la 
Montera,  sugieren  al  Sr.  Foronda  esta  oportuna  reflexión:  ¿Serla,  tal  vez,  que 
Cervantes  no  muriese  en  la  extremada  pobreza  con  que  sus  biógrafos  nos  le 
presentan?» 

D. — Traslado  del  testimonio  fechado  en  Argel  á  5  de  Marzo  de  1581. 

«Es  relativo  á  las  diligencias  que  allí  se  hicieron  para  el  rescate  de  los  cau- 
tivos, en  el  que  consta  como  fué  rescatado  Miguel  de  Cervantes,  natural  de  Al- 
calá de  Henares.  Documento  completamente  inédito,  que  forma  parte  del  Libro 
de  redenciones,  y  que  publicará  Don  Ramón  Santa  María.» 

E. — Otro  documento  referente  al  rescate  de  Cervantes. 

Da  también  cuenta  el  Sr.  Foronda  de  «cierto  documento  existente  en  un 


Biografías  y  noticias  biogTá6cas  73 

notable  archivo  particular,  que  dice  asi:  cLos  cautivos  resgatados  por  la  Orden 

de  la  Santísima  Trinidad  en  Argel  de  80  chriados  y  officiales  de  V.  Mgd » 

y  entre  ellos  hace  el  núm.  29  Miguel  dt  Cervantes  de  edad  treinta  y  un  afios, 
natural  de  Alcalá  de  Henares...* 

F. — Poder  á  favor  de  Cervantes. 

Otro  de  los  documentos  que  el  Sr.  Foronda  ha  hallado  en  Esquivias  es  una 
escritura  «en  9  de  Agosto  de  1586,  y  ante  el  escribano  de  S.  M.  Alonso  de  Agui- 
lera, en  la  que  Doña  Catalina,  viuda  ya,  otorga  amplio  poder  para  percibir  cier- 
tos maravedises  en  Toledo  á  favor  de  t  Miguel  de  Cervantes  Saavedra,  mi 
yerno.íi 

G. — Testamento  de  Isabel  de  Cervantes. 

Igualmente  menciona  el  Sr.  Foronda  el  hallazgo  verificado  por  una  persona 
en  el  archivo  de  protocolos  de  Madrid,  del  testamento  y  codicilo  de  la  hija  de 
Cervantes,  fecha  4  de  Junio  de  1631,  en  el  cual  declara  textualmente  ser  hija  de 
Miguel  de  Cervantes  y  de  Dotla  Ana  de  Rojas. 

Los  documentos  É.  y  G.  irán  transcritos  luego  [126]. 

H. — Partida  de  bautismo  de  Isabel  Chiticalla. 

Cita  también  haberse  hallado  en  Esquivias  la  partida  de  bautismo  en  1585 
de  una  nifia  de  padres  desconocidos,  á  quien  pusieron  por  nombre  Isabel  Chi- 
ticalla., que  cree  el  Sr.  Foronda  ser  la  hija  bastarda  de  Cervantes.  Pero  el  señor 
D.  Luis  Vidart,  en  el  prólogo  del  trabajo  que  analizo,  opina,  como  lo  hizo  Ben- 
jumea,  que  Isabel  era  hija  adoptiva  de  Cervantes,  presentada,  con  el  consenti- 
miento de  la  esposa  de  éste,  como  hija  natual.  No  encuentro  la  razón  de  ello,  y 
en  mi  carta  de  10  de  Junio  de  1894  al  Sr.  Foronda,  apunto  yo  esta  conjetura: 
«que  Isabel  era  hija  natural  de  Cervantes,  quizás  la  que  aparece  bautizada  con 
el  nombre  de  Isabel  Chiticalla^  que,  andando  los  tiempos  y  no  teniendo  doña 
Catalina  hijos,  consintió  en  acoger  á  la  hija  de  su  marido,  en  cuya  compañía 
consta  que  vivía  ésta  como  hija  natural  el  año  de  1605,  en  ValladoÚd,  y  que  más 
tarde,  para  poder  casar  á  Isabel  con  Diego  Sanz,  procedió  Cervantes  d  legitimar 
á  su  hija,  valiéndose  de  los  medios  que  la  ley  para  esos  casos  concede.» 

En  efecto,  en  solemnes  documentos  públicos  y  fehacientes,  tanto  Cervantes 
como  su  familia,  declaran  terminantemente:  que  en  1605,  (causa  de  Valladolid), 
D.^  Isabel  era  hija  natural,  y  en  1608,  (capítulos  matrimoniales),  era  hija  legi- 
tima; además  la  propia  Isabel  afirma  en  su  testamento  quienes  son  sus  padres; 
¿por  qué,  pues,  no  hemos  de  dar  fe  á  los  mismos  interesados,  y  sí  andar  conje- 
turando que  Isabel  es  hija  adoptiva?  Si  tal  fuera,  Cervantes  y  los  suyos  lo  hu- 
bieran dicho;  porque  más  honroso  para  él  era  afirmar  que  había  adoptado  á  una 
niña  huérfana,  que  no  confesar  que  tenía  una  hija  bastarda. 

La  partida  de  Isabel  Chiticalla,  que  se  halla  al  folio  35  vto.  del  libro  parro- 
quial de  Esquivias,  correspondiente  á  1585,  dice  así:  «Isabel.=En  treinta  días 
del  mes  de  Marzo  del  dicho  afio,  babtizó  el  Revdo.  Licenciado  Pascual  Fernan- 
dez; Tiniente  de  beneficiado,  á  Isabel,  hija  de  Chiticalla.  Fueron  sus  compadres 
Gaspar  Martin,  hijo  de  Andrés  Martin  Toledano  y  Maria  Fernandez.  Encargo- 
seles  el  parentesco  Spiritual.  Testigos  Francisco  Marcos  y  Gabriel  de  Salas,  ve- 
cinos del  dicho  lugar  y  lo  finné=Pascual  Fernandez.» 

Tomo  n  xo 


J4  Biografías  y  noticias  biográficas 

El  servicio  que,  con  la  publicación  de  esta  obrita,  ha  prestado  el  Sr.  Foron- 
da á  los  cervantistas,  es  inmenso.  No  satisfecho  el  distinguido  escritor  con  las 
interesantísimas  noticias  que  en  aquélla  nos  da,  registró  numerosos  protocolos  y 
libros  parroquiales  é  hizo  repetidas  excursiones  á  Esquivias  para  completar  los 
datos  ya  adquiridos  y  buscar  otros  nuevos.  El  resultado  de  una  de  sus  excursio- 
nes lo  ha  reunido  el  Sr.  Foronda  en  el  Boletín  de  la  Sociedad  Española  de  Ex- 
cursiones, Madrid,  (Año  2.°,  n.°  18,  i."  Agosto  1894),  en  donde  consigna:  «Que 
la  Iglesia  hoy  existente  no  es  la  misma  en  que  Cervantes  se  casó,  puesto  que  fué 
construida  en  1785  sobre  el  mismo  solar  de  la  primitiva...»  Describe  la  casa  en 
que  se  supone  vivió  Cervantes;  hace  un  poco  de  historia  del  pueblo  y  copia  la 
partida  de  Isabel,  acerca  de  la  cual  dice:  «como  se  ve,  si  Isabel  de  Cervantes 
declara  que  tenia  en  30  de  Junio  de  1605  veinte  años,  y  según  la  partida,  preci- 
samente los  20  años  y  3  meses:  si  en  su  testamento  declara  ser  hija  de  D.*  Ana 
de  Rojas,  y  en  el  archivo  notarial  de  Esquivias  aparece  por  aquellos  años  otor- 
gando escrituras,  una  señora  viuda  con  el  propio  nombre  y  apellido;  si  en  la 
citada  causa  de  Valladolid  se  consigna  en  dos  ó  tres  ocasiones  distintas  la  ilegi- 
timidad de  Isabel,  ¡qué  extraño  es  que  D.  Luis  Vidart  y  D.  Leopoldo  Rius  co- 
miencen á  dar  calor  á  la  idea  apuntada  por  el  infrascripto  de  que  tal  vez  sea 
CFta  misteriosa  partida  la  del  bautismo  de  la  hija  de  Cervantes!» 

El  Sr.  Foronda  me  ha  obsequiado  con  un  ejemplar  de  la  Gacela  de  Fomento, 
de  Madrid,  correspondiente  al  21  de  Abril  de  1885,  en  la  cual  hay  un  intere- 
sante artículo  suyo,  titulado  Cervantes  y  el  Padre  Haedo,  poniendo  de  relieve 
la  relación  que  existe  entre  las  noticias  del  erudito  monje  Benedictino  y  las  que 
de  si  mismo  nos  da  Cervantes  referentes  á  su  cautiverio  en  Argel. 

122. — El  Conde  de  Lemos,  protector  de  Cervantes. — Ilustración  Cató- 
lica^ 1880,  pág.  323.  —  Su  autor,  D.  José  M.*  Asensio. 

Se  hizo  tirada  á  parte  en  8.°,  de  32  páginas. 

123i — «Tres  biografías  de  Cervantes». — «Los  últimos  biógrafos  de  Cer- 
vantes» . — Artículos  de  D.  Luis  Vidart  en  La  Ilustración  Española 
y  Americana^  correspondiente  á  los  días  30  de  Junio  y  22  de  Julio 
de  1889. 

Examina  las  biografías  de  Cervantes  por  Mainez  y  Benjumea,  y  al  final  esta- 
blece un  paralelo  entre  ambas  y  las  escritas  por  Navarrete  y  Moran. 

El  Sr.  Benjumea  había  afirmado  repetidas  veces  [53,  86,  91],  «que  los  amo- 
res de  Cervantes  con  D.*  Catalina  de  Salazar  empezaron  antes  de  su  viaje  á  Ita- 
lia, esto  es,  antes  de  1569.» 

El  Sr.  Vidart  y  D.  Manuel  de  la  Revilla  [88]  apoyan  esta  conjetura  del  se- 
ñor Benjumea;  pero,  tal  suposición  es  tan  aventurada,  que  un  sencillo  dato  bas- 
tará para  demostrar  adonde  conduce:  al  absurdo.  En  efecto;  D.^  Catalina  de 
Salazar  nació  el  12  de  Noviembre  de  1561;,  de  manera  que,  en  1568,  época  en 
que  supone  Benjumea  que  comenzaron  sus  amores  con  Cervantes,  tenía  aquella 
señora...  ¡apenas  trese  años! 

124. — Cervantes  vascófilo,  ó  sea  Cervantes  vindicado  de  su  supuesto 


Biografías  y  noticias  biográficas  75 

antivizcaínismo,  por  Julián  Apraiz  Sáenz  del  Burgo,  natural  de 
Vitoria  y  vizcaíno,  alavés  y  guipuzcoano  por  todos  sus  abolengos. 
—  Nueva  edición  considerablemente  aumentada. —  Vitoria.  —  Est. 
tip.  de  Domingo  Sar.—  1895. 

En  4.",  de  282  págs.  y  una  hoja  final  para  el  índice  y  Erratas. 

Páginas  139  á  155:  resumen  de  los  documentos  de  Navarrete,  Moran  y  Asen- 
sio  acerca  de  los  cargos  de  Cervantes  en  Andalucía,  y  publicación  de  dos  nue- 
vos documentos. 

En  este  apreciabilísimo  libro,  después  de  demostrar  claramente  su  autor  que 
andan  descaminados  los  pocos  críticos  que  desde  Pellicer  y  Clemencín  hasta 
nuestros  dias,  han  creído  hallar  en  varios  pasajes  de  las  obras  de  Cervantes  una 
intención  de  burlarse  de  los  vascongados;  prueba  al  contrario,  que  el  Principe 
de  los  ingenios  tuvo  siempre  en  aventajado  predicamento  á  los  vizcaínos  y  pone 
de  relieve  la  amistad  que  le  unió  con  diversos  hijos  de  Euskaria.  Esto  le  lleva 
por  la  mano  á  tratar  con  detenimiento  de  las  comisiones  que  desempeñó  en  An- 
dalucía, y  después  de  enumerar  los  documentos  descubiertos  citados  por  Nava- 
rrete, Moran,  Asensio...  produce  dos  nuevos  documentos  que  le  transmite  don 
Claudio  Pérez  y  Gredilla,  jefe  del  Archivo  general  de  Simancas  y  algunas  curio- 
sas noticias  debidas  á  sus  incesantes  pesquisas. 

Mencionaré  pues  los  principales  puntos: 

1."  Carta  original  de  Isunza  al  Rey  fecha  en  el  Puerto  de  Santa  María 
á  1  de  Enero  de  isg2. — Con  motivo  de  haber  la  villa  de  Fuente  Ovejuna  pren- 
dido, por  abusos  y  delitos  en  su  oficio,  á  un  substituto  de  Andrés  Cerio,  comisa- 
rio del  proveedor  Isunza,  y  de  haber  el  Corregidor  de  Córdoba  achacado  igua- 
les delitos  á  otros  comisarios  de  la  misma  proveeduría,  el  indicado  Isunza 
manifiesta  al  Rey  en  tono  respetuoso,  pero  enérgico,  que  el  substituto  culpable  no 
fué  nombrado  por  él;  y  para  mayor  aclaración  consigna  que  los  Comisarios  de 
su  Proveeduría  ^que  confinan  con  Andrés  de  Cerio,  son  Diego  de  rruy  Saenz, 
Miguel  de  Cervantes  Saavedra,  Bartolomé  de  Arredondo  y  Gaspar  de  Salaman- 
ca Maldonado,  hombres  honrados  y  de  mucha  confianza,  y  ansí  tengo  por  cierto 
que  á  ninguno  destos  hallará  embararafado  el  Corregidor  de  Cordoua  en  cossa 
que  sea  hurto,  ni  cohecho. ■>> 

2.°  Otra  carta  original  del  propio  Isunza,  en  el  Puerto  de  Santa  María  á  23 
de  Febrero  de  1592,  en  la  cual,  quejándose  al  Rey  de  varias  órdenes  vejatorias 
del  Corregidor  de  Ecija  contra  sus  Comisarios,  entre  los  cuales  continuaba  Cer- 
vantes, responde  nuevamente  de  la  fidelidad  y  honradez  de  los  mismos. 

3.°  Ya  hemos  visto  que  el  Sr.  Moran  [46]  confunde  el  asunto  de  las  tercias 
de  Toro  con  la  prisión  de  Cervantes  en  Castro  del  Río.  El  n.°  VIH  de  los  nue- 
vos documentos  hallados  por  el  Sr.  Asensio  [48],  arroja  luz  sobre  aquel  asunto 
de  Toro,  cuya  historia  completa  nos  da  el  Sr.  Apraiz  en  su  obra  (págs.  146  á  150). 
De  sus  investigaciones  resulta:  Que  Salvador  de  Toro  tenía  arrendadas  las  tercias 
de  Teba;  que  habiendo  el  proveedor  Isunza  ordenado  á  sus  comisarios  que  sa- 
caran trigo  de  dichas  tercias  y  de  otras  partes,  se  presentó  Nicolás  Benito  y  por 
fuerza  sacó  1.157  fanegas  de  trigo  y  510  y  media  de  cebada;  que  Toro  dio  po- 
der á  Diego  de  Fresneda,  quien  se  dirigió  contra  los  bienes  de  Isunza;  que  éste 
reclamó  protestando  de  la  ejecución;  que  Cervantes  obrando  como  siempre  con 
nobleza,  acudió  á  favor  de  Isunza  á  este  pleito  y  en  méritos  del  mismo  dio  una 
certificación  áSde  Agosto  de  i¡g2,dec\iiiando  que  ¿I  es  quien  tiene  de  dar  cuenta 
del  dicho  trigo  y  cebada  del  qual  se  hizo  cargo,  y  dará  cuenta  cada  y  quando  que 
se  le  pidiere  de  la  entrega  del  trigo  d  los  vizcocheros  que  lo  convirtieron  en  vizco- 


j6  Biografías  y  noticias  biográficas 


tAo  para  servicio  de  S.  M.  Parece  que  esto  no  bastó,  pues  Cervantes  se  presentó 
ante  el  Real  Consejo  de  la  Guerra  con  la  solicitud  á  favor  de  Isunza  de  i.°  de 
Diciembre,  que  ya  hemos  visto  en  Moran  [46]. 

Avaloran  el  eruditísimo  libro  del  Sr.  Apraiz  una  porción  de  noticias  cerván- 
ticas y  de  juiciosas  disertaciones  acerca  de  los  antiquijotistas  y  anticervantistas, 
deteniéndose  especialmente  en  el  vitoriano  D.  Valentín  Foronda. 

125.— La  Cueva  de  Cervantes  en  Argel,  por  D.  Mariano  Rotondo  y 
Nicolau,  vicecónsul  de  España  en  Burdeos.— Madrid,  1895. 

Folleto  en  4.°  mayor. 

126. — Nuevos  documentos  referentes  á  Cervantes  y  á  su  familia,  descu- 
biertos y  publicados  por  D.  Cristóbal  Pérez  Pastor,  Pbro. — Madrid, 
1896. 

El  Sr.  Pérez  Pastor  es  ya  muy  conocido  por  sus  notabilísiiHos  trabajos  biblio- 
gráficos, entre  los  cuales  ocuparon  un  merecido  lugar  sus  tres  libros  La  Impren- 
ta en  Toledo,  La  Imprenta  en  Madrid  y  la  Imprenta  en  Medina  del  Campo, 
obra  premiada  por  la  Biblioteca  Nacional  en  el  concurso  público  de  1893.  En- 
tusiasta cervantista,  además,  el  Sr.  Pérez  Pastor,  guiado  por  su  esclarecido  cri- 
terio, y  á  fuerza  de  indecibles  indagaciones,  ha  descubierto  más  de  50  documen- 
tos relativos  á  Cervantes  y  á  su  familia,  la  mayor  parte  de  los  cuales  son  impor- 
tantísimos para  la  biografía  del  autor  del  Quijote. 

Con  generosidad  poco  común,  el  Sr.  Pérez  Pastor  me  ha  facilitado  las  ga- 
leradas de  los  pliegos  que  está  imprimiendo,  y  á  esa  amabilidad  debo  el  poder 
incluir  aquí  los  citados  documentos.  Permítame  el  ilustrado  bibliotecario  que 
le  exprese  mi  profunda  gratitud. 

Documento  núm.  i. — Poder  del  Licenciado  Juan  de  Cervantes  á  su  hija  doña 

María  para  tomar  á  préstamo  100.000  maravedises. — Alcalá,  13  de  Mayo  de  1533. 

(Protocolo  de  Rojas,  1533,  rotulado  Rosal  y  Córdova,  1562.) 

Documento  núm.  2. — Obligación  de  D.^  María  de  Cervantes  de  pagar  á  Die- 
go de  la  Haya  100.000  maravedises  que  le  ha  prestado. — Madrid,  13  de  Mayo 
de  1533. 

(Protocolo  de  Rojas,  1533,  rotulado  Rosal  y  Córdova,  1562.) 

Documento  núm.  j. — «Sepan  quantos  esta  carta  de  donación  ynrevocable 
vieren,  como  yo,  Juan  Locadelo,  residente  al  presente  en  esta  villa  de  Madrid  y 
corte  de  su  magestad,  digo:  que  por  quanto  yo  tengo  mucha  obligación  e  soy  en 
mucho  cargo  á  la  señora  doña  Andrea  de  Cervantes,  hija  de  Rodrigo  de  Cer- 
vantes, residente  en  esta  dicha  villa  e  corte,  ansi  porque  estando  yo  ausente  de 
mi  natural  en  esta  tierra  me  ha  regalado  y  curado  algunas  enfermedades  que  he 
tenido  assi  ella  como  su  padre  e  hecho  por  mi  y  en  mi  utilidad  otras  muchas 
cosas  de  que  yo  tengo  obligación  a  lo  remunerar  y  gratificar  por  ende  en  la  via 
e  forma  que  haya  mejor  lugar  de  derecho,  e  cumpliendo  lo  susodicho  otorgo  e 
conozco  por  esta  presente  carta  que  hago  gracia  y  donación  a  la  dicha  señora 
doña  Andrea  de  Cervantes  pura  perfecta  ynrebocable  que  llama  el  derecho  en- 
tre vivos  para  ella  e  sus  herederos  y  sucesores  presentes  y  por  venir  y  para  quien 
ella  quisiere  e  por  bien  tuviere  es  a  saber  de  los  bienes  y  cosas  siguientes:» 


Biografías  y  noticias  biográficas  77 

(Siguen  los  bienes  y  cosas,  consistentes  en  300  escudos  de  oro  en  oro,  y  mu- 
chos muebles,  ropas  y  alhajas  de  valor.) 

«Los  quales  dichos  bienes  de  suso  declarados  le  doy  por  las  causas  susodi- 
chas  e  por  otras  muchas  buenas  obras  que  della  he  recibido  e  porque  tenga  me- 
jor con  que  se  poder  casar  e  honrar  e  para  ayuda  al  dicho  su  casamiento  sin  que 
en  ello  otra  alguna  persona  ni  sus  padres  ni  hermanos  ni  alguno  dellos  tenga  ni 
haya  cosa  alguna  contra  la  voluntad  de  la  dicha  doña  Andrea,  la  qual  los  tenga 
e  posea,  goze  y  emplee  como  ella  quisiere  e  por  bien  tuviere  e  los  gaste  e  destri- 
buya a  su  voluntad, 

.  .  .  e  por  quanto  toda  donación  que  es  fecha  en  mayor  cuantia  de  quinientos 
sueldos  en  lo  demás  no  vale  sino  es  insinuada  por  ante  juez  competente,  por  ende 
tantas  quantas  vezes  esta  dicha  donación  ecede  o  eceder  puede  del  mayor  nu- 
mero de  los  dichos  quinientos  sueldos  tantas  donaciones  vos  hago  y  las  insinuó 

y  he  por  insinuadas  como  si  lo  fueren  ante  el  tal  juez  competente 

.  .  .  y  en  señal  de  posesión  se  lo  doy  y  entrego  de  presente  todo  ello  en  escudos 

y  bienes  en  presencia  del  escribano  y  testigos  de  yuso  escritos 

...  y  la  dicha  doña  Andrea  lo  recibió  realmente  e  lo  paso  a  su  poder  y  quedo 
señora  y  posehedora  dello  y  se  dio  por  entregada  dello.  E  yo,  el  dicho  Juan  Fran- 
cisco Locadelo,  me  obligo  de  no  revocar  esta  dicha  donación  guardándose  la 

forma  en  ella  contenida  en  tiempo  alguno 

.  .  .  Y  yo,  la  dicha  doña  Andrea  de  Cervantes,  que  soy  presente  a  todo  lo  que 
dicho  es,  digo  e  confieso  y  otorgo  que  recibo  de  mano  del  dicho  señor  Juan  Fran- 
cisco Locadelo  los  dichos  trezientos  escudos  de  oro  en  oro  y  todos  los  bienes  y 
joyas  de  suso  declarados  y  que  acebto  la  merced  y  donación  que  de  todo  ello 
me  haze  e  le  beso  las  manos  por  ello,  en  firmeza  de  lo  qual  ambos  otorgamos  la 
presente  ante  el  escribano  e  testigos  de  yuso  escritos.  Que  fue  fecha  e  otorgada 
en  la  villa  de  Madrid  a  nueve  dias  del  mes  de  junio  de  mil  e  quinientos  e  se- 
senta e  ocho  años.  Testigos  que  fueron  presentes  a  lo  que  dicho  es  Francisco  de 
Villanueva  e  Miguel  de  la  Corte,  criados  del  dicho  señor  Juan  Francisco,  e 
Alonso  Gutiérrez  de  Cumbres,  criado  del  licenciado  Sánchez  de  Cordova,  resi- 
dentes en  esta  corte,  y  el  dicho  señor  Juan  Francisco  y  la  dicha  señora  doña 
Andrea  lo  firmaron  de  sus  nombres  a  los  quales  yo  el  escribano  conozco. — 
Francisco  Locadelo. — Doña  Andrea  de  Cervantes. — Paso  ante  mi  Francisco 
Hortiz,  escribano.» 

(Protocolo  de  Francisco  Ortiz,  1568,  folio  523.) 

Documento  núm.  4. — Asiento  y  soldada  de  Isabel  de  Alvear  con  D.^  Andrea 
de  Cervantes. — Madrid,  i.°  de  Septiembre  de  1573. 

(Protocolo  de  Juan  López  del  Castillo,  1573,  folio  650.) 

Documento  núm.  j. — «Sepan  quantos  esta  carta  de  obligación  vieren,  como 
yo,  don  Alonso  Pacheco,  vezino  de  la  cibdad  de  Xerez,  cerca  de  Badajoz,  estante 
al  presente  en  esta  corte,  otorgo  y  conozco  por  esta  presente  carta  que  me  obligo 
de  dar  e  pagar  a  vos  la  señora  doña  Madalena  Pimentel  de  Sotomayor,  estante  en 
esta  corte,  e  a  quien  vuestro  poder  hobiere  e  por  vos  lo  hobiere  de  haber  e  recaudar 
en  qualquier  manera^  es  a  saber:  quinientos  ducados  que  valen  ciento  e  ochenta 
e  siete  mili  e  quinientos  maravedís,  los  quales  vos  debo  e  son  por  razón  de  que 
yo  os  era  deudor  dellos  por  una  donación  que  en  vuestro  favor  hice  e  otorgué 
por  la  qual  os  doné  e  mandé  la  cantidad  por  las  razones  e  obligaciones  que  para 
ello  tuve  y  me  obligué  de  os  hacer  pago  de  la  dicha  cantidad  quando  heredase 
los  bienes  e  hazienda  en  que  yo  subcedo  por  fin  e  muerte  de  don  Pedro  Porto- 
carrerro,  mi  señor  y  padre,  y  es  ansi  que  el  dicho  mi  padre  es  muerto 


•jf.  Biografías  y  noticias  biográficas 

.  .  .  por  lo  qual  me  obligo  de  os  dar  e  pagar  los  dichos  quinientos  ducados  para 
el  dia  de  Santiago  primero  venidero  deste  presente  afio  de  mili  e  quinientos  e 
setenta  e  cinco  años  puestos  e  pagados  en  esta  villa  de  Madrid  a  mi  costa  e 
mynsion  so  pena  de  pagarlo  con  el  doblo,  y  para  el  cumplimiento  dello  obligo 

mi  persona  e  bienes  muebles  y  raizes  habidos  e  por  haber 

.  .  .fue  fecha  e  otorgada  en  esta  villa  de  Madrid  a  siete  dias  del  mes  de  mayo 
de  mili  e  quinientos  e  setenta  e  cinco  años,  siendo  presentes  por  testigos  Balta- 
sar Coymbra  y  Gaspar  Sánchez  y  el  licenciado  Agustin  Bravo,  estantes  en  esta 

villa  de  Madrid  e  corte  de  su  magestad 

.  .  .  Don  Alonso  Pacheco. — PasO  ante  mi,  Pedro  de  Salazar,  escribano. — Dere- 
chos un  real.» 

(Protocolo  de  Pedro  Salazar,  1575,  fol.  576.) 

Documento  núm.  6. — «En  la  villa  de  Madrid,  a  siete  dias  del  mes  de  Mayo 
de  mil  de  quinientos  y  setenta  y  cinco  años  ante  mi  el  escribano  publico  e  tes- 
tigos de  yuso  escriptos  parescio  presente  la  señora  doña  Madalena  Pimentel  de 
Sotomayor,  hija  legitima  de  Rodrigo  de  Cervantes  y  de  doña  Leoncz  de  Corti- 
nas, sus  padres  estantes  en  esta  corte,  y  con  licencia  y  consentimiento  que  pri- 
mero e  ante  todas  las  cosas  pidió  e  demando  al  dicho  Rodrigo  de  Cervantes 
que  estaba  presente  para  hacer  jurar  e  otorgar  esta  escriptura  y  lo  que  en  ella 
ira  contenido  y  el  dicho  Rodrigo  de  Cervantes  otorgó  que  el  daba  e  dio  la  di- 
cha licencia 

.  .  .  por  tanto,  la  dicha  doña  Madalena,  usando  de  la  dicha  licencia,  dixo  que 
por  quanto  en  dias  pasados  el  señor  don  Alonso  Pacheco  le  hizo,  una  donación 
y  obligación  de  le  pagar  quinientos  ducados  para  quando  heredasse  por  las  ra- 
zones contenidas  en  la  escriptura  que  pasó  ante  Miguel  de  Terreros,  escribano 
de  su  magestad,  y  es  ansi  que  para  que  por  ella  hobiese  e  cobrase  los  dichos 
quinientos  ducados  a  Felipe  López,  florentin,  dio  poder  en  causa  propia  para 
que  los  cobrase  del  dicho  señor  don  Alonso  y  ansi  dixo  e  confeso  que  se  los  de- 
bía al  dicho  Felipe  López,  y  visto  por  el  dicho  señor  don  Alonso  hizo  obliga- 
ción al  dicho  Felipe  López  para  que 

.  .  .se  los  pagaría  a  cierto  plazo,  y  el  dicho  Felipe  López  hizo  en  favor  de  la 

dicha  doña  Madalena  una  cédula  firmada  de  su  nombre 

...  la  verdad  era  que  no  eran  suyos  sino  de  la  dicha  doña  Madalena,  porque 
no  le  era  deudor  a  el  de  ninguna  cosa,  y  ansi  ella  por  esta  carta  en  la  mejor  via 
y  forma  que  ha  lugar  de  derecho  da  por  ninguna  la  dicha  escriptura  de  dona- 
ción y  la  obligación  hecha  por  el  dicho  señor  don  Alonso  en  favor  del  dicho 
Felipe  López  y  pide  al  susodicho  por  ella  ni  dé  por  si  ni  use  de  la  dicha  obli- 
gación por  quanto  para  la  paga  de  los  dichos  quinientos  ducados  y  contento 
dellos  le  tiene  el  dicho  señor  don  Alonso  hecha  una  escriptura  de  obligación 

ante  el  presente  escribano 

.  .  .  e  por  ser  menor  de  veinte  e  cinco  años  y  mayor  de  diez  y  seis  juró  por 
Dios  nuestro  señor  e  por  santa  María  su  madre  e  por  las  palabras  de  los  evan- 
gelios e  por  una  señal  de  la  cruz  en  que  puso  su  mano  derecha  en  la  de  mi  el 
presente  escribano  de  tener  y  guardar  y  cumplir  esta  escriptura  y  lo  en  ella  con- 
tenido  

.  .  .  Que  fue  fecha  e  otorgada  esta  carta  en  la  dicha  villa  de  Madrid  en  el  di- 
cho dia,  mes  e  afio  dichos 

.  .  .  Rodrigo  de  Cervantes. — Doña  Madalena  Pimentel  de  Sotomayor.— Pasó 
ante  mi,  Pedro  de  Salazar,  escribano. — Derechos  un  real.» 

(Protocolo  de  Pedro  Salazar,  IS7S,  fol.  477) 


Biografías  y  noticias  biográficas  79 

Documento  núm  7. — «En  la  villa  de  Madrid,  a  primero  dia  del  mes  de  agos- 
to de  mili  e  quinientos  e  setenta  e  cinco  años,  ante  mi  el  escribano  publico  e 
testigos  yuso  escriptos  pareció  presente  doña  Madalena  Pimentel  de  Sotoraayor, 
hija  legitima  del  señor  Rodrigo  de  Cervantes  y  de  la  señora  doña  Leonor  de 
Cortinas,  sus  padres,  estantes  en  esta  corte,  con  licencia  e  autoridad  y  expreso 
consentimiento  que  primero  e  ante  todas  cosas  pidió  e  demando  a  el  dicho  se- 
ñor Rodrigo  de  Cervantes,  su  padre 

.  .  .  Por  tanto,  la  dicha  doña  Madalena  Pimentel  de  Sótomayor  por  sí  y  usando 
de  la  dicha  licencia  a  ella  dada  por  el  dicho  su  padre  dixo  que  en  días  pasados 

el  muy  ilustre  señor  don  Alonso  Pacheco 

...  le  hizo  e  otorgó  una  obligación  en  su  favor  por  la  qual  se  obligó  de  le  dar 
e  pagar  quinientos  ducados  para  se  los  pagar  por  el  dia  de  Santiago  próximo 

pasado  deste  presente  afio  de  quinientos  y  setenta  y  cinco 

...  y  porque  su  voluntad  es  de  no  cobrar  de  presente  la  dicha  cantidad  por 
muchas  causas  que  a  ello  le  mueven,  y  por  tanto  otorgó  que  en  la  mejor  via  e 
forma  que  de  derecho  ha  lugar  prorrogaba  e  prorrogó  el  plazo  de  la  dicha  obli- 
gación por  de  aqui  a  el  dia  de  navidad  fin  del  año  que  verná  de  ochenta 

.  .  .  Baltasar  Coymbra  y  don  Diego  Davila  y  Baltasar  de  Frías,  estantes  en  esta 
corte,  y  los  dichos  otorgantes,  á  quien  yo  el  escribano  doy  fee  que  conozco  lo 
firmaron  de  sus  nombres  en  el  registro. — Doña  Madalena  Pimentel  de  Sótoma- 
yor.— Pasó  ante  mi,  Pedro  de  Salazar. — Derechos  un  real. » 

(Protocolo  de  Pedro  de  Salazar,  1575,  fol.  245.) 

Documento  núm  8. — «En  la  villa  de  Madrid,  a  veinte  e  ocho  dias  del  mes  de 
Setiembre  de  mili  e  quinientos  e  setenta  e  cinco  años,  ante  mi,  el  escribano  pu- 
blico e  testigos  de  yuso  escriptos  pareció  presente  Rodrigo  de  Cerbantes  y  doña 
Madalena  Pimentel  de  Sótomayor,  su  hija,  estantes  en  esta  villa  de  Madrid..  .  . 
.  .  .  que  por  quanto  el  dicho  Rodrigo  de  Cerbantes  pareció  ante  el  señor  licen- 
ciado Alvaro  Garcia  de  Toledo,  alcalde  de  la  casa  e  corte  de  su  magestad,  y 
presentó  una  escriptura  y  por  virtud  della  el  y  la  dicha  doña  Madalena  Pimen- 
tel pidieron  execucion  ante  Francisco  de  Yepes,  escribano  de  provincia,  contra 

don  Alonso  Pacheco  por  contia  de  quinientos  ducados 

...  y  ahora  se  han  concertado  con  el  dicho  don  Alonso  Pacheco  de  que  les 
haga  nueva  obligación  para  les  pagar  los  dichos  quinientos  ducados  a  ciertos 

plazos  y  con  ciertas  condiciones 

.  .     y  por  razón  de  haber  el  dicho  don  Alonso  hecho  la  dicha  obligación,  ellos 

quedaron  de  apartarse  de  la  dicha  execucion  y  darla  por  ninguna 

.  .  .  dixeron  que  se  apartaban  e  apartaron  del  dicho  pedimiento  de  execucion 
hecho  por  ellos  ante  el  dicho  señor  alcalde  y  daban  e  dieron  por  ninguno  y  de 

ningún  valor  ni  efecto  la  dicha  execucion  y  auto  della 

...  y  ansi  ambas  partes  lo  otorgaron  como  dicho  es  y  lo  firmaron  de  sus  nom- 
bres a  las  quales  dichas  partes  y  testigos  yo  el  dicho  escribano  doy  fee  que  co- 
nozco.— Rodrigo  de  Cerbantes. — Doña  Madalena  Pimentel  de  Sótomayor. — 
Passó  ante  mi,  Pedro  de  Salazar,  escribano. — Derechos  real  y  medio.» 

(Protocolo  de  Pedro  de  Salazar,  1 575,  fol.  6 10.) 

Documento  núm.  p. — tSepan  quantos  esta  escritura  vieren  como  yo,  don 
Alonso  Pacheco,  vecino  de  la  ciudad  de  Xerez,  cerca  Badajoz,  estante  al  pre- 
sente en  esta  villa  de  Madrid  corte  de  su  magestad,  digo:  que  por  quanto  yo  en 
dias  pasados  hize  y  otorgue  en  favor  de  la  señora  doña  Madalena  Pimentel  de 
Sótomayor,  hixa  lexitiraa  de  Rodrigo  de  Cervantes  y  doña  Leonor  de  Cortinas, 
sus  padres,  una  escritura  de  donación  por  la  qual  le  done  e  hize  gracia  de  qui- 


}jo  Biografías  y  noticias  biográficas 


nientos  ducados  y  por  las  razones  contenidas  en  la  dicha  escritura  me  obligue 

se  los  dar  e  pagar  para  cierto  plazo  y  este  es  cumplido 

...  y  después  por  me  hazer  mas  comodidad  la  dicha  señora  doña  Madalena 
con  licencia  del  dicho  su  padre  me  dio  espera  por  la  dicha  cantidad  para  no 
cobrar  de  mi  la  dicha  deuda  ni  usar  de  una  obligación  que  después  de  la  dicha 
donación  le  hize  ante  el  presente  escribano  quando  me  dio  la  primera  espera 
hasta  el  dia  de  navidad  fin  del  año  de  ochenta,  y  es  ansi  que  la  dicha  doña  Ma- 
dalena Pimentel  yendo  contra  lo  que  se  habia  obligado  de  me  no  aguardar  me 
dio  a  executar  ante  el  señor  licenciado  Alvaro  García  de  Toledo,  alcalde  de  la 
casa  e  corte  de  su  magestad,  y  ante  Francisco  de  Yepes,  su  escribano,  y  estando 
en  este  estado  no  embargante  que  yo  no  pude  ser  executado  por  razón  de  la 

dicha  espera 

.  .  .  ansi  por  esta  presente  carta  en  la  mejor  via  e  forma  que  mejor  haya  lugar 
de  derecho  digo  que  me  obligo  de  dar  e  pagar  a  la  dicha  señora  doña  Madalena 
Pimentel  y  a  quien  su  poder  hobiere  los  dichos  quinientos  ducados  desde  hoi 

dia  de  la  fecha  desta  carta  en  dos  años  primeros  siguientes 

.  .  .  que  fué  fecha  e  otorgada  en  la  villa  de  Madrid  a  treynta  dias  del  mes  de 
Setiembre  de  mili  e  quinientos  y  setenta  y  cinco  años,  siendo  a  ello  presentes 
por  testigos  Baltasar  Coymbra  e  Francisco  de  Morales  y  Baltasar  de  Alcalá, 
estantes  en  esta  corte,  y  el  dicho  señor  don  Alonso,  a  quien  yo,  el  escribano, 
doy  fee  que  conozco,  lo  firmó  de  su  nombre. — Don  Alonso  Pacheco. — Pasó  an- 
te mi,  Pedro  de  Salazar,  escribano. — Derechos  real  y  medio.» 

(Protocolo  de  Pedra  de  Salazar,  1575,  fol.  621.) 

Documento  núm.  10. — «En  la  villa  de  Madrid,  a  diez  dias  del  mes  de  Otu- 
bre  de  mil  y  quinientos  y  setenta  y  seis  años,  ante  mi,  el  escribano  y  testigos 
abaxo  escritos,  páreselo  presente  doña  Andrea  de  Zerbantes  y  dixo  que  doña 
Costanza  de  Figueroa,  que  es  menor  de  doze  años  y  mayor  de  seis,  la  qual  es 
su  hija  y  está  en  su  poder,  y  para  seguir  sus  pleitos  y  causas  de  la  dicha  su  hija 
menor  y  cobrar  sus  bienes  y  hazienda  le  es  necesario  ser  proveyda  de  tutora  y 
ella  lo  quiere  ser,  pide  al  señor  corregidor  desta  villa  de  Madrid  le  mande  dis- 
cernir el  dicho  cargo , 

.  .  .  Andrea  de  Cerbantes. — Pasó  ante  mi,  Pedro  de  Salazar,  escribano. 

>E  después  de  lo  susodicho,  en  la  dicha  villa  de  Madrid, 

...  el  muy  magnifico  señor  licenciado  Alonso  Pérez  de  Salazar,  teniente  de 
corregidor  desta  villa  de  Madrid  e  su  tierra  por  su  magestad  dixo  que  mandaba 
y  mando  que  la  dicha  doña  Andrea  de  yerbantes  haga  el  juramento  con  la  sele- 
nidad  necessaria  ante  mi  el  presente  escribano  y  dé  la  fianza  que  de  derecho  es 
obligada 

fEn  la  villa  de  Madrid,  a  doce  dias  del  mes  de  otubre  de  mili  e  quinientos 
y  setenta  y  seys  años  ante  mi,  el  escribano  publico  y  testigos  yuso  escriptos,  la 
dicha  doña  Andrea  de  Zerbantes  juró  por  Dios  nuestro  señor  en  la  forma  de 
derecho  de  que  como  buena  curadora  de  la  dicha  doña  Costan9a  de  Figueroa 

seguirá  sus  pleitos  e  causas 

.  .  .  e  para  que  asi  lo  cumpliría  dio  por  su  fiador  a  Miguel  Tellez,  platero,  vezino 
desta  villa  que  estaba  presente,  el  qual  lo  quiso  ser,  e  la  dicha  doña  Andrea  de 
yerbantes  como  principal  y  el  dicho  Miguel  como  su  fiador  e  principal  pa- 
gador,  

...  y  ambos  a  dos  juntamente  y  de  mancomún 

.  .  .  otorgaron  que  se  obligaban  e  obligaron  que  la  dicha  doña  Andrea  de  yer- 
bantes hará  y  cumplirá  lo  que  tiene  jurado  y  prometido 

.  .  .  Miguel  Tellez. — Doña  Andrea  de  yerbantes. — Pasó  ante  mi,  Pedro  de  Sa- 
lazar, escñbano. — Derechos  real  e  medio.» 


Biografías  y  noticias  biográficas  8 1 

fE  por  el  dicho  sefior  licenciado  Alonso  Pérez  de  Salazar,  theniente  de  co- 
rregidor susodicho,  visto  el  dicho  juramento  y  ñanga  hecho  y  dado  por  la  dicha 
doña  Andrea  de  Cervantes  dixo  que  le  discernía  y  discernió  a  la  dicha  doña 
Andrea  de  Qervantes  el  oficio  y  cargo  de  tutora  ad  litem  de  la  dicha  doña  Cos- 

tan9a  de  Figueroa,  su  hija  menor 

.  .  .  Jhosepe  de  Ucles  y  Christoval  Cuevas,  escribanos  del  numero  desta  villa. 
— El  licenciado  Pérez  de  Salazar. — Pasó  ante  mi,  Pedro  de  Salazar,  escribano. 
— Derechos  un  real.» 

(Piotocolo  de  Pedro  de  Salazar,  I  $76,  fol.  1.268.) 

Documento  núm.  11. — -tSepan  quantos  esta  carta  de  poder  vieren  como  yo, 
Rodrigo  de  yerbantes,  vezino  de  la  noble  villa  de  Madrid,  otorgo  y  conozco 

por  esta  carta  que  doy  y  otorgo  todo  mi  poder  cumplido 

.  .  .  á  Lucas  de  Soria  y  a  Diego  de  Soria,  vezinos  de  la  cibdad  de  Granada,  au- 
sentes, como  si  fueran  presentes,  y  a  cada  uno  y  qualquier  dellos  in  solidum.  .  . 
.  .  .  para  que  por  mi  y  en  mi  nombre  para  mi  mismo  puedan  haber  y  cobrar, 
recebir  e  recaudar  del  licenciado  Pedro  Sánchez  de  Cordova,  vecino  de  la  dicha 
cibdad  de  Granada,  y  de  sus  bienes  ochocientos  ducados  que  me  debe  y  está 

obligado  a  dar  y  pagar 

.  .  .  Fecha  y  otorgada  en  la  noble  villa  de  Madrid  a  veinte  dias  del  mes  de 

otubre  de  mili  e  quinientos  y  setenta  y  seis  años 

.  .  .  Rodrigo  de  yerbantes. — Ante  mi,  Rodrigo  de  Vera. — Derechos  real  y 
medio.» 

(Protocolo  de  Rodrigo  de  Vera,  1576,  fol.  762.) 

Documento  núm.  12. — «Illustre  seSor:  Rodrigo  de  Cerbantes  digo  que  yo 
hize  cierta  información  cerca  de  como  tengo  en  Arxel  dos  hijos  cautivos,  y  vista 
por  los  señores  del  supremo  consejo  de  su  magestad,  mandan  que  se  dé  mas  in- 
formación. A  vuestra  merced  pido  y  suplico  mande  se  examinen  los  testigos  que 
presentare  al  tenor  destas  preguntas  insertas  en  esta  ynformacion  firmada  de 
vuestra  merced  y  signada  de  Miguel  Sánchez,  escribano,  y  lo  que  dixeren  al 
pie  de  la  dicha  información  me  lo  mande  dar  por  testimonio  y  signado  como 
haga  fee,  para  lo  qual  etc. — Rodrigo  de  Cerbantes.» 

«En  la  villa  de  Madrid,  a  nueve  dias  del  mes  de  Nobiembre  de  mili  e  qui- 
nientos e  setenta  e  seis  años  ante  el  muy  magnifico  sefior  licenciado  Alonso  Pé- 
rez de  Salazar,  teniente  de  corregidor  en  la  dicha  villa,  páreselo  Rodrigo  de 
yerbantes  e  presentó  la  petición  siguiente: 

(Aquí  la  petición.) 

Y  presentada  pedió  lo  en  ella  contenido  e  justicia  e  visto  por  su  merced 
mandó  que  dé  información  y  se  traya  y  proveerá  justicia. — Ante  mi,  Rodrigo 
de  Vera. 

Testigo.  En  la  dicha  villa  de  Madrid,  en  este  dicho  dia,  mes  e  año  suso 
dichos  del  dicho  pedimiento  juró  sobre  lo  suso  dicho  por  Dios  e  santa  Maria  e 
señal  de  la  cruz  en  forma  Antonio  Marco,  escribano  de  Valencia  e  vezino  della, 
e  prometió  de  dezir  verdad  e  dixo  lo  siguiente: 

j.  A  la  primera  dixo  que  conoze  a  los  dichos  Miguel  e  Rodrigo  de  yerban- 
tes, cautivos. 

ítem  fue  preguntado  por  las  generales  dixo  que  es  de  edad  de  veynte  e  pinco 
años,  poco  mas  o  menos  e  no  concurre  en  las  generales. 

ij.     A  la  segunda  dixo  que  ha  oido  dezir  que  han  servido  al  Rey  en  Italia. 

iij.    A  la  tercera  dixo  que  a  Rodrigo  de  yerbantes  ha  visto  estropeada  la 

Tomo  II  XI 


$2  Biografías  y  noticias  biográficas 

mano  izquierda  e  ha  oído  dezir  por  cosa  cierta  que  fue  de  un  arcabugaío  que  le 
dieron  en  la  batalla  naval  peleando  con  los  enemigos. 

iiij.  A  la  quarta  dixo  que  es  verdad  que  viniendo  este  testigo  de  Italia  en 
compaflia  de  Rodrigo  de  yerbantes  en  una  fragata  fue  este  testigo  cautivo  por  los 
cosarios  de  Argel  donde  cautivaron  ansimismo  al  dicho  Rodrigo  de  yerbantes, 
e  también  dende  a  pocas  oras  cautivaron  al  dicho  Miguel  de  yerbantes  que  iba 
en  la  galera  del  Sol  y  los  llevaron  á  Argel,  los  quales  quedaron  cautivos  y  esto 
fue  por  el  raes  de  septiembre  del  afio  pasado  de  quinientos  y  setenta  e  cinco,  y 
este  testigo  salió  de  cavtibo  de  Argel  por  el  mes  de  margo  deste  presente  afio 
de  quinientos  e  setenta  e  seys  y  los  dichos  Rodrigo  e  Miguel  de  yerbantes  que- 
daron cautivos  el  Rodrigo  en  poder  de  Ramadam  baxa  Rey  de  Argel  y  el  Mi- 
guel de  yerbantes  en  poder  de  Mami  Amaut,  capitán  de  los  cosarios  de  Argel, 
en  cuyo  poder  este  testigo  ansimismo  estuvo  cautivo,  e  por  esto  sabe  por  cosa 
cierta  e  aviriguada  que  al  presente  están  alia  cautivos. 

V.  A  la  quinta  dixo  que  ha  oido  dezir  que  ellos  e  sus  padres  son  pobres  e 
que  con  dificultad  los  pueden  rescatar  por  la  poca  posibilidad  que  tienen.  Y  esto 
es  la  verdad  y  lo  que  sabe  en  ello  e  lo  firmó  de  su  nombre. — Antonio  Marco. — 
Ante  mi,  Johan  Mosquera,  escribano. 

Auto.  E  por  su  merced  visto  mandó  que  yo  el  dicho  escribano  dé  un  tras- 
lado de  la  declaración  del  dicho  testigo  al  pie  de  la  información  que  pasó  ante 
el  dicho  Miguel  Sánchez,  escribano,  signada  y  en  publica  forma,  a  lo  qual  inter- 
puso su  autoridad  e  decreto  judicial  e  lo  firmó  de  su  nombre, — El  licenciado 
Pérez  de  Saladar. — Ante  mi,  Rodrigo  de  Vera.» 

(Protocolo  de  Rodrigo  de  Vera,  1576,  fol.  1479.) 

Documento  núm.  ij. — «Sepan  quantos  esta  carta  de  poder  vieren,  como  yo, 
Rodrigo  de  Zerbantes,  estante  en  esta  villa  y  corte  de  su  magestad,  otorgo  y  co- 
nozco por  esta  carta  que  doy  y  otorgo  todo  mi  poder  cumplido  según  que  de 
derecho  mejor  puede  y  debe  valer  y  de  derecho  se  requiera  a  Gaspar  de  Baeza, 
vecino  de  la  cibdad  de  Granada,  que  está  ausente,  como  si  fuese  presente,  es- 
pecial y  espresamente  para  que  por  mi  y  en  mi  nombre  e  representando  mi 
propia  persona  pueda  haber  e  cobrar,  rescebir  y  recaudar  para  mi  propio  del  li- 
cenciado Pedro  Sánchez  de  Córdoba,  vecino  de  la  dicha  cibdad  de  Granada,  y 
de  sus  bienes  y  de  quien  y  con  derecho  se  deba  cobrar  ochocientos  ducados  en 
reales  castellanos  que  me  debe  en  virtud  de  ima  obligación  de  plazo  pasado. 

.  .  .  revoco  y  doy  por  ningunos  qualesquier  poderes  que  para  lo  suso  dicho  ha- 
>  a  dado  y  otorgado  a  Lucas  Soria  y  Diego  de  Soria  y  a  qualquier  dellos  dexan- 

dolos,  como  los  dexo,  en  su  buena  honra  y  fama 

.  .  .  en  la  villa  de  Madrid  a  veynte  y  cinco  dias  del  mes  de  Hebrero  de  mil  y 
quinientos  y  setenta  y  siete  años,  siendo  presentes  por  testigos  Juan  Mosquera, 
escribano  de  su  magestad,  y  Gregorio  de  Pago  y  Juan  de  Truxillo,  estantes  en 
esta  villa  y  corte  de  su  magestad,  y  el  dicho  otorgante,  que  yo  el  escribano  co- 
nozco, lo  firmo  de  su  nombre. — Rodrigo  de  Cervantes. — Pasó  an*e  mi  Rodrigo 
de  Vera. — Derechos  un  real.> 

(Protocolo  de  Rodrigo  de  Vera,  1 577,  fol.  196.) 

Documento  núm.  14. — «En  la  villa  de  Madrid,  a  onze  dias  del  mes  de  Mayo 
de  mili  e  quinientos  e  setenta  e  ocho  años,  ante  mi,  el  escribano  e  testigos,  pa- 
rescieron  presentes  doña  Magdalena  Pimentel  de  Sotomayor  e  Rodrigo  de  Cer- 
vantes, su  padre,  estantes  en  esta  corte,  y  la  dicha  doña  Magdalena  con  licencia 
del  dicho  su  padre  que  le  dio  y  ella  la  rescibió,  y  della  usando  ambos  á  dos 
juntos=dixeron  que  por  quanto  por  su  orden  Alonso  de  Cordova,  estante  en 


Biografías  y  noticias  biográficas  83 

esta  corte,  va  a  la  ciudad  de  Xerez,  cerca  de  Badajoz,  con  una  requisitoria  del 
señor  alcalde  Ximenez  Ortaza  y  refrendada  de  mi,  el  escribano,  para  cobrar  de 
don  Alonso  Pacheco,  vecino  de  aquella  ciudad,  quinientos  ducados  y  costas  e 

salarios 

.  .  .  y  se  le  ha  de  pagar  por  el  dicho  don  Alonso  Pacheco  un  ducado  de  salario 
por  los  días  de  la  ida  e  vuelta  y  estada,  y  porque  es  poco  salario  para  el  dicho 
Alonso  de  Cordova  porque  ellos  quedan  de  dar  e  pagar  al  dicho  Alonso  de  Cor- 
dova  demás  del  ducado  cada  dia  que  lleva  de  salario  a  cumplimiento  de  a  qui- 
nientos maravedis  cada  dia 

.  .  .  y  el  dicho  Alonso  de  Cordova  lo  aceptó  ansi  e  quedo  de  hacer  las  diligen- 
cias que  fueren  necesarias  conforme  a  la  dicha  requisitoria  y  instrucción  que  lle- 
va y  ha  de  llevar  firmada  del  dicho  Licenciado  Roa  y  quedó  el  dicho  Alonso 
de  Cordova  que  pagándole  los  dichos  quinientos  ducados  e  costas  e  salarios, 
conforme  a  la  dicha  requisitoria,  los  traerá  y  entregará  a  poder  de  la  dicha  do- 
fia  Magdalena  Pimentel  de  Sotomayor  y  traerá  testimonio  e  diligencias  hechas 
por  ante  escribano  del  dicho  negocio,  y  para  ello  obligó  su  persona  y  bienes 

habidos  y  por  haber 

.  .  .  y  los  otorgantes  lo  firmaron  de  sus  nombres,  a  los  quales  otorgo  que  los 
conozco  y  el  dicho  Rodrigo  de  Cervantes  por  ser  sordo  tomó  esta  escriptura  e 
la  leyó  y  entendió  el  efecto  della  y  dixo  que  asi  lo  otorgaba  e  otorgó  y  firmólo. 
Testigos  los  dichos. — Rodrigo  de  Cervantes. — Doña  Magdalena  Pimentel  de 
Sotomayor. — Alonso  de  Córdoba. — Pasó  ante  mi,  Francisco  de  Yepes.» 

(Protocolos  de  Francisco  de  Yepes  y  otros,  1518-1583.) 

Documento  núm.  15. — «En  la  villa  de  Madrid,  a  nueve  dias  del  mes  de  Ju- 
nio de  mili  e  quinientos  e  setenta  e  ocho  años,  ante  mi,  Francisco  de  Yepes,  es- 
cribano de  su  magestad  e  de  provincia  en  esta  corte,  e  testigos  de  yuso  escrip- 
tos,  parescieron  presentes  Rodrigo  de  Cervantes  e  doña  Leonor  de  Cortinas,  su 
muger,  e  doña  Magdalena  de  Pimentel  de  Sotomayor,  su  hija,  estantes  en  esta 
corte,  e  dixeron  que  por  quanto  Miguel  de  Cervantes,  hijo  de  los  dichos  Rodri- 
go de  Cervantes  e  doña  Leonor  de  Cortinas  y  hermano  de  la  dicha  doña  Mag- 
dalena, esta  cabtivo  en  Argel,  y  Hernando  de  Torres,  mercader,  vecino  de  la 
ciudad  de  Valencia,  se  ha  encargado  de  le  rescatar  al  dicho  Miguel  de  Cervan- 
tes, y  para  el  dicho  efecto  doña  Andrea  de  Cervantes,  hermana  del  dicho  cab- 
tivo, se  ha  obligado  a  le  pagar  doscientos  ducados  por  razón  del  dicho  rescate 
y  demás  desto  han  dado  y  entregado  al  muy  reverendo  padre  Fray  Gerónimo 
de  Villalobos,  comendador  del  ntímero  de  nuestra  señora  de  la  Merced  desta 
villa,  mili  e  setenta  e  siete  reales  para  que  los  envié  al  dicho  Hernando  de 
Torres  juntamente  con  la  dicha  obligación  de  la  dicha  doña  Andreq. — Por 

ende 

.  .  .  dixeron  que  se  obligaban  e  obligaron  por  sus  personas  e  bienes  muebles  e 
rayzes  habidos  e  por  haber  que  todo  lo  demás  que  costare  el  rescate  del  dicho 
Miguel  de  Cerbantes  de  los  dichos  tres  mili  e  doscientos  e  setenta  e  siete  reales 
que  tienen  entregados  en  la  dicha  obligación  e  dineros  al  dicho  Hernando  de 
Torres  lo  darán  e  pagarán  al  dicho  Hernando  de  Torres  o  a  quien  su  poder  ho- 
biere  luego  que  paresciere  haberle  rescatado  en  tierra  de  cristianos  por  testimo- 
nio de  escribano  con  firma  del  dicho  Miguel  de  Cervantes,  pagarán  como  dicho 
es  todo  aquello  que  costare  el  dicho  rescate  mas  de  los  dichos  tres  mili  e  dos- 
cientos e  setenta  e  siete  reales  so  pena  del  doblo  e  costas,  e  para  ello  obligaron 

las  dichas  sus  personas  e  bienes 

.  .  .  E  la  dicha  doña  Leonor  de  Cortinas  e  doña  Magdalena  de  Cervantes,  su 
hija,  renunciaron  las  leyes  de  los  emperadores  Senatus  consultus  Veleyano  e  la 
nueva  constitución  e  leyes  de  Toro  e  Partidas  que  son  e  hablan  en  favor  de  las 
mugeres 


84  Biografías  y  noticias  biográficas 

...  en  testimonio  de  lo  qual  lo  otorgaron  asi  en  la  manera  que  dicha  es  ante 

el  presente  escribano  e  testigos  yuso  escriptos 

.  .  .  Rodrigo  de  Cervantes. — Doña  Leonor  de  Cortinas. — Doña  Magdalena  Pi- 
mentel  de  Sotomayor. — Pasó  ante  mi  Francisco  de  Yepes.» 

(Protocolo  de  Francisco  de  Yepes,  rotulado.  1518  á  1583.) 

Documento  núm.  16. — Partida  de  rescate  de  D.  Diego  de  Benavides,  (testigo 
Miguel  de  Cervantes).— Argel,  3  Septiembre  1580. 

(Archivo  Hist.  Nac,  Libro  de  Redenciones,  fol.  156. 

) 
Documento  núm.  17. — Partida  de  rescate  de  Juan  Gutiérrez  (testigo  Miguel 
de  Cervantes).— Argel,  12  Octubre  1580. 

(Archivo  Hist.  Nac,  Libro  de  Redenciones,  fol.  158  v. 

Documento  núm.  18. — «Rodrigo  de  Cerbantes,  vecino  desta  villa,  digo:  que 
a  mi  me  conviene  averiguar  como  Miguel  de  Cerbantes,  mi  hijo,  e  de  doña  Leo- 
nor de  Cortinas,  mi  muger  le  cautivaron  y  estuvo  cautivo  en  la  ciudad  de  Ar- 
gel en  poder  de  enemigos  y  de  como  al  presente  el  dicho  mi  hijo  está  rescatado 
y  en  su  libre  libertad  en  la  ciudad  de  Valencia,  el  qual  es  de  edad  de  hasta 
treinta  y  dos  años  poco  mas  o  menos  y  está  manco  de  la  mano  yzquierda  de  un 
arcabugaco  que  le  dieron  en  la  batalla  naval  peleando  contra  los  enemigos.  A 
vuestra  merced  pido  y  suplico  mande  que  los  testigos  que  presentare  se  exa- 
minen al  tenor  deste  pedimiento 

.  .  .  E  leida  e  por  su  merced  vista  dixo  que  de  información  de  lo  contenido  en 
el  dicho  pedimiento,  e  dada,  proveerá  justicia. — Ante  mi  Rodrigo  de  Vera.» 

«En  la  dicha  villa  de  Madrid,  a  los  dichos  primero  dia  del  dicho  raes  de  di- 
ziembre  del  dicho  año  de  mil  e  quinientos  e  ochenta  años,  el  dicho  Rodrigo  de 
Cerbantes  presento  por  testigo  a  Juan  de  Estefano,  arraguces,  estante  en  esta 
corte,  que  posa  a  la  calle  de  Toledo,  y  su  habitación  es  en  la  cibdad  de  Valen- 
cia a  la  parroquia  de  San  Tomas,  de  edad  que  dixo  ser  de  treinta  e  quatro  años 
poco  mas  o  menos,  e  no  le  tocan  las  generales,  e  siendo  preguntado  por  el  dicho 
pedimiento  dixo  que  lo  que  sabe  es  que  este  testigo  conoce  al  dicho  Miguel  de 
Cerbantes  mucho  tiempo  ha  y  sabe  que  ha  estado  cautivo  en  la  cibdad  de  Ar- 
gel y  este  testigo  le  conoció  en  el  dicho  cautiverio  porque  este  testigo  estuvo 
también  cautivo  en  la  dicha  ciudad  de  Argel  con  el  mismo  amo  que  el  dicho 
Miguel  de  Cerbantes  estaba,  y  estaban  juntos  en  una  casa  y  podrá  haber  como 
mes  y  medio  poco  mas  o  menos  que  el  dicho  miguel  de  Cerbantes  se  rescató  y 
le  rescató  un  fraile  e  le  remedió,  y  este  testigo  le  ha  visto  rescatado  y  libre  en 
la  dicha  ciudad  de  Valencia  y  le  oyó  dezir  que  le  habia  costado  el  rescate  qui- 
nientos escudos  que  valen  en  la  dicha  ciudad  de  Argel  a  quinze  reales  e  medio 
cada  uno,  y  sabe  que  tiene  manco  el  brago  contenido  en  el  dicho  pedimiento  y 
por  su  aspecto  parece  ser  de  la  edad  en  el  dicho  pedimiento  contenida,  e  ha 
oido  dezir  al  dicho  Miguel  de  Cerbantes  que  es  hijo  del  dicho  Rodrigo  de  Cer- 
bantes, que  le  presenta  por  testigo,  y  este  testigo  le  traxo  una  carta  para  el 

«En  la  dicha  villa  de  Madrid  este  dicho  dia 

.  .  .  presentó  por  testigo  á  Mateo  Pasqual,  corgo,  habitante  en  la  ciudad  de 

Barcelona,  estante  al  presente  en  esta  corte 

.  .  .  dixo  ser  de  edad  de  treinta  años  poco  mas  o  menos  y  que  lo  que  sabe  es 
que  este  testigo  como  negociante  pasó  muchas  veces  a  la  ciudad  de  Argel  en  la 
qual  vio  al  dicho  Miguel  de  Cerbantes,  de  las  señas  en  el  dicho  pedimiento  con- 
tenidas, cautivo  en  la  dicha  ciudad  de  Argel  con  vna  cadena  al  pie,  y  se  llama- 
ba e  nombraba  Cerbantes  y  decia  ser  desta  villa  de  Madrid,  e  podrá  haber  como 


Biografías  y  noticias  biográficas  85 

mes  e  medio  poco  mas  o  menos  que  este  testigo  le  ha  visto  rescatado  e  libre  en 
la  cibdad  de  Valencia  y  le  dixo  que  le  habia  costado  su  rescate  quinientos  es- 
cudos de  a  quinze  reales  e  medio  cada  vno  y  dixo  que  era  hijo  del  dicho  Ro- 
drigo de  Cerbantes 

«En  la  dicha  villa  de  Madrid 

.  .  .  Francisco  de  Aguilar,  portugués,  natural  de  Villarreal,  estante  al  presente 
en  esta  villa  de  Madrid,  de  edad  que  dixo  ser  de  treinta  e  quatro  años  poco 
mas  o  menos  e  no  le  tocan  las  generales;  siendo  preguntado  por  el  dicho  pedi- 
miento  dixo  que  conoce  al  dicho  Miguel  de  Cerbantes,  de  las  señas  contenidas 
en  el  dicho  pedimiento,  el  qual  sabe  que  estuvo  cautivo  en  la  ciudad  de  Argel 
en  poder  de  infieles,  y  este  testigo  le  vido  en  la  dicha  ciudad  como  cautivo  con 
su  argolla  al  pie  y  agora  le  ha  visto  libre  e  rescatado  en  la  cibdad  de  Valencia 
y  esto  lo  sabe  porque  lo  vido  por  vista  de  ojos  estando  este  testigo  cautivo  en  la 
dicha  cibdad  y  vinieron  juntos  en  vna  nave  quando  se  rescataron  hasta  la  cib- 
dad de  Valencia  donde  al  presente  está  el  dicho  Miguel  de  Cerbantes  y  este  tes- 
tigo le  oyó  dezir  que  era  natural  desta  villa  de  Madrid  y  hijo  del  dicho  Rodri- 
go de  Cerbantes  y  esto  es  lo  que  sabe  e  la  verdad  e  lo  firmó  de  su  nombre. — 
Francisco  de  Aguilar. — Ante  mi  Rodrigo  de  Vera. » 

(Protocolo  de  Rodrigo  de  Vera,  1 580,  fol.  1.380,) 

Documento  núm.  ig. — «Illustre  señor:  Miguel  de  Qerbantes,  natural  de 
Alcalá  de  Henares,  residente  en  esta  corte,  digo:  que  a  mi  derecho  conviene 
probar  y  averiguar  con  información  de  testigos  de  como  yo  he  estado  cautivo 
en  la  ciudad  de  Argel  y  como  soy  rescatado  y  lo  que  costó  mi  rescate  y  lo 
[que]  quedo  a  deber  del  y  como  yo  sali  a  pagallo  a  cierto  tiempo,  a  vuestra  mer- 
ced pido  e  suplico  mande  que  los  testigos  que  presentare  se  examinen  al  tenor 
deste  pedimiento 

En  la  villa  de  Madrid,  a  diez  y  ocho  dias  del  mes  de  diziembre  de  mil  e 
quinientos  y  ochenta  años,  ante  el  muy  magnifico  señor  licenciado  Juan  Prieto 
de  Orellana,  theniente  de  corregidor  en  la  dicha  villa  e  su  tierra  por  su  mages- 
tad,  se  leyó  esta  petición: 

(Aquí  la  petición.) 

E  leida  por  su  merced  e  vista,  dixo  que  dé  información  de  lo  que  dize,  que 
está  presto  de  proveer  justicia  e  ansi  lo  proveyó  e  mandó. — 'Ante  mi  Rodrigo 
de  Vera. 

En  la  villa  de  Madrid,  este  dicho  dia,  mes  e  año  susodicho  de  este  pedi- 
miento juró  sobre  lo  susodicho  por  Dios  e  santa  María  e  señal  de  cruz  en  forma 
Rodrigo  de  Chaves,  natural  de  la  ciudad  de  Badajoz,  que  al  presente  está  en 
esta  corte,  que  viene  de  cautiverio  de  la  ciudad  de  Argel,  dixo  que  sabe  que.  . 
.  .  .  ^rbantes  ha  estado  cautivo  en  poder  de  enemigos  en  la  cibdad  de  Argel 
y  este  testigo  le  vido  en  el  dicho  cautiverio  como  que  estuvo  juntamente  con  el 
en  el  dicho  cautiverio  y  sabe  que  se  rescató  por  quinientos  e  veinte  escudos  o 
quinientos  e  treinta  a  racon  cada  escudo  de  quatrocientos  maravedís  los  quales 
pagó  el  padre  fray  Juan  Gil,  de  la  orden  de  la  Santisima  Trinidad,  el  qual  al 
tiempo  que  se  rescató,  porque  no  llevaban  harto  dinero  para  el  rescate,  el  infiel 
que  le  tenia  cautivo  no  le  queria  rescatar,  y  ansi  el  dicho  fraile  le  rescató  con 
que  el  dicho  Miguel  de  yerbantes  se  obligasse  de  pagalle  al  pie  de  dos  mili  e 
tantos  reales  que  era  fama  que  faltaba  para  el  rescate  del  dicho  Miguel  de  yer- 
bantes de  lo  que  le  hauian  dado  los  padres  del  dicho  Miguel  de  yerbantes  para 
el  dicho  rescate,  y  ansi  mismo  sabe  este  testigo,  como  persona  que  trataba  e  co- 


g5  Biografías  y  noticias  biográficas 


municaba  con  el  dicho  Miguel  de  yerbantes  como  su  amigo,  que  quedó  el  dicho 
Miguel  de  Cerbantes  a  deber  mas  de  mili  reales,  los  quales  le  hablan  prestado 
algunos  mercaderes  christianos  que  iban  a  la  dicha  cibdad  para  comer  y  otras 
cosas  para  pasar  su  cautiverio,  porque  el  moro  que  le  tenia  cautivo  no  le  daba 
de  comer  en  todo  el  tiempo  que  fue  cautivo,  y  esto  lo  sabe  como  persona 
que  lo  vio  por  vista  de  ojos  e  siendo  cautivo  como  el  dicho  yerbantes,  y 
esto  es  la  verdad  e  lo  que  sabe  so  el  juramento  que  hizo  e  lo  firmó  de  su  nom- 
bre.—Rodrigo  de  Chaves.— Ante  mi  Rodrigo  de  Vera. 

En  la  dicha  villa  de  Madrid,  a  diez  e  nueve  dias  del  mes  de  diziembre  de 
mili  e  quinientos  e  ochenta  afios  del  dicho  pedimiento  juró  sobre  lo  susodicho 
por  Dios  e  santa  María  y  señal  de  cruz  en  forma  Francisco  de  Aguilar,  portu- 
gués, natural  de  Aguilar,  estante  en  corte,  que  viene  de  cautiverio,  de  edad  que 
dixo  ser  de  treinta  e  quatro  años  poco  mas  ó  menos  e  no  le  tocan  las  generales, 
y  siendo  preguntado  por  el  dicho  pedimiento  dixo  que  sabe  que  el  dicho  Mi- 
guel de  Cerbantes  estuvo  cautivo  en  la  cibdad  de  Argel  en  poder  de  enemigos 
cinco  afios  poco  mas  o  menos  y  este  testigo  le  vido  andar  como  cautivo  con  su 
cadena  al  pie  y  sabe  que  se  rescató  en  quinientos  ducados  de  oro  poco  mas  o 
menos,  que  es  el  ducado  a  quatrocientos  maravedís,  aunque  allá  vale  a  diez  e 
siete  reales,  y  sabe  que  le  rescató  el  padre  frai  Juan  Gil,  de  ¡la  orden  de  la  Tri- 
nidad, e  que  quedó  a  deber  de  su  rescate  al  pie  de  dos  mili  reales  al  dicho  fraile 
y  dellos  le  hizo  cédula  de  se  los  pagar  a  cierto  tiempo  y  ansimismo  sabe  que 
quedó  a  deber  más,  mas  no  se  acuerda  qué  tantos  a  mercaderes  e  personas  que 
iban  a  la  dicha  cibdad  de  Argel  que  se  los  habían  prestado  para  comer  porque 
el  dicho  moro  que  le  tenia  cautivo  no  daba  de  comer  ni  vestir,  y  esto  lo  sabe 
como  persona  que  estando  cautivo  le  vio  por  vista  de  ojos  y  se  rescataron  a  un 
tiempo  el  y  el  dicho  Cerbantes  y  vinieron  juntos  en  una  nao  del  dicho  cauti> 
verio, 

Auto.  E  vista  la  dicha  información  por  el  dicho  señor  licenciado  Prieto, 
theniente  de  corregidor  en  la  dicha  villa  y  su  tierra  por  su  magestad,  dixo  que 
mandaba  e  mandó  que  se  le  dé  al  dicho  Miguel  de  yerbantes  un  traslado,  dos  o 
mas  asignados  y  en  publica  forma  en  manera  que  haga  fee  para  el  efecto  que 
los  pide.  .  .  .  Ante  mi  Rodrigo  de  Vera.» 

(Protocolo  de  Rodrigo  de  Vera,  1580,  fol.  1393.) 

Documento  núm.  20. — Información  del  cautiverio  de  Rodrigo  de  Chaves  (tes- 
tigo Miguel  de  Cervantes.) — Madrid,  19  Diciembre  1580. 

«En  la  villa  de  Madrid,  a  diez  e  nueve  dias  del  dicho  año  de  mil  e  quinientos 

e  ochenta  afios  del  dicho  pedimiento 

.  .  .  Miguel  de  yerbantes,  vezino  desta  villa  de  edad  que  dixo  ser  de  treinta  e 
un  afios  poco  mas  o  menos  e  no  le  tocan  las  generales,  y  siendo  preguntado  por 
el  dicho  pedimiento  dixo  que  conoce  al  dicho  Rodrigo  de  Chaves,  el  qual  sabe 
que  ha  estado  cautivo  en  Constantinopla  y  en  la  cibdad  de  Argel  en  poder  de 

enemigos  y  este  testigo  le  vio  cautivo  en  la  cibdad  de  Argel 

...  y  se  rescató  ál  tiempo  que  se  rescató  el  dicho  Rodrigo  de  Chaves  e  vinie- 
ron juntos  en  un  baxel  hasta  Denia  que  es  en  el  rreino  de  Valencia » 

(Protocolo  de  Rodrigo  de  Vera,  1580,  fol.  1.394.) 

Documento  núm.  21. — tEn  la  ciudad  de  Argel  a  cinco  dias  del  mes  de  Marzo 
de  este  presente  aflo  de  mil  y  quinientos  e  ochenta  e  uno,  Pedro  de  Rivera,  es- 
cribano de  la  redención  e  notario  apostólico  en  esta  ciudad  de  Argel,  tierra  de 
Berbería,  entre  cristianos  hago  fe  e  verdadero  testimonio  como  el  muy  reveren- 
do padre  Fray  Juan  Gil,  redentor  de  captivos  christianos  por  Su  Magestad  e  por 


Biografías  y  noticias  biográficas  87* 

la  orden  de  la  Santísima  Trinidad,  estante  a  el  presente  en  esta  dicha  ciudad  de 

Argel  me  mandó  y  requirió 

.  .  .  por  cuanto 

.  .  .  conviene  a  la  instrucción  que  los  señores  presidentes  e  oidores  del  real  e 

supremo  Consejo  de  su  Magestad  le  habian  dado 

...  en  que  la  dicha  instrucción  se  mandaba  que  de  los  adjutorios  que  resci- 
viese  en  España  para  ayuda  a  rescatar  sus  deudos  amigos  e  parientes  fuesen  los 
primeros  que  hubiese  de  rescatar  e  donde  no,  por  no  poder  ser  habidos,  o  ser 
muertos,  o  haber  perdido  la  fe  o  andar  en  viaje  fuera  de  Argel,  o  de  otra  cual- 
quier manera,  revelase  un  testimonio  información  en  manera  que  hiciese  fe  como 
no  podian  ser  habidos,  e  la  causa  porque  no  se  rescataban;  e  visto  por  mi  el  di- 
cho Pedro  de  Rivera 

.  .  .  hago  fe  como  dicho  es,  como  dende  veinte  e  tres  dias  del  mes  de  Agosto 
del  año  de  mil  e  quinientos  y  ochenta  anduve  preguntando  entre  muchos  cris- 
tianos por  muchos  captivos  que  el  dicho  Padre  dijo  tenia  obligación  por  haber 
rescevido  en  España  ayuda  de  limosna  para  sus  rescates,  e  para  esto  me  dio  una 
memoria  escripta  de  su  mano,  lo  cual  hice  en  los  meses  de  Agosto,  Septiembre, 
Octubre,  Noviembre,  Diciembre,  hasta  la  fecha  deste  dicho  testimonio,  la  cual 
memoria  decia  desta  manera: 

(Sigue  una  lisia  de  jj  cautivos.} 

...  de  todos  estos  susodichos,  en  los  dichos  meses  yo  anduve  en  veces  como 
hombre  conoscido  e  platico  (sic)  en  este  Argel  preguntando  con  mucha  cautela, 
recato  y  secreto,  como  el  dicho  Padre  Fray  Juan  Gil  me  lo  mandó  preguntando 
por  ellos,  y  sabiendo  e  informándome  si  eran  vivos  o  muertos,  e  no  hallé  nin- 
guno de  los  susodichos  cristianos  quien  me  dijese  ni  diese  razón  de  ellos,  porque 
descian  como  era  muy  publico,  de  lo  cual  yo  también  el  susodicho  doy  fe,  an- 
dar sus  patrones  en  viaje  e  no  haber  venido  ninguno  en  todo  el  tiempo  quel 
dicho  padre  Fray  Juan  Gil  estuvo  (en)  este  Argel,  que  fue  tiempo  y  espacio  de 

nueve  meses  poco  mas  o  menos, 

...  y  en  poder  del  Rey  Hassam  Bajá  hallé 

(Siguen  los  nombres  de  ocho  cautivos.) 

.  .  .  destos  susodichos  el  dicho  padre  redentor  trató  una  y  muchas  veces,  en 
presencia  de  mi  el  dicho  notario,  de  sus  rescates,  y  el  dicho  Rey  Hassam  Baja 
dijo  a  el  dicho  Padre  Fray  Juan  Gil  muchas  veces  que  sus  cristianos  que  eran 
hombres  graves  e  que  no  tenia  cristiano  que  no  fuese  caballero  que  a  ninguno 
dellos  daria  menos  de  en  quinientos  escudos  de  España,  e  quel  dicho  Don  Je- 
rónimo de  Palafox  no  le  daria  menos  de  mil  escudos,  por  ser  hombre  de  grande 
rescate  e  ser  caballero;  del  cual  hago  fe  que  el  dicho  Padre  redentor  dio  por  él 
quinientos  escudos,  e  no  le  quiso  dar,  e  asi  se  los  llevó  todos  a  Constantinopla, 
por  quel  dicho  Padre  Fray  Juan  Gil,  redentor  susodicho,  dijo  no  tenia  tanta 
cantidad  que  dar  por  los  rescates  destos  cristianos,  ni  ayuda  de  sus  deudos  para 
su  rescate,  ni  se  hallaba  al  piesenie  con  tanta  cantidad  de  escudos  para  dar  por 
los  rescates  de  los  tales,  e  ansi  rescató  a  Miguel  de  Cervantes,  natural  de  Alcalá 
de  Henares,  por  quinientos  escudos  de  oro,  e  si  no  los  diera  en  oro  no  se  le 
dieran,  e  dellos  el  dicho  Padre  buscó  entre  moros  a  trueco  (sic)  de  doblas  con 
Sus  intereses  de  Bartolomé  de  Cassas,  por  ser  muerto; 

(Siguen  los  nombres  de  dos  cautivos  que  habian  renegado  y  eran  turcos;  de 
uno  que  había  muerto;  de  dos  que  habían  sido  ya  rescatados  por  otra  orden,  y  dos 
que  no  habían  parecido  ni  vivos  ni  muertos.') 

...  de  Antonio  de  Sosa  e  Diego  López,  vecino  de  Peñafiel,  y  el  Sosa  vecino 


88  Biografías  y  noticias  biográficas 


de  Córdoba,  y  de  Mateo  Nadador,  vecino  de  la  ciudad  de  Córdoba  e  de  Juan 
de  Roa,  natural  del  Puerto  de  Santa  Maria,  para  quien  el  dicho  Padre  traia  ayu- 
das, doy  fe  que  cuatro  dias  antes  que  el  dicho  Padre  se  hubiese  de  embarcar 
vinieron  de  viaje,  y  el  dicho  Padre  por  haber  ya  gastado  todas  las  haciendas 
que  en  su  poder  tenia  no  los  rescató,  antes  para  para  pagar  algunos  derechos  de 
las  puertas  tomó  dinero  a  cambio  de  Francisco  Saso,  mercader,  vecino  de  Va- 
lencia, sin  otros  que  habia  tomado  del  susodicho  para  rescate  de  cuatro  capti- 
vos que  rescató  del  capitán  Arnaute  Mami;  de  todo  lo  cual  yo  el  susodicho  Pe- 
dro de  Rivera,  escribano  e  notario  apostólico,  doy  fe 

.  .  .  e  yo  por  ser  captivo  de  mucho  tiempo  en  este  Argel  doy  nueva  fe  ser  todo 
ello  ansi,  e  haber  visto  algunos  de  los  cristianos  renegados  y  de  haber  hecho  el 
dicho  Padre  Fray  Juan  Gil,  redentor  susodicho,  todas  las  diligencias  posibles,  e 
haberme  hecho  buscar  a  los  dichos  cristianos  para  rescatallos,  atento  la  instruc- 
ción e  mandado  de  Su  Magestad  e  por  no  poder  ser  habidos  ni  haber  efecto  ios 
rescates  de  los  susodichos  haber  gastado  el  dicho  Padre  Fray  Juan  Gil  sus  ayu- 
das en  otros  cristianos  atento  estar  de  partida  y  decir  que  le  mandaban  los  Se- 
ñores Presidente  e  oidores  del  Real  e  Supremo  Consejo  de  su  magestad.  se  fuese 
en  España,  porque  aguardar  a  que  vinieran  todos  los  adjutorios  y  encomiendas 
que  el  dicho  Padre  tenia  fuera  hacer  mucha  costa  e  detenerse  en  esta  tierra  mu- 
cho tiempo,  de  todo  la  cual  doy  verdadero  testimonio  ser  verdad  de  haber  mas 
de  siete  mil  cristianos  fuera  de  Argel  que  andan  en  corso  con  sus  patronos, 
tiempo  de  diez  y  seis  meses  antes  mas  que  menos,  e  no  haber  venido  a  esta  di- 
cha ciudad  de  Argel,  como  dicho  es,  en  todo  el  tiempo  que  el  dicho  Padre  Fray 
Juan  Gil  ha  que  está  en  Argel,  sino  el  capitán  Arnaute  Mami  e  no  otro  levante 

ni  cosario  (sic)  ninguno; 

...  de  todo  lo  cual  yo  el  dicho  Pedro  de  Rivera,  escribano  e  notario  susodicho 
doy  fe  e  va  escripto  en  dos  hojas  con  estas  firmado  de  diez  cristianos,  en  testi- 
monio de  lo  cual  lo  firmé  aqui. — Pedro  de  Rivera,  notario  apostólico.» 

Documento  núm.  22. — «Sepan  quantos  esta  carta  de  poder  vieren,  como  yo, 
doña  Leonor  de  Cortinas,  viuda,  madre  legitima  que  soy  de  Miguel  de  Cervan- 
tes, mi  hijo,  digo:  que  por  cuanto  su  magestad  me  hizo  merced  por  su  real  ce- 
dula  de  darme  licencia  para  que  del  reyno  de  Valencia  pudiese  sacar  para  la 
ciudad  de  Argel  dos  mili  ducados  de  mercaderias  licitas  para  que  de  lo  que  pro- 
cediere desta  merced  sirva  para  el  rescate  del  dicho  mi  hijo  Miguel  de  Cer- 
vantes  

...  Y  porque  yo  quiero  acomodarme  con  la  dicha  merced,  otorgo  y  conozco 
que  doy  mi  poder  cumplido  quan  bastante  de  derecho  se  requiere  a  Juan  For- 
tunyo,  mercader,  vezino  de  la  ciudad  de  Valencia,  ausente,  como  si  fuere  pre- 
sente, tratante  en  la  dicha  ciudad  de  Argel,  y  a  quien  el  lo  sustituyere,  especial- 
mente para  que  por  mi  y  en  mi  nombre  y  como  yo  mesma  pueda  concertarse  y 
se  concierte  con  cualquier  mercader  tratante  en  Argel  o  otra  qualquier  persona 
cerca  de  la  dicha  real  cédula  y  merced  y  renuncie  en  la  tal  persona  con  quien 
se  concertare  el  derecho  que  yo  tengo  a  la  dicha  merced  para  que  use  della 
como  quisiere  e  por  bien  tuviere,  esto  por  el  precio  y  quantia  de  maravedís  que 
se  concertare  y  bien  visto  le  fuere,  y  en  testimonio  dello  otorgue  en  mi  nombre 
por  ante  qualquier  notario  escribano  publico  las  escrituras  de  concierto  que  le 

parecieren 

.  .  .  fecha  y  otorgada  en  la  villa  de  Madrid,  a  veinte  y  cinco  dias  del  mes  de 

agosto  de  mili  e  quinientos  y  ochenta  y  dos  años 

.  .  .  Doña  Leonor  de  Cortinas. — Pasó  ante  mi  Pedro  Gutiérrez  de  Molina,  es- 
cribano publico.» 

(Protocolo  de  Pedro  Gutiérrez  de  Molina,  1575  á  1582.) 


Biograñas  y  noticias  biográficas  89 

Documento  núm.  23. — «In  Dei  nomine  amen.  Sepan  quantos  esta  carta  de 
testamento  ultima  e  postrimera  voluntad  vieren,  como  yo,  Rodrigo  de  Zerban- 
tes,  vezino  desta  villa  de  Madrid,  estando  hachado  en  la  cama  de  la  enfermedad 
que  Dios  nuestro  señor  fué  servido  de  me  dar,  creyendo  como  firmemente  creo 
en  la  santissima  Trinidad  y  en  todo  aquello  que  cree  e  confiesa  la  santa  fee  ca- 
tólica,  

.  .  .  hago  e  ordeno  mi  testamento,  ultima  y  postrimera  voluntad,  en  la  forma  e 
manera  siguiente: 

Primeramente  encomiendo  mi  alma  a  Dios  nuestro  señor  y  el  cuerpo  a  la 
tierra  para  do  fué  formado. 

ítem  mando  que  si  Dios  nuestro  señor  fuere  servido  de  me  llevar,  mi  cuerpo 
sea  sepultado  en  la  perochia  o  monesterio  que  a  doña  Leonor  de  Cortinas,  mi 
mujer,  le  paresciere,  la  qual  haga  decir  e  diga  las  misas  que  quisiere  y  a  donde 

fuere  su  voluntad,  .  .         

...  y  quiero  que  me  entierren  en  el  monesterio  de  nuestra  señora  de  la  Mer- 
ced desta  villa. 

ítem  digo  y  declaro  que  al  tiempo  e  quando  yo  casé  y  velé  con  la  dicha 
doña  Leonor  de  Cortinas,  mi  muger,  la  susodicha  truxo  a  mi  poder  ciertos  bie- 
nes dótales  suyos  que  no  me  acuerdo  qué  cantidad  ni  los  que  fueron,  la  decla- 
razion  desto  dexo  en  que  la  dicha  doña  Leonor  de  Cortinas,  mi  muger,  lo  diga 
e  declare,  lo  qual  sea  valido  porque  no  dirá  en  esto  mas  de  la  verdad,  lo  qual 
quiero  y  es  mi  voluntad  que  se  le  dé  e  pague  de  mis  bienes  sin  que  se  le  ponga 

impedimiento  alguno 

.  .  .  dexo  e  nombro  por  mis  albazeas  e  testamentarios  a  la  dicha  doña  Leonor 
de  Cortinas,  mi  muger,  e  a  Catalina  de  Palazios,  viuda,  muger  que  fué  de  Her- 
nando de  Salacar,  a  las  cuales  e  a  cada  una  de  ellas  in  sotidum  doy  mi  poder 
cumplido  para  que  entren  e  tomen  mis  bienes  e  los  vendan  e  rematen  en  publica 
almoneda  o  fuera  della,  e  de  su  valor  cumplan  e  paguen  este  mi  testamento,  y 
en  el  remanente  que  quedare  de  mis  bienes,  dexo  e  nombro  por  mis  herederos 
universales  de  todos  mis  bienes  a  Miguel  de  Zerbantes  e  a  Rodrigo  de  inervan- 
tes y  a  Juan  de  yerbantes  y  a  doña  Andrea  de  Zerbantes  e  a  doña  Madalena  de 
yerbantes,  mis  hijos,  e  hijos  de  la  dicha  doña  Leonor  de  Cortinas,  mi  muger, 

los  quales  quiero  que  hayan  y  hereden  mis  bienes  por  iguales  partes 

...  en  testimonio  de  lo  qual  lo  otorgo  ansi  ante  el  presente  escribano  y  testi- 
gos infraescritos,  que  fué  fecho  e  otorgado  en  la  villa  de  Madrid  a  ocho  dias  del 
mes  de  junio  de  mili  e  quinientos  e  ochenta  e  cinco  años,  siendo  presentes  por 
testigos  fray  Antonio  de  Avila  e  fray  Pedro  de  gorila  frayles  profesos  de  la  or- 
den de  nuestra  señora  de  la  Merced  y  Alonso  de  Vega,  clérigo,  y  Lacaro  Gar- 
cía e  Francisco  de  Buen, 

.  .  .  y  el  dicho  otorgante  tomó  el  dicho  testamento  en  sus  manos  e  le  leyó,  e 
después  de  haberle  leydo  dixo  que  asi  le  otorgaba,  e  que  yo  el  dicho  escribano 
lo  leyese  publicamente  ante  los  dichos  testigos. — Rodrigo  de  Cerbantes. — Pasó 
ante  mi  Diego  Hernández. — Derechos  un  real  y  medio.» 

(Protocolo  de  Diego  Hernández,  1572  á  86.) 

Documento  núm.  24. — «Carta  de  censo  impuesto  por  Inés  Osorio,  mujer  de 
Jerónimo  de  Velázquez,  autor  de  comedias,  en  favor  de  Gaspar  Maldonado  (tes- 
tigo, Miguel  de  Cervantes). — Madrid,  20  Octubre  1585.» 

(Protocolo  de  José  de  Uclés,  1585.) 

Documento  núm.  25. — «En  la  villa  de  Madrid,  a  diez  dias  del  mes  de  sep- 
tiembre de  mili  y  quinientos  y  ochenta  y  cinco  años,  en  presencia  de  mi  el  pre- 
sente escribano  y  testigos  de  yuso  escriptos  parescieron  presentes  Rodrigo  de 

Tomo  II  ,2 


5)0  Biografías  y  noticias  biográficas 


Zervantes  y  dofia  Magdalena  de  Zervantes,  hermanos,  residentes  en  esta  corte, 
e  dixeron  que  por  quanto  habrá  dos  años,  poco  más  o  menos  tiempo,  Miguel  de 
Zerbantes,  su  hermano,  por  orden  de  la  dicha  dofia  Magdalena  empeñó  al  señor 
Napoleón  Lomelin.  cinco  paños  de  tafetán  amarillos  y  colorados  para  aderezo 
de  una  sala,  que  tienen  setenta  y  quatro  varas  y  tres  quartas,  por  treinta  duca- 
dos, y  que  hasta  agora  han  estado  en  el  empeño,  y  la  dicha  dofia  Magdalena 
hizo  pedimiento  ante  el  sefior  alcalde  Pedro  Bravo  de  Sotomayor  en  que  pidió 
se  le  entregasen  pagado  el  dicho  en»pefio,  y  después  de  haber  puesto  y  fecho  el 
dicho  pedimiento  se  han  concordado  en  esta  manera:  en  que  dicho  Napoleón 
Lomelin  compra  de  la  dicha  doña  Magdalena  y  la  susodicha  le  vende  los  di- 
chos tafetanes  a  siete  reales  la  vara,  que  montan  quinientos  e  veinte  e  tres  rea- 
les, y  el  dicho  prescio  se  lo  quieren  pagar  con  que  se  obliguen  al  saneamiento 

dellos, 

.  .  .  pagados  los  dicho  treinta  ducados  del  dicho  empeño  que  la  dicha  doña 
Magdalena  confesó  haberlos  rescibido  e  pasado  a  su  parte  e  poder  realmente  e 
con  efecto  del  dicho  sefior  Napoleón  Lomelin  en  reales  de  contado,  y  en  razón 
de  la  entrega  e  prueba  de  la  paga,  puesto  que  es  cierta  e  de  presente  no  pares- 
ce,  renuncio  las  leyes  de  la  entrega  y  prueba  de  la  paga  que  les  non  vala  y  de 
doc'.entos  e  noventa  e  tres  reales,  cumplimiento  a  los  dichos  quinientos  e  no 
venta  e  tres  reales,  ambos  los  susodichos  se  dieron  por  bien  contentos  e  paga- 
dos y  entregados  a  toda  su  voluntad  realmente  e  con  efecto  del  dicho  sefior  Na- 
poleón Lomelin  en  una  libranza  librados  en  el  cambio  de  Juan  Ortega  de  la  To- 
rre e  compañía,  y  en  razón  de  la  entrega,  puesto  que  es  cierta  e  de  presente  no 
paresce,  renunciaron  las  dos  leyes  y  exebcion  del  derecho  y  prueba  e  paga  como 
en  ellas  se  contiene,  que  ambas  partidas  montaron  los  dichos  quinientos  e  no- 
venta e  tres  reales,  y  ambos  a  dos  los  dichos  Rodrigo  de  Zerbantes  y  dofia  Ma- 
dalena  de  Zerbantes  juntos  y  de  mancomún  y  a  voz  de  uno  e  cada  uno  dellos  e 
de  sus  bienes  por  si  e  por  el  todo  in  solidum  se  obligaron  a  la  eviccion  y  sanea- 
miento de  los  dichos  cinco  paños,  y  que  por  ellos  ni  por  el  dicho  Miguel  de 
Zerbantes,  su  hermano,  que  los  empeñó,  ni  por  otra  persona  alguna  en  su  nom- 
bre pedirán  ni  demandarán  otra  cosa  en  razón  de  lo  susodicho  al  dicho  señor 

Napoleón  Lomelin  ni  a  otra  persona  alguna 

.  .  .  Rodrigo  de  Cerbantes. — Doña  Magdalena  de  Cerbantes. — Paso  ante  mi 
Baltasar  de  Ugena. — Derechos  real  e  medio.» 

(Protocolo  de  Baltasar  de  Ugena,  1584  á  1589,  fol.  127.) 

Documento  núm.  26. — «En  la  villa  de  Madrid  a  treynta  dias  del  mes  de  Di- 
ciembre de  mili  y  quinientos  y  ochenta  y  cinco  años,  en  presencia  de  mi  el  pre- 
sente escribano  y  testigos  de  yuso  scriptos.  pareció  presente  Miguel  de  Cervan- 
tes, residente  en  esta  villa  de  Madrid,  y  dixo  que  se  daba  y  dio  por  contento  pa- 
gado y  entregado  a  toda  su  voluntad  de  los  señores  Baltasar  Gómez  del  Águila 
y  compañía,  residente  en  esta  corte,  de  ciento  y  ochenta  y  siete  mili  maravedís 
que  le  da  y  paga  en  virtud  de  una  libranca  de  cambio  a  el  dirigida  y  por  el 
aceptada,  firmada  de  Diego  de  Alburquerque  y  Miguel  Ángel  Lambías,  cuyo 
thenor  con  la  dicha  aceptación  bien  y  fielmente  sacado  es  como  sigue. 

En  Sevilla  cinco  de  diziembre  mili  y  quinientos  y  ochenta  y  cinco  pagarán 
vuestras  mercedes  por  esta  primera  de  cambio  a  diez  dias  vista  al  sefior  Miguel 
de  Qerbantes  ciento  y  ochenta  y  siete  mili  maravedís  por  la  valor  recibida  del 
mismo  en  reales  de  contado  y  pónganse  a  nuestra  quenta. — Christo  con  todos. 
— Pagaran  vuestras  mercedes  como  se  dize.  Diego  de  Alburquerque  y  Miguel 
Ángel  Lambías. — A  los  illustres  señores  Baltasar  Gómez  y  Compafifa,  mis  seño- 
res en  Madrid,  primera. — Aceptada  en  diez  y  nueve  de  Diziembre  por  nos  Gó- 
mez y  Compañía. 


Biografías  y  noticias  biográficas  91 

Los  quales  dichos  ciento  y  ochenta  y  siete  raill  maravedís  el  dicho  Miguel 
de  yerbantes  confesó  haber  recibido  del  dicho  Baltasar  Gómez  y  compañía  por 
la  razón  contenida  en  la  dicha  cédula  de  cambio  que  de  suso  va  incorporada.  . 
.  .  .  Miguel  de  yerbantes. — Ante  mi  Domingo  de  Ochoa  de  Arratia. — Derecho 
un  real.t 

(Protocolo  de  Domingo  de  Ochoa  de  Arratia,  1583  á  86.) 

Documento  núm.  27. — «En  la  villa  de  Madrid,  a  catorze  dias  del  mes  de 
agosto  de  mili  e  quinientos  e  ochenta  e  siete  años,  ante  mi  el  presente  escriba- 
no e  testigos  de  yuso  escritos  paresció  presente  doña  Andrea  de  Zerbantes,  ve- 
cina de  la  villa  de  Madrid,  e  díxo  que  confesaba  e  confesó  haber  recibido  de 
Gerónimo  de  Valladolid,  vecino  de  Sevilla,  por  mano  de  Luis  Gallo,  estante  en 
esta  corte,  quinientos  reales  que  el  dicho  Gerónimo  de  Valladolid  le  ha  dado  e 
pagado  por  la  dicha  orden  para  en  parte  de  pago  de  mayor  suma  que  el  dicho 
Gerónimo  de  Valladolid  está  encargado  de  cobrar  en  virtud  de  poder  que  tiene 
de  la  dicha  doña  Andrea  de  Zerbantes  para  cobrar  de  doña  Ana  de  Illescas,  ve- 
cina de  Sevilla 

.  .  .  e  porque  la  entrega  de  presente  no  paresce,  aunque  es  verdad,  renunciaba 
e  renunció  las  leyes  de  la  innumerata  pecunia  e  del  haber  non  visto  e  las  demás 
de  su  favor,  e  de  los  dichos  quinientos  reales  daba  e  dio  carta  de  pago  al  dicho 
Gerónimo  de  Valladolid  e  quan  cumplido  e  bastante  poder  a  su  derecho  con- 
venga  , 

.  .  .  Doña  Andrea  de  Cervantes. — Pasó  ante  mi  Francisco  de  la  Concha.» 

(Protocolo  de  Francisco  de  la  Concha,  rotulado,  1600  á  1604.) 

Documento  núm.  28. — «En  la  villa  de  Madrid  a  veynte  e  un  dias  del  raes  de 
Agosto  de  mil  e  quinientos  e  noventa  e  tres  años,  por  ante  mi  el  escribano  e 
testigos  paresció  presente  Diego  de  Medina,  pellexero,  vezino  desta  villa,  e  dixo 
que  arrendaba  e  dio  en  arrendamiento  a  doña  Leonor  de  Cortinas,  viuda,  veci- 
na desta  dicha  villa  de  Madrid,  unas  casas  que  el  ha  e  tiene  en  esta  dicha  villa 
en  la  calle  que  llaman  de  Leganitos  en  linde  de  cas?s  de  Roa,  labrador,  e  Ge- 
rónimo de  Estrada,  cordonero,  e  por  delante  la  calle  publica  con  todo  lo  que  a 
la  dicha  casa  le  pertenece  por  tiempo  de  un  año  cumplido  primero  siguiente 
que  comienza  a  correr  e  corre  este  dicho  arendamiento  desde  quince  dias  del 

mes  de  setiembre  primero  venidero  deste  año, 

.  .  .  e  por  prescio  e  quantia  de  cinquenta  ducados  en  todo  el  dicho  año  paga- 
dos en  esta  forma,  por  tercios  de  quatro  en  quatro  meses, 

.  .  .  y  del  tercio  primero  que  se  le  ha  de  pagar  la  dicha  Doña  Leonor  de  Cor- 
tinas ha  de  dar  lo  que  montaren  dos  meses  a  Maria  de  las  Nieves  muger  de  Pe- 
dro Montoya,  a  razón  de  a  real  e  quartillo  cada  un  dia  para  el  sustento  de  dos 

hijos  del  dicho  Diego  de  Medina  que  la  susodicha  tiene  en  su  poder, 

...  y  con  lo  dicho  el  Diego  de  Medina  dixo  que  se  obligaba  e  obligó  que  las 
dichas  casas  le  serán  a  la  dicha  doña  Leonor  de  Cortinas  ciertas  e  seguras, .  .  . 
...  e  la  dicha  doña  Leonor  lo  firmó,  e  por  el  dicho  Diego  de  Medina  un  tes- 
tigo y  doy  fe  que  conozco  a  los  otorgantes. — Doña  Leonor  de  Cortinas. — Juan 
Sevillano  de  la  Cueva. — Ante  mi  Santiago  Sánchez.» 

(Protocolo  de  Santiago  Sánchez,  1 593.) 

Documento  núm.  2g. — Arrendamiento  de  las  casas  de  la  calle  de  Leganitos 
por  otro  año  más  en  favor  de  Doña  Leonor  de  Cortinas. — Madrid,  15  Setiem- 
bre 1593. 

(Protocolo  de  Santiago  Sánchez,  1593.) 


92  Biografías  y  noticias  biográficas 

Documento  nüm.jo. — cEn  la  villa  de  Madrid,  a  nueve  dias  del  mar  de  No- 
viembre de  mil  e  quinientos  e  noventa  e  tres  años,  por  ante  mi  el  escribano  é 
testigos  paresció  presente  doña  Magdalena  de  Sotomayor,  residente  en  esta 
corte,  como  hija  heredera  que  es  e  quedó  de  dofia  Leonor  de  Cortinas,  su  ma- 
dre, difunta,  que  sea  en  gloria,  a  la  qual  yo  el  escribano  doy  fee  que  conozco  e 
dixo  que  por  quanto  Diego  de  Medina,  pellexero,  vecino  desta  villa  de  Madrid, 
alquiló  a  la  dicha  su  madre  el  susodicho  unas  casas  que  ha  e  tiene  en  esta  villa 
a  la  calle  de  Leganitos  por  tiempo  y  espacio  de  un  afio  que  comenzó  a  correr 
desde  quince  dias  del  mes  de  setiembre  pasado  deste  presente  año  hasta  ser 

cumplido  e  por  prescio  de  cinquenta  ducados 

...  y  por  otra  escritura  de  arrendamiento  hecha  y  otorgada  por  el  dicho  Diego 
de  Medina  en  favor  de  la  dicha  su  madre  por  ante  mi  el  presente  escribano  en 
los  dichos  quince  dias  del  dicho  mes  de  setiembre  deste  dicho  año  paresce  se 
la  tornó  a  arrendar  por  otro  afio  que  habia  de  comenzar  á  correr  desde  quince 
dias  del  mes  de  setiembre  primero  venidero  del  afio  que  verná  de  mil  e  qui- 
nientos e  noventa  e  quatro , 

.  .   .  e  porque  por  no  tener  necesidad,  por  haber  muerto  la  dicha  su  madre,  de 

la  dicha  casa,  e  por  otras  causas  que  a  ello  la  mueven 

.  .  .  dixo  e  otorgó  que  cedía  y  cedió  e  traspasaba  e  traspasó  la  dicha  casa  por 
todo  el  tiempo  que  le  falta  por  correr  de  los  dichos  dos  años  en  el  dicho  Alonso 

de  Paredes 

.  .  .  e  porque  la  dicha  su  madre  tenia  pagados  demasiados  demás  de  lo  que 
tiene  vivido  en  la  dicha  casa  ciento  e  cinco  reales  el  dicho  Alonso  de  Paredes 
se  los  ha  de  dar  y  entregar  luego  como  en  efecto  se  los  dio  e  pagó  el  dicho 
Alonso  de  Paredes  en  presencia  de  mi  el  escribano  e  testigos,  de  que  doy  fee, 
y  la  dicha  doña  Magdalena  rescibió  y  se  obligó  que  durante  el  dicho  tiempo, 
cumpliendo  el  dicho  Alonso  de  Paredes  con  las  condiciones  del  arrendamiento 
que  a  la  dicha  su  madre  hizo  el  dicho  Diego  de  Medina,  la  dicha  casa  le  será 

cierta  y  segura 

.  .  .  Doña  Madalena  de  Sotomayor. — Alonso  de  Paredes. » 

^Protocolo  de  Santiago  Sánchez,  1593- 

Documento  núm.  ji. — «Sepan  quantos  esta  carta  de  poder  en  causa  propia 
vieran  como  yo,  don  Pedro  de  Lanuza  y  de  Perellós,  comendador  de  Mora,  que 
es  de  la  orden  de  Santiago,  y  al  presente  estoy  en  esta  villa  de  Madrid  e  corte 
de  su  Magestad,  otorgo  é  conozco  por  esta  presente  carta  que  doy  e  otorgo  po- 
der cumplido  en  causa  propia,  libre,  llenero,  quan  bastante  de  derecho  se  re- 
quiere y  es  necesario,  á  doña  Constanza  de  Figueroa,  hija  de  Nyculas  de  Ovan- 
do, difunto,  residente  en  esta  corte,  especialmente  para  que  por  mi  y  en  mi 
nombre  e  para  la  susodicha  en  su  caso  e  fecho  propio  pueda  demandar,  resce- 
bir  e  cobrar  de  los  administradores,  arrendadores,  receptores,  recaudadores  e 
fieles  coxedotes  que  han  sido,  son  ó  fueren  de  las  rentas  reales  de  las  sedas  de 
Granada  e  de  quien  lo  deba  pagar  en  cualquier  manera,  es  a  saber,  mili  e  qua- 
trocientos  ducados  de  a  once  reales  cada  uno,  los  cuales  ha  de  haber  e  cobrar 
de  la  renta  de  mi  encomienda  de  Mora,  cuya  recompensa  está  situada  en  las 
dichas  rentas  de  las  dichas  sedas  de  Granada,  y  los  ha  de  haber  e  cobrar  en 
siete  años,  cada  afio  duzientos  ducados,  en  las  dichas  pagas  que  cada  año  se  me 
pagan  de  mi  encomienda  que  son  por  Navidad  y  San  Juan  de  cada  año,  .... 
.  .  .  que  los  mili  é  quatrocientos  ducados  la  dicha  Costanza  de  Figueroa  debia 
haber  por  otros  tantos  que  me  obligué  de  pagarle  por  obligación  otorgada  en 
esta  villa  de  Madrid  en  veynte  e  cinco  dias  del  mes  de  Julio  del  año  de  mili  e 
quinientos  e  noventa  e  cinco  que  pasó  ante  Alonso  de  Prada,  escribano,  e  para 
hacerla  pago  dellos  le  doy  este  poder  que  yo  confieso  ser  asi  verdad, 


Biografías  y  noticias  biográficas  93 

.  .  .  e  demás  de  lo  referido  y  sin  que  sea  visto,  innovado  ni  suspendido  asi 
mismo  me  obligo  para  que  en  caso  que  su  Magestad  rae  mande  volver  e  resti- 
tuir mi  hazienda,  como  se  lo  tengo  pedido  e  suplicado,  dentro  de  diez  meses 
como  tomare  la  posesión  de  ella  daré  e  pagaré  a  la  dicha  doña  Constanza  de 
Figueroa  o  a  quien  por  ella  lo  hubiere  de  haber  los  dichos  mili  e  quatrocientos 
ducados  o  la  parte  que  dellos  no  hubiere  cobrado  puestos  e  pagados  en  dicha 
villa  de  Madrid  e  corte  de  su  Magesjad  en  reales  de  contado  á  mi  costa  é  riesgo 

...  Y  confieso  ser  mayor  de  veynte  e  cinco  años.  Que  fué  fecha  y  otorgada 
esta  carta  en  esta  dicha  villa  de  Madrid  e  corte  de  su  magestad  a  tres  dias  del 

mes  de  diziembre  de  rail  e  quinientos  e  noventa  e  seys  años, 

.  .  .  Don  Pedro  de  Lanuca  y  de  Petellós. — Passó  ante  rai  Pedro  de  Salacar, 
escribano. — Derechos  dos  reales.» 

(Protocolo  de  Pedro  de  Salazar,  rotulado,  1601.) 

Documento  núm,  32. — «En  la  villa  de  Madrid,  a  ocho  dias  del  mes  de  di- 
ciembre de  mili  y  quinientos  e  noventa  y  seys  años,  ante  rai  el  escribano  publi- 
co y  testigos  de  yuso  escriptos  páreselo  presente  doña  Costanca  de  Figueroa, 
vecina  desta  villa,  hija  de  Nicolás  de  Ovando,  difunto,  y  de  doña  Andrea  de 
Cerbantes,  y  otorgó  que  se  da  por  contenta  e  pagada  de  el  señor  don  Pedro  de 
Lanuza,  coraendador  de  la  encomienda  de  Mora,  de  mili  e  quatrocientos  duca- 
dos de  a  onze  reales  cada  uno,  que  el  dicho  don  Pedro  de  Lanuza  se  obligó  de 
pagarla  por  escriptura  de  obligación  otorgada  en  esta  villa  de  Madrid  en  veynte 
y  cinco  dias  del  raes  de  Julio  del  año  de  mili  y  quinientos  e  noventa  e  cinco, 
que  pasó  ante  Alonso  de  Prada,  escribano,  porque  para  la  cobranza  de  los  di- 
chos mili  y  quatrocientos  ducados  el  dicho  don  Pedro  de  Lanuza  le  ha  dado 
poder  en  causa  propia  para  que  cobre  los  dichos  mili  y  quatrocientos  ducados 

...  y  ansi  mismo  la  dicha  doña  Constanza  de  Figueroa  dio  por  libre  al  dicho 
señor  don  Pedro  de  Lanuza  de  todo  y  qualquier  derecho  que  contra  el  tenga 
aunque  fuese  y  ser  pueda  pretensión  de  casamiento  y  derecho  contra  su  hacien- 
da por  cualquier  causa,  derecho  y  pretensión  que  contra  el  dicho  don  Pedro  de 
Lanuza  y  sus  bienes  le  compete  y  puede  competer,  que  de  todo  se  apartó  y  ex- 
cluyó para  que  no  le  quede  derecho  alguno  en  ninguna  forma,  ezepto  la  cobran- 
za de  los  dichos  mili  y  quatrocientos  ducados 

...  y  porque  dixo  ser  menor  de  veynte  y  cinco  años,  confesando  como  con- 
fesó ser  mayor  de  veynte  años,  juró 

...  de  tener,  guardar  y  cumplir  y  haber  por  firme  lo  contenido  en  esta  escrip- 
tura... {Siguen  las  seguridades   ordinarias.) 

...  y  la  dicha  doña  Constanza  de  Figueroa  lo  otorgó  en  presencia  y  con  asis- 
tencia de  doña  Andrea  de  Cerbantes,   su  madre 

.  .  .  — Doña  Costanga  de  Figueroa. — Doña  Andrea  de  Cerbantes. — Pasó  ante 
mi  Pedro  de  Salacar,  escribano. — Derechos  dos  reales.» 

(Protocolo  de  Pedro  de  Salazar,  rotulado,  1 60 1.) 

Documento  núm.  33. — Poder  de  don  Pedro  de  Lanuza  y  de  Perellós,  para 
que  en  el  caso  de  que  él  fallezca  Doña  Constanza  de  Figueroa  cobre  en  una 
sola  paga  todo  lo  que  se  le  debiere  de  los  1.400  ducados. — Madrid,  8  Diciem- 
bre 1596. 

(Protocolo  de  Pedro  de  Salazar,  rotulado,  1601,) 


g^  Biografías  y  noticias  biográficas 


Documento  núm.  34. — Obligación  del  convento  de  la  Merced  de  Madrid  pa- 
ra el  rescate  de  Luis  de  Molina,  cautivo  en  Argel.— Madrid,  2  Abril  1598. 

(Habiéndose,  al  parecer,  deslizado  algún  error  de  concepto  en  este  documento, 
el  convento  de  la  Mercedlo  confirmó,  otorgando  el  siguiente.) 

(Protocolo  de  Gonzalo  Fernández,  1598,  Abril,  fol.  168.) 

Documento  núm.  35. — «Sepan  quantos  esta  carta  de  obligación  vieren,  como 
nos,  el  comendador,  frayles  y  convento  del  monasterio  de  Nuestra  Señora  de  la 
Merced  de  redera pcion  de  captivos  desta  villa  de  Madrid,  e  estando  juntos  en 

nuestro  capitulo 

.  .  .  para  hazer  y  otorgar  esta  escritura,  habiendo  sido  para  ello  llamados  a  cam- 
pana tañida,  conviene  a  saber:  el  maestro  fray  Juan  Temporal,  comendador  del 
dicho  monasterio,  fray  Pedro  Bejarano,  fray  Diego  Martínez  de  Salas,  fray 
Francisco  Gómez,  fray  Bernardo  de  Torres,  fray  Juan  del  Campo,  fray  Bartolo- 
mé Fernandez,  fray  Pedro  de  Mendoga,  fray  Martin  de  Santa  Ana,  todos  frailes 
profesos  y  conventuales  de  la  dicha  casa  e  monasterio,  en  voz  y  en  nombre  della. . 
.  .  .  otorgamos  e  confesamos  haber  recibido  del  señor  Mateo  Enriqusz  de  He- 
rrera, alguacil  mayor  de  la  Santa  y  general  Inquisición  quatro  mili  y  ciento  y  se- 
senta reules  para  que  se  conviertan  precisamente  en  el  rescate  de  Gaspar  de  la 
Plaqa,  vezino  de  la  ciudad  de  Cuenca,  hijo  de  Andrés  de  la  Plaga  y  de  Catalina 
Martínez,  su  muger,  y  asi  mismo  en  el  rescate  de  Luis  Molina,  vezino  de  la  di- 
cha ciudad,  hijo  de  Pedro  de  Molina,  que  ambos  a  dos  de  los  dichos  Gaspar  de 

la  Plaga  y  Luis  de  Molina  están  cautivos  en  Argel, 

...  y  prometemos  e  nos  obligamos  que  en  la  primera  jornada  que  se  ha  de  ha- 
cer a  Argel  este  presente  año  de  mili  e  quinientos  y  noventa  y  ocho  por  los  re- 
ligiosos de  la  dicha  religión  que  han  de  ir  a  redimir  y  rescatar  captivos  busca- 
rán con  todo  cuidado  y  diligencia,  conforme  a  las  señas  que  se  nos  han  dado,  a 
los  dichos  Gaspar  de  la  Plaga  y  Luis  de  Molina,  y  hallándolos,  los  rescatarán  y 

libertarán  de  cautiverio  y  los  traerán  a  estos  reinos  de  Castilla 

...  y  no  lo  haciendo  e  cumpliendo  ansi  le  volveremos  y  restituiremos  los  di- 
chos quatro  mili  y  ciento  y  sesenta  reales  que  nos  han  dado  y  entregado  para  el 

dicho  efecto, 

...  y  porque  para  el  rescate  de  uno  dellos  que  es  el  dicho  Gaspar  de  la  Plaga 
tenemos  recibidos,  por  otra  parte,  de  doña  Catalina  de  Salmerón,  muger  que  fué 
de  el  licenciado  Almagan,  medico,  cient  ducados,  se  declara  que  si  el  dicho 
Gaspar  de  la  Plaga  paresciere,  para  rescatarle  se  han  deconvertir  también  en  su 
rescate  los  dicho  cient  ducados  y  si  no  paresciere,  se  han  de  poder  convertir  en 
el  rescate  de  otros  cautivos  y  no  se  han  de  volver  a  la  dicha  doña  Catalina  de 

Salmerón,  la  qual  los  dio  y  nosotros  los  recibimos  con  esta  condición 

.  .  .  Y  en  testimonio  dello  otorgamos  la  presente  ante  el  escribano  e  testigos 
yuso  escritos  en  la  villa  de  Madrid  a  tres  dias  del  mes  de  Abril  de  mili  y  qui- 
nientos y  noventa  y  ocho  años 

(Siguen  las  firmas.) 

.  .  .  Pasó  ante  mi  Gon<;alo  Fernandez. — Sin  derechos.» 

(Protocolo  de  Gonzalo  Fernández,  1598,  fol.  169.) 

Documento  núm.  36. — «En  la  villa  de  Madrid,  a  nueve  dias  del  mes  de 
Agosto  de  mili  e  quinientos  e  noventa  e  nueve  años,  ante  el  señor  licenciado 
Don  Francisco  Arias  Maldonado,  del  consejo  de  su  magestad,  alcalde  de  su  ca- 
sa y  corte,  e  por  ante  mi,  Martin  de  Urraca,  escribano  de  su  magestad  e  de  pro- 
vincia en  ella,  e  testigos,  pareció  Isabel  de  Saavedra  por  si  y  Ana  Franca,  su 
hermana,  hijas  que  quedaron  de  Alonso  Rodríguez  e  Ana  Franca,  su  muger,  di- 


Biografías  y  noticias  biográñcas  95 

funtos,  e  dixo  que  por  quanto  ella  y  la  dicha  su  hermana  son  mayores  de  doce 
afios  e  menores  de  veynte  y  cinco  y  tienen  nezesidad  de  que  se  les  cobren  sus 
bienes  y  hazienda  de  las  person?.s  en  quien  quedaron  por  muerte  de  los  dichos 
sus  padres  e  ponerse  a  soldada  e  seguir  sus  pleitos  e  poner  algunas  demandas,  e 
por  ser  ellas  menores  no  lo  pueden  hazer  por  sus  personas,  por  tanto  que  nom- 
braba y  nombró  por  su  curador  ad  litem  a  Bartolomé  de  Torres,  procurador  del 
número  de  esta  corte,  que  presente  estaba,  pidió  al  dicho  señor  alcalde  lo  man- 
de lo  acete  e  jurar.  E  por  el  dicho  señor  alcalde  visto  mandó  lo  acete  e  haga  el 
juramento  e  dé  la  fianza  que  en  tal  caso  es  obligado.  E  yo  el  dicho  escribano 
rescebi  juramento  en  forma  de  derecho  del  dicho  Bartolomé  de  Torres,  el  qual 
le  hizo  cumplidamente,  y  so  cargo  dixo  que  acetaba  e  acetó  la  dicha  curaduría 

ad  litem  de  las  personas  de  las  dichas  menores 

.  .  .  e  para  que  lo  cumplirá  dio  por  su  fiador  á  Juan  del  Campillo,  escribano 
de  provincia,  que  presente  estaba,  dixo  que  salia  e  salió  por  fiador  del  dicho 
Bartolomé  de  Torres  en  la  dicha  razón  e  se  obligó  que  el  susodicho  hará  e  cum- 
plirá lo  por  el  de  suso  jurado  e  prometido. 

Auto  E  visto  por  el  dicho  señor  alcalde  el  juramento,  acetacion  e  fianza 
dada  por  el  dicho  Bartolomé  Torres  dixo  que  le  discernía  e  discernió  la  dicha 

curaduría  ad  litem  de  las  personas  de  las  dichas  menores 

.  .  .  Ante  mi  Martin  de  Urraca.» 

(Protocolo  de  Martín  de  Urraca,  1599.) 

Documento  núm.  j-^. —  <En  la  villa  de  Madrid,  a  once  dias  del  mes  de  Agosto 
de  mili  e  quinientos  e  noventa  e  nueve  años,  por  ante  mi  el  presente  escribano 
e  testigos,  páreselo  presente  Bartolomé  de  Torres,  procurador  del  número  de 
esta  corte,  en  nombre  e  como  curador  ad  litem  que  es  de  Isabel  de  Saabedra, 
hija  de  Alonso  Rodríguez  e  Ana  Franca,  su  muger,  difuntos,  e  por  virtud  de  la 
curaduría  que  de  la  dicha  menor  le  fué  discernida  por  el  señor  Alcalde  don 
Francisco  Arias  Maldonado  y  Sotomayor,  ante  Martin  de  Urraca,  escribano  de 
provincia,  que  su  tenor  es  como  sigue: 

{Aquí  la  curaduría) 

Y  de  la  dicha  curaduría  usando,  dixo  que  ponia  é  puso  a  servicio  á  la  dicha 
Isabel  de  Saabedra,  menor,  con  doña  Magdalena  de  Sotomayor,  hija  del  licen- 
ciado Cervantes  de  Saavedra,  su  padre,  difunto,  que  está  presente,  por  tiempo 
de  dos  afios  cumplidos  primeros  siguientes  que  comienzan  a  correr  e  corren 
desde  hoy  dicho  dia  hasta  ser  cumplidos,  e  por  veynte  ducados  que  se  le  han 
de  dar  en  todo  el  dicho  tiempo,  durante  el  qual  la  dicha  menor  servirá  á  la  dicha 
doña  Magdalena  de  todo  lo  que  le  mandare  dentro  de  su  casa  é  la  acompañará 
e  servirá  bien  e  fielmente,  y  la  dicha  doña  Magdalena  le  ha  de  enseñar  á  hazer 
labor  y  á  coser,  e  darla  de  comer  e  beber,  e  cama  e  camisa  labada,  e  hazella 

buen  tratamiento, 

.  .  .  — Bartolomé  de  Torres. — Doña  Madalena  de  Sotomayor. — Ante  mi  Mar- 
tin de  Urraca,  n 

(Protocolo  de  Martín  de  Urraca,  1599.) 

Documento  núm.  38. — «Libro  de  la  Hermandad  de  San  Juan  Evangelista  á 
la  Porta  Latina  y  de  los  Impresores  de  Madrid.» 

Año  de  1604  á  1605, — Francisco  de  Robles,  fundidor  de  letras  de  imprenta, 
Mayordomo  de  dicha  Hermandad,  debe  en  26  de  Mayo  de  1604  por  cuentas  de 
capillas  los  libros  siguientes,  que  se  han  recibido  en  diversas  veces  en  papel, 
entregados  por  las  imprentas  asociadas  y  destinados  para  aumento  de  los  fondos 
de  la  Hermandad: 


ng  Biografías  y  noticias  biográficas 


{Sigue  una  lista  de  varias  obras  entre  las  cuales  hay  la  siguiente:  «2  Don 
Quixotes,  d  83  pliegosii) 

A  fio  de  1605  á  1608. — Alonso  de  Paredes,  impresor,  Mayordomo  déla 
Hermandad,  se  entregó  en  II  de  Junio  de  1605  de  los  libros  siguientes,  que 
hablan  ingresado  en  el  ejercicio  de  1604  á  1605,  y  todavía  no  se  habian  ven- 
dido: 

{Viene  la  lista  de  los  libros,  entre  los  cuales  figuran  los  «2  Quixotes?>,  y  al 
final  dice:  íEn  Julio  se  vendió  un  Quixote  en  8  reales  y  medio-»  ^ 

(Libro  I."  de  la  Hermandad  de  Impresores  de  Madrid.) 

Documento  núm.  jg. — «Sepan  quantos  esta  carta  de  poder  vieren,  como  yo, 
Miguel  de  Cervantes  Saavedra,  residente  en  esta  corte,  digo:  que  por  quanto  yo 
compuse  un  libro  yntitulado  El  yngenioso  hidalgo  don  quijote  de  la  mancha,  y 
por  el  rey  nuestro  señor  me  está  dado  y  concedido  su  privilegio  y  facultad, 
despachado  en  toda  forma,  para  que  yo  o  quien  mi  poder  hobiere  le  pueda  ym- 
primir  y  vender  en  estos  Reynos  de  Castilla  y  en  el  de  la  Corona  de  Portugal 
por  tiempo  de  diez  años  con  proybicion  y  penas  que  ninguna  peisona  sin  mi 
poder  y  licencia  le  pueda  ymprimir  ni  vender  según  del  dicho  privilegio  consta 
y  paresze,  a  que  me  refiero.  s=  Y  a  mi  noticia  ha  venido  que  algunas  personas  en 
el  dicho  Reyno  de  Portugal  han  yropreso  ó  quieren  ymprimir  el  dicho  libro  sin 
tener,  como  no  tienen,  para  ello  poder  ni  licencia  mia  contraviniendo  el  dicho 
privilegio  y  facultad  Real.  Por  tanto,  en  la  via  e  forma  que  mexor  de  derecho 
lugar  haya  otorgo  y  conozco  por  esta  presente  carta  que  doy  y  otorgo  todo  mi 

poder  cumplido,  libre  llenero  y  bastante, 

.  .  .  á  Francisco  de  Robles,  librero  del  Rey  nuestro  señor,  y  al  licenciado  Die- 
go de  Alfaya,  capellán  de  su  magestad,  y  a  Francisco  de  Mar,  residentes  en  la 
cibdad  de  Lisboa,  y  a  cada  uno  y  qualquier  dellos  por  si  e  in  solidum,  especial- 
mente para  que  por  mi  y  en  mi  nombre  y  como  yo,  representando  mi  persona 
se  puedan  querellar  y  acusar  criminalmente  ó  en  la  mejor  via  e  forma  que  de 
derecho  lugar  haya  de  las  persona  ó  personas  que  sin  el  dicho  mi  poder  hayan 
ympreso  ó  ymprimieren  el  dicho  libro  en  qualquier  partes  destos  Reynos  de 
Castilla  y  en  el  de  la  Corona  de  Portugal,  pidiendo  sean  condemnados  y  pug- 
nidos  en  las  penas  en  que  han- incurrido  e  incurrieren  conforme  al  dicho  real 
privilegio  y  a  las  leyes  de  los  Reyes  v  señoríos  de  su  magestad  para  donde   me 

está  concedida  la  impresión  y  venta  del  dicho  libro,  .  • 

...  y  asimismo  hagan  qualesquier  conciertos  en  razón  de  la  dicha  impresión 
y  venta  del  dicho  libro,  dando  a  las  persona  o  personas  con  quien  se  conzerta- 
ren  los  poderes  y  licencias  que  les  paresciere  y  bien  visto  fuere  para  que  las 
referidas  personas  o  quien  su  poder  hobiere  puedan  imprimir  é  vender  el  dicho 
libro  en  los  dichos  Reynos  de  la  Corona  de  Castilla  y  Portugal  por  el  tiempo 
que  yo  lo  puedo  hazer  conforme  al  dicho  privilegio  o  por  el  que  se  conzertaren, 

...  y  asimismo  hagan  qualesquier  conciertos  con  los  que  le  han  impreso  hasta 

ahora  y  imprimieren  de  aqui  adelante 

...  y  con  lo  que  de  todo  prozediere  se  haga  la  orden  y  voluntad  del  dicho 
Francisco  de  Robles  a  quien  pertenesce  el  dicho  privilegio  y  cuyo  verdadero 

mercader  es,  conforme  a  vna  scriptura  de  concierto  entre  él  y  mi  fecha 

.  .  .  y  lo  otorgué  en  la  c'bdad  de  Valladolid  a  doze  dias  del  mes  de  Abril  de 
mili  y  seycientos  y  cinco  años  siendo  testigos  Tomas  de  Balza  y  Francisco  Gon- 
zález y  Francisco  de  Palacios,  estantes  en  esta  corte,  y  el  dicho  otorgante,  a 
quien  yo  el  escribano  doy  fee  que  conozco,  lo  firmó. — Miguel  de  Cerbantes 
Saavedra. — Ante  mi  Juan  Calvo. — Derechos  real  y  medio.» 

(Protocolo  de  Juan  Calvo,  1605,  fol.  559) 


Biografías  y  noticias  biográficas  97 


Documento  núm.  40. — Inventario  de  los  bienes  de  Francisco  de  Robles,  mer- 
cader de  libros,  vecino  de  Madrid,  aportados  al  matrimonio  que  ha  contraido 
con  Crispina  Juberto,  su  segunda  muger...  en  Madrid,  á  23  de  Noviembre  de 
1607. 

(Casas  en  la  calle  de  Santiago. — Censo. — Censo  contra  la  villa  de  Madrid  y 
su  pósito. — Otro  censo. — Ropas. — Plata  blanca. — Plata  dorada. — Libros  espa- 
ñoles.— Libros  encuadernados  de  Lion  y  Paris. — Libros  en  papel  de  Lion  y  Pa- 
ris. — Libros  en  papel  blanco. — Libros  de  a  cuarto. — Libros  de  a  ocho.) 

(Memoria  de  lo  que  me  deben  á  mi  Francisco  de  Robles.— Miguel  de  Cer- 
bantes,  por  cédula  de  dineros  prestados,  quatrocientos  y  cinquenta  reales...  450. 

Juan  de  la  Cuesta,  impresor  de  libros,  como  principal,  y  Maria  Rodríguez  de 
Rívalde,  como  su  fiadora,  de  resto  de  obligación  de  mayor  suma,  3,661  reales.» 

(Protocolo  de  Juan  de  Obregón,  1608,  fol.  787.) 

Documento  núm.  41. — cEn  ocho  de  Septiembre  del  dicho  afio  (1608)  yo,  el 
licenciado  Francisco  Ramos,  desposé  in  facie  eclesiae  Luis  de  Molina  con  doña 
Isabel  de  Saavedra  por  mandamiento.  Testigo  el  doctor  Carrillo,  medico,  y  Pe- 
dro Díaz  de  Paredes  y  Miguel  de  yerbantes. — El  licenciado  Ramos.» 

Al  margen:  Luis  de  Molina  y  Doña  Isabel  de  Saavedra. 

(Parroquia  de  San  Luis,  libro  I.°  de  matrimonios,  fol.  166.) 

Documento  núm.  42. — «Sepan  quantos  esta  carta  de  pago  de  dote  vieren  co- 
mo yo,  Luis  de  Molina,  vecino  de  la  ciudad  de  Cuenca,  residente  en  esta  corte, 
digo:  que  por  quanto  á  servicio  de  Dios  nuestro  señor  y  de  su  bendita  madre  la 
virgen  María  señora  nuestra,  yo  soy  desposado  por  palabras  de  presente  que  ha- 
zen  legitimo  y  verdadero  matrimonio  con  mi  esposa  doña  Isabel  de  yerbantes  y 
Saabedra,  muger  que  primero  fué  de  Diego  Sanz,  hija  legitima  de  Miguel  de 
yerbantes,  y  porque  yo  me  entiendo  de  velar  con  la  dicha  mi  esposa  en  haz  de 
la  sancta  madre  yglesia,  y  consumarle  su  matrimonio,  la  qual  ha  traydo  á  mi  po- 
der por  sus  bienes  dótales  y  propio  caudal  para  ayuda  de  sustentar  las  cargas 
del  matrimonio  catorce  mili  y  setecientos  y  cinquenta  y  tres  reales  en  bienes  y 
joyas  y  vestidos  y  ajuar  de  casa,  que  me  ha  entregado,  tasados  y  apreciados  por 
personas  que  dello  entienden,  los  quales  son  en  la  forma  e  manera  siguiente: 

(Sigue  la  lista  de  varios  muebles,  joyas,  vestidos  y  ajuar  de  casa.) 

...  y  de  todos  los  dichos  bienes  me  doy  por  contento  y  entregado  á  mi  volun- 
tad por  quanto  la  dicha  doña  Isabel  de  herbantes  y  Saabedra  me  los  ha  entre- 
gado  

.  .  .  e  prometo  y  me  obligo  de  no  los  disipar,  obligar  ni  hipotecar  a  mis  pro- 
pias deudas  ni  disponer  dellos  en  manera  alguna  y  de  los  tener  siempre  en  pie 

de  manifiesto  y  deposito  como  bienes  doctales 

...  y  es  declaración  que  los  bienes  que  agora  rescibo  son  demás  y  aliende  de 
los  dos  mili  ducados  que  Juan  de  Urbina  e  Miguel  de  Qerbantes  me  están  obli- 
gados a  pagar  por  quenta  de  la  dote  de  la  dicha  mi  esposa  a  ciertos  planos  por 
escritura  otorgada  ante  Luis  de  Velasco,  escribano  de  su  magestad,  en  veinte  y 
ocho  de  agosto  de  este  año,  la  qual  ha  de  quedar  y  queda  en  su  fuerza  y  vigor 

e  para  el  cumplimiento  de  ello  obligo  la  dicha  mi  persona  e  bienes 

...  Y  ansi  lo  otorgó  ante  el  escribano  y  testigos  de  yuso  escritos  en  la  villa  de 
Madrid  a  cinco  dias  del  mes  de  diciembre  de  mili  y  seyscientos  y  ocho  años.  . 
.  .  .  Luis  de  Molina. — Pasó  ante  mi  Domingo  Roldan.» 

(Protocolo  de  Domingo £oldán,  1608  á  1617,  fol.  i.") 

Tomo  II  19 


g8  Biografías  y  noticias  biográficas 

Documento  núm.  43. — «En  el  dicho  dia  (primero  de  Marzo  de  1609)  por  de- 
creto de  Señoría  Ilustrisiraa  el  Señor  Cardenal  de  Toledo,  vellé  á  Luis  de  Mo- 
lina con  dofia  Isabel  de  Saavedra;  padrinos  Miguel  de  Qerbantes  y  dofia  Cata- 
lina de  Saladar.  Testigos  Pedro  Diaz  de  Paredes  y  Mateo  Aparicio  y  Juan  de 
Aíedo  Belazquez  y  otros,  y  lo  firmé. — El  licenciado  Ramos.» 

Al  margen:  Luis  de  Molina  con  Doña  Isabel  de  Saavedra. 

(Parroquia  de  San  Luis,  libro  l.°  de  matrimonios,  fol.  163.) 

Documento  núm.  44. — «En  el  nombre  de  Dios,  amen.  Sepan  quantos  esta 
carta  de  testamento  vieren,  como  yo,  doña  Catalina  de  Sala9ar  Bosmediano, 
muger  de  Miguel  de  Zerbantes  Saabedra,  estante  e  residente  en  esta  villa  de  Ma- 
drid, corte  de  su  magestad,  estando  buena  y  sana  y  en  mi  buen  seso,  juigio,  me- 
moria y  entendimiento  natural,  creyendo  y  confesando  en  todo  aquello  que  tie- 
ne e  cree,  manda  e  predica  la  santa  madre  iglesia  romana 

.  .  .  hago  y  ordeno  este  mi  testamento  e  ultima  voluntad  a  servicio  de  Dios 
nuestro  señor  y  de  su  bendita  madre  y  de  los  demás  santos  y  santas  de  la  corte 
celestial  en  la  forma  e  manera  siguiente: 

Primeramente  mando  y  ofrezco  mi  alma  a  Dios 

ítem  mando  que  quando  Dios  sea  servido  de  me  llevar  desta  presente  vida, 
mi  cuerpo  sea  llevado  al  lugar  de  Esquivias,  jurisdicion  de  la  cibdad  de  Toledo, 
y  me  entierren  en  la  sepoltura  de  Fernando  de  Saladar  Bosmediano,  mi  padre, 
que  está  en  el  coro  de  la  yglesia  del  dicho  lugar  junto  a  la  grada  del  altar  mayor 
de  la  dicha  yglesia,  que  está  con  su  losa. 

ítem  mando  que  me 

amortajen  con  el  habito  de  Señor  San  Francisco  a  quien  tengo  por  mi  devoto. 

» 

ítem  mando  se  digan  por  mi  alma  y  las  almas  de  mis  padres  y  de  mi  tio 
Juan  de  Palacios,  clérigo,  cien  misas  rezadas  y  se  digan  dentro  del  primero  año 
de  mi  fallescimiento  y  se  pague  la  limosna  de  ellas  y  se  digan  en  la  yglesia  del 
dicho  lugar  de  Esquibias 

Ítem  mando  a  Francisco  de  Palacios  Salaqar,  mi  hermano,  vecino  del  dicho 
lugar  de  Esquivias,  cinco  aranzadas  y  media  de  majuelo,  que  es  el  majuelo  que 
llaman  de  Pedro  Hemandes,  que  está  en  los  quartos,  su  vedueüo  jaén. 

Y  asimismo  mando  al  susodicho  el  majuelo  del  espino  que  es  a  Val  de  la 
Fuente,  su  caber  quatro  aranzadas  jaén,  los  quales  dichos  dos  majuelos  fueron 
de  el  dicho  Juan  de  Palacios,  mi  tio,  y  se  los  mando  por  cumplir  su  voluntad 
que  tuvo  por  su  testamento 

ítem  mando  al  dicho  Francisco  de  Palacios,  mi  hermano,  el  tercio  y  rema- 
.nente  de  quinto  que  mi  madre,  Catalina  de  Palacios,  me  mandó  por  su  testa- 
mento, debajo  de  cuya  dispusicion  murió,  con  la  carga  que  me  lo  mandó  que  es 
una  misa  voluntaria  a  Señor  San  Francisco,  y  el  dicho  tercio  y  quinto  es  la  parte 
de  casa  que  está  inclusa  en  la  casa  del  dicho  mi  hermano  en  que  del  presente 

vive  y  más  aranzada  y  media  de  majuelo  jaén 

...  y  mas  otra  aranzada  y  media  en  el  Villar  que  está  inclusa  con  otra  aran- 
zada y  media  del  dicho  mi  hermano,  y  mas  otro  majuelo  que  llaman  el  albulo 
junto  a  la  fuente  que  dizen  de  Umbidales  y  mas  una  tierra  tras  cabega,  que  ha 

sido  majuelo,  su  caber  quatro  aranzadas 

...  y  mas  un  huerto,  que  está  ahora  hecho  cerca,  que  llamaban  de  los  perales 
junto  a  la  yglesia  del  dicho  lugar,  y  no  tiene  la  dicha  hazienda  mas  carga  de  la 
dicha  misa,  libre  de  todos  censos  perpetuo  ni  al  quitar  ni  otra  ninguna  hipoteca. 

' • • I*' 

ítem  mando  al  dicho  Miguel  de  Zerbantes  Saabedra,  mi  maridó,  el  majuelo 


Biografías  y  noticias  biográñcas  99 

de  camino  de  Sesefia  su  veduefio  jaén,  que  cabe  quatro  aranzadas  poco  mas  o 
menos,  linderos  caminos  que  van  al  lugar  de  Seseña  desde  el  dicho  Esquibias, 
el  qual  haya  tenga  y  goze  de  usufructo  durante  sus  dias  y  vida  con  cargo  de  que 
diga  quatro  misas  rezadas  cada  año  por  mi  alma  y  después  de  sus  dias  le  goze 
por  dos  años,  los  primeros,  doña  Constanza  de  Obando,  sobrina  del  dicho  mi 
marido,  con  el  mismo  cargo  de  las  dichas  quatro  misas,  y  pasados  los  dichos 
dos  años  le  mando  el  dicho  majuelo  al  dicho  mi  hermano  Francisco  de  Palacios 
con  cargo  de  que  haga  dezir  ó  diga  ocho  misas  rezadas  cada  año  por  las  almas 
de  mis  padres  y  mia  y  del  dicho  mi  marido,  con  mas  que  haya  de  dar  cinquenta 
reales  cada  año  a  mi  hermano  Fray  Antonio  de  Salazar  para  libros  u  para  lo 
que  el  quisiere,  y  después  de  los  dias  e  vida  de  los  contenidos  en  esta  clausula 
mando  el  dicho  majuelo  a  la  dicha  yglesia  del  dicho  lugar,  que  es  su  advoca- 
ción Santa  María,  con  cargo  que  se  digan  cada  año  por  las  almas  mia  y  demás 
contenidos  en  esta  dicha  clausula  y  mis  padres  treinta  misas  rezadas  de  difun- 
tos perpetuamente 

ítem  mando  al  dicho  Miguel  de  Zerbantes,  mi  marido,  la  cama  en  que  yo 
muriere  con  la  ropa  que  tuviere  con  mas  todos  los  demás  bienes  muebles  que 
yo  tuviere  excepto  lo  que  mando  al  dicho  mi  hermano,  esto  sin  que  se  le  pida 
quenta  al  dicho  mi  marido  por  el  mucho  amor  y  buena  compañia  que  ambos 
hemos  tenido. 

E  para  cumplir  e  pagar  y  executar  este  dicho  mi  testamento  y  todo  lo  en  él 
contenido,  dejo  e  nombro  por  mis  albazeas  e  testamentarios  a  los  dichos  Miguel 
de  Zerbantes,  mi  marido,  y  Francisco  de  Palacios  Salazar,  clérigo,  mi  hermano, 
y  al  señor  doctor  Peña,  cura  del  dicho  lugar  que  de  presente  es,  u  el  que  en  su 
lugar  entrare  y  a  cada  uno  de  ellos  por  si  e  in  solidum. 

ítem  mando  al  dicho  mi  marido  una  tierra  de  una  aranzada  que  llaman  el 
Herrador,  por  sus  dias  y  después  venga  al  dicho  mi  hermano  Francisco  de  Pa- 
lacios, y  después  de  sus  dias  la  goze  la  dicha  yglesia  con  la  propia  carga  de  la 
demás  hazienda  dicha  en  una  clausula  de  este  dicho  mi  testamento.  Y  en  caso 
que  la  dicha  yglesia  no  quiera  acebtar  lo  susodicho,  que  es  majuelo  o  tierra,  es 
mi  voluntad  de  mandárselo  al  hospital  de  pobres  del  dicho  lugar  con  la  dicha 

carga  y  se  ponga  en  la  dicha  tabla  con  la  otra  cláusula 

.  .  .  fue  hecho  e  por  mi  otorgado  en  la  dicha  villa  de  Madrid  en  diez  y  seis 

dias  del  mes  de  Junio  de  mil  y  seyscientos  e  diez  años 

.  .  .  Doña  Catalina  de  Salacar  Bosmediano. — Christoval  Hernández — Pasó 
ante  mi  Baltasar  de  Ugena,  escribano. — Derechos  de  este  testamento  e  ocupa- 
ción quatro  reales  e  no  mas  de  que  doy  fee. — Ugena.» 

(■Protocolo  de  Baltasar  de  Ugena,  1610  á  1613,  fol.  36.) 

Documento  núm.  45. — cSepan  quantos  esta  publica  escriptura  de  carta  de 
pago  y  recibo  de  dote  vieren,  como  yo,  Luis  de  Molina,  natural  de  la  ciudad 
de  Cuenca,  residente  en  esta  corte  y  agente  de  negocios  en  ella,  digo:  que  por 
quanto  al  tiempo  y  quando  me  traté  de  casar  con  doña  Isabel  de  Saavedra,  hija 
de  Miguel  de  Zerbantes  Saavedra,  que  entonces  era  viuda  de  don  Diego  Sanz, 
ella  truxo  a  mi  poder  e  yo  con  ella  recibí  por  sus  bienes  dótales  catorze  mili  se- 
tecientos y  cinquenta  y  tres  reales  en  joyas  de  oro  y  plata,  vestidos,  ropa  blan- 
ca y  otros  bienes  muebles,  y  dellos  le  hize  y  otorgué  carta  de  pago  y  recibo  de 
dote 

Y  ansi  mesmo  por  bienes  de  la  dicha  doña  Isabel  de  Saabedra,  mi  esposa, 
demás  y  allende  de  lo  contenido  en  la  dicha  escriptura  me  fueron  prometidos 
por  el  dicho  Miguel  de  Zerbantes,  su  padre,  dos  mili  ducados  pagados  en  fin  de 
tres  años  y  dello  el  dicho  Miguel  de  Zerbantes,  como  principal,  y  Juan  de  Ur- 


Biografías  y  noticias  biográficas 


bina,  como  su  fiador  y  principal  cumplidor  y  pagador,  e  cada  uno  in  soltdum  y 
dello  como  bienes  dótales  de  la  dicha  mi  esposa  hizieron  y  otorgaron  en  mi  fa- 
vor escriptura  de  obligación 

...  y  por  haberse  cumplido  el  plazo  de  la  dicha  escriptura  y  no  haberme  pa- 
gado, yo  presenté  la  dicha  escriptura  ante  el  señor  alcalde  don  Fernando  Ramí- 
rez Fariñas  y  Joan  del  Campillo,  escribano  de  provincia,  y  en  virtud  della  pedi 
execucion  contra  las  personas  y  bienes  de  los  dichos  Miguel  de  Zerbantes,  pren- 
cipal,  y  secretario  Joan  de  Urbina,  su  fiador,  y  cada  uno  y  qualquier  dellos  por 
los  dichos  dos  mili  ducados,  y  se  mandó  dar  y  dio  mandamiento  de  execucion, 
y  en  virtud  del  fué  fecha  y  trabada  execucion  por  ellos  en  la  persona  y  bienes 
del  dicho  secretario  Joan  de  Urbina,  el  qual  a  quenta  dellos,  dentro  de  las 
veynte  e  quatro  horas  de  como  le  fue  fecha  la  dicha  execucion,  me  dio  e  pago 
diez  y  nueve  mili  reales,  de  los  quales  le  di  y  otorgué  carta  de  pago  al  dicho 
secretario  Joan  de  Urbina,  y  por  los  tres  mili  reales  restantes  yo  suspendí  la  di- 
cha execucion,  por  lo  qual  es  a  mi  quenta  y  cargo  cobrarlos,  y  agora  la  dicha 
doña  Isabel  de  Saabedra,  mi  muger,  me  pide  le  dé  y  otorgue  carta  de  pago  y  re- 
cibo de  dote  de  los  dichos  dos  mili  ducados  juntamente  con  los  catorze  mili  se- 
tecientos y  cinquenta  y  tres  reales  que  antes  de  agora  habia  recebido  en  los  di- 
chos vestidos,  joyas  de  oro  y  plata,  ropa  blanca  y  otros  bienes  muebles  conteni- 
dos y  declarados  en  la  dicha  carta  de  pago  inserta,  porque  ande  todo  junto  en 
una  escriptura,  que  todo  viene  a  sumar  y  monta  treinta  y  seis  mili  setecientos  y 

cinquenta  y  tres  reales 

.  .  .  E  yo  viendo  ser  justo  y  que  de  derecho  a  ello  estoy  obligado=Otorgo  y 
conozco  por  esta  presente  carta  yo  el  dicho  Luis  de  Molina  que  he  recebido  por 
bienes  dótales  de  la  dicha  dofía  Isabel  de  Saabedra,  mi  muger,  los  dichos  treinta 
y  seis  mil  setecientos  y  cinquenta  y  tres  reales  en  esta  manera 

(Agui  el  deslinde  del  dote  ya  explicado.) 

...  y  de  todos  ellos  doy  y  otorgo  carta  de  pago  y  recibo  de  dote  en  forma  en 
favor  de  la  dicha  dofia  Isabel  de  Saabedra,  mi  muger,  quan  bastante  de  derecho 

se  requiere 

.  .  .  Bn  la  villa  de  Madrid  a  veinte  y  nueve  dias  del  mes  de  Noviembre  de  mil 

e  seiscientos  e  once  años 

.  .  .  Luis  de  Molina. — Testigo,  Pedro  Marquina. — Testigo,  Xpobal  Castillo  e 
Hinojossa. — Ante  mi  Joan  Gómez.» 

(Protocolo  de  Juan  Gómez,  i6i  i,  fol.  1.092.) 

Documento  núm.  46. — «Sepan  quantos  esta  publica  escritura  de  dejación  y 
traspaso,  vieren,  como  yo,  doña  Catalina  de  Palacios  y  Salazar,  muger  que  soy 
de  Miguel  de  Zeruantes,  vecinos  del  lugar  de  Esquibias,  jurisdicción  de  la  ciu- 
dad de  Toledo,  estantes  de  presente  en  esta  corte,  en  presencia  del  dicho  Miguel 

de  Zeruantes,  mi  marido,  y  con  su  licencia  y  consentimiento 

.  .  .  Digo  que  por  quanto  Catalina  de  Palacios,  mi  señora  e  madre,  difunta,  que 
haya  gloria,  viuda,  muger  que  fué  de  Hernando  de  Salazar  Vozmediano,  por  su 
testamento  e  ultima  voluntad  con  que  falleció,  que  pasó  e  se  otorgó  ante  Alonso 
de  Aguilera,  escribano  de  su  magestad,  que  lo  fué  del  numero  y  concejo  del  di- 
cho lugar  de  Esquibias  su  fecha  en  el  diez  e  siete  de  Noviembre  del  año  pasado 
de  mil  y  quinientos  y  ochenta  y  siete,  me  nombró  e  dejó  por  su  hija  y  heredera, 
juntamente  con  Francisco  de  Palacios  y  Fernando  de  Saladar,  mis  hermanos, 
para  que  sucediésemos  y  heredásemos  sus  bienes,  haziendome  dellos  mejora  en 
el  tercio  e  remanente  del  quinto  según  consta  del  dicho  testamento,  y  por  muer- 
te de  la  dicha  mi  madre,  entre  mi  y  el  dicho  Francisco  de  Palacios,  mi  herma- 
no, ante  la  justicia  del  dicho  lugar  e  por  ante  Juan  Hidalgo,  escribano  de  su 


Biograñas  y  noticias  biográficas 


magestad  e  del  numero  del  ayuntamiento  del,  en  veynte  e  un  días  del  mes  de 
Jullio  del  afio  pasado  de  mili  y  seiscientos  e  quatro,  se  hizo  partición  e  división 
de  los  bienes  e  hacienda  que  quedaron  por  fin  y  muerte  de  la  dicha  Catalina  de 
Palacios,  mi  madre,  e  por  ella  se  me  adjudicaron  los  bienes  que  adelante  se  dirá 
por  quenta  de  la  dicha  mejora,  que  son  los  siguientes: 

(Afuí  ¡a  descripción.) 

Todos  los  quales  dichos  bienes  me  fueron  adjudicados  por  la  dicha  partición 
según  consta  de  la  hijuela  della,  que  montan  setenta  y  ocho  mil  ochocientos 
setenta  y  nueve  maravedís.  Y  es  ansi  que  la  dicha  mi  madre  al  tiempo  que  fa- 
llescíó  quedó  debiendo  ansi  por  si  como  por  el  dicho  mi  padre  cinco  mil  y  no- 
vecientos y  setenta  y  cinco  reales 

Para  las  dichas  deudas  se  sacaron  del  cuerpo  de  la  hazienda  las  dichas  casas 
de  Toledo  y  una  tierra  con  unas  olivas  en  el  termino  del  dicho  lugar  de  Es- 
quibias 

Y  aunque  estos,  conforme  á  la  clausula  del  testamento  de  la  dicha  mi  madre 
por  donde  me  hace  la  dicha  mejora,  prohibe  la  enagenacion  y  venta  dellos,  pero 
esto  fué  por  dos  respetos,  el  uno  para  que  no  se  pudiese  valer  de  ellos  el  dicho 
mi  marido,  y  el  otro,  en  caso  que  no  tuviese  yo  hijos,  atendiendo  a  que  los  bie- 
nes de  la  dicha  mejora  viniesen  en  el  dicho  Francisco  de  Palacios,  mi  hermano, 
pero  teniendo  hijos  pudiese  disponer  de  ellos  y  hazer  a  mi  voluntad,  como  lo 
dice  por  palabras  expresas  la  dicha  clausula. =Y  porque  yo  no  tengo  hijos  hasta 
ahora  que  hayan  de  suceder  y  heredar  mis  bienes,  y  que  de  los  dichos  bienes  de 
BUSO  referidos  a  mi  no  me  pertenece  mas  del  usufruto  y  utre  dominio  de  ellos 
por  los  dias  de  mi  vida,  y  que  el  dicho  Francisco  de  Palacios,  mi  hermano,  ha 
pagado  y  desembolsado  de  su  propia  hazienda  los  dichos  cinco  mil  y  novecien- 
tos y  sesenta  e  cinco  reales  de  las  dichas  deudas 

Atento  lo  qual  y  que  yo  le  era  deudora  de  las  dichas  cantidades  arriba  di- 
chas que  me  tocan  de  las  dichas  deudas  que  forzosamente  habia  de  ser  apremia- 
da a  la  paga  de  ellos  u  dejar  los  dichos  bienes,  y  el  dicho  mi  hermano  ha  cum- 
plido con  las  dichas  deudas  por  no  ver  enagenados  los  dichos  bienes  ni  pasados 
en  otro  poseedor,  y  porque  lo  que  ansi  ha  pagado  por  mi  quenta  y  á  mi  perte- 
neciente vale  mucho  mas  que  lo  que  a  mi  me  hablan  de  valer  el  usufructo  y 
aprovechamiento  de  los  dichos  bienes  durante  mis  dias,  no  teniendo  come  no 
tengo  hijos,  como  dicho  es,  en  consideración  de  todo  lo  susodicho  y  teniéndolo 
por  bueno,  cierto  y  verdadero,  en  la  mejor  forma  que  puedo  y  ha  lugar  de  de- 
recho de  mi  buena  y  libre  voluntad  mediante  la  dicha  licencia  del  dicho  mi  ma- 
rido Otorgo  y  conozco  que  hago  dexacion,  renunciación  e  traspaso  en  el  dicho 
Francisco  de  Palacios,  mi  hermano,  que  está  presente  >  acetante  de  todos  los 
dichos  bienes  de  la  dicha  mejora,  que  son  la  dicha  parte  de  casa,  majuelos,  tie- 
rras y  huertos  de  suso  declarado,  deslindado  para  que  sea  propio  del  dicho  Fran- 
cisco de  Palacios  en  usufructo  y  en  propiedad  para  ahora  e  para  siempre  jamás, 

En  testimonio  de  lo  qual  otorgo  esta  carta  en  la  villa  de  Madrid  a  treinta 

e  un  dias  del  mes  de  Enero  de  mil  e  seiscientos  e  doze  años 

.  .  .  Miguel  de  Cerbantes  Saauedra. — Doña  Catalina  Saladar  Bosmediano.= 
Ante  mi  Joan  de  Chaves,  escribano. — Derechos  dos  reales,  y  doy  fee  que  no 
llevé  mas.  I 

(Protocolo  de  Juan  de  Chaves,  1611  y  12.) 

Documento  núm.  47. — «En  la  villa  de  Madrid,  corte  del  Rey  nuestro  señor, 
a  nueve  dias  del  mes  de  Setiembre  de  mili  y  seiscientos  y  trece  años,  ante  mi  el 
escribano  publico  e  testigos  yuso  escritos,  páreselo  Miguel  de  Qeruantes  Saaue- 


Biografías  y  noticias  biogiáficas 


dra  residente  en  esta  corte,  y  dixo  que  por  quanto  de  su  suplicación  su  mages- 
tad'por  sus  Reales  Consejos  de  Castilla  y  Aragón  le  tiene  dada  y  concedida 
licencia  y  privilegio  real  para  que  el  dicho  Miguel  de  femantes,  o  quien  su  po- 
der hobiere,  pueda  imprimir  y  vender  en  estos  reynos  de  Castilla  y  Aragón  un 
libro  compuesto  por  el  dicho  Miguel  de  ^eruantes  yntitulado  Nouelas  exempla- 

res  de  honestissimo  entretenimiento,  por  tiempo  y  espacio  de  diez  afios 

...  Y  usando  de  la  dicha  merced  y  privilegios  en  la  via  e  forma  que  mexor  de 
derecho  paresce  dixo  e  otorgó  que  se  ha  convenido  y  conzertado  y  por  la  pre- 
sente se  convino  y  concertó  con  Francisco  de  Robles,  librero  del  Rey  nuestro 
Señor,  residente  en  esta  su  corte,  de  le  vender,  (jeder,  renunciar  y  traspasar,  y 
por  la  presente  le  vendió,  (jedió,  renunció  y  traspasó  los  dichos  privilegios  que 
ansi  tiene  de  su  magestad  para  la  dicha  impresión  y  venta  del  dicho  libro  por 
el  tiempo  y  según  y  de  la  forma  y  manera  que  de  su  magestad  le  tiene  y  se  le 
da  y  conzede  por  sus  reales  gedulas  y  privilegios,  la  qual  venta  y  traspaso  le 
haze  por  precio  y  quantia  de  mili  y  seiscientos  reales,  que  le  ha  pagado  y  pagó 
en  reales  de  contado,  y  de  veinte  y  quatro  cuerpos  del  dicho  libro  que  le  ha 
entregado  y  entregó,  de  los  quales  dichos  mili  y  seiscientos  reales,  y  de  los  di- 
chos libros  se  dio  y  otorgó  por  contento  y  entregado  a  su  voluntad 

.  .  .  Y  dio  y  otorgó  todo  su  poder  cumplido  en  caussa  propia,  según  le  tiene  y 
de  derecho  en  tal  caso  se  requiere  y  es  necesario,  a  el  dicho  Francisco  de  Ro- 
bles y  a  quien  su  poder  hobiere  y  en  su  derecho  y  lugar  subcediere  para  que  por 
el  dicho  Miguel  de  (Jeruantes  y  en  su  nombre  e  en  el  del  dicho  Francisco  de 
Robles  mismo,  como  quisiere,  y  como  en  su  fecho  y  causa  propia  pueda  usar  y 
use  de  la  dicha  merced  y  privilegios  reales  por  el  dicho  tiempo  de  los  dichos 
diez  años  en  los  dichos  reynos  e  señoríos  de  Castilla  y  Aragón  y  en  qualquier 
dellos,  y  el  dicho  Francisco  de  Robles  e  quien  el  dicho  su  poder  e  caussa  ho- 
biere y  no  otra  ninguna  persona  puedan  imprimir  y  vender  el  dicho  libro 

...  Y  ansimismo  le  dio  y  otorgó  este  dicho  poder  en  causa  propia  al  dicho 
Francisco  de  Robles  e  a  quien  el  suyo  hobiere  para  que  pueda  pedir  e  suplicar 
a  su  magestad  y  señores  del  supremo  Consejo  de  la  Corona  de  Portugal  se  le  dé 
y  conceda  privilegio  real  para  imprimir  y  vender  el  dicho  libro  en  el  dicho  rey- 
no  y  corona  de  Portugal  por  el  tiempo  que  su  magestad  fuere  servido,  y  sacado 
y  concedida  la  dicha  licencia  y  privilegio,  use  y  pueda  usar  della  el  dicho  Fran- 
cisco de  Robles  e  quien  el  dicho  su  poder  y  causa  hobiere  conforme  puede  usar 
en  los  dichos  reynos  de  Castilla  y  Aragón.  Para  todo  lo  qual  dio  y  entregó  al 
dicho  Francisco  de  Robles  en  mi  presencia  y  de  los  testigos  desta  carta,  de  que 
doy  fee,  los  dichos  privilegios  hasta  ahora  librados,  y  poder  para  rescibir  el  que 

de  nueuo  se  librare  para  la  corona  de  Portugal 

.  .  .  Miguel  de  yerbantes  Saauedra. — Ante  mi  Juan  Calvo. — Recibí  de  derechos 
dos  reales  y  medio  y  no  mas,  de  que  doy  fee. — Calvo.» 

(Protocolo  de  Juan  Calvo,  1613,  fol.  4S>') 

Documento  núm.  48. — cEn  la  villa  de  Madrid,  a  veinte  e  ocho  dias  del  mes 
de  Septiembre  de  mil  y  seiscientos  y  treze  años,  en  presencia  de  mi  el  escribano 
publico  y  testigos  de  yuso  escritos,  pareció  presente  Francisco  de  Robles,  libre- 
ro de  su  magestad,  y  por  sí  y  como  cesionario  que  es  de  Miguel  yerbantes  Saa- 
vedra,  y  dixo  que  daba  y  dio  todo  su  poder  cumplido,  libre,  llenero,  bastante, 
según  él  lo  ha  y  tiene,  y  de  derecho  es  necesario,  a  Francisco  Geraldo,  notario 
causídico  y  escribano  de  la  ^iudad  de  ^aragoga,  y  a  Melchor  González,  vezino 

de  la  dicha  ciudad  y  a  cada  uno  y  qualquier  dellos  in  solidum 

.  .  .  para  que  por  el  dicho  Francisco  de  Robles,  y  en  su  nombre,  como  tal  ce- 
sionario del  dicho  Miguel  de  femantes,  se  puedan  querellar  y  acusar  cevil  y 
criminalmente  contra  qualquier  o  qualesquier  persona  y  personas  que  hobieren 


Biografías  y  noticias  biográficas  103 

impreso  y  vendido  o  quisieren  imprimir  y  vender  un  libro  yntitulado  Novelas 
exemplares,  compuesto  por  el  dicho  Miguel  de  ^eruantes,  por  no  lo  poder  hazer 

sin  su  licencia  y  real  privilegio  que  tiene, 

.  .  .  Francisco  de  Robles. — Ante  mi  Juan  Calvo. — Recibi  de  derecho  un  real  y 
no  mas,  de  que  doy  fee.— Calvo.» 

(Protocolo  de  Juan  Calvo,  1613,  fol.  592.) 

Documento  núm.  4g. — cEn  la  villa  de  Madrid,  a  veinte  y  dos  dias  del  mes 
de  Noviembre  de  mil  y  seiscientos  y  trece  años,  ante  mi  el  escribano  e  testigos, 
parecieron:  Geronima  de  Rojas  y  Prado,  de  edad  que  dijo  ser  de  diez  y  nueve 
años,  y  María  de  Rojas  y  Prado,  su  hermana,  de  edad  que  dijo  ser  de  diez 
y  ocho  años,  ambas  hijas  legítimas  de  Francisco  Sánchez  de  Prado,  cirujano, 
vecino  que  fué  desta  villa  de  Madrid,  y  de  Luisa  de  Rojas,  su  legitima  muger= 
Y  dijeron  que  por  quanto  el  dicho  Francisco  Sánchez  de  Prado,  su  padre,  es 
muerto  y  murió  en  la  ciudad  de  Guatimala  en  las  Indias,  y  en  el  testamento  con 
que  murió,  que  otorgó  ante  Alonso  Rodriguez,  escribano  della,  las  dejó  y  nom- 
bró por  sus  universales  heredera s=Por  tanto  otorgaron  que  ellas  de  un  acuerdo 
y  conformidad,  nombran  por  su  curador  de  sus  personas  y  bienes  a  Luis  de  Mo- 
lina, vecino  desta  villa  para  que  lo  sea » 

«En  la  villa  de  Madrid,  a  veinte  y  dos  dias  del  mes  de  Noviembre  de  mil  y 
seiscientos  y  trece  años,  visto  por  el  señor  alcalde  Francisco  Márquez  de  Gazeta, 

el  nombramiento  antes  desto  contenido, 

.  .  .  Dixo  que  habia  y  hubo  por  nombrado  al  dicho  Luis  de  Molina  por  tal  cu- 
rador de  las  personas  y  bienes  de  las  dichas  Geronima  de  Rojas  y  Prado  y  María 
de  Rojas,  al  qual  mandó  haga  el  juramento  y  dé  la  fianza  necesaria,  y  fecho  se 
traiga  ante  su  merced  para  proveher  justicia  y  ansí  lo  mandó. — Campillo.» 

«En  Madrid,  este  dicho  dia,  mes  y  año  dichos,  yo  el  escribano  yuso  escripto, 
notifiqué  el  auto  de  arriba  a  Luis  de  Molina,  agente  de  negocios  en  esta  corte, 
en  su  presencia,  el  qual  dixo  que  aceptaba  y  aceptó  el  dicho  cargo  y  oficio  de 

tal  curador 

...  so  cargo  del  qual  prometió  que  regirá  y  administrará  las  personas  y  bienes 

de  las  dichas  Geronima  de  Rojas  y  Prado  y  María  de  Rojas,  menores, 

...  y  para  que  guardará  y  cumplirá  todo  lo  que  ha  jurado  y  prometido  y  le  ha 
de  ser  encargado,  daba  y  dio  por  su  fiadora  a  doña  Isabel  de  Sahavedra,  su  mu- 
ger,  que  presente  estaba,  la  qual  quiso  ser  tal  fiadora=:Y  el  dicho  Luis  de  Mo- 
lina, como  principal,  y  la  dicha  doña  Isabel  de  Sahavedra,  su  muger,  como  su 

fiadora 

...  se  obligó  la  dicha  doña  Isabel  de  Sahavedra  que  el  dicho  Luis  de  Molina, 
su  marido,  hará  y  cumplirá  lo  que  ha  jurado  y  prometido  y  le  ha  de  ser  encar- 
gado cerca  de  la  curaduría  de  las  personas  y  bienes  de  las  dichas  Gercnima  de 

Rojas  y  Prado  y  María  de  Rojas 

.  .  .  Luis  de  Molina. — Doña  Isabel  de  Saabedra. — Pasó  ante  mi  Antonio  de 
Velasco. 

Auto.  Y  por  el  dicho  alcalde  visto  el  juramento  fecho  por  el  dicho  Luis  de 
Molina  y  fianza  por  él  dada,  dixo  que  le  discernía  y  discernió  el  dicho  cargo  y 
oficio  de  tal  curador  de  las  personas  y  bienes  de  las  dichas  Geronima  de  Rojas 

y  Prado  y  María  de  Rojas  al  dicho  Luis  de  Molina, 

...  y  lo  firmó  de  su  nombre,  siendo  testigos  Felipe  Escobar  y  Pedro  de  Mun- 
guia,  escribanos  de  provincia,  y  Juan  de  Montoya,  escribano  de  su  magestad, 
estantes  en  esta  corte. — Ante  mi  Campillo.» 

(Protocolo  de  Juan  del  Campillo,  1609  á  ij,  fol.  116.) 


I04  Biografías  y  noticias  biográficas 


Documento  núm.  jo. — cEn  la  villa  de  Madrid,  a  catorce  dias  del  mes  de 
Enero  de  mil  y  seiscientoF  y  catorce  afios,  ante  mi  el  presente  escribano  y  tes- 
tigos paresció  presente  la  señora  doña  Costanza  de  Obando,  residente  en  esta 
corte,  y  otorgó  que  se  da  por  contenta  y  pagada  a  su  voluntad  de  Gregorio  de 
Ibarra,  pasaxero  que  vino  del  Piru  en  estos  galeones,  de  mil  reales  que  le  ha  da- 
do y  pagado  en  reales  de  plata  por  tantos  que  de  orden  de  don  Joan  de  Aven- 
daño,  vezino  de  la  ciudad  de  Truxillo  del  Piru,  se  le  entregaron  en  la  ciudad 
de  Lima  de  los  reynos  de!  Piru  para  que  los  diese  y  entregase  a  la  dicha  doña 

Costanza,  y  por  esta  razón  le  ha  dado  y  pagado  los  dichos  mil  reales 

...  y  como  contenta  y  pagada  de  los  dichos  mil  reales,  otorgó  que  de-Uos  da 
carta  de  pago  y  finiquito  en  forma  bastante  al  dicho  Gregorio  de  Ibarra 

,  .  .  Doña  Costanca  de  Figueroa. — Ante  mi  Joan  de  Chaves,  escribano. — De- 
rechos real  y  medio,  y  doy  fee  no  llevé  mas. » 

(Protocolo  de  Juan  de  Chaves,  1614,  fol.  36.) 

Documento  núm.  jz. — «Libro  de  la  Hermandad  de  San  Juan  Evangelista  á 

la  Porta-Latina  y  de  los  Impresores  de  Madrid. — Año  de  1614  á  1615 

.  .  .  Mayo  de  161 5.  De  casa  de  Alonso  Martin  se  traxo  de  capilla: 

De  los  libros  del  P.  Puente  y  Virgilio  en  romance,  diez  y  nueve  reales  j 
veintidós  maravedis,  i9'22. — De  dos  Aritméticas,  y  dos  de  las  Fiestas  de  la  Ma- 
dre Teresa,  y  Comedias  de  Silis,  y  Parnasos,  y  otros  dos  de  la  Madre  Teresa, 
en  verso,  y  dos  catecismos  de  diez  pliegos,  veinte  y  nueve  reales  y  ocho  mara- 
vedis, 29*8.» 

(Libro  l.°  de  dicha  Hermandad,  fol.  132.) 

Documento  núm.  ¡2. — cLibro  de  la  Hermandad  de  San  Juan  Evangelista  á 

la  Porta-Latina  y  de  los  Impresores  de  Madrid.» — Año  dei6i5  ái6i6 

.  .  .  Mas  hoy  dicho  dia  primero  de  Noviembre  (16 15)  traxo  Vera  de  casa  de 
Alonso  Martin  treinta  y  dos  reales  y  quatro  maravedis  de  la  limosna  de  Setiem- 
bre y  Octubre,  y  de  la  capilla  de  dos  comedias  de  Cervantes  y  un  libro  de  Ser- 
mones, 32'4.» 

(Libro  l.°  de  dicha  Hermandad,  fol.  139.) 

Documento  núm.  ¡3. — t Libro  de  la  Hermandad  de  San  Juan  Evangelista  á 

la  Porta  Latina  y  de  los  Impresores  de  Madrid. — Año  de  i6i6  á  1617 

...  A  dos  de  Abril  de  1617  de  la  capilla  de  casa  de  Juan  de  la  Cuesta  se  traxo: 

2  Libros  del  Josepho,  que  tuvieron  roo  pliegos. — 2  Persiles,  116  pliegos. — 
2  Epístolas  de  San  Gerónimo,  76. — 22  Devocionarios  de  Lucio,  52, — 2  Monar- 
chias,  octava  parte,  de  Zamora,  320  pliegos,  que  suman  todos  664  pliegos,  que 
á  dos  maravedis,  valen  treinta  y  nueve  reales  y  dos  maravedis,  39*2. » 

(Libro  2.°  de  dicha  Hermandad,  fol.  159  ) 

Documento  núm.  ¡4. — «En  el  nombre  de  Dios  nuestro  señor,  amen.  Sepan 
quantos  esta  carta  de  testamento  ultima  e  postrimera  voluntad  vieren,  como  yo, 
doña  Isavel  de  Cerbantes  e  Sayavedra,  muger  de  Luis  de  Molina,  escribano  de 
su  magestad,  hixa  de  Miguel  de  Cerbantes  y  Ana  de  Roxas,  mis  padres,  difun- 
tos, que  hayan  gloria,  vecinos  que  fueron,  y  yo  lo  soy,  desta  villa  de  Madrid, 
estando  enferma,  pero  en  mi  buen  juicio  y  entendimiento  natural,  creyendo  co- 
mo firmemente  creo 

.  .  .  y  en  todo  aque[  lio  que]  tiene,  crehe  y  confiesa  la  santa  madre  yglesia  ca- 
tólica romana 

.  .  .  otorgo  que  hago  y  ordeno  este  mi  testamento  a  servicio  de  Dios  nuestro 


Biografías  y  noticias  biográficas  10$ 

señor  y  para  el  descargo  de  mi  anima  y  conciencia  en  la  forma  y  manera  si- 
guiente: 

Lo  primero  encomiendo  mi  anima  a  Dios  nuestro  señor 

Y  quando  la  voluntad  de  Dios  nuestro  señor  fuere  de  me  llevar  desta  pre- 
sente vida,  la  mia  es  que  mi  cuerpo  sea  amortaxado  con  el  habito  de  mi  padre 
seráfico  San  Francisco,  y  que  mi  cuerpo  sea  enterrado  en  el  convento  y  monas- 
terio de  los  padres  de  Señor  San  Basilio  Magno  desta  villa  de  Madrid 

.  .  .  sea  llevado  mi  cuerpo  por  los  hermanos  de  la  Orden  de  San  Francisco 
hasta  ponerlo  en  la  sepultura. 

ítem  se  digan  los  ocho  dias  continuos  después  de  mi  fallescimiento  en  el  di- 
cho convento  de  San  Basilio  ducientas  misas  de  alma  en  el  altar  previlexiado  y 
se  pague  de  limosna  de  cada  una  dellas  dos  reales. 

ítem  mando  que  de  mis  bienes  y  hacienda  de  lo  mexor  y  mas  bien  parado 
della  se  den  al  abad  y  monxes  del  dicho  convento  de  San  Basilio  ochocientos 

ducados  por  una  vez 

.  .  .  con  cargo  de  que  han  de  ser  obligados  a  decir  por  mi  anima  perpetua- 
mente en  cada  un  año  para  siempre  jamas  nueve  misas  cantadas  en  las  nueve 
festividades  de  Nuestra  Señora  o  sus  octavas,  y  lleven  de  limosna  de  cada  una 
dos  ducados 

Itera  declaro  que  al  tiempo  y  quando  vine  al  matrimonio  con  el  dicho  Luis 
de  Molina,  mi  marido,  truxe  a  su  poder  como  bienes  dótales  mios  treynta  y  seys 
mili  setecientos  y  quarenta  y  tres  reales,  los  dos  mili  ducados  en  moneda  de 
plata  y  lo  demás  en  bienes  muebles,  y  de  la  dicha  dote  hoy  en  dia  está  menos- 
cabada la  mitad  y  más,  por  donde  me  hallaba  desobligada  de  hacer  al  dicho 
Luis  de  Molina,  mi  marido,  participe  de  mis  bienes  muebles;  mas  considerando 
que  Dios  nuestro  señor  fue  servido  de  dármele  en  compañía,  quiero  y  es  mi  vo- 
luntad que  se  le  den  duscientos  ducados  de  mis  bienes,  y  demás  desto  le  doy 
poder  para  que  pueda  cobrar  para  si  mismo  qualesquier  cantidades  de  las  que 
me  pertenezcan  por  papeles  y  escrituras  que  estén  en  su  poder;  y  asimismo  le 
doy,  cedo,  renuncio  y  traspasso  qualquier  derecho  justo  que  yo  tengo  y  me  per- 
tenesce  a  las  cassas  en  que  al  presente  vivo,  ansi  a  la  habitación  della  como  a 
las  mexoras  que  en  ellas  se  han  hecho,  y  en  casso  que  a  ello  no  haya  justicia  es 
mi  voluntad  no  lo  intente. 

ítem  mando  al  señor  doctor  Joan  del  Espino,  mi  padre  espiritual,  un  reli- 
cario todo  de  ébano,  grande 

ítem  mando  a  doña  Ana  de  Roxas,  mi  hermana,  un  habito  de  picete  que 
traigo,  y  tres  varas  de  la  misma  tela,  y  un  manteo  que  yo  traygo  de  ordinario,  y 
todas  las  camisas  baxas  mias,  y  dos  tocas  de  lino,  y  dos  taburetes  pequeños,  y 
una  alfombra  de  dos  viexas  que  tengo,  y  una  ropa  de  bayeta  biexa  para  mi  luto 
a  su  hixo  Fernando,  y  le  mando  mi  manto  de  manera  que  no  se  le  entregue  sino 
que  se  venda  y  se  le  dé  el  precio  y  ella  compre  otro  de  burato  para  luto. 

ítem  mando  a  doña  Francisca  Tamayo  dos  relicarios  de  cera  con  vedrieras, 
guarnescidos  de  flores,  y  los  despojos  de  los  frontales  del  oratorio  y  un  rosario 
que  yo  traigo  pendiente  al  cuello 

ítem  mando  a  doña  Maria  Tamayo,  sobrina  de  la  dicha  doña  Francisca,  un 
escritorio  pequeño  de  ébano  y  un  arfile 

ítem  mando  a  Joana  de  Hoyos  un  habito  de  estameña 

ítem  mando  que  Gracia,  mi  esclava,  no  quede  en  poder  del  dicho  Luis  de 
Molina,  mi  marido,  ni  se  le  pueda  dar  en  precio  de  los  ducientos  ducados  que 
por  clausula  deste  mi  testamento  mando  se  le  den,  y  si  se  hiciere  lo  contrario, 
la  dicha  esclava  quede  libre,  porque  ansi  conviene,  por  quanto  la  dicha  esclava 
ha  dicho  que  si  sigue  en  poder  del  dicho  Luis  de  Molina  tiene  de  hacer  algún 
mal  recaudo,  y  por  evitar  esto  es  mi  voluntad  se  cumpla  lo  arriba  dicho. 

Tomo  II  j^ 


lo6  Biografías  y  noticias  biográficas 


ítem  mando  que  mis  testamentarios  tomen  de  mis  bienes  catorce  ducados  y 
vistan  dellos  a  la  dicha  Gracia,  esclava. 

Y  para  cumplir,  pagar  y  executar  este  mi  testamento,  mandas  y  legatos  en 
el  contenidos,  dexo  y  nombro  por  mis  testamentarios,  executores  y  cumplidores 
del  al  padre  abad  que  al  tiempo  de  mi  fallescimienio  fuere  del  dicho  convento 
de  San  Basilio  y  al  que  le  suscediere  en  el  dicho  cargo,  y  al  padre  presentado 
fray  Joan  de  Villafranca  y  Moxica,  mi  tio,  de  Nuestra  señora  de  las  Mercedes,  y 
al  doctor  Joan  del  Espino,  mi  padre  espiritual,  y  a  cada  uno  y  qualquier  dellos 
«n  solidum 

Y  en  el  remanente  que  quedare  y  fincare  de  todos  mis  bienes,  derechos  y 
acciones,  presentes  y  futuros,  dexo,  nombro  y  instituyo  por  mis  herederos  uni- 
versales en  todos  ellos  al  padre  abad  y  monxes  del  dicho  convento  de  San  Ba- 
silio, assi  á  los  que  agora  son  y  serán  de  aqui  adelante  para  que  los  hayan  y  he- 
reden como  tales,  con  tal  calidad  que  los  dichos  abad  y  monxes  de  San  Basilio 
han  de  ser  obligados  a  enterrar  mi  cuerpo  muerto  y  cumplir  enteramente  con 
las  cosas  de  mi  entierro,  misas  y  mandas  contenidas  en  este  mi  tesUmento;  y 
si  acaso  el  dicho  Luis  de  Molina,  mi  marido,  fuere  contra  lo  contenido  en  este 

mi  testamento ' 

...  lo  que  ha  de  haber  por  razón  deste  mi  testamento  y  mandas  que  en  el  le 
hago,  sucediendo  el  caso,  las  doy  por  ningunas  y  de  ningún  valor  ni  efecto..  .  . 
.  .  .  que  fue  fecho  y  otorgado  en  la  villa  de  Madrid,  corte  de  su  magestad  ca- 
tólica, a  quatro  dias  del  mes  de  Junio  aflo  del  nascimiento  de  nuestro  señor  Je- 
sucristo de  mili  y  seyscientos  y  treynta  y  un  años 

.  .  .  dona  ysabel  de  cerbtes  y  sbdra  (_sic). — Ante  mi  Joan  de  Chaves,  escriba- 
no.— Derechos  tres  reales  y  no  mas,  dello  doy  fee.» 

(Protocolo  de  Juan  de  Chaves,  1631,  fol.  710.) 

Documento  núm.  53. — cEn  la  villa  de  Madrid,  a  quatio  dias  del  mes  de  Ju- 
nio de  mili  y  seyscientos  y  treynta  y  un  años,  ante  mi  el  escribano  y  testigos, 
Doña  Isabel  de  Cerbantes  y  Sahavedra,  muger  de  Luis  de  Molina,  escribano  de 
su  magestad,  vecinos  desta  villa  de  Madrid,  estando  enferma  e  en  su  entero 
juicio  e  entendimiento  natural=Dixo  que  ella  tiene  hecho  e  otorgado  su  testa- 
mento e  última  voluntad  por  ante  mi  el  presente  escribano 

...  y  aora  por  via  de  cobdicilio  ordena  lo  siguiente: 

Que  por  quanto  el  doctor  Tamayo  y  doña  Francisca  de  Tamayo,  su  herma- 
na, deben  y  están  obligados  a  pagar  por  escrituras  publicas  a  la  dicha  doña 
Isabel  de  Zerbantes  y  Sahavedra  quatro  mili  reales,  de  los  quales  ha  de  cobrar 
el  padre  presentado  fray  Joan  de  Villafranca  y  Moxica,  su  tio,  de  la  orden  de 
Nuesrra  Señora  de  la  Merced,  ochocientos  reales, 

Y  otros  ducientos  reales  que  es  su  voluntad  se  cobren,  luego  que  haya  fa- 

llescido,  del  dicho  doctor  Tamayo  y  doña  Francisca,  su  hermana, 

.  .  .  que  han  de  servir  para  la  limosna  de  las  misas  que  se  han  de  decir  por  el 
anima  de  la  dicha  doña  Isabel  de  Cervantes  y  Sahavedra, 

Y  los  tres  mili  reales  restantes  que  se  han  de  cobrar  por  el  mes  de  Setiem- 
bre deste  dicho  año  de  seiscientos  treinta  y  uno,  como  está  tratado,  y  no  antes, 
es  su  voluntad  que  se  pongan  a  censo  en  cabeza  de  doña  Ana  de  Rojas,  su  her- 
mana, a  la  voluntad  de  los  dichos  mis  testamentarios,  y  los  réditos  que  dellos 
procedieren  los  goze  por  todos  los  dias  de  su  vida  la  dicha  doña  Ana  de  Rojas, 
su  hermana,  y  después  de  sus  dias  quiere  que  gozen  el  dicho  principal  y  sus  re- 
ditos  los  hijos  de  la  dicha  doña  Ana  de  Rojas  por  partes  iguales,  y  si  algunos  de 
ellos  fallescieren,  se  hereden  unos  a  los  otros,  y  si  todos  fallescieren  antes  que  la 
dicha  doña  Ana  de  Rojas,  su  madre,  el  dicho  censo  principal  y  réditos  del  sea, 


Biografías  y  noticias  biográficas  107 

asi  en  usufructo  como  en  propiedad,  de  la  dicha  doña  Ana  de  Rojas.  Y  si  el 
dicho  Luis  de  Molina,  su  marido,  fuere  contra  lo  contenido  en  este  su  cobdici- 
lio,  es  su  voluntad  que  no  goze  ni  se  le  haya  de  dar  los  ducientos  ducados  y  de- 
más bienes  que  le  manda  por  el  dicho  su  testamento 

...  da  ysbel  d  sabedra  y  cerbantes  (sic). — Ante  mi  Joan  de  Chaves,  escribano. 
— Derechos  dos  reales  y  no  mas,  dello  doy  fee.> 

fProtocolo  de  Juan  de  Chaves,  1631,  fol.  718.) 

Documento  núm.  ¿6. — cln  Dei  nomine  amen.  Sepan  quantos  esta  carta  de 
testamento,  última  y  postrimera  voluntad  vieren,  como  yo,  Luis  de  Molina,  es- 
cribano del  Rey  nuestro  señor,  natural  de  la  ciudad  de  Cuenca,  hijo  lexitimo 
de  Pedro  de  Molina  y  Maria  de  Valenzuela,  su  muger,  mis  padres,  ya  difuntos, 
e  yo,  vecino  desta  villa  de  Madrid,  estando  enfermo  del  cuerpo  y  en  mi  juicio 

y  entendimiento  natural,  creyendo  como  firmemente  creo 

...  en  todo  aquello  que  tiene,  e  cree  y  confiesa  la  santa  madre  Iglesia  de  Roma. . . 
.  .  .  hago  y  ordeno  este  mi  testamento  última  y  postrimera  voluntad,  en  la  for- 
ma y  manera  siguiente: 

Primeramente  encomiendo  mi  alma  a  Dios 

ítem  mando  que  mi  cuerpo  sea  sepultado  en  el  convento  de  señor  San  Ba- 
silio  

ítem  quanto  al  acompañamiento  lo  dexo  a  elección  y  voluntad 

ítem  declaro  que  al  tiempo  y  quando  rae  casé  con  doña  Isabel  de  Saabedra, 
mi  muger,  trujo  a  mi  poder  en  dote  y  casamiento  treinta  y  seis  mil  setecientos 

y  cinquenta  y  tres  reales  en  dinero  y  bienes, 

...  y  demás  desto  he  vivido  veinte  y  tres  años  poco  mas  o  menos  en  unas  ca- 
sas de  la  dicha  doña  Isabel  de  Saabedra,  mi  muger,  que  están  en  la  calle  de 
San  Luis  enfrente  de  la  calle  de  los  Jardines,  a  racon  de  a  ciento  y  cinquenta 
ducados  por  año  que  también  es  aumento  de  dote  de  la  susodicha,  mando  y  es 
mi  voluntad  que  todo  ello  se  le  haga  bueno  de  qualesquier  bienes  que  se  halla- 
ren mios  ahora 

ítem  declaro  que  yo  tuve  compañía  quatro  u  cinco  años  con  el  secretario 
Juan  de  Urbina  en  racon  de  una  herrería  que  está  en  Cañizares,  tierra  de  Cuen- 
ca, y  nunca  se  ajustaron  las  quentas  por  estar  ausente  siempre  el  dicho  Juan  de 
Urbina,  y  a  mi  parecer  seré  acreedor  a  sus  bienes  en  mas  de  diez  y  ocho  mili 

reales 

.  .  .  mando  se  siga  el  pleito  y  se  cobre  lo  que  se  debiere  de  los  bienes.      ... 

{Sigue  una  relación  de  varias  cuentas  sin  liquidar,  créditos,  deudas  y  diver- 
sas alhajas  y  efectos  empeñados.) 

ítem  declaro  que  yo  y  Antonio  Calvo,  oficial  de  la  pluma  fiamos  ante  San- 
tiago Fernandez,  escribano  del  número  desta  villa,  a  Pedro  Pérez  repostero  del 
señor  Melchor  de  Molina,  y  habiéndole  faltado  dos  platos  de  plata  que  pesaron 
quatrocientos  y  tantos  reales,  y  ducientos  reales  de  vellón  en  que  fué  alcanzado, 
fué  executado  por  seiscientos  y  sesenta  y  ocho  reales  y  la  décima,  y  pagué  tres- 
cientos y  la  décima  de  todo,  y  por  lo  demás  me  fué  sacada  una  silla  de  mano 
que  vale  ochocientos  reales,  estando  mi  muger  muy  mala  en  la  cama,  siendo 
bienes  de  su  dote  y  no  estando  ella  obligada  a  cosa  ninguna,  por  lo  qual  mando 
que  la  dicha  mi  muger  la  cobre  y  saque  de  poder  de  quien  la  tuviere,  y  atento  a 
que  yo  no  tengo  ni  dexo  bienes  ningunos  y  que  los  pocos  o  muchos  que  hay 
son  de  la  dicha  mi  muger,  pido  que  lo  demás  se  cobre  del  principal  y  del  otro 
fiador,  pues  yo  tengo  pagado  de  mi  parte  mas  de  la  mitad. 

Y  para  cumplir  y  pagar  este  mi  testamento,  mandas  y  legados  en  él  conte- 
nidas, dexo  y  nombro  por  mis  testamentarios  y  albaceas  a  la  dicha  doña  Isabel 


Io8  Biografías  y  noticias  biográficas 

de  Saabedra,  mi  lexitima  muger,  y  al  padre  presentado  fray  Juan  de  Villafr?n- 
ca,  de  la  Orden  de  Nuestra  Señora  de  la  Merced,  y  al  licenciado  Francisco 
Martinez,  clérigo  presbítero,  capellán  de  las  Monjas  Trinitarias  Descaigas  desta 
villa  y  residente  en  ella,  a  los  quales  y  a  cada  uno  dallos  in  solidum,  doy  poder 

cumplido 

ítem  declaro  para  descargo  de  mi  conciencia  que  la  poca  ó  mucha  hacienda 
es  de  la  dicha  doña  Isabel  Saabedra,  mi  muger,  y  que  antes  la  he  consumido  y 
gastado  mucha  parte  de  su  dote,  por  lo  qual  la  dexo  y  nombro  por  mi  universal 

heredera 

...  en  testimonio  de  lo  qual  lo  otorgué  ansi  ante  el  presente  escribano  publico 
de  ntíraero  en  la  villa  de  Madrid  a  veinte  y  cinco  dias  de  Diciembre  de  1631.  . 
.  .  .  Luis  de  Molina. — Pasó  ante  mi  Thomas  Ramírez,  escribano.» 

(Protocolo  de  Tomás  Ramírez,  1 631.) 

127. — Comentarios  á  los  documentos   descubiertos  por  el  Sr.  Pérez 
Pastor. 

El  hallazgo  de  los  documentos  que  acabo  de  extractar,  aclara  una  porción 
de  puntos  obscuros  que  en  la  historia  de  la  familia  de  Cervantes  existían,  recti- 
fica no  pocas  conjeturas  apuntadas  por  los  biógrafos  del  autor  del  Quijote,  y 
hasta  cierto  punto,  nos  lo  presentan,  á  él  y  á  sus  padres  y  hermanos,  en  una 
posición  social  harto  distinta  de  la  que  nos  hablamos  imaginado.  Pasemos,  pues, 
revista  individual  á  la  familia  de  Cervantes,  y  recapitulemos  lo  que  estos  docu- 
mentos nos  enseñan: 

Rodrigo  de  Cervantes  y  D.»  Leonor  de  Cortinas. 

Navarrete,  al  publicar  la  partida  de  defunción  de  D.  Rodrigo,  que  es  del 
año  de  1585,  supuso  lógicamente  que  esta  fecha  debía  de  estar  eqnivocada, 
puesto  que  en  la  carta  de  pago  de  los  300  ducados  que,  para  ayuda  del  rescate 
de  su  hijo  Miguel,  entregó  en  1579  á  los  PP.  Trinitarios  D.»  Leonor,  ésta  dice 
que  era  viuda  de  Rodrigo  de  Cervantes.  La  partida  de  defunción,  sacada  de  los 
libros  de  difuntos  de  la  parroquia  de  San  Justo,  dice  así:  <En  13  de  Junio  de 
1585  años  falleció  Rodrigo  de  Cervantes:  recibió  todos  los  santos  sacramentos: 
testó  ante  Diego  Hernández,  escribano:  nombró  por  sus  albaceas  á  D."  Leonor 
su  muger  y  á  D.»  Catalina  de  Palacios,  viuda,  muger  que  fué  de  Hernando  de 
Salazar:  mandó  decir  las  misas  que  quisiese  decirle  su  muger.  Enterróse  en  la 
Merced.»  Mas,  la  verdad  del  caso  es,  que  la  fecha  de  esta  partida  es  exacta;  y 
así  ha  venido  á  corroborarlo  y  á  confirmarlo  el  testamento  de  D.  Rodrigo  (do- 
cumento núm.  2j),  otorgado  en  Madrid  á  8  de  Junio  de  1585,  esto  es,  cinco  días 
antes  de  morir.  De  manera,  que  la  declaración  de  D.»  Leonor,  haciéndose  pasar 
por  viuda  en  1579,  fué  simulada.  ¿Cuál  fué  el  motivo?  He  aquí  la  conjetura  del 
Sr.  Pérez  Pastor:  «La  mentira  piadosa  de  D.*  Leonor,  tenía  su  parte  de  picar- 
día, pues  habiendo  pedido  antes  ayudas  para  pagar  el  rescate  Rodrigo  de  Cer- 
vantes y  su  hijo  Miguel,  y  no  habiéndolas  conseguido,  la  madre  intentó  pedirlas 
como  viuda,  y  con  esta  ficción  consiguió  lo  que  su  marido  y  su  hijo  no  habían 
podido  alcanzar.» 

Añadiré,  como  hechos  curiosos  en  este  asunto,  que  mieutras  D.»  Leonor 
aparecía  diciéndose  viuda  en  1579  y  lo  repetía  en  1^82  (documento  núm.  22), 
su  marido  D.  Rodrigo  se  presentaba  á  las  autoridades  en  1.°  de  Diciembre  de 
1580  (documento  núm.  18),  pidiendo  información  piiblica  de  testigos  relativa  al 
cautiverio  de  su  hijo. 

Respecto  á  D.'  Leonor,  los  documentos  núms.  29  y  jo,  claramente  enseñan 


Biografías  y  noticias  biográficas  lO^ 

que  esta  señora  debió  de  fallecer  entre  el  15  de  Septiembre  y  el  9  de  Noviem- 
bre de  1593,  lo  cual  es  una  segura  guía  para  hallar  la  partida  de  defunción. 
Desgraciadamente,  el  libro  de  difuntos  del  año  1 593  no  existe  en  la  parroquia 
de  San  Martín,  en  donde  lo  ha  buscado  el  Sr.  Pérez  Pastor. 

Andrea  de  Cervantes  y  su  hija  D.a  Constanza. 

Según  el  documenlo  núm.j^  del  año  de  1568,  D.^  Andrea,  entonces  soltera, 
recibe  de  un  tal  Locadello  varios  muebles,  alhajas  y  dineros  en  remuneración 
de  diversos  servicios  de  ella  y  de  su  padre  recibidos;  por  el  documento  núm.  10 
(año  de  1576),  consta  que  D'  Andrea  era  ya  viuda,  puesto  que  pide  al  co- 
rregidor de  la  villa  de  Madrid  que  le  sea  discernido  el  cargo  de  curadora  de  su 
hija  Constanza  de  Figueroa,  cpara  poder  cobrar  sus  bienes  y  hacienda».  Consta 
en  este  documento  que  D.*  Constanza  era  «menor  de  doce  años  y  mayor  de 
seis».  Si  suponemos  que  tuviese  entonces  8  ó  9  años,  debió  de  tener  en  1605, 
cuando  la  causa  de  Valladolid,  37  años,  si  bien  ella  declaró  que  tenía  28.  En 
el  año  de  1587,  D."  Andrea  cobra  quinientos  reales  que  le  debía  pagar  D.*  Ana 
de  Illescas,  vecina  de  Sevilla  (documento  núm.  27).  En  8  de  Diciembre  de  1596 
(documento  núm.  J2),  «doña  Constanca  de  Figueroa,  hija  de  Nicolás  de  Ovando, 
difunto,  y  de  doña  Andrea  de  Cerbantes»,  cobró  de  D.  Pedro  de  Lanuza  y  de 
Perelló,  1.400  ducados  que  por  ciertos  motivos  éste  se  había  obligado  á  pagar- 
le; y  en  14  de  Enero  de  1614  (documento  núm.  jo),  la  propia  D."  Constanza  de 
Obando  cobró  i.ooo  reales  de  orden  de  D.  Juan  de  Avendaño,  vecino  de  la 
ciudad  de  Truxillo  del  Perú.  Recordando  que  D."  Andrea  había  estado  casada 
en  segundas  nupcias  con  el  general  Alvaro  Mendaño,  podría  conjeturarse  que 
el  Juan  de  Avendaño,  que  envió  los  i.ooo  reales  á  D.'  Constanza,  fuese  herma- 
no 6  hijo  del  que  fué  padre  político  de  esta  última. 

Magdalena,  hermana  de  Cervantes. 

Gracias  á  los  nuevos  documentos  descubiertos  por  el  Sr.  Pérez  Pastor,  hoy 
sabemos  que  D.a  Magdalena,  cuya  personalidad  tan  obscuramente  nos  apare- 
cía, era  real  y  verdaderamente  hermana  de  Cervantes.  Hagamos  un  poco  de 
historia. 

Pellicer,  dedujo  del  apellido  de  D.*  Magdalena  de  Sotomayor,  «hermana  de 
Cervantes,  que  era  hija  de  otro  padre,  y  supuso  que  su  madre,  D.*  Leonor,  se 
había  casado  en  segundas  nupcias;  mas,  Navarrete,  atinadamente  observa,  que 
esta  conjetura  es  errónea,  porque  consta  en  lá  causa  de  Valladolid  que  doña 
Magdalena  tenía  entonces  (año  de  1605)  más  de  40  años,  por  lo  cual  —  dice  — 
debió  de  nacer  antes  del  año  1565,  cuando  aun  vivía  D.  Rodrigo.  Por  estas  ra- 
zones, Navarrete  termina  opinando  que  D.a  Magdalena  sería  «alguna  cufiada  ó 
parienta  de  Cervantes». 

Hoy,  repito,  el  misterio  queda  aclarado,  puesto  que  los  documentos  núms.  4, 
S>  6>  7>  <?.  ^S,  I4<  23,  2J  y  30,  atestiguan  que  D."  Magdalena  fué  hija  natural  y 
legitima  de  Rodrigo  de  Cervantes  y  D.»  Leonor  de  Cortinas;  por  lo  tanto,  era 
hermana  carnal  de  nuestro  Cervantes. 

Su  edad  puede  deducirse  aproximadamente  del  documento  núm.  7,  firmado 
en  7  de  Mayo  de  1575,  en  el  cual  D.*  Magdalena  declara  que  era  menor  de  25 
años  y  mayor  de  18  Suponiendo,  pues,  que  tuviera  entonces  20  ó  21  años,  debió 
de  nacer  hacia  1555;  y  como  en  la  partida  de  defunción  de  esta  señora  [99], 
consta  que  era  natural  de  Madrid,  este  dato  nos  enseña  que  la  familia  de  Cer- 
vantes residía  ya  en  la  corte  cuando  menos  antes  del  año  de  1555. 

La  figura  de  D.a  Magdalena  en  el  seno  de  la  familia  de  Cervantes  aparece- 
grandiosa. 

Haciendo  nobilísimo  uso  de  una  cantidad  á  ella  donadíi  por  un  tal  Alonso 


Biografías  y  noticias  biográficas 


Pacheco  (documentos  núms.  5  i.  g),  ayudó  grandemente  á  sus  padres  y  á  su  her- 
mana D.a  Andrea,  en  la  noble  tarea  de  aprontar  dineros  para  rescatar  á  su 
hermano  Miguel,  y  á  9  de  Junio  de  1578,  suscribe  un  instrumento  público  (do- 
cumento núm.  15),  obligándose  á  pagar  á  un  tal  Hernando  de  Torres,  comisio- 
nado psra  rescatar  á  Miguel,  «todo  lo  demás  que  costare  el  rescate  de  Miguel 
de  Cerbanres,  de  los  tres  mil  e  doscientos  e  setenta  e  siete  reales  que  tienen 
entregados  en  la  dicha  obligación  e  dineros  al  dicho  Hernando  de  Torres  ..» 

Más  tarde,  en  1583,  D."  Magdalena,  sin  duda  para  subvenir  á  las  necesida- 
des de  su  hermano  Miguel,  empeñó,  por  mano  de  éste,  ciertos  efectos,  y  por 
escritura  de  10  de  Septiembre  de  1585  (documento  núm.  2¿),  vendió  los  efectos 
empeñados,  liquidando  el  préstamo  con  el  propio  prestatario.  Después,  falle- 
cida su  madre  D.a  Leonor  en  1593,  D.»  Magdalena,  para  respetar  el  contrato 
de  arrendamiento  de  la  casa  que  habitaban,  que  aquélla  había  otorgado,  lo  tomó 
á  su  cargo,  y,  no  necesitando  dicha  morada,  traspasó  el  arriendo  á  otra  persona 
(documento  núm.  JO).  Andando  más  los  tiempos,  y  á  fin  de  amparar  á  la  menor 
Isabel  de  Saabedra,  hija  de  Cervantes,  á  la  sazón  ausente,  D.a  Magdalena  la 
tomó  á  su  servicio  (documento  núm.  JJ,  de  11  de  Agosto  de  1599),  facilitando 
de  este  modo  el  ingreso  de  Isabel  en  la  familia  de  Cervantes,  y  su  adopción 
tácita  por  la  mujer  de  éste.  Y  últimamente,  hacia  los  años  de  1605,  en  Vallado- 
lid,  cuando  la  posición  de  la  familia  de  Cervantes  era,  al  parecer,  harto  menos 
desahogada  de  lo  que  antes  habla  sido,  D.a  Magdalena,  haciendo  modesta  vida 
de  beata,  j»  vistiendo  de  Jerga,  como  quien  ha  renunciado  los  placeres  munda- 
nales, continuó  siendo  el  consuelo  de  sus  hermanos. 

Juan  de  Cervantes. 

En  el  testamento  que  á  8  de  Junio  de  1585  (documento  núm.  2^),  otorgó 
Rodrigo  de  Cervantes,  nombra  por  sus  herederos  universales  «á  Miguel  de  Zer- 
bantes  e  a  Rodrigo  de  Cervantes  y  a  /uan  de  Cerbantes  y  a  doña  Andrea  de 
Zerbantes  e  a  doña  Madalena  de  Cerbantes  (i),  mis  hijos,  e  hijos  de  la  dicha 
doña  Leonor  de  Cortinas,  mi  muger..  > 

Aquí  aparece  un  hermano  de  Cervantes,  de  nombre  Juan,  que  no  he  visto 
mencionado  por  nadie.  ¿Dónde  y  cuándo  nació,  y  cuándo  murió?  Si  atendemos 
á  que  en  los  libros  parroquiales  de  Alcalá  de  Henares,  en  donde  existen  las 
partidas  de  bautismo  de  Miguel  de  Cervantes  y  de  sus  hermanos,  no  se  ha  ha- 
llado la  de  Juan,  debemos  presumir  que  debió  de  nacer  en  Madrid.  Y  si  su  na- 
cimiento tuvo  lugar  antes  que  el  de  D.a  Madalena,  por  lo  que  he  dicho  al  hablar 
de  ésta,  se  corroborarla  mi  opinión  de  que  la  familia  de  Cervantes  residía  en 
Madrid  desde  antes  del  año  de  1555,  y  entonces  podríamos  asegurar  que  nues- 
tro Cervantes  recibió  en  Madrid  su  primera  educación  literaria;  cayendo  por  su 
base  las  aserciones  de  aquellos  biógrafos  que  creen  y  añrman  que  el  autor  del 
Quijote  estudió  humanidades  en  Alcalá  y  hasta  que  cursó  en  aquella  famosa 
universidad. 

Volviendo  al  desconocido  Juan,  ignórase  cuándo  murió  ni  qué  se  hizo  de  él; 
siendo  de  extrañar  que  no  aparezca,  ni  siquiera  mencionado,  en  ninguno  de  los 
actos  de  la  familia  de  Cervantes  revelados  y  descritos  por  los  numerosos  docu- 
mentos que  hoy  poseemos. 

En  cuanto  al  Rodrigo,  otro  de  los  herederos  de  su  padre,  es  probable  que 
sea,  conforme  á  la  general  opinión  recibida,  el  Andrés  de  Cervantes  cuya  fe  de 
bautismo  conocemos  [24];  por  más  que  no  esté  justificado  el  motivo  de  tal  cam- 
bio de  nombre. 


(i)     He  aqni  en  un  mismo  documento  escrito  el  nombre  de  Cervantes  de  tres  distintas 
maneras. 


Biografías  y  noticias  biográficas 


Doña  Catalina  de  Salazar  y  Vozmbdiano. 

Dos  importantes  documentos  püblicos  hallamos  referentes  á  la  digna  esposa 
de  Cervantes.  El  documento  núm.  44,  es  el  testamento  de  esta  señora,  otorgado 
en  Madrid  á  16  de  Junio  de  16 10,  por  el  cual  sabemos:  <que  doña  Catalina  he- 
redó de  su  tío  Juan  de  Palacios  diversos  bienes  con  la  expresa  condición  de 
mandarlos  después  de  su  fallecimiento  á  su  hermano  Francisco  de  Palacios  Sa- 
lazar, mandato  que  fielmente  cumple  doña  Catalina;  que  manda  á  su  marido 
Miguel  de  Cerbantes  un  majuelo  de  4  aranzadas  en  usufructo,  y  «después  de 
sus  dias  le  goze  por  dos  años  su  sobrina  doña  Constanza  de  Obando»,  y  pasa- 
dos los  dos  años  pase  al  hermano  de  la  testadora  don  Francisco,  con  cargo  de 
dezir  8  misas  cada  año  por  las  almas  de  los  padres  y  del  marido  de  la  testa- 
dora, y  «con  mas  —  dice  —  haya  de  dar  50  reales  cada  año  á  mi  hermano  Fray 
Antonio  de  Salazar»;  que  manda  al  dicho  su  marido  la  cama  en  que  ella  murie- 
re con  más  todos  los  demás  muebles  que  tuviere;  y  que  manda  también  á  su 
marido  otra  tierra  de  una  aranzada  por  sus  días  y  después  que  pase  á  su  her- 
mano Francisco.» 

El  documento  núm.  46  nos  manifiesta  que  D.a  Catalina  de  Palacios,  madre 
de  la  otorgante,  la  dejó  heredera  de  sus  bienes,  juntamente  con  sus  hermanos 
Francisco  y  Femando;  que  en  una  cláusula  del  testamento  de  la  dicha  su  madre 
le  hizo  «mejora  en  el  tercio  y  remanente  del  quinto  prohibiéndole  la  enagena- 
cion  y  venta  de  los  bienes  dejados...  para  que  no  se  pudiese  valer  dellos  el  dicho 
mi  marido...  y  en  caso  que  yo  no  tuviese  hijos  los  bienes  viniesen  en  el  dicho 
Francisco  de  Palacios  mi  hermano»;  que  por  haber  éste  su  hermano  pagado 
muchas  cargas  que  fueron  de  los  bienes  de  su  madre,  D.a  Catalina  le  hace  ce- 
sión y  traspaso  del  tercio  y  quinto  que  á  ella  correspondía. 

De  ambos  documentos  se  desprende  que  D."  Catalina,  al  testar,  dejaba  á  su 
marido  casi  todo  lo  que  ella  tenía  libre. 

Por  el  documento  núm.  43,  sabemos  que  D."  Catalina  de  Salazar  y  su  marido 
Miguel  de  Cervantes  fueron  padrinos  en  el  acto  de  la  velación  de  Luis  de  Mo- 
lina con  D."  Isabel  de  Saavedra. 

Ya  hemos  visto  [23,  24,  66,  126],  que  D.'  Catalina  de  Palacios  y  Salazar 
consintió  en  que  su  marido  Miguel  legitimase  á  su  bija  natural  Isabel,  y  que 
ésta  formase  parte  de  la  familia;  lo  cual,  unido  á  los  datos  que  acabo  de  consig- 
nar, demuestra  el  noble  carácter  de  D."  Catalina  y  el  amor  que  siempre  profesó 
á  su  esposo. 

Isabel  de  Saavedra. 

Gran  parte  de  la  vida  de  esta  hija  de  Cervantes  se  nos  revela  en  los  docu- 
mentos que  estoy  reseñando. 

Según  el  núm.  j6,  en  9  de  Agosto  de  1 599,  «Isabel  de  Saavedra  por  sí  y 
Ana  Franca,  su  hermana,  hijas  que  quedaron  de  Alonso  Rodríguez  e  Ana  Fran- 
ca, su  muger,  difuntos»,  se  presenta  al  alcalde  de  casa  y  corte,  diciendo  que  por 
ser  «mayores  de  doce  años  e  menores  de  veynte  y  cinco»,  nombran  por  curador 
á  Bartolomé  de  Torres  y  piden  se  le  discierna  este  cargo. 

He  aquí  una  superchería  con  la  cual  se  obtuvo  (documento  núm.  j"^),  que 
dos  días  después  Isabel  entrara  al  servicio  de  D.°  Magdalena,  y  se  preparara  asi 
el  ingreso  más  tarde  en  casa  de  Cervantes. 

Pero,  ¿esta  titulada  hermana  de  Isabel,  llamada  Ana  Franca,  fué  también 
hija  de  Cervantes?  No  lo  creo;  mas,  hay  en  ello  un  misterio  que  tal  vez  más 
adelante  pueda  aclararse,  pues  el  docnmento  núm.  4g,  otorgado  en  Madrid,  á  22 
de  Noviembre  de  16 13,  nos  dice  que  «Gerónima  y  María  de  Rojas  y  Prado, 
hijas  legítimas  de  Francisco  Sánchez  de  Prado,  cirujano  de  Madrid,  y  de  Luisa 
de  Rojas,  su  legítima  muger»,  de  19  y  18  años  de  edad,  respectivamente,  nom- 


lia  Biografías  y  noticias  biográficas 


bran  por  su  curador  i.  Luis  de  Molina  y  éste  presenta  como  fiador  de  su  cargo 
á  su  esposa  D.'  Isabel  de  Saavedra;  todo  lo  cual  demuestra  el  parentesco  de 
ésta  con  las  pupilas,  y  que  Luisa  de  Rojas  debió  de  ser  hermana  ó  parienta  muy 
próxima  de  D.'  Ana  de  Rojas,  madre  de  Isabel. 

Ló  cierto  es  que  Isabel  fué  legitimada  por  su  padre  [66],  se  casó  en  8  de 
Septiembre  de  1608  con  Luis  de  Molina  {documento  núm.  41),  y  se  veló  el  i.* 
de  Marzo  de  1609  (documento  núm.  43)- 

Y  el  nombre  de  sus  padres,  cMiguel  de  Cerbantes  y  Ana  de  Roxas»,  lo  de- 
clara solemnemente  Isabel  en  su  testamento,  otorgado  en  Madrid,  á  4  de  Junio 
de  1631  (documento  núm.  j4). 

Para  completar  la  historia  de  la  hija  de  Cervantes,  falta  ahora  descubrir  sus 
fes  de  bautismo  y  de  defunción,  y  conocer  con  fijeza  la  personalidad  de  su 
madre  D.'  Ana  de  Rojas. 

Luis  de  Molina. 

Por  el  documento  núm.  35,  sabemos  que  á  3  de  Abril  de  1598,  la  comuni- 
dad de  frailes  de  Ntra.  Sra.  de  la  Merced  de  redención  de  cautivos  de  Madrid, 
recibió  del  alguacil  mayor  de  la  Inquisición,  4160  reales  para  rescatar  á  Gaspar 
de  la  Plaza  y  <á  Luis  de  Molina,  vecino  de  Cuenca»,  que  ambos  á  dos  estaban 
cautivos  en  Argel. 

Sería  curioso  saber  desde  cuándo  se  hallaba  cautivo  el  que  más  tarde  llegó 
á  ser  hijo  político  de  Miguel  de  Cervantes  (documentos  núms.  41  y  43'). 

El  documento  núm.  45  es  la  carta  de  pago  que  otorga  Luis  de  Molina,  á  29 
de  Noviembre  de  161 1,  á  favor  de  su  esposa  Isabel  de  Saavedra,  por  la  canti- 
dad de  36753  reales  á  que  ascendía  el  importe  de  la  dote  de  su  mujer,  que  re- 
cibió Molina  en  dineros  y  en  bienes  muebles. 

En  su  testamento,  otorgado  en  Madrid  á  25  de  Diciembre  de  1651  (docu- 
mento núm.  ¿6),  declara  el  testador:  que  entró,  durante  su  vida,  en  varios  ne- 
gocios y  empresas  con  diferentes  sujetos,  entre  ellos  el  secretario  Juan  de  Ur» 
bina,  en  los  cuales  perdió  todo  su  capital;  que  no  deja  bienes  ningunos,  y  que 
«los  pocos  ó  muchos  que  hay»  son  de  su  mujer;  y  que  habiendo  gastado  y  con- 
sumido mucha  parte  del  dote  de  dicha  su  mujer,  la  nombra  por  su  universal 
heredera,  dándole  instrucciones  para  intentar  el  cobro  de  varios  créditos  que 
Molina  tenía  contra  varios  de  los  que  fueron  asociados  suyos. 

Documentos  referentes  al  rescate  de  Cervantes. 

Importantes  son  los  nuevamente  descubiertos.  El  primero  de  ellos  (docu- 
mento núm.  12).,  su  fecha  9  de  Noviembre  de  1576,  es  una  ampliación  de  otra 
información  presentada  anteriormente  por  D.  Rodrigo  de  Cervantes  á  fin  de 
probar  que  tenía  dos  hijos  cautivos  en  Argel,  y  que  no  los  podía  rescatar  por 
ser  pobre.  La  información  á  que  se  refiere  este  documento  no  se  ha  descubierto, 
pero  ella  prueba  que  los  padres  de  Cervantes  ya  empezaron  á  raíz  del  cautive- 
rio de  sus  hijos,  las  gestiones  para  rescatarlos. 

Los  documentos  núms.  18  á  22,  ofrecen  interesantísimos  detalles  acerca  del 
rescate  de  Cervantes,  y  confirman  los  ya  conocidos.  Por  ellos  sabemos  que 
nuestro  héroe,  luego  de  rescatado,  se  embarcó  para  Valencia,  en  donde  se  ha- 
llaba á  primeros  de  Diciembre  de  1580;  que  en  18  del  propio  mes  estaba  en 
Madrid  y  presentó  una  información  de  testigos  para  probar  que  del  precio  que 
costó  su  rescate  quedó  á  deber  al  P.  Juan  Gil  dos  mil  reales  y  á  varios  merca- 
deres de  Argel  más  de  mil  reales,  que  le  habían  prestado  durante  su  cautiverio, 
para  comer  y  otras  cosas,  « porque  el  moro  que  le  tenía  cautivo  no  le  daba  de 
comer». 


Biografías  y  noticias  biográñcas  113 

Relaciones  entre  Cervantes  y  el  librero  Francisco  de  Robles. 

Por  el  documento  núnt.  ^7,  de  9  de  Septiembre  de  1613,  nos  consta:  que 
Cervantes  vendió  y  traspasó  á  Francisco  de  Robles  el  privilegio  real  que  tenia 
para  imprimir  y  vender  en  los  reinos  de  Castilla  y  Aragón  las  Novelas  exem- 
plares;  que  el  precio  de  este  traspaso  fué  el  de  1600  reales  y  24  cuerpos  del 
libro;  y  le  dio  poder  en  causa  propia  para  pedir  privilegio  para  el  reino  de  Por- 
tugal. En  virtud  de  este  traspaso,  el  librero  Robles,  en  28  del  mismo  mes  de 
Septiembre  (documento  núm.  48),  dio  poderes  á  dos  vecinos  de  Zaragoza  para 
que  «se  puedan  querellar  y  acusar  cevil  y  criminalmente  contra  cualesquier 
personas  que  hobieren  impreso  y  vendido  ó  quisieren  imprimir  y  vender  las 
Novelas  exemplares* . 

El  documento  núm.  jg,  es  un  poder  otorgado  por  Cervantes,  en  Valladolid, 
á  12  de  Abril  de  1605,  á  favor  de  Francisco  de  Robles  y  á  dos  vecinos  de  Lis- 
boa, para  que  «se  puedan  querellar  contra  los  que  hayan  impreso  ó  imprimieren 
el  ingenioso  hidalgo  don  quijote  de  la  mancha  en  los  Reynos  de  Castilla  y  en  el 
de  la  Corona  de  Portugal...  y  con  lo  que  de  todo  procediere  se  haga  la  orden  y 
voluntad  del  dicho  Francisco  de  Robles  a  quien  pertenece  el  dicho  privilegio... 
conforme  a  una  scriptura  de  concierto  entre  él  y  mí  fecha». 

Si  se  descubre  algún  día  esta  scriptura  de  concierto  entre  Cervantes  y  Fran- 
cisco de  Robles,  sabremos  cuanto  le  pagó  éste  por  la  cesión  del  privilegio  del 
Quijote. 

La  escritura  de  poderes,  que  acabo  de  extractar,  no  llegó  á  tiempo  para  ata- 
jar las  dos  impresiones  del  Quijote  hechas  en  Lisboa,  puesto  que  la  licencia  de 
la  edición  estampada  por  Jorge  Rodríguez  lleva  la  fecha  del  26  de  Febrero  de 
lóos,  y  la  de  Pedro  Crasbeeck  es  de  27  de  Marzo  [2,  3]. 

El  documento  núm.  40  nos  revela  que  á  fines  del  año  1607,  Cervantes  debía 
á  Francisco  de  Robles,  «por  cédula  de  dineros  prestados»,  la  cantidad  de  450 
reales. 

128. — Causa  de  Valladolid.  — Nuevo  y  verdadero  aspecto  de  este  pro- 
ceso. 

El  Sr.  Benjumea,  en  el  liltimo  de  los  artículos  que  desde  1878  á  1879  pu- 
blicó en  la  Revista  de  España,  bajo  el  epígrafe  de  «Progreso  en  la  crítica  del 
Quijote*,  estampa  estas  frases:  «hoy  ya  se  sabe  que  la  causa  de  Espeleta  fué  un 
vil  annaño  de  un  atrevido  personaje  de  la  curia  de  Valladolid,  para  vengar  sen- 
timientos personales  é  injurias...»;  y  el  propio  crítico,  en  su  obra  La  verdad 
sobre  el  Quijote,  que  simultáneamente  apareció,  dice  lo  siguiente:  «Recientes 
averiguaciones  dan  por  resultado,  que  la  dama  en  cuestión  era  mujer  de  un  es- 
cribano de  punta  en  Valladolid,  y  dicho  se  está  que  para  salvar  la  honra  de  un 
funcionario  publico  de  tantas  uñas  y  valimiento  en  aquella  época,  no  se  encon- 
tró víctima  más  á  propósito  que  el  noble  caballero  que  acudió  á  socorrer  á  un 
herido.»  Esta  ultima  manifestación  del  Sr.  Benjumea  se  debió  al  atento  examen 
del  proceso  de  Valladolid,  que  le  franqueó,  acompañado  de  comentarios,  el  se- 
ñor D.  José  Asensio,  quien  posee  copia  exacta  de  la  causa,  hecha  sobre  la  que, 
tomada  del  original,  escribió  Luis  Usoz  y  Río. 

Como  estos  conceptos  vertidos  por  el  Benjumea  entrañan  importancia  su- 
ma, he  creído  oportuno  consultar  este  punto  con  el  Sr.  Asensio,  quien,  con  su 
ilustrada  competencia,  me  ha  comunicado  lo  siguiente:  «Pensaba  entonces, 
como  pienso  todavía,  que  en  las  primeras  diligencias  supieron  con  entera  segu- 
ridad el  Alcalde  y  el  Escribano  la  causa  de  la  pendencia  y  quien  era  el  cau- 

Tomo  II  le 


114  Biografías  y  noticias  biográficas  / 

sante  de  las  heridas  que  produjeron  la  muerte  de  D.  Gaspar  de  Espeleta,  pero 
por  razones  que  no  se  descubren,  aunque  se  vislumbran,  no  quisieron  poner  en 
claro  la  cosa,  y  dieron  un  sesgo  torcido  á  las  actuaciones...  tan  torcido,  que  ha- 
biendo declarado  Francisco  Campo-redondo,  criado  de  D.  Gaspar,  que  éste 
mantenía  relaciones  con  una  mujer  casada,  cuyo  nombre  dijo  al  oído  del  señor 
Alcalde  Villarroel,  así  como  el  de  su  marido  (que  no  se  escribieron  en  la  causa), 
y  que  el  muerto  se  recelaba  y  andaba  celoso  de  cierta  persona,  cuyo  nombre 
también  comunicó  el  testigo  en  secreto  al  Alcalde,  éste  dirigió  las  diligencias 
contra  los  vecinos  de  la  casa  donde  por  acaso  vino  á  fallecer  Espeleta,  y  ni 
siquiera  mencionó  aquellas  confidencias  del  criado,  donde  se  encontraba  la 
verdad  del  drama.» 

He  aquí,  pues,  desvanecida  la  sospecha  de  culpabilidad  de  la  familia  de 
Cervantes. 

429. — A.  Castellanos.  —  Apuntes  sobre  la  verdadera  patria  de  Miguel 
de  Cervantes  Saavedra,  por  Antonio  Castellanos,  socio  honorario 
del  uCircolo  proirotore  partenopes  Giam  Battista  vico",  de  Ñapó- 
les, de  la  Propaganda  di  scienza  popolare;  de  la  Union  opareja 
Umberto  I,  y  colaborador  de  los  periódicos  manchegos:  con  un 
prólogo  del  Dr.  D.  Manuel  Corral  y  Maina.  —  Alcázar  de  San  Juan, 
1896. 

En  8.»,  de  VII-48  págs. 

Veo  anunciada  esta  obra  en  el  momento  de  entrar  en  prensa  el  presente 
pliego. 


i30. — Le  pére  Rene  Rapin:  Reflexions  sur  la   poétique...  Amsterdam, 
1674. 
En  12.» 

Dice:  «Cervantes  fué  secretario  del  Duque  de  Alba;  habiendo  sido  tratado 
con  desprecio  por  el  duque  de  Lerma,  escribió  la  novela  de  D.  Quijote  que  es 
una  sátira  muy  fina  de  su  nación,  porque  toda  la  nobleza  de  España,  á  quien  ri- 
diculiza en  su  obra  estaba  enfrascada  en  la  caballería.  Conservo  esta  tradición 
de  uní/  de  mis  amigos  que  sabia  este  secreto  por  D.  Lope,  á  quien  Cervantes 
había  confiado  su  reseniiniientu  » 

Ignoro  de  donde  sacó  Rapín  estas  peregrinas  especies,  que  tuvieron  luego 
cabida  en  el  Diccionario  de  Moreri,  y  por  ende  circularon  más  tarde  por  toda 
Europa. 

131. — Le  grand  Dictionaire  historique  ou  le  melange  curieux  de  l'His- 
toire  sacrée  et  profane,...  Quatriéme  édition,  divisée  en  deux  to- 
mes, Revúé,  corrigée,  augmentée  et  mise  en  meilleur  ordre  que  les 
precedentes.  Par  M."  Louis  Moreri.— A  Lyon,  ches  J.  Girin,  &  B. 
Riviére;  et  fe  vend  áParis,  chésDenis  Thierry.— M.DC.LXXXVIL 
Dos  t.  en  folio. 


Biografías  y  noticias  biográficas  1 15 

La  primera  edición,  que  no  menciona  á  Cervantes,  se  imprimió  en  Lyon, 
el  año  de  1674.  Moreri  preparaba  una  segunda  edición,  pero  habiendo  muerto 
en  1680,  la  publicó  con  un  tomo  II,  en  1681,  Mr.  Parayre,  dedicando  arabos  to- 
mos al  Rey;  y  vino  luego  la  de  1687. 

A  esta  edición,  siguió  un  Suplemento  formando  el  tomo  III,  impreso  en  Pa- 
rís el  año  1689.  Refundida  y  aumentada  la  obra,  se  hicieron  varias  ediciones  en 
Holanda,  en  1691,  (i)  1696,  1698  y  1702,  compuestas  de  4  tomos  en  folio;  y 
otras  en  París  en  1704  y  1707.  Una  de  las  holandesas  sirvió  para  una  traduc- 
ción española,  inédita,  cuyo  manuscrito  poseo,  y  que  tiene  este  título:  El  Dic- 
tiúnario  Histórico  de  Moreri,  puesto  de  Francés  En  Español  por  Carlos  del 
Sotto,  En  Amsterdam.  Año  1708.  En  folio  de  532  páginas. 

El  artículo  Miguel  Cervantes  Saavedra,  dice: 

«Espafiol  de  Sevilla,  hombre  de  un  mérito  singular,  gran  Poeta,  y  el  que 
mejor  escrivió  en  Prosa.  Fué  secretario  del  Duque  de  Alba,  y  como  recivió  en 
Madrid  algunos  desprecios  del  Duque  de  Lerma,  compuso  contra  él  y  toda  la 
Corte,  que  afectava  la  Cavallería,  ese  Don  Quixote,  que  es  el  mas  insigne  ro- 
mance que  se  vio  jamás  en  el  mundo;  sus  Comedias,  sus  Novelas,  su  Calatea,  y 
su  Persiles  y  Sigismunda,  son  incomparables.» 

Una  sociedad  de  literatos  amplió  y  continuó  el  Moreri,  que  salió  muy  au- 
mentado en  París,  el  año  de  1717,  en  10  tomos  en  folio. 

En  esta  edición,  el  artículo  Cervantes,  fué  añadido  con  las  siguientes  noticias: 

«Cervantes  era  natural  de  Sevilla,  ó  según  otros  de  Esquivias....  Fue  Secre- 
tario del  Duque  de  Alba Publicó  la  i.*P.  del  Quijote  en  1605,  y  como  des- 
cuidase de  continuarla,  un  tal  Alonso  Frnz  de  Avellaneda  trabajó  en  esta  con- 
tinuación y  la  publicó  en  1614  en  Tarragona.  Publicó  por  fin  Cervantes  la  2.'' 
P.  de  su  Historia,  quejándose  en  ella  de  que  se  le  hubiese  robado  su  copia  .... 
Murió  muy  pobre  Cervantes  por  los  años  de  1620  t>  tLos  versos  de  pié  quebra- 
do de  los  preliminares,  aluden  al  Duque  de  Lerma,  cuyo  nombre  está  allí  oculto 
hábilmente.» 

Dicen  estos  continuadores  de  Moreri  que  han  sacado  los  datos  del  artículo 
Cervantes^  de  Nicolás  Antonio,  y  de  las  memorias  del  tiempo  En  el  artículo  an- 
terior he  citado  el  origen  de  tales  imaginarias  noticias.  He  visto  otra  edición 
francesa  aumentada  por  Goujet  et  Drouet,  (París,  1759,  10,  v.  F.°),  en  la  cual  el 
artículo  Cervantes  está  adicionado  con  algunas  noticias  tomadas  del  prólogo  de 
la  edición  francesa  de  las  Noveles  exemplares,  Lausanne,  1744;  y  se  corrigió  el 
error  de  la  fecha  de  la  muerte  de  Cervantes. 

132. — Don  Quixote,  London,  1700. 

Cuatro  t   en  12.' 

Al  frente  del  tomo  III,  impreso  en  1 703,  va  una  reseña  biográfico-crítica  de 
Cervantes,  que  parece  escrita  por  mano  distinta  de  la  del  traductor  Motteux. 
Además  de  las  cortas  noticias  tomadas  de  Nicolás  Antonio  y  Tamayo  de  Var- 
gas, transcribe  las  que  de  sí  mismo  da  Cervantes  en  los  prólogos  de  Las  No- 
velas exemplares,  y  de  Las  Comedias,  y  recoge  las  siguientes  opiniones  que  en 
las  memorias  de  la  época  encontró: 

«Sabemos  que  por  algún  tiempo  fué  secretario  del  Duque  de  Alva,  y  después 
se  retiró  á  Madrid,  donde  compuso  esas  admirables  obras  que  hoy  día  goza- 
mos...» 


(i)     Es  la  6.'   edición,   y  está  compilada    por  el  famoso  Ministro  protestante,  Jean   le 
Clert. 


Il6  Biografías  y  noticias  biográñcas 

«Opinan  algunos  que  nuestro  autor,  habiendo  sido  tratado  con  menosprecio 
por  el  Duque  de  Lerraa,  orgulloso  Ministro  de  Felipe  III,  que  no  hacía  ningún 
caso  de  los  hombres  de  letras,  para  vengarse  hizo  esta  sátira  que,  pretenden,  va 
dirigida  principalmente  contra  aquel  Ministro.  Pero  esta  creencia  no  puede  ser 
verdad  si,  según  dicen  otros,  Cervantes  escribió  su  libro  en  Berbería,  para  dis- 
traer algunas  de  las  melancólicas  horas  de  su  cautiverio;  además  de  que,  la  ma- 
nía que  en  él  se  ridiculiza,  era  tan  general  en  España  que  es  probable  no  se 
aluda  allí  á  determinada  persona.  Lo  que  si  es  cierto,  es  que  ese  noble  Duque  y 
su  gobierno  están  aludidos  en  aquellos  versos  de  Urganda  la  Desconocida;  don- 
de, aunque  él  suprime  la  última  sílaba  de  la  palabra  final  de  cada  verso,  no  es 
difícil  descubrir  á  quien  se  alude  en  esa  corta  poesía.» 

«Mientras  Cervantes  preparaba  la  continuación  de  su  Quixote^  salió  en  1614 
una  2.*  P.  por  Alonso  Fernández  de  Avellaneda  de  Tordesillas.  Disgustó  ello  á 
nuestro  autor,  y  mucho  más  porque  aquel  escritor,  no  contento  con  usurpar  su 
proyecto,  y  con  robarle,  según  cuentan,  parte  de  su  manuscrito,  le  maltrató  en 
el  Prólogo,  de  lo  cual  Cervantes  se  quejó  al  publicar  el  año  siguiente  la  verda- 
dera continuación  del  Don  Quixote,  dirigiéndole  varias  reprehensiones,  cierta- 
mente demasiado  blandas  para  una  tan  grande  injuria;  mas  á  la  verdad,  tenien- 
do que  habérselas  con  un  sacerdote  que,  además,  pertenecía  á  la  Inquisición, 
no  debió  atreverse  á  llevar  demasiado  lejos  su  resentimiento  contra  ese  plagia- 
rio.» «Por  falta  de  datos  no  podemos  narrar  más  detalles  de  los  sucesos  y  de  la 
vida  de  Cervantes,  y  nos  limitaremos  á  tratar  de  él  como  autor.»  «Sabemos  que 
murió  en  Madrid  el  año  1O16  poquísimo  tiempo  después  de  haber  escrito  la  de- 
dicatoria del  Per  siles  y  S'gismunda  á  su  protector  el  Conde  de  Lemos.» 

Digno  es  de  notar  que  las  imaginarias  especies  referentes  á  haber  sido  Cer- 
vantes secretario  del  Duque  de  Alba,  y  escrito  su  Quijote  para  ridiculizar  al 
Duque  de  Lerma  en  venganza  de  su  menosprecio,  así  como  la  de  haberse  que- 
jado de  que  Avellaneda  le  robó  sus  papeles,  nos  las  estampa  este  biógrafo  inglés 
35  años  antes  que  Mayans,  y  49  antes  que  el  P.  Murillo;  que  son  los  dos  pri- 
meros autores  españoles  que  las  recogen.  Y  como  ni  uno  ni  otro  nos  dicen  de 
que  memorias  ó  crónicas  de  la  época  las  sacaron,  sería  curioso  averiguarlo;  y 
arguye  suma  diligencia  en  el  autor  inglés  el  que  á  su  noticia  llegasen,  apenas 
terminado  el  siglo  xvii.  En  los  dos  artículos  anteriores  ya  hemos  visto  que  Ra- 
pín  en  1674,  fué  quien  consignó  estas  fabulosas  noticias,  y  que  de  ellas  se  hizo 
eco  Moreri,  aumentándolas. 

Notemos  también  que  es.  ésta  la  primera  tentativa,  que  conozco,  de  una  bio- 
grafía de  Cervantes. 

133. — Don  Quixote,  Leipzig,   1734. 

Dos  t.  en  12." 

Al  frente  de  esta  edición  alemana  del  Quijote,  hay  las  curiosas  noticias  biográ- 
ficas de  Cervantes  que  he  colocado  en  la  sección  de  Juicios  [IX,  Anónimo,  1734]. 

134. — Les  principales  avantures...  de...  Don  Quixote...  La  Haya,  1746. 

En  4.» 

Al  frente  de  esta  edición  hay  un  extracto  de  la  Vida  de  Cervantes  de  Ma- 
yans, escrito  en  Holandés  por  J.  C.  Weyermann,  que  después  fué  vertido  al 
francés. 


Biografías  y  noticias  biográficas  1 1 7 

135. — Don  Quixote...  translated...  by  T.  SmoUett...  London,  1755. 

Dos  t.  en  folio. 

Precede  una  biografía  de  Cervantes  extractada  de  la  de  Mayans,  pero  ava- 
lorada con  la  relación  del  cautiverio  de  Cervantes  en  Argel  que  escribió  el  pa- 
dre Diego  de  Haedo. 

Es  digno  de  notarse  que  SmoUett  dio  noticia,  antes  que  los  españoles,  de  la 
obra  de  Haedo,  en  la  cual,  como  hemos  visto,  se  consigna  por  primera  vez  el 
dato  de  la  verdadera  patria  de  Cervantes.  Como  esta  noticia  se  repite  también 
en  el  folleto  Remarks  on  the  propasáis....  for  a  new  translation  of  D.  Quixote, 
etcétera,  de  que  di  cuenta  al  hablar  de  la  traducción  inglesa  del  Quijote  (I,  632), 
dice  Mr.  Fitzmaurice  Kelly  {Life  of  Cervantes,  p.  5),  que  su  autor  parece  no 
haber  leído  el  original  de  Haedo,  sino  un  extracto  dado  por  Joseph  Morgan  en 
su  Complete  History  of  Algiers,  London  1728. 

136. — Brevi  notizie  interno  á  Michele  Cervantes  Saavedra...  traite  dalla 
Vita  di  lui  scritta  da  D.  Gregorio  Mayans  y  Sisear. 

Estas  noticias  biográficas  flguran  al  frente  de  la  edición  italiana  del  Quijote, 
impresa  en  Venezia,  el  año  de  1755. 

137. — Don  Quixote,  Weimar,  1775.  —  Traducción  alemana  de  Bertuch. 

A  unas  ligeras  noticias  biográficas  de  Cervantes,  tomadas  de  Mayans,  ha  po- 
dido el  traductor  añadir  las  recientemente  llegadas  de  España,  y  en  especial  la 
más  importante,  que  fué  el  descubrimiento  por  Sarmiento  y  Montiano  de  la  par- 
tida de  bautismo  de  Alcalá. 

138. — Don  Quixote  of  Mancha.  Kióbenhaun,  1776. 

Al  frente  de  esta  traducción  danesa,  hay,  vertida  al  mismo  idioma,  la  Vida 
de  Cenantes,  de  Mayans. 

139. — Encyclopaedia  Britannica,  1788-91,  t.  IX. — Artículo  «Saavedra». 
Sucinta  biografía  de  Cervantes,  sacada  de  los  apuntamientos  de  Mayans. 

140. — Gentleman's  Magazine,  de  1781. 

En  esta  Revista  publicó  Bowle  un  epítome  de  la  Vida  de  Cervantes,  en  el 
que  da  á  conocer  las  nuevas  investigaciones  que  Pellicer  y  Ríos  acababan  de 
hacer  sobre  la  patria  del  Manco  de  Lepanto. 

141. — Galatée.  París,  1783. 

En  12.» 

Hay  al  frente  la  cVie  de  Cervantes,»  por  Florian. 

Es  un  resumen  de  la  que  escribió  D.  Vicente  de  los  Ríos. 


1 1 8  Biografías  y  Doticias  biográficas 


142.— Life  of  Cervantes,  by  William  Walbeck,  London,  1785. 
En  8.0 

Es  la  traducción  inglesa  del  anterior  resumen  de  Florian. 
143. — Persiles  u.  Sigismunda,  Heidelberg,  1789. 

En  8.0 

Va  al  frente  de  esta  traducción  alemana,  por  J.  Fr.  Butenschoen,  una  biogra- 
fía, extracto  de  la  de  Ríos,  y  algunas  noticias  literarias  y  bibliográficas  acerca 
de  las  obras  de  Cervantes.  Las  varias  citas  de  las  obras  españolas,  y  los  trozos 
que  de  ellas  se  insertan,  están  corregidas  con  notable  escrupulosidad. 

144. — Don  Quixote  von  la  Mancha,  Kónigsberg,  1800. 

Precede  a  esta  traducción  alemana,  hecha  por  Soltau,  la  versión,  algo  abre- 
viada, de  la  Vida  de  Ctrvantes,  de  D.  Vicente  de  los  Ríos. 

445. — Handbuch  der  spanischen  Sprache   und   Litteratur,   Berlín,  G. 
Nauck,  1 80 1. 

Dos  t.  en  4° 

En  el  t.  I  de  esta  obra,  recopilada  por  Fr.  Buchholz,  hay  algunos  trozos 
de  las  obras  de  Cervantes,  precedidos  de  una  noticia  biográfica  en  alemán,  ex- 
tractada de  la  Vida  de  Cervantes,  que  compuso  Ríos. 

146. — Don  Quixote,  London,  1801. 

Cuatro  t.  en  4.° 

Precede  á  esta  bella  edición  una  excelente  refundición,  en  idioma  inglés, 
de  la  Vida  de  Cervantes  y  del  Análisis  del  Quixote,  escritos  por  D.  V.  de  los 
Ríos. 

147. — Don  Kichote,  Moscou,  1804. 

Seis  t.  en  8.° 

Al  frente  de  esta  traducción  rusa  del  Quixote,  hay  la  Vida  de  Cervantes^  de 

Florian, 

148.  — Vie  de  Cervantes,  par  Dubournial. 

Ocupa  132  páginas,  á  la  cabeza  de  su  traducción  del  Quichotte,  impresa  en 
París,  año  1807. 

Sigue  tan  estrechamente  la  Vida  de  Cervantes,  de  los  Ríos,  que  puede  de- 
cirse es  una  traducción  de  ella,  salvo  la  supresión  de  algunos  pasajes  y  la  adi- 
ción de  algunas  reflexiones,  de  cosecha  del  traductor. 


Biografías  y  noticias  biográficas  1 19 

149.— Geschichte  d.  span.   Literatur,  von  Frd.  Bouterwek,  Góttingen, 
1804. 

Contiene  una  reseña  biográfica  de  Cervantes. 
150.— Don  Chisciotte,  tradotto  da  B.  Gamba.  Venezia,  1818. 

Va  al  frente,  una  sucinta  biografía  de  Cervantes,  extractada  de  los  Ríos  y  de 
Pellicer. 

151. — Don  Quixote,  Stockholm,  i8i8. 

Acompaña  á  esta  traducción  sueca,  una  biografía  de  Cervantes,  tomada  de 
la  que  escribió  Sraollett  en  inglés. 

152. — Don  Quixote,  London,  i8i8. 

Esta  traducción  inglesa,  de  Miss  Smirke,  lleva  tina  biografía  de  Cervantes, 
extractada  de  la  de  Pellicer. 

153. — Chefs  d'ceuvre  des  théatres  étrangers,  París,  1822. 

En  el  t.  XVI  de  esta  numerosa  colección,  y  al  frente  de  la  traducción  de  La 
Numancia^  por  Esmenard,  hay  unas  noticias  biográficas  de  Cervantes. 

154. — Don  Quixote  of.  La  Mancha,  Edinburgh,  1822. 

Precede  á  esta  traducción  inglesa  una  Vida  de  Cervantes,  elegante  y  juicio- 
samente escrita  por  J.  G.  Lockhart.  No  habiendo  aún  llegado  á  su  noticia  la 
Vida  de  Navarrete,  aquel  entendido  critico  inglés  tuvo  que  fundar  su  trabajo 
biográfico,  sobre  los  de  Ríos,  Pellicer  y  Bouterweck. 

155. — La  Araucana,  trad.  par  Gilibert  de  Merliach,  París,  1824. 

En  la  Introducción^  establece  el  traductor  francés,  (pag.  32),  un  paralelo  en- 
tre las  agitadas  vidas  de  Ercilla  y  de  Camoens,  y  se  refiere  á  Cervantes,  intro- 
duciendo una  escena  poética,  con  materiales  tomados  del  Via/e  del  Parnaso. 

156. — Don  Quichotte,  París,  1825. 

Seií  t.  en  8." 

Al  frente  de  esta  edición  francesa  del  Quijote.^  hay  un  excelente  trabajo  crítico- 
biográfico  acerca  de  Cerv.-intes,  por  Mr.  Simón  Auger. 

157. — Don  Quixote,  Copenhague,  1829. 

Hay  una  sucinta  biografía  de  Cervantes,  por  el  traductor  Shaldemose. 


Biografías  y  noticias  biográficas 


158. — Edinburgh  Cyclopaedia,  1809-31. 

En  esta  Enciclopedia,  publicada  bajo  la  dirección  del  Dr.  Brewster,  hay  una 
corta  biografía  de  Cervantes,  en  que  se  reproduce  esta  ya  conocida  cuanto  falsa 
especie:  «Resentido  Cervantes  del  poco  caso  que  hicieron  de  esta  composición 
(la  Filena\  se  indignó,  y  en  un  paroxismo  de  su  resentimiento  se  marchó  á 
Roma.  > 

159  —Don  Quichotte,  trad.  par  Louis  Viardot,  París,  1836. 

Dos  t.  en  4.° 

Con  los  nuevos  materiales  que  le  suministraba  la  Vida  de  Cervantes  por  Na- 
varrete,  pudo  Viardot  escribir  una  biografía  superior  á  las  que  hasta  entonces 
habían  aparecido  fuera  de  España. 

160.—  The  life  and  writings  of  Miguel  de  Cervantes  Saavedra.  With 
literary  and  historical  Illustrations  from  authentic  documents  sup- 
plied  by  Spanish  biographers,  and  other  editors  of  his  works,  by 
Thomas  Roscoe,  Esq.,  London,  Tegg.  MDCCCXXXIX. 

En  8.",  de  IX-412  págs. 

Está  principalmente  basada  en  la  de  Navarrete,  con  muchas  otras  noticias 
que  Roscoe  recogió,  ya  de  los  mismos  escritos  de  Cervantes,  ya  de  otros  autores 
contemporáneos  de  éste,  ya  de  recientes  publicaciones.  A  la  abundancia  de  da- 
tos biográficos,  añade  el  autor  inglés  multitud  de  juicios  críticos  acerca  de  las 
obras  de  Cervantes,  con  análisis  de  algunas  de  ellas;  algo  abigarrado  resulta 
este  trabajo,  pero  es  el  más  extenso  en  su  clase  que  hasta  entonces  se  había  pu- 
blicado fuera  de  España. 

161. — Don  Chisciotte,  Milano,  1840. 

Al  frente  de  esta  traducción  italiana,  el  revisor  Ambrosoli  puso  la  de  la  bio- 
grafía de  Cervantes,  escrita  por  Viardot. 

162. — Miguel  de  Cervantes  Saavedra. 

Artículo  biográfico  en  la  Revista  inglesa  Bentley's  Miscellany,  del  año  1848. 

163. — Biografía  di  Michele  de  Cervantes  Saavedra  estratta  dalla  Ghir- 
landa  «Fiore  di  Litteratura»,  strenna  per  l'anno  1844,  Bologna. 

En  8.»,  de  l6  págs. 

Al  final  hay  la  firma  del  autor  Giovacchino  Mugnoz. 

Los  datos  biográficos  son  deficientes,  (el  autor  no  conoció  las  obras  de  Pe- 
llicer,  ni  de  Navarrete);  pero  merecen  aprecio  las  reflexiones  que  acerca  de  los 
infortunios  de  Cervantes  hace,  coronadas  con  estas  bellas  frases:  <... siendo  cier- 
to, (como  lo  es),  que  el  favorable  éxito  del  Quijote,  y  los  perpetuos  y  universales 


Biografías  y  noticias  biográficas 


aplausos  que  en  lo  sucesivo  esta  obra  había  de  conquistarse,  fueron  profetizados 
por  su  autor,  este  delicioso  presentimiento  concedió  á  Cervantes  el  glorioso  y 
singular  privilegio  de  gozar  en  vida  de  su  fama  postuma.» 

164. — «Cervantes».  Biografía  hecha  por  Adolph  Friedr.  v.  Schack,  y 
ocupa  las  págs.  310  á  355  del  t.  I  de  su  obra:  Geschichte  d.  drantat. 
Literatur  u.  Kunst  in  Spanien,  Berlín,  1845. 

Trabajo,  aunque  breve,  hecho  con  la  mesura  y  el  ilustrado  tacto  propios  del 
insigne  escritor  alemán. 

165. —  Marie  Nic.  Bouillet.  Dictionnaire  univ.  d'histoire  et  de  géogr., 
París,  1842. 

EnS.» 

Corta,  pero  exacta  noticia  biográfica  de  Cervantes. 
166. — Don  Quichotte,  París,  1847. 

Dos  vol.  en  I2.° 

Precede  á  esta  traducción  de  Damas  Hinard,  una  concienzuda  Vida  de  Cer- 
vantes en  la  que  se  sigue  principalmente  á  Navarrete. 

167. — D.  Kichote,  S.  Petersburgo,  1848. 

Biografía  de  Cervantes  por  el  traductor  ruso  Masalski. 

168. — Don  Quichotte,  trad.  par  l'abbé  Lejeune,  París,  1849. 
Hay  una  sucinta  noticia  biográfica  de  Cervantes. 

169. — Life  of  Cervantes,  by  Thomassina  Ross. 

Va  al  frente  de  su  traducción  de  <El  Buscapié»,  impresa  en  Londres  el  año 
de  1849. 

170. —  Hístory  of  Spanísh  literatura,  by.  Georges  Tícknor,  New- 
York,  1849. 

Narra,  el  insigne  literato,  los  principales  sucesos  de  la  Vida  de  Cervantes, 
tomando  en  general  los  datos  de  Navarrete.  Pero  en  la  3.*  edición  de  su  Histo- 
ria impresa  en  Boston,  E.  U.  el  año  1864,  en  3  t.  8.°  añade  á  la  Vida  de  Cer- 
vantes curiosas  y  copiosas  noticias  sacadas  de  varios  nuevos  datos  adquiridos 
por  el  ilustre  escritor  norteamericano. 

Tomo  II  16 


Biografías  y  noticias  biográficas 


171. — Handbuch  der  spanischen  Literatur,  von  Ludwig  Lemcke, 
Leipzig,  1855. 

Tres  I.  en  8.°  mayor. 

En  el  t.  I,  hay  una  biografía  de  Cervantes,  enriquecida  con  observaciones  y 
notables  juicios.  Inserta  también  esta  Antología,  varios  trozos  de  las  obras  de 
Cervantes. 

172. — D.  Quixote,  Stockolm,  1857. 

Preceden  á  esta  traducción  sueca  del  Quijote,  unas  noticias  biográficas  de 
Cervantes. 

173. — Dictionnaire  general  de  Biographie  et  d'Histoire...  par  M.  M. 
Ch.  Dezobry  et  Th.  Bachelet,  París,  1857. 

En  4.° 

El  artículo  Cervantes,  firmado  Delzons,  es  sobrio  y  concienzudo. 
174. — Don  Quichotte,  trad.  par  Furne,  París,  1858. 

Dos  t.  en  8.° 

Hay  una  sucinta  biografía  de  Cervantes. 

175.—  Gerónimo,  le  martyr  du  fort  des  vlngt-quatre  heures,  a  Alger, 
par  A.  Berbrugger. —  i.°  La  découverte  de  son  corps. —  2."  Sa  vle 
de  1542  á  1569.    -  3.°  Plecas  á  l'appul.  —  Alger.  —  Bastlde,  1859. 

cRelación  que  comprueba  la  veracidad  de  los  asertos  del  P.  Haedo  en  su 
Historia  y  Topografía  de  Argel,  y  da  idea  de  los  trabajos  y  penalidades  de  los 
cautivos,  entre  quienes  vivió  Cervantes  cinco  años  largos.»  Noticia  tomada  del 
Sr.  Asensio:  {Nota  de  algunos  libros...  sobre...  Cervantes...  Sevilla,  i88¿). 

176. — Biographie  port.  unlv.  par  Lalanne,  Renier,  etc.,  París,  1861. 
En  8.0 

Breve  resumen  biográfico  en  el  artículo  <Cervantes.> 

177. — Michel  de  Cervantes,  sa  vie,  son  temps,  son  oeuvre  politique  et 
llttéraire.  Par  Emile  Chasles.  Paris,  Dldier,  1865. 

En  8.» 

Trabajo  importante,  el  más  completo  y  razonado  que  acerca  de  la  vida  y 
obras  de  Cervantes  se  ha  escrito  en  Francia. 

Está  basado,  en  cuanto  á  la  parte  histórica  de  la  biografía,  en  la  Vida  de  Na- 


Biografías  y  noticias  biográficas  123 

varíete,  pero,  además,  Chasles  con  perspicacia,  generalmente  acertada,  escudriña 
los  pasajes  de  los  escritos  de  Cervantes  en  donde  este  gran  hombre  aparece  auto 
retratado,  y  saca  de  ellos  diversas  consecuencias  para  pintar  el  carácter  y  cos- 
tumbres del  inmortal  novelista,  el  desarrollo  de  su  genio,  el  estado  político  y  li- 
terario de  su  tiempo  y  la  influencia  que  en  los  sucesivos  sus  obras  han  ejercido. 

He  aquí,  en  breves  frases,  explicado  el  método  que  el  autor  adopta:  «Mi  plan 
consiste  en  ilustrar  la  Fida  de  Cervantes  por  sus  escritos,  y  en  explicar  sus  es- 
critos por  las  circunstancias  de  su  vida.»  «Se  experimenta  un  indecible  encanto 
en  descubrir  la  sucesión  y  la  marcha  de  su  pensamiento  á  través  de  su  teatro, 
de  sus  novelas  y  de  sus  poesias.  Corazón  leal,  espíritu  levantado,  carácter  inge- 
nuo, su  trato  ofrece  siempre  novedad.» 

La  distribución  de  este  detallado  trabajo  es  la  siguiente:  «Cap.  I,  Los  escri- 
tos y  la  vida. — n.  La  adolescencia. — III,  Las  campañas. — IV,  El  cautiverio. — 
V,  Cruzadas  de  pluma  contra  el  Islamismo. — VI,  Vida  nómada  de  Cervantes. — 
Vil,  La  crítica;  D.  Quijote;  Avellaneda;  El  sentido  de  D.  Quijote. — VIH,  Cues- 
tiones de  arte. — IX,  La  España  social. — X,  La  Doctrina;  Conclusión.» 

178. — Magasin   pittoresque sous  la   direction  de  Mr.  E.  Charton, 

París,  1833-1875. 
42  yol.  en  8° 

En  el  t.  XXXin,  pag.  58,  (año  1865),  hay  este  artículo  de  Mr.  Ferdinand 
Denis:  «Hist.  de  Tincarcération  á  Argamasilla.»  Refiere  la  curiosa  anécdota,  to- 
mada de  Hartzenbusch,  acerca  de  la  prisión  de  Cervantes  en  Argamasilla. 

En  el  t.  XXXVin,  pág.  327,  (año  1870),  el  mismo  Mr.  Denis,  publicó  «La 
Maison  de  Medrano,»  en  el  que  relata  la  historia  de  esta  casa,  y  da  detalles  de 
la  impresión  efectuada  en  ella  de  las  dos  ediciones  del  Quijote.  Acompaña  un 
grabado  representando  la  casa  de  Medrano. 

179. — M.  de  Cervantes  Saavedra. 

Noticias  biográficas  en  las  revistas  inglesas:  Dublin  University  Magazine, 
del  año  1866,  y  Month^  de  1867. 

180. — D.  Quixote,  Hildburghausen,  1867. 

En  esta  traducción  alemana,  de  Zoller,  hay  algunas  noticias  biográficas. 

181. — La  Semaine  des  Famtlles,  de  París,    14  y  21  de  Septiembre  de 
1867. 

Artículos  biográficos  extractados  de  Chasles,  por  el  director  de  la  revista 
Mr.  Alfred  Nettement. 

182. — Die  Spanische  national  Literatur,  von  H.  Dohm,  Berlín. 

£04.0 

A  la  pág.  342 ,  empieza  una  biografía  de  Cervantes  extractada  de  Navarrete. 


j2^  Biografías  y  noticias  biográficas 


183.— Mein  Ausflug  nach  Spanien  im  Frühjahr,    1867,  von  Reinhold 
Baumstark,  Regensburg,  1868. 
En  8.» 

Hay  una  sucinta  biografía  de  Cervantes,  en  la  que  se  ha  deslizado  el  error  de 
decir  que  < Cervantes  estudió  dos  años  en  la  Universidad  de  Salamanca,»  y  que 
cuno  de  los  más  famosos  maestros  de  Salamanca,  Juan  López  de  Hoyos,  le  to- 
mó en  su  estudio.» 

Repitió  Baumstark  sus  noticias  biográficas  en  la  Introducción  á  su  versión 
de  las  Novelas  ejemplares  (Regensburg,  1868),  acompañadas  de  elogios  que  bien 
claro  demuestran  la  admiración  que  le  causan  las  relevantes  dotes  del  egregio 
autor,  y  sus  inmortales  obras. 

El  trabajo  del  escritor  alemán,  fué  traducido  al  francés  por  Mr.  le  Barón  de 
Lamezan;  París,  Tolra,  1872. 

184. — Grand    Dictionnaire  Universal  du  XIX  Siécle,  par  Mr.   Fierre 
Larousse,  París,  1866-78. 

16  vol.  en  4,° 

Artículo  «Cervantes».  Ocupa  diez  de  sus  extensas  y  compactas  columnas,  esta 
biografía,  juiciosa  en  general,  pero  en  la  que  se  adoptan  algunas  tradiciones  no 
confirmadas,  y  se  da  fe  á  la  del  Buscapié,  afirmando  que  «el  Quijote  debió  su 
reputación  á  aquella  obrita.»  Tributa  elogios  á  Cervantes,  y  dice:  «Cervantes 
fué  un  héroe  antes  de  ser  un  gran  escritor.  Su  vida  ofrece  el  raro  modelo  de  las 
virtudes  más  elevadas  que  honran  á  la  humanidad.» 

185. — M.  de  Cervantes.  —  Artículo  de  M.  Octave  Lacroix  en  el  Journal 
Officiel,  de  París,  del  18  de  Junio  de  1870. 

Después  de  analizar  la  obra  de  Emile  Chasles,  apunta  el  crítico  francés  va- 
rios rasgos  biográficos  de  Cervantes,  desarrollados  con  lucidez  y  matizados  de 
hermosas  reflexiones. 

186. — Meyer's  Hand-Lexicon  des  allgemeinen  Wissens.  Hildburghau- 
sen,  1871. 

Corta  noticia  biográfica  en  el  artículo  «Cervantes». 

187. — D.  Quixote,  Buda-Pest,  1873. 

Al  frente  de  esta  traducción  húngara,  hay  algunas  noticias  biográficas  de 
Cervantes. 

188. — Dictionnaire  enciclopédique  d'histoire   et  biographie,  par  Louis 
Gregoire,  París,  1870. 

Biografía,  en  el  articulo  «Cervantes». 


Biografías  y  noticias  biográficas  125 

189. — Cervantes.  Ein  spanisches  Lebensbild,  von  Reinhold  Baumstark, 
Freiburg.  1875. 

En  12."  mayor,  de  124  págs. 

Es  un  excelente  trabajo  biográfico-crítico.  Va  dividido  en  los  siguientes  1 1 
capítulos: — Adolescencia. — Vida  militar. — Cautiverio.  —  Guerra,  matrimonio, 
protección  literaria. — Andalucía,  Mancha  y  Valladolid. — D.  Quijote;  Madrid. — 
Las  Novelas  exemplares. — Obras  menores. — Ultimas  obras  y  muerte. 

190. — Brockhaus'  Conversations-Lexikon,  Leipzig. 

El  artículo  «Cervantes»  ocupa  dos  de  sus  extensas  páginas  en  la  12.^  edición 
de  esta  Grande  Enciclopedia,  impresa  de  1875  ^  1879.  La  primera  edición  fué 
publicada  por  el  padre  del  actual  editor,  en  1809-11. 

191.— Dom  Quichote...  Porto,  1876-78. 

Al  frente  de  esta  suntuosa  edición  portuguesa  del  Quijote,  hay  una  copiosa 
y  razonada  biografía  de  Cervantes,  por  el  Sr.  M.  Pinheiro  Chagas. 

192.  -Nouvelle  biographie  genérale...  publiée  par  MM.  Firmin  Didot 
et  C.'',  sons  la  direction  de  M.  le  Dr.  Hcefer.  París. 

El  artículo  Cervantes,  bio-bibliográfico,  firmado  por  A.  Arnould  y  G.  Bru- 
net,  ocupa  desde  la  página  419  á  la  430  del  tomo  IX  (año  1878).  A  las  noticias 
biográficas  siguen  acertados  juicios  de  las  obras  de  Cervantes, 

193,— Don  Quichotte...  traduit  par  L.  Biart,  París,  1878. 

Lleva  un  trabajo  biográfico-crítico  de  Cervantes,  por  M.  Prosper  Merimée. 

194. — Cervantes  et  son  Don  Quichotte. 

Artículo  en  el  Magasin  Pittoresque  de  París,  30  Septiembre  de  1883. — «Va 
ilustrado  con  un  retrato  de  Cervantes,  facsímile  de  su  firma,  la  casa  que  habitó 
en  Valladolid,  y  la  estatua  de  la  Plaza  de  las  Cortes.!)  (Asensio,  núm.  159.) 

195. — Cervantes,  by   Mrs,  Oliphant.  Blackwood,  Edínburgh  and  Lon- 
don.— M.DCCCLXX. 

En  8.°  prolongado,  de  X-2I2  págs. 

Utilizando  los  más  modernos  datos  y  noticias,  ha  podido  la  autora  formar 
una  nutrida  biografía  de  Cervantes,  enriquecida  con  atinadas  reflexiones,  para 
poner  de  relieve  los  actos  más  culminantes  de  su  vida,  sus  relaciones  con  los 
contemporáneos,  la  trascendencia  é  influencia  que  en  los  hombres  y  las  cosas 
de  su  tiempo  ejercieron,  y  viceversa;  mientras  los  cuatro  últimos  capítulos  del  li- 


126  .  Biografías  y  noticias  biográficas 


bro  están  dedicados  al  análisis  y  juicio  critico  del  Quijote  y  demás  obras  de  Cer- 
vantes. 

Cumple  realmente  Mrs.  Oliphant  su  oferta  de  dar  en  poco  espacio  una  clara 
idea  del  autor  y  de  sus  producciones. 

\QG.—All  tlie  Year  Round,  new  series,  1886,  pp.  534-539. 

Articulo  biográfico. 

197. — Life  of  Cervantes,  by  Mr.  Henry  Edward  Watts.  London,   Qua- 
ritch,  1888. 

Forma  el  1. 1  de  la  traducción  inglesa  del  Quijote. 

En  10  capítulos  divide  Mr.  Watts  esta  Vida  de  Cervantes,  trabajo  detallado 
y  metódicamente  desarrollado,  en  el  cual  reúne  varios  de  los  nuevos  datos  y  no- 
ticias recientemente  expuestos  y  publicados  por  los  cervantistas  españoles,  pu- 
diendo  ofrecer  de  este  modo  una  biografía  de  Cervantes,  la  más  completa  que 
se  había  escrito  hasta  entonces  fuera  de  España,  ya  que  añade  datos  ignorados 
por  los  anteriores  biógrafos  extranjeros. 

Y  como  hay,  en  nota  á  la  pág.  153,  una  noticia  desconocida  para  muchos,  la 
traduciré  íntegra:  «No  era  la  primera  vez, — -como  aparece  por  una  comunicación 
que  debo  á  mi  amigo  Don  Pascual  de  Gayangos, — que  Cervantes  habla  estado 
empleado  en  el  Priorato  de  S.  Juan.  Entre  los  manuscritos  españoles  del  Museo 
Británico  (Add.  28,  364,  No.  38),  catalogados  por  el  Sr.  Gayangos,  (vol.  III,  pá- 
gina 757),  hay  un  interesante  pasaje,  referente  á  Cervantes,  que  no  ha  sido  men 
cionado  por  ningún  biógrafo.  Ocurre  en  una  carta  de  Sanctoyo  de  Molina  (se- 
cretario del  consejo  de  las  Ordenes  militares  en  1584)  á  Mateo  Vázquez,  secre- 
tario del  Rey,  en  el  cual  expone  los  méritos  de  varias  personas  para  los  empleos 
vacantes  en  la  Orden  de  San  Juan.  Entre  ellos  nombra  tres,  Rubén  de  Celis, 
Cervantes  y  Canto.»  «El  Rubén  no  conviene  de  ninguna  manera,  y  el  Cervan- 
»tes  es  muy  benemérito  y  sirvió  el  partido  de  Montanches  muy  bien.  No  conoce 
>á  Canto.»  «Montanches  está  en  la  provincia  de  Extremadura,  y  que  Cervantes 
estuviese  empleado  allí  es  un  hecho  nuevo  para  sus  biógrafos.» 

Otro  dato  de  esta  biografía  que  merece  copiarse  está  en  la  siguiente  nota, 
de  pág.  19T,  referente  á  la  causa  seguida  á  Cervantes,  con  motivo  de  la  muerte 
de  Espeleta: 

«Hay  en  el  Museo  Británico  un  Diario,  manuscrito,  por  un  caballero  Portu- 
gués, que  vivía  entonces  en  Valladolid,  en  el  cual  se  halla,  y  no  en  muy  honroso 
concepto,  el  nombre  de  Cervantes,  proferido  por  una  mujer  en  un  garito.  El  se- 
ñor Gayangos  escribió  en  la  Revista  de  España^  un  artículo  sobre  este  portugués 
y  su  Diario.  Yo, — con  paz  sea  dicho, — no  doy  importancia  alguna  á  este  des- 
cubrimiento. El  apellido  Cervantes  era  muy  común  en  aquella  edad.  Si  algún 
fundamento  hubiere  habido  para  imputar  á  nuestro  Miguel  Cervantes  la  nota  de 
garitero  y  noctivago,  á  buen  seguro  que  alguno  de  sus  enemigos  lo  hubiese  re- 
cogido para  transmitírnosla.» 

He  hablado  ya  de  estas  dos  noticias.  [102]. 

Puede  achacarse  á  Mr.  Watts,  el  defecto  de  haber  acogido  algunas  erróneas 
especies  acerca  de  la  Vida  de  Cervantes. 

En  cuanto  á  ia  parte  bibliográfica  es  muy  limitada. 

198. — The  life  of  Miguel  de  Cervantes  Saavedra.   A  biographical,  lite- 


Biografías  y  noticias  biográficas  127 

rary,  and  historical  study  with  a  Tentative  Bibliography  from  1585 
to  1892,  and  an  annotated  Appendix  on  the  Canto  de  Caliope  by 
Jas.  Fitzmaurice-Kelly.  (Un  terceto  de  cari  Snoiuky,  «España..)  — London,  Chap- 
man  and  Hall,  Ld. — 1892. 

En  8.°  mayor,  de  XIV-396  págs. 

En  SU  prefacio  declara  que  su  trabajo  está  basado,  como  todas  las  modernas 
biografías  de  Cervantes,  sobre  la  colosal  obra  de  Navarrete,  y  que  lo  ha  ampli- 
ficado con  los  nuevos  datos  de  Moran  y  Mainez. 

Las  diferentes  fases  de  la  Vida  de  Cervantes,  van  acompañadas  de  noticias 
históricas  acerca  de  la  época,  costumbres  y  hechos  de  la  época  y  de  los  persona- 
jes contemporáneos;  los  detalles  concernientes  á  estos  últimos,  son  á  veces  su- 
perfluos  ó  demasiado  minuciosos,  como  por  ejemplo  la  historia  de  las  vicisitudes 
amorosas  del  hijo  del  Duque  de  Alba,  que  nada  tiene  que  ver  con  el  autor  del 
Quijote. 

Capitulo  I. — Juventud  de  Cervantes. 

Opina  que  Cervantes  pasó  su  juventud  en  la  Universidad  de  Alcalá  de  He- 
nares, cosa  no  probada  ni  probable.  [127] 

Cree  probable  que  Cervantes  se  fugó  á  Italia  por  heridas  á  Segura,  segiin  el 
documento  descubierto  por  Moran. 

Da  por  verdadero  el  poema  de  Filena,  opinando  que  lo  escribió  en  Roma, 
siendo  camarero  de  Aquaviva. 

Cap.  II.— Sus  campañas  en  Italia. 

Cap.  ni. — Su  cautiverio. 

El  apéndice  de  este  cap.  es  la  narración  integra  del  cautiverio  de  Cervantes, 
dada  por  Haedo. 

Cap.  rV. — The  second  Anabasis  (i).  La  Calatea. 

The  wane  of  pastoralism. 

Describe  la  guerra  con  Portugal  y  la  expedición  á  las  Terceras,  quizás  con 
demasiada  prolijidad.  Da  circunstanciada  idea  de  la  literatura  pastoral,  que  pri- 
vaba en  la  última  mitad  del  siglo  xvi,  y  viene  á  parar  á  la  Calatea  de  Cervan- 
tes, cuyo  extracto  pone,  emitiendo  su  juicio  sobre  esa  novela  pastoral.  Un  apén- 
dice á  este  cap.  contiene  notas  biográficas  sobre  los  poetas  mencionados  en  el 
Canto  de  Caliope. 

Cap.  V.— The  Theatre. 

Después  de  dar  una  idea  del  extracto  del  teatro  Español,  al  aparecer  Cer- 
vantes, hace  el  juicio  de  La  Numancia,  en  su  concepto  obra  muy  mediana,  asi 
como  las  demás  comedias  de  Cervantes,  que  rápidamente  analiza.  Habla  con 
elogio  de  los  Entremeses. 

Cap  IV. — Die  Wanderjahre:  The  first-part  of  Don  Quixote. 

Refiere  las  comisiones  y  empleos  de  Cervantes  en  Andalucía,  y  dice  que  des- 
pués de  1598  Cervantes  fué  á  la  Mancha  comisionado  por  el  Priorato  de  S.  Juan. 
Aquí  combate  una  aserción  de  Gayangos  que  ya  mencioné.  [102] 

El  biógrafo  inglés  prueba  cumplidamente  que  Gayangos  copió  erróneamente 
el  manuscrito  en  cuestión,  que  el  Lic^».  Cervantes,  á  que  se  refiere  la  carta  diri- 
gida en  \°  Abril  1584,  por  Sanctoyo  de  Molina  á  Mateo  Vázquez,  recomendán- 
dolo para  Extremadura,  no  puede  ser  ni  es  nuestro  Cervantes. 

Al  hablar  de  la  tradición  argaraasillesca,  trata  de  la  frecuencia  con  que,  por 
fútiles  pretextos,  fueron  encarcelados  varios  escritores  españoles. 


(1)     Una  de  las  historias  de  Xenofonte. 


f  2$  Biografías  y  noticias  biográficas 


Resume  las  circunstancias  que  precedieron  á  la  aparición  del  Quijote. 

Cap.  Vn.— At  the  Capital:  the  Novelas. 

Relata  la  estancia  de  Cervantes  en  Valladolid,  donde  estaba  la  corte,  y  se 
detiene  en  el  proceso  promovido  por  la  muerte  de  Espeleta,  cuyas  causas  Ga- 
yangos  y  otros  aplican  en  desdoro  de  Cervantes,  interpretando  O  dando  impor- 
tancia á  la  declaración  de  una  de  las  vecinas.  Fitzmaurice  pone  de  relieve  la 
falsedad  de  tal  declaración. 

El  resto  del  cap.  está  dedicado  al  análisis  y  examen  crítico  de  las  Novelas^ 
que  considera  joyas  de  valor. 

Cap.  Vm.— The  Viaje  del  Parnaso. 

Analiza  este  poema,  que  conceptúa  de  ningún  mérito,  pero  alaba  la  Adjunta. 

Cap.  IX. — Don  Quixote. 

Además  de  emitir  su  propio  juicio  encomiástico,  cita  varios  de  los  elogios 
que  al  Quijote  han  tributado  los  más  esclarecidos  ingenios  ingleses,  franceses  y 
alemanes.  Resulta  un  cap.  muy  erudito. 

Cap.  Persiles  y  Sigismunda:  last  days. 

Da  un  extracto  de  la  novela,  y  juicio  de  ella. 

Dedica  el  final  al  examen  del  carácter  y  personalidad  de  Cervantes,  escu> 
dr'fiando  sus  sentimientos,  creencias 

Defiende  á  Cervantes  de  la  nota  de  mal  marido  que  le  infiere  Gayangos. 

En  suma,  estimo  que  el  trabajo  biográfico  del  Sr.  Fitzmaurice  es  de  los  más 
importantes  y  serios  que  referente  á  Cervantes  se  han  escrito  en  Inglaterra;  sin 
que  deslustren  la  obra,  la  prolijidad  de  ciertos  episodios  que  he  censurado. 

La  Bibliografía  es  extensísima,  y  constituye  el  trabajo  bibliográfico  más  com- 
pleto que  se  ha  publicado  en  Inglaterra  acerca  de  las  obras  de  Cervantes. 

Este  libro  revela  un  gran  conocimiento  de  la  literatura  castellana. 

199. — Artículo  del  Dr.  J.  M.  Guardia,  en   La  Chronique  medícale  (Pa- 
rís, 15  Mars  1895). 

Se  refiere  á  la  vida  de  Cervantes  desde  1613  á  1616, 

200.— Michel  Cervantes. — Voyage  a  travers  sa  Vie. 

Biografía  por  M.  Clemente  Rochel  en  La  Nouvelle  Revue,  de  15  de  Abril 
de  1896.  París,  pág.  728  á  755. 

A  las  noticias  biográficas,  añade  una  ojeada  sobre  las  relaciones  de  Cervan- 
tes, en  los  hombres  de  su  época.  Este  trabajo  acaba  con  el  concepto  tantas  veces 
manoseado  por  los  extranjeros:  la  pretendida  indi/ erencia  de  España  hacía  su 
primer  genio. 

201. — Essaí  sur  la  vie  et  les  oeuvres  de  Cervantes,   d'aprés  un  travail 
ínédit  de  Luís  Carreras,  par  C.  B.  Dumaíne.  —  París.  —  Alphonse 
Lemerre,  Editeur.  —  M.DCCCXCVI. 
En  18  jésus,  de  332  págs. 

El  malogrado  escritor  catalán  don  Luis  Carreras  publicó  en  el  diario  de 
Barcelona  El  Principado,  hacia  los  años  de  1867  y  68,  un  ensayo  sobre  la  vida 
de  Cervantes.  Más  tarde,  parece  que  amplió  y  rehizo  su  trabajo,  del  cual  salie- 
ron unos  principios  en  la  Ilustración  Artística  de   1888  [iii].  Falleció  poco 


Biografías  y  noticias  biográficas  129 

después  el  señor  Carreras  y  nada  más  supe  de  sus  estudios  cervánticos,  cuando, 
ahora,  he  tenido  la  satisfacción  de  leer  la  obra,  cuyo  título  encabeza  este  articu- 
lo, basada  sobre  el  trabajo  inédito  del  crítico  catalán.  Según  su  autor,  Mr.  Du- 
maine,  nos  manifiesta  este  ensayo  no  es  ni  una  traducción  ni  una  adaptación  del 
trabajo  del  sefior  Carreras,  por  lo  cual,  no  teniendo  á  la  vista  el  manuscrito  ori- 
ginal, hácese  difícil  saber  donde  acaban  las  ideas  y  las  frases  del  escritor  espa- 
ñol y  donde  empiezan  las  del  crítico  francés. 

La  parte  biográfica,  en  general  poco  nutrida  de  datos,  no  ofrece  novedad 
para  nosotros.  Me  limitaré,  pues,  á  comentar  ligerísimamente  algunos  hechos  y 
opiniones. 

I. — Juventud  de  Cervantes. 

f  Ignóranse  los  motivos  que  tuvo  el  padre  de  Cervantes  para  abandonar  Al- 
calá por  la  residencia  de  Toledo  y  después  por  la  de  Madrid,  en  donde  habita- 
ba toda  la  familia  en  1565,  lo  que  está  probado  por  la  íé  de  nacimiento  de  la 
última  hermana  de  Cervantes.» 

La  estancia  de  la  familia  de  Cervantes  en  Toledo  no  está  probada.  En  cuan- 
to á  la  fe  de  nacimiento  de  Magdalena,  la  última  hermana  de  Cervantes,  no  se 
comprende  como  no  la  transcribe  el  señor  Carreras,  si  es  cierto  que  la  halló. 
Mr.  Dumaine  nos  dice  que  «en  ninguna  parte  indica  Carreras  el  origen  de  los 
documentos  que  nos  cita»;  proceder  poco  recomendable,  porque  el  biógrafo,  es 
un  historiador,  y  por  lo  tanto  su  narración  y  sus  afirmaciones  han  de  estar  apo- 
yadas por  documentos  ó  por  hechos  probados.  Asegura  que  la  educación  de 
Cervantes  fué  clásica  é  ilustre. 

«Don  Rodrigo  tuvo  seis  hijos:  Andrés,  Andrea,  Luisa,  Miguel,  nacidos  en 
Alcalá;  Rodrigo,  Magdalena,  nacidos  en  Madrid.  El  primero  murió  joven.» 

No  prueba  el  sefior  Carreras  su  aserto;  y  además,  ignora  que  el  menor  de  los 
hermanos  de  Cervantes  se  llamaba  Juan,  según  recientes  documentos  han  re- 
velado [127]. 

«En  el  Trato  de  Argel  y  en  el  Gallardo  Español,  Cervantes  se  representó  á 
si  mismo  bajo  el  nombre  de  Saavedra.  El  paje  de  La  Gitanilla,  es  Cervantes  á 
los  20  años.» 

De  Benjumea  están  tomadas  estas  opiniones  que  ya  hemos  visto  cuan  des- 
acertadas son  [123]. 

«hacia  la  misma  época  (1568)  escribió  (Cervantes)  la  elegía  en  verso  al  car- 
denal Espinosa.  Por  ella  vemos  que  había  entrado  en  la  casa  del  prelado  en 
Madrid.» 

Nada  más  infundado  que  ésto. 

n. —  Lepanto. 

Cuenta  el  biógrafo  detalladamente  las  campañas  de  Levante  y  la  batalla  de 
Lepanto.  Para  dar,  sin  duda,  colorido  á  su  párrafo  final  dice  que  «el  7  de  Octu- 
bre de  157 1  era  el  aniversario  del  nacimiento  de  Cervantes.* 

Después  dice:  <  Las  poesías  de  La  Galatea  se  remontan  á  la  época  de  su  re- 
sidencia en  Italia las  dirigió  á  una  dama  que  le  había  inspirado  tiernos 

afectos.» 

Como  se  ve,  tal  relato  es  pura  novela. 

IIL  —  El  cautiverio. 

La  narración  se  funda  en  los  datos  y  documentos  ya  conocidos.  Al  hablar 
de  las  sumas  aprontadas  por  la  familia  de  Cervantes  para  su  rescate,  dice:  «Sus 
dos  hermanas  que  habían  quedado  solteras  ofrecieron  su  dote;  la  tercera,  casada 
en  Alcalá,  envió  su  óbolo.» 

Tomo  II  ,7 


130  Biografías  j  noticias  biográficas 

Poco  enterado  se  nos  muestra  el  biógrafo,  de  la  familia  de  Cervantes;  puesto 
que  es  notorio  que  la  hermana  mayor,  Andrea,  estaba  casada  en  Madrid,  y  la 
tercera,  Luisa,  era  monja  de  un  convento  de  Alcalá. 

IV. —  Cervantes  regresa  á  España. 

Narra  el  casamiento  de  Cervantes,  y  afirma  que  <  de  este  matrimonio  nació 
una  hija.i 

Del  señor  Sigiienza  ha  tomado  el  biógrafo  tal  aseveración,  completamente 
falsa,  como  ya  he  dicho  [100,  121,  126]. 

Deduce  de  los  consejos  que  D.  Quijote  dio  á  Sancho  antes  de  ir  al  gobierno 
de  la  Barataría,  que  Cervantes  era  hombre  elegante,  atildado,  de  compostura 
grave  y  reposada,  etc.,  etc. 

V. —  La  muerte  de  Cervantes. 

Bien  descritos  están  los  últimos  años  de  la  vida  de  Cervantes. 

Terminaré,  rectificando  nuevamente  un  error  del  biógrafo.  Dice  éste  que 
f  cuando  murió  la  viuda  de  Cervantes,  doña  Catalina,  dejó  su  fortuna  á  su  hija», 
cosa  completainente  fuera  de  la  verdad  puesto  que  en  su  testamento  doña  Ca- 
tal'na  declara  [126,  docum.  44],  que  no  tiene  ni  ha  tenido  hijos  y  nombra  por 
heredero  universal  á  su  hermano. 

La  parte  crítico-literaria  del  libro  del  señor  Carreras  contiene  notables  y 
apreciabiilsimos  juicios,  que  extractaré  en  la  sección  Cervantes  juzgado  por  los 
españoles,  tal  como  Mr.  Dumaine  nos  los  presenta,  ya  que  no  poseemos  hasta 
ahora  el  trabajo  original  del  critico  español. 

202. — Documentos  Cervantinos  hasta  ahora  inéditos,  recogidos  y  ano- 
tados por  el  Pbro.  D.  Cristóbal  Pérez  Pastor,  Doctor  en  ciencias, 
publicados  á  expensas  del  Exorno,  Sr.  D.  Manuel  Pérez  de  Guzmán 
y  Boza,  Marqués  de  Jerez  de  los  Caballeros.  —  Madrid,  Imprenta 
de  Ricardo  Fortanet.  —  1897. 

En  4.°,  de  XVI-432  págs.,  mas  una  hoja  con  el  colofón. 

Gracias  á  la  exquisita  amabilidad  del  autor  de  esta  obra,  pude  dar  cuenta  de 
ella  [126]  mucho  tiempo  antes  de  estar  impresa,  y  extractar  los  numerosos  é 
importantes  documentos  que  la  misma  comprende.  Allí  habrá  visto  el  lector 
cuántos  y  cuan  notables  y  nuevos  datos,  referentes  á  la  familia  de  Cervantes, 
hoy  poseemos,  merced  á  las  inteligentes  y  asiduas  investigaciones  del  señor 
Pérez  Pastor.  Y  no  satisfecho  el  eximio  doctor  y  bibliógrafo,  con  haberme  per- 
mitido disfrutar  de  las  primicias  de  su  libro,  me  acaba  de  enviar  las  galeradas 
de  los  pliegos  correspondientes  á  sus  anotaciones,  y  á  los  tres  apéndices  con  que 
ha  enriquecido  sus  hallazgos. 

Las  notas  y  observaciones  del  autor  á  la  vista  de  los  documentos  por  él  des- 
cubiertos, son  muy  útiles,  oportunas,  atinadas  y  dignas  de  estudio.  Todas  con- 
tienen, sendas  noticias  que  completan  los  datos  que  los  nuevos  documentos  nos 
ofrecen,  y  á  la  par  importantes  comentarios  á  los  mismos,  aclarando  muchos 
puntos  dudosos  en  la  vida  de  Cervantes  y  acerca  de  su  familia. 

Mis  breves  comentarios  á  algunos  de  los  documentos  descubiertos  por  el 
señor  Pérez  Pastor  [r2  7],  coinciden  con  los  suyos,  lo  cual  me  honra  en  extre- 
mo; y  como  la  materia  es  tan  interesante,  y  para  mi  en  gran  manera  gustosa, 
no  puedo  resistir  el  deseo  de  emitir  nuevamente  algunas  opiniones  colocándo- 
las tímidamente  al  lado  de  las  muy  valiosas  que  el  autor  explana. 


Biografías  j  noticias  biográficas  131 

Al  documento  núm.  ig. — Dice  el  señor  Pérez  Pastor  que  este  pedimento,  en 
el  cual  Cervantes  declara  ser  hijo  de  Alcalá  de  Henares,  «resuelve  el  futuro  liti- 
gio entre  esta  población  y  otras  de  España».  El  apreciable  bibliógrafo  ha  que- 
rido decir  que  este  documento  corrobora  una  vez  más  la  cuestión  de  la  verda- 
dera patria  de  Cervantes,  cuestión  que  había  ya  quedado  completamente  resuel- 
ta con  el  descubrimiento  de  la  Información  de  Argel  [24]  y  de  tantísimos  otros 
datos  y  documentos. 

Al  documento  núm.  20. — Consta  en  el  mismo  y  en  el  de  núm.  20,  que  Cer- 
vantes, después  de  rescatado,  se  embarcó  en  Argel  y  tocó  en  Denia,  siendo  pro- 
bable que  el  mismo  baxel  fuera  el  que  le  condujo  á  Valencia;  lo  cual  debió  de 
acaecer  hacia  mediados  de  Noviembre  de  1580. 

Al  documento  núm.  26. — «Posible  es  —  dice  el  señor  Pérez  Pastor — que  esta 
carta  de  pago  sea  el  último  documento  de  alguna  comisión  que  para  Sevilla  se 
confiara  á  Cervantes  en  el  año  1585,  y  no  serla  extraño  que  esta  comisión  le 
fuera  dada  por  Pedro  de  Isunza,  que  en  esta  fecha  tenía  infinidad  de  nego- 
cios  »  Es  muy  plausible  la  conjetura,  pero  teniendo  siempre  en  cuenta  que  la 

estancia  en  Sevilla  debió  de  ser  corta,  pues  el  presente  documento  esta  otorga- 
do por  Cervantes  el  30  de  Diciembre  del  mismo  año,  y  si  él  mismo  presentó  la 
letra  á  la  aceptación,  consta  que  se  hallaba  ya  en  la  corte  el  19  de  dicho  mes. 

A  los  documentos  números  j6  y  J7.  —  Sospecha  el  señor  Pérez  Pastor,  de 
acuerdo  con  mi  ya  enunciada  conjetura  [127],  que  la  paternidad  de  Alonso  Ro- 
dríguez sea  una  superchería;  y,  admitido  el  hecho  de  que  la  Ana  Franca  de 
estos  documentos  es  la  misma  Ana  de  Rojas  madre  de  Isabel  de  Saavedra  (se- 
gún el  testamento  de  ésta,  documento  núm.  j"^),  resulta  probable,  como  así  lo 
manifiesta  el  señor  Pérez  Pastor,  «que  Isabel  de  Saavedra  nació  antes  de  que 
Ana  de  Rojas  y  Alonso  Rodríguez  contrajeran  matrimonio»;  y  que  únicamente 
la  menor  Ana  Franca  era  hija  de  Rodríguez,  siéndolo  Isabel  de  Miguel  de  Cer- 
vantes. 

Muy  preciso  se  hace  hallar  la  partida  de  bautismo  de  Isabel  de  Saavedra, 
que  debió  de  nacer  á  últimos  de  1584  ó  principios  de  1585. 

El  documento  núm.  jj  nos  revela,  además,  el  origen  del  apellido  Saavedra 
que  Cervantes  usó.  He  aquí  la  justa  y  oportunísima  nota  del  señor  Pérez  Pastor: 
€  Llámase  á  dicho  Licenciado  por  sus  apellidos  Cervantes  de  Saavedra,  y  esto, 
que  debió  ser  dictado  por  su  hija  doña  Magdalena,  no  da  la  razón  de  por  qué 

el  autor  del  Quijote  usó  este  segundo  apellido que  lo  tomó  de  su  padre. 

Queda  con  esto  contestada  la  pregunta  que  hacían  los  contradictores  de  Alcalá 
de  Henares  y  que  repetían  como  argumento  Aquiles  diciendo:  ,;  De  dónde  sacó 
Cervantes  el  apellido  Saavedra?» 

El  comentario  al  documento  núm.  -^8  es  muy  importante  porque  se  refiere  á 
la  fecha  de  la  edición  príncipe  del  Quijote\  punto  que  lo  trataré  luego  en  la  sec- 
ción de  Notas  y  Comentarios.  Después  de  estas  notas  viene,  con  el  epígrafe  Vi- 
denda,  una  interesante  sección  comprendiendo  la  lista  de  los  documentos  que 
conviene  buscar  y  conocer  para  completar  las  datos  biográficos  con  que  se  pue- 
de ilustrar  la  vida  de  Cervantes. 

El  Apéndice  I,  titulado  La  Sepultura  de  Cervantes  merece  capítulo  aparte; 
y  del  Apéndice  II,  que  se  titula:  ^  Dónde  se  imprimió  por  primera  vez  el  Qui- 
jote?., daré  cuenta  en  la  sección  de  Notas  y  Comentarios. 

Dignísimo  remate  de  los  bellos  trabajos  del  señor  Pérez  Pastor  es  el  Apén- 
dice lU,  consistente  en  los  facsímiles  de  las  firmas  de  todos  los  individuos  de  la 
familia  de  Cervantes  y  de  muchas  personas  que  con  él  y  con  ella  tuvieron  rela- 
ciones y  amistades;  y  el  facsímil  de  la  Información  del  rescate  de  Cervantes,  pe- 
dido por  él  mismo  en  18  de  Diciembre  de  1580  (documento  núm.  19). 

El  señor  marqués  de  Jerez  de  los  Caballeros,  que  posee  la  riquísima  colee- 


13a  Biografías  y  noticias  biográficas 

ción  cervántica  ya  descrita  [I,  1058],  ha  sido  el  generoso  Mecenas  de  esta  obra. 

Nunca  será  bastantemente  alabada  la  esplendidez  de  mi  amigo  el  ilustre 
Marqués,  quien  no  satisfecho  con  haber  reunido  una  vasta  y  escogidísima  biblio- 
teca, está  dando  a. la  continua  relevantes  pruebas  de  su  esclarecido  amor  á  las 
letras  patrias,  haciendo  imprimir  á  sus  expensas,  ora  diversos  libros  raros  é  iné- 
ditos, ora  curiosos  trabajos  y  monografías  útilísimos  para  ilustrar  la  vida  ó  las 
obras  de  muchos  españoles. 

El  servicio  que  á  la  literatura  acaba  de  prestar,  patrocinando  el  libro  del  se- 
ñor Pérez  Pastor,  que  tan  útil  ha  de  ser  para  ilustrar  la  biografía  de  Cervantes, 
es  grande. 

Apéndice  I. — Del  libro  «Documentos  Cervantinos... — Madrid,  1897. 

La  Sepultura  de  Cervantes 

Después  de  sintetizar  lo  que,  acerca  de  este  particular,  consignaron  Nava- 
rrete  y  el  Marqués  de  Molins,  punto  que  he  tratado  ya  con  la  debida  exten- 
sión [56],  presenta  el  señor  Pérez  Pastor  27  nuevos  é  interesantes  documentos 
que  aclaran  por  modo  singular  la  historia  del  convento  de  las  Trinitarias,  en 
donde  Cervantes  fué  enterrado.  Haré  una  reseña  de  los  más  importantes. 

En  6  de  Diciembre  del  año  de  16 11  (documento  núm.i),  don  Alonso  deGuz- 
man  y  Avalos,  estando  enfermo,  en  peligro  de  muerte,  hace  testamento  en  Ma- 
drid, ante  el  notario  Hernando  de  Recas,  en  el  cual  dice:  «instituyo  por  mi  he- 
redera universal...  á  la  dicha  doña  Francisca  Romero  Gaytan,  mi  muxer,  con 
tal  gravamen  que  lo  que  heredare  de  mis  bienes  lo  gaste  en  la  fundación  de  un 

monasterio  de  monxas  descalcas  que  entre  los  dos  tenemos  comunicado »;  y 

en  el  mismo  acto,  ambos  esposos,  y  doña  María  Gaytán,  viuda  del  raaese  de 
campo  Julián  Romero,  juntamente  de  mancomún  otorgan  una  escritura  de  obli- 
gación (documento  núm.  2),  para  la  fundación  de  un  monasterio  de  monjas  Tri- 
nitarias. 

Con  el  mím.  3,  cita  el  señor  Pérez  Pastor,  una  «Escritura  de  venta  de  unas 
casas  en  la  calle  Mayor  en  favor  de  P.  Rodríguez  y  Luiz  Monzón,  en  precio  de 
34,000  ducados»,  acerca  de  la  cual  dice:  «Quiso  doña  Francisca  Romero  fundar 
en  estas  casas  un  monasterio  de  monjas  Agustinas,  y  hallando  contradicción  en 
los  frailes  de  San  Felipe,  vendió  las  dichas  casas,  y  con  el  producto  de  esta  ven- 
ta pudo  atender  á  los  primeros  gastos  para  la  fundación  que  inmediatamente 
hizo  en  la  calle  de  Cantarranas,  y  fundar  un  censo  para  renta  del  nuevo  conven- 
to de  Trinitarias.» 

El  documento  núm.  4, — es  la  «Primera  escritura  de  fundación  del  convento  de 
Trinitarias  de  Madrid,  otorgada  por  doña  Francisca  Romero,  ante  el  notario 
Hernando  de  Recas,  á  17  de  Septiembre  de  16 12.» 

«Sea  notorio...  como  yo,  doña  Francisca  Romero,  hija  del  maestre  de  cam- 
po Julián  Romero...  y  doña  Maria  Gaytan,  mis  padres  que  santa  gloria  hayan... 
viuda  de  don  Alonso  de  Avalos  y  Guzman...  he  deseado  fundar  en  esta  villa  de 
Madrid  un  monasterio  de  monjas  descalzas  de  la  orden  de  la  Santísima  Trini- 
dad que  se  intitula  de  la  Santísima  Trinidad  y  San  Ildefonso  debajo  de  las  re- 
glas de  sant  Agustin...  e  puniéndolo  en  efeto...  otorgo  por  esta  carta  que  erijo  y 
fundo  en  esta  villa  el  dicho  convento...»  en  la  forma  siguiente: 

«Primeramente  doy  e  dato  á  el  dicho  monasterio...  mil  y  quinientos  ducados 
de  renta  en  cada  un  año  perpetuamente 

»Item  demás...  les  doy  unas  casas  donde  se  haga  y  fabrique  el  dicho  monas- 
terio que  son  las  qus  tengo  tratado  y  concertado  de  comprar  de  Francisco  de  San- 
tander,... en  la  parroquia  de  San  Sebastian^  que  sale  a  dos  calles,  que  son  y  lla- 
man la  de  Cantarranas  y  las  Huertas,  y  atraviesa  la  del  Amor  de  Dios,  con  todo 


Biografías  y  noiicias  biográftcas  1 35 

/o  en  ellas  labrado  y  edificado,  que  alinda  con  casas  de  Miguel  Mariinez  del 
Sel,...  y  casas  de  Riquelme,  autor  de  comedias. 

»Item  demás  de  lo  susodicho...  me  obligo  de  dar...  quatro  mili  ducados  de 
ornamentos  e  plata  y  otras  cosas  necesarias  para  el  culto  divino... 

>Las  quales  ..  cosas  y  la  fundación  del  dicho  convento  la  hago...>  con  las  con- 
diciones siguientes: 

Lo  primero  que  si  yo...  tomare  el  hábito  de  novicia  en  el  monasterio  me  he 
de  estar  sin  hacer  profesión  todo  el  tiempo  que  quisiere  y  me  pareciere 

«ítem  que  los  1,500  ducados  de  renta...  los  he  de  gastar  por  mi  mano...  ea 
el  sustento  del  monasterio  y  utilidad  del,  sin  que  se  me  pueda  pedir  quenta  en... 
como  se  han  distribuido. 

>Item  que  he  de  poder  tener...  dos  criadas  seglares 

litera  que  he  de  tener  poder  y  potestad  para  meter  ahora  en  el  monasterio 
las  monjas  que  escogiere,  con  que  no  excedan  de  veinte  y  una  del  coro  y  qua- 
tro legas 

»Item  con  condición  que  no  se  pueda  recibir  por  la  priora  e  monjas  del  mo- 
nasterio, ninguna  monja  sin  licencia  de  mi  la  fundadora  e  después  de  mis  dias 
de  los  dichos  mis  patronos... 

»Item  reservo  en  mi  mientras  viviere  el  ser  priora...  si  lo  quisiese  ser,  y  no 
lo  queriendo  ser  que  pueda  yo  sola  nombrar  persona  que  lo  sea .. 

>Item  que  en  la  capilla  mayor...  al  lado  del  Evangelio  no  se  puedan  ente- 
rrar sino  los  cuerpos  de  mi  la  fundadora  y  de  mis  señores  padres,  marido  y 
abuela  e  hija  y  en  las  mismas  partes  estén  sus  bultos  y  armas,  y  en  el  resto  de 
la  dicha  capilla  se  pueden  enterrar  los  dichos  mis  patronos  y  sus  descendientes 
sin  poner  túmulo... 

»Item  que  si  las  monjas  permitieren  que  en  algún  tiempo  se  saquen  de  la 
dicha  capilla  los  huesos  de  mi  la  fundadora,  y  de  los  dichos  mis  padres,  marido, 
agüela,  hija  y  patronos  pierdan  los  1,500  ducados  de  renta  y  los  haya  y  herede 
el  colegio  de  la  Compañía  de  Jesús  de  Madrid 

»ltem  que  si  por  alguna  razón  yo  no  profesare...  tenga  obligación  de  darme 
el  convento  una  puerta  al  monasterio  y  una  ventana  á  la  iglesia. 

»Item  que  si  los  patronos  del  convento...  quisiesen  en  algún  tiempo  labrar 
casa  pegada  á  el  puedan  tener  tribuna  a  la  capilla  mayor  u  a  otra  parte  de  la 
iglesia,  donde  quisiesen» 

El  documento  nüm.¿, — es  el  extracto  de  la  «Venta  de  dos  casas  contiguas,  una 
en  la  calle  de  Cantarranas  y  otra  en  la  de  las  Huertas,  otorgada  por  Francisco 
de  Santander  y  su  mujer  doña  María  de  Valle  en  favor  de  doña  Francisca  Ro- 
mero, en  Madrid,  á  i.°  de  Noviembre  de  1612,  ante  el  notario  Hernando  de 
Recas,  por  el  precio  de  3,000  ducados...» 

Bajo  números  6,  7  >  8,  menciona  el  señor  Pérez  Pastor  tres  obligaciones  de 
dinero  tomado  á  préstamo  por  doña  Francisca  Romero  con  hipoteca  de  sus  bie- 
nes, comprendiendo  en  ellos  las  dos  casas  compradas  para  el  convento. 

Es  el  documento  núm.  9, — un  poder  otorgado  ante  Hernando  de  Recas,  á  18 
de  Noviembre  de  161 2,  por  doña  Francisca  Romero  á  Alonso  de  Torras,  resi- 
dente en  Roma,  para  seguir  los  pleitos  que  el  provincial,  frailes  y  convento  del 
monasterio  de  la  Santísima  Trinidad  Descalzos  de  Madrid,  habían  interpuesto 
contra  la  fundación  del  monasterio  de  Monjas  que  trataba  de  efectuar  doña 
Francisca. 

Con  núm.  10, — ñgura  una  «Escritura  de  obligación  y  renunciación  hecha  por 
doña  Francisca  Romero  en  favor  de  Gabriel  de  Nevares,  de  los  bienes  que  po- 
dían pertenecer  á  su  hijastra  Mariana  Sáez  Maturana,  que  había  de  entrar  mon- 
ja en  las  Trinitarias.»  (Es  de  5  de  Febrero  de  1613,  protocolo  de  Hernando  de 
Recas.) 


1 3^  Biografías  y  DOticias  biográficas 


El  núm.  ij, — es  la  «Carta  de  pago  y  finiquito  de  doña  Francisca  Romero  en 
favor  de  Antonio  Quifiones,»  quien  había  sido  encargado  por  aquella  señora 
del  pago  de  las  casas  del  convento  y  obras  en  ellas  verificadas.  (Este  documento, 
de  29  de  Febrero  de  1613,  consta  también  en  el  protocolo  de  Hernando  de 
Recas.) 

Número  /^.—tSegunda  escritura  de  fundación  del  monasterio  de  monjas  Des- 
calzas de  la  Santísima  Trinidad  de  Madrid,  por  doña  Francisca  Romero.  En 
Madrid,  á  5  de  Marzo  de  1613.»  (Protocolo  de  Jerónimo  Fernández.) 

Dice  doña  Francisca  en  este  importante  documento: 

«...revoco...  la  escritura  de  fundación  y  dotación  que  otorgué  ante  Juan  de 
Obregon  el  17  de  Octubre  de  1612  y  la  doy  por  rota  y  cancelada,  y...  no  alte- 
rando en  quanto  a  la  dotación  de  las  monjas,  entierro  y  fundación  cosa  alguna, 
antes  añadiendo  a  ella  nuevos  bienes  que  irán  declarados  juntamente  con  los 
que  en  la  dicha  escritura  iban  señalados.  Por  tanto 

Otorgo  y  conozco  por  esta  presente  carta  que  hago  y  fundo  en  esta  villa 
de  Madrid  el  dicho  monasterio  y  convento  de  monjas  descalzas  de  la  dicha  or- 
den de  la  Santísima  Trinidad»  en  la  forma  y  manera  siguiente: 

(i.°  «Confirma  la  dotación  de  1,500  ducados  de  renta  anuales;  2.0,  Confirma 
la  donación  de  las  dos  casas  de  la  calle  de  las  Huertas  y  de  Cantarranas,  ya 
descritas  en  la  primera  escritura  de  fundación.») 

«ítem  demás  de  las  dichas  casas  y  de  lo  que  prometí  por  la  primera  escri- 
tura de  fundación...  doy  edono  al  dicho  convento...  las  casas  que  compré  del 
dicho  Miguel  Martínez  del  Sel,  vecino  y  regidor  desta  villa,  que  alindan  con  las 
que  compré  de  Francisco  Santander  y  con  las  calles  de  las  Huertas  y  Cantarra- 
nas y  del  Amor  de  Dios  con  lo  nuevamente  labrado  y  edificado  en  ellas,  que 
valen  seis  mili  ducados  para  que  en  ellas  esté  y  se  acabe  el  dicho  convento  y  mo- 
nasterio e  yglesia  e  lo  demás  necesario  para  el. 

»Item  demás...  doy  al  monasterio  51,874  reales  de  ornamentos,  plata  y  otras 
cosas  necesarias  para  el  culto  divino  e  sacristania...» 

Con  núms.  ij  y  14, — se  mencionan  estos  dos  documentos:  «Obligación  de 
Francisco  Martin  y  Diego  Hernández,  maestro  de  obras,  de  hacer  toda  la  obra 
y  fábrica  del  convento  y  casa  de  las  Descalzas  de  la  Santísima  Trinidad  de  Ma- 
drid.» Madrid,  9  de  Abril  de  1613.  (Protocolo  de  Cristóbal  Ruiz.=«Poder  de 
Sor  Inés  de  la  Madre  de  Dios,  priora  del  monasterio  de  la  Santísima  Trinidad... 
á  Pedro  de  Huerta  para  pleitar  en  nombre  de  dicho  convento.  Madrid,  21  de 
Abril  de  1613.  (Protocolo  de  Hernando  de  Recas.)» 

El  núm.  /j", — es  la  «Confirmación  y  aprobación  de  la  escritura  de  fundación 
del  convento  de  Trinitarias  de  Madrid,  concedida  por  el  Cardenal  Arzobispo  de 
Toledo,  don  Bernardo  de  Sandoval  y  Rojas,  segün  carta  expedida  en  Toledo  á 
8  de  Mayo  de  1613.» 

Es  el  núm.  76,— una  escritura  otorgada  por  doña  Francisca  Romero,  de  «De- 
pósito del  cuerpo  del  niño  de  un  año  Juan  Alvarez  Maldonado,  para  ser  ente- 
rrado en  el  convento,  con  obligación  de  entregarlo  á  sus  padres  siempre  que 
éstos  lo  pidieran,  etc.,  en  Madrid  á  11  de  Junio  de  1614.  (Protocolo  de  Cristó- 
bal Ruiz.» 

Documento  núm.  ij. — «Tratados  y  escritura  de  aceptación  hecha  por  la  prio- 
ra, monjas  y  convento  de  Trinitarias  Descalzas  de  Madrid.» 

Primer  tratado. — «En  Madrid  a  22  de  Enero  de  1614...  estando  en  el  mo- 
nesterio  de  la  Sma.  Trinidad...  doña  Francisca  Romero...  en  presencia  del  señor 
doctor  Gutierre  de  Cetina  .  vicario  gral.  desta  villa  por  el  ilmo.  cardenal  arzo- 
bispo de  Toledo...  parecieron  ante  su  merced  del  dicho  señor  vicario  sor  Maria- 
na de  Jesús  priora,  y  sor  Melchora  de  las  Llagas  vicaria,  y  sor  Mariana  de  Santa 
Inés,  y  sor  Inés  de  la  Concepción,  y  sor  Ana  de  San  Pablo,  y  sor  Jeroniraa  de 


Biografías  y  noticias  biográficas  1 3$ 

Jesús  Maria,  y  sor  Josefa  del  Espíritu  Santo,  y  sor  Josefa  de  San  Francisco,  y 
sor  Maria  de  San  Elifonso,  (1)  todas  monxas  profesas  del  dicho  monasterio,  á 
las  quales  la  dicha  doña  Francisca  Romero...  hizo  saber...  como  habia  hecho 
una  escritura  á  17  de  Otubre  de  16 12...  por  la  cual  dio  y  dotó  al  dicho  monas- 
terio ..  con  otras  calidades  y  condiciones  en  ella  declaradas  ..  una  de  las  quales 
fué  que...  doña  Francisca,...  pudiese  quitar  y  poner  lo  que  mejor  le  pareciese 
por  todos  los  dias  de  su  vida,  conforme  a  lo  qual  hizo  otra  escritura...  en  5  de 
Marzo  de  1613...  por  la  qual  de  nuevo  hizo  la  dicha  fundación  con  ciertas  clau- 
sulas y  condiciones 

Y  para  que  la  dicha  fundación  se  conserve,  doña  Francisca  hace  presenta- 
ción de  las  dichas  dos  escrituras...  para  que  las  vean  y  de  ellas  elijan  y  aceten 
la  que  mas  les  convenga •  ■  • 

Y  el  dicho  señor  doctor  Gutierre  de  Cetina,  la  dicha  priora,  monxas  y  con- 
vento del  dicho  monasterio  dixeron  que  demás  de  que  tienen  noticia  de  las  di- 
chas escrituras,  cargos  y  gravamemes  deltas...  ellas  y  el  dicho  señor  vicario  las 
verán  y  trataran  entre  si  qual  de  las  dos  escrituras  sera  de  mayor  utilidad  y  pro- 
vecho para  el  dicho  monasterio,  y  en  el  segundo  tratado  que  sobre  ello  hizieren 
responderá  á  la  dicha  doña  Francisca  Romero,...  y  todas  las  dichas  partes  otor- 
garon esta  propusicion  ante  mi  el  presente  escribano.  >  

Segundo  tratado. — «En  la  villa  de  Madrid  á  5  de  Febrero  de  1614...  las  di- 
chas señoras  priora,  vicaria  y  monxas,  Dixeron  que  ..  han  tratado  y  conferido 
entre  ellas  lo  que  les  puede  ser  útil,  y...  les  parece  que  la  escritura  últimamente 
fechada  por  la  señora  doña  Francisca  Romero,  que  está  confirmada  por  el  con- 
sejo del  señor  arzobispo  de  Toledo,  es  la  que  mas  les  conviene;  pero  que  para 
el  tercero  tratado  darán  su  ultima  resolución  y  parecer.» 

Tercer  tratado  y  escritura. — «En  la  villa  de  Madrid,  á  13  de  Febrero  de 
1614...  las  dichas  priora,  vicaria  y  monxas...  en  presencia  del  dicho  señor  vica- 
rio: Dixeron  que...  habiéndolo  considerado  y  comunicado,  tienen  acordado,  y 
agora  de  nuevo  acuerdan,  de  elegir  la  dicha  segunda  escritura  de  fundación  fe- 
cha por  doña  Francisca  Romero,  fundadora  del  dicho  convento,  que  está  confir- 
mada por  el  dicho  señor  arzobispo  de  Toledo,  y  que  esto  es  lo  que  dan  por  su 
respuesta  y  ultima  resolución.  —  Portante,  puniéndola  en  execucion...  por  si 
mismas  y  en  voz  y  en  nombre  de  las  demás...  monxas  que  agora  son  y  serán... 
estaran  y  pasaran  por  esta  escritura...  aceptan  la  dicha  segunda  escritura  de 
fundación...  en  todo  y  por  todo  como  en  ella  se  contiene,...  Por  lo  qual  la  dan 
por  buena  y  se  obligan  de  la  guardar  y  cumplir...  con  las  cargas  en  ella  declara- 
das  , 

y  lo  firmaron  de  sus  nombres...  Pasó  ante  mi  Hernando  de  Recas.» 

Núm.  18. — «Nombramiento  de  Priora  del  convento  de  Trinitarias  de  Ma- 
drid, hecho  por  doña  Francisca  Romero  en  favor  de  Sor  Jerónima  de  San  Pe- 
dro.— Madrid,  \fi  de  Mayo  de  1614.  (Protocolo  de  Hernando  de  Recas). > 

Núm.  ig  — «Obligación  de  Juan  Garcia  de  Guertos,  Juan  Garcia  de  Chus- 
que  y  Antonio  de  Herrera,  de  traer  para  el  convento  de  la  Santísima  Trinidad 
de  Madrid  y  para  doña  Francisca  Romero,  su  fundadora,  400  cargos  de  piedra 

para  hacer  yeso,  de  á  84  arrobas  cada  cargo — Madrid,  16  de  Febrero  de  1615; 

(Protocolo  de  Cristóbal  Ruiz).» 

Núm.  20. — «Escritura  de  venta  de  unas  casas  en  la  calle  de  las  Huertas  he- 


(i)     En  la  obra  de  Molins  constan  los  nombres  de  familia  y  siempre  conservan  el  nom- 
bre de  pila:  de  modo  que  no  hay  ninguna  Isabel. 


136  Biografías  y  noticias  biográficas 


cha  en  favor  de  don  Pedro  de  Ibarrola,  hermano  de  doña  Francisca  Romero, 
por  Diego  de  la  Peña,  perfumero  de  S.  M.,  como  curador  de  Antonio  y  Roque 
de  Lerma.— Madrid,  7  Julio  1615.  (Protocolo  de  Luis  de  Baena  Parada)>. 

€  Lindan  dichas  casas  con  otras  de  Alonso  Riquelme,  autor  de  comedias,  y 
con  el  convento  de  Trinitarias  Descalzas.» 

«Fray  Atanasio,  en  el  t.  lU  de  la  Crónica  de  P.  P.  Descalzos y  el  señor 

Marqués  de  Molins  en  La  Sepultura  de  Cervantes,  dicen  que  don  Pedro  de  Iba- 
rrola, hermano  de  dofia  Francisca,  habia  sido  fraile  Trinitario  con  el  nombre  de 
Fr.  Anacleto;  pero  después  de  examinados  varios  documentos  indubitados  del 
uno  y  del  otro,  se  puede  asegurar  que  son  dos  personas  perfectamente  distintas.» 
(El  señor  Pérez  Pastor  da  las  pruebas  de  su  aserto.) 

Núm.  21. — Revocación  del  poder  que  doña  Francisca  Romero  habia  dado  á 
Esteban  de  Moya,  procurador  de  los  Consejos,  y  á  Juan  Calderón,  agente  de  ne- 
gocios, para  seguir  los  pleitos  que  tenia  con  las  monjas  Trinitarias  de  Madrid. 
— Madrid,  18  de  Diciembre  de  16x7.  (Protocolo  de  f  íernando  de  Recas.)» 

Núm  22. — «Poder  de  doña  Francisca  Romero  á  su  hermano  don  Pedro  de 
Ibarrola  y  á  Juan  Vázquez  de  Fonseca,  residentes  en  Roma,  para  pedir  á  Su 
Santidad  la  nulidad  de  la  fundación  del  convento  de  las  Trinitarias  de  Madrid. 
— Madrid,  22  de  Abril  de  1618.  (Protocolo  de  Hernando  de  Recas.) 

(Funda  doña  Francisca  su  petición  de  nulidad,  por  no  haber  sido  la  escritu- 
ra de  fundación  confirmada  por  Su  Santidad.) 

Núm.  23. — «Poder  da  doña  Francisca  Romero  á  don  Pedro  de  Ibarrola  y  á 
Juan  Vázquez  de  Fonseca,  residentes  en  Roma,  para  querellarse  ante  Su  Santi- 
dad del  visitador  del  convento  de  las  Trinitarias  de  Madrid. — Madrid,  20  de 
Julio  de  1618.  (Protocolo  de  Hernando  de  Recas.)» 

(Pretende  doña  Francisca  que,  habiendo  el  Nuncio  de  Su  Santidad  mandado 
que  no  se  innovase  nada  en  los  autos  proveídos,  el  Doctor  Pedro  Zapata  des- 
obedeció el  mandato,  y  por  esto  entabla  contra  él  demanda  criminal.) 

Núm.  24. — «Aceptación  del  convento  de  Trinitarias  de  Madrid  de  la  Me- 
moria fundada  por  doña  Catalina  Vicente  Piñerol. — Madrid,  6  de  Abril  de 
1619.  (Protocolo  de  Francisco  de  Barrio.)» 

«Doña  Catalina  Vicente  Pinerol,  natural  del  Piamonte,  mujer  de  Pedro  de 
Valverde,  criado  que  fué  de  la  Infanta  Doña  Catalina,  y  al  presente  en  servicio 
del  Gran  Prior  de  San  Juan,  vivia  en  sus  casas  de  la  calle  del  León  mandó  en 
su  testamento  que  se  la  enterrase  en  las  Trinitarias  y  que  se  fundase  una  Me- 
moria de  nueve  misas,  dando  400  ducados,  por  una  vez.  En  22  de  Marzo  de 
1619  el  Dean  y  Cabildo  de  Toledo  hablan  dado  licencia  al  convento  de  Trini- 
tarias de  aceptar  esta  fundación,  fundándose  en  que  la  fundadora  doña  Fran- 
cisca, después  de  haber  recibido  dote  y  ajuar  de  algunas  monjas,  y  obligado  al 
convento  á  pedir  limosna,  se  habia  salido  de  él  llevándose  todo  lo  que  habia 
dotado  y  cobrado,  poniéndoles  muchos  pleitos,  que  habia  perdido  en  todas  ins- 
tancias, de  los  cuales  se  habia  apelado  á  Roma.  Por  esta  razón  el  convento  ca- 
recía de  recursos  para  pagar  sus  ministros  y  aun  para  los  alimentos  de  las 
monjas.» 

Núm.  25. — «Declaración  que  hace  don  Pedro  Ibarrola,  clérigo  presbítero, 
de  que  las  casas  de  la  calle  de  las  Huertas,  que  compró  al  curador  de  Antonio 
y  Roque  de  Lerma.  son  de  su  hermana  doña  Francisca  Romero,  asi  como  lo 
que  en  las  mismas  se  ha  edificado. — Madrid,  5  de  Abril  de  1626.  (Protocolo  de 
Juan  Martínez  del  Portillo).» 

Núm.  26. — «Escritura  de  la  fundación  del  Patronato  de  las  Trinitarias,  he- 
cha por  la  Marquesa  de  la  Laguna. — Madrid,  20  de  Diciembre  de  1630.  (Proto- 
colo de  Santiago  Fernandez).» 

«El  Cardenal  Arzobispo  de  Toledo  concedió  la  licencia  en  Toledo  á  4  de 
Dicho  año. 


Biografías  y  noticias  biográñcas  137 

Habia  terminado  la  fundación  de  doña  Francisca  y  se  estaban  ajustando  las 
cuentas. 

La  cláusula  20  de  esta  fundación  se  refiere  á  la  Memoria  de  doña  Catalina 
Vicente  Pinerol,  no  á  la  de  doña  Catalina  de  Salazar,  viuda  de  Miguel  de  Cer- 
vantes, como  pretende  el  señor  Marqués  de  Molins.» 

Núm.  27.— Poder  de  la  Marquesa  de  la  Laguna,  doña  Maria  de  Villena  y 
Meló,  al  Dr.  Francisco  Vitor,  cura  de  Fuenlabrada,  para  recibir  el  cuerpo  del 
Marqués,  que  está  depositado  en  una  capilla  del  convento  de  San  Bemardino, 
de  Madrid,  trasladarlo  á  la  iglesia  de  las  Trinitarias  Descalzas  y  ponerlo  en  su 
entierro  de  la  bóveda  del  altar  mayor  con  la  decencia  debida. — Madrid,  22  de 
Diciembre  de  1630.  (Protocolo  de  Santiago  Fernandez). > 

Los  importantes  documentos  que  acabo  de  extractar,  corroboran  y  comple- 
tan las  notables  disquisiciones  del  señor  Marqués  de  Molins,  y  con  éstas  y  aqué- 
llos podemos  formar  la  historia  exacta  del  convento  de  monjas  Trinitarias,  y  sa- 
ber de  un  modo  cierto  donde  descansan  los  restos  mortales  de  Cervantes. 

Cuando  don  Martín  Fernández  de  Navarrete  { Vida  de  Cervantes,  pág.  Jjz), 
refiere  las  noticias  tradicionales  que  las  monjas  Trinitarias  le  comunicaron,  se- 
gún las  cuales  el  convento  fué  fundado  en  la  calle  del  Humilladero,  á  fuer  de 
experto  historiador  acogió  ya  con  desconfianza  tales  noticias,  porque  no  las  halló 
confirmadas,  sino  antes  bien  contradecidas,  por  los  diversos  libros  y  documen- 
tos que  para  este  caso  examinó. 

En  efecto,  más  tarde,  las  asiduas  investigaciones  del  señor  Marqués  de  Mo- 
lins probaron  [56]  que  el  convento  de  las  monjas  Trinitarias  Descalzas,  donde 
Cervantes  fué  sepultado,  se  fundó  y  estableció  en  la  calle  de  Cantarranas,  y  que 
allí  ha  permanecido  constantemente. 

Y  hoy  el  señor  Pérez  Pastor  nos  presenta:  la  escritura  original  de  fundación 
del  convento;  la  compra,  verificada  por  la  fundadora  doña  Francisca  Romero, 
de  dos  casas  en  las  calles  de  Cantarranas  y  de  las  Huertas;  la  instalación  de  las 
monjas  en  dichas  casas,  con  la  aprobación  del  Arzobispo  de  Toledo;  las  nuevas 
y  sucesivas  compras  de  otras  casas  contiguas  para  ensanchar  el  convento  y  la 
iglesia;  los  datos  de  las  desavenencias  entre  las  monjas  y  la  fundadora,  que  ter- 
minaron renunciando  ésta  al  patronato;  y  la  institución  del  nuevo  patronato  en 
favor  del  Marqués  de  la  Laguna;  pero  siempre  continuando  el  convento  en  el 
mismo  lugar  en  donde  se  fundó,  y  donde  aun  existe  hoy  día. 

De  hoy  más,  pues,  queda  como  verdad  inconcusa:  que  Cervantes  fué  se- 
pultado EN  EL  CONVENTO  DE  LAS  MONJAS  TRINITARIAS,  EN  LA  CALLE  DE  CANTA- 
RRANAS EN  EL  MISMO  SITIO  EN  DONDE  HA  PERMANECIDO  SIEMPRE  Y  DONDE  TO- 
DAVÍA  CONTINUA.. 

Más,  como  en  la  Iglesia  del  citado  convento,  cerca  de  la  tumba  de  doña  Ca- 
talina de  Salazar  y,  probablemente^  cerca  también  de  la  de  Cervantes,  hay  una 
lápida  de  mármol  en  la  cual  consta  que  yace  allí  el  Marqués  de  la  Laguna, 
patrono  y  fundador  del  convento,  (i)  es  preciso  l^^cer  un  poco  de  historia  que,  á 
la  par  que  nos  devanecerá  cualquiera  duda  que  tal  epitafio  pudiera  sugerir,  nos 
dará  á  conocer  curiosos  pormenores  tocante  á  las  vicisitudes  del  monasterio. 

En  las  escrituras  de  fundación  del  convento  de  monjas  descalzas  de  la  San- 
tísima Trinidad,  otorgadas  por  la  fundadora  doña  Francisca  Romero,  introdujo 
esta  señora  varias  cláusulas  y  condiciones,  entre   las  cuales  descuellan  las  tres 


(1)  Dice  así:  lAquí  yace  el  Excmo.  Sr.  D.  Sancho  de  la  Cerda,  Marqués  de  la  Laguna, 
Patrono  y  fundador  de  este  Convento,  de  los  Consejos  de  Estado  y  Guerra  del  Sr.  D.  Fe. 
Upe  III,  Mayordomo  Mayor  de  la  Reina  dofla  Margarita.  —  Falleció  en  14  de  Noviembre 
de  1626.» 


Tomo  II 


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138  Biografías  y  noticias  biográficas 


siguientes,  que  fueron  más  tarde  la  causa  de  los  pleitos  entre  la  fundadora  y  las 
monjas:  f  ítem  con  condición  que  no  se  pueda  recibir  por  la  priora  e  monjas 
del  monasterio  ninguna  monja  sin  licencia  de  mi  la  fundadora,»  «ítem  reservo 
en  mi  mientras  viviere  el  ser  priora...  si  lo  quisiese  ser,  y  no  lo  queriendo  ser 
que  pueda  yo  sola  nombrar  persona  que  lo  sea...».  «ítem  que  si  por  alguna  ra- 
zón yo  no  profesare...  tenga  obligación  de  darme  el  convento  una  puerta  al  mo- 
nasterio y  una  ventana  á  la  Iglesia...»  {documento  núm.  4.) 

Las  monjas,  consciente  ó  inconscientemente,  aceptaron  estas  condiciones 
de  la  fundación,  (documento  núm.  iT)\  y,  en  fuerza  de  ellas,  doña  Francisca  Ro- 
mero ejerció,  ó  quiso  ejercer,  mando  autocrático  en  el  convento.  De  aquí  sur- 
gieron dos  pleitos  que  terminaron  en  róig,  cesando  doña  Francisca  Romero  en 
su  patronato.  fDe  ambos, — dice  el  señor  Marqués  de  Molins, — se  hace  cargo  el 
cronista  Fr.  Alejandro  (i):  «doña  Francisca,  sin  haber  profesado,  hacia  oficio 
»  de  prelada  y  daba  hábitos  y  profesiones  sin  esperar  al  consentimiento  de  la 

>  Comunidad,  y  vivía  en  domicilio  separado,  aunque  con  entrada  y  comunica- 

>  cion  al  convento,  y  en  su  casa  tenía  á  las  religiosas  el  tiempo  que  gustaba, 
»  aunque  en  ella  también  recibia  á  las  personas  seglares.  Las  religiosas  sentían 
»  mucho  estos  desórdenes  y  dieron  cuenta  al  Arzobispo  de  Toledo,  y  con  su  ór- 
»  den  se  tapió  la  puerta  al  convento  que  tenía  doña  Francisca.  Esta,  que  se  vio 

>  despojada  del  mando,  negó  lo  que  daba  á  las  monjas  para  su  sustento...» 

£n  1619  doña  Francisca,  perdidos  los  pleitos,  hizo  dejación  del  patronato; 
pero  las  monjas  quedaron  pobres,  viéndose  obligadas  á  hacer  labores  para  sus- 
tentarse. 

Por  fortuna  suya,  ingresó  en  el  convento,  hacia  aquella  época,  sor  Marcela 
del  Carpió,  la  hija  natural  de  Lope  de  Vega,  y  es  de  presumir  que  el  faustoso 
vate  debió  de  emplear  su  mucha  influencia  en  pro  de  las  angustiadas  monjas, 
puesto  que  hacia  los  años  de  1621  ya  no  vivían  con  tanta  estrechez. 

Andando  más  los  tiempos,  acaeció  la  muerte  de  don  Sancho  de  la  Cerda 
Marqués  de  la  Laguna,  en  14  de  Noviembre  de  1626;  y  su  viuda,  una  dama 
portuguesa,  llamada  doña  María  de  Villena  y  Meló,  poniendo  en  efecto  la  fun- 
dación de  un  patronato,  proyecto  ya  concebido  en  vida  de  su  esposo,  eligió  para 
ello  el  convento  de  monjas  Trinitarias;  y  así  lo  realizó,  otorgando  solemne  es- 
critura pública,  (documento  núm.  26).,  en  20  de  Diciembre  de  1630. 

Vivieron  ya  las  monjas  vida  holgada  desde  entonces,  gracias  á  las  rentas  que 
la  Marquesa  viuda  de  la  Laguna  les  dejó,  y  decidieron  fabricar  nueva  Iglesia  y 
ensanchar  el  convento,  mas,  sea  que  el  solar  de  que  disponían  en  la  calle  de 
Cantarranas  les  pareció  estrecho,  sea  que  necesitaban  una  morada  interina,  para 
hacer  las  nuevas  obras  con  holgiua,  se  trasladaron  las  religiosas  en  1639  á  una 
casa  de  la  plazuela  de  la  Cebada,  con  frente  á  la  calle  del  Humilladero;  pero, 
no  habiendo  hallado  ni  la  capacidad  ni  la  comodidad  que  buscaban,  solo  per- 
manecieron en  la  nueva  casa  un  año  y  cuatro  meses,  volviéndose  á  su  primitivo 
sitio  de  la  calle  de  Cantarranas. 

La  Crónica  de  los  PP.  Descalzos^  ya  citada,  si  bien  discrepando  en  algunos 
detalles  con  las  noticias  deMadoz  (Diccionario,  art.  Madrid)^  y  de  La  Barrera 
(Nuevas  investigaciones  sobre  la  vida  de  Cervantes),  relata  estos  hechos,  que 
desvanecen  aquella  errónea  tradición,  según  la  cual  el  convento  había  sido  fun- 
dado en  la  calle  del  Humilladero. 

Por  fin,  hacia  los  años  de  1669  se  hizo  el  proyecto  de  la  iglesia  nueva,  que 
es  la  misma  que  hoy  existe.  £1  19  de  Junio  de  1673,  ^^  comenzaron  á  derribar 
las  casas,  adquiridas  sucesivamente  por  las  monjas,  del  solar  en  que  se  había  de 


(i)     Crónico  dt  los  P.  P.  DiiíoImí,  Madrid,  1707. 


Biografías  y  notician  biográficas  139 

emplazar  la  nueva  fábrica.  Púsose  la  pñinera  piedra  el  24  de  Septiembre,  con 
asistencia  del  Duque  de  Medinaceli,  patrono  del  convento  como  sucesor  de  los 
Cerdas,  y  se  terminaron  las  obras  el  afio  de  1694  Finalmente,  el  8  de  Sep- 
tiembre del  afio  1697  se  trasladó  el  Santísimo  Sacramento,  desde  la  antigua 
á  la  nueva  iglesia,  y  se  solemnizaron  los  faustos  sucesos  con  un  novenario  de 
fiestas. 

He  aquí  un  rápido  bosquejo  del  convento  de  monjas  Trinitarias,  fundado 
y  establecido,  en  la  calle  de  Cantarranas,  en  donde  Cervantes  fué  enterrado. 


140 


Biografías  y  noticias  biográficas 


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Biografías  y  noticias  biográficas 


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NOTAS  Y  COMENTARIOS  AL  QUIJOTE 

204.— Vida  de  Cervantes  por  D.  Gregorio  Mayans.  —1737. — [10]. 

Después  de  atinados  y  oportunos  juicios  acerca  de  la  invención  y  mérito  li- 
terario del  Quijote,  presenta  el  Sr.  Mayans  ciertos  reparos  á  algunos  pasajes  que 
juzga  inverosímiles.  Hablaré  de  ellos  en  el  artículo  dedicado  á  D.  Vicente  de 
los  Kíos,  [209],  quien  los  rebate;  y  solamente  consignaré  aquí,  que  el  mismo 
Mayans,  pareciéndole  quizás  haber  andado  sobradamente  escrupuloso  en  sus  re- 
paros, quiere  excusarlos  diciendo:  cno  es  mucho  que  Cervantes  tropezase  algu- 
nas veces  con  la  inverosimilitud,  i  falsedad:  en  lo  qual  tiene  por  compañeros  á 
quantos  han  escrito  hasta  hoi  Obras  en  que  la  invención  haya  sido  dilatada; 
pues  en  todas  ellas  se  hallan  semejantes  descuidos». 

Mayor  rigor  despliega  el  biógrafo  cuando  tuda  al  Quijote  de  «Anacronismo 
continuado.»  Ocupa  varias  páginas  de  su  Vida  una  larga,  bien  que  erudita,  enu- 
meración de  obras,  personas  y  hechos,  coetáneos  de  Cervantes  y  citados  por 
éste  en  el  Ingenioso  hidalgo,  y  destinada  á  demostrarnos  que,  pareciendo  ser, 
pues,  el  héroe,  manchego  contemporáneo  de  Cervantes,  son  grandes  anacronis- 
mos: la  suposición  de  la  caja  de  plomo  con  unos  Pergaminos  escritos  con  letras 
góticas  (Parte  I,  cap.  últ.);  el  diálogo  con  Vivaldo  en  el  que  Don  Quijote  dice 
«y  casi  que  en  nuestros  dias  vimos  i  comunicamos  al  invencible  D.  Belianis  de 
Grecia;»  y  otras  ficciones  de  los  tiempos  antiguos. 

Como  Clemencín  prohijó  este  reparo  de  anacronismos,  dilucidaremos  este 
punto  al  tratar  de  su  comentario  [000]. 

205. — Diario  de  los  literatos  de  España^  en  que  se  reducen  d  co^npendio 
los  Efcritos  de  los  Autores  E/pañoles^  y  fe  hace  juicio  de  fus  Obras 
defde  el  año  de  DCCXXXVII....  En  Madrid:  1737. — i  7  42 

Siete  t.  en  8.°  (Autores:  D.  Francisco  Mannel  de  Huerta,  D.  Juan  Martínez  Salafranca 
y  D.  Leopoldo  Gerónimo  Puig.) 

En  el  t.  n,  p.  34  y  sig.  se  hace  la  critica  de  los  Orígenes  de  la  lengua  espa- 
ñola de  D.  Gregorio  Mayans,  censurando  la  opinión  de  éste,  quien  afirmaba 
que  la  lengua  aragonesa  no  es  perfectamente  la  que  hablan  los  buenos  caste- 
llanos. 

Contestó  Mayans,  ocultando  su  nombre,  con  el  siguiente  libro:  «  Conversa- 
ción sobre  el  Diario  de  los  literatos  de  Efpaña:  la  publicó  Don  Plácido  Yeranio. 
Impreffo  en  Madrid  por  fuan  de  Zúñiga  año  de  IJJJ'*,  en  8.0  de  132  págs.  Y 
Salafranca  en  el  t.  lU,  págs.  de  189  á  386  del  Diario  le  replicó,  tratando  de  re- 
chazar varias  de  las  injurias  de  la  Conversación,  y  sosteniendo,  contra  la  opi- 
nión de  Mayans,  que  el  dialecto  aragonés  es  tan  perfectamente  español,  como  el 
castellano.  Como  Mayans  alega  el  testimonio  de  Cervantes,  Salafranca  dice  que: 
<en  quanto  habla  de  Avellaneda  se  le  está  conociendo  la  calentura  de  su  enojo... 
disponga  el  Sr.  Mayans  curarle  esta  fiebre  á  Cervantes,  y  entonces  bolveré  á 
ver  lo  que  dice  del  lenguage  Aragonés». 


IjO  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

En  cambio,  habiendo  Mayans  opinado  que,  según  su  doctrina  de  los  artícu- 
los, sobra  éste  en  el  siguiente  pasaje  del  P.  Mañero:  tlmpossible  assunto  beberXt: 
d  Tertuliano  el  espíritu.*  Salafranca  le  hace  ver  que,  si  bien  quitando  la  partí- 
cula le,  queda  el  sentido  igual,  es  estilo  de  los  buenos  escritores  esta  reduplica- 
ción, y  le  cita  varios  pasajes  de  Cervantes,  entre  los  cuales  pondré  el  siguiente 
con  las  mismas  palabras  con  que  lo  comenta  Salafranca:  tBien  le  pareció  el  so- 
neto d  Camila  ..  Apliquémosle  la  reglita:  a-Quite  V.  m.  el  artículo,  lea  lo  mismo  y 
vera  como  sobra  f.  Bien  pareció  el  Soneto  d  Camila,  etc.  La  regla  es  un  milagro.* 

Pone  Salafranca  otros  ejemplos  de  Quevedo  y  Cplderón,  en  que  hay  este 
elegante  pleonasmo  de  pronombres  (Salafranca  los  llama  artículos,  refiriéndose 
á  lo  que  dice  Mayans),  y  concluye  diciendo:  «Desengañémonos,  que  ningún 
autor,  ni  castellano,  ni  aragonés  sabe  el  dialecto  castellano,  sino  el  Sr.  Mayans.» 

206. — Discurso  sobre  las  tragedias  españolas...  por  D.  Agustín  de  Mon- 
tiano  y  Layando.  Madrid,  1750. 

En  8  o 

Consigna  la  mención  que  Cervantes  hace  en  La  Calatea  de  Rey  de  Artieda, 
y  en  el  Quijote  de  las  tragedias  Isabela,  Filis  y  Alejandra,  para  justificar  que 
entonces  se  trabajaban  tragedias  y  que  eran  niás  de  las  de  que  se  tiene  me- 
moria. 

207. — Don  Quixoie,  Madrid,  ij8o. 

Cuatro  ts.  en  4.°  edición  corregida  por  la  Real  Academia  Española. 

Para  la  parte  primera  lleva  las  variantes  de  las  siguientes  ediciones:  Madrid, 
Cuesta,  i6o¿  (2.a  impresión),  y  Madrid,  Cuesta,  1608.  Para  la  parte  segunda  se 
compararon  las  variantes  de  la  edición  de  Madrid,  1613,  con  la  de  la  edición  de 
Valencid,  1616  y  alguna  con  la  de  Londres,  1738. 

La  Academia  hizo  algunas  correcciones;  las  más  importantes  son  en  la  parte 
primera:  Suprimir  la  división  en  4  partes  que  hizo  primordialmente  Cervantes, 
quien  la  abandonó  después,  intitulando  Segunda  parte,  al  tomo  segundo  de  su 
obra.  Poner  nuevo  epígrafe  al  cap.  X  para  que  estuviera  en  consonancia  con  el 
contexto;  cambiar  mutuamente  de  sitio  los  epígrafes  de  los  caps.  XXIX  y  XXX 
que  estaban  trocados;  pasar  del  epígrafe  del  cap.  XXXVI  al  del  XXXV,  la  parte 
referente  á  I.1  batalla  de  Don  Quixote  con  los  cueros  de  vino,  que  en  las  edicio- 
nes antiguas  estaba  fuera  de  su  lugar. 

Todas  las  ediciones  posteriores  han  adoptado  esas  acertadas  enmiendas. 

208. — Jovellanos  (D.  Gaspar  Melchor  de). —  juicio  sobre  la  disertación 
epistolar  de  J.  Baretti,  acerca  de  la  edición  del  Quixote  de  la  Real 
Academia. — M.  S.  original  en  el  Archivo  Jovellanos,  de  Gijón. 

(A?ensio,  Nota  lit ..  libros...  referentis  ..  á  Cervantes,  1885.) 

209.  —Análisis  del  Quixote,  y  Plan  cronológico. — Por  D.  Vicente  de 
los  Ríos. — Madrid,  1780. 

(Al  frente  de  la  primera  edición  del  Quijote,  corregida  por  la  Real  Academia  Española.) 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  iji 

El  artículo  VIII  de  esta  Andíisis,  se  titula:  Satisfacción  d  varias  objeciones 
contra  el  Quijote. 

Empieza  tratando  de  infundado  el  cargo  de  que  el  Quijote  «haya  sido  causa 
de  haberse  disminuido  entre  los  Españoles  el  espíritu  nacional  de  honradez  y 
valor,  €pues — añade  Ríos  con  razón — según  lo  que  largamente  hemos  demostra- 
do, tratando  de  la  moral,  nadie  puede  producir  tal  cargo,  sino  quien  no  conozca 
el  Quixote». 

Del  cargo  de  anacronismos,  levantado  por  Mayans,  rebatido  aquí  por  Ríos, 
y  reproducido  más  tarde  por  Clemencín,  trataremos  al  hablar  de  este  último 
comentador. 

Se  rebate  también  el  otro  reparo  de  Mayans,  á  quien  le  parecía  «inverosímil 
que  en  un  Lugar  de  mil  vecinos  pudiesen  sufrir  ocho  ó  diez  días  un  Gobernador 
de  burlas».  El  Sr.  de  los  Ríos  alega  que  «aquellos  vasallos  sabían  muy  bien,  que 
era  una  burla  inocente  del  Duque».  Contestando  luego  á  los  que  se  extrañan  de 
la  discreción  y  tino  del  rústico  Sancho  en  su  Gobierno,  dice  con  razón  el  se- 
ñor de  los  Ríos  que  «el  fin  de  Cervantes  es  hacer  conocer,  que  mas  aciertan  en 
el  gobierno  los  hombres  de  mediano  talento  y  de  recta  intención,  que  los  muy 
ingeniosos,  si  están  dominados  de  pasiones;  como  lo  habla  indicado  ya  en  boca 
del  Canónigo  de  Toledo». 

Contesta  igualmente  á  las  otras  dos  inverosimilitudes  que  Mayans  halla  en 
«la  caida  de  Sancho  en  la  sima»  y  en  el  soliloquio  de  Camila  quando  espera  á 
Lotario»;  y  refuta  el  error  de  D.  Isidro  Perales  cuando  dice  en  el  prólogo  del 
Quijote  de  Avellaneda  que  «según  Cervantes  se  pueden  enmendar  todos  los  li- 
bros de  caballerías». 

En  el  articulo  IX,  titulado  Descuidos  que  tuvo  Cervantes  en  esta  fábula,  es- 
tima el  Sr.  de  los  Ríos  que  es  un  defecto  el  haber  introducido  la  novela  de  El 
Curioso  Impertinente  por  ser  inoportuna,  y  la  del  Cautivo  por  demasiado  larga, 
cita  algunos  pasajes  de  las  dos  partes  del  Quijote^  que  juzga  algo  inverosímiles, 
lo  cual  atribuye  á  que  «Cervantes  componía  sus  obras  de  primera  mano,  sin  de- 
tenerse después  á  limarlas  y  pulirlas»,  y  hace  una  reseña  de  algunos  de  los  des- 
cuidos de  la  narración,  como  el  ir  Sancho  caballero  en  su  rucio  después  de  ha- 
bérsele hurtado,  la  doble  ida  del  Bachiller  en  la  aventura  del  cuerpo  muerto,  et- 
cétera, etc.;  pero  termina  «confesando  ingenuamente,  que  no  son  capaces  tan 
pequeñas  manchas  de  afear  la  brillante  hermosura  del  Quijote». 

Va  al  ñn  del  Análisis  un  Plan  Cronológico  del  Quixote,  en  el  cual  D.  Vicente 
de  los  Ríos  se  afana  en  apuntar  día. por  día  las  salidas  de  Don  Quijote,  y  todos 
los  sucesos  de  la  novela.  De  labor  estéril  podemos  calificar  tal  tarea,  pues  ya 
Cervantes  nos  dice  en  el  prólogo  de  la  P.  I.  de  su  obra  inmortal  que  «no  caen 
debajo  de  la  cuenta  de  sus  fabulosos  disparates...  las  medidas  geométricas,  etc.», 
como  queriendo  significar  las  medidas  del  tiempo.  Por  esto  el  ilustre  crítico  ha- 
lla en  el  Quijote  «como  sucedidas  en  el  verano  las  aventuras  que  correspondía 
sucediesen  en  el  otoño,  etc.» 

210' — Anotaciones  ||  á  la  ||  historia  ||  de  1|  Don  Quixote  de  la  Mancha.  || 

Por  el  Reverendo  ||  D.  Juan  Bowle.  A.  M.   S.  S.   A.   L.  ||  ||  En 

Salisbury:  ||  En  la  Imprenta  de  Edvardo  Easton.  MDCCLXXXl. 

En  4.° 

La  descripción  bibliográfica  de  este  tomo  y  del  de  índices  la  he  dado  ya 
[I,  54],  así  como  una  idea  del  objeto  é  importancia  de  este  trabajo,  en  el  cual 
dice  el  Dr.  Bowle  que  empleó  casi  catorce  años.  Pasma,  en  efecto,  el  número  de 


153  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

obras  que  necesitó  leer  y  repasar  para  formar  sus  numerosísimas  y  minuciosas 
anotaciones;  y  no  es  menos  curiosa,  (quizás  es  la  más  interesante),  la  tarea  de 
los  Índices,  que  están  ordenados  con  acierto  y  claridad. 

En  el  erudito  prefacio  que  el  reverendo  Bowle  puso  á  estos  tomos,  hace  la 
historia  del  curso  de  su  proyecto  y  de  su  realización;  y  apunta  varias  noticias 
interesantes. 

Con  razón  dice  Benjumea  en  el  Progreso  de  la  critica  del  Quijote,  (Rev.  de 
Esp.  Octubre  de  187S),  que  «en  la  historia  de  su  progreso  los  españoles  deben 
dar  á  Bowle  un  lugar  preeminente». 

Bowle,  él  mismo  lo  confiesa,  no  conocía  la  lengua  española  más  que  por  los 
libros;  así  es  que,  algunas  veces  vacilaba  en  la  exacta  colocación  de  acentos.  El 
filólogo  y  poeta  italiano  José  Baretti,  avecindado  ya  entonces  en  Londres,  anotó 
al  margen  de  un  ejemplar  de  la  edición  de  Bowle,  las  palabras  mal  acentuadas, 
lo  cual  al  año  y  medio  produjo  por  parte  del  último  una  Letter  to  a  Divtnity — 
Doctor,  atacando  á  Baretti,  y  reprodujo  más  tarde  sus  ataques  en  un  folleto  que 
más  adelante  describiré. 

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211. — Reflexiones  sobre  el  gusto  en  las  ciencias  y  en  las  artes.  Traduc- 
ción de  las  que  escribió  en  italiano  Luis  Antonio  Muratori,  con  un 
discurso  sobre  el  gusto  actual  de  los  españoles  en  literatura.   Por 
D.  Juan  Sempere.  Madrid,  1782. 

En  8° 

En  la  pág.  219  del  Discurso  se  lee: 

«Muchas  veces  es  más  eficaz  la  sátira  para  la  reforma  de  ciertos  abusos,  que 
las  declaraciones  serias  de  los  sabios,  y  de  los  filósofos.  Por  este  medio  destruyó 
Cervantes  el  ridículo  heroísmo  de  los  Caballeros,  y  la  perniciosa  lectura  de  las 
Novelas,  que  habla  en  su  tiempo. 

212.  —El Censor ^  i."  de  Septiembre  de  1785,  Madrid^ 

En  8  °,  de  19  pág. 

En  el  discurso  68  de  esta  obra  periódica,  declarándose  el  Don  Quijote  de  la 
verdad,  dice:  «entre  tantos  locos  como  hierven  por  todas  partes  y  que  por  nada 
menos  son  tenidos  que  por  tales,  apenas  se  encontrará  uno  cuya  locura  no  sea, 
ó  infinitamente  más  ridicula,  ó  sumamente  más  perjudicial  á  los  otros  hombres, 
que  lo  podía  ser  la  locura  de  Don  Quijote.*  (C.  A.  de  la  Barrera,  Cron.  d.  i. 
Cerv.  t.  I,  pág.  47). 

213. — Carta  escrita  por  Don  Quixote  de  la  Mancha  á  un  pariente  suyo, 
en  que  le  hace  saber  varias  cosas  necesarias  para  la  perfecta  inteli- 
gencia de  su  historia:  Dala  al  público  un  paisano  y  apasionado  de 
ambos. — En  Madrid: — En  la  Imprenta  de  Blas  Román.  —  Año 
de  M.DCCXC. 

En  8.°,  p.  de  55  pá?. 

Supone  el  anónimo  autor  que  Don  Quijote  vivía  el  año  de  1784  encantado 
por  Merlln  en  la  cueva  de  Montesinos,  adonde  llegó,  también  encantado,  un  tal 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  153 

D.  Fulgencio  quien  le  puso  en  las  manos  la  edición  del  Quijote  publicada  por 
la  Academia  Española  en  1782;  y  que  examinado  por  Don  Quijote  el  mapa  que 
comprende  los  parajes  por  donde  anduvo  el  caballero  manchego,  halló  tales  ye- 
rros en  su  itinerario  que  no  pudo  menos  de  notarle  los  siguientes,  como  más 
substanciales. 

I. o  El  sitio  de  la  Venta  donde  Don  Quijote  fué  armado  caballero,  debe  fi- 
jarse en  la  Venta  de  Quesada  donde  concurren  las  circunstancias  de  estar  en  el 
camino  Real  de  Madrid  á  Sevilla  y  demás  con  que  la  distingue  Cervantes. 

2.°  La  aventura  del  muchacho  Andrés  acaeció  muy  cerca  de  la  antes  indi- 
cada venta,  y  no  en  el  sitio  lejano  que  la  coloca  la  Academia. 

3.°  La  aventura  de  los  Mercaderes  ocurrió  en  el  camino  Real  de  Toledo  á 
Murcia  que  va  por  Villacañas,  6  ó  7  leguas  lo  menos  á  la  izquierda  de  Argaraa- 
silla  y  la  Membrilla. 

4  °  Las  chozas  de  los  cabreros  donde  hizo  noche  Don  Quijote  y  el  sitio  del 
entierro  del  pastor  Grisóstomo  deben  estar,  no  entre  las  ventas  de  Puerto  Lapice 
y  Malagón,  sino  más  allá  de  este  pueblo. 

y  5.°  Igualmente  mucho  más  lejos  ha  de  fijarse  la  venta  que  á  Don  Quijote 
le  pareció  castillo,  y  situarla,  como  quiere  Cervantes,  en  el  camino  carretero  de 
la  Corte  á  Sevilla. 

Estos  y  otros  errores  del  Mapa  escribió  Don  Quijote  y  enderezólos  á  un  pa- 
riente suyo,  protestando  de  que  no  es  su  ánimo  censurar  la  sabiduría  de  la  Aca- 
demia. 

214. — Fundamento  del  vigor  y  elegancia....  por  D.  Gregorio  Garcés. — 
Madrid,  1791. 

En  el  prólogo  del  t.  II,  al  hablar  de  Cervantes,  como  una  de  las  mejores  au- 
toridades del  buen  decir  en  la  lengua  castellana,  rebate  la  ridicula  especie  pro- 
palada por  Rapín  y  Moreri  [130],  cuando  dijeron  que  en  los  versos  de  pie  que- 
brado de  Urganda,  Cervantes  ridiculizaba  al  duque  de  Lerma.  En  efecto,  el  se- 
fior  Garcés  copia  los  aludidos  versos,  en  los  cuales  ninguna  alusión  al  favorito 
de  Felipe  III  se  descubre. 

215. — Don  Quixote...  nueva   edición  corregida,  por  D.  Juan  Antonio 
Pellicer. — Madrid,  Sancha,  1797-98. 
Cinco  t. 

Al  describir  esta  notable  edición  [1,  59],  di  ya  idea  general  del  objeto  y  de 
la  utilidad  de  las  eruditas  notas  y  curiosas  noticias  histórico-críticas  de  Pellicer. 
Tarea  larga  serla  enumerar  las  más  importantes,  pues  casi  todas  lo  son;  ade- 
más de  ser  altamente  instructivas  para  el  conocimiento  de  las  costumbres  caba- 
llerescas y  de  los  usos  del  tiempo  de  Cervantes,  y  ütiles  para  la  inteligencia  del 
texto,  habiendo  también  hecho  el  Sr.  Pellicer  algunas  correcciones  felices.  Per- 
mítaseme que  apunte  4  de  sus  notas. 

«Urganda  la  desconocida.  De  estos  versos  cortados  en  los  finales  es  el  inventor 
Cervantes,  que  imitó  después  el  autor  de  la  Pícara  Justina. » 

«No  quiero  acordarme.  Presúmese  que  este  tugar,  patria  de  Den  Quixote,  es 
Argamasilla  de  Alba.t 

«Duelos  y  quebrantos.  Dice  es  la  olla  hecha  con  los  huesos  quebrantados  y 
extremos  de  las  reses  que  entre  semana  se  morían,  ó  que  de  cualquier  otro  modo  se 
desgra  ciaban. f 

Tomo  11  "O 


154  Notas  y  comentarios  al  Quijote 


fEl  caballo  de  Gonella.»  Da  curiosas  noticias  de  este  caballo  y  de  su  amo 
el  bufón  del  duque  Borso  de  Ferrara. 

Pág.  36  del  t.  I.  iBen  Engeli,  quiere  decir  hijo  del  ciervo  ó  cerval,  ó  cervan- 
iefw:  todo  con  alusión  al  apellido  de  Cervantes.  Este  descubrimiento  se  debe  á 
D.  Josef  Conde,  individuo  de  la  Real  Biblioteca,  y  sugeto  de  conocida  pericia 
en  las  lenguas  orientales.» 

Censuró  esta  Nota  un  tal  D.  J.  F.  P.  C.  en  una  Catta  crítica  firmada:  El  Pa- 
tricio; y  contestaron  Pellicer  y  Conde  con  la  siguiente:  «Carta  en  castellano  con 
postdata  políglota:  en  la  qual  Don  Juan  Antonio  Pellicer  y  Don  Josef  Antonio 
Conde,  individuos  de  la  Real  Biblioteca  de  S.  M..  responden  á  la  Carta  crítica 
que  un  Anónimo  dirigió  al  Autor  de  las  Notas  del  Don  Quijote,  desaprobando 
algunas  de  ellas.  —  En  Madrid.  En  la  imprenta  de  Sancha.  Año  de  MDCCC. 
8.°  m.  de  27  pág.» 

Y  D.  Fermín  Caballero  (Pericia  geográfica  de  Cervantes  1835,  pág.  44),  for- 
muló su  opinión,  distinta  de  la  de  Conde,  en  estos  términos:  t  Nosotros  hemos 
creido  siempre  que  el  seudónimo  Cide  Hamete  Benengeli  es  un  verdadero  anagra- 
ma de  Miguel  de  Cervantes,  sin  mas  alteraciones  que  las  precisas  para  arabizar 
las  palabras.  ¿Puede  atribuirse  á  casualidad  que  de  las  diez  y  nueve  letras  del  seu- 
dónimo las  catorce  digan  Migel  de  Cebantes,  faltando  aquí  tres  solas,  en  vez  de 
las  cinco  que  allí  sobran,  por  la  ortografía  y  construcción  imitando  al  arábigo?» 

cLa  ínsula  Baratarla.»  Apunta  una  curiosa  conjetura,  repetida  por  otros  co- 
mentaristas. En  ella  (P.  2.a,  1. 1,  pág.  351)  cree  Pellicer  que  el  palacio  de  los 
Duques  que  se  holgaron  con  Don  Quijote  es  el  de  Buenavía,  cerca  de  la  villa  de 
Pedrola,  propiedad  de  los  de  Villahermosa,  y  que  La  Ínsula  Barataría  estaba 
en  la  cercana  villa  ó  lugar  de  Alcalá  de  Ebro. 

Repitieron  y  prohijaron  esta  conjetura  el  autor  de  un  articulo  La  Ínsula  Ba- 
rataría, en  el  Artista,  semanario  de  Madrid,  año  1834,  D.  Fermín  Caballero, 
(Pericia  geográfica  de  Cervantes}.,  y  D.  Cayetano  Roseü  (Cuna  de  Cervan- 
tes, 1877.) 

216. — Notas  al  Ingenioso  Hidalgo  Don  Quixote  de  la  Mancha,  por 
D.  Luis  Ideler. 

Ocupa  ios  ts.  V  y  VI  de  la  edición  espafiola  del  Quijote,  impresa  en  Berlín,  el  año 
de  1804. 

Al  describir  esta  edición  [I,  63]  he  dado  minuciosa  cuenta  de  estas  excelen- 
tes y  copiosas  notas,  y  cúmpleme  solamente  llamar  la  atención  acerca  de  su 
importancia,  y  recomendarlas  como  una  de  las  mejores  recopilaciones  de  anota- 
ciones al  Quijote  que  se  hablan  impreso  hasta  entonces  en  el  extranjero;  puesto 
que  facilita  el  estudio  de  las  principales  notas  de  Bowle,  cuya  edición  era  ya  en- 
tonces y  es  hoy  rarísima. 

217. — Apología  de  Miguel  de  Cervantes  sobre  los  yerros  que  se  le  han 
notado  en  el  Quixote.  Dedicada  por  D.  Antonio  Eximeno  al  Exce- 
lentísimo Sr.  Príncipe  de  la  Paz.-  Madrid,  imprenta  del  Real  Arbi- 
trio, 1806. 

En  8.°  de  139  pág.  y  6  h.  de  prel. 

El  autor  dice  en  el  prólogo  que  «esta  Apología  se  dirige  principalmente  á 
satisfacer  á  los  reparos  que  le  ha  puesto  al  Quixote  el  Sr.  D.  Vicente  de  los 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  1 55 

Ríos,  quien  creyó  ver  en  él  tantos  descuidos,  tantas  inconsecuencias  y  contra- 
dicciones, tantos  yerros  de  cronología  y  geografía,  que  juntos  en  el  último  arti- 
culo de  su  Análisis  forman  una  especie  de  niebla,  la  qual  á  los  ojos  menos  lin- 
ces nos  les  dexa  ver  sino  entre  celajes  la  hermosura  de  esta  fábula». 

Tambiéo  zahiere  Exiraeno  á  Mayans  por  los  defectos  de  anacronismo  con- 
tinuado con  que  tilda  al  Quijote. 

218 — Observaciones  sobre  algunos  puntos  de  la  obra  de  Don  Quixote, 
por  T.  E. — Londres,  Año  de  1807. 

En  4°  de  72  pág. 

Se  habían  publicado  en  forma  de  cartas,  entre  los  afios  de  1793  y  1799.  Su 
autor  fué  D.  Valentín  de  Foronda,  y  dice  Navarrete  que  en  ellas  demuestra  su 
poco  conocimiento  de  la  lengua  castellana. 

Cleraencln,  (D.  2,  1. 1,  pág.  305  y  II,  págs.  220,  416  y  430);  yTicknor  (Hist. 
of  span.  lit.  Bostón,  1864,  III,  pág.  437),  hablan  de  este  folleto,  escrito  con  el 
objeto  de  censurar  una  porción  de  pasajes  y  frases  del  Quijote.  Ticknor  dice 
que  fué  impreso  en  Filadelfia.  Clemencín  dijo  que  estas  Observaciones  «más 
bien  pudieran  titularse  Observaciones  contra  el  Quijotes,  y  rebate  los  reparos  de 
Foronda,  demostrándole  que  en  ellos  «procedió  con  poco  fundamento». 

219. — La  Inquisición  sin   máscara;  por  Natanael  Jomtob. — Cádiz,  im- 
prenta de  D.  J.  Niel:  i8ii. 
En  4° 

«La  escribió  D.  Antonio  Puigblanch,  y  á  la  pág,  215  hay  una  larga  nota  en 
que  el  autor  habla  de  las  alusiones  contenidas  en  la  aventura  de  la  resurrección 
de  Altisidora.» 

Asensio,  (Catálogo  de  obras  referentes  d  Cervantes,  1872.) 

220. —  Don  Quijote...  Cuarta  edición  corregida  por  la  Real  Academia 
Española.; — Madrid,  1819. 
Cinco  ts.  en  S.° 

Al  describir  esta  edición  [I,  73],  he  dado  cuenta  del  plan  seguido  por  la  Aca- 
demia en  su  anotación  y  corrección,  en  la  cual  anduvo  demasiado  parca,  puesto 
que,  se  respetaron  muchos  errores  de  las  primeras  ediciones.  Además  de  las  va- 
riantes, ya  adoptadas  en  el  texto,  ilustran  la  obra  varias  notas  históricas  y  geo- 
gráficas, especialmente  en  lo  que  se  refiere  á  la  Novela  del  Cautivo,  así  como 
otras  noticias  literarias  que  explican  alusiones  y  citas  de  la  obra,  ó  voces  poco 
usadas.  Por  esto,  en  cuanto  á  mérito  literario,  ésta  edición  supera  á  las  tres  an- 
teriores de  la  Academia  Española. 

221 . — Adiciones  á  las  notas  de  Pellicer. 

El  Sr.  Navarrete  en  la  pág.  227,  de  su  Vida  de  Cervantes  (1819),  dice:  «las 
ilustraciones  de  Pellicer  dieron  ocasión  al  Sr.  D.  Vicente  Novella,  dignidad  de 
chantre  de  la  Sta.  Iglesia  metropolitana  de  Zaragoza,  para  corregir  algunas  de 
aquellas  notas,  para  reflexionar  sobre  las  opiniones  de  su  autor,  y  para  adicio- 


j6  Notas  y  comentarios  al  Quijote 


nar  sus  comentarios.  Con  este  objeto  llegó  á  formar  en  1802,  3  ts.  en  4.°  ra.  s.  de 
curiosas  observaciones,  las  cuales  fué  corrigiendo  y  acrecentando,  hasta  que  du- 
rante el  I."  sitio  de  aquella  ciudad  en  1808,  creyendo  ponerlas  en  lugar  seguro, 
las  depositó  en  el  hospital  general  de  N."  S/^  de  Gracia,  en  cuyas  ruinas  han 
quedado  sepultadas.  Por  casualidad  un  familiar  suyo,  que  copiaba  estas  notas 
conforme  se  iban  trabajando,  conservó  en  su  poder  algunas  sobre  el  discurso 
preliminar  y  vida  de  Cervantes,  y  por  su  muerte,  en  la  epidemia  de  1809,  vinie- 
ron á  parar  á  manos  del  mismo  autor,  cuya  modestia  y  juicio  campean  más  en 
su  trabajo  que  otras  calidades  que  pudieron  hacerlo  ameno  y  agradable». 

222. — Viaje  literario  á  las  Iglesias  de  España,  por  el  P.  Joaquín  Loren- 
zo Villanueva.— Madrid,  1803. — 21. 

El  t.  Vn,  (Valencia,  1821),  contiene  el  cap.  tit.o;  Viaje  d  la  iglesia  de  Vigue, 
año  1806,  y  al  fol.  129  empieza  la  carta  Lili,  con  este  epígrafe:  Documentos  que 
pudieran  servir  para  ilustrar  la  historia  de  Don  Quijote. 

Se  detalla  en  este  capítulo  el  proceso  original  del  concilio  que  en  1 5  de 
Eaero  de  1613,  convocó  en  Tarragona  su  arzobispo  D.  Juan  de  Moneada,  «con- 
movido el  concilio  con  la  noticia  de  los  daños  que  en  los  bienes  y  personas  de 
los  monasterios  causaban  los  facinerosos  que  infestaban  el  país,  acordó  enviar 
sus  embajadores  al  marqués  de  Almazan,  virrey  de  Cataluña,  suplicándole  que 
pusiese  fin  á  tamañas  desgracias». 

El  virrey  manifestó  su  impotencia  para  quitar  los  bandoleros,  y  dice:  «Y  esta 
persecución  con  esta  gente  da  muy  grande  cuidado  y  trabajo;  porque  son  indó- 
mitos estos  soldados,  y  luego  hacen  lo  que  Trucafort,  que  persiguió  á  Roca  Gui- 
narda,  y  el  ha  sido  peor  ladrón...  Y  en  este  Principado  no  hay  otro  remedio  sino 
el  del  someten;» 

Sigue  el  virrey  probando  que  das  inmunidades  estorvan  mucho  al  buen  go- 
vierno  y  la  execution  de  la  justicia,»  y  contintía: 

«Senyores,  hasta  aqui  he  andado  con  dolsura,  apacibilidad  y  amor;  pero  pues 
no  ha  aprovechado,  he  de  llevarlo  con  crueldad  y  rigor,  poniendo  en  la  cárcel 
quantos  ca valleros  lo  merecieren,  y  sequestrando  las  jurisdicciones  y  vasallos 
donde  recogerán  ladrones,  como  lo  he  en  el  Bayliu  de  Mallorca  y  Duque  de 
Alba.» 

«por  este  documento  —  dice  Villanueva  —  se  ve  que  el  inmortal  Cervantes 
no  trató  de  fingir  todo  lo  que  acontecía  al  héroe  ideal  de  su  fábula,  sino  que  se 
aprovechó  diestramente  de  algunas  cosas  que  pasaron  en  su  tiempo,  con  el  fin 
de  acriminarlas  ó  ponerlas  en  ridículo.» 

Lo  transcrito  y  muchos  otros  documentos  atestiguan  la  admirable  fidelidad 
con  que  Cervantes  describe  el  estado  social  de  Cataluña  en  aquella  época,  cuan- 
do, en  el  cap.  de  la  Parte  II,  Don  Quijote  y  Sancho  caen  en  poder  del  bando- 
lero Roque  Guinart. 

(Quien  desee  más  detalles  acerca  de  este  punto,  leerá  con  fructuoso  resultado 
el  trabajo  de  D.  Francesch  Carreras  y  Candí  Z<>  Cervantisme  d  Barcelona  (i). ) 
Sigue  Villanueva: 

«en  la  iglesia  de  Santa  María  de  Mur,  antiguo  monasterio  de  agustinianos 
en  la  conca  de  Tremp,  hallé  una  escra.  hecha  en  ii()8,  y  es  la  donación  que  el 
conde  de  Pallas  Amaldo  Mir,  hizo  á  Juan  de  Mur  de  unas  tierras  in  ínsula  quae 
est  in  Paratavia.  |Sí  tendría  Cervantes  noticia  de  esto  para  llamar  baratarla  á 
la  ínsula  de  Sancho!» 


(1)     Describo  más  adelante  este  interesante  folleto. 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  157 

Sin  necesidad  de  tener  el  original  de  esa  escra.  se  ve  que  el  P.  Villanueva 
leyó  como  una  sola  palabra  lo  que  deben  de  ser  dos,  esto  es:  parata  via  (camino 
público);  con  lo  cual  se  desvanece  su  aventurada  conjetura. 

Posteriormente  acabo  de  leer  esa  rectificación  en  el  ya  citado  libro:  Lo  Cer- 
vantisme  d  Barcelona. 

223. — Don  Quijote...    corregido  y  anotado,  por  D.  Agustín  García  de 
Arriata. — París,  1826. 
Seis  ts.  en  4° 

Los  pasajes  del  prólogo  del  corrector,  que  he  transcrito  al  hacer  la  descrip- 
ción de  esta  edición  [I,  77],  indican  el  camino  seguido  en  las  notas  y  correccio- 
nes, á  la  par  que  revelan  la  importancia  de  unas  y  otras.  Con  ellas  el  Sr.  Arrieta 
mejoró  notablemente  el  texto  del  Quijote. 

224. — Nuevas  anotaciones  al  ingenioso  hidalgo  Don  Quijote  de  la  Man- 
cha de  Miguel  de  Cervantes  Saavedra,  por  D.  V.  Joaquín  Bastús  y 
Carrera. — Barcelona,  imprenta  de  la  viuda  é  hijos  de  Gorchs.  Con 
Licencia,  1834. 

En  S.°  de  112—93—1 13—100  pág. 

Impreso  este  libro  para  formar  parte  de  la  edición  del  Quijote,  de  Gorchs, 
afio  1832  [I,  90],  ó  de  otra  cualquiera  edición  en  8.°,  dividida  en  4  tomos,  las 
notas  correspondientes  á  cada  tomo  llevan  paginación  aparte. 

Las  materias  de  que  se  componen  estas  notas  son  las  que  se  expresan  en  el 
prefacio  del  Sr.  Bastús,  quien  dice:  «En  las  anotaciones  que  publicamos  á  mas 
de  cuanto  interesante  escribieron  Bowle,  Pellicer,  Mayans,  Rios,  Navarrete  y  al- 
gunos otros  anotadores  de  esta  obra,  damos  un  sucinto  análisis  de  muchos  de 
los  libros  de  caballerías  citados  por  Cervantes,  y  de  las  ediciones  que  de  ellos  se 
hicieron  en  España  y  fuera  de  ella.  Nos  detenemos  en  explicar  las  ceremonias 
con  las  cuales  se  conferia  la  orden  de  caballería,  las  obligaciones,  usos  y  costum- 
bres de  los  paladines;  los  varios  grados  por  los  que  solían  pasar  antes  de  ser  ar- 
mados caballeros,  etc.  Describimos  igualmente  el  imponente  aparato  de  las  ba- 
tallas á  todo  trance,  torneos,  justas,  carroseles,  y  demás  pasatiempos  de  los  ca- 
balleros. Damos  noticia  del  extraño  código  de  jurisprudencia  que  se  redactó  en 
aquellos  tiempos,  y  estuvo  en  vigor  para  régimen  de  las  Cortes  de  Amor^  y  cita- 
mos algunos  autos,  sentencias  y  arrestos  proferidos  por  aquéllas,  con  arreglo  al 
mismo.  Describimos  la  mayor  parte  de  las  piezas  de  la  armadura  antigua  y  el 
uso  que  tenían.  Insinuamos  el  origen  de  donde  tomó  Cervantes  la  idea  para  arre- 
1  •  glar  muchas  de  las  aventuras  de  su  Don  Quijote;  y  últimamente  exornamos  con 
notas  históricas  y  eruditas  observaciones,  todos  aquellos  pasajes  ó  modismos, 
que  á  nuestro  modo  de  ver  lo  exigían.  En  este  Improbo  y  poco  lucido  trabajo 
hemos  tenido  presente  las  reglas  de  una  crítica  juiciosa  é  imparcial,  y  procurado 
no  fatigar  al  lector  con  largas  disertaciones.  Novedad,  claridad  y  precisión,  hé 
aquí  lo  que  nos  propusimos.  » 

Los  objetos  que  se  propuso  llenar  el  Sr.  Bastús  lo  están  cumplidamente  en 
estas  eruditas  y  curiosas  anotaciones  dignas  de  ser  más  conocidas  de  lo  que 
lo  son. 

225 — Diccionario  de  etimologías,  por  D.  Ramón  Cabrera. — Año  de  1837. 


Ijg  Notas  y  comentarios  al  Quijote 


En  esta  obra  postuma,  se  hizo  mención  de  unas  notas  que  el  Sr.  Cabrera  había 
hecho  al  Quijote,  y  que  desaparecieron  á  su  muerte.  Adquiriólas  hacia  1868  la 
Real  Academia  Española,  en  donde  las  vio  el  Sr.  Hartzenbusch  quien,  obser- 
vando que  el  trabajo  era  incompleto  y  que  acerca  de  los  pasajes  más  difíciles 
del  QuijoU  nada  había  de  provecho,  supo  más  tarde,  en  1874,  que  en  poder  de 
una  sobrina  del  Sr.  Cabrera  existían  unos  apuntes  de  éste  sobre  el  Quijote,  y  se 
apresuró  á  adquirirlos  para  la  Biblioteca  Nacional,  pero  su  desencanto  fué  com- 
pleto, puesto  que  lo  adquirido  eran  sólo  desechos  sin  importancia  alguna. 

He  tenido  ocasión,  el  año  de  1876,  de  hojear  estas  notas  en  el  departamento 
de  manuscritos  de  la  Biblioteca  Nacional  y  hallo,  en  efecto,  que  nada  nuevo 
ofrecen  digno  de  mención,  y  que  no  es  lo  que  habríamos  podido  esperar  de 
aquel  entendido  etimologista. 

Consta  el  trabajo  de  cinco  legajitos  que  llevan  estos  respectivos  epígrafes: 

fNotas  críticas  al  Quijote»;  «Apuntaciones  varias  sobre  el  Quijote»;  «Equí- 
vocos y  juegos  de  palabras  en  el  Quijote»;  flncorrecciones  de  lenguaje  en  el 
Quijote.» 

Hay  muchas  notas  borradas  6  tachadas.  Unas  lo  son  con  la  inisma  tinta; 
otras  con  tinta  más  moderna,  probando  que  el  trabajo  se  hizo  en  dos  épocas,  y 
así  lo  confirma  esta  advertencia  de  pufio  del  Sr.  Cabrera.  «El  lenguaje  de  Cer- 
vantes es  incorrecto  y  á  cada  paso  se  encuentran  locuciones  viciosas.  Yo  no  pen- 
saba añadir  nuevas  pruebas  á  las  que  tengo  dadas  sobre  el  particular;  pero  ha- 
biendo vuelto  á  meditar  acerca  de  este  punto,  me  ha  parecido  sería  mejor  to- 
mar un  medio  término,  esto  es,  recoger  los  pasajes  en  que  los  defectos  sean  más 
notables  y  así  lo  voy  á  practicar.» 

Quedó  en  sus  principios  la  empresa  de  D.  Ramón,  y  por  los  conatos  que  de 
ella  aparecen  en  esas  notas,  se  conoce  que  su  criterio  habría  sido  y  era  excesi- 
vamente rigorista. 

Una  reseña  de  estas  notas  dióla  el  Sr.  Hartzenbusch  en  la  Memoria  leida  en 
la  sesión  pública  de  la  Biblioteca  Nacional,  el  28  de  Marzo  de  i8j¿;  y  se  insertó 
en  El  Ateneo,  de  Sevilla,  correspondiente  al  15  de  Abril  siguiente. 

La  parte  que  adquirió  la  Academia  Española,  ofrece  correcciones  apre- 
ciables. 

226. — Opúsculos  gramático-satíricos,  del  Dr.  D.  Antonio  Puigblanch 
contra  el  Dr.  D.  Joaquín  Villanueva,  escritos  en  defensa  propia,  en 
los  que  también  se  tratan  materias  de  interés  común.  —  Londres, 
imprenta  de  G.  Guthrie. 

Dos  ts.  en  8."  El  I,  impreso  en  1832,  y  el  II,  en  1834. 

El  Dr.  Puigblanch  anuncia  en  esta  obra  que  estaba  escribiendo  un  Comen- 
tario al  Quijote  breve  y  completo,  acompañando  al  texto  purificado.  Interina- 
mente, y  esparcidos  acá  y  acullá,  apunta  algunas  observaciones  y  establece  al- 
gunas notas,  entre  las  cuales  sobresalen  las  siguientes:  «Desagradan  mucho  á  los 
extranjeros...  los  dos  ó  tres  pasajes  que  tiene  sucios  (el  Quijote),  presentados  sin 
disfraz,  pág.  237)». — «En  el  Quijote  ocurre  una  palabra  italiana  y  otra  arábiga 
presentadas  como  tales,  por  cuya  ortografía  se  ve  que  la  x  simple,  ó  líquida  so- 
naba como  suena  en  lemosin,  que  es  el  sonido  de  la  ch  francesa,  pág  XCV  del 
pról.»  —  «La  idea  del  Quixote  la  debió  Cervantes  al  Orlando  Furioso,  pá- 
gina cliii  del  pról.»— «Hallazgo  por  el  autor  de  una  sátira  de  la  Inquisición  en 
el  Quijote  (la  citó  Navarrete).» 

La  Adición  última  es  una  graciosa,  pero  acre  censura  al  1. 1,  único  que  hasta 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  159 

entonces  había  salido  del  Comentario  de  Clemencln.  Son,  en  general,  atinados 
los  reparos  del  Dr.  Puigblanch.  Cree  éste  que  «la  ira.se  due/os y  quebrantos  es  lo 
mismo  que  dejos  y  quebrantos,  entendiéndose  por  dejos,  los  despojos  ó  entrafias 
de  una  res,  y  por  quebrantos  los  extremos,  es  decir,  la  cabeza,  manos  y  pies, 
con  lo  cual,  hacian  una  comida  que  Cervantes  presenta  como  ordinaria  y  perió- 
dica en  la  jente  pobre  los  sábados». 

Las  referencias  al  Quijote  son  frecuentes  en  toda  la  obra.  En  cuanto  á  las 
pretendidas  alusiones  á  la  Inquisición  son  conjeturas  aventuradas. 

227, — Don  Quijote...  comentado,  por  D.  Diego  Clemencin. — Madrid, 
I833-39- 

Seis  ts.  en  8." 

El  comentario  de  Clemencin  forma  un  cuerpo  de  notas  y  observaciones  á  la 
letra  del  Quijote,  superior  en  este  terreno  á  cuanto  se  ha  hecho;  y  que  es  á  pesar 
de  sus  defectos,  un  trabajo  de  muchísimo  mérito  y  útilísimo  para  los  lectores  de 
la  inmortal  novela.  De  los  varios  juicios  que  sobre  este  comentario  se  han  es- 
crito, elegiré  dos,  el  uno  sobrado  indulgente,  el  otro  demasiadamente  riguroso. 

He  aquí  el  primero,  que  es  del  Sr.  Hartzenbusch  (^El  Laberinto,  año  1844): 
«El  comentario  de  Clemencin  seguramente  aventaja,  porque  añade  mucho,  á  lo 
que  acerca  del  Quijote  habían  escrito  Mayans,  Ríos,  Pellicer  y  otros  autores:  las 
noticias  que  da  el  autor  sobre  los  libros  de  caballerías  ridiculizados  en  el  Qui- 
jote son  muchas  y  raras;  las  observaciones  correspondientes  al  plan  y  trabazón 
de  la  obra  son  atinadas  y  justas.  Creo,  sin  embargo,  que  el  Sr.  Clemencin  se 
equivocó  en  juzgar  el  lenguaje  de  Cervantes,  como  si  éste  hubiera  vivido  en 
nuestra  época;  hubiera,  repito,  debido  excusarse  el  trabajo  de  emborronar  papel 
para  demostrar  que  en  un  periodo,  p.  e.  había  prodigado  Cervantes  los  relativos; 
que  aquí  un  pero  debía  ser  un  también^  que  acullá  tal  adjetivo  no  era  el  conve- 
niente, ó  que  esta  graduación  no  estaba  bien  seguida,  etc.»  «Otras  anotaciones 
hay  de  las  que  recaen  sobre  el  plan  y  contextura  de  la  fábula,  que  pecan  tam- 
bién de  rigor  excesivo ;  pues,  aunque  se  hallan  en  el  Quijote  muchos  cabos  que 
el  autor  no  se  tomó  el  trabajo  de  anudar,  no  todos  los  que  el  Sr.  Clemencin  se- 
ñala como  tales,  lo  son  en  efecto.» 

Analiza  el  Sr  Hartzenbusch  algunos  de  los  reparos  y  notas  de  Clemencin, 
probando  que  son  impertinentes  y  que  algunos  nacen  de  no  haber  entendido 
bien  el  pasaje,  y  concluye  con  estas  atinadas  reflexiones:  «Para  el  que  en  edad 
crecida  y  habiendo  antes  leido  y  admirado  el  Quijote  quiera  comprender  mu- 
chas cosas  que  no  están  al  alcance  de  todos,  el  comentario  de  Clemencin  podrá 
ser  generalmente  provechoso,  pero  si  cae  en  manos  de  un  joven,  ú  otra  cualquier 
persona  que  por  vez  primera  vaya  á  leer  la  obra  de  Cervantes,  la  gran  joya  de 
nuestra  literatura,  el  efecto  que  le  harán  tantos  y  tan  pelillosos  reparos  será  des- 
conceptuar para  con  él  tanto  el  autor  como  á  su  libro,  y  hacérselo  cerrar  y  tirar 
á  un  lado,  diciendo  que  obra  tan  defectuosa  no  puede  leerse.  El  Quijote  se  debe 
juzgar  con  más  fe  que  doctrina,  por  el  sentimiento  y  no  por  las  reglas;  y  si  el 
Sr.  Clemencin  hubiese  sabido  algo  menos,  algo  mejor  hubiera  sido  su  comen- 
tario.» (i) 

Ahora  véase  lo  que  de  él  dijo  en  sus  Opúsculos  gramático-satíricos,  el  Dr.  Puig- 
blanch: «Ninguna  dificultad  desatada,  sino  todas  en  pié,  en  medio  de  una  ociosa 


(i)     El  trabajo  del  Sr.  Hartzenbusch  se  reimprimió  en  las  ediciones  del  Quijote,  publi- 
cadas por  Gaspar  y  Roig  en  1847  y  1851. 


«6o  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

divagancia  a  materias  que  o  se  suponen  sabidas,  cuales  son  las  mitolójicas,  o 
cuya  noticia  no  la  requiere  la  intelijencia  del  Quijote,  como  son  las  mas  de  las 
bibliográficas...  impertinente  afectación  de  gramático  i  etimolojista  con  poco  co- 
nocimiento de  lenguas,  menos  filosoña  i  ningún  tacto  etimolójico...;  grande  ig- 
norancia del  lenguaje  menos  ovio  del  siglo  de  Cervantes,  i  lo  que  no  es  perdo- 
nable, de  cosas  triviales  i  sabidas  de  todos  en  aquel  i  en  este  siglo;  un  don  par- 
ticular de  entender  casi  siempre  al  revés  lo  que  Cervantes  dice  á  derechas;  co- 
mento minucioso  donde  nada  hai  que  comentar,  i  mucho  silencio  donde  se  ne- 
cesita un  comento;  en  fin  ninguna  disposición  natural,  o  mui  poca  para  una  em- 
presa de  esta  especie  es  la  que  yo  noto  en  su  voluminoso  Comentario,  en  el  que 
el  texto  aparece  amenazando  a  cada  instante  zozobrar  i  hundirse  en  el  piélago 
de  sus  observaciones.» 

También  censuraron  el  comentario  de  Clemencfn  otros  críticos  entre  los  que 
descuellan  D.  J.  Calderón  [233]  D.  N.  D.  de  Benjumea,  D.  Juan  Valera. 

He  aquí  algo  de  lo  que  dice  Benjumea  (Estafeta  de  Urganda,  año  j86i): 
«Si  Don  Quijote  se  cae  del  caballo,  es  porque  otro  caballero  se  habla  caido  an- 
tes que  el,  hacia  setecientos  afios;  si  encuentra  una  doncella,  es  porque  otro  an- 
dante tuvo  igual  hallazgo,  y  finalmente,  si  bebe,  si  duerme,  si  come  ó  si  anda,  es 
porque  los  caballeros  hablan  bebido,  dormido,  comido  y  andado  antes  que  él. 
Pero  esto  sería  interminable;  baste  decir  que  la  obra  de  Clemencín,  que  era  como 
las  summas  en  materia  de  comento,  dejaba  el  Quijote  como  salió  de  las  manos 
de  Bowle,  si  ya  no  es  que  la  crítica  iba  hacia  atrás,  como  los  potros  de  Gaeta.» 
Y  en  el  Progreso  en  la  crítica  del  Quijote.  Revista  de  España,  Octubre  1878:  «En 
Clemencín  llegó  á  su  extremo  la  ridiculez  del  comento,  la  vaciedad  de  las  ideas 
y  el  prurito  de  mostrar  que  era  hombre  de  tener  en  los  dedos  la  biblioteca  an- 
dantesca.»  «La  tarea  de  impugnar  las  notas  de  Clemencín  se  ha  continuado  por 
varios.  Pueden  computarse  en  más  de  quinientas  las  vindicaciones  que  se  han 
hecho  de  Cervantes  contra  su  implacable  escrutador  de  la  letra.» 

Y  Valera,  en  el  Discurso  lado  ante  la  Academia  Española  el  25  de  Sep- 
tiembre de  1864:  «D.  Quijote  ata  su  caballo  á  un  árbol.  Cualquiera  cree  que  una 
acción  tan  común  no  há  menester  comento.  Clemencín,  no  obstante,  le  pone, 
y  nos  descubre  que  D.  Quijote  imitó  en  esta  ocasión  á  este,  á  aquel  y  á  estotro 
caballero...  Por  el  contrario,  D.  Quijote  no  ata  su  caballo  á  árbol  alguno,  sino 
que  le  deja  libre  pastando.  Clemencfn,  en  seguida  amontona  citas  de  los  infini- 
tos caballeros  que  hicieron  lo  propio.»  «En  estos  casos  comunes  y  ordinarios  de 
la  vida  no  sé  con  que  fin  se  ha  de  buscar  imitación,  ni  siquiera  coinciden- 
cia.» 

Realmente  este  Comentario  necesita  un  prudencial  expurgo;  y  una  vez  re- 
fundidas algunas  de  las  notas  históricas  por  y  caballerescas  difusas,  y  en  parte 
intítiles,  y  cercenadas  ciertas  otras  por  su  impertinencia  en  querer  hallar  defectos 
gramaticales  y  de  sentido,  donde  no  los  hay;  quedará  lo  realmente  bueno  y  pro- 
vechoso, que  es  mucho,  para  la  debida  corrección  del  texto  é  ilustración  crítica, 
histórica  y  literaria  de  la  obra.  Ya  he  dicho  [I,  92]  que  para  la  depuración  del 
texto  del  Quijote^  Clemencín  debe  ser  uno  de  los  consultados;  y  que  á  pesar  de 
todos  sus  lunares,  las  notas  de  Clemencín  constituyen  el  comentario  más  eru- 
dito, rico  é  importante  que  á  esta  parte  del  Quijote  se  ha  hecho. 

Clemencín  fué  el  primero  en  deslindar  ciertos  primores  de  lenguaje  del  Qui- 
jote. En  nota  á  la  pág.  154,  del  tomo  II  de  su  edición,  hace  resaltar  la  diferencia 
que  resulta  usando  el  verbo  deber  con  ó  sin  la  partícula  de\  y  en  nota  á  la  pá- 
gina 338  repite  esta  elegancia  de  la  frase  tan  empleada  por  Cervantes.  «Debió  de 
imaginar  significa  bellamente  que  es  regular,  que  imaginare-.,  y  debió  imaginar 
equivale  i.  tuvo  obligación  de  imaginar.* 

Tal  vez  sin  fijarse  en  esta  bella  distinción  de  matices,  algunos  escritores  usan 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  l6l 

el  verbo  deber  acompañado  siempre  de  la  partícula  de.  La  diferencia,  empero, 
es  notoria. 

Cuando  se  haya  de  expresar  una  duda,  una  conjetura,  una  situación  de  pro- 
babilidad ó  de  incertidumbre,  y  en  general,  siempre  que  se  hable  en  sentido  hi- 
potético, se  usará  la  frase  deber  de.  Mas,  cuando  se  quiera  indicar  certeza,  segu- 
ridad, afirmación,  precepto,  mandato,  etc.,  ha  de  emplearse  el  verbo  deber  sin 
partícula. 

Don  Alberto  Lista,  Intimo  amigo  de  Cleraencín,  escribió  hacia  1833,  en  La 
Gaceta  de  Madrid,  un  juicio  acerca  del  «Comentario  de  Clemencín»,  cuyo  1. 1 
acababa  de  salir;  y  después  de  la  muerte  de  este  comentarista,  su  familia  encargó 
á  Lista  los  anuncios  laudatorios  que  se  publicaron  á  medida  que  iban  saliendo, 
desde  1836  á  1839,  los  demás  tomos  del  «Comentario».  Reunió,  refundió  y  am- 
plió luego  su  trabajo  el  célebre  literato,  formando  un  extenso  «Juicio  crítico», 
que  conservaron  inédito  los  hijos  del  Sr.  Clemencín,  hasta  el  afio  de  1872  en  que 
se  publicó  en  los  números  de  la  Ilustración  Española  y  Americana.  Después,  los 
nietos  del  comentador  galantemente  han  cedido  el  manuscrito  para  la  nueva  edi- 
ción de  El  Quijote  con  el  comentario  de  Clemencín,  impresa  en  Madrid,  el  afio 
de  1894,  en  ocho  ts.  en  8.°,  en  donde  ocupa  30  páginas  de  los  preliminares  del 
tomo  I. 

El  juicio  de  Lista  es  sumamente  benigno;  pero  en  él  se  pone  de  relieve  el 
gran  valor  del  comentario  de  Clemencín,  cuyas  más  notables  é  importantes  nO' 
tas  enumera  Lista,  clasificándolas  en  este  ordenado  Índice:  «De  usos  y  Costum- 
bres; de  Moral;  de  Literatura;  de  Historia  y  Antigüedades;  de  los  Libros  de  Ca- 
ballerías; y  del  Lenguaje.» 

228.  —Los  Anacronismos  del  Quijote. 

Ya  hemos  visto  que  Mayans  [204]  halló  en  el  Quijote  un  «continuado  ana- 
cronismo». Pellicer,  Ríos  y  Eximeno  defendieron  á  Cervantes  de  tal  censura,  y 
Clemencín  dijo  de  ella  lo  siguiente: 

(T.  I,  pág.  265):  j  casi  que  en  nuestros  días  vimos.  «Mayans  se  valió  de  la  pre- 
sente expresión  para  probar  que  la  fábula  está  llena  de  anacronismos ;  y  lo  está 
en  efecto,  si  todos  los  sucesos  y  circunstancias  del  Quijote  se  comparan  con  la 
que  se  supone  edad  de  D.  Belianis.  Pero  todos  sus  argumentos  y  pruebas  des- 
aparecen solo  con  observar  que  la  expresión  de  nuestro  hidalgo  era  de  un  loco, 
que  arrastrado  de  su  extravagante  manía,  creía  buenamente  ver  por  sus  ojos  y 
tocar  con  sus  manos,  lo  que  no  existía  más  que  en  los  aposentos  vacíos  de  su 
celebro.»  «Los  principales  anacronismos  de  Cervantes  se  reducen  á  los  dos  pa- 
sajes del  hallazgo  de  la  historia  de  Cide  Hamete  en  los  cartapacios  viejos,  y  del 
otro  hallazgo  de  la  caja  de  plomo.» 

(T.  ni,  pág.  531):  si  la  buena  suerte  no  le  deparara.  «Queriendo  Pellicer  ex- 
cusar los  defectos  de  Cervantes  en  esta  materia,  dice  que  los  poetas  tienen  fa- 
cultad de  fingir  atrevidamente  lo  que  les  venga  á  cuento...  y  concluye  con  que 
Cervantes  para  ridiculizar  con  más  propiedad  los  libros  de  caballería,  se  confor- 
mó con  ellos  en  la  confusión  de  los  tiempos,  contentándose  con  reducir  éstos  á 
una  masa  cronológica...» 

«D.  A.  Eximeno  dice:  me  parece  que  Cervantes  no  queria  hacer  d  Don  Qui- 
xote  ni  antiguo  ni  moderno,  sino  hacerle  andat  por  ese  mundo  en  un  siglo  ó  tiem- 
po de  la  misma  naturaleza  de  su  fábula,  esto  es,  en  un  tiempo  imaginario. ..t  «En 
los  libros  de  invención  y  entretenimiento  la  ficción  debe  contenerse  dentro  de 
los  términos  de  lo  verosímil;  lo  que  de  aquí  excede  es  vicioso,  y  lo  imposible. 
como  son  los  anacronismos,  inexcusable.» 

Paréceme  que  aquí,  como  en  muchos  otros  sitios  de  su  Comentario.,  el  escal- 

Tomo  II  91 


i62  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

pelo  del  Sr  Clemencín  ha  andado  sobradamente  rigoroso.  Acordarse  debiera 
de  aquel  oportunísimo  pasaje  del  prólogo  de  Cervantes:  ni  caen  debajo  de  la 
cuenta  de  sus  fabulosos  disparates  las  puntualidades  de  la  verdad,  etc. ;  considerar 
debiera  que  en  los  censurados  pasajes  no  solamente  quiso  Cervantes  ridiculizar 
las  ficciones  de  los  autores  caballerescos,  si  que  también  zaherir  el  prurito  de 
ciertas  indoctas  personas  de  su  época,  en  buscar  y  describir  antiguos  manuscri- 
tos, muchas  veces  falsos,  y  no  pocas  insubstanciales.  Si  esto  recordara  el  ilustre 
comentador,  habría  ciertamente  puesto  en  su  punto  la  feliz  ocurrencia  de  la 
musa  de  Cervantes. 

229. — Discurso  Pyelimtnar ,  de  D.  Adolfo  de  Castro,  puesto  á  la  tercera 
edición  de  El  Buscapié^  que  va  como  apéndice  de  la  edición  del 
Quijote,  impreso  por  Gaspar  y  Roig,  Madrid,  1851. 

«en  1598  salió  á  luz  una  obra  intitulada  Crónica  é  historia  General  del  hom- 
bre, escrita  por  un  médico  llamado  Juan  Sánchez  Valdés  de  la  Plata...»  «En  el 
prólogo  el  autor  espera  que  desviándose  la  gente  de  leer  libros  dt  caballerías 
quizás  los  aficionará  d  leer  su  libro,  y  los  apartará  de  leer  tan  grandes  vanidades 
y  mentiras  como  en  los  sobredichos  libros  hay.-n  «Nada  de  inverosímil  tiene  la 
conjetura  de  que  Cervantes  estando  en  prisiones  leyó  este  libro,  obra  de  un  mé- 
dico manchego,  y  se  determinó  á  escribir  uno,  siguiendo  el  mismo  propósito...» 
«Al  fenecer  la  primera  parte  del  Ingenioso  hidalgo  se  leen  estas  palabras:  Ni  de 
su  fin  y  acabamiento  pudo  alcanzar  cosa  alguna,...  si  la  buena  suerte  no  le  depa- 
rara un  antiguo  médico  que  tenia  en  su  poder  una  caja  de  plomo.*  «Me  parece 
que  en  este  embozado  pensamiento  confirma  Cervantes  lo  que  he  dicho  de  haber 
inventado  el  libro  de  Don  Quijote  á  causa  de  la  lectura  de  la  Crónica  del  hombre.* 

Figúraseme  deleznable  el  fundamento  de  esta  conjetura. 

«Yo  creo — continúa  Castro — que  Cervantes  á  mas  de  ser  incitado  por  el  li- 
bro de  Sánchez  Valdés  á  componer  una  sátira  contra  las  novelas  caballerescas, 
quiso  retratar  á  uno  de  los  muchos  hidalgos  lugareños  que  vivian  en  su  tiempo, 
incesantes  lectores  de  las  fingidas  hazañerías  de  los  Ámadises  y  Palmesinos. 
Alonso  Gerónimo  de  Salas  Barbadillo,  en  una  obra  intitulada  Estafeta  del  Dics 
Momo  {yía.áúá,  1627),  la  cual  no  es  otra  cosa  que  una  colección  de  cartas  bur- 
lescas, donde  se  ven  retratados  los  caracteres  extravagantes  y  ridículos  que  en 
aquella  edad  existian,  pone  una  dirigida  á  Paladio,  pobre  y  desvanecido  hidalgo., 
residente  en  una  aldea,  continuo  cazador  de  liebres,  y  gran  lector  de  libros  de  ca- 
ballerías: cualidades  todas  que  pertenecen  á  las  puestas  por  Cervantes  en  la  per- 
sona del  fabuloso  Don  Quijote.» 

A  esto  observaré  que  Salas  Barbadillo  estaba  enamoradissimo  del  Quijote,  y 
no  perdía  ocasión  de  imitar  sus  tipos  y  escenas,  en  las  varias  novelas  que  compuso. 

Continúa  el  Sr.  Castro  desarrollando  su  tema  de  que  «la  caballería  andante 
en  la  parte  realizable  existia  aún  en  España  cuando  Cervantes  se  determinó  á 
escribir  ese  Don  Quijote».  Daré  detalladamente  estos  juicios  en  la  Sec.  VIII. 

230. — Don  Quijote...  Nueva  edición  enmendada  y  corregida,  por  Fran- 
cisco Sales. — Boston,  1835-36. 

A  las  notas  sacadas  de  Arrieta,  Pellicer,  Clemencín  y  Academia,  añadió  el 
Sr.  Sales  algunas  propias  suyas,  que,  en  general,  son  gramaticales. 

231. — Don  Quijote...  nueva  edición,  corregida  y  anotada,  por  Don  Eu- 
genio de  Ochoa. — París,  1844. 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  163 


Cortas,  pero  apreciables,  son  las  notas  del  Sr.  Ochoa,  cuyo  principal  intento, 
como  él  dice,  es  el  de  entresacar  de  Clemencin  sólo  aquello  que  contribuye  á 
dar  mayor  claridad  al  texto. 

232. — Don  Quijote...  novísima  ed,...  anotada,  y  correjida,  por  Martínez 
del  Romero. — Madrid:  Gaspar  y  Roíg,  1847  y  1851. 

En  4.0 

Las  notas  del  Sr.  Martínez  del  Romero  son  en  general  apreciables  y  no  ca- 
recen de  interés.  Unas  se  refieren  á  varios  vicios,  y  resabios  ridiculizados  por 
Cervantes,  como  el  de  los  agoreros  y  otras  supersticiones.  Otras  explican  voces 
moriscas,  de  germania,  italianismos,  y  sitios  y  objetos  mencionados  en  el  Quijote, 
como  por  ejemplo:  hería,  espilorcherla,  trastulo,  zalema,  los  Percheles  de  Málaga, 
islas  de  Riaran,  los  toros  de  Guisando,  etc. 

233. — Un  paseo  á  la  patria  de  Don  Quijote. — Recuerdos  de  Cervantes. 

Dos  trabajos  de  D.  J.  Jiménez  Serrano,  insertos  en  el  Semanario  pintoresco 
español,  del  año  1848. 

En  el  primero,  (núms.  de  16  y  30  de  Enero,  6  de  Febrero  y  2  de  Abril),  re- 
fiere las  noticias  tradicionales  que  adquirí'*»,  en  el  mismo  terreno,  sobre  los  lan- 
ces y  la  prisión  de  Cervantes  en  Argamasilla  y  en  el  Toboso,  y  hace  oportunos 
recuerdos  de  las  aventuras  del  Ingenioso  Hidalgo,  evocados  por  la  vista  de  los  lu- 
gares y  sitios  en  que  Cervantes  supone  acaecieron.  Es  un  curioso  trabajo  al  que 
acompañan  grabados  de  la  vista  de  la  venta  en  que  tuvieron  lugar  varias  aven- 
turas de  la  parte  I,  del  Quijote,  de  la  plaza  de  Argamasilla,  de  la  casa  llamada 
de  Medrano,  y  de  la  iglesia  y  plaza  del  Toboso. 

El  segundo  escrito,  que  va  en  el  número  correspondiente  al  21  de  Mayo,  es 
una  sentida  narración  de  las  memorias  que  á  la  mente  del  autor  acudieron 
cuando  visitó  en  Argel  los  sitios  que  fueron  teatro  del  cautiverio  de  Cervantes. 
Acompaña  un  grabado  del  Jardín  de  Azan. 

234. — Nota  de  las  personas  que  intervienen  en  la  Historia  del  Ingenioso 
Hidalgo  Don  Quijote  de  la  Mancha. — Resumen,  por  orden  crorftoló- 
gíco,  de  las  principales  aventuras  del  Ingenioso  hidalgo  Don  Qui- 
jote de  la  Mancha. 

Dos  curiosos  y  útiles  trabajos  que  figuraron  en  el  Semanario  pintoresco  es- 
pañol del  año  1850;  revista  ilustrada  de  Madrid.  El  primero  empieza  en  la  pá- 
gina 129,  y  el  segundo  en  la  145. 

235. — Cervantes  vindicado  en  ciento  y  quince  pasajes  del  texto  del  In- 
genioso Hidalgo  Don  Quijote  de  la  Mancha,  que  no  han  entendido, 
ó  que  han  entendido  mal,  algunos  de  sus  Comentadores  ó  críticos, 
por  D.  Juan  Calderón.  —  Madrid,  imprenta  de  J.  Martín  Alegría, 
1854. 

En  8.°  de  XXIII,  256  pág.,  muy  bien  impresas  en  excelente  papel. 


i64  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

Obra  postuma,  precedida  de  un  prólogo  de  D.  Luis  de  Usoz  y  Río,  en  el 
cual  se  lamenta  de  la  falta  de  ediciones  clásicas  de  nuestros  mejores  autores,  es- 
pecialmente de  Cervantes,  en  que  se  depurase  y  corrigiese  concienzudamente  el 
texto  por  la  Academia  Española.  La  peculiar  ortografía  del  Sr.  Usoz  sustituye 
la  c  por  2  delante  de  e,  /,  y  usa  la  /latina  como  conjunción. 

Explica  el  autor  muchos  pasajes  que  ha  encontrado  defectuosos  el  Sr.  Cle- 
mencín,  probando  con  acertadísimas  razones,  que  dicho  comentador  ha  enten- 
dido mal  el  texto  en  unos,  y  en  otros  ha  querido  ver  defectos  de  impropiedad 
que  no  existen. 

La  obra  está  escrita  con  admirable  claridad  y  ajustado  buen  criterio.  Pero 
éste  se  anubla  cuando,  interpretando  malamente,  en  la  nota  28,  las  irases  qtu 
por  tales  os  juzgué  y  tuve  siempre,  dirigidas  por  Don  Quijote  al  bachiller  Alonso 
López,  supone  Calderón  que  Cervantes  tenia  por  Batanases  á  todos  los  indivi- 
duos del  clero;  y  que  el  respeto  que  en  sus  obras  muestra  por  ellos  es  forzado  y 
por  miedo  á  la  horca  y  á  la  Inquisición. 

Calderón,  refugiado  político  en  Inglaterra,  se  hizo  allí  protestante. 

236. — Nachtragezur  Geschichte  der  dram.  Literatur  und  Kunst  in  Spa- 
nien.  Yon  A.  Friedr.  v.  Schack.  (Adiciones  á  la  Historia  de  la  li- 
teratura y  del  arte  dramático  en  España).  Frankfurt  amMein,  1854. 

Eq  8  °  m.  de  VI.  107  pág. 

En  la  pág.  1 2  y  siguientes  describe  la  siguiente  rara  composición  dramática, 
impresa  en  Toledo;  «Cortes  de  la  Muerte,  á  las  cuales  vienen  todos  los  estados: 
y  por  via  de  representación  dan  aviso  a  los  bivientes  y  doctrina  a  los  oyentes. 
Dirigidas  por  Luis  Hurtado  de  Toledo  al  invictissimo  Señor  D.  Phelipe,  Rey 
de  España  y  Inglaterra  su  Señor  y  Rey.  Año  de  1557  » 

Dice  Schack  que  de  la  dedicatoria  resulta  que,  empezó  la  pieza  Miguel  de 
Carvajal  y  acabóla  Hurtado.  Y  como  comentario  añade:  «probablemente  al  ha- 
blar Cervantes  en  el  Quijote  del  auto  de  las  Cortes  de  la  Muerte,  se  refiere  á 
una  composición  posterior  de  igual  asunto  que  ésta>. 

Incluyóla  en  el  t.  XXXV  de  la  Bibs<^  de  autores  españoles  (año  de  iSjj),  su 
compilador  D.  Justo  de  Sancha  quien  pudo  cotejar  el  ejemplar  impreso  con  una 
copia  m.  s.  que  llevaba  al  frente  esta  nota:  tNo  serla  imposible  que  esta  com- 
posición sea  el  Auto  de  las  Cortes  de  la  Muerte  de  que  se  hace  mención  en  el 
Quijote.  La  fecha,  el  titulo  y  hasta  la  indicación  de  algunos  de  los  personajes  lo 
hacen  presumir  con  harto  fundamento.» 

237.  — Cavanilles  (D.  Antonio). — Diálogos.  Cervantes. 

En  la  Revista  de  Ciencias,  Literatura^  etc.,  de  Sevilla,  t.  IV,  pág.  341,  (1859). 
Elstos  diálogos  se  coleccionaron  luego  en  un  tomo. 

238. — A  los   profanadores  del  Ingenioso  Hidalgo  Don  Quijote  de  la 
Mancha.  Crítica  y  algo  más,  por  el  Diablo  con  antiparras. — Madrid, 
imprenta  de  M.  Galiano,  1861. 
En  8.°  de  32  págs. 

«Folleto  en  verso  y  prosa  contra  D.  Ventura  de  la  Vega  y  D.  J.  E.  Hartzen- 
busch.  He  oído  decir  que  lo  escribió  D.  M.  Fernández  y  González.  > 
(Asensio,  catálogo  de  obras  referentes  á  Cervantes,  1872.) 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  165 

239. — Comentarios  de  D.  Nicolás  Diaz  de  Benjumea. 

Como  mi  intento  ha  sido  en  esta  sección  dar  solamente  noticia  de  los  comen- 
tarios á  la  forma  del  Quijote,  rae  limitaré  á  señalar  ligeramente  alguno  de  los 
pocos  que  hay  esparcidos  en  las  obras  de  Benjumea,  quien  se  ha  dedicado  más 
seriamente  á  comentar  el  espíritu  de  la  inmortal  novela,  es  decir,  á  buscar  en 
ella  un  simbolismo;  y  de  esto  en  su  lugar  correspondiente  daré  cuenta  [Sec.  VIII]. 

La  Estafeta  de  Urganda,  ó  aviso  de  Cid  Asam-Ouzad-Benengeli,  sobre  el 
desencanto  del  Quijote,  por  D.  Nicolás  Díaz  de  Benjumea. — Londres,  1861,  en 
8.°  de  1 86 1,  pág.  16  y  siguientes:  el  título  de  Ingenioso  lo  constituye  la  máquina 
poética  del  Quijote;»  «es  la  síntesis  de  la  obra». — Pág.  26:  «Que  Dulcinea  sea 
el  alma  objetivada  del  hidalgo,  se  comprueba  también  por  la  observación  del 
nombre  de  Aldonza,  leve  modificación  del  Alfonsa,  ó  lo  que  es  lo  mismo  Alon- 
so, que  es  terminación  en  el  género  femenino  de  Alonso^  nombre  del  hidalgo. » 
Mal  se  compagina  esta  alambicada  interpretación  con  la  que  nos  da  el  docto 
Covarrubias,  contemporáneo  de  Cervantes:  « A  Idonga,  nombre  en  España,  an- 
tiguo y  ordinario...  Al,  es  artículo  y  el  nombre  don(a  está  corrompido  de  dolze\ 
esta  conjetura  se  toma  de  que...  á  doña  Dolze  hija  de  Gilberto,  conde  de  la 
Provenga,  que  casó  con  don  Ramón  Arnaldo,  conde  de  Barcelona,  corrompido 
el  vocablo,  y  añadiéndole  el  artículo  arábigo,  la  llamaron  doña  Aldonga,  y  de 
allí  en  adelante  las  demás  se  llamaron  Aldongas.»  — Pág.  33.  «Una  de  las  correc- 
ciones mas  importantes  por  su  valor  relativo  es  la  que  se  reclama  la  quinta  dé- 
cima de  Urganda,  en  la  que  el  verso  octavo  debe  ser  el  noveno  y  el  noveno  el 
octavo,  porque  variándolos  se  entienden,  y  como  están,  no  tienen  sentido;  y  ad- 
vierto á  los  lectores,  que  menos  daño  causan  cien  erratas  en  el  cuerpo  de  la  no- 
vela, que  una  sola  en  los  versos  de  Urganda.» 

Estas  y  otras  notas  y  comentarios  amplió,  desarrolló  y  modificó  Benjumea  en 
las  extensísimas  que  compuso  para  la  monumental  edición  del  Quijote,  impresa 
en  Barcelona  por  los  señores  Montaner  y  Simón  (1880-83,  2  ts.  F.").  Allí  podrán 
ver  y  examinar  los  apasionados  por  el  Quijote,  un  comento  en  el  que,  quitado 
el  simbolismo  peculiar  y  extraño  que  el  insigne  crítico  quiere  encontrar  en  la 
inmortal  novela,  hallárase  mucho  que  admirar.  Benjumea  ha  estudiado  el  Qui- 
jote  profunda  y  detenidamente. 

Terminaré  con  un  humorístico  artículo  del  Sr.  Benjumea.  En  Septiembre 
de  1875,  publicó  en  la  Crónica  de  los  Cervantistas  un  «Ex  prólogo  al  Mensaje  de 
Merlín»,  en  el  cual,  con  adecuado  estilo  cervantesco,  aconseja  irónicamente  á 
Merlln  que  se  deje  de  comentos  filosóficos  y  luzca  su  ingenio,  «en  cosas  de  mas 
sustancia,  diciéndonos  p.  e.  cuantos  palos,  puñadas,  coces  y  mojicones  recibió 
Don  Quijote  en  el  discurso  de  sus  aventuras,  ó,  qué  se  hizo  del  mozo  de  campo 
y  plaza  que  servía  á  Don  Quijote,  ó  bien  averiguando  la  edad,  casta,  alzada  y 
señas  del  infortunado  jumento,  inocente  causa  de  los  disturbios  que  se  narran 
en  la  aventura  del  rebuzno».  No  puede  negarse  que  la  ironía  es  profunda  y  nada 
inoportuna. 

Impugnando  algunas  aseveraciones  de  La  Estafeta  de  Urganda,  insertó  don 
José  M.*  Asensio,  en  El  Porvenir  de  iS6j,  periódico  de  Sevilla,  varias  cartas 
que  unidas  á  otras  posteriores  referentes  al  Correo  de  Alquefe,  formaron  un  in- 
teresante folleto  publicado  por  su  autor  en  1870  [267]. 

240. — Carta  de  Fígaro  á  D.  Nicolás  Díaz  de  Benjumea,  autor  de  La  Es- 
tafeta de  Urganda. — En  el  Fígaro  periódico  satírico  de  Madrid,  nú- 
mero i.°,  15  de  Enero  de  1862. 


i66  Notas  y  comentarioa  al  Quijote 


«Es  aguda  burla,  aunque  muy  acentuada,  de  los  anagramas  hechos  por  el  se- 
ñor Benjumea  en  la  Estafeta  de  Urganda.t 

(J.  M.  Asensio,  Nota  ae  libros  s...  Cervantes,  1885.) 

Sobre  La  Estafeta  de  Ur ganda  escribió  un  Juicio  D.  Miguel  Morayta  en  la 
Revista  Ibérica  de  Ciencias,  Literatura...  de  Madrid,  tomo  II,  (1861-63)  y  varios 
trabajos,  D.  C.  A.  de  la  Barrera,  D.  J.  E.  Hartzenbusch  y  D.  Juan  Valera. 

241. — El  Potro  de  Córdoba. — El  Museo  Universal,  26  de  Julio  de  1863. 

Artículo  de  D.  Luis  María  Ramírez  y  de  las  Casas  Deza,  en  el  que  se  des- 
cribe este  lugar  citado  en  el  Quijote.  Le  acompaña  el  grabado  de  la  fuente  del 
Potro. 

242. —El  Quijote  y  la  Estafeta  de  Urganda. — Ensayo  crítico,   por  don 
Francisco  M.  Tubino. — Sevilla  imprenta  La  Andalucía,  1S62. 

Ea  8.0  de  196  pág. 

Rebate  el  ilustre  crítico  el  comen tariq  filosófico  del  Sr.  Benjumea,  demos- 
trándole que  no  hay  sentido  oculto  en  el  Quijote,  cuya  fama  encuentra  «en  su 
crecido  valor  como  creación  artística,  en  el  ingenio  con  que  fué  imaginada,  en 
la  gracia  inimitable  que  la  vigoriza  y  en  el  profundo  sentido  humano  que  la  en- 
traña...» 

243. — La  Almadraba  de  Zahara  y  Cervantes. 

Artículo  en  el  Eco  del  campo  de  Gibraltar,  periódico  de  Cádiz,  el  año 
de  1863. 

244. — Don  Quijote...  Argamasilla,  1863. 

Cuatro  ts.  en  16. 

— Don  Quijote...  Argamasilla,  1864.  —  Textos  corregidos  por  don 
Juan  E.  Hartzenbusch. 

Cuatro  ts.  en  4.° 

Al  describir  estas  ediciones  [I,  138,  159],  ya  he  dado  cuenta  de  las  impor- 
tantes enmiendas  del  Sr.  Hartzenbusch;  así  como  de  las  infinitas  y  arbitrarias 
variantes  que  introdujo  en  el  texto,  dejándolo  desfigurado  y  alterado  de  una  ma- 
nera lastimosa  en  más  de  700  pasajes.  El  Sr.  Hartzenbusch  ocupaba  un  eminente 
lugar  en  las  letras  españolas,  todo  el  mundo  lo  sabe  y  lo  reconoce;  pero  de  nin- 
gún modo  podemos  concederle  autoridad  bastante  para  enmendar  la  plana  á 
Cervantes,  ni  aceptar  como  texto  puro  y  genuino  déí^QuiJote  el  de  las  espurias 
ediciones  argamasillescas. 

La  Academia  Española  desautorizó  tantas  alteraciones,  como  no  podía  me- 
nos de  hacerlo,  y  según  lo  verá  luego  el  lector.  Quizás  esa  solemne  y  oficial  des- 
autorización y  el  sinnúmero  de  impugnaciones  que  á  sus  variantes  se  hicieron, 
causaron  mella  en  el  ánimo  del  ilustre  literato,  y  le  movieron  á  estampar  una 
retractación  al  final  de  una  polémica  con  el  Sr.  Mainez,  en  Mayo  de  1876, 
( Crónica  de  ¡os  Cervantes,  año  II,  pág.  Zji.) 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  167 

245. — Nuevas  investigaciones  acerca  de  la  vida  y  obras  de  Cervantes, 
por  U.  Cayetano  Alberto  de  la  Barrera. — Notas  á  las  nuevas  inves- 
tigaciones, etc.. — Madrid,  Rivadeneyra,  1863. 

Si  interesantes  y  notables  son  los  detalles  biográficos  que  este  trabajo  con- 
tiene, segiín  he  dicho  antes  [44],  no  lo  son  menos  los  datos  referentes  á  notas 
y  comentarios  en  los  que  muestra  el  insigne  cervantista  su  portentosa  erudición. 

«La  aprobación  dada  por  el  licenciado  Márquez  de  Torres  (á  la  2.^  parte  del 
Quijote),  nos  ofrece  un  testimonio  irrefragable  del  aprecio  que  Cervantes  y  sus 
obras  merecian  en  los  países  extranjeros.» 

El  texto  de  esta  encomiástica  aprobación  lo  doy,  extractado,  en  la  sección 
«Cervantes  juzgado  por  los  españoles.» 

Analiza  La  Barrera  la  carta,  en  tercetos,  descubierta  entonces,  que  Cervan- 
tes captivo,  dirigió  á  Mateo  Vázquez,  y  de  que  he  dado  cuenta  en  el  tomo  I,  de 
esta  Bibliografía  [403]. 

En  la  nota  i.^  cita  doce  escritores  que  han  llevado  el  nombre  de  Cervantes, 
y  que  florecieron  desde  mediados  del  siglo  xvi  al  xvu. 

En  la  nota  4  da  algunas  noticias  de  Ascanio  Colonna,  Mecenas  del  Viaje  del 
Parnaso,  y  después  habla  de  las  notas  que  puso  Barrera  al  Canto  de  Calíope, 
que  «completaron  en  algún  modo  la  tarea  del  insigne  escritor,  y  proporcionan 
datos  de  grande  interés  y  curiosidad  acerca  de  los  ingenios  que  con  él  seguian 
relaciones  amistosas». 

La  nota  5,  se  refiere  á  los  motivos  de  la  delación  de  Blanco  de  Paz,  y  sus 
consecuencias.  Dice;  «¿Podrá  creerse,  pues,  desatinada  la  suposición  de  que,  res- 
catado á  su  vez  y  vuelto  á  España,  lograse  convertir  en  mérito  su  crimen,  por 
los  secretos  y  poderosos  medios  que  le  facilitaba  su  estado,  y  valiéndose  tam- 
bién de  ellos,  interponer  un  obstáculo  insuperable  á  las  pretensiones  de  Cer- 
vantes?» En  esta  conjetura  se  pone  el  Sr.  La  Barrera  al  lado  de  Benjumea;  en 
cambio,  se  aparta  de  él  cuando  el  último  censura  á  Navarrete  porque  dijo  que 
«el  origen  de  la  desventura  de  Cervantes  estuvo  en  alguna  imprudencia  suya». 
El  Sr.  La  Barrera  cita  varios  pasajes  de  Cervantes  y,  entre  ellos,  aquel  pasaje 
del  7ía/í  del  Parnaso: 

Tu  mismo  te  has  forjado  tu  ventura, 
Y  yo  te  he  visto  alguna  vez  con  ella, 
Pero  en  el  imprudente  poco  dura, 

para  justificar  la  opinión  de  Navarrete. 

En  la  nota  6,  rebate  esta  opinión  de  Benjumea:  «Yo,  no  creo,  (pág.  34  de  su 
I  Estafeta  de  Urgandd)  que  el  Quijote  se  escribió  en  una  cárcel,  porque  fué  obra 

de  toda  su  vida  (de  Cervantes),  y  porque  veo  en  la  alusión  del  Prólogo  una 
mera  metáfora...»  El  Sr.  La  Barrera  aduce  las  mismas  declaraciones  de  Cervan- 
tes, las  del  falso  Avellaneda,  y  las  tradiciones  ya  conocidas  <  para  concurrir  á 
demostrar:  que  la  fábula  y  muchas  alusiones  del  Quijote  se  enlazan  con  los  su- 
cesos ocurridos  á  su  autor  en  la  Mancha». 

La  nota  7,  está  dedicada  á  la  descripción  de  las  dos  primeras  ediciones  de 
La  Tía  fingida^  y  la  nota  número  8  á  la  ligera  mención  de  unos  versos  sueltos 
de  Cervantes,  que  dio  á  conocer  el  Sr.  D.  Juan  Colón  y  Colón,  y  á  la  reseña  sa- 
cada de  algunas  lecciones  del  Soneto o^ms.  Cervantes  escribió  ala  vista  del  túmulo 
de  Felipe  11.  He  tratado  estas  materias,  con  toda  extensión  en  el  tomo  I  de 
t^ií  Bibliografía,  [262],  [390]  y  [391]. 


1 68  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

La  nota  9,  abraza  muchas  é  importantes  materias,  tratadas  por  el  Sr.  Bañera 
con  exquisita  erudición  y  delicado  gusto. 

«Conviniendo — dice  el  Sr.  La  Barrera, — con  las  opiniones  emitidas  acerca 
del  trascendental  objeto  que,  al  escribir  su  libro  sin  par,  se  propuso  el  principe 
de  nuestros  ingenios...,  declararé  ante  todo  que  respecto  de  las  embozadas  alusio- 
nes que  encierra  el  Quijote,  y  á  cuyo  descubrimiento  han  contribuido  mis  publi- 
cadas tareas,  no  me  hallo,  por  punto  general,  de  acuerdo  con  las  explicaciones 
y  conjeturas  del  señor  Benjumea,  y  que  disto  mucho  de  sus  opiniones  relativas 
á  la  persona  y  sucesos  de  Cervantes,  sobre  cuyo  extremo  he  tenido  ya  ocasión 
de  impugnarle.»  Objeto  que  se  propuso  Cervantes  en  la  composición  del  QmjOTS. 
Hallaráse  el  parecer  del  Sr  La  Barrera  en  laSec.  8.*  de  tsxz.  Btblografia:  «Cer- 
vantes juzgado  por  los  españoles.» 

Alusiones  relativas  á  los  sucesos  de  Cervantes  en  la  Mancha.  —  Enlazando 
el  Sr.  La  Barrera  las  noticias  tradicionales  correspondientes  á  la  Argamasilla, 
con  las  palabras  que  encabezan  el  Quijote,  con  los  ridiculos  sonetos  que  puso 
Cervantes  al  fin  de  la  primera  parte,  y  con  la  dedicatoria  del  Quijote  tordesilles- 
co,  evidencia  que  es  Argamasilla  el  pueblo  que  supone  Cervantes  ser  la  cuna  de 
su  héroe;  y  conjetura  que  el  Tiquitoc,  autor  del  epitafio  para  la  sepultura  de  Dul- 
cinea, es  el  sacristán  del  pueblo,  alusión  que  dice,  descubrió  en  los  siguientes 
versos  que  en  la  comedia  Los  Baños  de  Argel,  pone  Cervantes  en  boca  del  sa- 
cristán cautivo: 

|Oh  campanas  de  Espafial 

{Cuándo  haré  el  tiq  y  el  toq 


Refiere  las  indagaciones  del  Sr.  Hartzenbusch  acerca  de  la  tradición  arga- 
masillesca  que  designa  á  D.  Rodrigo  Pacheco  como  la  persona  representada  y 
satirizada  por  Cervantes  en  la  figura  de  Don  Quijote  [41];  menciona  las  noticias 
tradicionales  adquiridas  por  D.  J.  Jiménez  Serrano  en  Argamasilla,  según  las 
cuales  al  matrimonio  de  Cervantes  con  D.^  Catalina  de  Palacios  se  había  opuesto 
un  primo  de  ésta  apellidado  Quesada,  á  quien  llamaban  Quijada  por  mote;  el 
cual,  años  después,  influyó  para  que  Cervantes  fuese  en  aquel  pueblo  atropellado, 
y  preso  en  la  casa  del  alcalde  Medrano. 

Examina  y  comenta  las  observaciones  anagramáticas  del  Sr.  Clemencín  y 
del  Sr.  Hartzenbusch,  relativos  á  la  personalidad  de  Dulcinea  para  probar  que 
en  este  tipo  ideal.,  aludió  Cervantes  á  Ana  Zarco  de  Morales  que  «debió  nacer 
antes  de  1557,  en  que  dan  principio  los  libros  de  la  parroquia  del  Toboso,  puesto 
que  no  existe  en  ellos  su  partida  de  bautismo». 

Al  hablar  de  la  conjetura  del  Sr.  Benjumea,  quien  opinó  que  el  amor  del 
caballero  no  es  el  amor  de  Aldonza,  sino  el  de  la  sabiduría,  y  que  Dulcinea  es  el 
alma  de  Quijano  objetivada,  el  anagrama  exacto  de  dina  luce,  dice  el  Sr.  La 
Barrera.  «Mal  se  avendrá  esto  con  el  burlesco  tono  que  Cervantes  emplea  cons- 
tantemente al  hablar  de  la  blanca  paloma  tobosina,  etc.» 

Reproduce  luego  y  amplia  las  conjeturas  que  acerca  de  las  relaciones  entre 
Cervantes  y  Lope  de  Vega  desarrolló  Hartzenbusch  en  su  excelente  trabajo  úr 
tulado  «Cervantes  y  Lope  en  i6os.» 

He  aquí  sus  principales  adiciones,  y  rectificaciones: 

«¿No  pudo,  pues,  (Lope)  encontrando  á  Cervantes  en  aquella  ciudad  (Sevilla), 
así  durante  la  primera  época  citada  de  1601,  cono  en  fines  del  siguiente  año  ó 
principios  de  1603,  enemistarse  con  él  por  cuestiones  literarias,  y  conocer  en- 
tonces en  parte  el  Quijote,  de  que  á  poco  tiempo,  y  antes  de  su  publicación,  ha- 
bló con  notable  desprecio?» 

«Observa  Hartzenbusch  que  el  nombre  de  doña  Catalina  Zamudio,  de  quien 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  169 

se  estampan  versos  panegíricos  al  frente  de  La  Hermosura  de  Angélica,  es  ana- 
grama imperfecto  del  de  Camila  Lucinda...  y  que  en  los  versos  dtl  soneto  de  la 
señora  Oriana  á  Dulcinea  del  Toboso,  pudiera  quizás  buscarse  alguna  otra  alu- 
sión á  Camila  Lucinda,  que  no  escapó  muy  honestamente  de  sus  amoríos  con 
Lope.  A  esta,  en  efecto,  muy  probable  alusión,  á  la  coincidencia,  que  yo  advierto 
ahora,  de  ser  el  nombre  de  Dulcinea  casi  perfecto  anagrama  del  de  Lucinda,  y 
á  otros  indicios  de  que  más  adelante  haré  mérito,  me  referí  al  indicar  que  las 
conjeturas  apoyadas  en  los  curiosos  datos  publicados  acerca  de  la  toboseña  Ana 
Zarco  de  Morales  perdían  ya  gran  parte  de  su  probabilidad.» 

«La  misma  carta  inserta  en  el  Peregrino...  contiene  otros  (pasajes)  de  grande 
importancia  para  estas  Investigaciones.  La  da  principio  el  ilustre  ingenio,  lla- 
mando á  Lucinda  serrana  hermosa.  Pinta  seguidamente  su  amarga  despedida 
de  ella  cuando,  según  expresa,  hubo  de  venir  á  Toledo,  dejándola  en  Sevilla, 
por  el  año  de  1601...  y  describiendo  su  viaje  dice  Lope: 

Llegué  Lucinda  al  fín 

A  la  aspereza  de  un  lugar  pequeño, 

A  quien  de  murtas  y  peñascos  viste 
Sierra  Morena,  que  se  pone  en  medio 
Del  dichoso  Ingar  en  que  naciste.» 

«...  el  dichoso  lugar  de  la  serrana  hermosa  debia  mas  bien  de  estar  situado 
en  la  parte  manchega  de  Sierra  Morena...  ]Por  qué  extraña  coincidencia  fueron 
las  breñas  de  Sierra  Morena  el  sitio  donde  el  Ingenioso  Caballero  hizo  tantas 
finezas  de  enamorado,  y  lloró  ausencias  de  Dulcinea  del  Toboso,  manchega,  como 
la  desconocida  Lucindal» 

«En  1605  tuvo  Lope,  de  su  ilegitimo  trato  con  doña  Maria  de  Lujan,  á  Mar- 
cela. ¿Era  por  ventura  doña  Maria  la  encubierta  Lucinda,  en  cuyo  seudónimo  se 
conservan  cuatro  letras  y  la  primera  silaba  del  apellido  Lujan?  Yo  me  inclino  á 
creerlo  asi.» 

Alusiones  al  supuesto  Avellaneda.  Trataré  de  ellas  al  hablar  del  falso  Quijote 
(Sec.  IV  «Imitaciones  del  Quijote).» 

Alusiones  á  otras  personas  6  cosas.,  y  á  sucesos  más  6  menos  determinados. 

1.°  Se  refieren  sencillamente:  á  la  reprensión  del  eclesiástico  delante  de  los 
Duques;  á  la  sentencia  dada  contra  Sancho  en  los  simulados  funerales  de  Altisi- 
dora;  y  á  la  singular  aventura  del  cuerpo  muerto.  En  estos  pasajes,  admite  el  se- 
ñor La  Barrera  las  opiniones  de  los  anteriores  comentaristas. 

2.°  Se  hace  cargo  el  ilustrado  anotador  de  los  lugares  del  Quijote  que  pu- 
dieron prestar  fundamento  á  la  suposición  de  que  Cervantes  satirizó  al  Empera- 
dor Carlos  V,  la  cual  no  admite. 

3.°  Volviendo  sobre  el  tema  de  las  relaciones  entre  Cervantes  y  Lope  de 
Vega  juzga  que  «su  desavenencia,  cuyo  principio  coincide  con  la  publicación 
del  Quijote,  no  pasó  de  una  interrupción  en  su  trato...  y  que  desvanecido  su  re- 
sentimiento, volvieron  á  juzgarse  con  la  mutua  y  respetuosa  imparcialidad  que 
se  halla  testificada»,  por  los  mutuos  elogios  que  después  se  tributaron. 

4.0  Calcula  el  Sr.  La  Barrera  «los  distintos  aspectos  bajo  los  cuales  puede 
ser  considerada  la  absurda  patraña  del  Buscaptét.  En  la  sección  de  Apócrifos, 
trataré  esta  materia  con  extensión. 

244.— Juicio  analítico  del  Quijote,  por  D.  Ramón  Antequera. — Madrid, 
Soler  1863. 

En  8.°  m.  de  427  pág. 

Tomo  II  Bj 


I70  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

Ocupa  gran  parte  de  las  páginas  de  este  libro  un  análisis  ó,  mejor  dicho,  una 
enumeración  de  varios  pasajes  del  Quijote,  practicada  con  el  objeto  de  deducir 
el  pensamiento  moral  y  filosófico  que,  según  el  autor,  entrañan,  y  de  hacer  re- 
saltar las  máximas  que  encierran;  el  cual  trabajo,  de  poca  originalidad  general- 
mente, es,  sin  embargo,  bastante  entretenido,  por  más  que  el  autor,  á  veces, 
emite  conceptos  ininteligibles. 

Más,  el  objeto  principal  del  crítico,  ha  sido  hacer  ver  que  muchos  de  los  per- 
sonajes que  figuran  en  el  Quijote  tuvieron  existencia  real  y  verdadera,  que  eran 
vecinos  de  Argamasilla,  y  que  á  quien  tomó  Cervantes  por  tipo  para  representar 
á  Don  Quijote,  fué  D.  Rodrigo  Pacheco  de  Quijana.  Ingeniosas  son  las  conjetu- 
ras que  el  autor  expone  para  apoyar  su  afirmación,  y  cuando  menos  revelan  la- 
boriosidad y  espíritu  de  investigación  recomendables;  si  bien,  con  el  anhelo  de 
sacar  su  tesis  triunfante  da  demasiada  importancia  y  presta  sobrada  credulidad 
al  sin  número  de  tradiciones  que  referentes  á  Cervantes  en  los  pueblos  de  la 
Mancha  se  conservan.  Esto  le  induce  á  apuntar  conjeturas  tan  poco  acertadas 
como  las  siguientes:  «Partiendo  del  principio  de  que  Cervantes  había  ya  pensa- 
do escribir  un  libro  de  caballería  antes  de  los  sucesos  de  Argamasilla,  lo  que 
debió  suceder  es,  que  ya  una  vez  preso  por  efecto  de  la  locura  de  Quijana,  los 
acontecimientos  todos  inspiraron  su  mente  poética,  y  de  aquí  que  concibiese  la 
idea  de  escribir  su  Quijote,  tomando  por  tipo  á  Quijana...»  «no  continuó  Cer- 
vantes la  segunda  parte,  hasta  que  se  vio  precisado  á  hacerlo  por  la  aparición 
del  de  Avellaneda  sin  la  cual  no  hubiera  escrito  la  suya  Cervantes,  por  lo  que 
parece  todo  fué  providencial  en  el  Quijote;  la  i.'  parte  la  escribió  por  los  suce- 
sos de  su  prisión,  y  la  segunda  por  precisarle  á  ello  Avellaneda».  Asaz  deslum- 
hrado en  los  tales  juicios  ha  andado  el  cervantista  filo-alcazareño. 

El  Vin  y  penúltimo  capítulo  de  su  libro  lo  dedica  el  Sr.  Antequera  á  querer 
demostrar  que  Cervantes  no  es  hijo  de  Alcalá,  sino  de  Alcázar  de  S.  Juan,  em- 
pleando para  ello  sutilezas  y  tortuosidades  que  le  hacen  caer  en  contradicciones, 
y  no  pueden  destruir  lo  que  patentemente  está  probado. 

En  un  artículo  titulado:  «Cervantes  Saavedra  y  el  Quijote»  que  vio  la  luz  en 
el  número  7  de  Octubre  del  afio  187 1  de  la  Crónica  de  los  cervantistas,  se  con- 
gratula el  Sr.  Antequera  del  movimiento  iniciado  para  profundizar  más  y  más  el 
sentido  y  mérito  del  Quijote,  y  ofrece  seguir  ocupándose  en  ello. 

245. — Pastor  y  Bedoya  (D.  Enrique). — Cervantes. —  Revista  Ibérica  de 
Ciencias,  Política,  Literatura,  etc. — Madrid. — Galiano,  1861  á  1863, 
tomo  VII,  pág.  225. 

(Asensio,  Notas  de  libros...  iSSj) 

246. — Sobre  La  Estafeta  de  Urganda,  escrita  por  D.  N.  D.  de  Benjumea. 

Artículo  crítico  del  Sr.  D.  Juan  Valera,  rebatiendo  el  Comentario  filosófico 
del  Sr.  de  Benjumea. — Ocupa  las  págs.  158  á  190  del  tomo  lí,  de  los  Estudios 
críticos  sobre  literatura,  de  D.  J.  Valera,  Madrid,  1864. 

Las  conclusiones  del  Sr.  Valera  pueden  condensarse  en  estas  frases:  «Persis- 
timos en  creer  que  no  hay  tal  simbolismo,  que  en  el  Quijote  todo  es  claro,  y  que 
las  filosofías  que  el  Sr.  Benjumea  piensa  hallar  en  el  Quijote,  son  sus  propias  filo-. 
Sofías.»  En  la  Sección  VIII  amplificaré  este  punto. 

247. — Sobre  la  Dedicatoria  del  Quixote. 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  171 

Artículo  de  D.  J.  E.  Hartzenbusch  en  el  niím.  del  24  de  Abril  de  1864,  del 
periódico  de  Madrid,  Las  Noticias.  En  él  se  trata  un  asunto  nuevo  y  verdade- 
ramente notable.  El  eminente  escritor  descubrió,  y  da  de  ello  cumplida  prueba 
y  detallada  cuenta,  que  la  dedicatoria  del  Quijote  está  formada  con  palabras  y 
cláusulas  de  la  dedicatoria  de  las  obras  de  Garcilaso.  hecha  por  Fernando  de 
Herrera,  y  del  prólogo  del  Lie.''''  Francisco  de  Medina,  publicados  en  Sevilla  el 
año  1580,  esto  es,  15  años  antes.  El  comentario  del  Sr.  Hartzenbusch  á  tan  asom- 
broso hecho,  es  atinado:  «Cuando  Cervantes,  se  valió,  para  su  dedicatoria,  de 
trabajos  ajenos,  algún  poderoso  motivo  á  ello  le  impulsó.» 

En  el  núm.  del  día  26  del  mismo  mes,  del  propio  periódico,  escribió  el  se- 
ñor Benjumea  otro  articulo  aceptando  las  observaciones  del  Sr.  Hartzenbusch;  y 
con  tal  motivo  pasa  á  negar  la  tradición  que  Ríos  contó  de  haber  Cervantes 
leído  el  Quijote  al  Duque  de  Béj^r,  y  tacha  á  éste  de  ignorante  y  estúpido. 

248. — Notas  al  Quijote,  por  los  Sres.  Janer  y  Fernández  Cuesta,  en  la 
ed.  de  Gaspar  y  Roig. — Madrid,  1864. 

En  4.0 

Las  correcciones  del  Sr.  Fernández  Cuesta  demuestran  buen  estudio  del  Qui- 
jote, y  son  algunas  de  ellas  apreciables;  otras,  un  tanto  aventuradas.  Pondré  unas 
cuantas  de  las  más  esenciales: 

EDICIÓN   PRÍNCIPE,    MADRID,    l6o5  EDICIÓN  COR.  POR  FERNÁNDEZ  CUESTA 

Fol.  84,  línea  13: 

Olvidábaseme  de  decir,  que  advierta  vi  estra       Olvidábaseme  de  decir,  dijo  al  marcharse  el 
merced.  bachiller  á  Don  Quijote,  que  advierta  á  vues- 

tra merced. 

Fol.  108  vuelto,  línea  20: 

se  apcasse  á  tomarlos.  ayudase  á  tomarlos. 

Fol.  III,  línea  9: 

que  se  apease  del  asno,  y  atajase.  que  atajase. 

Fol.  120  vuelto,  linea  13: 

con  su  jumento.  como  sin  jumento. 

(Con  estas  tres  últimas  variantes  quiere  arreglar  el  corrector  el  contrasentido 
de  aparecer  Sancho  con  su  jumento  después  de  habérselo  robado  Ginés.) 

Fol.  158,  línea  22: 

mis  fuerzas  ó  mis  disculpas.  mis  fuerzas  ó  mis  repulsas. 

EDICIÓN  PRÍNCIPE,  I615  EDICIÓN  COR.  POR  FERNÁNDEZ  CUESTA 

Fol.  I,  línea  9: 

casi  un  mes  sin  verle.  casi  un  año  sin  verle. 

Fol.  37,  linea  32: 

con  voz  no  muy  desmayada.  con  voz  mansa  y  desmayada. 

Cap.  X. — Fol.  32: 

«Llegando  el  autor,  etc (Este  curioso  principio  del  capítulo,  lo  tras— 

»  lada  el  Sr.  Fernández  Cuesta  al  cap.  XVII;  al- 
teración que  ya  censuré  al  hablar  de  la  edi- 
ción de  Hartzenbusch),  [I,  138]. 


lya  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

Las  notas  del  Sr.  Janer  se  reducen  á  tres  ó  cuatro,  al  principio  de  la  obra. 
La  siguiente  puesta  al  final  del  prólogo  de  la  parte  i.",  es  digna  de  mención: 
fAun  á  nuestros  días  llega  la  fina  sátira  de  Cervantes,  pues  atribuyendo  en  su 
prólogo  &  Horacio  y  á  Catón  versos  de  otros  autores,  se  burlaba  de  ios  que  en- 
tonces y  ahora  han  querido  dar  pruebas  de  conocer  á  fondo  ciertas  obras  cuando 
apenas  saludaron  sus  primeras  páginas.» 

249. — Comisión  de  corrección  del  Quijote,  por  la  Real  Academia  Espa- 
ñola. 

En  el  afio  de  1865  la  Real  Academia  Española  aprobó  un  proyecto,  ya  in- 
dicado años  antes,  cuyas  bases  esenciales  fueron  éstas: 

«i.^  Se  nombrará  una  Comisión  de  cinco  individuos  para  preparar  una  edi- 
ción del  Quijote  convenientemente  ilustrada,  en  4  tomos  del  mismo  tamaño  que 
la  del  siglo  anterior,  sin  láminas  ni  viñetas;  justificando  con  autoridades  de  los 
siglos  XVI  y  XVII  los  puntos  dudosos  en  materia  de  lenguaje,  facilitando  con  no- 
tas la  inteligencia  de  los  históricos,  y  procurando  que  el  texto  jamás  se  aparte  de 
la  lección  más  autorizada. 

2.*  Cuidará  la  Comisión,  juntamente  con  el  Sr.  Bibliotecario,  de  formar 
una  Biblioteca  especial  de  Cervantes^  no  perdonando  medio  para  reunir  cuantas 
ediciones  de  sus  obras  puedan  haberse  á  la  mano,  así  como  de  las  versiones  que 
se  han  hecho  de  ellas  en  distintas  lenguas,  y  de  cuanto  se  ha  impreso  relativo  al 
incomparable  escritor. 

3.a  Valiéndose  de  los  medios  que  para  ello  estime  á  propósito,  formará  la 
Comisión  el  índice  de  palabras  del  Quijote.^-) 

Nombrados  los  Sres.  D.  J.  E.  Hartzenbusch,  D.  Fermín  de  la  Puente  y  Ape- 
chea,  D.  Aureliano  Fernández  Guerra,  D.  Manuel  Cañete  y  D.  Francisco  Cu- 
tanda  para  formar  la  Comisión,  ésta  se  reunió  celebrando  su  i.*  sesión  el  9  de 
Noviembre  de  1865  bajo  la  presidencia  del  Sr.  Hartzenbusch,  actuando  como 
Secretario  el  Sr.  Cutanda.  Se  designaron  las  ediciones  que  debían  servir  para  el 
cotejo,  y  se  acordó  disponer  ejemplares  de  la  edición  de  la  Academia  de  1819, 
intercalando  una  hoja  en  blanco  al  lado  de  cada  una  de  las  de  texto  para  anotar 
en  ellas  las  variantes  y  las  varias  lecciones  que  resulten  del  cotejo. 

Emprendió  con  fructuoso  celo  sus  tareas  la  Comisión,  presidiendo  en  la  tan 
laboriosa  tarea  de  depurar  el  texto,  el  laudable  criterio  de  respetar  el  genuino 
de  las  primitivas  ediciones.  Pero  como  acerca  de  este  criterio  hubiese  discordan- 
cia por  parte  del  Sr.  Hartzenbusch,  quien  quería  se  hiciesen  enmiendas  en  al- 
gunas cláusulas  tal  como  él  las  había  hecho  en  sus  ediciones  de  Argamasilla, 
suscitóse  una  empeñada  discusión  en  la  que  la  mayoría  de  la  Comisión  sostuvo 
«que  no  se  creian  llamados  á  introducir  variantes...;  antes  bien,  se  limitarían 
siempre  á  purificar  el  texto,  restituyéndolo  á  lo  que  salió  de  la  pluma  de  Cer- 
vantes, de  quien  nunca  se  constituirían  en  censores».  El  Sr.  Presidente  propuso, 
y  así  se  acordó,  que  se  llevase  esta  dificultad  á  la  resolución  de  la  Real  Aca- 
demia. 

Continuó  la  Comisión  su  cometido,  imperando  siempre  el  criterio  de  respe- 
tar, en  su  esencia,  el  texto  de  las  ediciones  publicadas  en  vida  de  Cervantes,  y 
en  la  sesión  de  8  de  Febrero  de  1866,  se  dio  cuenta  de  una  carta  del  Sr.  Hart- 
zenbusch en  la  que  «manifestaba  que,  convencido  de  que  no  debía  pertenecer  á 
la  Comisión  del  Quijote  porque  no  le  entendía,  cesaba  de  concurrir  desde  el  mis- 
mo día  á  las  sesiones  de  ella».  La  Comisión  oyó  con  sentimiento  esta  manifesta- 
ción, abrigando  sin  embargo  la  esperanza  de  que  al  fin  no  llegaría  el  Sr.  Hart- 
zenbusch á  insistir  en  su  propósito;  esperanza  que  se  realizó,  por  cuanto  el  se- 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  1 73 

ñor  Hartzenbusch  volvió  á  asistir  á  las  sesiones  desde  la  próxima  de  16  de  Fe- 
brero. En  la  del  19  de  Abril,  el  Sr.  Secretario,  después  de  dar  una  descripción 
de  las  notas  del  Sr.  Cabrera  opinó  que  deberían  considerarse  como  si  fuesen 
una  edición  más  que  consultar  para  el  objeto  que  les  estaba  encargado. 

Continuaron  los  trabajos  en  las  sucesivas  sesiones;  en  la  de  21  de  Noviembre 
de  1867  se  terminó  el  cotejo  hasta  el  fin  del  cap.  XXVII,  en  el  cual  terminaba 
el  tomo  I  de  la  edición  proyectada;  y  en  la  siguiente  sesión  de  28  de  Noviembre, 
se  dio  cuenta  de  que  estaba  acordado  y  aprobado  por  la  Real  Academia,  que 
se  procediese  á  la  publicación  de  dicho  tomo  I,  tan  pronto  como  estuviesen  ter- 
minados los  trabajos  necesarios.  Efectivamente,  hecha  la  corrección  de  esta  parte 
del  texto,  adoptando  alguna  de  las  enmiendas  del  Sr.  Cabrera,  siempre  bajo  el 
criterio  de  conservar  la  lección  tal  como  salió  de  la  pluma  de  Cervantes,  la  Co- 
misión dedicó  sus  sesiones  posteriores  á  acordar  la  forma  y  condiciones  de  la 
nueva  edición,  para  la  impresión  de  la  cual  se  examinaron  varias  muestras  y  pre 
supuestos  presentados  por  diversos  impresores  sin  que  recayera  todavía  elección, 
por  cuanto  la  impresión  de  una  edición  monumental  y  tan  importante  como  la 
que  la  Academia  proyectaba,  requería  maduro  y  detenido  examen.  También  se 
trató  de  si  la  nueva  edición  saldría  con  láminas,  inclinándose  el  Sr.  Director  y 
la  mayoría  de  la  Comisión  á  la  resolución  afirmativa,  contando  con  que  podrían 
aprovecharse  probablemente  algunos  dibujos  del  eminente  profesor  Sr.  Haes, 
pero  no  se  tomó  formal  acuerdo.  Además  de  las  reseñas  que  para  dar  cuenta  de 
sus  fructuosos  trabajos  la  mencionada  Comisión  formuló,  hay  entre  otras,  las  si- 
guientes laudabilísimas  premisas  de  su  recto  é  ilustrado  criterio  en  la  corrección 
del  texto  del  Quijote. 

cLa  Comisión  hace  profesión  desde  el  principio,  de  su  devoción  humilde, 
culto  hasta  supersticioso  á  todo  lo  que  sea  de  Cervantes, — «¿cuál  serla  su  volun- 
tad?»— esto  pregunta  á  todas  horas,  y  en  descubrirla  y  averiguarla,  no  en  adivi- 
narla, cifra  todas  sus  esperanzas  de  aigiin  acierto. » 

«  Cualquier  escritor  es  dueño  de  idear  un  sistema  entero  de  correcciones  y  en- 
miendas en  el  texto  del  clásico,  objeto  de  sus  meditaciones  y  estudio.  Esto  vemos 
que  sucede  ya  con  las  edicionos  de  Argamasilla,  buscadas  y  apreciadas  desde  que 
se  anunciaron,  gracias,  más  que  á  otra  cosa,  á  la  conjianza  que  á  todos  inspiraba 
el  nombre  del  juicioso  corrector  y  anotador.  La  Real  Academia  Española  no 
puede  proceder  de  este  modo,  ni  reproduciendo  ediciones  agenas,  ni  formando  un 
sistema  nuevo  de  correcciones  al  Quijote.» 

Todo  cuanto  he  relatado,  sacado  fielmente  del  libro  de  actas  de  la  Comisión 
del  Quijote,  que  la  Real  Academia,  con  una  benevolencia  para  mí  honrosísima  y 
nunca  bastante  encomiada,  me  ha  franqueado:  todo  ello,  repito,  atestigua  cum- 
plidamente la  solemne  desautorización  que  este  sabio  cuerpo  literario  dio  á  las 
variantes  de  las  dos  ediciones  impresas  en  Argamasilla. 

Y  si  esta  desautorización  no  se  hizo  piíblica,  y  si  la  Academia  no  pudo  dar  á 
luz  la  lujosa  y  correcta  edición  que  estaba  preparando,  debióse  á  varios  hechos 
que  autorizadísimas  personas  me  han  referido  en  los  siguientes  términos: 

«La  Comisión  del  Quijote  celebró  en  5  de  Marzo  de  1868  una  sesión,  que  ha 
sido  la  última,  en  la  que  se  acordó  someter  á  la  Real  Academia  el  presupuesto 
de  la  edición,  que  ascendía  á  Rvn.  65,400  para  una  tirada  de  1,000  ejemplares. 
En  tal  estado  las  cosas,  vino  la  revolución  y  declarada  libre  la  Gramática,  la 
Academia  se  encontró  sin  los  recursos  necesarios,  y  además  alcanzada  de  una 
cantidad  importante  debida  á  los  acreedores,  no  teniendo  medios  para  empren- 
der la  impresión  del  tomo  del  Quijote.  Posteriormente  la  muerte  del  Sr.  Hart- 
zenbusch, y  el  no  haber  parecido  entre  sus  libros  los  trabajos  de  la  edición  pro- 
yectada que  tenía  en  su  poder,  así  como  alguna  de  las  raras  ediciones  que  po- 
seía la  Academia,  forzaron  á  renunciar  por  entonces  á  la  realización  del  pensa- 
miento.» 


174  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

250.  —La  Comisión  de  corrección  del  Quijote  no  poniendo  en  olvido 
otra  de  sus  tareas,  procuró  recoger  y  dar  cuenta  de  todos  los  escri- 
tos y  noticias  referentes  á  Cervantes  y  á  sus  obras. 

En  sesión  de  21  de  Diciembre  de  1865  el  Sr.  de  La  Puente  presentó  un  dra- 
ma en  verso  que  había  recibido,  titulado  Amor  del  Genio,  precedido  de  un  ex- 
tenso prologo  «en  el  que, — dijo, — su  autor,  D.  Manuel  Víctor  Garda  propone 
nada  menos  que  un  sistema  enteramente  nuevo  explicativo  del  lugar  y  de  mu- 
chos de  los  personajes  á  que  Cervantes  alude  en  su  inmortal  obra.» 

En  sesión  de  22  de  Marzo  del  propio  año,  el  Sr.  Fernández  Guerra  anunció 
«haberse  presentado  un  sujeto  proponiendo  la  cesión  de  los  trabajos  manuscri- 
tos del  Académico  D.  Ramón  Cabrera,  referentes  á  corrección  del  Quijote.  Exa- 
minadas y  resultando  que  las  del  Sr.  Cabrera  son  en  general  atinadas,  la  Comi- 
sión acordó  proponer  á  la  Academia  su  adquisición  una  vez  que  no  pareció  muy 
excesivo  el  precio  de  dos  mil  reales  que  por  ellos  se  pedía.» 

251. — Demostraciones  críticas  para  los  lectores  de  el  ingenioso  hidalgo 
Don  Quijote  de  la  Mancha,  impreso  en  Argamasilla  de  Alba,  por 
D.  Zacarías  Acosta. 

Comprende  varios  artículos  insertos  en  el  Museo  Universal  del  1 1  de  Di- 
ciembre de  1864,  y  en  diversos  ntimeros,  desde  Enero  hasta  2  de  Julio  de  1865. 

En  este  trabajo  impugna  el  Sr.  Acosta,  con  razonada  crítica,  cerca  de  50  de 
las  705  variantes  introducidas  en  el  texto  del  Quijote  por  el  Sr.  Hartzenbusch. 

En  el  número  48,  correspondiente  á  28  de  Noviembre  de  1865,  del  mismo 
Museo  Universal^  salió  nn  artículo  anónimo  en  defensa  del  Sr.  Hartzenbusch, 
poniendo  de  relieve  la  gloria  que  le  cabe  por  algunas  de  sus  importantes  correc- 
ciones, pero  confesando  tácitamente  que  pudo  errar  en  las  variantes  que  el  se- 
ñor Acosta  impugnó. 

En  otro  artículo  publicado  en  el  mismo  Museo  Universal  del  4  de  Marzo 
de  1866,  titulado:  «Otro  pasa-volante  á  las  Demostraciones  críticas,  etc.,»  insiste 
el  anónimo  en  que  son  admisibles  las  variantes  de  Hartzenbusch,  y  en  un  tercer 
artículo,  firmado  A,  que  salió  en  el  siguiente  número  de  Marzo,  se  trata  de  de- 
fender dos  de  dichas  variantes,  prometiendo  seguir  otro  día  hablando  de  ello. 

El  Sr.  Acosta  repitió  más  tarde  sus  impugnaciones.  Y  en  los  números 
49  á  52  del  mismo  año  1865,  y  en  los  del  i  á  5,  6  y  7,  11  á  15,  y  18  al  28  del 
año  1866  de  la  citada  Revista  madrileña,  toma  el  propio  Sr.  Hartzenbusch  su 
defensa  en  varios  artículos,  bajo  este  epígrafe:  «Reparos  á  unas  demostraciones 
críticas,  etc...,»  esforzándose  en  probar  que  los  pasajes  por  él  corregidos  estaban 
viciados  por  culpa  del  impresor  ó  del  copiante,  no  de  Cervantes.  Para  terminar, 
saca  á  colación  algunas  variantes  suyas  de  que  no  habla  el  Sr.  Acosta,  y  recuerda 
que  éste  cita  tan  sólo  la  edición  chica  de  Argamasilla,  siendo  así,  que,  en  la 
grande  se  hicieron  varias  enmiendas  á  aquella. 

252. — ¿Quién  fué  Don  Quijote?  Artículo  de  D.  Manuel  Víctor  García  en 
el  Museo  Universal,  del  30  de  Junio  de  1867. 

El  autor  aduce  varios  datos  para  llegar  á  la  conjetura,  ya  indicada  por  el 
señor  Jiménez  Serrano,   de  que  D.  Alonso  Quijada,  tío  de  la  esposa  de  Cer- 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  1 75 

vantes  y  vecino  de  Esquivias,  fué  el  que  sirvió  de  tipo  para  el  protagonista  del 
Quijote.  Dice  que  aquel  hidalgo,  muy  dado  á  las  lecturas  caballerescas,  opuso,  se- 
giín  la  tradición  de  Esquivias,  una  injustificada  y  tenaz  resistencia  al  matrimonio 
de  D."  Catalina  con  Cervantes.  Y  concluye  el  Sr.  García  observando,  que  es  tam- 
bién de  notar  que  en  Esquivias,  en  la  época  á  que  se  refiere  el  Quijote,  había  la 
mayor  parte  de  los  apellidos  con  que  aparecen  los  personajes  convecinos  del 
héroe  en  dicha  novela. 

El  Sr.  Benjumea  en  dos  artículos  «Originales  de  Don  Quijote,»  insertos  en 
el  mismo  Museo  Universal,  de  los  días  5  y  12  de  Octubre  de  1867,  juzga  apre- 
ciables  como  materia  de  erudición  curiosa  las  investigaciones  del  Sr.  García, 
pero  estima  que  «éstas  y  todas  las  análogas  no  han  conducido  hasta  ahora  á  nin- 
guna utilidad  de  parte  de  la  crítica  fundamental  del  Quijote,  pues  el  tal  vecino 
de  Esquivias  no  es  más  ni  menos  original  del  Quijote,  que  otros  infinitos  que 
había  entonces  y  habrá  ahora  y  siempre,  no  sólo  en  España,  sino  en  todo  el 
mundo».  «El  interés  universal  que  el  Quijote  inspira, —  dice  Benjumea, — cree- 
mos ser  harta  prueba  de  que  las  extravagancias,  manías  y  defectos  pintados  por 
Cervantes  son  universales  donde  quiera  que  hay  hombres  y  la  sociedad  existe; 
si  fuera  pintura  de  una  observación  individual,  Cervantes  dejaría  de  ser  el  in- 
térprete de  la  naturaleza;  hubiera  pintado  á  un  hombre,  pero  no  á  los  hombres, 
que  es  el  título  que  conquista  su  gloria  é  inmortalidad.» 

Volvió  á  la  carga  D.  Manuel  Víctor  García  con  otro  artículo  titulado:  «Mas 
sobre  quien  fué  D.  Quijote»,  que  vio  la  luz  en  la  misma  Revista  madrileña,  del 
26  de  Octubre;  pero,  modificando  ya  el  alcance  de  sus  conjeturas,  en  vista  de 
los  artículos  de  Benjumea,  dice:  «Concluimos,  pues,  manifestando  que  estamos 
conformes  con  el  Sr.  Benjumea  en  cuanto  á  su  modo  de  ver  respecto  del  alcance 
y  fundamento  de  la  sátira  del  Quijote,  y  que  ni  antes  ni  ahora  nos  hemos  pro- 
puesto dar  otra  extensión  á  nuestras  observaciones,  que  la  puramente  precisa 
para  autorizar  nuestras  noticias  y  acreditar  la  tradición  en  que  se  fundan...» 

253. — Crítica  de  Críticas,  por  el  Bachiller  Cervántico  (D.  R.  L.  Máinez). 
— Cádiz,  1867. 

El  Sr.  Máinez  contesta  á  la  carta  Comentario  de  Comentarios  que  el  Sr.  Asen- 
sio  escribió  contra  el  Correo  de  Alquife,  y  sale  en  defensa  de  las  interpretacio- 
nes del  Sr.  Benjumea. 

254. — El  Correo  de  Alquife,  ó  segundo  aviso  de  Cid — Azam — Ouzad 
Benengeli,  sobre  el  desencanto  del  Quijote  escrito  por  Nicolás  Díaz 
de  Benjumea. — Barcelona:  Alou  Hermanos,  Editores,  1866. 

En  8.0,  de  8o  pág. 

Dedica  el  autor  68  págs.  de  su  librito  para  hacernos  creer  que  Sansón  Ca- 
rrasco personifica  á  Blanco  de  Paz,  oculto  y  constante  enemigo  de  Cervantes, 
según  Benjumea,  y  que  Casilda  es  el  ideal  del  fanatismo  de  la  Inquisición. 

D.  J.  M.a  Asensio,  que  antes  había  ya  rebatido  las  artificiosas  conjeturas  ex- 
puestas en  La  Estafeta  de  Urganda,  escribió  un  saladísimo  Comentario  de  Co- 
mentarios demostrando:  que  los  infundados  comentarios  filosóficos  del  señor 
Benjumea,  son  la  amplificación  de  las  opiniones  del  Dr.  Puigblanch,  que  Ben- 
jumea hace  una  cita  falsa  cuando  dice  que  la  Inquisición  mandó  expurgar  del 
^«yí'/í  la  frase:  la  fe  sin  obras  es  cosa  muerta,  puesto  que  la  frase  expurgada 


Ij6  Ñolas  y  comentarios  al  Quijote 

dice  así:  las  obras  de  caridad  que  se  hacen  tibia  y  flojamente,  no  tienen  mérito  ni 
valen  nada. 

Otro  de  los  principales  temas  del  folleto  del  Sr.  Benjumea  es  el  referente  al 
escudo  Post  tenébras  spero  lucem.  Pero  esta  materia  requiere  capítulo  aparte. 

255. — El  escudo  Post  tenébras  spero  lucem.,  que  figura  en  la  portada  de 
la  edición  príncipe  del  Quijote. — Su  historía. 

En  las  págs,  72  de  £1  Correo  de  Alquife  y  siguientes  se  esfuerza  el  Sr.  Ben- 
jumea en  probarnos  que  el  escudo  Post  tenébras,  etc.,  que  aparece  en  la  portada 
de  l?s  impresiones  del  Quijote  hechas  por  Juan  de  la  Cuesta,  ttiene  una  relación 
estrecha  con  el  espíritu  del  poema».  Y  como  no  podía  ignorar  que  esa  divisa  es 
antiquísima,  hace  á  su  modo  la  historia  de  su  origen  y  pretende  que  Juan  de  la 
Cuesta  la  modificó  y  aumentó  con  el  lema  Post  tenébras...,  expresamente  para  el 
Quijote.  En  ambos  extremos  va  equivocado.  Para  demostrarlo,  empezaré  repi- 
tiendo, pues  es  aquí  oportunísimo,  lo  que  acerca  de  la  divisa  Post  tenébras...,  dije 
al  describir  la  edición  príncipe  del  Quijote.^  [I,  s.]:  cía  usó  en  sus  armas  Geoffroy 
de  Surgéres.  Sgr,  de  Granges  en  Aunis  (Poitou),  hacia  el  año  i2ios;  «se  encon- 
tró en  Lyon  una  placa  representando  la  figura  de  un  rey — emperador  (Luis  el 
Benigno,  hijo  de  Carlomagno),  con  divisa  en  el  reverso:  Post  tenébras  lucem  fe- 
licitatis  judex  dies  ultimus,  que  es  la  divisa  de  los  judíos  de  Lyon  y  de  Ginebra». 

Después  consignaré  que,  según  es  ya  sabido,  A.  Gemarthio,  á  mediados  del 
siglo  XVI,  usó,  aunque  con  diferente  dibujo,  esa  misma  divisa  con  ese  mismo 
lema;  que  lo  usa  también  Godínez,  de  Medina  (Romancero,  año  i6o2}\  que  lo 
adoptó  igualmente  el  librero  Pedro  de  Madrigal,  quien  al  parecer  exornó  y  en- 
riqueció la  orla,  añadiendo,  además  el  león;  y  que  así  lo  heredó  por  ñn,  Juan  de 
la  Cuesta. 

El  Sr.  Asensio  (Observaciones  sobre  las  ediciones  primitivas  del  Quijote  año 
de  1863,  y  Comentario  de  Comentarios,  año  de  1866),  rebate  extensamente 
la  opinión  de  Benjumea,  y  pone  una  lista  de  13  obras  (impresas  desde  1570  á 
16 18,  por  varios  impresores),  que  ostentan  el  escudo  con  el  lema  Post  tené- 
bras.... Y  á  la  lista  del  Sr.  Asensio  añadiré  los  siguientes  libros: 

«1600. — Forus  antiquus  gothorum...  Excudebat  Petrus  Madrigal.  Matr. — 
Anno  M.DC. 

1 6 14. — Las  obras  de  Pvblio  Viriglio  (sic)  Marón,  traduzido  en  prossa  Caite- 
llana,  por  Diego  López Año  (escudo  Post  tenébras).  1614, — En  Madrid.  Por 

luán  de  la  Cuefta. 

1612. — Obras  de...  Garcilaso  de  la  Vega,  con  anotaciones  y  emmiendas  del 
Maestro  Francisco  Sánchez. — Año  161 2. — En  Madrid,  por  luán  de  la  Cuesta. 
(Bib.'^''  del  Marqués  de  Jerez  de  los  Caballeros'). 

Próximo  á  entrar  en  prensa  este  pliego  recibo  el  importante  libro  titulado: 
La  Imprenta  en  Medina  del  Campo,  por  D.  Cristóbal  Pérez  Pastor...  Obra  pre- 
miada por  la  Biblioteca  Nacional  en  el  Concurso  público  de  1893,  é  impresa  á 
expensas  del  Estado.  —  Madrid.  Establ.  sucs.  de  Rivadeneira,  1895.  —  En  4.0 
de  XII,  526  págs.» 

Varios  son  los  libros  citados  en  esta  obra,  impresos  en  Medina  del  Campo, 
que  llevan  el  escudo  Post  tenébras  spero  lucem.  De  ellos  he  mencionado  ya  al- 
gunos. He  aquí  los  demás: 

Contt  oversia  de  necessaria  residentia  personali  Episcoporum...  per  fratrem 
Bartholomceum  Carranzam...  Metince.  Apud  Adrianum  Ghemartium.  MDL. 
En  16.0  En  este  escudo  aparece  la  mano  saliendo  de  una  nube,  y  sobre  la  mano 
el  halcón,  de  cuyo  pico  sale  el  lema  Post  tenébras...  No  hay  orla  ni  adorno  al- 
guno. 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  177 

Avgvstini  Dati  Senensis  Isagogicvs  libellus  in  eloqutntitz  praecepta...  Metinct 
Apud  Adrianum  Ghemartium.  1535.  (Al  fin).  Mitinee.  Ex  Typographia  Guillel- 
mi  de  Milis,  Expensis  Adriani  Ghemaríii,  1555:  En  8.°  El  escudo  es  el  mismo 
anterior,  encerrado  en  un  óvalo  formado  por  cinco  rayitas  concéntricas. 

Introduction  a  los  Proverbios  de  Séneca:  Por  el  doctor  Pero  Diaz...  En  Me- 
dina del  Campo.  Véndense  en  casa  de  Adrián  Ghemart.  M.D.LII.  (Al  fin).  Fue 
impressa  la  presente  obra  en  Medina  del  Campo,  en  casa  de  Guillermo  de  Millis, 
Año.  M.D.LII  en  folio,  letra  gótica.  Escudo  igual  al  anterior. 

Comedia  Uamada  Flor  mea  (de  Juan  Rodríguez  Florian...  en  Medina  del 
Campo  en  casa  de  Adrián  Ghemart.  1554.  (Al  fin)...  Impressa  en  Medina  del 
Campo  en  casa  de  Guillermo  de  Millis...  En  4.°,  letra  gótica. 

El  escudo  está  dibujado  y  grabado  de  nuevo  con  mayor  pulcritud.  Al  rede- 
dor de  la  divisa  corre  una  larga  cinta  graciosamente  ondulada  con  el  lema  Post 
ienebras...  y  al  pie  la  cifra  del  librero:  > 

Prouerbios  de  Séneca,..  En  Medina  del  Campo  por  Adrián  Ghemart  M.DLV 
en  folio.  Escudo  igual  á  la  edición  de  1552. 

Cisne  de  Apolo...  Por  Luys  Alfonso  de  Caruallo...  En  Medina  del  Campo. 
Por  luán  Godinez  de  Millis.  Año  de  1602. 

Godinez  adoptó  la  divisa  de  Ghemartio  reformando  el  dibujo  el  cual  con- 
siste, en  un  óvalo  con  el  lema  Post  tenebras...,  exornado  con  un  marco  de  estilo 
plateresco,  y  al  pie  la  cifra  de  A.  Ghemartio. 

Es  singular  que  en  el  Romancero  General,  de  1602,  Godinez  de  Millis  utilizó 
para  el  escudo,  un  dibujo  muy  diferente,  de  gusto  barroco  y  más  ordinario;  siem- 
pre con  la  cifra  A.  G. 

Como  se  ve,  Ghemartio  usó  tres  diferentes  dibujos  para  su  escudo,  y  Godi- 
nez de  Millis  los  retocó  y  varió  algo. 

Lo  mismo  hizo  luego  Madrigal,  añadiendo  el  león,  y  suprimiendo  la  cifra 
A.  G.,  pero  la  esencia  del  escudo  fué  siempre  la  misma. 

Juan  de  la  Cuesta  aceptó  el  escudo  tal  como  Madrigal  lo  usaba,  y  es,  por 
tanto,  pura  fantasía  la  del  Sr.  Benjumea  cuando  afirma  que  aquel  impresor  ideó 
y  trazó  la  divisa  Post  tenebras....,  expresamente  para  el  Quijote. 

También  es  probable,  según  me  dice  el  Sr.  Pérez  Pastor,  que  contengan 
el  escudo  Post  tenebras...  algunos  de  los  libros  impresos  en  Alcalá  y  Madrid, 
por  Juan  Ifitguez  de  Lequerica  que  estuvo  casado  con  la  viuda  de  Pedro  Ma- 
drigal. 

Y,  para  terminar  estas  curiosísimas  noticias,  copiaré  también,  el  siguiente 
párrafo  del  Sr.  Pérez  Pastor,  (Documentos  cervantinos.,  etc),  que  confirma  mi  an- 
terior aseveración  respecto  al  escudo  de  la  edición  príncipe  del  Quijote: 

«Encariñado  Madrigal  con  este  escudo  mandó  hacerlo  nuevo,  y  además  otro 
de  mayor  tamaño,  en  el  cual,  conservando  el  lema  Post  tenebras  spero  lucem, 
añadió  el  león  dormido,  y  fué  el  que  usó  en  varias  obras  durante  su  vida  y  sus 
sucesores  hicieron  célebre  poniéndolo  en  la  portada  del  Quijote.-n 

258, — Dos  Cartas  literarias. — Obras  desconocidas  de  Miguel  de  Cervan- 
tes. —Sevilla,  1867. 

En  8.",  de  19  pá?. 

Sumario  de  estas  dos  interesantísimas  cartas:  «Cuna  del  Quijote.  —  ¿Dónde 
se  escribió  la  novela  át  Rinconete  y  Cortadillo? — Canción  desesperada  inserta 
después  en  El  Ingenioso  Hidalgo. — Canción,  cuando  ascendió  á  la  silla  toledana 
el  patrocinador  de  Cervantes. » 

Tomo  II  »3 


178  Notas  y  comentarios  al  Quijote 


Carta  de  D.  José  M."  Asensio  á  D.  Aureliano  Fernández  Guerra  en  la  que, 
confirmando  la  opinión  de  arabos,  asegura  nuevamente  que  la  i.*  parte  del  Qui- 
jote empezó  á  escribirse  en  Sevilla,  y,  citando  el  texto  de  la  novela  Rinconetey 
Cortadillo  que  dice:  cviniendo  de  Castilla  para  Andalucía»,  responde  al  reparo 
de  Hartzenbusch  quien  crefa  sí  que  algo  del  Quijote  pudo  escribirse  en  Sevilla, 
pero  no  lo  principal.  Transcribe  luego  el  Sr.  Asensio  la  < Canción  desesperada» 
tal  como  la  halló  en  un  códice  de  la  Bib."  Colombina,  é  igualmente  la  canción 
A  la  elección  del  Arzobispo  de  Toledo  que,  como  de  Cervantes,  la  envió  años 
atrás  al  Sr.  Hartzenbusch  quien,  contestándole  en  carta  de  25  de  Abril  de  1865 
le  puso  reparos,  y  opinó  que  el  autor  de  dicha  composición  había  de  ser  hombre 
de  Iglesia.  Asensio  haciendo  cotejos  de  alguna  estrofa  con  la  oda  de  Cervantes 
Al  Conde  de  Saldaña,  se  afirma  en  que  ambas  parecen  de  un  mismo  autor. 

11 

Sigue  la  carta-ccntesíación  del  Sr.  Fernández  Guerra  en  la  que  el  ilustre  cer- 
vantista, sustentando  su  opinión  conforme  con  la  del  Sr.  Asensio  respecto  á  la 
cuna  del  Quijote,  aduce  varios  razonamientos  y  pruebas  que  se  condensan  en  las 
siguientes  conclusiones:  «Argamasilla  de  Alba  no  tuvo  cárcel  durante  el  siglo  xvi 
y  principios  del  siguiente»;  cLa  idea  del  Quijote  nació  por  el  otoño  de  1597  en 
la  cárcel  de  Sevilla.» 

Estas  dos  eruditas  cartas  se  reimprimieron  en  la  Revista  Cervantes,  de  Ma- 
drid, números  de  16,  22  y  30  de  Marzo,  y  8  de  Abril  de  1876. 

259; — González  Ruano  (D.  Agustín). — El  Quixote. — Consideraciones 
críticas  acerca  de  esta  obra.  En  La  Andalucía,  periódico  de  Sevilla, 
Marzo  de  1868. 

(Asensio,  núm.  129,  de  su  Nota  de  libros...  1885.) 

260. — Aniversario  de  la  muerte  de  Cervantes,  por  D.  Nicolás  Díaz  de 
Benjumea. 

Muteo  Universal,  t.  XII,  año  1868,  pág.  126. 

esquíen  duda  de  que  la  critica  ha  de  trocar  en  luz  diáfana  las  tinieblas  que 
aun  puedan  envolver  las  cuestiones  referentes  al  primitivo  plan  de  concepción  y 
generación  de  su  Quijote?* 

«cada  dia  se  van  disipando  oscuridades  y  tinieblas;  cada  día  por  extraño 
modo  y  al  parecer  desusados  caminos,  se  hallan  nuevos  datos  conque  adelantar 
en  la  tarea  de  la  comprensión  de  la  obra  y  del  autor.» 

El  Sr.  Benjumea  da  fe  á  la  falsa  anécdota,  pasada  por  tradición  según  él,  del 
embajador  francés  que  visitó  al  aprobante  de  la  2.^  parte  del  Quijote,  y  del  cual 
se  dice  que  «elogiando  la  obra  á  Cervantes  en  persona,  contestó  éste:  mejores  co- 
sas habría  escrito^  d  no  ser  por  el  Santo  Oficiot. 

«no  es  providencial  también  que  se  haya  conservado  en  el  Museo  de  Sevilla 
el  cuadro  de  Francisco  Pacheco,  donde  se  halla  el  retrato  cuya  copia  reprodu- 
cimos en  este  niímero?...  en  adelante  podemos  decir  que  poseemos  la  vera  efigie 
del  autor  del  Quijote.* 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  1 79 

261 — Ni  Cervantes  es  Cervantes,  ni  el  Quijote  es  el  Quijote.  Un  paseo 
por  las  páginas  de  la  inmortal  obra.  Prólogo,  Proemio,  Prefacio,  In- 
troducción, Prospecto,  ó  mas  claro:  Opúsculo  precursor  de  una  edi- 
ción (sin  notas)  del  verdadero  D.  Quijote  de  la  Mancha  con  el  testo 
genuino  de  su  autor,  hallado  por  un  pretendiente  á  la  de  Argama- 
silla.  Precio  3  reales. — Santander,  1868,  imprenta  de  la  Gaceta  del 
Comercio;  Libreria  de  Fabián  Hernández. 

En  8°  p.  de  48  pág. 

Obra  que  el  lector  juzgaría  escrita  en  broma,  si  no  hiciera  su  autor  tan  gran- 
des esfuerzos  para  hablar  en  serio.  Creo  se  conocerá  su  propósito  transcribiendo 
los  siguientes  trozos:  «Lo  que  yo  me  propongo  es  probar  que  Cervantes  no  es- 
cribió la  historia  de  Don  Quijote  tal  cual  hoy  está,  mas  loca  que  el  loco  que  re- 
presenta... pues  los  malandrines  de  los  impresores  y  comentadores  le  han  trastor- 
nado el  juicio  de  tal  manera,  que  es  tan  difícil  comprender  hoy  á  Cide  Hamete 
Benengeli  como  á  Don  Quijote  cuando  hablaba  de  caballeros  andantes.  Lo  mis- 
mo digo  respecto  á  su  autor,  es  decir,  que  en  su  día  probaré  que  Cer\'antes  no  es 
la  caricatura  ridicula  que  nos  presentan  sus  biógrafos.» 

«Mas  no  entra  en  nuestro  ánimo  tocar  uno  por  uno  todos  los  puntos  falsos 
eti  que  han  incurrido  los  comentadores  del  Quijote;  sólo  nos  hemos  propuesto 
aquí  hacer  ver  al  mundo  que  la  inmortal  obra  fué  adulterada  desde  el  momento 
que  salió  de  las  manos  de  su  autor...  y  este  libro  ha  ido  apartándose  del  testo 
original,  á  medida  que  ha  ido  pasando  por  tantísimos  editores,  comentadores  y 
correctores,  ó  mejor  dicho,  corruptores  de  la  obra.»  (1) 

Entrando  incontinenti  en  materia,  apunta  el  autor  Xn  notas  al  Quijote^  de 
las  cuales  una  puede  pasar,  cuatro  son  ociosas  y  las  otras  tan  poco  en  su  punto, 
cual  podrá  juzgarse  por  la  muestra: — «I.  Que  es  error  el  decir  en  la  portada  Don 
Quijote  compuesto  por  Miguel  de  Cervantes  Saavedra,  pues  en  el  texto  Cervan- 
tes dice  que  la  compuso  en  árabe  Benengeli  y  él  la  tradujo  al  castellano. — IV. 
Que  donde  dice  jí7  aunque  parezco  padre  soy  padrastro  de  Don  Quijote,  áthQ 
leerse  al  revés:  _>'6'  aunque  parezco  padrastro  soy  padre  de  Don  Quijote,  etc.  Y 
así  por  este  jaez  son  las  demás  notas. 

Concluye  el  opúsculo  con  el  prospecto  y  las  reglas  á  que  ha  de  sujetarse  la 
edición  del  Quijote  que  el  autor  promete  publicar  en  breve.  He  aquí  las  más  cul- 
minantes y  estrambóticas:  «4.*  La  primera  edición  del  Quijote  con  variantes  del 
pretendiente  académico  á  la  de  Argamasilla,  no  se  imprimirá  en  Madrid,  porque 
en  Madrid  toda  incomodidad  hace  su  asiento,  y  para  el  trabajo  propuesto  se  nece- 
sita//-««^«///VíZí/í^í;  íj^/r/V/^.»  «7.^  Declaro  que  á  Fabián  Hernández  tengo  ce- 
dido el  derecho  de  propiedad  del  Quijote  con  mis  variantes,  bajo  condición  que 
no  ha  de  añadir  ni  quitar  una  sola  letra  del  testo  original  que  yo  le  entrego,  ni 
ha  de  poner  notas,  advertencias,  acotaciones,  comentarios  ni  otras  zarandajas.» 
— <io.  Las  variantes  irán  en  letra  bastardilla  para  que  los  editores  sucesivos  de 
Don  Quijote  (que  probablemente  no  los  habrá  ya),  no  aleguen  ignorancia  ante 
la  Ley.» — ne,.  Exijo  que  todas  las  ediciones  de  Don  Quijote  que  se  hagan  con 
mis  variantes  lleven  portada  encamada  y  negra,  por  ser  el  distintivo  con  que 
comunmente  distinguen  los  bibliógrafos  las  obras  notables.» 

La  tal  edición,  por  supuesto,  no  vio  la  luz,  pero  en  el  diario  de  Madrid,  El 
Tiempo  en  varios  artículos  desde  5  de  Enero  á  16  de  Marzo  de  1871,  apareció 


(i)    Si  habla  por  el  Sr.  Hartzenbusch  tiene  razón;  pero  valiera  más  que  lo  dijera  claro. 


1 8o  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

un  nuevo  y  empalagoso  trabajo.del  Sr.  D.  Fabián  Hernández  en  el  que  afirma  que 
posee  el  original  del  Quijote  y  que  con  él  ha  podido  rectificar  los  errores  come- 
tidos en  todas  las  ediciones,  así  como  las  notas  y  comentarios  de  Mayans,  Ríos 
y  Hartzenbusch  >  las  cronologías  ideadas  por  estos  dos  últimos;  de  lo  cual  ha- 
bía ya  tratado  D.  Fabián  en  un  opúsculo  del  que  se  tiraron  sólo  40  ejemplares, 
titulado:  «Bellezas  del  ingenioso  hidalgo  Don  Quijote  de  la  Mancha,  ocultas 
hasta  ahora  para  el  lector  en  el  original,  ó  Don  Quijote  regenerado,  su  autor  de- 
fendido, el  rucio  desembrollado  y  los  comentadores  confundidos  por  el  texto  au- 
téntico de  Cide  Haraete,  hallado  por  el  pretendiente  á  la  de  Argamasilla.» 

La  substancia  de  ese  larguísimo  y  pretencioso  trabajo,  extractada  de  entre  el 
fárrago  de  citas  y  de  censuras  y  desembarazada  del  mucho  bombo  y  platillos  se 
reduce  á  lo  siguiente: 

I 

« I  .^  P.  Cronología  ó  diario  de  las  tres  campañas  que  hizo  Don  Quijote  sa- 
cada fielmente  del  manuscrito  de  su  historiador  y  cronista  Cide  Hamete  Benen- 
geli.» 

Según  esta  cronología^  sale  Don  Quijote  de  su  casa  el  Viernes  26  de  Julio  de 
i<)02  y  vuelve  á  ella  en  la  carreta  de  bueyes  el  Domingo  i.°  de  Septiembre. 

«2."  P.  Hace  una  3.*  salida  el  Viernes  29  de  Julio  de  16 12;  el  30  de  Julio  es- 
cribe Sancho  á  su  mujer  y,  obligado  Cervantes  por  Avellaneda,  fija  el  año  de  la 
acción  en  16 14,  y  abandona  el  diario  semanal  de  1612»,  y  el  Domingo  5  de  Oc- 
tubre, muere  Alonso  Quijano  el  Bueno. 


Sigue  la  cronología,  en  sus  detalles,  y  enumera  el  Sr.  D.  Fabián  sus  varian- 
tes, á  saber: 

«así  iba  tras  su  amo  sentado  á  la  mujeriega  en  las  ancas  de  Rocinante.* 

(Tiene  D.  Fabián  á  D,  Q.  restableciéndose  en  cama,  casi  zo  meses) 

«hallan  á  la  Duquesa  al  salir  el  sol  y  al  trasponer  de  una  selva.) 

«el  rubicundo  Apolo  tendido /<?r  la  ancha  faz  de  la  espaciosa  tierra...* 

«el  ancho  y  conocido  campo  de  Montiel.» 

«no  te  dirá  el  boquiiu*,  [boquituerto  supone  D.  Fabián). 

«requiebros  y  cartas  de  desatinos.» 

«un  pan  tan  negro  como  mugriento  y  tan  mohoso  como  sus  armas. s 

«tenia  puesta  la  celada  y  no  alzada  la  visera.» 

«apocado  y  falso  lecho  de  Don  Quijote.» 

Sin  concluir  dejó  D.  Fabián  su  tan  cacareado  trabajo  prometiendo  la  edi- 
ción, que  no  ha  aparecido. 

Culpa  de  ello  fué  \s.  falta  de  recursos.,  según  dicho  Sr.  afirma  en  dos  artícu- 
los que,  con  el  pseudónimo  de  El  Académico  de  Argamasilla,  vieron  la  luz  en 
El  Tiempo,  días  31  de  Octubre  y  1.°  de  Noviembre  del  mismo  año  1871.  En 
ellos  niega  que  sea  Argamasilla  el  pueblo  donde  estuvo  preso  Cervantes,  ni  el 
lugar  de  la  Mancha  donde  vivía  el  hidalgo  dé  lanza  en  astillero,  el  cual  lugar, 
supone  D.  Fabián,  ser  una  aldea  que  existió  entre  el  Toboso  y  Villamayor  de 
Santiago. 

A  contradecir  esta  negación  de  D.  Fabián,  se  dedicaron  dos  artículos  en  el 
número  de  la  Crónica  de  los  Cervantistas,  del  1 2  de  Diciembre  siguiente.  Es  el 
uno  de  ellos,  titulado  «Cervantes  Saavedra  y  el  Quijote,»  del  Sr.  D.  Ramón  de 
Antequera.  Y  en  el  otro,  cuyo  epígrafe  es  «Patria  de  Don  Quijote»,  el  Sr.  D.  Fer- 
mín Caballero,  que  conocía  el  Quijote  harto  mejor  que  D.  Fabián,  y  que  en  ma- 
terias geográficas  sabía  más  que  cien  Fabianes  juntos,  deshace  y  pulveriza  los 
argumentos  y  conjeturas  del  Pretendiente  d  la  de  Argamasilla. 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  l8l 

Del  optisculo  iNi  Cerv.  es  Cerv.  eic.,*  salió  una  critica  ea  La  Iberia,  de 
Madrid,  día  i8  de  Agosto  de  1868. 

262 —Recuerdos  de  Toledo,  sacados  de  las  obras  de  Miguel  de  Cervan- 
tes Saavedra.  Carta  á  M.  Droap,  misterioso  corresponsal  en  Espa- 
ña del  muy  honorable  Doctor  E.  W.   Thebussem,  etc.,  por  D.  An- 
tonio Martin  Gamero,  etc.  —Toledo,  imprenta  de  Pandeé  hijo  1869. 
En  S."  de  60  pág. 

263. — Recuerdos  de  Cervantes.  El  Compás  de  Sevilla,  de  D.  José  Ma- 
ría Asensio. 

En  8°  de  31  pág. 

Acompañada  de  un  croquis  en  el  cual  se  indica  el  sitio  que  probablemente 
ocupaban  la  Mancebía  y  el  Compás  en  los  siglos  xvi  y  xvii.  Folleto  muy  bien 
impreso,  en  hermoso  papel  de  hilo. 

264. — Carta  de  Ginés  de  Pasamonte  á  Don  Quijote  de  la  Mancha. — Per- 
chel de  Málaga,  21  de  Enero  de  1869. 

Esta  carta  del  Dr.  Thebussem  es  una  donosa  sátira  contra  los  principios  so- 
cialistas que  propagaban  algunos  llamados  republicanos.  Sirva  de  muestra  del 
estilo,  este  saladísimo  párrafo: 

«Aquí  en  Málaga  hemos  trabajado  también  haciendo  fuego  al  gigante  Reac- 
cionambro  (al  cual  dicen  que  protege  la  encantadora  Mano  Oculta),  y  ahora  me 
ha  tenido  vuesa  merced  influyendo  en  esto  que  le  dicen  el  Sufragio.  Hánmelo 
pagado  muy  bien  por  cuenta  de  la  princesa  Republicandria,  y  asi  nunca  me  fal- 
tan algunos  reales  de  á  ocho  en  la  escarcela.» 

Reunióse  esta  carta  á  la  Primera  Ración  de  artículos  del  Dr.  Thebussem,  un 
tomo  de  573  págs.,  impreso  en  Madrid  el  afio  de  1892. 

265. — Siete  cartas,  sobre  Cervantes  y  el  Quijote,  dirigidas  al  Dr,  E.  W. 
Thebussem,  barón  de  Tirmenth,  en  los  años  de  i86«  á  1868,  por 
M.  Droap.— Cádiz,  i868. 

Ed  4.°  de  67  pág-,  acompafian  á  esta  carta  8  apÉndices  y  5  addtndas. 

— Droapiana  del  año  1869,  Octava  carta  |sobre  Cervantes  y  el  Qui- 
jote, dirigida  al  muy  honorable  Doctor  E.  W.  Thebussem por 

el  Señor  M.  Droap. — Publícala  con  apéndices  D.  Mariano  Pardo  de 
Figueroa,  correspondiente  de  la  Academia  de  la  Historia  y  del  Ins- 
tituto Arqueológico  de  Roma.— Madrid.  M.DCCCLXIX.— (Al  fin): 
Fué  impreso  el  presente  folleto  en  Madrid,  imprenta  de  M.  Rivade- 
neyra,  en  el  mes  de  Noviembre  del  año  1869. 

En  8.°m.  de  IV.-  127  pág. 


iSz  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

Los  4  apéndices  primeros  señalados  de  A  á  D,  son  4  curiosos  artículos  del 
Dr.  Thebussem,  que  habían  ya  sido  antes  impresos  en  diarios  españoles  y  ex- 
tranjeros, titulados:  Bibliografía. — Descripción  del  túmulo  de  Felipe  II .  (i)— Bi- 
bliografía.—  Cervantes  marino. — Berrido  bibliográfico,  Ni  Cervantes  es  Cervan- 
tes, etc.,  (es  una  saladísima  burla  del  libro  de  Fabián  Hernández,  [261] ). —  Cer- 
vantes y  lo  verde. 

En  los  apéndices  que  siguen  alfabéticamente  de  E  á  U,  se  transcriben  15 
juicios  sobre  las  Epístolas  Droapianas^  de  otros  tantos  periódicos  nacionales  y 
extranjeros;  y  los  últimos  apéndices,  que  por  orden  alfabético  corren  desde  V 
hasta  RR,  son  cartas  de  diversos  afamados  literatos  y  de  varias  Sociedades  cien- 
tíficas y  literarias  de  dentro  y  fuera  de  España,  elogiando  y  celebrando  las  DroO' 
piañas  anteriores. 

El  entusiasmo  con  que  fueron  antes  recibidas  las  Siete  Droapianas,  y  ahora 
la  Octava,  fué  unánime;  y  es  imposible  dar  cuenta  de  todos  los  que  escribieron 
artículos  y  dirigieron  cartas  á  su  ingeniosísimo  autor,  alabando  merecidamente 
esas  tan  apreciables  Cartas  cervánticas,  las  cuales  quedarán  siempre  como  un 
monumento  literario  elevado  á  la  memoria  de  Cervantes.  Ellas  forman  un  rico 
tesoro  de  datos  y  noticias  referentes  á  Cervantes  y  á  sus  obras,  y  con  ellas  avivó 
y  realzó  el  Dr.  Thebussem  por  maravilloso  modo,  el  culto  á  nuestro  inmortal 
Ingenio,  que  andaba  asaz  descuidado. 

Aunque  en  otros  lugares  de  esta  obra  he  descrito  varios  trabajos  cervánticos 
del  Dr.  Thebussem,  son  tan  interesantes  todos  lo  que  han  salido  y  salen  de  su 
ingeniosa  pluma  que  trataré  de  recopilarlos.  Difícil  se  hace  de  reunidos,  pues 
se  han  publicado  en  diversos  periódicos,  pero  me  lisonjeo  de  que  el  siguiente 
inventario  debe  de  ser  completo. 

Opúsculos 

Epístolas  Droapianas...  siete  cartas...  Cádiz,  1868,  en  4.° 

Droapiíina  de  i8óg  Octava  carta...  Con  39  apéndices. — Madrid,  1869,  en  4.° 
(Conservo,  con  el  ej.  n.°  234  la,  para  mí  muy  estimable  esquela  autógrafa  que  le 
acompañaba.) 

Hojas  sueltas 

Programa  de  las  fiestas...  de  los  locos  toledanos...  Gibraltar,  1876.  —  Pliego 
en  folio. 

(Este  pliego  y  los  dos  optísculos  anteriores,  fueron  impresos  en  corto  numeró 
de  ejemplares,  y  no  se  pusieron  en  venta.) 

Periódicos 

Miscelánea  cervántica. 

Caza  menor.  Donosísima  carta,  censurando  «la  manía  de  que  se  halla  poseí- 
da una  gran  parte  de  los  escritores  españoles»,  y  burlándose  con  mucho  gracejo 
de  varios  ramplones  versos  dedicados  á  Cervantes. 

Caza  menuda. 

Fecho  á  medio  mogate.  Erudito  articulo  de  M.  Droap  al  Dr.  Thebussem...  en 
el  que  se  quiere  explicar  la  suspensión  de  las  Droapianas,  y  anuncia  el  propó- 
sito de  ocuparse  en  la  Philatelia. 

(i)  Se  hizo  tirada  aparte  con  este  título:  «Carta  bibliográfica  del  Dr.  E.  W.  Thebussem 
á  D.  Francisco  de  B.  Palomo,  sobre  la  descripción  del  tiímulo  y  exequias  del  rey  D.  Felipe  II. 
— Sevilla,  G.  Itquierdo,  1869,  13  pág.  en  8.° 


Notas  y  Comentarios  al  Quijote  l8j 

Latines. — Aclaración. — Putas  y  Alcahuetes. — Laudes  completas. 

(Estos  escritos  fueron  publicados  en  la  Crónica  de  los  Cervantistas. — Cádiz, 

1871-77) 

Bibliografía  cervántica. 

Las  Notas  de  Harízenhusch  á  la  primera  edición  del  Quijote,  [Revista  Euro- 
pea — Madrid,  2  de  Agosto  de  1874). 

Misiva  cervántica.  [Ilustración  española  y  americana. — Madrid,  15  de  Sep- 
tiembre de  1874.) 

Un  Albalá  de  Felipe  III. — Trátase  en  este  artículo  de  las  primeras  edicio- 
nes del  Quijote.  {El  Cádiz,  de  10  de  Junio  de  1877,  de  Cádiz.) 

A  las  diez  ó  d  las  veinte  {La  Época. — Madrid,  5  de  Enero  de  1880).  En  este 
escrito  interpretó  de  un  modo  que  nadie  lo  había  hecho  las  palabras  á  las  diez 
ó  á  las  veinte  de  la  Ded>  de  la  P.  II  del  Quijote,  al  Conde  de  Lemos;  locución 
que  admitió  la  Academia  Española,  insertándola  en  la  voz  correo  de  la  XII  edi- 
ción de  su  Diccionario. 

Fallida  mors. 

Como  muchos  de  estos  artículos  han  sido  reimpresos  en  varios  periódicos, 
almanaques  y  publicaciones,  he  señalado  aquellos  que  será  posible  hallar  con 
menos  dificultad.  Debe  advertirse  que  los  citadas  escritos  aparecen,  los  unos 
anónimos,  y  los  otros  con  letras  iniciales  ó  las  firmas  de  Enema,  Droap,  Mar- 
molejo.  Pardo,  Tagarote,  Ruffer,  etc. 

A  mi  entender  los  trabajos  thebussianos  ni  tienen  pretensiones  filosóficas,  ni 
puede  formarse  con  ellos  una  síntesis  de  la  opinión  del  autor  en  el  campo  de  los 
cervantistas.  Segtín  el  parecer  de  un  allegado  del  Dr.,  no  pasan  de  temas  de 
erudición,  cuyo  atractivo  es  relacionarse  con  el  Quijote.  Pero — añadiré  yo, — en 
esta  materia,  ¡qué  alto  se  ha  colocado  el  Dr.  Thebussem!  El  ha  sido  en  nues- 
tros tiempos  el  mejor  y  mayor  propagador  de  la  obra  de  Cervantes.  En  1857  la 
afición  al  grande  escritor  se  hallaba  adormecida  en  España,  y  el  Dr.  escribió 
anualmente  las  Epístolas  Droapianas,  reseñando  en  ellas  cuanto  suceso,  libro, 
folleto,  estampa  ó  poesía  se  relacionaba  con  el  Hidalgo  manchego.  Continuó 
por  diez  y  nueve  años  insistiendo  en  su  tema,  hasta  que,  arrepentido  á  lo  que 
parece  del  exagerado  giro  de  cervantismo,  manifestó  su  enojo  en  el  Programa 
de  los  locos  toledanos,  burlándose  de  los  versos  y  fiestas  que  se  tributaban  á  Cer- 
vantes, y  que  ciertamente  llegaron  á  tocar  en  lo  ridículo.  Algo  corrigió  dicha  sá- 
tira, que  lejos  de  agraviar  á  las  personas  en  ella  citadas  parece  que  tuvo  la  suerte 
de  enojar  tan  sólo  á  las  preteridas. 

Advertiré  también  que  el  Dr.  Thebussem  vulgarizó  la  voz  cervántico,  y,  se- 
gún creo,  usó  antes  que  nadie  la  de  cervantista,,  ambas  ya  hoy  de  uso  corriente 
é  inventariadas  en  la  duodécima  edición  del  Diccionario  académico  de  la  lengua 
castellana.  «^ 

Y  terminaré  recordando  que  en  todos  los  trabajos  cervánticos  del  castizo  es- 
critor, que  se  oculta  bajo  el  seudónimo  de  El  Dr.  Thebussem  hemos  saborea- 
do las  bellezas  de  un  estilo  que  nos  encanta,  y  de  un  lenguaje  que  nos  deleita. 
Por  esto,  y  respetando  los  motivos  que  para  ello  ha  tenido,  deploro  que  haya 
cesado  en  sus  tan  fructuosas  tareas  cervantescas. 

El  Dr.  Thebussem,  con  aplauso  de  todos  los  cervantistas,  ha  impreso  sus  tra- 
bajos cervánticos  en  un  lujoso  volumen  en  4.0  de  XVI, — 417  páginas,  con  este 
titulo:  «Segunda  Ración  de  Artículos  del  Doctor  Thebussem  Caballero  del  Há- 
bito de  Santiago. — Madrid,  Año  de  mil  ochocientos  noventa  y  cuatro.» 

Más  adelante  volveré  á  hablar  de  este  libro. 

266. — El  Cetarion.  Descripción  de  la  Almadraba  de  Zahara,  por  D.  Ig- 
nacio López  de  Ayala  (siglo  XVIIl). 


gS^  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

Dio  noticia  de  este  poema  latino  D.  Juan  Sempere  Guarióos,  en  su  Ensayo 
de  una  Biblioteca  Española  de  los  mejores  escritores  del  remado  de  Carlos  III, 
Madrid,  1785-89,  y  lo  mencionó  D.  Cesáreo  Fernández  Duro  en  el  Anuario  de 
Fesca  de  i86g\  lo  cual  dio  ocasión  al  Dr.  Thebussem  de  escribir  un  erudito  ar- 
ticulo, en  forma  de  carta  a  aquel  distinguido  marino  cervantista,  describiendo 
minuciosamente  el  manuscrito  de  la  obra  de  Ayala,  de  su  propiedad,  cuyo  titulo 
es  el  siguiente:  Ignatti  Lupi  Ayalaet  |  Cetarion  \  sive  \  de  Thynnorum  ad  fre- 
tum   Herculeum  piscatura  \  Ltbri  III. 

En  el  lib.  II  se  halla  mención  de  la  pintura  que  de  los  picaros  de  la  pesca  de 
los  atunes  en  Zahara  hace  Cervantes  en  la  Ilustre  Fregona.  Copiaré  el  pasaje 
tal  como  de  él  habla  el  Dr.  Thebussem,  en  la  pág.  379  de  su  Primera  ración  de 
artículos,  í'/'í.— Madrid,  1892: 

«El  primer  epígrafe  es:  I.  Excusalis  de  ncbulonibus,  y  disculpándose  el  autor 
de  no  ser  el  primero  que  haya  descrito  á  los  picaros  de  la  almadraba  de  Zahara, 

consigna  que: 

Pinxerat  hanc  oiim  felix  Quixotidos  auctor 

Cervantes  faecem  Jttvenes  eiim  duxit  aniicos  -, 

Errones,  gentisque  asius,  animosque  notavit 

(Traducción. — Cervantes,  el  inmortal  autor  del  Quijote,  habla  pintado  á  esta 
canalla  haciéndola  amiga  de  aquellos  mozos  truhanes,  y  notó  la  astucia  de  los 
ánimos  de  tal  gente.) 

267. — ^José  María  Asensio. — Cervantes  y  sus  Obras. — Cartas  literarias 
dirigidas  á  varios  amigos. — Sevilla,  imprenta  que  fué  de  D,  J.  M, 
Geofrin,  1870. 

En  8."  de  100  pág.  y  2  hoj.  para  el  índice. 

Comienzan  el  libro  tres  cartas  escritas  á  D.  Nicolás  Díaz  de  Benjumea  en 
1863  y  publicadas  en  El  For venir,  periódico  de  Sevilla.  En  ellas  impugna  el  se- 
ñor Asensio  las  interpretaciones  expuestas  por  el  Sr.  Benjumea  en  La  estafeta 
de  Urganda.  Entre  otras  cosas,  prueba  que  es  «equivocación  grande»  decir:  Al 
tiempo  que  en  Álcali  de  Henares  nuestro  poeta,  nacía  otro  Cervantes  en  la  Man- 
cha... ^No  es  posible  que  muchas  de  las  tradiciones,  noticias.^  memorias,  cartas  y 
documentos  convengan  con  el  Manchego y  no  con  el  Castellano?  «Ese  error  de  la 
Estafeta — dice  el  Sr.  Asensio — es  aquí  de  gran  monta,  pues  los  once  años  de 
diferencia  en  el  alcazareño  y  el  alcalaino  son  la  mejor  antorcha  para  no  confun- 
dir la  biografía  de  ambos  Cervantes  »  Hoy  gracias  al  descubrimiento  de  la  fal- 
sedad de  la  partida  de  bautismo  de  Alcázar,  toda  la  argumentación  de  Benjumea 
cae  por  el  suelo. 

Deshace  también  el  Sr.  Asensio  las  otras  interpretaciones  del  autor  de  La 
Estafeta,  como  son  las  de;  que  el  encantador  invisible  que  persiguió  d  Don 
Quijote  fuera  Blanco  de  Faz;  que  Isabel  no  era  hija  natural  de  Cervantes,  sino 
adoptiva;  que  Blanco  de  Faz  fué  el  falso  Avellaneda. 

Habiendo  Benjumea  contestado  en  tono  muy  acre,  Asensio  le  dirigió  otra 
carta  firmada  El  Anónimo  Sevillano,  y  dio  por  abandonada  la  polémica,  «porque 
se  le  dio  un  giro  que  la  desviaba  completamente  de  sus  intentos». 

A  la  pág.  59  empieza  el  Comentario  de  Comentarios,  donoso  trabajo,  dirigido 
á  Mr.  Mariano  Droap,  impugnando  las  nuevas  interpretaciones  desarrolladas 
por  Benjumea  en  su  Correo  de  Alquife,  y  que  «el  empeño  de  probar  que  Cer- 
vantes censuraba  la  Inquisición»  le  vino  de  los  escritos  de  D.  Antonio  Puig- 
blanch,  y  que  no  es  cierto  «que  la  aparición  primera  del  escudo,  coincidiese  con 
la  época  en  que  Cervantes  se  hallaba  en  relaciones  con  Juan  de  la  Cuesta.» 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  185 

Concluyen  el  interesante  folleto  dos  cartas.  En  la  primera,  dirigida  por  Ben- 
jumea  á  Asensio  desde  Madrid,  á  22  de  Mayo  de  1868,  pretende  que  el  señor 
Asensio  decía  que  aquél  no  era  el  autor,  sino  el  publicador  de  La  Estafeta  de 
Urganda.  En  la  segunda,  de  Asensio  á  Benjumea,  le  aclara  sus  insinuaciones, 
cuando  dijo  que  «el  origen  probable  de  La  Estafeta  de  Urganda  está  en  los  es- 
critos de  Puigblanch». 

268. — Noticia  del  Compás  de  Sevilla,  mencionado  por  Cervantes  en  el 
Ingenioso  Hidalgo.    -  Por  D.  A.  Martin  Gamero. 

(Ilustración  Española  y  Americana,  Madrid,  1870,  núm.  22,  pág.  341.) 
269. — Almanaque  de  Cervantes. 

Debía  contener  una  larga  serie  de  efemérides  cervantescas.  Lo  anunció 
como  próximo  á  aparecer  su  autor  D.  Francisco  M.  Tubino  en  una  «Epístola 
cervantina»,  publicada  en  la  Crónica  de  los  Cervantistas,  día  12  de  Diciembre 
de  1871. 

270. — Cervantes  y  la  filosofía  española,  por  D.  Federico  Castro.  —  Se- 
villa. —  Girones  y  Orduña,  1870. 

(Asensio,  núm.  67,  de  Nota  de  libros,  1885.) 

Tratare  de  ello  en  la  sección  titulada  Cervantes  polígrafo. 

271. — Asensio  (D.  José  M.)  —  Sobre  el  sentido  oculto  del  Quixote.  — 
Discurso  de  recepción  en  la  Real  Academia  Sevillana  de  Buenas 
Letras,  el  23  de  Abril  de  187 1.  —  Contestación  al  mismo,  por  don 
Juan  José  Bueno.  —  Sevilla.  —  Tarascó,  1871. 

Ed  4.°,  de  42  págs. 

(Asensio,  núm.  28  de  su  Nota  de  libros,  1885.) 

El  ilustrado  cervantista  U.  Manuel  Cervantes  Peredo,  en  un  artículo  titulado 
*^\^tnúáo  oc\x\tOT>  (Crónica  de  los  Cervantistas,  12  Diciembre  187 1),  opina 
que  están  en  lo  cierto  los  Sres.  Asensio  y  Bueno,  cuando  en  sus  dos  excelentes 
discursos  sostienen  que  no  hay  sentido  esotérico  ni  simbólico  en  el  Quijote. 

272. — Crónica  de  los  Cervantistas,  periódico  literario.  —  Única  publi- 
cación que  existe  en  el  mundo  dedicada  al  Príncipe  de  los  Ingenios. 
—  Fundador  y  Director:  Don  Ramón  León  Mainez.  —  Cádiz.  Ti- 
pografía «La  Mercantil)?.  —  1872. 

Salió  el  7  de  Octubre  de  1871  el  primer  número  de  esta  notable  publicación 
literaria,  la  más  importante  de  todas  las  Revistas  cervánticas  que  han  visto  la 
luz,  y  dedicada  exclusivamente  á  Cervantes  y  á  sus  admiradores.  En  sus  colum- 
nas aparecen  trabajos,  todos  originales  é  inéditos,  de  los  más  afamados  cervan- 

Tomo  II  34 


186  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

listas,  logrando  cumplidamente  Mainez  que  la  Crónica  fuese  el  eco  fiel  de  todos 
ellos,  ora  nacionales,  ora  extranjeros. 

Seis  números  forman  este  tomo  I,  compuesto  de  226  págs.  en  4.0 — El 
tomo  II,  que  abraza  250  págs.,  consta  también  de  seis  números,  el  primero  de 
los  cuales  apareció  en  28  de  Enero  de  1873,  y  el  último  en  7  de  Octubre 
de  1876.  El  núm.  1.°  del  tomo  III  se  publicó  en  30  de  Junio  de  1877,  el  día  15 
de  Julio  de  1878  salió  el  núm.  2,  y  en  25  de  Diciembre  de  1879,  el  núm.  3,  úl- 
timo que  se  ha  publicado. 

En  casi  todas  las  secciones  de  la  presente  Bibliografía  hallará  el  lector  ex- 
tractos ó  mención  de  los  más  importantes  trabajos  de  la  Crónica  de  los  Cervan- 
tistas. 

Aquí  doy  el  índice  de  la  obra : 

Tomo  I 

Ramón  León  Mainez 

Objeto  de  la  publicación,  página  i;  Cervantes  no  fué  teólogo,  19;  Una  imitación  del 
Quijote,  23;  Cervantes  y  José  Bonaparte,  26;  ¿En  qué  día  nació  Cervantes?,  28;  Un  recuer- 
do, 33;  Cervantes  y  !a  exposición  de  Barcelona,  37;  Cervantes  y  el  aniversario  de  su  muer- 
te, 41,  73;  Tres  Galaieas,  55;  Un  proyecto  laudable,  87;  Una  nueva  imitación,  98;  Aniver- 
sario 256  de  la  muerte  de  Cervantes,  106;  El  aniversario  de  la  muerte  de  Cervantes  en 
Cádiz  el  23  de  Abril  de  1872,  109,  113;  Un  acto  de  heroísmo,  110;  El  29  de  Mayo 
de  1580,  121;  El  aniversario  de  la  muerte  de  Cervantes  en  Nueva  York,  132;  Cervantes 
en  Toledo,  153;  Aniversario  292  del  rescate  de  Cervantes,  186;  Recuerdos  de  Cervantes 
sobre  su  cautiverio,  188;  Un  nuevo  documento  sobre  el  rescate  de  Cervantes,  189;  Necro- 
logía, 192;  Una  nota  bibliográfica  al  canto  de  Calíope,  196. 

Tomo  II 

Necrología.  Apuntes  biográfico-bibliográficos  «obre  D.  C.  A.  de  la  Barrera,  página  l¡ 
Una  nota  biográfica  al  canto  de  Calíope,  IJ;  La  edición  foto-tipográfica  del  Quijote  y  seílor 
López  Fabra,  29;  El  aniversario  de  la  muerte  de  Cervantes  en  1873,  31;  La  primera  edición 
de  El  Quijote  en  Cádiz,  35,  87;  A  la  memoria  de  mi  Sr.  Padre,  41;  Aniversario  257  de  la 
muerte  de  Cervantes,  42;  Cuatro  retratos  apócrifos,  42;  Aniversario  258  de  la  muerte  de 
Cervantes,  81;  Aniversario  de  la  muerte  de  Cervantes  en  Cádiz. — Los  cervantistas  de  Mur- 
cia.— Comentarios  á  varios  capítulos  del  Quijote. — Siete  notas  á  El  Quijote,  8I),  201;  Las 
comedias  de  Cervantes,  89,  144;  Unas  notas,  125;  Aniversario  del  rescate  de  Cervantes,  129; 
Aniversario  de  la  muerte  de  Cervantes  en  otros  tiempos  y  ahora,  82;  Los  Entremeses  de 
Cervantes,  151;  Un  monumento  á  Cervantes,  163;  Aniversario  de  la  muerte  de  Cervantes 
en  1875,  l^S;  Un  nuevo  libro  de  Benjumea,  171;  La  Calatea  de  Cervantes  y  la  novela  pas- 
toril, 183,  232;  Injusticia,  246. 

Tomo  HI 

Aniversario  de  la  muerte  de  Cervantes  en  Cádiz,  en  1877,  página,  i;  La  Calatea  Ae 
Cervantes  y  la  novela  pastoril,  10;  Algunas  notas  á  El  Quijote,  23,  69;  Una  obra  notable,  27; 
Cuatro  discursos,  31;  Dos  proyectos,  33;  Noticias,  35;  Aniversario  262  de  la  muerte  de  Cer- 
vantes en  Cádiz,  41;  Los  dómines  de  Cervantes,  46;  Comentarios,  73;  Aniversario  263  de 
la  muerts  de  Cervantes  en  Cádií,  81;  Comentario  á  los  capítulos  de  la  segunda  parte  del 
Quijote,  comprendidos  entre  el  XXX  y  el  LVII,  y  Algunas  notas  á  el  Quijote,  85. 

Dr.  E.  W.  Thebussem 
Miscelánea  cervántica,   tomo  I,  pág.    5;  Latines,  tomo  II,  pág.   52;  Puntas  y  Alcau- 
dete,  id.,  Id.  pág.  101. 

Alonso  Marmolejo  (Dr.  Thebussem) 
Caza  menor,  tomo  I,  pág.   128;  Caza  menuda,   id.,  id.  pág.  169;  Laudes  completas, 
tomo  II,  pág.  209. 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  187 

Mariano  Droap  (Dr.  Thebussem) 
Fecho  á  medio  mogate,  tomo  I,  pág.  159. 

José  M."  León  y  Domínguez 
Epístola  al  Dr.  Thebussem,  tomo  I,  pág.  8;  Fragmento  de  una  traducción  al  latfn  de  un 
capítulo  de  El  Quijole,  tomo  II,  pág.  34. 

Ramón  de  Antequera 
Cervantes  Saavedra  y  el  Quijote,  tomo  I,  págs.  11,  49. 

José  M.*  Asensio 

Filena.  Novela  pastoril  que  se  atribuye  á  Cervantes  por  sus  biógrafos,  tomo  I,  pág.  13; 
Antuca,  id.,  id.  pág.  75;  Conjeturas  y  demostraciones,  tomo  II,  pág.  136;  Gloria  á  Cervan- 
tes, id.,  id.  pág.  160;  Bibliografía  de  la  Calateo  (art.  ñrmado  A.)  tomo  I,  pág.  204, 

Antonio  Martín  Gamero 
Cervantes  y  el  Licenciado  Murcia  de  la  Llana,  tomo  I,  pág.  17;  Juicio  crítico  sobre  la 
última  novela  ejemplar,  tomo  II,  pág.  1 1. 

Francisco  M.  Tubino 
Epístola  cervantina,  tomo  I,  pág.  34. 

Cesáreo  Fernández  Duro 
Documento  curioso,  tomo  I,  pág.  39;   Revoltillo,  id.,  id.  págs.  83,  208;  El  23  de  Abril 
de  1872,  id.,  id.  pág.  136;  Revoltillo,  tomo  II,   pág.  56;   Cervantes  en   Viena,  id.,  id.  pá- 
gina 135. 

José  M.'  Sbarbi 
Preliminares  de  una  polémica,  tomo  I,  pág.  43;  Cervantes  si  fu6  teólogo,  id.,  id.  pági- 
nas 143,  182,  217. 

Cayetano  A.  de  la  Barrera 
Bibliografía,  tomo  I.  págs.  45,  92;  Apéndice  á  las  noticias  bibliográficas,  id,,  id.  pági- 
na 149;  Una  nota  bibliográfica,  id.,  id.  pág.  173. 

Eduardo  de  Mariátegui 
Critica  inédita  de  la  8,'  Droapiana,  tomo  I,  pág.  52. 

José  Ruiz  y  Ruiz 
Critica  de  la  8.*  Droapiana,  tomo  I,  pág.  95. 

Miguel  de  Carvajal 
Critica  de  la  8.^  Droapiana,  tomo  I,  pág,  96. 

El  Secret."  de  la  Emperatriz  de  Francia 
Critica  de  la  8.*  Droapiana,  tomo  I,  pág.  97. 

Carlos  de  Haes 
Critica  de  la  8.°'  Droapiana,  tomo  I,  pág.  98. 

Fermín  Caballero 
Patria  de  Don  Quijote,  tomo  I,  pág.  64;  Mapa  del  Campo  de  Montiel,  id.,  id.  pág.  180; 
Respuesta  sin  contestación,  id.,  id.  pág.  214. 

Manuel  Cervantes  Peredo 
El  sentido  oculto,  tomo  I,  pág.  6g. 

Carlos  Barroso 
Algunas  noticias  cervánticas,  tomo  i,  pág.  80;  Mais  noticias  cervánticas,  id.,  id.  pági- 
na, 166;  Descripgao  de  una  estampa,  tomo  II,  pág.  124. 


l88  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

A.  J.  Duffield 
Epístola  de  un  cerrantista  inglés,  tomo  I,  pág.  86;  Cervantes  no  fué  teólogo,  tomo  11, 
pág.  7;  Traducciones  inglesas  de  El  Quijote,  id.,  Id.  pág.  142. 

Mariano  Sánchez  Almonacid 
Bibliografia,  tomo  I,  pág.  88;  Las  dos  sombras.  Poesía,  tomo  m.  pág.  9. 

Francisco  A.  Barbieri 
Partidas  de  defunción  de  Cervantes  y  sus  hermanas,  tomo  I,  pág.  105. 

L.  Diaz  Moreu 
Oda,  lomo  I,  pág.  108. 

Carlos  Frontaura 
Carta  cervántica,  tomo  I,  pág.  122. 

Leopoldo  Rius 
Sobre  una  descabellada  continuación  del  Quijote,  tomo  I,  pág.  124;  Contestación.  Noti- 
cias cervánticas,  tomo  11,  pág.  5;  Algunas  notas  bibliográficas,  id.,  id,  pág.  129;  Bibliogra- 
fía, id.,  id.  pág.  180. 

José  Rosetty 
Un  expuesto,  tomo  I,  pág.  133. 

Francisco  López  Fabra  ' 

Un  articulo  curioso,  tomo  I,  pág.  134. 

A.  Fernandez  Guerra 
Dos  cartas  inéditas,  tomo  I,  p3g.  142;  Certamen  de  la  Biblioteca  cervántico-alcalaina, 
tomo  II,  pág.  182. 

Marqués  de  Molins 
Dos  cartas  inéditas,  tomo  I,  pág.  141. 

Manuel  Cerda 
Catálogo  de  algunas  ediciones   de   las  obras  de   Cervantes,  tomo  I,  págs.  146,  176; 
tomo  II,  paga.  23,  67,  121,  140,  172,  220;  tomo  III,  págs.  6,  68, 

Martin  F.  de  Navarrete 
Una  poesía  inédita,  tomo  I,  pág.  i  Jo. 

Nicolás  Diaz  de  Benjumea 
Epístola  cervantina,  tomo  I,  pág.  157;  Ex-prólogo  al  Mensaje  de  MerÜH,  tomo  11,  pá- 
gina 131;  Cervantes  y  Shakespeare,  fd.,  id.  págs.  196,  222. 

Fermín  Herran 
Inauguración  de  un  Ateneo  en  Valladolid,  en  la  casa  que  vivió  Cervantes,  tomo  I,  pági- 
na 164;  Inauguración  de  la  Academia  cervántica  en  Vitoria,  tomo  II,  pág,  75. 

Vicente  de  los  Rios 
Documento  sobre  el  rescate  de  Cervantes,  tomo  I,  pág,  185. 

Manuel  Víctor  García 
D.»  Catalina  de  Palacios,  mujer  de  Cervantes,  tomo  I,  pág.  193;  Al  recuerdo  de  Cervan- 
tes. Poesía,  tomo  II,  pág.  139;  Recuerdos  de  Cervantes  en  Esquivias,  id.,  id.  pág.  199. 

A.  Ramírez  de  Villa-Urrutia 
Una  aclaración,  tomo  I,  pág.  212;  Proyecto  de  una  Biblioteca  cervántico-alcalaina,  tomo 
II,  pág.  76. 

Emilio  B.  Reinoso 
Los  comentadores  del  Quijote,  tomo  I,  pág.  212, 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  189 

Enrique  José  de  Varona 
Epístola  cervántica,  tomo  II,  pág.  9;  Ayer  y  hoy.  Poesía,  id.,  id.  pág.  14;  Una  alegoría 
de  Cervantes,  id.,  id.  pág.  64;   Sección  de  conjeturas,  id.,  id.  pág.  78;    Un   aniversario  de  la 
muerte  de  Cervantes  en   Cuba,  id.,  id.  pág.  117;  Cervantes  y  la  bella  mal  maridada,  id.,  id 
página  137. 

Leopoldo  Augusto  de  Cueto 

Juicio  crítico  sobre  la  úüima  novtla  e/emplar,  tomo  II,  pág.  1 1. 

Silverio  García 
Una  carta  del  Alcalde  de  Alcalá  á  D.  R.  L.  Mainez,  tomo  II,  pág.  12. 

Juan  de  Quiroga 
A  Cervantes.  Poesía,  tomo  II,  pág.  13. 

V.  y  P.  (J.  Palacio  y  Vitery.) 

Algunos  datos  para  la  bibliografía  cervántica,  tomo  II,  pág.  61. 

J.  W.  Ruñer 
Aclaración,  tomo  II,  pág,  68. 

J.  E.  Hartzenbusch 
Debe  pronunciarse  Persiles,  tomo  II,  pág.  14;  Polémica,  id.,  id.  pág.  239. 

Eduardo  Lidforss 
Sobre  la  8.^  Droapiana,  tomo  II,  pág.  32. 

Francisco  Flores  Arenas 
Sobre  la  8.^  Droapiana,  tomo  II,  pág.  32. 

Javier  de  León  Bendicho 
Cartas  inéditas  sobre  la  8.^  Droapiana,  tomo  II,  pág.  69. 

José  M.'  Octavio  de  Toledo 
Cartas  inéditas  sobre  la  8.''  Droapiana,  tomo  II,  pág.  72. 

E.  Escobar 
A  Cervantes. — La  gloria  de  Cervantes,  Poesía,  tomo  II.  págs.  115,  163. 

Jorge  Florit  de  Roldan 
La  profesión  de  Cervantes,  tomo  II,  pág.  150. 

Alejandro  Pinilla 
Honras  á  Cervantes  en  Alcalá  de  Henares,  tomo  II,  pág.  16$. 

Francisco  Rodríguez  Blanco 
Gloria  á  Cervantes  y  á  los  cervantistas,  tomo  II,  pág.  174,  2I2;  Segunda  carta  de  San- 
cho Panza  á  Don  Quijote,  id.,  id.  pág.  241. 

Justo  R.  Alba 
Carta  inédita  de  la  Droapiana  de  1869,  tomo  II,  pág.  210. 

Manuel  Cañete 
Certamen  de  la  Biblioteca  cervántico-alcalaina,  tomo  II,  pág.  1 82. 

Zacarías  Acosta 
Demostraciones  criticas  contra  las  variantes  que  ba  querido  introducir  en  el  texto  del 
Quijote  el  Sr.  Hartzenbusch,  tomo  II,  pág,  194. 

Manuel  M.  Reinoso. 
Un  viaje  á  la  cueva  de  Montesinos  y  Lagunas  Ruidera,  tomo  II,  pág.  244. 

Adolfo  de  Castro 
Filosofía  de  Cervantes  acerca  del  adulterio,  tomo  II,  pág.  227. 


IQO  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

Felipe  Montesinos  (Ant.  Martín  Gamero) 
Intraducibilidad  del  Quijote,  tomo  II,  pág.  231. 

Antonio  R.  García 
£1  oro  y  el  ingenio.  Poesía,  tomo  II,  pág.  243. 

Romualdo  Alvarez  Espino 
El  honor  de  Cervantes.  Poesía,  tomo  III,  %\  A  la  memoria  de  D.  F.  Flores  Arenas.  Fóc- 
ala, id.,  id.  pág.  42;  E.  Escorial  y  El  Quijote,  Poesía,  id.,  id.  pág.  61;  Un  modo  raro  de  eo- 
tender  las  cosas,  tomo  64;  Un  entremés  de  Cervantes,  id.,  id.  pág.  91. 

Pedro  Ibáñez  Pacheco 
A  Cervantes^  Poesías,  tomo  III,  págs.  22,  54. 

Guillermo  Schott 

Juicio  crítico  de  una  traducción  alemana  del  Quijote,  tomo  III,  pág.  30, 

José  Jorge  Daroqui 
Dos  proyectos,  tomo  III,  pág.  33.  ', 

Juan  de  V.  Pórtela 
Los  misioneros  de  Cervantes,  tomo  III,  pág.  43. 

Tomás  Fernandez  de  Castro 
El  canto  de  Leva.  Poesía,  tomo  III,  pág.  45. 

Aureliano  Ruiz 
Himno  á  Cervantes.  Poesía,  tomo  III,  pág.  49. 

Enrique  Gillis 
A  Cervantes.  Poesía,  tomo  III,  pág.  48. 

J.  Guillen  Buzarán 

Epístola  literaria,  tomo  III,  pág.  99. 

Leopoldo  Cano 
¡Y era  manco!  Poesía,  tomo  III,  pág.  49. 

Luis  Rubio  y  Sibello 
Genio  y  virtud.  Poesía,  tomo  III,  pág.  49. 

Patrocinio  de  Biedma 
A  Cervantes.  Poesia,  tomo  III,  50. 

José  Pereira 
Cervantes  como  critico,  tomo  III,  pág.  Jl. 

José  Moreno  Castelló 
A  la  memoria  de  Cervantes.  Poesia,  tomo  III,  pág.  54- 

Federico  Parrefio 
Cervantes  y  Cádiz.  Poesía,  tomo  III,  pág.  55. 

Servando  A.  de  Dios 
El  genio  en  la  tierra.  Poesía,  tomo  III,  pág.  56;  Cervantes  Jilósofo,  id,,  id.  pág.  96. 

Javier  de  Burgos 
La  excepción  de  la  regla.  Poesia,  tomo  III,  pág.  57. 

Salvador  Arpa 
Una  ofrenda,  tomo  III,  pág.  58. 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  191 

Alfonso  Moreno  Espinosa 
Las  fiestas  del  porvenir.  Poesía,  tomo  III,  pág.  63. 

Dr.  Hugo  de  Meltzl 
Literafura  cervántica  en  Alemania  y  en  Austria-Hungría,  tomo  III,  pág.  68. 

Guillermo  de  Pego 
El  9  de  Octubre  de  1879  en  Alcalá  de  Henares,  tomo  III,  pág    104;  La  Iconografía  del 
Quijote  y  el  Señor  López  Fabra,  id.,  id.  pág.  109. 

Francisco  de  Asís  Pacheco  y  F.  Miquel  y  Badia 

Juicios  críticos  sobre  la  vida  de  Cervantes,  escrita  por  Mainez,  tomo  III,  pág.  115. 

Además  de  estos  artículos,  hay  al  fin  de  cada  cuaderno  una  sección  de  Noticias  Varias, 
y  varias  poesías  de  D.  L.  Diaz  Moreu,  D.  Juan  de  Quiroga,  D.  E.  J.  de  Varona,  D.  E.  Esco- 
bar, D.  Manuel  Víctor  García,  D.  Jorge  Florit  de  Roldan,  A.  Moreno  Espinosa,  R.  Alvarez 
Bspino,  Servando  ó  de  Dios. 

273. — «Cervantes  y  el  Quijote».  Estudios  críticos  por  Francisco  M.  Tu- 
bino.  —  Madrid,  1872. 

En  4.0,  de  XII  285  págs. 

En  el  capitulo  titulado  «El  Sentido  oculto  del  Quijote»,  de  este  importante 
libro,  y  después  de  hablar  de  la  tendencia  general  de  los  comentarios  de  Gay- 
ton,  jarvis,  Ríos,  Bowle,  Pellicer,  Florián,  Garcés,  Capraany,  Clemencín,  Bastús 
y  otros,  pone  de  relieve  el  error  de  los  que  han  querido  hallar  sentido  oculto  en 
el  Quijote,  y  da  cuenta  su  autor  de  una  noticia  que  corrió  válida,  según  la  cual 
«Simón  Contarini,  embajador  de  la  Señoría  de  Venecia  en  Madrid  en  los  co- 
mienzos del  siglo  XVII,  haciéndose  eco  de  la  mas  popular  creencia,  afirmaba  en 
uno  de  sus  despachos  que  el  Quijote  era  una  invectiva  contra  ciertas  eminencias 
contemporáneas».  Enumera  luego  el  Sr.  Tubino  sus  repetidas  gestiones  y  ave- 
riguaciones en  los  archivos  de  Venecia  en  busca  de  la  aseveración  atribuida  á 
Contarini  y  copia  las  cartas  de  los  bibliotecarios  italianos  asegurándole  que  «en 
los  despachos  del  Contarini,  que  se  conocen,  no  existe  pasage  alguno  que  auto- 
rice la  sospecha  del  sentido  alegórico  que  el  Quijote  oculta;  y  que  Mr.  Rawdon 
Brown  no  ha  dado  las  razones  en  que  se  funda  para  hacer  las  congeturas  que  se 
suponen  acerca  del  Contarini». 

Reproduce  luego  el  Sr.  Tubino  los  juicios  y  observaciones  que  contra  los 
comentarios  filosóficos  de  Benjumea  había  publicado  en  1862  [242];  y  en  el  no- 
table capitulo  siguiente  que  lleva  el  epígrafe  «La  Caballería  andante  y  Don  Qui- 
jote», emite  transcendentales  reflexiones,  que  extractaré  en  la  Sec.  Vni  de  esta 
Bibliografía, 

He  aquí,  ahora,  un  extracto  de  otro  capitulo  titulado  «  ¿Necesita  el  Quijote 
comentarios?» 

«A  punto  que  salía  á  luz  el  Quijote  hallábase  la  sociedad  favorablemente 
dispuesta  para  recibirlo,  entenderlo  y  apreciarlo.»  ...  «Encamaba  el  Quijote  un 
doble  ideal:  el  de  la  tradición  y  el  de  lo  porvenir.  Ideal  pasado,  la  caballería 
andante;  ideal  futuro,  el  buen  sentido;  fué  aquella  novela  una  revelación,  y  como 
tal  doctos  y  literatos  la  comprendieron.  Ni  es  exacto  que  muy  á  raíz  de  publi- 
carse se  propagara  la  idea  de  que  guardaba  sentido  oculto.»  ...  «Iniitil  seria  em- 
peñarse en  probar  todo  lo  gratuito  de  tales  asertos.  Sabido  es  que  el  Quijote 
despertó  vivísimo  interés  y  curiosidad  dentro  y  fuera  de  España  desde  un  prin- 
cipio, y  precisamente  lo  que  en  él  más  resalta  es  la  inquina  del  autor  contra  los 
libros  de  Caballería  y  el  arbitrio  de  zaherirlos  y  derribarlos.  Bastaba,  por  otra 


102  Notas  y  comentarios  al  Quijote 


parte,  un  muy  mediano  discernimiento  para  percibir  que  la  fábula  copiaba  la 
naturaleza.»  ...  «Sin  que  le  acompañase  comentario  pasó  al  dominio  ptiblico, 
donde  sus  bellezas  fueron  apreciadas  y  entendida  la  enseñanza  directa  de  que 
era  mensajero.»  ...  «Mas,  si  el  Quijote  no  necesitó  de  comento  para  que  sus  pri- 
meros lectores  lo  entendieran  y  estimaran;  cambiadas  con  el  tiempo  las  circuns- 
tancias en  que  hubo  de  producirse,  reclamó  y  reclama  el  concurso  del  erudito 
y  del  filósofo  si  ha  de  continuar  el  interés  y  las  simpatías  que  en  un  principio 
despertó.»  ...  «Combatimos,  cuando  era  pertinente,  las  tendencias  que  entrañaba 
el  folleto  á  que  antes  aludimos  (i),  mas  ni  condenamos  ex  ctAedra  el  noble 
móvil  que  hubo  de  inspirar  sus  páginas,  ni  mucho  menos,  reseñando  el  progreso 
de  la  critica  en  lo  propio  del  Quijote,  callamos  el  elogio  de  los  comentadores  y 
analistas  dignos  de  loa.»  ...  «Ahora,  fijemos  el  carácter  que  debe  tener  el  co- 
mento.» ...  «Apoderarse  de  una  obra,  sorprender  las  faltas  de  propiedad  grama- 
tical ó  de  sintaxis  que  pudo  cometer  el  autor...  anotando  de  camino  flaquezas  de 
lenguaje  y  bellezas  de  composición;  pudo  parecer  tarea  meritoria  cuando  la  cri- 
tica era  puramente  pedagógica  y  formalista;  no  ahora  que  el  critico  aspira  á 
mayores  lauros,  queriendo,  sin  menospreciar  la  forma,  inquirir  el  pensamiento 
que  la  rige  y  vivifica.  El  comentario  perpetuo  del  Quijote  ha  de  ser  por  necesi- 
dad filosófico.»  ...  «No  rechacemos,  pues,  en  absoluto  los  comentarios  del  Quijo- 
te, aunque  sean  filosóficos,  sino  en  aquello  que  pida  reprobación  y  censura.» 

274. — Curiosas  noticias  de  la  patria  de  Don  Quijote. 

En  este  trabajo,  publicado  casi  simultáneamente  en  La  Ilustración  de  Ma- 
drid y  en  el  folleto  titulado  Aniversario  de  la  muerte  de  Cervantes  celebrado  en 
Cádiz  el  23  de  Abril  de  1872,  su  autor,  D.  José  María  de  Gaona,  da  varias  noti- 
cias, halladas  en  los  Anales  del  orden  de  los  Descalzos  de  N.'-  S.^  de  la  Merced, 
escritos  por  el  P.  Fr.  Pedro  de  S.  Cecilio,  Barcelona,  i86g,  P.  2?-,  referentes  á 
Argamasilla  de  Alba,  á  sus  moradores,  á  sus  costumbres  y  á  los  personajes  de 
este  lugar  que  —  dice  el  Sr.  Gaona  —  aparecen  bajo  otros  nombres  en  el  Qui- 
jote. 

275. — Los  Comentadores  del  Quijote. 

Artículo  de  D.  Emilio  B.  Reinoso  en  la  Crónica  de  los  Cervantistas,  día  31 
de  Octubre  de  1872,  opinando  que  «  en  lugar  de  localizar  alusiones,  designar 
personas  y  aplicar  hechos  para  probar  que  Cervantes  en  el  Quijote  aludió  á  tal 
ó  cual  personaje,  deberían  encaminarse  el  talento  y  la  actividad  de  los  comen- 
tadores á  otro  género  de  estudios  que  revelando  por  completo  toda  la  belleza 
moral,  toda  la  tendencia  filosófica  y  cristiana  del  Quijote  diesen  mayor  exten- 
sión, si  es  que  puede  tenerla,  á  la  aureola  de  gloria  con  que  resplandece  el 
nombre  del  Manco  sano*. 

276. — El  Quijote  es  intraducibie. 

Tesis  sustentada  por  D.  José  María  Sbarbi  en  La  Ilustración  Española  y 
Americana,  de  i.°  de  Mayo  de  1872.   La  rebatió  D.  José  María  Asensio  en  un 


(i)     Se  refiere  á  la  Estáfela  de  Ur^anda. 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  193 

artículo  que  vio  la  luz  piiblica  en  la  Revista  de  España,  28  de  Octubre  de  1873, 
titulado:  c¿Puede  traducirse  el  Quijote?»  Y  el  Sr.  Sbarbi  replicó  dando  á  luz, 
mucho  después,  el  tomo  VI  de  su  jief ranero  general  español,  que  tiene  por  titulo: 
clntraducibilidad  del  Quijote.  Pasatiempo  literario  ó  apuntes  para  un  libro 
grueso  y  en  folio,  por  D.  José  María  Sbarbi.  Madrid,  Fuentenebro,  1876.» 
En  8.°  de  347  págs.,  más  2  hojas  para  el  índice  y  una  Nota. 

En  este  curioso  y  detalladísimo  trabajo  presenta  sucesivamente  su  autor  las 
voces,  modismos,  frases  y  refranes  cuya  traducción  á  otros  idiomas  forma  una 
verdadera  dificultad,  un  peligroso  escollo.  Para  comprender  en  su  verdadero 
sentido  el  alcance  de  la  tesis  sustentada  por  el  Sr.  Sbarbi  preciso  se  hace  te- 
ner en  cuenta  la  doble  significación  que  atribuye  á  la  voz  Intraducibie,  puesto 
que,  según  él,  es:  <íLo  que  no  puede  traducirse  absolutamente,  6  que,  si  se  traduce, 
es  en  parte,  ó  bien  á  costa  de  una  dificultad.  ^ 

Pero  la  Academia,  en  su  12.^  y  liltima  edición  del  Diccionario,  sólo  prohija 
la  primera  significación  de  las  dos  admitidas  por  el  Sr.  Sbarbi.  La  obra  de  este 
distinguido  cervantista  va  enriquecida  con  una  Colección  de  refranes  y  modismos 
del  Quijote  Además,  como  quiera  que  el  literato  inglés  Mr.  Duffield  pro- 
yectaba entonces  su  traducción  del  Quijote,  pidiendo  el  parecer  de  los  cervan- 
tistas españoles  acerca  de  algunas  frases  y  modismos  cervánticos  de  difícil  tra- 
ducción, los  Sres.  Mainez,  Asensio,  Martín  Camero,  doctor  Thebussem  y  otros, 
hicieron  patente  al  Sr.  Sbarbi  que  en  lugar  de  poner  nuevos  obstáculos  á 
Mr.  Duffield  en  su  noble  tarea,  debían  allanársele  los  que  ya  de  sí  ofrecen 
á  cualquier  traductor  ciertos  giros  donairosos  que  la  pluma  de  Cervantes 
trazó. 

«Intraducibilidad  del  Quixote»  es  el  epígrafe  de  una  carta  del  insigne  cer- 
vantista D.  Antonio  Martín  Camero,  bajo  el  seudónimo  de  Felipe  Montesinos, 
dirigida  desde  Toledo  en  19  de  Junio  de  1872  al  director  de  la  Crónica  de  los 
Cervantistas,  quien  la  imprimió  más  tarde  en  el  núm.  6  de  la  Crónica,  día  7 
de  Octubre  de  1876.  La  opinión  del  Sr.  Camero  es  contraria  al  Sr.  Sbarbi,  y 
también  lo  es  la  del  literato  francés  M.  A.  MorelFatio,  explanada  en  la  obra 
alemana  Recensionen  u.  Anzeigen,  Leipzig,  1878.  Pero  en  unos  artículos  de 
El  Magisterio  Español  (Madrid,  2S  y  30  de  Agosto  de  1876),  su  autor  don 
Fernando  Gómez  de  Salazar,  «se  pone  de  parte  del  Sr.  Sbarbi,  sosteniendo  que 
el  Ingenioso  Hidalgo  no  puede  traducirse». 

Aprovecha  el  Sr.  Gómez  de  Salazar  esta  oportunidad  para  dar  su  opinión 
acerca  del  siguiente  pasaje  del  Quijote,  en  que  el  cura  alaba  por  un  lado  y  cen- 
sura por  otro  al  autor  de  Tirante  el  Blanco:  «  Con  todo  eso  os  digo  que  merecía 
el  que  lo  compuso,  pues  no  hizo  tantas  necedades  de  industria,  que  le  echaran 
á  las  galeras  por  todos  los  días  de  su  vida.»  Dice  el  Sr.  Salazar:  «Todos  los  co- 
mentadores hallan  el  pasaje  oscuro,  y  para  nosotros  es  clarísimo.  De  industria, 
no  está  usado  como  adverbio  sino  como  nombre  puesto  en  ablativo,  con  lo  cual 
varía  mucho  su  significado.  Dice  el  cura  que  el  Tirante  es  por  su  estilo  el  mejor 
del  mundo.  Pero  que,  sin  embargo  de  eso,  quien  lo  compuso  merecía  galeras, 
porque  no  hizo  de  industria  tantas  necedades;  esto  es,  porqué  no  las  convirtió 
en  industria,  porqué  no  sacó  de  ellas  partido  para  hacerlas  titiles.  Es  decir:  por 
su  estilo  el  libro  es  el  mejor  del  mundo;  mas  por  su  inutilidad  merece  el  autor 
castigo,  por  ser  hombre  de  ingenio  y  no  haberlo  empleado  bien.»  Concluye  el 
Sr.  Gómez  de  Salazar  sus  razonados  artículos  rechazando  la  duplicidad  de  acep- 
ciones que  el  Sr.  Sbarbi  da  á  la  palabra  intraducibie. 

(Se  reimprimió  este  trabajo  en  La  Cuna  de  Cervantes,  días  29  Octubre, 
S,  19  y  26  Noviembre  y  3  Diciembre  de  1876.) 


Tomo  II 


194  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

277. — «Latines.  Carta  al  Pbro.  D.  José  M.*  León  y  Domínguez».  Artí- 
culo en  la  Crónica  de  los  Cervantistas^  de  23  de  Abril  de  1873. 

En  este  lindo  trabajo  ensalza  el  Dr.  Thebussem  con  sin  igual  habilidad  las 
frases,  modismos  y  palabras  latinas  del  Quijote^  componiendo  una  curiosa  é  in- 
teresante revista  de  los  latines  que  se  hallan  en  esta  obra.  Entre  otras  obser- 
vaciones de  las  que  tal  trabajo  le  facilitan,  es  de  notar  la  defensa  de  los  yerros 
que  se  han  achacado  á  Cervantes  en  las  citas  del  prólogo.  Dice  el  doctor:  «No 
hay,  yo  creo,  distracción  ni  olvido  en  colgar  á  Horacio  el  Non  bene  pro  toto  li- 
bertas, etc.,  ni  en  dejar  anónimo  Fallida  mors,  etc.,  ni  en  achacar  á  Catón  Do- 
ñee erisfelix...  ni  en  equivocar  y  truncar  otras  citas.  No  es  desgracia,  ni  negli- 
gencia, ni  falta  de  puntualidad  como  candidamente  opinan  algunos  comentaris- 
tas; es  intencionada  burla  y  rechifla  de  Cervantes  á  la  indigesta  erudición  de 
los  libros  de  su  época,  en  los  cuales  las  sentencias  ó  latines  que  el  autor  sabia 
de  memoria  ó  le  costaba  poco  trabajo  buscar  se  citaban  de  manera  que  viniesen 
á  pelo.> 

Este  artículo  salió  después  en  la  revista  Cervantes  de  Octubre  de  1875. 

278. — Algunos  datos  para  ilustrar  el  Quijote. 

Artículo  de  D.  T.  M.  (Tomás  Martínez),  en  el  boletín  del  Ateneo  tarraco- 
nense de  la  clase  obrera  publicado  para  conmemorar  el  aniversario  de  la  muerte 
de  Cervantes,  el  año  1873. 

Reseña  crítica  de  56  distintas  ilustraciones  del  Quijote,  de  artistas  españoles 
y  extranjeros,  tomadas  en  las  ediciones  que  el  autor  consultó  en  la  Biblioteca 
cervántica  de  Leopoldo  Rius.  Detalla  el  Sr.  Martínez  las  diferentes  cualidades 
de  dibujo  y  composición  de  esa  vasta  colección  de  láminas,  y  de  su  examen  con 
razón  deduce,  que  á  pesar  de  haber  algunas  de  gran  valer,  «Cervantes  no  ha 
logrado  todavía  encontrar  un  artista  que  haya  sabido  comprender  y  expresar 
perfectamente  por  medio  del  lápiz  ó  el  buril,  el  tipo  verdadero  del  héroe  man- 
chego». 

279. — "Cataluña  en  tiempo  de  Cervantes».  Articulo  en  el  folleto:  Ani- 
versario de  Cervantes  en  el  Ateneo  Tarraconense.  —  Tarragona, 
1873- 

En  folio. 

Su  autor  F.  M.  emite  algunas  consideraciones  acerca  de  la  patria  catalana  en 
la  época  de  Cervantes  y  cita  con  encomio  los  trozos  del  Quijote  en  que  se  habla 
de  Roque  Guinart,  acabando  con  estas  palabras:  «Si  cabe  en  lo  posible  que  un 
pueblo  se  consuele  alguna  vez  de  la  postración  de  su  lengua,  que  ha  visto  culti- 
vada y  aplaudida,  el  nuestro  ¡oh  sombra  augusta  del  inmortal  Cervantes!  sola- 
mente en  la  tuya,  enriquecida  por  ti,  por  ti  llevada  á  glorioso  esplendor,  podía 
hallar  alivio. » 

280. — Alusiones  á  Lope  de  Vega,  en  el  Quijote. 

Las  alusiones  á  Lope  de  Vega  en  el  Quijote  son  harto  claras  para  que  pasa- 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  195 


ran  desatendidas,  apenas  apareció  la  obra.  Entendiólas  incontinenti  el  aludido 
vate  y  al  ver  criticadas  sus  comedias,  y  satirizadas  las  presuntuosas  portadas,  los 
inacabables  preliminares  y  las  empalagosas  anotaciones  y  acotaciones  de  sus  di- 
versas obras,  demostró  su  enojo,  primeramente  en  la  famosa  carta  del  14  de 
Agosto  de  1604,  descubierta  por  D.  Agustín  Duran,  (según  nos  dice  Schack 
que  la  publicó),  y  después  en  diversas  ocasiones.  Transcribiré  las  frases  de  esta 
carta  en  la  sección  Censuradores  de  Cervantes. 

Mayans,  Ríos,  Pellicer  y  Navarrete,  solamente  repararon  en  las  frases  del  ca- 
pítulo 48  de  la  P.  I."  del  Quijote  contra  las  impropiedades  de  las  comedias,  y 
aun  Mayans  y  Navarrete  estiman  que  aquí  la  critica  de  Cervantes  es  justa  y  mo- 
derada, y  Ríos  afiade  que  ella  es  tan  razonada  que  no  debió  de  ofenderse  Lope. 

Clemencín,  halló  las  acres  alusiones  á  Lope  que  se  encierran  en  el  inimita- 
ble prólogo  de  la  primera  parte  del  Ingenioso  Hidalgo,  y  las  puntualizó  en  las 
siguientes  notas: 

T.  I,  pág.  XLVIII,  sonetos  cuyos  autores  sean  Duques^  Marqueses,  etc. — En 
las  Rimas  de  Lope  de  Vega  (Barcelona,  1604),  hay  28  sonetos  laudatorios,  y 
entre  ellos  uno  de  Cervantes.  Clemencín  conjetura  que  Cervantes  no  puso  el 
suyo  espontáneamente,  y  que  en  este  prólogo  del  Quijote  descargó  su  bilis  con- 
tra Lope,  «cuya  celebridad — dice — le  mortificaba». 

Pág.  L,  en  lo  de  citar  en  las  márgenes... 

«Cervantes  motejó  (y  en  esto  con  mucha  razón)  á  Lope  de  Vega  quien  en  el 
Isidro  atestó  las  márgenes  de  citas  y  acotaciones  sagradas  y  profanas  mezclando 
lo  humano  con  lo  divino. ii 

Pág.  LIV,  desde  la  A  hasta  la  Z... 

«nuevo  indicio  de  censura  á  Lope  quien  en  El  Peregrino  y  en  el  Isidro  puso 
una  tabla  por  el  orden  del  ABC  de  los  autores  citados  en  su  obra.» 

Pág.  LV,  de  quien  nunca  se  acordó  Aristóteles,  ni  San  Basilio,  ni  Cicerón... 

«tilda  á  Lope  que  cita  estos  autores  en  el  catálogo  al  fin  del  Isidrot. 

Pero  Clemencín  no  desentrañó  las  alusiones  que  hay  en  las  décimas  de  Ur- 
ganda,  y  así  cuando  llega  su  comento  al  primer  verso  de  la  4.^,  no  indiscretos 
hierogli-,  se  para  y  dice:  «para  mi  la  estrofa  es  ininteligible». 

No  lo  ha  sido  para  el  Sr.  Hartzenbusch  quien  en  su  trabajo  Cervantes  y  Lope 
en  i6o¿  [45],  desenvuelve  y  comenta  con  erudita  minuciosidad  los  pasajes  en 
que  se  alude  á  Lope  de  Vega.  A  los  del  prólogo  del  Quijote,  ya  comentados  por 
Clemencín,  añade  Hartzenbusch  que,  en  la  famosa  cita  del  río  Tajo  alude  Cer- 
vantes á  otra  cita  de  la  Arcadia  de  Lope  en  que  se  lee'  «Tajo,  río  de  Lusitania... 
tuvo...  fama  de  llevar...  arenas  de  oro,  etc..» 

Empieza  luego  Hartzenbusch  describiendo  parte  por  parte  la  portada,  gra- 
bada en  cobre,  de  El  Peregrino  en  su  Patria,  en  la  cual  sobresalen:  «un  pere- 
grino, la  figura  de  la  Envidia,  el  célebre  escudo  de  Lope  con  diez  y  nueve  torres,  el 
caballo  Pegaso  con  una  cinta  que  dice:  Seianus  mihi  Pegasus;  en  el  pedestal  de 
la  Envidia  estas  tres  palabras:  Velis  nolis  Invidia,  y  en  el  del  peregrino  estas 
cuatro,  que  completan  la  frase:  Aut  unicus  aut peregrinust\  cita  las  frases  de  la 
Dedicatoria  al  Marqués  de  Priego,  en  la  cual  se  queja  Lope  de  su  fortuna  y  de 
sus  desdichas;  los  versos  en  que  truena  contra  sus  envidiosos  ó  perseguidores,  y 
los  preliminares  de  otras  obras  de  Lope  de  Vega.  Llegamos  por  fin  á  las  déci- 
mas de  Urganda,  y  aquí  preciso  es  no  perder  una  palabra  del  comentario  del 
Sr.  Hartzenbusch: 

«...la  quinta  (i)  décima  principia  así: 

No  indiscretos  hierogli- 
Estampes  en  el  escu-; 


(i)    Es  cuarta  y  no  quinta. 


ig6  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

Que  cuando  es  todo  fígú- 
Con  ruines  puntos  se  envf- 

s  Recordemos  el  escudo  de  las  diez  y  nueve  torres, — de  que  tanto  (y  tan  in- 
justamente) se  burló  Góngora;  y  persuadiéndonos  por  otra  parte  de  que  la  no- 
vela de  Lope  titulada  El  Peregrino  vale  harto  poco,  podremos  parafrasear  esos 
cuatro  versos  de  Ur ganda  en  esta  forma:  «No  pongas  indiscretamente  (como 
Lope)  tu  escudo  de  armas  en  la  portada;  que,  en  el  juego  de  la  primera,  quien 
tiene  solamente  figuras,  que  son  las  cartas  que  valen  menos,  mal  juego  hace»  ó 
de  otro  modo.  «No  grabes  tu  escudo  al  frente  del  libro,  no  sea  que  no  tenga 
otro  mérito  que  el  del  grabado.» 

» Continúa  la  décima: 

Si  en  la  dirección  te  humí-. 

No  dirá  mofante  aigú-: 

iQué  Don  Alvaro  de  Lu-, 

Qu4  Anibal  el  de  Cartá,- 

Qué  rey  Francisco  en  Espá-  ', 

Se  queja  de  la  fortú-I 

%Direcci6n  significa  dedicatoria...  y  ya  vimos  que  Lope,  en  la  dedicatoria  al 
Marqués  de  Priego,  afirmaba  que  el  tiempo  y  h.  fortuna  le  habían  vestido  hábito 
de  desdichas  en  los  brazos  paternos.  Rehuye  hablar  latines,  dice  Urganda  en  la 
siguiente  décima; — erizado  está  de  latines  el  prólogo  del  Peregrino.  No  me  ale- 
gues con  Jilo-,  añade  más  abajo  la  maga.  Aristóteles  y  Platón  son  los  primeros 
autores  que  se  citan  en  el  prólogo  del  Peregrino;  al  principio  del  libro  III  se 
cita  á  Boecio,  Séneca,  Platón,  Aristóteles,  Cicerón  y  Demóstenes,  y  además  á 
Terencio  y  á  Ovidio;  en  el  libro  IV  se  nombra  también  á  una  porción  de  filóso- 
fos y  otros  escritores.» 

Con  razón  califica  el  docto  critico  de  indicios  graves  las  anteriores  alusiones; 
y  de  conjeturas  las  que  luego  apunta.  Como  tales,  pues,  las  extractaré; 

«En  el  soneto  de  Amadís  á  Don  Quijote,  el  último  terceto  contiene  esta  jac- 
tanciosísima expresión  de  Cervantes: 


Tu  patria  será  en  todas  partes  la  primera. 
Tu  sabio  autor  al  mundo  único  y  selo.i 


«Lo  de  único  y  solo  me  parece  una  traducción  irónica  del  unicus  aut  pere- 
grinus  de  Lope  en  la  portada  del  Peregrino.  Sejanus  mihi  Pegasus,  dijo  Lope 
en  la  portada  del  mismo  libro...»  *  Camila  Lucinda,  que  firma  algunos  de  los 
sonetos  laudatorios  en  las  Jumas  de  Lope,  era  una  dama,  encubierta  con  tal  seu- 
dónimo: luego,  para  casi  todos  los  españoles,  era  una  desconocida,  lo  mismo  que 
Urganda.  Pudo,  pues,  Cervantes  atribuir  á  otra  desconocida  las  décimas  de  pie 
quebrado  que  tanto  han  dado  que  discurrir...»  «¿Escribiría  el  mismo  Lope  los 
versos  que  aparecen  firmados  por  Camila  Lucinda?  La  verdad  es  que  son  buenos 
y  se  parecen  á  los  de  Lope.  Admitida  la  suposición  por  verdad,  Cervantes  en 
los  versos  de  Urganda,  hubiera  hecho  una  como  parodia  de  los  de  Camila  Lu- 
cinda.» 

«Un  solo  paso  más,  y  me  detendré,  temeroso  de  extraviarme.  Quizás  en 
aquellos  versos  del  soneto  de  la  Señora  Oriana  á  Dulcinea: 

|0h  quien  tan  castamente  se  escapara 
Del  Sefior  Amadis,  como  tú  hiciste 
Del  comedido  hidalgo  Don  Quijote!... 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  197 

»Quizás  aquí,  repito,  se  pudiera  buscar  alguna  otra  alusión  á  Camila  Lu- 
cinda; que  no  escapó  muy  honestamente  de  sus  amoríos  con  Lope.» 

Igualmente  sospecha  el  Sr.  Hartzenbusch  que  el  Ovidio  español,  que  men- 
ciona Gandalln  en  el  penúltimo  verso  de  su  soneto,  sería  Lope. 

Y  terminaré  con  esta  reflexión  del  erudito  comentador:  «No  faltará  quien 
llegue  á  esclarecer  las  tinieblas  de  que  aparecen  rodeados  los  versos  inclusos  en 
los  preliminares  de  esta  grande  obra,  tinieblas  que  nacerán,  creo  yo,  de  que  los 
tales  versos  aluden  á  personas  ó  cosas  ajenas  á  la  fábula  del  Quifota 

Juzgo  oportuno  hablar  aquí  de  la  afición  que  sentía  Lope  de  Vega  por  los 
libros  de  caballería,  y  extractar  los  pasajes  que  á  este  curioso  punto  dedica  don 
Adolfo  de  Castro,  en  el  prólogo  á  la  6.*  edición  del  Buscapié.  (Apénd.  á  D.  Q., 
Madrid,  Gaspar  y  Roig,  1864): 

«Lope  de  Vega  en  el  prólogo  de  sus  novelas  dice:  use  reducen  sus  fábulas  á 
una  s  manera  de  libros  que  parecían  historias  y  se  llamaban  en  lenguaje  caste- 
»  llano.  Caballerías,  como  si  dijésemos,  hechos  grandes  de  caballeros  valerosos.* 
Por  último,  el  mismo  celebrado  poeta,  decía  en  la  Dedicatoria  de  la  comedia  El 
Desconfiado  estas  notabilísimas  palabras,  que  son  la  verdadera  antítesis  de  la 
idea  del  Quijote:  «Ríense  muchos  de  los  libros  de  caballerías,  señor  maestro,  y 
í  tienen  razón  si  los  consideran  por  la  exterior  superficie...  pero  penetrando  los 
»  corazones  de  aquella  corteza,  se  hallan  todas  las  partes  de  aquella  filosofía,  á 
»  saber,  natural  y  moral.  La  más  común  acción  de  los  caballeros  andantes,  como 
»  Amadís,  el  Febo.,  Esplandian  y  otros,  es  defender  cualquiera  dama  por  obli- 
»  gación  de  caballería,  necesitada  de  favor,  en  bosque,  selva,  montafia  ó  encan- 
»  tamento.  Y  la  verdad  de  esta  alegoría  es  que  todo  hombre  docto  está  obligado 
»  á  defender  la  fama  del  que  padece  entre  ignorantes,  que  son  los  tiranos,  los 
»  gigantes,  los  monstruos  de  este  libro  de  la  envidia  humana,  contra  la  celestial 
s  influencia,  que  acompañó  al  trabajo  y  el  vigilante  estudio  de  cuanto  es  ho- 
>  nesto). 

»Tenemos,  pues,  á  Lope  de  Vega,  entusiasta  admirador  de  los  libros  de  ca- 
ballería andante,  cuya  moralidad  debía,  en  su  concepto,  seguirse.  No  me  consta 
el  año  en  que  tal  dedicatoria  fué  escrita.  Ignoro,  por  tanto,  si  tales  opiniones  del 
príncipe  de  nuestros  dramáticos  vieron  la  luz  pública  antes  de  la  primera  edi- 
ción del  Ingenioso  Hidalgo.  Pero  sea  como  quiera,  bien  puede  decirse  que  tales 
ideas  fueron  constantemente  las  que  Lope  profesó  en  su  vida.  La  monomanía 
de  Don  Quijote  no  es  otra  cosa  que  el  juicio  de  Lope  de  Vega,  pero  juicio  tras- 
pasando todo  y  llegando  á  la  última  exageración.  Un  Lope  de  Vega  llevando  á 
la  realidad  su  aprecio  y  sentir  de  los  libros  de  caballería  andantes,  y  no  otra 
I         cosa  es  el  ingenioso  hidalgo  de  la  Mancha.» 

,281. — Las  1633  notas  puestas  por  el  Excmo.  é  limo.  Sr.  D.  Juan  Euge- 
|I        nio  Hartzenbusch  á   la  primera  edición  de  El  Ingenioso  hidalgo 

reproducida  por  D.  Francisco  López  Fabra  con  la  foto-tipografía. 

—  Barcelona.  Establecimiento  tipográfico   de  Narciso   Ramírez  y 

Compañía.  —  1874. 

En  4.°,  de  V1II-202  págs.  á  2  columnas. 

Importante  trabajo  en  el  cual  el  eminente  escritor  ha  apuntado  las  variantes 
de  las  tres  ediciones  de  Cuesta,  años  1605  y  1608,  para  la  i.^  parte;  de  la  del 
año  1615  y  Valencia  1616,  para  la  2.a  parte;  y,  ha  añadido  algunas  de  las  prin- 
cipales lecciones  de  otras  ediciones  madrileñas  del  siglo  xvn,  así  como  de  Pe- 
llicer,  Arrieta,  Clemencln  y  otros,  poniendo  luego  aquellas  correcciones  que  en 
su  sentir  podrían  hacerse. 


igS  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

El  autor  de  esta  Bibliografía  que  ha  pasado  largo  tiempo  dedicándose  tam- 
bién á  la  árida  y  pesadísima  tarea  de  reunir  en  ordenadas  series  las  variantes  de 
todas  las  principales  ediciones  del  Quijote,  sabe  cuan  ímprobo  es  el  trabajo  que 
el  Sr.  Haruenbusch  ha  verificado;  y  si  bien  en  verdad,  debo  decir,  que  sobran 
algunas  variantes,  faltan  otras,  y  muchas  son  inadmisibles,  no  escatimaré  los 
merecidos  elogios  al  insigne  literato.  Este  retocó  y  adicionó  muchas  de  las  pre- 
sentes Notas  en  varios  posteriores  trabajos  [295,  296,  297]. 

282. — Los    continuadores  de  El  Ingenieso  Hidalgo.  La   obra   de  un 
Avellaneda  desconocido.  Por  D,  José   María  Asensio.  —  Madrid, 

1873- 

En  4.0,  de  21  págs. 

Precedida  de  eruditas  noticias,  hace  el  Sr.  Asensio  una  detenida  análisis  de 
la  continuación  francesa  del  Quijote  publicada  anónima  en  París  el  año  1726, 
en  6  ts.  12.°  traduciendo  íntegra  la  principal  parte  del  prefacio.  Recomiendo  vi- 
vamente la  lectura  de  este  interesante  folleto  dedicado  á  dar  conocimiento  de 
una  imitación  que,  por  mi  parte,  describiré  [Sec.  IV]. 

283. — Anotaciones  al  Quijote,  por  G.  Ticknor.  —  Boston. 

En  El  Tiempo^  diario  de  Madrid,  días  16  y  17  de  Mayo  de  1874,  salieron 

dos  eruditos  artículos  de  D.  Arturo  Cuyas,  de  Nueva  York  dando  cuenta  del 

,  hallazgo,  en  la  rica  Biblioteca  Ticknor,  regalada  á  la  Biblioteca  de  Boston,  de 

«un  cuaderno  manuscrito  é  inédito  lleno  de  anotaciones  referentes  al  Quijote 

que,  probablemente,  escribió  Ticknor  para  su  uso  particular». 

Consiste  en  varias  notas,  alguna  con  conato  de  comentario;  pero,  en  gene- 
ral, de  poco  valor.  Al  describir  el  Sr.  Cuyas  lo  más  importante  que,  referente  á 
Cervantes,  posee  la  Colección  Ticknor,  menciona  algunos  curiosos  antecedentes 
relativos  á  D.  Valentín  Foronda,  autor  de  las  Observaciones  sobre  algunos  puntos 
del  Quijote. 

284. — «Notas  históricas  al  Quijote».  Artículo  de  D.  B.  H.  S.  (Buena- 
naventura  Hernández  Sanahuja),  en  el  Aniversario  de  Cervantes  en 
el  Aie)ieo  Tarraconense.  Año  1874. 

En  folio. 

Da  curiosa  noticia  «del  estado  de  inquietud  y  de  alarma  continua  que  te- 
nían todos  los  habitantes  cristianos  de  las  costas  marítimas  del  Mediterráneo,  á 
causa  de  las  audaces  empresas  de  los  berberiscos»,  sucesos  históricos  que  dieron 
motivo  á  que  Cervantes  amenizara  con  expresivas  descripciones  su  inmortal 
obra  en  los  capítulos  41  de  la  parte  I  y  63  de  la  n. 

285. — «Apogeo  literario  en  el  siglo  de  Cervantes».  Artículo  de  L.  C. 
en  el  Aniversario  de  Cervantes  ejt  el  Ateneo  Tarraconense.  1874. 

En  folio. 

Emite  el  articulista  algunas  consideraciones  acerca  de  la  pléyade  de  escrí- 


Notas  y  comeDtarios  al  Quijote  199 

tores  que  florecieron  en  tiempo  de  los  Felipes;  «pero,  —  añade,  —  sobre  todos 
ellos  descolló  el  genio  portentoso  de  Cervantes». 

286- — Asensio  (D.  José  M.)  —  Cervantes  inventor. 

Discurso  leído  en  el  Aniversario  celebrado  por  la  Real  Academia  Sevillana 
de  Buenas  Letras  el  día  23  de  Abril  de  1874.  —  Sevilla,  Baldaraque,  1874.  — 
En  8." 

Discretísimo  é  interesante  trabajo  en  el  cual  el  ilustre  cervantista  prueba 
con  datos  y  citas  cuanto  merece  Cervantes  el  nombre  de  inveníot.  Ilustra  el  se- 
ñor Asensio  su  discurso  con  una  lista  de  piezas  dramáticas  con  asuntos  cerván- 
ticos. 

287. — Discursos  leídos  ante  la  Academia  de  la  Historia  en  la  recepción 
pública  del  limo.  Sr.  D.  Francisco  Coello  y  Quesada,  el  día  27  de 
Diciembre  de  1874.  —  Madrid,  Imprenta  de  Fontanet,  1874. 

En  4.°,  de  96  págs. 

En  la  pág.  20,  el  ilustre  geógrafo  y  académico  D.  Francisco  Coello,  al  tratar, 
con  su  reconocida  competencia,  de  las  vías  romanas  de  la  península  ibérica,  se- 
ñala de  un  modo  palpable  la  dirección  que,  casi  en  línea  recta,  seguía  la  de 
Chinchilla  á  Zaragoza,  pasando  por  Iniesta,  por  el  Este  de  Daroca  y  por  Cari- 
ñena; y  termina  su  importantísima  disquisición  con  este  interesante  párrafo:  «El 
camino  entre  Chinchilla  y  Zaragoza  es,  en  grandes  trozos,  el  que  se  ha  llamado 
constantemente  carril  de  la  Mancha  á  Aragón;  el  que  han  seguido  los  extreme- 
ños en  su  tráfico  y  el  que  recorrió  el  héroe  ntanchego,  según  la  ilustrada  opinión 
de  los  Sres.  Caballero  y  Fernández  Guerra.  La  pericia  geográfica  de  Cervantes, 
su  conocimiento  del  territorio  en  que  estableció  el  campo  de  las  hazañas  del 
para  siempre  famoso  Don  Quijote,  se  ve  una  vez  más  confirmada  al  señalar  una 
de  las  vías  romanas,  únicos  caminos  que  entonces  eran  transitables,  para  la  mar- 
cha del  asendereado  caballero  andante  y  de  su  graciosísimo  escudero.» 

588, — Varias  obras  inéditas  de  Cervantes,  sacadas  de  códices  de  la  Bi- 
blioteca Colombina,  con  nuevas  ilustraciones  sobre  la  vida  del 
autor  y  el  Quijote,  por  el  Excmo.  é  limo.  Sr.  D.  Adolfo  de  Castro. 
—  Madrid,  1874.  f 

En  otra  sección  trato  detenidamente  de  lo  más  substancioso  de  este  intere- 
sante libro.  Hablaré  en  ésta  de  dos  de  sus  capítulos. 

Canción  desesperada. 
En  un  códice  señalado  AA,  tabla  145,  núm.  5,  existente  en  la  Biblioteca  Co- 
lombina halló  el  Sr.  de  Castro  un  manuscrito  de  la  Canción  desesperada  de  Gri- 
sóstomo.  «Los  curiosos  podrán  ahora,  —  dice,  — cotejar  la  Canción  desesperada 
como  primitivamente  la  compuso  Cervantes  y  dividida  en  las  mismas  estancias 
en  que  él  la  dividió,  y  aun  alguna  puesta  en  su  lugar  y  no  trastrocada,  como  se 
lee  en  el  Quijote.»  Transcribe  el  Sr.  de  Castro  la  Canción  cotejando  cuidadosa- 
mente sus  importantes  variantes  con  el  texto  que  conocíamos  en  el  Quijote,  y 
no  hay  duda  que  el  de  la  Biblioteca  Colombina,  en  general,  es  mejor. 


Notas  y  comentarios  al  Quijote 


El  apellido  del  Toboso. 

El  puesto  por  Don  Quijote  á  Dulcinea  no  es  ficticio,  sino  que  realmente 
existia  una  familia  de  este  nombre,  y  con  escudo,  según  lo  descubrió  el  Sr.  de 
Castro  en  documento  inédito  de  la  Biblioteca  Colombina,  titulado:  Instrumentos 
pertenecientes  á  la  casa  del  apellido  Toboso  en  la  ciudad  de  Córdoba,  en  donde  se 
habla  de  un  Juan  López  Toboso,  en  6  de  Junio  de  1488.  tEste  apellido, — se  dice 
en  él — es  de  la  Mancha,  donde  hay  un  lugar  que  lo  llaman  el  Toboso  en  cuyo 
paraje  se  crian  muchas  tobas\  y  las  armas  de  los  Tobosos  son,  eto 

«Bastante  hago  (dice  el  Sr.  de  Castro)  en  aclarar  en  algo  lo  que  á  la  prosa- 
pia de  los  Tobosos  se  refiere.  Nuevos  comentaristas  del  Quijote  podrán  con  esta 
segura  gula,  investigar  si  en  lo  de  Dulcinea  del  Toboso  hay  alusiones  á  deter- 
minada persona  ó  á  aquel  linaje.» 

Un  artículo  critico  de  esta  obra,  firmado  por  D.  Manuel  Gómez  Imaz  (el 
Bachiller  Sansón  Carrasco),  salió  en  la  Revista  de  Filosofía^  Literatura  y  Cien- 
cias de  Sevilla,  1874,  t.  VI;  y  otra  de  D.  J.  M.^  Asensio  se  insertó  en  la  Revista 
Europea  (t.  11,  núm.  35,  25  de  Octubre  de  1874),  con  este  epígrafe,  Sol  y  Som- 
bras. 

Pero  el  examen  y  el  comento  más  detallados  de  este  libro  los  hizo  D.  M.  Me- 
néndez  y  Pelayo  en  los  niims.  de  15  de  Junio,  10  y  20  de  Julio,  i.°  y  2.°  de 
Agosto  y  I."  de  Septiembre  de  1874,  de  la  Miscelánea  científica  y  literaria,  Re- 
vista de  Barcelona. 

289. — "La   ínsula  Baratariar,  por  D.  Joaquín  Guichot.  —  Sevilla.  — 
Imprenta  de  El  Círculo  liberal.  1874. 
En  S.°,  de  177  págs. 

(Asensio,  núm.  134.) 

290. — -Sol  y  Sombrasn.  —  Cartas  á  los  insignes  cervantistas  D.  José 
de  Palacio  Vitery  y  D.  Mariano  Pardo  de  Figueroa,  sobre  asuntos 
y  zarandajas  de  crónica  escandalosa  cervantina,  por  D.  José  María 
Asensio.  —  Revista  Europea.,  tomo  II,  núm.  35,  día  25  de  Octubre 
de  1S74. 

«Contienen  censura  del  libro  de  D.  Adolfo  de  Castro  titulado  Obras  inéditas 
de  Cervantes,  y  otras  noticias  cervantinas,  con  algunas  piezas  de  teatro  cuyos 
argumentos  están  tomados  de  las  obras  de  Cervantes  ó  de  su  vida,  adicionando 
el  catálogo  de  ellas  que  publicó  el  autor  como  apéndice  á  su  discurso  Cervantes 
inventor.,  leído  en  la  Academia  Sevillana  de  Buenas  Letras  el  23  de  Abril  de 
1874. 

(Asensio,  Nota  de...  libres...  sobre  Cervantes,  1885). 

291. — uOtro  sueño  de  noche  de  veranon,  por  D.  José  M.  Asensio.  — 
Revista  literaria  Cervajiíes.  Año  I,  dia  30  de  Agosto  de  1875. 

«Art.  dirigido  á  combatir  ligeramente  algunas  de  las  fábulas  é  invenciones 
que  se  han  echado  á  volar  en  alas  de  la  imprenta  acerca  del  Quixote  y  de  so 
autor  » 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  201 

292. — Un  español  de  antaño. 

Art.  en  el  folleto  titulado:  Aniversario  de  Cervantes  por  el  Ateneo  Tarraco- 
nense, en  1873,  ío'io- 

Comenta  y  encomia  el  articulista  Sr.  A.  O.  el  clarísimo  cuadro  de  cos- 
tumbres que  nos  pinta  Cervantes  en  la  persona  y  casa  de  D.  Diego  de  Miran- 
da. «Henos  ahí,  —  dice, — en  presencia  de  una  sociedad  que  en  nada  se  pa- 
rece á  la  actual.  Difícil  serla  hoy  encontrar  un  D.  Diego  en  una  aldea  de  la 
Mancha;  los  cambios  sociales,  los  nuevos  gustos  y  las  circunstancias  han  llevado 
á  la  corte  ó  á  las  populosas  capitales  la  mayor  parte  de  los  grandes  propietarios.» 

293. — Cervantes  y  Shakespeare. 

Art.  firmado  F.  I.  en  el  Aniversario  de  Cervantes  por  el  Ateneo  Tarraconen- 
se 1875. 

Apunta  los  rasgos  de  semejanza  moral,  social  é  intelectual  que  entre  ambos 
genios  existió.  Olvidando  ó  ignorando  que  la  corrección  gregoriana  no  se  usó 
en  Inglaterra  hasta  más  tarde,  cree  que  Cervantes  y  Shakespeare  murieron  el 
mismo  día. 

294. — El  Mensaje  de  Merlín,  ó  tercer  aviso  de  Cid  Asam  Ouzad  Benen- 
geli  sobre  el  desencanto  de  El  Quijote;  escrito  por  Nicolás  Díaz  de 
Benjumea.  —  Londres,  1875. 
En  8.°,  de  lio  págs. 

Pretende  Benjumea  que  el  profundo  simbolismo  y  la  doble  intención  que, 
según  él,  el  Quijote  encierra,  fueron  conocidos  y  vislumbrados  por  Avellaneda  y 
sus  secuaces;  quienes,  al  libro  social,  filosófico  y  civilizador  de  Cervantes,  opu- 
sieron el  Quijote  expdreo  con  el  fin  de  cerrar  el  paso  á  las  ideas  que  el  cautivo 
de  Argel  representaba.  Este  tema  forma  la  \fi-  parte  de  la  obra.  La  segunda  va 
dedicada  á  probar  que  el  autor  del  falso  Don  Quijote  fué  el  dominico  Andrés 
Pérez,  autor  de  La  Picara  fustina.  Ya  volveré  á  tratar  de  este  punto  en  la  sec- 
ción de  «Imitaciones.» 

295. — Nuevas  notas  de  D.  Juan  E.  Hartzenbusch  al  Quijote. 

El  Ateneo  revista  de  Sevilla.  Núm.  i  de  i.°  de  Diciembre  de  1874,  y  21,  de 
1.0  de  Octubre  de  1875.  «Mas  Notas  al  Ingenioso  Hidalgo.» 

Añade  veinte  y  tantas  enmiendas  y  variantes  muy  arbitrarias  al  texto  del 
Quijote,  y  retira  y  da  por  nulas  las  siguientes  de  las  1633  Notas  que  publicó 
para  la  edición  foto-tipográfica  [281]:  «núms.  21,  116,  131,  152,  301,  991,  1356, 
1382,  1416,  1421,  1445,  1517,  1543,  1598». 

29B.— Cervantes^  revista  de  Madrid,    16  de   Marzo  y  números   subsi- 
guientes del  año  1876. 

«Notas  inéditas  á  la  edición  foto  tipográfica  del  Quijote.*  Continuó  el  señor 
Hartzenbusch  su  comezón  de  introducir  variantes  y  más  variantes  y  de  rectificar 

Tomo  n  36 


202  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

y  corregir  las  de  sus  ediciones  argamasillescas,  y  de  sus  Notas  á  la  edición  de  Ló- 
pez Fabra.  Las  que  propone  en  estos  artículos  al  texto  de  la  edición  foto-tipo- 
gráfica pertenecen  á  los  siguientes  lugares:  fols.  17  vuelto,  28,  línea  4;  165  v.  1.  8; 
169;  181  V.  184  v.  1.  13;  220, 1.  10:  222,  á  la  mitad;  257  v.  1.  8;  274,  1.  8;  277, 
1.  5;  181, 1.  12;  191  V.  1.  4;  286  V.  1.  3;  y  285  V.  1.  6. 

Otros  reparos  y  variantes  hay  que  no  valen  la  pena  de  ser  apuntados,  por 
impertinentes. 

297. — Madrid  Literario^  semanario  ilustrado.  —  Números  de  19  de  No- 
viembre de  1876,  28  de  Enero,  4  y  11  Febrero,  4,  11  y  18  de  Marzo 
de  1877.  —  «Notas  inéditas  á  la  edición  foto-tipográfica  de  el 
Quijote^  por  D.  J.  E.  Hartzenbusch.» 

Muchas  son  acertadas,  y  otras  un  tanto  aventuradas. 

En  los  números  de  15,  22  Abril,  13,  20  y  27  de  Mayo  de  1877  del  mismo 
semanario  madrileño,  inserta  el  Sr.  Hartzenbusch  unos  reparos  al  texto  de  la 
nueva  edición  del  Quijote  publicada  por  el  Sr.  Mainez,  en  Cádiz. 

298. — Crónica  de  los  Cervantistas  del  15  de  Marzo  de  1876.  —  Artículo 
de  D.  Zacarías  Acosta. 

«  Demostraciones  críticas  contra  las  variantes  que  ha  querido  introducir  en 
el  texto  del  Quijote  el  Excmo.  D.  J.  E.  Hartzenbusch.» 

Se  reduce  á  refutar  la  variante  nüm.  90  de  la  edición  de  Argamasilla,  donde 
se  substituye  ícuya  imagen  es  la  historiai>  en  lugar  de  i  cuya  madre  es  la  histO' 
riay,  como  escribió  Cervantes. 

299. — Catálogo  por  orden  alfabético  de  todos  los  personajes  que  inter- 
vienen en  el  Ingenioso  Hidalgo  Don  Quijote  de  la  Mancha.  —  Cer- 
vantes, revista  de  Madrid,  del  8  de  Enero  al  24  de  Mayo  de  1876. 

Curioso  trabajo  de  D.  Javier  Sora villa,  fy  muy  útil — dice  su  autor — para  los 
comentaristas  y  anotadores  del  Quijote'». 

Va  al  final  este  resumen:  «  Estado  con  diferencia  de  sexos  de  los  personajes 
que  intervienen  en  el  Ingenioso  Hidalgo  enumerados  por  Miguel  de  Cervantes 
Saavedra.» 

Hombres 607 

Mujeres 62 

Total  general 669 

300. — Una  visita  á  la  cueva  de  Montesinos  y  lagunas  de  Ruidera. 

Describe  detalladamente  estos  sitios  D.  Manuel  M.  Reynoso  en  la  Crónica 
de  los  Cervantistas.,  7  de  Octubre  de  1876. 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  203 

304, — Un  albalá  del  rey  Don  Felipe  III.  —  La  Enseña  Bermeja^  diario 
de  Zamora,  día  4  de  Abril  de  1877. 

Carta  enderezada  al  doctor  Thebussem  preguntándole  «por  qué  en  la  edición 
del  Quijote  de  la  Academia,  año  1787,  hay  el  privilegio  para  Portugal,  y  carece 
de  este  documento  la  edición  foto  tipográfica  del  Sr.  López  Fabra.  Es  de  creer 
que  el  bondadoso  Dr.  Th...  aclararía  en  dos  paletas  la  duda  del  Sr.  Sancho  Mo- 
gatar  explicándole,  que  la  Academia,  en  aquel  entonces,  tomó  por  la  primera 
edición  del  Quijote  la  que  era  segunda,  y  que  la  edición  foto-tipográfica  es  re- 
producción de  la  verdadera  primera,  para  la  cual  el  librero  Robles  aún  no  había 
sacado  privilegio  para  Portugal  >. 

302. — Idea  de  un  nuevo  proyecto  de  comentario  al  Quijote. 

Importante  articulo  del  insigne  cervantista  D.  José  María  Asensio  en  el  nú- 
mero correspondiente  al  22  de  Abril  de  1877,  de  ¿a  Academia,  revista  literaria 
madrileña. 

303. — Concordancias  del  Quijote.  —  Año  de  1877. 

Curioso  m.  s.  del  Sr.  Saenz  del  Prado,  en  1877,  que  posee  hoy  la  Academia 
Española. 

304. — Las  tres  campañas  del  ingenioso  hidalgo  Don  Quijote  de  la  Man- 
cha. —  Itinerario  fijo  y  constante,  apoyado  en  la  ley  invariable  de 
la  razón  é  inmutable  de  la  lógica;  justificado  en  documentos  fide- 
dignos, etc.  (Fragmento). 

En  este  artículo,  inserto  en  El  Tiempo,  de  23  de  Abril  de  1877,  bajo  la  firma 
de  El  académico  de  la  Argamasilla,  se  censura  agria  pero  justamente  á  los  que 
sólo  quieren  ver  en  el  Quijote  alusiones  personales;  mas,  torciendo  el  articulista 
su  rumbo,  y  por  vía  de  digresión,  truena  contra  los  que  intentan  hacer  desapa- 
recer las  Monarquías.  De  itinerario  no  se  ve  señal  alguna. 

305.— El  Palacio  de  Pedrola. 

Erudito  artículo  de  D.  Cayetano  Rosell  en  La  Cuna  de  Cervantes  del  26  de 
Agosto  de  1877,  describiendo  aquella  morada,  que  se  supone  sea  la  de  los  Du- 
ques, en  donde  Cervantes  aposentó  á  su  héroe  por  algunos  días. 

306. — Cervantes  y  Sevilla.  —  Artículo  de  D.  José  Moreno  Fernández 
en  La  Andalucía  de  Sevilla,  1877. 

Recorre  el  doctor  Moreno  todas  las  obras  de  Cervantes,  y  señala  las  veces 
1  que  mienta  á  Sevilla,  deduciendo  cque  esta  gran  ciudad  mereció  tanto  amor,  ó 

causó  tanta  admiración  al  gran  escritor,  que  puede  enorgullecerse  de  haberle 
inspirado  muchos  de  sus  mejores  pensamientos». 

(Asensio,  núm.  189.) 


204  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

307. — Notas  al  Quijote,  por  D.  Ramón  León  Mainez,  en  la  edición  im- 
presa en  Cádiz  el  año  1877,  en  cinco  tomos  en  8.° 

Poco  he  de  añadir  á  lo  que  dije  cuando  describí  esta  edición  [I.  166]. 

El  Sr.  Mainez  ha  hecho  y  adoptado  correcciones  felices;  mas,  en  su  noble 
intento  de  atenerse  estrictamente  al  texto  de  la  edición  príncipe  de  la  primera 
parte  del  Quijote,  ha  conservado  erratas  que  fueron  corregidas  en  las  otras  dos 
impresiones  de  Cuesta,  y  ha  despreciado  algunas  correcciones  oportunas  y  nece- 
sarias que  la  Real  Academia  Española  hizo.  De  todos  modos,  en  esta  delicada 
materia  de  corregir  el  texto  del  Quijote,  es  más  de  alabar  un  excesivo  respeto 
del  original,  como  lo  ha  hecho  el  Sr,  Mainez,  que  una  arbitraria  alteración,  cual 
la  hizo  el  Sr.  Hartzenbusch,  justamente  censurado  aquí  por  el  distinguido  critico 
gaditano. 

Algunas  veces  acepta  el  Sr.  Mainez  ciertas  oportunas  correcciones  de  la  edi- 
ción de  Bruselas,  afio  de  1607,  y  de  otras  modernas. 

Las  notas  históricas  que  pone  al  final  de  los  capítulos  (algunas  tomadas  de 
Bastús),  son  muy  apreciables,  así  como  las  reflexiones  acerca  de  algunos  de  los 
pasajes  comentados  por  Fernández  Cuesta,  Clemencín,  Hartzenbusch.  Al  final 
de  cada  tomo  hay  interesantes  apéndices  con  eruditas  noticias  y  citas  de  los 
libros  mencionados  por  Cervantes. 

Igualmente  revelan  espíritu  analizador  los  razonados  y  minuciosos  comentos 
de  las  aventuras  del  Ingenioso  Hidalgo^  pero  me  ha  de  permitir  el  apreciable 
crítico  que  discrepe  de  su  opinión  en  algunos  de  sus  juicios.  Sirva  de  ejemplo 
el  Comentario  á  los  capítulos  XXX  y  XXXI  de  la  i.*  parte.  Si  lo  aceptáramos, 
creeríamos  que  Cervantes  había  escrito  su  libro  con  el  objeto  de  apadrinar  y 
ensalzar  las  extravagancias  y  los  usos  de  los  libros  de  caballerías,  y  que  los  per- 
sonajes como  el  cura,  el  barbero  y  Dorotea,  que  quieren  sacar  á  Don  Quijote 
de  Sierra  Morena  y  llevarle  á  su  aldea  para  curarle  de  su  locura,  obrarían  con 
miras  interesadas  y  egoístas,  dañando  al  héroe  manchego  y  á  sus  nobles  ideales. 

Creo  que  Cervantes  ha  querido  significar  lo  contrario,  puesto  que  la  imita- 
ción burlesca  del  retiro  de  Amadís,  es  evidente;  y  en  cuanto  al  cura,  bien  apa- 
rece su  generosa  intención,  representándonoslo  Cervantes  como  una  figura 
noble,  buena,  conciliadora,  y  no  cual  un  personaje  odioso,  como  el  Sr.  Mainez 
pretende. 

308. — Un  manicomio  modelo.  (Narración  fantástica.) 

Articulo  de  D.  Manuel  de  la  Revilla,  en  el  Almanaque  de  La  Ilustración 
Española  y  America  para  1879.  En  4.° 

Es  un  humorístico  trabajo  en  que,  entre  otras  cosas,  se  burla  el  critico  de  las 
diversas  interpretaciones  y  alcances  que  se  han  dado  al  Quijote. 

309. — Noticia  del  Compás  de  Sevilla. 

Memoria  de  D.  Narciso  Campillo  en  la  Revista  de  Andalucía  de  Sevi- 
lla, 1878. 

310. — Las  Dos  razones  ó  los  Quijotismos.  —  Artículo  de  D.  N,  Díaz  de 
Benjumea  en  El  Arte ^  periódico  literario  de  Sevilla.  —  17  de  Mar- 
zo de  1878. 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  205 

«Razón  recta,  según  la  Iglesia  católica,  es  la  luz  que  proviene  de  la  revela- 
ción divina.  Los  que  no  tienen  esa  enseñanza  viven  guiados  por  razón  corva  ó 
gibosa.* 

311.— Más  Quijotadas.  —  Artículo  de  fD.  J.  E.   Hartzenbusch  en   La 
Ilustración  Española  y  Atnericana,  22  de  Abril  de  1878. 

He  aquí  los  párrafos  más  substanciales: 

«Contestando  á  ciertas  especies,  nada  lisonjeras  para  mí...  he  de  repetir  en 
este  artículo  algunas  ideas,  ya  expresadas  en  los  que  publiqué  en  el  periódico 
Madrid  Literario,  el  ultimo  de  los  cuales  es  del  día  27  de  Mayo  último.» 

« ...  las  ediciones  del  Quijote  hechas  por  la  Academia  Española,  no  son,  como 
sostiene  equivocadamente  el  Sr.  Mainez,  un  texto  á  cada  paso  alterado  por  la 
Academia,  sino  el  texto  mismo  de  la  2.'  edición  del  año  1605  y  de  la  de  1608, 
impresas  por  Juan  de  la  Cuesta,  ediciones  en  que  Cervantes...  cambió  algo  de  su 
obra.»  «Ya  sospeché,  y  ahora  veo  ser  verdad,  que  el  Sr.  Mainez  no  ha  conocido 
estas  ediciones.» 

«Cuando  la  Academia  hizo,  en  el  año  1780,  la  edición  del  Quijote,  no  co- 
nocía más  que  una  de  1605,  y  ésta  era  la  segunda,  y  á  ésta  siguió  creyéndola 
primera  de  la  obra,  y  en  esta  edición  Cervantes  había  introducido  variantes»  (i). 

«En  el  tomo  UI,  pág.  131,  de  su  edición,  pone  el  Sr.  Mainez:  «él  (Don  Qui- 
jote), se  acostó  luego,  porqué  venía  muy  quebrantado  y  falto  de  juicio. -s.  Nota 
del  Sr.  Mainez:  «Falto  de  sueño  ponen  las  más  de  las  ediciones.  Porqué?»...  No 
sé  que  tantos  somos  los  que  hemos  introducido  en  ediciones  del  Quijote,  falto 
de  sueño,  en  lugar  de/alto  de  juicio;  pero  yo  soy  uno  de  ellos  y  aquí  reconozco 
mi  error. » 

En  la  edición  de  Madrid,  año  de  1662,  es  en  donde  por  primera  vez  se  halla 
la  variante /a/Zí»  de  sueño.  Después  Clemencín  la  creyó  también  necesaria,  y  con 
su  autoridad  la  aceptaron  como  buena  varias  ediciones  modernas. 

Persiste  luego  el  Sr.  Hartzenbusch  en  sostener  que  donde  dice  el  texto 
(P.  i.a,  cap.  n):  «Don  Quijote...  como  tenía  puesta  la  celada  y  alzadala.  visera, 
etcétera»,  debe  decir:  tatada  la  visera». 

Defiende  igualmente  el  Sr.  Hartzenbusch  esta  variante  suya,  criticada  por  el 
Sr.  Mainez:  «Lo  que  á  Vm.  he  dicho.»  (Notas  de  la  ed.  fot.  del  Quijote,  pági- 
na 82.) 

Pero  retira  la  que  puso  al  capítulo  XLIV,  cuando  dijo  envainó,  en  lugar  de 
embazó  como  escribió  Cervantes. 

Y  termina  defendiendo  la  variante  en  sazón  tal.,  que  juiciosamente  varios 
correctores,  y  con  ellos  Hartzenbusch,  hicieron  en  aquel  pasaje  del  capítu- 
lo XXTV,  parte  i.*,  donde  la  edición  príncipe  dice:  «Viola  en  sayo,  tal,  que  todas 
las  bellezas  hasta  entonces  por  él  vistas  las  puso  en  olvido. » 

'12. — Crítica  de  críticas.  —  Artículo  de  D.  J.  E.  Hartzenbusch  en  La 
Academia,  semanario  ilustrado.  —  Madrid,  30  de  Junio  de  1878. 

Elogia  la  obra  Cervantes  y  la  Crítica,  de  D.  Amenodoro  Urdaneta  y  explica 
que  la  voz  ventiera  que  dicho  señor  aceptó  por  haberla  hallado  en  la  edición  prtn- 


(l)    En  el  tomo  I   de   esta  Bibliografía,  art.  I,  hice  la  historia  de   este   trueco  de  edi- 
ciones que  ha  ocasionado  tantos  quid  pro  quo. 


2o6  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

cipe  del  Quijote  (parte  II,  cap.  6o),  ha  de  decir  ventrera^  como  así  lo  corrigió  la 
edición  de  Valencia,  año  i6ió.  Después  sostiene  nuevamente  el  Sr.  Hartzen- 
busch  una  de  sus  variantes,  poniendo  la  partícula  no  en  aquel  pasaje  del  capí- 
tulo 20,  P.  I,  donde  se  dice:  «Don  Quijote  se  habia  alzado  la  visera  y  descu- 
bierto su  seco  y  polvoroso  rostro.» 

313. — La  Opinión  Nacional^  diario  de  Caracas,  día  15  de  Julio  de  1878. 

Art.  de  Hortensio,  fechado  en  Madrid,  juzgando  el  libro  de  Urdaneta  titu- 
lado «Cervantes  y  la  Crítica.»  Cree  el  articulista  exageradas  las  aseveraciones 
de  Urdaneta  de  que  el  Quijote  es  superior  á  todos  los  libros  literarios,  especial- 
mente á  los  poemas  hasta  hoy  conocidos.  No  está  conforme  con  alguna  otra 
tesis  sostenida  por  Urdaneta,  pero  hace  elogios  del  libro  y  de  su  exposición, 
concluyendo  con  levantadas  frases  en  pro  del  estrechamiento  de  los  vínculos 
que  unen  á  la  América  latina  con  España. 

314.  —  «El  progreso  en  la  crítica  del  Quijote",  por  D.  Nicolás  Díaz  de 
Benjumea.  —  Artículos  en  la  Revista  de  España.  —  28  de  Octubre 
de  1878,  t.  LXIV,  págs.  474  á  488;  13  Noviembre  y  28  Diciembre 
de  1878,  t.  LXV,  págs.  42  á  59,  y  450  á  466;  28  de  Enero  y  28  de 
Febrero  de  1879,  t.  LXVI,  págs.  159  á  172,  y  329  á  348;  28  de 
Abril  de  1879,  t.  LXVII,  págs.  519. 

Notable  y  profundo  estudio  en  el  que  su  autor  examina  con  erudita  minucio- 
sidad algunas  de  las  escuelas  críticas  acerca  del  Quijote.  Campean  brillantes  pen- 
samientos en  el  trabajo  del  Sr.  Benjumea,  pero  gran  parte  de  su  afán  consiste  en 
demostrar  que,  la  rancia  critica  del  Quijote,  esto  es,  la  que  halla  en  él  una  mera 
sátira  de  los  libros  de  caballería,  ha  de  ceder  el  puesto  al  moderno  comentario 
filosófico.  Con  tal  deliberado  propósito,  despliega  no  poca  habilidad  al  atacar 
los  puntos  flacos  que  le  presentan  para  apoyar  su  crítica,  los  diversos  juicios 
emitidos  por  Bowle,  Pellicer,  Navarrete,  Clemencín,  Quintana,  Byron,  Sismon- 
di,  Revilla,  Valera,  Heine. 

Dejando  aparte  el  prurito  de  hallar  sentido  oculto  en  el  Quijote,  algunas  de 
las  apreciaciones  de  Benjumea  son  acertadas,  especialmente  su  impugnación  del 
Juicio  de  Byron. 

315. — Fastenrath  (D.  Juan).  —  «El  poeta  hispanófilo  Luis  Braunfels». 
—  Eco  de  Andalucía.,  Marzo,  1880. 

Con  motivo  de  la  venida  á  España  del  Sr.  Braunfels,  traductor  del  Quixote  y 
cervantista  apasionado,  consigna  el  insigne  Fastenrath  muchas  curiosas  noticias 
sobre  las  traducciones  alemanas  del  gran  libro  de  Cervantes. 

(J.  M.  Asensio,  J\íoia  de  libros...  niím.  loi.) 

316. — Cervantes  vascófilo...  por  Julián  Apraiz...  Vitoria,  1881. 

De  este  erudito  libro  volveré  á  hablar,  al  dar  cuenta  de  su  2.'  edición,  im- 
presa en  1895. 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  207 

317. — El  Averiguador  Universal  di^  31  de  Marzo  de  1881. 

Trata  de  la  pronunciación  de  la  x  que,  según  Monlau,  sonaba  suave  como 
ch  francesa  en  tiempo  de  Cervantes.  El  articulista  rebate  esta  opinión  apoyán- 
dose en  que  Leonela,  [Quijote,  parte  I)  cuando  enumera  por  orden  alfabético  las 
cualidades  de  un  buen  amante,  dice:  cía  x  no  le  cuadra  porque  es  letra  áspera>. 
En  elniím.  de  31  de  Octubre  del  mismo  Averiguador,  el  Sr.  Sbarbi  apoya  la 
opinión  de  Leonela  con  el  testimonio  de  Mateo  Alemán,  quien  en  1609  decía: 
«nosotros  pronunciamos  la  x  como  los  árabes»,  y  con  los  de  el  maestro  Gonzalo 
Correa,  (año  1630),  y  de  Gutiérrez  de  Terán  (1732)  que  aseguran  un  sonido 
fuerte  de/  á  la  x. 

Es  del  P.  Agustino  Fr.  Conrado  Muiños. 

J18. — Discurso  leído  por  D.  Nicolás  Díaz  de  Benjumea,  con  previo 
acuerdo  del  Exorno.  Ayuntamiento  de  Sevilla,  en  su  sesión  cele- 
brada en  la  noche  del  14  de  Enero  de  1878,  y  mandado  imprimir  y 
archivar  por  acuerdo  unánime  de  dicha  Corporación.  —  Sevilla.  — 
Alvárez,  1878. 

«¡Parecerá  mentira  á  los  venideros!»  (J.  M.  Asensio). 

1 19, — «Algunas  notas  preparadas  para  un  nuevo  Comentario  de  el  In- 
genioso hidalgo  Don  Quijote  déla  Manchan,  por  D.  José  María 
Asensio. 

Publicadas  en  la  Revista  de  Valencia,  tomo  II,  niím.  6,  y  tomo  HI,  núm.  4, 
correspondientes  respectivamente  á  i.°  de  Mayo  de  1882  y  i.°  de  Abril  de  1883. 

Empieza  su  Comentario  el  Sr.  Asensio  publicando  3  extensas  é  interesantes 
notas.  En  la  I  hace  notar  la  falta  de  la  Aprobación  que  se  observa  en  la  parte  I 
del  Quijote,  siendo  así  que  lleva  el  previlegio,  la  tasa  y  el  testimonio  de  las  erra- 
tas. La  n  es  un  verdadero  comentario  úlosófico  que  hace  valer  el  alcance  del 
libro  de  Cervantes;  y  la  m  trata  del  misterio  que  encierra  la  Dedicaíotia  al 
duque  de  Béjar  como  lo  notó  ya  el  Sr.  Hartzenbusch;  y  transcribe  la  exce- 
lente Nota,  inédita,  del  Sr.  D.  Cayetano  de  la  Barrera,  contestando  sobre  el 
mismo  tema  á  una  aseveración  de  Benjumea. 

En  la  nota  IV  (año  1883),  explica  el  título  de  Ingenioso,  puesto  por  Cer- 
vantes á  su  obra:  «El  título,  —  dice,  —  es  propio,  feliz  y  gráfico,  pero  es  porque 
recae  sobre  el  sujeto,  sobre  Don  Quijote,  indicando  sus  cualidades.  No  obstante 
el  extravío  de  su  razón,  Alonso  Quijano  conservaba  la  agudeza  de  [su  ingenio, 
lucido  y  perspicaz  cuando  no  miraba  á  través  del  engañoso  prisma  de  sus  negras 
ilusiones.»  «El  hidalgo  era  ingenioso,  pero  con  criterio  erróneo;  el  ingenio  corría 
por  la  misma  desviación  que  la  razón;  cuando  ésta  era  perturbada  por  fantas- 
mas, lo  ingenioso  era  buscar  la  antítesis,  consistía  en  traer  la  consecuencia  con- 
traria á  la  verdad,  y  deducir  con  mucho  y  agudo  ingenio,  falsos  resultados.  Vol- 
teado por  las  aspas,  era  ingenioso  al  discurrir  que  un  enemigo  de  gran  poder  ha- 
bía convertido  los  gigantes  en  molinos,  envidioso  de  su  fama  y  renombre.  Entre 
los  fenómenos  psicológicos,  tan  magistralmente  desenvueltos  por  Cervantes,  éste 
es  el  más  digno  de  atención  y  el  más  admirable  de  todos;  porque  es  el  fondo 
del  padecimiento  del  héroe,  y  el  único  que  explica  bien  todas  las  aventuras  y 


2o8  Notas  y  coméntanos  al  Quijote 

desventuras  de  su  historia.  Una  vez  estudiada,  comprendida  la  especie  de  enfer- 
medad intelectual  que  Cervantes  describe,  se  encuentra  clara  explicación,  y  ra- 
zonable el  progreso  en  todos  los  sucesos.»  «El  adjetivo  ingenioso  es  miembro 
necesario  de  lá  oración,  calificativo  oportunísimo  y  gráfico  del  sujeto. 

320. — Un  pequeño  comentario  al  Quijote.  —  Artículo  de  D.  Federico 
Rahola,  en  La  Ilustración^  de  Tasso,  día  22  de  Abnl  de  1882. 

Comenta  varios  pasajes  de  la  novela,  deduciendo  atinadamente  «hasta  qué 
punto  son  antagónicos  y  opuestos  amo  y  escudero,  y,  por  lo  tanto,  de  la  raía 
manera  como  se  completan». 

321. — Humorismo  cervántico.  —  Artículo  de  D.  Nicolás  D.  de  Benju- 
mea  en  el  número  correspondiente  al  22  de  Abril  de  1883,  de  La 
Ilustración,  revista  ilustrada  de  Barcelona. 

«Uno  de  los  capítulos  en  que  más  resalta  lo  que  podemos  llamar  «humoris- 
mo cervántico»,  es  el  que  contiene  el  diálogo  de  los  dos  escuderos.  Parece  que 
ambos  tratan,  valiéndonos  de  una  frase  vulgar,  de  echarse  el  pego  el  uno  al  otro. 
Ahora  bien,  Sancho  refiere  el  caso  sucedido  á  dos  excelentes  mojoneros,  sus  an- 
tepasados, y  que  busca  Cervantes  con  singular  gracia  y  agudeza;  porque  que- 
dando Sancho  persuadido  de  que  ha  demostrado  lo  que  probar  le  convenía,  re- 
sulta enteramente  lo  contrario,  y  hace  ver  el  autor  el  papel  que  representan  las 
gentes  groseras,  cuando  pretenden  pasarse  de  listas  y  despuntar  por  agudas.» 

322. — «La  Olivera  de  Valencia»,  una  nota  para  el  Quijote.  —  Revista 
de  Valencia^  Marzo  de  1883. 

Interesante  y  erudito  artículo  de  D.  Manuel  Calvo  y  Pelarda,  dando  una  ex- 
tensa descripción  del  sitio  mencionado  por  el  ventero  socarrón,  y  probando 
cumplidamente  que  tanto  el  Sr.  Clemencín  como  los  que  le  siguieron,  confun- 
den en  sus  notas  la  Olivera  de  y  alenda  á  que  alude  Cervantes,  con  otro  sitio 
más  distante  titulado  Plazuela  de  la  OUverta^  y  afiade  que  sólo  el  Sr.  D.  Luis 
Lamarca  en  su  opúsculo  El  teatro  de  Valencia  desde  su  origen  hasta  nuestros 
días  (1840),  reconoce  el  punto  en  que  estuvo  «la  Olivera  de  Valencia»  que  tanta 
celebridad  tenía  en  tiempo  de  Cervantes  como  punto  adonde  concurría  toda 
gente  traviesa  y  maleante.» 

323. — «El  Solitario  y  su  tiempo»,  por  D.  Antonio  Cánovas  del  Casti- 
llo. —  Madrid,   1883. 

En  el  tomo  n,  pág.  132,  hablando  el  autor  del  proyecto  de  D.  Serafín  Esté- 
banez  Calderón,  de  conquistar  el  imperio  de  Marruecos,  dice:  «nunca  debiéra- 
mos pensar,  como  en  1844  pensaron  algunos,  entre  ellos  Estébanez,  en  conquis- 
tas en  África...  ¿Cuándo  estará  la  nación  española  en  disposición  de  acometer 
cosa  tal  y  realizarla?...  ¡Plegué  á  Dios  conservarnos  por  siempre  la  mermada 
herencia  que  recibimos  de  nuestros  padres!  Aun  para  eso  ha  de  ser  forzoso  que 
no  continúe  siendo  el  leal  y  valiente,  pero  soñador  y  anticupdo  Don  Quijote,  la 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  209 


representación  exacta  de  nuestro  carácter  y  nuestro  espíritu  nacional.  Si  algún 
sentido  oculto  hubiese  en  los  volúmenes  inmortales  de  Cervantes,  este  de  que 
voy  á  hablar,  debiera  de  ser.  Nunca  leo,  dicho  sea  en  paz,  sin  que  seriamente 
medite  en  nuestros  hechos,  las  siguientes  palabras  de  Don  Quijote  en  la  venta: 
€  Yo  no  puedo  contravenir  á  la  orden  délos  caballeros  andantes,  etc..»  Paré- 
ceme  que  se  nos  pudiera  haber  respondido  en  la  historia  muchas  veces,  lo  que 
replicó  el  ventero:  cPoco  tengo  yo  que  ver  en  eso.  Pagúeseme,  etc..» 

» Prosa  es  esto,  pura  prosa,  pero  buen  espejo  para  vernos  el  rostro:  sentencia 
que,  por  ser  tan  genuinamente  español  no  comprendía  el  sabio  Estébanez  tra- 
tándose de  política  internacional;  consideración  que,  bien  mirada,  y  aplicada 
con  discreción  serviría  para  gobernar  á  £spafia  mejor  que  ha  solido  y  suele  ser 
gobernada.  > 

324. — Los  Arbitristas. 

Este  articulo  de  D.  Antonio  Cánovas  del  Castillo,  escrito  al  parecer  hacia 
1864  ó  65,  va  en  el  tomo  I  de  Problemas  contemporáneos  publicado  en  las  obras 
de  dicho  autor,  Madrid,  1884,  tomo  17  de  la  Colección  de  escritores  castellanos. 
Entresacaré  estos  párrafos: 

«En  el  hospital  de  la  Resurrección  deValladolid  hubo,  según  afirma  Cer- 
vantes, algo  antes  de  1613,  una  conversación  ó  coloquio  curiosísimo  acerca  de 
los  diversos  oficios  humanos,  entre  dos  perros  parleros  llamados  Cipión  y  Ber- 
ganza.  Pocas  serán  las  personas  cultas  que  no  hayan  pasado  los  ojos  al  menos 
por  aquel  exacto,  aunque  breve,  cuadro  social  de  la  nación  que,  con  más  bondad 
que  acierto,  regla  por  entonces  Felipe  III.  En  un  extremo  de  la  pieza,  donde  tan 
desusadamente  departían  los  perros,  había,  al  decir  del  narrador,  cuatro  camas, 
que  servían,  á  falta  de  otras,  á  un  alquimista,  un  poeta,  un  matemático,  y  uno, 
en  fin,  de  los  que  se  llaman  arbitristas;  gente  toda,  como  atestiguaba  Berganza, 
que  á  la  sazón,  por  la  mayor  parte  venían  á  morir  á  los  hospitales.  Por  lo  que 
toca  al  poeta,  quizá  pintó  aquí  el  autor  su  propia  suerte,  más  bien  que  la  que  en 
general  alcanzaban  los  de  tal  profesión  en  aquellas  edades:  que,  á  decir  verdad, 
desde  el  marqués  de  Santillana  ó  Garcilaso  hasta  Lope  de  Vega  6  Quevedo, 
contó  la  Musa  española  por  alumnos  mayor  número  de  caballeros  de  hábito  y 
personas  de  pro,  que  de  mendigos  ó  huéspedes  de  hospitales.  Ni  el  que  un  poeta 
capaz  de  escoger  por  asunto  lo  que  dejó  de  escribir  el  arzobispo  Turpín,  tuviese 
por  natural  albergue  un  hospital,  podría  demostrar  que  tomase  siempre  á  burlas 
el  siglo  XVI  el  arte  de  escribir  discretos  versos.  Lo  que  ciertamente  solía  desde- 
ñar aquel  siglo  eran  las  matemáticas,  la  alquimia  y  el  arte  de  buscar  arbitrios  ó 
recursos  con  que  atender  á  los  gastos  del  Estado,  ó  mejorar  la  condición  de  los 
particulares  en  las  exhaustas  provincias  del  Reino.»  «  Yo,  señores,  soy  arbitrista, 
— decía  con  grande  énfasis  el  de  Cervantes.» 

Aquí  copia  el  Sr.  Cánovas  el  salado  razonamiento  del  arbitrista  en  la  novela 
Coloquios  de  los  dos  Ferros.  Y  concluye  el  Sr.  Cánovas:  «Por  tan  donosa  ma- 
nera describía  ya  aquel  escritor  insigne  á  los  arbitristas  en  los  primeros  años 
del  siglo  xvii.» 

325. — ¿Cómo  pronunciaba  Cervantes  el  nombre  de   Don  Quixote?  — 
I        Artículo  del  P.  Conrado  Muiños  Saenz,  en  los  núms.  39  y  48,  año 
1884,  de  la  Revista  Agustiniana,  de  Valladolid. 

Ampliando  el  erudito  P.  C.  Muiños  su  artículo  del  Averiguador  Universal, 

Tomo  11  37 


Notas  y  comentarios  al  Quijote 


[317]  citando  una  porción  de  pruebas,  cita  varios  pasajes  de  Quevedo,  Rojas, 
Cervantes  y  aduce  opiniones  de  Covarrubias,  Nebrija  y  otros  para  robustecer  su 
opinión. 

Prueba  cumplidamente  que  á  la  g,  la.j  y  la  *  se  daba  por  regla  general  en 
el  siglo  XVII  la  pronunciación  gutural  de  la  actual/.  Esta  regla  tenía,  sin  duda, 
varias  excepciones.  Parte  del  vulgo  debía  de  conservar  el  sonido  dental  en  algu- 
nas palabras.  En  Aragón  era  en  el  siglo  pasado  frecuentísima  esta  pronunciación. 

Después  el  P.  Muifios  ha  ampliado  su  tesis  en  afios  posteriores  de  la  misma 
Mevisía  con  el  título  de  Antigüedad  de  las  guturales  castellanas,  probando 
que  el  dialecto  Castellano  usaba  ya  el  sonido  gutural,  que  el  dialecto  leonés  te- 
nia el  sonido  dental;  como  igualmente  el  aragonés.  Por  las  rimas  de  los  poetas 
antiguos  castellanos  conjetura  el  P.  Muifios  que  el  sonido  gutural  de  la/  lo  to- 
marían los  castellanos  de  una  pronunciación  exagerada  de  la  c  latina,  por  ejem- 
plo de  óculos^  ojos. 

326. — Pruebas  de  la  restauración  de  la  primera  edición  del  Quijote  de 
1605,  por  Feliciano  Ortego.  Fundada  en  las  anotaciones,  acotacio- 
nes y  correcciones  que  en  márgenes  y  cuerpo  de  la  obra  colocó  el 
gran  Cervantes  en  el  ejemplar  prueba  que  de  su  puño  y  letra  cons- 
tituye su  única  y  verdadera  capilla.  —  Esta  edición,  copia  exacta 
de  aquélla,  forma  un  tomo  que  precede  á  éste.  Los  anacronismos, 
faltas  y  errores  imputados  á  Cervantes  por  académicos  y  comenta- 
ristas en  diferentes  épocas,  no  deben  ya  existir,  —  Falencia,  Im- 
prenta de  Tiburcio  Martínez.  —  1883. 

En  4.°,  de  lV-836  págs.,  más  una  hoja  para  el  índice  y  otra  para  la  fe  de  erratas. 

En  el  cap.  II  se  inserta  un  dictamen  de  D.  Millán  Orió,  D.  Francisco  F.  San- 
tamaría, D.  Felipe  Prieto  y  Aguado  y  D.  Ubaldo  Herrera  de  la  Fuente,  profe- 
sores de  la  Escuela  Normal,  fechado  en  Falencia  i.  30  de  Diciembre  de  1882, 
en  el  que  después  de  decir  que  han  cotejado  el  carácter  de  letra  de  las  correc- 
ciones puestas  en  el  margen  del  ejemplar  del  Quijote  que  les  presentó  Ortego, 
con  algunos  autógrafos  de  Cervantes,  declaran  tque  las  correcciones  manuscri- 
tas en  los  márgenes  del  ejemplar  del  Quijote  que  tenemos  á  la  vista,  á  excep- 
ción de  algunas,  están  hechas  por  la  mano  del  inmortal  autor  del  mismo,  Miguel 
de  Cervantes  Saavedra». 

Apoyado  en  este  dictamen  y  en  la  exactitud  y  enlace  que,  (según  el  Sr.  Or- 
tego), tienen  las  correcciones  de  la  pretendida  capilla,  afirma  dicho  sefior  que  es 
el  verdadero  ejemplar  prueba  de  Cervantes,  y  que,  sin  embargo,  de  ser  en  apa- 
riencia la  2.*  impresión  de  Cuesta,  es  indubitablemente  de  la  primera  edición. 
Dejémosle  hablar:  c Según  dice  Juan  José  Sigüenza  en  su  manual  titulado  Del 
Mecanismo  del  Arte  de  la  Imprenta,  impreso  en  Madrid  á  1.0  de  Agosto  de  181 2, 
de  todo  lo  que  se  imprimía  en  el  siglo  xvii  se  sacaban  3  copias;  una  se  la  lleva- 
ba el  corrector,  otra  se  quedaba  el  cajista  con  ella,  y  otra  el  prensista.  Los  dos 
ejemplares  del  cajista  y  prensista  eran  para  la  Hermandad  de  S.  Juan  Evange- 
lista, protectora  de  este  nobilísimo  arte.  De  lo  que  precede  deduzco  que  este 
ejemplar  fué  el  que  corrigió  Cervantes  cual  lo  prueban  su  letra,  sus  conceptos, 
la  acción,  discurso,  enlace...  y  debo  decir  que  todos  los  capítulos  están  corregi- 
dos por  el  autor,  y  el  libro,  restaurado  por  mí.» 

Ante  tal  afirmación  creció  mi  deseo  de  examinar  el  libro,  y  así  lo  verifiqué 


Notas  y  comentarios  al  Quijote 


con  suma  atención  y  esmero;  mas  mi  desencanto  fué  completo.  Nada  hallé  en 
estas  correcciones  que  revelara  la  pluma  del  padre  del  Quijote\  antes  al  contra- 
rio, me  parecieron  ellas  tan  extravagantes  que  juzgué  no  podían  ser  en  ninguna 
manera  obra  de  Cervantes. 

Quedaba  la  autoridad  de  cuatro  profesores  calígrafos  que  optan  por  la  afir- 
mativa; pero,  sin  pretender  menoscabar  en  lo  más  mínimo  la  pericia  de  esos 
señores,  puedo  asegurar  que  he  visto  muchos  manuscritos  del  tiempo  de  Cer- 
'Vantes,  cuya  letra  es  muy  parecida  á  la  del  autor  del  Quijote,  y,  sin  embargo, 
no  es  suya.  Además,  los  cuatro  profesores  llamados  por  el  Sr.  Ortego  declaran 
que  para  su  cotejo  hubieron  de  valerse  de  copias  de  autógrafos  de  Cervantes,  lo 
cual  no  es  lo  mismo  que  cotejar  con  originales.  Y  si  consideramos  que  estos  es- 
casos originales  no  son  autógrafos  literarios  sino  breves  líneas  escritas  apresu- 
radamente en  momentos  harto  aciagos  para  el  autor  del  Quijote.,  juzgamos  cuan 
poco  fundamento  tiene  la  afirmación  de  los  cuatro  calígrafos  palentinos. 

Por  todo  lo  cual  no  vacilé  en  creer  y  asegurar  que  la  mayor  parte  de  los  ca- 
pítulos del  ejemplar  modelo  fueron  en  el  siglo  xvii  (pudo  ser  poco  tiempo  des- 
pués de  muerto  Cervantes),  fueron,  digo,  mutilados  y  deslavazados  por  algiin 
entrometido  y  poco  escrupuloso  lector  del  Quijote,  quien,  amén  de  varias  notas 
plagiadas,  osó  estampar  sus  extravagantes  correcciones  y  observaciones  en  las 
márgenes  del  libro  y  mutilar  la  obra,  y,  creo  también,  que  ésta  ha  sufrido,  ahora, 
en  manos  del  Sr.  Ortego,  otro  manoseo  tal,  que  ya  no  la  conocería  su  mismísimo 
autor  si  para  ello  sólo  al  mundo  de  los  vivos  tornara. 

Difícil  se  hace,  sin  poner  á  la  vista  del  lector  la  edición  restaurada  y  sus 
pruebas,  hacer  una  clara  exposición  de  las  variaciones  introducidas  por  el  señor 
Ortego,  tal  es  el  fárrago  de  notas,  compulsas,  citas  y  reflexiones  que  dicho  señor 
acumula.  Basten  las  variantes  que  he  señalado  al  describir  la  edición  restaura- 
da [T.  I,  189],  sin  necesidad  de  que  continué  apuntando  otras  muchísimas  va- 
riaciones que  hay,  inadmisibles  de  todo  punto.  Y  es  tanta  la  confusión,  que  el 
mismo  Sr.  Ortego  queda  envuelto  por  ella.  Citaré  tan  sólo  dos  de  las  contra- 
dicciones en  que  incurre. 

Primera.  Dice  que  el  ^ejemplar prueban  que  él  posee,  impreso  por  Cuesta 
en  1605,  debe  prevalecer  '¡■integro por  ser  corregido-i  y  tanotado  por  el  mismo 
Cervantesy\  y,  sin  embargo,  en  el  ejemplar  irestaurado  por  el  Sr.  Ortegot,  re- 
sultan introducidas  varias  correcciones  hechas  en  la  3.*  edición  de  Cuesta  del 
año  1 608,  en  la  de  Bruselas  año  1607  y  las  de  la  Real  Academia,  y  hasta  en  las 
de  Hartzenbusch. 

Otra.  Empieza  afirmando  que  el  <  ejemplar  prueba »  que  él  posee  es  la 
tPrimera  edición  del  Quijotei>:  después,  la  coteja  línea  por  línea  con  la  edición 
foto-tipográfica  del  Sr.  López  Fabra,  que  real  y  verdaderamente  es  la  primera 
(lo  cual  viene  el  Sr.  Ortego  á  reconocer  implícitamente),  y  á  pesar  de  las  nota- 
bles divergencias  que  entre  ambos  hay,  al  final  de  su  obra,  como  si  tanta  luz  le 
ofuscara,  prorrumpe;  queriendo  parodiar  á  Galileo:  «éste  mío  es  el  ejemplar  co- 
rregido por  Cervantes;  pues  ésta  es  la  primera  edición.»  En  lo  cual  desbarra, 
porque  en  su  mismo  cotejo  se  ve  que  es  la  segunda  impresión  de  Cuesta. 

Mucho  tiempo  después  de  haber  emitido  mi  opinión,  condensada  en  los  an- 
teriores párrafos,  el  distinguido  cervantista  D.  Femando  Fernández  de  Velasco, 
me  regaló  el  siguiente  opúsculo  escrito  por  el  Sr.  Ortego:  Desliz  literario  come- 
tido por  D.  Marcelino  Menéndez  Pelayo  cuando,  al  examinar  el  ejemplat  prueba 
de  El  Quijote  de  Cervantes,  no  conoció  tan  rica  joya.  Falencia,  1885.  Tuve  la  pa- 
ciencia de  leer  las  56  páginas  de  este  folleto  y  no  puedo  menos  de  manifestar 
cuánto  me  complació  ver  que  mi  juicio  coincide  con  el  tan  autorizado  del  stñor 
Menéndez  Pelayo,  quien,  según  el  mismo  Sr.  Ortego  relata,  vio  el  ejemplar  ca- 
pilla y  después  de  breves  momentos  de  examen  formó  su  opinión,  que  se  con- 


312  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

tiene  en  estas  palabras:  «Este  ejemplar  no  es  la  primera  edición  del  Quijote\ 
esas  notas  no  son  de  su  autor...  el  autor  de  la  restauración  está  en  un  error,  es 
un  iluso.»  Pero  como  al  Sr.  Ortego  le  pareció  que  D.  Marcelino  no  pudo  formar 
claro  concepto  del  libro  con  el  breve  y  vertiginoso  examen  que  de  él  hizo,  acú- 
sale de  ligero,  denuéstale  duramente,  y,  deseoso  de  probar  la  autenticidad  de 
sus  obras,  reproduce  parte  de  los  razonamientos  expuestos  en  su  tomo  de  Prue- 
bas. Si  el  Sr.  Ortego  hubiese  de  antemano  conocido  el  certero  y  admirable 
golpe  de  vista,  los  vastísimos  conocimientos  y  el  clarísimo  criterio  del  Sr.  Me- 
néndez  Pelayo,  no  se  hubiera  extrañado  de  que  le  bastaran  breves  momentos 
para  rechazar  y  desautorizar  las  insubstanciales  anotaciones  del  ejemplar  que 
aquél  le  puso  delante.  Después  he  tenido  el  gusto  de  hablar  del  mismo  con  el 
eminente  escritor,  gloria  de  las  letras  españolas,  y  me  honro  con  haber  recabado 
de  él  una  contestación  al  opúsculo  de  Falencia. 

Sr.  D.  Leopoldo  Rius: 

Mi  querido  amigo:  Me  pide  usted  para  consignarlas  en  su  notabilísima  Bi- 
bliografía Cervantina,  mis  impresiones  acerca  del  famoso  Quixoic  de  Falencia, 
visto  por  mi  en  1882,  y  visto  en  mal  hora,  tanto  por  la  aflicción  que  con  mi  si- 
lencio, más  que  con  mis  reparos,  hube  de  causar  á  su  honrado  é  iluso  poseedor, 
cuanto  por  la  descarga  de  palos  literarios,  con  que  pretendió  vindicarse  en  mis 
costillas  del  supuesto  agravio,  ó  más  bien,  generosidad  mal  entendida,  con  que 
quise  sacarle  de  su  yerro,  y  ésto  no  en  público  sino  en  privado  y  del  modo  más 
cortés  y  menos  duro  que  acerté  á  encontrar. 

Las  cosas  pasaron  de  la  manera  siguiente,  si  la  memoria  no  me  es  infiel  en 
algún  detalle,  lo  cual  bien  pudiera  ser  después  de  nueve  años,  y  tratándose  de 
un  asunto  de  tan  poca  importancia.  ;■,. 

En  los  primeros  días  de  Julio  del  referido  año  de  1882  viajaba  yo  de  Madrid 
á  Santander,  donde  paso,  como  usted  sabe,  mis  vacaciones  universitarias.  Me 
acompañaba  mi  antiguo  y  buen  amigo  D.  Fernando  Fernández  de  Velasco, 
grande  aficionado  á  libros  antiguos  españoles  y  muy  inteligente  en  ellos:  perso- 
na, en  fin,  de  entendimiento  y  cultura  bien  notorios.  Este  señor  que  tiene  parien- 
tes y  amigos  en  Falencia,  (ciudad  que  yo  hasta  entonces  solo  habla  visitado  muy 
de  pa?o),  mostró  sumo  interés  en  que  nos  detuviésemos  allí  un  día,  á  ver  las 
muchas  curiosidades  artísticas  que  aquella  capital  encierra;  y  como  un  cebo  más 
á  nuestras  comunes  aficiones  me  habló  de  un  ejemplar  de  la  primera  edición 
del  Quijote  que  existía  en  poder  de  un  médico  de  aquella  localidad,  el  cual  pre- 
tendía tener  en  su  libro  nada  menos  que  las  correcciones  y  adiciones  autógrafas 
preparadas  por  el  mismísimo  Cervantes  para  una  nueva  edición.  Claro  es,  que, 
el  Sr.  Velasco  me  hablaba  de  todo  esto  en  el  tono  en  que  podía  hacerlo  un 
hombre  de  sus  muchas  letras  y  agudo  ingenio,  y  nada  inclinado  ciertamente  á 
la  excesiva  credulidad  en  tales  materias.  Yo  andaba  entonces  bastante  mal  de 
salud,  y  por  mi  gusto  hubiera  excusado  la  detención,  pues  á  mi  entender,  las 
ciudades  y  sus  monumentos  deben  visitarse  con  la  mayor  tranquilidad  posible 
de  espíritu  y  de  cuerpo.  For  otro  lado  no  me  halagaba  la  idea  de  examinar  el 
tal  Quixote.  Si  como  era  verosímil  que  sucediese,  no  había  tales  notas  autógra- 
fas de  Cervantes  ni  más  que  un  ejemplar  mejor  ó  peor  de  la  primera  edición 
anotado  por  un  lector  ocioso,  ¿podía  yo,  sin  comprometer  mi  crédito  literario 
bueno  ó  malo,  y  lo  que  vale  para  mi  mucho  más,  mi  conciencia  moral,  dejar  en 
su  error  al  dueño  alucinado,  y  consentir  que  divulgando  su  famoso  descubri- 
miento, se  convirtiese  él,  y  me  convirtiese  á  mi,  en  risa  de  las  gentes?  ¿Fodla  yo 
tampoco  molestar  con  una  verdad  tan  dura  á  una  persona  que  se  me  pintaba 
como  enteramente  hechizada  y  embebecida  en  la  contemplación  de  aquel  mara- 
villoso volumen? 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  31  j 

A  pesar  de  estas  consideraciones,  pudo  en  mi  más  el  deseo  de  complacer  á 
mi  amigo.  Nos  detuvimos,  pues,  en  Falencia,  y  recuerdo  con  vivísima  gratitud 
las  delicadas  atenciones  que  mi  compañero  y  yo  recibimos  de  muchas  personas 
de  aquella  histórica  capital  durante  las  horas  que  permanecimos  en  ella,  gusto- 
samente entretenidos  en  admirar  las  riquezas  de  arte  atesoradas  en  su  célebre 
Catedral  y  en  otros  templos.  Ya  á  la  tarde,  y  cuando  faltaban  pocas  horas  para 
volver  al  tren,  decidieron  los  señores  que  tenían  la  bondad  de  acompañarnos 
(entre  los  cuales  recuerdo  al  distinguido  catedrático  y  ameno  escritor  D.  Ri- 
cardo Becerro  de  Bengoa),  que  fuésemos  á  ver  el  famoso  ejemplar  del  Quixote, 
en  casa  de  su  feliz  poseedor  el  médico  D.  Feliciano  Ortego. 

Recibiónos  éste  con  mucha  afabilidad  y  perfecta  cortesía'  (bien  diversa  del 
tono  que  suele  emplear  en  sus  folletos),  y  sin  tardanza  nos  puso  delante  de  los 
ojos  el  libro  celebérrimo  quem  instar  thesauri  habebat. 

Era,  en  efecto,  un  mal  ejemplar,  estropeado  y  mutilado,  no  de  la  primera 
edición  del  Quixote,  sino  de  la  segunda  de  Juan  de  la  Cuesta,  que  por  mucho 
tiempo  se  ha  venido  confundiendo  con  la  primera.  Si  no  recuerdo  mal,  carecía 
de  principios,  pero  en  ésto  puedo  equivocarme,  y  nada  importa  para  el  caso.  Re- 
corrí las  hojas  del  ejemplar,  no  con  la  febril  impaciencia  que  supone  el  Sr.  Orte- 
go, sino  con  la  rapidez  con  que  había  de  hacerlo  quien,  como  yo,  tenía  tan  poco 
tiempo  á  su  disposición,  y  por  otro  lado  no  quería  abusar  de  la  cortesía  ni  de  la 
paciencia  de  una  persona  para  mí  desconocida.  Además  como  no  se  trataba  de 
ninguna  obra  incógnita  sino  del  Quixote  que  (por  cálculo  aproximado)  habré  leí- 
do unas  trece  ó  catorce  veces,  claro  es  que  no  iba  á  emprender  en  aquella  oca- 
sión una  nueva  lectura;  por  eso  me  fijé  en  lo  único  que  podía  haber  de  nuevo  é 
interesante,  es  á  saber  en  las  famosas  notas  marginales  que  el  poseedor,  con 
aire  de  triunfo  rae  iba  mostrando.  Nuestro  diálogo  no  fué  muy  largo.  Aquí  tiene 
usted  la  letra  de  Cervantes,  me  d\jo:  estas  notas  son  indudablemente  suyas.  ^  Y 
no  podrían  ser  de  algún  lector  de  su  tiempo  ó  de  más  acá?,  observé  con  timidez. 
No  señor,  me  contestó  secamente;  como  si  tal  pensamiento  fuese  lo  más  desca- 
bellado del  mundo.  En  seguida  comprendí  que  una  fe  tan  robusta  estaba  á  salvo 
de  cualquier  argumento,  y  me  guardé  muy  bien  de  insinuar  más  dudas.  Trope- 
zamos luego  con  una  laguna  de  dos  ó  tres  hojas  en  la  historia  de  Dorotea  (falta 
que  por  si  sola  bastaba  para  quitar  al  ejemplar  toda  estimación  bibliográfica),  y 
el  Sr.  Ortego  me  aseguró  que  Cervantes  había  suprimido  todo  ese  episodio  por 
indecoroso  y  lascivo.  Después  me  mostró  aquellos  famosos  versos  añadidos  en 
el  epitafio  de  Grisóstomo,  que  á  él  le  parecían  un  bello  pensamiento  poético,  y 
dicen  poco  más  ó  menos  así,  si  es  que  no  se  me  han  ido  de  la  memoria:  (r) 

Y  me  enseñó  en  fin  tales  y  tantas  extravagancias  derramadas  por  las  márge- 
nes del  volumen  que  desistí  una  vez  más  de  contradecirle,  y  rae  despedí  cuanto 
antes,  habiendo  sacado  de  la  inspección  del  libro  lo  que  sacaría  todo  hombre 
cuerdo  y  de  alguna  práctica  en  esto  de  letras  de  molde,  es  á  saber  la  convicción 
de  que  se  trataba  de  un  ejemplar  torpemente  destrozado  y  embadurnado  por 
algún  ignorante  del  siglo  xvii  que  tuvo  el  inaudito  descaro  de  meterse  á  enmen- 
dar la  plana  á  Cervantes,  suprimiendo  (iqué  horror!)  pedazos  del  texto,  é  incrus- 
tando en  él  sus  propias  simplezas  y  grotescas  aleluyas. 

Así  se  lo  manifesté  confidencialmente  á  las  personas  que  me  acompañaban, 
añadiéndoles  éstas  ó  parecidas  palabras: 

Puesto  que  ustedes  son  amigos  del  Sr.  Ortega^  que  me  parece  sujeto  muy  apre- 
ciable  y  digno  de  que  se  le  desengañe,  procuren  ustedes  sacarle  de  la  ciega  persua- 
den en  que  está  de  ser  poseedor  de  las  correcciones  autógrafas  del  autor  del  Qut- 


(i)    Los  he  dado  en  el  tomo  I,  núm.  189. 


214  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

xo te,  para  que  no  gaste  su  tiempo  y  su  dinero  en  esa  nueva  edición  que  proyecta, 
y  que  si  se  ajusta  al  texto  que  tiene  en  su  casa,  habrá  de  ser  sin  duda  la  peor  de 
todas  las  conocidas. 

Desde  entonces  y  en  mucho  tiempo,  no  volví  á  acordarme  del  Quixote  pa- 
lentino, más  que  como  de  un  curioso  ejemplo  de  las  aprensiones  maniáticas  á 
que  tan  sujetos  estamos  todos  los  miseros  humanos,  sin  exceptuar  á  los  que  se 
tienen  por  más  cuerdos  y  á  los  que  hacen  profesión  de  curar  á  los  otros. 

Pero  el  Sr.  Ortego,  con  la  terquedad  que  acompaña  á  toda  monomanía,  no 
sólo  llevó  á  término  su  edición  en  1883,  á  despecho  de  las  advertencias  bien  in- 
tencionadas que  se  le  habían  dirigido,  sino  que  al  verla  caer  en  el  pozo  de  la 
indiferencia  general,  á  pesar  de  los  pomposos  anuncios  de  su  portada,  lejos  de 
entrar  en  cuentas  consigo  mismo,  ardió  en  ira  y  furor  contra  mí  atribuyéndome 
la  culpa  del  fracaso  de  su  libro  por  lo  que  mi  opinión  hubiera  podido  influir 
en  la  de  otros,  y  se  desató  en  un  folleto  incalificable,  lleno  de  vituperios  y 
groserías  impertinentes  que  entonces  desprecié  y  ahora  igualmente  desprecio, 
porque  tales  detracciones,  á  fuerza  de  ser  violentas  y  absurdas,  no  dañan,  sobre 
todo  cuando  vienen  expresadas  con  un  estilo  tan  singular  y  una  sintaxis  tan 
anárquica,  que  ciertamente  no  habrá  sido  aprendida  en  el  ejemplar-capilla  del 
Ingenioso  Hidalgo  Capilla  y  no  floja  es  la  que  hace  pasar  el  Sr.  Ortego  á  nues- 
tra pobre  lengua,  y  al  sentido  comiín  antes  de  ahorcarlos. 

[Pues  no  digo  nada  del  dictamen  de  los  peritos  calígrafos  de  la  Escuela  Nor- 
mal de  Palencia,  que  es  el  argumento  Aquiles  en  que  el  Sr.  Ortego  apoya  sus 
raras  imaginaciones!  Esos  señores  que,  por  lo  visto,  confunden  la  caligrafía  con 
la  paleografía  y  creen  que  el  método  de  Iturzaeta  ó  el  de  Torio  sirven  para  cali- 
ficar y  discernir  el  valor  y  legitimidad  de  los  autógrafos  literarios,  declaran  bajo 
su  firma  que:  ^después  de  haber  cotejado  el  carácter  de  letra  de  las  correcciones 
puestas  en  el  margen  del  ejemplar  del  Quixote  con  algunos  autógrafos  de  Cer- 
vantes han  averiguado  que  las  correcciones  mencionadas...  á  excepción  de  al- 
gimas,  están  hechas  por  la  mano  del  inmortal  autor,  etc..» 

¡Cualquiera  pensaría  que  esta  prueba  pericial  se  había  basado  en  una  masa 
de  autógrafos  como  los  que  tenemos  de  Lope  de  Vega  ó  de  Calderón!  Única- 
mente así  podría  tener  valor  y  fuerza.  Pero  todo  el  mundo  sabe  que  de  Cervan- 
tes no  existe  ni  un  sólo  autógrafo  literario,  y  que  los  documentos  de  otro  género 
que  tenemos  con  su  firma  son  tan  pocos  y  tan  breves,  que  con  ellos  solos  será 
siempre  temerario  fallar  y  discernir  cuales  son  los  rasgos  que  distinguen  la  letra 
de  Cervantes  de  otras  letras  de  su  tiempo.  Ninguno  de  nuestros  paleógrafos  de 
verdad,  ni  el  que  es  hoy  maestro  de  todos  ellos,  Jesiis  Muñoz  y  Rivero,  se  atre- 
verían ciertamente  á  aventurar  tal  decisión.  ¡Cuánto  más  debieron  haberse  ten- 
tado la  ropa  los  calígrafos  de  Palencia  antes  de  invadir  un  terreno  que  no  es  el 
de  sus  estudios  ni  tiene  nada  que  ver  con  sus  loables  tareas  en  beneficio  de  la 
infancia! 

Una  prueba  pericial  hecha  en  tales  condiciones  nada  prueba  contra  la  evi- 
dencia moral  que  de  las  mismas  correcciones  se  desprende  á  los  ojos  de  todo 
espíritu  no  preocupado.  Aquello,  no  puede  ser  de  Cervantes,  sino  de  cualquier 
lector  imbécil,  cuya  letra  se  parecería  á  la  suya,  si  se  empeñan  en  ello  los  maes- 
tros de  escuela  de  Palencia,  aunque  yo  á  primera  vista  no  advertí  una  tan  gran 
semejanza. 

En  suma,  la  publicación  del  Sr.  Ortego  es  de  las  que  parecen  imaginadas 
adrede  para  que  los  extranjeros  se  rían  de  nosotros  á  mandíbula  batiente.  ¿Qué 
habrán  dicho  tantos  y  tan  sabios  cervantistas  como  hay  en  Inglaterra,  en  Ale- 
mania, en  Francia  y  hasta  en  las  universidades  de  los  países  escandinavos  y  es- 
lavos, cuando  hayan  visto  semejante  restitución  del  texto  del  Quijote  y  los  pe- 
regrinos argumentos  en  que  su  autor  la  funda? 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  215 

No  es  nuevo,  en  verdad,  el  extravagante  empeño  del  Sr.  Ortego.  El  se  con- 
tenta con  poseer  (¡ahí  es  un  grano  de  anísl)  un  ejemplar  del  Quixote  con  notas 
autógrafas  de  Cervantes.  Pero  yo  conocí  en  Santander,  siendo  muchacho,  á  un 
cervantista  todavía  más  afortunado,  como  que  tenía  el  propio  original  manus- 
crito de  puño  y  letra  del  mismísimo  manco  sano. 

]Esto  es  tener  un  Quixote  decente,  y  lo  demás  es  broma!  A  pesar  de  tener 
en  su  poder  tan  exquisita  joya,  el  cervantista  á  quien  aludo,  (buenísima  persona 
por  cierto,  y  cuya  memoria  no  quisiera  ofender  con  estas  chanzas),  nunca  salió 
de  la  modesta  condición  de  librero  de  viejo,  lo  cual  ha  de  atribuirse  so- 
lamente á  su  heroico  amor  á  las  glorias  de  la  patria,  puesto  que  de  continuo 
nos  decía,  como  el  Sr.  Ortego,  que  de  Holanda  y  de  los  Estados  Unidos  y  aun 
creo  que  de  parte  del  mismo  emperador  de  la  China  le  ofrecían  montes  de  oro 
por  su  libro.  En  otras  cosas  diferían  ambos  afortunados  poseedores:  el  de  San- 
tander, (que  era  manchego  según  creo)  llevaba  con  paciencia  que  se  hablase 
mal  de  su  autógrafo  y  hasta  que  se  negase  su  existencia:  el  palentino,  por  el 
contrario,  mira  como  enemigo  personal  á  todo  el  que  se  permite  la  más  leve 
sombra  de  escepticismo.  Aquél  se  guardaba  muy  mucho  de  enseñar  el  mamo- 
treto, y  sólo  nos  le  daba  á  conocer  por  sus  efectos  y  recónditas  virtudes,  sacando 
de  él  interpretaciones  y  correcciones  que  luego  imprimía  en  folletos,  que  usted 
tendrá  sin  duda  catalogados  en  su  colección  incomparable  (i).  Este,  por  el 
contrario,  ha  llegado  á  exponer  en  Madrid  su  precioso  ejemplar,  precisamente 
por  los  mismos  días  en  que  se  exhibía  en  cierta  tienda  de  la  Carrera  de 
San  Gerónimo  (que  usted  y  yo  visitamos  juntos),  aquel  célebre  retrato  de 
Cervantes  enviado  por  Felipe  III  á  la  Audiencia  de  México.  Es  lástima  gran- 
de que  una  copia  de  este  retrato  no  acompañe  á  la  edición- capilla  (2).  Son  un 
par  de  monumentos  que  se  completan  dignamente. 

De  usted  siempre  buen  amigo  que  muy  cordialmente  le  estima  y  b.  s.  m. 

M.  Menéndez  y  Pelayo. 

327. — Rodríguez  Marín  (D.  Francisco).  —  «Cervantes  y  Osuna». — 
Carta  al  Dr.  Thebussem.  —  En  El  Ursanoense.,  núm.  134:  3  de 
Abril  de  1885. 

Artículo  agradable  y  erudito,  en  el  que  se  procura  investigar  el  motivo  que 
tendría  Cervantes  para  mencionar  á  Osuna  en  el  Quixote  de  una  manera  poco 
favorable. 

(Asensio,  219  bis.) 

i28. — La  Espada.  Apuntes  para  su  historia  en  España,  por  D.  Enrique 
de  Leguina.  —  Sevilla,  1885. 

En  8." 

A  la  pág.  136,  cap.  LH  de  la  obra,  invoca  las  frases  de  Corchuelo  (Quijote, 
parte  n,  cap,  19),  para  consignar  y  poner  de  relieve  que  «en  el  siglo  xvii  llegó 
á  su  colmo  la  exageración  de  los  tratadistas  del  arte  de  esgrimir,  quienes  pre- 
tendían reducir  todos  los  golpes  y  quites  á  reglas  geométricas,  y  consignaban  en 
sus  obras  prolijas  explicaciones». 


(i)     Véase  el  núm.  261. 

(3)    En  la  lección  de  Apócrifos  hago  la  bistoria  de  tal  retrato. 


3i5  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

329. — Albogues. 

En  el  libro  titulado:  Glosario  etimológico  de  las  palabras  españolas  de  origen 
oriental,  por  D.  Leopoldo  de  Eguilaz  y  Yanguas  (Granada,  1886,  en  4.0),  des- 
pués de  hablar  detalladamente  de  la  etimología  de  la  palabra  albogues,  que, 
según  Simonet  y  Dozy,  tomaron  los  árabes  del  latín  buccina  y  según  otros  del 
griego  BoxavY),  trompeta,  da  la  descripción;  la  que,  segtín  Aben  Jaldun,  «es  un 
tubo  de  cobre  de  un  codo  de  largo,  el  cual  se  ensancha  hasta  resultar  tan  dila- 
lado  por  donde  sale  el  aire,  que  puede  introducírsele  la  mano  ligeramente  ce- 
rrada, y  tiene  también  agujeros  por  medio  de  los  cuales  se  producen,  mediante 
la  aplicación  de  los  dedos,  muchas  notas».  Y  termina  diciendo:  «Hasta  el  si- 
glo XIV  no  suena  este  instrumento  en  nuestros  escritores,  aunque  su  introducción 
en  la  Espafia  cristiana  debió  remontarse  á  la  conquista  de  los  musulmanes. 
Pronto,  no  obstante,  debió  caer  en  desuso,  pues  á  comienzos  del  siglo  xvii  hasta 
su  nombre  era  vocablo  peregrino  entre  la  gente  popular  y  comtín.  Aun  el  mismo 
Cervantes  desconocía  la  naturaleza  de  este  instrumento,  como  se  ve  por  el  si- 
guiente pasaje  del  Quijote  (P.  II,  cap.  67):  «¿Qué  son  albogues?  preguntó 
Sancho.  .» 

Oigamos  ahora  á  Covarrubias  ( TVíí^ro  de  la  lengua  castellana,  Madrid,  1611): 
<íAlboge  es  cierta  especie  de  flauta  ó  dulzaina...  de  la  qual  usavan  en  España  los 
Moros,  especialmente  en  sus  zambras.  Está  el  vocablo  corrompido  de  albuque, 
que  en  su  terminación  arábiga  se  dice  bucum,  que  vale  tanto  como  trompetilla, 
ó  instrumento  de  boca  para  sonar.  Urrea.  —  El  padre  Guadix  dize,  que  alboge 
es  un  género  de  gaita  de  que  usan  los  moros,  y  le  llaman  buque,  que  vale  gaita: 
todo  parece  que  viene  á  sinificar  una  cosa.» 

En  la  introducción  del  citado  Glosario  del  Sr.  de  Eguilaz,  hay  una  nota  que 
dice  que  «Cervantes  incurrió  en  error  al  afirmar  que  todos  los  vocablos  que  em- 
piezan en  al  son  moriscos,  pues  hay  alguno  de  procedencia  latina  á  los  cuales 
los  árabes  antepusieron  su  articulo  ah. 

El  Sr.  de  Eguilaz  piensa  publicar  un  Diccionario  etimológico  del  Quijote. 

330. — índice  de  las  notas  de  D.  Diego  Clemencín  en  su  edición  de  El 
Ingenioso  Hidalgo  Don  Qtiijote  de  la  Mancha  (Madrid,  1833-39,  6 
volúmenes  en  4.°)  con  muchas  referencias  á  pasajes  obscuros  y  di- 
ficultosos del  ;texto  y  á  la  Historia  de  la  Literatura  española  de 
Mr.  Ticknor  (edición  de  1863,  3  volúmenes),  por  Carlos  F.  Brad- 
ford,  individuo  correspondiente  de  la  Real  Academia  Española  en 
Boston. — Madrid.  —  Imprenta  y  fundición  de  Manuel  Tello. — 
1885. 

En  4.",  de  XII-608  págs. 

Merece  todo  encomio  el  ¡lustre  cervantista  norte  americano  Sr.  Bradford 
por  este  valioso  y  útilísimo  trabajo,  que,  como  dijeron  los  señores  académicos 
que  lo  aprobaron,  «viene  á  ser  asimismo  un  índice  del  Quijote.* 

Justas  alabanzas  han  tributado  al  libro  otros  insignes  literatos,  entre  los  que 
mencionaré  al  Dr.  Thebussem  y  D.  Romualdo  Alvarez  Espino  {Ilustración  Na- 
cional, Madrid,  10  de  Agosto  de  1886).  Son  del  último  estas  frases:  «El  índice 
de  Bradford  es  el  ingenioso  hilo  de  Ariadna  que  puede  orientarnos  por  entre  el 
dédalo  de  erudición  universal,  que  derramó  el  ilustre  comentador  del  primero 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  217 

de  nuestros  libros,  y  por  el  florido  laberinto  que  construyó  con  nuestra  rica 
lengua  el  desdichado  autor  del  Ingenioso  hidalgo  manchego.ii 

331.— El  Ingenioso  hidalgo  Don  Quijote...  Madrid,  1888.  —  Felipe  R. 
González,  editor. 
Dos  tomos  en  folio. 

Además  de  algunas  notas  tomadas  de  la  Academia,  de  Pellicer  y  de  Arríela, 
merecen  estudio  las  que  el  editor  ha  puesto,  debidas  al  conocido  literato  don 
Torcuato  Tarrago  y  Mateos.  Unas  son  citas  históricas,  geográficas  y  literarias; 
otras  explican  voces  poco  usadas,  frases  metafóricas  y  refranes;  algunas  comen- 
tan varias  alusiones  de  Cervantes  á  los  hombres  y  á  las  costumbres  de  su  época, 
y  otras  se  refieren  á  ciertas  variantes  de  las  ediciones  primitivas.  En  todo  este 
cuerpo  de  anotación  resplandece  un  laudable  respeto  al  texto  de  la  edición  prín- 
cipe del  Quijote,  y  se  dan  merecidas  repulsas  á  las  variantes  arbitrarias  de  los 
Sres.  Hartzenbtisch  y  Fernández  Cuesta;  pero  no  me  puedo  persuadir,  como  el 
anotador  lo  cree,  de  que  las  <  contradicciones  en  que  incurrió  Cervantes  respecto 
del  rucio  de  Sancho,  en  los  cap.  XXIII  y  XXV,  fuesen  una  idea  oculta  que  el 
autor  llevaba  y  no  quiso  salvarla  ni  explicarla  en  posteriores  ediciones». 

332. — Nota  inédita,  de  D.  Mariano  Aguíló  al  cap.  VI  del  Quijote;  refe- 
rente al  autor  de  Tirante  el  Blanco.  —  Año  1887. 

Según  el  ilustrado  literato  y  bibliógrafo  mallorquín,  hay  en  esta  crítica  que 
hace  Cervantes  de  Tirante  el  Blanco  una  alabanza  y  una  censura.  Alabanza, 
por  ser  un  libro  que  no  adolece  de  las  absurdidades  de  los  demás  de  caballerías, 
y  en  el  cual  pasan  los  hechos  sin  mezcla  de  sobrenatural.  Y  censura,  por  haber 
introducido  el  autor  una  porción  de  tonterías,  necedades  y  deshonestidades  pu- 
diendo  haberlo  dejado  de  hacer.  Así  explica  el  Sr.  Aguiló  el  pensamiento  de 
Cervantes  al  decir:  «Con  todo  eso  os  digo  que  merecía  el  que  lo  compuso...» 

333. — Primera  educación   de  Cervantes,  por  Luis  Carreras.  —  Ilustra- 
ción Artística.^  30  de  Mayo,  y  6,  13  y  20  de  Junio  de  1887. 

Dice  que  era  importante  el  Estudio  de  Hoyos,  y  que  en  él  se  enseñaba  alta 
latinidad  y  superiores  asignaturas. 

cCervantes  iría  verosímilmente  al  Estudio  acompañado  de  un  criado  ó  de 
un  esclavo»  ...  «llegó  á  saber  el  latin  como  el  castellano.> 

«debía  frecuentar  muchas  casas  importantes  de  Madrid.» 

«la  Calatea  sola  demuestra  que  á  los  30  y  tantos  años  Cervantes  era  uno  de 
los  primeros  latinistas  de  su  época. » 

«estudió  ciencias  naturales  y  exactas,  anque  no  creo  fuese  en  el  Estudio,  sino 
con  algún  profesor  particular.» 

«leyó  y  estudió  los  romanceros,  poesías  y  los  autores  más  nombrados  del 
siglo  anterior  y  del  suyo,  así  como  los  libros  de  caballerías,  y  las  historias.» 

«al  terminar  los  cursos  de  latin,  siguió  los  de  retórica  y  poética.» 

«aprendió  el  italiano  mucho  antes  de  los  21  años.» 

«el  padre  de  Cervantes,  como  familia  noble,  le  hizo  dar  lecciones  de  esgri- 
ma, equitación,  baile  y  música.» 

I 

Tomo  U  28 


2l8  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

«no  solo  todos  los  estudios  que  he  atribuido  á  Cervantes  son  indudables, 
sino  que  también  lo  es  que  aprendió  la  lengua  griega,  pues  en  su  comedia  La 
Gran  Sultana  lo  dice,  aludiendo  á  sí  mismo. » 

«terminados  sus  estudios  de  lógica,  cursó  principios  de  filosofía  y  teología 
moral  y  dogmática.  ^ 

«los  versos  que  hizo  á  21  afios  dan  toda  la  luz  necesaria  en  dicho  punto.» 

(Alaba  el  Sr.  Carreras  los  versos  á  la  muerte  de  Isabel;  dice  que  revelan  un 
talento  prodigioso  y  una  originalidad  é  individualidad  poéticas.) 

334. — Algunos  secretos  del  lenguaje  y  estilo  del  Don  Quijote^  por  Cle- 
mente Cortejón.  Notable  artículo  que  ocupa  las  págs.  99  á  135  del 
tomo  correspondiente  á  Abril  de  1889  de  la  España  Moderna^  Re- 
vista literaria  de  Madrid, 

En  este  precioso  trabajo,  después  de  emitir  atinados  juicios  acerca  del  mérito 
del  estilo  y  del  lenguaje  del  Quijote,  prueba  gallardamente  su  tesis  el  docto  ca- 
tedrático citando  variados  textos  de  la  inmortal  novela,  y  comentándolos,  para 
hacer  resaltar  «el  peregrino  y  gustoso  modo  de  decir  que  tanto  nos  enamora», 
«la  redondez  de  los  períodos»,  «lo  escogido  de  las  palabras  y  su  artística  colo- 
cación», «las  graciosas  elipsis  esparcidas  á  centenares»  y  «los  agraciados  giros». 
Después  de  lo  cual  saca  á  relucir  unos  cuantos  verbos  «empleados  bellísima- 
mente  por  Cervantes».  Entre  otras  peculiaridades  de  su  estilo  y  lenguaje,  la  de 
que  el  verbo  deber  seguido  de  la  preposición  de  significa  duda,  probabilidad  ó 
presunción,  y  usado  sin  la  dicha  preposición  tiene  el  valor  de  una  afirmación  ca- 
tegórica. Este  primor  de  lenguaje  observado  ya  y  debidamente  anotado  por  el 
Sr.  Clemencin,  como  en  su  lugar  explico  [227],  lo  ensalza  merecidamente  el 
docto  catedrático  Sr.  Cortejón. 

335. — Sobre  los  versos  de  pie  quebrado  del  Quijote. 

En  el  Almanaque  sudamericano  para  1890,  redactado  por  D.  Casimiro 
Prieto  é  impreso  en  Buenos  Aires,  hay  un  artículo  de  Ricardo  Palma,  titulado 
«Los  versos  de  cabo  roto»,  en  el  que  se  dice:  «que  el  creador  de  este  sistema 
de  metrificación  no  fijé  Cervantes  sino  un  poeta  burlón  y  maleante  que  vivía  en 
Sevilla,  llamado  Alonso  Alvarez  de  Soria,  quien  en  1603  y  en  una  décima  de 
cabo  roto,  la  primera  que  se  escribió  en  castellano,  ridiculizó  el  haber  sometido 
Lope  de  Vega  su  libro  El  Peregrino  á  la  censura  de  Arguijo  buscando  mentidos 
elogios.» 

336. — Interpretación  del  Quijote  por  Polittous.  —  Primera  parte.  —  Ma- 
drid.—  Imprenta  de  Dionisio  de  los  Ríos,  1893. 

En  4.°,  de  527  págs.  —  Pág.  387:  «Zoraida  es,  en  si  misma,  la  libertad>. 

Puede  decirse  que  este  libro  encierra  como  una  paráfirasis  de  los  comenta- 
rios de  Benjumea;  pero  aun  va  más  allá. 

Pág.  24:  «el  corazón  del  mal  era  para  Cervantes  la  Sagrada  Escritura,  por- 
que de  ella  han  nacido  los  verdaderos  libros  de  caballerías  que  combate  el 
Quijote.* 

Pág.  27:  «En  Resumen:  el  Quijote  es  una  invectiva  contra  los  libros  sagra- 
dos y  sus  derivaciones.» 


n 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  219 

Pág.  39:  «la  pobreza  y  miseria  que  padecían  los  hombres  geniales  está  des- 
cripta  en  la  comida  de  Don  Quijote  que  se  mantenía  de  duelos  y  quebrantos.  El 
ama  y  la  sobrina  son  la  sociedad  y  la  familia  de  aquellos  tiempos,  educadas  y 
dominadas  por  los  curas,  y  el  mozo  de  campo  y  plaza  es  imagen  del  vulgo  que 
servía  á  sus  amos  en  la  paz  y  en  la  guerra  dócilmente.  Este  mozo  reaparece  en 
Sancho  con  toda  la  substancia  y  vigor  del  hombre-pueblo.  > 

Pág.  42:  (Ataca  el  anónimo  autor  los  misterios  de  la  religión  católica.) 

Pág.  47:  «el  ideal  de  Cervantes  es  la  patria  humana,  y  su  más  vivísimo  anhe- 
lo el  de  vencer  al  sacerdocio,  señor  de  la  maldad  que  se  combate  en  el  Quijote 
y  someterle  y  rendirle  á  voluntad  de  la  patria  redimida.  Esta  patria  ideal  toma 
cuerpo  en  una  labradora  nombrada  Aldonza  Lorenzo  (España  cargada  de  lau- 
reles), á  quien  Cervantes  llamó  Dulcinea.» 

Págs.  71  y  73:  «Entendemos  por  pueblo  el  conjunto  humano,  haciendo  dos 
grandes  excepciones,  los  sacerdocios  y  la  realeza,  ó  sea  los  tiranos  y  sus  secua- 
ces... del  pueblo,  tal  como  lo  hemos  definido,  Sancho  es  la  base  y  Don  Quijote 
la  clispide... » 

Pág.  30:  Dice  que  el  cura  condena  la  ferocidad  del  Santo  Oficio  y  que  al 
condenar  el  Amadís,  Cervantes  alude  á  la  Biblia  protestante.  Aquí  se  contradice 
el  comentarista,  porque  el  cura  no  condenó  sino  precisamente  perdonó  el  Ama- 
dís  de  Gaula. 

Pág.  167:  «en  Maritornes  vemos  á  la  Iglesia  católica  delineada  con  perfiles 
durísimos.» 

Pág.  269:  desde  que  aparece  en  escena  representa  el  barbero  al  poder  real; 
pero  hay  ocasiones  en  que  este  personaje  no  interviene  en  la  fábula,  y  entonces 
hacen  su  oficio  otras  figuras:  tal  es  el  ventero,  en  el  cap.  XVI...;  Don  Fernan- 
do...; los  tres  meros  ejecutores  de  las  ordenes  del  cura  (el  sacerdocio).» 

Pág.  278:  «Dorotea  es  la  patria  real,  la  nación  espafiola  tal  cual  era  en  tiem- 
po de  Cervantes:  la  patria  que  pueden  mudar  y  alterar  los  hombres.  En  cambio, 
Dulcinea,  principio  absoluto  de  la  patria,  es  siempre  la  misma  figura,  incorpórea 
é  invisible,  como  corresponde  al  ideal...» 

Pág.  231:  «Anselmo  es  la  ortodoxia,  la  fé;  Lotario,  es  Lutero,  el  libre  exa- 
men, la  razón.  La  impertinente  curiosidad  es  tratar  de  saber  si  la  Virgen  es 
pura...  Leonela  es  la  Corte  pontificia.  Camila  es  la  religión.» 

Pág.  340:  «Cortando  la  cabeza  á  Pandafilando,  Cervantes  decapita  á  todas 
las  Iglesias;  en  esta  ocasión  es  el  herege  intrépido  y  terrible,  que  ataca  al  dogma 
y  le  atraviesa  con  su  espada  fulgurante. » 

Creo  que  no  cabe  refutación  seria  ante  tales  delirios. 

337. — Segunda  ración  de  artículos  del  Doctor  Thebussem,  Caballero 
del  Hábito  de  Santiago.  —  Madrid.  —  Año  de  mil  ochocientos  no- 
venta y  cuatro. 

En  4.°,  de  XVI  416  páps.,  bellamente  impreso  por  los  sucesores  de  Rivadeneira,  en 
excelente  papel  filigrana. 

Esta  espléndida  edición  contiene  las  celebradas  epístolas  Droapianas  [265], 
los  diversos  é  interesantísimos  artículos  cervánticos  que  en  la  Crónica  de  los 
Cervantistas  y  en  otras  partes  aparecieron  desde  1863  ¿1877  del  doctor  The- 
bussem [272],  y  además  los  siguientes  trabajos: 

A.  —  Menudencia  ortográfica  (1874),  d  D.  Fermín  Berrán. 

En  la  Ilustración  Española  y  Americana  correspondiente  al  día  8  de  Agosto 
de  1874,  hay  una  erudita  y  bien  escrita  «Epístola  Cervantina»,  del  Sr.  Herrán, 


M 


Notas  y  comentarios  al  Quijote 


en  la  cual  opina:  i.°  que  el  apellido  Cerbantes  se  ha  de  escribir  con  ¿,  porque 
así  se  firmaba  el  autor  del  Quijote,  y  2.°,  que  debería  fundarse  en  provincias 
una  Sociedad  Cervántica,  etc.,  etc. 

El  doctor  Thebussem,  respecto  al  primer  punto,  contesta  con  suma  erudición 
y  acierto,  que  el  apellido  Cervantes  se  escribía  de  diversas  maneras  en  aquellos 
tiempos  de  dudosa  ortografía,  y  que  con  v  lo  vemos  escrito  en  portadas,  privi- 
legios, tasas,  aprobaciones  y  erratas  de  las  ediciones  príncipes  de  las  obras  del 
manco  sano  y  en  las  mismas  dedicatorias  firmadas  por  su  autor. 

En  cuanto  al  segundo  punto,  cree  el  doctor  Thebussem  que  la  Sociedad  Cer- 
vántica á  que  el  Sr.  Herrán  alude,  debe  establecerse  en  Madrid,  bajo  los  auspi- 
cios de  la  Academia  española,  porque  tno  hay  en  las  provincias  elementos  su- 
ficientes para  hacer  digna  y  provechosa  competencia  á  la  corporación  oficial  de 
Madrid»,  y  después  de  presentar  algunos  ejemplos  de  trabajos  cervánticos  naci- 
dos y  organizados  en  provincias,  que,  si  bien  muy  apreciables,  mueren  en  la  mo- 
cedad, añade: 

«D.  Leopoldo  Rius  intenta  (y  sólo  el  intentarlo  merece  plácemes),  una  bi- 
bliografía general  de  las  obras  de  Cervantes  y  de  las  que  con  ellas  se  relacionan, 
y  será  difícil  que  dé  cima  á  la  empresa,  porque  la  empresa  necesita  de  fuerzas 
superiores  á  la  de  un  solo  hombre.» 

Grande  fué,  pues,  el  júbilo  del  honorable  doctor  cuando,  en  Marzo  de  1896, 
pudo  examinar  y  hojear  á  su  sabor  el  tomo  I  de  mi  Bibliografía,  tarea  que  con 
ayuda  de  Dios  he  conseguido  llevar  á  cabo;  y  hónranme  por  modo  inmerecido 
estas  benévolas  frases  que  á  mi  obra  ha  dedicado: 

«Si  la  pasión  no  me  ciega,  entiendo  que  esta  Bibliografía  crítica,  por  su  no- 
vedad y  su  mérito,  es,  si  no  el  primero,  uno  de  los  primeros  monumentos  levan- 
tados en  el  mundo  á  la  gloria  de  Cervantes»  (i). 

B.  —  Consulta  (1887),  á  D.  Carlos  Frontaura. 

Ilustración  Española  y  Americana  de  Octubre.  Reseña  de  la  sesión  de  la 
«Asociación  Literaria  Internacional»,  terminando  con  un  soneto  de  D.  Manuel 
del  Palacio,  cuyo  terceto  final  dice  así: 

Decid  á  quien  saberlo  solicite 

Que  habéis  visto  en  la  patria  de  Cervantes 

Quijotes  á  granel,  Sanchos  muy  pocos. 

y  le  pregunta  á  Frontaura  si  podría  substituirse  el  ultimo  verso  por  éste: 
Los  Sanchos  á  granel.  Quijotes...  pocos. 

C.  —  Tres  gacetillas. 

1882.  —  I.  Carta.  Corrige  un  error  de  la  Gramática  de  la  Academia,  que  en 
una  cita  del  Quijote  dice:  «era  de  complexión  sanay,  debiendo  decir  «de  com- 
plexión recia*. 

1886.  —  n.  Bibliografía.  Elogia  cumplidamente  el  índice  de  las  notas  de 
Clemencín,  por  el  Sr.  Bradford  [330]. 

1888. — III.  Cervantes  macero.  He  dado  ya  cuenta  de  esta  curiosa  noti- 
cia [120]. 


(i)  El  artículo  bibliográñco-critico  del  Dr.  Thebussem  describiendo  mi  obra,  se  pu- 
blicó en  El  Imparcial,  de  Madrid,  el  23  de  Abril  de  1896,  anirersario  de  la  muerte  de  Cer- 
vantes. 


Ñolas  y  comentarios  al  Quijote 


338. — Lo  Cervantismeá  Barcelona,  per  Francesch  Carreras  y  Candí,  elet 
de  la  .iReal  Academia  de  Buenas  Letras»  de  Barcelona.  —  Barcelo- 
na.—  Estampa  «La  Catalana",  1895. 

En  8.°,  de  65  págs.  y  ana  hoja  para  índice. 

Interesantísimo  y  erudito  trabajo,  cuya  importancia  revelará  la  enumeración 
de  sus  trece  capítulos. 

I. — A  propósit  de  una  obra  del  Dr.  Thebussem. 

La  mención  de  varias  noticias  cervánticas  de  Cataluña  que  el  Dr.  Thebus- 
sem apunta,  en  sus  Cartas  Droapianas  ha  sugerido  al  Sr.  Carreras  la  idea  de 
su  trabajo. 

II. — Conexement  exacte  de  Catalunya  segons  Cervantes. 

Examina  el  autor  varios  pasajes  de  las  obras  de  Cervantes  que  «ponen  en 
mayor  evidencia,  —  dice  —  su  exacto  conocimiento  de  las  cosas  de  nuestra  tie- 
rra, y  por  tanto  prueba  indudable  de  una  permanencia  en  ella  más  ó  menos  lar- 
ga>.  Pasa  luego  revista  á  las  frases  que  Cervantes  estampó  en  elogio  de  Barce- 
lona y  de  los  catalanes,  elogios  ya  citados  anteriormente  por  otros  escritores. 

UI. — La  casa  de  Cervantes  d  Barcelona. 

Hace  la  historia  y  la  descripción  de  la  casa  del  Paseo  de  Colón  que,  según 
la  tradición,  habitó  Cervantes,  sacando  algunos  detalles  del  art.  del  Sr.  R.  Pe- 
rreras [79I. 

IV. — La  ínsula  barataría  en  lo  Pallar s. 

Explica  la  materia  de  que  he  tratado  anteriormente  [222]. 

V. — Lo  correr  de  Cervantes  á  Barcelona. 

Describe  é  historia  el  sitio  en  donde  está  hoy  emplazada  la  calle  de  Cer- 
vantes. 

VI. — Les  traduccions  catalanes  del  Quixot. 

VII. — La  Societat  Cervantes. 

Da  curiosos  detalles  de  la  Sociedad  lírico  dramática  de  este  nombre  que  fun- 
ciona en  Barcelona  desde  el  año  de  1877. 

VIII. — Les  coleccions  ctrvdntiques  de  Barcelona. 

Señala  las  cuatro  principalísimas  colecciones,  deteniéndose  en  enumerar  las 
riquezas  de  la  primera  de  ellas,  la  de  D.  Isidro  Bonsoms. 

IX. — Reproducció  en  fototipia  á  Barcelona,  de  la  primera  edició  del  Quixot 
y  ses  consecuencies. 

Reseña  las  solemnidades  con  que  se  revistió  la  reproducción  de  la  edición 
príncipe  del  Quijote.,  llevada  á  cabo  por  el  coronel  López  Fabra. 

X. — Algunes  honorificacions  de  Cervantes. 

Da  cuenta  de  una  curiosa  colección  de  las  ediciones  de  obras  de  Cervantes, 
impresas  en  Cataluña,  instalada  en  el  Ateneo  Barcelonés,  cuando  la  exposición 
del  libro,  la  imprenta  y  el  grabado  que  tuvo  lugar  el  año  de  1894. 

XI. — Lo  nom  cátala  «Cervantí.» 

Consigna  que  en  la  Rúbrica  de  Bruniquer,  crónica  del  año  1635  se  mencio- 
na un  cerrajero  cuyo  nombre  de  pila  era  Círz/aff// y  añade:  «Mosén  Juan  Se- 
gura, pbro.,  en  un  curioso  articulo,  (inserto  en  La  Veu  de  Catalunya,  del  8  de 
Septiembre  de  1895),  averiguó  el  origen  etimológico  del  nombre  de  pila  catalán 
Cervantí  ó  Serventf  y  del  castellano  Cervantes,  opinando  que  tienen  igual  pro- 
cedencia. Tras  atinadas  observaciones,  determina  Mosén  Segura  que,  Cervantes 
equivalen!  á  Servandez  signiíica ^11  de  Servando...  Respecto  á  nuestro  nombre  de 
pila  Cervantí,  cree  que  será  traducción  catalana  del  latín  Servandinus  derivado 
de  Servandus  » 


Notas  y  comentarios  al  Quijote 


Xn. — Estampación^  del  Quixot  d  Catalunya  en  la  llengua  de  Cervantes. 

Da  una  lista  de  las  impresiones  del  Quijote,  hechas  en  Catalunya. 

XIII. —  Treballs  literaris  relacionáis  ab  lo  Cervantes  ó  lo  Quixot  publicáis  á 
Barcelona. 

Como  el  epígrafe  lo  indica,  es  una  lista,  por  orden  cronológico,  de  los  prin- 
cipales escritos  referentes  á  las  obras  de  Cervantes,  impresos  en  Barcelona. 

339. — Cervantes  vascófilo,  ó  sea  Cervantes  vindicado  de  su  supuesto  an- 
tivizcaínismo,  por  D.  Julián  Apraiz  y  Saenz  del  Burgo. — Nueva 
edición  considerablemente  aumentada.  — Victoria,  1895. 

En  4.",  de  287  págs.  I 

En  la  sección  de  «Biografías»  hablé  ya  de  esta  obra  [124].  Su  autor  se  pro- 
pone refutar  las  opiniones  de  Clemencln,  Fernández  Guerra,  Poiinous,  y  otros 
cervantistas  quienes  creen  que,  en  la  ^batalla  del  gallardo  vizcaíno  con  el  va- 
liente manchego  (cap.  VIII  y  IX,  parte  I  del  Quijote'),  en  las  comedias  La  Casa 
de  los  celos,  y  La  Gran  Sultana,  y  en  el  entremés  El  Vizcaíno  Fingido,  Cer- 
vantes se  propuso  ridiculizar  á  los  vascos.  Después  de  hacer  una  minuciosa  di- 
sección de  los  pasajes  aludidos,  después  de  aducir  nuevos  datos  sacados  de  la 
novela  La  Señora  Cornelia  y  otros  escritos  de  Cervantes,  el  Sr.  Apraiz  prueba 
cumplidamente  su  tema  y  establece  estas  conclusiones :  «en  los  escuderos  del 
Quijote  y  de  la  Casa  de  los  celos  no  hay  ridiculez  de  ningün  genero,  sino  aspecto 
meramente  cómico,  que  es  mucho  más  inofensivo»...  «tanto  en  la  época  de  Cer- 
vantes como  en  tiempos  anteriores  y  aun  en  nuestros  días,  este  tipo  de  vizcaíno 
era  y  sigue  siendo,  sin  semejas  de  ningún  espíritu  de  crítica,  un  nuevo  recurso, 
muy  socorrido  por  cierto,  de  que  han  echado  mano  con  frecuencia  los  poetas  có- 
micos castellanos.» 

El  libro  del  señor  Apraiz  es  eruditísimo.  Contiene  una  infinidad  de  noticias 
cervánticas,  y  amplia  mención  de  muchos  escritos  referentes  á  Cervantes  y  á  sus 
obras. 

Entre  ellos  estampa  curiosas  noticias  de  Foronda,  autor  de  unas  Observa- 
ciones sobre  algunos  puntos  de  la  obra  de  Don  Quixote  [218], 

340. — Noticia  sucinta  de  los  animales  y  plantas  que  mencionó  Cervantes 
en  el  Quijote,  con  noticias  históricas  acerca  del  tabaco,  chocolate, 
café  y  té,  cuyo  uso  no  conoció  el  Ingenioso  Hidalgo,  por  D.  Mi- 
guel Colmeiro,  de  la  Real  Academia  Española  y  de  las  de  Medi- 
cina y  Ciencias,  Director  del  Jardín  Botánico  de  Madrid.  — Madrid. 
—  Imprenta  de  la  Viuda  é  hija  de  Gómez  Fuentenebro,  1895. 

En  8.»  mayor,  de  1 5 


No  he  visto  este  opúsculo  del  sabio  académico  Sr.  Colmeiro. 

341. — Romanía.  —  Octubre,  1895.  — «Yogam,  por  A.  Morel  Fatio. 

(Sobre  el  \tsho yogar,  usado  por  Cervantes  en  el  Quijote:  acepción.) 
iRev.  crit.  de  hist.y  lit.  Enero  de  1896.) 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  223 

342. — Apuntes  sobre  la  verdadera  cuna  de  Miguel  de  Cervantes  Saa- 
vedra,  por  Antonio  Castellanos,  Socio  Honorario  del  «Circolo  Pro- 
motore  Partenopeo  Giambattista  Vico»  de  Ñapóles;  de  la  «Propa- 
ganda di  Scienza  Popolare»;  de  la  «Union  Opareja  Umberto  In,  y 
colaborador  de  los  periódicos  manchegos;  con  un  prólogo  del  doc- 
tor D.  Manuel  Corral  y  Mairá,  1896.  —  Alcázar  de  San  Juan. 

En  12°,  de  VII-48  págs. 

«ese  libro  (el  Quijote)  y  ese  hombre  (Cervantes)  representan  el  espíritu  de 
dos  cuerpos:  hijos  gemelos  del  sentir,  en  uno  y  en  otro  está  el  alma  de  uno  sólo; 
el  alma  misma  de  Miguel  de  Cervantes  Saavedra»...  «El  Quijote,  no  es  más  que 
una  crónica,  afiligranada,  de  la  vida  y  hechos  de  ese  genio  inmortal  é  incalifi- 
cable»... «Cervantes  con  ese  Quijote,  como  Shakespeare  con  su  Ótelo,  es  una  de 
las  despartes  en  donde  circula  el  resumen  del  saber  y  del  sentir»...  «con  Cer- 
vantes, como  con  Shakespeare,  á  través  de  los  tiempos ,  protestando  todo  lo 
ideal  contra  todas  las  realidades  impuras,  representaron  el  non  plus  ultra  del  ta- 
lento.» «Cervantes  crea  y  encanta,  sintiéndose  á  si  mismo,  dando  colorido  ra- 
diantísimo á  sus  goces  y  sufrimientos...  Haciendo  de  la  verdad  materiales  para 
construir  en  pirámide  inmensísima  á  la  leyenda  excelsa.  Eso  es,  Cervantes;  eso, 
sus  concepciones  que  se  levantan  sobre  la  eternidad,  y  á  manera  de  salmos  di- 
vinos, se  abren  paso  á  través  de  todas  las  pasiones,  traspasando  todo  y  á  todos. 
Por  lo  tanto:  creer  que  Cerv.  no  es  el  Q.;  afirmar  que  el  creador  de  Dulcinea  no 
nació  en  la  Mancha,  es  ignorar  lo  que  representa  ese  libro  en  el  augusto  templo 
de  la  Idea.» 

Después  llama  á  Cervantes  «el  Talador  de  la  Mancha».  Transcribe  las  dos 
partidas  de  Alcázar  y  Alcalá,  haciendo  hincapié  en  que  en  ésta  última  se  titula 
Carvantes\  y  trata  de  defender  á  la  primera  de  la  nota  de  falsedad  que  le  atri- 
buyen Foronda,  el  Dr.  Postumo  y  tantos  otros. 

«Ciertísimo  es  que,  estando,  como  estuvieron,  en  la  memorable  batalla  de 
Lepanto,  el  autor  del  Quijote,  y  el  Cervantes  de  Alcalá,  nada  más  complicado 
que  repasar  los  hechos  de  ambos  compañeros...»  «Desgraciadamente  para  Alca- 
lá, la  firma  del  encausado  de  Valladolid,  puesta  en  frente  de  la  del  que  escribió 
¡a  vida  del  cautivo,  no  era  más  que  una  doble  prueba  de  la  razón  que  asiste  á 
Alcázar  de  San  Juan.» 

¿Dónde  está  este  cotejo  de  firmas? 

Respondiendo  al  argumento  de  que  el  Cervantes  de  Alcázar  tenía  apenas  13 
afios  cuando  la  batalla  de  Lepanto,  cita  á  David,  á  Marceáu  y  á  otros  que  de 
muchachos  se  dieron  á  conocer  por  sus  precocidades  valerosas.  Esta  es  toda  su 
defensa.  Se  apoya  después  en  la  novela  del  cautivo,  convertida  en  verdadera  no- 
vela por  Lizcano,  cuyos  pasos  sigue,  y  finalmente,  exclama:  «si  este  Cervantes 
Saavedra,  investido  de  capitán,  llega  al  término  de  Alcázar,  y  se  encuentra  con 
su  padrino  D.  Melchor  Ortega  y  se  abrazan  en  casa  de  D.  Blas,  ¿en  qué  se  pue- 
den apoyar  los  incalificables  defensores  de  Alcalá?...» 

Í43. — Un  nuevo  aspecto  del  Quijote^  por  D.  César  Moreno  García.  — 
Revista  Contemporánea^  15  de  Mayo  de  1896. 

El  amor  en  el  Quijote 

«Prescindiendo  de  que  la  base  principal  del  Quijote  es  el  amor  romántico  y 
caballeresco  que  el  exaltado  D.  Alonso  Quijano  siente  por  la  rústica  Aldonza 


324  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

Lorenzo,  transformada  por  obra  y  gracia  de  su  fantasía  en  la  sin  par  Dulcinea 
del  Toboso,  el  menos  avisado  echa  de  ver  al  momento  que  el  sentimiento  del 
amor,  da  en  esta  obra  ocasión  á  los  episodios  más  interesantes  y,  literariamente 
hablando,  á  los  más  bellos. 

cCervantes  al  describir  los  diferentes  y  múltiples  aspectos  bajo  los  cuales 
presenta  el  amor  en  distintos  personajes  que  intervienen  en  la  acción  de  este  li- 
bro, da  evidentes  pruebas  de  no  serle  desconocido  ninguno  de  los  innumerables 
matices  de  que  es  susceptible  ese  mismo  sentimiento...»  «Tal  es  la  verdad  que 
resplandece  en  esos  hermosos  cuadros ,  arrancados  á  la  realidad,  y  tal  la  exac- 
titud y  naturalidad  con  que  están  dibujados,  que  no  es  fácil  imaginar  que  el  ge- 
nio, llegue  á  interpretar,  por  modo  tan  admirable  y  en  lo  que  cabe  perfecto,  lo 
que  no  es  posible  describir  sin  haberlo  antes  sentido  hondamente.» 

En  el  cap.  III,  ^Opiniones  de  Cervantes  acerca  del  amor  y  de  los  enamora- 
dos consejos  y  advertencias  contenidos  en  el  Quijote'»^  enumera  el  autor  los  epi- 
sodios amorosos  de  la  obra,  valiéndose  de  las  mismas  frases  con  que  Cervantes 
desarrolla  sus  preciados  consejos  «unas  veces  con  serio  y  elevado  estilo,  valién- 
dose otras  del  chiste  y  la  sátira»;  y  pone  de  relieve  el  Sr.  Moreno  García»  las 
saludables  advertencias  que  Cervantes  derrama  y  los  magníficos  pensaniientos 
que  esparce,  pues  producto  de  su  experiencia  deben  ser  las  enseñanzas  que  ofre- 
ce, apoyadas  en  los  admirables  ejemplos  que  presenta,  advirtiendo  donde  suele 
encontrarse  el  peligro,  para  que  el  que  las  siga  pueda  evitar  los  obstáculos  en 
que  tropezaron  y  cayeron  los  que  caminaban  á  rienda  suelta  por  la  vereda  que 
el  desvariado  amor  ante  los  ojos  les  fone*. 

344. — Legajo  de  Varios.  —  Cairasco  de  Figueroa  y  el  empleo  del  verso 
esdrújulo  en  el  siglo  XVl;  La  Lengua,  La  Academia  y  los  Acadé- 
micos ;  Usurpaciones  de  Inglaterra  en  la  Guayana  Venezolana, 
Ensayos  literarios,  Cuentos  y  otras  cosas,  por  Elias  Zerolo.  —  Pa- 
rís. —  Garnier  hermanos,  libreros-editores,  1897. 

En  12°  francís,  de  V1L420  págs. 

Pág.  IV  (pról):  «...  que  Cervantes  habló  como  un  Salomón,  cuando,  recor- 
dando ó  no  á  uno  de  los  Plintos,  dijo  por  boca  del  bachiller  Sansón  Carrasco, 
que  no  hay  libro  tan  malo  que  no  tenga  algo  de  bueno.» 

Una  víctima  de  Cervantes,  lleva  por  epígrafe  el  cap.  V  del  trabajo  destinado 
á  Cairasco  de  Figueroa,  y  se  refiere  á  Bernardo  González  de  Bobadilla,  autor  de 
la  novela  pastoril  Ninfas  y  Pastores  de  Henares,  condenada  al  fuego  en  el  es- 
crutinio de  la  librería  de  Don  Quijote.  Por  esto  dice  el  Sr.  Zerolo  que  «Bobadi- 
lla debe  su  notoriedad  á  la  enemiga  de  Cervantes  más  que  á  sus  méritos  de  es- 
critor contemporáneo  del  autor  de  La  Galaica.,  además  de  transcribir  un  ade- 
cuado trabajo,  inédito,  del  Sr.  Asensio;  del  cual  trataré  en  las  Notas  d  las  obras 
menores  de  Cervantes. 

Termina  el  Sr.  Zerolo  este  interesante  cap.  V  con  estas  nobles  aspiraciones: 

«No  abro  el  libro  inapreciable,  sin  que  piense  en  el  hermoso  estudio  que  un 
cervantista  de  los  buenos  podría  hacer  de  la  biblioteca  del  hidalgo  manchego. 
El  trabajo  se  presta  á  indagaciones  curiosísimas,  tanto  sobre  muchos  de  aquellos 
libros  como  sobre  sus  autores.  Las  relaciones  que  algunos  de  éstos  podían  tener 
con  Cervantes  y  el  por  qué  de  ciertas  simpatías  y  antipatías,  serían  obra  de  pers- 
picacia y  crítica  que  acreditaría  al  autor.  Cervantes  vivió  en  la  realidad;  conoció 
como  nadie  la  sociedad  de  su  época,  y  adivinó  con  la  intuición  del  genio  las 
que  hablan  de  venir  en  la  sucesión  de  los  siglos;  y  por  eso,  porque  era  humano, 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  22$ 

no  podía  estar  exento  de  pasiones,  justas  ó  injustas,  buenas  ó  malas.  ¡Quién  sabe 
si  careciendo  de  ellos,  podría  haber  escrito  el  libro  que  le  inmortaliza!» 

Observa  atinadamente  el  Sr.  Zerolo  que  f  no  deja  de  llamar  la  atención, 
cómo  habiendo  sido  empleado  el  verso  esdrújulo  por  principes  de  la  lírica  del 
siglo  XVI,  mucho  antes  que  por  Cairasco,  se  ha  perpetuado  el  error  de  creerlo 
invención  suya».  Desarrolló  y  probó  ya  esta  misma  conclusión  el  Sr.  D.  Ramón 
L.  Mainez  en  un  bello  artículo  titulado:  «Una  nota  bibliográfica  al  Canto  de  Ca- 
liope»,  inserto  en  el  niimero  de  La  Crónica  délos  cervantistas,  correspondiente 
al  23  de  Enero  de  1873. 

345. — Documentos  Cervantinos  hasta  ahora  inéditos...,  por  D.  Cristó- 
bal Pérez  Pastor...  —  Madrid,  1S97. 

Documento  núm.  38. — Asiento  de  entrega  de  dos  ejemplares  del  Quijote /«ra 
los  fondos  de  la  Hermandad  de  Impresores  de  Madrid^  antes  del  26  de  Mayo  del 
año  1604. 

Como  este  asiento,  [126]  ha  motivado  la  creencia  de  que  existía  una  edición 
del  Quijote,  anterior  al  26  de  Mayo  de  1604,  paréceme  oportuno  exponer  los 
comentarios  del  Sr.  Pérez  Pastor,  mis  observaciones,  y  finalmente  el  acertadísi- 
mo dictamen  de  D.  José  M.a  Asensio. 

Dice  el  Sr.  Pérez  Pastor,  (pág.  285  y  siguientes  de  su  obra): 

«Por  una  de  las  constituciones  de  la  Hermandad  de  Impresores  de  Madrid 
se  ordenaba  que  las  imprentas  asociadas  entregaran  por  cada  impresión  de  una 
jornada  dos  ejemplares  de  capillas,  los  cuales,  vendidos  después  al  precio  de  la 
tasa,  habían  de  constituir  una  fuente  de  ingresos  para  los  fondos  de  dicha  Her- 
mandad. A  este  fin  el  Secretario  de  la  Congregación  registraba  diariamente  los 
libros  que  se  recibían,  la  imprenta  que  los  había  entregado  y  el  número  de  plie- 
gos que  tenia  cada  ejemplar,  y  en  fin  del  año  social,  que  debía  ser  el  6  de  Mayo, 
daba  cuenta  de  las  existencias  que  había,  y  levantaba  acta  de  la  entrega  que  de 
dichas  existencias  había  el  Mayordomo  saliente  al  nuevamente  elegido. 

El  año  1604  se  difirió  la  elección  hasta  el  día  26  de  Mayo,  en  que  fué  nom- 
brado Mayordomo  Francisco  de  Robles  (i),  fundidor  de  letras  de  imprenta,  y 
en  el  acto  el  Mayordomo  saliente,  Garcí?  Martínez,  le  hizo  entrega  de  todas  las 
cosas  pertenecientes  á  la  Hermandad,  y  entre  ellas  de  los  libros  de  capillas  que 
había  recibido  y  no  se  habían  vendido.» 

«Figuran  entre  estos  2  Don  Quixotes,  á  J2  pliegos,  cuya  indicación  nos  re- 
vela la  existencia  de  una  edición  anterior  á  todas  las  conocidas,  si  no  hay  error 
en  la  fecha  y  si  el  ejemplar  se  entregó  completo.» 

«Que  no  haya  equivocación  en  la  fecha  es  evidente  porque  dicho  libro  se 
llevaba  con  la  regularidad  de  un  libro  diario...» 

«Confirma  la  exactitud  de  esta  fecha  el  acta  de  entrega  para  el  ejercicio  si- 
guiente, por  la  cual  consta  que  en  ii  de  Junio  de  1605  Francisco  de  Robles  en- 
tregó al  Mayordomo  entrante,  Alonso  de  Paredes,  algunos  de  los  libros  que  él 
había  recibido  en  26  de  Mayo  de  1 604,  y  que  no  se  habían  vendido,  entre  los 
cuales  figuran  los  mismos  dos  ejemplares  del  Quijote,  uno  de  los  cuales  se  ven- 
dió en  8  4  reales  por  Julio  de  1605...» 

«Después  no  se  vuelve  á  tener  noticia  del  dicho  segundo  ejemplar  del  Qui- 


(1)    No  se  ha  de  confundir  este  Francisco  de  Robles,  mayordomo    de  la  Hermandad, 
con  Francisco  de  Robles,  su  contemporáneo,  librero  de  S.  M, 

Tomo  II  ag 


336  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

jote,  por  lo  cual  puede  admitirse  que  debió  ser  uno  de  los  libros  que  en  junto  se 
vendieron  en  Enero  de  i6o6.> 

«En  vista  de  estas  indicaciones  no  debe  tenerse  la  menor  duda  de  que  antes 
de  26  de  Mayo  de  1604  habían  entrado  en  los  fondos  de  la  Hermandad  de  Im- 
presores de  Madrid  dos  ejemplares  del  Quijote.t 

«Tampoco  debemos  tener  duda  de  que  dichos  dos  libros  se  entregaran  com- 
pletos... Contando  los  pliegos  de  las  dos  ediciones  madrileñas  de  1605,  se  ve 
que  ambas  tienen  83,  los  mismos  que  se  marcan  para  la  de  1604,  lo  cual  indica, 
como  era  de  presumir,  que  no  se  hicieran  modificaciones  en  el  texto,  que  las  de 
los  preliminares  fueron  tan  cortas  que  no  alteraron  el  número  de  pliegos.  1 

«Suponiendo  que  la  primera  de  las  dos  ediciones  madrileñas  de  1605  tiene 
la  fecha  equivocada,  ¿podría  esta  edición  ser  la  de  1604,  de  la  cual  se  entrega- 
ron dos  ejemplares  para  la  Hermandad  de  Impresores?  De  ningiin  modo,  por- 
que terminada  en  Mayo  de  1604,  no  podría  contener  la  tasa,  corrección  y  pri- 
vilegio que  tienen  fechas  posteriores  en  la  primera  de  las  impresiones  de  Cuesta 
del  año  i6o5.> 

«¿Podría  ser  la  dicha  edición  de  1605  con  otros  preliminares?  No  es  imposi- 
ble; pero  la  contestación  afirmativa  supone  ya  la  existencia  de  dos  ediciones  dis- 
tintas.» 

En  apoyo  de  su  creencia  enumera  el  Sr.  Pérez  Pastor  otros  detalles,  y  ade- 
más cita  los  dos  hechos  ya  sabidos  de  haber  hablado  del  Quijote,  Lope  de  Vega 
en  su  carta  de  Agosto  de  1604,  y  el  autor  de  La  Picara  Justina,  cuyo  privilegio 
de  impresión  es  también  de  Agosto  del  1604. 

Sin  embargo  de  la  fuerza  de  todos  esos  datos,  la  existencia  de  tal  edición 
del  1604  me  pareció  dudosa;  y  en  carta  de  Abril  de  1897,  escrita  á  vuela  pluma, 
dije  al  Sr.  Pérez  Pastor  lo  siguiente: 

«Si  la  fecha  del  libro  Inventario  de  la  Hermandad  de  Impresores  es  exacta, 
como  lo  parece,  el  hecho  de  haber  ingresado  antes  del  26  de  Mayo  de  1604  dos 
ejemplares  del  Quijote  compuestos  de  83  pliegos,  es  notable,  porque,  como  ob- 
serva usted  muy  bien,  el  priv.  que  figura  en  la  edición  que  tenemos  -^ox príncipe 
es  del  26  de  Septiembre.  Ahora  bien,  ¿se  publicó  la  edición  cuyas  capillas  ingre- 
saron antes  del  26  de  Mayo?  ¿Qué  prel.  llevaban  esos  dos  ejemplares?  Lo  pri- 
mero es  difícil  de  saber,  aunque  lo  hace  dudar  la  circustancia  de  que  nadie  haya 
mencionado  ni  visto  tal  edición.  A  lo  segundo  diré  que,  para  hacerse  pública  la 
impresión  de  dicho  ejemplar  anterior  al  z6  de  Mayo,  debía  de  llevar  en  los  pre- 
liminares la  licencia  para  imprimir,  á  lo  menos  por  una  sola  vez.  ¿Dónde  está 
registrada  esa  licencia?  Antes  de  proseguir,  haré  un  poco  de  historia. 

«El  año  de  1886,  hallándome  en  Madrid,  me  propuse  buscar  las  Aprobacio- 
nes, que  faltan  en  la  i."  parte  del  Quixole  de  1605;  y  después  de  muchas  inda- 
gaciones, hallé  en  el  Archivo  de  Alcalá  de  Henares  un  gran  legajo  en  el  cual, 
revuelto  entre  otros  muchos  papeles,  había  un  Libro-registro,  en  folio,  encua- 
dernado en  pergamino,  en  donde  se  hallan  por  orden  cronológico  registradas 
las  cédulas  y  provisiones  despachadas  desde  12  de  Junio  de  1604  á  29  de  Octu- 
bre de  1608.  Entre  las  firmadas  el  día  26  de  Septiembre  de  1604,  léese  la  si- 
guiente: tCerbantes.i — «Otra  á  Miguel  de  Cerbantes  para  que  pueda  imprimir 
»  un  libro  intitulado  el  ingenioso  hidalgo  de  la  mancha,  y  prevy."  por  diez  afios. 
»  —Gallo.» 

«Si  existiera,  pues,  aquella  edición  anterior  al  26  de  Mayo  de  1604  debe  de 
figurar  registrada  su  licencia  en  uno  de  los  libros  de  fecha  anterior  al  que  yo  vi 
en  el  Archivo  de  Alcalá;  y  allí  han  de  dirigirse,  por  tanto,  las  pesquisas.  El  le- 
gajo que  tuve  en  mis  manos  lleva  estas  señas:  Cámara  de  Castilla,  Leg.  c.  c.  340. 
— Justicia,  3  .t> 

«Mientras  tanto,  permítame  otras  observaciones:  Usted  sabe  perfectamente 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  227 

que  en  la  primera  impresión  de  J.  de  la  Cuesta  que  conocemos,  faltaban  unas 
cuartillas  en  las  que  se  relataba  el  robo  del  rucio,  y  otras  que  narran  el  subsi- 
guiente hallazgo  del  mismo;  y  que  además,  en  el  cap,  XXVI  hay  un  pasaje  en 
el  cual  dice  Don  Quijote:  ^Pero  qué  haré  de  rosario  que  no  le  tengo?  En  esto  le 
vino  al  pensamiento  como  le  haría,  y  fué  que  rasgó  una  gran  tira  de  las  faldas 
de  la  camisa,  etc.,  etc.*  «Sabe  usted  también  que  en  la  2.^  impresión  de  Cuesta, 
salida,  según  cálculo,  unos  dos  meses  después  de  la  i.*,  el  librero  ó  el  mismo 
Cervantes,  se  apercibieron  de  la  falta  de  original  y  lo  pusieron  en  el  libro  al 
hacer  la  citada  segunda  impresión  de  1605,  habiendo  también  cambiado  (por 
ineverente),  el  pasaje  del  cap.  XXVI,  que  quedó  como  sigue:  y  sirviéronle  de 
rosario  unas  agallas  grandes  de  alcornoque  que  ensartó,  de  que  hizo  un  diez,  etc. 
Pues  bien,  así  como  bastó  un  intervalo  de  dos  meses  para  corregir  y  adicionar 
en  la  2.'  edición  de  Madrid,  (1605),  las  faltas  de  la  i.';  así  mismo,  si  hubiese 
existido  una  edición  antes  del  Maye  de  1604,  habría  habido  tiempo  más  que  su- 
ficiente para  ver  y  enmendar  aquellas  faltas  y  el  pasaje  en  la  edición  que  hoy 
tenemos  ^oj  príncipe,  salida  á  principios  del  1605;  puesto  que  hay  entre  ambas 
fechas,  un  intervalo  de  ocho  meses.» 

«Y  este  mismo  razonamiento  vienen  á  reforzar  tas  dos  ediciones  de  Lisboa. 
Sábese  que  los  editores  de  esta  capital  estaban  al  acecho  para  reimprimir  la  obra 
de  Cervantes  y  así  lo  hicieron  incontinenti:,  de  modo  que  la  edición  de  J.  Rodrí- 
guez lleva  la  licencia  del  26  de  Febrero  de  1605,  y  la  edición  de  P.  Craesbeeck 
del  27  de  Marzo  siguiente.  Si  hubiese  existido  una  edición  anterior  á  Mayo 
de  1604,  de  seguro  que  en  Lisboa  habrían  reimpreso  el  Quijote  mucho  antes  de 
lo  que  lo  hicieron,  y  también  Cervantes  habria  pedido  el  priv.  para  Portugal, 
(que  pidió  para  ver  si  llegaba  á  tiempo  de  atajar  las  ediciones  lisbonenses),  mu- 
cho antes  del  tiempo  en  que  lo  pidió.» 

fOtra  observación:  Usted  sabe  que  cuando  fenecía  el  priv.  ó  licencia  para 
imprimir  un  libro,  si  el  mismo  editor  pedía  nueva  licencia  solía  expresarse  en 
ella  que  el  libro  ya  se  había  impreso  antes;  ó  bien  había  en  la  nueva  licencia  al- 
guna cláusula  por  donde  se  colegía,  que  era  reimpresión.  Supongamos,  pues, 
que  se  hubiese  dado  una  Licencia  para  imprimir  el  Quijote  en  Mayo  de  1604  ó 
antes.  Constaría  esta  circunstancia  en  el  priv.  de  26  de  Septiembre  siguiente,  en 
virtud  del  cual  se  imprimió  la  edición  príncipe  de  1605;  y  lo  cierto  es,  que  nada 
de  ello  aparece;  antes  al  contrario,  de  todo  el  contexto  del  mentado  privilegio 
se  deduce  que  el  libro  se  imprimía  por  vez  primera.» 

Escrito  lo  que  antecede,  leí  de  nuevo  la  nota  referente  al  primer  asiento  del 
libro  de  la  Hermandad  de  Impresores  [126,  documento  núm. 38\\  y,  tal  como 
está  redactado,  y  sin  enlazarlo  con  el  segundo  asiento,  presenta  así  como  una 
certeza  de  existir  la  impresión  del  Quijote  anterior,  y  sin  dejar  por  esto  mi  duda 
desvanecida,  me  atreví  á  aventurar  una  conjetura  que  sometí  al  Sr.  Pérez  Pas- 
tor, y  que  al  recibir  su  contestación,  retiré.  Mas,  renacieron  mis  dudas  y  aun 
adquirieron  más  fuerza,  cuanto  más  crecía  la  de  mis  apuntadas  observaciones. 

En  aquellos  mismos  días  recibí  el  informe  que  el  Sr.  D.  José  M.a  Asensio 
presentó  á  la  Academia  de  la  Historia,  sobre  el  libro  Documentos  Cervantinos:, 
y  en  él  se  aclara  este  punto,  gracias  al  examen  detenido  que  de  los  dos  asientos 
del  Libro  de  la  Hermandad,  hizo  el  Sr.  Asensio. 

El  informe  de  éste  mi  amigo  y  eminente  cervantista  es  de  1 7  de  Abril 
de  1897,  y  después  de  tributar  los  calurosos  elogios  que  merece  el  importantí- 
simo hallazgo  de  los  documentos  del  Sr.  Pérez  Pastor,  dice: 

cA  estos  importantes  documentos  acompañan  notas  sacadas  del  libro  de  la 
hermandad  de  San  Juan,  de  impresores  de  Madrid,  en  las  que  consta  la  entrega 
á  la  misma  de  dos  ejemplares  del  Quijote.  Juzga  en  sus  observaciones  á  esas  no- 
tas, que  forman  el  documento  núm.  38,  el  Sr.  D.  Cristóbal  Pérez  Pastor,  que  de 


328  Notas  y  comeDtarios  al  Quijote 

ellas  aparece,  hubo  una  edición  de  El  Ingenioso  Hidalgo  que  estaba  concluida 
antes  del  26  de  Mayo  de  1604,  y  que,  por  consiguiente,  nadie  ha  visto  ni  co- 
noce. En  mi  sentir,  no  es  exacta  la  deducción  del  docto  colector,  y  por  única 
vez  en  todo  su  libro,  aunque  lo  manifieste  con  desconfianza,  he  de  oponer  las 
mías  á  sus  opiniones.  No  justifica  la  nota  fi^rmada  por  el  Mayordomo  de  la  her- 
mandad Francisco  de  Robles  que  los  libros  comprendidos  en  ella  estuviesen  to- 
dos en  su  poder  desde  Mayo  de  1604,  sino  que  esos  libros  formaban  su  cargo 
desde  dicha  fecha  á  11  de  Junio  de  1605,  que  fué  cuando  hizo  entrega  al  nuevo 
Mayordomo  Alonso  de  Paredes,  diciendo  de  un  modo  bien  terminante  que  aque- 
llos habían  ingresado  durante  el  ejercicio  de  1604  á  j6o¿,  y  basta  con  hacer  el 
cotejo  de  las  dos  notas  para  conocer  que  fueron  formadas  en  el  mismo  día,  des- 
tinadas á  un  acto  mismo;  la  una  por  el  Mayordomo  saliente,  de  todo  lo  que  ha- 
bía entrado  en  su  poder  desde  Mayo  de  1604  á  11  de  Junio  de  1605;  la  otra  por 
el  entrante,  de  las  existencias  que  recibía.  Bien  á  los  claras  se  ve  en  las  fechas 
de  ambas;  año  de  1604  á  1605,  dice  la  de  Robles;  año  de  1605  á  1606,  la  de 
Paredes.»  t Parece  concluyente  este  explicación;  pero  si  quedara  alguna  duda, 
otros  muchos  argumentos  podrían  aducirse  para  disiparla,  convenciendo  de  que 
la  primera  edición  del  Quijote  es  la  de  1605,  aunque  estuviera  terminada  en  los 
últimos  meses  de  1604,  como  lo  indican  la  tasa  y  la/e  de  erratas.. 

En  la  Revue  Hispanique  (París,  Marzo  de  1898),  hay  un  articulo  de  M.  M. 
Fitzmaurici-Kelly. 

346. — La  hija  de  Cervantes. 

Artículo  de  D.  Luis  Vidart  en  la  Revista  Contemporánea  de  30  de  Marzo 
de  1897. 

Después  de  alabar,  como  se  merece,  el  importante  servicio  que  el  Pbro.  don 
Cristóbal  Pérez  Pastor  ha  prestado  á  las  letras  españolas  con  sus  preciosos  Do- 
cumentos cervánticos.^  analiza  los  que  se  refieren  á  la  hija  de  Cervantes,  y  enca- 
rece su  importancia  ya  que  arrojan  bastante  luz  para  conjeturar  la  fecha  del 
nacimiento  de  Isabel,  y  nos  revelan  el  nombre  de  su  madre. 

En  el  apartado  II  de  este  trabajo  copia  la  crónica  que  escribió  el  Sr.  Fer- 
nández Bremón  en  la  Ilustración  Española  y  Americana  del  15  de  Marzo 
de  1897,  dando  por  cierto  la  existencia  de  una  edición  del  Quixote  anterior  á 
Mayo  de  1604,  y  apoya  esta  su  creencia. 

347. — ¿Dónde  se  imprimió  el  Quijote) 

En  el  Apéndice  II  de  la  obra  Documentos  cervánticos,  etc.,  por  el  Pbro,  don 
Cristóbal  Pérez  Pastor  [202],  se  hallan  interesantísimos  datos  acerca  de  la  im- 
prenta que  fué  de  Juan  de  la  Cuesta. 

Resulta  de  ellos,  que  Pedro  Madrigal,  natural  de  Negrilla,  aprendió  en  Sala- 
manca el  oficio  de  impresor,  y  el  año  de  1586  se  estableció  en  Madrid  poniendo 
su  imprenta  en  unas  casas  que  alquiló  en  el  camino  de  Atocha,  más  bajo  del 
hospital  de  Antón  Martín,  y  que  compró  el  año  de  1588.  Fallecido  Madrigal 
en  1594,  su  viuda  contrajo  segundas  nupcias  con  Juan  iQiguez  de  Leguerica,  im- 
presor de  Alcalá;  que  «durante  este  matrimonio  las  imprentas  del  marido  y  de 
la  mujer  continuaron  funcionando  independientemente.  Al  morir  Leguerica, 
en  1599,  siguió  la  imprenta  de  la  viuda  con  los  antiguos  oficiales  hasta  encon- 
trar un  regente  entendido,  para  cuyo  cargo  se  buscó  á  Juan  de  la  Cuesta,  que, 
establecido  en  Segovia  con  una  pequeña  imprenta,  vino  á  Madrid  y  entró  en 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  229 

casa  de  María  Rodríguez  en  Noviembre  de  1599...  Además  de  darle  casa  en  la 
dicha  imprenta  se  le  concedió  el  derecho  de  poner  su  nombre  en  la  portada  de 
los  libros  que  en  dicha  casa  se  imprimían,  y  hacer  todos  los  contratos  con  los 
autores  para  la  impresión  de  varias  obras,  los  conciertos  con  los  oficiales  de  la 
imprenta  y  las  compras  de  papel  para  imprimir,  cuyas  escrituras,  firmadas  todas 
por  Juan  de  la  Cuesta,  son  frecuentes  en  los  protocolos  del  primer  decenio  del 

siglo  XVII.» 

«Por  los  años  lóioá  i6it  ocurrió  la  muerte  de  María  Rodríguez,  pasando 
la  referida  casa  é  imprenta  á  poder  de  María  de  Quiñones,  viuda  de  Pedro  Ma- 
drigal (i),  hijo  de  Pedro  Madrigal  y  de  María  Rodríguez,  y  continuando  la  tipo- 
grafía bajo  la  dirección  de  Juan  de  la  Cuesta.  Esto  se  comprueba  por  los  asien- 
tos del  libro  de  la  Hermandad  de  Impresores,  en  los  cuales  al  tratar  de  esta 
imprenta,  se  dice,  como  en  tiempo  de  María  Rodríguez,  unas  veces  de  casa  de 
Marta  de  Quiñones  y  otras  de  casa  de  fuan  de  la  Cuesta,  y  aun  en  un  mismo 
asiento  se  marca  en  el  texto  del  primer  modo  y  del  segundo  al  margen. 

>Ahora  bien,  si  por  la  escritura  de  compra  hecha  por  Pedro  Madrigal  consta 
que  en  1588  la  casa  de  la  imprenta  daba  á  la  calle  de  Atocha  y  á  la  de  los  Re- 
yes ó  del  Rey  (Costanilla  de  los  Desamparados),  y  en  la  escritura  de  dote  de  su 
viuda,  año  1595,  se  marcan  los  mismos  linderos;  si  además  de  esto  Juan  de  la 
Cuesta  dice  en  escrituras  de  1603  y  1605  que  vive  en  la  calle  de  Atocha  más  bajo 
de  Anión  Martín;  si  en  la  Planimetría  de  Madrid  se  marca  en  la  esquina  de  la 
Costanilla  de  los  Desamparados  el  sitio  que  se  adquirió  para  ensanchar  el  dicho 
colegio  y  hacer  la  actual  iglesia,  el  cual  pertenecía  á  María  Rodríguez,  y  era 
donde  tenia  su  imprenta;  si  después  se  hizo  la  permuta  entre  el  colegio  y  la 
viuda  de  Madrigal,  pasando  la  imprenta  á  la  calle  de  San  Eugenio,  se  puede 
afirmar  que  la  primera  parte  del  Quijote  se  imprimió  por  primera  vez  en  el 
mismo  sitio  donde  hoy  está  la  iglesia  del  hospital  de  Nuestra  Señora  del  Car- 
men, y  la  segunda  parte  del  mismo  libro  en  la  calle  de  San  Eugenio,  segunda 
casa,  antigua,  de  la  derecha,  entrando  por  la  de  Santa  Isabel.» 

Í48.— Una  nota  del  Sr.  D.  José  M.*  Sbarbi  al  Quijote. 

«y  allí  muy  de  propósito  se  ponía  el  renegado...  ó  ya  á  hacer  la  zalá,  ó  á 
como  por  ensayarse  de  burlas,  á  lo  que  pensaba  hacer...»  [Don  Quijote,  parte  I, 
cap.  XLI.) 

Comentos.  ^Ya  d  hacer,  es  una  reunión  de  tres  palabras  muy  crudas.»  (Fo- 
ronda.) 

cLa  partícula  _ya  puesta  en  el  primer  inciso  pedía  su  repetición  en  el  segun- 
do.—í?  á  como  por,  reunión  de  cuatro  partículas  que  evitarían  los  que  escriben 
correcta  y  atildadamente;  el  por  no  significa  nada,  y  por  consiguiente  debiera 
suprimirse.»  (Clemencín.) 

<Se  ponía...  ó  ya  á  hacer  la  zalá  ó  adoración  (ú  oración),  por  ensayarse...» 
(Hartzenbusch.) 

El  Sr.  Sbarbi,  Ambigú  literario,  Madrid,  1897,  pág.  291,  corrige  á  los  co- 
mentadores asi: 

«6  ya  á  hacer  la  zalá,  ó  á  como  (esto  es,  á  broma,  vaya,  zumba,  diversión, 
chasco  ó  cantaleta),  por  ensayarse  de  burlas  á  lo  que  pensaba  hacer  de  veras. 


(i)    Era  impresor  como  su  padre,  pero  no  llegó  á  ser  dueDo  de  la  imprenta,  pues  murió 
en  1598  ó  1599. 


210  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

Y  véase  cómo  una  coma  que  faltaba  después,  no  de  la  partícula  como,  sino  del 
nombre  como,  ha  sido  causa  de  que  se  han  quedado  en  ayunas  todos  los  glosa- 
dores del  Quijote  al  llegar  á  este  pasaje.» 

349. — Estudio  tropológlco  sobre  el  Don  Quijote  de  la  Manclia,  del  sin 
par  Cervantes,  por  D.  Baldomcro  Villegas,  Coronel  de  Artillería. 
—  Burgos,  1897. 

Se  está  publicando  esta  obra,  en  la  que  su  autor,  el  conocido  cervantista 
Sr.  Villegas,  desarrolla  el  tema  del  sentido  oculto  del  Quijote.  Extractaré,  pues, 
sus  juicios  en  la  sección  de  la  presente  Bibliografía:  «Cervantes  juzgado  por 
los  españoles  > 


350. — Don  Quixote,  i."  P.,  traducido  por  C.  Oudin.  —  París,  1614. 

En  8.° 

Las  notas  marginales  de  Oudin,  de  que  he  hablado  al  describir  esta  primera 
traducción  francesa,  tienen  en  su  mayor  parte  por  objeto  explicar  la  versión  que 
ha  dado  á  algunas  palabras  dudosas;  además,  de  un  modo  ligero  y  agradable, 
ha  puesto  también  algunas  pocas  notas  explicativas  de  costumbres  españolas. 

351. — Don  Chisciotte...  trad.  italiana  de  Franciosini.  — Venecia,  1622-25. 

Dos  tomos  en  12.° 

Como  he  dicho  ya  al  describir  está  primera  traducción  italiana,  las  notas 
marginales  de  Franciosini  en  general  son  explicativas  de  voces  ó  locuciones 
difíciles  de  traducir. 

352. — Pleasant  ||  notes  l|  upon  ||  Don  Quixot.  \  By  Edmund  Gayton,  Efq; 
II  London  |(  Printed  by  William  Hunt.  MDCLIV. 

En  4.°  mayor,  de  7  hojas  preliminares  y  290  pigs. 

Preceden  á  la  obra  varias  composiciones  poéticas  burlescas,  dirigidas  al 
libro  por  personajes  fingidos,  remedando  las  que  puso  Cervantes  al  frente  del 
Quijote.  Descuella  entre  ellas  la  de  «Esopo,  al  caballero  de  la  Triste  Figura». 

El  libro  comprende  sólo  anotaciones  á  la  parte  primera  del  Quijote. 

A  pesar  del  lujo,  ó  por  decir  mejor,  hartazgo  de  erudición  de  que  Gayton 
quiere  dar  muestras,  su  comentario  no  es  tal  comentario,  resultando,  con  raras 
excepciones,  iniítiles  las  observaciones  que  hace;  por  no  ofrecer  conexión  con 
el  fondo  ni  con  el  texto  del  Quijote  y  referirse  á  hechos  y  personas  en  su  mayor 
parte  fingidos,  y  porque  los  reales  carecen  de  interés  fuera  del  país  del  anota- 
dor,  y  aun  en  él  sólo  tuvieron  alguno  en  su  época.  Agregúese  á  esta  falta  de 
utilidad  la  sobra  de  indecencia  y  de  groseras  imágenes  que  aparecen  en  muchas 
de  estas  notas,  y  habremos  de  convenir  en  que  su  tínico  mérito  consiste  en  el  de 
ser  el  primer  comentario  que  al  Quijote  se  ha  hecho.  La  misma  verbosidad  de 
que  este  anotador  hace  alarde,  convierte  no  pocas  veces  su  estilo  en  obscuro. 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  231 

Pero,  como  no  hay  libro  tan  malo  que  no  tenga  algo  bueno,  contiene  éste  algu- 
nas, poquísimas,  anotaciones  no  despreciables.  Mencionaré  la  de  la  pág.  2: 
cvendió  muchas  fanegas  de  tierra  de  sembradura  para  comprar  libros  de  caba- 
llerías que  leer»;  en  cual  nota  se  burla  Gaytón  de  los  que  buscan  la  piedra  filo- 
sofal, á  quienes  llama  Quijo-filósofos. 

Benjumea  {Estafeta  de  Urganda,  pág.  29),  juzga  á  Gayton  en  estos  términos 
harto  favorables:  cLas  notas  festivas  de  Gayton  son  notables  por  su  originali- 
dad. El  Quijote  le  sirvió  de  índice  de  materias  para  colocar  sus  chistes,  y  como 
suele  decirse,  á  puro  andar  con  la  almohaza,  vino  á  dar  alguna  vez  en  la  mata- 
dura.» 

Más  severa,  pero  más  justamente,  las  censura  Moran  Vida  de  Cervantes: 
fson  notas  excéntricas,  indecorosas  y  extrañas  al  asunto,  del  cual  se  sirvió  me- 
ramente el  traductor  como  pretexto  para  zaherir  con  burlas  á  determinadas  per- 
sonas de  su  país  y  dirigir  tiros  aviesos  á  la  Iglesia  Católica.» 

Posee  el  Sr.  Bonsoms  otra  edición  de  las  notas  de  Gayton:  «Festivous  ||  notes 
II  on  the  II  History  and  Adventures  ||  of  the  Renowned  ||  Don  Quixote.  \  First 
PubUshed  by  ||  Edmund  Gayton,  Efq;  ||  In  the  Year,  1654.  ||  Revised,  with  Cor- 
rections,  Alterations,  ||  and  Additions;  and  adapted  to  the  Modem  ||  Tranílations; 
of  thatcelebratedWork.  ||  To  which  is  added,  aCopious,  ||  Index  ||  bythe  Editor. 
II  London:  ||  Printed  por  F.  Newbery,  etc..  ||  M.DCCLXVIII.»  12.°  m.  de  XII— 
*55i  P*g'  ™^s  9  hojas  para  el  índice  alfabético  de  nombres  y  cosas  notables. 

El  nuevo  editor  hizo  una  entera  refundición  de  la  obra  de  Gayton,  confe- 
sando que  estaba  ya  puesta  en  olvido,  y  declara,  conforme  la  portada  lo  reza, 
que  ha  suprimido  muchas  notas  triviales,  y  otras  que  se  referían  á  cosas  total- 
mente olvidadas. 

^Z,—Don  Quixote.,  trad.  en  inglés,  por  Stevens.  —  London,  1700. 

Dos  tomos  en  8.° 

Hay  algunas  notas  al  pie  de  las  páginas. 

^k.—Don  Quichoi...  — Amsterdam,  1699. 

En  8.» 

I  En  esta  traducción  holandesa  hay  un  índice  de  nombres  propios  y  palabras 

I       más  notables  de  la  obra,  dispuesto  por  orden  alfabético.  Es  el  primer  trabajo  de 
esta  clase,  que  conozco,  referente  al  Quijote. 

55. — Don  Quixote...  revised...  by  J.  Ozell...  —  London,  1725. 

Hay  algunas  notas,  muy  cortas  en  número,  explicativas  de  voces  poco 


^.—Don  Quixote...  translated  by  Th.  Shelton...  —  London,  1731. 

Cuatro  tomos  en  1 2." 

Hay  un  índice  alfabético  de  nombres  y  cosas  notables  de  la  obra;  trabajo 
análogo  al  citado  en  el  número  anterior. 


2%t  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

357. — Histoire  |]  du  ||  vaillant  Chevalier  ||  Tiran  le  Blanc.  ||  Traduite  de 
l'Espagnol.  ||  A  Londres. 

Dos  tomos  en  12° 

A  esta  traducción,  publicada  por  el  conde  de  Caylus  hacia  1737,  precede  un 
erudito  y  juicioso  prólogo  de  M.  Fréret. 

Después  de  decir  que  el  libro  de  Tirante  el  Blanco  «apenas  era  conocido 
de  los  Franceses  más  que  por  lo  que  de  él  habla  Cervantes  en  la  famosa  historia 
de  Don  Quixote»,  pasa  el  prologuista  á  comentar  el  juicio  de  nuestro  autor.  Su- 
pone que  en  el  pasaje  del  escrutinio  donde  el  cura  alaba  al  autor  del  Tirante, 
falta  una  negación  y  que  debe,  por  tanto,  decir:  «con  todo  eso...  merecía...  que 
«(7  le  echaran  á  Galeras... >;  y  para  probar  esta  variante,  que  es  cabalmente  lo 
contrario  de  lo  que  dice  la  primera  edición  del  Quijote^  añade  que  tiene  una 
idea  de  haber  leído  en  alguna  parte  que  el  autor  del  Tirante  había  muerto  en 
galeras;  conjetura,  como  se  ve,  harto  vaga. 

Nota  la  errata  que  cometieron  las  ediciones  anteriores  del  Quijote,  en  el 
mismo  capitulo,  diciendo  Detriante,  en  vez  de  de  Tirante;  y  prodiga  sensatos 
elogios  al  talento  de  Cervantes,  de  quien  dice:  «Cervantes  merece  ciertamente 
alguna  distinción.  Si  hubiese  tenido  el  honor  de  ser  un  autor  antiguo,  y  de  que 
su  obra  estuviese  escrita  en  latín  ó  griego,  tiempo  há  que  habría  tenido  varios 
escoliadores  y  comentaristas.» 

Advierte  M.  Fréret  que  el  traductor  ha  abreviado  varios  razonamientos,  su- 
primido algunos  trozos  y  cambiado  otros,  tomándose  libertades  que  no  existen 
en  la  versión  italiana  del  Tirante,  la  cual  es  fiel. 

Tanto  el  prologuista  como  el  traductor  vislumbran  que  el  autor  de  Tirante 
el  Blanco  era  valenciano,  apoyándose  tanto  en  la  detallada  descripción  y  elogios 
que  de  Valencia  hace,  como  en  el  perfecto  conocimiento  de  las  profecías  que 
sobre  ella  existían. 

Finalmente  M.  Fréret  hace  notar  cuan  diferente  es  este  libro  de  todos  los 
demás  de  caballerías,  en  cuanto  se  refiere  á  lo  maravilloso,  pues  no  obstante  la 
bravura  y  la  fuerza  de  Tirante,  nada  hace  que  no  sea  posible  á  los  hombres.  Los 
medios  con  que  el  autor  conduce  los  sucesos,  ya  prósperos,  ya  adversos,  de  su 
Héroe,  están  fundados  en  el  orden  natural  de  los  cosas. 


358. — Don  Quixote,  trad.  y  anotado  por  Jarvis.  —  London,  1742. 

Dos  tomos  en  folio. 


Las  notas  de  Jarvis,  en  niimero  de  400,  son  históricas,  caballerescas  y  expli- 
cativas de  usos  y  costumbres  y  de  frases  y  voces  poco  usadas.  Jarvis,  pues,  es 
el  segundo  anotador  serio  del  Quijote,  y  podemos  decir  el  primero,  pues  ya  he 
dicho  que  las  notas  de  Gayton  no  explican  nada  del  texto.  Salvo  algunos  erro- 
res, como  el  de  hacer  pasar  el  Henares  por  Madrid,  y  otros,  referentes  á  eos* 
lumbres  españolas,  las  notas  de  Jarvis  no  carecen  de  mérito,  además  del  que 
tienen  por  constituir,  como  he  dicho,  el  primer  cuerpo  importante  de  ano- 
taciones al  texto  del  Quijote.  Como  curiosa,  entre  otras,  y  porque  más  tarde 
la  prohijó  Ríos,  citaré  una  en  que  dice  Jarvis  que  la  descripción  del  ejército 
de  los  carneros  es  una  imitación  del  catálogo  de  las  naves,  de  Homero  en  la 
Iliada. 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  233 

359 — Don  Quixote...   translated  by  Motteux...  revised   by   Ozell.., — 

London,  1743. 

Cuatro  tomos  en  12." 

Tiene  buen  número  de  notas  tomadas  de  Jarvis,  Sobrino,  Pineda,  Mayans  y 
Diccionario  de  la  Academia  española. 

El  Diccionario  francés-español  de  Sobrino  (año  de  1 708),  y  el  de  la  Real 
Academia  española  (Madrid,  1726-39,  i.*  ed.),  le  sirvieron  para  explicar  voces 
y  locuciones  difíciles. 

Ozell  dice  también  que  ha  aprovechado  varias  notas  de  Stevens  y  otras  to- 
madas de  su  Diccionario. 

360. — Mémoires  de  rAcadémie  des  Sciences,    Belles-Lettres,    Beaux- 
Arts...  établie  á  Troyes  en  Champagne,  (Troyes.  1744.) 

Figura  en  él  un  «Projet  de  voyage  en  Espagne  pour  constater  un  fait  impor- 
tan! de  l'histoire  du  chevalier  Don  Quichotte. — Lu  á  l'Académie  le  16  mai  1741 ». 
Según  M.  Dumaine,  es  la  obra  de  un  mistificador,  J.-B.  Grosley. 

361. — Don  Quixote,  trad.  y  anotado  por  Smollett.  — London,  1755. 

Dos  tomos  en  folio. 

Smollett,  imitando  á  su  predecesor  Jarvis,  emprendió  la  tarea  de  anotar  su 
Quijote  traducido,  y  puso  al  efecto  algunas  notas  explicativas  de  lugares  y  de 
usos  caballerescos;  pero  sin  duda  se  cansó  de  su  trabajo  y  quedó  éste  reducido 
á  un  corto  número  de  anotaciones. 

J62. — Don  Quixote...  translated...  by  George  Kelly...  —  London... 
M.DCC.LXIX. 

Al  describir  esta  edición  [I,  639],  dije  ya  que  Kelly  no  fue  el  traductor  sino 
solamente  un  revisor  de  la  traducción  de  Motteux,  y  que  de  éste  es  también  la 
propiedad  de  las  notas  que  ilustran  la  presente  versión  inglesa  del  Quijote. 

{63. — A  Letter  to  the  Reverend  Dr.  Perey,  concerning  a  new  and  clas- 
sical  edition  of  Historia  del  valeroso  caballero  Don  Quixote  de  la 
Mancha.  To  be  illustrated  by  Annotations;  and  Extracts  from  the 
Historians,  Poets,  and  Romances  of  Spain  and  Italy,  and  other  Wri- 
ters  Ancient  and  Modern;  with  a  Glossary,  and  Indexes.  In  which 
are  occasionally  interspersed  Some  Reflections  on  the  Learning  and 
Genius  of  the  Author.  By  the  Reverend  John  Bowle,  M.  A.  E.  S.  A. 
-  London.  —  Printed,  for  B.  White,  M.DCCLXXVII. 

En  4.°,  de  68  págs. 

En  esta  obrita  el  doctor  Bowle  da,  conforme  en  la  portada  lo  anuncia,  cum- 
plida y  detallada  cuenta  de  su  proyecto,  que  luego  realizó,  de  una  nueva  edición 

Tomo  U  ,g 


234  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

del  Quijote  con  anotaciones,  extractos  de  los  historiadores,  poetas  y  novelistas 
de  España  é  Italia,  y  de  otros  escritores  antiguos  y  modernos;  junto  con  un  Glo- 
sario é  índices,  de  los  cuales  presenta  algunas  páginas  por  vía  de  ejemplos.  En- 
laza con  tan  interesante  materia  algunas  ilustradas  reflexiones  acerca  del  mérito 
del  Quijote,  y  en  un  curioso  Postscriptum  apunta  la  conjetura  de  que  Cervantes 
debió  de  pensar  en  San  Ignacio  de  Loyola  al  engendrar  su  Quijote.  Con  este 
motivo  el  erudito  doctor  inglés  hace  un  sucinto  paralelo  entre  los  hechos  caba- 
llerescos del  de  Loyola  y  los  de  Don  Quijote. 

Bowle  menciona,  aunque  no  la  vio,  la  otra  edición  del  Quijote  de  Ma- 
drid, 1605,  distinta  de  la  conocida;  circunstancia  ignorada  hasta  entonces. 

364. — Letters  from  Spain  in  1778;  on  the  Origin  and  Progress  of  Poetry 
in  that  Country;  with  occasional  Reflections  on  Manners  and  Cus- 
toms,  and  illustrations  of  the  Romance  of  Don  Quixoíe.,  by  John 
Talbot,  Dillon.  —  London,  i78i,8vo. 

En  la  Bib.'"  Británica,  de  Watt  hallo  citado  este  libro. 

365. — Remarks  on  the  extraordinary  conducís  of  the  Knight  of  the  ten 
Stars,  and  his  italian  Squire,  to  the  editor  oí  Don  Quixote.  In  a  let- 
ter  to  the  Rev.  J.  S.  D.  D.  — London,  1785. 

En  8.° 

En  este  optísculo  trata  el  doctor  Bowle  de  rechazar  las  censuras  que  á  su 
Comentario  del  Quijote  hablan  dirigido  el  capitán  Crookshanks  y  el  doctor  Ba- 
retti.  El  primero  es  el  Caballero  de  las  diez  Estrellas  y  el  ultimo  su  Escudero 
italiano. 

Ofendido  Baretti,  publicó  un  violento  y  desapiadado  ataque  contra  Bowle, 
titulado: 

«Tolondrón.  Speeches  to  John  Bowle.  about  his  edition  of  Don  QuLxote\  to- 
gether  with  some  Account  of  spanish  literature,  by  Joseph  Baretty...  London: 
Printed  for  R.  Faulder.  MDCCLXXXVI.»  8.0  de  IV— 338  págs. 

Diez  son  los  Speeches  ó  discursos  de  esta  obra.  En  el  i.°  dice  Baretti  á  Bowle 
que  halla  40  ó  50  errores  en  cada  página  de  su  comento,  la  mayor  parte  debidos 
á  su  ignorancia  de  la  pronunciación,  y  que  en  cuanto  á  las  notas  son  triviales,  y 
absurdas  muchas.  —  Es  el  2.°  un  capítulo  de  cargos  por  los  ataques  que  le  había 
dirigido  Bowle,  y  concluye  burlándose  de  éste  porque  pretende  que  la  palabra 
lercha  que  nombra  Sancho  no  es  española. — El  3."  speech  demuestra  que  Bowle 
no  entendió  los  dos  distintos  significados  de  la  palabra  deslocado.,  al  fin  del  Qui- 
jote^ y  que  vaciló  en  la  interpretación  de  otros  pasajes.  —  Los  discursos  4  °,  5.° 
y  6.°  son  defensas  contra  algunos  ataques  de  Bowle,  y  generalidades  acerca  de 
algunos  libros  españoles. — En  el  7.°  Baretti  hace  una  brillante  defensa  de  la  li- 
teratura, ciencias,  artes  y  progresos  de  los  españoles  y  de  España,  tan  descono- 
cidos de  los  extranjeros,  quienes  contaban  mil  exageraciones  acerca  de  la  pere- 
za, ignorancia  y  supersticiones  españolas;  y  defiende  una  ligera  Reseña  de  la 
literatura  española,  que  hizo  algiin  tiempo  antes  y  fué  tachada  por  Bowle  de 
imperfecta  é  inexacta.  En  el  discurso  8.°  Baretti  se  burla  de  los  errores  gramati- 
cales cometidos  por  Bowle  en  las  citas  de  versos  italianos  en  su  comento,  é 
insiste  acerca  de  su  poco  gusto  literario  cuando  escribe  el  español. — En  el  9.°  re- 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  235 

pite  que  Bowle  ha  equivocado  muchas  veces  los  acentos,  y  dice  que  separándose 
de  la  ortografía  de  Cervantes  ha  compuesto  una,  mezclada  de  los  cuatro  tratados 
de  Ortografía  castellana  de  la  Academia,  que  se  contradicen  uno  á  otro  en  sus 
reglas  ortográficas. — En  el  discurso  10  y  último  se  burla  del  comento,  preten- 
diendo que  ha  comentado  muchas  palabras  y  frases  sencillas  conocidas  y  trivia- 
les; y  añade,  en  suma,  que  en  su  opinión  el  Quijote  no  necesita  de  comento. 
Habla  finalmente  de  los  cinco  índices,  que  trata  de  inútiles. 

Dejando  aparte  la  justa  rectificación  de  algunos  ligeros  errores  de  acentua- 
ción y  de  sintaxis,  rectificación  que  Baretti  pudo  hacer  por  su  mayor  conoci- 
miento de  las  lenguas  española  é  italiana;  en  muchos  otros  pasajes  es  injusto 
hacia  Bowle,  quien,  indudablemente,  con  sus  notas  y  sus  índices  prestó  un  útil 
servicio  á  los  lectores  del  Quijote,  tanto  nacionales  como  extranjeros. 

366. — Don  Quixoie...  trad.  alemana  de  Soltau.  Kónigsberg,  1800. 

Seis  tomos  en  12° 

Hay  algunas  notas  del  traductor,  en  corto  número. 
367. — Don  Quijote...  Leipsique,  1800. 

Seis  tomos  en  12."  pequeBo. 

He  dicho  ya  [I,  61],  que  el  último  tomo,  impreso  en  1807,  comprende  un 
ligero  extracto  de  las  anotaciones  de  Bowle,  ordenado  por  J.  B.  W.  Beneke,  de 
quien  es  también  el  Diccionario  espafiol-alemán  sobre  el  Quixote,  para  facilitar 
á  los  alemanes  la  comprensión  de  esta  novela.  Este  trabajo,  adicionado  y  reor- 
ganizado, publicólo  Beneke  suelto,  bajo  este  epfgrafe:  Erklarung  aller  im  Don 
Quixote  vorkom^  menden  und  diesem  Werke  vorzüglich  eignen  schweren  Wórter 
und  Redensarten.  Leipzig,  1821,  i6.°  (Explicación  de  las  voces  y  locuciones 
dificultosas  que  ocurren  en  el  Quijote  y  que  son  especialmente  peculiares  á  esta 
obra.) 

J68. — The  history  of...  Don  Quixote...  A  new  edttion,  wiih  copious  no- 
íes...  Edinburgh^  1822. 

Merecen  todo  encomio  estas  eruditísimas  notas,  en  las  cuales  Mr.  Lockhart 
demuestra  un  profundo  conocimiento,  no  sólo  de  la  literatura  caballeresca,  sino 
también  de  nuestros  antiguos  romances  y  poemas.  El  comentario  del  literato 
inglés  es  parecido,  en  cuanto  á  notas  históricas,  al  que  después  hizo  entre  nos- 
otros Clemencín,  quien  amplió,  no  sé  si  con  utilidad  del  comento,  la  parte  re- 
ferente á  los  libros  de  caballerías  y  á  nuestra  literatura.  Mr.  Lockhart  pone  tam- 
bién la  traducción  de  varios  trozos  del  romancero,  aludidos  por  Cervantes,  tarea 
que  resulta  muy  interesante  para  los  lectores  ingleses.  Además,  son  dignas  de 
aprecio  algunas  notas  sobre  pasajes  que  no  habían  ilustrado  los  anteriores  co- 
mentaristas extranjeros.  Citaré,  entre  otras,  la  explicación  de  lo  que  era  el  ca- 
ballo de  Gonela,  y  la  anécdota  á  que  aludió  Cervantes,  referida  en  una  obra 
italiana  titulada  Buffonerie  di  Gonnella,  publicada  en  Florencia  el  afio  1568. 
Esta  nota  la  tomó  Mr.  Lockhart  de  Pellicer. 


236  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

369. — Don  Quixoie...  with  engravings  from  pictures  painted  by  R.  Smir- 
ke.  —  London,  1818. 

Describí  ya  detalladamente  [I,  668],  esta  bella  edición,  cuyas  notas  en  gran 
parte  están  tomadas  de  Pellicer. 

370, — uPetite  bibl.''  biographico-romanciére.»  ou  Dictionnaire  des  Ro- 
manciers.  —  París.  —  Pigoreau,  libraire,  1821. 

En  12.°  mayor,  de  354  págs. 

Es  un  Diccionario  de  novelistas,  con  noticias  literarias  y  bibliográficas. 

Artículo  Cervantes:  «L'auteur  des  Aventures  de  l'admirable  chevalier  de  la 
Manche  est  au-dessus  de  tout  éloge.»  «Des  trois  traductions  de  Don  Quichotte 
celia  de  Filleau  se  traíne  servilement  sur  son  original,  Filleu  n'ayant  pas  eu  le 
talent  d'imiter  le  comique,  la  finesse  et  l'élégance  de  l'auteur.»  H?.bla  luego  de 
las  traducciones  de  Florián  y  Dubournial,  alabando  ésta. 

371. — Manuel  du  Bibliophile,  ou  Traite  du  Choix  des  Livres,  par  Ga- 
briel Peignot... — Dijon,  chez  Victor  Lagier,  1823. 

Dos  tomos  en  8.°  mayor. 

Además  de  la  lista  de  ediciones  del  Quijote,  trata  con  elogio  de  esta 
obra.  Hace  algunas  observaciones  á  los  juicios  de  D.  V.  de  los  Rios,  cuya  cro- 
nología de  viajes  del  héroe  manchego  censura  por  iniítil;  «pero — dice  Peignot— 
á  lo  menos  prueba  esta  cronología  el  alto  grado  de  importancia  que  los  españo- 
les atribuyen  á  esta  ingeniosa  novela.» 

Habla  de  la  conocida  anécdota  del  estudiante  que  leía  el  Quijote  frente  los 
balcones  del  palacio  de  Felipe  III,  y  menciona  la  absurda  especie  propagada 
por  Moreri  [131],  poniéndola  en  duda,  «porque — dice  cuerdamente — yo  no  veo 
en  esta  novela  ninguna  acerba  sátira  contra  el  principal  ministro  del  Rey. » 

372. — Episodes  of  Don  Quixote. 

«London  Magazine,  v.  6,  new  series  1820,  pp.  557-66,  and  v.  7,  new  se- 
ries, 1877,  pp.  11-19.»  (Fitzmaurice-Kelly.) 

373. — Obras  de  Landor.  — London. 

Mr.  Watts  (ed.  del  Quixote,  London,  1888),  dice  que  en  el  t.  I,  pág.  534,  de 
las  Obras  de  Landor  halla  la  absurda  conjetura  de  que  «Cervantes  en  Diücinea 
quiso  encubiertamente  ridiculizar  á  la  Inmaculada  Virgen». 

Supuse  que  tal  opinión  la  escribiría  Mr.  Walter  Savage  Landor  en  su  obra 
titulada  Imaginary  conversations  of  literary  men  and  statesmen,  (1824-29),  la 
cual,  según  tengo  entendido,  mezcladas  con  bellos  pensamientos,  encierra  mu- 
chas extravagancias.  Deseoso  estaba  de  compulsar  esa  cita,  cuando  me  facilitó 
la  tarea  el  libro  de  Mr.  Fitzmaurice-Kelly  (Life  of  Cervantes'),  en  donde  hallé 
el  pasaje  entero,  que  transcribo: 


Ñolas  y  comentarios  al  Quijote  237 

ulmaginary  Conversation  betwten  Peter  Leopold  and  President  du  Paiy.t 

iPresid. — El  ataque  más  hábil  que  se  ha  hecho  jamás  contra  el  culto  de  la 
Virgen...  es  el  de  Cervantes. 

^Leopold. — No  recuerdo  en  qué  parte  de  sus  obras. 

tPresid. — En  todo  el  Don  Quixote,  Dulcinea  era  la  sin  par,  la  inmaculada; 
y  se  fulminaba  la  muerte  contra  todos  los  que  no  afirmaban  sus  perfecciones.» 

Paréceme  que  tanto  desbarrar  es  á  sabiendas. 

J74. — Don  Quichotte...  traduit  et  annoté  par  Mr.  L.  Viardoi...  —  París., 
1836. 

Las  notas  de  Viardot  sin  ser  muchas  ni  muy  difusas,  ilustran  varios  pasajes, 
y  son  juiciosas  y  eruditas.  Unas  son  explicativas  de  voces  del  español  y  de  cos- 
tumbres del  tiempo  de  Cervantes;  otras  son  históricas.  Gran  parte  están  toma- 
das de  Clemencín. 

(75, — Don  Quixote...  aus  dem  Spanischen  übersezí...  Síuiigari,  iS^y. 

Dos  tomos  en  8.°  mayor. 

Las  notas  de  esta  traducción  alemana  son  en  corto  numero;  unas  explican 
vocablos  y  otras  son  históricas. 

¡76. — Don  Quichoite  et  la  tache  de  ses  traducteurs,  etc.,  par  J.  B.  Bieder- 
mann.  —  París.  —  Delaunay,  1837. 

En  8.°,  de  8o  págs.  y  una  hoja  da  portada. 

El  autor,  además  de  opinar  que  el  Quijote  ha  sido  mal  traducido,  se  muestra 
demasiadamente  riguroso  con  la  versión  de  Viardot,  que  sin  ser  perfecta,  es  bas- 
tante buena;  y  pretende  luego  demostrar  que  la  común  opinión  recibida  acerca 
de  la  perfección  del  Quijote  en  materia  de  lenguaje  es  una  mistificaci6n\  asegu- 
rando, por  tanto,  que  el  estilo  y  el  lenguaje  de  Cervantes  son  incorrectos  y  suma- 
mente defectuosos.  Los  juicios  y  las  conclusiones  de  Biedermann  se  hallarán  en 
su  correspondiente  sitio;  [Sec.  VIII],  apuntaré  varias  de  sus  notas  ó  críticas  ai 
texto. 

Haciendo  coro  con  Clemencín,  tilda  de  incorrecto  en  dicción  y  en  ideas 
aquel  pasaje  del  Prólogo  de  Cervantes,  «.¿qué  podía  engendrar  el  estéril  y  mal  cul- 
tivado ingenio,  etc../*  sin  entender  el  sentido,  ni  comprender  el  tono  irónico  que 
en  él  emplea  el  autor  del  Quijote.  Biedermann  cree  que  Cervantes  ha  querido 
decir:  «¿qué  podía  engendrar  mi  ingenio,  sino  un  hijo  seco  y  avellanado;  y  este 
hijo...  no  podía  menos  de  ser  una  criatura  antojadiza,  etc.?»  De  aquí  deduce, 
que  habiendo  antes  dicho  Cervantes  que,  «cada  ser  engendra  su  semejante,  la 
consecuencia  del  texto  serla,  que  el  hijo  de  un  ingenio  estéril,  debe  ser,  no  un 
hijo,  sino  ia  historia  de  un  tal  hijo,  etc.,  y  por  esto  tilda  á  Cervantes  de  ingenio 
sin  lógica,  y  su  estilo  de  incorrecto.  Pero  el  caso  es  que  Cervantes,  en  mi  en- 
tender, dice:  «quisiera  que  este  libro,  como  hijo  del  entendimiento,  fuera  el  más 
hermoso,  etc.»;  y  supone  que  s\i  ingenio  estéril  es  decir,  sn  entendimiento,  no 
podía  engendrar  sino  la  historia  de  un  hijo  seco;  es  decir,  no  podía  engendrar 
sino  un  libro.  En  efecto,  un  ingenio  ó  un  entendimiento  engendra  un  libro,  ó  sea 
una  historia.  ¿Dónde  está  la  falta  de  lógica,  Sres.  Clemencín  y  Biedermann? 


238  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

Este  va  escogiendo  muchos  otros  pasajes  del  Quijote,  que  tacha  de  incorrec- 
tos; pero  descartando  algunos,  que  interpreta  y  comenta  mal,  y  otros,  que  son 
erratas  de  imprenta,  quedan  pocos  que  tengan  realmente  incorrecciones  de  len- 
guaje {los  cuakí  son  pequeños  lunares  que  d  veces  acrecientan  la  hermosura  del 
rostro  que  los  tiene),  y  de  todas  estas  pequeneces  deduce  con  un  aplomo  que  cau- 
sa risa,  esta  sentencia:  «el  ingenio  de  Cervantes  es  específicamente  defectuoso. 

Entre  otras  muchas  frases,  critica  como  aberraciones,  é  inversión  del  orden 
lógico  de  las  ideas,  las  siguientes  de  la  parte  I.;  cap.  XXVIEI.  «Felicísimos  y 
venturosos;»  cap.  XXVII,  «con  furor  y  con  violencia»;  cap.  XLVII,  «dulcísimas 
y  agradables»,  etc.  En  suma,  Biedermann  sigue  las  pisadas  de  Clemencín,  en 
cuanto  á  criticar  la  letra  del  Quijote,  y  apunta  los  pasajes  que  el  comentador  es- 
pañol no  entiende,  para  demostrar,  con  su  autoridad,  que  el  Quijote  está  pla- 
gado de  obscuridades. 

Apoyándose  en  un  artículo  de  la  Gaceta  de  Madrid,  del  18  de  Diciembre 
de  1835,  acerca  de  la  historia  de  Toreno,  y  tergiversando  el  sentido,  pretende 
Biedermann  que  el  idioma  de  Cervantes  es  completamente  distinto  del  que  se 
habla  hoy,  y  que  «la  inteligencia  del  texto  de  los  clásicos  españolea  es  hoy,  aun 
en  Espafia,  un  tstudio  semejante  al  de  la  literatura  clásica  de  la  antigüedad. 

Afiade  que  úa.  parte  tipográfica  del  texto  del  Quitóte  está  plagada  de  inco- 
rrecciones de  todo  género»,  hecho  cierto,  y  que  por  lo  mismo,  basta  para  cali- 
ficar de  impertinentes  las  tachas  que  al  estilo  de  Cervantes  pone. 

Pasa  luego  el  crítico  francés  á  censurar  la  traducción  de  Viardot,  tomando 
para  ello  por  texto  el  Prólogo  de  la  parte  I,  y  en  33  análisis  corrige  otros  tantos 
pasajes  que  Viardot  no  ha  vertido  con  rigorosa  exactitud. 

377. — Don  Quixote. 

Art.  en  la  Revue  fran(aise  de  1838,  tomo  7.°,  págs.  299  y  siguientes. 

378. — Handbook  for  travellers  in  Spain,  by  Richard  Ford.  — London, 

1845. 

Contiene  varias  citas  de  Cervantes. 

379. — Critique  et  defensa  de  Don  Quichotie,  suivies  de  chapitres  choisís 
de  l'íngenieux  Hidalgo  pour  la  récréation  du  lecteur,  et  terminées 
par  de  nouveaux  et  curieux  apergus  sur  Cervantes.  Dédié  á  M.  Or- 
fila.  Par  F.  de  Paule  Noriega...  —  París.  —  Moquet,  1846. 
En  8.»,  de  286  págs. 

El  autor  impugna  los  anteriores  juicios  de  Biedermann,  defendiendo  las  fra- 
ses de  la  traducción  de  Viardot  que  aquél  censura.  Pero,  como  dice  muy  bien 
La  Barrera,  prescinde  Noriega  de  la  parte  principal:  de  defender  el  juicio  yl  a 
sana  razón  del  inmortal  escritor,  tan  injustamente  degradado  por  Biedermann. 

ZZQ.—Don  Quixote. 

Art.  crítico  en  la  revista  inglesa  The  Knickerbokers,  by  R.  J.  de  Córdova, 
vol.  XXXVIII,  1851,  págs.  189-203.  (Fitzmaurice-Kelly.) 


Notas  y  comentarlos  al  Quijote  239 

381. — History  of  Spanish  Literatura  by  George  Ticknor.  —  Boston, 
1849. 

La  tradujeron  al  español  los  Sres.  D.  Pascual  de  Gayangos  y  D.  Enrique  de 
Vedia,  publicándola  en  Madrid,  1851  con  notas  é  ilustraciones. 

Son  dignas  de  estudio  las  reflexiones  acerca  del  objeto  del  Quijote,  de  su 
plan,  de  su  estilo  y,  del  éxito  que  obtuvo,  haciendo  aborrecible  la  lectura  de  los 
libros  de  caballerías.  Trata  también  de  Avellaneda  y  de  El  Buscapié,  de  los  cua- 
les hablaré  en  sus  respectivos  sitios. 

Mr.  Ticknor  publicó  el  año  de  1864,  en  Bostón,  en  3  tomos,  una  tercera 
edición  inglesa  de  su  obra,  con  muchas  adiciones  y  correcciones,  enriquecida 
además  con  abundantes  y  eruditísimas  notas. 

382. — Correcciones  y  Adiciones  á  la  Historia  de  la  Literatura  española^ 
por  Ticknor;  hechas  en  la  3."  ed.  de  esta  obra  impresa  en  Boston 
el  año  1864. 

Reuniólas  Adolfo  Wolf  en  un  tomo  de  264  págs.  en  8.°  m.,  impreso  por 
F.  A  Brockhaus  en  Leipzig  el  año  de  1866,  para  que  sirviera  de  Suplemento  á  la 
traducción  alemana  que  de  aquella  obra  hizo  N.  H.  Julius. 

En  una  breve  Advertencia  declara  el  colector  que  su  padre  Fernando  Wolf, 
(de  quien  es  el  prólogo  de  la  obra),  tomó  parte  en  su  composición  y  hasta  llegó 
á  conegir  algunas  pruebas  pocos  días  antes  de  su  fallecimiento  ocurrido  el  18 
de  Febrero  de  1866. 

Las  adiciones  y  correcciones  que  ofrecen  algún  interés  y  novedad  para  la 
presente  sección,  son: 

Tomo  I 

A  la  pág.  268:  Varias  noticias  acerca  del  juicio  del  Tirante  el  Blanco,  emi- 
tido por  Southey  {Omniana,  1817,^  II,  2ig-j2\  del  arreglo  hecho  en  francés  por 
el  Comte  de  Caylus,  y  del  origen  de  este  interesante  libro;  con  descripciones  y 
detalles  de  sus  primitivas  ediciones. 

A  la  pág.  485:  Que  Amaute  Mahamí  figura  en  los  romances  de  su  época. 

A  la  pág.  489:  Que  el  arreglo  de  La  Qalaíea,  por  Florián  es  mejor  que  el  de 
Trigueros. 

A  la  pág.  1502:  Sobre  el  doble  juego  y  significado  de  la  palabra  hierros  que 
intencionadamente  usa  Avellaneda  en  el  prólogo  de  su  Quijote. 

A  la  pág.  503:  Sobre  el  dudoso  crédito  que  merece  el  soneto  de  Góngora 
que  ha  hecho,  que  se  atribuya  á  Cervantes  la  Relación  de  las  fiestas  de  Valla- 
doUd. 

A  la  pág.  503:  Comenta  las  dos  cartas  de  Lope  de  Vega  en  que  habla  mal 
de  Cervantes. 

A  la  pág.  505:  Sobre  las  palabras  del  prólogo  de  las  novelas:  «jí»  soy  el pri- 
mei o  que  he  novelado  en  lengua  íaí/í/Zawa»...  que  halla  justas  porque  Cervantes 
entendía  por  Novelas,  no  los  cuentos  como  los  del  conde  Lucanor,  sino  las  obras 
escritas  según  el  corte  italiano  que  entraron  entonces  de  moda  en  España. 

A  la  pág.  509:  Sobre  el  poco  éxito  del  Viaje  del  Parnaso. 

A  la  pág.  509:  Opina  que  el  conocimiento  que  tenia  Nasarre  del  antiguo 
teatro  español  era  insignificante,  y  su  gusto  para  juzgarlo,  malo. 

A  la  pág.  516:  Aludiendo  al  hábito  de  San  Francisco,  cita  el  opuesto  criterio 
de  Milton  conforme  con  el  de  J.  de  Valdés  en  el  Diálogo  de  Mercurio  y  Carón. 


340  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

A  la  pág,  518:  Sobre  el  Buscapié,  se  refiere  al  Apéndice  D,  en  donde  Tick- 
nor  explana  sus  razones  para  juzgarlo  apócrifo. 

A  la  pág.  522:  Cita  á  Oviedo  y  otros  que  escribieron  contra  el  gusto  de  leer 
libros  de  caballerías. 

A  la  pág.  525:  Dice:  cmerece  quizás  ser  notado  que  Pope,  quien  en  su  Essay 
on  criticism,  pág.  267,  narra  una  historia  de  Don  Quijote,  no  la  tomó  de  Cer- 
vantes, sino  del  arreglo  que  de  la  obra  de  Avellaneda  hizo  Lesage,  (libro  III, 
cap.  XXEX).  Por  esto  hay  personas,  que  conocen  bastante  á  Cervantes,  y  no  le 
recuerdan  en  este  pasaje;  y  es  porque  están  creídas  que  está  tomado  de  su  Qui- 
tote. » 

A  la  pág.  530:  Dice:  «Cleraencín  cree  que  el  discurso  de  D.  Q.  sobre  las  ar- 
mas y  las  letras  pudo  tener  fundamento  en  una  obra  que  trata  del  mismo  asunto, 
impresa  en  latín  en  Valencia  el  año  1549.  Parece  inútil  buscar  una  fuente  es- 
pecial para  un  asunto  que  por  sí  mismo  se  ofrecía  en  general  á  un  español  de 
aquel  tiempo;  pero  si  la  cosa  valiese  la  pena  de  buscarlo,  lo  hallaríamos  mas  ve- 
rosímilmente en  la  dedicatoria  á  las  Flores  de  Séneca,  traducidas  por  Juan  Cor- 
dero {hvahtrts,  1555,  12.°) 

A  la  pág.  530:  «Salió  una  respuesta  á  la  Carta  en  castellano,  etc.,  de  Conde, 
bajo  el  título  de  Respuesta  á  la  Carta  en  castellano,  etc.,  por  D.  Juan  Francisco 
Pérez  de  Cacegas,  (Madrid,  1800,  18,  60  p.) 

Tomo  II 

A  la  pág.  214:  Dice:  csi  la  conjetura  de  Clemencín,  mencionada  en  la  pre- 
cedente observación  (i)  es  justa,  diría  yo,  que  Cervantes  quiso  ridiculizar  esta 
declaración  de  Alemán,  cuando  hace  decir  á  Don  Quijote  en  el  cap.  XVI,  par- 
te II,  de  su  historia:  atreinta  mtl  volúmenes  se  han  impreso,  etc.t 

A  la  pág.  545:  Añade  algün  detalle  á  los  que  ya  publicó  sobre  El  Buscapié. 

A  la  pág.  546:  Cita  al  Duque  de  Almodóvar,  quien  en  su  Década  epistolar 
(1781,  p.  181)  se  conduele  de  la  extravagante  hipótesis  explanada  por  Moren  y 
demás  Diccionarios  de  aquella  clase,  de  que  el  Quijote  es  una  sátira  contra  el 
Duque  de  Lerma. 

A  la  pág.  552:  Reseña  otras  nuevas  consideraciones  sobre  El  Buscapié. 

A  la  pág.  560:  Menciona  al  Apologista  universal. 

383. — Grand  Dictionnaire   Universel  du  XIX  siécle,  par  M.  Fierre  La- 
rousse.  —  París,  1866-78. 

Hay  en  esta  conocida  Enciclopedia  una  porción  de  citas  de  las  obras  de 
Cervantes;  se  podría  formar  con  ellas  una  sección  de  Alusiones  al  Quijote. 

Barataría  (l'lle  de). — Este  artículo  es  interesantísimo  y  fiel  extracto  de  los 
capítulos  del  Quijote  dedicados  al  gobierno  de  Sancho  Panza  en  la  ínsula,  y  en 
él  Larousse  pone  de  relieve,  con  molto  amore,  las  tres  fases  debajo  de  las  cuales 
se  manifestó  el  admirable  episodio,  como  le  llama  el  sabio  lexicógrafo;  si  bien, 
á  mi  entender,  es  más  que  episodio:  tanto  y  en  tal  manera  están  ligadas  esas 
páginas  de  Cervantes  no  sólo  á  la  acción  del  Ingenioso  hidalgo,  sino  también  á 
su  pensamiento  fimdamental.  El  artículo  de  Larousse,  coge  500  h'neas,  termina 
invocando  dos  citas  al  gobierno  de  Sancho  Panza.  La  i.*  es  de  Napoleón  I  que 


(1;     Ticknor  se  refiere  aquí   ala   especie,   apuntada  por  Clemencín,  de  que  Cervantei 
habló  con  desprecio  del  Gtizmán  de  Alfarache. 


Netas  y  comentarios  al  Quijote  241 

se  complacía — dice — en  leer  y  releer  ese  pasaje  del  Quijote,  y  cuando,  al  partir 
para  la  isla  de  Elba,  suspiraba  tristemente  por  no  haber  podido  obtener,  que, 
durante  su  destierro,  María  Luisa  brillase  como  soberana  en  Florencia,  dijo  á  su 
fiel  Caulaincourt:  « ...yo  hasta  habría  podido  ir  á  verla  y  cuando  se  hubiera  re- 

>  conocido  que  yo  habla  renunciado  al  mundo  y  que,  cual  otro  Sancho,  no 

>  pensaba  más  que  en  la  felicidad  de  mi  isla...  habría  hallado  la  dicha  de  que 
»  no  he  gozado,  aún  en  medio  de  todo  el  esplendor  de  mi  gloria. » 

La  2.'-  es  de  M.  A.  Achard,  quien  hablando  de  haberse  visto  obligado  M.  de 
Gaille-Fontaine  á  desempeñar  el  primer  cargo  municipal  d'Amboise  dice: 
«...  pronto  fué  el  mejor  de  los  maires  y  gobernó  la  commune  d'Amboise  como 
Sancho  Panza  su  isld  de  Barataria.t 

En  el  articulo  Cervantes,  después  de  la  biografía,  hay  una  extensa  análisis 
de  las  Comedias  y  una  sucinta  noticia  de  las  Novelas  y  del  Viaje  del  Parnaso. 
En  artículos  separados  se  analizan  La  Calatea,  con  el  arreglo  de  Florián,  y  el 
Persiks. 

Alusiones  al  Quijote: 

«Diderot  se  fit  le  Don  Quichotte  de  l'insurrection  philosophique.» 

César  Cantu. 

«Je  me  suis  fait  le  defenseur  acharné,  ou,  si  vous  l'aimez  mieux,  le  Don  Qui- 
chotte de  la  verité  historique.» 

Eduard  Fournier. 

«Pour  étre  loyal  et  franc  en  société,  il  faut  toujours  diré  la  verité,  mais  non 
pas  toute.  Ce  n'est  pas  de  la  disimulation  que  de  garder  en  soi-méme  des  choses 
qui  pouvaient  faire  de  la  peine  k  quelqu'un;  c'est  de  la  politesse;  car  rien  ne 
vous  oblige  á  vous  ériger  en  Don  Quichotte  pour  aller,  non  pas  á  coups  de  lance, 
mais  á  coups  de  langue,  redresser  les  torts  de  la  société.» 

Boitard. 

«Tout  le  clergé  lisait  VAnnée  littéraire  et  l'encourageait  par  des  abonnements 
multipliés,  parce  que  Fréron,  pour  faire  sa  cour  á  M.  le  Dauphin,  avait  pris  de- 
puis  quelques  années  le  ton  capucin,  et  s'était  declaré  le  Don  Quichotte  de  la 
religión,  de  ses  ministres  et  de  leurs  suppóts.> 

Hatin. 

«C'est  á  notre  siécle  qu'était  reservé  l'honneur  de  fournir  le  dernier  Don 
Quichotte  de  cette  cause  perdue.» 

Lanfrey. 


384: — Les  Précurseurs  de  Don  Quichotte. 

Articulo  del  Conde  de  Puymagre  en  el  ntiraero  del  25  de  Octubre  de  1869 
de  Le  Correspondant. 

Es  la  relación  del  paso  honroso  de  Suero  de  Quiñones  realzada  con  observa- 
ciones criticas  para  demostrar  que  las  extravagantes  heroicidades  de  Suero  y 
sus  compañeros  se  amoldan  perfectamente  á  las  ideas  caballerescas  de  Don 
Quijote,  y  debieron  de  ser  parte  para  exaltar  la  fantasía  del  manchego  caballero, 
quien  en  su  discusión  con  el  canónigo  no  se  olvida  de  mentar  aquella  hazaña. 

Tomo  11  31 


242  Ñutas  y  comenlarios  al  Quijote 

385.-28  Juin  1870.  La  Gazeiie  de  Frunce. 

Articulo  de  Víctor  Fournel  elogiando  y  analizando  la  ilustración  de  Doré  al 
Quijote.  Hallo  efxagerados  los  elogios  en  cuanto  á  decir  que  hay  verdad  en  los 
trajes,  y  sabor  local,  cuando  precisamente  en  estas  láminas  de  Doré  faltan  ara- 
bas cualidades.  Reconoce,  empero,  el  critico  que  «el  defecto  de  la  obra  está  en 
un  derroche  de  abundancia  que  toca  en  la  proligidad,  y  acaba  por  debilitar  el 
interés.  El  fecundo  lápiz  multiplica  sus  agradables  sorpresas  en  cada  página  del 
libro,  pero  en  ligeros  fulgores  demasiado  numerosos  para  ser  duraderos,  y  en 
impresiones  demasiado  variables  para  ser  profundas». 

386. — 18  Janvier  \^'jo.  Journal  officiel  de  TEmpire  frangais.  «Michel 
Cervantes.'-» 

Importante  artículo  de  M.  Octave  Lacroix  en  que  analiza  y  elogia  merecida- 
mente el  libro  de  M.  Emile  Charles,  Michel  CervanÜs,  sa  vie,  son  temps,  etc.,  en 
pro  del  cual  merecen  ser  transcritas  las  siguientes  frases:  «Ce  livre,  durera,  je 
n'en  doute  pas,  comme  l'indispensable  commentaire  de  la  vie  de  Cervantes  et 
de  ses  oeuvres  immortelles.» 

387. — Les  Mystéres  de  Vécriture;  art  de  juger  les  hontmes  sur  leurs  att- 
tographes^  par  A.  Besbarrolles  et  J.  Hippolyte .  —  París.  —  Gar- 
nier.,  18  y  2. 

Hallo  en  esta  curiosa  obra  las  siguientes  frases:  «El  ilustre  Cervantes  tiene 
un  carácter  de  letra  magistral.  ¡Cuánta  imaginación  y  movimiento  en  su  incom- 
parable rúbrical  Parece  como  si  en  ella  viésemos  á  Don  Quijote  lanzado  á  una 
gran  distancia  por  las  aspas  de  los  molinos  de  viento.  Las  letras  sin  trabazón 
indican  potencia  de  intuición  y  sentido  de  observación.  Al  ver  las  mayúsculas 
desplegadas  con  amplitud,  decimos:  ¡Qué  fuerza!  |Es  un  hércules!  Este  mismo 
capricho  de  cortar  en  dos  la  g  minúscula  que  va  á  ligarse  inarmónicamente  con 
la  letra  siguiente,  revela  la  energía,  la  viveza,  la  jocosidad  que  encanta,  atrae  y 
seduce.» 

388. — ^J.  J.  Puttman,  Cervantes  Don  Quijote.,  1873,  Utrecht, 

En  8.°  mayor,  de  30  págs. 

Inserta  la  traducción  holandesa  del  prólogo  de  la  parte  I  del  Quijote.  ' 

389. — La  Bibliothéque  de  Don  Quichotte. 

Articulo  del  Conde  de  Puymaigre  en  Le  Correspondant  de  10  de  Noviem- 
bre de  1873. 

Es  propiamente  un  comentario  al  capitulo  VI  del  Quijote  (Parte  I),  y  en  él 
pasa  el  autor  revista  á  los  libros  que  fueron  objeto  del  donoso  escrutinio,  acom- 
pañando noticias  criticas,  literarias  y  bibliográficas.  Las  referentes  al  Amadis  de 
Gaula  están  tomadas  de  Baret. 

Juzga  irónicos  los  elogios  del  cura  á  Tirante  el  Blanco,  pero  cree  que  Cer- 


Notas  y  comentarios  al  Quijote  243 

vantes  ha  querido  significar  un  cierto  aprecio  por  este  libro  en  cuanto  era  una 
reacción  contra  el  amor  idealizado,  contra  algunas  ideas  caballerescas.  «Diríase 
que  Cervantes  adivinó  una  ironía  que  le  divirtió.  > 

En  el  Polybiblion  de  Enero  de  1874  (Revue  bibliographique  univer selle  (Pa- 
rís, 7'  année,  t.  11'),  hay,  sobre  este  articulo,  una  nota  que  no  debe  de  estar  es- 
crita en  serio:  «nuestro  colaborador  M.  de  Puymaigre  ha  publicado  en  Le  Cor- 
respondant,  un  apuntamiento  referente  á  los  libros  de  caballería  que  había  re- 
unido el  inmortal  caballero  de  la  Mancha,  libros  que  tendrían  hoy  gran  valor,  y 
que  fueron  desapiadadamente  entregados  á  las  Uamasl»  Y  luego,  viene  esta  no- 
ticia: '¡.El  Bulletin  du  Bibliophile,  editado  por  el  librero  Téchéner,  había  pu- 
blicado, hace  algunos  años,  un  trabajo  sobre  el  mismo  asunto,  que  parece  no 
conoció  M.  de  Puymaigre.  ;> 

390. — Miguel  de  Cervantes  of  Alcalá  de  Henares,  and  Cario  Emmanuele 
of  Savoy  and  his  Ass-colts  (pollinos). 

Artículo  de  Mr.  H.  Randon  Brown  en  los  núms.  2,372  y  2,373  de  la  Revista 
londinense  The  Athenosum  correspondiente  á  los  días  12  y  19  de  Abril  de  1873. 

Cuenta  Mr.  Brown  que  Carlos  Emmanuel  de  Saboya  deseando  que  sus  hijos 
sucediesen  en  la  corona  de  España  (porque  hasta  entonces  Felipe  III  no  tenía 
sucesión),  envió  á  la  corte  á  los  tres  mayores,  que  fueron  tratados  con  desdeñosa 
insolencia  por  el  duque  de  Lerma;  que  Cervantes,  cuyo  generoso  corazón  no 
podía  sufrir  el  cruel  tratamiento  dado  á  los  tres  príncipes  saboyanos,  lo  ridicu- 
lizó en  la  promesa  y  letra  de  cambio  que  Don  Quijote  (Lerma),  da  á  Sancho 
(secretario  del  duque),  para  que  la  sobrina  le  entregue  tres  de  los  cinco  pollinos 
(los  hijos  del  de  Saboya  eran  cinco),  que  guardaba,  y  que  la  fecha  de  la  libran- 
za, 22  ó  27  de  Agosto,  debe  coincidir  con  algún  acontecimiento  de  la  cawanVAz 
de  palacio. 

Dice  Mr.  Brown  que  en  la  aventura  del  muchacho  Andrés,  Don  Quijote  es 
el  duque  de  Lerma;  que  Andrés  es  Carlos  Emmanuel  de  Saboya,  y  Haldudo 
Enrique  IV  de  Francia,  porque  le  venció  y  conquistó  parte  del  ducado  de  Sa- 
boya. 

Pretende  el  literato  inglés  que  D.  Pedro  Franqueza,  secretario  de  Felipe  III 
y  antes  del  duque  de  Lerma,  es  la  persona  inmortalizada  por  Cervantes  bajo  el 
nombre  de  Sancho  Panza;  que  el  rey  encargó  al  duque,  á  Franqueza  y  á  uno  de 
sus  colegas,  describir  la  relación  de  las  fiestas  de  Valladolid,  y,  por  tanto,  que 
á  ellos,  y  no  á  Cervantes,  alude  Góngora  cuando  dijo: 

Mandáronse  escribir  estas  liazaCas 

A  Don  Quijote,  á  Sancho  y  su  jumento. 

Cuenta  también  Brown  que  el  infante  de  Saboya  dio  una  justa  de  armas,  en 
la  cual  tomó  por  divisa  una  serpiente  de  agua,  ó  hidra,  y  por  esto  y  á  esto  alude 
Cervantes  cuando  Don  Quijote  dice  á  Sancho  que  antes  de  servir  á  un  rey  se 
ha  de  acreditar,  para  que  le  conozcan  al  entrar  en  la  ciudad  y  digan:  «este  es  el 
caballero  del  Sol  ó  de  la  Sierpe.» 

Dice  que  una  querida  del  duque  de  Lerma,  que  era  aya  de  la  reina  y  con  la 
cual  riñó  después  el  duque,  es  Dulcinea  (i). 

Añade  que  en  la  lucha  del  cabrero  con  Don  Quijote  alude  Cervantes  al 


(i)     Mal  se  compagina  esta  suposición  con  la  constancia  del  amor  de  Don  Quijote. 


244  Notas  y  comentarios  al  Quijoie 

torneo  en  que  el  saboyano  fué  vencedor,  pues  el  cabrero  es  el  de  Saboya  y  Don 
Quijote  el  de  Lerma.  Por  esto  excusa  la  nota  de  bárbara  que  algún  comentarista 
da  á  esta  escena,  porque  la  imaginó  Cervantes  para  ridiculizar  al  ministro  de 
Felipe  III. 

Cuenta  que  el  Quijote  abunda  en  alusiones  hacia  la  reina  Isabel  de  Inglate- 
rra (representada  por  el  tipo  de  una  dueña),  y  su  reinado. 

Dice  que  Avellaneda  es  Gaspar  Schoppe,  the  creature  and  pensioner  of  the 
Duke  of  Lerma,  y  que  John  Uigby  dio  pruebas  de  indignación  contra  el  falso 
Don  Quijote.  Con  Digby  estaba  de  secretario  James  Mabbe  que  tradujo  las 
Novelas  de  Cervantes  y  las  publicó  en  Londres  el  afio  1640  bajo  el  seudónimo 
de  Don  Diego  Puede-ser.  (Parece  que  Mabbe  ó  Brook  dieron  á  luz  un  libro  ti- 
tulado: Criticisms  on  the  Rolliad^ 

Dice  que  las  intrigas  y  aspiraciones  de  Saboya,  cuando  se  bautizó  al  recién 
nacido  fielipe  IV,  fueron  aludidas  por  Cervantes,  en  la  canción  de  La  Gita- 
nilla  : 

Esta  perla  que  nos  diste 


Qué  de  máquinas  que  rompel 
Qué  de  designios  que  cortal 


Y  termina  Mr.  Brown  diciendo  que  «el  so/o  objeto  del  Quijote  fué  ridiculi- 
zar abusos  políticos  y  los  errores  de  uno  de  los  principales  hombres  de  Estado, 
corrigiendo  una  y  otra  cosa». 

Afirmación  á  todas  luces  absurda  y  ridicula. 

391. — The  Encyclopaedia  Britannica,  a  Dictionary  of  Arts,  Sciences,  and 
general  Literatura. — Ninth  edition.  —  Edinburgh:  Adamand  Char- 
les Black,  MDCCCLXXV-MDCCCLXXXVIII. 

Veinticuatro  tomos  y  otro  para  el  índice  general. 

En  el  tomo  V,  impreso  en  1876,  el  artículo  Cervantes  ocupa  desde  la  pá- 
gina 347  á  la  356,  y  está  firmado  H.  E.  W.  (Henry  Edward  Watts.) 

Comprende  una  extensa  biografía  del  autor  del  Quijote  y  varios  juicios  sobre 
Cervantes.  Muchas  de  las  apreciaciones  de  Mr.  Watts,  y  varios  de  sus  datos  y 
noticias  fueron  más  tarde  rectificadas  unas,  y  corregidas  otras  por  el  autor  en  la 
nueva  Vida  de  Cervantes,  que  acompaña  á  su  traducción  del  Quijote,  [197]. 

392. — Don  Quixote...  translated...  by  A.  James  Duffield...  —  London, 
1 88 1.  —  Published  by  C.  Kegan  Paul  &  Co. 

En  la  descripción  que  de  esta  versión  inglesa  hice  [I,  719],  di  cuenta  de  las 
notas  y  trabajos  bibliográficos  del  traductor. 


Z^Z.—Don  Quixote...  A  translation  byjohn  Ormsby... —  London,  1885. 

Lleva  varias  notas  y  comentarios  esta  traducción  inglesa  que  he  descrito  en 
el  tomo  I,  [726]. 


Ñolas  y  comentarios  al  Quijoie  245 

394. — The  Ingenious...  Don  Quixote...  vith  notes...  by  Henry  E.  Watts. 
—  London,  i? 


Las  notas  de  este  moderno  traductor  inglés  del  Quijote,  muestran  su  extensa 
erudición  y  el  cuidado  y  solicitud  con  que  ha  elaborado  el  comento.  Este  se  en- 
camina á  explicar  los  pasajes  difíciles  del  texto,  las  numerosas  referencias  á  los 
libros  y  poemas  caballerescos,  y  las  alusiones  á  los  personajes  históricos  y  suce- 
sos y  á  la  vida  y  costumbres  españolas  de  la  época.  Si  bien  en  esta  tarea,  afirma 
modestamente  Mr.  Watts,  que  ha  tomado  parte  de  Bowle,  Pellicer,  Clemencia 
y  otros,  es  tanto  lo  que  él  ha  añadido  y  tal  novedad  é  interés  ha  sabido  dar  al 
conjunto  que,  en  verdad,  el  comentario  es  original,  y  suyo  propio;  además,  y 
este  mérito  pocas  veces  se  encuentra  en  las  anotaciones  al  Quijote,  apenas  se 
hallará  una  de  sus  notas  que  pueda  llamarse  superflua. 

395. — The  life  of...  Cervantes.  A  biographical,  literary,   and  historical 
study...by  Jos.  Fitzmaurice- Kelly.  —  London,  1892. 

Aunque  he  descrito  ya  esta  obra,  [198],  debo  mencionarla  nuevamente,  por- 
que son  muchos  los  pasajes,  tanto  en  el  texto  como  en  las  notas,  que  ilustran  y 
comentan  las  producciones  de  Cervantes. 

Además  de  esta  importante  obra,  el  Sr.  Fitzmaurice-Kelly  ha  escrito  otros 
luminosos  trabajos  cervánticos,  y  nos  promete  publicar  en  breve  una  nueva  edi- 
ción del  Quijote  en  castellano,  compulsada  escrupulosamente  con  la  príncipe,  é 
ilustrada  con  notas  y  una  introducción. 

396. — Cervantes.  —  L'Espagnole-Anglaise.  —  París,  1895. 

En  8.0,  de  36  págs  ,  10  cent. 

Nouvelle  Bibliothlque populaire,  ntím.  470. 
(Rev.  crit.  de  hist.  y  lit.  Enero  de  i8g6.) 

397. — Eugenio  Melé.  — Un  plagio  de  Cervantes.  —  Trani,  1895. 
En  8.°,  10  págs. 

{Rev.  crit.  de  hist.  y  lit. — Madrid.,  Diciembre  de  i8g¿) 

398. — Temple  Bar,  Septiembre.  Fuentes  de  Don  Quijote. 
[Rev.  crit.  de  hist.  y  lit. — Madrid,  Diciembre  de  i8gs-) 

399.— Atlantic   Monthly.   Febrero,  1896.  •  -  DonQuijote  by  H.  D.  Seg- 
wick, 

{Rev.  crit.  de  hist.  y  lit.  Febrero  de  i8g6.) 

400. — On  the  trail   oí  Don  Quixote.  By  C.  A.  — Jaccaci.  Illustrated  by 
Daniel  Vierge.  (Lawrence  &  Bullen.)  —  1897. 


246  Notas  y  comentarios  al  Quijote 

Es  una  verdadera  lásrima  que  artista  y  autor,  en  lugar  de  hacer  juntos  la  ex- 
cursión, lo  hiciesen  en  afios  sucesivos;  por  tal  razón,  la  conexión  entre  los  ma- 
gistrales bosquejos  de  Vierge  y  el  texto  de  Mr.  Jaccaci,  es  muy  débil. 

El  autor  ha  tomado,  probablemente,  de  Mr.  Watts  el  infundado  concepto  de 
que  Cervantes  tenía  ojeriza  á  la  Inquisición  y  á  la  Iglesia.  Este  es  un  error  de 
los  protestantes. 

Mr.  Jaccaci  no  es  un  escritor  de  distinción,  y  sus  primeras  páginas  causan 
poco  efecto;  pero  cautivan  su  calurosa  simpatía  hacia  los  campesinos  españoles 
y  el  conocimiento  de  sus  hábitos. 


NOTAS  A  LAS  OBRAS  MENORES  DE  CERVANTES 


401.  -El Pastor  de  Filida  de  Luis  Galvez  de  Montalvo. — Madrid,  1582. 
En  8.0 

Se  menciona  y  elogia  repetidamente  al  culto  y  famoso  Tirsi,  corao  de  los 
clarísimos  ingenios  de  España. 

Además,  Espinel  en  una  canción  á  Pedro  Lainez  se  refiere  al  mismo  Tirsi 
en  estos  versos : 

Agora,  oh  Tirsi  amado, 

veo  tu  rostro  en  sangre  tinto, 

que  el  valor  extremado, 

la  gran  modestia,  y  natural  initinto, 

con  avariento  pecho, 

no  te  dejan  gozar  de  tu  derecha. 

En  ambas  composiciones  han  creído  muchos  que  se  aludía  á  Cervantes.  Fué 
el  primero  D.  J.  A.  Mayans  y  así  lo  afirma,  en  lo  que  se  refiere  á  la  alusión  de 
Montalvo,  en  su  erudito  prólogo  á  la  6."  edición  del  Pastor  de  Filida,  impresa 
en  Valencia  el  año  de  1792. 

Pero  el  Sr.  Mayans  se  equivocó;  y  Pellicer  (  í^í'düa  </¿  Cervantes,  pág.  116 
y  117),  ha  probado  cumplidamente  que  Tirsi  es  Francisco  de  Figueroa;  ci- 
tando entre  otros  datos  uno  irrecusable  que  nos  proporciona  el  mismo  Cervan- 
tes en  su  Calatea,  donde  señala  claramente  que  el  pastor  Tirsi  es  Figueroa.  Lo 
cual  se  confirma  observando,  como  lo  prueba  el  consonante,  que  en  el  liltimo 
verso  de  la  citada  canción  de  Espinel,  las  palabras  tu  derecha  deben  decir  tu  de- 
recho; y  Pellicer  demuestra  también  que  este  Tirsi  es  Figueroa,  quien  peleó  y 
fué  herido  en  Italia. 

De  varios  otros  pasajes  de  la  Filida  de  Montalvo  y  de  La  Calatea  de  Cer- 
vantes, se  deduce  claramente  que  Tirsi  es  Figueroa,  y  así  lo  hizo  patente  el 
Sr.  Mainez  en  su  articulo  Luis  Calvez  de  Montalvo,  {Crónica  de  los  cervantis- 
tas, tomo  I,  pág.  196,  año  de  1872.) 

Por  tales  motivos  es  extraño  que  el  Sr.  Navarrete  en  su  Vida  de  Cervantes 
prohijara  la  creencia  de  Mayans. 

402. — D.  Francisco  Martínez  Marina. 

En  su  Ensayo  sobre  las  lenguas  y  especialmente  sobre  la  castellana  (tomo  4." 
de  Memorias  de  la  Peal  Academia  de  la  Historia,  siglo  xviii),  supone  que  Cer- 
vantes fué  uno  de  los  introductores  del  culteranismo,  latinizando  en  La  Cala- 
tea, y  usando  giros  y  estilos  inversos  y  obscuros  en  el  Persiles. 

403. — Notas  á  las  Novelas  exemplares,  á  la  Numancia  y  á  los  Entreme- 
ses de  Cervantes,  por  D.  Agustín  García  de  Arríela.  —  París,  1826. 

Van  al  fin  de  los  respectivos  tomos  de  obras  escogidas,  de  Cervantes. 


248  Notas  á  las  obras  menores  de  Cervantes 

404. — El  Criticón^  papel  volante  de  Literatura  y  Bellas  Artes,  por  don 
Bartolomé  José  Gallardo.  —  Madrid.  —  Imprenta  de  J.  Sancha,  calle 
de  la  Concepción  Gerójtima,  ^^35- 

Esta  curiosa  y  bien  escrita  Revista  literaria,  saUa  por  números  sueltos,  en  8." 
de  unas  50  págs.;  pero  llegada  la  publicación  al  núm.  5,  el  año  de  1836,  quedó 
interrumpida.  Muerto  ya  el  autor,  salió,  el  año  1859,  el  núm.  6,  con  esta  porta- 
da: El  Criticón,  papel  volante  de  Literatura  y  Bellas  Artes,  continuado  con  los 
materiales  que  para  él  mismo  tenía  preparados  D.  B.  /.  Gallardo. — Madrid. — 
Imprenta  de  /.  Martín  Alegría,  i8¿g.  Continuó  la  publicación  hasta  el  num.  8, 
inclusive,  en  cuya  última  página  pusieron  los  editores  la  siguiente  Advertencia: 

<  Entre  los  abundantes  materiales  que  tenemos  preparados  para  dar  á  luz  en 
esta  publicación  figuran:  Las  Coplas  de  las  comadres...  etc.,  y  otros  muchos  ar- 
tículos de  este  género  de  que  el  infatigable  Sr.  Gallardo  ha  dejado  copias  de  sa 
puño  y  letra.  > 

Pero  El  Criticón,  no  ha  pasado  del  núm.  8.  Tal  oferta  no  se  realizó  pues. 

En  el  núm.  i."  hay  el  interesantísimo  artículo  sobre  la  Tía  Fingida,  de  que 
he  dado  circunstanciada  cuenta  al  describir  la  edición  de  las  Novelas  ejempla- 
res de  Barcelona,  año  de  1831-32,  [I,  269I. 

405. — Buenaventura  Carlos  Aribau.  Novelistas  anteriores  áCerv.,  t.  III 
de  la  Bib.  auts.  esp.  —  Año  de  1847. 

«La  historia  de  Los  amores  de  Clareo  y  Florisea.,  es  producción  notable  por 
más  de  un  concepto...  Si  no  nos  engañamos  allí  está  el  embrión  de  los  Trabajos 
de  Persiles  y  Sigismunda;  en  ellos,  por  lo  menos,  hay  tanta  semejanza,  que  si  no 
son  imitaciones  parecen  reminiscencias.» 

406. — «Notas  biográficas  acerca  de  los  poetas  elogiados  por  Cervantes 
en  el  Canto  de  Calíope,  recogidas  por  D.  Cayetano  A.  de  la  Barre- 
ra.» T.  II  de  Obras  completas  de  Cervantes.  —  Madrid.  —  Rivade- 
neyra,  i8ój;  que  contiene  los  libros  V  y  VI  de  Z^  Calatea. 

Son  muy  eruditas  y  apreciables. 

407. — Notas  á  las  Novelas  ejemplares ,  por  D.  Cayetano  Rosell. 

Tomos  VII  y  VIII  de  Obras  completas  de  Cervantes,  Rivadeneyra,  Madrid, 
1864.  Como  Apéndice  al  primero  de  estos  dos  tomos  hay  unas  eruditísimas  con- 
jeturas para  formar  la  verdadera  cronología  de  las  Novelas.  Según  ellas,  Cer- 
vantes, compuso  la  mayor  parte  de  sus  Novelas  en  el  período  transcurrido  desde 
1606  á  1612. 

La  Gitamlla,  el  año  1610. 

El  Amante  Liberal,  hacia  la  época  en  que  escribió  El  Cautivo. 

Rinconete  y  Cortadillo,  es  anterior  á  1605. 

El  Licenciado  Vidriera,  poco  después  de  1606. 

El  Celoso  ExtremeHo,  antes  de  1605. 

La  Fuerza  de  la  Sangre,  después  de  1606. 


Notas  á  las  obras  menores  de  Cervantes  a^ 

Y  respecto  á  La  Española  Inglesa,  se  copian  en  este  Apéndice  unas  ingenio- 
sas observaciones  del  Sr.  Asensio  que  permiten  fijar  el  desenlace  de  esta  novela 
en  Marzo  de  1606. 

Continuando  el  Sr.  Rosell  su  ensayo  de  cronología  en  la  Advertencia  que  va 
al  frente  del  tomo  VIII,  dice  que  La  Tía  fingida  debe  de  ser  coetánea  del  Celoso 
Extremeño,  y  demás  comprendidas  en  el  m.  s.  del  Ldo.  Porras,  y  por  consi- 
guiente, anterior  á  1605;  que  La  Ilustre  Fregona  es  presumible  estuviese  es- 
crita antes  de  terminar  el  siglo  xvi;  y  que  respecto  á  las  demás  novelas  no  es 
posible  determinar  con  exactitud  la  época  en  que  lo  fueron. 

En  mi  humilde  opinión,  muchas  de  las  Novelas  ejemplares  fueron  escritas,  ó 
cuando  menos  bosquejadas,  antes  del  año  1600,  y  después  limadas  por  su  autor 
desde  1607  á  1610. 

408. — Notas  biográficas  acerca  de  los  poetas  elogiados  por  Cervantes  en 
el  Viaje  del  Parnaso,  recogidas  por  D.  Cayetano  A.  de  la  Barrera. 
^  Adiciones  á  las  notas  biográficas  relativas  al  Canto  de  Calíope. 

Interesantísimos  y  nuevos  trabajos  que  forman  el  Apéndice  primero  al  to- 
mo XII  de  Obras  completas  de  Cervantes,  Madrid,  Rivadeneyra,  1864. 

409. — Notas  á  las  nuevas  investigaciones  acerca  de...  Cervantes,  por 
D.  C.  A  de  la  Barrera...  —  Madrid,  1863,  [245]. 

Cuando  el  Sr.  La  Barrera  compuso  este  trabajo  creía  que  todos  los  ejempla- 
res de  la  edición  príncipe  del  Viaie  del  Parnaso  llevaban  el  Soneto  de  «El  Au- 
tor á  su  pluma»,  y  así,  con  razón  se  extrañaba  de  que  se  hubiese  suprimido  en 
las  ediciones  del  siglo  xviii,  inclusa  la  de  Sancha;  atribuyendo  la  omisión  y  el 
silencio  de  los  biógrafos  y  bibliógrafos,  al  tono  satírico  y  punzante  del  Soneto 
en  cuestión.  Mas,  en  la  nota  16  manifiesta  que,  habiendo  visto  otro  ejemplar  de 
la  primera  edición  del  Yiaje  sin  Soneto,  y  suponiendo  que  debe  de  haber  otros, 
queda  aclarado  el  silencio  guardado  por  los  biógrafos.  Cotejando  arabos  ejempla- 
res, halló  los  reclamos  que  he  explicado  en  la  parte  I  de  esta  Bibliografía  [309], 
al  describir  esta  edición.  Y  continúa  el  Sr.  Barrera,  así:  c Nos  indica  esto  que 
Cervantes,  ó  bien  hizo  tirar  desde  luego  ejemplares  con  el  soneto  y  sin  él,  ó 
bien,  variando  de  pensamiento  en  el  tiempo  que  duró  la  impresión,  mandó  que 
se  suprimiera  en  todos,  aunque  no  logrando  impedir  que  se  conservasen  y  divul- 
gasen algunos  de  los  primitivos.» 

<E1  Quijote  del  encubierto  Avellaneda...  Si  hubiese  precedido,  aunque,  poco, 
su  publicación  á  la  del  Viaje,  de  seguro  Cervantes  hubiera  hablado  oportuna- 
mente del  falso  Quijote,  y  del  aragonés  su  autor.» 

410. — Nuevos  documentos  para  ¡lustrar  la  Vida  de  Cervantes...  por  don 
José  María  Asensio  y  Toledo.  —  Sevilla,  1864. 

Uno  de  los  Apéndices  de  esta  importante  obra  es  un  artículo  sobre  La  Espa- 
ñola Inglesa. 

Rebatiendo  la  opinión  de  D.  Juan  Antonio  Pellicer  que  colocaba  el  desen- 
lace de  Za  Española  Inglesa  en  161 1,  examina  los  datos  que  la  misma  novela 

Tomo  II  32 


250  Notas  á  las  obras  menores  de  Cervantes 

facilita,  y  opina  que  dicho  desenlace  tiene  lugar  en  1606,  cuando  era  Arzobispo 
de  Sevilla  D.  Femando  Niño  de  Guevara. 

«Pero  aun  queda,  —  dice  el  Sr.  Asensio, — otro  punto  más  obscuro  é  intrin- 
cado. ¿Esta  novela  La  Española  Inglesa,  tiene  por  base  algún  suceso  verdadero? 
Yo  no  me  atreveré  á  decir  por  hoy  nada  acerca  de  esto.  Solamente  haré  notar 
las  analogías  que  se  encuentran  entre  los  sucesos  de  la  Novela  y  otros  de  la  exis- 
tencia de  su  autor.» 

Entre  ellas  hay  la  novelesca  suposición  de  que  «D."  Isabel  y  su  madre  vinie- 
ron probablemente  de  Portugal»,  apuntada  ya  por  Navarrete,  pero  desvanecida 
hoy  completamente.  Concluye  el  Sr.  Asensio  con  otra  noticia  que  da  Madoz, 
(Diccionario  geográfico  de  España,  tomo  XIV),  y  que  también  puede  concep- 
tuarse como  novela;  «á  la  mencionada  torre  de  la  Iglesia  de  San  Marcos,  subía 
á  menudo  Cervantes,  cuando  vivió  en  Sevilla,  en  la  humilde  condición  de  sol- 
dado, con  objeto  de  ver  la  cercana  casa  de  Isabela,  donde  moraba  la  mujer  que 
más  amó  y. 

411. — Tres  Calateas.  —  Trabajo  de  D.  Ramón  L.  Maínez,  en  la  Crónica 
de  los  Cervantistas^  12  Diciembre  de  1871.  —  Cádiz. 

Con  copia  de  eruditos  datos,  y  robusteciendo  sus  apreciaciones  críticas  con 
los  juicios  de  varios  literatos  españoles  y  extranjeros,  examina  el  Sr.  Mainez  las 
dos  imitaciones  de  La  Galaica  de  Cervantes,  escrita  la  una  por  M.  Florián  y  la 
otra  por  D.  Cándido  Mana  Trigueros,  y  demuestra  cuan  inferiores  son  á  su  ori- 
ginal. 

412. — Una  nota  bibliográfica  al  Canto  de  Calíope.  —  Bartolomé  Cai- 
rasco  de  Figueroa.  —  Art.  de  D.  R.  León  Mainez. 

{Crónica  de  los  Cervantistas,  28  Enero  1873. — Cádiz.) 
Erudito  trabajo  biográfico  crítico  acerca  del  poeta  Cairasco  alabado  por 
Cervantes  en  La  Calatea.  El  Sr.  Mainez,  después  de  patentizar,  con  ejemplos, 
el  mérito  que  atesoran  las  composiciones  poéticas  del  canónigo  de  la  Gran  Ca- 
naria, observa  que  no  es  él,  como  se  ha  creído  generalmente,  el  inventor  de  las 
poesías  con  esdrújulos,  puesto  que  ya  se  hallan  composiciones  de  esta  clase  en 
la  Diana  de  Montemayor.  «Cairasco  de  Figueroa  nació  en  1540;  cuando  se  es- 
tampó la  Diana  era  casi  un  niño.» 

413. — Una  nota  bibliográfica  al  Canto  de  Calíope.  —  Luis  Calvez  de 
Montalvo.  —  Art.  de  D.  R.  León  Mainez. 

Crónica  de  los  Cervantistas,  31  de  Octubre  de  1872. 
Descripción  crítica  de  El  Pastor  de  Félida,  con  atinados  juicios  y  noticias 
biográficas  de  su  autor. 

414. — Mais  noticias  Cervánticas. 

Carta  del  literato  portugués  Carlos  Barroso,  dirigida  desde  Lisboa  al  señor 
Mainez,  é  inserta  en  el  t.  I,  pág.  166,  de  la  Crónica  de  los  Cervantistas.,  año 
de  1872. 


Notas  á  las  obras  menores  de  Cervantes  2Sl 

En  esta  eruditísima  carta  literaria,  da  el  Sr.  Barroso  varias  noticias  cervánti- 
cas, y  termina  enumerando  por  orden  alfabético  los  71  nombres  de  pastores  y 
pastoras  que  ha  hallado  figurando  en  La  Calatea  de  Cervantes.  El  primer  nom- 
bre de  la  lista  es  Arsindo,  y  el  último  Teodelinda. 

415. — Una  alusión  de  Cervantes. 

(Crónica  de  ios  Cervantistas,  año  II,  pág.  78,  1873.) 

Artículo  de  D.  Enrique  José  de  Varona,  en  el  cual  opina  que  Cervantes  alu- 
dió i.  D.  Manuel  Esteban  de  Villegas  en  el  siguiente  terceto  del  Viaje  del  Par- 
naso: 

Es  un  cierto  rapaz  que  á  Ganimedes 
Quiere  imitar,  vistiéndose  á  lo  godo, 
Y  así  aconsejo  que  sin  él  te  quedes. 

416. — Debe  pronunciarse  Persíles. 

Carta  de  D.  J.  E.  Hartzenbusch  inserta  en  la  Crónica  de  los  Cervantistas  de 
28  de  Enero  de  1873. 

El  eminente  literato  nos  presenta  dos  pruebas  decisivas  de  la  pronunciación 
de  Fersiles.  ha  i."  y  la  más  importante  es  la  propia  autoridad  de  Cervantes 
quien  en  el  Viaje  del  Parnaso  lo  pone  como  consonante  de  fregoniles  y  sotiles. 
Y  la  2.^  es  la  de  Francisco  de  Rojas  en  su  comedia  Per  siles  y  Segismundo,  don- 
de Persiles  aparece  consonante  de  civiles,  y  además  en  el  cuerpo  de  la  pieza  se 
usa  repetidas  veces  de  tal  manera,  que  forzosamente  se  ha  de  pronunciar  llana 
y  no  esdrújula  como  modernamente  se  hacía. 

Gracias,  pues,  al  Sr.  Hartzenbusch,  queda  fijada  la  pronunciación  de  Per- 
siles. 

417. — Una  alegoría  de  Cervantes. 

Artículo  en  la  Crónica  de  los  Cervantistas,  de  23  Abril  de  1873.  En  esta  ex- 
celente disertación,  su  autor  D.  Enrique  J.  de  Varona  sostiene  con  muy  buen 
criterio  que  «la  prolija  hipótesis  de  la  galera  en  que  Mercurio  aportó  á  las  pla- 
yas de  España  ( Viaje  del  Parnaso),  fué,  para  los  aficionados  del  siglo  xvii,  des- 
cripción digna  de  ser  releída,  y  que  confirmaría  á  Cervantes  en  la  fama  de 
ingenioso  y  de  raro  inventor*,  por  ser  una  curiosa  alegoría  al  igual  de  otras  del 
mismo  género  y  de  la  misma  época  que  describe  el  distinguido  cervantista. 
Continuando  su  comentario  en  la  misma  Crónica  del  19  Septiembre  de  1875, 
dice  el  Sr.  Varona  que  en  esa  descripción  «moteja  Cervantes  chiticallando  las 
rimas  licenciosas,  las  seguidillas  disparatadas,  etc.,  y  también  se  burla  del  flujo 
de  glosar  el  viejo  romance  de  la  Bella  malmaridada,  de  que  se  había  abusado 
en  su  época». 

418. — Pagés  (D.  Narciso).  —  Una  Quixoiada  de  Cervantes  y  la  inspira- 
ción del  Quixote. 

(Ilustración  Española  y  Americana.,  afio  1876,  núms.  XV  y  XVI.) 

Opina  que  Palamós  es  el  puerto  adonde  llegaron  Silesio  y  Timbrio...  deduce 


2g2  Notas  á  las  obras  meoores  de  Cervantes 

de  ello  que  Cervantes  debió  de  visitarlo  y  conocerlo  en  su  viaje  con  el  cardenal 
Aquaviva  en  1569,  y  que  Silesio  representa  un  hecho  real  de  la  vida  de  Cervan- 
tes en  su  heroica  aventura  de  salvar  á  Timbrio.  Esa  quijotada  de  Falamós,  como 
la  llama  el  Sr.  Pagés,  no  pasa  de  ser  una  ingeniosa,  pero  muy  aventurada  é  in- 
fundada conjetura. 

419. — La  Galaica  de  Cervantes  y  la  Novela  pastoril. 

Detallado  trabajo  del  Sr.  D.  R.  L.  Mainez  (en  la  Crónica  de  los  Cervaníts- 
tas,  dia  15  Marzo  de  1876),  quien  se  esfuerza  en  demostrar  que  las  opiniones 
que  de  Za  Galaíea  han  formado  diferentes  escritores,  son  erróneas;  que  esta 
obra  de  Cervantes  merece  completos  elogios  y  llena  las  condiciones  de  una 
acabada  novela  pastoril,  y  que  las  más  afamadas  pastorales  españolas  son  infe- 
riores i.  La  Galatea. 

420. — Escuela  del  matrimonio  ó  espíritu  de  la  Novela  El  Ctirioso  Imper- 
tinente. 

Trabajo  de  D.  N.  D.  de  Benjumea  en  El  Arte,  periódico  literario  de  Sevilla, 
del  día  17  de  Marzo  de  1878. 

421. — La  elección  de  los  Alcaldes  de  Daganzo. 

Trabajo  de  D.  B.  G.  A.  en  La  Cuna,  de  Cervantes,  dia  9  de  Octubre 
de  1879. 

«El  asunto  nada  deja  que  desear  y  como  pintado  por  la  pluma  de  Cervantes 
es  un  verdadero  cuadro  de  costumbres  del  siglo  xvi;  en  él,  y  sea  dicho  de  paso, 
aparecen  los  amaños,  las  intrigas  y  los  enredos  que  en  nuestros  dias  se  suelen 
poner  en  juego  para  obtener  el  triunfo  electoral  y  empuñar  la  envidiada  vara 
de  la  justicia....»  «¿qué  causa  impulsaría  á  Cervantes  para  fijar  la  escena  de  su 
chistoso  entremés  en  el  pueblo  de  Daganzo?  No  me  figuro  que  Cervantes  tuviese 
intención  determinada,  ni  menos  oculta,  al  hacerlo...  y  creo  que  se  fijaría  en  él 
por  haber  presenciado  algunas  de  las  escenas  que  describe  ó  tenido  noticias  de 
ellas,  por  hallarse  tan  cercano  el  pueblo  de  Daganzo  á  su  patria  Alcalá  de  He- 
nares.» 


422. — La  Galatea  y  las  Ninfas  y  Pastores  de  Henares. 

El  Sr.  D.  José  M.  Asensio,  autor  de  este  estudio,  inédito,  lo  comunicó  en 
Enero  de  1896  á  D.  Elias  Zerolo,  quien  lo  transcribe  en  un  curioso  trabajo 
acerca  de  Cairasco  de  Figueroa,  del  cual  dije  ya  algo  [344]. 

No  será  nuevo  para  los  cervantistas  el  decir  que  el  estudio  del  Sr.  Asensio 
es  interesante  y  bellísimo. 

Empieza  cotejando  los  títulos  de  las  dos  citadas  novelas  pastoriles  de  Cer- 
vantes y  Bobadilla,  y  por  su  semejanza  y  estar  impresos  ambos  libros  en  la 
misma  ciudad  é  imprenta,  «puede — dice — cualquier  lector  sospechar  algún  en- 
lace entre  una  y  otra  obra,  y  entrar  en  deseo  de  buscar  relación  entre  ambas 
novelas  pastoriles,  creyendo  que  también  la  hubo  entre  sus  autores,  y  aun  quizá 


Notas  á  las  obras  menores  de  Cervantes  25  j 

que  la  una  dio  ocasión  á  la  otra».  «Los  sucesos  aludidos  ó  pintados  en  La  Ca- 
latea parece  dieron  causa  á  que  se  relatasen  otros  de  Pastores  de  Henares  para 
completar  las  historias.»  ...  «Bobadilla  jamás  vio  los  términos  de  Alcalá.»  ...  «So- 
lamente le  impulsó  á  escribir  el  haber  oído  á  un  su  compañero  en  las  aulas  sal- 
manticenses, natural  de  la  famosa  Compluto,  tantos  loores  de  su  río,  tan  mara- 
villosos cuentos  de  la  tierra,  y  tantas  alabanzas  de  la  hermosura  de  sus  damas. » 
«Ahora  bien:  ese  compañero  de  la.  famosa  Compluto  natural,  ¿pudiera  ser  Cer- 
vantes? ...  ¿Se  encontrará  en  La  Calatea  algtin  suceso  verdadero,  más  ó  menos 
disfrazado,  que  pudiera  lastimar  al  mismo  Bobadilla  ó  á  alguna  dama  ó  caba- 
llero de  su  intimidad?  Y  en  este  caso,  suponiendo  que  entre  los  numerosísimos 
interlocutores  que  aparecen  en  las  Ninfas  y  Pastores  de  Henares  debe  encon- 
trarse Cervantes,  que  dio  motivo  á  la  obra,  ¿cuál  de  aquéllos  puede  referirse  al 
autor  de  La  Calatea?-»  ...  «pero  si  aquella  fábula  pastoril  no  se  escribió  para 
el  complemento  ó  en  desquite  de  ésta,  es  lo  cierto  que  la  buena  amistad  de  los 
autores,  por  causas  desconocidas,  se  interrumpió  y  perturbó  años  adelante. » 

Cita  luego  el  Sr.  Asensio  los  dos  pasajes  en  que  Cervantes  habla  de  la  no- 
vela de  Bobadilla;  el  uno  en  el  capítulo  VI  del  Quijote,  y  el  otro  en  el  Viaje 
del  Parnaso. 

423. — Revista  Técnica  de  Infantería  y  Caballería,  i."  Enero  de  1896. 
—  «Miguel  de  Cervantes."  Vida  militar  en  el  siglo  xvi.  "El  viaje  de 
Rodaja." 

{üev.  crít.  de  hist.y  lit.  Enero  de  1896.) 

424. — Nuevos  documentos  cervantinos  hallados,  por  D.  Cristóbal  Pérez 
Pastor. — Año  de  1897. 

Después  de  publicado  su  importantísimo  libro  [202],  el  Sr.  Pérez  Pastor  ha 
encontrado  algunos  documentos,  entre  los  cuales  figura  el  contrato  de  venta  de 
La  Calatea. 

Cervantes  cedió  el  privilegio  para  imprimir  La  Calatea  al  mercader  de 
libros  Blas  de  Robles,  por  la  suma  de  1,336  reales. 


425. — Persiles  and  Sigismunda.  —  London,  1854. 

En  8.0 

Notas  de  la  traductora  L.  D.  Stanley  [I,  1015]. 

426. — Le  voyage  au  Parnasse,  trad.  par  M.  Guardia.  —  París,  1864. 
Notas  [I,  987]. 

427. — Reis  naar  den  Parnassus.  —  Utrecht,  1872. 
Notas  del  traductor  J.  Putman  [I,  990]. 


2J4  Notas  á  las  obras  menores  de  Cervantes 

428.— Cervantes  en  zijn  Reis  naarden  Parnassus. 

Artículo  en  la  Revista  de  Leiden  titulado  De  Katholiek,  de  Abril  1873,  en 
el  cual  Mr.  J.  Putman,  contestando  á  un  artículo  de  Mr.  M.  publicado  en  Agosto 
pasado  con  motivo  de  su  traducción  del  Viaje  del  Parnaso,  emite  varias  obser- 
vaciones acerca  de  la  excelencia  del  poemita;  da  algunas  noticias  biográficas  y 
traduce  algunos  trozos  de  la  cAdjunta  al  Parnaso». 

429. — The  Life  of  Cervantes...   by  J.  Fitzmauríce- Kelly.  —  London, 
1892,  [197]. 

Como  Apéndice  al  capítulo  IV  y,  ocupando  19  páginas,  hay  unas  <  Notas 
biográficas  de  los  poetas  mencionados  en  el  Canto  de  Calíope». 

Además  de  las  noticias  biográficas  de  cada  poeta,  añade  el  autor  muchos  y 
curiosos  datos  bibliográficos  y  literarios  acerca  de  sus  obras. 

Hállanse  en  los  diversos  capítulos  de  esta  obra,  diversas  anotaciones  é  ilus- 
traciones concernientes  á  «La  Calatea»,  á  las  «Novelas  ejemplares»,  al  «Viaje 
del  Parnaso»,  al  «Persiles»  y  al  «Teatro»  de  Cervantes. 

430. — A  note  on  El  Licenciado  Vidriera,   by  Mr.  Fitzmaurice-Kelly, 
1897. 

Al  describir  una  desconocida  traducción  latina  de  «  El  Licenciado  Vidrie- 
ra» [I,  986],  dije  ya  que  se  habla  hallado  en  una  de  las  obras  que  dejó  escritas 
su  traductor  Gaspar  Ens,  publicista  alemán  que  ñoreció  hacia  últimos  del 
siglo  XVI  y  principios  del  xvii  (i).  Recientemente,  el  benemérito  cervantista 
inglés  Mr.  Fitzmaurice-Kelly  ha  reimpreso  la  versión  de  Ens,  enriqueciéndola 
con  una  eruditísima  Introducción  crítico-bibliográfica,  y  á  su  fineza  debo  un 
ejemplar  de  su  hermoso  trabajo.  He  aquí  la  descripción: 

«Gaspar  Ens. — Phantasio — Cratuminos  sive  Homo  Vitreus,  Re-issued,  with 
A  Note  on  El  Licenciado  Vidriera  by  James  Fitzmaurice-Kelly. — (Extrait  de  la 
Revue  Htspanique.ToTCíe.YS  ^—Yz.ú%,  1897.» — En  4.°  de  j8  páginas,  de  las 
cuales  18  contienen  el  prefacio  de  Fitzmaurice-Kelly. 

En  este  eruditísimo  trabajo,  el  distinguido  cervantista  inglés  enumera  las 
diversas  traducciones  de  las  Novelas^  especialmente  las  de  «El  Licenciado  Vi- 
driera», ilustrando  sus  noticias  con  copiosas  é  interesantes  notas,  y  niega  la 
vaga  opinión,  prohijada  por  Navarrete,  según  el  cual  Gaspar  Barth  (el  traductor 
latín  de  «La  Celestina»  y  de  «La  Diana  Enamorada»)  sería  el  modelo  del  Li- 
cenciado Vidriera.  Las  observaciones  negativas  de  Mr.  Fitzmaurice  Kelly  son 
muy  sensatas:  «Ninguna  prueba  se  ha  dado  de  que  Barth  en  16 12  (tenía  enton- 
ces 26  años),  fuese  loco;  ni  de  que  su  insania  especial  se  relacionara  con  el  vi- 
drio; ni  de  que  él  viniese  á  España  antes  del  9  de  Julio  de  161 2;  ni  de  que  (aun 
cuando  fuese  así),  Cervantes  llegase  á  conocerlo.  Y  aun,  dado  caso  que  estos 
cuatro  puntos  se  aceptaran  como  ciertos,  todavía  quedaría  por  probar  que  Cer- 
vantes fuese  tan  pobre  de  invención  que  no  encontrara  en  sí  mismo  la  trama 
para  tejer  una  novela,  y  tuviese  que  serle  inspirada  por  algo  ó  alguien.» 


(1)  Hela  aquí:  «Epidorpidum  lib.  V.  Pausilipus  sive  tristium  cogitationum  et  moles- 
tiarum  spongia  variis  incredílibus  ac  iucundis  historiis,  narrationibus,  factis,  dictis  tam 
seriis  quam  iocosis  refería  et  tam  recreandis  quam  erudiendis  animis  accomodata.  Coloniae, 
1659    ii."} 


rv 

IMITACIONES  DEL  QUIJOTE 


431,— SEGVNDO  II  TOMO  DEL  ||  ingenioso  hidalgo  II  DON  QVIXOTE  DE 
LA  MANCHA,  ||  que  contiene  fu  tercera  falida:  y  es  la  ||  quinta  parte 
de  íus  auenturas.  ||  Compue/io  por  el  Licenciado  Alonfo  Fernandez 
de  II  Atiellaneda,  nahiral  de  la  Villa  de  \  Tordefillas.  ||  Al  Alcalde, 
Regidores,  y  hidalgos,  de  la  noble  villa  del  Argameiilla,  patria  feliz 

del  hidalgo  CauallerO  Don  QuixOte  ||  de  la  Mancha.  ||  (Crabadito:  Caba- 
llero embisüendo  lanza  enristren)).  II  Con  Licencia.  En  Tarragona,  en  cafa  de 
Felipe  II  Roberto,  Año  1614. 

Hoja  i.^. — Portada  verso  en  blanco. 

Hoja  2?-,  recto. — Aprobación  del  Doctor  Raphael  Orthoneda.,  en  Tarragona  á 
18  de  Abril  de  16 14.  —  Licencia  para  imprimir  el  libro  y  venderlo  en  este 
Argobispado.  Tarragona  á  4  de  Julio  de  1614. — El  Doctor  y  Canónigo  Fran- 
cisco de  Torme,  Vicar.  Gl. 
Hoja  2.a,  verso. — Dedicatoria  «Al  Alcalde,  Regidores,  y  hidalgos  de  la  noble 

villa  del  Argameiilla,  etc.» 
Hoja  3.' — Prólogo  de  Avellaneda. 
Hoja  4.*,  recto. — Concluye  el  prólogo. 

Hoja  4.*,  verso. — Soneto  de  Tero  Fernández,  (imitando  el  lenguaje  antiguo). 
Viene  luego  el  Texto  de  282  fol.  y  la  Tabla  que  ocupa  5  hojas  sin  numerar. 
Sign.  A— Z— Aa— Nn. 

Está  dividida  la  obra  en  Quinta,  Sexta  Séptima  partes,  pero  la  numeración 
de  los  caps,  sigue  corrida,  siendo  el  último  el  núm.XXXVI;  y  además  la  cabe- 
cera de  todas  las  páginas  pone  Segunda  parte:  y  así  mismo,  el  final  del  libro 
dice:  «Aquí  da  fin  la  segunda  parte  de  la  Historia  del  Ingenioso  Hidalgo  don 
Qoixote  de  la  Mancha.» 

Impresión  y  papel  regulares. — Pergamino. 

SEGUNDA  EDICIÓN 

Vida  y  hechos  ||  del  Ingenioso  Hidalgo  |i  Don  Quixote  |j  de  la  Mancha,  || 
que  contiene  su  quarta  salida,  ||  y  es  la  quinta  parte  de  sus  aventuras.  |{  Com- 
puesto por  el  Licenciado  Alonso  Fernandez  ||  de  Avellaneda,  natural  de  la  villa 
de  Tordesillas.  || 

Parte  ü.  Tomo  III.  ||  Nuevamente  añadido,  y  corregido  en  esta  ||  Impresión, 
por  el  Licenciado  Don  Isidro  Perales  y  Torres.  ||  Dedicada  al  Alcalde,  etc.  || 
Afio  (Grabado  en  madera  representando  la  aventura  del  cab.  de  la  Blanca  Luna 
que  figura  en  la  ed.  del  Q.  Madrid,   1730.)  jj  Con  Privilegio  ||  En  Madrid.  A 
costa  de  Juan  Oliveras,  Mercader  de  Libros,  Heredero  de  Francisco  Lasso...  || 

En  4.0  de  16  hojas  prel.  y  275  págs.,  más  5  para  la  Tabla. 


(i)     Es  el  mismo  grabado  que  hay  en  la  edición  del  Quijote  de  Cervantes,  de  Valencia, 
de  1605. 


2;6  Imitaciones  del  Quijote 


Lleva  los  prels.  de  la  i*  edición,  y  además:  Aprobación  de  D.  Agustín  de 
Montiano  y  Luyando  á  26  de  Septiembre  de  1731;  Licencia  del  Ordinario  á  27 
de  Septiembre;  Aprobado  del  Lic.''°  D.  Francisco  Domingo,  Presbítero  Benefi- 
ciado di  la  Iglesia  Parroquial  de  Aliaga,  etc.  en  Madrid  á  zo  de  Diciembre 
de  1730,  Priv.  Real  por  10  afiosá  Perales  fechado  en  Sevilla  á  19  de  Noviem- 
bre de  1730;  Fe  de  erratas,  17  de  Diciembre  de  1731;  Tassa  á  8  de  Enero 
de  1733,  (debe  ser  1732);  _/«/«<?  de  la  Obra. 

En  este  Juicio,  sin  firma,  ora  se  ensalza,  ora  se  rebaja  á  Cervantes;  se  dice 
que  su  parte  II  del  Quijote,  no  es  superior  á  la  de  Avellaneda;  que  copió  de 
éste  muchas  cosas,  apoyándose  en  que  su  parte  11  salió  después  que  la  del  autor 
tordesillesco.  Otros  desbarros  hay;  pero  reconoce  que  la  trad,  de  Lesage  alteró, 
mejorándolo,  el  Quijote  de  Avellaneda  lo  cual  ignoraron  los  autores  del  diario 
de  los  Sabios  en  el  Lunes  ji  de  Marzo  de  1704,  cuyo  juicio  desfavorable  á  Cer- 
vantes, copia  el  autor  de  tstt  Juicio-prólogo. 

Malísima  impresión  y  peor  papel.  El  haber  puesto  en  la  portada,  tomo  lU, 
fué  por  especulación,  para  que  figurase  como  3."  tomo  de  las  ediciones  del 
Quijote  de  Cervantes  impreso  en  igual  tamaño  en  1723  y  1730.     ,^ 

TERCERA    EDICIÓN 

«Vida  y  hechos  del  Ingenioso  Hidalgo,  etc.,  por  el  licenciado  Alonso  Fer- 
nández de  Avellaneda,  natural  de  Tordesillas.  Nueva  edición.  Madrid,  imprenta 
de  Villalpando,  1805»,  2  ts.  8.0  de  286  y  332  pág.  respectivamente. 

Contiene  las  piezas  preliminares  de  la  2.^  edición  menos  el  Priv.,  Lie*  y  Fe 
de  erratas;  y  pone  el  editor  una  advertencia  en  la  que,  haciendo  justicia  al  mé- 
rito del  Quijote  de  Cervantes  cuya  obra, — dice,— tes  una  de  las  que  más  honor 
hacen  á  nuestra  literatura», — cree,  empero,  que  la  continuación  de  Avellaneda 
no  merece  el  desprecio  con  que  la  calificó  Cervantes. 

En  esta  edición  se  hicieron  algunos  expurgos  y  se  suprimieron,  además,  seis 
capítulos  enteros,  les  numerados  de  XV  á  XX,  que  contienen  los  dos  cuentos 
titulados  Del  rico  desesperado  y  De  los  felizes  amantes.  Según  nota  del  editor, 
esta  supresión  se  hizo  por  los  censores  del  libro,  y  dice  que  no  puede  menos  de 
reconocer  la  solidez  de  las  razones  alegadas  para  exigirla.  Efectivamente,  las 
obscenidades  en  dichos  cuentos  diseminadas,  serian  ya  razón  bastante. 

CUARTA    EDICIÓN 

«El  Ingenioso  Hidalgo,  etc..  compuesto  por  el  Licenciado  Alonso  Fernán- 
dez de  Avellaneda.  Quinta  Parte. »  Lo  incluyó  D.  Cayetano  Rosell,  en  el  to- 
mo XVIII  de  la  Biblioteca  de  Autores  Españoles,  de  M.  Rivadeneyra,  que  es  el 
tomo  I  de  Novelistas  posteriores  d  Cervantes,  Madrid,  1851. 

El  texto  sigue  á  la  edición  antigua. 

QUINTA   EDICIÓN 

«Alonso  Fernández  de  Avellaneda.  El  Ingenioso  Hidalgo  D.  Quijote  de  la 
Mancha.  Barcelona,  Biblioteca  clásica  española,  Daniel  Cortezo  y  C",  i884.> 

En  8.°  de  244  págs. 

Dicen  los  editores  en  la  Advertencia,  que  han  seguido  la  i.*  edición  y  hecho 
«solo  algunas  supresiones,  imprescindibles  por  razones  de  decoro».  Añaden  que 
«el  Quijote  de  Avellaneda  ha  sido  reputada  por  algunos  como  libro  clásico,  y 
que  figura  en  la  lista  de  autoridades  del  idioma». 

No  he  sabido  ver  tal  cosa  en  el  liltimo  Catálogo  de  autoridades  de  la  Aca- 
demia Española,  que  es  quien  puede  y  debe  dar  autoridad  en  la  materia. 

Fred.  Ad.  Ebert,  {Allgememes  Bibliographisches  Lexicón,  Leipzig  1821-30), 


Imitaciones  del  Quijote  257 


cita  vagamente  una  edición  de  Madrid,  1615;  pero  debe  de  haber  error  en  la  fe- 
cha, y  referirse  á  la  de  1614,  pues  tal  edición  del  año  1615,  no  se  conoce. 

En  la  sección  extranjera  hablaré  de  la  traducción,  ó  mejor,  arreglo  del  Qui- 
jote de  Avellaneda  por  Lesage,  y  de  los  juicios  de  éste,  que  deberá  leer  el 
lector  juntamente  con  los  que  siguen: 

Cúmpleme  aquí  reseñar  cómo  ha  sido  juzgado  el  Quijote  de  Avellaneda,  y 
cuales  han  sido  las  disquisiciones  verificadas  para  averiguar  quien  se  ocultó  bajo 
este  seudónimo. 

Nicolás  Antonio  (Bib.  hisp.  nova,  1676),  menciona  muy  superficialmente  el 
Quijote  de  Avellaneda  y  juzga  que  su  autor  no  tenía  genio  para  continuar  tal 
obra;  pero  nada  más  dice. 

Los  autores  del  Diario  de  los  Sabios  del  Lunes  31  de  Marzo  de  1704,  no  co- 
nocieron, segtín  ellos  mismos  confiesan,  el  original  español,  y  si  solamente  la 
traducción  es  decir,  el  arreglo  de  Lesage,  quien  mejoró  mucho  la  obra  de  Ave- 
llaneda; por  ésto,  y  por  seguir  servilmente  la  opinión  del  refundidor  francés, 
dicen  que  «el  Sancho  de  Avellaneda  es  más  natural.» 

También  D.  Isidro  Perales;  (ó  Nasarre  como  cree  Pellicer),  se  dejó  llevar  del 
engañoso  parecer  de  Lesage  cuando  dijo  en  t\  Juicio  al  frente  de  la  edición  del 
Quijote  áe.  Avellaneda  (Madrid,  1732),  que  < la  segunda  parte  del  Quixoie  át 
Cervantes,  imita;  y  casi  copia  la  de  Avellaneda;»  falsísima  aseveración  fundada 
en  dos  falsísimas  premisas.  La  primera  dimana,  de  que  Lesage,  en  su  arreglo, 
introdujo  pasajes  de  la  segunda  parte  del  Quijote  de  Cervantes,  y  así,  nuestros 
seudosabios  del  siglo  xviii,  que  estudiaron  el  Quijote  de  Avellaneda  en  la  refun- 
dición de  Lesage,  achacaron  á  Cervantes  un  plagio  de  que  estaba  inocente.  La 
segunda  procede  de  haber  supuesto  que  Cervantes  escribió  su  segunda  parte  ins- 
tigado por  la  publicación  del  Quijote  de  Avellaneda,  siendo  evidente,  como  lo 
es,  que  cuando  este  libro  apareció,  Cervantes  tenía  ya  escritos  LEC  caps,  de  su 
obra,  es  decir,  más  de  las  tres  cuartas  partes.  El  mismo  prologuista  de  esta  edi- 
ción de  1732  viene  luego  á  confesar,  hablando  del  arreglo  de  Lesage,  que: 
«puede  tal  vez  atribuirse  parte  del  aplauso,  que  se  ha  merecido  de  los  extranjeros 
esta  obra,  á  las  añadiduras  con  que  la  adornó»,  y  luego  añade:  «No  se  puede  dis- 
putar la  gloria  de  la  invención  de  Cervantes;  aunque  no  es  inferior  la  de  la  imi- 
tación de  Avellaneda.»  En  cuanto  á  la  paternidad,  véase  lo  que  dice  Perales  en 
este  mismo  prefacio:  «el  Autor  de  este  Don  Quixote  no  es  Alonso  Fernández  de 
Avellaneda,  natural  de  Tordesillas,  porque  constando  de  lo  que  Cervantes  dize, 
que  el  Autor  es  Aragonés:  y  no  aviendo  Lugar  que  se  llame  Tordesillas  en  Ara- 
gón, se  debe  conjeturar,  que  quien  fingió  la  Patria  fingiría  el  nombre:  á  mas  de 
que  en  todo  el  siglo  diez  y  seis,  no  se  bautizó  en  la  villa  de  Tordesillas,  en  Cas- 
tilla, hombre  alguno  á  quien  se  llamase  Alonso  Fernández  de  Avellaneda.»  «Por 
el  Prólogo  de  esta  obra,  se  viene  en  conocimiento,  de  que  su  Autor  era  enemigo 
de  Cervantes,  y  que  no  era  solo,  y  de  la  causa  de  la  enemistad;  pero  como  esto 
sea  personal  no  merece  que  nos  detengamos  en  ello.» 

Y  ahora  veamos  lo  que  dice  D.  Agustín  de  Montiano  y  Luyando,  Aprobante 
(en  1731),  de  esta  segunda  edición  de  Avellaneda:  «las  aventuras  de  este  Don 
Quixote  son  muy  naturales  y  que  guardan  la  rigurosa  regla  de  la  verosimilitud; 
su  carácter  es  el  mismo  que  se  nos  propone  desde  su  primera  salida,  tal  vez 
menos  extremado,  y  por  eso  más  parecido;  y  en  quanto  á  Sancho,  quien  negará 
que  está  en  el  de  Avellaneda  mas  propiamente  imitada  la  rusticidad  graciosa  de 
un  Aldeano?»  «No  creo  que  ningún  hombre  de  juicio  pueda  declararse  en  favor 
de  Cervantes,  si  compara  una  parte  con  otra.»  Y  acaba  Montiano  diciendo  que 
el  enojo  de  Cervantes  al  despreciar  el  Quixote  de  Avellaneda  «alucinó  su  clarí- 
simo entendimiento  en  un  assumpto  que  imaginó  contrario  de  todos  modos  á 
sus  intereses».  No  pueden  decirse  más  despropósitos  en  menos  palabras. 

Tomo  n  33 


3jg  Imitaciones  del  Quijote 


D.  Gregorio  Mayans  y  Sisear  (  Vida  de  Cervantes,  año  iJjS),  emite  este  jui- 
cio: «la  leyenda  del  Autor  Aragonés  es  indigna  de  cualquier  Letor  que  se  tenga 
por  honesto.»  «su  doctrina  es  pedantesca;  i  su  estilo  lleno  de  impropiedades, 
solecismos,  i  barbarisraos,  duro,  i  desapacible:  i  en  suma  digno  del  desprecio 
que  ha  tenido...»  «Cervantes  ideó  á  Sancho  Panza,  simple,  gracioso,  i  no  come- 
dor, ni  borracho;  Avellaneda  simple  sí,  pero  no  nada  gracioso,  comedor,  i  bo- 
rracho.» 

En  cuanto  al  nombre  del  encubierto  Autor  nada  nos  declara.  He  aquí  sus 
únicas  conjeturas:  «Aquellas  palabras  (del  prólogo  de  Cervantes),  Señor  i  Gran- 
de, son  misteriosas  para  mi:  i  sea  lo  que  fuere,  Yo  estoi  persuadido  a  que  el 
enemigo  de  Cervantes  era  mui  poderoso,  quando  un  Escritor,  Soldado,  animoso 
i  diestro  en  el  manejo  de  la  pluma  i  de  la  espada,  no  se  atrevió  á  nombrarle.  Si 
ya  no  es  que  fuese  hombre  tan  vil,  i  despreciable,  que  ni  aun  quiso  que  se  su- 
piese su  nombre  para  que  con  la  misma  infamia  no  lograse  alguna  fama.» 

El  P.  Murillo  (Geografía  Histórica,  ij^í)  [12],  dice  solamente  que  Alonso 
Fernández  de  Avellaneda  era  eclesiástico. 

Otro  de  los  ensalzadores  del  Quijote  Malo  fué  D.  Diego  de  Torres,  quien, 
en  el  libro,  titulado:  El  Hermitaño  Torres,  aventura  curiosa  en  que  se  trata  de  la 
piedra  filosofal,  «habla  de  Avellaneda  sin  haberle  visto,  y  atribuye  al  autor  es- 
pañol los  discursos  del  traductor  francés». 

D.  Juan  Martínez  Salafranca,  en  sus  Memorias  literarias  (Madrid,  1777), 
pretende:  «que  Avellaneda  tuvo  sobrada  razón  para  creer  que  Cervantes  no 
quería,  ó  no  podía  continuar  el  Quixotet  ...  <á  Cervantes  se  le  está  conociendo 
la  calentura  del  enojo  en  quanto  habla  de  Avellaneda».  Rebate  la  primera 
errónea  aseveración  D.  V.  de  los  Ríos  (Vida  de  Cervantes),  observando  que 
Cervantes  en  el  prólogo  de  sus  Novelas  había  ya  ofrecido  publicar  inmediata- 
mente la  2.^  parte  del  Quijote,  circunstancia  que  no  ignoraba  Avellaneda. 

D.  Vicente  de  los  Ríos  {Vida  de  Cervantes  al  frente  de  la  edición  del  Don 
Quijote,  1780),  dice:  «El  prólogo  de  Avellaneda  es  un  libelo  infamatorio...»  «El 
cotejo  de  las  dos  obras  (la  de  Avellaneda  y  la  de  Cervantes),  hace  patente  la 
preferencia  del  ingenio  de  Cervantes.»  «El  Quijote  castellano  ahuyentó  de  la 
república  de  las  letras  al  aragonés.»  «Avellaneda  no  pensaba  con  dignidad,  ni 
escribía  con  decencia:  á  cada  paso  presenta  imágenes  torpes  é  indecorosas,  cuyo 
colorido  basto,  grosero  y  desapacible  sonroja  y  enmudece  al  lector. »  Respecto 
al  autor  sólo  dice  Ríos  que  «era  compositor  de  comedias,  implacable  enemigo 
de  Cervantes...  grandemente  sentido  de  la  justa  censura  que  éste  habla  hecho 
de  sus  comedias  en  el  Quixote. »  Conjetura  vaga,  y  además,  deducida  solo  por 
la  alusión  del  prólogo  de  Avellaneda. 

Veamos  qué  dice  de  Avellaneda  y  de  su  Quijote  D.  Juan  Antonio  Pellicer 
(Vida  de  Cervantes,  17^7"):  «que  su  prólogo  es  uno  de  los  más  descorteses  é  in- 
juriosos, que  se  han  impreso  en  libros»,  que  «solo  grangeó  (Avellaneda)  fama 
de  escritor  indecente,  obsceno  y  desaliñado»,  que  «su  lenguage  es  inculto,  vul- 
gar y  causador  de  nauseas»,  y  que  la  afirmación  que  hizo  Cervantes  de  ser  el 
autor  aragonés,  «se  descubre  y  hace  manifiesto  por  ciertas  voces  y  modismos 
propios  de  Aragón»,  los  cuales  apunta  Pellicer  en  la  nota  al  cap.  XLEX  de  la 
parte  2.'  del  Quixote. 

En  averiguación  de  quién  sea  el  verdadero  escritor,  aventura  Pellicer  dos 
conjeturas.  Deduce  la  primera  de  un  códice  hallado  en  la  librería  de  la  condesa 
viuda  de  Fernán  Núñez  que,  entre  otros  tratados,  contiene  las  sentencias  que  se 
intimaron  á  los  poetas  que  escribieron  en  dos  certámenes,  celebrados  en  Zara- 
goza por  los  años  de  1614,  sobre  la  interpretación  de  dos  enigmas  que  se  espar- 
cieron en  aquella  ciudad.  A  dos  de  los  poetas  se  les  llama  en  las  sentencias  San- 
cho Panza,  y  cree  Pellicer  que  se  refieren  á  Avellaneda. 

He  ahí  los  dos  vejámenes: 


Imitaciones  del  Quijote  2J9 


c  A  Sancho  Panza,  estudiante,  Al  blanco  de  la  ganancia 

Oñcial  ó  paseante,  Dice  con  poca  elegancia 

Cosa  justa  á  su  talento,  Que  la  ignorancia  se  encubre, 

Le  dará  el  verdugo  ciento,  Sancho  Panza,  y  él  descubre. 

Caballero  en  Rocinante.  La  fuerza  de  su  ignorancia; 

Y  pues  afirma  de  veras 
Sus  inventadas  quimeras. 
En  galeras  tome  puerto; 
Que  tras  azotes,  es  cierto 
Se  siguen  siempre  galeras. > 

«¿Pero  qual  de  los  dos  poetas  era  nuestro  Licenciado?>  «Ahí  está  la  mayor 
dificultad.  Lo  que  se  conjetura  es  que  era  poeta  cómico.»  «Acerca  de  su  estado, 
pudiera  conjeturarse  que  era  religioso  y  por  ventura  de  la  orden  de  Predicado- 
res porque  se  muestra  teólogo  y  versado  en  los  Santos  Padres,  y  se  le  observa 
cierta  afición  á  las  cosas  de  esta  Orden.» 

Según  Pellicer,  D.  Juan  de  Iriarte  que  vio  hacer  la  reimpresión  del  Quixote 
de  Avellaneda,  Madrid,  1732,  dice  de  ella  en  las  Adiciones  manuscritas  d  la 
Bih.  esp.  de  Nic.  Antonio:  «el  editor,  el  aprobante,  y  el  autor  del  Juicio  son  una 
persona  sola,  y  esta  fue  la  de  D.  Blas  Nasarre  á  quien  Perales,  que  era  un  clé- 
rigo familiar  suyo,  y  el  beneficiado  de  Aliaga  prestaron  sus  nombres.» 

D.  J.  A.  Cean  Bermüdez,  en  vista  de  los  documentos  que  descubrió  en  1808, 
principalmente  La  Información  de  Argel^  donde  consta  la  enemistad  de  fray 
Juan  Blanco  de  Paz  y  de  Cervantes  en  Argel,  imaginó  que  aquél  es  el  supuesto 
Avellaneda.  Navarrete,  y  después  Clemencín,  se  hicieron  eco  de  esta  suposi- 
ción, no  dando  á  ella  completa  fe.  El  último  apunta  esta  otra  conjetura  CDon 
Quijote,  nota  al  cap.  LIX):  «pudo  también  (Juan  Blanco)  á  su  vuelta  á  España 
influir  con  algún  otro  fraile  dominico  para  que  escribiese  la  segunda  parte  del 
Quijote^  puesto  que  Cervantes  la  atribuye  á  un  aragonés.» 

D.  Martín  Fernández  de  Navarrete  dice:  «que  en  el  prólogo  ya  empieza 
Avellaneda  á  propasar  los  límites  de  la  prudencia  y  de  la  urbanidad,  derraman- 
do la  ponzoña  que  abrigaba  su  corazón»;  que  «su  obra  es  insípida,  vulgar  y  obs- 
cena»; y  añade  «la  comparación  de  las  obras  de  Cervantes  y  Avellaneda  mani- 
fiesta el  ingenio,  la  erudición  y  gracia  del  primero,  en  contraste  con  la  pedante- 
ría, insipidez  y  torpeza  del  segundo».  «Solo  la  universal  celebridad  y  el  sublime 
mérito  de  Cervantes  han  podido  excitar  algún  interés  para  saber  quién  fué  el 
pigmeo  que  osó  medirse  con  el  atlante  de  nuestra  gloria  literaria.» 

Ahora,  examinando  los  antecedentes  expuestos  por  Pellicer,  y  uniéndolos  á 
lo  que  Cervantes  dice,  afirma  Navarrete  que  el  autor  del  Quijote  malo  era  com- 
positor de  comedias,  dominico  y  aragonés,  y  protegido  del  confesor  del  rey  fray 
Luis  de  Aliaga,  religioso  de  la  misma  orden  y  natural  de  Zaragoza. 

Don  Diego  Clemencín  en  su  Comentario  del  Quijote  (notas  al  cap.  LIX  de 
la  2."  parte),  dice,  admitiendo  las  opiniones  de  sus  predecesores:  «Que  fué  fraile 
lo  indican  infinitos  pasajes  de  su  Quijote^  ...  Que  fué  dominico  lo  sospechó 
Pellicer  con  mucho  fundamento.  Ya  en  el  prólogo  cita  á  Santo  Tomás;  en  el 
cap.  I  menciona  la  Guia  de  Pecadores  de  fr.  Luis  de  Granada;  habla  en  14  ó  15 
lugares  del  Rosario,  etc.;  y  en  los  cuentos  del  Rico  desesperado  y  del  Pecador 
arrepentido  los  protagonistas  son  dominicos.»  «Qué  Avellaneda  fingió  su  patria, 
pues  siendo  aragonés  se  dio  por  natural  de  Tordesillas,  además  de  afirmarlo 
Cervantes  y  comprobarlo  su  lenguaje,  lo  indica  la  expresión  equivoca  con  apa- 
riencia de  satírica  del  cuento  de  Sancho  en  el  cap.  2CXI,  donde  se  dice  que  en 
Castilla  la  Vieja  y  tierra  de  Campos  hay  muchos  gansos.»  «Que  Avellaneda  re- 
sidió en  Toledo  lo  manifiesta  al  parecer  el  conocimiento  minucioso  que  muestra 
y  la  frecuente  mención  que  hace  de  las  cosas  de  aquella  ciudad...»  «Resulta, 


26o  Imitaciones  del  Quijote 


pues,  de  las  consideraciones  precedentes,  que  el  autor  de  la  segunda  parte  del 
contrahecho  Quijote  fué  aragonés,  fraile  dominico  y  morador  de  Toledo.» 

Véase,  pues,  cómo  las  conjeturas  de  Pellicer  se  convierten  en  afirmaciones 
bajo  la  pluma  de  Clemencín,  á  pesar  de  no  venir  apoj  adasen  ningún  sólido 
fundamento. 

D.  Adolfo  de  Castro,  en  su  libro  <E1  Conde-Dwque  de  Olivares  y  el  rey  Fe- 
lipe IV»  (Cádiz,  1864),  se  adelanta  á  señalar  al  mismo  Aliaga  como  autor  del 
Quijote  malo^  conjetura  que  le  habla  comunicado  D.  J.  Cavaleri  Pazos,  fundando 
su  opinión  en  la  semejanza  de  estilo  que  halló  entre  el  Quijote  de  Avellaneda  y 
la  Venganza  de  la  lengua  española  contra  el  autor  de  Cuento  de  cuentos,  opúscu- 
lo atribuido  á  fray  Luis  de  Aliaga. 

Y  acrecentó  esta  opinión,  el  descubrimiento,  en  un  códice  del  conde  de  Vi- 
llamediana,  de  unas  décimas  satirizando  á  fray  Luis  de  Aliaga  (á  raíz  de  su 
calda),  décimas  que  empiezan  asi: 

Sancho  Panza^  el  confesor 
Del  ya  difunto  monarca, 
Que  de  la  vena  del  arca 
Fué  de  Osuna  sangrador,  etc. 

El  folleto  atribuido,  infundadamente,  á  Aliaga  se  titula  asi:  «Venganza  de 
la  lengua  española,  contra  el  autor  del  Cuento  de  cuentos.  Por  D.  Juan  Alonso 
Laureles,  caballero  de  hábito  y  peón  de  costumbre,  aragonés  liso  y  castellano 
revuelto.  En  Huesca,  por  B.  Blusón. — Año  de  1629.» 

D.  B.  J.  Gallardo  reclamó  la  propiedad  de  la  citada  conjetura,  la  cual  pro- 
hijó también  D.  Cayetano  Rossell  (Notas  del  Quijote  de  Avellaneda^  t.  XYIII 
de  la  Bib.  de  A.  A.  esp.  año  185 1),  y  adoptaron  completamente  después  don 
Justo  Sancha  en  una  Carta  que  se  insertó  en  el  Semanario  Pintoresco,  año  1854; 
D.  Aureliano  Fernández  Guerra  (Noticia  de  un  códice  de  la  Bib.  colombina.  Al- 
gunos datos  para  ilustrar  el  Quijote,  iSój}  (i);  D.  Juan  E.  Hartzenbusch  (Re- 
vista de  España  y  Gaceta  Literaria,,  1862),  y  D.  Cayetano  Alberto  de  la  Barre- 
ra ^Revista  de  Literatura,  Sevilla,  1856-58),  y  Nuevas  investigaciones  sobre  lea 
obras  de  Cervantes,  18Ó3). 

Los  fundamentos  alegados  por  el  Sr.  Rossell  son  ampliación  ingeniosa  de 
los  presentados  por  los  Sres.  Pellicer  y  Castro,  y  su  conclusión  es  ésta:  «...  he- 
mos llegado  á  sospechar  si  el  agravio  hecho  por  Cervantes  consistiría  en  aplicar 
á  su  escudero  el  nombre  que  por  apodo  llevaba  ya  anteriormente  Avellaneda; 
mas,  como  este  apodo  está  probado,  con  los  versos  de  Villamediana,  que  recaía 
sobre  el  padre  Aliaga,  él,  y  no  otro,  debió  ser  el  autor  del  falso  Quijote*. 

El  Sr.  La  Barrera,  glosando  este  mismo  tema  para  corroborar  lo  que,  dice, 
«se  nos  presenta  ya  claro  y  evidente»;  acude  luego  al  terreno  de  los  anagramas; 
pero,  nótese  que,  (sin  hacer  hincapié  en  ella),  deja  caer  esta  frase:  «Y  no  deja 
de  llamar  asi  bien  nuestra  atención  el  Alfonso  Lamberto  de  los  certámenes  de 
Zaragoza.  > 

Nuevas  averiguaciones  hechas  por  D.  Adolfo  de  Castro,  y  «las  semejanzas 
en  el  nombre,  en  la  residencia  y  en  las  inclinaciones»,  hiciéronle  conjeturar 
que  el  fingido  Avellaneda  fuese  un  tal  fray  Alonso  Fernández  que  escribió  va- 
rias obras  religiosas  en  los  años  de  161 1,  1613  y  1626;  todo  lo  cual  expone  con 
salvedades  el  Sr.  Castro  en  el  prefacio  á  la  3.a  impresión  del  Buscapié,  puesta 
por  Apéndice  á  la  ed.  del  Quijote,  impresa  por  Gaspar  y  Roig,  en   1850.  Pero 


(1)     El  Sr.  Fernández  Guerra  habfa  ya  sellalado  antes  en  amistosas  conferencias  liletO' 
rioi  su  coDJetnra. 


ImitacioDCs  del  Quijote  261 


posteriormente,  en  un  trabajo  titulado  Miguel  de  Cervantes  y  dos  inquisidores 
generales  leído  en  Cádiz  en  el  Aniversario  de  la  muerte  de  Cervantes  el  año  de 
1872,  abandonando  el  Sr.  de  Castro  esa  última  conjetura,  se  afirmó  en  su  an- 
tigua opinión,  y  expuso  nuevas  observaciones  para  corroborarla,  declarando  que 
ten  tanto  que  no  baya  otras  pruebas  ó  indubitables  ó  de  inducción  más  vehe- 
mentes, que  las  alegadas,  fray  Luis  de  Aliaga  será  tenido  por  el  verdadero  autor 
del  Quijote  conocido  por  el  de  Avellaneda». 

Esta  era,  en  efecto,  la  general  creencia  entre  los  críticos,  cuando  en  el  mis- 
mo año  de  1872,  vino  á  desarraigarla  D.  Francisco  M.  Tubino  con  su  intere- 
sante libro  Cervantes  y  el  Quijote,  en  donde  trata  la  cuestión  con  sumo  deteni- 
miento y  con  notable  erudición;  dedicando  al  esclarecimiento  de  la  verdad  estos 
importantes  capítulos:  «I.  Aparición  del  falso  Don  Quijote.  —  ü.  La  crítica  en 
busca  del  autor  anónimo. — III.  Biografía  apócrifa  de  Aliaga. — IV.  Biografía  au- 
téntica de  Aliaga. — V.  ¿Es  Aliaga  autor  del  falso  Don  Quijote? — VI.  ¿Con  qué 
fin  se  escribió  el  Quijote  anónimo? — VII.  Aliaga  y  Cervantes. — Resumen.»  En 
ellos,  con  auténticos  documentos  y  con  claras  y  atendibles  razones  demuestra  el 
Sr.  Tubino  que  «hasta  ahora  no  se  sabe  en  que  se  fundaron  los  que  dijeron  que 
Aliaga  fué  motejado  desde  niño  con  el  apodo  de  Sancho;  que  no  está  probada 
ni  una  sola  de  las  especies  que  difundieron  el  P.  Murillo,  Pellicer,  Ríos,  Gallar- 
do, Clemencín,  Castro  y  otros  respecto  al  falso  Avellaneda;  antes  al  contrario,  es 
inverosímil  que  fray  Luis  de  Aliaga,  sobre  cuyos  hombros  pesaba  en  el  momento 
en  que  tenían  lugar  las  justas,  la  máquina  abrumadora  de  los  diversos  é  impor- 
tantísimos cargos  con  que  el  rey  le  había  distinguido,  es  inverosímil,  repito,  que 
tuviese  tiempo,  gusto  y  ocasión  para  dedicarse  á  disputar  un  premio  sin  valor; 
que  aun  admitiendo  que  hubiese  tomado  parte  en  el  certamen  de  Zaragoza;  no 
se  concibe  que  el  fiscal  de  los  juegos  se  atreviera  á  desembozarle  cuando  le  im- 
ponía la  pena  que  su  torpeza  reclamaba;  no  se  explica  que  en  Zaragoza,  enva- 
necida de  contarle  entre  sus  hijos  predilectos,  se  tolerase  tamaña  inconvenien- 
cia; no  se  concibe  que,  siendo  Aliaga  arbitro  de  los  destinos  de  España  y  po- 
deroso personaje  á  quien  rendían  parias  hasta  los  más  soberbios,  inspirase  tan 
escaso  temor  al  juez  de  las  justas,  que  éste  osara  lastimarle  en  el  punto  donde 
la  herida  había  de  serle  más  dolorosa;  que,  si  por  un  capricho  inesplicable,  Alia- 
ga, disfrazándose  con  un  seudónimo,  hubiese  tomado  parte  en  un  palenque  don- 
de luchaban  plumas  sin  reputación  ni  mérito,  no  es  creíble  que  el  fiscal  prescin- 
diera del  mote  con  que  se  presentaba  y  fuera  á  buscar,  después  de  identificar  su 
persona,  aquel  con  que  la  maledicencia  le  perseguía;  que  el  fiscal  no  podía  refe- 
rirse á  Aliaga,  sino  que  castigaba  á  un  Sancho  estudiante,  oficial  ó  paseante,  á 
un  poetastro  presuntuoso  y  atrevido,  que  con  aquel  rebozo  comparecía  una  y 
otra  vez  en  la  liza  de  donde  había  de  salir  corrido,  maltrecho  y  asendereado». 

Continuando  el  Sr.  Tubino  sus  juiciosas  disertaciones,  dice:  «á  ser  ciertos 
esos  devaneos  literarios  de  Aliaga  se  los  hubieran  de  seguro  criticado  Quevedo 
al  intentar  retratarlo  con  todas  sus  puntas  y  collares,  Villamediana  cuando  mor- 
daz le  perseguía  en  sus  sátiras;  sus  encubiertos  enemigos  con  los  mencionados 
papeles,  letrillas  y  sermones  con  que  durante  muchos  meses  le  sacaron  á  la  ver- 
güenza. Inútil  fuera  devanamos  los  sesos  con  el  afán  de  embrollar  lo  que  está 
claro.  No  se  conoce  documento  alguno  contemporáneo  de  Aliaga  ni  posterior  á 
su  vida,  que  conduzca  á  creerle  compositor  de  comedias  ó  poeta,  ni  aun  siquiera 
literato,  en  el  sentido  propio  de  la  palabra.  Para  llegar  á  lo  contrario  hicimos  las 
más  vivas  diligencias  y  he  aquí  lo  que  arrojan  nuestras  pesquisas».  Enumera 
Tubino  todos  aquellos  libros  y  documentos  en  que  se  habla  de  Aliaga,  ora  para 
biografiarle,  ora  para  ensalzar  y  encomiar  sus  méritos,  sus  prendas,  su  fe,  su  celo 
religioso,  sus  honores,  sus  talentos,  su  gobierno,  y  en  ninguno  de  ellos  se  expresa 
que  rindiese  culto  á  las  bellas  letras,  ni  se  habla  una  palabra  que  trate  de  sus 


2  62  Imitaciones  del  Quijote 


aficiones  literarias.  Únicamente  el  señor  Tomás  Madalena  (Allegatio  histórica 
sctiptorum  ordinis  predícatorum,  1738),  citado  por  Latassa,  asienta  que  Aliaga 
escribió  varios  optisculos,  memorias  y  cartas  sobre  asuntos  de  la  monarquía  y  de 
la  Inquisición,  lo  cual  no  significa  en  manera  alguna  que  fuera  literato;  puesto 
que  los  escritos  que  de  Aliaga  se  han  hallado,  comprenden  cartas  y  comunica- 
ciones todas  referentes  á  asuntos  de  Estado.  Latassa  al  incluirlo  entre  los  escri- 
tores aragoneses  se  refiere  únicamente  á  lo  que  dijo  Madalena.  «Ahora  bien,  — 
prosigue  Tubino,  —  ¿es  el  falso  Don  Quijote  producto  de  una  pluma  no  avezada 
á  triunfar  de  las  dificultades  de  la  composición?  ¿Podrá  sostenerse  que  no  hay 
en  su  estilo  facilidad,  arte,  experiencia  y  hasta  atildamiento?  Respondan  por  nos- 
otros autoridades  tan  competentes  como  Montiano  y  Luyando,  Hartzenbusch, 
Fernández  Guerra,  La  Barrera,  Rossell  y  otros  que  estiman  la  obra  como  de 
mucho  mérito...»  «...  Fantasean  los  que  hablan  de  la  amistad  Intima  que  existió 
entre  el  dominico  y  Lope  de  Vega...»  «Se  adujo:  que  Aliaga  habla  escrito  y  pu- 
blicado en  1626  la  Venganza  de  la  lengua  española;  que  comparado  este  folleto 
con  el  tordesillesco  Don  Quijote,  resultaban  vaciados  en  el  mismo  molde:  luego, 
tras  Fernández  de  Avellaneda  estuvo  el  fraile  zaragozano.  Por  desgracia  este 
aserto  es  tan  deleznable  como  todos  los  otros.  La  Venganza  de  la  lengua  espa- 
ñola según  todas  las  apariencias,  no  brotó  del  caletre  de  Aliaga  por  una  razón 
tan  sencilla  que  excusa  la  réplica.  Fué  motivada  la  Venganza  por  el  Cuento  de 
cuentos,  y  si  algo  significan  los  datos  positivos  que  la  bibliografía  ha  recogido, 
puede  sostenerse  que  éste  no  vio  la  luz  por  primera  vez  hasta  1629,  tres  afios 
después  de  muerto  el  ex  confesor.»  Declaremos,  pues,  que  fray  Luis  de  Aliaga 
no  fué  el  falso  Avellaneda,  que  se  ignora  quien  fué  este»;  que  «el  asunto  del 
Quijote  apócrifo  no  se  debe  confundir  con  el  particular  relativo  á  los  infortunios 
de  Cervantes»;  y  que  «de  éstos  pudo  Aliaga  ser  cómplice  con  los  demás  podero- 
sos de  su  tiempo».  En  cuanto  al  libro  del  falso  Avellaneda,  el  Sr.  Tubino  lo  juz- 
ga de  esta  manera:  «La  fábula  está  proseguida  con  gracia;  pero  carece  del  fondo 
filosófico,  de  la  lección  moral,  de  los  alcances  y  de  la  transcendencia,  con  que  el 
divino  Cervantes  aseguró  la  perpetua  oportunidad  del  maravilloso  engendro  de 
su  razón  y  de  su  fantasía.  Es  el  Quijote  de  Avellaneda  una  novela  entretenida: 
el  de  Cervantes,  simulacro  eterno  de  la  humanidad  en  todas  las  esferas  de  la 
vida.  Distrae  el  primero  haciendo  reir,  el  segundo  lleva  la  melancolía  al  ánimo.» 
Con  perdón  del  Sr.  Tubino  debo  confesar  con  ingenuidad  que  el  Quijote  de 
Avellaneda,  quizás  por  el  hastío  que  sus  groseras  imágenes  causan,  nunca  he  lo- 
grado que  me  distrajera  ni  me  hiciera  reir,  y  que  si  esto  último  he  deseado  al- 
canzar, helo  logrado  abriendo  cualquiera  de  las  páginas  del  libro  de  Cervantes, 
exceptuando  las  finales  que  esas  sí,  rae  han  hecho  siempre  llorar. 

La  demostración  negativa  del  Sr.  Tubino  aumentó  el  numero  de  las  anterio- 
res conjeturas.  El  mismo  D.  Adolfo  de  Castro  cambió  su  antigua  creencia,  y  en 
su  libro  publicado  el  año  de  1874  {Varias  obras  inéditas  de  Cervantes),  aduce 
diversos  argumentos  para  probar  que  el  falso  Avellaneda  es  D.  Juan  Ruiz  de 
Alarcón;  y  firme  en  ésta  su  opinión  pasa  á  emitir  los  siguientes  juicios:  «El  Don 
Quijote  de  Alarcón  (Avellaneda),  no  pasa  del  loco  del  entremés  de  Romances: 
loco  encerrado  siempre  dentro  de  los  límites  amplísimos  de  su  demencia.  Alar- 
cón no  imita  otra  cosa  que  al  Quijote  de  los  10  primeros  caps,  del  libro  de  Cer- 
vantes. El  Sancho  Panza  de  Cervantes  es  sencillo  y  no  simple;  profiere  candide- 
ces al  par  de  discreciones;  rusticidades  juntamente  y  agudezas;  inocencias  y  ma- 
licias. El  de  Alarcón  no  habla  otra  cosa  que  simplicidades.  Su  Sancho  provoca 
la  risa  por  sus  sandeces  á  toda  sandez  y  por  la  grosería  de  toda  grosería  de  sus 
expresiones.» 

Son  muy  ingeniosas  y  eruditas,  por  más  que  no  convenzan,  ni  poco  ni  mu- 
cho, las  conjeturas  que  el  Sr.  de  Castro  saca  de  las  semejanzas  que  cree  hallar 


Imitaciones  del  Quijote  263 


entre  el  falso  Don  Quijote  y  las  obras  y  estilo  de  Alarcón.  Entre  ellas  hay  una 
que  me  parece  se  funda  en  un  dato  equivocado.  Tal  es  la  cita  de  un  pasaje  del 
Quijote  tordesillesco,  cap.  VIII,  en  donde  dice  Sancho:  «irme  por  esos  mundos 

y  por  esas  Indias tornándome  otro  fray  Juan  Guarismas,  andando  á  gachas 

como  un  oso  selvático,  hasta  que  un  niño  de  sesenta  años  me  diga:  Levántate 
Sancho,  etc.»;  pasaje,  en  el  cual  se  apoya  el  Sr.  Castro  para  deducir  que  el  au- 
tor del  Quijote  malo  había  estado  en  las  Indias  Occidentales.  Y  se  apoya  mal, 
porque  el  recuerdo  de  Sancho  dimana  de  una  antigua  y  conocida  leyenda  cata- 
lana de  las  montañas  de  Montserrat;  de  la  cual  son  protagonistas  el  hermitaño 
fray  Joan  Garí  (Sancho  estropeó  adrede  el  nombre),  y  Riquilda  la  hija  del  conde 
Vifredo  el  Velloso.  Por  tanto,  nada  tiene  que  ver  este  recuerdo  con  América  (i). 
El  Sr.  de  Castro  compuso  unos  Comentarios  al  Quijote  de  Avellaneda,  parte 
de  los  cuales  se  publicaron  en  el  número  16,  tomo  I  de  la  revista  de  Madrid  La 
Academia,  día  22  de  Abril  de  1877. 

En  el  tomo  IV  de  La  España  moderna  (Madrid,  30  de  Abril  de  1889),  hay 
del  mismo  D.  Adolfo  de  Castro  un  trabajo  titulado:  Un  enigma  literario,  el  Qui- 
jote de  Avellaneda,  en  el  que  aduce  nuevas  observaciones  para  robustecer  su  úl- 
tima opinión  de  que  Avellaneda  es  Alarcón.  Por  más  que  sean  curiosas  las  refe- 
rencias é  indicaciones  que  el  Sr.  de  Castro  en  el  Quijote  de  Avellaneda  encuen- 
tra para  probar  su  juicio,  no  lo  prueba. 

D.  Nicolás  Díaz  de  Benjumea  se  aferró  á  la  conjetura  de  Cean  Bermúdez  y 
en  sus  primeros  trabajos  cervánticos  (Comentarios,  Estafeta  de  Urganda,  Co- 
rreo de  Alguife,  etc.,  1856-63),  trató  de  mostrar  que  si  fray  J.  Blanco  de  Paz  no 
era  el  exclusivo  autor  del  Quijote  falso,  coadyuvó  indirectamente  á  esta  obra  y 
fué  el  constante  perseguidor  de  Cervantes.  Mas,  en  el  Mensaje  de  Merlín,  Lon- 
dres, iSys,  reforma  el  Sr.  Benjumea  su  opinión,  y  cree  que  Avellaneda  es  fray 
Andrés  Pérez,  autor  de  la  Pícara  Justina,  fundándose  en  aquellos  tercetos  del 
Viaje  del  Parnaso: 

Haldeando  venía,  y  trasudando 

El  autor  de  La  Pícara  Justina, 

Capellán  lego  del  contrario  bando, 
Y  qual  si  fuera  una  culebrina 

Disparó  de  sus  manos  su  librazo, 

Que  fué  de  nuestro  campo  la  tuina. 


Una  despierta  nuestra  centinela 
Gritó:  todos  abaxen  la  cabeza 
Que  dispara  el  contrario  otra  Novela. 


Benjumea,  sin  más  pruebas  ni  más  serios  indicios,  pretende  que  esta  otra 
Novela  es  el  Quijote  de  Avellaneda. 

Y  no  parando  aquí  las  disquisiciones  y  suposiciones  de  los  críticos,  D.  Ra- 
món León  y  Mainez  en  su  Vida  de  Cervantes,  i8y6,  tiene  por  cierto  que  el 
autor  del  Quijote  malo  es  el  mismísimo  Lope  de  Vega,  opinión  no  probada, 
pero  que,  con  artificiosos  argumentos  y  eruditos  datos,  apoya  M.  Pinheiro  Cha- 
gas,  ilustre  crítico  y  biógrafo  de  Cervantes,  y  prohijan  también  D.  Manuel  de 
la  Revilla  (Crítica  literaria.  Ilustración  Española  y  Americana^  año  1873,  pági- 
na 322),  y  Mr.  Fitzmaurice-Kelly  (The  Ufe  of  Cervantes,  Londres,  1892). 

Sir  Raundon  Brown  en  su  artículo  del  Athoeneum  [390],  pretende  que  el 
falso  Avellaneda  fué  Gaspar  Schóppe,  acreditado  polígrafo  alemán  que  nació  en 


(i)     Esto  lo  escribí  en  1887.  Hoy  la  leyenda  de  Garin  es  bien  conocida  dentro  y  fuera 
de  España,  gracias  á  la  inspiradísima  ópera  del  maestro  Bretón. 


26^  Imitaciones  del  Quijote 


Neumarck,  Palatinado  superior,  el  27  de  Mayo  de  1576.  Toda  la  argumentación 
de  Brown,  basada  en  su  creencia  de  que  Cervantes  ridiculizó  en  el  Quijote  al 
Duque  de  Lerma,  se  reduce  á  esta  conjetura:  «Con  el  testimonio  auténtico  é 
imparcial  del  Embajador  veneciano  hemos  probado  que,  en  el  año  1614,  Gaspar 
Schoppe  pasó  ocho  meses  en  Madrid,  y  además  que  estada  pagado  por  el  Duque 
de  Lerma\  ¿no  es  cosa  muy  probable  que  este  gladiador  literario  fuese  empleado 
por  el  primer  Ministro  para  vituperar  á  un  autor  que  había  ridiculizado  sus  afec- 
ciones y  sus  actos  como  hombre  de  estado?» 

Rebate  esta  absurda  especie  Mr.  Fitzmaurice-Kelly,  observando  sencilla- 
mente que  Schoppe  llegó  á  Madrid  en  Marzo  de  16 14,  y  mal  pudo  por  tanto 
concebir,  escribir  y  hacer  imprimir  un  tomo  de  282  hojas  en  poquísimos  días, 
puesto  que  la  aprobación  del  Quijote  de  Avellaneda  lleva  la  fecha  del  18  de 
Abril  de  1614. 

Otra  opinión.  En  el  tomo  XJX,  págs.  81  á  90,  del  folletín  de  La  Renaixen- 
sa  (1889),  diario  catalán  que  se  publica  en  Barcelona,  hay,  referente  al  Quijote 
de  Avellaneda,  un  galano  artículo  del  afamado  novelista  catalán  D.  José  Pin  y 
Soler,  quien  lo  compuso  en  1873,  Y  ^'^^  leído  en  una  de  las  últimas  sesiones  del 
Ateneo  tarraconense  de  la  clase  obrera.  Este  trabajo  se  escribió  contestando  á 
'in  artículo,  salido  en  Tarragona  el  año  1872  bajo  el  epígrafe  de  La  Reparación, 
en  el  cual  se  anatematiza  al  librero  Roberto,  á  aquel  «infame  tan  descarado 
como  torpe  que  en  1614  publicó  en  Tarragona  la  detestable  obra  del  no  menos 
detestable  Avellaneda».  El  objeto  del  Sr.  Pin  es  aseverar  que  Cervantes  no 
debía  de  haberse  enfadado  por  la  continuación  de  Avellaneda,  y  que  la  obra  de 
este  autor  anónimo  es  buena  en  sí;  á  cuyo  efecto  cita  las  opiniones  de  Salva,  de 
Montiano  y  de  Lesage;  pero,  sin  que  yo  quiera  salir  á  la  defensa  del  autor  del 
artículo  La  Reparación,  me  atreveré  i  recordar  al  ilustrado  escritor  catalán,  las 
muchas  obscenidades  que  en  el  libro  de  Avellaneda  se  hallan,  y  que  fueron  ex- 
purgadas en  la  edición  del  afio  1805,  de  Madrid. 

Y  de  D.  José  M.  Asensio  es  el  siguiente  artículo  (Revista  de  Valencia,  Fe- 
brero de  1883):  «Entra  por  mucho  en  las  obras  del  ingenio  la  concepción  pri- 
mitiva, lo  que  ahora  se  llama  la  creación;  pero,  á  pesar  de  encontrarla  escrita, 
no  cupo  en  la  imaginación  de  Avellaneda  el  alto  pensamiento  de  Cervantes.  La 
parte  más  difícil,  la  de  apoderarse  de  los  caracteres  principales,  comprenderlos 
y  saberlos,  ponerlos  de  relieve  con  vida,  con  verdad,  con  rigorosa  constancia, 
faltó  por  entero  al  continuador.  Don  Quijote  en  Avellaneda  no  es  el  mismo  hi- 
dalgo de  Cervantes;  entre  el  amante  ideal  de  Dulcinea  y  el  dislocado  acompa- 
ñante de  Bárbara,  media  un  abismo.  Aquél  es  el  natural,  éste  la  caricatura; 
aquél  el  rostro,  éste  la  careta;  Cervantes  pintó  el  retrato,  y  Avellaneda  lo  pre- 
sentó haciendo  muecas.» 

D.  José  de  Armas  y  Cárdenas,  en  un  libro  titulado:  El  Quijote  de  Avellaneda 
y  sus  críticos  (La  Habana,  1884,  en  4.°  de  90  págs.),  da  razonada  cuenta  de  los 
críticos  de  Avellaneda,  de  las  ediciones  y  traducciones  de  su  Quijote,  de  algunas 
otras  imitaciones,  nacionales  y  extranjeras,  del  Quijote  de  Cervantes,  compa- 
rándolas con  el  de  Avellaneda,  y  después  de  analizar  con  acierto  las  investiga- 
ciones de  sus  predecesores,  dice:  «Avellaneda  es  un  enigma  indescifrable. >  «Por 
eso  no  he  querido  presentar  un  nombre  nuevo,  sino  examinar  el  Quijote  torde- 
sillesco  y  compararlo  con  el  de  Cervantes.»  «Al  hacerlo  no  puede  menos  de 
parecer  despreciable  producto  de  un  ingenio  pequeño  y  mezquino,  pero  consi- 
déresele aislado,  examínesele  con  otras  obras  de  imaginación  que  se  publicaron 
en  su  época  y  se  verá  que  es  uno  de  los  mejores  ejemplos  de  la  novela  española 
en  el  siglo  xvii.» 

«Martín  Quijada  y  Sancho  el  Remendón.  Articulo  de  D.  César  Moreno 
García.»— (wff«/M/a  Contemporánea,  15  de  Abril  de  1896,  Madrid.) 


Imitaciones  del  Quijote  265 


Dice  que  fray  Luis  de  Granada  ha  sido  tenido  por  el  autor  del  falso  Quijote. 
Ignoro  tal  especie. 

Consigna  que  Avellaneda  falseó  el  carácter  de  Don  Quijote  y  de  Sancho 
Panza.  «Allí  no  se  ve  más  que  un  hombre,  Martín  Quijada,  que  va,  sin  causa 
que  lo  explique,  de  un  lado  para  otro,  sirviendo  de  mofa...  y  un  escudero,  imbé- 
cil más  bien  que  ignorante,  hambrón  más  que  goloso...  que  sigue  á  aquel  de- 
mente sin  esperanza  ninguna,  sin  idea  fija,  sino  como  un  autómata...» 

Reprueba  justamente  el  Sr.  Moreno  García  los  pasajes  indecentes  y  frases 
obscenas  de  Avellaneda  «que  dejan  atrás  á  muchjs  de  las  contenidas  en  esas 
novelas  que  han  dado  en  denominar  «a/^ra/w/flí.» 

Cree  el  articulista  que  «el  móvil  de  Avellaneda  al  componer  la  segunda 
parte  del  Quijote  no  fué  disputar  un  pedazo  de  gloria  al  ilustre  alcalaíno,  ni  ha- 
cerle competencia  de  ninguna  especie,  ni  arrebatarle  su  ganancia,  conforme  la 
mayor  parte  de  los  cervantistas  aseguran,  sino  protestar,  en  cierto  modo,  del 
olvido  en  que  incurrió  Cervantes  no  mentando  para  nada  en  la  obra  las  cosas 
de  la  religión  única.» 

«¿Cómo  explicarse  el  empeño  de  Avellaneda  en  hacer  que  Martín  Quijada, 
en  cuantas  ocasiones  puede,  venga  ó  no  de  propósito,  hable  de  asuntos  religio- 
sos, tropiece  en  sus  aventuras  siempre  con  frailes  y  sacerdotes,  con  canónigos  y 
con  hombres  católicos,  apostólicos,  romanos,  y  tenga  á  cada  paso  en  los  labios 
el  santo  nombre  de  algún  escogido  del  cielo?»  ...  «El  testimonio  de  Sancho,  hijo 
de  un  sacristán  teólogo,  apoyará  todavía  más  lo  que  sostenemos.  ¿Por  qué,  sino, 
se  nos  muestra  el  Remendón  conocedor  de  la  lengua  latina,  en  posesión  del 
martirologio  romano  y  entendido  en  historia  bíblica,  en  vez  de  estarlo  de  los 
asuntos  y  de  los  libros  que  trastornaron  el  seso  de  su  amo?» 

Y  siguiendo  en  esta  hipótesis  dice  el  Sr.  Moreno  García:  «i.°  En  efecto, 
Cervantes,  y  esta  es  opinión  de  muchos  cervantistas,  atacó  rudamente  á  la  In- 
quisición en  distintos  pasajes  de  su  Quijote...  2.°  Cervantes  emitió  juicios  que  á 
la  Santa  Hermandad  le  parecieron  herejes,  y  hubo  de  suprimirlos,  por  cuya 
razón  no  podemos  juzgarlos...  ¿no  se  propondría  el  fingido  Avellaneda...  des- 
agraviar á  aquel  tribunal?» 

Ambos  argumentos  son  poco  sólidos.  En  primer  lugar,  los  contados  cervan- 
tistas (no  muchos),  que  pretenden  que  Cervantes  ridiculizó  á  la  Inquisición,  se 
fundan  en  la  escena  de  la  fingida  muerte  de  Altisidora,  pasaje  de  la  2.*  parte 
que  no  estaba  publicado  cuando  Avellaneda  dio  á  luz  la  suya. 

En  segundo  lugar,  ignoro  cuáles  pasajes  hubo  de  suprimir  Cervantes  por  pa- 
recer herejes  á  los  ojos  de  la  Santa  Hermandad.  Supongo  que  no  se  referirá  el 
Sr.  Moreno  á  aquel  pasaje  expurgado  en  el  cap.  XXXVI  de  la  2.^  parte;  pues 
repito  que  ésta  no  es  probable  que  la  conociese  Avellaneda. 

Digno  remate  de  la  materia,  será  el  notable  trabajo  con  que  me  ha  favoreci- 
do D.  Marcelino  Menéndez  y  Pelayo,  dedicándome  la  eruditísima  carta  insertada 
en  el  diario  madrileño  El  Impar cial  (15  de  Febrero  de  1897),  con  este  epígra- 
fe: «Una  nueva  conjetura  sobre  el  autor  del  Quijote  de  Avellaneda.» 

Perdóneme  mi  excelente  amigo  si  los  límites  del  espacio  destinado  á  este 
punto,  rae  obligan  á  abreviar,  con  harto  sentimiento  mío,  alguno  de  los  pasajes 
de  su  trabajo,  en  el  cual  todo  es  substancioso. 

«Sin  convenir  yo  de  ningún  modo  en  las  tardías  y  extravagantes  reivindica- 
ciones de  Lesage,  de  Montiano,  de  Germond  de  Lavigne  y  de  algún  otro  tra- 
ductor, editor  ó  critico,  dictadas  unas  por  el  mal  gusto  y  otras  por  el  temerario 
y  poco  sincero  afán  de  la  paradoja,  todavía  encuentro  en  la  ingeniosa  fábula  de 
Avellaneda  condiciones  muy  estimables,  que  la  dan  un  buen  lugar  entre  las  no- 
velas de  segundo  orden  que  en  tan  gran  copia  produjo  el  siglo  xvii.  No  tiene 
su  autor  la  poderosa  fantasía,  la  fuerza  trágica,  el  inagotable  artificio  para  anu- 

Tomo  n  34 


266  Imitaciones  del  Quijote 


dar  casos  raros  y  situaciones  estupendas,  que  hacen  tan  sabrosa  la  lectura  de  las 
románticas  y  peregrinas  historias  de  D.  Gonzalo  de  Céspedes,  cuyo  tempera- 
mento de  narrador  se  parecía  un  tanto  al  del  viejo  Dumas  ó  al  de  nuestro  Fer- 
nández y  González.  No  tiene  tampoco  las  dotes  de  delicada  y  á  veces  profunda 
observación  moral,  de  varia  y  amena  cultura,  de  urbano  gracejo  y  cortesana 
filosofia,  que  tanto  resplandecen  en  los  numerosos  escritos  del  simpático  y  olvi- 
dado Salas  Barbadillo.  Ni  con  Castillo  Solórzano  compite  en  el  vigor  picaresco 
de  las  novelas  festivas,  ni  en  la  varia  invención  y  caprichosa  urdimbre  de  los 
cuentos  de  amores  y  aventuras.  Todos  estos  novelistas  y  otros  que  aquí  se  omi- 
ten, aventajan  ciertamente  al  pseudoAvellaneda  en  muchas  cualidades  natura- 
les y  adquiridas,  pero  no  puede  decirse  que  le  aventajen  en  todas;  y  además 
suelen  adolecer  de  resabios  culteranos  y  conceptistas  que  en  él  no  existen,  ó  son 
menos  visibles.  El  decir  de  Avellaneda  es  terso  y  fácil;  su  narración  clara  y  des- 
pejada, aunque  un  poco  lenta;  hay  algunos  episodios  interesantes  y  bien  imagi- 
nados; el  chiste  es  grosero,  pero  abundantísimo  y  espontáneo;  la  fuerza  cómica 
brutal,  pero  innegable;  el  diálogo,  aunque  atestado  de  suciedades  que  levantan 
el  estómago  en  cada  página,  es  propio  y  adecuado  á  los  figurones  rabelesianos 
que  el  novelista  pone  en  escena.  Lo  que  decididamente  rebaja  tal  libro  á  una 
categoría  inferior,  no  sólo  respecto  de  la  obra  de  genio  que  Avellaneda  tosca- 
mente profanaba,  sino  respecto  de  otras  muchas  de  aquel  tiempo  que  no  pasan 
de  ingeniosas  y  amenas,  es  el  bajo  y  miserable  concepto  que  su  autor  muestra 
de  la  vida,  la  vulgaridad  de  su  pensamiento,  la  ausencia  de  todo  ideal  y  de  toda 
elevación  estética,  el  feo  y  hediondo  naturalismo  en  que  con  delectación  se  re- 
vuelca, la  atención  predominante  que  concede  á  los  aspectos  más  torpes,  á  las 
funciones  más  ínfimas  y  repugnantes  del  organismo  animal.  No  es  un  escritor 
pornográfico,  porque  no  lo  toleraban  ni  su  tiempo  ni  el  temple  de  su  raza,  pero 
«s  escritor  escatológico  y  de  los  peor  olientes  que  puedan  encontrarse. » 

«Pero  esta  misma  baja  tendencia  de  su  espíritu  hace  inestimable  su  obra,  en 
cuanto  sirve  para  graduar  por  comparación  6  más  bien  por  contraposición  los 
méritos  de  la  de  Cervantes.  El  continuador  se  apodera  de  los  tipos  creados  por 
su  inmortal  predecesor,  pero  sólo  acierta  á  ver  en  ellos  lo  más  superficial,  y  en 
•esto  se  encarniza  abultándolo  en  caricatura  grosera.  Ni  el  delicado  idealismo 
del  hidalgo  manchego,  ni  el  buen  sentido  de  su  escudero,  salen  bien  librados  de 
sus  pecadoras  manos,  las  cuales  parece  que  tienen  el  don  de  ensuciar  y  manci- 
llar todo  lo  que  tocan.» 

«Tiene,  pues,  e!  Quijote  de  Avellaneda,  aparte  de  sus  méritos  positivos,  si 
bien  secundarios,  el  de  ser  una  piedra  de  toque,  que  sirve  al  crítico  y  al  intér- 
prete de  Cervantes  para  estimar  y  aquilatar  debidamente  lo  que  sólo  al  genio  es 
dado  crear,  y  lo  que  puede  dar  de  sí  la  ingeniosa  y  experta  medianía,  aun  alec- 
cionada por  tan  grande  ejemplo  y  procurando  remedarle,  como  remeda  el  mono 
las  obras  del  ser  racional.  Y  sirve,  además,  para  otra  enseñanza  estética,  de  ca- 
rácter todavía  más  general,  es  á  saber,  para  mostrar  práctica  y  experimental- 
mente  la  diferencia  profunda  que  media  entre  el  grande  y  humano  realismo  de 
un  Cervantes  ó  de  un  Shakespeare  (por  ejemplo)  y  el  naturalismo  de  muchos 
franceses  modernos,  en  cuyas  filas  se  hubiera  alistado  con  grande  entusiasmo  el 
falso  Avellaneda,  si  hubiese  llegado  á  conocerlos.  La  Ttrre  de  Zola,  por  ejem- 
plo, y  este  Quijoíe  apócrifo  parecen  libros  de  la  misma  familia.» 

Entrando  el  Sr.  Menéndez  y  Pelayo  en  el  examen  de  las  soluciones  que  se 
han  presentado  para  averiguar  el  nombre  del  autor  áé\.  falso  Quijote,  califica  de 
débiles  los  indicios  gramaticales  que  Pellicer  y  otros  hallan  para  tenerle  por 
aragonés  y  dice:  «si  no  hubiera  otros  para  tener  por  aragonés  á  Avellaneda,  no 
sería  yo  ciertamente  quien  se  atreviese  á  afirmar  su  patria.  La  afirmo  sólo  bajo 
la  fe  de  Cervantes,  que  me  parece  imposible  que  la  ignorase,  á  pesar  de  la  forma 
un  tanto  dubitativa  en  que  se  expresa.» 


Imitaciones  del  Quijote  267 


De  acuerdo  con  Tubino,  y  con  gran  copia  de  razones,  rechaza  las  opiniones 
de  todos  los  que  han  atribuido  á  fray  Luis  de  Aliaga  la  paternidad  del  Quijote 
malo  y  de  la  Venganza  de  la  lengua  española^  y  aduce  estas  nuevas  y  oportunas 
reflexiones:  «¿Dónde  hay  el  menor  indicio  de  que  Aliaga  pensara  nunca  en  tales 
cosas,  ni  tuviese  ningún  género  de  relación  con  los  grandes  ingenios  de  su 
tiempo,  á  quienes  acaso  no  conoció  ni  aun  de  vista  y  á  cuyas  querellas  perma- 
neció seguramente  ajeno?  Si  Cervantes  le  hubiera  ofendido  (cosa  de  todo  punto 
improbable  porque  Cervantes  no  cultivó  jamás  la  sátira  política,  única  que 
podía  herir  á  Aliaga,  como  le  hirió  con  la  pluma  del  conde  de  Villamediana), 
¿no  tendría  á  mano  el  iracundo  y  poderoso  fraile  medios  más  rápidos  y  eficaces 
de  venganza  que  el  continuar  ó  parodiar  con  tanta  nema  la  obra  de  su  enemigo, 
empezando  por  cubrirse  el  rostro  con  triple  máscara?» 

Prescinde  también  justamente  de  la  conjetura  que  hace  años  apunto  don 
Adolfo  de  Castro  sobre  fray  Alonso  Fernández,  elegante  historiador  de  la  ciudad 
de  Plasencia. 

Respecto  á  Andrés  Pérez,  autor  de  La  Pícara  Justina,  que  Benjumea  preten- 
de que  también  lo  es  del  falso  Don  Quijote,  dice  con  razón  el  Sr.  Menéndez  y  Pe- 
layo:  «opinión  que  resulta  de  todo  punto  inadmisible  cuando  se  leen  juntas  una 
y  otra  producción,  tan  desemejantes  entre  sí,  que  nadie  por  muy  estragado  que 
tenga  el  paladar  crítico,  puede,  sin  evidente  dislate,  suponerlas  de  la  misma 
mano.  El  que  escribió  La  Pícara  Justina  era  hombre  de  poca  inventiva,  de 
perverso  gusto  y  de  ningún  juicio,  y  en  este  concepto  mereció  la  sátira  de  Cer- 
vantes, pero  poseía  un  caudal  riquísimo  de  dicción  picaresca,  y  una  extraña  ori- 
ginalidad de  estilo,  en  la  cual  cifraba  todos  sus  conatos,  esforzándose  siempre 
por  decir  las  cosas  del  modo  más  revesado  posible,  con  mucho  lujo  de  colores 
chillones  y  de  abigarradas  y  grotescas  asociaciones  de  ideas  y  de  palabras, 
atento  siempre  á  sorprender  más  que  á  deleitar,  y  más  á  lucir  el  ingenio  propio 
que  á  interesar  al  lector  con  el  insulso  cuento  de  las  aventuras  de  su  heroína. 
De  este  modo  consiguió  hacer  un  libro  estrafalario,  obscuro  y  fastidioso,  que 
pasa  por  muy  libre  entre  los  que  no  le  han  leído,  aunque  quizá  no  le  haya  más 
inofensivo  en  toda  la  galería  de  las  novelas  picarescas.» 

«En  este  monumento  de  mal  gusto,  todas  las  cosas  están  dichas  por  los  más 
interminables  rodeos;  y  las  descripciones,  muy  curiosas  por  otra  parte,  que  el 
libro  contiene,  de  la  vida  popular  en  León  y  comarcas  limítrofes,  yacen  ahoga- 
das bajo  tal  profusión  de  garambainas,  paranomasfas,  retruécanos,  idiotismos, 
proloquios  familiares,  alusiones  enmarañadas  y  pedanterías  de  todo  género,  que 
el  libro  se  convierte  en  rompecabezas^  y  á  ratos  parece  escrito  en  otra  lengua 
diversa  de  la  castellana,  no  ciertamente  porque  el  autor  la  ignorase,  sino  al 
revés,  porque  sabiéndola  demasiado  (si  en  esto  cabe  exceso),  pero  careciendo  de 
discreción  y  gusto  para  emplearla,  derrama  á  espuertas  su  diccionario,  y  quiere 
disimular  su  indigencia  de  pensamiento  con  el  tropel  y  la  orgía  de  las  palabras. 
Era  lo  que  hoy  llamaríamos  un  decadente,  pero  tuvo  la  desgracia  de  nacer  antes 
de  tiempo  y  no  formó  escuela.  Lo  más  tenebroso  de  Quevedo  y  Gracián  parece 
diáfano  en  comparación  con  esta  interminable  charada  novelesca,  que  afortuna- 
damente no  pasó  del  primer  tomo,  pero  que  según  el  plan  de  su  autor  debía 
tener  muchos  más.» 

«Tal  era  el  estilo  que  en  sus  obras  de  amenidad  gastaba  el  demasiado  inge- 
nioso dominico  de  León.  Cotéjese  una  sola  página  suya  con  otra  cualquiera  del 
Quijote  de  Tordesillas  y  el  pleito  quedará  fallado  sin  apelación.  No  puede  haber 
dos  estilos  más  opuestos.  Los  defectos  de  Avellaneda  son  precisamente  defectos 
contrarios  á  los  de  La  Pícara  Justina.  Avellaneda  es  vulgar  muchas  veces,  flojo 
y  desaliñado  otras,  pero  llano  y  transparente  siempre.  Dice  lo  que  quiere  decir, 
con  giros  de  la  lengua  de  todo  el  mundo,  sin  afectaciones  ni  retorceduras  de 


268  Imitaciones  del  Quijote 


ninguna  clase.  Sabe  contar,  sabe  inventar  chistosos  incidentes  y  peripecias  agra- 
dables, sabe  ligar  sus  narraciones  y  graduar  el  interés  de  ellas.  Es  un  novelista 
mediano,  pero  estimable  en  su  línea.  Fray  Andrés  Pérez  nada  sabe  de  esto;  toda 
su  riqueza  consiste  en  palabras:  sus  cuentos  no  tienen  pizca  de  gracejo,  ni  si- 
quiera de  aquella  especie  ínñma  y  chabacana,  que  en  Avellaneda  abunda  tanto: 
sus  narraciones  lentas  y  desgarbadas  infunden  sueño:  su  continua  pretensión  de 
agudeza  y  brillantez  le  hace  romper  el  hilo  á  cada  momento :  y  por  último  no 
hay  en  todo  el  libro  arte  de  composición,  ni  siquiera  rastro  de  él.  Tampoco  se 
puede  decir  que  ambos  autores  se  asemejen  en  sus  infracciones  á  las  leyes  de  la 
decencia  artística  y  moral.  Avellaneda  es  un  escritor  continuamente  sucio,  y  al- 
gunas veces  torpe  y  libidinoso.  Fray  Andrés  Pérez,  si  se  prescinde  de  algunas 
lozanías  de  expresión,  toleradas  entonces  en  todo  género  de  libros  de  recreación 
y  pasatiempo,  es  un  escritor  honesto  y  comedido,  que  habrá  fastidiado  á  mucha 
gente,  pero  que  de  seguro  no  ha  inducido  á  mal  pensamiento  á  nadie,  á  pesar 
del  título  sospechoso  de  su  libro,  y  de  los  encarecimientos  y  cautelas  de  su  pró- 
logo...» 

Refuta  la  opinión  de  Benjumea,  quien  vio  en  el  Quijote  tordesillesco  vma 
nueva  venganza  de  Blanco  de  Paz  contra  Cervantes,  y  tras  aquel  personaje  el 
misterioso  poder  del  Santo  Oficio,  cempefiado  en  aniquilar  la  obra  liberal  de 
Cervantes,  substituyéndola  con  otro  Quijote  ortodoxo*.  €¿Y  por  dónde  sabemos, 
— dice  el  Sr.  Menéndez  y  Pelayo, — que  Blanco  de  Paz  viviera  todavía  en  1614? 
¿Y  por  dónde  podemos  inferir  que  fuera  capaz  de  componer  ningún  libro  bueno 
ni  malo:  ¿No  tendría  Cervantes  en  toda  su  vida  más  émulos  que  aquel  indigno 
clerizonte  á  quien  se  hace  demasiado  favor  con  suponerle  capaz  de  otra  cosa  que 
de  viles  delaciones?» 

Harto  conoció  Benjumea  lo  deleznable  de  su  conjetura,  puesto  que,  según  ya 
he  dicho,  la  abandonó  en  1875,  publicando  El  Mensaje  de  MerÜn,  en  donde 
opina  que  Avellaneda,  fué  el  dominico  fray  Andrés  Pérez. 

Pasa  luego  el  eminente  crítico  á  combatir  la  especie,  propalada  por  Ger- 
mond  de  la  Vigne,  de  que  tras  de  Avellaneda,  se  ocultó  Bartolomé  Leonardo  de 
Argensola.  He  aquí  su  juicio:  <la  principal  razón  que  yo  tengo  para  no  admitir 
ni  por  un  momento  la  atribución  al  Rector  de  Villahermosa,  es  el  contraste  evi- 
dente y  palmario  entre  la  prosa  de  Avellaneda,  expresiva  y  abundante,  pero  des- 
aliñada, y  con  muy  poco  sabor  de  erudición  ni  de  buenas  letras,  y  la  prosa  de 
Bartolomé  Leonardo  de  Argensola,  cultísima,  pulquérrima,  quizá  en  demasía 
acicalada  y  pomposa,  pero  siempre  rotunda  y  noble,  como  vaciada  en  moldes 
clásicos  por  uno  de  los  ingenios  españoles  más  penetrados  del  espíritu  del  Re- 
nacimiento y  más  hábiles  para  aclimatar  en  nuestra  lengua  las  bellezas  de  los 
antiguos.  Confundir  una  página  de  la  Conquista  de  las  Malucas  con  otra  del 
Quijote  de  Avellaneda,  sería  dar  la  más  insigne  prueba  de  ineptitud  y  de  mal 
gusto,  ¿En  qué  escrito  de  Argensola  podrán  encontrarse  los  provincialismos,  vul- 
garismos y  solecismos  que  en  el  libro  de  Avellaneda  se  han  notado?  Aragoneses 
eran  uno  y  otro,  pero  ya  dijo  Lope  de  Vega,  y  la  posteridad  lo  ha  confirmado, 
que  Argensola  vino  de  Aragón  á  enseñar  la  lengua  castellana.  ¿Cómo  el  grave 
moralista  había  de  caer  en  las  torpezas  que  desdoran  el  libro  de  Avellaneda? 
¿Cómo  el  delicado  imitador  de  la  culta  urbanidad  y  suave  filosofía  de  las  epís- 
tolas y  sermones  horádanos,  había  de  complacerse  en  los  bestiales  regodeos  por 
donde  corre  desenfrenado  el  villano  gusto  de  Avellaneda?» 

A  á  renglón  seguido  vienen  estos  notables  párrafos  concernientes  al  Fénix 
de  los  Ingenios: 

«Más  valedores  cuenta  la  opinión  de  los  que  quieren  hacer  á  Lope  de  Vega 
el  triste  regaio  de  este  libro,  que  nada  añadiría  á  su  gloria  y  que  rebajaría  en 
gran  manera  su  carácter  moral,  que  ciertamente  no  fué  irreprensible,  como  tam- 


Imitaciones  del  Quijote  269 


poco  el  de  Shakespeare,  sin  que  por  eso  dejen  de  ser  uno  y  otro  los  más  gran- 
des poetas  dramáticos  del  mundo.» 

Después  de  hablar,  en  elocuentes  párrafos,  de  las  enemistades  entre  Lope  de 
Vega  y  Cervantes,  (punto  que  he  empezado  á  tratar  ya  [280],  y  que  continuaré 
tratando  en  la  Seccción  «Censuradores  de  Cervantes),»  prosigue  su  eruditísima 
argumentación: 

«Sabida  la  enemistad  más  ó  menos  profunda  y  duradera  entre  Cervantes  y 
Lope,  no  es  maravilla  que  algunos  hayan  atribuido  al  segundo  la  composición 
del  falso  Quijote,  y  que  otros,  sin  llegar  á  tanto,  le  achaquen  cierto  género  de 
complicidad  en  la  publicación  de  este  libro,  fundándose  especialmente  en  los 
elogios  que  de  su  persona  hace  el  encubierto  autor  en  el  prólogo  y  en  otras 
partes  de  la  novela,  y  en  lo  mucho  que  muestra  dolerse  de  los  ataques  de  Cer- 
vantes contra  él.> 

«Que  Lope  sea  autor  del  Quijote  de  Avellaneda,  es  cosa  de  todo  punto  inad- 
misible. El  estilo  tan  característico  de  esta  novela  nada  tiene  que  ver  con  nin- 
guna de  las  varias  maneras  que  como  prosista  tuvo  Lope.  No  se  parece  ni  á  la 
prosa  poética  y  latinizada  de  La  Arcadia  y  de  El  Peregrino  en  su  pattia,  ni  á 
la  gallarda  y  elegante  prosa  histórica  del  Triunfo  de  la  fi  en  los  reinos  del  Za- 
fón; ni  á  la  sabrosa,  natural,  expresiva  y  agraciada  dicción  de  muchas  escenas 
de  la  Dorotea,  que  á  ratos  se  atreve  á  competir  con  la  misma  Celestina;  ni,  final- 
mente, al  truhanesco  gracejo  de  las  cartas  familiares,  que  si  honran  poco  al  hom- 
bre, valen  mucho  por  la  ingeniosidad  y  el  chiste.  Pero  aun  en  esta  correspon- 
dencia secreta,  donde  el  gran  poeta  rompe  desgraciadamente  todo  freno,  nada 
hay  que  se  parezca  á  la  torpe  grosería  de  Avellaneda.  Y  cuando  escribe  para  el 
público,  hasta  cuando  traza  cuadros  de  malas  costumbres,  que  no  podían  faltar 
en  su  inmenso  teatro,  si  había  de  ser,  como  es,  trasunto  completo  de  la  comedia 
humana,  procede  con  cierta  parsimonia  y  buen  gusto  que  jamás  conoció  Avella- 
neda. Así  en  La  Dorotea  misma,  en  El  Anzuelo  de  Fenisa,  en  El  Rufián  Cas- 
trucho,  en  El  Arsenal  de  Sevilla.  Nunca  en  sus  más  libres  desenfados,  se  con- 
funde la  noble  musa  de  Lope  y  de  Tirso  con  el  brutal  realismo  de  Avellaneda, 
que  es  propio  y  peculiar  suyo  entre  todos  los  autores  de  aquel  siglo.» 

«Si  Lope  no  escribió  el  Quitóte  de  Avellaneda,  ¿pudo  inspirarle  á  lo  menos? 
La  posibilidad  no  se  niega,  pero  el  hecho  es  inverosímil.  En  1605,  año  de  la 
publicación  del  Quijote,  empieza  la  correspondencia  autógrafa  de  Lope  con  el 
duque  de  Sessa,  y  continúa  hasta  1633,  dos  años  antes  de  la  muerte  de  Lope,  y 
muchos  después  de  la  de  Cervantes.  Pues  bien,  en  esta  enorme  y  reservada  corres- 
pondencia, donde  Lope  procede  ún  ningtin  género  de  disimulo  y  hace  las  más 
tristes  confesiones;  en  esta  correspondencia,  donde,  por  otra  parte,  abundan  tan- 
to las  noticias  literarias,  políticas  y  de  todo  género,  no  hay  una  sola  palabra  que 
se  refiera  al  Quijote  de  Tordesillas  ni  á  su  autor.  Esforzando  el  argumento  nega- 
tivo, podría  dudarse  hasta  de  que  Lope  hubiese  visto  el  libro  impreso  en  Tarra- 
gona, que  los  contemporáneos  como  es  sabido,  miraron  con  la  mayor  indiferen- 
cia...» ¿Cómo  era  posible  que  un  libro  de  Lope,  ó  inspirado  y  patrocinado  por 
él,  no  excitase  por  lo  menos  la  curiosidad,  teniendo  además,  como  tenía,  las  cua- 
lidades literarias  que  es  imposible  negar  al  Quijote  de  Avellaneda?» 

«Que  Avellaneda  era  admirador  de  las  estupendas  é  innumerables  comedias 
de  Lope  de  Vega,  bien  á  la  vista  está  desde  las  primeras  líneas  de  su  prólogo. 
Pero,  ¿qué  español  (fuera  de  algún  pedante  como  Torres  Rámila)  dejaba  de  ad- 
mirar entonces  el  prodigioso  ingenio  de  Lope?  La  voz  del  oscuro  Avellaneda  no 
era  más  que  una  de  tantas  como  se  alzaban  en  esta  apoteosis  de  un  poeta  que, 
á  haber  nacido  en  las  edades  heroicas,  hubiera  tenido  templos  y  sacerdotes  como 
Homero. » 

«No  creo  necesario  detenerme  á  impugnar  la  paradoja  que  por  mero  juego 


3^o  Imitaciones  del  Quijote 


de  ingenio,  si  no  me  equivoco,  sostuvo  en  1874  D.  Adolfo  de  Castro,  atribuyen- 
do el  apócrifo  Quijote  al  insigne  poeta  dramático  D.  Juan  Ruiz  de  Alarcón.» 

«Nuestro  amigo  el  Sr.  Castro  hizo  alarde  una  vez  más  del  prodigioso  cono- 
cimiento que  tiene  de  la  literatura  española  del  siglo  xvii,  pero  no  convenció,  ni 
podía  convencer  á  nadie,  ni  quizá  él  mismo  estaba  convencido  de  lo  que  sus- 
tentaba. No  puede  haber  antítesis  más  completa  que  la  del  soez  y  desvergonza- 
do Avellaneda,  y  el  delicadísimo  poeta  terenciano,  el  suave  y  profundo  mora- 
lista, el  intérprete  más  humano  del  ideal  caballeresco,  el  más  reflexivo  y  correcto 
de  los  ingenios  de  su  tiempo,  el  que  menos  concesiones  hizo  ni  al  vulgo  ni  al 
torrente  de  la  improvisación.  El  sentido  de  belleza  moral  que  se  difunde  como 
escondido  aroma  por  todas  las  venas  del  teatro  alarconiano;  el  alto  y  generoso 
concepto  de  la  vida  que  en  el  resplandece;  el  sello  de  distinción  aristocrática 
que  sin  esfuerzo  le  realza;  la  continua  pulcritud  de  pensamiento  y  de  expresión 
que  solo  en  alguna  comedia  de  su  juventud  puede  echarse  de  menos,  son  dotes 
y  condiciones  tales  que  hacen  ética  y  estéticamente  imposible  que  Alarcón  pu- 
diera escribir  ni  una  sola  página  de  las  que  llevan  el  nombre  del  licenciado  tor- 
desillesco.  Y  como  la  vida  de  Alarcón,  estuvo  en  perfecto  acuerdo  con  la  doc- 
trina de  sus  escritos,  tampoco  se  le  puede  achacar  la  vileza  de  haber  injuriado, 
sin  motivo  ni  provocación,  á  Cervantes,  de  quien  no  consta  que  fuese  ni  amigo  ni 
enemigo,  y  á  quien  solo  pudo  alcanzar  en  sus  últimos  años,  puesto  que  Alarcón 
volvió  de  Méjico  en  i6ii.  Y  aunque  generalmente  se  supone  que  ya  habían  te- 
nido relaciones  literarias  en  Sevilla,  en  1606,  todo  el  crédito  de  esta  aseveración 
estriba  en  que  sea  de  Cervantes  la  carta  descriptiva  del  festejo  de  San  Juan  de 
Alfarache,  lo  cual  podrá  parecer  más  ó  menos  verosímil,  pero  dista  mucho  de 
ser  artículo  de  fe,  puesto  que  solo  se  funda  en  coincidencias  de  estilo,  que  cada 
cual  ve  y  entiende  á  su  modo.» 

«Solo  me  resta  presentar  los  títulos  de  mi  candidato...  El  que  yo  quiero  fa- 
vorecer con  la  ganga  del  falso  Quijote  (en  lo  cual  ciertamente  no  se  si  le  hago 
un  favor  ó  un  disfavor  postumo),  lleva  el  oscurísimo  nombre  de  Alfonso  Lamber- 
to. Su  estado  civil  me  es  desconocido:  solo  puedo  decir  de  él  que  era  aragonés  y 
poeta.  Los  indicios  que  tengo  para  adjudicarle  la  paternidad  de  la  disputada 
novela,  pueden  exponerse  en  pocas  palabras,  y  no  proceden  de  fuente  muy  re- 
cóndita.» 

Aceptando  como  verdadera  la  inducción  de  Pellicer  (que  ya  he  explanado 
antes),  de  que  el  poeta  aragonés  designado  con  el  nombre  de  Sancho  Panza  en 
los  dos  vejámenes  de  las  justas  de  Zaragoza  sea  efectivamente  «el  temerario  ri- 
val de  Cervantes»,  dice  el  Sr.  Menéndezy  Pelayo: 

«Solo  un  poeta  de  los  citados  por  él  (Pellicer),  concurrió  á  los  dos  certáme- 
nes, y  este  poeta  es  Alfonso  Lamberto.  El  es,  por  tanto,  el  Sancho  Panza,  del 
uno  y  del  otro  vejamen.  Solo  puede  quedar  el  escrúpulo  de  que  quizá  entre  los 
poetas  cuyos  nombres  (no  sé  por  qué)  omite  Pellicer,  en  vez  de  presentar  la  lista 
completa,  haya  algún  otro  repetido;  duda  de  que  no  podríamos  salir  sino  en 
presencia  del  códice  mismo.  Pero,  entretanto,  queda  sólo  Alfonso  Lamberto  cuya 
causa  se  fortifica,  como  veremos,  con  otros  indicios.»  «No  tengo  noticias  del 
mismo,  pero  sí  de  otro  poeta  aragonés  contemporáneo  y  seguramente  deudo 
suyo.  Llamóse  D.  Martín  Lamberto  Ifiíguez.»  Describe  aquí  las  obras  en  que  se 
habla  de  este  Martin  Lamberto. 

«¿Y  no  dejaría  el  incógnito  autor  del  Quijote  alguna  indicación  de  su  per- 
sona en  el  texto  de  su  mismo  libro,  según  suelen  hacer  los  que,  escribiendo  obras 
anónimas  y  clandestinas,  no  quieren,  sin  embargo,  por  vanagloria  literaria,  re- 
nunciar totalmente  á  la  esperanza  de  que  algún  lector  avisado  les  levante  la  más- 
cara cuando  no  haya  peligro  en  ello?  Tal  pensaba  yo,  cuando  de  pronto  hirieron 


Imitaciones  del  Quijote  27a 


mi  vista  las  primeras  palabras  del  primer  capítulo  del  falso  Quijote^  las  cuales  á 
la  letra  dicen:  El  sabio  Alisolan,  historiador,  no.  Soy  poco  aficionado  á  los  ana- 
gramas, y  estoy  escarmentado  de  ellos  por  el  ejemplo  de  Benjumea,  pero  éste, 
para  casualidad,  me  parece  mucho.  En  estas  cinco  palabras  van  embebidas  las 
catorce  letras  del  nombre  y  apellido  de  Alonso  Lamberto,  sin  más  diferencia  que 
haber  cambiado  la  m  en  n:  cambio  que  nada  significa  tratándose  de  dos  letras 
que  delante  de  la  b  suenan  del  mismo  modo.  Puede  usted  comprobarlo  prácti- 
camente numerando  las  letras: 

El     sabio     Alisolan     hist     o     riador     no 
117       8  10     6     I  2    5  3        4  13  14  12  9 

tLo  que  más  confianza  me  da  de  haber  acertado  son  los  muchos  ejemplos  de 
este  género  de  escritura  criptográfica  que  pueden  encontrarse,  desde  el  famoso 
acróstico  de  las  Partidas  hasta  el  revesado  procedimiento  de  que  se  valió  el  au- 
tor de  la  Tragicomedia  de  Lisandro  y  Roselía. » 

«Pero  ya  preveo  una  objeción  y  quiero  contestar  á  ella.  El  autor  del  falso 
Quijote  dice  terminantemente,  queriendo  disculpar  con  ello  su  mala  acción,  que 
Cervantes  le  había  ofendido  á  él  y  á  Lope  de  Vega.  ¿En  qué  ó  cómo  pudo  ofen- 
der Cervantes  á  Alfonso  Lamberto,  personaje  desconocido  y  que  para  nada  sue- 
na en  la  biografía  del  principe  de  nuestros  ingenios?» 

«¿Pero  por  ventura  esta  biografía  no  está  aun  llena  de  oscuridades?...  hasta 
su  estado  económico  y  social,  continúa  siendo  un  enigma,  que  cada  vez  se  va 
complicando  más  con  el  hallazgo  de  nuevos  documentos.» 

«Durante  su  vida  errante  y  aventurera  (en  el  mejor  sentido  de  la  palabra), 
Cervantes  hubo  de  conocer  á  toda  casta  de  gentes,  y  es  indudable  que  recorrió 
la  mayor  parte  de  España.  No  consta  su  residencia  en  Aragón  en  tiempo  algu- 
no, pero  estaba  muy  enterado  de  las  cosas  de  aquel  reino,  como  puede  verse  en 
la  segunda  parte  del  Quijote^  y  debía  de  tener  algunas  relaciones  literarias  en  Za- 
ragoza, como  lo  prueba  el  hecho  de  haber  obtenido  en  1597  el  primer  premio 
por  una  glosa  en  quintillas  en  un  certamen  celebrado  por  los  dominicos  de 
aquella  ciudad  en  honor  de  San  Jacinto.  Acaso  comenzarla  entonces  la  rivalidad 
de  Alfonso  Lamberto,  si  es  que  concurrió  al  mismo  certamen  y  no  fué  pre- 
miado.» 

«¿A  tal  distancia,  quien  podrá  descubrir  en  el  Quijote  las  alusiones  á  Alfonso 
Lamberto?  Si  tenía  realmente  el  mote  de  Sancho  Panza^  y  no  se  le  pusieron  los 
zaragozanos  después  de  impreso  su  libro,  la  ofensa  pudo  consistir  en  esta  apli- 
cación, y  este  será  uno  de  los  sinónimos  voluntarios,  es  decir  apodos,  de  que  él 
se  queja  en  su  prólogo.  Pero  yo  sospecho  que  Alfonso  Lamberto  está  designado 
en  la  primera  parte  del  Quixote  con  otro  seudónimo.» 

«Sabe  usted  que  los  versos  que  anteceden  á  la  primera  parte  del  Quijote  no 
están  enlazados  de  modo  alguno  con  el  tema  del  libro...  Estos  versos,  además 
de  ser  una  parodia  de  los  elogios  enfáticos  que  solían  ponerse  al  frente  de  los 
libros,  tienen  escondido  algún  misterio,  que  para  los  contemporáneos  no  lo  se- 
rla ciertamente.  Las  alusiones  á  Lope  de  Vega  se  traslucen  todavía,  pero  debe 
de  haber  otras.  El  soneto  de  Solisdan  me  da  mucho  que  pensar.  Este  personaje 
no  figura  en  ningún  libro  de  caballerías  conocido  hasta  ahora,  y  por  tanto  debe 
de  ser  burlesca  invención  de  Cervantes.  Su  nombre,  quitándole  una  i,  es  ana- 
grama perfecto  de  D.  Alonso.  ¿Será  por  ventura  el  sabio  historiador  Alisolan  y 
el  Alfonso  Lamberto  de  Zaragoza?  En  este  caso  no  se  le  puede  confundir  con 
Sancho  Panza,  puesto  que  habla  de  él  en  el  soneto: 

Y  si  la  vuesa  linda  Dulcinea, 
Desaguisado  contra  vos  comete 


2^2  Imitaciones  del  Quijote 


Ni  á  vuesas  cuitas  muestra  buen  talante. 
En  tal  desmán  vueso  conorte  sea, 
Que  Sancho  Panza  fut  mal  alcahuete, 
Necio  él,  dura  ella,  y  vos  no  amante. 

¿Qué  quiere  decir  todo  esto?  En  la  primera  parte  del  Quijote,  ni  Dulcinea  co- 
mete desaguisado,  ni  Sancho  Panza  es  alcahuete  bueno  ni  malo.  Evidentemente 
se  alude  aquí  á  otras  cosas  y  personas.  ¿Quienes  pueden  ser  éstas?  ¿Quién  el 
Don  Quijote  apaleado  vegadas  mil  por  follones  cautivos  y  raheces? 

No  presumo  de  averiguarlo,  á  lo  menos  por  ahora.  Sólo  sé  que  el  gran  Mece- 
nas de  Lope,  el  duque  de  Sessa,  fué  varias  veces  acuchillado  por  más  de  una 
Dulcinea  quebradiza;  y  sé  también  que  el  gran  poeta  le  sirvió  demasiado  en  sus 
pecaminosos  empeños.  Si  á  ellos  alude  el  soneto,  habrá  que  suponer  que  el  don 
Alonso  ó  Solisdán  estaban  en  las  intimidades  del  duque  y  de  Lope  de  Vega,  cosa 
difícil  de  admitir,  porque  en  ninguno  de  los  billetes  de  Belardo  d  Lucila,  suena ' 
tal  nombre.  > 

(Yo  creo  que  en  ese  verso  Cervantes  no  aludió  á  persona  alguna,  sino  al 
mismo  héroe  de  su  novela,  quien  en  verdad,  fué  apaleado  vegadas  mil  por  mo- 
zos, yangüeses,  y  por  toda  clase  de  follones  cautivos.} 

«Pero  todo  esto — prosigue  el  Sr.  Menéndez  y  Pelayo, — es  demasiado  conje- 
tural y  no  nos  puede  llevar  á  ninguna  parte  mientras  no  sepamos  con  precisión 
que  casta  de  pájaro  era  el  Alfonso  Lamberto.  Yo  sólo  puedo  añadir  á  lo  dicho 
que  no  veo  inconveniente  en  atribuirle  también  la  Venganza  de  la  lengua  espa- 
ñola, tenida  generalmente  por  de  la  misma  pluma  que  el  Quijote  de  Avellaneda. 
El  seudónimo  de  D.  Juan  Alonso  Laureles,  recuerda  algo  su  nombre  verdadero; 
y  el  punto  de  la  impresión,  Huesca,  parece  adecuado  para  un  autor  oriundo  del 
alto  Aragón,  como  Lamberto  lo  era.» 

«No  me  lisonjeo  de  haber  acertado  con  la  solución  del  enigma.  Digo  sólo  que 
mi  hipótesis  me  parece  más  verosímil  que  las  anteriores,  pero  no  tengo  esperanza 
de  que  prevalezca.» 

«No  aspiro  á  la  novedad,  sino  al  acierto;  y  francamente  en  una  cuestión  de 
hecho,  me  agradaría  más  haber  acertado  que  ser  original  y  extravagante,  aunque 
alguien  me  llame  ingenioso.» 

432. — Algunas  observaciones  sobre  el  Quijote  de  Avellaneda. 

Art.  de  D.»  Blanca  de  los  Ríos  de  Lamperez  en  La  España  Moderna,  re- 
vista de  Madrid  (Mayo  de  1837). 

En  el  momento  de  entrar  este  pliego  en  prensa  llega  á  mis  manos  el  trabajo 
de  la  laureada  escritora,  y  sólo  podré  dar  de  él  rapidísima  cuenta.  Siento  no  po- 
der, por  tal  motivo,  rebatir  una  por  una  las  aseveraciones  de  la  erudita  Sra.  de 
los  Ríos,  tarea  que,  por  lo  demás,  sería  fácil,  porque  ninguno  de  sus  argumentos 
se  halla  probado. 

Todo  son  meras  conjeturas;  algunas  de  ellas  ingeniosas,  pero  en  conjunto 
sin  base  fundamental. 

I.*  Supone  D.ft  Blanca  que  Cervantes  tomó  por  tipo  de  su  Sancho  á  fray 
Gabriel  Tellez,  (Tirso  de  Molina);  y  que  éste  para  vengarse  escribió  el  falso 
Quijote. 

2.'  Dice:  «que  el  Quijote  de  Tordesillas  está  escrito  por  un  discípulo  y  alle- 
gado de  Lope,  á  quien  dolieron  las  injustas  censuras  de  Cervantes  al  teatro  del 
Fénix;  pero,  que  por  toda  la  obra  circula  una  marcadísima  corriente  satírica 
contra  Lope,  y  se  manifiestan  alusiones  tan  claras  y  evidentes  que  no  dejan  lu- 
gar á  duda  de  que  quien  escribió  el  libro  tenía  por  objeto,  tanto  el  contradecir 


Imitaciones  del  Quijote  273 


á  Cervantes  como  el  zaherir  á  Lope».  Nada  de  esto  resulta  del  Quijote  de  Ave- 
llaneda. 

Continúa  afirmando  la  autora  que  «Tirso  se  arrojó  á  defender  desde  sus  pri- 
meros pasos  el  drama  nacional  y  la  escuela  de  Lope,  jactándose  de  que  de  los 
dos  bandos  que  disputaban  sobre  el  teatro,  él  seguía  el  de  los  discretos,  que  era 
como  notar  de  lo  contrario  á  Cervantes,  que  acaudillaba  el  bando  opuesto.»  Y 
para  demostrar  su  afirmación,  cita  una  multitud  de  pasajes  de  las  obras  de  Tir- 
so, pretendiendo  que  en  ellos  hay  innumerables  alusiones  y  desahogos  contra 
Cervantes.»  Permítame  la  erudita  escritora  que  le  diga  que  todo  ello  es  pura  ima- 
ginación. 

Para  afirmarse  en  su  creencia,  supone  D."  Blanca  que  Cervantes  en  la  2.* 
parte  de  su  novela  carga  la  mano  contra  Sancho  el  hijo  de  su  fantasía,  y  esto  lo 
hace  para  vengarse  del  modelo  viviente  que  era  Tirso.  Precisamente  es  todo  lo 
contrario;  porque  la  figura  de  Sancho  en  la  segunda  parte  del  Quijote  resulta 
más  grandiosa,  más  noble  y  más  sesuda  que  en  la  primera. 

Pretende  que  «desde  los  primeros  capítulos  (de  la  parte  II),  fustiga  Cervan- 
tes á  los  poetas  satíricos,  etc.,  y  alude  embozadamente  á  Avellaneda,  y  repeti- 
damente á  Tirso».  Premisa  falsa,  porque  Cervantes  cuando  vio  el  Quijote  de 
Avellaneda,  había  ya  escrito  la  mayor  parte  del  suyo. 

Mas,  es  inútil  continuar  rebatiendo  conjeturas.  Terminaré,  pues,  presentando 
dos  pruebas  negativas: 

I  ?■  Tirso  de  Molina  en  sus  Cigarrales  de  Toledo,  dice  de  un  modo  noble  y 
solemne  que  á  Cervantes  se  le  debía  considerar  como  el  Bocaccio  español;  esto 
es,  como  el  mejor  novelista  de  Espafia.  (A  igual  altura  colocó  Quevtdo  á  Cer- 
vantes, según  veremos  en  la  sección  «Popularidad  de  Cervantes».) 

2.*  Si  á  Tirso  se  le  considera  como  uno  de  los  mayores  creadores  de  carac- 
teres ¿cómo  puede  ser  él  el  encubierto  Avellaneda,  que  no  sabe  crear  ningún  ti- 
po, ningún  carácter,  ni  siquiera  mediano;  y  que,  al  contrario,  desfigura  y  rebaja 
los  caracteres,  cuyos  moldes  halló? 

Y  ¿cómo  puede  compararse  el  estilo  ameno,  culto,  florido  de  Tirso  y  su  len- 
guaje mágico  y  encantador;  con  el  estilo  seco  y  pobre,  y  el  lenguaje  descuidado 
de  Avellaneda? 

433. — El  cavallero  puntval.  Por  Alfonso  Geronymo  de  Salas  Barbadillo, 
vezino  y  natural  de  la  villa  de  Madrid.  Al  Excmo.  D.  L.  Fernandez 
de  Cordoua...,  Dvque  de  Sessa.  — Año  1614.  —  En  Madrid.  Por 
Migvel  Serrano  de  Vargas. 

En  12.°  pequeño,  de  10  hojas  preliminares  y  138  folios. 

Por  ser  libro  rarísimo  y  poco  conocido,  esta  primera  parte  del  Caballero 
puntual  {i),  y  porque  encierra  una  ingeniosa  sátira  de  costumbres  del  tiempo, 
transcribiré  la  parte  más  interesante  de  imitación  cervantesca. 

Llegado  á  la  Corte  el  Caballero  puntual^  todos  le  hacen  servir  de  burla  y 
pasatiempo,  divirtiéndose  con  sus  ridiculeces  y  aventuras.  Entre  otras  de  éstas 
fingen  sus  burladores  que  Don  Quijote  le  ha  escrito  la  siguiente  carta,  (fol.  81): 
*  El  muy  esforzado  en  armas,  don  Quixote  de  la  Mancha,  Cauellero  de  las  Aldeas, 
al  auentajado  en  sangre,  don  Juan  de  Toledo,  cauallero  auenturero  de  la  Corte, 
salud  y  vida. — Nobilissimo  Señor,  el  alto  nombre  de  vuessas  fazafias,  grandes 


(i)     Hasta  hace  pocos  aDos  sólo  se  conocfa  una  legvnda parte,  impresa  en  1619. 
Tomo  II  3!; 


2JH  Imitsciones  del  Quijote 


tiempos  son  passados  q  llegó  a  nuesa  noticia,  y  nos  encendió  en  desseos  de  co- 
nocer a  vn  cauallero  tan  esforcado,  y  de  tan  alta  nombradia,  ca  cierto  que  nos 
ponía  grande  admiración:  hasta  agora  no  nos  ha  vagado  lugar  de  podernos  yr  a 
ver  en  el  espejo  de  la  caualleria,  que  bien  saben  todos  que  soys  vos,  e  de  ver- 
dad, que  me  teridria  por  bienauenturado  si  rae  llegase  a  ver  de  finojos  a  vuessos 
pies:  por  ende  os  pido  humildemente  me  fagays  auisado  de  las  auenturas  de  la 
Corte,  e  de  que  modo  seria  yo  en  ellas  acertador;  guíeme  la  vuessa  ensefianga 
que  todo  ha  de  resultar  en  vuesso  pro,  porque  non  desseo  cosa,  mas  que  verme 
en  alguna  holganza  en  essa  tierra,  a  donde  no  me  diessen  tantos  palos  como  en 
esta,  que  ya  yo  señor  tengo  años,  e  non  estoy  para  semejantes  proezas.  Dios  os 
de  siempre  el  su  esfuerzo,  y  os  mantenga  en  caualleria. — Vuesso  postrado  ser- 
vidor— Don  Quixott  de  la  Mancha.^ 

A  renglón  seguido  viene  la  respuesta : 

f.El  auentajado  en  sangre  don  fuan  de  Toledo,  Cauallero  auenturero  de  la 
Corte,  d  don  Quixote  de  la  Mancha,  Cauallero  de  las  Aldeas,  salud  y  vida. — Se- 
ñor don  Quixote,  una  de  V.  m.  recibí,  y  con  ella  la  merced  y  contento  que  era 
justo  truxesse  carta  de  un  cauallero  celebrado  por  los  chicos,  y  por  los  grandes, 
y  por  toda  la  Christiandad,  y  a  fé  de  quien  soy,  que  me  hallé  con  necessidad  de 
interprete:  porque  entre  los  caualleros  Cortesanos  que  oy  se  platican,  de  quien 
se  haze  caso  y  estimación  en  Palacio,  no  corre  semejante  lenguaje,  ni  tal  se  per- 
mite. Y  assi  lo  que  mas  ha  menester  V.  m.  es  informarse  del  corriente,  y  hazerse 
muy  señor  de  la  frasis,  y  buen  modo  de  hablar,  si  piensa  venir  á  la  corte:  porque 
en  tres  cosas  principales  es  conocido  el  Cauallero  Puntual. — La  primera,  en  la 
persona,  talle  y  disposición.  La  segunda,  en  el  lenguaje  y  acciones  corporales. 
La  tercera,  en  el  trage,  y  asseo  de  los  vestidos.  Aunque  si  V.  m.  toraasse  mi 
consejo,  aunque  menor  en  la  edad,  por  la  experiencia  que  de  todas  estas  cosas 
alcanzo,  con  tres  años  de  Corte,  mucho  mejor  le  seria  no  estar  en  ella,  ni  inten- 
tar tan  peligrosas  aventuras.  Pelear  con  los  leones,  humillar  los  gigantes,  igualar 
con  la  tierra  los  castillos  encantados,  degollar  exercitos  de  caualleros  sandios: 
todo  es  fácil,  no  es  comparable  con  las  desdichas  que  por  acá  se  padecen,  pe- 
leando siempre  con  la  malicia,  ira,  y  soberuia  de  los  hombres,  que  estas  pasio- 
nes son  los  más  poderosos  enemigos.  Pero  sino  obstante  lo  propuesto,  V.  m.  se 
determina  a  venir,  y  se  halla  rico  de  animo,  que  será  poderoso  á  romper  y  de- 
rribar las  torres  de  tantas  dificultades,  quiero  obediente,  ser  puntual  en  lo  que 
me  manda,  protestando,  como  lo  hago,  que  es  tan  fiel  y  verdadero  el  deseo  que 
tengo  de  acertar  en  el  servicio  de  V.  m.  que  si  en  estos  auisos  huuiese  algunos 
defectos,  será  por  culpa  de  mi  poca  sabiduría,  y  no  de  mí  mucha  voluntad.  To- 
das estas  acciones  que  abaxo  irán  declaradas,  son  naturales  del  cauallero  Pun- 
tual. Oyr  la  Misa  parlando,  hacer  mala  letra,  andar  a  pie,  rondar  de  noche  con 
broquel,  pistoletes  y  espada  mayor  de  marca.  Tener  para  las  necesidades  por 
conocido  un  Archero,  para  que  a  falta  de  otro  mejor,  le  alquile  su  rocín  los  días 
de  fiesta,  en  precio  moderado. — Oyr  en  aposento  la  comedia  todos  los  días  que 
la  hubiese  nueua,  y  antes  de  comen(;arse,  entrar  en  el  vestuario  a  hablar  con  las 
farsantas. — Poner  silla  en  los  sermones  y  completas  en  la  Quaresma,  introducir- 
se á  correr  con  los  señores,  sacar  fiado  de  los  mercaderes,  tratar  de  vos  á  los 
oficiales. — El  dia  que  hiciera  la  Parroquia  procesión  por  alguna  cosa  notable, 
Ueuar  una  de  las  varas  del  palio. — Traer  una  sortija  con  las  armas  de  su  apelli- 
do.— Mirar  con  mucha  atención,  en  no  dar  el  lado  derecho,  a  persona  que  no 
fuere  de  mucha  calidad.  Y  sobretodo  ser  tan  buen  hijo  de  la  desvergüenza,  que 
con  el  tiempo,  con  los  señores  de  título  que  tuuiere  por  amigos,  se  trate  de  vos, 
y  a  los  demás  llame  merced:  para  que  deste  modo  con  los  unos  y  con  los  otros, 
quede  ygual  en  las  cortesías. » 

Dale  luego  las  reglas  y  modo  de  salir  bien  en  todas  las  aventuras  que  le  ha 
apuntado  (que  constituyen  lo  que  hoy  llamamos  un  vividor),  y  añade: 


Imitaciones  del  Quijote  275 


«Que  es  esto  señor  don  Quixote,  arquea  V.  m.  las  cejas;  pues,  entienda  que 
es  oficio  para  hombres  de  ingenio  y  habilidad.  Este  es  el  camino  por"donde  todos 
los  caualleros  puntuales  que  oy  están  en  la  Corte,  han  hallado  su  introducción. 
V.  m.  lo  mire  bien,  y  se  aconseje  con  su  querido  Sancho  Panza,  que  yo  estoy 
aqui  para  servirle  en  todo. — Donjuán  de  Toledo.* 

Después,  el  caballero  puntual,  avergonzado  de  las  burlas  que  los  poetas  le 
hacen  en  una  comedia,  huye  de  la  Corte,  y  muere  de  sentimiento. 

En  casi  todas  las  obras  de  Barbadillo  se  nota  un  aire  de  imitación  al  estilo 
cervantesco  He  dado  ya  cuenta  [229]  de  la  cita  que  hace  Castro  de  la  Estafeta 
del  Dios  Momo,  donde  hay  una  carta  imitatoria  del  Quijote. 

Hablaré  en  la  sección  Popularidad  de  Cervantes,  etc.,  de  los  pasajes  de  otras 
varias  producciones,  de  Salas  Barbadillo,  aludiendo  al  Quijote,  ó  remedando 
alguno  de  sus  personajes. 

434. — AI  valiente  y  andante  D.  Quixote  de  la  Mancha,  alias  el  Cava- 
Uero  de  la  Trifte  Figura,  y  de  los  Leones,  Cide  Hamete  Benengeli 
fu  Chronifta.  D.  O.  C. 

De  esta  Dedicatoria  festiva,  que  pusieron  los  editores  del  Qutjote  impreso 
en  Madrid,  el  año  de  1730,  al  frente  del  tomo  I,  he  dado  ya  cuenta  al  descri- 
birla, así  como  de  las  siguientes  poesías  burlescas  que  encabezan  el  tomo  II,  y 
son  imitación  de  las  que  puso  Cervantes  al  íin  de  su  parte  i.*  ahijándolas  á  los 
Académicos  de  la  Argamasilla: 

Octava  de  «Un  Heredero  del  académico  de  la  Argamasilla». 

Canción  de  «El  Plañidor  ex-Presidente  de  la  Academia  de  la  Argama- 
silla». 

Endechas  de  «El  Porfiado»  á  Sancho. 

Dicimas  de  «El  Moscardón». 

Y  Soneto  de  «El...  Secretario  de  la  Academia». 

Segiin  ya  dije  [I,  34],  Hartzenbusch  y  Menéndez  y  Pelayo  opinan  que  fueron 
obra  de  D.  Diego  de  Torres. 

Se  repitieron,  Versos  y  Dedicatoria,  en  las  ediciones  de  Madrid,  años  1735, 
1741,  1750,  1751  y  en  alguna  otra. 

435. — Historia  del  famoso  predicador  Fray  Gerundio  de  Campazas, 
alias  Zotes.  Escrita  por  el  Licenciado  D.  Francisco  Lobon  de  Sala- 
zar,  presbítero...  quien  la  dedica  al  ptíblico.  —  Tomo  Primero.  — 
En  Madrid...  1758. 

Ed  4°,  de  cerca  de  400  págs.  —  El  tomo  II  salió  alfiinos  aOos  despuis. 

En  la  Aprobación  de  fray  Alonso  Cano,  dada  á  26  de  Octubre  de  1757,  se 
dice  que  «la  Historia  de...  Fray  Gerundio...  es  un  libro  que  falta,  como  otros 
muchos  sobran». 

D.  Pedro  Felipe  Monlau  {^Noticias  de  la  vida  y  escritos  del  P.  Islat,  t.  XV. 
Bib.  A.  A.  esp.  1850),  dice  que  iFray  Gerundio  es  el  Don  Quijote  del  pulpito». 
En  efecto,  á  imitación  de  Cervantes,  compuso  el  P.  José  Francisco  de  Isla  esta 
obra  ridiculizando  á  los  malos  predicadores,  con  objeto  de  extirpar  los  vicios  de 
la  oratoria  sagrada.  Como  el  mal  era  profundo  y  extenso,  el  famoso  libro  levantó 
gran  polvareda,  y  la  Inquisición  para  acallar  las  protestas  de  varios  clérigos 
acudió  al  reciuso  de  prohibir  la  circulación  de  la  obra  del  P.  Isla.  Este  compuso 


276  Imitaciones  del  Quijote 


entonces,  entre  muchas  cartas  apologéticas,  unas  celebradas  décimas  en  las 
cuales  con  harta  razón  decía: 

...  mucho  mejor  obrara 
La  Inquisición,  si  mandara 
Recoger  predicadores. 

Las  ediciones  de  esta  excelente  novela  se  han  repetido  y  aun  ocupa  hoy  día 
un  distinguido  lugar  en  la  literatura  española. 

En  el  citado  tomo  XV  de  la  Bib.  de  A.  A.  esp.,  el  Sr.  Monlau  reunió  la  inte- 
resante y  numerosa  Colección  de  varios  escritos  polémicos  y  satíricos,  en  presa  y 
en  verso,  que  se  dieron  á  la  eslampa  ó  corrieron  manuscritos  con  motivo  de  la 
Historia  de  Fray  Gerundio. 

En  estos  escritos,  unos  en  contra  y  otros  en  pro  de  la  obra  del  P.  Isla,  las 
citas  del  Quijote  y  de  Cervantes  son  abundantes  y  frecuentísimas,  probando  lo 
mucho  que  entonces  se  estimaba  y  encarecía  la  inmortal  novela. 

Una  tan  sólo  apuntaré.  En  carta  del  conde  de  Pefiaflorida  al  P.  Isla,  le 
decía:  c  ...  he  gustado  siempre  de  la  lectura;  pero  tan  lejos  de  oier  i.  estudio, 
»  que  ha  sido  sin  sujeción,  método  ó  cosa  que  lo  valga;  á  pasar  el  rato,  y  nada 
>  mas.  Prueba  de  esto  es  que  en  mi  vida  he  concluido  juego  entero  de  libros, 
»  sino  es  la  Historia  del  pueblo  de  Dios,  la  de  Don  Quijote  y  las  Aventuras  del 
»  Telémaco:  todo  lo  demás  ha  sido  á  pujos  y  picando  aquí  y  allí.» 

436. — Vida,  y  Empressas  literarias  del  ingeniosíssimo  caballero  Don 
Quixote  de  la  Manchuela.  Parte  primera.  Compuesta  por  Don  Chris- 
toval  Anzarena,  Presbytero.  Con  Licencia:  En  Sevilla,  en  la  Im- 
prenta del  Dr.  Don  Geronymo  de  Castilla,  Impresor  Mayor  de  dicha 
Ciudad. 

En  8.°,  de  i6  hojas  preliminares,  277  págs.  de  texto  y  3  de  tabla. 

Portada. — Dedicatoria  de  el  Analista  á  la  Necedad. — Licencia  de  la  Juris- 
dicción ordinaria  eclesiástica,  en  Sevilla  á  27  de  Febrero  de  1767. — Licencia  del 
Consejo  de  Madrid  á  9  de  Setbre.— Prólogo. — Décima  del  Doctor  Soñocio.— 
Texto.— Tabla. 

Se  propone  el  autor,  remedando  la  fábula  de  Cervantes,  ridiculizar  á  los  que, 
siendo  necios  y  rudos  de  mollera,  se  empeñan  en  seguir  estudios  académicos. 

Es  obra  insípida,  de  pobrísima  invención  y  escrita  en  estilo  difuso,  pesado 
y  enmarañado.  El  autor  no  llegó  á  publicar  la  2.*  parte,  aunque  la  promete  al 
fin  del  tomo.  Este  consta  de  diez  capítulos.  (V.  Salva,  t.  II,  pág.  113.) 

437. — Adiciones  á  la  historia  del  Ingenioso  hidalgo  Don  Quixote  de  la 
Mancha,  en  que  se  prosiguen  los  sucesos  ocurridos  á  su  Escudero 
el  famoso  Sancho  Panza,  escritas  en  arábigo  por  Cide  Hamete  Be- 
nengeli,  y  traducidas  al  castellano  con  las  memorias  de  la  vida  de 
éste,  por  D.  Jacinto  María  Delgado.  Con  Licencia.  En  Madrid:  En 
la  Imprenta  de  Blas  Román. 

En  8."  pequeDo,  de  20  hojas  preliminares  y  374  págs. 

Los  preliminares  son:  Dedicatoria  del  autor  Al  Público  de  Madrid.,  Censura 


Imicaciones  del  Quijote  277' 


delDr.D.  Celestino  Antera  ■^  Carta  critico- legal  impugnatoria  contra  ¡a  cen- 
sura del  Dr.  Antera. 

Propúsose  el  autor,  según  dice,  tenderezar  algunas  ridiculeces  que  se  hablan 
insensiblemente  introducido  en  la  nación,  entre  ellas  el  modo  de  hacer  corte- 
sías con  ademanes  propios  de  un  arlequín»;  y  escogió  por  héroe  de  su  novela  á 
Sancho  Panza  quién,  después  de  la  muerte  de  Don  Quijote,  vivía,  muy  pobre, 
en  su  aldea.  De  allí  le  sacaron  los  Duques,  dándole  previamente  un  maestro  de 
civilización  que  le  da  lecciones  pedeográficas,  y  recibiéndole  después  en  su 
Castillo,  desde  donde  «pasa  á  tomar  posesión  de  la  Consultoria  con  el  mas  ex- 
traño y  rigoroso  ceremonial  que  se  ha  visto».  Es  luego  creado  barón  de  Casa- 
Panza  y  cuando  más  se  ufanaban  su  mujer  y  Sanchica  con  el  elevado  estado  de 
su  padre,  una  apoplegía,  causada  por  exceso  en  la  cena,  vino  repentinamente  á 
cortar  los  días  de  éste. 

Inútil  es  decir  que  la  tal  enseñanza  que  el  autor  pretende  de  su  historia,  no 
se  descubre  ni  por  pienso. 

Este  libro,  que  parece  escrito  hacia  1786,  concluye  con  unas  memorias  de  la 
Vida  de  Benengeli  tan  insulsas  como  lo  demás. 

Se  reimprimió  esta  obra,  sin  preliminares,  en  Madrid,  establecimiento  de 
Mellado,  1845.  En  8.°  de  274  págs. 

En  burla  del  libro  del  Sr.  Delgado  salió  en  El  Apologista  universal,  periódi- 
co de  Madrid,  Imp.  Real.  i8j6,  t.  I,  núm.  2,  una  «Apología  irónica  de  las  Adi- 
ciones d  la  historia  de  Don  Quixotet,  escrita  por  el  P.  Fr.  Pedro  Centeno  bajo 
el  seudónimo  de  Don  Policarpo  Chinchilla  Galiano;  y,  dice  el  Sr.  La  Barrera, 
que  secundó  esta  severa  crítica  un  autor  anónimo  con  una  Carta  del  Duende  de 
medida  mayor. 

Y  en  defensa  de  las  Adiciones  de  Delgado,  y  contra  las  censuras  que  le  diri- 
gieron en  los  dos  escritos  anteriores,  se  publicó  este  folleto:  «Justa  réplica  á  la 
apología  irónica,  que  en  su  núm.  2.°  hizo  el  Sr.  D.  Policarpo  Chinchilla,  por  el 
libro  Adiciones  á  la  historia  del  ingenioso  hidalgo.  Publícase  para  vindicación 
del  Adicionador,  y  diversión  del  Duende  aficionado  al  Sr.  Chinchilla.  (Ma- 
drid, 1786).»  En  8.°  de  20  págs. 

Añade  el  Sr.  La  Barrera  (Crónica  de  los  Cervantistas,  t.  I,  pág.  103),  lo  si- 
guiente acerca  de  lag  Adiciones  de  Delgado: 

«He  creído  yo  traslucir  alusiones,  que  con  dificultad  pudieran  ya  explicarse 
ni  descifrarse,  á  personas  de  la  época  de  su  composición.  Satirízanse  en  él  pi- 
cantemente las  ridiculas  modas  de  aquel  tiempo,  la  manía  genealógica,  la 
afición  á  curiosidades  arqueológicas  y  muchas  viciosas  y  risibles  costumbres.» 

El  Sr.  Mainez  hizo  una  detenida  y  juiciosa  critica  de  este  libro  en  un  arti- 
culo que  forma  el  Suplemento  a.\  núm.  1181  del  Diario  de  Cádiz,  Diciembre 
de  1870. 

438. — La  acción  de  gracias  á  Doña  Paludesia.  Obra  postuma  del  Ba- 
chiller Sansón  Carrasco.  Dala  á  luz  D.  Juan  Beltran  y  Colon,  Ofi- 
cial segundo  de  la  Contaduría  del  Real  Monte  Pío  Militar.  Madrid, 
MDCCLXXX.  Por  D.  Joachin  Ibarra. 

Ed  8.0,  de  190  págs.,  adornada  con  dos  láminas  simbólicas. 

Enrevesada  obra  compuesta  de  varios  discursos,  y  cartas  dirigidas  contra  la 
charlatanería  de  los  eruditos,  y  de  algunos  escritores  de  Medicina. 

En  una  larga  Dedicatoria  del  Caballero  de  los  Espejos  á  Don  Quixote  de  la 
Mancha,  se  satiriza  «la  buhonera  vanidad  de  los  literatos,  el  galantismo,  et  pe- 


278  Imitaciones  del  Quijote 


dantismo,  la  título  manía,  el  thrasonismo  y  el  machiavelismo  literario^  y  á  ciertos 
sistemas  de  las  Q\&ac\z&  filosóficas  y  de  las  médicas*. 

439. — Historia  fabulosa  del  distinguido  caballero  Don  Pelayo  Infanzón 
de  la  Vega,  Quixote  de  la  Cantabria,  por  Don  Alonso  Bernardo 
Ribero  y  Larria,  Cura  de  Ontalvilla  y  despoblado  Ontariego  en  el 
Obispado  de  Segovia.  —  Madrid.  MDCCLXXXXII.  En  la  Impren- 
ta de  la  Viuda  de  Ibarra. 

Tres  tomos  en  8.°,  de  XVI-372,  VI-334  y  XVr-316  págs.  respectivamente.  El  tomo  II 
es  del  afio  1793,  y  el  III  está  impreso  en  Segovia  el  aflo  1800. 

En  esta  pesada  obra,  que  el  autor  declara  le  costó  16  años  de  trabajo,  se  in- 
tenta ridiculizar  la  manía  por  la  nobleza,  y  se  dice  en  el  prólogo,  que  aunque  as- 
pira á  imitar  á  Cervantes,  no  intenta  deslucirle;  «también  debo  advertir, —  pro- 
sigue el  autor, — que  muchos  estarán  persuadidos  á  que  esta  es  una  sátira  mor- 
daz contra  los  moradores  de  la  Cantabria,  sin  reflexionar  que  intentando  atacar 
la  ridicula  nobleza,  era  indispensable  suponer  al  héroe  de  una  tierra  que  abun- 
dase en  casas  solariegas,  para  que  enteramente  se  hiciese  verosímil  que  alguno 
entre  tantos  bien  compuestos,  pudiese  salir  estrafalario». 

Cita  el  Sr.  Asensio  {Cat...  libros...  sobre  Cerv.,  1885,  núms.  41  y  158),  un  ar- 
tículo crítico  del  Quixote  de  la  Cantabria,  por  D.  Antonio  Balbln  de  Unquera, 
inserto,  con  el  epígrafe  de  «Bibliografía  Bable»,  en  el  Almanaque  asturiano  de 
El  Carbayon,  para  1884.  — Oviedo,  imp.  de  Vallina  y  Compañía,  1883;  y  una 
Carta  de  D.  Gaspar  Melchor  de  Jovellanos,  dirigida  al  mismo  autor  Sr.  Ribero, 
y  que  existe  manuscrita  en  el  archivo  Jovellanos  en  el  instituto  de  Gijón. 

440- — Historia  del  más  famoso  escudero  Sancho  Panza,  desde  la  glo- 
riosa muerte  de  D.  Quixote   de   la  Mancha  hasta  el  último  día  y 
postrera  hora  de  su  vida.  Parte  segunda.  Con  licencia:  En  Madrid. 
En  la  imprenta  de  Villalpando.  Año  de  1798. 
En  S.°,  de  16  hojas  preliminares  y  270  págs. 

En  el  prólogo  de  este  libro  se  hace  referencia  á  una  Primera  parte  en  la  que 
se  narraban  los  hechos  de  Sancho  Panza  durante  un  afio  que  desempeñó  el  cargo 
de  Alcalde  de  su  pueblo. 

Al  dejar  la  vara  empieza  la  acción  de  esta  Segunda  parte  en  la  cual  Sancho 
se  muestra  muy  juicioso,  y  desengañado  de  las  pompas.  El  cura  y  Sansón  Ca- 
rrasco le  favorecen  y  danle  muestras  de  buena  amistad,  particularmente  en 
una  injusta  prisión  que  sufrió  por  malas  artes  del  Alcalde  sucesor  suyo. 

Ni  por  su  plan,  ni  por  su  estilo,  merece  especial  mención  este  trabajo,  cuyo 
autor  fué  D.  P.  Gatell. 

D.  Cesáreo  Jiemández  Duro  [Crón.  de  los  Cervant.  tomo  II,  pág.  59),  cita 
una  edición  anterior  en  la  «Imprenta  Real,  afio  1794.» 

441. — Teatro  español  burlesco,  ó  Quixote  de  los  teatros,  por  el  maes- 
tro Crispin  Caramillo,  cum  notis  variorum.  Madrid,  1802.  Imprenta 
de  Villalpando. 

En  S  ".  de  XXIV. 1 60  págs. 


Imitaciones  del  Quijote  279 


En  la  Dedicatoria  se  dice  que  el  autor  es  D.  Cándido  María  Trigueros. 

El  objeto  de  esta  obra  es  reformar,  por  medio  del  ridículo,  el  gusto  del  vulgo 
que,  en  los  dramas  del  teatro  nacional  antiguo,  solo  aplaudía  lo  que  tenían  de 
inverosímil  y  defectuoso.  Y  así  como  Cervantes  para  desterrar  las  manías  caba- 
llerescas crea  un  protagonista  que  las  defiende;  el  Sr.  Trigueros  para  combatir 
las  aficiones  de  los  actores  y  del  público  de  su  tiempo,  hace  salir  un  maestro  za- 
patero llamado  Crispín  que,  ridiculamente,  las  prohija  y  ensalza. 

Consta  de  XVIII  capítulos,  y  aun  cuando  la  obra  no  se  distinga  por  la  be- 
lleza del  estilo,  están  generalmente  en  su  punto  los  muchos  refranes  de  que  se 
halla  salpicada. 

Por  tal  concepto,  el  Sr.  Sbarbi  la  reimprimió,  añadiendo  un  índice  de  dichos 
refranes,  en  el  tomo  V  de  su  Refranero,  Madrid,  1876. 

442. — Diálogo  entre  Don  Quijote  de  la  Mancha  y  Sancho  Panza  su  es- 
cudero, escrito  en  lengua  árabe  por  Cide  Ámete  Benengeli,  testigo 
presencial,  y  traducido  al  espaol  por  D.  E.  R.  H.  —  Valencia.  — 
Por  José  Tomás  Nebot,  año  de  181 1. 

En  4.°,  de  12  págs. 

<  Aunque  los  interlocutores  son  el  caballero  y  el  escudero,  el  diálogo  es  de 
poUtica  de  actualidad,  y  con  muchas  alusiones  y  color  local.» 

(Asensio,  Nota  de  libros...  sobre  Cervantes,  Sevilla,  i88¿;  núm.  9.) 

443. — El  Quijote  democrático,  ó  aventuras  del  abate  Zamponi.  —  Se- 
villa, 1 8 14. 

No  he  visto  este  folleto. 

444. — Napoleón  ó  el  verdadero  D.  Quijote  de  la  Europa,  ó  sean  Co- 
mentarios Crítico-Patriótico-Burlescos  á  varios  decretos  y  párrafos 
de  las  gazetas  de  Napoleón  y  su  hermano  José,  distribuidos  en 
2  partes  y  50  capítulos,  y  escritos  por  un  español  amante  de  su 
patria  y  rey,  desde  i.°  de  Febrero  de  1809  hasta  principios  de 
Enero  de  18 10;  en  los  que  procura  vindicar  á  su  patria  y  á  sus  ñeles 
generales  y  á  todos  los  fieles  españoles  de  las  negras  invectivas  y 
calumnias  con  que  los  franceses  y  sus  sequaces  han  querido  des- 
acreditarlos. Madrid.  Imprenta  de  Ibarra.  1813. 
Seis  tomitos  en  8.° 

En  el  prólogo  de  esta  obra,  cuyo  objeto  la  portada  lo  indica,  se  dirige  el  au- 
tor fA  los  fieles  Españoles»  diciéndoles;  fYo  quisiera  que  estos  Comentarios 
fueran  tan  buenos,  que  unas  veces  os  hicieran  reir  de  los  proyectos  y  disparates 
de  Napoleón,  como  de  las  locuras  de  Don  Quixote; 

Aunque  de  escaso  mérito  literario,  es  apreciable  esta  obrita  por  el  patriótico 
fin  que  la  inspiró. 


^go  ImitacioDes  del  Quijote 


445. — Fragmento  de  una  Imitación  del  Quixote. 

Según  un  apunte  inédito  de  Navarrete,  del  que  da  noticia  el  Sr.  Moran  en 
su  Vtda  de  Cervantes,  los  secretarios  de  la  Sociedad  literaria  de  Prusia  señores 
Faukerstein  y  Halle,  dirigieron  en  Agosto  de  1822,  una  carta  á  nuestro  acadé- 
mico de  la  Historia,  D.  Francisco  de  P.  Quadrado,  participándole  e!  descubri- 
miento en  la  Biblioteca  de  Frankfurt,  de  un  manuscrito  en  lengua  castellana, 
intitulado:  Capítulos  de  mi  Don  Quixote  de  la  Mancha,  no  publicados  en  Es- 
pañat.  Con  destino  á  España  llegó  el  manuscrito  á  manos  del  ministro  de  Su 
Majestad  prusiana  en  París,  quien,  antes  de  enviarlo  á  Madrid,  creyó  conve- 
niente oir  el  autorizado  parecer  de  algunos  literatos  españoles.  Examinado  el 
manuscrito  por  éstos,  dieron  un  luminoso  informe,  consignando  que  el  tal  frag- 
mento se  reduce  á  contar,  con  poca  gracia,  varios  sucesos  ocurridos  á  Don  Qui- 
jote en  un  baile  de  máscaras  de  Barcelona,  y  que  lo  creen  obra  de  alguno  de  los 
adversarios  de  Tieck  que,  cuando  apareció  su  traducción  alemana  del  Quijote, 
la  censuraron,  suponiendo,  inexactamente,  que  había  omitido  capítulos  enteros. 
Terminan  los  firmantes  aconsejando  al  ministro  prusiano  que  no  envíe  á  Madrid 
este  insulso  papel;  todo  lo  cual  se  participó  á  Cean  Bermúdez,  enviado  de  la 
Sociedad  literaria  de  Berlín,  en  carta  de  5  de  Octubre  de  1823. 

Da  también  cuenta  de  esta  imitación  el  Sr.  Clemencín,  (D.  Q.  t.  VI,  pá- 
gina 296),  quien  dice  que  tomó  esta  noticia  «de  un  papel  que  tiene  la  Real 
Academia  de  la  Historia,  á  la  que  fué  presentado  en  5  de  noviembre  de  1824». 

Pondré  el  argumento  de  esta  curiosa  imitación  tal  como  lo  describe  Cle- 
mencín: «En  el  año  de  1824  remitió  el  Secretario  de  la  Sociedad  literaria  de 
Berlín  á  D.  Francisco  de  P.  Quadrado,  individuo  de  la  Real  Academia  de  la 
Historia,  un  M.  S.  con  este  título:  Capítulos  de  mi  Don  Quijote  de  la  Mancha 
no  podidos  publicar  en  España.  Son  dos:  el  primero  trata  de  loque  sucedida 
Don  Quijote  en  un  baile  de  máscaras;  y  el  segundo  del  desenlace  de  la  aventura 
ocurrida  en  las  máscaras.  Al  paso  los  examinaron  en  París  algunos  literatos 
españoles,  que  los  calificaron  de  fingidos  por  algún  alemán,  y  creyeron  que  no 
merecían  ser  enviados  á  España,  en  virtud  de  lo  cual  no  se  enviaron,  en  efecto». 
«El  autor  de  los  capítulos  supone  á  Don  Quijote  convidado  á  un  baile  de  más- 
caras dado  en  el  palacio  del  Gobernador  de  Barcelona.  Para  preparar  el  suceso 
figura  que  Don  Quijote  vio  en  la  imprenta  las  esquelas  de  convite  al  baile,  aña- 
diendo esto  al  fin  del  presente  capítulo.  Don  Quijote  se  presenta  en  el  baile 
armado  y  sin  mascara,  y  Sancho  vestido  de  disciplinante,  en  compañía  de  los 
amigos  de  D.  Antonio.  Por  sugestión  de  éste,  una  dama  requiebra  á  Don  Qui- 
jote y  le  pide  la  saque  del  cautiverio  en  que  la  tiene  un  viejo  tutor,  quien,  para 
apoderarse  de  su  hacienda,  trata  de  casarse  con  ella.  Después  Sancho,  despe- 
luznado y  desenmascarado  por  los  tirones  que  le  habian  dado  los  muchachos  y 
los  que  no  lo  eran,  dice  á  su  amo  que  ha  visto  los  preparativos  para  la  cena,  y 
para  disfrutarla  desea  que  se  acabe  el  baile.  Al  sentarse  á  la  mesa  los  convida- 
dos, la  dama  quiere  ponerse  al  lado  de  Don  Quijote;  el  tutor  se  lo  impide,  ella 
llora  y  se  queja  al  caballero  manchego,  quien  enristrando  su  lanza  acomete  al 
tutor,  derriba  la  mesa,  y  se  concluye  la  fiesta  con  la  paliza  dada  á  Don  Quijote, 
y  algunos  palos  de  añadidura  á  Sancho.  Hasta  aquí  el  primero  de  los  dos  capí- 
tulos.» «En  el  otro  Z>í'«  Quijote  s&  cura  casi  repentinamente  con  su  famoso 
bálsamo.  La  dama  enamorada  va  á  verle,  y  Sancho,  que  habia  oido  una  cierta 
conversación  entre  ella  y  D.  Antonio,  se  lo  avisa  á  su  amo,  quien  echando  la 
culpa  de  todo  á  los  encantadores,  accede  á  las  instancias  de  D.  Antonio  para  ir 
á  las  galeras  que  estaban  en  el  puerto,  lo  que  regocija  mucho  á  Sancho,  por  no 
haberlas  visto  en  su  vida.»  «Los  literatos  que  han  censurado  este  manuscrito, 
observan  que  la  obra,  aunque  escrita  en  español,  tiene  muchas  frases  alemanas, 


Imitaciones  del  Quijote  28 1 


y  no  pocas  enmiendas  en  francés.  Y  añaden  que  en  el  primer  diálogo  de  Don 
Quijote  con  la  dama  se  encuentran  repetidas  muchas  de  las  frases  que  Doña  Bo- 
driguez  hizo  decir  al  verdadero  Don  Quijote.* 

446.  -Historia  del  valeroso  caballero  D.  Rodrigo  de  Peñadura,  publi- 
cada por  el  Licenciado  Luís  Arias  de  León,  paisano  del  héroe.  — 
Tomo  primero.  —  Marsella,  en  la  Imprenta  de  Carnaud  y  Simonin. 
—  1823. 

En  8,»,  de  175  págs. 

En  el  Prólogo  al  lector.,  supone  el  autor  que  un  tal  Mr.  Recherche  encontró 
en  Burgos,  al  pie  del  sencillo  monumento  que  recuerda  el  solar  del  Cid,  unos 
papeles  escritos  en  caracteres  Muzárabes,  lengua  que  le  era  desconocida,  y  que 
al  regresar  á  su  patria,  se  encontró  en  Marsella  con  el  autor,  Sr.  Arias,  quien 
tradujo  aquellos  mamotretos  y  vio  con  admiración  que  contenían  la  historia  de 
las  locuras  de  un  paisano  suyo. 

El  libro  comienza  asi:  cEn  la  ciudad  de  León  vivia,  no  há  mucho  tiempo, 
un  hidalgo  de  mala  muerte,  llamado  D.  Rodrigo  de  Peñadura.  Este  sujeto  habia 
leido  mucho  y  de  lo  selecto,  pero  como  no  hay  literato  que  no  profese  su  parti- 
cular devoción  á  ciertos  y  determinados  autores,  el  nuestro  la  tenia  muy  grande 
á  Voltaire,  Rousseau,  Mably,  Dupuy,  Volney  y  otros  de  esta  calaña.  Aconteció, 
como  era  de  esperar,  que  D.  Rodrigo  á  fuerza  de  pasar  malas  noches  leyendo 
los  delirios  del  contrato  social  y  los  disparates  de  que  abundan  las  obras  del 
filósofo  de  Femey,  se  le  llegó  á  resecar  el  cerebro  hasta  tal  punto,  que  los  mé- 
dicos declararon  hallarse  muy  expuesto  á  un  ataque  de  demencia»;  más  ade- 
lante dice:  «Tenia  este  hidalgo  una  criada  antigua  la  cual  contaria  unas  cin- 
quenta  navidades,  eto 

Por  este  tenor  sigue  la  historia  imitando  al  Quijote.^  y  refiere  que  D.  Rodrigo 
armado  con  ridiculez  sale  en  compañía  de  su  escudero  Roque  «a  desfacer  tanto 
entuerto  como  ha  causado  la  tiranía  en  nuestra  patria». 

Las  aventuras  que  le  suceden  están  calcadas  sobre  varias  de  la  inmortal 
obra  de  Cervantes,  y  en  sus  hechos  y  dichos  tiene  D.  Rodrigo  por  objeto  «ins- 
pirar el  amor  de  una  libertad  ideal,  que  solo  existía  en  su  descompuesta  imagi- 
nación, y  en  la  de  sus  amigos  y  cofrades». 

La  sátira  de  este  tonto  é  insípido  libro  va,  pues,  dirigida  contra  los  partidos 
liberales  de  la  nación. 

El  Sr.  Asensio  «sospecha  en  su  fondo  algo  de  venganza  contra  persona  de- 
terminada». 

No  se  publicó  más  que  el  tomo  primero. 

447. — Los  Don  Quijotes  del  siglo  diez  y  nueve,  ó  sea  Historia  de  las 
revoluciones  de  los  Filósofos  modernos  en  España.  Poema  en  cinco 
Cantos.  En  que  se  refieren  todos  los  sucesos  que  han  intervenido 
para  plantificar  la  llamada  Constitución  política  de  la  Monarquía 
Española  y  para  su  abolición.  Compuesto  por  Don  José  Miguel 
Navarro  y  Gomeza.  Pamplona:  Por  F.  Erasun  y  Rada.  1825. 

En  8.°,  de  3  hojas  preliminares  y  200  págs. 
Tomo  II  36 


2g2  Imitaciones  del  Quijote 


El  extracto  del  argumento  que  precede  al  poema  es  este:  «Se  pit^tan  alegó- 
ricamente los  horrores  de  la  última  revolución,  y  los  planes  de  los  llamados 
filósofos  modernos  para  destruir  la  religión  y  las  buenas  costumbres;  píntase 
brevemente  la  guerra  de  la  independencia;  la  abolición  del  sistema  Constitucio- 
nal; la  nueva  publicación  de  la  misma;  la  venida  de  las  tropas  aliadas;  la  nueva 
abolición  del  sistema  Constitucional  y  la  libertad  del  Soberano». 

448.—  Don  Pápis  de  Bobadilla:  ó  sea,  Defensa  del  Cristianismo,  y  crí- 
tica de  la  seudo-filosofía.  Por  Don  Rafael  José  de  Crespo,  del 
Consejo  de  S.  M.  Oidor  de  la  Real  Audiencia  de  Aragón.  Zaragoza. 
Por  Polo  y  Monge.  M.DCCCXXIX. 

Seis  tomos  en  8. 

El  héroe  D.  Papis,  es  un  extravagante  maniaco  que  sale  á  correr  aventuras 
con  objeto  de  defender  la  religión  católica  de  los  ataques  que  le  infirieron  en 
sus  obras  Voltaire,  Diderot,  Volney,  etc. 

Ni  el  plan,  ni  su  desarrollo,  ni  el  estilo,  ni  el  lenguaje  son  ni  aun  tolerables. 
Todo  es  insulso  en  esta  voluminosa  obra,  por  más  que  en  ella  su  autor  sude  y 
se  afane  en  imitar  al  Quijote. 

Una  contundente  crítica  hizo  de  ella  el  Sr.  Mainez  en  la  Crónica  de  los  Cer- 
vantistas  n."  i. 

El  Sr.  D.  Isidro  Bonsoms  posee  el  manuscrito  original,  rubricado  por  el  au- 
tor y  firmado  por  el  censor  Laredo  para  darlo  á  la  estampa. 

449. — El  Quijote  del  siglo  XVlll,  ó  Historia  de  la  vida  y  hechos,  aven- 
turas y  fazañas  de  Mr.  Le-Grand,  Héroe  filósofo  moderno,  caba- 
llero andante,  predicador  y  reformador  de  todo  el  género  humano: 
obra  escrita  en  beneficio  de  la  humanidad  y  aplicada  al  siglo  XIX 
por  Don  Juan  Francisco  Siñeriz.  —  Madrid,  1836.  —  Imprenta  de 
D.  Miguel  de  Burgos. 

Cuatro  tomos  en  8.° 

Propiísose  el  autor  combatir  los  libros  de  la  moderna  filosofía  presentando 
al  protagonista  contaminado  por  ella  y  anheloso  de  propagar  sus  ideas  por  el 
universo  mundo.  Con  este  objeto,  acompañado  de  un  escudero  llamado  Peíit, 
en  contraposición  á  su  nombre  que  es  Le  Grand,  emprende  el  héroe,  llevando 
consigo  muchos  libros,  una  peregrinación  por  Francia.  Se  embarca  en  Burdeos 
en  Octubre  de  1788  y  recorre  las  Canarias,  las  Antillas  y  Méjico.  Emprende  el 
rumbo  para  el  Cabo  de  Buena  Esperanza,  sigue  todas  las  islas  del  África  orien- 
tal, las  costas  de  Arabia,  las  principales  islas  de  la  Oceanía  y  del  Asia,  hasta 
llegar  á  Kamtschaka.  Da  la  vuelta  por  el  Norte  de  América,  Californias,  Aca^ 
pulco,  Lima,  cabo  de  Hornos,  Brasil,  y  tocando  en  Buenos  Aires,  regresa  á 
Francia.  Mas,  al  saber  todas  las  desgracias  ocurridas  por  la  espantosa  revolución 
de  1789,  y  al  oir  la  relación  de  sucesos  tan  horrorosos,  cayó  en  abrumadora  ca- 
lentura. En  su  convalescencia  recobró  el  juicio  que  había  perdido,  y  dedicán- 
dose al  estudio  de  las  sagradas  letras,  muere  arrepentido. 

Añade  el  autor  en  el  prólogo  que  no  ha  «tomado  de  Cervantes  mas  que  la 
idea».  lEl  objeto,  —  continúa,  —  del  inmortal  Cervantes  en  desterrar  los  libros 


Imitaciones  del  Quijote  283 


de  caballerías  ha  sido  seguramente  útil  é  interesante;  pero  el  que  se  ha  propuesto 
el  autor  en  ridiculizar  los  libros  que  pervierten  á  la  juventud  inexperta,  condu- 
ciéndola al  precipicio,  y  sepultándola  en  las  hogueras  de  las  revoluciones,  ofrece 
sin  duda  una  utilidad  mayor  y  un  interés  mas  generaU. 

A  pesar  de  este  presuntuoso  deseo,  el  libro  del  Sr.  Sifieriz  no  ofrece  interés 
alguno  por  ningün  lado. 

Publicóse  esta  obra  en  París  el  año  siguiente  de  1837,  traducida  al  francés, 
quizás  por  su  propio  autor,  cuya  firma  aparece  al  pie  del  prólogo  fechado  en 
París  á  19  de  Marzo;  y  dicen  algunos,  que  mereció  los  mayores  elogios  de  va- 
rios periódicos  de  la  capital  de  Francia.  Un  editor  de  Barcelona,  creyéndola 
obra  original  francesa,  la  hizo  traducir  al  espaQol,  y  en  tal  guisa  dióía  á  luz, 
también  en  4  tomos  en  8.°,  con  la  siguiente  portada: 

«El  Quijote  de  la  Revolución,  ó  Historia  de  la  vida,  hechos,  aventuras  y 
proezas  de  Monsieur  Le  Grand  Homrae  Pamparanuja,  héroe  político,  filósofo 
moderno,  caballero  andante  y  reformador  de  todo  el  género  humano.  Obra 
escrita  en  beneficio  de  la  humanidad,  por  D.  Juan  Francisco  Siñeriz,  publicada 
en  París  en  1837,  y  traducida  al  español. — Barcelona:  Imprenta  de  Valentía 
Torras,  1841». 

D.  Cesáreo  Fernández  Duro,  en  la  Crónica  de  los  Cervantistas,  tomo  II, 
parte  59,  dice  que  el  periódico  A  Yerdade  de  Lisboa,  anunció  el  año  1839  el 
tomo  II  de  la  traducción  portuguesa  del  Don  Quijote  de  Siñeriz. 

D.  Fermín  Canella  Secades,  en  un  artículo  fechado  en  Oviedo  y  publicado 
el  23  de  Abril  de  1877  en  La  Mañana,  diario  de  Madrid,  trata  de  esta  imitación 
del  Quijote.  Dice  que,  «escrita  bajo  un  criterio  apasionado,  muestra  singular 
erudición  y  un  estilo  natural  y  sencillo».  «  En  ella  demostró  Siñeriz  grandes 
condiciones  de  escritor  satírico,  que  el  mismo  César  Cantú  le  reconoce  cuando 
califica  de  buen  tema  las  aventuras  y  fazafías  del  héroe  —  filósofo  moderno;  pero 
que,  sin  embargo,  juzgan  con  excesiva  dureza  los  traductores  de  Ticknor». 

Se  reimprimió  el  artículo  del  Sr.  Canella  en  El  Garbayón.,  periódico  de 
Oviedo. 

450. — Sancho  Panza  en  su  gobierno  de  la  ínsula  Barataría.  Cuento  muy 
atractivo  y  divertido,  sacado  del  Quijote  y  redactado  en  estilo  al 
alcance  de  los   niños.  Con   10  láminas  iluminadas  por  D.  A.  Ri- 
chard. —  París,  R.  Schultz,  Librero-Editor. 
En  folio,  de  32  págs.  en  buen  papel. 

«El  episodio  que  damos  á  luz  —  dice  la  Advertencia,  —  está  sacado,  pero  no 
copiado  del  Quijotes.  «Nuestro  objeto  es  el  de  recrear  á  los  niños  y  llamar  des- 
de ahora  su  tierna  atención  sobre  una  obra,  que  luego  mas  tarde  habrán  de  leer 
detenidamente  y  apreciar  las  reflexiones  morales  que  encierra.  » 

Las  animadas  cromolitografías  que  adornan  esta  obrita  son  de  carácter  hu- 
morístico. 

451.— El  Ingenioso  hidalgo  Don  Quijote  de   la  Mancha.  Tercera  parte 
escrita  por  el  Bachiller  Avellanado. 

Esta  nueva  continuación  del  Quijote  empezó  á  ver  la  luz  pública  en  Burgos, 
el  año  de  1868,  en  14  números  del  periódico  El  Caballero  de  la  Triste  Figura, 
y  quedó  sin  concluir.  El  autor  fué  D.  José  Martínez  de  Rives. 


284  Imitacionei  del  Quijote 


Supone  el  avellanado  Bachiller,  que  habiendo  penetrado  en  la  caverna  de 
Atapuerca,  lugarejo  de  Castilla,  le  faltó  el  aliento,  precipitóse  en  el  pozo...  y 
encontróse  en  unos  deleitosos  prados,  en  la  mansión  de  los  héroes,  en  donde  vio 
á  Don  Quijote  hablando  con  Sancho  Panza,  asombrado  de  un  sueño  de  tres 
siglos.  Luego,  una  conmoción  de  la  tierra  arroja  á  caballero  y  escudero  otra  vez 
al  mundo,  y  ambos  vuelven  á  correr  las  aventuras. 

Por  más  que  Don  Quijote  predica  la  moral,  la  justicia  y  las  buenas  costum- 
bres; por  más  que  en  cuanto  al  lenguaje  hay  algún  trozo  no  despreciable,  falta 
vigor,  donaire,  variedad;  y  la  obra  resulta  híbrida  é  incolora.  Ya  no  conocemos 
al  resucitador  de  la  andante  caballería,  que  aquí  más  bien  parece  un  predicador 
ambulante.  Sancho  prodiga  y  acumula  los  refranes  hasta  el  exceso.  El  estilo  es 
pesado  y  monótono;  además  nótase  el  prurito  de  dar  á  la  obra  un  tinte  fantás- 
tico que  la  perjudica.  El  autor  conoce  bien  el  habla  castellana,  pero  á  fuerza  de 
hipérbaton  y  de  querer  remedar  exageradamente  los  giros  de  Cervantes  y  de 
algún  otro  escritor  de  su  siglo,  sale  el  lenguaje  afectado  y  amanerado.  Otro  de- 
fecto es  el  de  que  todos  los  personajes  hablan  del  mismo  modo. 

En  suma,  esta  obra  viene  nuevamente  á  probar  que  todas  las  imitaciones  del 
Quijote  están  á  inmensísima  distancia  del  original. 

Los  24  primeros  capítulos  de  esta  continuación  se  reimprimieron  en  varios 
números  del  periódico  especial  de  Burgos  El  Fígaro. 

tsta  descabellada  continuación  mereció  las  sátiras  de  varios  periódicos.  Una 
curiosa  reseña  de  ellas  se  hallará  en  la  Séptima  Carta  Droapiana. 

452. — «D.  Lazarillo  Vizcardi».  —  Sus  investigaciones  músicas,  con 
ocasión  del  concurso  á  un  magisterio  de  capilla  vacante,  recogidas 
y  ordenadas  por  D.  Antonio  Eximeno.  —  Madrid.  —  Rivadeney- 
ra.  —  1872. 

Dos  tomos  en  4.°,  que  son  los  volúmenes  X  y  XI  de  la  colección  de  Bibliófilos  upa- 
Heles. 

Esta  obra  del  P.  Eximeno,  que  se  conservaba  inédita,  es  una  sátira  contra 
los  malos  músicos  y  por  su  elegante  y  correcto  estilo  es  estimada  como  una  de 
las  mejores  imitaciones  del  Quijote.  Fué  compuesta  á  íines  del  siglo  pasado. 

453. — El  Quijote  de  los  siglos,  novela  original  de  D.  Enrique  Ceballos 
Quintana.  Madrid,  Minuesa,  1876. 
En  8.°,  de  248  págs. 

£1  pensamiento  filosófico  de  esta  novela  consiste  en  señalar  i  algunos  de  los 
defectos  capitales  que  se  destacan  en  la  pretenciosa  figura  del  siglo  de  las  luces». 

Calleja,  maestro  de  escuela,  al  contemplarse  pobre,  abandonado  de  sus  se- 
mejantes, profanado  su  hogar  por  la  prostitución  de  su  hija  y  rodeado  de  esce- 
nas de  robos,  vicios  y  depravaciones,  se  vuelve  loco.  «Antojábasele  que  el  siglo 
actual,  desfacedor  de  agravios  de  otros  tiempos,  enderezador  de  entuertos  de 
caducas  civilizaciones  y  paladín  constante  de  los  derechos  humanos,  era  el  Don 
Qut;oie  de  los  siglos...  figurábasele  asimismo  que  él,  Calleja,  era  el  Sancho  Panza 
de  este  Don  Quijote,  figura  grotesca  y  asendereada  á  impulsos  del  espíritu  del 
siglo,  que  en  medio  de  sus  baladronadas  de  progreso,  le  traia  hambriento  y 
mohíno,  dándole  por  ínsula  Barataría,  en  premio  de  sus  trabajos,  una  casa  de 


Imitaciones  del  Quijote  28$ 


dementes...»  «y  el  infeliz  Calleja  veia  surgir  al  propio  tiempo  ante  su  vista  extra- 
viada las  siniestras  figuras  que  contemplara  en  su  visión  primitiva  y  percibía 
distintamente  aquel  informe  grupo  de  la  mujer  prostituta,  el  niño  ciego,  el  pro- 
letario agobiado  y  el  verdugo,  que,  aunados  en  común  esfuerzo,  trataban  de 
borrar,  oscurecer  y  manchar  el  preclaro  lema  del  esforzado  caballeros. 

He  aquí  el  cuadro  que  traza  el  autor,  quien  concluye  anhelando  se  realice 
esta  noble  aspiración:  f  Espíritu  civilizador  en  los  códigos;  protección  para  el 
trabajo;  educación  para  el  pueblo;  recompensa  justa  á  los  encargados  de  ilus- 
trarle, y  dignidad  y  amparo  á  la  mujer.  Tales  son  las  principales  hazañas  á  cuya 
realización  debe  aspirar  el  andante  caballero  (el  siglo  xix)». 

454. — Gloria  á  España.  Ensayo  poético  sobre  algunas  aventuras  de 
Don  Quijote  de  la  Mancha,  por  Vicente  Clapera.  Barcelona.  Esta- 
blecimiento tipográfico  de  Sulé  hermanos.   1877. 

En  4.°  pequeño,  de  49  págs. 

No  es  propiamente  una  imitación,  sino  las  aventuras  de  Don  Quijote  pues- 
tas en  malos  versos. 

Sólo  se  ha  publicado  el  cuaderno  i ."  de  este  Ensayo  que,  en  verdad,  carece 
totalmente  de  mérito. 

455. — Un  fragmento  del  Quijote. 

Se  leyó  en  la  Sociedad  cervantista  de  Granada,  el  23  de  Abril  de  1876,  este 
artículo  de  D.  Francisco  Jiménez  Campaña,  que  salió  después  en  La  Cuna  de 
Cervantes,  día  23  de  Abril  de  1880. 

Supone  el  autor  de  este  ligero  trabajo,  que  después  que  Don  Quijote  fué  lle- 
vado en  peso  á  su  lecho,  tras  el  zarandeo  que  sufrió  en  el  baile,  en  casa  de  don 
Antonio,  endilgó  á  Sancho  estas  enrevesadas  fórmulas  filosóficas:  cLa  ciencia 
es  un  todo  de  esencial  composición  de  dos  todos  en  uno;  ó  más  claro,  el  medio 
en  que  lo  subjetivo  y  lo  objetivo  comulgan.»  «Yo  me  sé  de  mí  como  lo  uno  y 
todo  que  yo  soy  en  la  total  unidad  é  integridad  de  mi  ser,  antes  y  sobre  toda  úl- 
tima, individual,  concreta  determinación  en  estado,  dentro  y  debajo  de  los  lími- 
tes que  condicionan  á  la  humanidad  en  el  tiempo  y  en  el  espacio.»  Y  como  le 
reprochara  Sancho  la  obscuridad  y  ningún  sentido  de  tales  intricadas  razones, 
arremete  Don  Quijote  á  él  espada  en  mano...  Mas,  al  fin,  calmada  su  exaltación 
le  dijo:  f  agora  confieso,  Sancho,  que  hice  tuerto  á  nuestra  hermosa  lengua  cas- 
tellana, cuando  osé  emplearla  en  tan  extranjera  filosofía». 

No  puede  darse  más  donosa  burla  de  ciertas  modernas  lucubraciones  filosó- 
ficas. 

456. — Vida  y  hechos  de  Don  Anselmo  Claramonte. 

Especie  de  imitación  del  Quijote  empezada  á  publicar  por  D.  Nicolás  Díaz 
de  Benjumea  en  el  periódico  de  Sevilla,  El  Arte,  17  de  Marzo  de  1878. 

457. — ¡Qué  Quijote!  novelita  liliputense  por  F.  Degetau  y  González. 
Madrid,  Pedraza,  1883. 

En  16.°,  de  31  págs. 


386  Imitaciones  del  Quijote 


Este  sentido  cuentecillo  es  «una  amarga  exclamación  lanzada  contra  el  exe- 
crable calificativo  de  «quijotesca»,  que  se  aplica  por  algunos  á  toda  acción  in- 
trínsecamente buena»,  y  su  moralidad  se  resume  en  el  corto  epilogo:  «Por  qué  me 
han  visto  tratando  de  socorrer  á  un  hombre  en  su  desgracia  me  llaman  Quijote; 
según  esos.  Cristo  debió  ser  el  primer  Quijote  del  mundo.» 

458. — Don  Quijote  de  Vallcarca,  passeig  cómich-tragich-extraordinari 
per  C.  Gumá.  Barcelona,  Llibrería  espanyola  de  I.  López,  Editor. 

(1885). 

Folleto  de  32  págs.  en  verso. 

Es  el  protagonista  de  esta  obrita  catalana,  un  filántropo  habitante  de  Vall- 
carca, pueblo  de  las  cercanías  de  Barcelona,  quien  se  dirige  á  la  capital  con 
ánimo  de  redimir  el  género  humano.  «La  il/a«;ca  tuvo  un  Quijote  —  áict\  — 
Vallcarca  también  lo  tendrá;  pero  un  Quijote  con  juicio,  filántropo,  civilizado  y 
á  la  altura  de  la  época.» 

Una  vez  en  Barcelona,  le  suceden  ocho  aventuras  y  de  ellas  sale  aporreado, 
escarnecido  y  befado  por  haber  querido  entrometerse  sin  ton  ni  son,  en  cosas 
que  DO  le  atañen  y  en  cuestiones  á  que  no  había  sido  llamado. 

459. — Montalvo  (Juan).  —  El  Buscapié.  —  Prólogo  de  un  libro  inédito 
titulado  Ensayo  de  imitación  de  un  libro  inimitable,  ó  capítulos  que 
se  le  olvidaron  á  Cervantes .  —  Es  el  último  en  el  extraño  libro  titu- 
lado Siete  tratados  por  Juan  Montalvo.  —  Besanzon.  —  Imprenta 
de  José  Jacquin,  1882. 

Dos  tomos  en  8°   francés. 

(Asensio,  Nota  de...  libros...  refs...  d  Cervantes,  1885.) 
Posterior,  se  ha  publicado  el  libro  postumo  de  Montalvo,  Eusayo  de  imita- 
ción, y  son  sesenta  capítulos  añadidos  por  él  al  Quijote  (Besanzon,  1895),  Mon- 
talvo era  americano,  de  Guayaquil. 

460. — Historia  del  extranjero  edil  Don  Quijote  de  la  Mancha. 

{El  Busilis,  periódico  jocoso. — Barcelona,  1894.) 

461. — Las  aventuras  d'en  Titus  ó'l  Cantor  de  les  Nínetes.  Don  Quixot 
fí  de  sigle. 

Primer  cuaderno  ó  único.  —  Barcelona,  1894. 

462. — Semblanzas  caballerescas,  ó  las  nuevas  aventuras  de  D.  Quijote 
de  la  Mancha,  por  D.  Luis  Otero  y  Pimentel.  —  Habana,  1886. 

(Consta  de  38  cap.  y  le  ilustran  20  lám.) 
463. — Don  Juan  Tenorio. 


Imitaciones  del  Qnijole  287 


Dijo  Lamartine  que  «Don  Juan  es  el  heredero  de  Don  Quijote»,  en  lo  cual 
estimo  que  anduvo  desacertado,  puesto  que  el  héroe  raanchego,  si  bien  por  me- 
dios extravagantes  y  anti-sociales,  persigue  un  ideal  noble,  generoso  y  elevado, 
al  paseo  que  el  protagonista  de  Tirso  es  un  ente  malo  en  su  esencia. 


434. — Le  dom  Quixote  Gafcon. 

Es  la  2."  de  las  extravagantes  sátiras  reunidas  en  este  libro:  Les  Jeux  de 
rincognu,  A,  Paris,  au  Palais^  lójo. 

He  tenido  la  segunda  edición:  Roven,  chez  Jacques  Caillove^  M.DC.XXXXV. 
En  8."  de  4  h.  prel.  más  un  frontispicio,  y  390  pág. 

El  autor  de  este  libro,  M.  De  Vaux.  en  el  cuento  del  nombre  que  encabeza 
este  artículo,  presenta  en  escena  á  un  Don  Quijote  Gascón,  cuyo  palacio  es  un 
conjunto  de  monstruosidades;  y  quien,  bajo  el  pretexto  de  honrar  á  los  que  le 
visitan,  les  hace  pasar  mil  martirios  dándoles  de  comer  viandas  crudas  y  pesti- 
lentes, etc.,  etc.  La  intención  y  la  sátira  del  cuento  parece  que  pueden  conden- 
sarse en  estas  frases:  «un  Gentilhombre  Gascón  debe  ser  ignorante,  arrogante  y 
temerario»;...  «la  traición,  la  disimulación  y  la  perfidia  son  los  signos  de  unbuen 
ingenio,  y  con  tal  de  que  se  llegue  á  ser  rico  y  poderoso,  nada  importan  los  me- 
dios de  que  uno  se  valga  para  ello,  etc  ,  etc.» 

Algunos  críticos  atribuyen  esta  obra  á  Adrien  de  Montluc,  principe  de  Cha- 
bannais,  autor  de  La  Comedie  des  Proverbes,  notable  trabajo  que  contiene  más 
de  dos  mil  refranes. 

I  465. — Le  Meurtre  de  la  Fidélité  et  la  Défense  de  l'Honneur,  oü  est 
raconté  la  triste  et  pitoyable  aventure  du  berger  Philidon,  et  les 
raisons  de  la  bella  et  chaste  Marcelle,  accusée  de  sa  mort.  Paris, 
par  Jean  Richer,  1609. 

En  12.°  pequefio. 

Está  en  español  y  en  francés,  este  cuento,  sacado  del  episodio  de  Marcela  y 
entierro  del  pastor  Grisóstomo.  Describiré  también  el  ejerñplar  de  la  colección 
Ticknor: 

«Homicidio  de  la  fidelidad.  Y  la  defensa  del  honor.  (Al  frente  la  traducción 
francesa).  Auec  vn  discours  de  Don  Qvixote,  de  l'excellence  des  armes  sur  les 
lettres.  Paris,  lean  Richer,  1609,  12.0  p.  de  2  hoj.  sin  numerar  y  125  pág.» — 
«Este  pequeño  volumen  preparado,  supongo,  para  uso  de  los  franceses  que 
aprendan  español,  está  tomado  con  ligeras  (considerables?),  alteraciones  de  los 
caps.  XII,  XIII,  etc.,  de  la  Parte  primera  del  Quijote,  que  se  imprimió  por  vez 
primera  4  años  antes. — Nota  manuscrita  de  Ticknor. t 

Papeleta  copiada  del  Catalogue  0/  the  Ticknor  Collect.  Boston  Public  Lt- 
brary^  iSjg. 

466. — Le  I  Berger   |  extravagant.  I   Ov  parmy   des  |  fantaisies  amov- 
revses  I  Ton  voit  les  impertinences  |  des  Romans  &  de  la  Poésie.  ] 
A  Rouen,  |  chez  lean  Osmont,  1640. 

Cuatro  voluminosos  tomos  en  8."  El  II,  III  y  IV  llevan  la  fecha  de  1639.  Suman  juntos 
'.59'  páginas. 


388  Imitaciones  del  Quijote 


Obia  pesadísima  é  insípida  que  escribió  Mr.  Ch.  Sorel  de  Souvigny  con  ob- 
jeto de  satirizar  las  novelas  pastoriles  y  la  poesía.  Parece  que  con  el  seudónimo 
de  Jean  de  la  Lande,  la  publicó  Sorel  en  1617-28,  y  la  reimprimió  en  1633  bajo 
el  titulo  de  LAntiRoman,  ou  histoire  du  berger  Lysis.  Como  sus  contemporá- 
neos claramente  comprendieron  que  este  libro  era  una  imitación  del  pensamiento 
del  Quijote,  con  mezcla  de  muchísimas  otras  extravagancias,  y  Fontenay  hizo  ver 
la  analogía  entre  las  manías  de  Don  Quijote  y  las  de  Lysis,  el  protagonista  de  So- 
rel, éste  escribió  otro  larguísimo  tomo,  que  forma  el  IV  de  la  presente  edición  de 
1639-40,  titulado:  Remarques  svr  les  XIIII  livres  dv  Berger  Extravagant.  En 
este  empalagoso  trabajo  quiere  desentrañar  las  alusiones  y  el  sentido  satírico  de 
la  obra  en  la  cual,  dice,  cha  dado  la  historia  del  pastor  Lysis  con  sus  extrava- 
gantes aventuras  tomadas  de  las  que  se  hallan  en  todas  las  novelas  y  libros  de 
poesía,  para  que  se  vea  cuan  aborrecibles  son  unos  y  otras,  por  ser  todos  estú- 
pidos é  inútiles  >;  niega,  enfurecido,  que  su  libro  sea  una  imitación  del  Quijote, 
como  todo  el  mundo  lo  siente,  y  pasando  á  establecer  un  paralelo  entre  ambos, 
dice:  que  en  el  libro  de  Cervantes  hay  un  sin  fin  de  inverosimilitudes  y  super- 
fluidades, al  paso  que  en  el  suyo  se  hallan  mil  perfecciones,  y  «esO: — (habla  So- 
rel),— que  Cervantes  tenía  un  asunto  y  una  materia  más  extensa  que  yo,  tratando 
la  historia  de  un  caballero  que  por  medio  de  sus  encantamentos  todas  las  inspi- 
raciones podía  glorificar,  al  paso  que  mi  pobre  pastor  es  un  asunto  seco  y  esté- 
ril que,  por  cierto,  si  lo  hubiese  manejado  Cervantes  bien  pobre  habría  quedado 
su  estilo».  ACade  que  todo  lo  que  Cervantes  habla  contra  los  libros  y  vicios  que 
quiere  atacar,  él  lo  habría  dicho  en  4  páginas,  y  que  su  libro  está  lleno  de  cosas 
curiosas  y  dignas  de  ser  sabidas,  y  no  de  las  inútiles  quimeras  cervantescas». 

Tan  insulsas  como  el  libro  de  Sorel  son  las  tres  láminas  de  Van  Lochon  que 
lo  adornan. 

467. — Hudibras,  by  Samuel  Butler.  London,  1663-78. 

Tres  tomos  en  8." 

La  parte  i.»  apareció  en  1663;  la  2?-  en  1664;  y  la  3.'  en  1678 

Este  renombrado  poema  de  Butler,  tanto  en  el  fondo  como  en  la  forma,  es 
una  clara  imitación  del  Quijote.  El  mismo  autor  lo  insinúa. 

Es  una  sátira  contra  los  presbiterianos  de  Inglaterra  del  tiempo  de  Cromwell, 
cuyas  máximas  intolerantes  fueron  causa  de  tantos  alborotos  y  sangrientas  dis- 
cordias. Sabido  es  que  aquellos  furibundos  sectarios  querían  imponer  su  secta  á 
cañonazos.  Finge  el  autor  que  embebido  en  esta  doctrina  perdió  el  juicio  el  ca- 
ballero Hudibras,  como  lo  habla  perdido  Don  Quijote,  con  la  lectura  de  los  libros 
de  caballerías,  y  sale  al  campo  para  devolver  á  todo  el  mundo  sus  derechos,  sus 
propiedades  y  franquicias,  y  aun  á  los  mismos  osos  quiere  dar  la  libertad  «de 
que  se  les  habia  privado  para  llevarles  á  divertir  la  gente  en  las  ferias».  Sir  Hu- 
dibras tiene  también  su  Dulcinea,  y  para  correr  sus  aventuras  toma  un  escudero 
llamado  Ralpho,  sastre  de  oficio,  hipócrita  refinado,  verdadero  Tartufo,  según  la 
feliz  expresión  de  un  critico  francés  {Dict.  historique  general),  y  en  suma  pro- 
fundo teólogo  que  podía,  como  dice  Butler,  «desentrañar  los  más  profundos  mis- 
terios dogmáticos  tan  fácilmente  como  enhebrar  la  aguja».  La  índole  de  la  ac- 
ción obligó  al  poeta  inglés  á  atribuir  á  este  escudero  un  carácter  bastante  dife- 
rente del  Sancho  de  Cervantes.  Pero  amo  y  criado  en  su  proceder,  en  sus  aven- 
turas y  en  sus  mutuas  relaciones  son  un  ingenioso  trasunto  de  los  dos  héroes  de 
Cervantes. 

Creo  que  se  puede  decir  que  el  Hudibras  es  la  mejor  de  todas  las  imita- 
ciones que  del  Quijote  se  han  hecho,  dentro  y  fuera  de  España. 


Imitaciones  del  Quijote  *  289 


La  aceptación  que  tuvo  así  que  apareció  fué  notable;  y,  cosa  inaudita,  el 
mismo  año  de  1663,  pocos  meses  después  de  haber  publicado  Butler  su  i."  par- 
te, le  salió  un  Avellaneda  publicando  La  segunda  parte  del  Hudibrds\  pero  ni 
de  esta  continuación  ni  de  varias  imitaciones  del  poema  que  más  tarde  apare- 
cieron bajo  el  nombre  de  El  Hudibrás  holandés.  El  Hudibrds  escocés,  El  espec- 
tro de  Butler^  y  otras,  nadie  hizo  caso,  mientras  que  el  libro  de  Butler  fué  apre- 
ciado como  obra  de  un  poeta  de  genio,  y  las  ediciones  rápidamente  se  sucedie- 
ron. Fué  traducido  al  alemán,  parcialmente  al  latín,  y  Voltaire  emprendió  la 
versión,  al  francés,  mas  no  la  prosiguió,  declarando  que  esta  obra  «  era  absolu- 
tamente intraducibie».  No  obstante,  lo  cual,  un  inglés,  Mr.  John  Towneley,  que 
se  habla  educado  en  Francia,  hizo  una  fiel  traducción  francesa  del  Hudibrds,  en 
verso,  tan  conspicua,  que  los  ingleses  á  una  voz  la  proclaman  meritísima,  y  dig- 
na del  original.  Se  publicó  en  Londres  el  año  de  1757,  3  ts.  in.  12.° 

Entre  las  varias  ediciones  del  Hudibrds,  merece  especial  mención  la  itnpresa 
en  1744,  con  las  importantes  notas  del  Dr.  Grey,  en  las  cuales,  además  de  ex- 
plicarse los  sucesos  históricos  á  que  alude  el  poema,  se  hacen  resaltar  sus  belle- 
zas poéticas  y  se  indican  los  pasajes,  aventuras  y  caracteres  imitados  del  Q«í- 
jote.  Se  reimprimió  esta  ilustrada  edición  con  preciosas  láminas  y  verdadero  lujo 
tipográfico,  el  año  de  1819,  en  3  tomos,  en  8.°  m.  Posee  el  Sr.  Bonsoras  un  be- 
llísimo ejemplar. 

El  Hudtbrás,  empero,  dejando  á  salvo  su  mérito  poético  de  la  forma,  debió 
su  reputación  a  la  sátira  accidental,  digámoslo  así,  que  contenía.  Hoy  que  aquel 
fanatismo  ridiculizado  por  Butler  no  existe,  nadie  lee  el  Hudibrds  fuera  de  In- 
glaterra, y  aun  allí  sólo  algün  erudito. 

468. — Dom  Quichote.  Tome  5. 

Fragmento  manuscrito  de  una  imitación  del  Quijote  en  francés,  que  se  halla 
en  la  Biblioteca  Nacional  de  Madrid,  señalado  V,  117,  formando  un  cuaderno 
de  55  páginas  en  8.°  repartidas  en  seis  capítulos.  El  epígrafe  át\  primero  dice: 
f  Avantures  sur  avantures.i  Es  un  conjunto  de  puerilidades,  según  manifiesta  el 
Sr.  Hartzenbusch,  quien  nos  da  la  completa  descripción  de  este  manuscrito  y  el 
texto  francés,  acompañado  de  la  traducción,  de  dicho  i."  cap.,  en  la  Memoria 
leida  en  la  Biblioteca  Nacional...  en  1871,  (Madrid,  Rivadeneyra,  187 1,  en  4.° 
de  39  pág.) 

Debajo  del  renglón  que  en  este  cuaderno  forma  el  citado  epigrafe  del  cap.  I, 
hay  una  cifra  ó  signo  que  es  cabalmente  la  usada  por  Felipe  V,  cuando  sólo  era 
Duque  de  Anjou\  la  cual  circunstancia  y  otros  datos  que  presenta  el  Sr.  Hart- 
zenbusch le  hacen  sospechar  que  el  autor  de  esta  imitación  del  Quijote,  hecha 
en  1693,  fué  aquel  príncipe,  que  entonces  contaba  10  años. 

469.— Histoire  |  de  Tadmirable  |  Don  Quichotte  |  de  la  Manche.  |  Tome 
cinquiéme.  |  (Un  florón.)  |  A  Paris,  (  Chez  Claude  Barbin,  au  Palais, 
I  ...  I  ...  I  M.DC.XCV. 

En  8.0  p.  de  2  hoj.  prel.,  581  pág.  y  otras  3  finales  que  contienen:  el  Priv. 
de  los  4  primeros  tomos  del  Quijote  [I,  470],  una  Próroga  del  mismo  por  6  años 
más  que  empezaron  en  8  Diciembre  de  1692,  y  otro  Priv.,  fechado  en  Versalles 
á  16  de  Diciembre  de  1694,  para  imprimir  durante  el  tiempo  de  8  años  este 
«Quinto  tomo  de  la  Historia  de  Don  Quixote.» 

Ya  hemos  visto  [I,  470],  que  Saint  Martín  traductor  del  Quijote  en  1677,  al 

Tomo  n  37 


3<)0  Imitaciones  del  Quijote 


llegar  al  último  cap.  supone  que  el  héroe  manchego  sanó  de  su  enfermedad  y 
de  su  locura,  y  con  este  desenlace,  tan  distinto  del  que  escribió  Cervantes,  deja- 
ba la  puerta  abierta  para  una  continuación.  Esta  la  llevó  á  efecto  en  el  presente 
tomo  V,  que  se  compone  de  XXXI  largos  capítulos,  en  donde  se  describen  una 
serie  de  pesadas  aventuras /if««/V/aí  por  Don  Quijote  y  Sancho,  quien  es  armado 
caballero  y  como  tal  emula  las  proezas  de  su  antiguo  amo.  Algunas  de  estas 
son  un  pobre  remedo  de  las  creadas  por  Cervantes,  otras  pecan  de  groseras,  y 
muchas  rayan  en  lo  indecoroso.  El  continuador,  para  mejor  imitar  á  Cervantes 
mezcla  é  introduce  varios  pesados  é  insulsos  cuentos  que  sólo  logran  languide- 
cer la  acción.  El  más  largo  de  ellos,  titulado:  Historia  de  Sainville  y  de  Sylvia, 
ocupa  las  139  liltimas  páginas  del  tomo,  y  es  lo  bueno  que  la  historia  queda  ina- 
cabada, ofreciéndose  la  continuación  para  «el  capítulo  siguiente».  Mas,  lo  sin- 
gular del  caso  consiste  en  que  el  tal  capitulo  siguiente  y  los  demás  que  prosiguen 
esta  imitación  del  Quijote,  no  aparecieron  hasta  18  años  más  tarde,  en  un  tomo, 
cuya  descripción  es  la  siguiente:  «Continuation  {|  de  l'histoire  |1  de  l'admirable  || 
Don  Quichotte  ||  de  la  Manche,  ||  Nouvelle  edition.  ||  Reveue,  corrigée  &  aug- 
mentée.  ||  Tome  VI  &  Dernier.  ||  A  Paris,  ||  Par  la  Compagnie  des  Libraires.  || 
M.DCCXni.» 

En  8."  p.  de  4  hoj.  prel,  y  501  pág.;  más  3  finales  con  una  Aprob.  que  dice: 
«le  present  Manufcrit  de  la  Continuation  de  l'histoire  de  Don  Quichotte»;  y  el 
Priv.  á  Michel  David,  por  15  años,  dado  en  Versailles  á  5  de  Noviembre  de 
1708,  pour  réimprimer  l'histoire  de  Don  Quichotte,  traduite  de  l'Espagnol  de 
Cervantes,  avec  la  continuation  du  fteur  de  Saint- Mar timi. 

Supone  el  autor  que  la  narración  de  la  historia  de  Don  Quijote  se  había  in- 
terrumpido por  haberse  extraviado  el  manuscrito  que  contenía  el  resto  de  ella, 
y  que  habiéndole  él  encontrado,  lo  tradujo  al  francés. 

Sigue,  pues,  el  hilo  de  la  Historia  dt  Sainville,  y  continúan  las  aventuras  de 
Don  Quijote  y  Sancho  que  concluyen  con  la  muerte  del  primero  á  consecuencia 
de  una  pleuresía  producida  por  haber  bebido  agua  fría  en  una  fuente  cuando  re- 
gresaba á  su  pueblo,  después  de  haber  dejado  la  caballería  errante  por  orden  del 
encantador  Parafaragaramus,  y  de  haber  tenido  la  desgracia  de  perder  á  Dulci- 
nea ó  sea  Aldonza  Lorenzo,  que  tomó  el  velo  de  religiosa  por  orden  del  Des- 
tino. 

Detallada  cuenta  del  argumento  de  los  dos  tomos,  que  componen  en  junto  61 
capítulos,  la  df  en  la  Crónica  de  los  Cervantistas,  día  29  de  Mayo  de  1872. 

Si,  dejando  á  parte  las  conjeturas  de  varios  críticos  acerca  de  la  paternidad 
de  esta  imitación,  nos  ceñimos  á  los  datos  que  arrojan  la  Aprobación  y  el  Pri- 
vilegio, podemos:  primeramente,  afirmar  que  es  áeX/ieur  de  Saint-Martín,  y  lue- 
go deducir  que  fallecido  éste  después  del  1695,  sus  herederos  encontraron  entre 
sus  papeles  la  continuación  de  Don  Quijote;  que  la  hicieron  revisar  ó  corregir  por 
alguno  de  los  literatos  que  se  la  han  atribuido;  que  luego  la  vendieron  al  librero 
Michel  David,  quien  sacó  Privilegio  en  r7o8  para  la  impresión;  y  que  ésta,  por 
causas  ignoradas,  se  retardó  cinco  años  más. 

Dije  ya  [I,  481]  que  esta  continuación  había  sido  atribuida  á  Rob.  Challes 
por  algunos  críticos.  Entre  ellos  citaré  á  Ticknor,  quien  da  noticias  de  aquel 
aventurero  en  su  Historia  de  la  Literatura  española  (Boston,  1864,  Appen- 
dix  £.) 

470. — Der  |   Spanische   Waghaiss   (   oder  |  Des   von    Liebfvezauberten 
Ritters  I  Don  Quixott  von  Quixada  |  Ganz  Neue  Ausschweifsung  | 
auf  seiner  Weissen  |  Rosinnanta  |  Mit  Seinem  verwegnen  Wafsen- 
tráger  |  Santscho  Panscha.  ]  Auf  seiner  Schwartzen  Flanckin  |  Das 


Imitaciones  del  Quijote  291 


Erstemal  mit  lustigen  Kupffern  |  in  Teutscher  Sprach  |  Gedruckt. 
Nürnberg  |  1696. 

(El  aventurero  espafiol,  ó  el  caballero  embriagado  por  el  amor  Don  Quijote  de 
Quijada.  Nueva  salida  sobre  su  blanco  Rocinante,  con  su  miedoso  escudero  San- 
cho Panza  sobre  su  negro  Rucio.  Por  i.*  vez  impreso  en  alemán,  é  ilustrado  con 
viñetas.) 

En  12.° 

Es  la  traducción  del  tomo  V  de  la  continuación  del  Quijote  por  Saint-Mar- 
tin,  publicado  el  año  anterior,  y  que  acabo  de  describir. 

Hay  un  frontispicio  muy  bien  grabado  en  cobre  que  representa  la  salida  de 
Don  Quijote  y  Sancho  en  busca  de  aventuras. 

471.— Don  Clarazel  de  Gomarnos  o£  te  den  buylenspoorsyen  Dolende 
Ridder  behelsende  desselfsstand  vastige  lufde  voon  de  schoone 
Silviana;  syne  dappere  Daden,  Avanturen,  Gedecnten  tegensureede 
Reusen,  Monster.  Torenaars  en  boos-aardige  Riddens. — Beneffens 
de  doontrapte  fielseryen  van  Gandalos  syn  Schildkneckt-doon 
N.  H.  (Nicolás  Heijnsius).  —  Amsterdam,  1697,  ^  ^-  '"  S-"  —  ^^^ 
printen  van  Gaspar  Luyken. 

(Don  Clarazel  de  Gontarnos,  ó  el  excéntrico  caballero  errante;  conteniendo  su 
constante  amor  por  la  bella  Silviana,  sus  valientes  hazañas,  sus  aventuras,  com- 
bates contra  los  terribles  gigantes,  monstruos,  hechiceros  y  malos  caballeros;  con 
las  astucias  de  su  escudero  Gandales,  por  N.  H.  —  Amsterdan,  1697,  2  t.  en  8." 
Con  láminas  de  Luyken.) 

472 — The  tale  of  a  tub  (El  Cuento  del  Tonel),  by  Jonathan  Swift.  Lon- 
don,  1704. 

En  esta  impudente  sátira  religiosa,  parece  que  el  filósofo  ingles  ha  imitado 
agudezas  del  autor  del  Quijote.  Véase  lo  que  dice  Mor  de  Fuentes  en  su  Elogio 
de  Cervantes,  al  hablar  de  la  suspensión  en  que  deja  nuestro  autor  la  historia 
del  héroe  manchego  en  el  cap.  VIII,  su  continuación  en  el  IX,  y  la  nota  de  la 
cgran  mano  de  Dulcinea  para  salar  puercos...»:  c aprensión  cómica  que  luego 
han  remedado,  más  ó  menos,  y  siempre  con  poquísimo  donaire,  varios  escrito- 
res, particularmente  ingleses;  y  entre  ellos,  no  una  sino  cansadísimas  veces,  el 
célebre  Swift,  en  su  decantado,  y  para  mí  en  extremo  empalagoso  y  aun  intole- 
rable, Cuento  del  Toneh. 

473 — Nouvelles  |  avantures  |  de  Tadmirable  |  Don  Quichotte  |  de  la 
Manche,  |  composées  |  Par  le  Licencié  I  Alonso  Fernandez  de  Ave- 
llaneda: I  Et  traduites  de  l'Efpagnol  en  Fran^ois,  |  pour  la  pre- 
miére  fois.  |  A  París,  |  Chez  la  Veuve  de  Claude  Barbin,  |  au  Pa- 
lais,  fur  le  fecond  Perron  |  déla  Sainte  Chapelle.  (  MDCCIV  |  Avec 
Privilege  du  Roy. 
Dos  tomo3  en  12.<^ 


2g2  Imitaciones  del  Quijote 


T.  I,  compuesto  de  8  hoj.  prel.  y  447  pág.— Portada.— />•</««<?  del  traduc- 
tor.— Tabla. — Aprobación,  dada  por  Fontenelle,  en  París,  á  25  de  Octubre  de 

1702. — Texto. 

T.  II,  que  contiene  4  hoj.  prel.,  con  Portada,  tabla,  y  fe  de  erratas. — Texto 
de  509  páginas. — 4  pág.  para  el  Privilegio  á  Gabriel  Martín,  librero,  por  8  años, 
dado  en  Versalles  el  29  de  Octubre  de  1702.  Al  pie  hay  el  reconocimiento  del 
privilegio,  hecho  por  Martin  á  favor  de  L.  S.  (Lesage),  autor  de  esta  traducción; 
y  después  hay  el  traspaso  otorgado  por  L.  S.  a  favor  del  librero  Mad.  Barbin,  á 
II  de  Diciembre  de  1702. 

Adornan  la  obra  14  láminas  grabadas  por  A.  Clouzier;  un  Frontispicio  del 
tomo  I  en  que  aparecen  Don  Quijote  y  Sancho,  llevando  aquél  esta  leyenda:  «Ca- 
vallero  desamorado»,  y  otro  del  tomo  II  figurando  también  los  dos  héroes,  y  este 
more  al  pie  de  Don  Quijote:  «Ca vallero  de  los  Amores.» 

El  prefacio  del  llamado  traductor  está  destinado  á  ensalzar  el  Quijote  de  Ave- 
llaneda y  rebajar  el  de  Cervantes.  Supone  que  éste  sólo  continuó  su  obra  cuando 
vio  aparecer  la  de  Avellaneda,  y  de  este  falso  supuesto  parte  para  indicar,  que 
si  se  encuentran  cosas  parecidas  en  estas  dos  segundas  partes,  Cervantes  las  to- 
mó de  Avellaneda.  Ya  hemos  visto  cuan  inexacta  es  tal  afirmación  1431]  Juzga 
Lesage  que  el  Sancho  de  Avellaneda  es  más  original  que  el  de  Cervantes.  cEl 
de  éste — dice, — quiere  con  frecuencia  hacer  el  gracioso  y  no  lo  es;  el  de  Ave- 
llaneda lo  es  casi  siempre  sin  querer  serlo.» 

jRisum  teneatisf 

«Me  sorprende, — continúa  Lesage, — que  los  ejemplares  del  Avellaneda  sean 
tan  raros  en  España.  Hay  quien  dice  que  los  partidarios  de  Cervantes  quemaron 
la  mayor  parte.  Pero  lo  que  yo  creo  es,  que  siendo  Avellaneda  aragonés,  y  por 
consiguiente  no  estando  quizás  su  libro  escrito  con  tanta  pureza  y  elegancia  como 
el  de  Cervantes  los  españoles  desdeñaron  reimprimirle.» 

Avellaneda  habla  dividido  su  obra  en  36  capítulos.  Lesage  la  divide  en  70. 
No  necesitaba  menos  para  su  rifacimento. 

Son  tantas  las  variaciones  que  el  traductor  ha  introducido  acortando  algún 
pasaje,  amplificando  otros,  suprimiendo  lo  que  le  pareció  escabroso  y  duro,  y 
añadiendo  historietas  y  nuevas  aventuras  para  adornar  los  puntos  que  estimó 
demasiado  secos,  que  la  versión  difiere  muchísimo  del  original.  Este  queda  real- 
mente mejorado  en  la  refundición,  que  así  debe  llamarse,  desapareciendo  mu- 
chas de  sus  groserías. 

Intentaré  dar  breve  idea  de  alguna  de  las  principales  variaciones,  cotejando 
los  capítulos  de  Avellaneda,  donde  aquellas  se  hallen,  con  los  de  Lesage: 

Cap.  I. — Lesage  lo  divide  en  dos,  y  añade:  que  Sancho  después  de  la  visita 
que  hizo  á  Don  Quijote  volvió  á  verle  el  siguiente  Domingo  llevándole  la  historia 
de  que  1?  había  hablado  D.  Florisbrán  de  Cantarla;  que  su  lectura  le  despierta 
sus  andantescas  locuras,  y  que  concierta  con  Sancho  su  4.*  salida,  previnién- 
dole que  antes  debe  ir  con  una  carta  suya  á  llevar  una  embajada  i.  Dulcinea. 

Cap.  VI.  —  Corresponde  al  8.°  de  Lesage,  quien,  hacia  el  fin,  cuando  don 
Quijote  vencido  por  el  guardián  del  melonar,  entra  mal  herido  en  la  choza  que 
le  había  parecido  palacio  en  donde  estaban  encantadas  varias  princesas,  añade 
esta  visión:  Don  Quijote  dice  á  Sancho  que  el  encantador  se  ha  llevado  á  Orlando 
y  demás  gente  al  monte  Ararat  cerca  del  arca  de  Noé;  él  se  propone  ir  allá, 
matar  á  Orlando,  y  poner  en  libertad  al  Cam  de  Tartaria  y  demás  encantados; 
cuéntale  que  el  motivo  de  haberlos  encantado  es  para  ver  si  podía  triunfar  del 
corazón  de  Guenipea,  la  hija  del  Cam,  y  como  esta  princesa  era  apasionada  por 
los  melones,  había  él  hecho  construir  por  el  Diablo  aquel  palacio  en  medio  de 
un  melonar. 

Cap.  VU. — Desarróllalo  Lesage  en  tres  cap.  9,  10  y  11,  Antes  de  los  conse- 


Imitaciones  del  Quijote  29^ 


jos  que  da  á  Don  Quijote  mossén  Valentín  para  que  deje  la  caballería,  afiade  un 
pasaje  fingiendo,  al  contrario,  que  le  esfuerza  en  sus  despropósitos  y  que  le  mues- 
tra la  I.*  parte  del  Quijote  escrita  por  Benengeli.  Don  Quijote  la  hojea  y  prorrum- 
pe en  invectivas  contra  su  historiador,  porque  dice  que  le  ha  pintado  mal,  y  que 
le  trata  de  loco  no  siéndolo.  Luego  recita  un  Soneto  que  dice  compuso  el  afio 
anterior  para  Dulcinea. 

Cap.  XI. — Es  el  XV  de  Lesage  y  trata  de  las  justas  de  Zaragoza.  Está  muy 
abreviado,  suprimiéndose  los  motes  de  los  caballeros  que  corrieron  la  sortija. 

Cap.  XV  y  XVI. — Contenían  la  historia  del  Rico  desesperado  que  Lesage  su- 
prime completamente. 

Cap.  XVII  al  XX.  —  El  cuento  de  los  Felices  Amantes  está  completamente 
cambiado  y  refundido,  habiendo  quitado  Lesage  los  pasajes  más  repugnantes, 
como  lo  es  el  comercio  criminal  de  D.'  Luisa  con  varios  galanes  de  Badajoz, 
consentido  por  su  esposo  D.  Gregorio. 

Cap.  XXV. — Después  de  la  materia  de  éste  afiade  Lesage  la  Historia  del  sol- 
dado Rafael  de  Bracamonte. 

Cap.  XXVUI.— Afiade  luego  Lesage  dos  cap.  que  van  numerados  XXXlX 
y  XL,  con  la  historia  de  la  bella  Engracia  y  de  D.  César. 

Cap.  XXXIII.— Hay  aquí  el  cap.  L  añadido,  con  la  historia  de  D.  Fernando 
de  Peralta  y  otros  acontecimientos.  Aumenta  Lesage  todos  los  pasajes,  sobre- 
cargándolos de  aventuras  y  discursos.  Amplifica  luego  y  da  un  nuevo  giro  á  la 
historia  de  la  infanta  Burlerina,  cuyo  desencanto  llevan  á  cabo  Don  Quijote  y 
Sancho.  En  otro  cap.  que  lleva  el  núm.  LX  pone  en  boca  de  varios  caballeros  y 
damas  un  análisis  del  Curioso  Impertinente,  censurando  esta  novela  y  diciendo 
que  en  ella  el  autor  no  ha  tenido  genio,  y  que  no  sabiendo  que  desenlace  dar  á 
su  historia  ha  pecado  contra  lo  natural  y  lo  verosímil. 

Multiplicando  más  que  Avellaneda  los  honores  que  Don  Quijote  y  Sancho  re- 
ciben en  Madrid  en  casa  del  Archipámpano,  añade  Lesage  los  amores  que  Bur- 
lerina finge  tener  con  Don  Quijote,  y  el  combate  de  éste  con  un  Centauro.       , 

Finalmente  el  desenlace  de  la  obra  es  totalmente  distinto  del  que  hizo  Ave- 
llaneda. En  la  de  Lesage,  Don  Quijote  se  muestra  nuevamente  sensible  al  amor 
de  Dulcinea.  El  cura  y  el  barbero,  para  llevarle  á  su  lugar  van  á  encontrarle  con 
una  carta  de  aquélla  en  la  que  le  suplica  vaya  á  verla.  El  cura  y  el  barbero  di- 
cen á  Don  Quijote  que  Dulcinea  está  sitiada  por  el  ejército  del  emperador  de  Tre- 
bisonda,  quien  quiere  casarse  con  ella.  Don  Quijote  corre  á  salvarla;  pero  encuen- 
tra en  lugar  del  ejército  á  una  compañía  de  arqueros,  les  embiste,  y  recibe  dos 
balas  en  la  frente  que  concluyen  con  todas  sus  hazafias. 

Con  tal  trastrocamiento  la  obra  de  Avellaneda  quedó  desconocida,  y  como 
Lesage  tenia  habilidad  y  gracia  para  esos  arreglos,  su  Quijote  obtuvo  de  pronto 
cierto  favor,  y  se  hicieron  de  él,  dos  reimpresiones  y  tres  traducciones.  He  visto 
las  siguientes : 

«Nouv.  avantures  de...  Don  Quichotte...  par...  Avellaneda;  traduites  en  Fran- 
90ÍS.  Nouv.  ed.  revue  et  corrigée.  A  Londres.  Chez  David  Mortier.  M.DCCVII.» 
2  tomos  en  12.°  p.  A  pesar  de  las  muchas  indagaciones  de  Germond  de  Lavi- 
gne  practicadas  en  su  afán  por  hallar  muchas  ed.  de  Avellaneda,  ésta  no  la  co~ 
noció.  «Otra  ed.  de  París,  1716,  2  vol.  in  I2.i 

«A  continuation  of  the  comical  History  of...  Don  Qutxote...  By...  Avellaneda... 
Never  before  printed  in  English...  Translated  by  Captain  John  Stevens.  Lon- 
don..,.  1705.»  En  8."  de  8  hoj.  prel.  y  437  pág.  Hay  las  mismas  lám.  de  la  ed. 
francesa. 

«Nieuwe  Avantuuren  van...  Don  Quichot...  door...  Avellaneda...  in'tNeeder- 
duits  gebracht...  Tot  Utrecht...  1706.»  En  8."  de  7  hoj.,  prel.  y  687  pág.  Esta 
trad.  holandesa  lleva  también  las  estampas  de  la  francesa.  Reimpresión:  Nieuwe 


294  Imitaciones  del  Quijote 


Aventuuren...  Don  Quichot..,  door  Alonso  Fern.  de  Avellaneda...  Den  Tweeden 
Druk.  Tot  Amsterdam,  By  Andries  van  Damme...  1718.  2  tomos  en  8  o,  16  gra- 
bados sin  firma. 

«Neue  Abentheuer ..  des...  Ritters  Don  Quickotte...  geschrieben  von...  Ave- 
llaneda... aus  dem  Frantzosischen  in  die  teutsche  Sprache  übersetzet.  Copenha- 
gen,  1707.»  En  8.°  de  6  hoj.,  prel  y  880  pág. 

También  la  tradujo  Bertuch  para  ponerla  al  fin  de  su  ed.  del  Quixote,  en 
Carlsruhe,  año  1778,  y  he  visto  en  el  cat.  Quaritch  de  este  año  citada  las  si- 
guientes ediciones  inglesas:  *  Avellaneda  (A.  F.  de).  Don  Quixote,  translated  by 
Mr.  Baker,  2  vols.  12  me,  London,  1745.»  Continuation  of  Don  Quixote,  Lon- 
doD,  1760,  2  vols.  12  mo.;ibid  trans.  by  W.  A.  Yardley,  ibid.  London,  1784,  2 
vols.,  8  vo.> 

Fitzmaurice-Kelly  cita  otra  trad. : 

«The  Life  and  Exploits  of  the  ingenious  Gentleman  Don  Quixote  de  la  Man- 
che:, containing  his  fourth  sally,  and  the  fifth  part  of  his  adventures:  Written  by 
the  Licentiate  Alonso  Fernández  de  Avellaneda.  Native  of  the  town  of  Torde- 
sillas.  With  illustrations  and  corrections  by  the  Licentiate  D.  Isidoro  Perales  y 
Torres.  And  now  first  Translated  from  the  Spanish.  Swaffham,  1805,  en  8.°» 

Esta  ed.  consta  de  3  tomos,  y  está  traducida  directamente  del  español. 

Pero  la  aceptación  de  este  Quijote  tuvo  la  duración  del  relámpago,  y  los  es- 
critores franceses,  más  tarde,  sólo  se  ocuparon  de  él  para  condenarlo.  Los  vara- 
palos que  con  este  motivo  ha  recibido  Lesage  de  sus  compatriotas,  se  reflejan  y 
condensan  en  estas  frases  de  un  art.  firmado  O.  D.,  que  hallo  en  el  núro.  del  día 
25  de  Abril  de  1877,  del  Inlermediaire  des  chercheurs  et  curieux:  «La  trad.  de 
Lesage  es,  en  gran  parte,  el  ensayo  de  un  nuevo  Don  Quijote.  Más  atin ,  y  esto 
ciertamente  no  es  leal,  Lesage  ha  tomado  osadamente  y  sin  escriípulo  de  la  se- 
gunda parte  de  Cervantes,  ideas  para  su  trad.  de  Avellaneda,  dando  ocasión 
para  que  algunos  supusieran  faLsamente  que  aquél  plagió  del  último.» 

Avellaneda,  empero,  ha  encontrado  algunos  años  hace,  en  Francia,  un  en- 
comiador  enragé.  Helo  aquí: 

«Le  Don  Quichotte  de  Fernández  Avellaneda,  traduit  de  l'espagnol  et  aunó- 
te par  A.  Germond  de  Lavigne.  París,  Didier,  Libraire-éditeur,  1853. > 

En  8.°  m.  XLVL— 474  págs. 

En  su  larga  introducción  (i),  que  es  una  continuada  apología  de  Avellane- 
da, emite  Mr.  Germond  con  este  objeto  y  con  el  intento  de  denigrar  á  Cervan- 
tes, descabellados  y  arbitrarios  juicios,  gran  parte  de  los  cuales  no  merecen  los 
honores  de  la  refutación.  Sólo,  de  paso,  rectificaré  algunas  de  las  especies  ine- 
xactas: 

üice  en  nota  á  la  página  12:  «La  primera  traducción  (del  Quijote  de  Cer- 
vantes), fué  publicada  en  1620  por  Oudin,  que  sólo  tradujo  la  i.*  parte,  y  su 
tarea  no  fué  completada  hasta  el  año  1639  en  que  Rosset  tradujo  la  2.*  parte. 
Dedúcese  de  ello  que  el  Quijote  estaba  muy  poco  en  boga  entre  nosotros  en  el 
siglo  xvii.» 

Aquí  hay  crasa  ignorancia;  porque  no  quiero  suponer  mala  fe.  La  i."  parte 
tuvo  estas  ediciones:  1614,  1616,  1620  y  1625.  La  2.*  parte,  estas:  1618  y  1622. 
Y  ambas  partes  reunidas  estas  ediciones:  1639,  1646,  1665;  otra  1665  (Orleáns); 
1677,  1679,  1681;  otra  de  1681  en  Lyon;  1691,  1692,  1695,  1699  y  1700.  iDie- 


(i)  Es  la  reimpresión  de  un  folleto  que  un  aOo  antes  habla  publicado  M.  Germond  de 
la  Vigne  con  este  titulo  «Les  deux  Don  Quichotte,  étude  critique  sur  l'oeuvre  de  Fernandas 
Avellaneda  faisant  suite  i  la  premiére  partie  du  Don  Quichotte  de  Cervantes.  —  Paris,  Di- 
dier, novembre  1852,  in-8.> 


Imitaciones  del  Quijote  295 


cinueve  ediciones  francesas  del  Quijote  en  el  siglo  xviil  Diecinueve  ediciones 
que  M.  Gerraond  de  Lavigne  no  ha  visto,  ofuscado  sin  duda  por  los  resplando- 
res de  la  obra  de  Avellaneda. 

La  especie  de  que  los  apasionados  ó  partidarios  de  Cervantes  quemaron  los 
ejemplares  del  Quijote  de  Avellaneda,  es  una  aventurada  suposición  del  bueno 
de  D.  Vicente  de  los  Ríos,  interpretando  unas  palabras  de  Cervantes;  suposición 
que  Germond  convierte  malévolamente  en  rotunda  afirmación.  La  critica  mo- 
derna ha  rastreado,  con  harto  fundamento  á  mi  ver,  que  al  autor  del  Quijote 
malo  apoyaban  altos  protectores,  contra  quienes  poco  podrían  los  humildes  y 
escasos  partidarios  del  pobre  y  olvidado  Cervantes.  El  mismo  M.  Germond  de 
Lavigne  incurre  aquí  en  otra  contradicción.  Sostiene  que  dos  contemporáneos 
de  Cervantes  levantaron  una  cruzada  contra  Avellaneda,  acriminándole  y  be- 
fándole, lo  cual  fué  causa  de  que  se  diera  al  olvido  su  obras;  y  al  propio  tiempo 
supone  que  el  falso  Avellaneda  era  el  Dr.  Bartolomé  Leonardo  de  Argensola. 
Mal  se  aviene  un  concepto  con  otro,  pues  sabido  es  cuan  venerado  fué  Argen- 
sola por  los  de  su  tiempo. 

Otra  contradicción:  En  los  primeros  párrafos  del  prólogo  consigna  que  Cer- 
vantes estaba  á  la  mitad  de  su  tarea  de  escribir  la  2.»  parte  del  Quijote^  cuando 
le  sorprendió  el  libro  de  Avellaneda;  más  adelante  supone  que  la  aparición  del 
último  fué  la  causa  de  que  Cervantes  compusiera  su  2}  parte;  y  en  la  nota  93  de 
la  traducción,  reconoce  paladinamente  que  cuando  Cervantes  tenía  ya  escrito 
hasta  el  capítulo  LIX,  entonces  tuvo  conocimiento  de  la  continuación  de  Ave- 
llaneda. 

^Cur  tam  varié? 

Pero  la  contradicción  más  grave  del  traductor  está  en  su  propia  traducción. 
Una  obra  tan  excelente,  tan  acabada,  tan  bien  escrita,  como  él  pretende,  y  á  la 
cual  tan  ciegamente  admira,  debiera  haberla  vertido  con  toda  fidelidad;  debiera 
haber  respetado  escrupulosamente  el  texto.  Pues  nada  de  eso.  Poco  á  poco  va 
confesando:  «que  ha  corregido  la  anfibología  de  ciertos  pasajes  interpretando  el 
texto  conforme  d  la  lógica;  que  ha  suprimido  algunas  descripciones  cuando  las 
ha  creído  ociosas  y  sin  inter¿s\  que  ha  reducido  notablemente  los  cuentos  del 
Bico  desesperado  y  de  los  Amantes  Felices  suprimiendo  muchas  difusiones,  nu- 
merosas digresiones  y  ciertos  detalles  de  repugnante  crudeza,  por  no  decir  obs- 
cenidad». En  suma,  no  puede  menos  de  concluir  diciendo:  «No  es,  pues,  ésta 
una  traducción,  sino  una  imitación  corregida  y  enmendada.» 

Por  resumen  de  sus  juicios,  Germond  de  Lavigne  concede  á  Cervantes,  que 
hizo  la  I."  parte  buena;  y  de  la  2.*  parte  dice:  «Avellaneda,  ó  quien  quiera  que 
sea  el  hábil  escritor  que  se  ocultó  bajo  aquel  nombre,  ha  demostrado  ser  digno 
imitador  de  una  obra  justamente  admirada;  mientras  que  Cervantes  ha  quedado 
siendo  inhábil  continuador  de  su  propio  libro.» 

En  esta  cuestión  podremos  contestar  á  M.  Germond  que  todos  sus  compa- 
triotas han  tenido  el  mal  gusto  de  ser  de  opinión  contraria  á  la  suya,  puesto  que, 
mientras  que  del  Quijote  de  Avellaneda,  en  el  espacio  de  más  de  dos  siglos  y 
medio,  sólo  se  han  impreso  en  Francia  un  par  de  ediciones  (gracias  al  arreglo 
de  Lesage),  una  edición  de  la  traducción  suya  y  ninguna  edición  en  texto  espa- 
ñol; del  Quijote  de  Cervantes  se  han  publicado,  sólo  en  dicha  nación,  145  edi- 
ciones en  francés  y  30  en  español. 

En  la  nota  103  el  pobre  M.  de  Lavigne  se  devana  los  sesos  para  conocer  á 
fray  Juan  Guarisraas,  el  cual  personaje  no  sabe  quien  es  á  pesar  de  haber  consul- 
tado muchas  tradiciones  escritas  y  de  haber  apelado  á  los  recuerdos  de  muchos 
españoles.  Acudiendo,  pues,  en  auxilio  del  admirador  de  Avellaneda  le  diré  que 
fray  Joan  Garí  (Sancho  estropea  el  nombre),  es  el  héroe  de  una  conocidísima 
leyenda  de  Montserrat,  que  hallará  relatada  circunstanciadamente  en  una  por- 


296  Imitaciones  del  Quijote 


ción  de  libros  españoles,  entre  los  cuales  citaré,  como  más  conocidos,  los  si- 
guientes: Beuter,  Crón.  gen.  de  España,  1551;  Diago,  Crón.  de  los  Condes  de 
Barcelona,  1603;  Yapes,  Crón.  de  la  orden  de  San  Benito,  1609;  Pujades,  Cton. 
del  principal  de  Cathalunya,  1609;  etc.,  etc. 

Para  terminar  con  la  obra  del  Avellaneda  afrancesado  pondré  los  juicios  de 
dos  distinguidos  escritores  franceses.  El  de  M.  Emile  Chasles  {M.  de  Cerv.,  sa 
vie,  etc.,  Paris,  1865,  pág.  326),  dice  así:  «¡Ahí  ciertamente.  Le  Sage  no  habría 
ensalzado  esta  obra  si  la  hubiese  comprendido,  y  el  moderno  traductor,  Ger- 
mond  de  La  Vigne,  que  la  defiende,  la  reprobará  el  dia  en  que  reconozca  el 
verdadero  espíritu  que  anima  á  aquél  á  quien  llama  un  continuador.  Por  lo 
demás,  notemos  bien  que  el  propio  autor  del  Gil  Blas^  para  poder  aclimatar  la 
obra  entre  nosotros,  creyó  necesario  modificar  el  estilo  grosero  del  autor  espa- 
ñol, y  por  consiguiente,  hacer  sufrir  une  metamorfosis  importante  á  la  novela 
entera.»  Pág.  324:  «Avellaneda  es  el  órgano  de  todo  un  partido  coatigado  con- 
tra Cervantes;  es  el  vengador  de  las  medianías  malferidas  por  el  genio.  En  su 
libro  no  solo  se  calumnia  la  persona  de  Cervantes  sino  también  la  elevada  crí- 
tica por  él  inaugurada.  De  hoy  más,  evidentemente,  la  lucha  queds»  establecida 
entre  la  literatura  de  moda,  la  que  está  en  privanza  (la  escuela  de  Lope  de  Ve- 
ga), y  la  alta  literatura  critica,  la  que  protesta:  Cervantes.» 

El  otro  es  de  M.  A.  Amould  (Nouv.  biogr.  gen.,  par  F.  Didot,  t.  IX,  Pa- 
rts, iSjg):  «Es  de  sentir  que  recientemente  M.  Germond  de  Lavigne,  ingenioso 
traductor  de  un  'libro  sin  arte,  haya  creído  deber  rehabilitar  una  obra  há  ya 
largo  tiempo  juzgada  y  condenada  por  varios  escritores  de  buen  sentido.  Indul- 
gente para  los  ataques  de  Avellaneda,  reserva  toda  su  severidad  para  la  conti- 
nuación de  Cervantes,  de  quien,  infelizmente,  escoge  aquellos  pasajes  que  pue- 
den producir  una  mala  impresión.» 

474. — L'Histoire  des  imaginations  extravagantes  de  Monsieur  Oufle, 
causees  par  la  lectura  des  livres  qui  traitent  de  la  Magia,  du  Gri- 
moire,  das  Démoniaques,  Sorciars,  Loup-garoux,  Incubes,  Suc- 
cubes,  a  du  Sabbat,  des  Fées,  Ogras,  Esprits  Foleta,  Génies,  Phan- 
tomes  &  autres  Revenans,  des  Songes,  da  la  Fierra  Philofophale, 
de  TAstrologie  Judiciaira,  des  Horofcopes,  Talifmans,  Jours  heu- 
reux  &  malheureux,  Eclypfas,  Cometes  &  Almanachs,  enfin  de 
toutes  les  fortes  d'Apparitions,  de  Divinations,  de  Sortileges,  d'En- 
chantemans,  &  d'autras  fuperftitiaufes  pratiquas.  Le  tout  anrichi  de 
figuras,  a  accompagné  da  Notas,  etc.  A  Paris,  Chez  N.  Gosselin.,. 
&  Charles  Le  Clare.  MDCCX. 

Dos  tomos  en  12.",  con  10  curiosas  láminas  grabados  en  cobre  por  Crespy. 

Claramente  explica  la  portada  la  índole  y  el  objeto  de  esta  imitación  del 
Quijote.  El  autor,  que  lo  fué  el  abate  Laurent  Bordelón,  se  inspiró  plenamente 
en  el  libro  de  Cervantes  para  idear  y  trazar  las  extravagancias  de  su  protago- 
nista. Mr.  Oufle  era  un  hombre  rico,  de  carácter  bonachón,  y  susceptible  de 
dejarse  alucinar  por  Xa  prevención  ó  la  sugestión.  Enfrascado  en  la  lectura  de  los 
libros  de  magia,  tanto  de  la  blanca  como  de  la  negra,  de  los  cuales  poseía  en  su 
biblioteca  más  de  cien,  se  volvió  loco  visionario  y  creyóse  convertido  en  Loup- 
garou,  á  imitación  de  lo  que  cuenta  Rutilio  en  el  Perslles y  Sigismunda.  Bajo 
esta  fascinación,  corre  varias  aventuras  y  comete  mil  simplezas,  siendo  el  jugue- 


Imitaciones  del  Quijote  297 


te  de  muchos  que  se  aprovechaban  de  su  manía  y  se  divertían  á  costa  de  él;  sin 
que  bastasen  á  curarle  de  su  locura  los  graciosos  artificios  que  su  familia  y  va- 
rios amigos,  á  imitación  de  lo  que  ei  Cura  y  el  Barbero  hacen  con  Don  Quijote, 
inventan  con  tal  objeto.  Ei  alocamiento  de  Mr.  Oufle  llega  á  su  período  álgido; 
este  visionario  se  imagina  que  los  diablos  le  persiguen  y  le  atormentan,  y  cree, 
que  cuantos  perros,  tocinos,  moscas,  mariposas  y  otros  animales  é  insectos  se  le 
presentan,  son  demonios  que  le  aparecen  para  hacerle  dafio.  En  fin,  las  extra- 
vagancias de  Mr.  Oufle  no  tienen  fin. 

Mérito  literario  no  aparece  en  este  libro,  que  resulta  muy  pobre  de  inven- 
ción. 

Conozco  otra  ed.  de  París,  1754,  2  v.  in  12. 


475. — The  Life  and  Notable  Adventures  of  that  Renown'd  Knight, 
Don  Quixote  de  la  Mancha.  Merrily  translated  into  Hudibras- 
tik  Verse.  By  Eduard  Ward.  London:  Printed  for  T.  Norris... 
MDCCXI. 

Dos  tomos  en  8  °,  con  un  retrato  de  Builer  grabado  por  V.  der  Gucht. 

Esta  obra  es  una  traducción  muy  libre,  de  la  i.^  parte  del  Quijote,  (hasta  el 
cap.  XXXI),  en  versos  pareados  del  mismo  metro  que  usó  Butler  en  el  Hudibrás. 
El  traductor  ha  glosado  el  texto  de  la  novela  de  Cervantes,  introduciendo  frases 
satíricas  de  su  cosecha,  pasajes  nuevos  y  conceptos  extraños,  é  indecentes  algu- 
nos. Jtízguese  por  la  siguiente  octava  del  canto  I,  tan  injuriosa  á  la  castidad  de 
Don  Quijote  como  á  la  decencia  y  pudor  del  Ama: 

The  Don  in  this  Abstemious  Life, 
Without  a  Mistress  or  a  Wife, 
(Except  the  Keeper  of  his  House, 
Supply'd  the  Office  of  a  Spouse, 
And  when  she  tuck'd  him  up  at  Night, 
Receiv'd  the  Nipple  of  Delight,) 
Consum'd  three  Parts  of  his  Revenue, 
Upon  himself  and  his  Retinue. 

Dadas,  pues,  las  variaciones  del  texto  y  teniendo  en  cuenta  que  la  forma  del 
original  desaparece  bajo  la  estructura  de  los  versos  hudibrásticos,  estimo  que 
raás  bien  que  una  traducción  debe  considerarse  esta  obra  como  una  imitación 
del  Quijote.  Además,  resulta  en  su  conjunto  un  trabajo  tan  pesado  y  de  un  ritmo 
tan  monótono,  que  bien  hizo  Ward  en  no  continuar  la  historia,  parándola  en  la 
aventura  de  la  princesa  Micomicona. 


476 — Philander  von    der  Linde  (Pseudónimo   de   Burkhard   Menke). 
Vermichste  Gedichte.  Leipzig.  1710-13. 

Dos  tomos 

Contiene  una  poesía  satírica:  Cartell  des  Bramarbas  an  Don  Quixote. 
(Dorer,  Cerv.  Ltt.  p.  21.') 

Tomo  II  38 


298  Imitaciones  del  Quijote 


477. — Le  Desespoir  Amoureux,  avec  les  nouvelles  visions  de  Don 
Quichotte.  Histoire  espagnole.  (un  florón)  A  Amsterdam.  Chez  J, 
Steenhouwer...  MDCCXV. 

En  i2.°  pequeño,  de  3  hojas  preliminares  y  320  págs.  La  adornan  siete  bellas  láminas, 
anónimas,  y  un  frontiipicio  firmado.  I   Sehijhvoet. 

Contiene  este  lindo  volumen  varias  historietas,  inaitadas  de  asuntos  españo- 
les. La  I  .^  titulada:  Histoire  de  la  belle  Floride,  et  du  berger  Philidon,  avec  les 
visions  de  Don  Quichote,  es  una  traducción  libre  del  librito  denominado  Homi- 
cidio de  la  fidelidad,  etc.^  que,  como  dije,  está  sacado  del  episodio  de  Marcela  y 
entierro  del  pastor  Grisóstomo  en  el  Quijote.  El  compilador  dice  gratuitamente 
en  el  prefacio:  «este  libro  Homicidio  de  la  fidelidad,  etc.,  eia.  conocido  en  su 
idioma  original  más  de  un  siglo  antes  que  Cervantes,  el  autor  de  la  célebre  no- 
vela de  Don  Quijote,  viniese  al  mundo. 

Las  demás  son  también  historias  de  amor  en  las  cuales  toma  parte  Don  Qui- 
jote haciendo  y  explicando  varias  proezas,  que  todas  tienen  carácter  de  fanfa- 
rronadas y  dan  pobre  idea  del  héroe  creado  por  Cervantes.  En  una  de  ellas 
Don  Quijote  tiene  un  desafío  á  pistola. 

478. — Suite  nouvelle  et  veritable  de  l'histoire  et  des  avantures  de  I'in- 
comparable  Don  Quichotte  de  la  Manche.  Traduite  d'un  Manuscrit 
Espagnol  de  Cide  Hamet  Benengely  son  veritable  historien.  A  Pa- 
rís, chez  Ch.  le  Clerc,  &  P.  Huet.  M.DCC.XXIl. 

Seis  tomos  eu  12.°,  llevando  los  cuatro  últimos  la  fecha  de  1 726. 

En  un  larguísimo  prefacio,  finge  el  anónimo  autor  de  esta  continuación  del 
Quijote,  que  Sansón  Carrasco  era  quien  facilitaba  al  historiador  Benengeli  las 
noticias  de  los  hechos  de  Don  Quijote;  que  últimamente  le  escribió  á  Salaman- 
ca dándole  cuenta  de  la  victoria  que  había  obtenido  sobre  el  héroe  manchego 
el  cual  quedaba  enfermo  en  su  casa;  que  en  otras  cartas  le  noticiaba  el  restable- 
cimiento de  Don  Quijote  y  le  narraba  muchas  de  sus  aventuras  caballerescas,  y 
de  sus  ocupaciones  pastoriles;  que  con  estas  memorias  iba  Benengeli  á  formar 
un  tomo,  cuando  el  decreto  de  expulsión  de  los  moriscos  le  obligó  á  pasar  á 
Berbería;  que  allí  recibió  nuevos  datos  de  Carrasco,  con  los  cuales  concluyó  su 
obra;  que  ésta,  por  muerte  de  Benengeli,  quedó  inédita,  hasta  que  70  años  más 
tarde  fué  descubierto  el  manuscrito  por  un  esclavo  llamado  Aranda,  de  quien 
se  enamoró  la  mujer  de  su  amo,  dueña  del  códice;  que  tras  muchas  peripecias 
lograron  arabos  amantes  pasar  á  Barcelona,  y  reducida  ella  al  gremio  de  la  Igle- 
sia, se  casó  con  Aranda,  quien  dio  á  luz  la  continuación  del  Quijote  y  compuso 
este  prefacio. 

La  historia  empieza  presentando  á  Don  Quijote  y  Sancho  hechos  pastores,  en 
el  cual  ejercicio  les  acaecen  varios  casos  notables.  Luego,  el  rey  de  España  en- 
vía un  correo  de  gabinete  á  Don  Quijote  llamándole  á  la  corte;  tras  alguna  va- 
cilación, se  decide  aquél  á  seguir  al  enviado  de  S.  M.;  sucédenle  muchas  aven- 
turas en  el  camino,  llega  por  ñn  á  Madrid  y  el  rey  le  propone  ir  á  la  conquista 
de  un  tesoro.  Parte  Don  Quijote  para  S.  Lúcar  de  Barrameda,  hace  varias  heroi- 
cidades, proyecta  otras;  y  el  correo  de  gabinete,  siguiendo  las  órdenes  del  rey  lle- 
va el  imaginado  tesoro  á  la  Roda,  pueblo  de  Don  Quijote,  con  lo  cual  concluye 
el  cap.  XX  y  el  tomo  I. 

El  tomo  II  abraza  del  cap.  XXI  al  XL.  Empieza  narrando  los  múltiples  su- 


Imitaciones  del  Quijote  299 


cesos  ocurridos  á  Don  Quijote  y  á  Sancho  en  sus  correrías  por  Sierra  Morena  y 
Andalucía.  Una  vez  en  Cádiz,  se  reúnen  con  el  caballero  de  los  Espejos  (San- 
són), que  ordenaba  todas  las  aventuras,  y  pasan  por  mar  á  Barcelona.  Allí  se 
embarcan  para  Marruecos;  Don  Quijote  liberta  á  Dulcinea  cautiva  del  empera- 
dor marroquí,  llévala  á  su  pueblo  y  se  casa  con  ella,  pero  antes  Dulcinea  le  hace 
jurar  que  dejará  la  caballería  andante  y  rolo  se  cuidará  de  la  administración  de 
su  casa.  Resulta  de  la  historia  que  el  castillo  ó  punto  de  Marruecos  era  un  lugar 
de  la  costa  de  Cataluña,  la  historia  del  cautiverio  de  Dulcinea  una  ficción,  y  esta 
dama  la  hija  de  D.*  Rodríguez  que  se  prestó  á  representar  el  papel  y  la  historia 
ideada  entre  el  rey  y  Carrasco  con  el  santo  objeto  de  obligar,  por  medio  de  su 
casamiento,  á  Don  Quijote  á  quedarse  en  su  aldea,  y  ver  si  con  el  sosiego  y  el 
cambio  de  estado  sanaba  de  su  locura.  Tenemos  pues  á  Don  Quijote  casado  real 
y  verdaderamente. 

Aquí  concluye  el  tomo  fingiendo  el  historiador  que  esto  es  todo  lo  que  con- 
tenía el  manuscrito  de  Benengeli,  pero  que  escudriñando  en  varios  puntos  logró 
reunir  cartas  de  Carrasco,  del  Duque,  del  virrey  de  Cataluña  y  otros,  en  las  que 
se  narraban  varios  hechos  de  Don  Quijote,  con  cuyos  datos  promete  seguir  la 
historia. 

Cuatro  años  tardó  en  realizar  su  promesa.  En  efecto,  en  1726  aparecieron 
los  tomos  III,  rV  y  V,  precedidos  de  una  Advertencia  en  que  se  dice  que  con 
los  fragmentos  de  que  habla  el  tomo  anterior  se  ha  formado  la  continuación,  la 
cual  comprende  desde  el  cap.  XLI  al  XCII,  último  de  la  historia.  Narra,  ésta, 
que  Don  Quijote  no  pudo  dominar  su  manía  caballeresca;  que  salió  con  Sancho 
en  busca  de  nuevas  aventuras;  que  en  una  de  sus  expediciones  y  acompañado 
de  su  mujer  Dulcinea,  va  al  castillo  de  los  Duques;  que  éstos  confieren  nueva- 
mente á  Sancho  el  gobierno  de  la  ínsula;  que  Sancho  falla  varios  pleitos  y  cau- 
sas; que,  dejando  el  gobierno,  se  reúne  con  su  amo,  y  con  éste  y  Dulcinea  se 
despiden  de  los  Duques  y  salen  para  su  pueblo.  En  el  camino  le  acontecen  va- 
rios casos;  topa  con  un  Oráculo  que  le  insta  al  reposo;  ésto  le  enfurece  y  le  vuel- 
ve atribiliario;  su  locura  toma  el  carácter  furioso,  con  lo  cual  cae  enfermo  y  en 
uno  de  sus  accesos  de  furor  nuestro  héroe  pierde  la  vida  rodeado  de  su  mujer, 
de  Sancho,  del  ama  y  de  la  sobrina.  El  último  capítulo  contiene  la  lectura  de  su 
testamento  y  cuatro  epitafios  que  se  inscribieron  en  su  tumba.  Olvidábaseme 
decir  que  Sancho  casó  á  su  hija  con  un  noble  llamado  Don  Enriquez. 

No  le  parecieron  bastantes  al  continuador  los  cinco  tomos  publicados,  y  nos 
dio  un  VI,  que  lleva  esta  portada:  «Histoire  de  Sancho  Pansa  Alcade  de  Blan- 
danda,  servant  de  sixieme  et  dernier  volume  á  la  Suite  nouvelle  des  Avantures  de 
Don  Quichotte.  A  París,  chez  le  Clerc,  etc.  —  M.DCCXXVI.j.  En  12.°  de  443 
páginas. 

El  yerno  de  Sancho,  que  era  Conde  de  Blandanda,  envía  á  buscarle  para  que 
desempeñe  el  cargo  de  Alcalde,  en  el  cual  juzga  á  diestro  y  siniestro,  cometien- 
do mil  necedades,  hasta  que  cansado  el  Conde  de  las  impertinencias  de  Sancho, 
inventa  un  ardid  para  lograr  que  éste  espontáneamente  deje  el  juzgado.  En 
efecto,  Sancho  marcha  á  su  pueblo  y  renuncia  para  siempre  á  los  reinos,  gobier- 
nos é  ínsulas. 

Los  seis  tomos  de  esta  continuación  están  llenos  de  cuentos  é  historietas  y 
episodios,  acumulados  excesivamente.  Las  aventuras,  unas  son  pobres  remedos  de 
las  escritas  por  Cervantes,  y  todas  tontas  y  disparatadas.  Sobre  todo  queda  por 
tierra  el  encanto  de  ese  ideal  que  se  llama  Dulcinea;  y  afean,  además,  esta  imi- 
tación algunas  imágenes  groseras. 

Mr.  de  Paulmy,  á  mi  ver  sin  fundamento,  atribuye  á  Lesage  esta  continua- 
ción. 

Aunque  ha  muchos  años  que  poseo  ésta  poco  conocida  imitación  del  Qui- 


joo  Imitaciones  del  Quijote 


jote,  me  complazco  en  consignar  que  el  Sr.  Asensio  dio  detallada  cuenta  de  ella 
en  su  curioso  folleto,  titulado:  Los  Continuadores  del  ingenioso  Hidalgo,  Ma- 
drid, 1873. 

Éstos  seis  tomos  se  reimpiimieron  en  París  el  año  de  1741,  en  igual  tamafio. 
He  visto  también  esta  reimpresión  que  es  muy  bella. 

479. — Angenehmes  Passetems  durch  velches  zwei  Freunde  einander 
mit  nützlichen  und  lustigen  Discursen  vergnügen,  und  Kommen  in 
diesem  Bande,  so  aus  vier  Zusammenkünssten  bestehet,  insonder- 
heit  viele  Erzehlungen  allerhand  seltsamer  Begebenheiten,  ais  des 
lácherlichen  Don  Quixodes  de  la  Manche  und  anderer,  fast  auf  aben 
solche  Art  berühmter  helden  und  Personen  ihre  vor;  wobey  aber 
allemal  besondere  Anmerckungen  gemachet,  Auch  di  wichtigsten 
in  Kupffer  vorgestellet  werden.  Franckfurth,  Leipzig,  und  ander- 
wárts  in  denen  vornehmsten  Buchláden,  1734. 

(Agradable  pasatiempo  por  medio  del  cual  dos  amigos  mutuamente  con 
provechosos  y  festivos  discursos  se  recrean...  con  las  extraordinarias  aventuras 
del  divertido  Don  Quijote  de  la  Mancha  y  otros,  etc.) 

En  12.°  de  3  hoj.  prel.  y  792  págs.;  más  8  hojas  finales  conteniendo  un  Re- 
pertorio alfabético  de  los  nombres  y  cosas  más  notables  que  en  el  libro  se 
hallan. 

Contiene  extractos  de  toda  la  parte  i  .*  del  Quijote  leídos  en  varias  sesiones 
por  dos  amigos,  quienes  á  medida  que  leen  los  pasajes,  forman  comentarios  y 
extraen  observaciones  del  contenido  de  la  obra.  Entremezclada  con  la  lectura 
del  Quijote,  hay  la  de  una  novela  italiana  denominada  Roselli. 

Merece  especial  mención  el  siguiente  trozo  del  prefacio,  por  contener  la 
primera  noticia  de  las  gestiones  del  conde  de  Montijo,  que  originaron  la  publi- 
cación de  la  lujosa  edición  del  Quijote  en  Londres,  el  año  1738:  «Reciente- 
mente hemos  leído  en  los  periódicos,  que  el  Conde  de  Montijo,  Embajador  ex- 
traordinario español  en  la  Corte  británica  ha  dado  órdenes  para  procurar  un 
ejemplar  completo  del  Don  Quijote,  y  hacerlo  encuadernar  bella  y  costosamente, 
para  regalarlo  á  la  Reina  de  la  Gran  Bretaña.» 

480. — Memoirs  of  the  Extraordinary  Life,  Works,  and  Discoveries  of 
Martinus  Scriblerus.  London,  1733? 

El  célebre  Alex.  Pope  es  el  principal  autor  de  este  libro;  pero  el  Dr.  Ar- 
buthnot  y  el  Dr.  Swift  han  tenido  también  alguna  parte  en  él. 

Esta  obra  es  una  sátira  contra  la  pedantería  en  literatura  y  en  ciencias. 
Todos  los  pedantes,  sean  anticuarios,  gramáticos,  críticos,  metaflsicos,  juriscon- 
sultos, etc.,  son  aquí  ridiculizados.  cNo  contentos  con  oponerse  al  mal  gusto, — 
dice  un  traductor  francés  de  este  libro, — los  autores  atacaron  la  Irreligión,  y  pKJr 
el  modo  burlesco  con  que  emplearon  los  argumentos  de  Collins,  quien  preten- 
día que  el  alma  no  es  más  que  una  cualidad,  hanle  cubierto  de  eterno  oprobio.» 

Los  autores  suponen  que  Martinus  Scriblerus  era  «un  hombre  alto,  seco, 
carilargo,  de  tez  amarilla,  barba  agrisada,  ojos  centelleantes  y  nariz  aguileña»; 


Imitaciones  del  Quijote  301 


en  fin  el  retrato  de  Don  Quijote.  Martinus,  que  lo  había  leído  todo  y  lo  sabía 
todo,  compuso  en  latín  unas  Memorias  que  contenían,  además  de  su  vida,  una 
infinidad  de  secretos  raros  y  profundos  para  muchas  cosas.  Obligado  á  salir  de 
Europa  poj  temor  á  una  venganza,  deja  un  manuscrito  en  manos  de  un  extran- 
jero, quien  lo  publica.  Allí  se  ven  las  extravagancias  de  la  pedantería.  Para  más 
esforzar  el  ridículo,  fingen  los  autores  que  Scriblerus  se  enamora  de  la  una  de 
dos  hermanas  gemelas  unidas  por  la  paite  posterior  del  cuerpo,  fenómeno  mons- 
truoso que  se  exhibía  en  uno  de  los  teatrillos  de  Londres,  y  que  se  casa  con 
ella;  pero  que  los  tribunales  anulan  el  casamiento.  Entonces  Scriblerus  se  en- 
trega nuevamente  al  estudio  de  los  secretos  de  la  naturaleza.  Con  tal  motivo,  el 
Historiador  de  Scriblerus  exclama:  «¡Oh,  dichoso,  tres  veces  dichoso  el  día  que 
vio  la  anulación  del  casamiento  del  gran  Scriblerus!  |que  todos  los  idiomas  de 
los  hombres,  y  hasta  los  de  los  animales,  ensalcen  ese  día  memorable!  ¡á  esa  anu- 
lación debemos  tantos  descubrimientos,  no  solamente  los  de  los  Océanos,  de  los 
Continentes  y  de  las  Islas  con  todos  sus  habitantes  enanos,  gigantes,  mortales  é 
inmortales,  sino  también  esas  asombrosas  perspectivas  de  los  Mundos  filosóficos, 
físicos,  morales,  inteligibles  é  ininteligibles!» 

Aquí  concluye  el  libro,  que  dejaron  incompleto  la  muerte  de  Arbuthnot  y 
las  enfermedades  de  Pope.  Los  tres  colaboradores  se  proponían  escribir  una 
serie  de  Memorias  que  completaran  una  sátira  general  contra  el  mal  gusto  de 
la  época.  Ya  en  las  tres  primeras  partes  de  la  Dunciada  (1728)  había  iniciado 
Pope  su  pensamiento  al  poner  un  prólogo  prohijado  á  Scriblerus. 

Que  la  Vida  de  Martinus  Scriblerus  fué  inspirada  por  el  Quijote,  es  eviden- 
te. Los  tres  ingenios  ingleses  hacían  mucho  aprecio  de  la  novela  de  Cervantes, 
de  la  cual  hablaban  y  trataban  en  sus  mutuas  relaciones. 

Del  libro  inglés  habla  así  el  abate  Andrés  (Origen  de  toda  lit.  t.  IV,  p.  4g8): 
«Pope  auxiliado  de  Arbuthnot  y  Swift  dibujó  un  literato  pedante  en  Martinus 
Scriblerus,  siguiendo  el  ejemplo  de  Cervantes  en  su  Quijote\  pero  dexandolo 
en  el  i."  libro  no  hizo  mas  que  bosquejarlo,  y  no  supo  dar  perfección  al  diseño, 
ni  belleza  al  colorido,  ni  mostró  grande  copia  de  aquella  amenidad  y  fecundi- 
dad de  imaginación  de  que  estaba  tan  rico  su  modelo.» 

Posee  el  Sr.  Bonsoms  esta  traducción  francesa:  «Histoire  de  Martinus  Scri- 
blerus, de  ses  ouvrages  et  de  ses  decouvertes,  trad.  de  Tangíais  de  Pope  (par 
Larcher).  A  Londres,  chez  P.  Knapton,  M.DCC.LV.» 

En  12.°  de  XXIV-324  págs. 

481. — Sancho  Pan9a,  gouverneur,  poéme  burlesque,  par  Mme.  L***. — 
A  Amsterdam,  chez  N.  Desbordes,  M.DCC. XXXVIII. 

En  12.»,  de  26  págs. 

La  autora  fué  Mme.  Levéque- 

En  estilo  llano  y  jocoso  se  cantan  en  esta  corta  composición  poética  los 
hechos  culminantes  del  gobierno  de  Sancho  Panza  en  la  Baratarla. 

482. — Pharsamond,  ou  le  Don  Quichotte  Fran^ois,  par  M.  de  Marivaux. 
A  la  Haye,  chez  J.  v.  Duren,  MDCCXXXIX. 

Do»  tomos  en  8.°  p.  La  I.'  edición  es  de  París,  1737,  2  v.  in-l2. 

En  el  texto  el  epígrafe  es:  «Pharsamon,  ou  les  nouvelles  folies  roma- 
nesques.  > 


302  Imitaciones  del  Quijote 


El  protagonista,  Farsaraundo,  es  un  joven  á  quien  la  lectura  de  las  novelas 
caballerescas  y  amorosas  ha  vuelto  el  juicio.  Su  locura  es  un  compuesto  de  valor 
exagerado  y  de  amor  ridículo  y  pedante,  pero  siendo  esta  última  la  nota  domi- 
nante. Busca  solo  amores  difíciles,  en  que  tenga  que  luchar  contra  obstáculos 
y  contrariedades;  y  al  cabo  halla  su  ideal  en  una  señorita  llamada  Cidalisa^  cu- 
yas ideas  extravagantes  en  amor  corren  parejas  con  las  suyas.  Ambos  amantes 
se  ven  divididos  por  sus  familias.  Farsamundo  vaga  por  los  bosques  haciendo 
del  desesperado,  y  hablando  de  su  contrariado  amor  con  los  árboles  y  las  fuen- 
tes; varias  veces  se  queda  extasiado  pensando  en  su  imaginación  cómo  sobrepu- 
jará á  los  galanes  antiguos  en  lo  grande,  maravilloso  y  exagerado  de  sus  amo- 
rosas aventuras.  Encuentra  en  los  bosques,  otra  romántica,  una  joven  vestida  de 
hombre,  que  le  cuenta  su  historia  diciéndole  que  se  ha  visto  inducida  á  ocultar 
su  sexo  por  la  desesperación  que  le  causó  un  amor  desgraciado,  pues  su  amante 
murió  á  manos  de  sus  domésticos;  y  al  final  su  narración  le  deja  entrever  el  in- 
terés que  su  presencia  le  ha  inspirado.  Farsamundo  huye  de  estas  redes,  y  pro- 
sigue buscando  á  Cidalisa,  á  la  cual  encuentra  en  una  casa  de  campo.  Los  dos 
románticos  amantes  se  expresan  en  frases  enfáticas  el  placer  de  verse  de  nue- 
vo. Llega  la  madre,  y  los  dos  amantes  huyen,  pero  aquélla  logra  después  se- 
parar á  su  hija  del  lado  de  Farsamundo,  quien  prorrumpe  en  furiosas  exclama- 
ciones, que  apenas  pueden  mitigar  las  atenciones  que  le  prodiga  una  viuda 
aventurera  llamada  Felonda.  De  repente  comparece  el  tío  de  Farsamundo  con 
un  nigromántico  que  acababa  de  curar  a  Cidabsa  de  su  manía  romántica,  y 
cura  también  á  Farsamundo.  Libre  éste  de  sus  visiones,  consiente  en  hacer  una 
visita  á  Felonda.  Aquí  concluye  la  obra  seca  y  repentinamente. 

El  protagonista  tiene  un  escudero  que  ha  seguido  el  humor  de  su  amo,  pero 
remedando  burlescamente  sus  extravagancias.  Para  hacerle  parecido  á  Sancho, 
el  autor  le  hace  glotón. 

Esta  imitación  de  la  obra  de  Cervantes  es  pesada  y  monótona,  sin  que  se 
desprenda  de  ella  enseñanza  alguna,  por  más  que  el  autor  emite  á  cada  paso 
reflexiones  y  observaciones  para  hacer  resaltar  la  ridiculez  de  su  héroe  en  querer 
imitar  los  amantes  novelescos. 

He  visto  esta  traducción:  «Farsamone,  ovvero  le  Follie  Romanzesche  del 
moderno  Don  Chisciotte,  scritte  dal  signor  Marivaux.  Tradotte  dal  Francese.  In 
Venezia,  MDCCLL» 

En  1 2.°  de  208  págs.  y  i  lám.  grab.  en  cobre. 

483. — Histoíre   de  l'admirable  Don  Iñigo  de  Guipuscoa.   A  la  Haye, 
1736. 

Dos  tomos  en  I2.° 

Dice  el  autor  francés,  que  Ignacio  de  Loyola  fué  tan  famoso  en  su  caballería 
andante  espiritual  como  su  ilustre  paisano  Don  Quijote  en  busca  de  sus  aventu- 
ras, y  al  efecto,  hace  una  reseña  de  los  hechos  caballerescos  de  San  Ignacio. 
Cita  esta  obra  Bowle,  quien  añade  [256]  que  los  hechos  y  las  maneras  de  Loyola 
íueron  muchas  veces  realmente  quijotescas. 

He  visto  esta  traducción  libre,  holandesa: 

«De  geestelyke  Don  Quichot  of  de  Spaansche  doolende  Ridder  van  de 
II.  Maagd,  Don  Ignatius  de  Lojola...  Beschreven  door  den  Heer  S.  H.  D.  R.  Te 
Amsterdam,  1767. >  (El  Don  Quijote  espiritual,  ó  sea  el  caballero  andante  espa- 
ñol de  la  Santísima  Virgen,  Don  Ignacio  de  Loyola.) 

Dos  t.  en  8." — Láminas. 


Imitaciones  del  Quijote  303 


484. — ^Joseph  Andrews,  by  Henry  Fielding.  London,  1742. 

En  el  Prefacio  se  dice  que  el  estilo  de  esta  obra  es  imitación  del  de  Cer- 
vantes. 

«Como  Don  Quijote — dice  Walter  Scot — el  cura  Adams  es  liarlo  apaleado, 
pero  los  palos  que  recibe,  lo  mismo  que  los  del  hidalgo  manchego,  no  dañan 
á  su  dignidad,  ni  le  envilecen.» 

M.  Ernest  Desclozeaux  dice: 

«Fielding  quiso,  en  nombre  de  Cervantes,  es  decir,  en  nombre  de  la  gracia, 
de  la  naturalidad,  de  la  vivacidad,  protestar  contra  novelas  que  eran  lindas,  pero 
pesadas  é  incoloras.  Falta  desarrollo  y  plan  á  la  obra;  pero  los  caracteres  son 
simpáticos,  vivos,  festivos.  El  cura  Adams,  como  Don  Quijote,  siempre  es 
errante;  cree  en  la  virtud  antigua,  y  recibe  también  palos.» 

Conozco  esta  traducción  francesa:  «Aventures  de  J.  Andrews  et  de  son  arai 
A.  Adams,  écrites  dans  le  goüt  des  av.  de  Don  Quichotte,  publ.  par  Fielding 
et  trad.  et  frang.  á  Londres  par  une  dame  anglaise  (l'abbé  Desfontaines).  Ams- 
terdam,  1775,  2  vol.  in-12  » 


485. — Der  franzósische  |  Dom  Quichotte  |  in  Bóhmen;  nebzt  merk- 
würdigen  Leben,  sonderbarer  Krankheit,  erfolgtem  Tode,  Begráb- 
niss,  Leichenkonduckt,  Leichenrede  und  Grabschrift  sammt  Inven- 
tarium  der  zurückgelassenen  Mobilien  der  franzosischen  Repuíaiion. 
Reise  ihres  Poltergeistes,  dessen  historischer  Staats.  —  Discours 
mit  dem  hollischen  Archivarius  Fitzlipuzli,  welcher  ihn  hernach 
bey  seiner  Verbannungauf  die  Spott^und  Schand=insel  begleitet. 
Gedruckt  zu  Fontainebleau,  1744. 

(El  Don  Quijote  francés  en  Bohemia  con  la  notable  vida,  singular  enferme- 
dad, subsiguiente  muerte,  entierro,  oración  fúnebre,  epitafio,  y  el  inventario  del 
abandonado  mueblaje  de  la  Reputación  francesa.  Viaje  de  su  espectro,  y  discu- 
sión históricopolítica  con  el  archivero  infernal  Fitzlipuzli,  quien  más  tarde  la 
acompaña  en  su  destierro  á  la  ínsula  burlesca  é  ignominiosa.) 
En  8°  pequeño,  de  290  págs. 

Es  una  picante  sátira  contra  las  armas  francesas  que,  en  1743,  al  mando  del 
conde  de  Belle  Isle  ocuparon  la  Bohemia,  y  se  vieron  pronto  obligadas  á  eva- 
cuarla ante  las  acometidas  de  los  austro-hiíngaros. 

486. Der  teutsche  Don  Quichotte,  oder  die  Begebenheiten  |  des  Marg- 
graf  von  Bellamonte,  Komisch  und  satyrisch  beschrieben;  aus  dem 
Franzosischen  übersezt.  Bresslau  und  Leipzig,  W.  Gottfried  Me- 

yer,  1753- 

(El  Don  Quijote  alemán,  ó  las  aventuras,  cómico  y  satíricamente  escritas, 
del  Marqués  de  Bellamonte.  Traducido  del  francés,  etc.) 

En  8.°,  de  8  hojas  preliminares  y  308  págs. 


304  Imitaciones  del  Quijote 


El  traductor  dice  en  el  prefacio  que  el  libro  original,  anónimo,  estaba  im- 
preso en  París  el  afio  de  1726, 

El  protagonista  de  esta  obra,  que  está  escrita  según  el  gusto  de  las  ligeras 
novelas  francesas  del  tiempo,  es  un  obscuro  comerciante  á  quien  le  da  la  fantasía 
de  presentarse  al  mundo  bajo  el  nombre  y  con  la  ostentación  de  marqués  de 
Belraonte,  y  es  la  dama  de  sus  pensamientos  una  condesa  de  Villafranca,  que, 
de  condesa,  sólo  tiene  el  nombre.  Sucedentes  una  porción  de  aventuras  insus- 
tanciales; conocen  luego  que  han  tratado  de  engañarse  recíprocamente  con  sus 
falsos  títulos,  y  al  fin,  renuncian  á  la  ficticia  vida  que  durante  largo  tiempo  Ue- 


487. — The  female  Quixote;  or,  the  Adventures  of  Arabella.  —  Lon- 
don.  —  1752. 

Esta  obra,  cuya  autora  fué  Mrs.  Charlotte  Lennox,  es  una  sátira  contra  las 
ridiculas  novelas  románticas  de  Mlle.  de  Scudery  y  de  su  escuela. 

La  protagonista,  Miss  Arabella,  que  pasa  su  juventud  en  la  soledad  del 
campo,  no  leía  otros  libros  que  aquellas  novelas  en  las  cuales  las  aventuras 
amorosas  tienen  un  carácter  de  exagerado  idealismo  que  raya  en  lo  ridículo. 
Arabella  se  figuró,  como  Don  Quijote,  que  aquel  mundo  fantástico  que  en  sus 
libros  de  amor  hallaba,  eran  verdaderamente  cuadros  de  la  vida  real.  Exaltada 
su  imaginación  por  tales  lecturas,  se  figura  que  ella  también  ha  de  ser  otra  de 
tantas  heroínas  románticas,  y  por  tanto,  que  debe  tener  una  cohorte  de  adora- 
dores. Así,  pues,  en  los  sucesos  más  insignificantes  cree  descubrir  ideales  aven- 
turas amorosas,  serios  galanteos.  Sus  vecinos  y  amigos,  por  fin,  le  preparan  una 
aventura  fingida  que,  descubierta  y  aclarada  luego,  pone  en  la  mayor  confusión 
á  la  heroína,  la  cual,  después  de  un  breve  espacio  de  tiempo  de  concentración, 
conoce  lo  fantástico  y  ridículo  de  sus  ideas,  y  acepta  la  mano  de  un  hombre 
sesudo  que  ha  contribuido  á  su  curación. 

La  autora,  conociendo  sin  duda  cuan  dificilísimo  es  crear  un  carácter  tan 
admirable  como  el  de  Sancho,  introduce  como  confidente  de  Arabella  á  Lucía, 
dándole  muy  poca  acción  en  la  fábula,  para  que  resulte  una  discreta  figura. 

La  obra  de  Mrs.  Lennox  tuvo  éxito.  En  la  Biblioteca  Bonsoms  figuran,  una 
edición  con  hermosas  láminas  impresa  por  Cook,  en  London  (1799),  2  t.  en  i6.°, 
y  estas  traducciones: 

«Don  Quichotte  femelle.  Trad.  libre  de  l'Anglais.  Lyon,  1773.»  2  v.  in-12. 

«Don  Quixote  im  Reifrocke,  oder  die  abentheuerlichen  Begebenheiten  del 
Romanenheldinn  Arabella.  Aus  dem  Englischen  übersetzt.  Haraburg  un  Leip- 
^'g.  I7S4»'  — (Don  Quijote  con  faldas,  etc.)  —  En  8.°,  de  7  hojas  preliminares 
y  656  págs. 

«Don  Quijote  con  Faldas;  6  perjuicios  morales  de  las  disparatadas  novelas; 
escrito  en  inglés  sin  nombre  de  autor;  y  en  castellano  por  Don  Bernardo  María 
de  Calzada...  —  Por  Fuentenebro  y  C*  —  1808.»  —  Tres  tomos  en  8.°  p. 

488. — Die  Geschichte  des  Sancho  Pansa,  vormahligen  Stallsmeisters  des 
Don  Quixotte;  aus  dem  Franzósischen  übersezt.  (un  grabadiw )  Leipzig, 
by  J.  M.  Teubner,  1754. 

(La  historia  de  Sancho  Panza,  ex  escudero  de  D.  Quijote.  Trad.  del  francés.) 

En  S.°,  de  316  págs.,  dividido  en  19  capitales. 

Es  la  traducción  de  VHiUoire  de  Sancho  Pansa  alcade  de  Blandanda  [478]- 


Imitaciones  del  Quijote  305 


489. — Una  Don  Quij'oiíada,  por  Lessing  y  Nicolai. 

Sobre  esta  proyectada  imitación,  escribe  Nicolai  lo  siguiente:  «Hacia  el  fin 
del  año  1756  ó  principio  de  1757  quise  yo,  mancomunadamente  con  Lessing, 
hacer  un  burlesco  poema  heroico  sobre  Gottsched  y  sobre  los  rimadores  de  su 
escuela,  que  quisieron  llamarse  poetas.  Lessing  habla  hecho  el  plan;  cada  uno 
de  nosotros  trazaba  alguna  escena  cómica  tal  como  venía  al  pensamiento  y  yo 
me  cuidé  de  ponerlo  en  versos  burlescos.  El  argumento  á  corta  diferencia  era 
éste:  Gottsched  está  muy  sobreexcitado  de  que  por  medio  de  Klopstock  hayan 
venido  al  mundo  tantos  ángeles  y  serafines  (1),  pues  teme  que  éstos  desterrarán 
á  su  poesía  de  Alemania.  Exaltado  por  el  furor,  sale  á  caballo,  armado  como  un 
caballero  andante,  y  acompañado  de  un  escudero,  que  debía  ser  uno  de  sus  dis- 
cípulos, llevando  la  determinación  de  destruir  á  aquellos  monstruos.  Sucédenle 
en  estas  correrías  muchas  ridiculas  aventuras.  Al  ñn,  llegan  á  Langensalza,  jus- 
tamente en  el  momento  en  que  se  celebraba  la  fiesta  gregoriana.  Gottsched  toma 
á  los  niños  disfrazados  de  ángeles,  por  serafines  de  Klopstock,  y  resuelve  inme- 
diatamente acometer  con  lanza  y  espada  á  éstos  sus  enemigos.  Toda  la  ciudad 
se  amotina  al  ver  el  ataque  contra  los  niños.  Gottsched  y  su  escudero  son  lleva- 
dos á  la  cárcel;  se  les  forma  proceso,  y  en  la  creencia  de  que  están  poseídos  por 
el  demonio,  se  les  condena  á  ser  quemados  por  brujos.  Mándanles  un  sacerdote 
á  la  cárcel  para  que  les  prepare  á  la  muerte.  Resulta  que  éste  es  un  ferviente 
adorador  del  Mesías,  y  cuando  Gottsched  y  su  compañero  le  enteran  de  la  ver- 
dadera causa  que  les  indujo  á  salir  á  las  aventuras,  cae  en  una  tal  furia,  que 
quiere  dejarles  morir  sin  asistencia  espiritual.  Felizmente,  Klopstock  en  persona 
llega  á  Langensalza  para  ver  á  su  prima  Fanny.  Se  entera  del  suceso,  é  inme- 
diatamente gestiona  para  libertar  á  Gottsched  y  á,  su  escudero.  Dice  al  Juez  que 
estos  sujetos  no  podían  hacer  daño  alguno  á  los  Serafines,  pues  eran  unos  brujos 
inofensivos;  pero  que  sus  cuerpos  estaban  compuestos  de  partes  tan  sumamente 
acuosas  que  sería  imposible  quemarlos,  porque  apagarían  todas  las  hogueras  por 
grandes  y  desaforadas  que  fuesen.  El  juez,  por  consideración  á  Klopstock  per- 
donó á  los  presos,  pero  fueron  condenados  á  estar  continuamente  vigilados  y 
guardados,  Gottsched  por  su  mujer,  y  el  escudero  por  su  padre,  con  prohibición 
absoluta  de  que  nunca  más  vuelvan  á  hacer  rimas.» 

«Todo  esto, — añade  Nicolai, — fué  un  pensamiento  jovial  con  el  que  por  lar- 
go tiempo  nos  entretuvimos,  sin  que  pensásemos  seriamente  en  publicarlo.  Aun 
ahora  no  habría  yo  dicho  nada  de  ello,  si  no  crej  ese,  que  tras  tanto  tiempo,  na- 
die podrá  ofenderse.» 

He  tomado  esta  curiosa  noticia  de  la  importante  obra  de  Mr.  Dorer. 

490. — Candida,  ou  roptimisme,   par  F.  Marie  de  Voltaire.  —  Genéve, 
1759- 

En  12° 

En  la  Vida  de  Voltaire,  por  cierto  autor  francés,  se  sobrepone  altaneramen- 
te el  Cándido  al  Quijote.  Con  tal  motivo  dijo  de  él  Mor  de  Fuentes  {Elogio  de 
Cervantes,  1835): 

«El  Cándido  es  una  sarta  de  lances  inconexos,  un  hacinamiento  de  viajes  in- 
terminables, y  de  personajes  recargadísimos;  todo  para  demostrar  y  remachar 


(i)     Klopstock,  autor  de  la  Messiada. 


Tomo  II  35 


2o6  Imitaciones  del  Quijote 


aquella  tan  recóndita  verdad  de  Pedro  Grullo,  á  saber  que  el  Optimismo  es  un 
desvario  rematado,  y  que  en  este  disparatado  mundo  abundan  ó  menudean  infi- 
nitamente más  las  desventuras  que  las  dichas...»  «En  fin  un  párrafo  cualquiera 
del  Quijote  atesora  más  inventiva  y  arguye  más  verdadero  numen,  sin  asomo  de 
encarecimiento,  que  veinte  ni  sesenta  Cándidos.* 

491. — Pansa  von  Mancha  des  Jüngern  wohlgemeintes  Messgeschenk,  8, 
Graptomaniacum.  O.  J.  Berlín,  Haude,  1755. 

(Dorer,  Cerv.  Lit.  p.  22.) 

492. — The  Adventures  of  Sir  Launcelot  Greaves,  by  the  author  of  Ro- 
derick  Random.  —  London,  1760. 

El  autor  fué  SmoUett. 

Armado  con  las  armas  de  sus  bisabuelos  y  titulándose,  como  Don  Quijote, 
caballero  andante,  entra  en  escena  Sir  Launcelot  con  el  propósito  de  combatir 
el  vicio,  proteger  á  los  desamparados  y  ser  el  sostén  de  la  virtud;  pero  Sir  Laun- 
celot no  está  dominado  por  aquella  locura  de  Don  Quijote  que  le  hacía  tomar 
los  molinos  de  viento  por  gigantes  y  las  ventas  por  castillos.  De  modo,  que  fal- 
tándole esta  doble  fase  de  su  existencia,  la  de  Sir  Launcelot  se  reduce  á  una  or- 
dinaria y  vulgar  predicación  del  bien,  el  cual  practica  y  aconseja  en  cuantas  oca- 
siones se  le  presentan.  Sírvele  de  escudero  ó  ayudador  un  tal  capitán  Crowe. 
Como  á  digno  remate  de  sus  nobles  aspiraciones,  se  casa  con  la  hija  de  una  fa- 
milia enemiga  de  la  suya,  para  conseguir  la  paz  entre  ambas. 

Los  críticos  ingleses  estiman  que  «Sir  Launcelot  es,  en  verdad,  un  moderno 
Don  Quixote,  y  el  capitán  Crowe  es  su  Sancho  Panza.» 

WalterScott,  aun  concediendo  talento  cómico  á  SmoUett,  pone  de  relieve  el 
defecto  esencial  de  esta  imitación,  que  no  posee  ni  la  oportunidad  ni  el  alcance 
de  su  admirable  original. 

Concluiré  con  esta  noticia,  tomada  del  Chambers  (Englich  Literature,  II,  65): 
«SmoUett  fué  director  de  la  Critical  Review,  y  á  causa  de  un  ataque  de  este  pe- 
riódico contra  el  almirante  Knowbes,  fué  demandado  de  injuria,  y  condenado  á 
una  multa  de  £  100  y  á  3  meses  de  cárcel.  Allí,  para  consolarse,  escribió  su  no- 
vela de  Launcelot  Greaves.t 

493. — Tarrataria,  or  Don  Quixote  the  Second,  a  romantic  poetical 
Medley,  in  two  Cantos.  By  a  Traveller  of  Distinction.  —  London, 
Cooke,  1761  -  800. 

(Bib."  Britannica,  by  R.  Watt,  Edinb.  1824.) 

494. — Dar  Sieg  der  Natur  über  die  Schwármerei,  oder  D¡e  Abentheuer 
des  Don  Sylvio  von  Rosalva,  von  Chr.  M.  Wieland.  —  Ulm,  1764. 
(El  triunfo  de  la  naturaleza  sobre  la  extravagancia,  ó  las  aventuras  de  don 
Silvio  de  Rosalva,  etc.) 
Dos  tomos  en  8.° 


Imitaciones  del  Quijote  307 


Su  objeto  es  poner  en  ridiculo  el  sentimentalismo,  así  como  la  creencia  en 
hadas,  duendes  y  otros  agentes  sobrenaturales. 

Para  dar  acabada  idea  de  este  libro,  transcribiré,  tomándolo  de  Dorer,  lo  que 
dice  de  él  Heinrich  Kurz,  en  su  Historia  de  la  Literatura: 

iDon  Sitvw  está  dirigido  contra  la  influencia  de  las  obras  de  Bodmer  y 
Klopstock.  La  burla  de  la  poesía  seráfica,  de  los  éxtasis  y  de  los  arrobamientos 
está  tratada  de  una  manera  indirecta,  por  lo  cual  fué  necesaria  la  explicación 
del  titulo  para  hacer  patente  la  verdadera  intención  del  poeta;  pues  el  protago- 
nista de  la  novela  no  es  ningtin  visionario  de  la  clase  que  entonces  estaba  en 
boga  en  Alemania,  y  á  la  cual  el  mismo  Wieland  habla  antes  pertenecido.  Don 
Silvio  es  un  hidalgo  lugareño  quien,  á  causa  de  la  excesiva  lectura  de  cuentos 
fantásticos,  está  tan  penetrado  de  la  verdad  de  lo  que  cuentan  y  de  la  existencia 
real  de  las  hadas,  que  en  los  más  sencillos  y  naturales  fenómenos  ve  la  influen- 
cia de  estos  seres.  Fácilmente  se  nota  que  Wieland  ha  tomado  del  Quijote  el 
plan  de  su  novela  y  que  su  desarrollo  tiene  tan  gran  parecido  con  aquella  obra 
maestra,  que  á  cada  momento  se  hallan  motivos  de  comparaciones,  las  cuales,  en 
verdad,  sólo  pueden  resultar  en  desventaja  del  poeta  alemán  quien,  verdadera- 
mente queda  tan  inferior  á  su  modelo,  que  sus  personajes  no  tienen  ningtin  re- 
lieve determinado  é  individual.  A  pesar  de  ello  el  Don  Silvio  fué  recibido  con 
aplauso ,  lo  cual  se  explica  parando  mientes  en  que  era  el  primer  ensayo  hecho 
para  introducir  en  Alemania,  tanto  en  el  lenguaje  como  en  las  relaciones  de  la  vi- 
da, la  soltura  del  trato  francés  y  el  ligero  y  hasta  frivolo  tono  en  la  alta  seciedad.» 

El  fecundo  Wieland  era  gran  admirador  de  Cervantes,  y  en  sus  obras  hay 
frecuentes  alusiones  al  Quijote  y  á  las  Novelas  exemplares. 

495. — Le  nouveau  Don  Quichotte,  imité  de  TAUemand  de  M.  Wieland, 
par  Madama  d'Ussieux.  —  A.  Bouillon,  de  l'Imp.  de  la  Société  Ty- 
pographique,  M.DCC.LXX. 

Cuatro  tomos  en  8.° 

Es  una  traducción  muy  libre  del  Don  Silvio  descrito  en  el  ntlmero  anterior. 
Hay  muchas  adiciones,  supresiones  y  variaciones,  como  ya  lo  dice  la  traductora 
en  su  prefacio:  «he  tratado  de  hacer  una  obra  francesa,  de  una  producción  ale- 
mana». 

En  este  prólogo  habla  M."«  d'Ussieux  de  una  anterior  traducción  francesa 
publicada  pocos  meses  había  en  París,  bajo  el  titulo  de:  Aventures  merveilleuses 
de  Don  Silvio  de  Rosalva,  y  dice  que  no  tuvo  éxito  porque  «el  traductor  que- 
riendo hallar  expresiones  francesas  que  correspondieran  perfectamente  á  los  mo- 
dismos alemanes,  ha  completamente  deslucido,  afeado  y  abotagado  el  original.» 

496. — Epítre  á  Don  Quichotte  de  la  Manche,  Chevalier  des  Lions,  par 
Mr.  le  Barón  de  B.**  Nouvelle  edition.  Avec  des  Remarques  Criti- 
ques, Historiques  e  Philosophiques,  ou  le  commentateur  suplée, 
explique,  défend  et  embrouille  les  pensées  de  son  Auteur.  Sans 
Dédicace,  sans  Préface,  sans  índice,  et  sans  Errata  méme.  A.  Breda, 
Gerard  v.  d.  Poel,  M.DCCLXVI. 

En  12.0  de  18  pág. 

En  esta  epístola  en  verso,  además  de  la  parte  burlesca,  en  que  se  ridiculiza 


3o8  Imitaciones  del  Quijote 


el  afán  de  anotar  y  poner  citas  á  los  libros  y  de  anteponerles  prefacios  y  didica- 
torias,  hay  una  parte  seria,  por  cuanto  el  autor  moraliza  acerca  de  la  locura  de 
Don  Quijote  de  la  cual,  reconoce,  que  todos  participamos: 

En  su  lugar  correspondiente  [oco]  estampo  el  notable  juicio  que  del  Quijote 
hace,  este  anónimo  autor. 

497. — The  Tournament  of  Tottenham. 

El  ilustrado  obispo  Sir  Thomas  Percy,  que  nació  en  Bridgenorth  el  año  1728, 
y  falleció  en  181 1,  publicó  en  1765  una  interesantísima  colección  de  novelas  y 
composiciones  titulada:  ^i?//^««  of  Ancient  Englich  Poetry.  Entre  ellas  hay  el 
Tournament  of  Tottenham,  cuento  cómico  en  el  cual  son  los  principales  perso- 
najes varios  clowns  que  con  trajes  y  ceremonias  ridículos  hacen  torneos  y  otros 
espectáculos  propios  de  la  gente  noble.  Como  esta  pieza  viene  á  ser  una  parodia 
de  la  novela  seria,  el  colector  Percy  parangona,  en  este  sentido,  su  objeto  con 
el  del  Quijote. 

Walter-Scott,  (Essay  on  Romance,  1824),  cree  que  el  autor  de  esa  cómica 
composición  no  tuvo  el  alto  propósito  crítico  que  Percy  supone,  y  sí  sólo  que  se 
propuso  hacer  reir  con  un  divertido  cuento. 

498. — The  spiritual  Quixote:  or,  the  summer's   Rambla  of  Mr.  Geoffry 
Wildgoose.  A  comió  Romance.  —  London:  M.DCCLXXXIII. 

Tres  tomos  en  12."  con  lám.  de  Wale.  Esta  es  2.*  ed.  La  l.*  parece  es  de  1773. 

El  objeto  del  autor,  que  es  el  Rev.  Richard  Graves,  tiende  á  impedir  que  la 
Religión  vista  la  capa  del  ridículo,  por  la  absurda  conducta  que  en  su  enseñanza 
observaban  estúpidos  y  extraños  reformadores.  Para  ello  se  vale  de  un  escolar 
que,  imbuido  de  la  doctrina  de  los  Metodistas,  fundada  por  J.  Wesley  en  1720, 
hace  varias  correrlas  predicando  sus  exagerados  principios  religiosos.  Al  cabo 
de  muchos  desengaños  abjura  de  sus  erróneos  dogmas  y  se  convierte  á  la  sana 
doctrina  La  conversión  del  héroe  acaece  tras  una  fuerte  calentura  que  le  oca- 
sionó una  herida  en  el  brazo;  circunstancia  análoga  á  la  sanidad  intelectual  de 
Don  Quijote. 

Tiene  también  el  Sr.  Bonsoms,  una  traducción  alemana  de  esta  obra,  impre- 
sa el  año  de  1773  en  Leipsig,  3  tomos,  en  8.°  p.  con  tres  láminas  y  tres  viñetas, 
estilo  Chodowiecki,  hábilmente  grabadas  en  cobre. 

Mr.  Arhba  (Jconography  oi  Don  Quixote),  cita  esta  ed.:  The  Spiritual  Qui- 
xote... London:  Printed  for  J.  Walker,  etc.,  1808. 

Hay  en  la  portada  una  viñeta  dib.  por  T.  Uwins  y  grab.  por  Stowe;  y  una 
lámina  dib.  y  grab.  por  los  mismos. 

Dice  que  los  mismos  editores  Walker,  reimprimieron  la  obra  en  1816. 

499. — The  country  Quixote,  a  Poetical,   Political,  Satirical,  CoUoquy, 
1785.  —  London,  Keanly. 

(El  Don  Quijote  campesino,  coloquio  poético,  político  y  satírico.) 

Cuatro  tomos. 

{Biblioteca  Britannica,  de  Watt.) 


Imitaciones  del  Quijote  .^09 


500. — Ersckeinung  und  Bekehrung  des  Don  Quichotte  de  la  Mancha, 
im  letzten  Viertel  des  achtzehnten  Jahrhunderts.  Von  Magn.  Nole- 
hard  Steimer,  Mitglied  verschiedener  geheimen  Gesellchaften. 
Wesel,  auf  Kosten  des  Verfassers  gedruckt,  1786. 

(Aparición  y  conversión  de  Don  Quijote  de  la  Mancha  en  el  último  cuarto 
del  siglo  xviu.  Por  M.  N.  Steimer,  miembro  de  varias  sociedades  secretas.  We- 
sel, impreso  á  costa  del  autor.)  En  8.°  de  192  pág. 

Es  una  sátira  contra  las  sociedades  secretas,  y  además  contra  los  Jesuítas. 

Finge  el  autor  que  trasladado  Don  Quijote,  con  su  escudero,  á  Alemania,  se 
le  aparece  una  falsa  Dulcinea  aconsejándole  que  ingrese  en  la  comunión  de  los 
bardos  y  trovadores.  Estos,  luego,  le  introducen  en  las  sociedades  secretas  de 
nigrománticos,  juglares,  hechiceros  y  otros  embaucadores;  y  son  tantos  los  actos 
extravagantes,  las  tonterías  y  juegos  mágicos  que  operan  todas  esas  cofradías, 
que  Don  Quijote,  hastiado,  se  aparta  de  ellas.  Entonces  entra  en  escena  San  Ig- 
nacio de  Loyola  y  apura  varios  medios  persuasivos,  naturales  y  sobrenaturales, 
para  lograr  que  sea  uno  de  sus  adeptos;  Don  Quijote  dice  que  la  tendencia  y  los 
Estatutos  de  la  Orden  de  los  Jesuítas  son  contrarios  á  la  justicia  y  á  las  luces,  y 
huye  apresuradamente  yendo  á  gozar  en  paz  y  tranquilidad  de  la  compañía  de 
Sancho. 

El  nombre  del  autor  es  anagrama  de  L.  Meister. 

501. — Freyraaurerische  Wanderungen  des  weisen  Junkers  Don  Quixo- 
te  von  Mancha  und  des  grossen  Schildknappen  Herrn  Sancho  Pan- 
sa. Eine  Jahrmarkt  posse.  Deutschland.  Ohne  Erlaubniss  der  Oberen, 
1788.  (Leipsig,  Góschen,  1787.) 

Saco  esta  nota  de  Dorer,  Cerv.  Lit.  p.  22. 
Daré  la  trad.  de  la  Portada: 

(Excursiones  masónicas  del  sabio  hidalgo  D.  Q.  d.  1.  M.  y  del  gran  escudero 
S.  P.  Una  farsa  de  feria.  Alemania.  Sin  permiso  del  superior.) 

502. — Wendelin  von  Karlsberg,  oder  der  Don  Quixote  des  i8  Jahr- 
hunderts. 8.°  Leipsig,  1789,  Heinsius. 

Cita  también  esta  imitación,  Dorer,  Cerv.  Lit. 
(Vendelin  de  Karlsberg,  ó  el  Quijote  del  siglo  xviii.) 

503.  -Don  Chisciotte  e  Sancio  Panza  nella  Scizia,  poema  origínale  in 
dialetto  siciliano  del  celebre  D.  Giovanni  Meli,  tradotto  in  lingua 
italiana  dal  Cav."  Matteo  di  Bevilacqua.  —  Vienna,  1818.  Presso 
Felice  Stockholzer  di  Hirschfeld. 

Dos  tomos  ea  4.°  de  183  y  175  pág.  respectivamente,  más  cuatro  al  fin,'para  la  lista  de 
suscriptores. 

El  poema  original  de  Meli  en  dialecto  siciliano  se  publicó  el  afio  1787.  Bajo 


2 10  Imitaciones  del  Quijote 


una  forma  festiva,  el  sentido  alegórico  de  este  poema  es,  que  la  felicidad  com- 
pleta no  se  halla  en  este  mundo,  entre  cuyos  habitantes  ha  distribuido  Dios  sus 
dones,  sin  que  pueda  uno  solo  reunirlos  todos;  y  que  es  vana  empresa  querer  re- 
generar las  miserias  y  quimeras  del  globo. 

Aparecen  Don  Quijote  y  Sancho  Panza  medio  cubiertos  por  la  nieve,  en  las 
costas  de  la  Escitia,  en  donde  el  primero  tiene  que  combatir  contra  encantado- 
res, gigantes  y  demonios,  quienes,  vistos  en  su  ser  real,  resultan  ser  pastores, 
pescadores  y  perros. 

Don  Quijote,  siempre  valeroso,  trata  de  extirpar  la  mala  simiente  de  la  tie- 
rra, y  acomete  muchas  aventuras  que  fenecen  infructuosamente.  Cansado  al  fin 
y  siguiendo  el  consejo  de  Sancho  retirase  á  ser  labrador,  y  ara  su  hacienda  por 
su  propia  mano,  pero,  fija  la  mente  en  su  noble  intento  de  regeneración  social, 
escribe  un  código  para  establecer  la  paz  universal  y  distribuir  proporcionada  fe- 
licidad entre  los  moradores  de  la  tierra;  mas,  para  hacerle  Sancho  patente  la  im- 
posibilidad de  tal  empresa,  le  reta  á  que  enderece  el  torcido  tronco  de  un  árbol. 
Don  Quijote,  furioso,  trata  de  hacerlo  y  emplea  en  ello  esfuerzos  tan  violentos  y 
excesivos,  que  sus  músculos  se  contraen  y  se  relajan,  la  sangre  se  agolpa  á  la 
cabeza,  y  cae  examine  victima  de  una  congestión.  Sobre  su  cadáver  filosofa  San- 
cho en  esta  guisa:  cOh  tú,  alma  generosa,  que  has  dado  la  vida  por  los  otros, 
cualquiera  que  sea  el  sitio  en  donde  te  halles,  graba  en  tu  mente  los  consejos  de 
tu  buen  escudero:  Si  el  mundo  te  parece  revuelto,  lleno  de  males  y  quimeras,  y  su- 
mergido en  el  error\  no  te  cures  de  mejorarlo,  y  deja  tal  obra  al  Creador,  quien^ 
él  solo,  tiene  medios  para  ordenar  lo  desordenado.'» 

El  Sancho  del  popular  poeta  siciliano  es,  pues,  un  Sancho  filosofador. 

El  poema  está  bien  versificado,  y  su  estilo  no  carece  á  veces  de  cierta  pom- 
pa, pero  nótase  harta  monotonía,  á  pesar  de  que  Meli  se  ha  esforzado  en  mez- 
clar trozos  de  estilo  festivo  y  gracioso. 

504. — Lucinda. 

Especie  de  novela  que  escribió  á  fines  de  1798  Federico  Schlegel  con  recuer- 
dos, en  cuanto  á  la  forma  y  construcción,  de  las  novelas  de  Cervantes.  Asi  lo 
confesó  el  mismo  autor  al  enviar  fragmentos  de  su  Luscinda  á  sus  hermano  Gui- 
llermo. 

(Según  Dorer,  lo  dice  R.  Haym  en  su  libro:  Die  romantische  Schule.) 

505, — Der  betrogene  Landjunker,  oder  Geschichte  eines  deutschen  Don 
Quixotte.  —  Hirschburg,  1791.  —  Bey  Cari  G.  Ussner. 
En  8.°  de  206  pág. 

Dorer. 


506.— The  infernal  Quixote,  a  Tale  of  the  Day.  —  Lond.   1801,  4  vols. 
12  mo. 

(El  Don  Quijote  infernal;  cuento  del  tiempo.) 

Bib.'"  Britannica,  de  Watt. 


Imitaciones  del  Quijote  311 


507. — Der  deutsche   Don  Quixote,  oder  Einer   dez  Zwólfe.  Eine   Ges- 
chichte  neuen  Inhalts.  —  Palástina,  5755,  oder  1806. 
En  8.°  de  IV-220  pág.  (El  Don  Quijote  alemán,  ó  uno  de  los  Doce,  etc.) 

Pretende  su  autor  reemplazar  la  religión  cristiana  por  otra, — dice — «más  dul- 
ce, sencilla  é  ideab.  El  protagonista,  embebido  ardientemente  en  sus  creencias 
católicas,  se  vuelve  loco  y  figurándose  ser  el  evangelista  San  Juan  sale  á  sus  pre- 
dicaciones por  mar  y  por  tierra.  Al  cabo,  el  trastorno  que  causa  en  su  organismo 
un  violento  mareo,  despeja  su  inteligencia,  y  los  consejos  y  enseñanza  de  un 
saiio  de  ¿a  nueva  religión,  que  oportunamente  halla,  conviértenle;  y  abandonan- 
do sus  rancias  creencias,  abraza  las  seudo-modernas,  que  en  el  libro  se  fingen. 

Hallo  en  Dorer  (Cerv.  Lit.),  que  esta  obra  se  imprimió  en  Leipsig,  y  que  su 
autor  fué  Karl  Frdr.  Benkowitz. 

508. — Don  Quixote  at  College;  or  a  History  of  the  gallant  Adventures, 
lately  achieved  by  the  combined  Studens  of  Harvard  University, 
with  come  facetious  reasonings.  By  a  Sénior.  —  Boston,  1807. 

En  S.° 

(Art.  bajo  núm.  590,  en  el  Cat.  tit.":  Bibliolheca  Histórica,  by  Henry  Stevens, 
Boston,  1870.)  Como  la  portada  lo  indica,  parece  ser,  una  farsa  quijotesca  eje- 
cutada por  los  escolares  de  la  Universidad  de  Harvard. 

509. — Nachtwachen.  Von  Bonaventura.  —  Penig,  1804. 

Según  Dorer,  (Cerv.  u.  seine  Werke,  p.  115-118),  este  libro  es  una  especie 
de  novela  satírica  de  Schelling,  en  la  que  viene  á  representarse  la  lucha  del  Ideal 
con  lo  Real;  y  le  parece  que  puede  considerarse  bajo  cierto  punto  de  vista,  como 
una  imitación  de  Cervantes. 

510. — II  Don  Chisciotte  in  ottava  rima,  tradotto  da  Emmanuele  Nappi, 
Anconitano. — Ancona,  presso  Nicolá  Baluffi,  1807. 

Tres  yol.  in-8  vo. 

Veinte  cantos  contiene  esta  obra  que  es  traducción  libre  de  una  parte  del 
Quijote. 

511. — Don  Quijote  der  Deutsche  oder  Junker  Heinz  von  Knauster.  Rit- 
tergeschichte  des  18.  Jahr.  8.  —  Berlín,  1811-15. 

{Don  Quijote  alemán,  ó  el  hidalgo  Enriquillo  de  Knauster.  Historia  caba- 
lleresca del  siglo  XVIII.) 

La  cita  Dorer  (Cerv.  Lit.  p.  22.) 

512.— Vors,  (Jul.  V.)  Der  deutsche  Don  Quixote.  8.°  Berlín,  1819.  Curths. 

La  cita  Dorer  (Cerv.  Lit.  p.  22.) 


JI2  Imitaciones  del  Quijote 


513.  — Le  Don   Quichotte  moral  et  politique,  par  J.  Esneau.  —  París, 

1817. 

EnS." 

(Jntermédiaire  des  Chercheurs  et  Curieiix,  25  de  Abril  de  1877;  artículo  fir- 
mado H.  I.,  en  contestación  á  mi  pregunta  acerca  de  las  imitaciones  del  Qui- 
jote.) 

514. — The  Tour  of  Dr.  Syntax  in  Search  of  the  Picturesque.  —  Lon- 
don, 1812. 

(Viaje  del  Dr.  Sintaxis  en  busca  de  lo  Pintoresco.) 

Asi  hallo  citada  esta  obra  en  el  Reader's  Handbook,  de  Mr.  Brewer,  1880. — 
Otra  ed.  de  lujo,  sin  fecha,  lleva  el  núm.  305  en  el  Cat.  J.  Roche,  de  1882,  y 
esta  portada:  «Three  Tours  of  Dr.  Syntax,  in  Search  of  the  Picturesque,  in  Seach 
of  Consolation  and  in  Search  of  a  Wife,  in  Hudibrastic  Verse. — Lond.  3  v.  800.» 

El  autor  de  esta  imitación  del  Quijote  fué  Mr.  William  Combe.  No  he  visto 
el  original  inglés,  pero  si  esta  trad.  francesa: 

«Le  Don  Quichotte  roraantique,  ou  voyage  du  Docteur  Syntaxe,  á  la  recher- 
che  du  pittoresque  et  du  romantique;  Poéme  en  XX  chants,  Traduits  libreraent 
de  Tangíais  et  orné  de  25  gravures.  Par  M.  Gandáis.  A  Paris,  chez  l'auteur,  et 
chez  Pélicier,  libraire. — 1821.» 

En  8."  de  VUI-uó  pág. 

El  Dr.  Sintaxis  sale,  montado  en  un  caballo  más  flaco  que  Rocinante,  y  ve- 
rifica un  largo  y  ridiculo  viaje  en  busca  de  lo  pintoresco  y  de  lo  romántico,  con 
el  objeto  de  formar  un  poema  con  dibujos.  Fórmalo,  sí,  pero  al  cabo  ve  que 
aquello  no  le  sirve  para  nada;  pues  él  está  pobre  y  solo.  Afortunadamente  halla 
un  Milord  que  le  colma  de  riquezas;  y  entonces  el  Dr.  Sintaxis  se  casa,  y  retírase 
á  su  aldea  convencido  de  que  el  verdadero  pintoresco  está  en  su  modesto  hogar 
doméstico. 

El  libro  resulta  pesado.  Sin  embargo,  tuvo  8  ediciones;  si  bien  el  autor  in- 
glés en  su  prefacio  dice  que  el  éxito  se  debió  principalmente  á  las  humorísticas 
láminas. 

W.  Combe  escribió  una  continuación  de  su  satírico  poema,  que  se  publicó 
en  Londres  el  año  1820,  adornada  con  70  láminas  humorísticas  iluminadas.  Su 
titulo  es:  tDr.  Syntax,  in  Paris,  ora  Tour  in  search  of  the  Grotesque.» 

515. — Carnot.  Don  Quichotte,  poéme  heroi-comique.  —  París,  (Brock- 
haus  ¡n  Leip  2.),  1821. 

En  12.° 

Cita  tomada  del  Allgemeines  Bucher  Lexicón  von  W.  Heinsius,  Leipsig. 

Otra  ed.  «...  avec  notes  biographiques  et  remarques  de  J.  de  Riols.  In  16, 
:9o  págs. — Troyes,  imprenta  Arbonin.  París,  lib.  Guyot,  20  cent. —  (CoUection 
Guyot.) 

516. — Bruce,  ou  le  Don  Quichotte  de  l'amitié;  trad.  de  Tangíais,   par 
P.  Chanin.  —  París,  1801.  Tres  vol.  ¡n-12,  fig. 


Imitacionea  del  Quijote  313 


(Cat.  des  Romans^  de  Pigoreau  d  Faris,  i82i\  núm.  201.) 

Creo  que  el  original  inglés  es  éste  que  hallo  citado  en  la  Bib.^"  Britannica 
de  Watt:  «The  amicable  Quixote,  or  the  enthusiasm  of  Friendship.  1789,  Lon- 
don,  4  V.,  12  mo.» 

Posee  el  Sr.  Bonsoms,  la  siguiente  traducción  española,  tomada  de  la  france- 
sa: «Historia  de  Bruce  y  Emilia,  ó  el  Quixote  de  la  Amistad.  Obra  inglesa:  tra- 
ducida al  francés  por  el  P.  Chanin,  y  extractada  libremente  al  castellano  por 
D.  F.  E.  C.  J.  C. — Madrid,  en  la  imprenta  de  Repullés,  1808.»  2  tomos  en  8.°  p. 

Dice  el  traductor  en  el  prólogo:  «Un  hombre  que  se  lisonjea  de  ser  el  amigo 
universal,  está  en  el  mismo  caso  que  nuestro  celebrado  Don  Quijote:  éste  quería 
resucitar  los  siglos  de  la  andante  caballería,  y  mi  héroe  intentaba  probar  que  to- 
davía estamos  en  la  edad  de  oro,  donde  todos  los  hombres  se  miraban  como 
hermanos.» 

Añade,  que  ha  suprimido  todo  lo  que  la  historia  tenía  de  nocivo,  que — dice 
— era  mucho,  y  que  ha  juzgado  conveniente  darle  un  desenlace  distinto  del  ori- 
ginal 

517. — Six  chapitres  de  rhistoire  díi  cüoyen  Benjamín  QuichoUe  de  la 
Manche^  traduit  de  l'espagnol  et  mis  en  lumiére,  par  M.  B.  (Ber- 
choux).  A  París,  chez  Ant.  Boucher,  imprimeur-libraire.  Rué  des 
Bons-Enfants,  num.  34,  MDCCCXXI. 

En  ¡6."  139  pág.,  una  lámina. 

«Desde  la  pág.  129  en  que  termina  la  obra  comienza  la  Complainte  du  citoyen 
GuUlaume  Pepe,  ci-devant  Généralissime  des  Charbonniers  du  royanme  de  Naples. 
De  quien  dice  el  autor  en  el  prólogo  que  podría  apellidarse  el  Don  Qmchotte  de 
la  Botte.  (La  Complainte  es  en  verso.)» 

(Art.  num.  15  en  el  Cat.  Bib.'^'^  cervantina  de  D.  J.  M.°  Asensio.) 

518. — Don  Quichotte  et  Sancho  Pan^a  á  París  en  1828,  par  un  octogé- 
naire  paralytique  qui   ne  voit  plus  comme  autrefois  et  qui   ne  se 
croit  pas  moins  sage.  —  París,  1828. 
En  12.°  fr. 

Según  M.  Foulché  Delbosc,  publicó  esta  humorada  M.  Bouchon-Dubournial, 
el  mismo  año  de  su  muerte. 

519. — Emmert.  Las  Donqtiixoiadas  mas  extrañas.  Oder  d.  abentheuerl. 
Ritterthaten  des  don  Quixote  von  la  Mancha,  zur  Unterhaltung  u. 
Erlernung  d.  spanische  mit  einer  Erklárung  d.  Wórter  u.  e.  span. 
Grammatik.  —  Tübingen,  1826.  Oslander. 

Gran  en  8." 

(Las  Don  Quijotadas  más  extrañas,  ó  las  caballerescas  aventuras  de  Don  Qui- 
jote de  la  Mancha.  Para  la  conversación  y  práctica  del  idioma  español,  con  una 
explicación  de  las  palabras  y  una  gramática  española,  etc.) 

(Cita  del  AUgemeines  Bücher  Lexicón  v.  Heinsius,  Leipsig.) 

Tomo  11  40 


314  Imitaciones  del  Quijote 


Sólo  por  el  titulo  le  he  colocado  en  esta  sección,  pues  por  el  fondo  no  per- 
tenece á  ella. 

620. — Don  Quixotte  á  París.  Tres  tomos,  12. — París,  1834.  (Aventures 
galantes).  ^ 

Así  lo  veo  citado  en  el  cat.  número  210  del  librero  alemán  J.  Scheible. 

521. — Nébulos  cu  les  Don  Quichottes  romantiques,  poéme  heroi-comi- 
que  en  quatre  chants  avec  des  notes  historiques  et  litteraires,  par 
L.  Castel.  —  París,  A.-J.  Dénain,  libraire,  1830. 

En  12.°  de  129  pág. 

En  este  poema  burlesco  se  satiriza  la  nueva  escuela  romántica  que,  tanto 
en  las  letras  como  en  las  artes,  privaba  entonces  en  París  entre  ciertos  círculos,  y 
á  la  cual,  con  otros,  Alfredo  de  Musset  rindió  parias.  No  carece  de  gracia  este 
ligero  trabajo,  que  comienza  con  una  invocación  á  Cervantes. 

622. — Jean  Charles.  Donna  Quixote  vel.  Leben,  Abenteuer  u.  Mein- 
ungen  einer  scharfsinnigen  Edlen  aus  Jung  deuschland.  Román.  — 
Leipzig,  1844,  Melzer,  2  Bde.  8. 

(Doña  Q.  ó  Vida,  aventuras  y  sentimientos  de  una  ingeniosa  hidalga  de  la 
Alemania  moderna,  etc.) 

(Dorer,  Cerv.  Lit.  p.  22.) 

523. — Adam  Óhlenschláger.  Gedickte.  Stuttgart ,  1844.  El  caballero 
errante^  ó  Don  Quijote  el  Joven.  Poemita  en  cuatro  romances. 

(Dorer,  Cerv.  Lit.  p.  22.) 

524. — The  Newcomes.  Memoirs  of  a  most  respectable  family.  Edited  by 
Arthur  Pendennis,  Esq.,  by  William  Makepeace  Thackeray. — Lon- 
don:  Smith,  Eider  and  C.°  1876. 
En  12.0  de  VlII-yyó  pág. 

La  I.*  edición  es  del  año  1855. 

El  coronel  Newcomes  hace  bien  á  todos  sus  numerosos  parientes  y  allegados, 
y  éstos  le  pagan  sus  beneficios  con  groserías  y  bajezas.  Además  de  esta  sátira 
social,  en  la  que  un  crítico  francés,  Mr.  Taine,  dice  que  Thackeray  ha  sido  so- 
brado rigoroso  con  la  sociedad  inglesa,  el  autor  se  propone  manifestar  los  incon- 
venientes de  los  matrimonios  llamados  de  conveniencia. 


Imitaciones  del  Quijote  31 J 


525. — Der  neue  Don  Quixote  von  F.  W.  Hacklánder. — Stuttgart.  Ver- 
lag  von  Adolph  Krabbe,  1858. 
Cinco  tomos  en  8  ° 

No  recuerdo  donde  vi  citado  este  libro. 

526. — Mon  cousin  Don  Quixote,  phisionomie  d'un  Philhelléne  par  Char- 
les Auclineau.  —  París,  Poulet-Malassis  et  de  Broisse,  1858. 

En  8."  de  27  pág. 

Cree  el  autor  descubrir  muchos  puntos  de  contacto  con  el  héroe  manchego, 
en  algunas  extravagancias  y  actos  de  exagerado  egoísmo  de  su  primo  el  conde 
de  Francheville  que  vivió  hasta  el  año  de  1830  ya  muy  entrado  en  años. 

527. — Don  Quixote  und  Falstaff.  Novelle  von  Eduard  SchuUer.  —  Ber- 
lín, Nicolaische  Verlagsbuchhandlung,  1858. 
En  8°  de  II  hoj.  prel.  y  225  pág. 

En  el  cap.  I  expone  el  autor  su  objeto,  que  es  el  de  presentar  en  estrecha 
compañía  á  Don  Quijote,  el  modelo  de  todo  lo  romántico,  y  Falstaff,  el  repre- 
sentante de  la  burla  y  del  buen  humor;  empleando  para  ello  la  forma  de  novela. 

Supone  el  autor  que  Don  Quijote  y  Sancho  son  llevados  á  Inglaterra,  cre- 
yendo que  aportan  á  la  isla  Trapobana.  Topan  con  el  principe  de  Gales  quien 
íes  hace  creer  que  el  sultán  de  esta  isla  tiene  encantados  á  varios  caballeros  y 
damas,  y  que  es  preciso  ir  á  libertarlos.  Don  Quijote  se  deja  conducir,  y  el  prín- 
cipe le  lleva  á  Londres  presentándole  á  Falstaff,  que  le  hace  creer  es  el  sultán. 
Origlnanse  varias  escenas  en  las  cuales  se  ponen  de  relieve  los  respectivos  y  dis- 
tintos caracteres  de  ambos  personajes;  Don  Quijote  preconizando  el  honor  y  en- 
salzando la  caballería;  y  Falstaff  alabando  puramente  los  placeres  de  la  vida.  El 
príncipe  de  Gales  organiza  varias  aventuras  de  encantamentos,  y  distintas  di- 
vertidas escenas  entre  Don  Quijote  y  Falstaff.  Aquél  por  fin,  desafía  al  último  y 
le  derriba  de  un  bofetón,  con  lo  cual  se  supone  que  el  encanto  queda  roto,  y  li- 
bres por  tanto  los  caballeros  que  el  sultán  tenía  aprisionados.  El  príncipe,  con- 
tinuando en  sus  burlas,  como  lo  hicieron  los  Duques  en  la  Historia  de  Cide  Ha- 
mete,  obliga  á  Falstaff  á  que  desafíe  á  Don  Quijote,  cosa  que  repugna  á  aquél, 
dejando  traslucir  su  cobardía.  Efectúase,  sin  embargo,  el  desafío  con  gran  pom- 
pa; y  Don  Quijote  vence  otra  vez  al  sultán.  Con  esto  el  principe  da  por  termi- 
nadas las  hazañas  de  Don  Quijote,  haciéndole  creer  que  ya  la  isla  está  libre  de 
paganos,  y  con  grandes  regalos  y  ofrecimientos  le  hace  regresar  á  España. 

Dejando  aparte  la  fantasmagoría  que  preside  en  las  escenas  de  encantamen- 
to, es  digno  de  alabanza  en  el  autor  el  cuidado  con  que  ha  conservado  el  carác- 
ter noble  y  las  excelentes  cualidades  de  Don  Quijote,  haciendo  resaltar  su  va- 
lor, y  además,  su  buen  raciocinio  en  todo  lo  que  no  se  roza  con  la  caballería. 

528. — Les  petits-fils  de  Don   Quichotte  par  Emile  Leclercq.  —  París, 
Librairie  Internationale.  A.  Lacroix,   Verboeckhoven  et  Cié.   Edi- 
teurs,  á  Bruxelles,  1867. 
En  12."  de  331  pág. 

Tres  novelitas  forman  la  obra. 


3i6  Imilaciones  del  Quijote 


La  I.*,  titulada  Une  Insensée,  tiene  por  protagonista  á  una  joven,  Helena, 
que  quiere  y  predica  la  igualdad  de  derechos  y  privilegios  entre  el  hombre  y  la 
mujer,  la  cual  debe  estar  en  igual  grado  de  superioridad  que  aquél  y  usar  de  su 
raciocinio  y  de  sus  facultades  como  él.  Aspirando  á  estos  ideales,  y  convencida 
de  que  en  su  siglo  no  puede  realizarlos,  es  impenetrable  al  amor,  y  desoye  las 
solicitudes  y  declaraciones  de  un  joven,  Rocher,  digno  y  de  intachable  conducta, 
al  cual,  sin  embargo,  profesa  una  fraternal  simpatía.  Rocher,  desconsolado  ante 
las  repetidas  negativas  de  Helena,  se  marcha  abatido;  y  un  amigo  suyo,  de  Vil- 
liers,  intenta  conquistar  el  corazón  de  Helena  combatiendo  sus  ideales  con 
decisión.  Mas,  ¿qué  resulta  de  sus  controversias  con  Helena?  Que  ésta  conoce,  al 
fin,  que  su  ideal  es  una  utopia,  y  que  el  afecto  que  por  Rocher  siente  es  amor. 
Llamarle,  acudir  él,  y  unirse  los  dos  amantes  en  matrimonio,  es  asunto  de  pocos 
momentos. 

La  2.a  novela,  Un  lache,  tiende  á  resolver  un  problema  delicado  y  difícil. 

Eduardo,  joven  pobre,  honrado  y  laborioso,  tiene  un  lance  pendiente  con  un 
insolente  y  conocido  matón.  La  madre  de  Eduardo,  de  quien  es  él  único  sostén 
y  amparo,  le  hace  jurar  solemnemente  que  no  se  batirá,  y  Eduardo,  con  pesar, 
lo  jura,  y  no  se  bate.  Todos  sus  amigos  y  conocidos  le  vilipendian  y  escarnecen 
tildándole  de  cobarde.  Más  aún;  el  padre  de  la  prometida  de  Eduardo,  coronel 
retirado,  le  cierra  las  puertas  de  su  casa  diciéndole  que  no  quiere  dar  su  hija  á 
un  cobarde.  La  desesperación  y  la  vergüenza  de  Eduardo  le  ocasionan  un  paro- 
xismo y  ponen  en  peligro  su  existencia.  La  madre,  viendo  los  estragos  del  com- 
bate interior  de  su  hijo,  hace  el  sacrificio  de  desligarle  del  juramento.  Sin  espe- 
rar un  minuto  más,  vuela  Eduardo  á  casa  de  su  futuro  suegro,  le  hace  padrino 
del  duelo  y  éste  se  verifica.  Ambos  adversarios  eran  de  fuerza  igual,  y  al  cabo 
de  largo  tiempo  de  combate  sin  resultado,  Eduardo,  impaciente,  da  un  ataque 
brusco,  resbala,  y  cae  sobre  la  espada  de  su  adversario  que  le  atraviesa  el  pecho. 
Muerto  Eduardo,  entonces...  entonces  todos  sus  amigos,  y  el  público  en  general, 
le  defendieron,  y  acusaron  de  asesino  á  Mast.  ¡Tardía  reparaciónl  La  madre  mu- 
rió de  dolor,  y  Emma,  la  prometida  de  Eduardo,  retirada  de  los  placeres  del 
mundo,  para  siempre,  conservó  un  culto  á  la  memoria  de  su  prometido,  llamán- 
dole en  su  interior:  «Querido  mártir.»  La  moralidad  del  cuento  hállase  conden- 
sada  en  estas  palabras;  porque  «Eduardo  fué  el  mártir  de  las  falsas  ideas  del 
honor. » 

El  protagonista  de  la  última  novelita,  titulada  Moulins  h  vent,  es  un  joven 
que  no  quiere  casarse  porque  dice:  que  las  mujeres  no  pueden  amar  á  los  hom- 
bres, puesto  que  éstos  no  tienen  ninguna  cualidad  física  ni  moral  que  pueda  ins- 
pirar un  amor  verdadero  á  la  mujer,  y  que  si  ésta  ama  es  sólo  en  apariencia.  Mas, 
al  fin  se  casa. 

529.— Don  Quichotte. 

«En  los  números  ii  y  12  del  interesante  periódico  francés  La  Femme  et  la 
J'amtUe  (Diciemhre  187 1),  se  inserta  una  novela  de  la'señorita  Matilde  Bourdon, 
que  tiene  por  epígrafe  Don  Quichotte,  y  donde  se  presenta  á  una  joven  animada 
de  sentimientos  patrióticos  é  ideas  de  elevación  y  de  justicia,  así  como  de  admi- 
ración hacia  lo  antiguo  y  de  repulsión  á  lo  moderno.  La  protagonista  de  la  no- 
vela admiraba  á  Don  Quijote  extremadamente.» 

{Crón.  de  los  Cerv.  tomo  ü,  p.  39.) 

530. — Le  Don  Quichotte  philosophe  cu  histoire  de  l'avocat  Hablard. 


Imitaciones  del  Quijote  317 


Par  M.  Diouloufet. — H.  Pélagaud  fils  et  Roblot.  Lyon-París,  1872. 
Cuatro  lomos  en  12.° 

Para  dar  idea  de  esta  obra  empezaré  extractando  los  trozos  siguientes  del 
prólogo: 

«El  Don  Quijote  filósofo  es  un  viejo  abogado,  loco  por  el  filosofismo,  como 
el  famoso  caballero  de  la  Mancha  lo  era  por  la  caballería  andante.  Su  criado 
Santiago,  especie  de  Sancho  Panza,  es  un  aldeano  que  en  su  infancia  había  re- 
cibido buenos  principios  religiosos,  amortiguados  en  parte  desde  que  está  al  ser- 
vicio de  M.  Hablard,  pero  que  está  propenso  á  recobrarlos.  A  una  gran  senci- 
llez reúne  un  buen  sentido  práctico  que  le  permite  raciocinar  muchas  veces  con 
acierto;  y  aunque,  en  muchas  cosas,  crédulo  como  un  niño,  algunas  veces  sus 
preguntas  y  sus  réplicas  sencillas,  naturales  y  á  menudo  burlescas,  ponen  en 
aprieto  á  su  amo,  el  filósofo.  ¡Oh  célebre  Cervantes,  cuanto  hemos  heredado  de 
tu  pluma  inmortal!  > 

«El  título  de  esta  obra  recordará  un  modelo  inimitable  ..  en  ninguna  manera 
he  osado  luchar  con  el  inmortal  Cervantes;  pero,  así  como,  cuando  la  patria  está 
en  peligro,  todo  ciudadano  se  convierte  en  soldado,  de  la  misma  manera,  cuando 
vemos  la  religión  atacada  uno  y  otro  día,  todo  cristiano,  aunque  sea  laico  puede 
defenderla.» 

«En  esta  defensa  empleamos  también  el  género  cómico  que  Voltaire  ha  em- 
pleado en  el  ataque  para  écraser  ítnfame\  si  no  poseemos  su  ingenio  (Dios  nos 
libre  de  tal  cosa),  tendremos  siquiera  en  pro  nuestro  la  verdad.» 

«Cap.  I.  Lo  que  era  nuestro  Don  Quixote  filósofo.  — Enfrascándose  en  la 
lectura  de  nuestros  filósofos  que,  sucesivamente,  predicaban  el  ateísmo,  el  deís- 
mo, el  materialismo,  el  naturalismo  y  hasta  la  metempsicosis,  había  hecho  de  to- 
das estas  materias  indigestas,  una  como  olla  podrida  que  le  levantaba  los  cas- 
cos.» «Pero  si  el  abogado  Hablard  devoraba  todo  lo  que  entonces  se  imprimía 
contra  la  religión,  guardábase  bien  de  leer  las  victoriosas  respuestas  de  Bergier; 
Barruel,  Nonotte,  Guyon,  Guénée,  Hauteville  y  de  tantos  otros  célebres  apolo- 
gistas que  han  pulverizado  á  todos  esos  esprits  forts.^ 

El  autor  hace  emprender  á  su  héroe  varios  viajes  durante  los  cuales  entabla 
discusiones  con  todo  el  mundo  acerca  del  filosofismo,  siendo  estas  controversias 
religiosas  las  que  llenan  los  cuatro  volúmenes,  hasta  que  M.  Hablard,  convertido 
por  un  sacerdote  en  cuya  casa  fué  recibido,  abjura  de  sus  errores,  y  muere  en  el 
seno  de  la  Iglesia. 

El  objeto  de  esta  obra  es  meritísimo  indudablemente,  pero  no  tiene  ninguna 
cualidad  de  ejecución  que  la  haga  notable. 

La  siguiente  nota  2  al  prólogo  señala  la  época  de  la  primera  edición:  «En 
el  momento  en  que  terminamos  esta  obra  aparece  el  Catéchisme  veritable  des 
croyants,  por  Pierre  Dubois,  que  es  una  mofa  de  la  religión. 

531. — Monsieur  Don  Quichotte  et  Madame  Diogéne.  Par  M.  Georges 
Grand.  —  París,  E.  Dentu,  1877. 

En  12.°  de  31 1  pág.  Son  dos  novelas  distintas. 

El  protagonista  de  la  primera,  es  un  joven  rico,  que  busca  una  mujer  perfecta 
en  lo  moral.  Después  de  despreciar  varios  partidos,  ama  á  una  joven  á  quien 
cree  adornada  de  todas  las  virtudes,  cualidades  y  perfecciones  que  él  anhela; 
mas,  luego,  descubre  que  es  una  meretriz. 


¡iS  Imitaciones  del  Quijote 


532. — Donna  Quixote  by  Justin  M.'=  Carthy,  M.  P.;  with  twelve  illustra- 
tions  by  A.   Hopkins.  Second  edition.  —  London,   Chatto  &  Win- 
dus,  Piccadilly,  1879. 
Tre»  tomos  en  12° 

La  protagonista  es  una  bella  joven,  viuda,  de  carácter  generoso,  desintere- 
sado; que  procura  hacer  todo  el  bien  posible  á  sus  semejantes;  que  padece  por  sus 
padecimientos;  que  es  la  reparadora  de  los  errores  ajenos; que  se  esfuerza  en  unir 
á  los  que  están  desunidos;  pero,  unas  veces  porque  su  carácter  irreflexivo  le  lleva 
á  hacer  el  bien  de  un  modo  áspero,  rudo  é  inconveniente,  y  otras  porque  halla 
en  su  camino  seres  egoístas,  ingratos  y  malvados;  el  caso  es  que  en  lugar  de  con- 
seguir su  objeto,  su  intervención  daña  más  bien  que  favorece  á  aquéllos  á  quie- 
nes quiere  ayudar.  Y  como,  al  contrario  de  su  original  Don  Qui/o/e,  la  heroína 
conoce  que  se  equivoca,  este  conocimiento  la  hace  infeliz.  Por  fin,  halla  la  feli- 
cidad en  el  amor  de  un  hombre  dotado  de  cualidades  semejantes  á  las  suyas, 
pero  más  sesudo. 

En  esta  novela  desarrolla  el  autor  el  estudio  de  varios  interesantes  caracte- 
res, y  satiriza  finamente  los  caprichos,  aficiones  y  ensueños  de  una  parte  de  la 
sociedad  de  Londres. 

533. — Tartarin  de  Tarascón,  par  Alphonse  Daudet.  —  París,  1886. 

En  8." 

El  mismo  autor  declara  haber  escrito  este  libro  recordando  al  Quijote. 
El  sueño  de  Tartarin  en  armaduras,  y  en  aventuras  que  no  le  han  pasado, 
tiene  mucho  de  la  fantasía  del  hidalgo  de  la  Mancha. 


IMITACIONES  DE  LAS  OBRAS  MENORES  DE  CERVANTES 


534. — Novelas  de  Luis  de  Belmonte. 

€  En  el  prólogo  escrito  por  Juan  Bermúdez  Alfaro  al  frente  del  poema  La 
Hispdlica,  inédito,  de  Luis  de  Belmonte  y  Bermúdez,  hay  esta  noticia:  «  ...  el 
»  trabajo  de  las  Novelas  i.  que  ha  puesto  la  postrera  mano  (hacia  el  año  de  1618), 
»  será  uno  de  los  que  más  bien  reciba  España...  Movióle  á  escribirle  ver  la  úl- 
»  tima  novela  de  Cervantes  sin  la  conclusión  que  pide  la  curiosidad  de  los  lec- 
»  tores;  porque  habiendo  escrito  la  vida  de  Berganza,  uno  de  los  perros  del 
»  hospital  de  Valladolid,  deja  en  silencio  la  de  Cipión...  Al  fin,  Luis  de  Bel- 
í  monte,  comenzando  por  ella,  prosigue  hasta  doce  novelas,  tan  agradables,  que 
■»  por  ellas  solas  mereciera  nombre  cualquier  buen  ingenio». 

Las  novelas  de  Belmonte  quedaron  inéditas,  y  se  han  perdido  como  varias 
otras  de  sus  producciones.» 

Hallo  esta  cita  en  las  Nuevas  investigaciones  acerca  la  vida  y  obras  de  Cer- 
vantes, de  La  Barrera,  tomo  I,  pág.  cxlviii,  de  la  edición  de  Obras  de  Cervan- 
tes, Madrid,  1863-64. 

535. — Historia  de  Hipólito  y  Aminta,  de  D.  Francisco  de  Quintana.  — 
Madrid,  1627. 

En  4.» 

Se  considera  como  una  imitación'del  Persiles  y  Sigismunda. 

536. — Eustorgio  y  Clorilene,  historia  moscóvica,  por  Enrique  Suarez 
de  Mendoza  y  Figueroa.  —  1629. 

También  es  ésta  ima  como  imitación  del  Persiles  y  Sigismunda. 

537. — La  Galatea  de  Miguel  de  Cervantes  imitada,  compendiada  y  con- 
cluida por  Mr.  Florian,  trad.  por  D.  Casiano  Pellicer.  —  Madrid, 
en  la  imprenta  de  la  viuda  de  Ibarra.  —  MDCCXCVII.  —  Con 
licencia. 

Ed  12.°,  de  152  págs.,  comprendido  el  prólogo. 

Posee  el  Sr.  Bonsoms  una  edición  impresa  en  Madrid,  1814,  12.°,  y  otra,  sin 
prólogo,  de  Barcelona,  librería  de  M.  Saurí  y  C.*,  1830,  8.0  p.,  de  173  págs. 
Es  traducción  fiel  de  Florián. 


320  Imitaciones  de  las  obras  menores  de  Cervantes 

Pellicer,  en  su  erudito  prólogo,  expone  las  razones  que  prueban  ser  Elido 
el  mismo  Cervantes,  y  Calatea  la  que  fué  su  mujer;  dando  además  noticias 
acerca  de  quienes  se  ocultaban  bajo  los  nombres  de  Artemidoro,  Tirsi,  Damon 
y  Daranio. 

538. — Los  Enamorados  ó  Galatea  y  sus  bodas:  Historia  pastoral  co- 
menzada por  Miguel  de  Cervantes  Saavedra.  Abreviada  después,  y 
continuada  y  últimamente  concluida  por  D.  Cándido  María  Tri- 
gueros. —  Con  Licencia.  —  Madrid,  en  la  Imprenta  Real.  — 
MDCCXCVIIL 

Cuatro  tomos  en  8.°  pequeBo. 

En  la  serie  de  prólogos  que  sucesivamente  escribió  el  Sr.  Trigueros  para  las 
diversas  partes  de  su  libro,  da  cuenta  de  lo  que  su  Galatea  es.  Dice  que  ha  se- 
guido el  plan  y  método  de  Florian,  extendiendo  su  fábula,  no  traduciéndola; 
que  la  ha  escrito  toda  en  prosa,  y  dividido  la  obra  en  siete  libros,  y  que  ha  se- 
fialado  carácter  á  personajes  que  no  lo  tenían  en  el  original. 

Mas,  hallando  sin  duda  el  Sr.  Trigueros  que  su  imitación  resultaba  breve, 
zurció  varios  de  los  largos,  pero  bellos,  episodios  de  Cervantes,  que  Florian  ha- 
bía del  todo  suprimido,  y  formó  con  ellos  una  larga  continuación  en  la  cual 
casa  á  todos  los  personajes,  terminándose  la  obra  con  el  casamiento,  en  un 
mismo  acto,  de  diez  parejas. 

€  Este  complemento  y  continuación  —  dice  el  Sr.  Trigueros  en  su  liltimo  pró- 
logo —  es  lo  que  principalmente  puede  darme  algiin  derecho  á  llamar  mía  una 
obra  que  se  ha  construido  con  materiales  ajenos.» 

La  tal  imitación  del  Sr.  Trigueros,  resulta  harto  pesada,  fatigosa  y  empa- 
lagosa. 

539. — La  Derrota  de  los  Pedantes,  de  Moratín.  —  Madrid,  1789. 

En  12.° 

Algunos  trozos  recuerdan  la  batalla  del  Viaje  del  Parnaso. 

540. — Trabajos  de  Narciso  y  Filomela. 

€  Martínez  Colomer  (poeta  valenciano  de  tíltimos  del  siglo  xviii),  que  intentó 
imitar  la  novela  Persiles  y  Sigismunda,  áe.  Cervantes,  en  la  suya  Trabajos  de 
Narciso  y  Filomela,  merece  en  esta  parte  especial  mención.» 

(Leopoldo  A.  de  Cueto,  en  el  Bosquejo  histórico- crítico  de  la  poesía  castella- 
na en  el  siglo  xvni.  —  Tomo  Lili  de  la  Biblioteca  de  Autores  Españoles.) 

Fuster  {Biblioteca  Valenciana)  cita  esta  obra  como  manuscrita,  y  también 
una  tragedia  del  mismo  P.  Martínez  Colomer,  La  Ruperta,  que  á  juzgar  por  su 
titulo,  debía  de  estar  fundada  en  un  episodio  del  Fersiles. 


541. — Le  Lutrin,  par  Níc.  Boileau.  —  1673.  —  París. 

Dice  de  este  poema  el  Sr.  Asensio:  «  debe  las  mejores  escenas  á  trozos  del 
Viaje  del  Parnaso*.  Se  referirá  probablemente  al  episodio  de  la  Batalla  de  los 
libros. 


Imitacioaes  de  las  obras  menores  de  Cervantes  321 

542.— De  doorlugtige  Dientsboden,  door  M.  J.  Y.  —  1714- 
En  8.» 

Imitación  kolandesa  de  La  ilustre  Fregona. 

543. — Histoire  de  Fortunatus  et  Cervantes,  la  Bohemienne  et  lAmant 
liberal.  —  Madrid  1775. 

Cuatro  volúmenes  en  8." 

(Cat.  Scheible  de  1877,  ntím.  75.) 

Supongo  que  la  primera  parte  será  imitación,  y  las  otras  dos  traducciones  de 
Cervantes. 

544.  — Galatée,  |  román  pastoral;  |  imité  |  de  Cervantes  '  par  M.  de  Flo- 
rian,  |  Capitaine  de  Dragons,  et  Gentil-homme  de  |  S.  A.  S.  M^^  le 
Duc  de  Penthievre.  |  (  Marca  dei  impresor. )  I  A  Paris.  |  De  la  Imprimerie 
de  Didot  l'Aíné.  |  M.DCC.LXXXIII. 

En  24  ".  de  198  págs. 

En  esta  portada,  sobre  la  marca  del  impresor,  hay  estos  dos  versos  de  La 
Fontaine: 

On  peut  donner  du  lustre  k  leurs  inventions: 
On  le  peut,  je  l'essaie,  un  plus  savant  le  fasse. 

Anteportada,  en  cuyo  verso  dice:  A  Faris,  chez  de  Bure  l'Ainé,  Libraire. 
—  Frontispicio  dibujado  por  J.  Flouest,  y  grabado  en  cobre  por  J.  B.  Guyard. 
Representa  un  deleitoso  prado,  á  la  derecha  un  peñasco  del  que  mana  una 
fuente,  y  á  su  alrededor  varias  cabras  y  ovejas  paciendo.  AI  pie  hay  esta  leyen- 
da, de  las  Geórgicas,  de  Delille: 

Faunes,  N'mphes,  venez, 
C'est  pour  vous  que  je  chante. 

Portada.  —  Dedicatoria  (dib.  y  grab.  por  Flouest  y  Guyard)  á  S.  A.  S.  la 
Duquesa  de  Chartres.  —  Retrato  de  Cervantes,  dibujado  y  grabado  por  los 
mismos.  Al  pie  estas  palabras  de  Florian  á  Cervantes:  «Corrigió  á  su  siglo  y 
murió  de  miseria».  —  Vida  de  Cervantes,  por  Florian.  —  Discurso  sobre  las 
obras  de  Cervantes.  —  Texto. 

No  solamente  suprimió  Florian  casi  todos  los  episodios  de  la  novela  y  el 
canto  de  Calíope,  sino  que  refundió  el  texto  abreviándolo  y  variándolo  consi- 
derablemente. Redujo  á  tres  libros  los  seis  de  Cervantes,  y  en  cambio,  puso  un 
cuarto  libro,  todo  de  su  cosecha,  que  termina  con  los  desposorios  de  Galatea  y 
Elicio. 

Florian  ya  declara  en  la  portada  que  su  novela  es  una  imitación  de  la  de 
Cervantes;  y  preciso  es  concederle  que  no  le  falta  gracia  y  sabor  pastoril.  Las 
principales  supresiones  son:  los  amores  de  Lauso,  las  pompas  fiinebres  de  Me- 
liso  y  el  canto  de  Calíope,  las  discusiones  metafísicas,  los  juegos  de  acertijos,  el 
episodio  de  Rosaura  y  Crisaldo,  la  historia  de  Leonida,  la  del  pastor  del  Bos- 
que, la  de  Timbrio  conducido  al  patíbulo,  y  otras. 

Está  impresa  con  gusto  esta  linda  primera  edición  de  La   Galatea  de 

Tomo  II  A-I 


332  Imitaciones  de  las  obras  menores  de  Cerrantes 

Florian.  La  adornan  cuatro  graciosas  láminas  dibujadas  por  Flouest  y  grabadas 
en  cobre  por  Guyard. 

La  Calatea  de  Florian  obtuvo  gran  aceptación.  Citaré  las  ediciones  que 
conozco : 

1784.  Bruxelles.  —  En  16. °  (no  sé  si  será  la  2.*  edición). 

1784,  Paris,  Didot  l'ainé,  3°='  éd.  —  En  8.0,  de  171  págs.  Bella  impresión. 

1784,  Genéve.  —  En  18.°,  de  186  págs.  Edición  furtiva,  pésimamente  im- 
presa. 

1785,  Paris,  Didot  l'ainé,  4°"^  éd.  —  En  24.°,  de  198  págs.  Bella  como  la  i.a 

1788,  Paris,  chez  Guillaume,  5°"=  éd.  —  En  24.°,  de  214  págs.  Impresión 
regular. 

1789,  Bruxelles,  Le  Franq. — En  16.0,  de  152  págs.,  con  láminas  de  Flouest. 

1792,  Paris,  Didot  l'ainé,  Quatriéme  édition.  —  En  24.°,  de  192  págs.  Edi- 
ción apócrifa.  Hay  al  frente  el  retrato  de  Florian. 

1793,  Paris,  Defer  de  Maisonneuve.  Edition  ornee  de  Figures  en  couleur 
d'aprés  les  dessins  de  M.  Monsiau.  —  En  4.°  mayor,  de  125  págs  Lujosísima 
edición  con  primorosas  láminas  iluminadas. 

An  VII  (1799),  Paris,  Guillaume.  —  En  18.0,  de  179  págs. 

1802,  Paris.  —  En  i8.° 

1805,  Paris,  á  la  Librairie  Economique.  —  En  18.0,  de  138  págs.  Bella  edi- 
ción adornada  con  cuatro  nuevas  láminas  y  un  frontispicio,  en  substitución  de 
las  antiguas. 

1808,  Paris.  —  En  18." 

1823,  Paris,  Briand.  —  En  8.",  con  estampas. 

1828-29,  Pest,  Hartleben.  —  En  16.°  Tomo  VI  de  las  (Euvres  choisies  de 
Flortan. 

TRADUCCIONES 

1787,  Berlin,  Maurer.  Traducción  al  alemán  por  Mylius.  —  En  8.°,  de 
XLII-151  páginas.  Precede  el  trabajo  sobre  la  vida  y  escritos  de  Cervantes,  por 
Florian,  con  notas  del  traductor. 

1791,  Dublin,  translated  by  an  Officer.  —  En  8." 

1799,  Basel  —  En  i6.°.  Texto  francés  y  traducción  alemana  (Dorer). 

1799,  Basilea.  —  En  12.0  Traducción  italiana  de  L.  Secreti. 

1804,  London.  —  En  8  °  Traducida  al  inglés  por  Miss  H.  Highley. 

?,  London.  —  Traducción  inglesa  de  Mr.  Robinson. 

1813,  London.  —  En  12.°  Traducida  por  W.  Marshall  Craig. 

1819,  Lisboa.  —  En  8."  Traducción  portuguesa  por  M.  de  Barbosa  du 
Bocage. 

1824,  Wien,  Wallishauser.  —  En  12.°  m.  Traducciones  alemana  y  griega. 
1830,  Zwickau.  —  Traducción  por  Sigismund. 

1832,  Milano,  Truffi.  Tradotta  de  Lorenzo  Ercolani.  —  En  18.°,  de  120  pá- 
ginas. Lleva  una  laminita  de  Antonio  Lanzani,  que  representa  á  Galatea  acari- 
ciando al  fiel  perro  de  Elicio,  y  hablándole  asi: 

Con  me  cañe  diletto  ne  verrai 
E  tu  quel  tempo  che  passó  beato 
Sempre  nel  mió  pensier  ricorderai. 

1840,  Paris.  —  En  i6.°  Traducción  portuguesa  por  José  da  Fonseca,  con 
hermosas  láminas  anónimas. 

He  descrito  ya  en  la  sección  española  los  dos  arreglos  de  La  Calatea,  he- 
chos por  Trigueros  y  C.  Pellicer. 

£1  lector  que  desee  conocer  los  más  recientes  juicios  acerca  de  La  Calatea 


Imitaciones  de  las  obras  menores  de  Cervantes  3C3 

de  Florian,  y  ver  corroborados  y  amplificados  los  que  emití  al  describir  su  tra- 
ducción del  Don  Quijote,  consultará  con  fructuoso  resultado  la  siguiente  obra : 
^Florian.  Sa  vie,  ses  (euvres,  sa  correspondance,  par  Albin  de  Montvaillant.  — 
París,  Dentu,  1879,  in-8.°» 

Don  Eustaquio  Fernández  Navarrete  (Bosquejo  sobre  la  novela  española, 
tomo  XXXni  de  la  Bibl.  de  A.  A.  esp.,  1854),  juzga  de  esta  manera  la  imitación 
de  Florian : 

fFlorian,  que  escribía  para  un  pueblo  aficionado,  en  las  obras  de  ingenio,  á 
una  sencillez  que  degenera  en  sequedad,  suprimió  en  su  Calatea  multitud  de 
episodios,  algunos  que  merecían  más  atención,  y  otros  que  el  gusto  actual  halla 
bien  suprimidos  Con  esto  hizo  una  obrita  agradable,  si  bien  desnaturalizando 
la  novela  original,  sobre  la  cual  algunos  críticos  superficiales  llegaron  á  darle 
ventaja.  > 

En  el  mismo  Bosquejo  cita  D.  Eustaquio  este  exagerado  juicio  de  un  autor 
español  que  no  nombra: 

<La  obra  de  Florian  es  una  excelente  y  acabada  juntura  de  abanico,  sin 
magnificencia,  aunque  con  una  extrema  exactitud ;  y  la  de  Cervantes  uno  de  los 
grandes  cuadros  de  composición  de  Murillo,  donde  colorido,  variedad,  caracte- 
res, expresión,  el  por  mayor  y  el  por  menor,  todo  es  grandioso,,  todo  significa- 
tivo, todo  admirable.  En  Florian  se  ve  más  el  arte  y  el  estudio,  y  el  artífice.» 

545. — Hoffmann  (Ern.  Théod.  W.)  —  Fantaisies  á  la  maniere  de  Cal- 
lot.  —  Trad.  de  l'allemand,  par  Henri  de  Curzon.  —  Paris,  Hachette 
et  0=.  —  1891. 

En  16.° 

La  obra  original  vio  la  luz  en  Alemania  el  año  de  18 14. 

€Les  amateurs  du  merveilleux,  —  dice  el  prospecto,  —  apreciarán  Lt  Mag- 
nétiseur,  este  cuento  escrito  bajo  la  influencia  de  descubrimientos  nuevos  que 
habían  entusiasmado  á  Hoffmann;  y  Las  últimas  vicisitudes  del  perro  Berganza, 
en  el  cual  dos  escenas,  la  del  callejón  y  la  de  la  cabalgata  en  el  vestíbulo,  ha- 
brían sido  dignas  del  lápiz  de  Callot.» 

Como  justamente  lo  observa  el  Sr.  Menéndez  y  Pelayo,  este  cuento  debe  de 
ser  una  imitación  del  Coloquio  de  los  Perros. 

546. — Notre-Dame  de  Paris,  par  Víctor  Hugo.  —  París,  1831. 

En  8° 

Reconocido  está  por  los  críticos  extranjeros  que  el  tipo  de  la  protagonista, 
Esmeralda,  está  inspirado  en  el  de  Preciosa,  de  Cervantes. 

Un  compatriota  de  Víctor  Hugo  ha  escrito  un  paralelo  entre  la  protagonista 
de  su  novela  y  La  Jitantlla  de  Cervantes.  De  él  extracto  este  párrafo: 

«No  puedo  menos  de  preferir  la  jitantlla  de  Cervantes  con  su  animado  mo- 
vimiento y  su  viveza  andaluza,  á  la  Esmeralda  de  Víctor  Hugo,  á  pesar  del  en- 
canto poético  de  ésta,  á  pesar  de  la  popularidad  que  el  concurso  de  las  artes  le 
ha  granjeado.  Porque,  no  hemos  de  apartarnos  de  las  leyes  del  género.  Aquí 
no  se  trata  de  la  fantasía  lírica  que  dicta  las  estrofas  de  una  Oriéntale;  se  trata 
sólo  de  un  personaje  de  novela.  En  este  terreno,  pues,  ¿cómo  queréis  que  mi 
razón  crea  en  este  dibujo  aéreo,  fantástico,  con  que  se  pinta  á  Esmeralda?  El 
arte  de  Cervantes  me  parece  más  profundo.  Su  sobriedad  de  pincel,  prenda  de 


324  Imitaciones  de  las  obras  menores  de  Cervantes 

todos  los  grandes  clásicos,  deja  á  la  imaginación  el  cuidado  de  completar  la 
idea  que  quiere  dar  de  la  gracia  de  Preciosa.  Victor  Hugo  agota  los  detalles  sin 
obtener  por  esto  más  efecto.  'Lz.  Jiíanilla  de  Cervantes  está  en  el  justo  medio 
de  lo  real  v  de  lo  ideal,  lo  cual  es  el  verdadero  objeto  del  artista,  sea  pintor  ó 
novelista.  Esta  encantadora  figura,  me  persuade  y  me  admira.  La  Esmeralda  de 
Victor  Hugo  pertenece  á  esais  indeterminadas  figuras  de  las  baladas  alemanas. 
A  pesar  de  tantos  esfuerzos,  prodigados  por  Victor  Hugo,  para  hacerme  admi- 
rar su  Esmeralda,  no  puedo  lograr  ni  que  me  admire  ni  que  me  interese.» 

547. — Lóben  (Otto  Heinrich  Grafv.).  —  Die  Irrsale  Klotars  und  der 
Gráfin  Sigismunda.  2  Auflage.  Ronneburg.  Weber.  1831  (1822). 

(Los  extravíos  de  Clotario  y  de  la  condesa  Sigismunda,  por  O.  H.,  conde  de 
Lóben.  2.»  edición.  Ronneburg,  etc.) 

La  cita  Dorer,  Cerv.  Lil.,  pág.  28. 

648. — The  Spanish  Student,  by  H.  W.  Longfellow.  1842. 

El  célebre  poeta  norteamericano,  en  el  prólogo  de  esta  obra  dramática,  dice 
que  debe  í« /ar/¿  su  asunto  á  la  novela  de  Cervantes  Zayi/aw/V/a;  pero  Mis- 
ter  Edgar  Alian  Poe,  en  su  obra  Autography  Criticisms,  Edinburgh,  1875,  vo- 
lumen IV,  hace  una  completa  análisis  de  la  comedia  de  Longfellow,  y  le  prueba 
que,  no  una  parte,  sino  todo  el  fondo  del  cuadro  lo  ha  tomado  de  Cervantes. 
Añade  Poe,  que  esta  obra  debiera  titularse:  Poema  dramático,  más  bien  que 
Drama;  y  que  «cualquiera  que  su  mérito  pueda  ser  desde  el  punto  de  vista  me- 
ramente poético,  The  Spanish  Student  no  podría  tolerarse  en  las  tablas.» 

549. — Preciosa,  das  Zigeunermádchen,  oder:  Kindesraub  und  Mutter- 
liebe,  Volks-Roman  von  A.  Sóndermann.  Berlín.  Verlag  von  W. 
Grosse. 

En  8.°,  de  1440  págs. 

El  argumento  es  diferente,  pero  el  pensamiento  está  tomado  de  la  novela  de 
Cervantes. 

550. — Preciosa,  das  spanische  Zigeunermádchen,  oder:  Bleibe  fromm 
und  halte  dich  recht,  denn  solchen  wird  es  suletzt  wohl  gehen.  Neu 
erzáhlt  für  die  deutsche  Jugend,  von  W.  Bitzius.  (Reutlinger 
Volksbücher.)  3  Aufl.  O.  J. 

Dorer,  Cerv.  Lit. 


VI 
FARSAS,  MASCARADAS,  Y  PIEZAS  DRAMÁTICAS 

Y  LÍRICAS,   INSPIRADAS   POR  LAS   OBRAS   Ó   LA   VIDA   DE   CERVANTES 


551. — Notas  á  las  Nuevas  investigaciones...  por  D.  C.  A.  de  la  Barre- 
ra, pág.  CXX  [245]. 

En  las  fiestas  que  á  la  beatificación  de  Santa  Teresa  celebró  la  imperial  ciu- 
dad de  Zaragoza,  por  Octubre  del  año  de  16 14,  y  cuya  relación  ó  Retrato  escri- 
bió y  publicó  Luis  Diez  de  Aux  (Zaragoza,  1615),  salió,  entre  otras,  una  mas- 
carada de  estudiantes,  que  el  expresado  relator  de  los  festejos  describe  en  estos 
términos:  «Venia  Don  Quijote  de  la  Mancha  con  un  traje  gracioso,  arrogante  y 

>  picaro,  puntualmente  de  la  manera  que  en  su  libro  se  pinta...  Le  acompañaba 

>  su  criado  Sancho  Panza...  con  un  justillo  de  pieles...;  fingiendo  ser  cazadores 
s  de  demonios,  que  traían  allí  enjaulados,...  y  una  información  (abono  de  su 
»  justicia)  que  en  razón  del  premio  nos  presentaron  en  unos  versos  del  tenor  si- 

>  guiente: 

>  La  verdadera  y  secunda  parte  del  ingenioso 

3  don  Quixote  de  la  Mancha, 

í  compuesta  por  el  licenciado  Aquateles^ 

»  natural  de  cómo  se  dice,  véndese  en  donde  y  á  do, 

>  Año  de  16 14  í 

«Inserta  seguidamente  los  versos;  entre  ellos,  el  informe  de  Don  Quijote,  en 
siete  redondillas,  que  empiezan: 

Soy  el  fuerte  don  Quixo- 
Más  que  el  bravo  Paladt-, 
Llevado  por  su  Roci- 
Y  traído  por  el  tro- 

«Es  indudable  que  en  ese  epigrafe  se  alude  al  Don  Quijote  de  Avellaneda, 
que  por  aquellos  días  estaba  ya  á  punto  de  salir  á  luz.  Está  muy  lejos  de  ser 
critica  la  alusión,  y  pudiera  sospecharse  si  el  autor  de  los  versos  sería  tal  vez  el 
mismo  supuesto  Avellaneda  (el  licenciado  Aquesteles),  El  es  aqueste  i>. 

552. — Los  desposorios  de  Don  Quijote  de  la  Mancha  y  Doña  Dulcinea. 

D.  B.  J.  Gallardo  en  el  numero  2  de  El  Criticón,  cita  una  justa  literaria  que 
tuvo  lugar  en  Córdoba  el  año  1615  para  solemnizar,  entre  otros  festejos,  la  bea- 
tificación de  Santa  Teresa  de  Jesús,  y  dice  que  de  ella  se  imprimió  una  Rela- 
ción. Afiade,  que  uno  de  los  jueces  del  certamen  fué  D.  Luis  de  Góngora  y  que 
hubo  una  máscara  que  figuraba  los  desposorios  de  Don  Quijote  y  Dulcinea. 

«|Tan  popular  era  ya  entonces  el  Quijote!»,  observa  Gallardo. 


326  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  Úricas 


553. — Relación  de  las  fiestas  que  la  Cofradía  de  Sacerdotes  de  San  Pe- 
dro Advíncula  celebró  en  su  Iglesia  de  Sevilla  á  la  Purísima  Con- 
cepción de  María.  Año  i6i6. 

Hubo  una  justa  literaria  en  honor  del  misterio  de  la  Inmaculada  Concepción 
de  María,  en  la  cual  obtuvo  premio  el  P.  fray  Bernardo  de  Contreras,  religioso 
de  San  Basilio,  por  varias  poesías,  entre  las  que  descuella  el  siguiente 

SONETO 

Ensilla,  Sancho  amigo,  á  Rocinante; 
Dams  la  lanza  y  yelmo  de  Mambrino; 
Acomoda  ¡a  alforja  en  el  pollino, 

Y  el  bálsamo  precioso  pon  delante. 
Pues  Dios  me  hizo  caballero  andante. 

Hoy  desfacer  un  tuerto  determino, 

Que  face  á  una  doncella  un  malandrino,  '• 

Jayán  desaforado  y  cruel  gigante. 

Dice  que  fué  su  esclava  esta  doncella, 

Y  miente;  pues  sé  yo  que  cuando  él  dice, 
Ella  deshizo  á  coces  su  cabeza. 

A  mí  me  toca,  Sancho,  el  defendella, 
Pues  soy  su  caballero,  y  voto  hice 
De  defender  su  virginal  pureza. 

Subió  con  ligereza, 

Y  tomando  su  yelmo,  escudo  y  lanza, 
Le  siguió  su  escudero  Sancho  Panza. 

<Noticia  tomada  de  un  artículo  de  D.  Juan  P.  de  Guzmán,  en  el  diario  La 
Tertulia,  Madrid,  23  de  Abril  de  18/2:  y  de  otro  del  Sr.  Asensio  Crónica  de  los 
Cervantistas,  Febrero  de  1872.) 

Véase  como  ya  en  16 16,  apenas  un  año  después  de  haber  aparecido  la  se- 
gunda parte  de  la  admirable  novela,  eran  conocidos  y  celebrados  los  tipos  de 
Don  Quijote  y  Sancho  Panza,  y  populares  las  obras  del  ingenio  sin  igual;  puesto 
que  el  Soneto  que  he  transcrito  está  cortado  sobre  el  patrón  del  que  compuso  al 
tiímulo  de  Felipe  II.  Y  si  esta  justa  literaria  se  hubiese  celebrado  antes  del  23 
de  Abril  de  16 16,  y  llegado  á  noticia  de  Cervantes,  habría  entonces  gozado  la 
dicha  de  ver  en  vida  popularizadas  sus  creaciones. 

554. — Máscara  quijotesca. 

En  el  Apéndice  E  de  las  incomparables  siete  cartas  droaptanas  (1861  á  1868), 
se  da  cuenta  de  una  máscara  quijotesca  que  tuvo  lugar  en  Sevilla  el  jueves  26 
de  Enero  de  161 7,  con  motivo  del  estatuto  publicado  por  el  Rector  del  Colegio 
de  Santa  María  de  Jestís,  en  la  Universidad  de  Sevilla,  para  que  todos  los  gra- 
duandos jurasen  defender  la  Concepción  sin  mancha  de  María.  Después  de  rese- 
ñar las  seis  cuadrillas  que  componían  la  máscara  dicerc...  seguían  los  aventureros 
comenzando  por  el  que  fué  prez  de  la  caballería  andante.  El  famoso  Don  Quijote 
iba  en  su  perfectísimo  Rocinante  vestido  de  unas  muy  viejas,  mohosas  y  desba- 
ratadas armas...  Llevaba  en  la  mano  derecha  un  mohoso  chuzo,  y  en  la  izquier- 
da, por  rodela,  un  viejo  tapador  de  tinaja,  en  él  esta  letra: 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  Cervantes  '^2J 

Soy  Don  Quijote  el  Mancbego. 
Que  aunque  nacido  en  la  Mancha, 
Oy  defiendo  á  la  sm  mancha. 

Tras  del  iba  su  escudero  Sancho,  rellanado  en  un  rucio  y  flaco  polli- 
no... eto 

I 

i     555. — Relación  de  la  fiesta  que  la  insigne  universidad  de  Baeza  celebró 

á  la  Inmaculada  Concepción   de  la  Virgen  N."  S.'^...  Dispuesta  por 

el  Maestro  D.   Antonio  Calderón...   Año  1618...  por  Pedro   de  la 

Cuesta. 

I  Según  la  reseña  que  de  esta  fiesta  hace  en  el  Apéndice  E  de  las  citadas 

<Siete  cartas  droapianast ,  «toda  la  máscara  era  andantesca»,...  «eran  los  penúl- 

t  timos  el  muy  esforzado  Don  Quijote  de  la  Mancha,  quinta  esencia  de  aventure- 

ros y  gloria  del  Toboso,  y  el  conde  Galalon...»  El  «gran  desfacedor  de  tuertos> 
llevaba  dos  motes  alusivos  á  María. 

556. — Relación  de  las  fiestas  que  la  universidad  de  Salamanca  celebró... 
al  juramento  del  nuevo  estatuto...  de  que  todos  los  graduandos 
defenderán  la  pura  y  limpia  Concepción  de  la  Virgen...  En  Sala- 
manca... año  de  1618. 

También  el  mencionado  Apéndice  E  de  las  cartas  droaptanas  da  cuenta  de 
la  máscara  ideada  para  estas  fiestas  por  cien  estudiantes,  que  debían  acompañar 
á  Don  Quijote  tque  iba  en  su  rocín  muy  flaco*,  con  un  mote  alegórico  que  des- 
cifra de  esta  manera  D.  N.  D.  de  Benjumea:  «Aquí  se  deja  entender  la  victoria 
del  bien  sobre  el  mal,  porque  Don  Quijote  oprime  y  lleva  debajo  de  sí  la  estam- 
pa del  diablo,  autor  de  toda  desventura  >. 

557. — Mogiganga  que  salió  en  Burgos  el  i.°  de  Julio  de  1736  en  las 
fiestas  de  Santa  Tecla.  —  Figuraron  en  ella  Don  Quijote  y  Sancho 
Pancha,  como  se  describe  en  un  libro  titulado:  Epítome  de  la... 
vida  y  milagros  de  Santa  Tecla,  y  fiestas  que  se  verificaron...  Bur- 
gos... 1737.  — F.° 

Da  cuenta  de  este  libro  y  de  estas  fiestas  D.  B.  Hernández  Sanahuja,  en 
carta  á  D.  Mariano  Pardo  de  Figueroa,  fechada  en  Tarragona  el  19  de  Diciem- 
bre de  1868,  que  forma  el  Apéndice  BB  de  la  Octava  carta  droapiana. 

558. — Máscara  del  Quijote  en  1740,  en  Medina-Sidonia. 

Don  Mariano  Pardo  de  Figueroa,  en  sus  celebradísimas  Cartas  droapianas 
(Apéndice  E  á  la  tercera  carta,  año  1864),  da  cuenta  de  un  cuaderno  manuscrito 
y  anónimo,  del  cual  copiaré  lo  más  interesante  que  hay  acerca  de  una  masca- 
rada del  Quijote:  «En  el  año  pasado  de  1740,  vino  á  esta  ciudad  de  Medina- 


J28  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas 

Sidonia  el  Sr.  Duque  D.  Pedro  Alfonso  Pérez  de  Guzmán  el  Bueno  y  Pacheco, 
décimo  cuarto  duque  de  Medina...  Aparte  de  otras  fiestas...  y  recibimiento... 
hubo  una  que  fué  muy  nueva  y  de  extraña  clase...  Esta  fiesta  fué  hacer  á  lo  vivo 
las  locuras  que  hacía  el  famoso  caballero  Don  Quijote  de  la  Mancha,  y  para  ello 
un  truchimán,  muy  agudo,  hizo  como  si  él  mismo  fuera  Don  Quijote,  y  otro 
muy  propiamente  á  Sancho  Panza...  Recorrieron  todas  las  calles  de  la  ciudad...; 
fueron  hasta  la  plazuela  del  palacio  de  su  excelencia,  que  salió  al  balcón  y  se 
holgó  mucho  de  presenciar  al  vivo  la  locura  de  la  pelea  de  Don  Quijote  con  los 
molinos  de  viento,  para  lo  cual  habíanse  figurado  allí  mismo  con  mucho  artifi- 
cio dos  molinos  con  grandes  aspas,  á  las  cuales  le  dieron  impulso  oportuna- 
mente y  cuando  Don  Quijote  le  dio  la  lanzada,  cayó  de  su  caballo  y  acudió  el 
escudero  con  grandes  voces.  Luego  se  hizo  la  aventura  de  los  galeotes,  para  lo 
cual  estaba  conforme  el  corregidor,  que  quiso  poner  en  libertad  á  algunos  que 
estaban  presos  por  delitos  chicos,  á  fin  de  celebrar  con  esta  clemencia  la  venida 
del  Sr.  duque...  Luego  apedrearon  á  Don  Quijote  con  unos  pedazos  de  cor- 
cho..  En  fin,  todo  fué  al  vivo  y  tomado  del  libro.  Y  me  olvidaba  apuntar  que 
antes  se  hizo  la  ceremonia  de  armar  caballero  al  Don  Quijote...;  y  como  el  fin- 
gido Don  Quijote  era  un  chusco,  hacía  y  decia  tales  cosas,  que  el  duque  y  todo 
el  pueblo  no  paraba  de  reir...  Luego  salió  toda  la  comparsa  con  música  y  cu- 
riosos y  recorrió  la  población  hasta  que  entró  la  noche». 

Y  hállase  comprobado  —  añade  el  Sr.  Pardo  de  Figueroa  —  que  hubo  más- 
cara del  Quijote  por  la  cuenta  oficial  de  lo  gastado  en  los  trajes  y  arreos  de 
Don  Quijote,  Sancho  y  demás,  según  consta  en  un  documepto  fehaciente  que 
existe  en  el  archivo  municipal  de  Medina. 

559. — Máscara  quijotesca  en  Barcelona,  el  año  1759. 

Se  describe  en  el  siguiente  libro:  Relación  obsequiosa  de  los  seis  primeros 
días,  en  que  logró  la  Manar  chía  española  su  más  Augusto  Principio...  y  constitu- 
yéndose Barcelona  un  Paraíso  con  el  arribo,  desembarco  y  residencia, i¡ue  hicieron 
en  ella  desde  los  días  17  di  21  de  Octubre  de  17 sg,  Las  Reales  Majestades  dei 
Rey  Nuestro  Señor  Don  Carlos  III  y  de  la  Rey  na  Nuestra  Señora  Doña  Ma- 
ría Amalia  de  Saxonia,  con  sus  altezas  el  Príncipe  Real  y  demás  Soberana  Fa- 
milia: Escrita  de  orden  del  muy  Ilustre  Ayuntamiento...  En  Barcelona. 

4.°  de  220  pág.;  seguidas  de  otras  30  que  contienen  el  sermón  que  pronun- 
ció en  ia  Catedral  el  P.  Crospis. 

Formaron  estas  suntuosas  fiestas  una  serie  de  ingeniosas  alegorías  y  esplén- 
didas cabalgatas,  que  bajo  el  nombre  de  Festejo  alegórico  y  Real  Máscara^  eje- 
cutaron con  gran  aparato  y  propiedad  los  Colegios  y  gremios  de  la  capital. 

En  la  pág.  195  empieza  la  descripción  de  Saturno  y  Opis;  y  entremezclados 
con  el  acompañamiento,  hacen  improvisa  muestra  de  sus  personas  Don  Quijote 
y  Sancho,  entablando  un  animado  diálogo  en  el  que  se  auguran  las  felicidades 
de  la  dichosa  edad  de  oro,  con  el  feliz  reinado  de  Carlos  UL  Reaparecen  amo 
y  mozo  luego  más  tarde,  al  cerrarse  la  comitiva  con  el  templo  de  Neptuno,  con- 
tinuando sus  recíprocas  alusiones  de  las  aventuras  pasadas,  y  su  aplicación  á  los 
festejos  que  en  honra  y  prez  del  monarca  español  se  celebraban.  La  narración 
de  este  episodio  en  que  el  héroe  manchego  y  su  escudero  toman  parte  en  las 
populares  fiestas,  es  interesante. 

560.— Comparsa  del  Quijote,  en  Madrid,  año  1861. 

En  el  Apéndice  E  de  las  nombradas  Cartas  droapianas,  hay  la  siguiente  no- 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vid?  de  Cervantes  329 

ticia:  fEn  el  año  de  1861  dieron  en  Madrid  los  duques  de  Medina-Celi  un  baile 
de  trajes,  que  quizá  y  sin  quizá,  ha  sido  una  de  les  fiestas  más  espléndidas  y  de 
más  lujo  y  fausto  que  se  han  visto  en  nuestra  época».  cPresentóse  en  ella  una 
»  comparsa  del  Quijote,  de  la  cual  formaban  parte,  además  del  Hidalgo  y  su 

>  Escudero,  Dorotea,  Marcela,  Lucinda  y  otros  personajes  de  la  gran  novela». 
Los  periódicos  que  describieron  la  fiesta  declan:  «lo  que  más  animó  el  sarao  y 
»  excitó  poderosamente  la  curiosidad,  cautivando  el  aplauso  de  todos,  fué  el 

>  felicísimo  pensamiento  de  la  comparsa  del  Qutjote,  realizado  con  notable  in- 

>  teligencia.» 


561. — La  guarda  cuidadosa,  comedia  del  divino  Miguel  Sánchez.  (Flor 
de  las  comedias  de  España  de  diferentes  autores;  recopiladas  por 
Francisco  de  Avila.  Quinta  parte.  —  Madrid.  —  Alcalá,  16 1¿.) 

En  4." 

La  reimprimió  Ochoa  en  su  Tesoro  del  teatro  español  y  Mesonero  Romanos 
en  el  t.  XLV  de  la  B.'^"  de  A.  A.  españoles. 

El  protagonista  de  esta  bella  comedia,  en  la  que,  —  como  dice  muy  bien 
Lista,  —  «se  respira  en  toda  ella  una  atmósfera  campestre,  que  hace  mas  vivas 
y  animadas  las  escenas  de  amor  y  celos  que  se  describen  »,  es  un  romántico 
galán  que  para  vigilar  á  su  amada,  impulsado  por  infundados  celos,  toma  el 
hábito  y  el  oficio  de  guarda-monte,  y  es  á  la  vez  guarda  cuidadosa  de  su  dama 
y  de  su  monte.  Nada  tienen  que  ver  el  argumento  ni  la  acción  de  esta  comedia 
con  el  entremés  del  mismo  nombre  de  Cervantes,  pero  la  semejanza  de  idea  en 
el  móvil  del  héroe  y  la  igualdad  del  titulo  pueden  no  ser  casuales.  Es  de  adver- 
tir que  Sánchez  era  ya  conocido  como  poeta  dramático  en  1603,  y  podría  ser 
de  esta  época  su  pieza. 

562. — El  mercader  amante.  Comedia  famosa  compuesta  por  el  famoso 
poeta  Gaspar  Aguilar.  Norte  de  la  poesía  española,  ilustrado  del  sol 
de  doce  cotnedias,  que  forman  segunda  parte,  de  laureados  poetas 
valencianos...  —  Valencia,  1616. 

Dos  distintas  damas  se  quieren  casar  con  el  rico  mercader  Belisario,  quien 
para  probar  si  siendo  pobre  le  querrán,  flngese  arruinado.  La  traza  surte  su 
efecto.  La  que  sólo  quería  su  dinero,  Lidora,  le  desdeña;  y  la  que  verdadera- 
mente le  amaba,  Labinia,  quiérele  más  ahora  pobre,  y  se  casa  con  él.  —  Aun 
cuando  en  el  pensamiento  de  \^ prueba  haya  una  remota  analogía  con  el  de  la 
novela  de  Cervantes  El  curioso  impertinente,  el  argumento  es  muy  distinto  y  el 
desenlace  diametralmente  opuesto.  Por  esto  sorprende  que  diga  Pellicer  que 
«  su  argumento  coincide  con  el  de  la  novela  del  Curioso  impertinente  ». 

Cervantes  citó  esta  comedia  de  Aguilar  como  una  de  las  pocas  que  guarda- 
ban los  preceptos  del  arte,  en  el  cap.  XLVIII,  P.  i.^  del  Quijote,  lo  cual  prueba 
que  fué  escrita  antes  del  afio  1605;  pero  como  es  indudable  que  su  novela  del 
Curioso  impertinente  la  tenía  Cervantes  compuesta  mucho  antes  de  esta  fecha, 
pudo  muy  bien  Aguilar  tomar  A  pensamiento  para  componer  con  él  una  comedia, 
inventando  una  nueva  acción.  En  este  caso  podráse  decir  que  bien  se  aprove- 
chó de  la  opinión  del  cura  al  acabarse  de  leer  la  novela  en  la  venta  (Q.  p.  1.*, 

Tomo  11  4- 


330  Farsas,  malcaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas 

c.  XXXVI) :  €  Si  este  caso  se  pusiera  entre  un  galán  y  una  dama,  pudiérase 
llevar...  » 

563. —  Entremés  famoso  de  los  invencibles  hechos  de  Don  Quixote  de 
la  Mancha,  compuesto  por  Francisco  de  Avila,  natural   de  Madrid. 

Hállase  en  la  Octava  parte  de  las  Comedias  de  Lope  de  Vega  (Barcelo- 
na, 1617,  4-°)- 

La  acción  se  reduce  á  la  contenida  en  el  cap.  III,  P.  i."  del  Quijote,  t  Don- 
de se  cuenta  la  graciosa  manera  que  tuvo  Don  Quijote  en  armarse  caballero  ». 

Se  reimprimió  en  varias  colecciones  de  entremeses  del  siglo  xvii. 

564. — Pedro  de  Urdemalas. 

La  puso  Lope  de  Vega  en  la  lista  Segunda  que  publicó  en  la  reimpresión 
del  Peregrino  en  su  patria^  Madrid,  año  1618.  Según  Barrera,  existe  impresa 
suelta,  sin  año,  unas  veces  atribuida  á  Montalbán  y  otras  con  el  propio  nombre 
de  Lope  de  Vega,  y  opina  que  una  refundición  de  éstas  es  la  que  apareció  á 
fines  del  siglo  xvii  prohijada  á  Cañizares. 

No  conozco  más  que  la  siguiente,  que  poseo:  Pedro  de  Ur dimalas ^  De  un 
ingenio  de  esta  Corte.  Madrid,  imprenta  de  Antonio  Sanz,  año  de  1750.  Impre- 
sa suelta  en  4.0  El  argumento  es  como  sigue:  Osorio,  que  había  dado  palabra 
de  casamiento  á  Lucrecia,  enamora  á  otra  dama  llamada  Laura.  Lucrecia  to- 
mando varios  disfraces  de  hombre.  Ora  de  mozo  de  mesón,  ora  de  caballero, 
ora  de  gitano,  y  ora  de  soldado,  se  da  tanta  mafia  y  ordena  tan  ingeniosos  en- 
redos y  trazas  que  logra  atraer  á  Osorio  á  su  primitivo  amor  y  hacerle  cumplir 
gustoso  su  palabra,  casándose  con  ella.  Por  tales  ardides  se  aplica  la  protago- 
nista el  nombre  de  Pedro  de  Urdemalas. 

565. — La  ilustre  fregona. 

Comedia  de  Vicente  Esquerdo,  representada  en  i.°  de  Julio  de  1619.  No 
llegó  á  imprimirse.  (Fuster,  cit.  por  Barrera:  Cat.°  teatro  español.) 

566. — Don  Quixote  de  la  Mancha.  —  El  Curioso  impertinente. 

(Parte  primera  de  las  comedias  de  den  Guillen  de  Castro.  —  Valencia,  por 
Felipe  Mey,  1621,  4?) 

Da  noticia  de  estas  dos  comedias  D.  Ramón  de  Mesonero  Romanos  en  el 
t.  43  de  la  B'^'^  de  A.  A.  españoles  con  las  siguientes  palabras,  después  de  citar 
un  pasaje  en  la  2.'  en  que  Guillen  defiende  las  comedias  de  su  tiempo,  ponien- 
do en  las  nubes  á  Lope:  «  No  dijo  mas  ni  mejor  sobre  este  asunto  el  famoso 
Lope  en  su  Arte.  La  comedia  tiene  el  mismo  argumento  de  la  novela  de  Cer- 
vantes, y  la  otra,  que  lleva  el  titulo  de  Don  Quijote,  es  el  episodio  de  los  amo- 
res de  Luscinda  y  Cardenio,  Dorotea  y  el  Marqués.  El  carácter  y  las  palabras 
de  Don  Quijote  están  bastante  bien  conservados.  » 

Parece  que  estas  dos  comedias  ya  se  imprimieron  en  Valencia  el  año 
de  1618,  y  está  casi  averiguado  que  las  compuso  Castro,  muy  poco  después  de 
la  aparición  de  la  inmortal  obra  de  Cervantes. 


inspiradas  por  las  obras  6  la  vida  de  Cervantes  331 

Acerca  de  £1  Curioso  impertinente,  dice  Clemencln  (t.  II,  p.  40):  c  Don  Gui- 
llen de  Castro  hizo  comedia  de  la  novela  del  Curioso  impertinente  con  este 
mismo  titulo,  pero  mudando  el  desenlace  para  que  parara  (según  costumbre)  en 
casamiento.  En  ella  insertó  frecuentemente  no  solo  las  cosas,  sino  también  los 
pensamientos  y  aun  las  palabras  de  su  original  Sirva  de  muestra  el  billete  que 
en  el  acto  2.°  Camila  escribe  á  Anselmo:  Yo  me  hallo...  d  vos  toca.  Está  tomado 
literalmente  de  la  novela.  » 

567. — La  fuerza  de  la  sangre. 

(Parte  segunda  de  las  comedias  de  Don  Guillen  de  Castro.  —  Año  1625.  — 
Valencia...  4.0) 

Tomado  su  argumento  de  la  novela  de  Cervantes. 

568. — El  semejante  á  sí  mismo.  —  La  cueva  de  Salamanca. 

{Parte  primera  de  las  comedias  de  Don  Juan  Ruiz  de  Alarcon  y  Mendoza. 
—  En  Madrid,  por  Juan  González.  —  Año  MDC  XXVIII;  4.») 

El  pensamiento  de  la  primera  comedia  está  tomado  de  la  novela  de  Cer- 
vantes El  curioso  impertinente,  sólo  que  en  aquélla  es  un  amante  quien  prueba 
la  fidelidad  de  su  amada,  para  ver  si  es  digna  de  ser  esposn  suya.  D.  Luiz  Fer- 
nández Guerra  conjetura  que  Alarcón  hubo  de  bosquejar  esta  comedia  durante 
la  travesía  de  Cádiz  á  Veracruz,  en  1608.  Hartzenbusch  opina  que  debió  de 
escribirse  después  de  161 1,  pero  antes  del  año  1616. 

Forma  el  núcleo  de  La  cueva  de  Salamanca  la  conseja  popular  de  que  en  la 
famosa  cueva  de  dicha  ciudad  ejercitaba  sus  artes  el  diablo,  y  esto  sirve  al  gran 
dramaturgo  para  censurar  las  creencias  en  las  artes  de  la  magia,  y  para  presen- 
tar unos  cuadros  de  la  vida  estudiantil,  pero  sin  que  se  asemeje  en  nada  al  li- 
gero entremés  del  mismo  titulo  que  escribió  Cervantes. 

569- — El  agravio  satisfecho. 

Comedia  de  D.  Alonso  de  Castillo  Solórzano,  al  fin  del  libro  titulado: 
Huerta  de  Valencia,  prosas  y  versos  en  las  Academias  della\  Valencia,  afio 
de  1629,  8.° 

«  En  ella  —  dice  Barrera  —  copió  el  autor,  hasta  cierto  punto,  el  argumento 
de  la  novela  de  Cervantes  La  fuerza  de  la  sangre.  La  modificación  que  hace 
Castillo  en  él,  es  ingeniosa  y  de  buen  efecto.  » 

570. — Persiles  y  Sigismunda. 

c  Comedia  de  Luis  López,  representada  en  el  teatro  Real  del  Pardo,  en 
Enero  de  1633.  Pagada  á  su  autor  300  reales.  » 

Hallo  esta  noticia  en  El  Averiguador,  tom.  I,  pág.  63. 

571.— La  Manganilla  de  Melilla. 

{Parte  segunda  de  comedias  de  D.  Juan  Ruiz  de  Alarcon.  —  Afio  1634.  — 
En  Barcelona;  4.°) 


3^2  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas 

Dice  D.  Luis  Fernández  Guerra  en  su  excelente  trabajo  sobre  el  célebre 
dramaturgo,  que  la  lectura  de  las  comedias  moriscas  de  Cervantes  le  inspiró 
para  la  composición  de  ésta,  cuyo  asunto  es  la  manganilla,  es  decir,  treta  y  su- 
tileza, ardid  de  guerra  inolvidable  que  llevó  á  cabo  el  famoso  capitán  Pedro 
Vanegas  de  Córdoba,  alcaide  de  Melilla;  que  Alarcón  la  compondría  luego  que 
apareció  el  tomo  de  comedias  de  Cervantes  (1615),  y  que  debió  de  representarse 
el  año  de  1617. 

572. — El  celoso  extremeño. 

Esta  comedia  de  D.  Antonio  Coello  va,  con  el  nombre  de  Lope  de  Vega, 
en  la  Parte  28  de  comedias  de  varios  autores.  Huesca,  1634. 
Su  asunto  es  el  de  la  novela  de  Cervantes. 
Se  ha  impreso  también  con  el  titulo  de:  Los  celos  de  Carrizales. 

573. — Don  Quixote  de  la  Mancha. 

Comedia  de  D.  Pedro  Calderón  de  la  Barca.  En  el  t.  XiV  de  la  Biblioteca 
de  Autores  Españoles,  ordenado  por  el  Sr.  Hartzenbusch,  p.  672,  se  dice,  que  se 
representó  en  Madrid  en  las  carnestolendas  del  año  1637,  según  lo  afirma  León 
Pinelo  en  sus  Anales  de  Madrid  inéditos,  y  se  confirma  en  una  « Relación  de 
las  cosas  más  particulares  sucedidas  en  España,  Italia...,  etc.,  desde  Febrero  de 
1636  á  Abril  del  i639>,  folleto  impreso. 

Pero  como  ni  uno  ni  otro  analista  dicen  que  la  comedia  representada  fuese 
de  Calderón,  en  otra  noticia  de  la  época,  citada  en  el  t.  I,  p.  124  de  El  Averi- 
guador, se  refiere  que  la  pieza  era  de  D.  Pedro  de  la  Rosa,  concepto  que  con- 
sidero equivocado,  porque  Pedro  de  la  Rosa  era  director  de  los  espectáculos,  no 
autor  dramático.  Además,  casi  todas  las  piezas  que  entonces  se  representaban 
en  la  Corte  eran  de  Calderón. 

De  todos  modos,  es  cierto  que  Calderón  mencionó  por  suya  una  comedia 
de  Don  Qutxote  de  la  Mancha,  en  su  carta  al  duque  de  Veragua,  á  Julio  de 
1680;  y  Vera  Tassis,  en  la  P.  IX  de  Comedias  de  Calderón.  Madrid,  año  lógi, 
la  prometió  dar  en  la  Parte  X,  que  no  llegó  á  publicarse.  Continúa,  pues,  des- 
conocida esta  pieza. 

Según  dice  La  Barrera  {Catálogo  antiguo  teatro  español)..  Barbosa  Macha- 
do cita,  con  la  duda  de  que  sean  de  D.  Juan  Matos  Fragoso,  una  comedia  de 
Don  Quixote  de  la  Mancha,  y  otras  varías  que,  —  dice,  —  se  imprimieron  suel- 
tas. Esta  aparece  en  el  catálogo  de  Huerta.  ¿Será  la  de  Calderón? 

574.— La  Gitanilla. 

Comedia  del  Dr.  Juan  Pérez  de  Montalbán,  sacada  de  la  novela  de  Cervan- 
tes. La  Gitanilla  de  Madrid. 

Se  imprimió  suelta  sin  año,  y  no  consta  en  las  colecciones  de  piezas  de  Mon- 
talbán, por  la  cual  razón,  creyó  Barrera  que  era  la  de  SoUs;  pero  es  distinta, 
como  lo  veremos  al  tratar  de  la  de  este  último. 

Ignoro  si  fué  compuesta  en  los  primeros  ó  últimos  tiempos  de  Montalbán, 
que  falleció  el  año  1638. 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  Cervantes  333 

575. — El  celoso  extremeño. 

Dice  Ticknor  QHist.  lit.  esp.  2°  periodo,  cap.  XX),  que  Montalbán  compuso 
una  comedia  de  este  nombre,  tomada  en  gran  parte  de  la  novela  de  Cervantes, 
y  aun  los  nombres  de  varios  de  sus  personajes.  Es  posible  que  sea  la  misma  que 
se  ha  impreso  con  los  nombres  de  Lope  de  Vega  y  de  D.  Antonio  Coello. 

576. — Persiles  y  Sigismunda,  (ó  hallarse  para  perderse). 

iPrimera  parte  de  las  comedias  de  don  Francisco  de  Rojas  y  Zorrilla...  Ma- 
drid, 1640...  4.°)  Pero  sa  halla  ya  impresa  en  la  Parte  jo  de  comedias  famosas 
de  varios  autores.  Zaragoza,  1636. 

Está  literalmente  tomada  de  la  novela  de  Cervantes.  Su  lectura  ha  servido 
para  fijar  la  verdadera  pronunciación  de  Persiles,  como  lo  consigna  Hartzen- 
busch  en  una  curiosa  carta  al  Sr.  Mainez,  publicada  en  la  Crónica  de  los  Cer- 
vantistas, t.  II,  p.  14. 

577.—  La  ilustre  fregona. 

Veintiquatro  parte  perfeta  de  las  Comedias  del  Fénix  de  España,  Frey  Lope 
Félix  de  Vega  Carpió,...  Año  1641,...  En  Zaragoza;  4.° 

Sigue  con  bastante  puntualidad  el  argumento  de  la  novela  de  Cervantes. 

578. — El  retablo  de  las  maravillas. 

Joco-seria.  Burlas  veras,...  en  doce  entremeses...  compuesto  por  Luis  Quiñones 
de  Benavente...  En  Madrid,...  año  1645;  ^•° 

579_ — Los  cautivos  de  Argel,  ó  los  Esclavos  de  Argel. 

Parte  veinticinco  perfeta  y  verdadera  de  las  comedias  del  Fénix  de  España, 
Frey  Lope  Félix  de  Vega  Carpió...  En  Qarago^a...  Ano  1647;  4° 

Escrita  hacia  1598,  la  insertó  Lope  en  la  i.*  lista  que  de  sus  comedias  pu- 
blicó en  El  Peregrino  en  su  patria,  edición  de  1604.  Siendo,  como  es,  una  es- 
trecha imitación  de  El  Trato  de  Argel  de  Cervantes,  ésta  debió  de  ser  escrita 
antes  de  1598,  y  Lope  tener  ocasión  de  ver  el  manuscrito,  que  tol  vez  le  fran- 
queó el  mismo  Cervantes. 

Don  Luis  Fernández  Guerra  y  Orbe,  al  hablar  de  la  Manganilla  de  Melilla, 
de  Alarcón,  hace  el  siguiente  paralelo  entre  las  dos  comedias  moriscas  de  Cer- 
vantes y  Lope:  cmás  conforme  aquél  á  la  verdad  real,  como  de  quien  habla  vi- 
vido tanto  tiempo  entre  agarenos:  éste,  más  ideal  y  fantástico,  como  de  ambi- 
cioso entendimiento,  que  méiitamente  se  consideraba  con  fuerzas  para  levantarse 
en  alas  de  la  imaginación  á  descubrir  y  adivinar  lo  que  no  había  visto,  j 

580. — Quien  da  luego  da  dos  veces. 

Comedia  del  Maestro  Tirso  de  Molina. 

Según  el  Sr.  Hartzenbusch,  (t.  V,  Biblioteca  de  Autores  Españoles),  su  argu- 
mento está  sacado  de  la  novela  de  Cervantes,  La  señora  Cornelia. 
Se  imprimió  suelta,  sin  año. 


^34  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas 

581. — El  Licenciado  Vidriera. 

Comedia  de  D.  Agustín  Moreto,  inserta  en  la  Parle  quinta  de  varios,  Ma- 
drid, 1653. 

Sirvan  de  cabal  reseña,  los  siguientes  párrafos  del  juicio  que  de  ella  hizo 
don  Luis  Fernández  Guerra  en  el  t.  39  de  la  Biblioteca  de  Autores  Españoles. 

«Asegura  Moreto,  al  finalizar  el  drama,  que  su  trabajo  nada  tiene  que  ver 
con  la  novela  (de  Cervantes.)  Y,  en  efecto,  la  intriga  es  enteramente  distinta; 
pero  el  objeto  moral  y  el  genero  de  locura  (fingida  en  la  comedia  y  verdadera 
en  la  hermosa  fábula  de  Cervantes)  son  unos  mismos  en  ambas  producciones. 
Tuvo  el  poeta  dramático  la  fatal  ocurrencia  de  poner  en  acción  varios  inciden- 
tes que  debieron  relatarse  en  todo  caso,  pero  en  cambio,  inspirado  por  el  estu- 
dio de  su  clásico  modelo,  dotó  esta  obra  de  grandes  bellezas.» 

582. — No  puede  ser...  el  guardar  una  mujer. 

Comedia  de  Moreto,  que  se  halla  en  la  Parte  catorce  de  varios,  Madrid, 
1661. 

No  cabe  duda  de  que  está  escrita  en  recuerdos  de  la  novela  de  Cervantes 
El  celoso  esíremefio,  porque  además  de  hacerse  mención  expresa  de  ella  en  la 
I.*  jornada,  toda  la  comedia,  puede  decirse,  que  es  una  continuada  glosa  del 
pensamiento  encerrado  en  el  tan  conocido  estribillo: 

Madre  de  mi  madre 
Guardas  me  ponéis, 
Que  si  yo  no  me  guardo 
No  me  guardaréis. 

La  misma  observación  es  aplicable  á  la  comedia  de  Lope  El  mayor  imposi- 
ble, de  la  cual  esta  de  Moreto  es  simple  refundición. 

583. — El  parecido. 

Comedia  de  Moreto  en  la  Parte  23  de  comedias  nuevas...  Afio  1665,  Ma- 
drid. 

Dice  D.  Luis  Fernández  Guerra  en  el  excelente  trabajo  del  t.  39  de  la  Bi- 
blioteca de  Autores  Españoles.  «  Algo  sirvió  á  D.  Agustín  para  su  drama,  la  pri- 
mera parte  de  El  castigo  del  penseque,  de  Tirso  de  Molina;  y  dicen  si  le  sugirió 
el  pensamiento  La  Entretenida,  de  Cervantes...» 

584. — Los  empeños  del  mentir. 

Esta  comedia  de  D.  Antonio  Hurtado  de  Mendoza,  se  halla  en  la  colección 
titulada:  flor  de  las  mejores  doce  comedias  de  los  mayores  ingenios  de  España... 
Madrid,  1652. 

Está  escrita  en  recuerdos  de  La  Entretenida  de  Cervantes. 

585. — Numancia  destruida. 

Aparece  citada  por  Barrera,  como  impresa  suelta,  entre  las  comedias  de  Ro- 
jas Zorrilla. 

La  impresión  será  de  mediados  del  siglo  xvii. 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  Cerrantes  335 

586. — Aventuras  verdaderas  del  segundo  Don  Quixotte. 

Manuscrito  de  letra  de  mediados  del  siglo  xvii,  que  posee  el  Sr.  Sancho  Ra- 
yón. Es  una  comedia  burlesca,  firmada  y  rubricada.  Castillo^  á  secas. 

Su  disparatado  argumento  se  reduce  ¿  lo  siguiente:  El  ridículo  príncipe  de 
Gandul  conquista  un  castillo  encantado,  la  torre  del  Candil,  defendido  por  un 
Satyro  y  un  Salvaje,  y  halla  en  un  cercano  bosque  una  Dama  que,  después  de 
varias  ridiculas  aventuras,  resulta  ser  su  Madre.  En  suma,  es  una  serie  de  cho- 
carrerías, groserías  y  necedades  puestas  en  verso.  Basten  para  muestra  los  si- 
■  guientes  versos  con  que  concluye  la  comedia : 

Y  al  caso  prodigioso 
demos  fin,  y  á  ninguno  le  alborote 
los  lances  del  segundo  Don  Quixote, 
y  por  ser  aventuras  verdaderas 
el  poeta  mendiga  para  peras. 

687. — El  yerro  del  entendido. 

(Primera  parte  de  comedias  de  don  Juan  de  Matos  Fragoso. — Madrid,  por 
Julián  de  Paredes,  1658,  4.°) 

Tiene  analogía  con  la  novela  de  Cervantes,  El  curioso  impertinente^  y  es  co- 
media bastante  apreciada,  si  bien  no  pasa  de  ser  refundición  de  otra  de  Lope 
de  Vega,  La  necedad  del  discreto. 

588. — La  hija  del  mesonero,  ó  la  ¡lustre  fregona. 

Esta  comedia  de  D.  Diego  de  Figueroa  y  Córdoba,  se  halla  en  la  Parte  14 
de  comedias  de  ingenios  españoles,  Madrid,  1660,  4.° 

Su  argumento  es  el  mismo  de  la  novela  de  Cervantes  de  igual  título. 

589. — La  fregona. 

Entremés  de  D.  Juan  de  Matos  Fragoso  que  dice  La  Barrera  está  en  la  co- 
lección de  Entremeses  varios,  ahora  nuevamente  recogidos...  —  Zaragoza.  Sin 
año,  ñnes  del  siglo  xvii. 

Ignoro  el  argumento. 

590.— La  Gitanilla  de  Madrid. 

Se  halla  en  la  Parte  J7  de  comedias  de  los  mejores  ingenios...  Madrid. 
Año  1671,  4.°,  y  se  reimprimió  luego  en  la  Colección  de  comedias  de  su  autor 
D.  Antonio  de  Solís,  Madrid,  1681,  4.0 

Es  un  arreglo  de  la  comedia  del  mismo  titulo,  que  compuso  Montalbán  sa- 
cada de  la  novela  de  Cervantes.  Un  paralelo  entre  ambas  piezas,  se  lee  al 
final  de  una  reimpresión  de  la  presente,  Cuaderno  40  de  la  Colección  general 
de  comedias  escogidas,  Madrid,  imprenta  de  Ortega,  afio  1831:  «  No  solo  el  ar- 
gumento de  la  fábula  —  dice  —  pertenece  enteramente  á  aquel  Poeta  (Montal- 
bán), sino  los  caracteres,  las  escenas,  los  nombres  de  los  principales  personages, 
y  hasta  la  mayor  parte  de  la  versificación,  que  ha  conservado  Integra  nuestro 


336  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas 

autor  (Solls).  Solo  ha  corregido  algunos  pasages,  ha  hecho  algunas  supresiones, 
ha  añadido  varias  escenas,  como  la  I.^  del  2.°  acto  y  la  I.»  del  3.°,  y  ha  variado 
otras  hasta  el  desenlace,  presentándole  con  más  sencillez  y  brevedad.  Estas 
modificaciones  han  dado  á  la  pieza  más  regularidad  y  más  verosimilitud,  aun- 
que en  el  final  há  perdido  parte  del  movimiento  que  tiene  en  Montalvan.  Solls 
no  ha  sido  más  que  un  mero  refundidor  de  la  Gilanilla  de  aquel  poeta...  No 
pretendemos  con  esta  observación  rebajar  de  ningún  modo  el  mérito  de  Solís, 
que  le  tiene  ciertamente.  Su  comedia  de  la  Gitanilla  será  siempre  leida  en  su 
refundición  con  más  gusto  que  la  original  de  Montalvan,  porque  la  ha  mejorado 
indudablemente.  » 

591. — El  Dragoncillo. 

Entremés  de  D.  Pedro  Calderón  de  la  Barca,  inserto  en  las  Flores  del  Par- 
naso., en  loas,  entremeses...  Zaragoza,  s.  a.,  8.°  (1708). 

Es  una  imitación  del  entremés  de  Cervantes  La  cueva  de  Salamanca.  Según 
Hartzenbusch,  «  lo  refundió  D.  Gaspar  de  Zavala  y  Zamora,  en  el  saínete  cono- 
cidísimo El  soldado  exorcista  >. 

592. — Numancia  destruida;  ó,  No  hay  contra  fortuna  ardid,  ni  para  el 
hado  cautelas.  De  Don...  Zayas  de  Guzmán. 

Dice  de  ella  La  Barrera:  *  De  esta  pieza,  inédita,  escrita  á  principios  del 
siglo  xvm,  tuvo  presente  años  há  un  lujoso  m  s.  el  Sr.  Hartzenbusch.  » 

593. — Quijada  y  el  Alcalde. 

{Arcadia  de  entremeses...  Madrid,  1723,  8.")  Anónimo. 
No  lo  he  visto.  Lo  cita  Salva  en  su  Cat.  t.  I,  p.  362. 

594. — Saiicho  Panza. 

Entremés  existente  en  el  Archivo  del  Teatro  de  la  Cruz,  segün  La  Barrera, 
quien,  en  el  índice  de  su  Cat?  del  teatro  español,  cita  otro  entremés,  también 
anónimo,  impreso  suelto,  titulado  ínsula  Barataría  ó  todo  el  reino  es  una  quinta, 
y  otro  titulado  Don  Quijote. 

El  Sr.  Asensio,  en  una  lista  de  piezas  que  finalizan  su  discurso  Cervantes 
inventor  (Aniversario  celebr  p.  la  Ácad.^  Sevillana,  el  23  Abril  1874),  cita  sin 
lugar,  año,  ni  autor,  un  sainete  titulado  Las  Caperuzas  de  Sancho. 

595. — Don  Quixote   renacido,  farsa  joco-seria  de  Don  Francisco  José 
Montero  Nayo. 

Nació  el  autor  en  Setubal  el  año  de  17 11. 
La  Barrera  no  dice  cuándo  ni  dónde  fué  impresa  esta  pieza. 
D.  Cesáreo  Fernández  Duro  cree  que  el  verdadero  nombre  del  autor  es  don 
Román  Montero  de  Espinosa. 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  Cervantes  337 

596. — Comedia  nueva.  |  El  Alcides  |  de  la  Mancha,  |  y  famoso  |  Don 
Quixote.  I  De  un  ingenio  de  esta  corte.  | 

Al  fin;  En  Valencia  y  oficina  del  Diario.  (Afio  1750.)  4.0  de  41  págs. 

Empieza  la  acción  con  la  llegada  del  Cura  y  el  Barbero  á  Sierra  Morena 
para  buscar  á  Don  Quijote,  y  concluye  con  el  enjaulamiento  del  héroe  manche- 
go  para  llevarle  á  su  lugar. 

597. — Comedia  famosa.  |  La  mas  ilustre  |  Fregona.  Fiefta  que  íe  ha  re- 
prefentado  |  á  fus  Mageftades  en  el  Palacio  del  Buen  Retiro.  De 
Don  Jofeph  de  Cañizares. 

En  4.°,  de  22  hojas  sin  numerar;  á  dos  columnas. 

Esta  impresión  suelta,  sin  afio,  ni  lugar,  me  parece  anterior  al  1750.  Tengo, 
también  del  siglo  xviii,  otra  impresa  en  Madrid,  librería  Quiroga;  y  la  reim- 
presa en  la  Colección  de  comedias  escogidas  de  Cañizares,  Madrid,  Orte- 
ga, 1833,  8.°,  con  análisis  final  cuyos  principales  conceptos  copio:  «  Sabido  es 
que  tenemos  en  España  un  nuevo  género  de  drama  llamado  de  figurón,  debido 
á  la  chistosa  invención  de  Moreto  y  Rojas,  y  cultivado  con  acierto  por  Cañiza- 
res... que  en  esta  pieza  acertó  á  realzar  con  sus  toques  el  argumento...  de  una 
de  las  mas  graciosas  novelas...  de  Cervantes...,  haciendo  algunas  ligeras  altera- 
ciones en  los  pormenores,  sin  tocar  el  fondo  de  la  acción.  De  los  diferentes  ca- 
racteres de  don  Tomas  y  don  Policarpo  resulta  un  contraste  que  hace  más  inte- 
resante al  protagonista,  así  como  del  ridículo  culteranismo  de  doña  Clara,  al 
paso  que  critica  el  despreciable  abuso  que  se  iba  introduciendo  en  su  tiempo 
en  la  claridad  y  nobleza  de  nuestro  idioma,  saca  buen  partido  en  favor  de  la  dis- 
creción y  ternura  de  Constanza.  Todos  los  interlocutores  están  bien  ideados, 
variadas  las  escenas,  castizo  el  lenguaje,  y  sostenida  la  atención  del  espectador 
hasta  el  último  paso;  y  no  es  en  verdad  poco  mérito  este  en  una  pieza  destituida 
por  otra  parte  de  unidad  de  tiempo  y  lugar.  »  ...  «  No  nos  detendremos  en  las 
sales  de  la  locución  que  abundan  á  cada  paso  en  boca  de  los  dos  figurones; 
pero  sí  convidamos  al  lector  á  que  examine  con  atención  la  graciosa  troba  del 
aprended  flores  de  mí,  que  recitan  en  el  3."  acto  doña  Clara  y  don  Policarpo.  » 

Me  parece  que  esta  crítica  es  sobradamente  benévola.  Las  bellezas  que  en 
esta  pieza  se  encomian,  bellezas  que  sólo  lo  son  relativamente  al  ahuecado  estilo 
y  afectado  lenguaje  propios  de  aquella  época,  quedan  deslucidas  por  el  defecto 
capital  de  haberse  desvirtuado  y  alterado  notablemente  el  argumento,  la  acción, 
los  caracteres  y  las  situaciones  de  la  novela  de  Cervantes,  una  de  las  más  bellas 
entre  las  ejemplares.  Aquel  angelical  tipo  de  Constanza,  modelo  de  modestia, 
de  honestidad,  de  recato,  de  ingenua  sencillez,  «  que  no  menos  enamora  con  su 
recogimiento  que  con  su  hermosura-i) ,  es  en  la  comedia  de  Cañizares  una  mucha- 
cha que  admite  de  buenas  á  primeras  los  galanteos  de  don  Tomás;  que,  para 
cortar  dificultades,  se  fuga  con  él  á  Sevilla,  donde  permanecen  dos  meses,  si 
bien  con  todas  las  salvedades  de  conducirse  honestamente,  y,  abandonada  por 
su  amante,  á  quien  su  padre  tiene  designado  otro  casamiento  á  su  parecer  más 
ilustre,  va  en  su  busca,  le  halla,  y  para  vengarse  le  dispara  un  tiro  á  quema  ropa 
hiriéndole  malamente.  ¿Dónde  está  la  honestísima  y  modesta  Constanza  de 
Cervantes? 

No  menos  falseados  están  los  demás  caracteres.  Y  aquellos  tan  bien  bosque- 
jados cuadros  de  la  novela,  llenos  de  vida  real,  de  colorido  local,  de  naturales 

Tomo  n  43 


338  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas 

escenas  y  de  sobrias  imágenes,  desaparecen  en  la  comedia  tras  una  armazón  de 
episódicos  detalles  y  enredadas  situaciones,  dignos,  en  fin,  de  una  comedia  de 
figurón,  pero  nada  más. 

598. — Segundo  Don  Quijote,  ó  cualquiera  marido  es  bueno. 

Citada  por  La  Barrera,  sin  indicación  de  año,  lugar,  ni  autor,  en  el  índice  de 
títulos  de  su  Caí.°  del  teatro  antiguo. 

599. — Aventuras  de  Don  Quijote  y  religión  andantesca. 
Cat.  de  Duran,  citado  por  La  Barrera  (índice  de  títulos). 

600. — Numancia  destruida. 

La  cita  Ticknor  (t.  IV),  y  la  pone  D.  Pedro  Salva  en  el  índice  de  Obras 
dramáticas,  á  nombre  de  l3.  Ignacio  López  de  Ayala;  su  fecha  hacia  1775. 

601. — Amor  hace  milagros,  ó  Don  Quijote  de  la  Mancha,  comedia  de 
Gómez  Labrador. 

Así  la  cita  Clemencfn;  pero  en  la  pág.  135  del  Bosquejo  hist.-crítico  de  la 
Poesía  castellana  en  el  siglo  XVI II,  escrito  por  D.  Leopoldo  Augusto  de  Cueto, 
al  frente  del  t.  53  de  la  Bs'^  de  A.  A.  españoles,  se  dan  de  esta  comedia  los  si- 
guientes datos :  «  El  año  mismo  en  que  escribió  Melendez  Las  bodas  de  Cama- 
cho  (1784),  se  publicó  en  Salamanca  la  comedia  El  amor  hace  milagros  del  Ba- 
chiller D.  Pedro  Benito  Gómez  Labrador;  imprenta  de  Villagordo,  1784. — Esta 
comedia  sigue  casi  al  pié  de  la  letra  la  novela  de  las  Bodas  de  Camacho,  según 
la  refiere  Cervantes  en  el  cap.  XX  del  libro  2.0  de  Don  Quijote.  » 

602. — Las  Bodas  de  Camacho  el  Rico,  comedia  pastoral  premiada  por 
la  villa  de  Madrid,  para  representar  en  el  teatro  de  la  Cruz,  con 
motivo  de  los  festejos  públicos  que  executa  por  el  feliz  nacimiento 
de  los  serenísimos  infantes  Carlos  y  Felipe,  y  ajuste  difinitivo  de  la 
paz.   Su    autor  el   Dr.   D.  Juan  Melendez   Valdés.   Catedrático   de 

Pritna  de  Letras  Humanas  de  la  Universidad  de  Salamanca 

MADRID.  MDCCLXXXV.  Por  D.  Joachin  Ibarra. 

En  4°,  de  dos  hojas  preliminares  y  135  págs.  de  hermosa  y  clara  impresión. 

Claramente  reza  la  portada  el  motivo  de  haberse  representado  esta  comedia, 
premiada  por  la  villa  de  Madrid  entre  muchas  que  se  presentaron. 

Su  argumento  es  el  mismo  del  hermoso  episodio  de  los  caps.  XDC  y  XX  de 
la  P.  2.^  del  Quijote,  «  Donde  se  cuentan  las  Bodas  de  Camacho  el  rico,  con  el 
suceso  de  Basilio  el  pobre»;  con  la  adición  de  dos  personajes:  Petronila,  hermana 
de  Quiteria,  que  ama  secretamente  á  Camacho  y  al  fin  se  casa  con  él;  y  Camilo, 
pastor  amigo  de  Basilio,  que,  disfrazado  de  Mágico,  acude  presuroso,  y  le  cura 
de  improviso,  fingiendo  hacerlo  con  un  ensalmo  misterioso. 


inspiradas  por  las  obras  6  la  vida  de  Cervantes  339 

Esta  comedia,  que  verdaderamente  es  pesadísima,  tiene  5  actos,  y  Meléndez 
introdujo  varios  coros,  que  fueron  puestos  en  música  por  D.  Pablo  Esteve. 

Para  dar  principio  á  la  pieza,  compuso  una  Loa  D.  Ramón  de  la  Cruz,  la 
que  se  imprimió  al  frente  de  ella  y  ocupa  25  páginas. 

De  los  varios  juicios  que  acerca  de  la  comedia  de  Meléndez  se  han  formado, 
creo  el  más  autorizado  el  siguiente  de  U.  Leandro  Fernández  de  Moratln : 
<  ...presenta  mal  unidos  en  una  fábula  desanimada  y  lenta,  personages,  caracte- 
res y  estilos  que  no  se  pueden  aproximar,  sin  que  la  armonía  general  de  la 
composición  se  destruya...  La  figura  del  ingenioso  hidalgo  siempre  pierde  cuando 
otra  pluma  que  la  de  Benengeli  se  atreve  á  repetirla...  Quiso  Meléndez  acomo- 
dar en  un  drama  los  diálogos  del  Aminta  con  los  del  Quijote  y  resultó  una 
obra...  insoportable  en  los  teatros  públicos,  y  mui  inferior  á  lo  que  hicieron  en 
tan  opuestos  géneros  el  Tasso  y  Cervantes.  » 

í      603. — El  Rutzvanscadt,  ó  «el  Quijote  trágico»,  tragedia  á  secas,  de  don 
'¡  J.  Pisón  y  Vargas.  —  Madrid,  Sancha,  1785. 

t  En  4.° 

Citada  por  D.  Cesáreo  Fernández  Duro  en  su  carta  al  Sr.  Mainez  {Crónica 
de  los  Cervantistas,  t.  II,  p.  56,  año  1873). 

604. — Las  bodas  de  Camacho. 

Comedia  de  D.  Antonio  Valladares. 

Don  Quijote  y  Sancho  Panza  en  el  castillo  del  Duque. 

Comedia  de  D.  Francisco  Martí. 

Ambas  las  cita  Clemencín  (Don  Quijote,  t.  IV,  p.  400),  sin  otras  señas. 

605. — Peor  es  urgallo,  ó  Don  Quijote  con  faldas. 

D.  Antonio  García  Gutiérrez  compuso  en  sus  mocedades  esta  pieza,  que  ha 
quedado  inédita. 

606.— Nobleza  obliga. 

Según  el  Sr.  Asensio,  también  escribió  Gutiérrez  esta  pieza  de  asunto  cer- 
vántico. 

£//z«/ama/ del  4  de  Febrero  de  1872,  hizo  notar  que  dos  actos  de  este 
drama  está  basados  en  un  episodio  del  Persiles. 

607. — Don  Quijote  y  Sancho  Panza,  en  el  castillo  del  Duque.  Comedia 
en  cuatro  actos  y  en  verso.  Original  de  D.  José  Robreño.  —  Barce- 
lona. —  En  la  imprenta  de  J.  Torner.  Año  1835. 

En  8.°,  de  79  págs. 


3^0  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas 

Sigue  fielmente  la  acción  del  libro  de  Cervantes,  y  hasta  copia  en  cuanto 
puede  sus  mismas  frases,  pero  es  un  zurcido  de  poco  mérito. 

608. —  Lo  pn'ncep  Mlcocó. 

Comedia  en  verso,  publicada  en  1837,  en  catalán.  (Pers.  y  Ramona). 

609. — La  hija  de  Cervantes. 

Drama  en  5  actos  de  D.  Aureliano  Fernández  Guerra,  estrenado  con  aplau- 
so en  Granada  el  20  de  Febrero  de  1840. 

Sirvióle  de  argumento  el  proceso  seguido  á  la  familia  de  Cervantes  en  Va- 
Uadolid,  con  motivo  de  la  muerte  de  D.  Gaspar  de  Ezpeleta. 

610. — Apoteosis  de  Calderón. 

En  8.» 

Pieza  de  D.  José  Zorrilla.  Madrid,  año  1840,  Uno  de  los  personajes  es 
Cervantes. 

611. — El  Licenciado  Vidriera. 

En  8° 

De  D.  Gregorio  Romero  Larrañaga,  en  colaboración  de  D.  F.  González 
Elipe.  Madrid,  1841. 

Dice  Asensio  que  es  obra  infelicísima. 

612. — Roque  Guinart,  drama  en  tres  actos  y  en  verso,   por  D.  Carlos 
Coello  y  Pacheco.  —  Madrid. 

Se  estrenó  en  el  teatro  Español  la  noche  del  24  de  Octubre  de  1874. 

c  El  fundamento  de  la  acción  —  dice  el  Sr.  Cañete  en  su  prólogo  á  esta 
pieza  —  es  hijo  legítimo  de  la  que  anima  Los  Ladrones  de  Schiller,  pero  en  el 
fondo  y  en  el  colorido  es  drama  genuinamente  español.  El  poeta  ha  tenido  la 
feliz  ocurrencia  de  hacer  que  Don  Quijote  y  Sancho  se  limiten  á  cruzar  muda- 
mente por  el  escenario,  evitando  el  escollo  en  que  han  tropezado  cuantos  los 
han  sacado  á  las  tablas  queriendo  atrevidamente  imitar  lo  que  es  inimitable  de 
suyo.  » 

613. — La  Locura  contagiosa. 

Hermoso  cuento  de  D.  Juan  E.  Hartzenbusch,  como  Apéndice  en  la  edición 
del  Quijote  de  Gaspar  y  Roig,  Madrid,  1847,  y  reimpreso  en  el  Semanario  Pin- 
toresco de  Madrid,  año  1849,  P-  4^- 

En  este  interesante  cuadro  dramático,  bellamente  escrito  con  propio  estilo 
cervantesco,  supone  el  eminente  literato  que  las  carcajadas  que  Cervantes 
soltaba  mientras  estaba  componiendo  el  Quijote  en  Valladolid,  hacia  el  año 
1603,  promovieron  en  la  mente  de  su  hermana  Magdalena  sospechas  de  que 
estuviese  loco,  y  yendo  á  comunicar  sus  alarmas  con  el  cura  de  la  parroquia  y 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  Cerrantes  341 

el  médico  de  la  familia,  acudieron  éstos  á  examinar  el  caso;  mas,  lejos  de  ha- 
llarse con  un  loco  á  quien  curar,  fueron  uno  tras  otro  contagiados  por  la  risa 
del  escritor  alegre,  y  de  igual  contagio  participaron  su  esposa,  su  hermana  An- 
drea, su  hija  y  su  sobrina  que  sucesivamente  penetraron  en  la  estancia  donde 
Cervantes  escribía  su  inmortal  novela. 

Por  esta  reseña  comprenderá  el  lector  que  éste  fué  el  argumento  de  que  se 
valió  Narciso  Serra  para  componer  su  celebrado  paso  El  Loco  de  la  Guardilla. 

El  bello  cuento  del  Sr.  Hartzenbusch  fué  traducido  al  alemán  por  el  doctor 
Johann  Fastenrath  en  el  1. 1  de  su  libro  Das  Buch  meiner  spaniscken  Freunde 
(Leipzig,  187  i). 

614. — Isabel  de  Saavedra,  drama  histórico  en  cinco  actos,  deD.  Eduar- 
do Pérez  Pedrero  y  Arraya.  —  Madrid,  imprenta  de  A.  Martínez.— 

1853- 

615. — El  curioso  impertinente.  Novela  de  Cervantes,  reducida  á  drama 
en  cuatro  actos  y  en  verso  por  D.  Adelardo  López  de  Ayala  y  don 
Antonio  Hurtado.  —  Madrid,  imprenta  de  González.  —  1853. 
En  8.°,  de  99  págs. 

Forma  parte  de  la  colección  titulada  La  España  dramática. 

61 6 . — Cervantes . 

Drama  representado  en  el  teatro  del  Balón  de  Cádiz,  en  Septiembre  de  1853. 
(Asensio,  Aniv°  de  Cerv.  en  Acad.^  Sevillana.  Año  1874.) 

617. — El  Fénix  de  los  Ingenios,  drama  en  cinco  jornadas,   original  de 
D.  Tomás  Rodríguez  Rubí.  —  Madrid,  imprenta  de  González.  — 

1853- 

Uno  de  los  personajes  es  Cervantes. 

Mi  ejemplar  es  el  primero  que  se  tiró,  y  lleva  dedicatoria  autógrafa  de  Rubí 
á  D.  José  Valero. 

618. — Don  Quijote  y  Sancho  Panza. 

Zarzuela  de  D.  José  Velázquez  y  Sánchez,  representada  en  el  teatro  de  San 
lernando  de  Sevilla,  el  afio  de  1857.  Quedó  inédita. 

Dice  el  Sr.  Asensio  que  su  argumento  es  el  episodio  de  Clavileño. 

619. — Las  Bodas  de  Camacho. 

Comedia  arreglada  del  francés,  en  3  actos  y  en  prosa.  Madrid,  1858.  Citada 
en  la  Gaceta,  según  el  Sr.  Fernández  Duro.  {Cron.  de  los  Cerv.,  1. 11,  p.  58.) 

620.— La  venta  encantada.  Zarzuela  en  tres  actos  y  en  verso,  letra  de 


342  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas 

Don  Adolfo   García,  música    de  D.   Antonio  Reparaz.  —  Madrid, 
imprenta  de  J.  Rodríguez.  —  1859. 
En  8°,  de  73  págs. 

La  acción  del  primer  acto  tiene  lugar  en  Sierra  Morena,  y  comprende  el 
encuentro  del  cura  y-el  barbero  con  Cardenio  y  Dorotea,  y  la  aventura  de  la 
princesa  Micomicona. 

El  segundo  acto  « trata  de  lo  que  sucedió  en  la  venta  á  toda  la  cuadrilla  de 
Don  Quijote  »  hasta  el  momento  en  que  Dorotea  se  arroja  á  los  pies  de  don 
Femando,  que  no  quiere  oiría.  Aquí,  la  acción  desarrollada  en  la  obra  de  Cer- 
vantes, cambia  en  la  comedia.  D.  Fernando  es  atacado  por  los  cuadrilleros  de 
la  Santa  Hermandad,  y  la  pelea  concluye  este  acto.  En  el  tercero  se  presenta 
Dorotea  disfrazada  de  hombre  á  batirse  con  D.  Fernando  quien  tras  un  vivo 
diálogo  y  una  violenta  escena  entre  ellos,  Luscinda  y  Cardenio,  reconoce  á 
Dorotea  por  su  esposa.  El  acto  concluye  con  el  enjaulamiento  de  Don  Qui- 
jote. 

621. — La  hija  de  Cervantes. 

Loa  para  la  función  representada  en  el  teatro  del  Príncipe  el  día  23  de 
Abril  de  1861.  La  escribió  D.  J.  Eugenio  Hartzenbusch. 

Salió  en  El  Museo  Universal  de  5  y  1 2  de  Mayo  de  dicho  año. 

Tiene  lugar  la  acción,  la  noche  del  día  en  que  enterraron  á  Cervantes,  y 
pasa  en  el  cementerio  provisional  del  convento  de  las  Trinitarias,  en  donde  «  se 
preparaba  á  renovar  sus  votos  D."  Isabel  de  Saavedra  ». 

La  tradujo  libremente  al  alemán,  con  el  epígrafe  Die  Bedeutung  des  Don 
Quijote,  el  Dr.  Johann  Fastenrath  en  el  t.  I  de  su  obra  Das  Buch  meiner  spa- 
nischen  Freunde  (Leipzig,  187  ij. 

622.— Cervantes,  drama  apologético  en  tres  actos  y  en  verso,  de  don 
Joaquín  Torneo  y  Benedicto;  estrenado  en  el  teatro  de  Novedades 
el  día  9  de  Octubre  de  1861.  —  Madrid,  imprenta  de  J.  Rodríguez. 
—  1861. 

En  8.0,  de  86  págs. 

Los  personajes  son:  D.^  Catalina  Palacios,  Leonela  su  doncella,  Cervantes, 
Quevedo,  el  conde  de  Lemos,  Villegas,  Avellaneda,  C.  Suárez  de  Figueroa,  Es- 
pinel, Cristóbal  de  Avendafio,  el  Dr.  Francisco  Núfiez,  Gil  Pérez,  hostelero  y  un 
paje. — Damas,  caballeros...  pueblo. 

La  acción  empieza  el  22  de  Abril  de  1616  á  la  caída  de  la  tarde,  y  finaliza 
el  día  siguiente  á  las  ocho  de  la  noche.  El  objeto  viene  expresado  en  las  si- 
guientes frases  del  autor  al  fin  de  la  obra:  «  Lo  único  que  he  intentado  en  la 
presente  obra,  es  fingir  una  alegoría  de  las  desventuras  del  anciano  soldado;  re- 
presentar su  época  en  Avellaneda,  su  posteridad  en  Quevedo.  » 

623. — El  Curioso  impertinente. 

De  D.  Enrique  de  Cisneros.  Hace  mención  de  esta  pieza  D.  Jerónimo 
Moran. 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  Cervantes  343 

624. — El  Loco  de  la  Guardilla,  paso  que  pasó  en  el  siglo  XVII,  escrito 
en  un  acto  y  en  verso  por  D.  Narciso  Serra,  música  del  maestro 
D.  Manuel  Caballero. 

Representado  por  primera  vez  en  el  teatro  de  la  Zarzuela  el  día  9  de  Octu- 
bre de  1861. 

Bien  conocido  es  este  lindo  trabajo  del  Sr.  Serra,  lleno  de  sentimiento  y  de 
poético  encanto.  Serra  dice  que  la  idea  de  su  pieza  nació  del  cuento  de  Hart- 
zenbusch,  La  locura  contagiosa. 

625. — Don  Quijote  de  la  Mancha:  drama  en  tres  actos  de  D.  Ventura 
de  la  Vega.  —  Madrid,  imprenta  de  J.  Ducazcal.  —  1861. 

En  8°,  de  64  págs. 

Está  en  prosa.  Da  principio  con  las  Aventuras  de  Sierra  Morena,  y  fin  con 
el  encantamiento  de  Don  Quijote  dentro  de  la  jaula.  Para  exornar  la  comedia 
puso  el  celebrado  Maestro  Barbieri  en  música  el  ovillejo  de  Cárdenlo,  y  com- 
puso la  del  acto  2.°  y  la  hermosa  cantata  final. 

626.— El  23  de  Abril  de  1616. 

Obra  dramática  que  se  menciona  en  la  3."  carta  droapiana  (1864). 

627. — El  pedestal  de  la  Estatua.  Drama  original,  en  dos  actos  y  en  ver- 
so. Por  Roque  Barcia. 

En  8.0,  de  59  págs. 

Representado  por  primera  vez  en  el  teatro  de  Variedades,  el  día  5  de  Marzo 
de  1864. — Madrid,  1864. 

«  Este  humildísimo  episodio  —  dice  el  autor  —  es  una  lágrima  vertida  al 
pie  de  una  estatua,  para  refrescar  las  cenizas  de  un  genio  mártir.  » 

La  acción  comprende  unos  pocos  momentos  de  la  vejez  de  Cervantes  quien, 
olvidado  de  todos,  se  ve  obligado  á  consentir  que  su  hija  Isabel  entre  en  el  con- 
vento, porque  no  la  puede  mantener,  y  exclama  tristemente,  arrojando  su  Quijote 
al  público: 

Pueblo 


cuando  una  estatua  levantes 
ahí  tienes  el  pedestal. 


628.  —Cervantes,  comedia. 

En  la  4.-^  carta  de  M.  Droap  al  Dr.  Thebussem  (i.o  de  Junio  de  1865),  hay 
la  siguiente  noticia: 

«  En  el  Casino  Español  de  México  se  representó  una  comedia  escrita  por  el 
Licenciado  Mateos  con  buenos  versos,  pero  de  escaso  interés.  Era  su  argumen- 
to, que  robaron  á  Cervantes  el  manuscrito  del  Quijote;  éste  fué  á  parar  á  manos 


344  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas 

del  Conde  de  Lemos  y  lo  regaló  á  su  autor,  el  cual  se  queja  de  la  ingratitud  de 
sus  contemporáneos,  y  de  la  miseria  y  desgracia  en  que  vivía.  Uicha  composi- 
ción no  llegó  á  imprimirse.  » 

629. — Amor  del  Genio,  drama  en  verso,  precedido  de  un  prólogo,  por 
D.  Manuel  Víctor  García. —  (1864?). 

El  protagonista  es  Cervantes  y  el  lugar  de  la  escena  Esquivias.  En  el  extenso 
prólogo,  intenta  probar  su  autor  que  el  hombre  que,  con  su  carácter  y  ridicule- 
ces, inspiró  la  primera  idea  de  un  Don  Quijote,  fué  D.  Alonso  de  Quijada,  ve- 
cino de  dicha  villa.  En  su  muerte,  acaecida  el  año  1604,  halla  la  razón  el  sefior 
García,  de  haberse  dilatado  la  publicación  del  Quijote  hasta  1605. 

De  esta  pieza,  inédita,  dio  cuenta  á  la  Comisión  del  Quijote,  nombrada  por 
la  Real  Academia,  el  Sr.  de  La  Puente,  en  la  sesión  del  21  de  Diciembre 
de  1865. 

630. — La  ínsula  Barataría,  zarzuela  en  tres  actos  y  en  verso,  letra  de 
D.  Luis  Mariano  de  Larra.  Música  de  D.  Emilio  Arrieta. 

Estrenada  en  el  teatro  del  Circo  el  28  de  Diciembre  del  1864.  —  Ma- 
drid, 1864. 

En  8.°  de  81  págs.,  más  dos  hojas  finales  en  que  se  copian  los  párrafos  del 
Quijote  relativos  á  la  acción  de  la  pieza,  con  objeto  de  que  los  actores  vayan 
guiados  en  lo  que  á  trajes  y  decoraciones  se  refiere. 

El  argumento  es  el  del  gobierno  de  Sancho  Panza  en  la  Ínsula;  pero,  el  epi- 
sodio de  unos  amores  contrariados,  que  el  autor  ha  añadido,  es  de  tal  efecto 
dramático  que  llega  á  formar  la  nota  dominante  del  cuadro. 

631. — La  Estafeta  de  Urganda. 

Según  la  4.*  carta  droapiana  (afio  1865),  los  periódicos  de  Madrid  anuncia- 
ron el  próximo  estreno  de  este  drama. 

632. — Las  bodas  de  Camacho.  Episodio  de  la  inmortal  novela  de  Cer- 
vantes Don  Quijote  de  la  Mancha^  escrito  para  solemnizar  el  nata- 
licio del  príncipe  de  los  ingenios  españoles,  por  D.  García  Cuevas. 
Música  del  maestro  D.  A.  R.  Representado  por  primera  vez  en  el 
teatro  del  Circo  el  día  9  de  Octubre  de  1866.  —  Madrid,  Fortanet, 
1866. 

En  8.°,  de  39  págs. 

El  autor,  comprendiendo  la  dificultad  de  poner  en  escena  este  campestre 
cuadro,  ha  dado  modestas  proporciones  á  su  trabajo. 

633. — Cervantes  cautivo.  Drama  en  verso,  en  tres  actos  y  un  epílogo, 
original  de  Jaime  Horta.  —  Barcelona,  imprenta  Gaspar,  1867. 

En  8.°.  de  120  págs. 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  Cervantes  345 

Nárrase  el  cautiverio  de  Cervantes  en  Argel,  poetizado  con  los  amores  de 
Zoraida,  que  se  sacrifica  hasta  morir  por  él.  El  tercer  acto  acaba  con  la  traición 
de  J.  Blanco  de  Paz,  preparada  ya  desde  el  comienzo  del  drama;  y  en  el  epí- 
logo, se  desarrolla  la  interesante  escena  del  adiós  que  se  dan,  Cervantes  liber- 
tado por  fray  Juan  Gil,  y  el  Dr.  Antonio  Sosa  que  voluntariamente  se  queda  en 
Argel. 

634. — Los  dos  camaradas,  primera  parte  del  drama  postumo  Miguel  de 
Cervantes,  que  dejó  sin  concluir  D.  Ventura  de  la  Vega,  dividida 
en  dos  actos,  y  precedida  de  un  proemio  en  uno,  titulado  Un  ha- 
llazgo literario,  escrito  por  D.  Luis  de  Egullaz.  Ambas  obras  han 
sido  puestas  en  escena  por  primera  vez  en  el  teatro  de  Jovellanos 
la  noche  del  21  de  Abril  de  1867.  —  Madrid,  imprenta  de  Rodrí- 
guez, 1867. 

En  8.°,  de  56  págs. 

El  proemio,  destinado,  como  lo  indica  su  título,  á  explicar  el  por  qué  se  pone 
en  escena  la  obra  truncada  de  D.  Ventura  de  la  Vega,  es  un  lindo  cuadro  de 
costumbres  en  que  se  da  merecido  rapapolvo  á  ciertos  pedantes  que  en  materia 
de  artes  y  de  letras  sólo  hallan  bueno  lo  que  del  extranjero  se  importa. 

La  acción  de  Los  dos  camaradas  pasa  en  Alcalá  el  afio  de  1568.  El  es- 
clarecido vate,  con  estilo  propio  y  pinceladas  cervantescas,  bosqueja  un  cuadro 
en  que  aparecen,  vigorosas,  dos  figuras:  Cervantes  y  D.  Juan  de  Austria,  com- 
pañero suyo  en  la  Universidad  de  Alcalá.  Ambos  fraternizaron  en  unidad  de 
alteza  de  ánimo,  y  ambos  se  separan  para  conquistar  fama  eterna;  el  uno  para 
las  letras,  el  otra  para  las  armas.  Miguel,  al  partir  con  su  hermano  Andrés,  que 
toma  el  nombre  de  Rodrigo,  profiere  aquellas  levantadas  frases  que  Don  Qui- 
jote dirige  á  Sancho  al  acometer  tan  valerosamente  la  aventura  de  los  batanes: 
€  has  de  saber  que  yo  nací  por  querer  del  cielo  en  nuestra  edad  de  hierro  para 
resucitar  en  ella  la  de  oro!... » 

La  muerte  sorprendió  á  Ventura  de  la  Vega,  cuando  aún  no  había  termina- 
do esta  I  ?■  parte. 

635. — El  bien  tardío.  Segunda  parte  de  El  loco  de  la  Guardilla.  Drama 
original  en  un  acto  y  en  verso  de  D.  Narciso  S.  Serra.  Represen- 
tado en  el  teatro  de  la  Zarzuela  en  Octubre  de  1867.  —  Madrid,  Ro- 
jas, 1867. 

En  8.°,  de  44  págs. 

La  acción  continúa  la  de  El  loco  de  la  guardilla,  pero  el  poeta  introduce 
dos  nuevos  personajes:  Quevedo,  y  la  dama  portuguesa  supuesta  madre  de  Isa- 
bel de  Saavedra.  Esta  forma  el  propósito  de  encerrarse  en  el  convento  donde 
su  hija  mora,  y  D.  Francisco  viene  á  buscar  la  amistad  de  Cervantes,  á  quien  al- 
canza en  sus  últimos  momentos;  y  cuando  el  Conde  de  Lemos  aparece,  al  final 
del  drama,  con  el  nombramiento  de  gobernador  para  las  Indias,  halla  muerto  á 
Cervantes,  y  exclama: 

Un  bien  ha  sido  tardío 

el  mío,  y  harto  lo  sientol 
Tomo  II  44 


346  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  lincas 

636. — Aventuras  de  Don  Quijote  de  la  Mancha.  Producción  lírico-bufa 
en  dos  actos,  escrita  por  los  Sres.  Casamayor  y  Utrera,  y  puesta 
en  música  por  el  Sr.  Milpagher,  Músico  mayor  de  un  regimiento  de 
Ingenieros. 

(Habla  de  ella  la  Gaceta  de  Madrid  át\  8  de  Febrero  de  i868.) 

637. — Los  Farsantes,  paso  que  pasó  en  un  lugar  de  la  Mancha  en  el  si- 
glo XVII,  escrito  en  lengua  arábiga  por  Chit-Hamete-Berengena,  y 
traducido  en  español  por  el  Licenciado  Salsipuedes.  Este  paso  fué 
representado  por  primera  vez  en  Madrid  en  el  teatro  de  los  Bufos 
Madrileños  (Circo),  el  8  de  Febrero  de  i868.  —  Madrid,  i868. 

En  8.»,  de  20 


D.  J.  M.  Gutiérrez  de  Alba  es  el  autor  de  esta  pieza,  cuyo  argumento  es 
como  sigue:  La  Compañía  de  Ángulo  el  Malo  se  propone  representar  los  En- 
tt  enteses  de  Cervantes  delante  del  Alcalde,  de  Don  Quijote  y  de  otros  persona- 
jes de  Argamasilla,  entre  los  cuales  se  hallan  el  barbero,  el  cura  y  Sansón  Ca- 
rrasco; pero  el  bueno  del  Alcalde  quiere  aconsejarse  antes  de  permitir  la  repre- 
sentación, <para  ver  si  en  estas  farsas»  «hay  algo  que  ofender  puede»  «á  nues- 
tras costumbres  rancias»,  y  dispone  «hacer  á  puerta  cerrada»  la  función,  y  si  no 
tiene,  «como  espera,  cosas  malas»,  «que  la  dé  mañana  al  público»  «en  donde 
mejor  le  plazca».  Empieza,  pues,  Ángulo  con  el  entremés  El  juez  de  los  Divor- 
cios,  y  á  mitad  de  su  representación  queda... 

Por  su  inmoralidad 
suprimido  el  entremés. 

Propone  Ángulo  poner  el  de  El  Rufián  viudo,  pero  ¡quiá!  dice  el  Alcalde 
que: 

...  aquí  tales  desmanes 
no  queremos  tolerar, 
ni  se  han  de  representar 
uno  ni  muchos  rufíanesl 

Tampoco  le  permiten  La  guarda  cuidadosa,  porque  en  el  soldado  y  el  sa- 
cristán se  creen  ofendidas  la  milicia  y  las  cosas  de  la  Iglesia;  y  al  anunciar  el 
entremés  de  El  viejo  celoso,  el  Alcalde,  cuya  esposa  se  llama  Lorenza,  créese 
aludido,  pues  confiesa  que  es  viejo  y  celoso;  y,  lleno  de  furor,  quiere  encarcelar 
á  Ángulo.  Apacigúale  Sansón  Canasco  y  ofrece  un  estremés  de  su  composi- 
ción, 

una  farsa  peregrina, 
donde  entran  un  estudiante 
pobre,  un  caballero  andante, 
y  una  beata  ladina, 

que  es  aceptado,  y  así  termina  el  paso. 


inspiradas  por  las  obras  6  la  vida  de  Cervantes  347 

638. — Con  la  pluma  y  con  la  espada.  Loa  en  un  acto  y  en  verso  escrita 
por  D.  Isidoro  Martínez  y  Sanz. 
En  8.0,  de  39  págs. 

Representada  por  primera  vez  en  la  inauguración  del  teatro  de  la  Sociedad 
literaria  La  pluma  y  ¡a  espada,  para  que  fué  escrita,  en  la  noche  del  18  de 
Abril  de  1870. — Madrid,  imprenta  de  Alcántara,  1870. 

Son  los  interlocutores:  Cervantes,  Isabel  su  hija,  Don  Lope,  el  Conde  de 
Lemos  y  maese  Roque.  La  acción,  que  pasa  en  Valladolid  á  principios  del  si- 
glo XVII,  se  reduce  á  narrar  la  protección  que  el  Conde  de  Lemos  promete  al 
desvalido  Cervantes,  quien  le  ofrece  dedicarle  el  Quijote  que  va  á  concluir;  y, 
como  episodio,  los  amores  de  Isabel  con  Don  Lope. 

639. — Don  Quijote  séptimo,  pieza  en  un  acto  y  en  verso  escrita  expre- 
samente por  ***  para  el  beneficio  de  la  aplaudida  actriz  D.*  Amalia 
Mondéjar,   y  estrenada  con  éxito  extraordinario  en  el  teatro  de  la 
Princesa.  —  Valencia,  imprenta  de  V.  Daroqui,  1872. 
En  8.0,  de  16  págs. 

Es  una  sátira  contra  el  pretendiente  D.  Carlos  de  Borbón. 

640. — Ovillejo  de  Cervantes,  puesto  en  música  por  D.  Francisco  Asenjo 
Barbieri.  —  Ilustración  Universal^  Madrid,  1872. 

Es  lindísima  la  música  puesta  por  el  insigne  maestro  español  á  los  versos 
que  canta  Cardenio  cuando  está  cavando. 

641. — El  manco  de  Lepanto.  Episodio  histórico  en  un  acto  y  en  verso, 
original  de  D.  Ángel  Mondéjar  y  Mendoza.  Música  de  D.  Rafael 
Aceves.  Estrenado  con  extraordinario  éxito  en  el  teatro  del  Circo 
la  noche  del  23  de  Abril  de  1867.  —  Madrid,  imprenta  de  Gabriel 
Alhama,  1873. 
En  8.0,  de  18  págs. 

Es  un  episodio  del  cautiverio  de  Cervantes,  que  concluye  con  su  rescate. 

642. — Los  dos  Genios.  Loa  en  un  acto  y  en  verso,  original  de  D.  Pedro 
A.  Torres.  Dedicada  al  Ateneo  Tarraconense  de  la  clase  obrera.  — 
I  Tarragona,  imprenta  de  Puigrubí,  1873. 

En  4,0,  de  24  págs. 

El  Genio  de  la  Guerra  y  el  Genio  del  Arte,  evocados  por  La  Fama,  preten- 
den cada  cual  ser  el  que  mayor  parte  de  gloria  da  á  Cervantes  en  la  tierra.  El 
primero,  para  apoyo  de  su  pretensión,  hace  salir  á  La  Batalla  de  Lepanto,  que 
narra  la  victoria  en  que  tanta  parte  tuvo  Cervantes,  y  dice:  tIEse  es  mi  dere- 


348  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  Úricas 

chol  »  El  Genio  del  Arte  evoca  á  Sancho  Panza,  quien  enumera  las  aventuras 
de  Don  Quijote,  y  después  de  haber  aquel  genio  deducido  el  alcance  trascen- 
dental de  la  obra,  exclama:  «Esta  es  la  prueba  ofrecida»  «que  mi  derecho  ase- 
gura.» Por  fin  ambos  Genios  estipulan  este  honroso  convenio: 

el  soldado  para  Marte; 
el  escritor  para  el  arte 
y  para  entrambos  el  genio. 

Van  ambos  á  penetrar  en  la  habitación  de  Cervantes  y  sale  la  Pobreza  que 
les  detiene  diciéndoles: 

Pretende  inútilmente  hoy  darle  gloria, 
quien  en  días  de  amor  y  de  esperanza 
nególe  la  fortuna  y  la  victoria, 

y  les  muestra  á  Cervantes  que  sentado  á  la  mesa, 

sufre  en  silencio  y  el  Quijote  escribe. 

En  otra  escena,  sale  Cervantes  con  el  manuscrito  de  su  libro  en  la  mano,  y, 
en  un  largo  y  sentido  monólogo,  se  queja  amargamente  del  olvido  y  desprecio 
en  que  sus  contemporáneos  le  tienen,  y  exhala  el  líltimo  suspiro  al  pie  del  árbol 
de  la  Fama.  Esta  sale  con  los  dos  Genios  y  después  de  anunciar  la  gloria  in- 
mortal de  Cervantes  y  de  entregar  la  espada  al  Genio  de  la  Guerra,  y  el  ma- 
nuscrito al  Genio  del  Arte,  les  dice: 

yo  nada  al  arle  ni  á  la  guerra  quito; 
me  basta  sólo  con  tener  su  nombre  I 

643. — La  Cuna  del  Quijote,  de  D.  Tomás  Martínez. 

Representada  en  el  teatro  del  Ateneo  Tarraconense  de  la  clase  obrera,  para 
el  cual  fué  escrito. — Tarragona,  1873. 
No  la  he  podido  ver. 

644. — El  último  día. 

Cuadro  dramático  de  D.  Luis  Montoto,  escrito  en  colaboración  con  D.  José 
de  Velilla. 

Asi  lo  menciona  Asensio  en  el  trabajo  que  leyó  en  la  Academia  Sevillana 
el  23  Abril  1874. 

645. — Un  prólogo  y  un  proceso.  Apropósito,  en  dos  actos  destinado 
á  solemnizar  la  memoria  de  D.  Miguel  de  Cervantes  Saavedra.  Com- 
puesto por  T.  M.  M.  —  Tarragona,  Puigrubí.  —  1874. 

Regalo  con  envió  autógrafo  de  su  autor  D.  Tomás  Martínez  Marquina,  quien, 
con  la  modestia  que  le  caracteriza,  dice  en  un  prefacio  que  no  ha  pretendido 
escribir  una  obra  para  el  teatro,  y  sí  sólo  un  Apropósito  que  pueda  ser  repre- 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  Cervantes  349 

sentado  en  algunas  de  las  funciones  que  se  dedican  al   Principe  de  los  Ingenios 
españoles. 

El  proceso  de  Valladolid,  con  motivo  de  la  muerte  de  D.  Gaspar  de  Ezpe- 
leta,  forma  el  nudo  principal  de  esta  discreta  pieza,  cuya  escena  séptima  es 
una  apreciable  paráfrasis  en  acción  del  prólogo  que  puso  Cervantes  á  la  i.a  parte 
del  Quijote. 

646. — El  manco  de  Lepante,  comedia  en  dos  actos  y  en  verso,  original 
de  D.  Enrique  Zumel,  representada  por  primera  vez  en  el  teatro 
Martín  el  9  de  Octubre  de  1874,  para  solemnizar  el  aniversario  del 
natalicio  de  Cervantes.  —  Madrid,  1874. 

En  8.0,  de  47  págs. 

Presta  argumento  á  esta  pieza,  la  tradición  de  la  prisión  de  Argamasilla. 
647. — La  muerte  de  Cervantes. 

Cuadro  dramático  en  un  acto  escrito  expresamente  para  el  primer  actor  don 
José  Mata,  por  D.  Emilio  Ferrari.  Se  representó  en  el  Teatro  Principal  de  Bar- 
celona, la  noche  del  9  de  Octubre  de  1874. 

En  los  dos  primeros  cuadros  describe  el  autor  con  hermosos  versos  la  muerte 
de  Cervantes,  asistido  en  sus  últimos  momentos  por  solo  su  hija  Isabel,  y  llorado 
por  Lope  de  Vega,  que  llega  cuando  Cervantes  acaba  de  expirar  en  un  misera- 
ble jergón. — El  cuadro  tercero,  presenta,  como  tipos  de  costumbres  de  la  época, 
un  galán  persiguiendo  á  una  tapada,  una  ramilletera  y  varios  paseantes  que 
hablan  mal  de  las  comedias  de  Cervantes;  pero  que  al  llegar  fray  Antolln  con 
la  noticia  de  la  muerte  del  pobre  manco,  cuyas  obras  alaba,  vanse  con  él  excla- 
mando: «[Cervantes  fué  un  gran  poetal»  —  El  cuadro  cuarto  es  la  glorificación 
de  Cervantes  por  España  y  la  Inmortalidad. 

648. — Cantata  á  la  Inmaculada  Virgen  María.,  escrita  por  el  inmortal 
Cervantes  en  su  Per  siles;  puesta  en  música  en  el  presente  año  1874 
por  el  maestro  D.  Bernardo  Calvó  Puig,  para  la  parroquia  de  la 
Concepción  y  Asunción  de  Nuestra  Señora.  —  Barcelona,  impren- 
ta de  José  Miret. 
Una  hoja  en  folio. 

649. — La  Condesa  Trifaldi. 

Apropósito  de  los  Sres.  Tores  y  Acero,  representado  el  afio  1877  en  el  teatro 
Lope  de  Vega  de  Valladolid. 

650. — El  sueño  y  la  realidad.  Loa  escrita  para  conmemorar  el  aniver- 
sario de  la  muerte  del  Príncipe  de  los  Ingenios  españoles,  Miguel 
de  Cervantes  Saavedra,  por  D.  José  Moreno  Castelló.  — Jaén  im- 
prenta de  los  Sres.  Rubio,  1876. 

En  8.",  de  37  págs. 


350  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas 

Es  una  apoteosis  de  Cervantes,  en  que  figuran  El  Tiempo,  La  Envidia,  La 
Fama,  Cervantes,  La  Gloria  y  España.  «La  escena  en  1615,  y  en  lugar  inde- 
terminado, aunque  se  supone  no  distante  de  Madrid.» 

651. — Cervantes.  Loa  en  un  acto  y  cuatro  cuadros,  original  de  José 
E.  Triay.  Escrita  en  pocas  horas,  para  conmemorar  el  aniversario 
261"  de  la  muerte  de  Cervantes,  y  estrenada  con  buen  éxito  en  el 
teatro  de  Albisu  la  noche  del  23  de  Abril  de  1877.  —  Habana,  La 
propaganda  Literaria.  —  1877. 
En  8.°,  de  26  págs. 

652. — El  manco  de  Lepanto. 

Zariuela  en  un  acto  en  verso  escrita  expresamente  para  ser  representada, 
como  lo  fué,  en  el  teatro  de  Tacón  de  la  Habana,  la  noche  del  23  de  Abril 
de  1879. 

FI  argumento  es  la  muerte  de  Cervantes  pobre,  á  quien  va  á  auxiliar  L,ope 
de  Vega,  aunque  tarde. 

653.— La  Hija  de  Cervantes. 

Cuadro  dramático  en  un  acto  y  en  verso  de  D.  Ramón  Guerrero  de  Luna, 
premiado  en  el  Certamen  artístico-literario  en  honor  de  Cervantes,  celebrado 
por  el  Ateneo  Tarraconense  en  1880. 

El  asunto  es  la  muerte  de  D.  Gaspar  de  Ezpeleta,  tratado  novelescamente. 

654. — Sancho  Panza.  Capricho  cómico  en  dos  cuadros  y  en  verso,  arre- 
glado del  inmortal  Don  Quijote  de  Cervantes  por  Juan  Molas  y  Ca- 
sas. —  Barcelona,  Bastinos.  —  1881. 

En  8.°,  de  30  págs. 

Supone  el  autor  que  Don  Quijote  se  presenta  en  la  ínsula  Barataría,  en 
donde  Sancho  estaba  gobernando  como  un  girifalte,  y  le  aconseja  que  deje  la 
ínsula,  diciéndole:  «para  un  gobierno  tú  eres,  Sancho  Panza,  muy  buen  hombre.* 
Sancho  lo  reconoce  y  sigue  á  su  amo  en  sus  nuevas  aventuras. 

Se  ha  reimpreso  por  los  mismos  editores  el  año  1894,  y  forma  parte  de  la 
Galería  dramática  infantil. 

655. — Los  dos  curiosos  impertinentes.  Drama  en  un  prólogo  y  dos  ac- 
tos, tercera  parte  de  una  Trilogía,  por  José  Echegaray.  —  Madrid. 
Hijos  de  A.  GuUón,  editores,  1882. 
En  8.°,  de  102  págs. 

Aunque  la  acción  es  completamente  distinta  de  la  novela  del  Curioso  Im- 
pertinente de  Cervantes,  bien  claro  demuestra,  y  lo  afirma  el  autor  una  y  otra 
vez,  que  en  ella  está  inspirado  su  drama,  cuyos  protagonistas  son  marido  y  mu- 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  Cervantes  35 1 

jer.  Esta,  que  se  ve  asediada  por  el  vil  amigo  y  protector  de  su  marido,  propone 
á  éste  el  alejamiento  de  ambos  para  substraerse  á  los  ardides  de  aquél.  En  lugar 
de  adoptar  esta  ú  otra  prudente  medida  y  de  reconocer  la  inmaculada  virtud  de 
su  esposa,  el  marido  concibe  celos,  pero  aparentando  indiferencia,  dispone 
ocasiones  en  que  pueda  palpablemente  aquilatar  la  fe  de  aquélla.  Fácil  le  es  i. 
ella  tal  cosa,  pues  adora  á  su  marido;  mas,  al  ver  que  éste  se  muestra  indife- 
rente, cree  que  no  la  ama,  y  entonces  quiere  ella  también  probarlo.  «¿El  duda?» 
— dice — «pues  yo  también. — ¿Quiere  una  prueba? — Otra  quiero. — ¿Es  curioso 
impertinente? — Pues  yo  también  voy  á  serlo...»  Y  he  aquí  que  el  impertinente 
deseo  de  ambos,  conduce  á  la  catástrofe;  en  la  que  el  marido,  más  bárbaro  y 
ciego  que  Ótelo,  interpreta  erradamente  unas  frases  de  su  esposa  (muy  forzada 
é  inverosímilmente  traídas),  y  la  mata,  hallando  la  prueba  de  su  inocencia  ape- 
nas ha  hundido  el  cuchillo  en  su  cafto  pecho. 

666. — El  fiscal  de  los  gigantes. 

Comedia  en  cuatro  actos  y  en  verso,  por  D.  Amenodoro  Urdaneta,  corres- 
pondiente de  la  Academia  Española. — Caracas,  1882. 

Es  inédita  y  debo  el  conocerla  á  la  amabilidad  del  autor,  que  me  franqueó 
su  manuscrito. 

El  Sr.  Urdaneta,  conocido  literato,  á  quien  debemos  la  importante  obra 
Cervantes  y  la  crítica,  no  se  ha  propuesto  en  esta  comedia  presentar  una 
acción,  sino  un  pensamiento,  que  se  halla  propiamente  condensado  en  los  si- 
guientes versos  del  final: 

Gigante  (Cerv.)  á  D.  Q.  Ya  no  hay  gigantes  ni  enanos, 
Ni  dueSas,  ni  encantadores; 
Que  en  lodos  esos  Señorea 
Pusisteis  vos  vuestras  manos, 

Y  asisteis  por  los  cabellos; 

Y  los  midieron  después 
Las  plantas  de  vuestros  pies 
Ya  de  hoy  más  descansaréis 
En  el  libro  de  la  fama, 
Ella  será  vuestra  dama. 
Vos  su  paladín  seréis. 

Don  Quijote.  ¡Quién  sois? 

Gigante.  Miguel  de  Cervantes 

Reza  mi  fe  de  bautismo. 
La  voz  DE  UN  GENIO.  Y  OS  llamarán  desde  hoy  mismo 
El  fiscal  de  los  Gigantes. 

En  cuanto  á  la  ejecución  del  pensamiento,  el  autor  se  ha  encontrado  con  el 
escollo  que  presenta  tan  grande  obra;  con  la  inmensa  dificultad  de  encerrar  en 
los  límites  de  la  escena  los  dos  tipos  de  Don  Quijote  y  Sancho,  y  á  su  crea- 
dor; tarea  en  que  han  tropezado  cuantos  ingenios  hasta  ahora  la  han  acometido. 
Pero  es  laudabilísimo  el  intento  del  Sr.  Urdaneta  que  demuestra  los  profundos 
conocimientos  que  de  las  obras  de  Cervantes  posee. 

657__Eduardo  Sojo.  —  Don  Quijote  en  Buenos  Aires.  —  Revista  bufo- 
política  de  circunstancias,  en  un  acto  y  en  verso. 
En  4.°,  de  29  pigs. 


352  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas 

Representada  en  el  teatro  de  la  Opera  la  noche  del  24  de  Octubre  de  1885. 

Don  Quijote  y  Sancho  llegados  á  las  orillas  del  Plata,  hallan  á  la  Opinión 
pública,  que  les  entera  de  los  abusos,  tuertos  y  sinrazones  qne  en  el  país  se  co- 
meten; y  reclama  su  auxilio  para  enmendarlos  y  corregirlos,  lo  cual  espera  con- 
seguir aceptando  el  sufragio  universal  para  la  elección  de  la  Presidencia. 

658. — La  Jitanilla,  zarzuela  escrita  en  1890,  letra  y  música  deE.  García. 

La  protagonista  es  Preciosa,  y  el  otro  personaje  principal  es  D.  Juan;  pero 
la  acción  es  distinta  de  la  de  Cervantes. 
Me  parece  obra  muy  floja. 

659. — Cervantes  soldado,  ópera  en   un  acto,  por  D.  Juan  de  la  Coba 
Gómez.  —  Orense,  imprenta  de  coplas,  1894. 

En  8.°,  de  8  págs. 

{Boleiin  de  la  Librería,  de  M.  Murillo.) 

660. — Don  Quijote  de  Madrid.  Comedia  de  D.  Mariano  de  Vela,  repre- 
sentada en  Madrid  el  23  de  Enero  de  1897. 

«En  el  teatro  de  la  Comedia  se  ha  estrenado  una  obra  titulada  «Don  Quijote 
de  Madrid»,  en  la  que  el  principal  personaje  es  un  director  de  Obras  publicas, 
persona  de  severos  principios,  y  que  es  objeto  de  una  ruin  trama  para  obligarle 
á  dimitir,  en  vista  de  no  prestarse  á  cometer  ciertas  iniquidades.  Varias  frases 
enérgicas  contra  las  inmoralidades  administrativas  han  arrancado  estrepitosos 
aplausos.  El  autor,  señor  Vela,  ha  sido  llamado  á  la  escena  al  final  del  segundo 
y  tercer  acto.  La  obra  adolece  al  principio  de  cierta  languidez;  pero  el  interés 
crece,  terminando  con  un  éxito  franco.»! 

Ilustración  Española  y  Americana,  15  Febrero  1897. 

«Don  Quijote  de  Madrid,  en  la  revista  de  Teatros,  por  Eduardo  Bustillo. 

«Puede  hoy  un  autor  dramático  imaginar  y  realizar  un  Don  Quijote  de  Ma- 
drid sin  profanar  la  pluma  que  Cide  Hamete  dejó  colgada  de  la  espetera. 

»Pero  ese  Don  Quijote  escénico  tendrá  que  ser  —  porque  el  autor  debe  serlo 
antes  —  profundo  conocedor  de  la  sociedad  en  que  vive  y  del  corazón  humano, 
y  además  tan  emprendedor  y  activo  y  piadoso  como  el  de  Cervantes,  todo  reli- 
gión altruista. 

»Por  ahí  empieza  y  acaba  Saqueando  el  Don  Quijote  de  M.  de  Mariano 
Vela.  Ni  conoce  la  sociedad  de  que  el  autor  ha  pretendido  rodearle,  ni  su  pia- 
dosa actividad  va  más  allá  de  la  defensa  propia,  y  eso  con  arranques  de  invero- 
símil inocencia  que  más  bien  sirven  para  reforzar  á  sus  adversarios  con  las  te- 
rribles armas  del  ridículo. 

»Para  ser  un  verdadero  Don  Quijote  no  basta  ser  íntegro,  defenderse  de  la 
maldad  y  evitar  su  contagio;  hay  también  que  perseguirla  y  procurar  aniquilarla 
donde  quiera  que  se  encuentre.  El  inmortal  héroe  de  Cervantes  es  un  visionario; 
pero  de  buena  fe  guerrea  contra  el  mal,  sólo  porque  es  el  mal,  sin  pensar  en  lo 
que  á  él  puede  dañarle.» 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  Cervantes  3J3 

CATALANAS 

661. — Lo  príncep  Micomicó. 

Comedia  en  verso  publicada  en  1837,  en  catalán.  (Magin  Pers y  Ramona.) 

662. — L'ase  perdut  y  buscat  á  brams  (El  asno  perdido  y  buscado  á  re- 
buznos). 

Saínete  catalán,  cuya  fecha  creo  se  remonta  á'  los  principios  de  este  siglo. 
Su  pensamiento  está  inspirado  en  la  aventura  de  los  dos  alcaldes  rebuznadores, 
del  Quijote. 

663. — 'L  Boig  de  las  Campanillas,  gatada  en  un  acta  en  vers  y  en  cáta- 
la del  que  ara  's  parla,  per  D.  Serafí  Pitarra...  —  Barcelona,  1865 
(El  loco  de  las  campanillas). 

Es  una  parodia,  en  su  género  apreciable,  del  Loco  de  la  Guardilla.  Su  autor 
es  el  fecundo  poeta  dramático  D.  Federico  Soler,  que  con  el  conocido  pseudó- 
nimo de  Pitarra,  ocupa  el  papel  del  protagonista. 

FRANCESAS 

664. — Cornélie,  tragi-comédie  par  Alexandre  Hardy.  —  París,  1625, 
chez  Jacques  Quesnel. 

Forma  parte  del  tomo  II  de  la  colección  de  comedias  de  Hardy,  compuesta 
de  6  tomos,  en  12.°,  1624-28. 

Es  exactamente  la  novela  de  Cervantes,  La  señora  Cornelia,  puesta  en  forma 
dramática,  en  verso,  y  titulada  tragi-comedia  por  el  autor,  quien  dice:  «Este 
rico  asunto  está  imitado  de  Cervantes,  ingenio  claro,  culto,  juicioso,  y  el  más 
inventivo  entre  todos  los  de  su  nación.» 

Tragi-comedia  llamaban  los  franceses  á  la  obra  dramática  que  participaba 
'   del  drama  y  de  la  comedia. 

665. — La  Forcé  du  sang,  tragi-comédie  par  Alexandre  Hardy.  —  Pa- 
rís, 1626,  chez  J.  Quesnel. 

Está  en  el  tomo  III  de  la  antedicha  colección  de  Hardy. 

Es  el  mismo  argumento  y  la  misma  acción  de  la  novela  de  Cervantes,  La 
fuerza  de  la  sangre,  y  así  lo  declara  el  mismo  poeta  francés  al  frente  del  arre- 
glo: «Este  asunto  —  dice  —  está  representado  con  las  mismas  palabras  de  Cer- 
vantes, su  primer  autor...»  En  la  obra  titulada  Histoire  du  Théátre  fran(ois, 
depuis  son  origine  jusqu'h  présent...  par  les  frlres  Parfaid.  (París,  1745-49, 
15  tomos  en  12.°),  y  después  en  la  Bibliothlque  du  Théálre  franfais...  par  La 
Vallüre,  (París,  1768,  3  tomos  en  8  °)  se  afirma  que  Cornélie  del  poeta  Hardy, 

Tomo  II  45 


j^^  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas 

fué  escrita  en  1609,  y  La  Forcé  du  sang,  en  1611.  Esta  noticia,  que,  dada  la 
autoridad  de  las  citadas  obras  en  materias  teatrales,  han  copiado  los  demás  his- 
toriadores del  teatro  francés,  causóme  no  poco  asombro,  ya  que,  de  ser  cierta, 
tendríamos  que  el  dramaturgo  francés  disfrutó  los  dos  manuscritos  de  las  nove- 
las de  Cervantes  antes  de  su  impresión,  lo  cual,  como  sabemos,  tuvo  lugar  el 
año  de  1613. 

Lánceme,  pues,  á  inquirir  la  verdad,  y  releyendo  los  preliminares  del  tomo  II 
ya  descrito,  que  contiene  Cornélie^  hallé  estas  palabras  de  su  autor,  refiriéndose 
á  la  colección  de  las  seis  piezas  en  dicho  tomo  insertas:  «es  solamente  un  abi- 
garrado ramillete  de  seis  flores,  envejecidas  desde  la  época  de  mi  juventud  que 
las  produjo...»  Hardy  nació  hacia  el  año  de  1570;  de  manera,  que  si  compuso  á 
Cornilie  en  su  juventud,  como  él  mismo  afirma,  fué  antes  del  1600,  en  que  ten- 
dría unos  30  años,  y  por  lo  tanto,  la  novela  de  Cervantes  La  señora  Cornelia^ 
que  sirvió  de  modelo  á  Hardy,  hubo  de  ser  escrita  mucho  antes  del  año  1600,  y 
una  copia  del  manuscrito  debió  de  pasar  á  Francia,  donde  lo  leyó  el  fecundo 
dramaturgo  francés,  que  era  hombre  muy  instruido. 

El  caso  es  patente,  pero  de  todos  modos  asombroso  y  raro,  viniendo  á  pro- 
bar la  opinión,  que  en  otro  lugar  de  este  tomo  sustento,  respecto  á  la  gran  popu- 
laridad de  que  gozaba  Cervantes  ya  en  vida. 

De  la  propia  manera  hemos  de  colegir  que  Cervantes  compuso  la  novela  La 
fuerza  de  la  sangre  mucho  antes  del  año  161 1,  pues  en  esta  época,  Hardy  es- 
cribió sobre  ella  su  tragi-comedia  La  forcé  du  sang. 

666. — La  baile  Egiptienne,  tragi-comédie  par  Alexandre  Hardy.  —  Pa- 
rís, 1628,  chez  Franfois  Targa. 

En  8.» 

Se  halla  en  el  tomo  V  de  la  ya  citada  colección  de  comedias  de  Hardy.  Si- 
gue estrechamente  el  argumento  de  La  Gitanilla  de  Madrid,  y  el  dramático 
francés  encabeza  la  noticia  que  da  de  la  obra  al  frente  de  la  pieza,  con  estas 
palabras:  «El  incomparable  Cervantes,  entre  sus  novelas  más  dignas  de  estima 
y  de  admiración,  tiene  ésta...» 

También,  los  citados  historiadores  del  teatro  francés,  dicen  que  esta  come- 
dia se  escribió  en  1615.  Dos  años  hacía  que  Cervantes  había  publicado  su  no- 
vela. jNo  es  notable  que,  lejos  de  su  país,  ya  la  copiaran  é  imitaran? 

Algunos  críticos  franceses  tienen  á  Alexandre  Hardy  por  uno  de  los  funda- 
dores del  teatro  francés.  Su  fecundidad  fué  asombrosa,  pues  compuso  unas  600 
piezas  dramáticas;  si  bien  sólo  se  han  conservado  41. 

667. — La  Constance,  tragi-comédie  par  Fierre  de  Larivey.  —  Troyes, 
161 1,  imprimée  par  P.  Chevillot.  s 

Puibusque  cree  que  su  asunto  está  tomado  de  Cervantes;  pero  no  es  cierto. 
Larivey  tomó  esta  pieza  de  la  comedia  italiana  de  Razzi,  titulada  La  Costanza, 
cuyo  argumento  es  totalmente  distinto  de  la  novela  cervántica. 

También  dice  Puibusque  que  el  asunto  de  la  comedia  de  Pichón  Linfidile 
confidente  (1630),  está  tomado  del  Quijote^  pero  tampoco  es  cierto.  El  asunto, 
español  sí,  es  el  siguiente:  Lisanor  ama  á  Lorisa,  pero  su  amiga  Cefalia  le  roba 
el  amante  y  se  casa  con  él.  Lorisa,  entonces,  se  casa  con  D.  Pedro. 


inspiradas  por  las  obras  6  la  vida  de  Cervantes  35^ 

668. — Les  folies  de  Cárdenlo,  tragi-comédie  en  cinq  actes,  en  vers,  dé- 
diée  á  M.  Saint-Simon.  —  París,  Franqois  Targa,  1630. 

En  8.0 

La  acción,  explicada  por  el  mismo  autor,  es  la  siguiente:  «Después  de  varios 
sucesos,  Lucinda,  Cardenio,  D.  Fernando  y  Dorotea,  comparecen  sucesivamen- 
te en  la  misma  montaña,  donde  Don  Quijote  había  ya  encontrado  á  Cardenio.» 
El  héroe  de  la  Mancha  forma  entonces  el  principal  objeto  de  la  pieza,...  y  des- 
pués desaparece. 

669. — L'amant  liberal,  tragi-comédie,  dediée  á  la  Reine.  — París,  Aug. 
Courbé,  1638. 

En  4° 

La  acción  sigue  exactamente  la  de  la  novela  de  Cervantes;  sólo  están  varia- 
dos los  nombres  de  Ricardo  y  Cornelio,  que  se  llaman  respectivamente  Lean- 
dro y  Panfilo. 

Él  autor  de  esta  comedia  es  Georges  de  Scudéry. 

670. — Le  soldat  magícien. 

Georges  de  Scudéry  compuso  esta  pieza,  imitación  del  entremés  de  Cervan- 
tes, La  cueva  de  Salamanca,  que  tuvo  mucha  boga  en  el  teatro  francés,  y  fué 
más  tarde  refundido  por  sus  sucesores. 

671. — L'amant  liberal,  tragi-comédie.  —  París,  Toussaint  Quínet,  1637. 

En  4.° 

De  un  Prefacio,  copio  esta  noticia:  «Guérin  de  Bouscal  ha  compuesto  esta 
pieza  en  colaboración  con  Charles  Deys.  Scudéry  ha  tratado  el  mismo  asunto, 
cambiando  solamente  el  nombre  de  los  autores,  y  componiendo  nuevos  versos. 
Es  probable  que  Bouscal  y  Deys  enseñaron  su  obra  á  Scudéry,  quien,  encon- 
trándola interesante,  quiso  apropiársela;  y  es  positivo,  que  la  pieza  y  los  versos 
de  este  último,  valen  mucho  más  que  los  de  aquellos  dos.> 

672. — Les  deux  Pucelles,  tragi-comédie,  dediée  á  Mademoíselle  de  Lon- 
gueville.  —  París,  Antoine  de  Sommavílle,  1639. 

En  12." 

Tiene  cinco  actos,  en  verso,  esta  pieza  del  conocido  poeta  dramático  Jean 
de  Rotrou,  que  es  estimado  como  uno  de  los  creadores  del  teatro  francés. 

El  asunto  es  el  de  la  novela  Las  dos  Doncellas  de  Cervantes.  Hay  alguna 
variación  en  el  encuentro  de  D.  Antonio  con  Teodisia  y  Leocadia,  y  otra  en  la 
escena  de  la  desesperación  de  ésta,  la  cual  para  hallar  la  muerte  se  delata  ella 
misma  á  la  justicia  como  uno  de  los  ladrones  que  hablan  herido  á  D.  Antonio; 
y  es  llevada  á  la  cárcel,  concluyendo  asi  el  acto  4.°  —  En  el  5.°  es  libertada;  y 
continúa  la  acción  como  en  la  novela. 


Il 


2j6  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas 

La  Bibliothlque  du  théátre  franfais,  depuis  son  origine,  Dresde,  MDCC- 
LXVIII^  hace,  en  el  tomo  II,  el  siguiente  juicio  de  esta  pieza:  «Está  bien  es- 
crita, en  versos  fáciles.  Hay,  es  verdad,  un  número  excesivo  de  sucesos;  pero 
muchos  de  ellos  producen  escenas  felices  y  conmovedoras.  Corrigiendo  alguna 
cosa,  creo  que  esta  pieza  seria  susceptible  de  un  gran  éxito.» 

673. — Don  Quixote  de  la   Manche,  comedie  en  cínq  actas,   en  vers.  — 
París,  T.  Quinet,  1640. 

En  4° 

2.=   partie.  —  París,  A.  de    Sommaville,  1640. 

En  4."  EbU  compuesta  por  Guyon  Guérin  de  Bouscal. 

La  I."  parte  empieza  en  la  venta.  Cardenio  y  D.  Fernando,  habiéndose  ya 
reconciliado,  continúan  la  aventura  de  la  princesa  Micomicona,  y  cuando  Don 
Quijote  está  á  punto  de  partir,  viene  la  condesa  Trifaldi  y  tiene  lugar  la  aven- 
tura de  Clavileño,  fenecida  la  cual,  dice  Don  Quijote  á  la  Micomicona  que  an- 
sia ir  á  vengar  su  entuerto.  Así  termina  la  pieza.  El  autor  de  la  Bibliothlque  du 
théátre  fran (ais,  Dresde,  iy68  dice,  refiriéndose  á  esta  i."  parte:  «á  pesar  de  la 
jocosidad  del  asunto,  la  mayor  parte  de  las  escenas,  aunque  bien  escritas,  son 
frías;  la  versificación  es  fácil,  y  en  el  conjunto  no  falta  mérito.» 

La  2.*  parte  empieza  como  la  del  Quijote,  de  Cervantes.  Después  de  los  co- 
loquios de  Don  Quijote  con  Sancho,  van  ambos  nuevamente  en  busca  de  aven- 
turas, sobre  las  cuales  pasa  rápidamente  la  comedia,  hasta  llevar  á  los  dos  al 
castillo  de  los  Duques.  Allí,  entre  otras  burlas  copiadas  del  libro  de  Cervantes, 
aparecen  sucesivamente  delante  de  Don  Quijote,  Lirgandeo,  Dulcinea,  etc.,  y 
las  hijas  del  gran  Sophi.  Para  desvanecerle  sus  quiméricas  ideas,  los  Duques  le 
hacen  ver  que  son  los  criados  de  la  casa  quienes  han  representado  fingidamente 
aquellos  personajes;  pero  Don  Quijote  no  sana  de  su  locura  y  parte  en  busca  de 
más  aventuras.  La  comedia  concluye  con  una  cuarteta  de  Sancho,  prometiendo 
á  Don  Quijote  seguirle  hasta  el  cabo  del  mundo  con  tal  que  procure  ser  rey. 

674. — Le  Gouvernement  de  Sancho  Panza,  comedie  en  cinq  actes,  en 
vers.  —  París,  A.  de  Sommaville,  1642. 

En  4.° 

También  compuso  esta  pieza  Guérin  de  Bouscal. 

Es  la  relación  del  gobierno  de  Sancho,  precedida  de  los  consejos  de  Don 
Quijote.  Concluye  con  la  salida  de  Sancho  de  la  ínsula,  y  en  una  tirada  de  3a 
versos  bastante  regulares  se  despide  éste,  desengañado,  de  las  pompas  y  de  la 
ambición  humanas. 


675. — La  belle  Egiptíenne,  tragí-comédie.  —  París,  A.  de  Sommaville, 
1642. 

En  4.° 

Comedia  de  Sallebray,  tomada  de  La  Gitanilla  de  Madrid. 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  Cervantes  35y 

676. — Ballet  quijotesco  en  París,  el  año  1644. 

En  cariada  Diciembre  de  1875,  Que  se  insertó  en  el  núm.  5.°  de  la  revista 
Cervantes,  mi  malogrado  amigo  D.  Joaquín  M.^  Bartrina  me  dio  la  noticia  que 
copio:  «1644.  —  En  una  casa  particular,  primero,  y  luego,  á  instancias  del  Rey, 
en  Palacio,  representóse  un  ballet,  de  autor  desconocido,  titulado:  «Le  libraire 
du  Pont-Neuf,  ou  les  Romans.»  El  undécimo  personaje  que  en  ella  se  presenta 
en  escena  es  Don  Quijote,  en  cuya  boca  pone  el  poeta  los  siguientes  versos... 
(Don  Quijote  canta  su  gloria,  conquistada  por  la  sola  fuerza  de  su  brazo).  Apa- 
rece luego  Sancho  Panza,  y,  parodiando  á  su  amo  glosa,  con  el  vaso  en  la  mano 
las  aventuras  que  ha  hecho.  Poco  después  salen  Cardenio  y  el  Buscón  (el  prota- 
gonista de  la  novela  de  Quevedo),  y  tras  Guzman  de  Alfarache  pisa  las  tablas 
La  belle  Egiptienne  (La  Gitanilla),  y  su  amante. — Puede  verse  esta  curiosa  obra 
en  la  eruditísima  de  Víctor  Fournel,  Les  contemporains  de  Molitre  (A.  F.  Didot, 
1866),  tomo  II,  pág.  243.» 

677. — Le  curieux  impertinent,  ou  Le  Jaloux,   comedie  dediée  aux  Ja- 
loux.   —  París,  N.  de  Sercy,  1645. 

En  4.° 

La  compuso  le  Sieur  de  Brosse. 

678. — Le  Docteur  de  verre. 

Philippe  Quinault  hizo  una  comedia  titulada:  La  Comedie  sans  comedie,  en 
S  actos,  en  verso,  representada  en  1654  é  impresa  en  1657.  Cada  uno  de  los  ac- 
tos forma  una  pieza  separada,  y  el  3.°  es  una  pieza  titulada:  Le  Docteur  de  Ver- 
re.  —  ¿Será  el  Licenciado  Vidriera? 

679.- -Les  Précieuses  ridicules.  —  París,  1660. 

Dice  E.  Chasles  que  su  corto  prefacio  es  el  resumen  francés  del  prólogo  del 
Quijote. 

680. — Don  Quíchotte,  ou  les  enchantements  de  Merlín. 

Walcknaér  en  el  tomo  I,  pág.  80  de  su  Histoire  de  la  Fontaine,  dice:  tMa- 
deleine  Bejart  componía  también  piezas  dramáticas;  de  modo,  que  el  año  1660 
arregló  una  comedia  titulada  Don  Quijote  ó  los  encantos  de  Merlín.»  —  Sabido 
es  que  Moliere  se  hizo  actor  impulsado  por  la  pasión  que  sintió  hacia  la  cele- 
brada actriz  Magdalena  Béjart.  ¿No  es  presumible  que  ésta  consultarla  su  arre- 
glo dramático  con  el  gran  poeta  que  compartía  su  existencia  con  ella? 

Acerca  de  esta  pieza,  que  también  se  la  llamó  Sancho  Panza.,  hallo  las  si- 
guientes noticias  y  anécdota  en  el  Dictionnaire  critique  de  Jal,  artículo  Servante 
de  Moliire:  «Algún  tiempo  después  del  regreso  de  Barón,  se  representó  una 
pieza  titulada  Don  Quixote  que  empezaba  en  el  momento  en  que  Don  Quijote 
deja  á  Sancho  Panza  en  su  gobierno.  Moliere  hacía  de  Sancho,  y  como  debía 
salir  á  las  tablas  montado  en  un  asno,  se  puso  tras  los  bastidores  para  estar  pron- 


3SS  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  j  Úricas 

to  á  entrar  en  escena  oportunamente.  Pero  el  asno,  que  no  sabia  su  papel  á  la 
perfección,  una  vez  que  estuvo  en  los  bastidores  se  obstinó  en  entrar  sin  aguardar 
el  momento  requerido,  y  por  más  esfuerzos  que  Moliere  hacía  tirando  con  todas 
sus  fuerzas  del  cabestro,  no  podía  detener  al  asno,  de  modo  que  tuvo  que  gri- 
tar: ¡A  mí  Barón,  á  mí  La  Forest,  este  maldito  asno  quiere  entrar!  La  Forest  era 
una  sirvienta  que  formaba  entonces  toda  su  servidumbre,  á  pesar  de  que  él  tenia 
cerca  de  30,000  libras  de  renta.  Esta  mujer  estaba  en  el  lado  opuesto  de  basti- 
dores... y  estaba  riendo  á  carcajadas  al  ver  los  apuros  de  su  amo...»  —  «M.  Tas- 
chereau  en  su  Histoire  de  Molilre  cuenta  esta  aventura  como  sucedida  el  año 
1670,  pero  veo  una  dificultad  en  esta  fecha;  porque  La  Grange  nos  dice  que 
<Sancho  Panza,  pieza  arreglada  por  Mlle.  Béjart,  fué  representada  por  vez  pri- 
mera el  sábado  5  de  Junio  de  1659.  La  obra  tuvo  varias  representaciones  en 
1660,  1661,1662,  y  1665,  y  fué  representada  por  última  vez  el  viernes  20  de 
Noviembre  de  1665.» 

681. — L'Estourdy,  ou  les  Contretemps,  comedie  représentée  sur  le  théá- 
tre  du  Palais-Royal.  Par  J.  B.  P.  Moliere.  —  París,  1663.     '' 

En  12.0 

Dice  Mouhy  que  hay  una  edición  en  4.0  del  año  1658,  pero  no  se  conoce. 
Fué  si  representada  este  año  en  París,  y  lo  había  sido  ya  el  año  1653  en  Lyon. 

Varios  críticos  franceses.  La  Bédolliére,  Viardot  y  otros,  observaron  ya  que 
el  episodio  de  Andrés  en  esta  comedia  está  compuesto  con  recuerdos  de  La  Gi- 
tanilla  de  Madrid. 

682. — Le  Bourgeois  gentil  homme,  comedie-ballet,  par  J.  B.  P.  Moliere. 
París,  1 67 1. 

En  12.0 

Según  hace  notar  Mr.  Cailhava  en  su  Art  de  la  Comedie,  Moliere  en  el  acto 
tercero,  escena  XII,  de  esta  comedia,  ha  imitado  en  cierto  modo  la  conversa- 
ción de  Sancho  Panza  con  su  mujer.  El  resumen  del  detalle  es  éste:  Mr.  Jour- 
dain  disputa  con  su  mujer  acerca  del  casamiento  de  su  hija,  á  la  cual  aquélla 
quiere  casar  con  un  mercader  igual  suyo;  pero  Mr.  Jourdain  pretende  que  su 
hija  sea  duquesa,  ó  cuando  menos  marquesa. 

683. — Les  Opera,  comedie  de  M.  de  S.  Evremond.  —  Amsterdam,  1678. 

Uno  de  los  personajes  es  una  joven  que  á  fuerza  de  mucho  leer  y  cantar  ópe- 
ras, pierde  el  juicio  y  habla  siempre  cantando.  En  el  acto  II,  remedando  el  es- 
crutinio de  la  librería  de  Don  Quijote,  queman  la  de  la  alocada  señorita.  «Como 
la  locura  de  vuestra  hija  —  dice  uno  de  los  amigos  á  su  padre, —  se  parece  mu- 
chísimo á  la  de  Don  Quijote,  Perrette  ha  obrado  cuerdamente  haciendo  con  las 
óperas,  lo  mismo  que  la  sobrina  y  el  ama  hicieron  con  los  libros  de  caballerías.  > 

684. — Le  Docteur  de  Verre,  comedie  par  Antoine  Jacob  dit  Montfleury. 

Según  M.  FoulchéDelbosc,  este  dramaturgo  francés,  nacido  en  1640  y  fa- 
llecido en   1685,  compuso  dicha  comedia  sacada  de  El  Licenciado   Vidriera. 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  Cervantes  3J9 

Añade  que  no  se  ha  impreso  en  ninguna  de  las  ediciones  del  teatro  de  Mont- 
fleury  (1705,  1739  y  1775). 

685. — Sancho  Pansa. 

En  la  ya  citada  Bibliothlque  du  théátre  frangais  se  dice  que  Charles  Ri viere 
Dufresny  compuso  hacia  1694  una  comedia  de  este  nombre,  que  ha  quedado 
inédita. 

686. — Le  bon  soldat. 

Es  una  refundición,  hecha  por  Florent  Cartón  Dancourt  hacia  1631,  del  saí- 
nete Le  Soldat  magicien  que  hizo  años  antes  Scudéry  i.  imitación  del  entremés 
de  Cervantes,  La  cueva  de  Salamanca. 

687. — Mascarada  del  Quijote,  ante  Luis  XIV. 

Copio  la  noticia,  que  de  ella  me  dio  Mr.  Ferdinand  üenis  en  carta  de  5  de 
Julio  de  1877:  «En  el  mes  de  Febrero  del  año  1700  la  corte  de  Francia,  que  es- 
taba reunida  en  Marly,  tributó  un  brillante  homenaje  á  la  obra  de  Cervantes. 
El  Marqués  de  Dangeau  en  sus  Memorias  cuenta,  que  en  unas  fiestas  en  donde 
bailaba  la  joven  duquesa  de  Borgofia  «se  representó  una  njuy  ingeniosa  masca- 
rada de  Don  Quijote  en  la  que  Monseñor  hacia  el  Sancho  Panza,  y  Monseñor  el 
duque  de  Borgoña  formaba  parte  de  la  mascarada,  que  divirtió  muchísimo  al 
Rey.  Mtseñores  los  duques  d'Anjou  tomaron  también  parte  en  la  mascarada  y 
cenaron  con  el  Rey.»  Curioso  es  el  ver  que  el  mismo  hijo  de  Luis  XIV,  hizo  el 
papel  de  Sancho  Panza  en  un  juguete  cómico,  representado  en  la  corte. 

688.— t)on  Quichotte  de  la  Manche,  chevalier  errant  espagnol  révolté. 
Tragi-comédie,  dediée  á  M.™"=  la  marquise  de  Vassé.  — Strasbourg, 
J.  Stadel.  1703, 
En  12."  pequeño. 

El  autor  en  su  dedicatoria  firma  con  las  iniciales  C.  D. 

Es  una  critica  alusión  al  partido  que  en  la  guerra  de  sucesión  de  España, 
combatió  contra  Felipe  V. 

Hallo  noticia  de  esta  pieza  en  V Intermediaire  des  chercheurs  et  curieux,  co- 
rrespondiente á  25  de  Diciembre  de  1881. 

Véase  otra  noticia  en  el  693,  pág.  361  del  presente  volumen. 

689. — Sancho  Panza  (Gobierno  de). 

Leo  en  la  4.a  Carta  droapiana,  que  sobre  dicho  asunto  publicó  una  comedia 
Bellavoine  en  1705,  en  París. 

690.— Le  curieux  impertinent.   Comedie   en  vers.    Par   Mr.   Néricault 


360  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas 

Destouches.  (Le  prix  est  de  vingt  sois.)  —  A  París,  chez  Fierre  Ri- 
bou,  M.DCC.XI. 

En  12.",  de  6  hojas  preliminares  y  130  págs. 

El  pensamiento  es  el  de  la  novela  de  Cervantes;  pero  el  autor,  quizás  adop- 
tando el  parecer  del  cura,  pone  el  caso  entre  un  galán  y  una  dama.  Esta  hace 
pagar  cruelmente  cara  la  impertinente  curiosidad,  casándose  con  el  amigo  que, 
á  instancias  del  primitivo  galán,  la  había  cortejado. 


691. — Sancho  Panqa,  Gouverneur,  comedie  en  vers.  Mife  au  Théátre 
par  Monfieur  Dancourt  (canastillo ds  flores).  —  A  París,  chez  Fierre  Ri- 
bou...  M.DCC.XIII. 

En  12.",  de  6  hojas  preliminares  y  112  págs. 

En  el  Prefacio,  después  de  manifestar  que  la  novela  del  Don  Quijote  está  ya 
en  las  manos  de  todo  el  mundo  y  traducida  casi  en  todos  los  idiomas,  advierte 
Dancourt  acerca  de  su  comedia  que  «entre  las  varias  piezas  del  mismo  título  de 
la  presente  que  ya  existían  en  el  teatro  francés,  ha  hallado  una  cuya  versifica- 
ción, aunque  muy  anticuada  le  ha  parecido  bastante  buena  para  conservar  de 
ella  algunos  trozos,  y  que  ha  añadido  algunas  escenas  para  dar  más  importancia 
á  la  figura  de  Don  Quijote.»  En  efecto,  empieza  la  acción  con  la  llegada  de  Don 
Quijote  y  Sancho  al  castillo  de  los  Duques,  que  prometen  dar  á  Sancho  el  go- 
bierno de  la  ínsula  Barataría.  Toma  posesión  y  permanece  en  ella  todo  el  tiem- 
po que  la  obra  de  Cervantes  señala.  Deja  Sancho  al  fin  la  ínsula;  se  representa 
luego  el  desencanto  de  Dulcinea  ordenado  por  Arcalaus;  y  finaliza  la  pieza  con 
unas  coplas  cantadas  por  Dulcinea,  Sancho,  Arcalaus,  Altisidora  y  dos  perso- 
najes más  que  son  un  criado  y  una  doncella  de  los  Duques. 

En  los  Afínales  dramatiques,  París  1808-11,  se  lee  que  esta  pieza  fué  repre- 
sentada también  aux  Frangais,  el  año  17 12  con  un  divertimiento,  mtisica  de 
Gilliers;  y  que  es  casi  la  misma  comedia  de  Bouscal  representada  en  1644. 

Ni  una  ni  otra  obtuvieron  grande  aplauso  del  público;  pues,  preciso  es  con- 
fesar que  no  conservan  el  interés  ni  el  estilo  de  la  novela  de  Cervantes. 


692. — Les  Folies  de  Cárdenlo,  Piéce  héroi-comíque,  deuxiéme  Ballet 
dansé  par  le  Roi  dans  son  Chateau  des  Tuileries,  le  13  Décembre 
1720.  Cette  píéce  est  en  troís  actes,  en  prose,  précédée  d'un  prolo- 
gue en  vers,  quí  fut  chanté  par  les  Demoiselles  Antier  &  de  Bourg, 
&  par  les  Sieurs  Boutelou  &  Muraire.  II  y  a  aussi  trois  entrées  me- 
lées  de  chants  &  de  danses,  dont  la  derniére  est  intitulée:  l'Uníon  de 
l'Hymen  et  de  l'Amour:  les  paroles  sont  de  Coypel,  la  musíque  de 
la   Lande.  —  París,  Jean  Baptiste.  —  Cr.  Ballard,  1721. 

En  4.° 

Copio  esta  descripción  bibliográfica  de  la  pieza  de  Charles  Coypel,  de  la 
Bibliotkique  du  Ihéálre  fran(ais. 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  Cerrantes  361 

693. — Don  Quichotte  espagnol  révolté,  tragi-comédie  en  vers. 

En  4.0 

Manuscrito  sobre  papel,  del  siglo  xvm,  de  177  hojas  y  4  de  música.  Ej.  de- 
dicado al  Delfín;  la  dedicatoria  está  firmada  Cadillan  de  Lagarde. 
(Cai.  venta  Abraham  Alkan.  París.  i8go.) 

694. — Basile  et  Quiteria. 

Tragi-comedia  en  tres  actos  y  en  verso,  compuesta  por  Mr.  Gautier  y  repre- 
sentada en  el  teatro  francés,  el  año  1723. 

Carta  de  ü.  C.  Fernández  Duro  en  la  Crónica  de  los  Cervantistas. 

695. — Sancho  Pan<;a,  Gouverneur  ou  La  Bagatelle,  opera  comique  en 
deux  actes,  avec  un  prologue,  des  divertissements  et  des  vaudevilles, 
par  Thierry,  musique  de  Gilliers,  á  la  foire  Saint-Laurent,  1727. 

A  los  sucesos  del  gobierno  de  Sancho,  añade  el  autor  otros  extraños.  Com- 
parecen también  en  la  acción  Merlín  y  la  mujer  de  Sancho. 

696. — Don  Quichotte,  bal-pantomime. 

Dice  la  cuarta  Carta  droapiana,  que  Panard  arregló  este  divertimiento  el 
año  de  1734. 

697. — Don  Quichotte  chez  la  Duchesse,  ballet-comique  en  trois  actes, 
representé  pour  la  premiére  fois  par  l'Académie  royale  de  musi- 
que, le  12  de  Février  de  1743,  nouvelle  édition.  —  Paris,  N.  B.  Du- 
chesne,  1760. 

En  8.0 

La  música  es  de  Boismortier.  He  visto  esta  edición  de  la  pieza  de  Favart,  en 
la  Biblioteca  Nacional  de  París. 

698. — Don  Quichotte-polichinelle. 

Copiaré  la  noticia  que  de  esta  pieza  me  dio  D.  J.  M.»  Bartrina  en  carta  de 
2  Diciembre,  1876,  que  vio  la  luz  pública  en  el  número  5  de  la  Revista  Cer- 
vantes: «Poco  debía  soñar  Cervantes  al  escribir  la  graciosa  aventura  del  titere- 
ro que  más  de  un  siglo  después,  en  un  teatro  de  títeres  de  París,  habla  de 
representarse  su  Ingenioso  Hidalgo.  Dedúcese  de  los  escritos  del  eminente  bi- 
bliógrafo M.  de  Soleinne,  que  en  1743  y  probablemente  durante  las  ferias  de 
San  Germán,  se  ejecutó  un  Don  Qutchotte-Polichinelle,  cuya  letra  escribió  Va- 
lois  d'Orville.  Puede  consultarse,  para  más  detalles,  la  Histoire  des  Marionnet- 
tes  que  publicó  el  erudito  Carlos  Magnin  en  la  Revista  de  Ambos  Mundos,  pri- 
mero (1850),  y  luego  en  im  tomo,  en  casa  Levy.» 

Tomo  II  ♦* 


362  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  j  líricas 

699. — Le  faux  prodige. 

Comedia  de  Pirón,  imitada  de  £1  Retablo  de  las  Maravillas. 

700. — Don  Quichotte,  ballet-comique,  en  trois  actes.  —  Representé 
pour  la  premiére  fois  á  Bordeaux  par  rAcadémie  Royale  de  Musi- 
que,  dans  le  mois  de  Février,  1758. 

(Asensio.) 

701. — Sancho  Pan9a  dans  sonisle,  opera  Bouffon  en  un  acte;  Repréfen- 
té  devant  Leurs  Maf estés  á  Fontainebleau  le  Mercredi  20  Octobre 
i'j62^  par  les  Coniediens  Italiens  Ordinaires  du  Roí  (Escudo  reai  de  Francia). 
De  rimprimerie  de  C.  Baillard  Seúl  Imprimeur  du  Roi  pour  la  Mu- 
fique  ...M.DCC.LXII.  — Par  exprés  Cominandement  de  Sa.  Majesté. 

£n  8  °,  de  2  hojas  preliminares  y  68  pág.  Tirada  de  lujo  en  magnifico  papel  vélin. 

Al  verso  de  la  portada  se  advierte  que  la  letra  es  del  Sr.  Poinsinet,  lejeune, 
y  la  música  del  Sr.  Philidor. 

Empieza  la  acción  con  la  llegada  á  la  ínsula  de  Lope  Tocho  y  Teresa  Pan- 
za, que  pone  á  Sancho  como  nuevo,  porque  sabe  que  está  enamorando  á  una 
joven  llamada  Julieta,  cuyo  pretendiente  también  comparece  y  sostiene  con  San- 
cho un  desafío  burlesco.  Viene  luego  la  disputa  del  ganadero  con  la  mujer,  y 
acto  seguido  llega  el  mensajero  con  una  carta  de  Don  Quijote.  Va  Sancho  á 
sentarse  á  la  mesa  opíparamente  servida,  y  el  Dr.  Pedro  Recio  no  le  deja  pro- 
bar bocado.  Se  enfurece,  echa  al  doctor,  y  cuando  va  á  saborear  un  pollo,  óyese 
el  ruido  de  los  tambores  y  el  estruendo  de  los  asaltantes  de  la  ínsula.  Obligan  á 
Sancho  á  armarse  y  le  empujan  hacia  el  combate.  Muerto  de  miedo,  reniega  del 
gobierno,  y  se  marcha  con  su  mujer  y  Lope  Tocho. 

Hay  algunos  de  los  versos  que  tienen  gracia  y  dulzura,  pero  el  conjunto  de 
la  pieza,  vale  poco. 

702. — Le  Soldat  magicien,  opera  comique  en  un  acte,  melé  d'ariettes, 
par  Anseaume,  musiquede  Philidor;  á  la  Foire  Saint-Laurent,  1760. 

Es  una  nueva  refundición  de  la  pieza  de  Scudéry. 

703. — Sancho  gouverneur. 

Opereta  bufa  de  Jean  de  Nougaret,  representada  en  Baviera  el  año  1763. 

704. — Le  Barbier  de  Séville...  par  P.  A.  de  Beaumarchais.  —  París, 
1775- 

Según  E.  Chasles,  el  Celoso  extremeño  ha  dado  origen  al  personaje  Bar- 
tolo. 


inspiradas  por  las  obras  6  la  vida  de  Cervantes  363 

705. — Les  Noces  de  Camacho. 

Don  Cesáreo  Fernández  Duro  {Crónica  de  ¿os  Cervantistas,  tomo  II,  p.  57), 
dice  que  una  pieza  de  este  nombre  se  representó  el  año  1778  en  un  teatro  par- 
ticular de  París. 

706. — Le  nouveau  Don  Quichotte.  —  1789. 

«En  el  teatro  de  Monsieur  se  representó  Le  Nouveau  Don  Quichotte,  músi- 
ca de  Estanislao  Champein.»  (Noticia  de  Bartrina  en  la  Revista  Cervantes,  nú- 
mero 5.) 

707. — Cervantes . 

Entre  los  papeles  que  al  morir  dejó  Florian,  se  encontraron  fragmentos  del 
plan  de  una  ópera  titulada:  Cervantes,  que  aquel  escritor  francés  preparaba.  Lo 
hallado  es  sólo  el  plan  del  primer  acto,  y  se  insertó  en  el  i"  tomo  de  la  traduc- 
ción del  Quijote  por  Florian,  impresa  en  el  año  de  1 799. 

La  acción  empieza  en  el  baño  de  Argel.  Cervantes,  que  ha  ensayado  ya  tres 
infructuosas  tentativas  de  fuga,  concibe  una  cuarta,  y  desarrolla  su  plan  á  sus 
compañeros  de  cadena.  Viene  el  guardián,  da  orden  á  los  cautivos  para  que  sal- 
gan á  varios  trabajos,  y  queda  Cervantes  solo  con  dos  cristianos,  en  el  baño. 
Entonces  aparece  la  caña,  y  sigue  la  escena  como  está  descrita  en  la  Novela  del 
Cautivo,  acabando  el  acto  con  los  preparativos  que  Cervantes  ordena  se  hagan 
para  comprar  una  barca  con  el  dinero  que  le  ha  dado  Zoraida. 

708. — Le  Portrait  de  Michel  Cervantes,  comedie  en  trois  actas  et  en 
prese;  par  Michel  Dieulafoy;  Représentée  pour  la  premiére  fois  le 
21  Fructidor  an  10  (1802).  A  Paris,  chez  Huet,  et  Charon.  — An  XI 
de  la  République,  (1803). 

El  pintor  Morillos  obtiene  de  Anselmo  la  promesa  de  que  le  introducirá  se- 
cretamente en  la  celda  del  convento  donde  acababa  de  morir  Cervantes,  y  de 
que  podrá  sacar  el  retrato  de  este  genio,  esperando  el  pintor  ganar  mucho  dine- 
ro con  la  venta  de  la  efigie  de  un  hombre  ya  reconocidamente  célebre  enton- 
ces. Pero  Elisa,  la  hija  del  pintor,  y  su  amante,  desbaratan  este  proyecto,  y  para 
realizar  los  suyos  amorosos  ponen  ante  Morillos  un  criado  que  simula  ser  el 
cuerpo  de  Cervantes.  Tras  una  serie  de  escenas  inverosímiles,  el  fingido  muerto 
se  levanta  del  sillón  en  que  yacía,  y  el  pintor,  viéndose  burlado,  prorrumpe  en 
exclamaciones  que  Anselmo  calma  presentándole  á  Cervantes  que  casualmente 
acaban  de  encontrar,  sacado  algún  tiempo  hacía  por  orden  del  arzobispo  de  To- 
ledo. 

709. — Léocadie,  ópera-cómica,  de  Aug.  Eug,  Scribe,  representada  en 
París,  el  año  1824. 

Es  el  argumento  de  La  fuerza  de  la  sangre. 


i 


364  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas 

710. — Les  noces  de  Camache. 

En  la  ya  citada  carta  de  Bartrina,  insertada  en  el  número  5  de  la  Revista 
Cervantes,  se  dice  que  «esta  ópera  en  tres  actos,  música  de  Roberto  Bochsa, 
fué  representada  el  año  18 15  en  el  teatro  de  la  Opera  Cómica,  de  París. 

Merced  á  la  prodigiosa  memoria  de  Mr.  Ferdinand  Denis,  puedo  dar  acerca 
del  notable  éxito  de  esta  opereta,  más  detalles  que  este  sabio  literato  me  comu- 
nicó en  carta  del  29  Octubre  de  1877:  «Acuerdóme  de  una  opereta  que  hace 
unos  60  años  vi  representar  en  nuestra  Opera  Cómica,  y  que  durante  muchos 
meses  hizo  literalmente  furor.  El  famoso  Vestris  (el  hijo  del  Dios  del  baile),  tuvo 
á  honor  desempeñar  un  papel  en  esta  divertida  pieza,  que  todo  París  iba  á  ver. 
La  música  era  animada  y  atractiva.  Había  entonces  en  la  Opera  un  Sancho 
Panza  muy  delicioso  que  hacía  las  delicias  de  los  muchos  aficionados  á  Les  No- 
ces de  Gamache'.t 

Esta  obra  fué  escrita  por  J.  H.  Dupin,  autor  dramático,  nacido  en  París  en 
1791,  que  escribió  cerca  de  200  piezas,  algunas  de  ellas  en  colaboración  con 
Scribe  y  Dartois. 

711. — Ruperta. 

Hallo  en  mis  notas  que  el  año  de  1839  se  encontró  en  Burdeos  el  manuscri- 
to de  una  tragedia  basada  en  el  episodio  de  Ruperta  del  Persíles,  arreglado  por 
Fonfréde. 

712. — Don  Quichotte. 

Dice  Bartrina  {Cerv.  núm.  5).  «Una  deliciosísima  comedia  publicó  en  1850. 
Prosper  Mérimée,  titulada:  Don  Quichoiie.  No  tiene  absolutamente  nada  que  ver 
con  la  creación  de  Cervantes.» 

713. — Michel-Cervantés,  drame  en  cinq  actes  t-n  vers,  representé  au 
théátre  de  l'Odéon  le  28  de  Mars  de  1856,  par  Mr.  Thédore  Muret. 
—  París,  Levy  fréres,  1856. 

En  8.0  mayor,  de  104  págs. 

La  acción,  que  pasa  cerca  de  Madrid,  á  principios  del  siglo  xvir,  se  basa  en 
la  conjetura  de  la  existencia  de  una  madre  incógnita  de  Isabel  de  Saavedra,  pre- 
sentando el  poeta  igualmente  un  cuadro  de  las  penalidades  de  Cervantes  en  su 
vejez. 

Hallaránse  detalles  de  este  drama  de  Muret  en  el  Diciionnaire  des  conUmpo- 
rains  de  Vapereau  y  en  el  tomo  II,  p.  206  de  la  Crón.  de  los  Cervantistas. 

714. — Don  Quichotte,  piéce  en  trois  actes  et  huit  tableaux,  par  Victo- 
rien  Sardou.  —  París,  Michel  Levy  fréres.  —  1864. 

En  8."  mayor,  de  183  págs. 

Entre  las  figuras  que  pertenecen  al  Quijote  y  otras  que  el  autor  francés  ha 
creado,  son  36  los  personajes  de  esta  comedia.  Empieza  su  acción  con  el  empa- 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  Cervantes  365 

redamiento  de  la  puerta  del  aposento  en  donde  Don  Quijote  tiene  sus  libros, 
efectuado  por  Basilio,  bajo  la  inspección  del  ama.  Entran  en  escena  Carrasco, 
Camacho,  Quiteria,  Cárdenlo  y  D.  Fernando,  que  cuenta  á  aquél  sus  tratos 
amorosos  con  Dorotea,  á  quien  ha  abandonado  :ya.  Aparece  Don  Quijote  per- 
suadiendo á  Sancho,  que  le  sirva  de  escudero,  y  narrándole  varias  aventuras 
que  ha  llevado  á  cabo.  Se  acuesta  Don  Quijote,  representa  en  sueños  la  aven- 
tura del  titerero,  vuelve  Sancho  y  salen  ambos  acampana.  —  Cuadro  2.°:  La 
escena  es  en  Toledo.  Aparecen  sucesivamente  \as  mozas  del  partido,  los  arrieros, 
un  coro  de  toreadores,  Dorotea,  Luscinda,  varios  estudiantes  cantando  roman- 
ces, y  luego  D.  Fernando  y  sus  secuaces  que  roban  á  Luscinda.  — Acto  2.0:  Don 
Quijote  y  Sancho  atraviesan  una  desierta  montaña;  y  aquél  arremete  á  un  buho- 
nero, tomándole  por  el  jigante  Pandafilando.  Salen  D.  Fernando  y  sus  camara- 
des buscando  á  Luscinda  y  quiere  Don  Quijote  trabar  pelea  con  ellos,  que  le 
dejan  por  loco.  Aventura  de  los  galeotes,  Don  Quijote  y  Sancho  apedreados  por 
ellos  se  internan  en  Sierra-Morena,  hallan  á  Dorotea,  á  Cardenio,  á  Basilio  y  Ca- 
rrasco, concluyendo  el  cuadro  con  la  aventura  de  los  molinos  de  viento.  Empie- 
za el  2.0  cuadro  con  un  coro  en  la  venta,  en  donde  ocurren  varias  aventuras, 
viniendo  á  reunirse  todos  los  personajes,  y  después  de  suceder  á  Don  Quijote 
muchas  de  las  aventuras  que  Cervantes  describe  en  varias  partes  de  su  obra,  fi- 
naliza el  cuadro  con  un  alboroto  general  que  promueve  D.  Fernando  por  exigir 
que  Luscinda  sea  forzosamente  su  esposa.  —  Acto  3  °  Llega  Don  Quijote  á  un 
bosque  en  el  que  se  hallan  el  rey,  la  reina,  su  séquito  y  el  diablo;  todos  semi- 
dormidos. Créelos  encantados  y  sueña  que  está  en  la  cueva  de  Montesinos.  Sale 
el  caballero  de  los  Espejos,  vence  á  Don  Quijote  y  fuérzale  á  que  se  retire  á  su 
aldea.  Luego  vienen  Cardenio,  D.  Fernando,  Luscinda  y  Dorotea  ya  reconcilia- 
dos. —  El  cuadro  último  representa  las  bodas  de  Camacho,  concluyendo  la  pie- 
za con  la  partida  de  Don  Quijote  y  Sancho  hacia  su  aldea. 

He  aquí  ese  tejido  de  embrolladas  escenas  y  de  desmalazados  cuadros.  Sar- 
dou,  á  pesar  de  todo  su  talento,  no  comprendió  que  es  imposible  encerrar  la 
inmensidad  de  la  obra  de  Cervantes  dentro  de  los  límites  de  la  escena. 

715. — Don  Quichotte,  opéra-comique  en  trois  actes.  Libreto  de  M.  M. 
Jules  Barbier  et  Michel  Carré.  Musique  de  M.  Boulanger. 

De  esta  pieza,  representada  en  el  Thé&tre  Lyrique  el  10  de  Mayo  de  1869, 
hallo  el  siguiente  juicio  en  el  Dict.  de  Larousse:  «Es  una  dificultad  enorme  ha- 
cer cantar  en  una  ópera  á  Don  Quijote  sin  que  pierda  su  carácter  grotesco  y 
serio,  sin  desnaturahzar  ese  tipo  que  es  ridículo  y  sublime  á  la  vez.  Esta  dificul- 
tad no  han  sabido  resolverla  los  autores  de  este  nuevo  poema  de  Don  Quijote. 
Su  protagonista  es  un  extravagante  que  mueve  brazos  y  piernas,  grita,  se  arre- 
bata, sin  que  nadie  comprenda  una  palabra  de  su  agitación  ni  de  sus  alucina- 
ciones. —  En  cuanto  á  la  música,  la  inspiración  ha  faltado  completamente  á 
M.  Boulanger.» 

INGLESAS 

746. — Cardenio. 

Dice  Watts,  (D.  Q.  1888):  «Una  comedia  de  este  nombre  se  presentó  en 
Blackfriars,  teatro  del  Globo  en  1613.  Se  registró  en  Stationers's  Hall  como  es- 
crito en  colaboración  por  Hetcher  y  Shakespeare,  pero  no  se  imprimió.  (Ward's 
English  Dramatic  Literature,  vol.  L  pág.  468,  and  Dyers  Introduction  to  Beau- 
moni  and  Fletcher,  pág.  43.)» 


366  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas 

717. — Custom  of  the  Country. 

Sabido  es  que  Francis  Beaumont  y  John  Fletcher  compusieron  en  colabora- 
ción una  porción  de  obras  dramáticas  que  les  han  dado  gran  renombre  en  los 
fastos  del  teatro  inglés.  La  i.*  edición  de  sus  comedias  se  publicó,  el  año  1647 
en  Londres,  un  tomo  en  folio,  y  aumentada  la  colección  con  nuevas  piezas,  ha 
tenido  una  larga  serie  de  ediciones,  figurando  siempre  en  ellas  juntos  los  dos 
nombres  de  Beaumont  y  Fletcher,  á  pesar  de  que  muchas  comedias  están  escri- 
tas por  Fletcher  después  de  la  muerte  de  Beaumont. 

La  presente  tragedia,  Costumbres  del  campo,  está  compuesta  de  varios  trozos 
del  Perslles,  y  la  escena  en  que  Guiomar  salva  al  propio  asesino  de  su  hijo  es 
una  estricta  traducción  de  la  de  Cervantes.  Ticknor,  (Hist.  lit.  esp.  3.*  ed.  Bos- 
ton, 1864)  da  más  detalles  de  esta  imitación,  y  dice  que  sus  indecencias  la  se- 
paran hondamente  de  su  original,  tan  puro  en  sus  pensamientos  y  en  sus  senti- 
mientos. 

718. — The  Knight  of  the  burning  pestle. 

Según  A.  W.  Schlegel  y  Lewes,  el  pensamiento  de  esta  comedia,  compuesta 
tn  \6i¡,  El  caballero  de  la  ardiente  machaca,  ein  s\x  conjunto  está  tomado  del 
Quijote.  La  compusieron  Beaumont  y  Fletcher. 

719. — Love's  Pilgrimage  (La  peregrinación  amorosa.) 

Comedia  de  Beaumont  y  Fletcher,  sacada,  según  dice  Schack  y  Lewes,  {The 
spanish  drama),  de  la  novela  de  Cervantes,  Las  dos  Doncellas.  (Schack,  dram. 
lit.  in  spain.  tomo  II,  pág.  53). 

720. — The  Chances  (Los  acasos.) 

Comedia  compuesta  en  1620,  por  Fletcher;  sacada,  según  Schack  y  Lewes, 
de  La  Señora  Cornelia.^  de  Cervantes. 

721. — The  Beggar  Bush  (El  ramo  del  mendigo.) 

Comedia  escrita  en  1622,  por  Fletcher;  sacada,  según  Schack,  de  la  novela 
de  Cervantes,  La  Fuerza  de  la  Sangre. 

722. — The  spanish  Gipsy  (La  gitana  española). 

Comedia  de  Middieton  y  Rowley  (mediados  del  siglo  xvii),  sacada,  según 
Schack,  de  La  Gitanilla  de  Madrid.  Fué  escrita  en  1653. 

723.— The  fair  Maid  of  the  Jun. 

Comedia  postuma  de  Beaumont  and  Fletcher,  1647,  imitación  de  La  ilustre 
fregona. 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  Cervantes  367 

724. — Rule  a  Wife  and  have  a  Wife. 

Comedia  de  Beaumont  and  Fletcher,  1640,  inspirada  por  El  Casamiento  en- 
gañoso. 

725. — The  Comical  History  of  Don  Quixote.  As  it  was  acted  at  the 
Queen's  Theatre  in  Dorset  Garden,  by  Their  Majesties  Servants. 
Written  by  Mr.  D'Urfey.  —  London,  Printed  for  J.  Darby,  etc. 
M.DCC.XXIX. 

En  12.°,  de  295  págs. 

Este  poema  dramático,  dividido  en  tres  partes,  está  amenizado  con  coros  y 
arietas,  y  cada  parte  lleva  un  prólogo  y  un  epílogo.  Ha  conseguido  el  autor  pre- 
sentar en  escena,  hasta  donde  posible  es,  una  gran  parte  de  la  acción  del  Quijo- 
te, cuyo  desarrollo  no  han  alcanzado,  á  lo  menos  tan  ordenadamente,  ninguna 
de  las  muchas  piezas  dramáticas  que  sacadas  de  la  inmortal  novela  se  han  pu- 
blicado dentro  y  fuera  de  España.  Pero  el  autor  afeó  su  obra  manchándola  con 
frases  deshonestas  unas,  y  otras  de  doble  sentido. 

D'Urfey  compuso  su  arreglo  muchos  afios  antes  de  la  fecha  indicada  en  el 
tomo  que  acabo  de  describir.  Hizo  la  i.»  y  2.a  parte  en  1634,  y  dio  la  3.»  el 
año  1636. 

Mi  ej.  lleva  el  ex  lihris  blasonado  de  «John  Johnston». 

726. — The  double  Falsehood. 

Según  Bartrina  (revista  Cervantes,  núm.  5,)  se  representó  en  el  teatro  de  Dru- 
ry  Lañe,  de  Londres,  la  noche  del  13  de  Diciembre  de  1727,  esta  comedia  en 
que  Shirley  desarrolló  un  argumento  tomado  de  los  amores  de  Cárdenlo. 

727. — Don  Quixote,  an  entertainment  for  music.  London,  1774. 

En  8." 

Second  edition.  London,  1776. 
En  8.» 

El  autor  fue  J.  Piguenit.  (Fitz-Maurice  Kelly.) 

728.— -Don  Quixote  in  England.  An  Opera  as  it  is  Acted  at  the  Thea- 
tres  Royal  in  Drury  Lañe  and  Covent  Garden.  By  Heny  Fielding, 
Efq.  — London,  Printed  for  J.  Wenman...  M.DCC.LXXVIL 

En  4.0,  de  17  págs.  á  dos  columnas  de  letra  muy  compacta. 

Los  personajes  son:  Don  Quijote,  Sancho,  Sir  Thomas  Loveland,  Squire  Bad- 
ger,  Fairlove,  Mayar,  Dorotea,  Jezebel,  Mrs.  Guzzle...,  criados,  gente. 

El  plan  de  esta  comedia,  en  tres  actos,  en  prosa,  es  muy  sencillo  y  su  pen- 
samiento va  indicado  en  las  siguientes  frases  que  su  autor  dice  en  una  introduc- 
ción: «He  traído  á  Don  Quixote  á  Inglaterra,  é  introducídole  en  una  hostería 
del  campo,  en  donde  nadie  se  asombrará  de  ver  que  Don  Quijote  encuentra  á 
muchas  personas  que  son  tan  locas  como  él.» 


368  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  7  líricas 

Fielding  hizo  estrenar  esta  comedia  el  año  1734  en  el  teatro  Haymarket  y 
se  volvió  á  representar  en  el  Drury  Lañe  en  1752,  y  en  Covent  Garden  el 
año  1759. 

729. — The  Mountaineers  (Los  rústicos.) 

«En  3  de  Agosto  de  1793  se  puso  en  escena  una  obra,  mezcla  de  tragedia 
comedia  y  Opera,  (en  cuya  ejecución  tomó  parte  el  célebre  Kean),  titula  Moun- 
taneers  fundada  en  el  episodio  de  Cárdenlo.  Escribióla  Colman.» 

(Bartrina,  revista  Cervantes,  núm.  5.) 

730. — Don  Quixote  in  Barcelona,  a  farce.  —  London,  1808,    by  Joseph 
Moser,  Esq. 
En  12° 

La  veo  citada  en  la  Bibliotheca  Britannica,  by  R.  Watt.  Edinburg,  1824. 

731. — Fizgigg,  or  the  modern  Quixote,  1763. 

Figura  en  una  colección  de  piezas  de  teatro,  anunciada  con  núm.  772,  en  el 
cat.  James  Roche,  1889,  London. 

732.  -Don  Quixote,  or,  the  Knight  of  the  woeful  countenance.  A  Mu- 
sical drama,  in  two  acts,  by  George  Almar,  Esq.  To  which  are  ad- 
ded,  a  description  of  the  costume,  cast  of  the  characters,  entrance 
and  exits,  relative  positions  of  the  performers  on  the  stage,  as  per- 
formed  at  the  Metropolitan  minor  Theatres.  With  a  fine  engraving. 
—  London:  John  Cumberland. 
En  12.°,  de  30  ] 


Sólo  contiene:  i  .'^  acto.  —  Escrutinio  de  la  librería  de  Don  Quijote;  aven- 
turas del  yelmo  de  Mambrino,  del  caballero  de  los  Espejos,  y  del  titerero. — 2.° 
acto. — Don  Quijote  en  casa  de  los  Duques  y  gobierno  de  Sancho  en  la  ínsula. 
Todo  esto  breve  y  confuso. 

Forma  parte  del  tomo  XIII  de  la  Colección  de  dramas,  publicada  por  Cum- 
berland, en  1833  y  siguientes.  La  vi  en  el  Museo  Británico. 

733. — Redington's  Juvenile  Drama,  Don  Quixote,  or,  the  Knight  of  the 
Woeful  Countenance,  A.  Drama  in  Two  Acts,  4  Plates  of  Charac- 
ters, 5  Plates  of  Scenes,  2  Plates  of  Wings,  i  Top  Drop.  Total  12. 
Adapted  only  for  Redington's  Characters  and  Scenes.  Printed  and 
Published  by  J.  Redigton...  Sold  Wholesale  by  J.  Webles.— 1850. 

En  12.°,  pp.  16. 

Las  12  láminas  son  anónimas. 

(Núm.  349,  Ashbree,  Iconography,  of  D.  Q.) 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  Cervantes  369 

734. — Don  Quixote,  a  drama  founded  on  the  tale  by  Cervantes. 

Tomo  XIV  de  las  obras  dramáticas  publicadas  por  Cumberland,  1828.  {Mu- 
seo Británico.) 

735. — Don  Quixote. 

Opera  bufa,  música  de  G.  A  Macfarren,  estrenada  en  el  teatro  Drury  Lañe, 
de  Londres,  el  3  de  Febrero  de  1846.  El  libreto  es  de  un  hijo  del  compositor. 

736.— The  Spanish  Student. 

Drama  en  verso  de  Henry  W.  Longfellow,  sacado  de  la  novela  de  Cervan- 
tes La  Gitanilla  de  Madrid.  Se  publicó  en  1842. 

Si  bien  declara  este  ilustre  poeta  americano  que  el  asunto  de  su  pieza  lo  ha 
tomado  de  la  hermosa  novela  de  Cervantes,  añade  luego  que  sólo  debe  á  ella  el 
incidente  principal.  Mas,  su  compatriota  el  conocido  novelista  Edgar  AUán  Poe 
demuestra,  (The  works  of.  E.  A.  Poe,  N.  York,  1857),  por  medio  de  un  deteni- 
do análisis  de  esta  comedia,  que  no  es  un  incidente,  sino  el  asuuto  principal, 
cervántico,  el  que  ha  adoptado  Longfellow.  Por  lo  demás  la  acción  en  sus  per- 
sonajes secundarios  y  en  sus  detalles  se  aparta  de  la  novela  de  Cervantes. 

737. — Don  Quijote  de  la  Mancha. 

Bartrina  {Cervantes,  núm.  5),  dice  lo  siguiente:  «En  la  noche  del  lunes  25  de 
Septiembre  de  1876  representóse  por  primera  vez  en  el  teatro  de  la  Alhambra, 
de  Londres,  la  ópera  en  tres  actos:  Don  Quijote  de  la  Mancha,  libro  de  Mess. 
Maltby  y  H.  Paulton  y  música  de  Federico  Clay.  Los  periódicos  la  anunciaron 
como  una  grand  comic  and  spectacular  opera  founded  on  incidents  from  Cervan- 
tes's  celebrated  novel.  Alcanzó  buen  éxito  y  hasta  hace  pocos  días  no  se  retiró 
de  la  escena.  Se  ocuparon  de  ella,  entre  otros,  The  Aiheneum,  núm.  2553,  que 
le  consagró  un  curioso  estudio  bibliográfico.» 

738.— Don  Quixote. 

Comedia  representada  con  extraordinario  éxito  la  noche  del  4  de  Mayo  de 
1895,  en  el  Lyceum  Thealre,  de  Londres.  Está  basada  en  la  comedia  de  Sardou 
pero  con  notables  modificaciones. 

Según  dicen  los  periódicos  ingleses,  el  eminente  actor  inglés  Irving  interpre- 
tó á  Don  Quijote  tal  como  lo  pinta  Cervantes,  y  no  de  la  manera  grotesca  con 
que  lo  hizo  el  actor  que  representaba  el  mismo  papel  en  el  teatro  del  Chatekt, 
de  París. 

739. — Alonso  Quixano:  A  Dramatisation  ot  the  Novel  of  Cervantes,  and 
specially  of  those  party  which  heleft  unwritten;  by  G.  E.  Morrison. 
London,  1895. 

En  8.° 

{Rev.  crit.  de  hist.  ylit.,  Febrero  de  1896.) 
Tomo  u  47 


370  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  lincas 

ALKMANAS 

Casi  todas  las  noticias  de  esta  sección  de  piezas  dramáticas  alemanas,  las  de- 
bo á  la  interesante  obra  £>ie  Cervanies-Ltíeratur  in  Deusichland,  Ziirich,  18S7, 
8.°,  que  su  autor  el  reputado  cervantista  Mr.  Ed.  Dorer  me  envió  con  importan- 
tes adiciones  manuscritas.  Haré,  pues,  solamente  mención  especial  de  las  pocas 
noticias  que  procedan  de  otro  origen. 

740.-  Unzeitiger  Vorwitz. 

Está  literalmente  tomada  de  El  curioso  impertinente  y  es  la  última  pieza  del 
tomo  n  de  esta  obra:  Englische  Comedien  und  Tragedien...  1630. 

741. — :Der  irrende  Ritter  D,  Quixotte  de  la  Manda. 

(El  caballero  errante  D.  Q...). 

Por  Lit.  Hinsch,  composición  de  Ph.  Fortsch.  S.  1.  n.  a.  Hamburgo,  1690. 

742. — Don  Quixote  in  dem  schwarzen  Gebürg  (D.  Q.  en  Sierra-Mo- 
rena.) 

En  8." 

Representado  el  año  1719  á  S.  S.  M.  M.  Emperador  de  Romanos  y  Rey  de 
España.  (Música  de  Francisco  Conti).  Viena,  J.  van  Ghelen, 

743. — Don  Quixotte  in  dem  Mohren-Gebürge. 

En  4.° 

(D.  Q.  en  Sierra-Morena). — Opera  representada  en  la  reputada  escena  ham- 
burguesa.— Hamburgo,  1722. 

744. — MüUer,  Don  Quijote  in  dem  Mohrengebirge,  1722. 

745. — Don  Quixotte  in  dem  Mohrengebirge.  —  Wolfenbüttel,  1723. 

746. — Don  Chiscotte  am  Hofe  der  Herzogin. 

(D.  Q.  en  la  corte  de  la  Duquesa.)  Zarzuela,  1728. 

747, — Heinrich  und  Pernillo. 

La  novela  El  casamiento  engañoso  dio  la  materia  de  esta  pieza,  que  se  halla 
en  el  tomo  UI  de  la  siguiente  colección  de  L.  Holberg:  Danicht  Schaubühne 
Leipzig,  1744. 

748. — Stille  Wasser  sínd  tief  (Guárdate  del  agua  mansa.) 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  CerTantes  371 

En  esta  pieza,  imitada  de  Beaumont  y  Fletcher,  una  parte  de  la  acción  está 
tomada  de  El  casamiento  engañoso.  Se  halla  en  el  tomo  n  de  Beitrag  zur  deuis- 
chen  Shaubühne,  por  F.  Ludw.  Schroder. 

749. — Don  Quischott  von  Mancia. 

Divertida  zarzuela  representada  en  los  teatros  imperiales  de  Viena  el  afio 
1771. — Viena,  v.  Ghelen.  (El  3."  tratado  de  Ft.  Gassmann:  la  música  de /"<?««>- 
lio.  P.  54  de  la  escena  alemana.) 

750. — Sancho  Pansa.  Opereta.   Halberstadt,    Gross   (Leipzig,   Somer), 
1775- 

En  8.° 

751. — Schiebeler,  Dan.  Basilio  und  Quiteña. 

Episodio  dramático,  1767. 

El  mismo,  en  Musikalische  Gedichte.  Hamburgo,  Bock,  1769. 

En  8." 

752. — Der  Soldat  ais  Zauberer. 

En  8.0 

Opera  de  Chr.  Fr.  Schwan.  Manheim,  1772. 

No  la  he  visto,  pero  por  el  título  supongo  será  una  traducción  de  la  pieza 
Le  soldat  magicien.,  que  á  su  vez  fué  imitado  de  La  cueva  de  Salamanca  de  Cer- 
vantes. 

753. — Die  Zigeuner  (Los  gitanos.) 

En  8." 

Comedia  con  canto,  por  H.  Ferd.  Móller.  Leipzig,  1778,  (Tomada  de  la  Gi- 
tanilla.') 

754. — Der  Bettelstudent  oder  das  Donnerwetter. 

Pieza  cómica  en  dos  actos  representada  en  el  teatro  Electoral  de  Munich,  en 
1783.  Se  hizo  2.^  edición  en  1789,  otra  en  Leipzig  en  1795,  y  otra  en  Viena  el 
año  1802. 

Imitación  de  La  Cueva  de  Salamanca. 

755. — Don  Quixote. 

En  8.0 

Tomo  I  de  las  comedias  de  F.  J.  H.  conde  de  Soden,  Berlín,  1788-91.  Cua- 
tro tomos. 

756.— Schack,  B.  de  A.  Don  Quixotte,  1792. 


372  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas 

757.— Don  Quijote. 

«Según  Fétis,  en  el  Almanaque  de  los  teatros  de  Gotha  de   1791,  se  cita  á 
Hubatschek  como  autor  de  esta  ópera,  en  tres  actos.» 
(Bartrina,  Cervantes,  núm.  5.) 

758. —  Don  Quijote  dar  Zweite.  Komisches  Singspiel   (El  2°  D,  Q.  ope- 
reta cómica).  Oís.  Gehr,  1795. 

759. — Don  Quixotte.  Oper  von  Dittersdorf,  1795. 

Parece  que  es  la  misma  anterior,  sacada  del  italiano,  y  puesta  en  música  por 
Dittersdorf. 

760. — ^Josephine.  ', 

En  8.° 

Imitación  de  Cervantes  y  Florian.  Está  en  la  colección   11.*  de  A.  G.  Skir- 
ren  Meissner,  Leipzig,  1792-96. 

761. — Der  Teufel  ais  ein  Hidráulicas. 

Sainete  en  fres  actos  sacado  del  anterior,  (Bettelstudent),  y  arreglado  para 
el  teatro  de  la  corte  sajona,  por  Albrecht,  Leipzig,  1795. 

762. — Der  Bettelstudent. 
En  8.° 

Opera  cómica  en  dos  actos.  Viena,  Wallishauser,  1800. 

763. — Die  Zigeuner  (Los  gitanos.) 

Novela  del  Español,  del  autor  de  Rinaldo,  por  Chr.  Aug.  Vulpíus.  Armstadt 
y  Rudolstad,  1802.  (Varios  pasajes  tomados  de  la  Gilanilla.) 

764.— Ritter  Quixotte. 

(Caballero  Quijote  (el).  Opera  en  dos  actos.  Viena,  Wallishauser,  1802. 
765. — Don  Quixote. 

Opera  cómica  romántica  de  K.  F.  Hensler,  en  tres  actos.  Viena,  1803. 
766. — Der  verliebte  Don  Quijote. 

(El  enamorado  D.  Q.).  Burleskon  von  A.  Bode.  Leipzig,  1804 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  Cervantes  373 

767. — Cervantes  Portrait. 

Comedia  tomada  del  francés  (de  Dieulafoy),  por  F.  L.  Schmidt.  Leipzig, 
Reing,  1804. 

768. — Cervantes  !n  Algier. 

Drama  en  cinco  actos  de  Christoff.  Kuffner.  Brünn,  1820. 

769. —  Cervantes. 

Drama  en  cuatro  actos  por  Geo.  Doring. — Frankfurt,  1819. 

770.  —Don  Quixote  und  Sancho   Panza,  oder  die  Hochzeit  des  Gama- 
cho.  Dramat.  Spiel  mit  Gesang  in   5  Aufzügen,  von  Aug.  Klinge- 
mann.  Leipzig  und  Altenburg.  —  Brockhaus,  1815. 
En  8." 

(D.  Q.  y  S.  P.  ó  las  bodas  de  C,  comedia  con  canto,  en  cinco  actos  de 
A.  K...  etc.). 

(Noticia  tomada  del  Allgem.  Bücher  Lexicón^  v.  Heinsius.) 

771. — Die  Abentheuer  der  Ritter  D.  Quixote  de  la  Mancha  (i). 

(Las  aventuras  del  caballero  D.  Q.  de  la  M.) 

«En  el  teatro  Nacional  de  Berlín  se  representó  esta  comedia  en  cinco  actos, 
el  20  de  Mayo  de  181 1.  Había  algunas  piezas  musicales  originales  de  Federico 
Luis  Seidel.» 

(Bartrina,  Cervantes,  núm.  5.) 

772. — Die  Hochzeit  des  Camacho. 

Opera  en  dos  actos  sacada  de  Cervantes  por  Ludw.  Frhr.  v.  Lichtenstein, 
Musik  v.  Fel.  Mendelssohn-Bartholdy.  —  Berlín,  1827. 

Bartrina,  que  cita  también  esta  pieza  (revista  Cervantes,  núm.  5),  le  da  la  fe- 
cha de  1825.  (Mendelssohn  tenía  entonces  16  años),  y  dice  que  tuvo  poco  éxito 
y  hubo  de  retirarse  de  la  escena. 

773. — Don  Quixote. 

Opereta  de  Karl  Grandorf,  música  de  L.  Roth  y  Max  von  Weinzierl. 
(Representada  en  el  teatro  municipal  de  Graz  en  Noviembre  de  1877.) 

774. — Ein  neuer  Don  Quixote,  oder  Edelmann  und  Millionar.  Lust-u. 


(i)    Copio  textualmente;  pero  der  Ritltr  es  errata  por  des  Ritters. 


374  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas 

Scherzpiel  in  2  Acten  nach  Kotzebue,  von  C.  Gollmick.  Frankíurt, 
1859. 

(Un  nuevo  D.  Q.  ó,  hidalgo  y  millonario,  juguete  gracioso  y  burlesco  sacado 
de  Kotzebue,  por  C.  G.,  etc.) 

775. — Kónigliche  Schauspiele.  —  Don  Quixote.  —  Komisches  Diver- 
tissement  in   i  Akt  von  Paul  Taglioni.  —  Musik  von  Gáhrich.  — 
Nach  Anordnung  der  Kóniglichen  General-Intendantur.  —  Berlín. 
(Preis:  2  ^  Silbergroschen.) 
En  8.°,  de  13  págs. 

(Espectáculos  reales.  D.  Q.  Divertimiento  cómico  en  un  acto  por  P.  T.,  mú- 
sica de  G. — Según  lo  dispuesto  por  el  Real  Intendente  general.  Berlín,  etc.) 

El  argumento  de  este  pequeño  juguete  se  reduce  á  las  fiestas  de  las  Bodas 
de  Camacho. 

776. — Der  neue  Don  Quichotte.  Lustspiel  in  einem  Acte.  Nach  dem 
Franzósischen  von  Alexander  Bergen.  Wien,  1861.  Verlag  dar  Wa- 
IHshausser'schen  Buchhandung. 

En  4.°,  de  13  1 


Tiene  el  Sr.  Bonsoms  este  ligero  juguete.  El  protagonista,  el  nuevo  Don  Qui- 
iote,  es  un  joven  y  elegante  barOn  que  se  hace  un  deber  de  sacrificarlo  todo  por 
las  señoras,  por  pura  abnegación;  pero  resulta  que  todos  sus  desvelos  y  afanes 
en  favor  de  las  damas  resultan  serlo  por  fútiles  causas,  y  de  ello  se  valen  sus 
amigos  para  hacer  burla  de  él. 

777. — Don  Quijote.  Lustiges  Singspiel  in  2  Acten.  Wien.  Wallishauser. 
1861. 

(D.  Q.  sainete  lírico  en  dos  actos,  etc.) 

778. — Don  Quixote  auf  Gamacho's  Hochzeit.  Ballet  ¡n  3  Acten  von  Lau- 
chery;  Musik  v.  C.  Gius.  Foéschi  u.  Christ.  Cannabich. 

(D.  Q.  en  las  bodas  de  Camacho,  etc..) 

779. — Das  Spitzentuch  der  Kónigin  (El  pañuelo  de  encaje  de  la  reina). 

Opereta  en  tres  actos  de  H.  Bohrmann-Rieger.  Música  de  J.  Strauss,  1880. 
Los  héroes  de  la  pieza  son  Cervantes,  y  el  proyectado  tipo  de  Don  Quijote  y 
Sancho  Panza.  Las  aventuras  de  Cervantes  en  Portugal  forman  el  argumento. 

780. — Don  Quixote.  Musikalisches  Characterbild.  Humoreske  für  Or- 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  Cervantes  375 

chester   camponirt   von   Antón    Rubistein. — Op.  87.  —  Leipzig. 
Verlag  von  B.  Senff. 

781. — Preciosa. 

Comedia  en  cuatro  actos  de  Pío  Alejandro  Wolf,  puesta  en  música  por  el 
célebre  compositor  Carlos  María  de  Weber.  Su  argumento  es  el  de  La  Gitanilla 
de  Madrid.  Se  conocen  las  siguientes  ediciones: 

Berlín,  Duncker  &  Humblot,  1823. 

Viena,  1825. 

Stuttgart,  Hoffman  (Theater  Bibl.) 

Leipzig,  Reclam.  (Univ.  Bibl.  n.°  130.) 

Acerca  de  este  drama  escribió  el  insigne  escritor  Juan  Fastenrath  las  si- 
guientes hermosas  frases,  que  han  visto  la  luz  pública  en  la  Ilustración  Españo- 
la y  Americana  del  28  de  Febrero  de  1877:  «Weber  adornó  con  las  miniaturas 
de  sus  melodías  el  drama  titulado  Preciosa,  llenándolo  con  los  sonidos  de  la 
patria  verde  de  su  musa,  con  las  voces  de  la  selva  que  nos  deleitan  y  conmue- 
ven en  Freischutz  Lo  que  éste  es  para  el  alemán,  lo  mismo  debía  ser  Preciosa 
para  el  español,  encantándole  por  el  romanticismo  de  los  gitanos.  El  autor  del 
drama,  Pío  Alejandro  Wolf,  que  en  i8n  sacó  el  asunto  de  la  primera  de  las  no- 
velas publicadas  por  Cervantes  en  16 13,  no  había  respirado  en  vano  las  auras  de 
la  corte  de  las  musas  alemanas,  y  sus  versos  tienen  algo  del  torrente  de  armonía 
que  brota  de  las  obras  de  nuestros  grandes  poetas  nacionales.  Pero  la  populari- 
dad la  debe  el  drama,  sólo  á  la  música  de  Weber;  pudiendo  llamarse  Preciosa 
la  hermana  morena  y  hermosa  del  rubio  Preischutz.  Es  cierto  que  estrenándose 
en  Berlín  el  15  de  Marzo  de  182 1,  le  preparó  el  terreno.» 

782. — Die  Irrsale  Klatars  und  der  Gráfin  Sigismunda,  von  Otto  Heinrich 
Graf  V.  Lóben.  2  Auflage.  Ronneburg,  Weber,  1822. 

Escrito  con  recuerdos  del  Perslles. 
783. — Don  Carrizales. 

Comedia  en  cuatro  actos  de  Rosalía  v.  Collín,  sacada  de  la  novela  de  Cer- 
vantes, El  Celoso  extremeño.  Briinn,  Trasller,  1823. 

784. — Fantasiestücke  (in  Callots  Manier.) 

Piezas  de  fantasía,  por  E.  Th.  A.  Hoffman,  dos  partes,  año  1814.  —  En  el 
tomo  I  hay  una  imitación  del  Coloquio  de  los  Perros,  de  Cervantes. 

785.— Prinz  Zerbino,  oder  die  Reise  nach  dem  guten  Gesehmack. 

(El  príncipe  Zerbino,  ó  viaje  hacia  el  buen  gusto).  Comedia  satírico-román- 
tica, escrita  en  Jena  por  L.  Tieck,  á  principios  del  año  1800. 

Cervantes  y  otros  grandes  escritores,  como  Tasso,  Shakespeare,  Sófocles, 
etcétera.,  estánse  solazando  en  el  jardín  de  la  poesía,  cuando  se  introduce  en  él 


376  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas 

un  tal  Néstor  anti-romántico  pedante,  quien  vierte  algunas  pullas  y  muchas  in- 
sulseces en  defensa  de  su  exagerado  é  intolerante  clasicismo;  pero,  al  fin,  es  ex- 
pulsado por  la  Diosa  de  la  poesia. 

786. — Leocadia. 
En  8.° 

Drama  lírico  en  tres  actos,  de  Scribe,  trad.  del  francés  por  F.  EUmenreich. 
Maguncia,  Kupferberg,  1825.  Tomada  de  La  fuerza  de  la  sangre,  novela  de 
Cervantes. 

787. — Der  reisende  Student  oder  das  Quodlibet. 

Imitación  de  La  cueva  de  Salamanca,  que  se  halla  en  esta  obra:  «Jocusus. 
Repertorio  para  el  vaudeville  alemán.  Editado  por  L.  Schneider,  8.°  —  Berlín, 
1838.» 

788. — Leben  u.  Liebe  des  spanischen  Zigeunermádchens  Preciosa. 
En  8.» 

(Vida  y  amores  de  la  gitanilla  española  Preciosa).  Por  Norb.  Hurte.  Una 
bonita  narración  popular  con  canto.  —  Reutlingen,  1852,  con  grabados  de 
madera. 

789. — Die  drei  Liebesproben  des  Cervantes.  Lustspiel  in  5  acten.  (Las 
tres  pruebas  de  amor  de  Cerv.,  comedia  en  cinco  actos),  de  Karl 
R.  Waldemar.  Uschner.  Ratibor,  1863. 

En  8.0,  de  62 


Hay  otra  edición  impresa  en  Hamburgo,  el  afio  1878. 

La  acción  pasa  en  1568;  los  tres  primeros  actos  y  el  quinto  en  Roma,  y  el 
cuarto  en  la  Apulia.  Los  principales  interlocutores  son:  Cervantes,  el  cardenal 
Aquaviva,  su  sobrina  Beatriz,  el  conde  Mondescalchi,  Pedro,  criado  de  Cervan- 
tes, Marco  Antonio  Coloma,  Petronella,  Curculio. 

Drama  novelesco  y  romántico,  entretejido  de  aventuras  harto  inverosí- 
miles. 

Cervantes  se  halla,  con  su  criado  Pedro,  en  Roma  en  busca  de  gloria  poéti- 
ca y  ofrece  seis  de  sus  comedias,  traducidas  al  italiano,  á  un  abogado  agente  de 
teatros,  quien  promete  protegerle  con  ciertas  condiciones.  No  queriendo  Cer- 
vantes sujetarse  á  ellas,  se  presenta  al  cardenal  Aquaviva  ofreciéndosele  como 
camarero.  Lo  acepta  éste,  y  Cervantes  empieza  su  nuevo  oficio  adornando,  con 
flores,  muy  á  gusto  del  cardenal,  un  retrato  de  Beatriz,  sobrina  de  éste;  de  la 
cual  se  enamora  al  punto  Cervantes,  logrando  ser  correspondido.  La  ligera  Bea- 
triz le  exige  tres  extravagantes  pruebas  de  amor,  de  las  cuales  dos  ha  de  cum- 
plir al  momento.  Su  forma  é  índole  hacen  recordar  las  que  el  caballero  de  los 
Espejos  contó  que  le  había  exigido  su  dama  Casildea  de  Vandalia. 

El  cardenal  Aquaviva  afea  á  su  sobrina  sus  repentinos  amores  con  un  pobre 
y  obscuro  camarero  y  la  induce  á  confirmar  la  palabra  de  casamiento  otorgada 
ya  anteriormente  al  viejo  conde  de  Mondescalchi.  De  modo  tal,  que  cuando 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  CervanteE  377 

Cervantes  deposita  al  pie  de  su  amada  las  dos  prendas  que  le  mandó  conquis- 
tar, le  dice  aquélla,  poniéndole  en  su  dedo  de  la  mano  izquierda  una  rica  sor- 
tija: «la  tercera  prueba  es  que  me  juréis  no  quitaros  jamás  esta  sortija  del  dedo, 
aun  cuando  me  veáis  esposa  del  conde  de  Mondescalchi.»  Júralo  Cervantes, 
pero  anonadado  por  la  defección  de  Beatriz,  sienta  plaza  de  soldado  bajo  las 
banderas  del  general  Marco  Antonio  Colonna,  va  á  rechazar  en  la  Apulia  una 
hueste  de  turcos  que  en  aquella  italiana  provincia  hablan  desembarcado,  y  en  la 
refriega  pierde  la  mano  izquierda.  Entonces,  sin  quitar  la  sortija  de  la  mano 
cortada  la  envía  por  su  criado  Pedro  á  Beatriz  con  una  carta  en  que  la  dice: 
f  Fiel  á  mi  palabra,  veréis  que  vuestra  sortija  no  se  ha  movido  del  dedo  donde 
la  pusisteis,  y  que  desde  hoy  quedo  libre  de  mi  juramento.»  Excusado  es  decir 
los  remordimientos  de  Beatriz,  ante  tal  cruenta  misiva. 

Termina  la  acción  en  el  momento  en  que  Cervantes  se  embarca,  para  reunirse 
con  las  galeras  de  D.  Juan  de  Austria  en  dirección  á  Lepan to,  donde  alcanzaron 
la  memorable  victoria  sobre  los  turcos. 

790. — Cervantes. 

Opereta  de  Bormann,  puesta  en  múoica  por  Joh.  Strauss.  —  Viena,  1879. 

ITALIANAS 

791. — Don  Chisciotte.  —  Venezia,  1744. 

En  12.° 

Comedia  en  cuatro  actos  de  Apostólo  Zeno,   citada  por  Rampoldi  en: 

I  proverbie  le  sentenze  proverbian,  tres  tomos.  Milano. 

792.— Don  Chisciotte. 

En  la  Biblioteca  del  Palacio  Real  de  Madrid,  he  visto  la  partitura  completa, 
en  manuscrito,  de  una  ópera  de  Paisiello,  dedicada  al  rey  Don  Carlos  IV.  — 
Lleva  la  fecha  de  1772.  Esta  será  la  misma  ópera  que,  según  Bartrina  (Círz/aw- 
tes,  n."  5),  se  representó  en  Ñapóles  del  1772  á  1776, 

793, — II  curioso  del  suo  proprio  danno. 

Esta  ópera  bufa  del  maestro  napolitano  Piccini,  escrita  en  1755,  se  represen- 
tó en  el  teatro  de  Santa  Cruz  de  Barcelona  el  año  1762. 

794.— II  Don  Chisciotto. 

Opera  del  Maestro  Nicolás  Piccini,  representada  en  Ñapóles  el  año  1770. 

795. — II  Don  Chisciotto. 

€  Antonio  Salieri  dio  á  conocer  en  un  teatro  de  Viena  el  afio  1771,  una  ópe- 
ra-baile en  un  acto  de  su  composición,  titulada:  H  Don  Chisciotto.» 
(Bartrina,  Revista  Cervantes^  n.o  5.) 

Tomo  II  ♦* 


378  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas 

796. — Don  Chisciotto. 

<i8io?  —  En  este  año,  aproximadamente,  escribió  la  música  de  esta  ópera 
el  conde  de  Miari,  compositor  poco  conocido,  que  nació  en  Bellune  (Venecia) 
en  1787.» 

(Bartrina,  Revista  Cervantes,  u.°  5.) 

797. — Le  nozze  di  Gamaccio. 

Opera  puesta  en  música  por  el  Maestro  Mercadante  hacia  el  afio  1722. 

{Cervantes,  n.°  2.) 

En  la  8.*  carta  droapiana  (Madrid,  1869  y  en  su  pág.  15),  hallo  estas  dos  in- 
teresantes noticias  referentes  á  la  ópera  de  Mercadante:  «Por  Julio  de  1869  se 
representó  en  el  teatro  de  la  Zarzuela  de  Madrid  una  con  el  nombre  de  Don 
Quijote  en  las  bodas  de  Camacho,  música  de  Mercadante.  Figuróme  que  quizá 
sea  el  mismo  melodrama  jocoso  que  á  beneficio  del  expresado  maestro,  y  com- 
puesto por  el  Sr.  Perrero,  debió  representarse  en  Cádiz  el  año  de  1830  con  el 
título  á&Don  Chtsciotte  alie  nozze  di  Gamaccio^  (Cádiz,  Ramón  Howe;  en  12.°, 
con  93  páginas.) 

798. — II  Furioso  (Cardenio).  —  Melodramma  in  2  atti.  —  (V.*  di  Brussi.) 
799.— Don  Chisciotte. 

Opera  italiana,  con  música  de  Alberto  Mazzucato,  representada  en  el  teatro 
de  La  Canobbiana  de  Milán,  el  26  de  Abril  de  1836. 

No  tuvo  éxito.  Lambertini,  crítico-musical  de  la  Gazetta  privileggiata  dio 
desfavorable  cuenta  de  ella  por  medio  de  un  diálogo,  cuyas  respuestas  son  sim- 
ple y  alternativamente  Sí  y  Nó. 

800. — Don  Chisciotte  della  Mancia. 

Opera  cómica  del  Maestro  Ricci,  en  tres  actos. 

La  vi  en  el  teatro  del  Circo  Ecuestre  de  Barcelona  el  8  de  Marzo  del  afio 
1884,  y  sé  que  se  representó  tiempo  atrás  varias  veces.  Me  parece  mediana  la 
parte  musical,  si  bien  es  melódica  y  elegante.  En  cuanto  al  libreto  tiene  buenas 
situaciones,  pero  en  otras  se  ha  acentuado  tanto  el  lado  ridículo  de  Don  Quijo- 
te, que  viene  á  ser  casi  una  caricatura. 

HOLANDESAS 

Debo  las  noticias  de  esta  sección  de  Vaudevilles  holandeses  á  la  carta  que 
me  escribió  Mr.  Leupé,  de  la  Haya,  en  1873,  y  se  insertó  en  el  Boletín  de  la 
reprod.  del  Q.,  por  D.  F.  L.  Fabra,  Barcelona  1873. 

801. — De  verzierde  onttoovering  van  de  Gravin  Trifaldi  door  de  dolen- 
de  Ridder  Don  Quichote.  J.  Soolmans.  —  1679.  Amsterdam. 

(El  desencantamiento  de  la  condesa  Trifaldi,  por  el  caballero  errante  Don 
Quijote,  etc.).  Vaudevilie. 


inspiradas  por  las  obras  ó  la  vida  de  Cervantes  379 

802. — ídem,  ídem,  por  Cornelis  Wils. 

El  mismo  argumento  de  la  antecedente  nota,  tratado  por  otro  autor. 

803. — Het  Gouvernement  van  Sancho  Panza  op  het  Englant  Barataría, 
por  S.  Van  der  Cruysseh.  —  Amsterdam.  — 1681. 

804. — Den  Grooten  en  onverwuraely  Ken  Don  Quichotede  la  Mancha... 
(El  grande  é  invencible  D.  Q.  d.  1.  M.  ó  el  caballero  imaginario, 
etcétera....);  por  Cornelis  Wils.  —  Amsterdam.  —  1682. 

805. — Don  Quichote  op  de  Bruiloft  van  Kamachio.  —  P.   Langendyk. 

—  1712-36.  Amsterdam. 

Hay  además  estas  ediciones: 

1734,  J.  Dum;  Amsterdam. 

1829,  Contze  &  Ovedrack;  Rotterdam. 

1851,  Fuhri;  La  Haye. 

806. —Don  Quichote  verlossinge  úit  Sierra  Morena.  — J.  Van  Hoven. 

—  1723.  —  Rotterdam. 

807. — De  Nieuwe  Don  Quichote. —  Anónimo.  —  1768,  Rotterdam, 
Vander. 

808. — Het  vertoonen  van  Don  Quichote  op  het  Rotterdamse  Bunne,  etc. 

—  (La  presentación  de  D.  Q.  en  la  escena  de  Rotterdam.)  —  Open- 
hart.  —  1766?—  1781? 

809. — Het  Portret  van  Michel  Cervantes.  La  Haya;  J.  de  Groot.  — 
Anónimo.  —  1804. 

(Es  traducción  del  francés). 

PORTUGUESAS 

810. — Vida  do  grande  Don  Quíxote  e  do  gordo  Sancho  Panza. 

Comedia  del  escritor  brasileño  Antonio  José  da  Silva,  representada  en  el 
teatro  do  Bairro  alto,  de  Lisboa,  el  14  de  Octubre  de  1733. 

Allá  por  los  años  de  1876,  dióme  noticia  de  este  drama  y  de  su  infortunado 
autor;  el  sabio  Mr.  Ferdinand  Denis,  Director-Conservador  de  la  Bibliothéque 
de  SM  Geneviive,  de  París,  quien  lo  había  traducido  elegantemente  al  francés  y 
publicado  el  año  1822  en  la  colección  titulada:  Chefs-d^asuvre  des  théátres  étran- 


38o  Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  Úricas 

gers,  Varis,  chez  Vadvocat.  Mr.  Denis,  peritísimo  en  las  literaturas  portuguesa 
y  brasileña,  favorecióme  luego  con  varias  curiosas  cartas,  y  en  la  del  6  de  Mar- 
zo de  1877,  me  decía:  «Antonio  José  da  Sylva,  fué  un  ingenio  original,  que  na- 
ció en  Rio  de  Janeiro  el  8  de  Mayo  de  1705,  vino  á  establecerse  en  Lisboa  en 
1712  y  fué  quemado  por  la  Inquisición  el  19  de  Octubre  de  1739,  en  la  plaza 
del  Rocío.  Su  proceso  original  existe  aun  hoy  en  la  Torre  do  Tombo.  Sus  obras 
dramáticas,  se  conocen  bajo  el  nombre  de  las  obras  dojudeo.t 

Posteriormente  el  ilustradísimo  amigo  Sr.  Asensio,  me  ha  favorecido  con  un 
ejemplar  de  su  interesante  obra  que  describiré  aquí,  pues  completa  admirable- 
mente las  noticias  de  Sylva  y  de  su  Don  Quijote: 

«Un  cervantista  portugués  del  siglo  xviii,  quemado  por  el  Santo  Oficio  de 
la  Inquisición.  —  Apuntes  biográficos.  —  Sevilla,  Imp.  de  E.  Rascó.  —  1885. 
En  4.°  de  II,  28  páginas.»  Después  de  reseñar  el  argumento  de  la  comedia 
jDon  Quixoíe  i  Sancho  Fama,  de  Silva,  y  el  éxito  que  obtuvo,  hace  el  señor 
Asensio  historia  de  las  persecuciones  que  el  desgraciado  poeta  sufrió,  de  un  pro- 
ceso seguido  por  la  Inquisición,  y  de  su  condenación  por  judaizante  convicto, 
negativo  y  relapso,  siendo  quemado  el  iS  de  Octubre  de  1789.  — Termina  el 
señor  Asensio  su  curiosísimo  trabajo  con  el  juicio  crítico  y  la  Bibliografía  de  las 
Obras  de  Silva. 

811. — Parodia  de  Tigados  de  Tigre. 

Don  Carlos  Barroso  en  el  número  3  de  la  Crónica  de  los  Cervantistas,  dice: 
«En  un  tomo  del  teatro  de  Francisco  Gomes  de  Amorim,  vi  una  parodia  de  un 
melodrama  intitulado  Tigados  de  Tigre  que  se  representó  en  Lisboa  el  11  de 
Febrero  de  1S57.  —  En  la  escena  2. a  del  4.°  acto  hay  un  diálogo  entre  Carente 
y  Cervantes,  que  unas  veces  habla  en  castellano  y  otras  en  portugués.  —  En  la 
escena  4.*  aparece  Don  Quijote  que  canta  una  poesía  de  D.  A.  Azcona.  —  En 
las  escenas  5.^  y  6.»  figuran  Caronte  y  Cervantes.  —  En  la  7.^  sale  otra  vez  el 
Hidalgo  hablando  y  cantando  en  portugués;  después  ya  no  aparecen  más  ni  el 
amante  de  Dulcinea  ni  su  ilustre  autor.» 

812. — Don  Quichote. 

El  propio  Sr.  Barroso  en  el  citado  lugar  dice:  «En  el  Diario  Popular  (Lis- 
boa 24  de  Septiembre  de  1871),  léese  que  el  Sr.  Pinheiro  Chagas,  se  encargó  de 
confeccionar  un  Don  Quijote  que  deberá  aparecer  en  el  teatro  de  D.*  María  11 
en  el  carnaval  próximo.» 

SUECAS 

813.— Don  Quijote. 

Dice  el  Sr.  Asensio  en  el  número  10  de  El  Ateneo,  revista  de  Sevilla,  corres- 
pondiente á  15  Abril  1875: 

«En  el  repertorio  del  maestro  compositor  sueco  Carlos  Kisser,  figura  una 
ópera  titulada  Don  Quijote,  que  ha  merecido  grandes  aplausos  en  los  teatros  del 
Norte  de  Europa,  donde  se  ha  puesto  en  escena.» 

RUSA 

814 — Don  Kikhot.  Balet  v.  5  dyeistviyack.  St.  Petersburg,   1875. 
En  8.» 

Pantomima  rusa  citada  por  Fitzraaurice-Kelly. 


II 


DIVISIONES  DE  ESTE  VOLUMEN 


Pie». 

I.  —  Biografías  y  noticias  biográficas l 

II.  —  Notas  y  comentarios  al  Quijote 149 

III.  —  Notas  á  las  obras  menores  de  Cervantes 247 

IV.  —  Imitaciones  del  Quijote 255 

V.  —  Imitaciones  de  las  obras  menores  de  Cervantes 319 

VI. Farsas,  mascaradas,  y  piezas  dramáticas  y  líricas,  inspiradas  por  las  obras  ó 

la  vida  de  Cervantes 3^5 


FE  DE  ERRATAS 


Pág. 

Línea. 

DICE 

LÉASE 

8 

33 

de   edad  de  31.  años,  mediano  de 
cuerpo, 

de  edad  de  31.  años,  hijo  de  Rodri- 
go de  Cervantes  y  de  Doña  Leo- 
nor de  Cortinas,  vecino  de  Ma- 
drid, mediano  de  cuerpo. 

3° 

27 

suscinla 

sucinta 

74 

42 

tr¿s¿  anos! 

tres  años/ 

86 

33 

1393) 

1 399-) 

io6 

39 

Nuesrra 

Nuestra 

io8 

25 

equivocada 

equivocada 

io8 

44 

mieutras 

mientras 

lio 

5 

psra 

para 

lio 

6 

Cerbanres 

Cerbantes 

III 

49 

docnmento 

íiocumento 

"3 

34-35 

para  vengar  sentimientos 

para  vengar  resentimientos 

"5 

35 

Noveles 

Novelas 

117 

23 

oí 

af 

169 

47 

244 

246  (Sigue  equivocada  la  numera- 
ción hasta  llegar  al  niím.  255, 
que  corresponde  al  257,  en  la 
página  176). 

Acabóse  de  imprimir  este  volumen 

en  Barcelona, 

por   Fidel   Giró, 

á  los  veinte  de  Noviembre 

•del  año  mil  ochocientos  noventa  y  nueve. 


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